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UNIDAD ACADÉMICA

SÍLABO DESARROLLADO

ENFOQUE DE GÉNERO EN LA FUNCIÓN POLICIAL I

2018

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SILABO
ENFOQUE DE GÉNERO EN LA FUNCIÓN POLICIAL I

I. DATOS GENERALES
EJE CURRICULAR : Formación Técnico Policial
AREA EDUCATIVA : Formación Específica
AÑO DE ESTUDIO : PRIMER AÑO
HORAS SEMESTRALES : 68
HORAS SEMANALES : 04
PERIODO ACADEMICO : II Semestre

II. SUMILLA
La asignatura “Enfoque de Género en la Función Policial I” que forma parte
del Currículo de Estudios de las Escuelas Técnico Superiores de la Policía
Nacional del Perú, permitirá aplicar los procedimientos policiales
considerando las normas complementarias en materia penal, procesal y
protocolos interinstitucionales e institucionales sobre la materia para
garantizar el acceso de las víctimas de violencia de género a la justicia.

III. COMPETENCIAS

El Alumno PNP al finalizar la asignatura estará en condiciones de:

A. Identifica y aplica el enfoque de género en la actuación policial, las


herramientas teóricas y prácticas para la atención según los tipos de violencia
contra las mujeres e integrantes del grupo familiar teniendo en cuenta los
grupos vulnerables.

B. Analizar y aplicar en su actuación policial los estándares de derechos


humanos en materia de violencia de género y la Ley 30364, para una oportuna
intervención considerando las normas complementarias en materia penal,
procesal y protocolos interinstitucionales e institucionales sobre la materia.

C. Identifica y reflexiona sobre la justicia con enfoque de género considerando la


debida diligencia y calidad de atención en la actuación policial, para garantizar
el acceso de las mujeres a la justicia.

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IV. CONTENIDOS

ENFOQUE DE GÉNERO EN LA ACTUACIÓN POLICIAL

I UNIDAD DE Primera sesión.- Enfoque de Género


APRENDIZAJE
Segunda sesión.- La Construcción de la Igualdad
DEL 30ABR
AL 05MAY18

II UNIDAD DE Primera sesión. - La Construcción de las masculinidades y


APRENDIZAJE roles perspectivas de análisis. Marco conceptual sobre
masculinidades. Características de la Masculinidad
DEL 07MAY18
AL 12MAY18 Segunda sesión.- La Masculinidad en las relaciones de
Género. Masculinidades y desarrollo. La masculinidad y sus
roles en el Perú.

III UNIDAD DE Primera sesión.- Grupos Vulnerables


APRENDIZAJE Segunda Sesión.- El Rol de la PNP en el marco de la
Protección a los grupos de vulnerabilidad
DEL 14MAY18
AL 19MAY18

VIOLENCIA DE GÉNERO

IV UNIDAD DE Primera sesión.- Marco Conceptual de la violencia basada en


APRENDIZAJE género.

DEL 21MAY18 Segunda Sesión.- Modalidades de la violencia basada en


AL 26MAY18 género.

V UNIDAD DE Primera sesión.- Guía de procedimientos para la intervención


APRENDIZAJE de la Policía Nacional en el Marco de la Ley 30364.Glosario de
Términos.
28MAY18 AL Segunda sesión.- Procedimientos operativos policiales en el
02JUN18 marco de la Ley Nº 30364, y su reglamento D.S. Nº009-2016-
MIMP

VI UNIDAD DE Primera sesión.- Valoración del daño. Definiciones


APRENDIZAJE

DEL 04JUN18 Segunda Sesión.- Estudios de Caso


AL 09JUN18

3
DEL 11JUN18 1ra. EVALUACIÓN PARCIAL.
AL 16JUN18

VII UNIDAD DE
APRENDIZAJE Primera sesión.- Violencia Sexual. Conceptualizaciones.

18JUN18 AL
23JUN18 Segunda sesión.- Análisis sobre el “PERÚ SEGUNDO PAÍS
CON MAYOR VIOLENCIA SEXUAL” y como estamos en la
Región Junín

VIII UNIDAD Primera sesión.- Procedimientos especiales en casos de


DE violación sexual
APRENDIZAJE
Segunda Sesión.- Actuación De Los Operadores De Justicia
DEL 25JUN18 En Casos De Violencia Sexual.
AL 30JUN18

JUSTICIA CON ENFOQUE DE GÉNERO

IX UNIDAD DE Primera sesión.- Justicia y Género. Igualdad y diferencia para


APRENDIZAJE pensar la justicia.
DEL 02JUL18
AL 07JUL18
Segunda sesión.- Estudios de Casos

Primera sesión.- Acceso a la justicia de las mujeres en


X UNIDAD DE situación de violencia y la Debida Diligencia
APRENDIZAJE
Segunda sesión.- Discusión de Casos.
09JUL18 AL
14JU18

DEL 16JUL18 2da. EVALUACIÓN PARCIAL.


AL 21JUL18

XI UNIDAD DE
APRENDIZAJE Primera sesión.- Calidad de Atención para garantizar el
acceso a la justicia de las mujeres desde la actuación policial

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DEL 23JUL18 (Recepción de los Trabajos Aplicativos Grupales (TAG) por el
AL 28JUL18 docente para su evaluación y calificación.)

Segunda sesión.- La prevención y tratamiento del


hostigamiento sexual en el cuerpo policial.

DEL 30JUL18 Primera sesión.- Exposición de Trabajos Finales


AL 04AGO18
Segunda sesión.- Exposición de Trabajos Finales

Primera Sesión.- Exposición de Trabajos Finales


DEL 06AGO18 Segunda Sesión.- Exposición de Trabajos Finales
AL 11AGO18

DEL 13AGO18 EXAMEN FINAL


AL 18AGO18

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V. PROCEDIMIENTOS DIDÁCTICOS

A. Las técnicas de enseñanza se orientarán a la interacción permanente


docente – educando, enmarcadas en la cultura participativa, el trabajo
en equipo y el método de laboratorio.

B. Se promoverá la investigación permanente y la exposición de los


conocimientos adquiridos.

C. El desarrollo de los contenidos curriculares será eminentemente


Vivencial Participativo, en el que se fomente experiencias de reflexión
e introspección y la reflexión guiada.

VI. EQUIPOS Y MATERIALES

El docente para el desarrollo de la asignatura empleará los siguientes


equipos y materiales:

A. EQUIPOS
Computador, proyector multimedia.

B. MATERIALES

Se proveerá separatas a los educandos, así como empleará videos


para reforzar las técnicas de enseñanza. Asimismo, los Talleres serán
desarrollados en ambientes cómodos y amplios con sillas movibles,
empleándose: pizarra y plumones, papelotes.

VIII. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

 ALVAREZ, Mayda, Inalvis Rodríguez y Ana V. Castañeda. Capacitación en


género y Desarrollo Humano. Sistematización de la experiencia con el
Programa de Desarrollo Humano Local en Cuba. Editorial Científico-Técnica,
La Habana, 2004.
 ARTILES VISBAL, Leticia. El Proyecto Magisterio y la categoría género en
la formación de los recursos humanos en salud. Revista Cubana Educación
Médica Superior. Volumen 19 No. 2, Ciudad de La Habana, abril.-junio, 2005.
Editorial Ciencias Médicas, 2008. (Material digitalizado)
 CALVAJAL, Manuel. Identidad de género. getSept. Multimedia 2005. Grupo
de Software para la ETP. Cuba, 2005. (Material digitalizado)
 CASTAÑEDA ABASCAL. Ileana Elena (2005). Construcción de indicadores
sintéticos para medir diferencias de género en el contexto social cubano.
Escuela Nacional de Salud Pública. Ministerio de Salud Pública. Tesis para
optar por el título de Doctora en Ciencias de la Salud. Ciudad de La Habana.
(Material Digitalizado).
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 CHÁVEZ, RODRÍGUEZ, Justo: El pensamiento pedagógico de José Martí y
Pérez en VI Seminario Nacional para Educadores, Editorial Pueblo y
Educación, Ciudad de la Habana, 2005.
 MAYOBE RODRÍGUEZ, Purificación. La construcción de una identidad
personal en una cultura de género. Universidad de Vigo. En:
http://webs.uvigo.es/pmayobre/indicedearticulos.htm (Extraído el 20 de abril
de 2010).
 MINISTERIO DE LA MUJER Y POBLACIONES VULNERABLES ( 2016),
Marco conceptual para las políticas públicas y accion del estado. Perú:
Violencia Basada en género.
 DEFENSORÍA DEL PUEBLO (2012), “ Violencia Sexual en el Perú: un
análisis de casos judiciales.” Perú: Adjuntía para los derechos de la mujer.
 MINISTERIO PUBLICO (2016), “Guía de procedimientos de entrevista única
a victimas en el marco de la ley 30364, para prevenir, sancionar y erradicar
la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar; niños, niñas
y adolescentes en el Peru”, Perú: Instituto de Medicina legal y ciencias
forenses.
 ESPINAR RUIZ, EVA Y MATEO PÉREZ, MIGUEL (2007). “Violencia de
género: reexiones conceptuales, derivaciones prácticas”. En Papers.
Revista de Sociología-Universidad Autónoma de Barcelona Nº 86.
 DEMUS (2015). Memoria seminario derecho procesal penal, género y
violencia sexual. Peru: Estudio para la defensa de los derechos de la Mujer.
 LEDESMA NARVAEZ Y COLS, (2015), Genero y justicia: “Estudios e
investigaciones en el Perú e Iberoamérica”, Perú: Derecho y sociedad.
 POSADA KUBISSA, L. (2015). Justicia y género: las propuestas de Nancy
Fraser. Daimond. Revista Internacional de Filosofía, n° 65, pag 7 – 19.
 MUKHOPADHYAY, M y Singh, N, (2007), Justicia de género y ciudadanía y
desarrollo. Colombia: Centro internacional de investigaciones para el
desarrollo.
 LORA DEL AGUILA, E. (2016), Representaciones sociales de masculinidad
en varones jóvenes limeños separados del padre biológico durante la
infancia. [ tesis para obtener el grado de licenciado en psicología de la
Universidad de Ciencias Aplicadas.], Peru: Lima.
 FAUR, E. (2004), Masculinidades y desarrollo social: las relaciones de
género desde la perspectiva de los hombres. Colombia: Unicef.
 HERNÁNDEZ, O , (2008). Estudios sobre masculinidades: Aportes desde
América Latina. Universidad de Jaén, Revista de Antropología Experimental
n°8, cap. 5: 67 – 73 pp. España

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SILABO DESARROLLADO DE LA ASIGNATURA DE
ENFOQUE DE GÉNERO EN LA FUNCIÓN POLICIAL I

PRIMERA UNIDAD DE APRENDIZAJE


I Semana

TEMA : Primera Sesión - Enfoque de Género


Segunda Sesión- La Construcción de la Igualdad

I UNIDAD

PRIMERA SESIÓN
ENFOQUE DE GÉNERO

MARCO CONCEPTUAL DEL ENFOQUE DE GÉNERO

¿QUÉ ES GÉNERO?:

El concepto de género ha variado a lo largo del tiempo y que existen en la actualidad


diversos énfasis al respecto. Sin embargo, básicamente, el género alude a las
características que socialmente se atribuyen a la diferencia sexual entre hombres
y mujeres. Podemos concluir que “ser mujer” o “ser hombre” es un constructo
cultural. Por lo tanto sus definiciones varían de cultura en cultura y no sería posible
universalizar y hablar de “la mujer” o de “el hombre” como categorías únicas.

SEXO GÉNERO

Diferencias biológicas entre el Características psicológicas y roles socio‐


macho y la hembra de la especie económicos y culturales que las sociedades
humana. atribuyen a cada sexo.
Se consideran naturales y No son naturales, únicas ni universales.
universales.

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Las características que las sociedades atribuyen a cada sexo son construidas social
y culturalmente y, además, van configurando un sistema de relaciones de poder.
En cada cultura se va asignando el desempeño de determinadas funciones sociales
a unos o a otras, a su vez esas funciones sociales en ese entorno poseen distinta
valoración y retribución social y económica, por lo tanto se expresan
jerárquicamente.
Por ejemplo, a las mujeres se les atribuye socialmente características relacionadas
con el cuidado y la feminidad (el “instinto” maternal, la atención hacia las demás
personas, la capacidad de escucha, etc.) y a los hombres en cambio se les
atribuyen características vinculadas a la masculinidad (competitividad, agresividad.

Ahora bien, estas características que conforman lo que socioculturalmente se


considera “femenino” y “masculino” se asocian a su vez al espacio privado‐
doméstico (lo femenino) y al público‐político (lo masculino). Así pues lo asociado
al espacio privado‐doméstico no se reconoce socialmente ni económicamente y, en
cambio, lo público es el espacio de la política y de la economía, creando una
jerarquización en los roles de género de feminidad y masculinidad.
Considerarse y ser considerada “naturalmente” capaz de criar tiene, en el nivel
macro, consecuencias importantes en cuanto a exclusión del mundo del trabajo y
desigualdades salariales. Considerarse y ser considerado, en cambio, legitimado a
moverse en el espacio público ubica a lo “masculino” en la cúspide de la pirámide
de lo que se valora como económicamente rentable.

Un aspecto importante a destacar es la distinción entre género y mujeres, ya que


muchas veces se entienden como sinónimos, y se cree, por tanto, que para
incorporar el enfoque de género basta con mencionar a las mujeres o agregar a las
mujeres como beneficiarias de los proyectos, sin cuestionar las relaciones, roles y
estereotipos socialmente construidos

En concreto, una política, un programa o un proyecto dirigido a las mujeres no


significan que se pueda considerar con perspectiva de género. De hecho, un
proyecto puede dirigirse a ellas sin tener en cuenta el carácter relacional y
estructural de las relaciones de género. Género no son las mujeres sino las
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relaciones humanas de poder basadas en el sexo, la edad, el origen, etc.

Por ejemplo, una acción de microcrédito dirigida a las mujeres puede solucionar
sus problemas de falta de recursos económicos, pero eso no significa que se estén
proporcionando los medios para mejorar su posición en la sociedad respecto a los
hombres. Si las mujeres son las destinatarias del microcrédito porque son más
responsables que los hombres y devuelven en mayor porcentaje el dinero que se
les entrega, no se está sino reforzando los roles de género que estructuran la
sociedad.
Al mismo tiempo, un proyecto que se dirige a los hombres trabajando con ellos la
sensibilización sobre los estereotipos y las relaciones afectivos‐sexuales
igualitarias tiene como objetivo la transformación de las relaciones de género
aunque las mujeres no sean parte de la acción, por lo tanto será un proyecto con
perspectiva de género.

Otro ejemplo sería el caso de la mayoría de actuaciones contra la violencia, que


suelen estar dirigidas exclusivamente hacia las mujeres con mensajes sobre la
necesidad de denunciar, de no dejarse, etc. Para que un proyecto contra la
violencia sea considerado con perspectiva de género debe contemplar el carácter
estructural de la misma (como base de las desigualdades) y el rol que cumplen los
hombres en el problema y en la solución del mismo.

Entonces, ¿qué significa incorporar el enfoque de género? Incorporar el enfoque


de género significa necesariamente analizar las bases de las inequidades que se
producen entre hombres y mujeres (ya sea que las asimetrías desfavorezcan a las
mujeres o que desfavorezcan a los hombres) y desarrollar acciones para
modificarlas.

GÉNERO

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No es sinónimo de mujer, es masculino y Es jerárquico, expresa relaciones de
femenino. poder.

Es una construcción socio‐cultural, y por lo Está afectado por otras relaciones


tanto es dinámico. como las religiosas, étnicas,
sociales, económicas, etc.

Se refiere tanto a la construcción social de La distinción de roles de género


lo masculino y lo femenino, como a la afecta a las distintas esferas de la
relación entre ambos. vida social y material.

Es un concepto relacional cotidiano, tanto Contiene una graduación de valor


en lo público como en lo privado hombres y asociado a las diferencias. El
mujeres interactúan siguiendo pautas y resultado es el acceso
expectativas sociales. estructuralmente asimétrico a los
recursos, lo cual genera privilegios y
subordinaciones.

Implica reconocer que existen identidades y Para modificar las discriminaciones


demandas de género específicas y o inequidades de género, es
diferenciadas que tienen que ser necesario ubicarse desde
contempladas y asumidas por los proyectos una perspectiva de cambio en las
de desarrollo: existen necesidades prácticas relaciones de género.
y estratégicas de género.

El género, además, es una categoría que comprende tres dimensiones: descriptiva,


analítica y ético‐política; tal como las describimos en el siguiente cuadro:

CATEGORÍA
GÉNERO

Descriptiva Visibiliza las desigualdades entre hombres y mujeres.

Analítica Conjunto de conceptos y herramientas metodológicas para


develar y explicar: las diferencias y desigualdades en las
condiciones de vida de mujeres y varones, cómo ambos
construyen su subjetividad, actúan, y transforman las
expectativas y normas socioculturales y la posición que ocupan
en distintos ámbitos y jerarquías.

Ético ‐ Se fundamentan en los derechos humanos y de las mujeres y en


Política los principios de igualdad, equidad, justicia y reconocimiento de la

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diversidad intragénero. Orienta la acción, las estrategias y las
metas a lograr.

Las tres categorías tienen que estar presentes en la elaboración de cualquier


política, programa o proyecto. De hecho, sin un diagnóstico con perspectiva de
género no se puede tener la información completa sobre las relaciones de género
presentes en el contexto en que se va a operar (categoría descriptiva). Además, es
necesario conocer y saber utilizar el conjunto de herramientas metodológicas del
análisis de género ‐ necesidades básicas e intereses estratégicos de género,
división sexual del trabajo, etc.‐ para poner en marcha de forma efectiva acciones
transformadoras (categoría analítica). Finalmente, los derechos humanos de las
mujeres y la igualdad de género representan los pilares y los objetivos
generales del conjunto de las acciones (categoría ético‐política).

LA IGUALDAD DE GÉNERO

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Igualdad de género significa que las mujeres y los hombres gozan de igualdad de
condiciones y oportunidades para ejercer sus derechos humanos totales, así como
sus potencialidades para contribuir al desarrollo político, económico, social, cultural
y beneficiarse de sus resultados, y que por tanto, la sociedad valora por igual las
similitudes y las diferencias entre las mujeres y los hombres, así como los roles
cambiantes que ambos desempeñan. Esto implica que se han considerado los
comportamientos, aspiraciones y necesidades específicas de las mujeres y de los
hombres, y que éstas han sido valoradas y favorecidas de la misma manera.

Como decíamos anteriormente, el concepto de igualdad de género ha ido


evolucionando a través del tiempo y se ha ido enriqueciendo como consecuencia
del aporte de los movimientos de mujeres, de las recomendaciones contenidas en
instrumentos internacionales y de la puesta en práctica de medidas orientadas a la
eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer.

Así, se habla de igualdad de oportunidades, igualdad de trato e igualdad de


resultados, cada una de las cuales apunta a distintas dimensiones de la igualdad:

1. Igualdad de oportunidades: supone situar a todos los miembros de una


sociedad en las mismas condiciones de partida, dándoles las mismas
posibilidades para participar en los distintos ámbitos de la sociedad. Implica,
por tanto, compensar las desventajas iniciales.
2. Igualdad de trato: consiste en tratar a todos los individuos/as de la misma
manera, independientemente del sexo, la raza, edad, religión, etc. Enfatiza
el principio de igualdad y no discriminación en un sentido positivo de acceso
a servicios, recursos y ejercicio de derechos.

3. Igualdad de resultados: implica que todas las personas tengan el mismo


punto de llegada en cada una de las áreas en que se insertan y obtengan
los mismos beneficios de las acciones implementadas.

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Hasta el momento hemos mencionado la palabra igualdad sin profundizar en
su significado… de la misma manera hemos mencionado las palabras:
identidad, diferencia, desigualdad, equidad…

IGUALDAD NO es Igualdad de derechos y oportunidades de acceso a bienes


igual que y recursos, de tratamiento y resultados.
IDENTIDAD
Identidad: homologación de mujeres y varones y, más
precisamente, de las mujeres dentro de un modelo
masculino. Comprende el riesgo de uniformidad e
indiferenciación en detrimento de la diversidad.

DIFERENCIAS NO Diferencias biológicas, económicas, culturales, educativas,


es igual que etc. entre ambos sexos. Término descriptivo. No da cuenta
DESIGUALDAD de las formas por las cuales estas diferencias se convierten
en desigualdades. No siempre se hace una distinción entre
ambos conceptos. Existen diferencias jerárquicas tanto
intragénero como entre géneros. Hay corrientes feministas
que proponen la superación de las diferencias – en tanto
desigualdades ‐ entre mujeres y varones; otras, revalorizan
las diferencias como expresión de diversidad y pluralidad.

IGUALDAD NO es La igualdad de derechos es una condición necesaria pero


igual que EQUIDAD no suficiente para lograr la equidad efectiva entre mujeres
y varones.
La equidad de género requiere de un compromiso socio‐
político para asignar beneficios transitorios a un grupo en
desventaja, con el fin de revertir la desigualdad
preexistente y alcanzar una real igualdad. Lleva implícito
un principio de justicia y de superación de los privilegios.

Entonces, ¿qué entendemos por EQUIDAD DE GÉNERO?


La equidad de género: Refiere al trato imparcial de mujeres y hombres, según sus
necesidades respectivas, ya sea con un trato equitativo o con uno diferenciado pero
que se considera equitativo.
Requiere la distribución justa de recursos, responsabilidades, tareas, etc. entre
mujeres y hombres, respetando sus diferencias.
Exige, a menudo en el ámbito del desarrollo, la incorporación de medidas
específicas para compensar o mitigar las desventajas históricas y sociales que
arrastran las mujeres.

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CONCEPTO DE ENFOQUE DE GÉNERO EN EL PERÚ:

1. Igualdad de género: Según la Unesco, es “la igualdad de derechos,


responsabilidades y oportunidades de mujeres y hombres, y niñas y niños.
La igualdad no significa que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino
que los derechos, responsabilidades y oportunidades no dependen del sexo
con el que nacieron. La igualdad de género supone que se tengan en cuenta
los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como
de los hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de
mujeres y de hombres".

2. Equidad de género: Se define como “la imparcialidad en el trato que reciben


mujeres y hombres de acuerdo con sus necesidades respectivas, ya sea con
un trato igualitario o con uno diferenciado pero que se considera equivalente
en lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las obligaciones y las
posibilidades. En el ámbito del desarrollo, un objetivo de equidad de género
a menudo requiere incorporar medidas encaminadas a compensar las
desventajas históricas y sociales que arrastran las mujeres".

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SEGUNDA SESIÓN

CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD

La construcción de la igualdad de género está directamente relacionada con el


respeto de la dignidad humana, el disfrute de los talentos que existen en todos los
niveles de la sociedad y el aprovechamiento de toda la gama de puntos de vista,
obras y desafíos para lograr una vida cultural realmente plena. La igualdad de
género se percibe como algo importante para el desarrollo nacional, el respeto de
los derechos humanos (incluidos los derechos culturales) y la construcción de
sociedades abiertas e integradoras. Esto puede medirse por el grado de igualdad
con que las mujeres y los hombres gozan de las oportunidades, los recursos y los
resultados en áreas clave, como la participación política, la educación y la
participación en la fuerza de trabajo, así como por el grado en que las actitudes
personales son favorables a la igualdad de género. La valorización de la igualdad
de género mediante políticas, intervenciones e inversiones focalizadas puede influir
considerablemente en las actitudes y percepciones acerca de los roles de uno y
otro género y mejorar los niveles de igualdad en la práctica. En este sentido, es
importante reconocer la función que desempeñan las actitudes y percepciones
culturales en la orientación y el diseño de políticas, acciones y otras medidas de
promoción tanto en materia de igualdad de género como en otras esferas. Porque
no basta con establecer políticas: las actitudes negativas de las personas pueden
obstaculizar o socavar las políticas, acciones y medidas públicas en favor de la
igualdad de género, cuyo éxito y sostenibilidad requiere la implicación y el pleno
apoyo de los miembros de la comunidad. Por consiguiente, a fin de entender los
procesos de cambio social y los criterios conexos y procurar comprender las
Correlaciones o divergencias que existen a nivel nacional entre la promoción y
valorización de la igualdad de género mediante políticas y acciones focalizadas
encaminadas a lograr los resultados previstos para las mujeres y los hombres en
las cuatro esferas seleccionadas, por una parte, y las percepciones de la igualdad
de género, por la otra.

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DESIGUALDADES ENTRE HOMBRES Y MUJERES

Durante los últimos cincuenta años se han realizado considerables mejoras e


inversiones para reducir las disparidades tanto entre las mujeres y los hombres
como entre los niños y las niñas en áreas sociales clave, como la salud y la
educación. Esta labor se centró fundamentalmente en el empoderamiento de las
mujeres y las niñas habida cuenta de la situación existente y considerando los
efectos externos resultantes de la eliminación de las desigualdades y
discriminaciones por motivos de sexo. Las desigualdades y disparidades de género
en las áreas educativas, políticas, económicas y sociales afectan negativamente
tanto a las personas como a sus comunidades. De hecho, como se afirma en el
Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, la desigualdad de género es un factor
que obstaculiza el desarrollo humano; por ejemplo, los países con altos niveles de
desigualdad entre mujeres y hombres también se caracterizan por tener bajos
índices de desarrollo humano. Y viceversa: cuanto más alto es el nivel de igualdad
de género mayor es el PIB per cápita. Las cuatro áreas abarcadas en este indicador
(participación política, educación y participación en la fuerza de trabajo, así como
la existencia de marcos legislativos focalizados en cuestiones relacionadas con la
equidad de género) corresponden a algunas de las esferas clave en las que el logro
de la igualdad de género con respecto a los resultados y a las oportunidades ha
tenido repercusiones positivas en una variedad de procesos de desarrollo y que
revisten importancia decisiva tanto para el respeto de los derechos humanos,
incluidos los derechos culturales, como para la construcción de sociedades abiertas
e integradoras.

LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA VIDA POLÍTICA, ya sea mediante el


voto, la intervención en los procesos de adopción de decisiones o el desempeño de
cargos públicos, ha tenido resultados significativos en la buena gobernanza que
afectan a toda la comunidad. Por ejemplo, los estudios de casos y las
investigaciones indican que la mayor participación de la mujer en los procesos de
adopción de decisiones se ha reflejado en un incremento del gasto público en
actividades relacionadas con el medio ambiente (p. ej., agua salubre) y con la salud
(salud de los adolescentes, nutrición) y en una mejora de la gobernanza. Por esta
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razón, en diversos instrumentos jurídicos y recomendaciones internacionales (p. ej.,
la CEDAW, la Plataforma de Acción de Beijing, la resolución A/66/455 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas) se fomenta activamente la adopción de
medidas normativas de transición para promover una mayor participación de la
mujer en la vida política.

LA EDUCACIÓN es un instrumento para empoderar a las personas dotándolas de


conocimientos teóricos y prácticos, que ayudan a las mujeres y los hombres a
realizar elecciones informadas sobre su vida profesional y privada. De hecho, se ha
comprobado que el tiempo que las niñas dedican a la educación guarda relación
directa con sus perspectivas de salud (p. ej., menor incidencia de los matrimonios
precoces y de la mortalidad materna) y con la educación y las perspectivas de salud
de sus hijos. También existe una relación muy estrecha entre el tiempo dedicado a
la educación y el empoderamiento social y económico de las mujeres y de sus
comunidades: “La educación de las niñas tiene una tasa de rentabilidad mayor que
la de cualquier otra inversión en el mundo en desarrollo.

LA PARTICIPACIÓN EN LA FUERZA DE TRABAJO es fundamental para el


empoderamiento social y económico de las personas y de sus comunidades ya que
les ofrece más opciones y recursos, así como una mayor autonomía para realizar
la vida que desean. Ahora bien, pese al incremento de la participación de las
mujeres durante las tres últimas décadas, las disparidades de género siguen siendo
considerables. Si bien se estima que las mujeres representan más del 40% de la
población activa, siguen tropezando con barreras invisibles en cuanto a los ingresos
y salarios y al acceso a puestos directivos, y es muy probable que estén
excesivamente representadas en los sectores económicos de baja productividad
y/o en la economía informal.

LA LEGISLACIÓN Y OTRAS MEDIDAS LEGALES en materia de equidad de


género indica si el Estado ha reconocido la existencia de desigualdades que
requieren la adopción de medidas diferenciadas en función del sexo para garantizar
la igualdad y el respeto de los derechos humanos. Normalmente, dichas medidas
se incluyen en el concepto de “equidad de género”. En este sentido, las violaciones,
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el acoso sexual y la violencia en el hogar son problemas que, estadísticamente, es
más probable que afecten en mayor medida a las mujeres y que, por lo tanto,
requieren medidas legislativas (y programas) especiales para proteger sus
derechos humanos, su dignidad y su integridad física. El establecimiento de
sistemas de cupos también es una medida legislativa temporal destinada a allanar
y equilibrar el terreno de juego en la esfera política y combatir los estereotipos
negativos y otros tabúes sociales que impiden la plena participación de las mujeres
en la vida política de su país. El derecho a participar en la vida política del país está
protegido por la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 21); en la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer (CEDAW) y en la Plataforma de Acción de Beijing (sección G, párr. 191) se
recomienda el establecimiento de sistemas de cupos y otras medidas temporales
similares en pro de la mujer.

Los resultados correspondientes a las mujeres y a los hombres en las cuatro áreas
seleccionadas tienden a reflejar el grado de compromiso público con respecto a la
igualdad de género; los mejores resultados (es decir, la igualdad) están vinculados
con la elaboración y aplicación de acciones focalizadas, incluyendo políticas,
medidas y otros tipos de inversiones encaminadas a reducir las disparidades y
desigualdades.

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II UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera Sesión - La Construcción de las masculinidades y roles


perspectivas de análisis. Marco conceptual sobre
masculinidades. Características de la Masculinidad.

Segunda Sesión- La Masculinidad en las relaciones de


Género.

PRIMERA SESIÓN

MARCO CONCEPTUAL SOBRE MASCULINIDADES

DEFINIENDO LA MASCULINIDAD

La masculinidad no es un objeto dado, como un traje ya confeccionado que los


sujetos machos de la especie humana vestirán, sino que se construye, se aprende
y se practica en el torrente del devenir cultural, histórico y social. Desde este punto
de vista, se encuentra vinculada al terreno de la acción y del movimiento, y no al
escenario de lo estático y lo predeterminado.

David Gilmore (1994) considera que la masculinidad “se construye desde un ideal
que no es simplemente un reflejo de la psicología individual sino parte de un cultura
pública que determina una representación colectiva”. Robert Connell (1995) va más
allá de esta definición y sostiene que las masculinidades responderían a
configuraciones de una práctica de género. Esto implica, al mismo tiempo: a) la
adscripción a una posición dentro de las relaciones sociales de género, b) las
prácticas por las cuales hombres y mujeres asumen esa posición y c) los efectos
de estas prácticas en la personalidad, en la experiencia corporal y en la cultura.
Todo ello se produce a través de relaciones de poder, relaciones de producción y
vínculos emocionales y sexuales, tres pilares presentes en distintas esferas de la
vida social (familiar, laboral, política, educativa, etc.), y que resultan de gran
fertilidad para el análisis de la construcción social de identidades de género. Pero

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además, las identidades masculinas se imbrican en un abanico de posiciones
identitarias que articulan la clase social, la edad, la etnia, la inserción ocupacional
y la opción sexual y que, de diversos modos, afectan las relaciones intra e inter-
géneros. Se parte, entonces, de pensar la masculinidad como una construcción
cultural que se reproduce socialmente y, por ello, no puede definirse fuera del
contexto social, económico e histórico. Esa construcción se desarrolla a lo largo de
toda la vida, con la intervención de distintas instituciones (la familia, la escuela, el
Estado, la religión, los medios de comunicación, etc.) que moldean modos de
habitar el cuerpo, de sentir, de pensar y de actuar el género. Pero a la vez,
establecen posiciones institucionales signadas por la pertenencia de género. Esto
equivale a decir que existe un lugar privilegiado, una posición jerarquizada para
ciertas configuraciones masculinas dentro del sistema de relaciones sociales.
Las instituciones juegan un papel crucial en la construcción de identidades de
género, y así, legitiman posiciones diferenciales tanto para los hombres frente a las
mujeres, como para algunos hombres frente a otros. En definitiva, hay una tensión
entre la elección individual de nuestra identidad y la configuración de un orden
social que impregna nuestro pensamiento, nuestras prácticas y nuestras relaciones
en diversos sentidos. Para los hombres, el crecer dentro de un sistema gené- rico
determinado, el aprendizaje de ciertas pautas y normas sobre el desempeño que
se espera de ellos, el participar en un universo de contrastes y estímulos que hacen
a la diferenciación “masculino vs. femenino” filtra claramente la experiencia
individual, subjetiva y corporal, y entonces la masculinidad atraviesa tanto el plano
individual –íntimo–, de posibilidades, exigencias y límites trazados al propio ser,
como la esfera social –relacional–, referida a su posición frente a otros sujetos.
En síntesis, podemos sostener que las masculinidades son configuraciones de
prácticas sociales, que se encuentran atravesadas por múltiples factores
personales, económicos, culturales, sociales y políticos, y se producen a través de
variados arreglos institucionales. De tal modo, sus transformaciones son también
complejas y multi-terminadas.

CARACTERÍSTICAS DE LA MASCULINIDAD

21
HETEROGENEIDAD

Es posible identificar ciertas direcciones hegemónicas5 sobre las definiciones de


masculinidad, y sobre lo que se espera de los hombres en un contexto social,
político, económico e histórico determinado. Los estudios realizados en distintos
países latinoamericanos durante los últimos años coinciden en resaltar entre las
características “esperables” de las masculinidades contemporáneas componentes
de productividad, iniciativa, heterosexualidad, asunción de riesgos, capacidad para
tomar decisiones, autonomía, fuerza, disposición de mando y solapamiento de
emociones (Viveros en Colombia, Valdés y Olavarría en Chile, Fuller en Perú,
Ramírez en Puerto Rico, y otros).

Pero es evidente que ni todos los hombres “mandan” y ejercen el poder del mismo
modo, ni todos los hombres seducen mujeres a diestra y siniestra, ni todos los
hombres tienen trabajos espléndidos en los cuales perciben los ingresos necesarios
para el funcionamiento de sus familias. En este sentido, es claro que no existen en
los hombres de carne y hueso tipos “puros” de masculinidad.

Por el contrario, en muchos casos las características esperables para los hombres
pueden entrecruzarse o contradecirse de un modo aparentemente caprichoso,
resultando casos de seres amorosos y autoritarios a la vez, o de homosexuales con
fuertes tendencias tradicionalistas respecto del papel de los hombres y las mujeres
en la sociedad, por sólo mencionar un par de ejemplos.

Asimismo, los varones participan de un abanico de alternativas identitarias


superpuestas que, además del género, incluyen la clase social, la edad, la etnia, la
inserción ocupacional y la opción sexual y todas ellas afectan sus modos de “ser
hombres”. Por otra parte, los individuos singulares también difieren en rasgos de
personalidad y gustos sea que consideremos que los mismos vienen conferidos por
los genes, los patrones de crianza o por el signo del zodíaco bajo el cual nacieron.
En todo caso, como canta Andrea Echeverri con Los Aterciopelados:

22
Hay masculinidades más y menos duras, más y menos competitivas, hay formas
identitarias más tiernas o más violentas, hay hombres productivos o estudiosos y
otros más perezosos. Existen los que hacen de la seducción una estrategia
continua y los que optan por la fidelidad de por vida.
De modo que pueden identificarse una multiplicidad de características que caben
dentro de definiciones empíricas de masculinidad. No obstante, es importante
subrayar que la variedad de modos de vivir la masculinidad no siempre responde a
los deseos o guiones de vida que los hombres puedan diseñar para sí mismos. Vale
decir, que la masculinidad tampoco es una suerte de bien de consumo, que cada
quien escoge el que mejor le sienta, sino que la heterogeneidad que señalamos es
fruto también de relaciones que existen entre los individuos y las instituciones de la
sociedad.
Así, las instituciones particularmente jerarquizadas como los deportes, el mercado
de trabajo, las organizaciones de seguridad y el Estado son privilegiadas en la
construcción social de cierto tipo de masculinidades dominantes y orientadas a la
competencia (Connell, op.cit., Bourdieu, op- .cit.). No será igual la masculinidad que
se desarrolla en el frente de guerra que la del pediatra neonatólogo. Los primeros
requerirán reforzar sus zonas de “valentía” y de poder sobre otros. Los últimos
profundizarán su racionalidad, pero también tendrán mayores licencias para
conectar con sus zonas de ternura.
Adicionalmente, dentro de instituciones idénticas, las distintas prácticas asociadas
con jerarquías diferentes afirmarán identidades masculinas disímiles.

Por ejemplo, Masculinidades y Desarrollo Social no será la misma la masculinidad


del obrero de fábrica que vive entre máquinas, ruidos y requerimientos de fuerza fí-
sica a la del gerente que en otro piso de la misma fábrica pasa sus días en
confortables despachos, con otros requerimientos de postura corporal e intelectual
y con otra ambición en términos de acumulación de capital. Y lógicamente, también
se producen diferentes masculinidades en entornos similares, según distintas
opciones sexuales.
Ahora bien, además de encontrarnos con una gama diversa de masculinidades o
de maneras de vivir y valorar el hecho de ser hombre, existen también relaciones
entre distintos tipos de masculinidades. Relaciones que se basan en el lugar que
23
los hombres ocupan en la estructura social, y que se articulan con la valoración que
se le otorga a ciertas características de virilidad en la cultura contemporánea.
Connell (op.cit.) ha distinguido interacciones entre masculinidades que incluyen
alianzas, complicidades, subordinación y dominación al interior del género
masculino. Los cuatro tipos de masculinidades identificados por este autor son:

1. Masculinidad hegemónica: responde a la lógica corrientemente aceptada que


tiende a reproducir la dinámica del patriarcado (la dominación de los hombres y
la subordinación de las mujeres). Como concepto gramsciano, la hegemonía
supone una articulación entre el ideal cultural y el poder institucional. Su
perdurabilidad es incierta, pues existen fuerzas que procuran deslegitimarla y
constituir una nueva hegemonía continuamente. A la vez, la misma no puede
defenderse por la violencia directa sino que requiere de recursos de autoridad
más sutiles y aceptados socialmente. En nuestra sociedad, la masculinidad
hegemónica estaría representada por hombres blancos, de clase media, de
mediana edad, alto nivel educativo, heterosexuales, exitosos en su trabajo,
proveedores principales del hogar, prestigiosos.

2. Masculinidad subordinada: entre grupos de hombres, también existen relaciones


de dominación y subordinación. Así, los hombres gay suelen ser discriminados
por sus congéneres a partir de una lógica homofóbica que los considera
“femeninos” (lo que equivaldría a una categoría de hombre inferior). Esta ló- gica
discriminatoria frecuentemente se plasma en procesos materiales, que
restringen a los homosexuales en el acceso a ciertos empleos o jerarquías en
sus ocupaciones. Aunque esta no es la única masculinidad subordinada es una
de las más evidentes.

3. Complicidad: La mayoría de los hombres no responden al tipo ideal de la


masculinidad hegemónica. No obstante, colaboran en su manutención porque,
de algún modo, el sistema de dominación patriarcal les ofrece ciertos beneficios
por el hecho de ser hombres, que no sólo se expresa en el prestigio y el poder
sino también en la posibilidad de generar recursos económicos más altos que
los de las mujeres y mayor valoración simbólica de sus voces, de sus cuerpos y
24
de su racionalidad. Según Connell, estos hombres pueden tener fuertes
compromisos con las mujeres y no ser violentos con ellas, pero aún así, la
obtención de esta suerte de “dividendo patriarcal” les resta motivos para intentar
cambiar el sistema de dominación masculina.

4. Marginación: las masculinidades marginadas coinciden con los grupos étnicos


que detentan menor poder en el contexto de supremacía blanca. Esto configura
movimientos continuamente cambiantes, que se definen en situaciones
particulares. La marginación en este caso, se refiere al tipo de relación entre
masculinidades (por ejemplo, en las relaciones entre hombres blancos y
hombres indígenas o afro-descendientes), pero en el interior de los grupos
étnicos pueden operar similares privilegios de género a los encontrados en el
conjunto de la sociedad. Vale decir, que de todos modos un hombre indígena
puede tener más poder dentro de su comunidad que una mujer de su misma
etnia.

DINAMISMO

Como toda categoría cultural, la masculinidad es dinámica. Vale decir, que tanto lo
que se considera propio de lo masculino en una cultura y grupo determinados, como
las modalidades de organización de la vida social a partir de la definición de
relaciones masculino-femenino, se transforman. En los últimos años proliferaron
invitaciones a construir una “nueva masculinidad”, las que apelaron a metáforas
tales como “reaprender a ser hombres”, “rehacerse hombres” y ser un “hombre
genuino”. Con estas apelaciones se buscaba que los hombres pudieran “liberarse
de roles prefijados socialmente”. Sin embargo, hablar de “nueva masculinidad” es
a la vez una tautología –pues la masculinidad ha estado siempre reinventándose–,
y una falacia –pues sus transformaciones no alcanzan necesariamente a todas las
dimensiones ni a todos los hombres al mismo tiempo, a modo de un “renacer
unidireccional y colectivo”, entre otras cosas, porque tampoco surgen de un piso
común.

25
Probablemente, en el universo heterogéneo de hombres cuyas masculinidades se
encuentran filtradas por experiencias sociales, económicas, históricas y también
personales, se pueden identificar sujetos o grupos de hombres que procuran
acomodarse literalmente a una noción tradicional o hegemónica de masculinidad y
otros que buscan redefinir su modo de ser hombres en función de ideas más
modernas, que apuestan por el cambio. En el medio, en un territorio en el cual
conviven viejos y nuevos proyectos de género, se encuentran, seguramente, la
mayoría de los hombres. De modo que pensar a los varones en esquemas polares
o dicotómicos no puede llevarnos muy lejos en la reflexión sobre las masculinidades
tradicionalmente hegemónicas o sus contestaciones contemporáneas.

Por último, es importante subrayar que el hecho de reconocer la construcción de


identidades y relaciones de género como un proceso dinámico, no equivale a decir
que su modificación sea sencilla o que dependa exclusivamente de voluntades
individuales. Por el contrario, las razones de estas transformaciones pueden ser
múltiples. El aumento de los niveles educativos de las mujeres; la extensión del uso
de métodos anticonceptivos; e incluso períodos de recesión y crisis económica, que
afectaron en términos de contracción de los ingresos masculinos, el incremento del
desempleo y la incorporación (precaria) de mayor cantidad de mano de obra
femenina, constituyen algunos de los motivos presentes durante las últimas
décadas que han ido transformando las relaciones de género en algunos sectores
de América Latina y que ubican a la masculinidad en un punto de interpelación. De
tal modo, en el contexto latinoamericano de fin de siglo, no puede obviarse que los
cambios que están operándose en las masculinidades tienen un anclaje en los que
se produjeron a partir de la mayor participación de las mujeres en la vida social.
Desde este punto de vista, el tiempo actual parece ser un punto de inflexión, de no
retorno. Afecta la vida de las mujeres, pero también, sustantivamente, la de los
hombres.

NECESIDAD DE REAFIRMACIÓN CONSTANTE

Muchos de los autores que trabajaron sobre la masculinidad, destacaron que la


misma supone un proceso de continua afirmación, frecuentemente perfeccionado
26
a partir de ciertos “rituales” que cada cultura marca a los varones a modo de
iniciación (Badinter, op.cit.; Gilmore, op.cit.; Viveros y Cañon, 1997, entre otros).

Badinter afirma que “contrariamente a lo que siempre se ha creído (el proceso de


hacerse hombre) es más largo y más difícil que ese mismo proceso en la mujer”.
Pero más allá de la tendencia hiperbólica que puede surgir cuando la lente se
acerca a un determinado objeto de estudio, resulta interesante pensar sobre los
rituales vigentes en la conformación de la masculinidad occidental contemporánea
como hitos en los cuales no escasean dificultades.

Tres características mencionan Badinter en esta ritualidad: la primera es que a


diferencia de las mujeres (y su menarca), los hombres no atraviesan un giro
biológico que determine el pasaje de la infancia a la virilidad adulta; la segunda es
que la virilidad se afirma a partir de una serie de pruebas, que frecuentemente
implican dolores físicos o psíquicos; la tercera es que el proceso de
“masculinización” es acompañado por pares u otros hombres, y que escasamente
intervienen en él los padres.

Por su parte, David Gilmore aporta una idea sugerente sobre la labilidad de la
masculinidad. A través de un análisis ambicioso en el que suma estudios
etnográficos producidos en distintos puntos del planeta, concluye que la
masculinidad no es una adquisición que se eterniza una vez ganada, sino que debe
reafirmarse continuamente. Según él, los tres imperativos básicos de esta
reafirmación lo constituyen la fecundación, la provisión y la protección. Pero a estos
tres mandatos, podemos añadir otros igualmente poderosos en el pasaje hacia la
virilidad, que incluyen la conquista sexual, la autonomía en el mundo público, la
demostración de fuerza física o de “valentía” y, lo que Valdés y Olavarría (1998)
denominan la “competencia social”.

SEGUNDA SESION

LA MASCULINIDAD EN LAS RELACIONES SOCIALES DE GÉNERO

27
Definir al género como una variable que atraviesa relaciones sociales implica
reconocer que las relaciones de gé- nero se encuentran imbricadas en un contexto
amplio en el cual se estructuran la división de recursos y responsabilidades,
exigencias y obligaciones entre diferentes grupos sociales de hombres y mujeres
(Kabeer, op.cit.: 289). Estas relaciones configuran identidades masculinas y
femeninas, en tanto movilizan estructuras de intercambio y producción de
desigualdades entre hombres y mujeres que pueden ser analizadas en base a tres
dimensiones. Según Connell (1987, 1995) las mismas corresponden a:
1. las relaciones de poder: se practican en los modos de ejercer autoridad y de
poner reglas dentro de un ámbito determinado e históricamente corresponden a
modelos de dominación masculina y subordinación femenina;
2. las relaciones de producción: hacen a la división del trabajo y la distribución de
los recursos en el ámbito bajo análisis. Se relaciona tanto con el mundo público
como con el privado. En el hogar, incluye (como trabajo) la crianza de hijos e hijas
y el mantenimiento cotidiano del mismo. En el mundo laboral revisa la asignación
de tareas, responsabilidades y jerarquías entre hombres y mujeres.
3. las relaciones de afecto y la sexualidad: constituye el entramado de deseos,
amores y resquemores en los que participan hombres y mujeres. También atraviesa
al ordenamiento del deseo sexual en las relaciones entre géneros. Estas
dimensiones se articulan de múltiples maneras. Las relaciones de autoridad se
ejercen en espacios públicos y privados. Son filtradas por afectos y por emociones.
Interjuegan con el trabajo y con las labores domésticas. Igualmente, hay ejercicio
de poder en los vínculos emocionales y en los laborales. Vale decir, que la distinción
obedece a una necesidad analítica pero en la interacción cotidiana, estos tres tipos
de relaciones se conectan entre sí de múltiples maneras, admitiendo variadas
articulaciones entre sí. La planeación del desarrollo suele reconocer las dos
primeras dimensiones vinculadas con el poder y el trabajo, como dimensiones
“importantes” sobre las cuales operar. Pero en esta dinámica, que se inscribe en
una escisión y jerarquización del mundo público por sobre el privado, del mundo
“racional” por sobre el afectivo, no se pasan por alto los vínculos emocionales, sino
que se incluyen como supuestos circunscriptos a la esfera de lo personal y privado.
Con frecuencia se incorporan como supuestos también la escisión entre el mundo
28
público y el privado, las jerarquías en unos y otros y la división del trabajo y
distribución de recursos en función del género. Muchos de estos supuestos
requieren ser reexaminados en función de cualificar las concepciones y diseños
acerca del desarrollo.

En este sentido, las identidades masculinas, consideradas en términos de


construcciones sociales que constituyen posiciones y prácticas de género, se
definen y transforman en contextos sociales, económicos, culturales y políticos
determinados. Y, mientras las relaciones sociales de género se construyen
cotidianamente en torno a por lo menos tres dimensiones interrelacionadas, los
contextos que enmarcan las configuraciones de dichas dimensiones pue den
analizarse desde la perspectiva del “régimen de bienestar” señalada por Esping-
Andersen (1990). Desde esta perspectiva, el modelo de relaciones de gé- nero que
dio origen a las configuraciones masculinas sustentadas en la provisión económica,
la autoridad familiar e, incluso, la autonomía sexual, fue consecuente con
determinado “régimen de bienestar” (Esping-Andersen, 1990), en el cual las
políticas estatales, el mercado y las familias interactuaban en pos del bienestar de
los individuos en sentidos complementarios. Estas tres instituciones sociales
(estado, mercado y familia) se encontraban atravesadas por determinada
organización social en torno a los derechos y responsabilidades de hombres y
mujeres. Particularmente, a las familias –dentro del orden social– y a las mujeres –
dentro de las familias– les era asignado un determinado rol doméstico y de crianza,
cuya “eficacia” operativa y simbólica descansaba en ser desempeñado en virtud de
una lógica altruista, a tiempo completo y sin la obtención de ingresos monetarios,
mientras el Estado protegía el bienestar de las familias mediante transferencias de
ingresos destinados a la figura del varón proveedor (vía salario familiar para jefes
de hogar activos o pensiones para los hombres mayores) y la regulación de los
mecanismos de protección social (servicios de salud ligados al empleo del varón
jefe de hogar, etc.). El mercado, a su vez, suministraba aquellos bienes y servicios
que no cubrían ni el Estado ni las familias y su sesgo de género se evidenciaba a
través de la división sexual de los trabajos, las jerarquías dentro de las
organizaciones laborales, así como de la distribución de los recursos producidos en
el mercado.
29
En esta dinámica, las políticas estatales cumplieron un significativo papel en la
definición de las “reglas de juego” de la redistribución social y de los derechos y
responsabilidades de los ciudadanos (Esping-Andersen, 1996; Cortés, 2002). Por
ende, constituyeron herramientas significativas en la construcción de identidades
de género a través de instrumentos que configuran la división del trabajo y del poder
relativo de ambos géneros (Creighton, 1999; EspingAndersen, 2002).

En las últimas décadas, múltiples presiones han ido erosionando el modelo de


relaciones de género que daba sustento a ciertos modelos identitarios. A nivel de
las relaciones sociales de género, se perciben tensiones y tendencias de cambio
tanto en las relaciones de poder –a través de la ampliación del reconocimiento de
los derechos civiles y políticos de las mujeres–, las relaciones de producción –vía
el importante incremento de la participación económica de mujeres casadas y la
precarización de las condiciones laborales del conjunto de la población activa– y
los vínculos sexuales y emocionales –debido a la creciente regulación de la
fecundidad, la liberalización de las costumbres sexuales y la proliferación de
identidades sexuales diversas.

MASCULINIDADES Y DESARROLLO

Uno de los posibles puntos de vista para a pensar las masculinidades dentro de las
políticas de desarrollo admitiría un análisis sobre el modo en que ciertas culturas
en determinados momentos históricos plasman políticas de masculinidad. Dicho
enfoque, admite, por ejemplo, el aná- lisis sobre el régimen de bienestar
hegemónico, pero, además, permite indagar el impacto de distintas políticas en la
configuración de identidades masculinas. Dentro de las políticas económicas, se
podría analizar si se potencian modelos de masculinidad productivos en torno a la
cooperación o la competencia. Dentro de las políticas de seguridad, se podría
indagar el modo en que distintos planes pacifistas o belicistas definen a sus aliados
y a sus enemigos, cómo configuran discursos relativos a las cualidades de sus
ciudadanos y cómo van modelando imágenes acerca de sujetos viriles que
concuerdan con un cierto modelo hegemónico que emerge en el discurso público.

30
En políticas de provisión de servicios y cuidado de niños, debería observarse la
manera en que se incluye o excluye a hombres y mujeres en su diseño e
implementación. Unas y otras políticas, en últimas, van definiendo modelos de
sujetos, de identidades y de relaciones (entre masculinidades y/o de género)
acordes a los ideales de sociedad vigentes en cierto período y contexto
sociocultural. Esta perspectiva ameritaría un análisis específico en el terreno
académico, para poder ser utilizada en talleres con hombres líderes de desarrollo
social. Otro punto de vista es el que abordamos en los talleres y que coincide con
el propuesto por Alan Greig, Michael Kimmel y James Lang (2000), al observar los
“usos de la masculinidad” en algunos temas particularmente sensibles al desarrollo.
Estos autores examinan temas como el poder, la producción y la reproducción
social, la pobreza y la gobernabilidad, la violencia, la salud, los espacios laborales
y las organizaciones, dando cuenta de determinadas posiciones que las
masculinidades han asumido dentro de las prácticas sociales y políticas en cada
uno de estos temas. La mirada se ubica por tanto en los varones y, a partir de allí,
se piensa en los procesos de desarrollo.
Sintéticamente, el análisis realizado por Greig, Kimmel y Lang sugiere que existe
una clara naturalización del poder masculino que facilita a los hombres y
obstaculiza a las mujeres a acceder y controlar el poder político, económico y
cultural. Sin embargo, la importante heterogeneidad social de nuestros países,
resulta en que la gran mayoría de los hombres se encuentren relativamente
desprovistos de poder frente a sus propios congéneres. Esto permitiría desarrollar
conexiones entre las políticas de género que desafían el patriarcado y otras
políticas que procuran transformar disparidades étnicas o de clase presentes en las
relaciones sociales.
En cuanto a la separación de esferas de producción y reproducción social, se
observa que el creciente nivel de inserción femenina en el mercado de trabajo
remunerado no ha variado aún sus responsabilidades en el mundo privado. De tal
modo, estaríamos presenciando lo que se ha llamado “doble o triple jornada” para
las mujeres, que se constata en la mayor participación de ellas en el trabajo
doméstico y reproductivo, sin un correlato de participación de los varones en el
mundo privado con la misma fuerza. Puede sostenerse que las políticas de
masculinidad vigentes en América latina, no buscan la transformación social y
31
política de esta realidad (lo que podría promoverse no sólo a través de
deconstrucciones simbólicas, sino también por medio de transformaciones
normativas e institucionales que reconozcan licencias por paternidad más amplias,
permisos para que los hombres puedan cuidar a sus hijos cuando están enfermos,
inserción de varones en programas de provisión de servicios comunitarios, etc.).
Así, el sesgo cultural que asignaba a los hombres el papel de provisión del hogar,
fue frecuentemente reforzado por los marcos de de sarrollo macro-económicos y
las estrategias de reducción de pobreza desarrolladas en las últimas décadas.
Durante los últimos años un número considerable de actores vinculados al
desarrollo han dado cuenta de la relación existente entre la igualdad de género, los
derechos humanos y la reducción de la pobreza. No obstante, las polí- ticas de
reducción de la pobreza concebidas a partir de un “sesgo masculino” no suelen
cuestionar la segmentación del mercado de trabajo, ni la diferencia en los ingresos
entre hombres y mujeres, y así, convalidan discursos sobre la masculinidad
admitiendo jerarquías de género.
Los sistemas y estructuras de gobierno, por su parte, dan forma a políticas de
masculinidad como las enunciadas más arriba, que vale la pena reconocer. De tal
modo, por ejemplo, se inscribirían las diferencias en la participación de hombres y
mujeres en puestos gubernamentales de la más alta jerarquía. Pero a la vez, este
sesgo puede plasmarse en la configuración ideológica de algunos movimientos
políticos y sociales. Así, por ejemplo, mientras algunos movimientos nacionalistas
tienden a ser anti-feministas, ciertas políticas colonialistas han tendido a
perpetrarse afirmando patrones de virilidad que cuestionan las masculinidades de
sus colonizados, considerándolas “afeminadas” o “hiper-masculinas”, dependiendo
de los casos.
La cuestión de la violencia, por su parte, constituye otro serio problema de
desarrollo que claramente determina inequidades y desigualdades de género de un
modo complejo. Mayoritariamente, la violencia doméstica tiene a los hombres como
perpetradores en todo el mundo, mientras la violencia pública es protagonizada y
padecida general mente por ellos mismos (WHO, 2002). En distintos países, se han
diseñado e implementado programas destinados a prevenir y atender la violencia
de género. Algunos de ellos, como la campaña del Lazo Blanco (White Ribbon

32
Campaign), se han preocupado por incluir activamente a los hombres, promoviendo
cambios sustantivos entre los hombres perpetradores de violencia.
La salud de los hombres también ha sido un tema de creciente interés por parte de
los actores del desarrollo. Particularmente, se puede pensar en los riesgos que se
vinculan con los guiones hegemónicos de masculinidad, y que permiten observar
tanto las muertes masculinas ligadas a situaciones de múltiples violencias (WHO,
2002), como los importantes niveles de infección de VIH-SIDA por parte de los
hombres. Pero a la vez, el tratamiento de la salud sexual y reproductiva, analizando
las dimensiones de poder que se inscriben en el intercambio de placer sexual,
resulta también un enfoque necesario y cada vez más presente en la agenda
internacional y, para ello, también resulta insoslayable revisar la construcción social
de identidades masculinas y su puesta en acto en las relaciones afectivas y
sexuales.
Finalmente, la masculinidad hegemónica se plasma también en el diseño de las
organizaciones y los espacios de trabajo, que constituyen instituciones altamente
generizadas, “masculinizadas” en términos de su cultura organizacional y las
jerarquías que reproducen entre hombres y mujeres. Greig, Kimmel y Lang analizan
al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), encontrando cierta
ausencia de oportunidades para los hombres para discutir cuestiones de equidad
de género con otros hombres y con mujeres y un limitado número de hombres que
participan en estos esfuerzos.
En síntesis, la inclusión de un análisis de la masculinidad en los procesos de
desarrollo, puede favorecer la mirada crítica de las concepciones de desarrollo
vigentes y coadyuvar a de construir relaciones de dominación tanto social como de
género. Para ello, se requiere ampliar el universo de profesionales involucrados en
estos procesos, incorporando más significativamente a los hombres líderes en
entidades públicas y en organizaciones de la sociedad civil.

MASCULINIDAD EN EL PERÚ

Desde fines del siglo XX, los estudios de masculinidad en el Perú coinciden en que
los significados tradicionales de masculinidad, que establecen diferencias y
jerarquías de género favorables al varón, empiezan a perder solidez debido a la
33
transformación de la condición de las mujeres en la sociedad (Ruiz Bravo, 2001;
Fuller, 2002). El estatus de la mujer se ha transformado debido a varios factores,
entre ellos la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, la mayor participación
política de las mujeres y el acceso de las mujeres a la educación superior y el
mercado laboral. La redefinición de las relaciones de género contribuye a
desestabilizar los significados tradicionales de masculinidad (por ejemplo, el rol del
varón como proveedor). Frente a los cuestionamientos de las concepciones
tradicionales de masculinidad, nos preguntamos: ¿de qué manera están
construyendo su masculinidad las nuevas generaciones? Esta interrogante
adquiere relevancia en ámbitos institucionales específicamente diseñados para
formar a nuevas generaciones, como la escuela (Sancho, Hernández, Herraiz y
Vidiella, 2009).

34
III UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera Sesión – Grupos Vulnerables. Definición


Segunda Sesión- El Rol de la PNP en el marco de
la Protección a los grupos de vulnerabilidad.

PRIMERA SESIÓN

GRUPOS VULNERABLES

Definición
Lo constituyen aquellos grupos de personas dentro de una sociedad que por razón
de sexo, edad, opción sexual, ideología, creencia religiosa, etnia, condición
económica, empleo o de cualquier otra índole se encuentran en inminente riesgo
de violación de sus derechos.

Son aquellos grupos humanos, que se encuentran vulnerables ante la sociedad y


que son objeto constante de discriminación, de diversa índole ya sea étnica-racial,
ideológica, religiosa, económica, social, sexual, cultural, etc.

Grupos vulnerables
a. La Mujer
La igualdad es la base de toda sociedad democrática que se deba a la justicia y
a los derechos humanos. En casi todas las sociedades y todos los ámbitos de
actividad, la mujer es objeto de desigualdades en la ley y en la práctica. Motiva
y agrava esta situación la existencia de la discriminación en la familia, la
comunidad y el lugar de trabajo. La discriminación contra la mujer persiste a
causa de la subsistencia de conceptos estereotipados (tanto de las mujeres
como de los hombres) así como de culturas y creencias tradicionales que
perjudican a la mujer.

35
b. Niños y adolescentes
Los niños necesitan protección y cuidados especiales y dependen de la ayuda
y la asistencia de los adultos, especialmente durante los primeros años de su
vida. No es suficiente otorgar a los niños los mismos derechos y libertades que
a los adultos. En muchos lugares del mundo, la situación de los niños es crítica
por diferentes causas: condiciones sociales inadecuadas, catástrofes
naturales, conflictos armados, explotación, analfabetismo, hambruna y
minusvalías. Los niños no son capaces de luchar solos eficazmente contra tales
condiciones, ni de mejorarlas. Por consiguiente, la comunidad internacional ha
instado a que los Gobiernos aprobaran leyes en que se reconozcan la condición
y las necesidades especiales de los niños, y en que se instituya un marco de
protección adicional destinado a obtener su bienestar. En el plano internacional,
la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó, el 20 de noviembre de
1989, por unanimidad, la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), en
la que se reconoce que el niño necesita protección y cuidado especiales,
incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento.

c. Ancianos
Los Derechos Humanos son universales y civiles, políticos, económicos, sociales
y culturales, pertenecen a todos los seres humanos, incluyendo a las personas
mayores. Los derechos humanos de los ancianos están establecidos en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Pactos Internacionales, La
Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la
Mujer, y otros Tratados y Declaraciones internacionales de derechos humanos.

d. Personas con discapacidad


Los derechos humanos son universales, políticos, civiles, económicos, sociales
y culturales, pertenecen a todos los seres humanos, incluyendo a la personas
con distintas discapacidades. Las personas discapacitadas deben gozar de sus
derechos humanos u libertades fundamentales en términos iguales con otros
en la sociedad, sin discriminación de ningún tipo. Ellos también disfrutan de
ciertos derechos específicamente ligados a su status.
36
e. Víctimas
Tras un rápido examen de la formación profesional y las prácticas de los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, se llega a la conclusión de que
la atención y los recursos se centran en los (potenciales) delincuentes. Las
funciones de aplicación de la ley y de mantenimiento del orden público suelen
tener como destinatarios únicamente a personas que contravienen la ley o el
orden público. Se muestra poco o ningún interés por la amplia mayoría de
personas que respeta la ley y no causa desórdenes. Por consiguiente, no
sorprende que, aparte del derecho a presentar una denuncia, las personas
lesionadas o perjudicadas de cualquier otro modo por delincuentes, reciban poca
o ninguna atención o protección.

f. Homosexuales
Cada hombre, mujer y niño tiene el derecho a estar libre de discriminación
basada en género, raza, etnia, orientación sexual u otra condición, así como a
otros derechos humanos fundamentales que dependen de la realización plena
de los derechos humanos para la protección de su opción sexual. Estos derechos
se encuentran establecidos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, los Pactos Internacionales y otros tratados y declaraciones
internacionales; todas éstas constituyen herramientas poderosas que deben ser
puestas en marcha para eliminar todo tipo de discriminación.

g. Refugiados y Desplazados internos


En los últimos años, la difícil situación de los refugiados y los desplazados
internos se ha convertido en un grave problema de repercusiones e importancia
mundiales. Se calcula que el número total de refugiados y desplazados internos,
en el mundo, asciende actualmente (1997) a unos 50 millones, la mayoría en
Asia y África. Este aumento constante de esas cifras supone un gran reto para
la comunidad internacional y, como ya ha sucedido, puede provocar tensiones
en zonas y regiones que antes eran tranquilas. La sola satisfacción cuantitativa
de necesidades básicas como la alimentación, el alojamiento, los cuidados
médicos y la higiene plantea considerables problemas logísticos de suministro y
37
distribución adecuada y equitativa. Los Gobiernos concernidos se ven ante
dilemas aparentemente insolubles, incluidos los que plantea la repatriación de
grupos de personas que abandonan su país de origen a causa de
enfrentamientos étnicos y violaciones de derechos humanos. A menudo, esas
personas temen regresar, mientras que su presencia en otro país o región
suscita dificultades infranqueables. Las dimensiones internacionales actuales del
problema de los refugiados y los desplazados internos no implican que éste
tenga menos importancia para los funcionarios encargados de hacer cumplir la
ley, en el ámbito nacional. Por el contrario, en este capítulo se pondrá de relieve
la importancia que tienen las actividades de aplicación de la ley para la
protección y la asistencia a los refugiados y los desplazados internos.

SEGUNDA SESION

EL ROL DE LA PNP EN EL MARCO DE LA PROTECCIÓN A


LOS GRUPOS DE VULNERABILIDAD

38
EL TRATO DE LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ HACIA LAS VÍCTIMAS.
Los miembros de la Policía Nacional en el trato de las víctimas deberá mantener
presente su condición de funcionario público y la vocación de servicio de su
profesión por tanto deberá tratar con respeto y atención a la víctima escuchando su
requerimiento, guardando la confidencialidad debida, procurando orientación
adecuada y oportuna, y prestando el auxilio y atención requerida de la víctima,
basándose en principios fundamentales y esenciales que a continuación se
detallan:

Principios fundamentales
a. Las victimas tiene derecho a ser tratadas con compasión y respeto por
su dignidad humana;
b. Las víctimas tienen derecho a la pronta reparación del daño que hayan
sufrido.

Principios esenciales
a. Todas las víctimas de delitos, abusos de poder o violaciones de los
Derechos Humanos serán tratadas con compasión y respeto.
b. Las víctimas tendrán acceso a los mecanismos de la justicia y a una
pronta reparación.
c. Los procedimientos de reparación serán expeditos justos, poco costosos
y accesibles.
d. Se informará a las víctimas de su papel en las actuaciones oficiales del
alcance, el desarrollo cronológico y la marcha de esas actuaciones y la
decisión de sus casos.
e. Se permitirá a las víctimas presentar sus opiniones y preocupaciones
sobre todo los asuntos en que estén en juego sus intereses personales.
f. Las víctimas recibirán toda la asistencia jurídica, material, medica,
psicológica y social que sea necesaria y serán informadas de la
disponibilidad de esa asistencia.
g. Se minimizarán las molestias causadas a las víctimas en el tratamiento
de sus casos.

39
h. Se protegerán la intimidad y la seguridad de las víctimas.
i. Se evitarán las demoras innecesarias en el tratamiento de los casos de
las víctimas.
j. Los delincuentes, cuando proceda, resarcirán a las víctimas.
k. Los gobiernos se encargarán del resarcimiento cuando haya existido
culpa de funcionarios públicos.
l. Se pondrá a disposición de las víctimas una indemnización financiera a
cargo del delincuente y si ello es imposible, del Estado.
m. Se capacitará a la policía en relación con las necesidades de las víctimas
y se le darán directrices para garantizar una ayuda apropiada y rápida

40
IV UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera Sesión – Marco Conceptual de la violencia basada en


género
Segunda Sesión- Modalidades de violencia basada en género.

IV UNIDAD

PRIMERA SESIÓN

MARCO CONCEPTUAL DE LA VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO

La violencia basada en género, que tiene un carácter generalizado, constante y


múltiple, se presenta en distintos espacios de la vida social, por lo que requiere
ser atendida desde un enfoque que permita visibilizar las múltiples conexiones
entre las diferentes formas en que se presenta.

Al respecto, resulta útil tomar como referencia los aportes teóricos de Johan
Galtung sobre la violencia, que propone un modelo triangular para ilustrar la
manera en que distintos tipos de violencia se relacionan entre sí. Galtung distingue
entre la violencia directa, la violencia estructural y la violencia cultural.

Para este autor, la violencia se entiende como: “afrentas evitables a las


necesidades humanas básicas, y más globalmente contra la vida, que rebajan el
nivel real de la satisfacción de las necesidades por debajo de lo que es
potencialmente posible. Las amenazas de violencia son también violencia” Es
posible hacer una lectura de los planteamientos de Galtung desde el enfoque de
derechos para colocar la violencia en el lugar que le corresponde, pues producto
de las luchas de las mujeres es que se empieza a considerar a la violencia como
un problema público y se la incorpora como un asunto de derechos que entra en
el campo de exigibilidad frente al Estado, que debe brindar garantías para que se
cumplan.

41
En el caso de las mujeres, la violencia directa es claramente evidenciable y se
ejerce contra sus derechos de sobrevivencia, de identidad, de bienestar y de
libertad, a través del feminicidio, el maltrato, el desprecio, el acoso, la alienación
identitaria proveniente de los modelos hegemónicos de feminidad, la ciudadanía
de segunda categoría y la sistemática negación de derechos y de opciones y
elecciones de vida para las mujeres.

Del mismo autor sabemos que si bien la violencia estructural se vincula a lo


económico, cuando se trata de las mujeres, expresa además el añadido que
deviene de la posición subordinada que ocupan ellas en el orden social y
económico, que configura situaciones de violencia específicas y diversas. En ese
contexto, “las relaciones de género, social y culturalmente construidas, forman
parte de este tipo de violencia estructural institucionalizada, aceptada socialmente,
con efectos profundos, en muchos casos invisibles, no evidentes de manera
directa, en las potencialidades y en el bienestar humano”

Algunas de las expresiones más evidentes de la violencia estructural en las


mujeres son:
• La desigualdad para el acceso a la propiedad.
• La diferente determinación de los salarios para hombres y mujeres a igual
capacidad y experiencia (presente en la idea anterior).
• Las diferencias en el acceso a las posiciones de poder y tomar de
decisiones.
• La feminización de la pobreza.

42
• La división sexual del trabajo.

A esto se agrega que se trata de violencias que han sido socialmente pactadas,
organizadas y reguladas, lo que implica que están integradas a la institucionalidad
de la sociedad. En el caso del Perú, es preciso señalar además que son violencias
que han recibido la herencia histórica del pasado colonial y de la desigualdad entre
clases sociales y su correlato: el desprecio de los criollos de sectores altos y
acomodados por las capas sociales más humildes de origen indígena o africano,
herencia que también alcanza a las mujeres que provienen de esos estratos o
clases y que, pese al tiempo transcurrido de vida republicana, aún se mantiene
viva.
Por otro lado, la violencia cultural tiene un carácter simbólico y perdura en el
tiempo. De acuerdo a lo que señala Galtung, cumple la función de legitimar a las
otras dos formas de violencia: la violencia directa y la violencia estructural. Aquí se
encuentra lo que se ha construido respecto de la mayor cercanía de la mujer a la
naturaleza debido a su papel reproductor, que la ha encasillado en el mundo
familiar del cuidado, entendido en contraposición del mundo de la racionalidad, de
la producción, de la creación transformadora y la cultura y lo que, por otro lado, se
ha construido asociado a los varones, a quienes se reconoce capacidades para
regirse en el mundo público de la ciencia, de la política y el arte, que además
ostenta mayor prestigio y reconocimiento social.

También forman parte de la violencia cultural contra las mujeres, aquellas ideas y
estereotipos que se mantienen vigentes hasta hoy en día acerca de la pasividad y
falta de impulso creativo de las mujeres

Finalmente, todo lo que constituye ese universo de representaciones marcadas


por consideraciones de género en el campo simbólico son expresiones de este
tipo de violencia, que al estar internalizadas en cada individuo y en cada institución
social, son poco visibles y por ello, difíciles de combatir y erradicar. El papel de la
violencia simbólica es clave para entender los mecanismos de la violencia en su
conjunto y las interconexiones entre estas distintas formas de violencia.

43
Ahondando en el tema de la violencia simbólica, Bordieu señala con acierto que la
diferencia entre los sexos tiene el carácter de una institución que marca tanto lo
objetivo de las estructuras sociales como lo subjetivo de las estructuras mentales
a tal punto que el dominio masculino no necesita justificarse, ya que se expresa a
todo nivel y se refuerza permanente a través de las costumbres y los discursos.

La noción de habitus que hace referencia a los cuerpos sobre los cuales se inscribe
este sistema social de dominio masculino, permite entender cómo esta división
entre los sexos, que define toda una manera de entender el mundo, se vuelve
natural y se legitima en cada uno de los individuos que componen la sociedad. El
soporte de esta dinámica es la violencia simbólica, que echa mano de la eficacia
del “prejuicio desfavorable”, por el cual sólo se pueden percibir las propiedades y
características negativas que la posición dominante desea transmitir con respecto
a las mujeres.

Sin embargo, la violencia simbólica se consolida al establecer un juego de espejos


entre hombres y mujeres que se ven como antagónicos y que se definen por
oposición al otro y en el que el dominado no tiene otras categorías para entenderse
e identificarse a sí mismo, que las que le ha impuesto la parte dominante.

SEGUNDA SESIÓN

MODALIDADES DE LA VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO


44
Feminicidio

El feminicidio se define como el asesinato de las mujeres perpetrado por los


hombres por el solo hecho de ser mujeres y que tiene como base la discriminación
de género. En realidad, debe ser visto como el último capítulo en la vida de muchas
mujeres, marcada por un “continuum de violencia y terror” (Defensoría del Pueblo,
2010). Es producto del fracaso de los intentos de someter y controlar a las mujeres.
Expresa la necesidad de eliminar, en forma definitiva, la capacidad de las mujeres
de convertirse en sujetos autónomos. A menudo los medios presentan el
asesinato de mujeres como “crímenes pasionales”, lo cual desvirtúa su carácter y
contribuye a reforzar los estereotipos que ubican a las mujeres en una posición de
subordinación y desvalorización frente a los varones.

El feminicidio es la más grave manifestación de la violencia basada en género y


es un fenómeno bastante extendido, que va aumentando sistemáticamente en el
país y en la región. Siete países de América Latina lo han tipificado como delito, lo
cual tiene ventajas, ya que facilita que en la investigación y en el proceso judicial
se consideren factores y variables distintos a los que se toman en cuenta cuando
se aborda un homicidio y que responden a la especificidad de este delito.

Asimismo, hace posible que se visibilice el trasfondo de género que hay detrás de
estos delitos y que se identifique a las mujeres como sujetas de protección, entre
otras ventajas.

Violencia sexual
La violencia sexual sigue siendo una de las modalidades menos denunciadas y
con más problemas de acceso a la justicia. Puede darse tanto en el espacio
privado como en el público, en tiempos de paz o de conflicto armado y más aún
puede constituirse en delito de lesa humanidad cuando es perpetrado de forma
sistemática contra las mujeres de una nación o grupo étnico, como forma de
humillar a los varones vencidos y dar una prueba de hegemonía (Defensoría del
45
Pueblo, 2011). Por sus características, la violencia sexual se constituye en un
verdadero indicador de las desigualdades de género en todos los ámbitos de la
vida social, que limitan el ejercicio de derechos de las mujeres.

La violencia sexual abarca una gran diversidad de situaciones contra la integridad


sexual de la persona, que tienen como base la desigualdad de género, y en la cual
intervienen además otros determinantes. En la Ley 30364, se señala que la
violencia sexual se refiere a “acciones de naturaleza sexual que se cometen contra
una persona sin su consentimiento o bajo coacción. Incluyen actos que no
involucran penetración o contacto físico alguno. Asimismo, se consideran tales la
exposición a material pornográfico y que vulneran el derecho de las personas a
decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva, a través de
amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, artículo 8, inciso c.
Como es recogido en la nueva Ley aprobada, y de acuerdo a la jurisprudencia
internacional y en concordancia con las reglas de procedimiento provenientes de
la Corte Penal Internacional, no es preciso que haya penetración para que se
configure un caso de violencia sexual. Basta con que haya abuso de naturaleza
sexual que afecte la integridad moral y física de una persona y su dignidad, ejercido
a través de coerción, amenaza o intimidación.

“Los factores asociados al problema son conocidos: las desigualdades de género


y discriminación sexual que interactúan con otros estratificadores sociales tales
como el estatus socioeconómico, la edad, el nivel educativo, el origen étnico,
residencia urbana o rural, estatus migratorio, discapacidad, tipo de trabajo,
orientación sexual, religión, entre otros.
Estos determinantes estructurales definen los riesgos y las vulnerabilidades
socialmente construidas de las mujeres en todas las etapas del ciclo vital frente a
la violencia sexual, así como su acceso a mecanismos de prevención, cuidado,
apoyo social y reparación de los derechos vulnerados” (UNFPA, 2011, p.12).
Violencia y derechos reproductivos
Violencia obstétrica: A partir de la medicalización del embarazo, el parto y el
puerperio, la mujer dejó de ocupar su lugar protagónico para dejar paso a los
profesionales de la salud, que afianzaron su poder gracias a su intervención en
46
este precioso momento del ciclo de vida femenino. Las instituciones de salud,
orientadas por el ideal higienista y de asepsia, cobraron mayor importancia como
espacios para que las mujeres den a luz, con lo cual se las privó del
acompañamiento de los suyos, de la experiencia de las mujeres mayores y de la
posibilidad de hacerlo conforme a las consideraciones y costumbres de su propia
cultura. Pese a los cambios que se están operando recientemente para generar
una atención médica con calidez y calidad, predomina el paradigma de la
tecnificación y medicalización en la atención institucional del parto y se mantiene
la concepción que ve al parto como algo patológico, pese a ser un proceso
reproductivo natural y que asume a la mujer como paciente y no como sujeto de
derechos.
 Violencia y derechos reproductivos de las mujeres con VIH: El enfoque
predominante sobre el fenómeno de la infección del VIH considera que las
probabilidades de infección están estrechamente relacionadas con las
preferencias sexuales individuales, pero este enfoque no toma en
consideración el contexto de subordinación, coerción y violencia que rodea
a muchos encuentros sexuales en donde para muchas mujeres en
condiciones de vulnerabilidad, es impensable la negociación de medidas
preventivas (Velarde & Chávez, 2013). Por ello, el número de mujeres
infectadas reportado sigue aumentando y la proporción a la fecha indica que
por cada tres hombres infectados, hay una mujer, tendencia que se repite
en casi todos los países de América Latina (UNFPA/ONUSIDA, citado por
Velarde & Chávez, 2013). Y una vez producida la infección, muchas mujeres
aceptan vivir en violencia soportando todo por el temor a no poder contar
con apoyo económico de otra pareja para el mantenimiento de sus hijos e
hijas. En estos casos, se trata de una violencia institucionalizada que afecta
los derechos reproductivos de las mujeres que viven con VIH y que proviene
de los servicios de salud del Estado.
 Esterilización forzosa o forzada: La esterilización forzosa es un delito grave
de violencia sexual, considerado además como crimen de lesa humanidad,
tal como lo establece el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional,
que señala lo siguiente: “1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá
por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando
47
se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una
población civil y con conocimiento de dicho ataque: (…)Violación, esclavitud
sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o
cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable;”
 Violencia en situaciones de conflicto armado: La tolerancia social de la
violencia basada en género contra la mujer que existe en muchas
sociedades aumenta en las situaciones de conflicto. La violencia a la que se
somete a la mujer en tiempos de paz, se extiende y reafirma en situaciones
de conflicto armado, ocurriendo una suerte de polarización de los roles de
género. Por eso, el conflicto plantea situaciones en donde la violencia sexual
contra las mujeres cumple una funcionalidad particular en la disputa por el
poder de los grupos en conflicto. “El cuerpo de las mujeres, en el sistema
de estatus, como muestran las violaciones que acompañan la ocupación
de un territorio en las guerras pre-modernas y también en las modernas, es
parte indisociable de una noción ancestral de territorio, que vuelve, una y
otra vez, a infiltrarse intrusivamente en el texto y en la práctica de la ley.
 Violencia en el trabajo: El problema de fondo de la violencia en el trabajo
remite a la persistencia de una división sexual del trabajo tradicional
marcada por consideraciones de género y que asigna mayor valoración y
reconocimiento al trabajo que realizan los varones en el mundo social y no
reconoce y valora adecuadamente el trabajo no remunerado que han
desempeñado las mujeres de todas las edades en el hogar a lo largo de la
historia.
 Violencia económica o patrimonial: “Es la acción u omisión que se dirige a
ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de
cualquier persona, a través de: la perturbación de la posesión, tenencia o
propiedad de sus bienes; la pérdida, sustracción, destrucción, retención o
apropiación indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales; la limitación de los
recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o privación
de los medios indispensables para vivir una vida digna, así como la evasión
del cumplimiento de sus obligaciones alimentarias; la limitación o control de

48
sus ingresos, así como la percepción de un salario menos por igual tarea,
dentro de un mismo lugar de trabajo” (artículo 8, inciso d de la Ley 30364).
 Acoso sexual en espacios públicos: Esta modalidad de violencia, “ocurre
cuando uno o más hombres extraños acosan a una o más mujeres… en un
lugar público que no es el lugar de trabajo de la mujer. A través de miradas,
palabras o gestos, el hombre afirma su derecho a entrometerse en la
atención de la mujer, definiéndola como un objeto sexual y obligándola a
interactuar con él” (Di Leonardo, 1981, p. 52). De acuerdo a lo establecido
en el Artículo N° 4 de la Ley N° 30314, Ley para prevenir y sancionar el
acoso sexual en espacios públicos: “El acoso sexual en espacios públicos
es la conducta física o verbal de naturaleza o connotación sexual realizada
por una o más personas en contra de otra u otras, quienes no desean o
rechazan estas conductas por considerar que afectan su dignidad, sus
derechos fundamentales como la libertad, la integridad y el libre tránsito,
creando en ellas intimidación, hostilidad, degradación, humillación o un
ambiente ofensivo en los espacios públicos”. Comprende una amplia gama
de prácticas tales como actos de naturaleza sexual, verbal o gestual;
comentarios e insinuaciones de carácter sexual; gestos obscenos que
resulten insoportables, hostiles, humillantes u ofensivos; tocamientos
indebidos, roces corporales, frotamientos contra el cuerpo o masturbación
en el transporte o lugares públicos y exhibicionismo o mostrar los genitales
en el transporte o lugares públicos. Es un problema no visible e incluso
“naturalizado”, por tanto, no se tienen cifras para evidenciar la dimensión
que tiene en la actualidad. El Instituto de Sondeo de la PUCP en conjunto
con el “Observatorio Virtual de Paremos el Acoso Callejero” exploró este
fenómeno mediante la aplicación de una encuesta en la cual se evidenció
que el 38.3% por ciento de mujeres manifestó haber recibido silbidos en la
calle en los últimos seis meses, 23% gestos vulgares y el 15% roces
incómodos en el transporte público y/o espacios congestionados, entre otras
manifestaciones.
 Trata de personas: La trata de mujeres y de niñas, niños y adolescentes
debe ser reconocida como la esclavitud del siglo XXI, dado que implica
pérdida de la libertad, de la dignidad y de la identidad de la persona afectada,
49
que estando en esa situación, ve imposibilitado el ejercicio de sus derechos
más fundamentales y queda sometida a trabajo forzado o al servicio de otros
en condiciones infrahumanas y bajo amenaza de su integridad y de su vida.
 Violencia contra mujeres migrantes: La migración internacional hace
referencia al desplazamiento que realizan las personas de sus países de
origen o de aquel en que residen habitualmente hacia otro país en donde se
establecen en forma temporal o permanente. Sólo la migración incluye la
migración de refugiados, personas desplazadas, personas desarraigadas,
migrantes económicos.
 Violencia por prejuicio: La orientación sexual “se refiere a la capacidad de
cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual
por personas de un género[/sexo] diferente al suyo, o de su mismo
género[/sexo], o de más de un género[/sexo], así como a la capacidad
mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas”. Existe una
diversidad de orientaciones sexuales tales como: asexuales, homosexuales,
bisexuales, heterosexuales, entre otros. La orientación sexual de una
persona es diferente a lo que es su identidad de género. Por ’identidad de
género’ se entiende “la vivencia interna e individual del género tal como cada
persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el
sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal
del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la apariencia o la
función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole,
siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de
género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales” (CIJ,
2006). Las personas LGBTI se enfrentan a la violencia, la coerción y las
amenazas de tipo físico, sexual y psicológico. Esta violencia ocurre por lo
general como una forma de castigo por salirse fuera de las normas de
género tradicionalmente establecidas. La violencia por prejuicio es el
término que se ha destinado comúnmente para describir el rechazo, repudio,
prejuicio o discriminación hacia mujeres u hombres que contravienen el
sistema binario con prácticas sexuales, corporales y de género diversas.
 Violencia familiar por orientación sexual e identidad de género: En el ámbito
de las familias, que se conciben como el lugar más seguro para cualquier
50
persona, se producen situaciones de discriminación y violencia frente a los
integrantes que muestran una orientación sexual o identidad de género
diferente (violencia por prejuicio). Al interior de los núcleos familiares, estas
personas son víctimas recurrentes de violencia y abusos que afectan el
pleno ejercicio y disfrute de sus derechos humanos. Las familias dejan así
de cumplir su papel de velar por “el interés superior del niño” y se constituyen
en espacios de exclusión, maltrato y violencia de género (Comisión de
Derechos Humanos del Distrito Federal, 2008).
 Violencia de género contra la población trans: Uno de los grupos más
afectados en su relación con el Estado en materia de salud es el de las
personas que viven en un género distinto al que les ha sido asignado al
nacer en base a su sexo, a las que se les atribuye el término genérico de
trans. Pueden o no haber modificado su cuerpo, pero en general esta
situación de vivir en el género opuesto al de nacimiento, ha sido considerada
como un trastorno mental, pero esta condición patologizante ha sido
fuertemente cuestionada por el movimiento trans, gay y lésbico. Es preciso
señalar que, “Cuando se defiende la despatologización de la identidad trans
no se persigue únicamente la desclasificación del trastorno de los
manuales de enfermedades, sino que se trata sobre todo de reivindicar que
las personas trans en los tratamientos médicos que puedan requerir deben
ser reconocidas como sujetos activos, con capacidad para decidir por sí
mismas; se trata de reivindicar la autonomía y la responsabilidad sobre sus
propios cuerpos, de tomar la palabra para hablar de sus propias vidas, algo
que hasta ahora habían hecho exclusivamente las/os médicas/os” (Red por
la despatologización de las identidades trans del Estado español, 2012).

51
 Acoso escolar o bullying por orientación sexual e identidad de género:
El sistema escolar en los países de la región no ha enfrentado de manera
efectiva el bullying homofóbico, pese a que se trata de un problema bastante
frecuente en las escuelas causando víctimas mortales entre quienes no
pudieron soportar el nivel de acoso y agresión que sufrían y prefirieron
quitarse la vida. Por bullying homofóbico se entiende como el acoso escolar
entre pares, sostenido y sistemático, que no necesariamente se dirige a
niños/as o adolescentes con orientación sexual o identidad de género
diferente a la heterosexual, sino a todos aquellos que muestran un
comportamiento distinto a lo que se espera de un hombre o una mujer según
los patrones tradicionales de género y que se valen de la violencia por
prejuicio como arma de ataque (Cáceres y Salazar, 2013).

52
V UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera sesión.- Guía de procedimientos para la intervención


de la Policía Nacional en el Marco de la Ley 30364.Glosario de
Términos.
Segunda sesión.- Procedimientos operativos policiales en el marco de
la Ley Nº 30364, y su reglamento D.S. Nº009-2016-MIMP

PRIMERA SESIÓN
GUÍA DE PROCEDIMIENTOS PARA LA INTERVENCIÓN DE LA
POLICÍA NACIONAL EN EL MARCO DE LA LEY 30364.GLOSARIO
DE TÉRMINOS.

La Policía Nacional del Perú tiene una labor fundamental en la aplicación de Ley
30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar. Se encarga de recibir la denuncia, valorar el
riesgo, iniciar la investigación judicial y dar cumplimiento a las medidas de
protección. Por esa razón, esta guía resulta más que necesaria, porque muestra
con detalle y claridad la intervención del personal policial a fin de garantizar una
respuesta policial eficiente para la atención de toda forma de violencia producida
en el ámbito público o privado contra la mujer y los integrantes del grupo familiar.
Con RD. 925-A-2016-DIRGEN/EMG-PNP DEL 12SET2016 aprueba la “GUÍA DE
PROCEDIMIENTOS PARA LA INTERVENCIÓN DE LA POLICÍA NACIONAL EN
EL MARCO DE LA LEY 30364”.

GLOSARIO DE TERMINOS
1. ABANDONO DEL HOGAR: La supresión de la vida en común, mediante el
alejamiento del cónyuge del domicilio conyugal.

2. AGRESOR: Que agrede, ataca, es hostil o comete agresión (acción en contra


de la integridad física, material o moral de alguien.

3. ATESTADO POLICIAL O INFORME “EN EL ESTADO EN QUE SE


ENCUENTRE”: Documento oficial, de naturaleza administrativa, que contiene una

53
serie de diligencias practicadas por los funcionarios policiales, para el
esclarecimiento de un hecho delictivo, a fin de determinar las circunstancias
concurrentes en el mismo, y la posible responsabilidad de las personas implicadas.
(Atestado policial en lugares donde está vigente el código penal, informe donde
está vigente el código procesal penal).

4. CONSTANCIA DE RETIRO FORZOSO: Constancia policial sentada por un


usuario (a) con la finalidad de certificar el retiro forzado del hogar conyugal.

5. DAÑO PSÍQUICO: La afectación o alteración de algunas de las funciones


mentales o capacidades de la persona, producida por un hecho o un conjunto de
situaciones de violencia, que determina un menoscabo temporal o permanente,
reversible o irreversible del funcionamiento integral previo.

6. DENUNCIADO (a): Persona a quien se le atribuye la comisión de un presunto


delito o falta.

7. DIREJCRI: Dirección de Criminalística.

8. ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS: Reconoce que el objetivo principal de


toda intervención en el marco de esta ley debe ser la realización de los derechos
humanos, identificando a los titulares de derechos y aquello a lo que tienen derecho
conforme a sus particulares necesidades; identificando, asimismo, a los obligados
o titulares de deberes y de las obligaciones que les corresponden, se procura
fortalecer la capacidad de los titulares de derechos para reivindicar estos y de los
titulares de deberes para cumplir sus obligaciones.

9. ENFOQUE DE GÉNERO: Reconoce la existencia de circunstancias asimétricas


en la relación entre hombres y mujeres, construidas sobre la base de las diferencias
de género que se constituyen en una de las causas principales de la violencia hacia
las mujeres. este enfoque debe orientar el diseño de las estrategias de intervención
orientadas al logro de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

54
10. ENFOQUE DE INTEGRALIDAD: Integridad se traduce como honradez,
honestidad, respeto por los demás, corrección, responsabilidad, control emocional,
respeto por sí mismo, puntualidad, lealtad, pulcritud, disciplina, congruencia y
firmeza en sus acciones. En general es alguien en quien se puede confiar.
Integridad es retomar el camino de nuestra verdad, hacer lo correcto por las
razones correctas del modo correcto. Se relaciona al derecho de no ser objeto de
vulneraciones en la persona física, como lesiones, tortura o muerte.

11. ENFOQUE DE INTERCULTURALIDAD: proceso de comunicación e


interacción entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde
no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por
encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y con
ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas.

12. ENFOQUE DE INTERSECCIONALIDAD: Reconoce que en la violencia contra


las mujeres confluyen múltiples causas y factores que están presentes en distintos
ámbitos, a nivel individual, familiar, comunitario y estructural. Por ello se hace
necesario establecer intervenciones en los distintos niveles en los que las personas
se desenvuelven y desde distintas disciplinas.

13. ENFOQUE GENERACIONAL: Reconoce que es necesario identificar las


relaciones de poder entre distintas edades de la vida y sus vinculaciones para
mejorar las condiciones de vida o el desarrollo común. Considera que la niñez, la
juventud, la adultez y la vejez deben tener una conexión, pues en conjunto están
abonando a una historia común y deben fortalecerse generacionalmente. Presenta
aportaciones a largo plazo considerando las distintas generaciones y colocando la
importancia de construir corresponsabilidades entre éstas.

14. ENTIDAD EQUIVALENTE: Ante la falta de juzgados de familia en algunos


departamentos a nivel nacional, estos suplen sus funciones (juzgados de paz,
juzgados mixtos y civiles entre otros).

55
15. ESPECIALIDAD: Referido a la función que realiza un efectivo policial en una
determinada Unidad PNP de su jurisdicción.

16. EVIDENCIA: Cuando se comprueba que está íntimamente relacionado con el


hecho que se investiga. Es cualquier clase de materia o medio que demuestra,
aclara o confirma la verdad de cada hecho o punto de litigio ya sea favor de una o
de otra parte.

17. FICHA DE VALORIZACION DE RIESGO: Instrumento de evaluación aplicado


a una víctima de violencia con la finalidad de determinar el nivel de riesgo en que
se encuentra para prevenir mayores daños.

18. FISCALIA PENAL: De acuerdo a la ley orgánica del ministerio público, el fiscal
provincial en lo penal ejercita la acción penal procedente cuando el juez de la causa
pone en su conocimiento los indicios de un delito perseguible de oficio cometido en
la sustanciación de un procedimiento civil.

19. FLAGRANTE DELITO: Es la forma mediante la cual se hace referencia a aquél


delito que se está ejecutando actualmente o en ese preciso instante.

20. INDICIO: Signo aparente y probable de que existe alguna cosa, y a su vez es
sinónimo de señal, muestra o indicación. Por lo tanto es todo material sensible
significativo que se percibe con los sentidos y que tiene relación con un hecho
delictuoso.

21. INTERVENCION POLICIAL: Participación del efectivo policial ante una


situación de riesgo con la finalidad de mantener el orden y la seguridad.

22. JUZGADO DE FAMILIA: Es el órgano jurisdiccional encargado de impartir y


administrar justicia en materia de derecho de familia, es decir de aquel conjunto de
normas e instituciones jurídicas que regulan las relaciones personales y
patrimoniales de los miembros que integran la familia, entre sí y respecto de
terceros. Tales relaciones se originan a partir del matrimonio y del parentesco.
56
23. JUZGADO DE PAZ LETRADO: En los que el juez es un abogado y resuelve
aplicando el derecho nacional. En los que el juez es un abogado y resuelve
aplicando el derecho nacional.

24. JUZGADOS DE PAZ: Órgano judicial unipersonal, que ejerce su jurisdicción en


un municipio donde no existe un juzgado de primera instancia; está atendido por un
juez no profesional, que se conoce como juez de paz, que ejerce funciones
jurisdiccionales y se encargan de resolver cuestiones de menor relevancia, siempre
regulados por la ley del poder judicial.

25. LA/EL DENUNCIANTE: Persona que interpone una denuncia.

26. MAPA GEOREFERENCIAL: Técnica de posicionamiento espacial de una


entidad en una localización geográfica única y bien definida en un sistema de
coordenadas y datum específicos. Es una operación habitual dentro de los sistemas
de información geográfica.

27. MAPA GRÁFICO: Consisten en un gráfico dividido en partes, de modo que al


pulsar una de esas partes nos manda a donde queramos.

28. MEDIDAS DE PROTECCIÓN: Criterios establecidos por el Juez de Familia


para salvaguardar la integridad de la víctima.

29. NOSOCOMIO: Es un hospital destinado al tratamiento de enfermos.

30. OFICRI: Oficina de Criminalística.

31. PRUEBA: Indicio, muestra o señal de una cosa; razón testimonio u otro medio
con que se pretende probar una cosa.

32. REGISTRO DE VICTIMAS: Instrumento público de carácter nacional, inclusivo


y permanente, al que pueden solicitar su inscripción todas las personas y
comunidades afectadas durante el proceso de violencia.
57
33. RESPUESTA POLICIAL: Actuar inmediatamente sobre el caso o hecho que se
ha tomado conocimiento.

34. RETIRO FORZOSO: Acción por la que una persona es obligada a retirarse de
su domicilio.

35. RETIRO VOLUNTARIO: Acción por la que una persona se retira de su domicilio
por decisión propia.

36. REVICTIMIZACION: Conjunto de hechos o el hecho en que un individuo sea


víctima de violencia interpersonal en dos o más momentos de la vida.

37. SIDPOL: Sistema de Denuncia Policial.

38. SUCAMEC: Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad,


Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil.

39. VICTIMA: Es toda persona que ha sufrido daño ocasionado por cualquier acción
u omisión identificada como violencia.

SEGUNDA SESIÓN
PROCEDIMIENTOS OPERATIVOS POLICIALES EN EL MARCO DE
LA LEY Nº 30364

1. CONOCIMIENTO DE LOS HECHOS Y DENUNCIA POLICIAL

a. Conocido los hechos de violencia por el personal policial de servicio de calle,


deberán reportarlos de forma inmediata al personal de la Comisaría de la
jurisdicción policial correspondiente a través del Parte de Ocurrencia.

58
b. El personal policial que como consecuencia de un pedido de constancia de retiro
forzoso o voluntario del hogar, advierta que el caso deviene de un hecho de
violencia contra la mujer o integrantes del grupo familiar, procederá de inmediato
a registrarla como denuncia.

c. El personal policial que como consecuencia de un pedido de constatación por


abandono del hogar, advierta que el caso deviene de un hecho de violencia
contra la mujer o integrantes del grupo familiar, procederá de inmediato a
registrarla como denuncia.

d. El personal policial que reciba una denuncia debe identificarse ante la usuaria o
usuario con su grado y nombres completos, por lo que debe tener en el escritorio
de manera visible su rótulo de identificación.

e. El personal policial, independientemente de la especialidad, está obligado a


recibir, registrar y tramitar de inmediato las denuncias verbales o escritas de
actos de violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar que
presente la víctima o cualquier otra persona en su representación. En el caso de
las víctimas no es necesario presentar el Documento Nacional de Identidad (DNI)
o carnet de extranjería.

En caso, el hecho denunciado corresponda a otra jurisdicción policial,


obligatoriamente la denuncia será recibida, registrada y derivada de inmediato con
los actuados preliminares a la jurisdicción policial correspondiente, previa
comunicación al Juez de Familia del lugar o los que cumplan sus funciones y al
Fiscal Penal de constituir delito. Está prohibido referir al denunciante a otra
dependencia bajo responsabilidad
Las niñas, niños o adolescentes podrán denunciar actos de violencia en su agravio
o de otras personas sin la presencia de una persona adulta. En esta circunstancia
el personal policial garantiza su seguridad hasta que se dicte la medida de
protección.

59
f. Lo señalado en el artículo anterior deberá ser ejecutado, cumpliendo con todas
las diligencias de ley considerando que todo el procedimiento policial debe estar
enmarcado dentro del plazo de 24 horas de recepcionada la denuncia.

g. Para recibir y registrar la denuncia es suficiente lo manifestado por quien requiere


la intervención policial, no siendo necesaria la presentación de resultados de
exámenes físicos, psicológicos, pericias de cualquier naturaleza, o que la víctima
muestre huellas visibles de violencia. Si la víctima cuenta con documentos que
sirvan como medios probatorios, estos se recibirán e incluirán en el Atestado o
Informe, que será enviado al Juzgado de Familia o su equivalente. Para tal fin se
tendrá en cuenta la precisión que formaliza el artículo 132 del Reglamento de la
ley.

h. El personal policial tiene la obligación de registrar la denuncia de manera inmediata


en el aplicativo respectivo del Sistema de Denuncia Policial (SIDPOL) y, en
ausencia de éste, en el libro de denuncias; el registro de la denuncia debe ser previo
a la solicitud del examen pericial.

Si de la denuncia de violencia se desprende una situación de abandono de una


niña, niño o adolescente se comunica de inmediato al Juzgado de Familia o al que
haga sus veces, al Fiscal de Familia o su equivalente y a la Unidad de Investigación
Tutelar del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para que actúen de
acuerdo a sus atribuciones.
Si la denuncia de violencia involucra como agraviados o agresores a niñas, niños o
adolescentes, se comunica a la Fiscalía de Familia conforme al artículo 14.33 del
Reglamento.
Si la denuncia de violencia que se registra implica un presunto delito, el personal
policial comunica de inmediato el hecho a la Fiscalía Provincial Penal conforme al
artículo 14.24 del Reglamento.
Recibida la denuncia, el personal policial de la Sección Familia de cada Comisaria
debe poner en conocimiento de inmediato al Juzgado de Familia o al que cumpla
dicha función para el otorgamiento de las medidas de protección u otras que

60
correspondan, remitiendo el atestado o informe dentro de las 24 horas de conocido
el hecho, conforme se regula en los artículos 14, 21 y 23 del Reglamento.

La denuncia debe contener además de los datos que exige el Sistema de Denuncia
Policial (SIDPOL) lo siguiente:

1) Nombres y apellidos completos de la víctima, nombres y apellidos completos o


datos de identificación de la persona denunciada, de ser el caso el alias, domicilio,
teléfono fijo o móvil, correo electrónico de la víctima, del agresor y de un familiar de
la víctima si lo tuviera.
2) Relación de la víctima con la persona denunciada.
3) Croquis domiciliario de la víctima y de la persona denunciada.

i. Las Comisarías deben destinar un ambiente que garantice la confidencialidad y


privacidad a las personas que acudan a interponer las denuncias.

2. DE LAS ACCIONES INMEDIATAS

a. Informar al denunciante sobre los derechos que le asisten, de contar con


defensa legal gratuita del Estado, y los servicios gratuitos públicos y privados
a los que puede acudir, levantando el acta correspondiente. Adicionalmente,
se informará a la víctima que se llenará la Ficha de Valoración de Riesgo,
para ser remitida al Juzgado de Familia o su equivalente.
Cada Comisaría publicará en un lugar visible el directorio de los servicios
públicos que se ofrecen en su jurisdicción, bajo responsabilidad.

b. Si la víctima requiere atención médica será conducida a una institución de salud,


de lo cual se dejará constancia en el Parte de Ocurrencia respectivo anotando sus
generales de ley y los datos del médico tratante, dando cuenta al Juzgado de
Familia para las acciones de su competencia.

61
c. Emitir el citatorio a las o los denunciados, procediendo de acuerdo a lo establecido
por el Manual de Procedimientos Policiales. En ningún caso el citatorio puede ser
encomendado a la víctima, bajo responsabilidad.

d. El personal policial debe constituirse al lugar de los hechos a fin de perennizar la


escena, tomando todas las precauciones para el resguardo y protección del lugar y
las evidencias, lo que dejará constancia en el Acta respectiva; de ser necesaria una
mayor evaluación de la escena de los hechos convocará a la DIRCRI u OFICRI
según corresponda.

3. LA INVESTIGACIÓN

a. La Policía Nacional debe gestionar la obtención de las pruebas sobre los hechos
de violencia, entre otras:
1) Certificado médico legal.

2) Informe o peritaje psicológico de la víctima (persona que presenta daño psíquico

o sufrimiento psicológico atribuidos a actos de violencia); para lo que tendrá en

cuenta lo establecido en el Articulo 13 del Reglamento de la Ley.

3) El examen o pericia de dosaje etílico, toxicológico y otros, de acuerdo a la

circunstancia.

4) Informe de la Institucion de Salud sobre la atención de emergencia (si lo hubiera).

5) Informes de instituciones publicas o privadas sobre hechos de violencia.

6) Manifestacion o declaración de testigos.

7) Las denuncias previas que registre el denunciado en el SIDPOL, los

antecedentes policiales y posibles requisitorias asi como los registros en perjuicio

de la agraviada.

8) Audios, videos, vistas fotográficas o copias impresas de mensajes electrónicos

u otros, que evidencien la violencia de que es objeto la víctima.

62
9) Pruebas de incumplimiento de obligaciones alimentarias u otros.

10) Obtener de la base de datos del RENIEC, las hojas o fichas de consulta, que

corroboren la identidad de la víctima y del agresor.

11) Declaración de la persona denunciante y de la víctima (si no es la misma

denunciante.

12) Realizar la Inspección Técnica Policial, levantar el Acta y elaborar el Informe

correspondiente.

A. Solicitar a la Superintendencia Nacional de Control de Servicio de Seguridad,


Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC), si el agresor(a) cuenta
o no con Licencia vigente para portar armas de fuego.

B. En caso de encontrar un arma de fuego o similar, en el lugar de los hechos, que


ponga en riesgo la vida o integridad física de la víctima, se procederá al
levantamiento e incautación mediante acta para su remisión al laboratorio de
criminalística de la PNP para su análisis y posterior internamiento en la SUCAMEC.

En caso de ser miembros de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas,
se procede a la incautación para los exámenes correspondientes, poniendo el arma
a disposición de la Institución a la que pertenece el denunciado
C. Para la recepción de las manifestaciones o declaraciones que brinden las
personas adultas se aplicará lo dispuesto en el Manual de Procedimientos
Policiales.

D. En las referencias de niñas, niños y adolescentes, la Policía Nacional del Perú


procederá a informar a la Fiscalía de Familia o su equivalente para que se actúe
con arreglo a lo establecido en el artículo 144 inciso b8 del Código de los Niños y
Adolescentes.

63
E. Cuando la víctima o testigo requiere de intérprete, traductor o traductora o
persona que facilite la comunicación con la autoridad, el personal policial gestiona
y coordina su participación, registra sus generales de ley e identifica su relación con
la víctima y con la persona denunciada.

G. Al recibir la declaración de la víctima debe evitarse toda referencia a su vida


íntima, conducta, apariencia, relaciones, orientación sexual, identidad sexual y
otros, sin emitir juicio de valor alguno o prejuicios de género, debiendo tener en
cuenta los enfoques previstos en la Ley Nº 30364 (Enfoque de género, integralidad,
interculturalidad, Derechos Humanos, interseccionalidad y generacional).

H. Bajo responsabilidad funcional, los antecedentes, documentación y todo medio


de prueba, correspondiente a los procesos de violencia deben mantenerse en
reserva.

i. El personal policial está prohibido de realizar la confrontación del agresor con la


víctima, como también propiciar o realizar cualquier acto conciliatorio, transacción
o acuerdo extrajudicial.
La reconstrucción de los hechos se practicará sin la presencia de la víctima, salvo
que sea mayor de 14 años de edad y lo solicite.
j. Citado el denunciado (a), su no concurrencia no impide que se envíen los
actuados al Juzgado de Familia o su equivalente dentro de las 24 horas de
denunciado el hecho.
4. LA ELABORACIÓN DEL ATESTADO POLICIAL O INFORME

a. El atestado policial o informe en el estado como se encuentra, debe ser remitido


dentro de las 24 horas al Juzgado de Familia o su equivalente para las acciones de
su competencia.

b. El atestado policial o informe debe contener los documentos que han sido
proporcionados por la o él denunciante u obtenidos por la instructora o el instructor
policial para el pronunciamiento de las medidas de protección u otras que

64
garanticen el bienestar de las víctimas, conforme se regula en el artículo 249 del
Reglamento.

c. El atestado policial o informe debe contener la Ficha de Valoración de Riesgo, la


misma que será llenada por la instructora o instructor, conforme a lo establecido en
el “Instructivo de las Fichas de Valoración de Riesgo” aprobado en el Reglamento
de la Ley N°30364.

d. El atestado policial o informe que se remita al Juzgado de Familia o su


equivalente que dé cuenta de una denuncia formulada por presunto delito, bajo
responsabilidad funcional, deberá identificar la Fiscalía Penal a la que se
comunicaron los hechos conforme al artículo 2310 del Reglamento.

B. EN CASO DE FLAGRANCIA O PELIGRO INMINENTE DE PERPETRACIÓN


DE LOS HECHOS

1. INTERVENCIÓN Y ACCIONES INMEDIATAS

a. El personal policial debe constituirse de inmediato al lugar de los hechos,


tomando todas las precauciones para el resguardo y protección de la víctima, de la
escena, indicios y evidencias, lo que dejará constancia en acta.

b. En caso de flagrante delito, el interviniente procede a la inmediata detención del


agresor (a), incluso, allanando su domicilio o el lugar donde estén ocurriendo los
hechos.

c. En caso que la víctima y el intervenido (a) presenten lesiones deben ser


conducidos al nosocomio más cercano para su atención inmediata.

d. El responsable de la investigación policial debe comunicar de inmediato, por


cualquier medio (escrito, correo electrónico, u otro) de la detención a la Fiscalía
Penal y Juzgado de Familia o su equivalente respectivamente, para las acciones
de su competencia. Asimismo realizará las siguientes diligencias:
65
1) Obtener el diagnóstico del nosocomio donde fue atendida la víctima.
2) Determinar el medio empleado para causar las lesiones.
3) Remitir al laboratorio de criminalística la ropa, instrumento empleado, así como
otros indicios y/o evidencias hallados durante las inspecciones policiales, para el
estudio pertinente y la obtención del dictamen pericial.

4) En caso sea posible, ubicar el instrumento del delito y fotografiarlo en el lugar en


que se encuentre. Antes de recogerlo, levantar el croquis y emitir el acta respectiva.
5) Comunicar a la Unidad especializada los casos establecidos en las disposiciones
legales e institucionales.

2. EL ATESTADO POLICIAL O INFORME

El atestado policial o Informe deberá contener la siguiente información:


a. Hora de la intervención;
b. Lugar donde se suscitaron los hechos;
c. Nombre del intervenido (a);
d. Circunstancias de la detención;
e. Datos de la víctima;
f. Recojo de evidencias, protección y cadena de custodia, con las actas
correspondientes;
g. Ficha de Valoración de Riesgo.

3. EJECUCIÓN DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN

La Policía Nacional del Perú es la entidad responsable de la ejecución de las


medidas de protección relacionadas con la seguridad personal de la víctima,
conforme a sus competencias, por lo que da cuenta de manera inmediata y
periódica, bajo responsabilidad, sobre la ejecución de las medidas dictadas por el
Juzgado de Familia o su equivalente.

66
Las medidas de protección que pueden ser dictadas por el Juzgado de Familia son
las siguientes:
 Retiro del agresor (a). Para tal efecto se procederá a solicitar la presencia
del representante del juzgado de Familia, para su participación y ejecución
de dicha medida de protección. Debiendo el efectivo policial, al término de la
misma formular la documentación respectiva de la diligencia realizada.
 Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima en cualquier forma,
a la distancia que la autoridad judicial determine.
 Prohibición de acceso a lugares de trabajo o estudio de la víctima u otro lugar
que ésta frecuenta o de acercarse a una distancia de 300 metros.
 Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica,
electrónica, vía chat, redes sociales, red institucional, intranet u otras redes
o formas de comunicación
 Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas para el agresor,
debiéndose notificar a la Superintendencia Nacional de Control de Servicios
de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil para que
procedan a dejar sin efecto la licencia de posesión y uso, y para que se
incauten las armas que están en posesión de personas respecto de las
cuales se haya dictado la medida de protección.
 Inventario sobre sus bienes.
 Prohibición de disponer, enajenar, otorgar en prenda o hipoteca o cambiar
de titularidad de los bienes muebles o inmuebles comunes.
 Prohibición a la persona agresora de trasladar niños, niñas o personas en
situación de cuidado del grupo familiar.

Cualquier otra medida de protección requerida para la protección de la integridad y


la vida de las víctimas o sus familiares.

4. REGISTRO DE LA MEDIDA DE PROTECCIÓN

La Policía Nacional del Perú, a través de su sistema informático, incorpora el


“Registro de Víctimas y Agresores” a nivel nacional de la ejecución de las medidas
67
de protección cuyo cumplimiento esté a su cargo y brinda información al
Observatorio Nacional de la Violencia contra la Mujer e Integrantes del Grupo
Familiar a cargo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Cada Comisaría contará con el “Registro de Víctimas con Medidas de Protección”
para su seguimiento, el que contiene como mínimo la siguiente información:
a. Nombres y apellidos, Documento Nacional de Identidad o Carnet de Extranjería,
dirección, correo electrónico y teléfonos de la persona agraviada.
b. Datos de la persona procesada.
c. Números de integrantes de la familia.
d. Datos del juzgado que otorgó las medidas.
e. Medida de protección
f. Nivel de ejecución de las medidas.
g. Tipos de violencia.
h. Tiempo de aplicación de la medida
i. Otra información que se considere necesaria.

5. ACCIONES POLICIALES PARA LA EJECUCIÓN DE LAS MEDIDAS DE


PROTECCIÓN

El personal policial que conozca de una medida de protección aplicará el siguiente


procedimiento:
a. Mantendrá actualizado el Mapa Gráfico y Georeferencial de Medidas de
Protección con la información que remitirá el Juzgado de familia o su equivalente
dictada a favor de la víctima.
b. Establecerá un canal de comunicación proporcionándoles los números
telefónicos de la Comisaría de la jurisdicción donde domicilia la víctima
a fin que esta o sus familiares se comuniquen en caso se encuentre en peligro
inminente. Para esta función el personal policial puede coordinar con los servicios
de Serenazgo para una respuesta oportuna.
68
c. Conocida una medida de protección remitida por el Juzgado de Familia o su
equivalente debe registrarse los datos de la víctima en el “Registro de Víctimas con
Medidas de Protección”.
d. Si una víctima acude a la Comisaría portando una medida de protección dictada
a su favor el personal debe comunicarse con el Juzgado de Familia o su equivalente
a fin de corroborar la medida e incluirla en el “Registro de Víctimas con Medidas de
Protección”.
e. Elaborará un plan, ejecuta la medida, da cuenta al Juzgado que dispuso la
medida de protección y realiza labores de seguimiento sobre la misma.
f. Informará a la persona procesada de la existencia de las medidas de protección
y lo que corresponda para su estricto cumplimiento.
g. Establecerá un servicio de ronda inopinada, realizando visitas a la víctima a fin
de verificar su situación elaborando el parte de ocurrencia según el caso.
h. Si las víctimas, comunican algún tipo de lesión, actos de violencia e
incumplimiento de las medidas de protección, se le presta auxilio inmediato,
comunicando el hecho al Juzgado de Familia que dictó la medida.
i. Durante el cumplimiento de la medida de protección comunicará al Juzgado de
Familia o su equivalente mediante el documento respectivo, las acciones
desarrolladas y/o las ocurrencias suscitadas en la ejecución de la misma.
La ejecución de la medida de protección culmina cuando el Juzgado de Familia o
su equivalente comunican la conclusión del proceso de protección.

C. DEL ACCIONAR POLICIAL EN LAS ZONAS RURALES

Donde no existan Juzgados de Familia o Juzgados de Paz Letrado con


competencia delegada, los Juzgados de Paz asumen competencia en casos de
denuncias de violencia contra la mujer y grupo familiar conforme al artículo 6511
del Reglamento, en tal sentido corresponde a la Policía Nacional del Perú cumplir
con las medidas de protección relacionados a la seguridad personal de la víctima.

D. DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS

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Responsabilidad funcional: Quien omite, rehúsa o retarda algún acto a su cargo en
los procesos originados por hechos que constituyen actos de violencia contra la
mujer o los integrantes del grupo familiar comete delito previsto y sancionado en
los artículos 377 o 378 del Código Penal, según corresponda, conforme al artículo
21 de la Ley Nro. 30364
La Dirección Ejecutiva de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional del Perú es
el órgano técnico especializado en los casos de violencia contra la mujer y los
integrantes del grupo familiar. Además cumplirá las siguientes acciones y medidas:
1. Responsable de la organización, especialización y evaluación del desempeño de
las Comisarías de Familia y de las Secciones de Familia de las Comisarías a nivel
nacional.
2. Supervisará y garantizará los servicios de Comisarias y áreas competentes,
asimismo la permanencia del personal especializado y sensibilizado, debiendo
emitir las medidas técnico normativas para su cumplimiento.
3. Elaborará formularios o documentos tipo, para facilitar las denuncias y regular
los procedimientos.
4. Elaborará cartillas y otros instrumentos de difusión masiva para la atención
adecuada de las víctimas; debiendo coordinar con la Dirección de Comunicaciones
e Imagen Institucional (DIRCIMA) y la Dirección Ejecutiva de Educación y Doctrina
(DIREED).
5. Implementará el Sistema de Registro de casos de violencia contra la mujer y los
integrantes del grupo familiar denominado “Registro de víctimas y agresores”
consignando los datos de la víctima y del agresor, la tipificación, las causas y
consecuencias de la violencia, medidas de protección personal, protección social
y/o cautelares, vigencia de las mismas, para ello las Unidades Policiales deberán
reportarlas bajo responsabilidad; para su implementación se realizará la
coordinación con la Dirección Ejecutiva de Tecnología de la Información y
Comunicaciones (DIRETICE) .
6. Coordinará con la Dirección Ejecutiva de Tecnología de la Información y
Comunicaciones (DIRETICE), a fin de establecer los parámetros para la
elaboración del Mapa Gráfico y Georeferencial de las víctimas, que cuentan con
medidas de protección en cada jurisdicción policial.

70
VI UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera sesión.- Valoración de Daño. Conceptualización


Segunda sesión.- Análisis de casos

PRIMERA SESIÓN
VALORACIÓN DEL DAÑO

CONCEPTUALIZACIÓN

Perspectiva psicojuridica del daño psiquico


El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2000) define el término
daño como el efecto de dañar o dañarse" Al mismo tiempo dañar es causar
menoscabo, perjuicio, dolor, detrimento o molestia, maltratar o echar a perder una
cosa" Fernández Sessarego (1996), señala que el daño a la persona puede ser
hecho a su cuerpo (daño físico) o a su psique (daño psíquico) afectando el ejercicio
de su libertad y algunas de sus múltíples manifestaciones" El mismo autor al
referirse al daño que afecta a la esfera psíquica alude a Milmaiene (1995), para
quien el daño psíquico se configura por "la alteración o modificación patológica del
aparato psíquico como consecuencia de un trauma que desborda toda posibilidad
de elaboración verbal o simbólica"54,, Arteaga Medina (2005) señala que
trasladada dicha acepción al ámbito jurídico, se puede afirmar que daño implica la
pérdida, destrucción o disminución de un bien jurídico, ya sea un daño real, o al
menos la creación de un riesgo innecesario e indebido, daño potencial o peligro
concreto" Siendo el bien jurídico integridad personal, el valor social que el legislador
estima procedente y pertinente proteger, se requiere salvaguardar la totalidad de la
persona en sus aspectos físicos, fisiológicos, psicológicos, sexuales, relacionales,
morales y sociales" Esto, aplicado a la salud mental, dirá Arteaga Medina (2005),
nos coloca frente al daño psicológic055, que se presenta como el detrimento, el
perjuicio y el menoscabo a la salud mental a consecuencia de un comportamiento

71
ilícito, por lo tanto, es una ofensa que se puede imputar objetivamente a la acción
u omisión, según los criterios de la causalidad adecuada" Siguiendo esta línea
argumentativa, el autor define al daño psíquico como "una alteración clínicamente
significativa, que afecta la actividad psíquica global de la víctima, cuyos síntomas
permiten identificar de manera clara un síndrome de diagnóstico
internacionalmente aceptado; que posee manifestaciones desadaptativas, y que se
instaura y perdura en un lapso determinado, cuya etiología es bien definida, al punto
que permite establecer una relación de causalidad, producto de una conducta
desviada o hecho punible, tipificada por la autoridad competente". El concepto
requiere sin embargo, desde la perspectiva del autor y la norma colombiana,
establecer una categorización de perturbación psíquica permanente y transitoriaS6
(Arteaga Medina, 2005). Así, el daño psíquico debe acreditar: • Un cuadro
psicopatológico, claramente conformado como síndrome. • Ser nuevo en el historial
del sujeto. • Causar una limitación real del psiquismo. • Tener suficiente jerarquía y
envergadura como para causar lesión. • Presentarse definido y acreditar un nexo
causal con un agente traumático determinado por el hecho punible. • Ser crónico o
jurídicamente consolidado.

SEGUNDA SESIÓN

Análisis de Casos

72
VII UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera sesión.- Violencia Sexual


Segunda sesión.- Discusión de Casos

PRIMERA SESIÓN

VIOLENCIA SEXUAL

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL

La violencia sexual abarca actos que van desde el acoso verbal a la penetración
forzada y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social y la
intimidación a la fuerza física.

La violencia sexual incluye pero no se limita a lo siguiente:

 Violación en el matrimonio o en citas amorosas;

 Violación por desconocidos o conocidos;

 Insinuaciones sexuales no deseadas o acoso sexual (en la escuela, el lugar


de trabajo, etc.);

 Violación sistemática, esclavitud sexual y otras formas de violencia


particularmente comunes en situaciones de conflicto armado (por ejemplo
fecundación forzada);

 Abuso sexual de personas física o mentalmente discapacitadas;

 Violación y abuso sexual de niños; y

 Formas “tradicionales” de violencia sexual, como matrimonio o cohabitación


forzados y “herencia de viuda”.

TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL


73
Si bien el concepto fundamental del acto va a ser en todos los casos el mismo, las
características de cada tipo de agresión sexual pueden ser muy diferentes.

Es por ello que es posible establecer la existencia de diferentes tipos de violación


o agresión sexual. A continuación se mencionan algunas de ellas.

1. VIOLACIÓN POR PARTE DE CÓNYUGE O PAREJA

En muchas ocasiones las violaciones o agresiones sexuales son cometidas


por sujetos con quienes la víctima sostiene una relación de pareja. En estos
casos el violador suele creer poseer un cierto derecho a disponer
sexualmente de su pareja, ignorando la opinión y el consentimiento de ésta
al respecto.

Se utiliza la amenaza, la minusvaloración, la manipulación, la coacción o la


fuerza bruta para consumir el acto sexual. Se trata de un tipo de maltrato
físico y psicológico a veces llevado a cabo como mecanismo de
manifestación de poder o incluso como intento de un maltratador de
reconciliarse por la fuerza.

2. AGRESIÓN SEXUAL A INDIVIDUOS CON ALTERACIONES DE


CONSCIENCIA

Algunas de las violaciones que se llevan a cabo están vinculados a estados


en que el sujeto sexualmente agredido no se encuentra en condiciones de
dar o no su consentimiento por no tener el suficiente nivel de consciencia.
Este tipo de violaciones pueden ocurrir mientras la víctima duerme o se
encuentra convaleciente por una enfermedad, intoxicación en que no es
capaz de percibir la situación correctamente.

Dentro de esta categoría podemos encontrar la agresión sexual llevada a


cabo mediante el uso de sustancias. Este tipo de agresión sexual se refiere
a la utilización de sustancias (incluyendo alcohol y otras drogas) con efectos
psicoactivos con el fin de alterar el nivel de conciencia de la víctima y
consumar el acto aprovechándose de dicha alteración.

74
3. AGRESIÓN SEXUAL INFANTIL

La pederastia es un crimen en el que se un menor de edad es utilizado como


objeto sexual por parte de un adulto, aprovechándose éste de la diferencia
en edad, conocimiento, madurez y/o poder.

Generalmente es llevada a cabo por personas pertenecientes al entorno


cercano, con lo que la agresión sexual se da en un contexto de abuso de
confianza. Si bien en ocasiones se emplea la fuerza física en su mayoría se
aprovecha la vinculación existente entre víctima y atacante o entre atacante
y allegados a la víctima, utilizando la manipulación y la coacción. En el caso
de la agresión sexual infantil, el menor no es lo suficientemente consciente
de lo que supone una relación sexual como para ser capaz de dar o negar
su consentimiento.

4. ESTUPRO

Se denomina estupro a la práctica de actividades sexuales entre un adulto y


un menor de edad en el que este último da su consentimiento a la
consumación del acto debido a la seducción y manipulación llevada a cabo
por el mayor de edad. La diferencia básica con la agresión sexual infantil es
que mientras que en esta el menor no es consciente de lo que implica
mantener relaciones sexuales, en el estupro sí.

5. AGRESIÓN SEXUAL INCESTUOSA

Generalmente vinculada a la práctica de la pederastia o a la agresión sexual


infantil, este tipo de abuso se lleva a cabo por las personas más significativas
de la víctima de agresión sexual, aprovechándose de dicha relación para
manipular al individuo y forzar su consentimiento. En ocasiones se lleva a
cabo por la fuerza, con el conocimiento de que es poco probable la denuncia
debido a la importancia del agresor para el agredido.

6. AGRESIÓN A PERSONAS CON DISCAPACIDAD

En muchos casos las personas con discapacidad pueden ser víctimas de


acoso y agresión sexual. Debido a su discapacidad, un agresor puede

75
encontrar mayores facilidades para forzar una relación sexual. Uno de los
casos más frecuentes de este tipo de agresión sexual se da hacia personas
con discapacidad intelectual.

Aun si pueden llegar a consentir el acto sexual, si el agresor se aprovecha


de una diferencia en las capacidades intelectuales y de la falta de
comprensión del acto para coaccionar al individuo y manipularlo estaría
llevando a cabo un abuso catalogable como violación.

7. AGRESIÓN SEXUAL A ANCIANOS

Las personas de la tercera edad también son víctima frecuente de abusos


sexuales. Debido a una capacidad física más reducida que en la juventud,
los ancianos son una población a la que algunos violadores pueden tener
fácil acceso y pueden ser más dominados a nivel físico.

Además, en muchos casos los abusadores pueden llegar a aprovecharse del


estado de deterioro cognitivo propio de individuos con demencia avanzada,
habiendo un abuso de poder.

8. AGRESIÓN SEXUAL INSTRUMENTAL

Este tipo de violación se refiere a aquella cuyo objetivo no es


específicamente la obtención de gratificación, sea esta sexual o derivada de
la necesidad de poder, sino que se lleva a cabo con un objetivo específico.
Ejemplos de ello son la obtención de un beneficio económico o causar daños
a terceros vinculados con la víctima.

9. AGRESIÓN SEXUAL COMO DELITO DE ODIO

En ocasiones se emplea la violación como método de ataque o humillación


hacia una persona perteneciente a un colectivo concreto. Este tipo de
agresión sexual incorpora un componente de odio o desprecio hacia dicho
colectivo. Ejemplos de ello se puede encontrar en la violencia sexual contra
mujeres, contra personas del colectivo LGTB o contra individuos
pertenecientes a minorías étnicas.

10. ACOSO SEXUAL

76
En el acoso sexual el sujeto agresor procede a manifestar una serie de
conductas y actitudes que provocan en la víctima sensaciones de miedo,
inseguridad o angustia. Si bien no tiene por qué conllevar la presencia de un
contacto sexual real (es decir, puede o no incluir la presencia de violación),
las conductas manifestadas afectan al desarrollo habitual de la actividad de
la víctima.

El tipo de conductas llevadas a cabo incluye la solicitud de relaciones


sexuales, aproximaciones y/o tocamientos no deseados, contactos de tipo
lascivo persistentes, promesas o realización de favores a cambio o con
intención de forzar relaciones o uso de coacción directa o indirecta. Suele
producirse en ambientes académicos o laborales.

11. VIOLACIÓN POR PARTE DE DESCONOCIDOS

Este tipo de violación es uno de los más conocidos por la mayoría de la


población, si bien es una de las menos comunes. En él, una persona sin una
vinculación previa con la víctima utiliza la fuerza, las amenazas, la coacción
u otros medios para obligarla a mantener relaciones sexuales.

El agresor puede haberse citado con la víctima con algún propósito diferente,
acabar de conocerla o incluso asaltarla directamente. La violación puede ser
llevada a cabo en la calle, un local público, un vehículo o incluso en el
domicilio de la víctima si ésta es atacada en su casa (con o sin allanamiento
de morada). En algunos de estos casos se utilizan sustancias psicoactivas.

12. VIOLACIÓN EN GRUPO

Situación en el que un grupo de individuos decide forzar a una o más


personas a mantener relaciones sexuales, aprovechándose de la fuerza y el
número de individuos para intimidar o incluso forzar físicamente a acometer
el acto sexual.

13. VIOLACIÓN DURANTE GUERRAS

77
Se produce un elevado número de violaciones durante guerras y conflictos
bélicos. Al margen del abuso sexual cometido como método de obtención de
gratificación sexual o de dominancia por parte del abusador, en muchos
casos las violaciones son alentadas de cara a disminuir la moral de la
población local, de manera que se facilite el conflicto y se mine la resistencia
por parte del bando agredido

14. EXPLOTACIÓN SEXUAL

Otro tipo de violencia sexual es la que se lleva a cabo haciendo que la víctima
mantenga relaciones forzadas con otra u otras personas, obteniendo el
explotador beneficios de dicha relación y siendo éste el que fuerza o incita a
la víctima al mantenimiento de relaciones. La prostitución forzada es uno de
estos tipos de violencia.

El origen de la violencia sexual se fundamenta en tres factores principales:


o Factor psicológico: personas con autoestima deficitaria en lo sexual,
imposibilidad de lograr excitación sin el uso de la violencia, historial
personal como víctima de abusos sexuales, algún trastorno de
personalidad, etc.
o Factor social: el lenguaje sexista, la reificación de la mujer en los medios
de comunicación.
o Factores situacionales: el consumo de todo tipo de drogas,
un deseo urgente sexual, etc.

VIOLENCIA SEXUAL INFLIGIDA POR LA PAREJA

Los datos disponibles provenientes de encuestas basadas en la población se


relacionan principalmente con la agresión sexual perpetrada por la pareja, pero en
algunos casos también se incluyen el abuso sexual en la niñez y el abuso sexual
por una persona que no es la pareja. La violencia sexual por la pareja generalmente
es acompañada de violencia física y emocional, pero puede ocurrir por sí sola.

78
FACTORES DE RIESGO EN LA VIOLENCIA SEXUAL

Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que alguien sea coaccionado
con fines sexuales o de que fuerce sexualmente a otra persona. Algunos de estos
factores están relacionados con las actitudes, creencias y conductas de los
individuos implicados, mientras que otros están muy arraigados en el entorno
social, incluyendo las esferas de los iguales, la familia, la comunidad y la sociedad.
Tales factores influyen no solamente en las probabilidades de sufrir violencia
sexual, sino también en la reacción ante ella. El Informe mundial sobre la violencia
y la salud presenta los siguientes grupos de factores de riesgo para la violencia
sexual:

o Factores que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres


o Factores que aumentan el riesgo de que los hombres cometan violación

NIVEL INDIVIDUAL:

 Ser joven
 Consumir alcohol o drogas

79
 Tener problemas de salud mental, en particular síndrome de estrés
postraumático
 Haber sufrido una violación o abusos sexuales con anterioridad
 Tener actitudes y creencias que apoyan la violencia sexual, incluyendo tener
fantasías sexuales coercitivas y culpar a las mujeres por excitarles
 Presentar un patrón de conducta impulsivo, antisocial y hostil hacia las
mujeres
 Haber sufrido abusos sexuales durante la niñez

SEGUNDA SESIÓN

DISCUSIÓN DE CASO:

PERÚ ES EL SEGUNDO PAÍS CON MAYOR VIOLENCIA SEXUAL


(Los Alumnos deberán traer recortes periodísticos e información de internet
sobre estadísticas en violencia sexual en el Perú)

80
VIII UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera sesión.- Procedimientos especiales en casos de


violación sexual
Segunda sesión.- Actuación de los operadores de justicia en
casos de violencia sexual.

PRIMERA SESION
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES EN CASOS DE VIOLACIÓN
SEXUAL.

ACTUACIÓN DE LA POLICÍA NACIONAL EN CASOS DE VIOLACIÓN SEXUAL

¿Cuál es el rol central de los y las policías en la investigación de las denuncias por
violencia sexual?

La Policía cumple un rol fundamental en la investigación de las denuncias por


delitos o infracciones a la libertad sexual debido a que usualmente son los primeros
operadores del sistema de justicia penal que tienen contacto con la víctima. Por
ello, al tomar conocimiento de los delitos, los y las policías deben “dar cuenta
inmediata al Fiscal, sin perjuicio de realizar las diligencias de urgencia e
imprescindibles para impedir sus consecuencias, individualizar a sus autores y
partícipes, reunir y asegurar los elementos de prueba que pueden servir para la
aplicación de la ley penal” (Art. 67 del CPP).

Los y las policías deben ejecutar sus acciones bajo la dirección del Ministerio
Público y garantizar que la investigación operativa en esta clase de delitos se
realice bajo los siguientes criterios:
• Las evidencias o pruebas sobre delitos o infracciones a la libertad sexual, deben
recuperarse o perennizarse de manera inmediata con procedimientos que
garanticen su posterior validez en el sistema de justicia.
• La atención y protección a la víctima de delitos o infracciones a la libertad sexual
debe brindarse sin distinción alguna, esto es, sin perjuicios o estigmatizaciones de
ningún tipo.
• Los actos urgentes e imprescindibles que los policías deben realizar ante los
delitos o infracciones a la libertad sexual, deben ser informados inmediatamente al
Ministerio Público.

81
El nuevo sistema procesal penal es de corte acusatorio y está basado en la calidad
de la prueba y la evidencia; por lo tanto, los y las policías deben actuar en un nivel
operativo superior, de conformidad a las exigencias del nuevo modelo, lo cual
implica el respeto a las formalidades previstas para la investigación y un mayor
cuidado en la investigación de las denuncias por delitos de esta naturaleza, así
como acciones para atender y proteger a la víctima, evitando que sufra más daño
psicológico o físico.

¿Qué acciones inmediatas deben realizar los y las policías al tomar conocimiento
de un caso de violencia sexual?
La Policía, de conformidad con las atribuciones que les confiere el Código Procesal
Penal, deben realizar las siguientes acciones ante la presunta comisión de un delito
de delitos de violencia sexual:
a. Recibir las denuncias escritas o sentar el acta de las verbales, en materia de
delitos o infracciones a la libertad sexual. (Art. 68 del CPP).
b. Registrar la denuncia por delitos o infracciones a la libertad sexual.
c. Acoger las denuncias por delitos o infracciones a la libertad sexual, sin distinción
alguna.
d. Tener especial cuidado en los casos en que el presunto agresor sexual es una
persona del entorno familiar de la víctima, factor que la coloca en un grado de
indefensión aún más grave.
e. Tratar de estabilizar emocionalmente a la víctima y si fuera urgente, remitirla de
inmediato a un centro de salud para que reciba la atención médica necesaria, o
derivarla a un centro especializado en atención de víctimas de violencia sexual.
f. Poner el hecho en conocimiento del Ministerio Público por la vía más rápida y
también por escrito, indicando los elementos esenciales del hecho y los elementos
de prueba esencialmente recogidos, así como la actividad cumplida, sin perjuicio
de dar cuenta de toda la documentación que pudiera existir. (Art. 331 –Inc.1 CPP).
g. Cumplir con las diligencias ordenadas por el Ministerio Público.
h. Apoyar a los fiscales en todas las diligencias de investigación de los delitos o
infracciones a la libertad sexual.

i. Tomar las declaraciones a los denunciantes y víctimas de delitos o infracciones


a la libertad sexual. (Art. 68 del CPP).
82
j. Vigilar y proteger el lugar de los hechos (si este se conociera), a fin de que no
sean borrados los vestigios y huellas de los delitos o infracciones a la libertad
sexual. (Art. 68 del CPP).
k. Prestar el auxilio que requieran las víctimas de delitos o infracciones a la libertad
sexual. (Art. 68 del CPP).
l. Recoger y conservar los objetos e instrumentos relacionados con los delitos o
infracciones a la libertad sexual, así como todo elemento material que pueda servir
a la investigación. (Art. 68 del CPP).
m.Practicar las diligencias orientadas a la identificación física de los autores y
partícipes de los delitos o infracciones a la libertad sexual. (Art. 68 del CPP).
n. Recibir las declaraciones de quienes hayan presenciado la comisión de los
hechos. (Art. 68 del CPP).
o. Otras operaciones técnicas o científicas, dirigidas a esclarecer los delitos o
infracciones a la libertad sexual. (Art. 68 del CPP).
p. Capturar a los presuntos autores y partícipes en caso de flagrancia,
informándoles de inmediato sobre sus derechos. (Art. 68 del CPP).
q. Recibir la manifestación de los presuntos autores o partícipes comprendidos en
los delitos o infracciones a la libertad sexual, con presencia obligatoria de su
abogado defensor. Si éste no se hallare presente, el interrogatorio se limitará a
constatar la identidad de aquellos. (Art. 68 del CPP).
r. Reunir cuanta información adicional de urgencia permita la criminalística para
ponerla a disposición del Fiscal. (Art. 68 del CPP).
s. Sentar actas detalladas que entregará al Fiscal. (Art. 68 del CPP).

¿Cuál es la actitud que deben tomar los y las policías ante la víctima de violencia
sexual?

Los y las policías deben actuar con prontitud, respeto y amabilidad, y proporcionar
seguridad y confianza a la víctima de los delitos o infracciones a la libertad sexual,
mostrando una actitud de paciencia y responsabilidad en su desempeño. En este
punto, es esencial reiterar a la víctima que ha sido valiente al denunciar el hecho y
buscar la ayuda policial ante el hecho cometido en su agravio.

83
La Policía debe brindar una atención humana a la víctima durante toda su
permanencia en la sede policial, tratando de explicarle los procedimientos que es
necesario realizar y solicitándole su consentimiento para realizarlos. La declaración
ante la Policía debe realizarse procurando que el interrogatorio sea eficiente, pero
mostrando al mismo tiempo sensibilidad y respeto a la víctima. Los y las policías
deben proporcionar tranquilidad verbal cada vez que sea necesario durante la
diligencia. Si la víctima inicialmente no desea hablar, se respetará su derecho al
silencio, pero se deberá propiciar un clima de confianza para que pueda explicar el
modo y circunstancias en que ocurrieron los hechos en su agravio.
En caso que la víctima de un delito o una infracción a la libertad sexual tuviera una
crisis nerviosa, los y las policías deben ejercer mecanismos psicológicos
apropiados para calmarla, propiciando su tranquilidad y recuperación. Los y las
policías deben evitar estar influenciados por prejuicios o estereotipos hacia la
víctima de los delitos o infracciones a la libertad sexual; en tal sentido, deben ejercer
sus funciones sin ningún tipo de discriminación.
¿Qué resultado debe elevar la Policía ante el Ministerio Público en los casos de
violencia sexual?
La Policía, en todos los casos que intervengan, elevarán al Fiscal un informe policial
(Art. 332 –Inc. 1 y 2 del CPP), en cual contendrá:
a. Los antecedentes que motivaron su intervención.
b. La relación de las diligencias efectuadas.
c. El análisis de los hechos investigados, absteniéndose de calificarlos jurí-
dicamente y de imputar responsabilidades.
. ¿Qué documentos deben adjuntar los y las policías al Informe Policial sobre una
denuncia de violencia sexual?
a. La Policía adjuntará al Informe Policial respectivo, los siguientes documentos:
b. Las actas levantadas (Art. 332 –Inc. 3 del CPP), pudiendo ser de reconocimiento
de personas (Art. 189 del CPP), de examen corporal (Art. 212 del CPP), de examen
corporal para prueba de alcoholemia (Art. 213 del CPP), entre otras.
c. Las manifestaciones recibidas (Art. 332 –Inc. 3 del CPP).
d. La prueba documental: documentos los manuscritos, impresos, foto copias, fax,
disquetes, películas, fotografías, radiografías, representaciones gráficas, dibujos,

84
grabaciones magnetofónicas y medios que contienen registro de sucesos,
imágenes, voces; y, otros similares (Art. 185 del CPP).
e. El examen médico legal de la víctima. En los casos de agresión sexual, el
examen médico será practicado exclusivamente por el médico encargado del
servicio con la asistencia, si fuera necesario de un profesional auxiliar. Sólo se
permitirá la presencia de otras personas previo consentimiento de la persona
examinada9 (Art. 199 –Inc. 2 del CPP). f. Las pericias realizadas (Art. 332 –Inc. 3
del CPP), pudiendo ser: Pericias biológicas, patológicas, químicas, balísticas, etc.,
protocolos de necropsias10.
g. Las recomendaciones sobre actos de investigación (Art. 332 –Inc. 3 del CPP).
h. Todo aquello que se considere indispensable para el esclarecimiento de la
imputación, así como la comprobación del domicilio y los datos personales de los
imputados (Art. 332 –Inc. 3 del CPP).
¿Qué infraestructura debe ofrecer la Policía a las víctimas de violencia sexual?
La Policía Nacional del Perú debe contar con una infraestructura adecuada para
atender las víctimas de delitos o infracciones a la libertad sexual, a fin de garantizar
el respeto a su dignidad y privacidad en su condición de agraviada o agraviado.
Las Comisarías u otras unidades policiales deben destinar un ambiente privado y
confortable, donde la víctima pueda sentirse segura, confiada y protegida, a fin de
que pueda expresarse correctamente y narrar los hechos sucedidos en su agravio.
Asimismo, las sedes policiales deben acondicionar un ambiente propicio para
efectuar el reconocimiento del agresor, el mismo que debe contar con una ventana
especial polarizada que no permita que el presunto agresor distinga a la víctima
que está practicando el reconocimiento.

SEGUNDA SESION

ACTUACION DE LOS OPERADORES DE JUSTICIA EN CASOS DE


VIOLENCIA SEXUAL.

85
Ministerio Público
¿Cuál es el rol central de los fiscales en la investigación de casos de violencia
sexual?
El Código Procesal Penal establece dos roles esenciales de los y las fiscales con
relación a las víctimas de violencia sexual. Por un lado, ejercer la persecución penal
en el caso concreto, y por otro lado, debe brindarle asistencia y protección a la
víctima. La persecución penal del delito es la principal función de los y las fiscales.
En la investigación de las denuncias por delitos o infracciones a la libertad sexual,
los y las fiscales deben conducir la investigación preparatoria y obtener los
elementos de convicción necesarios para la acreditación de los hechos delictivos,
así como para identificar a los presuntos autores o partícipes (Art. 65 –Inc. 1 CPP).
En el ámbito de la persecución penal de los delitos de violencia sexual, los y las
fiscales deben coordinar sus actividades con los policías y supervisar el desarrollo
de las mismas, a fin que cuenten con los estándares y calidad necesaria para
ejercer la persecución penal a nivel judicial. Para garantizar la mayor eficacia en la
lucha contra el delito, el Ministerio Público y la Policía Nacional deben cooperar y
actuar de forma conjunta y coordinada (Art. 65 –Inc. 1 CPP).
Además de la persecución penal del delito, de acuerdo al Código Procesal Penal,
al Ministerio Público le corresponde la atención y la protección de las víctimas. En
la investigación preparatoria, los y las fiscales deben apreciar racionalmente un
peligro grave para la víctima de delitos o infracciones a la libertad sexual, de oficio
o a instancia de las partes, debiendo adoptar según el grado de riesgo o peligro,
las medidas de protección necesarias para preservar la identidad del protegido, su
domicilio, profesión y lugar de trabajo, sin perjuicio de la acción de contradicción
que asista al imputado (Art. 247 CPP).
¿Qué acciones inmediatas deben realizar los y las fiscales al tomar conocimiento
de un caso de violencia sexual?
Los y las fiscales pueden actuar de oficio o a petición de parte (Art. 329 del CPP).
Deben recibir todas las denuncias sobre delitos o infracciones a la libertad sexual,
las mismas que deben ser registradas y derivadas a la Fiscalía Provincial Penal, si
el presunto agresor es adulto; o Fiscalía Provincial de Familia si el presunto agresor
es menor de edad. Si se trata de una denuncia interpuesta ante la Policía, el

86
Ministerio Público debe recibir el informe policial respectivo, evaluar su contenido y
decidir las acciones a seguir en el marco de sus funciones.
Al conducir la investigación y ordenar la realización de las diligencias preliminares
en las denuncias de violencia sexual, los y las fiscales tienen el deber de la carga
de la prueba al recabar los elementos de convicción de cargo y descargo. En este
sentido, deben tener en cuenta las siguientes directrices:
a. Orientar y dirigir la investigación de un hecho de presunta violación sexual.
b. Diseñar una estrategia o teoría del caso basada en la evidencia o pruebas, que
permita lograr una condena en caso de haber responsabilidad.
c. Velar para que los medios de prueba sean adquiridos en forma legal y que
cumplan con todos los rigores necesarios para ser admitidos como prueba de
delitos o infracciones a la libertad sexual.
d. Velar por los derechos y garantías procesales de la víctima de delitos o
infracciones a la libertad sexual, así como del imputado del mismo hecho.
e. Disponer la conducción compulsiva de los presuntos implicados en delitos o
infracciones a la libertad sexual, para los fines de los actos de investigación.

¿Cómo deben realizarse las diligencias preliminares por parte de los y las fiscales
en la investigación de casos de violencia sexual?

El Ministerio Público debe conducir la investigación de los hechos denunciados y


ordenar la realización de las diligencias necesarias a fin de determinar si hechos
tienen relevancia penal. Para ello tiene un plazo para lograr sus finalidades que es
de 60 días, salvo que hubiera la detención del imputado, en cuyo caso el término
es 24 días; sin embargo, el fiscal puede fijar un plazo distinto, según las
características del hecho investigado
La obtención de los indicios y/o evidencias, asegurados y con la formalidad y
rigurosidad que se requiere permitirá tener mejores resultados en la investigación,
esta acuciosidad debe ser mayor en los casos de delitos o infracciones a la libertad
sexual, a fin de determinar la conducta delictiva y al responsable.

La importancia de las diligencias preliminares en los casos de delitos o infracciones


a la libertad sexual, radica en recoger toda la información valiosa y posible, a fin de
87
reunir los requisitos necesarios para realizar la investigación preparatoria o
formalizar la denuncia penal. La eficacia de estas actuaciones, permitirá proveer,
en todas las etapas del proceso, el fundamento necesario para dictar resoluciones
sobre medidas cautelares, peticiones, incidentes, archivo, apertura al juicio oral y
sentencia condenatoria.

¿Cómo deben realizar los y las fiscales la investigación de los casos de violencia
sexual en agravio de niños, niñas y adolescentes?
En todos los casos de delitos o infracciones a la ley penal contra la libertad sexual,
así como en las denuncias de trata con fines de explotación sexual en agravio de
niños, niñas o adolescentes, los fiscales deben conducir la investigación desde su
inicio hasta su culminación, en sede fiscal o en sede policial, según se disponga.
En este marco, un factor esencial en la investigación de delitos de esta naturaleza,
es la realización de la Entrevista Única.
En los lugares en donde se encuentre vigente el Código Procesal Penal,
corresponde al Presidente de la Junta de Fiscales Superiores del Distrito Judicial
respectivo, efectuar las coordinaciones con los operadores de justicia de otras
instituciones, tales como con el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, a fin de dotar al procedimiento de entrevista única el valor de prueba
anticipada, para lo cual realizará las acciones necesarias para que se cumplan las
exigencias del debido proceso
¿Cómo deben realizar los y las fiscales el procedimiento de entrevista única en los
casos de violencia sexual?

Para la realización de la Entrevista Única, los y las fiscales deben tener en cuenta
los siguientes lineamientos, a fin de garantizar su correcto desarrollo:
a. La Entrevista Única puede ser dirigida por el o la fiscal penal, de familia o mixto,
según corresponda; y es dirigida por el psicólogo(a), quien cuenta con los
conocimientos teóricos y técnicos para lograr obtener los elementos fácticos que
requieran los fiscales para lograr el esclarecimiento de los hechos.
b. La Entrevista Única se realiza en la Cámara de Gesell16 (si existe una en la
localidad) o en la Sala de Entrevista Única17 (siempre que se encuentre
88
adecuadamente implementada) en los lugares en los que no se encuentre instalada
la primera.
c. Cuando el investigado es mayor de edad, quien dirige el procedimiento de
entrevista única es el o la fiscal penal.
d. El o la fiscal de familia participa velando por el respeto de los derechos y
garantías del niño, niña y adolescente. Si el investigado es menor de edad, éste
último dirige el procedimiento de entrevista única.
e. En caso que haya investigados mayores y menores de edad, quien dirige la
entrevista es el o la fiscal penal, previa coordinación con el fiscal de familia a fin
que se comunique al psicólogo(a) cuáles son los elementos fácticos que son
necesarios conocer.
f. El o la fiscal penal, de familia o mixto, o la Policía, cuando el fiscal lo disponga,
emite el oficio respectivo para que el niño, niña o adolescente asista a las
evaluaciones médico legales, esto es el reconocimiento médico legal para delito
contra la libertad sexual.
g. En los casos de flagrancia, la evaluación médico legal, entrevista única y
evaluación psicológica del niño, niña o adolescente se realiza dentro de las 24
horas, y a la brevedad, siempre y cuando sus condiciones de salud física, y/o mental
lo permitan.
h. En los supuestos previstos en los párrafos anteriores, concurren a la entrevista
única:
• el niño, la niña o adolescente.
• el/la fiscal de familia, penal o mixto, según corresponda.
• los padres o responsables de niño, niña o adolescente.
• el abogado/a defensor/a del niño, niña o adolescente.
• el abogado/a defensor/a o de oficio del investigado.
• el Policía cuando corresponda.
i. Es imprescindible considerar la irrepetibilidad de la entrevista con el niño, niña o
adolescente, por lo que se debe garantizar que la entrevista sea realizada en los
ambientes adecuados y con los artefactos de captación de imagen y sonido en
perfecto funcionamiento, a fin que la prueba sea preservada.

89
j. Sólo tratándose de estricta necesidad y legitimidad comprobada o cuando el
requerimiento de la asistencia lo justifique, el/la fiscal puede autorizar la
visualización de la entrevista.
k. En caso que el fiscal disponga la realización de la investigación a nivel policial,
se entrega una copia del acta de entrevista al instructor policial, pero no el medio
magnético de almacenamiento que contiene el material audiovisual de la entrevista.

¿Cuál es la actitud que deben tomar los y las fiscales ante una víctima de violencia
sexual?
En su calidad de conductores de la investigación y persecución penal del delito, los
y las fiscales deben proporcionar respaldo y seguridad a la víctima de un hecho de
violencia sexual, tomando medidas para evitar su doble victimización. En este
marco, los y las fiscales deben realizar un interrogatorio profesional, manteniendo
un clima de amabilidad y de respeto en la diligencia, procurando obtener detalles
fundamentales de los hechos, sin perturbar psicológica ni físicamente a la víctima.
Ante las denuncias de violencia sexual, los y las fiscales deben aplicar un enfoque
de género, buscando que, con base a las evidencias y pruebas, el mayor porcentaje
de estos casos reciba una condena judicial. Para ello, es necesario que los y las
fiscales recopilen los elementos probatorios con las garantías del debido proceso y
coordinen con las diversas agencias del sistema penal a fin de generar
procedimientos idóneos para el respeto a la dignidad de las víctimas y evitar los
prejuicios respecto a las mismas.

¿Qué infraestructura debe ofrecer el Ministerio Público a las víctimas de violencia


sexual?
El Ministerio Público debe ofrecer una infraestructura adecuada para las víctimas
de violencia sexual, que garantice que las mismas puedan efectuar su declaración
sin temor ni presiones, respetando su dignidad y privacidad en su condición de
agraviada (o), debiendo destinarse un ambiente privado para su declaración.
Asimismo, las Fiscalías deben acondicionar un ambiente propicio para efectuar el
reconocimiento del agresor, el mismo que debe contar con mecanismos que no
90
permitan que el presunto agresor distinga a la víctima que está practicando el
reconocimiento, siendo idóneo contar con una ventana especial polarizada.

PODER JUDICIAL
¿Cuál es el rol central de los jueces y juezas en la investigación de casos de
violencia sexual?
A diferencia del sistema procesal penal inquisitivo, en el sistema acusatorio, los
jueces y juezas ejercen un rol sustancial de valoración y de decisión, con base al
principio de la imparcialidad judicial.
De esta manera, en los procesos judiciales de violencia sexual, los jueces y juezas
deben velar por el respeto a los derechos de todos los intervinientes, en especial
de las víctimas, resolviendo con imparcialidad y con base al derecho, los conflictos
propios de la investigación, los requerimientos y las solicitudes de las partes, con
énfasis en exámenes médicos y pericias, pronunciarse sobre las medidas
limitativas de derechos, las medidas de protección y los medios de defensa,
ejecutando la prueba anticipada, controlando los plazos legales y evitando la doble
victimización
¿Qué medidas de protección pueden ejercitar los jueces y juezas respecto a las
víctimas en los casos de violencia sexual?
El Código Procesal Penal señala que los jueces y juezas, de oficio o a instancia de
las partes, pueden disponer una serie de medidas de protección para las víctimas
de delitos o infracciones a la libertad sexual, tales como (Art. 248 –Inc. 2 CPP):
a. Protección policial.
b. Cambio de residencia.
c. Ocultación de su paradero.
d. Reserva de su identidad y demás datos personales en las diligencias que se
practiquen, y cualquier otro dato que pueda servir para su identificación,
pudiéndose utilizar para ésta un número o cualquier otra clave.
e. Utilización de cualquier procedimiento que imposibilite su identificación visual
normal en las diligencias que se practiquen.
f. Fijación como domicilio, a efectos de citaciones y notificaciones, la sede de la
Fiscalía competente, a la cual se las hará llegar reservadamente a su destinatario.

91
g. Utilización de procedimientos tecnológicos, tales como videoconferencias u otros
adecuados, siempre que se cuenten con los recursos necesarios para su
implementación. Esta medida se adoptará para evitar que se ponga en peligro la
seguridad del protegido(a) una vez desvelada su identidad y siempre que lo
requiera la preservación del derecho de defensa de las partes.
h. Siempre que exista grave e inminente riesgo para la vida, integridad física o
libertad del protegido o la de sus familiares y no pueda salvaguardarse estos bienes
jurídicos de otro modo, se podrá facilitar su salida del país con una calidad
migratoria que les permita residir temporalmente o realizar actividades laborales en
el extranjero.
Si bien es cierto que no se puede aplicar la totalidad de las medidas de protección
establecidas en el Código Procesal Penal en la magnitud ideal, deben propiciarse
las acciones e iniciativas pertinentes para posibilitar su uso. El órgano judicial
competente se pronunciará motivadamente sobre la procedencia de mantener,
modificar o suprimir todas o algunas de las medidas de protección adoptadas por
el o la fiscal o juez durante las etapas de investigación preparatoria o intermedia,
así como si proceden otras nuevas (Art. 250 –Inc. 1 CPP).

¿Cuál es la actitud que deben tomar los jueces y juezas ante la víctima de violencia
sexual?
Los jueces y juezas deben aplicar un enfoque de género, brindándole a la víctima
de delitos o infracciones a la libertad sexual, la garantía y seguridad de que van a
obtener una tutela jurisdiccional efectiva. Asimismo, si detectaran un indicio de
perjuicio o una clasificación por estereotipo, de parte de los policías, de los fiscales
o de la defensa, deben filtrarlos, como una extensión de su función de vigilancia en
la investigación.
Además, los jueces y juezas deben orientar sus esfuerzos en evitar cualquier forma
de discriminación a las víctimas, así como mejorar su situación en la etapa de
investigación preliminar y dar respuestas de mejor calidad y favorables a sus
demandas de justicia.
En la investigación de los delitos de violencia sexual, se debe evitar la impunidad,
porque ello permitiría la perpetuación de la violación de los derechos de las

92
víctimas, así como la generación de una sensación de inseguridad en las mismas
y la desconfianza en el sistema penal.
¿Cuáles son los criterios rectores que deben respetar los jueces y juezas al
momento de efectuar la apreciación de la prueba en los delitos contra la libertad
sexual?
Los jueces y juezas deben valorar y aplicar el Acuerdo Plenario N° 1-2011/ CJ-116,
emitido por la Corte Suprema de Justicia de la República en el marco del VII Pleno
Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitoria –Apreciación de la
prueba en los delitos contra la libertad sexual, el cual resolvió: “ESTABLECER
como doctrina legal, los criterios expuestos en los fundamentos jurídicos 21° al 38.
Asimismo, se determinó “PRECISAR que los principios jurisprudenciales que
contiene la doctrina legal antes mencionada deben ser invocados por los jueces de
todas las instancias judiciales, sin perjuicio de la excepción que estipula el segundo
párrafo del artículo 22° de la LOPJ, aplicable extensivamente a los Acuerdos
Plenarios dictados al amparo del artículo 116° del citado estatuto orgánico”.
Estos principios jurisprudenciales se refieren a los siguientes puntos:
a. Irrelevancia de la resistencia de la víctima de agresión sexual.
b. Declaración de la víctima.
c. La prueba en el Derecho Penal Sexual
d. Evitación de la Estigmatización secundaria.

¿Qué infraestructura debe ofrecer el Poder Judicial a las víctimas de violencia


sexual?
Con la finalidad de proporcionar una mejor atención a las víctimas de delitos o
infracciones a la libertad sexual, los jueces y juezas deben propiciar medidas que
permitan optimizar la infraestructura de las sedes judiciales, tales como:
a. El diseño de un sistema de seguridad en las salas de audiencias, que sirva para
dar tranquilidad y confianza a la víctima, pues si ésta se siente segura, podrá
afrontar con entereza la diligencia programada, así como arriesgarse a ver,
escuchar, o confrontarse con el presunto agresor.
b. La instalación de un sistema de vigilancia en video.
c. La adecuación de salidas múltiples.
93
d. El establecimiento de una sala de espera con servicios higiénicos y la custodia
de un efectivo policial, destinada a que las víctimas y testigos de delitos o
infracciones a la libertad sexual, puedan esperar el inicio de la audiencia, o su turno
para declarar.
e. La implementación de una ventana especial polarizada que no permita que el
presunto agresor distinga a la víctima que está practicando el reconocimiento.
f. La implementación de directivas para una respuesta inmediata ante la violencia
o la amenaza de violencia que podría producirse en la sala de audiencia, las
mismas que incluyen el aislamiento de víctimas y testigos, evacuación de
emergencia, cierre del edificio,
g. La disposición de sanciones rápidas y adecuadas para los actos o amenazas de
violencia en la sala del juzgado

94
IX UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera sesión.- Justicia y Género


Segunda sesión.- Actuación de los operadores de justicia en
casos de violencia sexual.

PRIMERA SESIÓN
JUSTICIA Y GENERO

MARCO CONCEPTUAL
Justicia
Hablar de la justicia significa referirse a un complejo concepto que se basa en un
principio moral, que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada
uno lo que le corresponde. En este sentido la justicia se basa en las convenciones
compartidas del acuerdo social, aplicando principios morales abstractos-formales.
Son tres principios, en los cuales se concentra la justicia: el respeto a los derechos
de los demás, la imparcialidad y la objetividad, la cual se manifiesta en la
coincidencia de los juicios. John Rawls describe en su Teoría de la justicia a la
justicia como la primera virtud de las instituciones sociales. Partiendo de la
suposición de que vivimos en un mundo donde todos tenemos derechos y
obligaciones, la justicia es indispensable para dar a cada quien lo que le
corresponde. En ella se engloban algunos de los aspectos más importantes para el
desarrollo de la vida personal, como las garantías de ser libre, mantener la salud y
la integridad del cuerpo o recibir educación y alimentos, entre otras (Rawls, J.,
1999). Otro propósito de la justicia consiste en impulsar la civilidad en la sociedad
lo que significa, lograr que por sí mismas –sin la mediación de jueces o tribunales–
las personas respeten mutuamente sus derechos: que nadie se apropie de bienes
ajenos, que nadie lastime a los demás, que los padres se hagan responsables de
sus hijos pequeños y que los hijos adultos protejan a sus padres ancianos. Cuando
estos derechos no se respetan corresponde al gobierno del país impartir justicia,
imponiendo castigos a quienes no se ajustan a las leyes y normas de convivencia
y obligándolos a reparar el daño que hicieron. Lograr justicia es una tarea difícil y

95
permanente y tiene que ser la base para que funcione la convivencia entre las
personas. La justicia, que es representada en los(las) jueces deben ser libres e
imparciales y llegar a una decisión respetuosa para las dos partes, pues con ello
están poniendo un ejemplo a la sociedad. Por eso, el símbolo de la justicia es una
mujer que lleva los ojos vendados –no da preferencia a nadie–, en una mano porta
una balanza que simboliza el equilibrio en sus decisiones y en la otra, una espada
que representa la decisión de defenderlas. Lograr ese balance imparcial es el ideal
de un gobierno democrático.

JUSTICIA DE GÉNERO
En su forma ideal, el tema del significado de justicia de género se establecería como
un proyecto práctico, mediante un debate democrático. El electorado organizado
de mujeres y hombres expresaría los abusos de las prácticas sociales injustas que
discriminan a las mujeres o circunscriben el papel de los hombres. Ellos podrían
unirse o formar partidos políticos y competir por puestos representativos en
instituciones políticas para incluir la justicia de género en la agenda legislativa, o
podrían hacer cabildeo entre los políticos y las asambleas políticas para cambiar
las leyes. Exigirían a los actores públicos que respondieran por el efecto de sus
políticas en la equidad de las relaciones de género; en otras palabras, insistirían en
una forma de responsabilidad pública sensible al género.
En la práctica, con frecuencia en las instituciones encargadas de rendir cuentas no
hay un área responsable que responda a las mujeres, o a un electorado preocupado
por la equidad de género. Tampoco existen estándares en la rendición de cuentas
que necesariamente consideren a las inequidades de género como intolerables o
que ameriten reparación oficial.9 Esto puede producir un marcado sesgo contra la
igualdad de género en la administración de justicia, en el gasto público y en la
prestación del servicio, un sesgo no detectado por las instituciones de rendición de
cuentas.
Esta falta de capacidad de respuesta para la equidad de género por parte de los
actores poderosos, públicos y privados, es un reflejo y una causa de la debilidad de
la "voz" política de las mujeres, porque las desigualdades de género en el acceso
a los recursos y la justicia social pueden continuar sin cuestionarse, socavando de
ese modo el poder y la influencia de las mujeres en la esfera privada y en la
96
sociedad civil y política. Incluso si se tienen en cuenta las restricciones
extremadamente serias de la capacidad de la mujer para actuar en forma colectiva
con el fin de articular y defender sus ideas de lo que es correcto y bueno en las
relaciones humanas, se ha observado una tendencia, durante el último siglo, de
mujeres en todo el mundo que se movilizan para exigir y defender estándares de
comportamiento aceptables en las relaciones humanas. Expresadas en luchas por
los recursos productivos, posición en la familia o protección de la violencia basada
en el género, estas luchas han establecido un lecho inamovible de normas, cuyo
fundamento son demandas por la integridad física y la seguridad.
Esto incluye (aunque de manera menos generalizada) el control sobre las
decisiones reproductivas y el rechazo a la subordinación económica ante los
hombres. Esta tendencia global acelerada de mujeres que se movilizan por una
reforma legal, incluso dentro de sistemas sociales tradicionales que las desalientan
enormemente en cuanto a desafiar la dominación masculina, nos brinda una guía
hacia estándares de justicia de género básicos, sin proponer acuerdos específicos
para una cultura o país. Sobre esa base, yo afirmaría que la justicia de género
puede definirse como el final de las desigualdades entre mujeres y hombres, así
como el tomar medidas para reparar las desventajas que llevan a la subordinación
de las mujeres ante los hombres. Estas desigualdades pueden ser en la distribución
de recursos y oportunidades que permiten a los individuos construir capital humano,
social, económico y político. O pueden ser en las concepciones de la dignidad
humana, la autonomía personal y los derechos que niegan la integridad física de
las mujeres y la capacidad para elegir sobre cómo vivir su propia vida.
Como resultado, la justicia de género implica acceder y controlar los recursos en
combinación con la agencia humana. En este sentido, no difiere de muchas
definiciones de "empoderamiento de las mujeres".
No obstante, la justicia de género como un proceso conlleva un elemento adicional
esencial: rendición de cuentas. La justicia de género requiere que las mujeres sean
capaces de garantizar que a quienes detentan el poder, sea en el hogar, la
comunidad, el mercado o el Estado, se les puedan exigir cuentas de modo que las
acciones que limiten el acceso de las mujeres a los recursos o la capacidad para
tomar decisiones, sean prevenidas o castigadas. El uso de la expresión
"empoderamiento de las mujeres" con frecuencia se intercambia con el de "justicia
97
de género", pero la justicia de género agrega un elemento de compensación y
restitución que no siempre está presente en las discusiones sobre empoderamiento
de las mujeres. En efecto, el enfoque que propongo aquí para justicia de género
sigue el [enfoque] que se basa en derechos, antes señalado.
Sin embargo, el énfasis en el proceso de definición de derechos y justicia llama la
atención hacia la manera como las instituciones que promulgan las leyes y dirimen
los conflictos entre mujeres y hombres, institucionalizan un sesgo contra aquéllas.

SEGUNDA SESIÓN
ESTUDIOS DE CASOS

98
X UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera Sesión. - Acceso a la justicia de las mujeres


en situación de violencia y la Debida Diligencia

Segunda Sesión. – Discusión de Casos

PRIMERA SESIÓN

ACCESO A LA JUSTICIA DE LAS MUJERES EN SITUACIÓN DE


VIOLENCIA Y LA DEBIDA DILIGENCIA

99
EL ROL DE LA POLICÍA FRENTE A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y
LA VIOLENCIA FAMILIAR.

La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, define a la


violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en la pertenencia al
sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento
físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la vida privada.

La violencia contra la mujer constituye una violación a los derechos


humanos y una forma de discriminación contra la mujer, debido a
que el daño, sufrimiento o la muerte de las víctimas se basa en su
pertenencia al sexo femenino. La condición de mujer es el motivo por
el cual se generan este tipo de conductas.
Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1993

La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia


Contra la Mujer –Convención de Belém do Pará”- de similar forma establece que el
derecho de toda mujer a una vida libre de violencia incluye el derecho a ser libre de
toda forma de discriminación. Y en ese sentido, lo ha interpretado el Tribunal
Constitucional en su sentencia 05652-2007-PA/TC, al señalar que la discriminación
basada en el sexo constituye una forma de violencia contra la mujer que vulnera el
derecho a la integridad; por lo que la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer es un asunto de trascendencia social y una
obligación internacional del Estado.
La violencia contra la mujer puede ocurrir en los siguientes escenarios:
1. La familia: violencia que tiene como agresor/a a uno de sus miembros. En
nuestro país se conoce como violencia familiar. Puede ser violencia física y
emocional, abuso sexual y violación.

2. La comunidad: violencia que tiene como agresor/a a cualquier persona y


sucede en el colegio, trabajo, centro de salud u otros espacios. Puede ser:
hostigamiento sexual, trata y tortura.

3. Las esferas del Estado: violencia cometida, permitida o tolerada por el


Estado o por sus agentes, cualquiera sea el lugar donde ocurra.

Por otro lado, algunos otros tipos de violencia contra las mujeres abarcan: la
violencia en la pareja, el Feminicidio, la violencia sexual fuera de la pareja, el acoso
sexual, la trata, la explotación sexual, las prácticas tradicionales nocivas, la
violencia relacionada con la práctica de la dote, el matrimonio precoz, la mutilación
y ablación genital femenina, los delitos cometidos en nombre del "honor", el
infanticidio femenino, la selección prenatal del sexo y el maltrato a la mujer.

100
La protección a las mujeres contra las diversas formas de violencia, se da a través
de los siguientes instrumentos legales:
- Se prohíbe la discriminación por motivo de sexo a través de diversas normas,
entre ellas, la Constitución Política (artículos 1° y 2° incisos 1) y 2))

- La Ley N° 27270, Ley contra Actos de Discriminación incorpora al Código


Penal el artículo 323° referido a la discriminación a otra persona o grupo de
personas, por el color de piel, la raza, el sexo, la religión, la condición
económica, la clase social, la posición política, la indumentaria, la filiación,
la actividad, la condición de salud, la afiliación a un sindicato, la
discapacidad, el lugar de origen o residencia, la edad, el idioma, el estado
civil, la identidad étnica, opinión política o de cualquier índole.
- El Código Penal ha regulado el delito de feminicidio en su artículo 108-B, por
medio del cual, reprime con pena privativa de libertad no menor de quince
años el que mata a una mujer por su condición de tal, en los siguientes
contextos: 1. Violencia familiar; 2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual;
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le
confiera autoridad al agente; 4. Cualquier forma de discriminación contra la
mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación
conyugal o de convivencia con el agente. Cabe mencionar que el artículo
108° B considera la existencia de agravantes que aumentan la pena hasta
25 años de privación de libertad e incluso cadena perpetua.

- Asimismo, existe el Plan Nacional de Derechos Humanos 2014-2016 del


Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el Plan Bicentenario: El Perú
hacia el 2021 del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico.

- Por otro lado, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ha


presentado el Plan Nacional contra la violencia hacia la mujer 2009-2015, el
Plan Nacional de Apoyo a la Familia 2004-2011 y el Plan Nacional de
Igualdad de Género 2012-2017. Asimismo, se tiene el Plan Nacional de
Acción contra la Trata de Personas 2011-2016, el Plan de Acción
Intersectorial 2015 para el empoderamiento y autonomía económica de las
mujeres y el Plan Nacional de Fortalecimiento a las Familias 2016-2021.

- También tenemos los siguientes instrumentos legales: Ley N° 28983, Ley de


Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres; Ley N° 27942, Ley de
prevención y sanción del hostigamiento sexual; Ley N° 30314, Ley para
prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos; el Decreto
Supremo N° 027-2007-PCM, que establece las Políticas Nacionales de
obligatorio cumplimiento, en cuyo artículo 2° inciso 2) numeral 2 establece
que en materia de igualdad de Hombres y Mujeres se debe impulsar en la
sociedad, en sus acciones y comunicaciones, la adopción de valores,
prácticas y actitudes y comportamientos equitativos entre hombres y
mujeres; el Protocolo Interinstitucional de Acción frente al Feminicidio,
Tentativa de Feminicidio y Violencia de Pareja de Alto Riesgo, aprobado
mediante Decreto Supremo N° 006-2015-MIMP de fecha 15 de octubre del
2015;y, el Protocolo Intersectorial para la Prevención y Persecución del
Delito y la Protección, Atención y Reintegración de Víctimas de Tratas de
101
Personas, aprobado mediante Decreto Supremo N° 005-2016-IN de fecha
12 de mayo del 2015.

- Finalmente, a nivel internacional tenemos los siguientes documentos: La


Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por Resolución
Legislativa N° 13282 de 1959, que reconoce en su primer artículo la igualdad
en dignidad y derechos de mujeres y hombres; la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, aprobada por Decreto Ley N° 22231 de 1978,
que regula la obligación de los Estados de proteger y garantizar los derechos
a la vida, integridad, igualdad y no discriminación; la Convención para la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada
por Resolución Legislativa N° 27429 del 2001, que establece entre otras
disposiciones, la obligación del Estado de seguir una política encaminada a
eliminar la discriminación contra la mujer; y, la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar toda forma de Violencia contra la Mujer,
aprobada por Resolución Legislativa N° 26583, en cuyo artículo 6° se señala
que el derecho a una vida libre de violencia incluye el derecho a la no
discriminación.

- Todos estos documentos constituyen herramientas normativas que permiten


garantizar los derechos de las mujeres al acceso a la justicia, a una vida libre
de violencia y a la igualdad de oportunidades.
La función de la Policía como parte del sistema penal y del sistema de respuesta
frente a la violencia contra la mujer resulta de suma importancia para resolver
efectivamente los casos que se presenten. La Policía se halla en la vanguardia del
sistema de justicia penal. Su actuación es fundamental además para limitar las
consecuencias negativas del delito; ya que la comisión del delito es en sí misma
irreversible. Por esta razón, en el trato que la Policía les da a las víctimas debe
respetar su dignidad, informarla de la marcha de las actuaciones y de la decisión
de sus causas; asistirlas para proteger su intimidad y garantizar su seguridad y la
de sus familiares.
Se recurre con frecuencia a ella cuando está ocurriendo un acto de violencia o poco
después de que se haya cometido.
Además de ser una respuesta de primera línea a las víctimas, la calidad laboral de
la Policía y la Fiscalía en casos de violencia contra las mujeres puede determinar
si se entabla un proceso. Su intervención entonces, contribuye a prevenir nuevos
incidentes y garantizar la seguridad de las víctimas y supervivientes.
En el marco de un Estado Constitucional de Derecho, la función policial debe
desarrollarse, en todos los casos, respetando los derechos humanos.
Así, el Manual de Derechos Humanos aplicados a la función policial ha establecido
que "las acciones que ejecuten los policías en el desarrollo de su función, deberán
subordinarse y adecuarse al respeto de los derechos humanos, para así garantizar
la legalidad y legitimidad de sus actuaciones, alcanzando la finalidad del servicio
policial".
De la misma manera, el artículo 2° del Código de Conducta para Funcionarios
Encargados de hacer Cumplir la Ley ha señalado que "en el desempeño de sus
tareas, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley respetarán y protegerán

102
la dignidad humana y mantendrán y defenderán los derechos humanos de todas
las personas".
En esta línea, se debe establecer un sistema de respuesta efectivo que permita el
acceso a la justicia de todas las mujeres. Es importante recalcar que los servicios
de apoyo, la Policía y los tribunales son los organismos que participan en el sistema
encargado de hacer frente a los casos de violencia contra la mujer.
Los policías deben tratar con las víctimas, los responsables y los testigos, así como
obtener distintos elementos de prueba. Su actitud y su reacción ante los interesados
pueden repercutir considerablemente en el desenlace de la situación, incluida la
prevención de futuros actos de violencia y la protección de las víctimas.
En este sentido, la Asamblea General de Naciones Unidas ha exhortado a los
Estados Miembros que confieran a la Policía la autoridad requerida para responder
con prontitud a todo incidente de violencia contra la mujer en el marco de su
derecho interno.
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha recomendado a los
Estados "adoptar medidas destinadas a institucionalizar la colaboración y el
intercambio de información entre las autoridades responsables de investigar los
actos de violencia y discriminación, particularmente entre el Ministerio Público y la
Policía".
Muchas veces, las mujeres víctimas de violencia no denuncian su caso pues
consideran que no serán atendidas, ya sea porque su caso se considera de baja
importancia, o porque los operadores de justicia no les creerán. Es decir, existe una
percepción negativa respecto al sistema de respuesta frente a los casos de
violencia, y sobre todo, se considera que la actuación policial es ineficaz. Ello
reduce la posibilidad de que los agresores cumplan con la justicia y que se garantice
la protección a las mujeres víctimas.
Así, las personas que han sufrido violencia familiar se encuentran muy sensibles al
trato que el personal de la Policía Nacional les pueda dar. Es necesario mostrar
respeto, amabilidad e interés por la víctima y su problema. El o la policía debe
ofrece un ambiente de seguridad y confianza.

La Declaración de Beijing y la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia


Internacional sobre la Mujer, celebrada en Beijing en setiembre de 1995, ha
indicado la importancia que tiene que el personal judicial y policial cambie de actitud
frente a los casos de violencia contra la mujer.

La violencia hacia la mujer requiere de la intervención multidisciplinaria y


coordinada de diferentes instituciones que actúan como parte del sistema de salud,
protección social y de acceso a la justicia, como: los establecimientos de salud,
hospitales, Policía Nacional, Instituto de Medicina Legal, los Centros de Emergencia
Mujer, Ministerio Público y el Poder Judicial.

El Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial, refiere


precisamente en su Capítulo IV que los efectivos policiales deben dar máxima
prioridad al bienestar físico y psicológico de la víctima y de aquellas personas que
se encuentren en situación de vulnerabilidad.
Asimismo, es importante señalar que la Ley N° 30364, Ley para prevenir, sancionar
y erradicar la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar permite

103
dar un abordaje integral ante las situaciones de violencia, diferenciando la violencia
hacia las mujeres de la violencia cometida contra los integrantes de la familia.
Al respecto, el MININTER, refiere que:
 La Policía Nacional del Perú registró 137 742 denuncias por violencia familiar
para el período anual del 2015. De dichas denuncias, el 88,7% correspondía
a mujeres (122 197) y el 11, 3% a hombres (15 545)
 Del total de víctimas de violencia, 10 022 víctimas eran niñas, niños y
adolescentes. De ellas, 7 175 eran mujeres y 2 847 hombres.
 La Policía Nacional del Perú, entre enero y diciembre del 2015, registró 41
denuncias por feminicidio; 8 de ellas correspondían a menores de 18 años
de edad, 17 al grupo de 18 a 35 años y 16 a personas mayores de 35 años.
 El 70, 7% de los 5 311 casos de violencia sexual contra mujeres denunciados
ante la Policía Nacional del Perú, de enero a diciembre del 2015, tuvo como
víctima a una mujer menor de 18 años de edad.

Finalmente, vale la pena recalcar que en el marco de la adecuación del Sistema de


Justicia al Sistema Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la
Violencia contra la Mujer y los Integrantes del Grupo Familiar, la Policía Nacional
ha elaborado y validado la Ficha de Valoración de Riesgo de Feminicidio para mujer
víctima de violencia de pareja, ficha en la que se incluye un anexo de factores de
vulnerabilidad para evaluar la presencia de violencia económica.

SEGUNDA SESIÓN
DISCUSIÓN DE CASOS

104
XI UNIDAD DE APRENDIZAJE

TEMA : Primera Sesión. - Calidad de Atención para garantizar


el acceso a la justicia de las mujeres desde la
actuación policial
Segunda Sesión. - La prevención y tratamiento del
hostigamiento sexual en el cuerpo policial.

PRIMERA SESIÓN

CALIDAD DE ATENCIÓN PARA GARANTIZAR EL ACCESO A LA JUSTICIA


DE LAS MUJERES DESDE LA ACTUACIÓN POLICIAL

APLICACIÓN DEL ENFOQUE DE GÉNERO EN LA FUNCIÓN POLICIAL:

Como se ha señalado, el rol que la Policía cumple es especialmente importante en


relación con los derechos fundamentales. Esto, debido a que la Policía cumple con
un deber de garante, en virtud del cual tiene la obligación jurídica concreta de obrar
según lo establecido en la Constitución Política evitando que se produzcan
violaciones a los derechos y libertades fundamentales.
En este sentido, la Policía debe ejercer sus funciones con estricta observancia de
los principios de igualdad y de no discriminación, que deben ser herramientas
fundamentales de su trabajo cotidiano.
Los servicios policiales con enfoque de género tienen por objeto:

- Examinar las implicaciones que tiene para hombres y mujeres cualquier


acción planificada, incluyendo políticas o programas en todas las áreas y en
todos los niveles de la Policía.
- Prevenir y atender las necesidades concretas en materia de seguridad de
mujeres, niñas y niños.
- Combatir los prejuicios y estereotipos discriminatorios contra las mujeres.
- Reflejar la diversidad de la ciudadanía y rendir cuentas al conjunto de la
población estando mejor preparados para cumplir con su principal mandato:
defender el estado de derecho.

No escapa de estas consideraciones que, como se ha señalado, los estereotipos y


prejuicios respecto de los hombres y mujeres son transmitidos por la propia familia,
círculo de amigos y otros grupos sociales. Si bien el personal de la Policía forma
parte de la sociedad, se encuentra en una posición privilegiada para contribuir a la
eliminación progresiva de los estereotipos y prejuicios discriminatorios contra las
mujeres.
En este sentido, las y los oficiales, en tanto autoridades estatales, tienen el deber
de combatir los prejuicios de género y las actitudes discriminatorias contra las
105
mujeres. Para cumplir esta importante función, es vital que el derecho a la igualdad
entre hombres y mujeres sea perfectamente comprendido y asimilado por las y los
agentes policiales.

1. ¿Qué implica la igualdad de género en el acceso y ascenso de la carrera


policial?

El artículo 26° inciso 1 de la Constitución Política reconoce que en la relación


laboral se respeta el principio de igualdad de oportunidades sin discriminación. La
efectividad de este principio, según el Tribunal Constitucional, asegura la igualdad
de oportunidades de acceso al empleo y de tratamiento durante el mismo.
La discriminación laboral implica brindar un trato distinto a las personas atendiendo
a ciertas características, como puede ser el sexo, sin tomar en cuenta los méritos
ni las calificaciones necesarias para el puesto de trabajo que se trate. Esta situación
involucra la vulneración del derecho a la igualdad de oportunidades y de trato y a
la libertad de trabajo, debido a que la libertad del ser humano para elegir y
desarrollar sus aspiraciones profesionales y personales se ve restringida.

Lamentablemente, la discriminación de las mujeres en el entorno laboral es una


situación que se presenta de forma cotidiana, provocando desigualdades entre las
personas, así como desventajas sociales y económicas que debilitan la cohesión y
la solidaridad social.

La discriminación laboral contra la mujer puede venir agravada, asimismo, por la


violencia (física o psicológica), el acoso moral o el acoso sexual.

En lo que respecta a la presencia de la mujer en las instituciones de seguridad


pública, es oportuno precisar que su incorporación ha sido producto de un proceso
paulatino y sostenido en los países de América Latina. De hecho, las primeras
incorporaciones femeninas se formularon a partir de la creación de cuerpos
separados: brigadas, destacamentos o cuerpos auxiliares femeninos, que con el
transcurso de los años se fueron disolviendo y fusionando en un único cuerpo
policial como se conoce hoy en día.

En el caso del Perú, fue solo en el año


1996, a partir de la dación de la Ley Nº
26628, que se determinó la apertura a las
mujeres de las escuelas de oficiales y
suboficiales.

Aun cuando han transcurrido 19 años desde que se permitió legalmente la


incorporación de las mujeres en la Policía Nacional, las brechas de género son
todavía extensas. Así, según el Informe de cumplimiento de la Ley de Igualdad de
Oportunidades, al2012 en la Policía Nacional del Perú las mujeres representan
solamente la quinta parte del total de integrantes de las unidades policiales
especializadas.

106
En este contexto, constituye un deber del Estado peruano implementar medidas
para evitar la discriminación contra la mujer y promover la igualdad en distintos
ámbitos, principalmente desde sus instituciones públicas, como es el caso de la
Policía Nacional, a fin de promover la igualdad de oportunidades, y que tanto
hombres como mujeres disfruten de un trabajo decente.

Por otro lado, las instituciones policiales con enfoque de género garantizan que las
mujeres sean ascendidas a altos mandos a fin de que puedan servir de modelo a
otras mujeres que deseen incorporarse y promocionarse en la jerarquía policial.
Por lo anteriormente expuesto, existe un claro mandato constitucional y legal de
respeto del derecho a la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a la carrera
policial. Este mandato debe ser cumplido, tanto en el acceso a la función policial
como en el tratamiento laboral durante el despliegue de funciones. Asimismo, la
participación de las mujeres policías debe darse en las mismas condiciones que los
hombres, y garantizarse que se tengan las mismas oportunidades para ascender y
avanzar en la carrera policial.

2. ¿Qué implica el derecho al trato diferente de las mujeres en el marco de la


función policial para garantizar la igualdad?

Como anteriormente se ha señalado, es posible establecer una diferencia de trato


sin que esta situación pueda ser considerada como discriminatoria. En efecto, no
todas las distinciones de trato deben ser consideradas discriminatorias.

Así, no se consideran discriminatorias:

 Las diferencias que tengan su origen en las cualificaciones exigidas para un


puesto de trabajo (artículo 1° inciso 2 del Convenio 111 de la OIT). Por
ejemplo, para un determinado puesto se exige contar con el título de
abogado/a o con el grado de magíster.
 Las diferencias que tengan su origen en salvaguardar la seguridad del
Estado y las motivadas por imperativos especiales de protección, esto es,
aquellas dirigidas a atender necesidades específicas en el ámbito de la salud
de hombres o mujeres. Por ejemplo, el trato diferenciado basado en el
estado de gravidez de una mujer policía.
 Las medidas especiales que conllevan un trato diferenciado para quienes
tienen necesidades particulares por razones de género o de discapacidad
mental, sensorial o física.

2.1. Mujeres policías embarazadas


107
El Tribunal Constitucional, máximo intérprete de la Constitución Política, ha
analizado casos de despido de mujeres embarazadas, en el marco de los cuales
es posible resaltar las siguientes conclusiones:

- En nada la maternidad impide la preparación en el


ámbito policial, ésta es parte de los derechos sexuales
y reproductivos de las personas y en ningún caso puede
ser utilizada de excusa para matizar la discriminación
hacia las mujeres.

- Retirar a mujeres cadetes de la institución policial por su


condición de embarazo, como no admitirlas por su
condición de madres es un acto de injusticia y violación
de derechos.

- Las decisiones extintivas basadas en el embarazo, al


afectar exclusivamente a la mujer, constituye
indudablemente una discriminación por razón de sexo
proscrita por el inciso 2 del artículo 2° de la Constitución
Política.

- El despido de una trabajadora por razón de su


embarazo constituye una discriminación directa basada
en el sexo, como también lo es la negativa a contratar a
una mujer embarazada, o cuando una trabajadora
percibe una remuneración inferior a la de un trabajador
por un mismo trabajo. Son manifestaciones de
discriminación directa porque excluyen la posibilidad de
justificar objetivamente la razonabilidad y
proporcionalidad de la medida.

- La mujer embarazada está protegida contra todo


despido por razón de su condición durante todo el
período de embarazo.

Por último respecto al embarazo de cadetes el Tribunal en Sentencia Nº 05527-


2008-PHC/TC ha establecido que “el embarazo de una alumna, cadete o estudiante
no es un hecho que pueda limitar o restringir su derecho a la educación (…) Dicho
de otro modo, ninguna autoridad pública o particular puede impedirle a una mujer
estudiar normalmente por su estado de embarazo”.

Asimismo, el Decreto Legislativo N° 1151, Ley del Régimen Educativo de la Policía


Nacional del Perú del 11 de diciembre de 2012, señala en su artículo 19° que “no
puede restringirse o limitarse la permanencia ni retirarles la condición de alumno,
alumna o cadete de las Escuelas de Formación de la Policía Nacional por motivos
108
de gestación, maternidad o paternidad” y que esos supuestos “no pueden ser
empleados como causales de sanción o separación definitiva de las Escuelas de
Formación de la Policía Nacional”. La dación de esta norma representa un avance
normativo en la prohibición de discriminación por sexo.

La protección de la maternidad, que incluye el derecho de lactancia y los servicios


de lactarios institucionales y servicios de cuidado institucional para mujeres y
hombres, es parte de las políticas de promoción de las relaciones familiares
compartidas y de las políticas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral.

Cabe señalar, que la Policía Nacional ha promulgado la Directiva N° 01-11-2014-


DGPNP/DIREJEPER-B "Normas y procedimientos para la implementación y
funcionamiento del servicio de lactarios en los órganos dependientes de la Policía
Nacional del Perú", aprobada mediante Resolución Directoral N° 288-2014-
DIRGEN/EMG-PNP del 15 de abril de 2014. Esta Directiva tiene por finalidad
promover y facilitar en las madres el período de lactancia, con el fin de contribuir
con la nutrición infantil, la salud materna y el fortalecimiento de las familias.

2.2. Mujeres detenidas y privadas de libertad

El derecho a la igualdad y no discriminación no se vulnera cuando se brinda trato


diferente a personas cuya situación lo justifica, precisamente para colocarlas en
posición de ejercer verdaderamente los derechos y aprovechar auténticamente las
garantías que la ley reconoce a todas las personas.

Asimismo, se ha indicado que todas las formas de violencia contra la mujer violan
y menoscaban o impiden el disfrute por la mujer de los derechos humanos y las
libertades fundamentales.

En ese sentido, la Policía debe ejercer la debida diligencia para prevenir, investigar
y efectuar detenciones en relación con todos los actos de violencia contra la mujer,
tanto si son cometidos por funcionarios públicos como por particulares, en el hogar,
en la comunidad o en instituciones oficiales. Del mismo modo, la Policía debe
adoptar medidas rigurosas para impedir la victimización de las mujeres y se
asegurará de que esta no vuelva a producirse como consecuencia de omisiones de
la propia Policía o de prácticas de aplicación de la ley que no tengan en cuenta la
condición específica de la mujer.
En esta línea, el Manual de Derechos Humanos aplicados a la función
policialestablece las siguientes salvaguardias para el respeto y garantía de los
derechos humanos de las mujeres detenidas:

o En relación con el arresto a mujeres, se señala que:

109
“El arresto debe ser efectuado, en lo posible, con participación de personal
policial femenino, En el caso del registro personal y de prendas, este debe
ser efectuado por una mujer con la finalidad de evitar vulnerar sus derechos.”

o En relación con el tratamiento a la mujer detenida, se señala que:

“La condición especial de la mujer está reconocida y protegida en dos tipos


de disposiciones: unas que exigen que las detenidas estén separadas de los
hombres, y otras relativas a la no discriminación. Es importante designar la
custodia y el registro personal de mujeres detenidas a personal femenino
(Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, la Declaración sobre
la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer y la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer).”

El citado manual debe ser leído en conjunto con las Reglas de las Naciones Unidas
para el tratamiento de las reclusas y medidas no privativas de la libertad para las
mujeres delincuentes (Reglas de Bangkok).

SEGUNDA SESIÓN

LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL HOSTIGAMIENTO SEXUAL

El hostigamiento sexual es una problemática directamente relacionada con el


ejercicio abusivo del poder –generalmente del varón que se encuentra en una
posición jerárquica superior -o con la desigualdad de poder entre géneros, que
facilita la violencia contra las mujeres.
El hostigamiento sexual es una forma de violencia que ocurre, con mayor
frecuencia, contra la mujer. La definición de este acto se encuentra en la Ley de
Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual, Ley N° 27942, modificada por la
Ley N° 29430, que precisa lo siguiente:

Consiste en la conducta física o verbal reiterada


Hostigamiento de naturaleza sexual o sexista no deseada o
sexual típico o rechazada, realizada por una o más personas
chantaje que se aprovechan de una posición de autoridad
sexual o jerarquía o cualquier otra situación ventajosa,
en contra de otra u otras, quienes rechazan
estas conductas por considerar que afectan su
dignidad, así como sus derechos
fundamentales.

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Consiste en la conducta física o verbal reiterada
Hostigamiento de carácter sexual o sexista de una o más
sexual personas hacia otras con prescindencia de
ambiental jerarquía, estamento, grado, cargo, función,
nivel remunerativo o análogo, creando un clima
de intimidación, humillación u hostilidad.

El hostigamiento sexual puede manifestarse por medio de diferentes conductas,


dentro de las cuales la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual ha
identificado:

 Promesa implícita o expresa a la víctima de un trato preferente y/o


beneficioso respecto a su situación actual o futura a cambio de favores
sexuales.
 Amenazas mediante las cuales se exija en forma implícita o explícita una
conducta no deseada por la víctima que atente o agravie su dignidad.
 Uso de términos de naturaleza o connotación sexual (escritos o
verbales), insinuaciones sexuales, proposiciones sexuales, gestos
obscenos que resulten insoportables, hostiles, humillantes u ofensivos
para la víctima.
 Acercamientos corporales, roces, tocamientos u otras conductas físicas
de naturaleza sexual que resulten ofensivos y no deseados por la víctima.
 Trato ofensivo u hostil por el rechazo de las conductas señaladas en este
artículo.

El ámbito de aplicación de la Ley de Prevención y


Sanción del Hostigamiento Sexual comprende en
relación con las instituciones policiales:
Al personal policial, al personal civil que
trabaja dentro de dichas instituciones
policiales, al personal de servicio o auxiliar y a
los terceros que prestan servicios para tales
entidades bajo el ámbito del Código Civil o la
Ley de Contrataciones y Adquisiciones del
Estado.

SANCIÓN DEL HOSTIGAMIENTO SEXUAL


COMETIDO POR PERSONAL POLICÍAL

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El personal de la Policía Nacional y de las Fuerzas
Armadas que incurran en actos de hostigamiento
sexual, según la gravedad de los hechos y previo
pronunciamiento del respectivo Consejo de
Investigación, pasará a situación de
disponibilidad o de retiro por medida
disciplinaria, según el caso y conforme al
procedimiento previsto en las normas internas de
los institutos en mención.

Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual

Cabe precisar que agotado el procedimiento interno, la persona hostigada tiene el


derecho de acudir a la vía civil en proceso sumarísimo para reclamar el pago de la
indemnización correspondiente.
Asimismo, son responsables solidarios de la indemnización citada, el personal de
la Policía Nacional del Perú y las Fuerzas Armadas encargado de disponer las
investigaciones administrativas, si ha conocido de los actos de hostigamiento
sexual y no ha dispuesto las medidas para investigar y sancionar esta conducta.
Finalmente, conviene señalar que el procedimiento preventivo y sancionador
sectorial se encuentra regulado por la Resolución Ministerial Nº 1075-2012-
IN/DGRH, del 17 de octubre de 2012, a través del cual se aprobó la Directiva
"Normas y procedimientos para la prevención y sanción del hostigamiento sexual
en los Órganos Policiales y No Policiales del Ministerio del Interior".

DEL 30JUL18 AL 04AGO18


TEMA : Primera sesión.- Exposición de Trabajos Finales
Segunda sesión.- Exposición de Trabajos Finales.

DEL 06AGO18 AL 11AGO18

TEMA : Primera sesión.- Exposición de Trabajos Finales


Segunda sesión.- Exposición de Trabajos Finales.

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DEL 13AGO18 AL 18AGO18
EXAMEN FINAL

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