You are on page 1of 26

LENGUAS ABORÍGENES PANAMEÑAS:

ENSAYO BIBLIOGRÁFICO

Por Martín Jamieson

INTRODUCCIÓN
Poco después de la llegada del invasor foráneo, la
población autóctona panameña quedó diezmada, como se ha
venido señalando desde los Cronistas de Indias. Tal fue la
eficiente rapidez de la destrucción, que faltó tiempo para que
surgieran lenguas mixtas o para que esos pacientes
evangelistas que ha alabado J. R. Firth redactaran las
laboriosas gramáticas que pergeñaron en otros lugares. (Véase,
de M. Jamieson, "Visión lingüística del Istmo de Panamá al
iniciarse la Conquista", Revista Nacional de Cultura Nº 26
( junio 1994), pp. 107-113). En nuestro siglo, varias instituciones
religiosas y varios religiosos, de manera independiente, se han
abocado a cubrir este déficit.
Con todo, se sabe de una tardía descripción de sólo una de
las diversas lenguas mutuamente ininteligibles que se hablaban
en el Istmo. Fue la de 1740 del P. Ignacio Franciscio, y versaba
sobre la lengua dariela, el hablar de los urabaes, idibaes o
darieles, seguramente los cunas de hoy. Lamentablemente se
encuentra perdida.
Los estudios sobre las lenguas indígenas de Panamá
debieron esperar, entonces, hasta el siglo XIX, cuando los
etnógrafos empezaron sus investigaciones. En el siglo XX han
2
tenido un auge acorde con el que ha gozado la ciencia del
lenguaje.
BIBLIOGRAFIAS
Existen unos cuantos repertorios generales a los cuales
recurrir para informarse sobre la lingüística indigenista acerca
de Panamá. Hay algún catálogo muy viejo, el del Conde de la
Viñaza, titulado Bibliografía española de las lenguas
indígenas de América (Madrid: 1892). Más recientes son los de
Paul Rivet o el de C. Loukotka (1952). Pero para tener una
accesible fuente continua y conocidísima, no obstante la
dispersión de sus excelentes entradas con anotaciones, es útil
recurrir al Handbook of Latin American Studies (Cambridge,
Mass.: Harvard University Press, 1937-1950; Gainesville, Fla.:
University of Florida Press, 1951-1978; Austin and London:
University of Texas Press, 1979 y ss.). No aspira este manual a
registrar todo lo publicado y, desde luego, la bibliografía previa a
su primera aparición no figura. (Para su historia puede verse, de
Dan C. Hazen, “The Handbook of Latin American Studies at
(volume) fifty: Area Studies Bibliography in a Context of Change”
Revista Interamericana de Bibliografía, XLI : 2 (1992), pp.
195-202).
Es mucho más abarcador el Catálogo de las lenguas de
América del Sur (1948, 1ª ed.; Madrid: Gredos, 1984, 2ª ed.,
pp. 179-181), de los esposos Antonio Tovar y Consuelo Larrucea
de Tovar, según el cual las lenguas indígenas panameñas son
del "gran grupo chibcha". Se sabe que los Tovar recogen todo
material al alcance, sin establecer distingos y que, para la
3
segunda edición, interesaron menos las variables publicaciones
del Instituto Lingüístico de Verano.
El volumen Current Trends in Linguistics, IV: Ibero-
American and Caribbean Linguistics (The Hague: Mouton,
1968), cuyo editor general fue Thomas A. Sebeok, en su parte
segunda trata de "Linguistics of Non-Ibero-American Languages"
(pp. 249-360) y, aunque es un muy útil repertorio
minuciosamente comentado, nunca enfoca a Panamá como país.
En él se encuentra mencionada, sin embargo, otra
bibliografía que aquí importa, la de Jacob A. Loewen, "Chocó I:
Introduction and Bibliography" (IJAL . 29 : 3 -July 1963-, pp. 239-
263; bibliografía en las pp. 246-263), sobre la familia lingüística
chocó. Los hablantes de estas lenguas viven a ambos lados de
la frontera panameña con Colombia (país en donde sumarán
más de 40,000), y se extienden hasta el Ecuador, por lo que
Loewen los emparienta con grupos brasileños. (En rigor, su
hábitat originario es del sur, y va extendiéndose tesoneramente
al norte.) Además, asegura que la lengua es caribe, no chibcha,
e informa que el cueva del que se hablaba en el período de los
Cronistas fue un dialecto chocó. Pero, en contra de lo que
piensan C. Loukotka y Greenberg y transitando el mismo sesgo
de Loewen, Kathleen Romoli, en Los de la lengua cueva: los
grupos indígenas del Istmo Oriental en la época de la
conquista española . Bogotá: Instituto Colombiano de
Antropología e Instituto Colombiano de Cultura, 1987, afirma con
insistencia comprobatoria que los cuna no son los cueva, pues
estos desaparecieron antes de mediados del siglo XVI. Añade
4
que los antepasados de los cunas aparecieron en la historia
después de 1611.
Antes que el catálogo anotado de Loewen arriba fichado
había aparecido el de Gerardo Reichel-Dolmatoff, "Bibliografía
lingüística del grupo chocó" (Revista del Instituto Nacional de
Etnología , Nº2 (1945), pp. 625-7). Como se notará, ambos se
reducen a una sola agrupación lingüística.
En la compilación titulada Panama (Oxford -England- &
Santa Barbara -Calif.-: CLIO Press, 1982, pp. 54-58), Eleanor
DeSelms Langstaff entregó 122 fichas someramente descritas,
en inglés, acerca de publicaciones sobre las lenguas indígenas
de Panamá. (Una de las fichas, la nº 245, no trata la lengua
chocó, como a primera vista parece, sino el español de una
región colombiana.)
Entre los repertorios más recientes se encuentra la
"Bibliografía de la etnolingüística panameña", que su autor,
Arysteides Turpana, anexó a su trabajo "Lenguas indígenas"
(América Indígena , XLVII : 4, (octubre-diciembre 1987), pp.
621-4). La entrada más distante en el tiempo data de 1851 y la
más reciente es de 1985. Recoge, sin interés de ser exhaustivo,
publicaciones y algún material inédito sobre todas las lenguas
autóctonas panameñas.
Sería útil consultar bibliografías más generales
(antropológicas o etnológicas, por ejemplo) o específicas (de
ciencias del lenguaje), que consideran la lingüística indigenista
o las diversas subdisciplinas tanto sobre Colombia como sobre
Costa Rica, pues variedades del cuna y del chocó se hablan por
5
el sur, y el bribri y el teribe son, también, lenguas
costarricenses. Como guía para ello conviene revisar, de
Francesc Ligorred, Lenguas indígenas de México y
Centroamérica . Madrid: Editorial Mapfre, 1992. Otro trabajo de
utilidad sería el de Adolfo Constenla Umaña, Comparative
Chibchan Phonology , Tesis doctoral inédita, Universidad de
Pennsylvania, 1981, o una consideración histórica del mismo
autor: A. Constenla U., “Desarrollo del estudio diacrónico de las
lenguas chibchas” (Estudios de lingüística chibcha , 2,
-1983- pp. 15-66).

SOBRE EL NÚMERO Y EL NOMBRE DE LAS LENGUAS


INDIGENAS DE PANAMA

Entre los problemas que los estudiosos han debido


enfrentar en cuanto a las lenguas autóctonas de Panamá se
encuentra el del número, nombre y subdivisiones de estas
formas del hablar de aproximadamente el 10% de la población
del país. Tanto J. A. Mason, como Jijón y Caamaño, P. Rivet y
W. Lehmann proponen subdivisiones diversas. Lo que no se
presenta como discutido hasta el momento es la inclusión de
ellas en el “área intermedia o circuncaribe”, que se extiende
entre el sur de Guatemala hasta donde lindera Panamá con
Colombia.
La escuela panameña ha enseñado tradicionalmente que
las lenguas (y las culturas) aborígenes son tres: guaymí, cuna y
6
chocó, como lo dice Manuel María Alba en su Introducción al
estudio de las lenguas indígenas de Panamá. (Panamá:
Imprenta Nacional, 1950). Investigadores posteriores, provistos
de explícitas teorías rigurosas, descreen de esta reducida
tricotomía.
El Instituto Lingüístico de Verano -"nombre curioso para
una institución que [...] trabaja sin cesar las cuatro estaciones
del año" según afirmaba Ambrosio Rabanales en su
"Repercusión de las corrientes lingüísticas contemporáneas en
Iberoamérica" (Boletín de Filología de la Universidad de
Chile , XXIX, 1978: 219-257; cita de la p. 227)- concluyó que hay
nueve lenguas amerindias en Panamá (Instituto Lingüístico de
Verano, "Las lenguas indígenas de Panamá", América Indígena ,
vol. 32, 1972, pp. 95-104). Dos asociados a la institución,
Robert D. Gunn y Michael Kolpesec, publicaron, en esta línea,
una breve Clasificación de los idiomas indígenas de Panamá:
con un vocabulario comparativo de los mismos (Panamá:
INAC-Instituto Lingüístico de Verano, Lenguas de Panamá, 7,
1980), dividida en dos partes, en una de las cuales hay un
vocabulario de unas 200 palabras de las diferentes lenguas.
Conviene citar aquí, aunque abajo pueda volver a hacerse lo
propio en cada lengua, los tomos de Lenguas de Panamá
(Panamá: INAC-Instituto Lingüístico de Verano, 1974-1978. T. I:
Sistemas fonológicos. T. II: Observaciones preliminares
sobre los sistemas gramaticales de las lenguas chibchas. T.
III: Una gramática pedagógica del waunana . 1ª parte, T. IV:
Estudios sobre el discurso. T. V: La estructura del diálogo en
7
el discurso narrativo .) (Puede verse una visión politizada del
ILV en las pp. 42-43 del libro de F. Ligorred, citado supra.)
El mencionado Turpana, a su vez, establece que hay seis
lenguas y trece dialectos (art. cit .). El número de seis lenguas
lo había propuesto Melquiades Arosemena B. en “¿Cuántas son,
en realidad, las lenguas indígenas de Panamá?” ( Alfa , Nº 1,
1977, pp. 10-12). Antes, Raquel María de León P. en “Las
lenguas indígenas del Istmo de Panamá. Sus diversas formas
dialectales y estado actual de los estudios sobre filología y
literatura de dichas lenguas” (en A.A.V.V., Actas del III
Simposium Nacional de Antropología, Arqueología y
Etnohistoria de Panamá , Panamá: Universidad de Panamá-
INCUDE, 1972, pp. 387-425, con bibliografía) había dado un
vistazo sobre el tema que nos ocupa, con un sesgo tradicional, y
desde la visión de una no especialista en la ciencia del lenguaje,
pues era geógrafa y administradora escolar, campos en los que
se distinguió.
Para el grupo guaymí, también llamado ngawbe o ngöbe o
ngäwbere, o, por su localización geográfica, valiente, sabanero,
o norteño, (denominaciones las dos últimas que datan del siglo
XVIII por lo menos), Turpana señala dos lenguas, el ngobere y el
buglere. (Entre los nacionales, el guaymí es el grupo
verdaderamente autóctono, pre-existente a la colonización
española.)
Para el grupo cuna, el más occidentalizado del de los
indígenas panameños y del cual Turpana mismo es miembro
egregio, encuentra una sola lengua, el cuna o dulegaya, con tres
8
dialectos geográficos. (Históricamente los cunas han sido
conocidos como bugue-bugues, cuna-cunas, chucunas,
mandingas y tules.)
El grupo chocó habla dos lenguas: el emberá, con un solo
dialecto en Panamá y varios en Colombia, y el woun-meu, con
varios dialectos en Colombia y uno en Panamá.
El grupo teribe habla teribe (siempre según Turpana), con
un dialecto en Panamá y otro en la vecina Costa Rica. (La mayor
parte de los estudios sobre la lengua teribe se refieren al hablar
costarricense y un demógrafo nacional, Omar Jaén Suárez,
informa que la población indígena occidental panameña se ha
alimentado, a través del tiempo, con inmigración de la vecina
república centroamericana.)
Los nombres dados a las lenguas mencionadas difieren de
acuerdo con los investigadores, los cuales, ni siquiera hoy,
llegan a la unanimidad en éste u otros puntos más
conceptuosos. Porque el woun-meu de Turpana coincide con el
waunana o huaunana de otros autores (véase infra ); y, lo que es
el dialecto bokota del buglere para Turpana, puede ser la lengua
bogotá de otros, aun cuando para los hablantes su lengua es el
buglere o buglé.
El kuna es también cueva, tule o dule; la lengua guaymí,
moiu, muoire, movere o murire y la lengua de los teribes es el
tlorio mientras que el pueblo también puede ser el de los tiribíes
o el de los norteños, quequexque, teribes, térrabas, texbi,
tirribis, tixbi o tójar. (En la misma vena los chocoes o emberaes
-la distinción no es clara en los textos- aparecen en documentos
9
de la época hispánica con otros nombres: citarabiraes, citaraes,
idibaes, inagaraes, noavamaes, quirimbaraes, zirimbaraes, etc.)
En lo que sigue se reunirán las fichas bibliográficas según
las etnias, con la exclusión de dos: el grupo bribri (inmigrado a
la región de Bocas del Toro en el siglo XX procedente de Costa
Rica) y los cholos o coclé -que son 31,207-, ubicados entre
Coclé y Colón.
Las estadísticas se toman del censo de población
panameño de 1990 como fueron recogidas por Françoise
Guionneau de Sinclair en “Los amerindios de Panamá en el
censo de población de 1990”, SCIENTIA , 7: 1, (1992) pp. 31-43.
La exclusión del grupo bribri (cuya habla estudia Rodrigo
Him) se debe al desconocimiento del número de habitantes y
del material acerca de la variedad panameña, si bien, para la
variedad costarricense, el círculo del ya citado A. Constenla
Umaña ha publicado varias investigaciones.
En cuanto al otro grupo, la defensa de la existencia del
grupo de los cholos es de Guionneau de Sinclair, por lo que los
más no informan sobre él. (La misma estudiosa propone la
panameñidad del grupo bribri.)

ETNIA CUNA O TULE


(47,298 miembros; ubicación: Kuna Yala; provincias de
Darién y Panamá.)
Sobre la lengua de este grupo se tienen noticias varias
desde el siglo pasado. Son los trabajos léxicos o gramaticales
10
de Carl Hermann Berendt, "The Darien language", Review of
American Record , Philadelphia, III, 26 (1874), pp. 54-59; de
Edward Cullen, "Vocabulary of the Language of the Yule Indians"
(1851); de Edward P. Lull, "Vocabulary of the Language of the
Indians of San Blas" (1873), de Alphonse Louis Pinart,
"Vocabulario castellano-cuna" (1890); de Lucien de Puydt,
"Vocabulary and Phrases of the Cuna Language" (1868) y de
José Vicente Uribe, "Gramática y vocabulario de la lengua que
hablan los indios darienes" (1883). Los títulos indican que estas
publicaciones, habitualmente no muy extensas, se ubican dentro
del capítulo del encuentro entre dos culturas: la etapa de
aprehensión y registro de palabras o frases aisladas. Por otra
parte, en aquel momento del desarrollo de la ciencia del
lenguaje, no cabía otra posibilidad.
(Entonces, evidentemente, no surgía la duda de utilizar la
k- o la c- como letra inicial del nombre de la lengua. Hoy, que
se da, puede defenderse una ortografía porque distingue y, la
otra, porque es más común al español, donde el grafema k es
poco usado.)
En este siglo se publicaron estudios más extensos.
Empezaron a circular, entonces, la Gramática karibe-kuna , de
Leonardo Gassó (Barcelona, 1908); los "Ethnological Linguistic
Notes of the Tule Indians of Panama" Smithsonian
Miscellaneous Collection Vol. 77 (1925) pp. 112-136, de John
Peabody Harrington; los "Prolegomena to the Study of the San
Blas Language" (1912), la "Grammar and Glossary of the Tule
Language of Panama" (1913), "El dialecto indígena de Urabá"
11
(1944), de H. E. White Uribe, los breves Rudimentos de
gramática karibe-kuna (Panamá: Imprenta Nacional, 1934, 72
pp.), de José Berengueras y, más recientemente, la Gramática
de la lengua kuna (Panamá: Impresora de la Nación, 1980), de
Jesús Erice Insausti, C.M.F., obra que luego completó con un
Diccionario de la lengua kuna (Panamá: Impresora de La
Nación, 1985), que es, en realidad, un diccionario bilingüe .
Otro sacerdote católico que vivió entre los cunas, el P.
Manuel María Puig, había publicado un Diccionario de lengua
caribe-cuna (Panamá: Estrella de Panamá, 1944) y una
Gramática de la lengua caribe-cuna (Panamá: Tipografía y
casa editora La Moderna, 1946), que aún hoy son útiles, por
limitada que haya sido la acogida que recibieron.
Por inéditos, igual suerte han corrido una serie de trabajos
de graduación redactados en la Universidad de Panamá, por lo
que, en las fichas que siguen inmediatamente, huelga la
mención de su carácter de material no publicado: Gabriel B.
Branca, An Introduction to a Linguistic Description of the
San Blas Cuna Dialect (U. de Panamá, 1973, xvii, 214 ff.); el
Diccionario básico español-kuna (U. de Panamá, 1982, 285
ff.), de Tarsicio Martínez Harrison; de Benilda Pérez de Iglesias,
Estudio geo-histórico y socio-lingüístico de la cultura kuna
(U. de Panamá, 1983, vii, 257 ff.); los estudios contrastivos de
Afranio Herrera García, Historical Evolution of the English
Language in San Blas and some Grammatical Comparisons
between English and Kuna (U. de Panamá, 1991, xii, 100
folios); Remi Henríquez Bastidas, A Study of Some Aspects of
12
Contrastive Syntactic Analysis in English and Kuna (U. de
Panamá, 1994, vii, 82 ff.); Milciades Infante Salazar, A Brief
History of the Kuna Indians and their Language and some
Comparisons Between English and Kuna (U. de Panamá,
1994, xii, 79 ff.)
Son de corte moderno los trabajos de Nils M. Holmer,
"Outline of Cuna Grammar" (IJAL ,12: 4, oct., 1946, pp. 185-
197), en el que el autor se basa en material recogido por el
barón E. Nordenskiöld años antes; su Critical and Comparative
Grammar of the Cuna Language . Göteborg (Suecia):
Etnografiska Museet (Etnologiska Studier, 14), 1947, en donde
el autor contrasta los sistemas fonético y gramatical del cuna y
con los del kágaba, que considera afín; su Ethno-linguistic
Cuna Dictionary . Göteborg: Etnografiska Museet (Etnologiska
Studier, 19), 1952, con datos etnográficos; "Some Semantic
Problems in Cuna and Kágaba", International Anthropology
and Linguistics Review 1 (2-3), 1953, pp. 195-200, y un estudio
dividido en dos partes, una etnográfica y la otra gramatical,
Cuna Chrestomathy (Göteborg: Etnografiska Museet
(Etnologiska Studier, 18, 1951), que trae textos de la lengua .
D.B. Stout, por la misma época, hacía conocer su “Ethno-
linguistic Observations in San Blas Cuna” ( IJAL vol. 13,1 -Jan.,
1947- pp. 9-12), que estudia campos léxicos específicos.
Las publicaciones de los escandinavos no tuvieron el
extenso trabajo de campo in situ que otros han prodigado, por
lo que la mayor intensidad en el estudio del cuna ha sido
demostrada por Joel Sherzer, que, a partir de 1968, comenzó a
13
frecuentar al grupo en su hábitat. Son suyos un "Análisis
semántico de los nombres de las frutas en San Blas", (en A.A.
V.V. Actas del II Congreso nacional de Antropología,
Arqueología y Etnohistoria de Panamá . Panamá: INAC, 1971,
"Namakke, sunmakke, kormakke: Three Types of Cuna Speech
Events" (en Richard Bauman and Joel Sherzer (eds.),
Explorations in the Ethnography of Speaking . Cambridge,
U.K.: Cambridge U. Press, 1974), investigación en la que
analiza las psalmodias, el hablar y los gritos usados en
diferentes actos formales de la etnia; "Talking Backwards in
Cuna: the Sociological Reality of Phonological Descriptions”,
Southwestern Journal of Anthropology , 26: 4 (1970), pp. 343-
353, una investigación entre sociolingüística y fonológica que
trata un juego lingüístico cuna y da interesantes perspectivas
acerca de la heterogeneidad del lenguaje; y, lo que hasta donde
se me alcanza, parece su última palabra sobre la lengua: Kuna
Ways of Speaking: An Ethnographic Perspective (Austin: U. of
Texas Press, 1983). En este volumen Sherzer utiliza el método
de la etnografía del habla y estudia gramática, vocabulario y
usos de metáforas en relación con la política, los actos de
curación, actos de magia o ritos de pubertad. El libro mereció la
traducción y se conoce en español bajo el título Formas del
habla kuna. Una perspectiva etnográfica. Quito: Ediciones
Abya-Yala-MLAL, 1992. (Traducción de Tatiana Racines y
Carmen Valcárcel Soldevilla.)
Otro trabajo también publicado en Suecia, como los de Nils
Holmer, es el de Fritz W. Kramer, sobre textos poéticos, se
14
titula "Literature among the Cuna Indians" (Göteborg: Göteborgs
Etnografiska Museum (Etnologiska Studier, 30), 1970. Se ha
dicho de este complejo análisis estructural que aparentemente
deriva de la “generative theory of poetry”, de Z. Harris, y que se
instala dentro del campo de la sicolingüística.
Por otra parte existen escritos del Dr. J. M. Reverte, un
médico español en su día avecindado en Panamá y cuya
leonardovincesca curiosidad lo impulsó a interesarse por los
cunas.
A P. M. Baptista y Ruth B. Wallin les debemos “La jerarquía
fonológica del Bayano cuna (sic)" (en P. Baptista (Ed.), Lenguas
de Panamá . Panamá: INAC-Instituto Lingüístico de Verano,
1974, pp. 5-16), donde estudian sus fonemas segmentales y
suprasegmentales y a Ana Montalván su “Formación de los
numerales kunas”, en Revista Nacional de Cultura , N° 2,
enero-marzo , 1976, pp. 45-50, en el que señala dos sistemas de
contar en el grupo: el tradicional, de base vigesimal, y el influido
por el español, de base decimal por una parte, y, por otra,
“Construcciones de paréntesis en la lengua cuna” (en A.A.V.V.,
Actas del III Simposium Nacional de Antropología,
Arqueología y Etnohistoria de Panamá. (Panamá: U. De
Panamá-INCUDE, 1972, pp. 447 y ss.).
Lino Smith ha divulgado información sobre el grupo y así
tenemos, en una revista antropológica, L. Smith, “La enseñanza
de la lengua kuna en la Universidad de Panamá”, Hombre y
Cultura 3, 1 (dic. 1975), pp. 179-181, sobre algunas
características de la lengua, y L. Smith y otros, “Informe de la
15
reunión de la subcomisión técnica de la comisión especial del
Ministerio de Educación sobre un alfabeto para la lengua cuna”,
Hombre y Cultura , 3, 1 (dic., 1975), pp. 185-191, que aparte de
ser un informe, es un alfabeto con una lista de fonemas
segmentales.
Arnulfo Prestán Simón, en la misma revista, consideró la
“Terminología de parentesco de la comunidad de isla Pino”, un
conglomerado de cerca de 200 habitantes, ( Hombre y Cultura 3,
1, -dic., 1975- pp. 95-102).

ETNIA CHOCO
(14,659 miembros del grupo emberá o emperá; 2,605 del
grupo wounán o noanamá, ubicación geográfica: Darién).
Sobre el hablar de este grupo en Panamá existen menos
escritos que sobre el cuna. De todos modos, el interés por el
grupo también tiene tradición, y un diario del sacerdote Palacios
de la Vega, redactado entre 1787 y 1788, -la fuente histórica
conocida más temprana-, aunque sólo tardíamente publicado en
este siglo, (J. A. Loewen, “El habla chocó, 1787-1788”, Hombre
y Cultura 2, 1 -dic. 1970-, pp. 29-55), es un punto de partida
para constataciones diacrónicas de orden fonológico o
morfológico.
El mismo J.A. Loewen, quien asiduamente ha enfocado el
grupo, y del cual ha publicado informes sobre sus variedades
lingüísticas, redactó sus tesis de postgrado sobre esta habla:
16
Jacob Abraham Loewen, Waunana Grammar: A Descriptive
Analysis , Tesis de maestría, U. of Washington, 1954 y An
Introduction to Epera Speech: Sambu Dialect . Tesis doctoral
inédita, Universidad de Washington, 1958.
Estudios léxicos del siglo pasado son el de Edward Cullen
"Vocabulary of the Language of the Cholo or Chocó Indians of
the Isthmus of Darien" (1851); el de Daniel Garrison Brinton,
“Some Words from the Andágueda Dialect of the Chocó Stock”,
Proceedings of The American Philosophical Society ,
Philadelphia XXIV (1895), pp. 401-402 y, del mismo, “Vocabulary
from the Noanamá Dialect of Chocó Stock”, id., ibid., XXXV
(1896), pp. 202 y ss. Resultará útil, del mismo Brinton su
“Catalogue of the Berendt Linguistic Collection”, Bulletin of the
Free Museum of Science and Art of the University of
Pennsylvania , Philadelphia, II, 4, 1900, pp. 203-234.
Cronológicamente le siguen, en este siglo, una extensa
incursión contrastiva del antropólogo Paul Rivet, "La lengua
chocó", (Revista del Instituto Etnológico Nacional , I -1943-
pp. 131-196 y 2 -1944- pp. 297-349) y una "Dialectología de la
familia lingüística chocó" ( Revista Colombiana de
Antropología , IX -1960-, pp. 9-22) junto con una bibliografía
(repertoriada arriba), ambas de J. A. Loewen. En “Dialectología”
clasifica los dialectos del chocó que se hablan a lo largo de la
costa del Pacífico entre Ecuador y Panamá.
Nils M. Holmer contribuyó con una "Gramática comparada
de un dialecto del chocó, con textos, índice y vocabulario",
Etnologiska Studier , 26, 1963, pp. 79-248, en donde se estudia
17
una variedad del waunana, y a la que se le añade un vocabulario
bilingüe waunana-español.
El tema de los préstamos ocupó a J. A. Loewen en
“Spanish Words in Waunana”, IJAL , 26, (1960), pp. 330-344.
Con el auspicio del Instituto Lingüístico de Verano se llegó
a publicar Una gramática pedagógica del waunana , de Micaela
Sánchez A. y Olga Castro G., (Panamá: INAC e ILV, 1977). Se
trata de 16 lecciones de cuño didáctico, con un vocabulario.
Posteriormente apareció un Vocabulario ilustrado español-
wounmeu (Panamá: Instituto Nacional de Cultura-ILV, 1980), de
Tingo Membache y Diego Peña. Más técnico es el estudio
conjunto de Ronald G. Binder y de su esposa Kathleen P. Binder,
Fonología waunana (en P. Baptista (Ed.), Lenguas de Panamá ,
citado supra , pp. 71-92), que describe 20 fonemas
consonánticos y 16 fonemas vocálicos de esta lengua.
Una publicación muy interesante es la de Adolfo Constenla
Umaña y Enrique Margery Peña, “Elementos de fonología
comparada chocó”, Revista de Filología y Lingüística de la
Universidad de Costa Rica , XVII (1-2) -1991-: 137-191 en
donde se reconstruye el sistema fonológico del proto-chocó
utilizando datos del waunana y cuatro dialectos (saija, chamí,
catlo y sambú) del emberá. El dialecto norteño sambú es el que
le ha servido a J. A. Loewen para sus sesudas investigaciones,
“Chocó I” (citado supra ) y “Chocó II” (IJAL , 29:4, -oct., 1963-,
pp. 357-371.)
Sobre el dialecto emperá (o emberá) puede verse la tesina
inédita de Viodelda E. Botello, Contribución al estudio del
18
dialecto emperá . Trabajo de graduación, Universidad de
Panamá, 1973, 60 folios.

ETNIAS GUAYMI, BUGLE o BOKOTA y DORACE


(Guaymíes: 123,626 individuos; ubicación geográfica:
Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas; Bugles: 3,784 miembros,
ubicación: Bocas del Toro y Veraguas.)
Todavía no están en todo punto aclaradas la filiación y
tipología del guaymí, ni muchos rasgos acerca de la lengua. La
antropóloga Reina Torres de Araúz advierte en algún lugar que
los guaymíes de hoy son una amalgama última de los diferentes
grupos pre-colombinos del territorio occidental panameño, lo que
explicaría la diversidad dialectal sincrónica e histórica, hasta
hoy no felizmente deslindada por los varios autores.
Un pastor metodista que vivió alrededor de dos decenios
entre los guaymíes bocatoreños hablantes de la variedad de
Valiente, Ephraim S. J. Alphonse, publicó el primer Guaymi
Grammar and Dictionary with some Ethnological Notes
(Washington: Smithsonian Institution, 1956). Es ésta una
descripción tradicional en la que, por ejemplo, se les atribuye a
algunas vocales valores del español. En 1973, el Reverendo
Alphonse, que fue titular de la Cátedra de Guaymí en la
Universidad de Panamá, agregó unas páginas de "Estudios
lingüísticos sobre el guaymí", una Gramática guaymí . (Panamá:
Fe y Alegría, 1980), versión en español de su obra de 1956, y un
Diccionario guaymí-español-inglés . (Panamá: Poligráfica,
19
1987), que recoge unas 65,000 voces. Toda esta obra se
redactó desde su perspectiva de interesado en la lengua.
Los esposos Michael F. y Bonnie M. Kolpesec lo
aventajaron en preparación glotológica y tienen "La jerarquía
fonológica del guaymí" (en P. Baptista (Ed.) Lenguas de
Panamá . Panamá: INAC-Instituto Lingüístico de Verano, 1974,
pp. 17-30) con precisiones acerca de las 18 consonantes y ocho
vocales fonológicas del guaymí.
La publicación al alimón había sido precedida por la de M. F.
Kolpesec, “Análisis del nivel de agrupación gramatical en el
idioma guaymí”, donde se trata la “estructuración compleja de
los elementos del predicado” (en A.A.V.V., Actas del III
Simposium Nacional de Antropología, Arqueología y
Etnohistoria de Panamá . Panamá: U. De Panamá-INCUDE,
1972, pp. 427-445.)
Melquíades A. Arosemena y Frances C. de Arosemena (otro
matrimonio) van más allá de la lingüística frástica cuando
presentan tres estudios de lingüística textual en Estudios sobre
el discurso en guaymí . Panamá: INAC-Instituto Lingüístico de
Verano, 1980. Los textos, sobre el pescador y la boa, el
pescador orgulloso y el monstruo marino aparecen tanto en
guaymí como en traducción al español.
Melquíades A. Arosemena junto con Luciano Javilla también
publicó Kukwe ngäbere: Breve diccionario guaymí-español .
Panamá: INAC, 1979.
20
Está sin publicar el trabajo de Erasmo Sanjur Bonilla,
Contacto lingüístico hispano-guaymí en el distrito de
Remedios . Tesina inédita. U. de Panamá, 1993, xix, 129 ff.
Philip D. Young arguye que el bogotá es un dialecto guaymí
en su "Nota sobre afinidades lingüísticas entre bogotá y guaymí
sabanero", Hombre y Cultura , 1: 4, dic. 1965, pp. 20-25, porque
entre el guaymí sabanero y el bogotá encuentra 34 elementos
similares de un listado de 47 y sólo pequeñas diferencias en
nueve elementos más de su lista. Por otra parte, concuerda con
S. H. Wassén en la división que éste propuso en 1952 para los
guaymíes.
Pero para Robert D. Gunn y Mary R. Gunn, quienes en su
"Fonología bokotá", (Patrimonio Histórico , 1: 3, 1974, pp. 65-
91) describen elementos segmentales del hablar y el fonema
suprasegmental del acento, el bocotá es una lengua con dos
dialectos, uno de los cuales está relacionado con el guaymí,
entre otras razones por los matrimonios entre hablantes de una
y otra lengua. (No he localizado el artículo de Rocío Abarca
“Análisis fonológico del guaymí movere -1985-).
R. Gunn continuó estudiando la variedad en “Some Aspects
of Linking in Bocotá Narrative Discourse”, Lingua , 40: 2/3, nov.
1976, pp. 131-149, esta vez con perspectiva transfrástica.
Detalla que las oraciones pueden unirse por medio de
conjunciones o por yuxtaposición. En el caso de las
conjunciones puede hablarse de anaforesis o cataforesis.
Conjuntamente Gladys J. Cabrera B. y Oderay Montemayor
A. redactaron una Contribución al estudio del dialecto
21
guaymí . Tesina inédita, Universidad de Panamá, 1963, 85 ff. e,
individualmente, Eugenia Linnette Samms Fernández se ocupó
de los aspectos prácticos de la enseñanza de una lengua
extranjera a los miembros del grupo guaymí con Problems the
English Teachers will be Confronted with as they Teach
English to the Guaymi Students . Tesina inédita, Universidad de
Panamá, 1983, x,106 ff.
El dorasque (también torresque) es una lengua extinguida
por la que Alphonse Louis Pinart se preocupó en el último
decenio del siglo pasado produciendo un breve (42 páginas)
Vocabulario castellano-dorasque, dialectos de Chumula,
Gualaca y Changina , (1890) y un vocabulario castellano-guaymí
(en 1882): Noticias de los indios del departamento de
Veragua y vocabularios de las lenguas guaymí, norteño,
sabanero y dorasque . Al parecer (no hago más que inferencias
sobre la obra de Pinart, que nunca he podido localizar), Pinart
consideraba el dorasque una lengua diferente del guaymí,
aunque emparentada, y en esto lo secundan otros tipólogos.
Pinart mismo hizo conocer un escrito del P. Blas José
Franco, “Noticias de los indios del departamento de Veragua y
vocabulario de las lenguas guaymí, norteño sabanero y
dorasque” (en Colección de lingüística y etnografía
americanas , publicado por A. L. Pinart, vol. 4, San Francisco: A.
L. Pinart, 1882).
La confrontación de las publicaciones de Pinart con el
vocabulario moderno de casi 1500 palabras de Beatriz Miranda
de Cabal, recogido en Un pueblo visto a través de su lenguaje
22
(Panamá: Impresora Panamá, 1975) iluminará más esta zona
oscura, aunque presente este último libro dos inconvenientes: el
de referirse al habla de una sola hablante bilingüe, doña María
de Jesús Samudio de Ortega, y el otro de que doña Beatriz haya
redactado el volumen treinta años después de haber consultado
a su entonces centenaria informante. Tampoco era doña Beatriz
una lingüista profesional, a pesar de sus indiscutibles méritos,
desplegados en observaciones sobre el lenguaje y obra de
creación.
Como el dorasque está emparentado con el changuina o
changuena que se habla aún en Costa Rica, no obstante haber
sido declarada lengua extinguida por alguno, resulta lógico un
trabajo del tipo que redactó Adolfo Constenla Umaña, “Las
lenguas dorasque y chánguena y sus relaciones genealógicas”,
Revista de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa
Rica ,II, (2), que no he localizado. (Se ha argüido que los
changuenas quedaron absorbidos por los doraces o por los
quaymíes o que simplemente quedaron extinguidos. En el siglo
XVIII llegaban a ser 5,000, pero en el siglo pasado Pinart
encontró sólo tres personas que hablaban su lengua. Para
Constenla el dorasque es una lengua moribunda, mientras que
el chánguena es una lengua extinta. Cada una es tipificada
como “paya-chibcha”, según Constenla, a la vez que considera a
los bribris, ngöbés, buglés, tiribies y tules de la agrupación filo-
paya-chibcha y a los waunáanes y emberáes de la familia
chocó.)
23
Beatriz Miranda de Cabal comenta (algún otro también lo
hace, pero no tan prolijamente) los diferentes nombres del
grupo: doraces, dorasques, dolegas. Ella los subdivide
geográficamente: los toasqui son de Dolegó o Dolega; los de los
llanos de Guacá, San Carlos, Palomos y Loma Alta son
dorasques-bagué; los de las tierras altas y Caldera son
dorasques-cálcala-go y, los de Barú, son dorasques barú-go o
baruc-go. Tal vez no esté de más señalar que se trata de
poblados de la región chiricana, y de que se trata de comarcas
cuyos nombres han podido variar a través del tiempo.

ETNIA TERIBE
(2,194 miembros; ubicación: Bocas del Toro y Veraguas.)
Esta lengua de filiación chibcha apenas tiene 1,000
hablantes en Panamá, aunque en la época hispánica hubo más
numerosa representación del grupo en lo que hoy es la provincia
de Bocas del Toro. Sobre la etnia ya se ha publicado una
"Fonología teribe", en la que se estudian fonemas segmentales y
suprasegmentales (Ronald G. Binder y Kathleen P. Binder,
“Fonología waunana”, en P. Baptista (Ed.), Lenguas de Panamá ,
citado supra , pp. 71-92). Y Carol Koontz y Joanne Anderson se
interesaron porque la lengua dejara de ser la de un pueblo
ágrafo: en 1973 habían adelantado "La derivación de una
ortografía teribe", en A.A. V.V., Actas del IV Simposium
nacional de Antropología, Arqueología y Etnohistoria de
Panamá . Panamá: INAC, 1973, pp. 151-162.
24
Un breve Cursillo de asimilación teribe . Panamá: ILV,
1979, 48 pp. se le debe a Carol Heinze.
Felipe Gamarra e Inocencio Villagra dieron a conocer un
Vocabulario ilustrado teribe-español (1980), también con el
auspicio del Instituto Lingüístico de Verano.
La etapa de recoger léxico la representa la publicación de
Reina Torres de Araúz, "Palabras teribe recogidas en la
localidad de Siejic en febrero de 1964", Hombre y Cultura, 1: 4,
dic., 1965, pp. 27-29. Se trata de una lista de 172 palabras con
transcripción fonética hecha por otro antropólogo, Philip Young.

PARA NO CONCLUIR
El catálogo propuesto por estas páginas, no exhaustivo, por
cierto, dice del estado actual de la lingüística indigenista
panameña. El camino por recorrer es largo. Esto se debe, entre
otras razones, a las desigualdades de lo publicado, que ni goza
de alta calidad unánime ni tiene accesibilidad constante. Pero
cabe cerrar este brevísimo, fragmentario panorama
optimistamente, visto que el fortalecimiento de la individualidad
étnica es un fenómeno que se registra cada vez más entre los
grupos mencionados y, además, porque la lingüística actual se
ve obligada a comprobar sus teorías en las lenguas que el hoy
periclitante europeocentrismo consideraba exóticas, y, entre
éstas, las amerindias.
Si al que algunos consideran el verdadero fundador de la
lingüística general, Guillermo von Humboldt, no desdeñó
estudiar las lenguas amerindias sino que, al contrario, se
25
preocupó por conocerlas, y ellas fueron definitorias para que él
urdiera sus teorías, nosotros no podemos hacer menos, máxime
cuando estos hablares se nos ofrecen tan próximos.

Martín Jamieson

Palabras clave: bokota, bogotá, bribri, buglé, buglere, caribe,


cuna, changuena, chibcha, chocó, cueva, dorasque, emberá,
guaymí, lenguas aborígenes panameñas, karibe, kuna, ngöbe,
teribe, waunana, won-meu.
26
Resumen
Las lenguas autóctonas de Panamá han sido relativamente poco
estudiadas, y aun hoy sigue la discusión acerca de su nombre,
número, división dialectal y cantidad de hablantes. En esta
investigación bibliográfica se reúne un elevado número de
publicaciones que hacen estudios de lingüística interna y
externa de estas lenguas, las que necesitarían más atención
científica de la que hasta el momento han recibido.

Abstract
The Amerindian languages of Panama have not been studied as
deeply as the science of linguistics would desire, therefore the
number of these languages, their dialects and/or their number of
speakers are not precisely known. A large number of papers
covering different aspects of these languages (which should be
studied more) have been cited in this bibliographical essay.

Key words: Bogota, Bokota, Bribri, Bugle, Bug lere, Carib,


Changuena, Chibcha, Choco, Cueva, Cuna, Dorasque, Embera,
Empera, Guaymi, Karibe, Kuna, Ngöbe, Panamanian Amerindian
languages, Teribe, Waunana, Won-meu,

You might also like