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LA PRESTACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN LOS ASENTAMIENTOS

HUMANOS DENTRO DEL SUELO DE PROTECCIÓN DE LA ESTACIÓN DE


DEPURACIÓN DE AGUAS RESIDUALES (EDAR) EL PUEBLO
30 de noviembre de 2018

En el suroccidente de Barranquilla, a la altura del barrio El Pueblo, se encuentra ubicada la


Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR El Pueblo), que recoge las aguas
residuales del suroccidente de la ciudad, y con procesos físicos y biológicos las trata, para
luego verterlas al Arroyo León, cuerpo de aguas que nutre la Ciénaga de Mallorquín. Al
poseer lagunas anaerobias, la normatividad colombiana, a fin de reducir el impacto por la
contaminación con olores y compuestos tóxicos, en especial el ácido sulfhídrico (H2S), ha
establecido un retiro de 1000 metros de los asentamientos humanos. En razón de ello, el
Plan de Ordenamiento Territorial declaró ese retiro como un suelo de protección,
restringiendo las urbanizaciones y dificultando los asentamientos humanos ya instalados.

Esta situación ha traído varios problemas. En primer lugar, la inversión de recursos


públicos ha sido escasa y nula en la mayoría de los lugares, por la restricción de ese suelo
para su urbanización. Así, los servicios públicos domiciliarios son prestados de manera
irregular, en el mejor de los casos, o no hay cobertura alguna. Por ello, las comunidades han
tenido que instalar sus propios servicios de manera irregular, como es el agua potable y la
energía eléctrica, y con el alcantarillado sanitario, se vierte sin tratamiento al Arroyo León.

Así, encontramos en estos asentamientos humanos grandes desigualdades sociales, donde a


más de 2000 personas, cuyo número va en aumento y no se detendrá en el corto plazo,
carecen de servicios públicos, de vivienda digna, vías sin pavimentar, desorden urbanístico,
falta de equipamientos colectivos, inseguridad, etc.

El caso de la energía es especial, debido a que estos barrios son informales, teniendo las
mismas comunidades que instalar redes y postes. Todo esto ocasiona una sobrecarga en el
sistema de energía eléctrica, elevando tarifas a niveles insólitos, así como racionamientos.
Más aún, debido a la sobrecarga los transformadores explotan, teniendo los ciudadanos que
esperar días para que la empresa Electricaribe ayude a resolver el problema.

En segundo lugar, la contaminación que se produce por parte de las propias comunidades es
fehaciente. En efecto, el agua residual doméstica termina siendo vertida sin ningún tipo de
tratamiento al Arroyo León, así como las basuras, porque el servicio de aseo no cubre todos
los sectores. Los parámetros fisicoquímicos de la contaminación en el Arroyo León
demuestran que hay un impacto negativo, siendo una de sus causas los vertimientos sin
tratamiento por parte de estos asentamientos humanos.

En tercer lugar, la contaminación tiene impactos en la salud humana. Así, la EDAR El


Pueblo es un foco de malos olores por el ácido sulfhídrico, las aguas residuales de la
comunidad tienden a desbordarse cuando se tapan, y contagia con infecciones a niños y
adolescentes que juegan en las calles.
Paralelo a esto, la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) El Pueblo, a pesar
del tratamiento, no es suficiente, a tal punto que es uno de los contaminantes más grandes
que tiene el Arroyo León. En efecto, las caracterizaciones de sus aguas, realizadas por la
misma empresa, evidencian que los parámetros fisicoquímicos están elevados, lo cual
impacta fuertemente a la Ciénaga de Mallorquín, ya que el Arroyo León drena a esa
Ciénaga.

Sumado a esto, la Ciénaga de Mallorquín es una laguna costera estuarina, que recibe
aportes de agua dulce por parte del Arroyo León y el Río Magdalena, y agua salada por el
Mar Caribe, es un ecosistema estratégico protegido internacionalmente por la Convención
Ramsar. No obstante, todos estos aportes contaminantes hacen de la Ciénaga insostenible
ambientalmente. Más grave aún son las repercusiones a la salud humana, por cuanto
especies de interés comercial, como organismos macrobentónicos invertebrados (ostras,
caracoles, camarones, cangrejos, etc.,) y peces son consumidos por la población de La
Playa (corregimiento de Barranquilla) y Las Flores (barrio de la ciudad). Ya hay estudios
que reportan riesgos a la salud humana por contaminación con metilmercurio y plomo por
el consumo de pescados de la Ciénaga.

La Ciénaga, además, recibe aportes de aguas residuales sin tratamiento porque una parte del
La Playa no tiene alcantarillado, por lo cual sus vertimientos se realizan directamente a ese
cuerpo de aguas, así como del barrio Las Flores. Las viviendas que tienen alcantarillado se
conducen mediante redes sin tratamiento directamente al Río Magdalena, contaminando
aún más ese gran cuerpo de agua.

Frente a todo esto, la actitud de las autoridades distritales, departamentales y nacionales ha


sido insuficiente y en muchos casos nula, por cuanto sus prioridades parecen estar alejadas
de las necesidades del medio ambiente y de las comunidades que en situaciones de
desigualdad allí se encuentran asentadas.

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