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No te precipites
Lo que se dice en Proverbios 21:5 puede aplicarse muy bien al noviazgo:
“Todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia”. Puedes
hacerte mucho daño, no solo en sentido emocional, sino también en sentido
espiritual y físico.
Veamos el ejemplo de Evelyn. Ella confesó: “Me resulta desagradable
admitirlo, pero me precipité en casarme con un hombre al que no conocía lo
suficiente. Tenía tanta prisa por casarme, que pensaba que las cosas saldrían
bien. Lo dejé a los tres meses”.
En un estudio efectuado con cincuenta y un esposas que habían estado
casadas por muchos años, se comparó el tiempo que había durado su
noviazgo con lo felices que eran en el presente. ¿Cuál fue el resultado? Las
que antes de casarse habían cortejado por bastante tiempo informaron gozar
de mayor “satisfacción marital”. De sus respuestas a las preguntas: “¿Con
cuánta frecuencia se arrepiente de haberse casado?”, y: “¿Con cuánta
frecuencia se sacan de quicio el uno al otro?”, se llegó a la conclusión de que
las que habían cortejado por poco tiempo eran “mucho menos felices en su
matrimonio”, informó el equipo de investigadores en la revista Family Relations
(1985). ¿Por qué razón?
“Cuando dos personas salen juntas por poco tiempo, no ha habido mucha
ocasión de que surjan diferencias molestas entre ellas, de modo que cuando
surgen esas diferencias en el matrimonio, algo inevitable, los problemas que
estas provocan son mayores”, explicaron los investigadores de la universidad
del estado de Kansas (E.U.A.). “En contraste, las parejas que antes de casarse
han tenido sus dificultades y las han solventado, pueden verlas como un rasgo
de la vida y no como algo extremadamente preocupante.” Una vez que se inicia
el noviazgo, puede llegar a convertirse simplemente en un período durante el
cual tanto el hombre como la mujer tratan de causarse buena impresión y
hacen todo lo posible por ganarse el amor de su pareja. Pero si se deja que
pase el tiempo, es posible que empiecen a traslucirse hábitos y tendencias
desagradables. A los que cortejan durante suficiente tiempo, probablemente les
será más fácil amoldarse a su cónyuge y se toparán con menos sorpresas
decepcionantes.
Por consiguiente, para que un noviazgo resulte en éxito, debería ser lo
suficientemente largo como para permitir que la pareja llegue a conocerse. La
cuestión realmente importante no siempre es cuántos meses o años duren las
relaciones, sino lo que se logra durante ese período.
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