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MONOGRAFIA
“MASOQUISMO”
DOKCENTE:
Psi. VIZCARRA CANGALAYA, Marisol
ESTUDIANTES:
BURGOS TORRES, Julio
GUTIERREZ PUSACCLLA, Jeylee Evelin
ASIGNATURA:
DESARROLLO AFECTIVO Y SEXUAL
VI “A”
AYACUCHO - 2018
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I. DEDICATORIA
A nuestros padres, Gutiérrez Escurra, Godofredo, Burgos Zambrano, Javier por el apoyo
incondicional que nos brindan durante nuestra formación profesional, y por habernos enseñado,
tanto por el precepto como por el ejemplo, valores tan importantes como la honestidad, la
responsabilidad y el respeto.
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II. GRADECIMIENTOS
A Dios, por darnos la dicha de compartir el logro de nuestras metas con nuestros seres queridos.
A la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote – Filial Ayacucho, que a través de sus
A la docente del curso, por su inacabable paciencia con nosotros y sus oportunas
III. RESUMEN
lesionado para producir la excitación sexual. Nuestro principal objetivo en este trabajo es dar
masoquismo, así como conocer los diferentes tipos y causas de este trastorno. También se busca
En cuanto a la finalidad de este trabajo monográfico, buscamos que el paciente pueda descubrir
su propia identidad, que la persona considere necesario visitar al terapeuta para poder liberarse
personalidad masoquista
dominación completa de otra persona, siendo en este caso las mujeres la mayoría de las veces
que representa este papel de masoquistas, actos que muchos han relacionado con el rol pasivo,
que se supone propio del sexo femenino en una relación normal. Siendo una forma de vida y
de decisión sexual, se ha especulado con una posibilidad de demostrar que son alteraciones de
Palabras claves:
IV. ABSTRAC
It is said that the masochist is a person who submits to humiliation, and is physically injured to
produce sexual arousal. Our main objective in this work is to give the term a certain clarity in
its definition and to study its relationship with submission and masochism, as well as to know
the different types and causes of this disorder. It also seeks to know the affective world of the
Regarding the purpose of this monographic work, we seek that the patient can discover his / her
own identity, that the person considers it necessary to visit the therapist in order to be free of
Also to make known the therapeutic implications in the diagnosis and treatment of the
masochistic personality
Psychologically speaking, it can be said that the masochistic individual requires a complete
domination of another person, being in this case women most of the time who represents this
role of masochists, acts that many have related to the passive role, which is supposed proper to
the female sex in a normal relationship. A way of life and sexual decision, has been specified
with a possibility to demonstrate that they are alterations of biological, innate origin. How the
hand is made with sadism, masochism is the part of the theatricality, the staging and not the
person in pleasure, the so-called sections that imply the desire and excitement of both
participants
Key words:
Masochism, guilt, surrender, perversion, need for punishment, superego, death drive, abuse,
ÍNDICE
I. DEDICATORIA…………………………………………………………………….
II. AGRADECIMIENTO……………………………………………………………...
III. RESUMEN………………………………………………………………………….
IV. ABSTRACT………………………………………………………………………..
1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………....
2.1.1Masoquismo erógeno…………………………...…………………….
5. CONCLUSIONES………………………………………………………………….
6. RECOMENDACIONES………………………………………………………..…
7. ANEXOS…………………………………………………………………………...
8. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………...…
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1. INTRODUCCION
Es una característica de la naturaleza humana que no se halla en otras especies. Son incontables
las personas que buscan y mantienen situaciones en las que resultarán dañadas, humilladas,
masoquista, generalmente se nos viene a la cabeza una persona con características masoquistas
La investigación científica ha revelado que podría existir un tipo particular de masoquistas por
razones exclusivamente fisiológicas, debido a un error de transcripción del gen SCN9A, que
codifica el canal de ión sodio Nav1.7 utilizado por el organismo para el control del dolor.
Estos masoquistas tendrían interés únicamente en la experiencia del dolor (algolagnia), sin los
factores psicológicos, aunque se cree que su propio desarrollo personal les conduce a distintas
persona que hace el papel de masoquista. Muchas veces el orgasmo es producido instantáneo
por el nivel elevado de excitación del participante. Se habla de un estilo de vida que en la
actualidad es muy frecuente, aunque las personas no lo demuestren a simple vista, aún muchas
llegan a estar en terapias psicológicas para modificar la conducta, aunque no se hace referencia
alguna que sea de buen resultado ya que la persona debe tener total disposición en cambiar si
así lo quiere.
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Término creado por Richard von Krafft-Ebing en 1886, a partir del apellido del escritor
austríaco Leopold von Sacher-Masoch (1835-1895). Designa una perversión sexual en la cual
la satisfacción surge del sufrimiento vivido y expresado por el sujeto en estado de humillación
Sigmund Freud y sus seguidores en el marco general de una teoría de la perversión. Fue
ocupar el lugar de víctima, sin que se halle directamente implicado un placer sexual.
“El problema económico del masoquismo” (1924), Freud distingue tres formas: erógeno,
femenino y moral. Este último parece fácil de delimitar (es el de esos sujetos que no esperan su
sufrimiento de un compañero, sino que se las arreglan para obtenerlo de diversas circunstancias
de la vida); los otros dos pueden y suelen prestarse a equívocos. Lo erógeno no se trata de una
forma clínicamente delimitable del masoquismo, sino de una condición que se halla en la base
de la perversión masoquista y que se encuentra también en el moral: el vínculo del placer sexual
Es importante tener en cuenta también que en el masoquismo una persona experimenta una
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estimulación sexual a partir del dolor que siente, y de la degradación que sufre en su relación
con su amante. Según el DSM-5®, la persona debe haber experimentado durante al menos seis
meses, conductas, deseos, fantasías sexuales de carácter intenso y recurrente, relativas al hecho
sádicos auténticos, pero si con personas que están dispuestas a humillarlos o dañarlos dentro de
ciertos límites. El masoquismo parece ser más frecuente que el sadismo, y se observa tanto en
varones como en mujeres. Este tipo de actividades suele realizarse de manera colectiva en
calabozos muy populares en las ciudades importantes. Para los participantes esto constituye
2.1.TIPOS DE MASOQUISMO
Cuando el masoquismo se utiliza como forma de vínculo con otro o con el superyó, también
surgen de él otras modalidades. Como ejemplo de ellas, está el masoquismo defensivo ante la
angustia de persecución que genera el otro (sea ese otro sádico, paranoide o narcisista), al cual
o ubicándose bajo una identidad de inferior, menoscabando así las propias capacidades y
delanálisis del desarrollo del niño en su fase oral. Para Freud, el primer contacto con la realidad
humana se efectúa por medio de la boca en una etapa en la cual aún el ser humano no tiene
agresividad del niño: el castigo, la censura moral y la culpa. Existen pues, casos de niños que
A principios del siglo XX, Helene Deuscht publica un libro sobre la sexualidad
ligada a un carácter masoquista en sus relaciones sexuales. “En la relación sexual prevalecerá
la concepción sádica del coito que conlleva una identificación con la madre, víctima masoquista
del padre.” (La importancia del masoquismo en la vida mental de la mujer). Deuscht pues
establece estas ideas sobre la base del “destino anatómico de la mujer”, determinado por
Es uno de los tipos de masoquismo más peligroso, consiste en una auto estrangulación
orientada contra el sujeto que la manifiesta. El secundario está determinado por la orientación
masoquismo; hablo. Habló de masoquismo verbal para quien anhela que le digan palabras
ofensivas y humillantes, social para quien quiere una actitud de subordinación y sumisión,
demasa por la renuncia a la propia individualidad dentro e masas entusiastas y devotas que
un origen multicausal. Aunque las causas no están del todo claras, algunas de las hipótesis al
respecto dejan ver la influencia de las experiencias infantiles y los aprendizajes realizados a lo
Entre los diferentes factores que parecen influir en la aparición de este trastorno de la
que se haya aprendido que el único modo de lograr afecto sea en momentos de sufrimiento
personal (algo que en el futuro hará que se autoevalúe como mecanismo para lograr dicho
afecto).
elevado nivel de frustración vital) que posteriormente el niño replicará como manera de
funcionar y ver el mundo es también propuesto como hipótesis. Otro de los elementos sobre los
En primer lugar, nos referiremos al dolor y a las formas mediante las cuales el aparato psíquico
del individuo se defiende del mismo, aun antes de que surja el Yo. Por otro lado,
especializada para manejar y trasformar las cargas psíquicas que a él pudieran llegar.
El tercer acápite tratará sobre la evolución del concepto de masoquismo en la obra de Freud
teniendo en cuenta el giro teórico que el psicoanálisis vivió a partir del año 1920. Finalmente,
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nos ocuparemos de revisar cuáles son las características energéticas que tienen las pulsiones,
pues estas serán las encargadas de dinamizar al ser humano. Revisaremos tanto la primera teoría
de la pulsión como también la segunda teoría pulsional, que surge en el horizonte teórico luego
de que aparece la pulsión de muerte. Esto nos permitirá ver si existen componentes no sexuales
El problema del dolor, y el modo cómo el ser humano reacciona ante él, fue siempre una
centrado en un sistema mental que contaba con diversos mecanismos, con los que lograba
liberarse del dolor. La creencia de que el displacer debería ser eliminado de la mente, de la
forma más propicia y rápida, hizo que el manejo de estas tensiones álgidas se convierta en el
móvil central de su obra, que evoluciona hasta llegar, con el tiempo, a concebir la existencia de
El Yo y el masoquismo.
El Yo y el Ello (1923), es “la última de las grandes obras teóricas de Freud”.Sobre todo
por ser una obra donde el Yo es tratado de la manera más completa, y aunque es nuevamente
lo logra aquí. En líneas generales, lo que podemos decir de este Yo es que contiene la
por Freud sino por KrafftEbing quien, impresionado por la novela de SacherMasoch, La Venus
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de las pieles, publicada en 1870, no dudó en comprender que estaba frente a un cuadro
realmente importante por lo que en honor al autor de la novela hace que el síndrome tome su
nombre. Freud, en 1905, usa por primera vez dicha denominación para señalar que existían
entidades clínicas en la que se repetían con frecuencia escenas sexuales donde un miembro de
la pareja sufría mientras que el otro hacía sufrir, mediante un sinnúmero de procedimientos
sexuales y voluntarios.
Prueba de ello son los trabajos que escribió sobre el dolor y el aparato psíquico, desde el
Proyecto de una psicología para neurólogos (1895) hasta Más allá del principio del placer
(1920) donde retoma su preocupación por el tema de las cargas libres hipertensas como
causantes de sufrimiento. Pero, donde utilizará por primera vez el vocablo “masoquismo” es en
Tres ensayos de teoría sexual (1905), y desde esa ocasión continua ocupándose del tema con
una cierta periodicidad. Luego vendrán artículos como Pulsiones y destino de pulsión (1915),
Duelo y melancolía (1917) para seguir con su obra cumbre El problema económico del
completamente resuelto. Pese a los aportes de Freud, aún no hay solución a todos los nuevos
cuadros clínicos que la época actual presenta. Pero aunque esto sea verdad, debemos a Freud la
visión más profunda y dinámica que hasta hoy conocemos de la naturaleza del masoquismo
A Pesar de lo complejo que resulta el tratamiento de estos cuadros clínicos, el método creado
por Freud sigue siendo el apropiado para el tratamiento de los cuadros masoquistas. Esto es así
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por la profundidad dinámica que exige el método y por el implacable espíritu de investigación
que requiere del terapeuta, puesto que nos fuerza a ir cada vez más allá, hasta encontrar en el
masoquismo algo que devele su enigmática causa, tal como T. Reik señala: “el interrogante
psicológico que nos plantea el masoquismo está todavía por resolver”. No obstante, por más
que en este acápite nos esforcemos en precisar cuál es la evolución histórica que tuvieron los
conceptos del masoquismo alrededor de los que Freud organizó el desarrollo de sus teorías,
debe quedarnos claro que el sufrimiento voluntario, el placer en el dolor, la búsqueda de castigo
o la paradójica tendencia de algunas personas a no desear curarse de sus males, nos llevan a
concepto rígido es un error. Las peculiaridades de estas conductas se extienden más allá de las
pensar, incluso, sobre cuánto peso habrá tenido la cultura para que surjan casos de este tipo. Es
así como finalmente llegamos a la conclusión de que existe en los hombres una instintiva
Por ello, seguimos pensando que existe un abismo entre las aberraciones sexuales y el
van desde el fracaso y la mala suerte hasta los misteriosos enigmas en la vida de muchas
personas, que incluyen abrumadoras catástrofes que afectan a pueblos, ciudades y naciones,
cuyos habitantes parecen estar unidos entre sí por un misterioso deseo de sufrir. Nos parece que
utilizar el mismo concepto para incluir fenómenos tan diferentes no les hace justicia.
Es en este intersticio donde se ubica nuestra teoría, al encontrar en ese espacio, aún no teorizado,
la existencia de casos de masoquismo en los que el sufrimiento unido al disfrute está más allá
de la clásica teoría que lo califica de perverso y patológico. Así, nuestra experiencia preliminar
ordenado y una adecuada fusión pulsional permiten que se termine con el sufrir.
En esta parte actual acápite nos limitaremos a revisar, siguiendo un orden cronológico que
respete los momentos del hallazgo científico, los principales hitos teóricos por los que atraviesa
Freud utiliza por primera vez los conceptos sadismo y masoquismo en el año 1905. Lo hace
para describir un cuadro clínico en el que los pacientes presentan la combinación sintomática
de actuar presa de una excitación sexual y a la vez de claras sensaciones de dolor. Ya desde esta
época el autor tenía en mente que sadismo y masoquismo estarían íntimamente ligados. Más
aun, su accionar permitiría transitar de uno a otro de acuerdo a los momentos libidinales por los
La idea primitiva de Freud consistía en considerar que estas patologías estarían totalmente
ligadas a profundas alteraciones de la pulsión sexual, la cual se presentaría bajo la forma de una
Las fantasías que revisaremos en relación con el masoquismo surgen en un momento histórico
masoquismo desde la óptica de la energética, la primera entre 1905 y 1916,230 seguida, desde
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la segunda tópica, en El problema económico del masoquismo (1924), donde se plantea que lo
Ahora bien, entre ambos momentos surge en 1919 un texto distinto, no energético, que entiende
el masoquismo como un movimiento pleno de sentido dinámico, que tiene por fin reeditar el
conflicto mal resuelto. El texto al que nos referimos es Pegan a un niño (1919) escrito un año
antes de Más allá del principio del placer (1920), que significó el cambio de la formulación
teórica para el psicoanálisis, y que trae una serie de ideas y nuevos elementos en torno al
masoquismo, que hacen sospechar que la llegada de la segunda tópica era inminente.
El libro intenta explicar una de las patologías más extrañas, que plantea un desafío al
cual el paciente (tanto hombre como mujer) recurrían a la excitación masturbadora usando
como marco escénico la fantasía de observar cómo le están pegando a un niño. El niño golpeado
A través de este texto, Freud no solo intenta descifrar los misterios de la intrincada trama mental
de esta psicopatología, también se sirve de él para proponer nuevas formulaciones que den más
luces en torno al desarrollo de las sexualidad de los individuos, sobre todo teniendo en cuenta
la configuración de la fantasía. Señala que estos cuadros clínicos se sostienen en tres fantasías,
que van surgiendo, organizándose y apoyándose la una en la otra, para finalmente formar un
Pegan a un niño (1919) explica una y otra vez el orden de aparición de las fantasías, que se
consiste en presenciar, siendo el sujeto aún niño, probablemente en la época escolar, como un
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adulto golpea y le pega a un niño, tal vez un compañero de clase o rival de aquellas épocas. El
Segunda fantasía: años después, fantaseo que mi padre me pega, mientras siento placer.
Tercera fantasía: ya durante la vida adulta, fantaseo que un adulto le pega a un niño mientras
En torno a la primera, nos queda la duda de si Freud está describiendo una verdadera fantasía o
más bien el relato del paciente corresponde a un recuerdo infantil, que toma aspecto de fantasía
En todo el libro encontramos el peso que el autor quiere darle a esta primera experiencia infantil,
pues considera que esta fantasía (la más antigua en el tiempo) jugará un papel definitivo, pues
sobre ella se organizarían las dos fantasías restantes. Freud la considera como una vivencia
fundamental y el elemento imaginario más importante de todo el cuadro clínico –ver que le
pegan a un niño– ya que, con el tiempo, esta fantasía-recuerdo, que no es sexual, ira
convirtiéndose en una fantasía sexual principal, y transformándose hasta ser la causa principal,
Con esta afirmación, Freud estaría aceptando que el complejo central del ser humano, como es
el complejo paterno dentro del Edipo, no brotaría de las pulsiones biológicas, sino de una escena
agresiva no sexual.
Este es entonces el problema que Freud plantea al inicio de “El problema económico
del masoquismo”: “Si dolor y displacer pueden dejar de ser advertencias para constituirse, ellos
mismos, en metas,el principio del placer queda paralizado, y el guardián de nuestra vida
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anímica, por así decir, narcotizado” (Freud 1924, 165); todos los subrayados, a menos que se
Resulta sugerente que desde el comienzo del texto Freud destaque el efecto “narcotizante” del
dolor y el displacer como metas en sí mismos. En efecto, no sólo la clínica de las toxicomanías
nos confrontacon dicho efecto. Los cortes en el cuerpo, como práctica que prolifera en nuestra
época, cumplen ésa misma función: brindan al sujeto un “alivio” inmediato, transformando la
adormecimiento y, según los términos de una joven paciente, son “como una adicción”. El
dolor, lejos de ser el “problema” a aliviar, se transforma en el alivio mismo y luego, en una
meta en sí mismo.
Es por ello que Freud plantea la aparente paradoja de una pulsión de muerte “cuya meta es
exigencias “procuran perturbar el ciclo vital” (Freud 1924, 166). Es la muerte (y sus derivados:
Freud distingue entonces tres tipos de masoquismo (Freud 1924, 167): el masoquismo
“erógeno” (primario y, por así decir, estructural), el masoquismo llamado “femenino” (que se
nos detendremos principalmente en este último, el masoquismo moral, calificado por Freud
“expiación” (Freud 1924, 168) que cumplen los procedimientos dolorosos y martirizadores. Del
destaquemos que se corresponde con “la pulsión de muerte actuante en el interior del
Esto supone ya una primera ligazón del erotismo con aquel “sector” de la pulsión de muerte
que no es dirigido hacia afuera como sadismo y permanece en el interior del organismo. Esta
ligadura entre Eros y pulsión de muerte cumple para Freud una función estructural, “importante
para la vida”; y cabe distinguirla de la “introyección” del sadismo “proyectado” hacia afuera,
secundario, “femenino”)
Con estas palabas buscamos ver el “sentido ético del sufrimiento” como un factor central
y fundamental, cuya presencia en los procesos mentales del masoquista determinará, de acuerdo
a nuestro criterio, que este desorden pueda evolucionar con el tiempo hacia un proceso de
autorreparación psíquica. Por ello, es preciso distinguir a qué nos referimos con este concepto.
Consideramos que la tendencia original del ser humano, perturbado o no es atender a sus
instintos, tal como sostiene Lacan, con la intención de que se actúe el deseo, y así quedar al
servicio de la vida. De esto deriva que buscar la dimensión ética de todo acto psicoanalítico
favorecerá que la acción de nuestras pulsiones se lleve a cabo a través de las tendencias
naturales de las mismas, intentando poner en acto las tendencias movidas por el deseo y
logrando que recaigan en el mundo exterior, sea a través del encuentro con el objeto o a través
de las tendencias biológicas del ser humano, tampoco resulta correcto interferir con las
tendencias naturales del funcionamiento del aparato psíquico que contiene el deseo, fruto de la
Por ello, nuestra mirada ética se centrará no solo en favorecer la realización manifiesta del deseo
reprimido o inhibido, tal como se evidencia mediante la observación del duelo, la catarsis, etc.,
sino en la revisión constante, a través de la mirada psicoanalítica que recaerá sobre la relación
En la línea de lo propuesto, consideramos que el acto ético de un sujeto incluirá los valores que
se juegan en la experiencia trágica y dolorosa, a la que nos enfrenta diariamente la vida. Estos
valores serían los que fomentan los sentimientos sociales, que no tienden a modificar los deseos
que explique las flagelaciones, los azotes y las humillaciones con que este masoquismo se nutre.
Sabemos por estudios de diversos autores que estos pacientes no desconocen la verdad del
sentido sexual del ser humano, como tampoco desconocen las leyes que ordenan a la pareja y
la familia, pero las reniegan, las desconocen y se inscriben en una ruta de exceso de placer y
gozo desmedido.
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Tal como se usa en este trabajo, la rendición/entrega, no implica derrota, sino una cualidad de
frecuencia representa el aborto de un deseo de desmontar un falso self. Por otra parte un fracaso
Así como las etiquetas de los significados comienzan a adherirse a nuestra concepción de la
rendición, pareciera que cobrara el sentido, en cierta forma, del anverso de la resistencia.
Resistencia es el nombre dado a las fuerzas motivacionales que operan en contra del crecimiento
o el cambio y en la dirección del mantenimiento del status quo. La rendición puede ser
entendida como el reflejo de una forma de “fuerza” hacia el crecimiento, para la cual,
curiosamente, no existe una palabra en inglés que sea satisfactoria. La sumisión, por otra parte,
las defensas, las protecciones contra la ansiedad, la vergüenza, la culpa, la ira, son, en cierta
evasión. ¿Es posible que, en el fondo, deseemos liberarnos de ellas para “salir limpios”, como
parte de una aspiración aún mayor de hacerse conocer, de ser reconocido? ¿Puede esta
aspiración estar unida también al correspondiente deseo de conocer y reconocer al otro? Con
respecto al desarrollo del origen de estas aspiraciones, yo las ubicaría como enraizadas en la
Para seguir desarrollando el concepto de rendición, debemos enumerar algunos aspectos que la
caracterizan:
Uno de puede rendirse “en la presencia del otro”, pero no “al otro”, como es el caso de la
sumisión.
2. La rendición no es una actividad voluntaria. Uno no puede escoger rendirse, mientras que
uno sí puede escoger someterse. Uno puede proveer condiciones facilitadoras para la rendición,
3. Puede estar acompañado por un sentimiento de terror y muerte, y/o de claridad, alivio y
éxtasis.
futuro, los dos tiempos que requieren una “mente” en el sentido de proceso secundario, han
retrocedido de la conciencia.
5. Su finalidad última es descubrir la propia identidad. Nuestro sentido del self, nuestro sentido
de completud, incluso la unidad de nuestro self con otros seres vivos. Esto es distinto a la
sumisión en la que sucede lo opuesto: uno siente su self como una marioneta en poder del otro;
la sumisión.
7. Se confunde fácilmente con la sumisión y usualmente es confundido con esta para propósitos
Considerando la tesis central de este trabajo, que la sumisión sea vista como una mutación
8. La distinción que estoy haciendo entre rendición y sumisión, ayuda a aclarar otro par que se
aceptación solo puede ocurrir con la rendición. Esta trasciende las condiciones que la evocaron.
En los primeros años del psicoanálisis, el masoquismo era visto esencialmente como expresión
de derivados pulsionales, o como un fenómeno del superyó (Freud, 1924). Luego, basado en
los trabajos de Reich (1933), Horney (1935), Berliner (1947), Menaker 81953), entre otros, fue
visto como una reacción defensiva del yo. Brenman (1952) mostró como el masoquismo servía
a una multiplicidad de funciones al mismo tiempo. Storolow y Lachmann (1980) añaden otra
función más: que “las actividades masoquistas pueden… representar esfuerzos abortados (y a
desmoronado. Desde el punto de otro totalmente contrario hay quienes afirman que el fenómeno
defensa en contra del miedo. Como en la formulación de Eigen (1981) sobre El Área de Fe en
Winnicott, Lacan y Bion, hay un tono de vitalidad codiciada y de alegría, más que escape de la
perdición.
Los fenómenos masoquistas han sido asociados frecuentemente con depravaciones, traumas e
Storolow y Lachman (1980, pp. 30‐31) sugieren que estos traumas iníciales también dejarían
del self. La tendencia masoquista serviría entonces para apuntalar la falta de cohesión del self.
Una visión alternativa, puede ser que un falso self basado en la conformidad, se construya como
respuesta a estos traumas tempranos. Esto evoluciona en un continuo anhelo de rendir este falso
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inicialmente llevó al desarrollo de este falso self. Uno podría esperar una cierta “invitación” a
una actitud masoquista y sumisa, “confundiendo” sumisión por rendición, ya que sumisión,
como en la perversión de la rendición, es lo más cercano que una persona ha podido llegar a
saber sobre la rendición. Winnicott (1974), en TheFear of Breakdown (El miedo alderrumbe),
iluminó aún más en lo que se está llamando genéricamente el anhelo a la rendición. En efecto,
experiencia, el derrumbe que ya ha ocurrido, tan temprano en la vida que no puede ser
recordado.
De esta mélangede masoquismo y rendición, surge una pregunta apropiada. ¿Cuáles son las
raíces en la experiencia que se manifiestan en este cuadro clínico? Quizás una respuesta parcial
el primero, el patrón sano, el mundo exterior del bebé está constantemente siendo descubierto
experiencia del individuo. Únicamente bajo estas condiciones, puede el individuo comenzar a
existir. En el segundo patrón, El ambiente impacta sobre el bebé y en vez de una serie de
experiencias, hay una serie de reacciones a dicho impacto. Bajo estas circunstancias, sólo el
Para nuestros propósitos, lo que resalto es que en el segundo y tercer patrón, el individuo o el
“no individuo” que se ha desarrollado en una atmósfera de impactos, tiene una continua
necesidad de ambiente de impactos. Creo que aquí, Winnicott está identificando por lo menos
intrusión. ¿Es esto un eufemismo sugestivo de la necesidad de ser el objeto de una experiencia
permanece invisible detrás la actividad masoquista compulsiva (en sí mismo necesaria para
seguro y que nos acepta. El individuo luego se libera para usar su propia motilidad para
descubrir y ser descubierto en una forma que el contacto con el ambiente puede convertirse en
Muchas veces la persona masoquista busca el intenso anhelo de rendición en el sentido de dar
rendición es en el momento del orgasmo con un ser amado. Poco debería sorprendernos
entonces que la escena sexual sea el foco deseado para el dejarse llevar. El sexo no es
rendición de la que estamos hablando. Y es que a menudo las fantasías eróticas tienen un sabor
distintivamente masoquista, como, por ejemplo, en ser forzado, engañado, seducido a hacer el
amor, o estar dominado por la gran maestría del otro. La expresión masoquista es aquí un
El terreno sexual no es la única área donde la intensidad apasionada, incluso de éxtasis, se presta
ser muy intensas y pueden funcionar como una expresión encubierta del anhelo por la rendición.
En efecto, estoy sugiriendo que algunos casos de masoquismo pueden estar enraizados en una
búsqueda profunda para comprender, para deshacer el aislamiento. Es como si con una mente,
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la persona está creando situaciones en las que él está "hecho dentro" o con dolor causado el
otro, una autoridad, amigo, amante, y con el otro, está luchando con la pregunta interior que se
mantiene tentadoramente sin respuesta: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha ocurrido? Un ser querido
no podría haberme hecho eso. Eso es inconcebible. ¿Cómo sucedió? Él lo hizo! ... pero de
alguna manera no puedo "ingerirlo". Simplemente no puede ser. Tal vez la próxima vez pueda
crear una situación que sea más clara. ... Entonces así, podré ser capaz de "tomarlo, percibirlo,
concebirlo".
Masoquismo, en vez de ser una expresión de algún "impulso agresivo dirigido hacia adentro"
percibir el yo y el otro como realmente son, es decir, sin tener en cuenta los falsos Sí mismo
construidos fuera de conformidad con las autoridades de nuestro desarrollo temprano. Esta
otra forma para tratar de "ingerir" algo de realidad, en este caso la destrucción inimaginable de
desorganización para que esto sea posible y, por analogía con el momento creativo en el arte,
puede significar que uno tiene que darse por vencido, entregar la convencional visión de “mente
superficial” de un objeto, un árbol o lo que sea, y dejar que la "mente profunda" libere la gestalty
tome el relevo. Esto puede significar una transición a un período de caos en la "mente profunda"
3. 2. El dolor y el masoquismo
Se ha comprobado que existe un estado natural del Yo que deberá almacenar y guardar
grandes cantidades energéticas hiper intensas, que sin duda han de originar un sufrimiento
masoquista al sujeto. Sabiendo que es el Yo quien almacena estas cantidades, tendrá que entrar
en contacto, tanto con las energías indomables y desorganizadas como aquellas eróticas
del tiempo, el dolor producirá un segundo efecto, que está más allá de ser un simple guardián
de nuestra existencia. En efecto, el dolor puede llegar a ser un fin en sí mismo, criterio que, de
alguna manera, Freud señaló sin precisar a qué fin se estaba refiriendo.
Nosotros pensamos que el dolor no está limitado a ser únicamente una señal de alerta ante un
peligro, creemos que cumple dos funciones importantes en el aparato psíquico. La primera, que
aportará grandes cantidades de energía que permitirán que el aparato psíquico se mantenga
La segunda, que el dolor actuará como estímulo ante la consciencia y participará aportando los
sentido lógico, entre los que puede estar la capacidad de discriminar entre lo verdadero y lo
falso.
El estímulo del dolor y la tolerancia hacia él llevarán al sujeto a sustituir progresivamente una
lógica científica por una lógica ética, que dé sentido y solución a su sufrimiento. Sin el dolor
no habrá el estímulo para el cambio que se requiere para que un niño se aleje de las tentaciones
incestuosas del cuerpo de la madre, y a la vez intente un acercamiento a la figura del padre, de
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la ley y del deseo. El dolor será un ingrediente fundamental para que se produzcan grandes
Yo, que permitirán que se neutralicen los violentos ataques del súper Yo al Yo. lo que queremos
mostrar es la importancia que tiene para ciertas personas conservar el dolor a lo largo del
Para ilustrar lo que queremos decir citaremos un ejemplo: Nelson es un profesor universitario
que está sufriendo mucho a causa de sus fantasías homosexuales y los deseos intensos que siente
por ciertos alumnos a los cuales recrea en su imaginación, y en múltiples sueños diurnos de
amor y ternura. La lucha conflictiva entre ceder a sus deseos y eliminar sus tendencias
Luego de siete meses de psicoanálisis, asume que su verdadera vocación es destinar su vida al
servicio de Dios, y por tanto, habrá de organizar su vida sobre esta decisión. Sin embargo, se
niega radicalmente a poner fin a sus fantasías homosexuales, llegando a decir que si el análisis
le “quita” sus ensueños, él podría perder la vida o, en su defecto, moriría de pena y de desilusión.
momento de su vida deberá tomar una decisión entre vivir de cara al celibato o asumir lo que
Pero mientras que el análisis de las fantasías inconscientes que le impiden acceder a una mayor
Este ejemplo nos permite entender que el paciente necesita la excitación y la energía mental
que provienen del dolor y la frustración, producidos por el deseo insatisfecho que él mismo se
metapsicológico, que asegurarse una buena cantidad de excitación mental hará que el aparato
También podríamos entender que esta hiper excitación que tiene su punto de estímulo en el
mundo exterior hará posible la emergencia del fantasma del masoquismo, que intentará
acercarse al padre por una vía falsa. Por ello, pensamos que la hiperexcitación que crea el
sufrimiento no solo significa un movimiento hacia la vida, o un intento inconsciente que busca
sino, de acortar la distancia que lo separa del padre, aun a través de adoptar una ley masoquista
Finalizamos este tema afirmando que el sufrimiento y el dolor son ingredientes infaltables en
Mediante la modificación de ciertos aspectos en cada una de las tres áreas, observarás una
mejora progresiva en el control de las prácticas sexuales. una persona con personalidad
masoquista piensa que los problemas son culpa suya. Pero, no los problemas que puedan
acaecer solo a su alrededor, sino también problemas en los que no tiene nada que ver.
Seguro te suena alguna situación en la que alguna persona da a entender que alguien tiene la
culpa. La persona con personalidad masoquista se daría inmediatamente por aludido, aunque
Como la persona masoquista se sentirá siempre culpable, reconstruirá situaciones en las que
será inevitablemente lastimada. Ella buscará ese daño que cree merecer, aunque no sea así.
Quizás ahora mismo te estés preguntando si tú tienes algo de esta personalidad masoquista, o
si alguien cercano a ti lo es. Lo cierto es que no es muy sencillo identificarlas, a menos que
Las personas masoquistas llevan esa culpabilidad por dentro y, en ocasiones, muchas personas
Se culpan por todo, siempre piensan “es culpa mía, merezco el castigo”.
Cuando están cerca de alcanzar el éxito se autoboicotean para que las cosas salgan mal.
Viven con el miedo de que siempre haya un final trágico para todo.
Las personas masoquistas viven rodeadas de miedo, de inseguridad y son muy dependientes,
pero no en el sentido en que vemos la dependencia, sino en el sentido de que necesitan que
En realidad, esta personalidad cree que su vida debe ser como la de un mártir. Someterse a los
demás, sacrificarse es lo que le brindará la felicidad el día de mañana. Pero… nunca llegan a
alcanzarla.
La falta de egoísmo, pensar demasiado en los demás, dudar de todo con respecto a uno mismo,
hacen que sea una persona muy insegura que busca el sufrimiento, el dolor y la culpabilidad
plantees si realmente eres feliz actuando así. Es cierto que ayudar a los demás y, a veces,
sacrificarse te hace sentir bien. Pero, ¿ser culpable de todo? ¿Permitir que tú sufras para que los
No estás siendo feliz, ¿verdad? De hecho, llegará el día en el que te veas sumido en un pozo
muy hondo del que querrás salir, pero no podrás. Nadie pensará en ti. Tan solo seguirán
haciéndote daño.
Mientras tú velas por tu sufrimiento, las demás personas tomarán eso para hacerte sufrir más.
Si tú no te preocupas en ser feliz, en estar bien, nadie más lo hará. Debes preocuparte por ti. Ser
“Toda la felicidad que la humanidad puede alcanzar está, no en el placer, sino en el descanso
del dolor”
Piensa en ti por un momento. ¡No estás haciendo nada malo! Practica ser un poco egoísta,
pensar en ti y verás cómo te sentirás mejor. Es más, incluso abrirás los ojos ante esa realidad
No eres una mala persona. Si sufres, si te sometes, si lo das todo, ¿cómo puedes seguir
sintiéndote culpable? Libérate de esa culpabilidad que reside tan solo en ti. Tú eres el culpable
Todos buscamos la felicidad, incluso tú. Claro que habrá situaciones en las que nos toque sufrir,
pero esto ¡no es una máxima para cada día! Sé un poco egoísta, piensa en ti y estate seguro de
ti mismo.
No te permitas hacerte sentir culpable de todo, no te permitas pensar que eres una mala persona
por no darlo todo por los demás. Tú vales mucho. Tienes que pensar en ti. Nadie merece
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aprovecharse de tu personalidad para hacerte aún más daño. Estás aquí para ser feliz, no estás
Esther Menaker, en 1942, fue la primera psicoanalista en observar que muchos aspectos del
tratamiento clásico, como el uso del diván y el autoritarismo en las interpretaciones del analista,
pueden ser vividos por las personalidades masoquistas como una replicación de situaciones de
dominancia y sumisión. Recomendó por ello cambios en la técnica, como el tratamiento cara a
el tono del analista. Sin la eliminación de todos los rasgos potencialmente sadomasoquistas en
la situación terapéutica, Menaker creía que los pacientes estarían en riesgo de sentir solo una
relación. La persona masoquista necesita con urgencia que el clínico sea un ejemplo saludable
de asertividad. El que el clínico ayude sin dejarse explotar puede abrir nuevas perspectivas a
alguien que ha sacrificado todas sus preocupaciones sobre él mismo en beneficio de los demás.
Por eso la primera regla para tratar a pacientes masoquistas, nuestra opinión es la de no modelar
el masoquismo.
Nos cuenta la autora que ella hace tiempo que fue advertida por un supervisor en el sentido de
habiéndole hecho caso, se ofreció a seguir el tratamiento con un paciente que había entrado en
una crisis financiera que parecía fuera de su control. El resultado fue que el paciente, lejos de
resolver la crisis, empezó a volverse cada vez más incompetente hasta que tuvo que proponerle
un plan de pago de la deuda. Nos advierte de que el daño en estos casos no es sólo para la
economía del terapeuta, el perjuicio para el paciente es obvio, y la confianza en sí mismo del
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mejorar. Si el terapeuta les da una lección de abnegación, ¿cómo se van a sentir con derecho
a las inhibiciones sobre el propio interés que puedan tener, sino también al acertado
presentimiento de que los pacientes masoquistas reaccionarán negativamente a los límites. Esto
es cierto, y muy deseable, porque supone la oportunidad de aprender que serán aceptados
aunque se enfaden.
La máxima de “nada de compasión” con los pacientes masoquistas que sostienen algunos
clínicos experimentados, no quiere decir que haya que culparlos, sino que en vez de
compadecerlos, se les debe preguntar por cómo llegaron a meterse en la situación de la que se
quejan. Hacer énfasis en la capacidad que uno tiene de mejorar las cosas refuerza el yo en vez
de infantilizar, pero por eso mismo puede irritar a las personalidades masoquistas, que creen
que la única forma de conseguir estar cerca de los demás es mostrarse indefenso. En estas
ocasiones, el terapeuta puede “dar la bienvenida al enfado normal”, aceptando los sentimientos
Traemos como ejemplo una viñeta sobre una paciente muy perturbada con múltiples adicciones,
psiquiátrico firmando una estancia de hospitalización de 72 horas. Cuando se calmó a las pocas
horas, el psiquiatra del hospital aceptó, a petición de la paciente, darle el alta si su terapeuta le
daba el permiso. Sin embargo, esta no lo concedió: “Te ingresaste por tres días, así que espero
que cumplas tu compromiso”. A pesar de la indignación que sintió en ese momento, años más
tarde, la paciente confesó que ese acontecimiento había supuesto el punto de inflexión en su
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terapia, porque había sido tratada como una mujer adulta, capaz de asumir las consecuencias de
sus actos.
También hay que estar alerta frente a la tendencia culpabilizadora de estas personas, que tiende
tipo de comportamientos que pueden traducirse como “¡Mira lo que me haces sufrir!” se deben
manejar con una reflexión empática del dolor del paciente junto a la clara expresión de que uno
ansiedad y solo habla de la realidad, de las posibles consecuencias de los actos del paciente, de
forma desapasionada, se facilita que éste sienta en él mismo la ansiedad que no ha logrado
poner en el terapeuta.
ser buscado) y al mismo tiempo adoptar una actitud confrontadora, una que respete su habilidad
para hacer su voluntad consciente y cambiar sus circunstancias, no puede ser enseñada en un
libro de texto”.
como “Si sufro lo suficiente, conseguiré amor”. Son habituales las creencias mágicas que
creencias pueden consolarnos cuando el sufrimiento es inevitable, pero cuando este depende de
Las fantasías omnipotentes que sostienen los comportamientos masoquistas son difíciles de
destruir, ya que siempre se puede encontrar un ejemplo en que tras el éxito ha venido un castigo,
irracionales puede diferenciar entre una cura por transferencia, basada en la identificación con
abnegación patológica.
Según estudios previamente realizados, se advierte que: para empezar, que las personas
masoquistas tienden a reactuar con el terapeuta el drama del niño que necesita cuidado pero
A menudo tratan de persuadir al terapeuta de que necesitan y merecen ser rescatadas, mientras
a la vez sienten miedo de que el terapeuta sea poco empático, egoísta o abusivo y acabe
abandonando la relación. Todo esto puede ser ego-diatónico o ego-sintónico, dependiendo del
nivel de organización. Además temen que el otro verá sus defectos y los pondrá de relieve para
luego rechazarlas. Por eso tratan de que convencer a los demás de que están indefensas y de
Las contratransferencias habituales con estas dinámicas son el contra masoquismo y el sadismo.
Suelen estar presentes las dos. Lo habitual es que el clínico, especialmente si tiene poca
paciente de cuánto aprecia su sufrimiento y de que la terapia es un lugar seguro. Cuando esta
Dado que muchos terapeutas tienen personalidades depresivas y que existe gran solapamiento
entre las dinámicas masoquistas y depresivas, el terapeuta tratará de hacer lo que sería útil para
sí mismo de encontrarse en la misma situación que el paciente. Hará énfasis en darle seguridad
al paciente en que comprende su sufrimiento y en que le ayudará. Esto puede implicar reducir
honorarios, programar sesiones adicionales, aceptar llamadas a cualquier hora, etc. Estas
medidas, que pueden ayudar en el caso de una terapia con una persona fundamentalmente
regresión: el paciente confirma que el masoquismo funciona: cuanto más sufre, más se desvive
el terapeuta. Y el terapeuta aprende cómo se siente el paciente: cuanto más lo intenta, peor.
La autora cuenta, no sin confesar cierta vergüenza cómo, “en el arrebato de una fantasía de
su propio coche para que pudiera acudir al trabajo. El paciente se lo estrelló contra un árbol, lo
sádicas, puede ser peligrosa dado que los sentimientos que no se conocen tienden a actuarse. Y
si uno ha llegado a sentir resentimiento frente a un paciente que cada vez se queja más a pesar
de los propios esfuerzos por ayudarle, es fácil racionalizar una interpretación punitiva o un
Los clientes masoquistas pueden ser exasperantes. La reacción terapéutica negativa asociada al
masoquismo inconsciente es difícil de atravesar para el clínico, como lo es mantener una actitud
de apoyo benigno mientras el paciente se daña. La propia autora observa que el tono en que
escribe este capítulo trasluce cierta actitud ofendida, tal y como otros analistas han escrito sobre
pacientes masoquistas dejando ver un cierto desprecio. Por ello, nos advierte de la necesidad de
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masoquistas y sádicas es casi seguro que tendrá problemas en el tratamiento de este tipo de
personalidades.
Finalmente, la negación que hacen las personalidades masoquistas sobre la implicación de sus
comportamientos autodestructivos, hace que muchas veces los terapeutas sientan la ansiedad
que normalmente acompañaría al peligro de dañarse. Cuanto más se angustia el terapeuta, más
5. CONCLUSIONES.
adelante, se ha solido sostener que todo masoquismo es patológico por definición y que
por tanto la tarea de la práctica psicoanalítica estaría ubicada con el objetivo de aliviar
el dolor de dicho desorden o tal vez de evitarlo. En esta tesis se ha intentado mostrar la
tema central, sobre todo cuando nos enfrentamos al llamado masoquismo moral, que es
intentado mostrar que hay formas de masoquismo que brindan un servicio a la vida, por
el aparato psíquico. En tal sentido, dado que el psiquismo no podría activarse sin
permite, en diversos casos, organizar una nueva metáfora que dé sentido al sufrimiento.
Esta nueva metáfora no siempre constituye una alternativa definitiva a las carencias
originales, aunque sí permite desarrollar una vida más razonable. d) Porque muchas
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trascendente, que va más allá del individuo para justificarse en el bien social.
sentido ético del sufrimiento del paciente, lo conduce a que pueda hacer uso de dicha ética,
del control de sus tendencias, aunque no se obtengan plenamente las trasformaciones internas
6. RECOMENDACIONES
La persona debe tener en cuenta que hay un límite bien marcado, donde el masoquismo
requerido.
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7. ANEXOS
EL TRABAJO (MASOQUISMO)
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8. BIBLIOGRAFIA
Enciclopedia Universal Ilustrada. (1929). Madrid: Espasa Calpe S.A Freud, S. (1967). Pegan a
un niño. En:Obras Completas
Vol. I. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. Freud, S. (1968). El malestar en la cultura. En:Obras
completas
Vol III. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. Freud, S. (1996). Pulsiones y destinos de pulsión.
En: Obras CompletasBuenos Aires: Amorrortu editores.
Butcher, J., Mineka, S., Hooley, J. (2004). Psicología clínica. 12a edición
España: Editorial: Pearson.