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La vieja Kultur era entonces la Kultur de las clases dominantes. Solo las clases
dominantes estaban en condiciones de poner al servicio de la Kultur sus aptitudes dotadas
de valor, desvinculadas de toda preocupación por el sustento inmediato. Aun aquí, como
en todas partes, el capitalismo ha revolucionado el ordenamiento social integro. Al
suprimir los privilegios de casta ha eliminado también los privilegios culturales de la
sociedad de castas. Es decir que el capitalismo de los ordenamientos sociales anteriores
es que en él la misma clase explotadora está sometida al proceso productivo, está obligado
a prestar sus propias fuerzas a la lucha por el provecho, de la mimas manera en que está
obligado el proletariado para mantenerse con vida. (Por ejemplo, el director de fábrica y,
en oposición a él, el señor en tiempos de la esclavitud de la gleba). En apariencia, esta
tesis parece contradicha por la gran cantidad de holgazanes que la misma clase capitalista
ha sacado de su seno y a los cuales da una ociosa prosperidad. Pero, también aquí, nuestra
atención no debe dejarse desviar por apariencias superficiales. Para la Kultur, siempre se
han sometido a examen las mejores fuerzas de las clases dominantes. En la época
precapitalista estas fuerzas se hallan en una situación tal que les permite poner sus propias
aptitudes al servicio aptitudes al servicio de la Kultur, mientras el capitalismo las ha
vuelto esclavas de la producción a la manera de lo que ha hecho con los trabajadores,
aunque concediendo un valor material bien distinto a su esclavitud.
La liberación del capitalismo significa liberación del dominio de la economía. La
Zivilisation crea, así, el dominio humano sobre la naturaleza pero, como consecuencia, el
hombre cae bajo el dominio de esos medios que le habían dado la posibilidad de dominar
a la naturaleza. El capitalismo señala la culminación de este dominio. En el capitalismo
no existe clase que, por su ubicación productiva, esté llamada a la creación de la Kultur.
La destrucción del capitalismo, la sociedad comunista afecta ala cuestión justamente en
este punto. Ella quiere crear un ordenamiento social en que a cada uno le espera ese modo
de vida que en la época precapitalista solamente las clases dominantes podían llevar. Con
ello comienza verdaderamente la historia de la humanidad. De la misma manera que la
historia, en su viejo significado ha comenzado con la Zivilisation y la lucha del hombre
con la naturaleza pertenece a la época prehistórica, así el historiador del futuro hará
comenzar la verdadera historia de la humanidad con el comunismo desarrollado. El
dominio de la Zivilisation valdrá entonces como segunda época “prehistórica”.
2. La característica principal del ordenamiento social capitalista debía ser buscada
entonces en el hecho de que la vida económica ha dejado de ser un instrumento para la
función vital de la sociedad y se le ha colocado en el centro: se ha convertido en fin en í
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singular que esté en una ligazón inmediata y perceptible con el producto terminado: este
proceso tiene un sentido solamente para el cálculo abstracto del capitalista cuanto
mercancía está dotado de sentido. El extenderse de la industria aumenta cada vez más la
inhumanidad de esta relación. En la división del trabajo existente dentro de la
manufactura, aun siendo el proceso de fabricación sumamente desmenbrado y
despedazado, la calidad de las partes singulares del producto dependía sin duda de las
aptitudes físicas y espirituales del trabajador, mientras que en la industria desarrollada
toda relación entre producto y productor ha sido suprimida. En ella, entonces, el proceso
productivo depende en definitiva de las posibilidades de la máquina, el hombre sirve a la
máquina, se adapta a ello, la producción se vuelve completamente independiente de las
posibilidades y aptitudes humanas del trabajador pendiente de las posibilidades y
aptitudes humanas del trabajador.
Junto a estas fuerzas que destruyen la Kultur y que nosotros hemos considerado hasta
aquí desde el punto de vista del producto y del productor singular y aislado, en el
capitalismo actúan todavía otras, similares a las primeras. Podemos observar la más
importante cuando consideramos el nexo reciproco de los productos. La Kultur de las
épocas precapitalistas era posible gracias a la relación de continuidad en que venían a
encontrarse los productos culturales singulares: un producto llevaba adelante el problema
planteado por el otro, y así sucesivamente. La Kultur en su conjunto delineaba por lo tanto
una determinada continuidad de desarrollo lento y orgánico. Así era posible que en cada
campo se afirmara una Kultur coherente, y sin embargo original; una Kultur cuyo nivel
superaba también en mucho el nivel más algo alcanzable a través de aptitudes individuales,
mucho el nivel más alto alcanzable a través de aptitudes individuales, aisladas. En cuanto
ha revolucionado el proceso de productivo, en cuando ha vuelto permanente este carácter
revolucionario a través de
2) Muchos ponen en relación este proceso con la división técnica del trabajo en la
industria y plantean la cuestión como si debiese continuar también después del derrumbe
del capitalismo. Aquí no podemos examinar este problema…
Ligarse de manera alguna con la esencia del producto- una obra fin en sí- (es así que de
la industria, de la arquitectura desaparece la autenticidad del material). Por otro lado,
como consecuencia del producir para el mercado (sin lo cual el revolucionamiento de la
producción sería inimaginable), viene a la luz en la fabricación del producto todo lo que
es mera novedad, el elemento sensacional y caduco, sin consideración alguna por el
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problema del acrecentamiento o la disminución del auténtico, íntimo valor del producto.
El reflejo cultural de este carácter revolucionario es el fenómeno que habitualmente
llamamos moda. Moda y Kultur configura por sus esencias conceptos que se excluyen
recíprocamente. El dominio de la moda significa que la forma y la calidad de los
productos puestos sobre el mercado cambian a breve plazo, independientemente de la
relación con la belleza y la finalidad. La esncia de un mercado tal comporta que dentro
de determinados periodos deben ser fabricados nuevos objetos, tales que puedan
diferenciarse radicalmente de los precedentes; tales que, al producirlos, sea imposible
basarse sobre las experiencias recogidas en la producción precedente. De la rapidez del
desarrollo resulta la imposibilidad de recogerlas y digerirlas, o bien nadie quiere ya
basarse en ellas, pues la esencia misma de la moda requiere justamente lo opuesto a lo
viejo. Así desaparece lentamente todo desarrollo orgánico; le suceden una oscilación sin
meta y un diletantismo vacío y ruidoso.
3. Pero la crisis de la Kultur capitalista tiene raíces todavía más profundas que los
fenómenos aquí esbozados. El fundamento principal de su crisis permanente y de su
derrumbe interior consiste en el hecho de que la ideología se halla en oposición insoluble
con el ordenamiento productivo, con el ordenamiento social. La clase burguesa
dominante o que lucha por el dominio podía tener –como consecuencia necesaria de la
anarquía de la producción capitalista- una sola ideología: la de la libertad individual. La
crisis de la Kultur capitalista debía entonces manifestarse en el momento en que entraba
en oposición con el ordenamiento social burgués. Durante todo el tiempo en que la clase
burguesa en ascenso –como en el siglo dieciocho- ha dirigido esta ideología contra los
vínculos de la sociedad de castas, esa ideología era la expresión adecuada de la situación
dada de la lucha de clase. La burguesía de entonces podía tener de hecho una Kultur
auténtica. Pero cuando la burguesía llegó al poder (…
O debía renunciar a esta ideología o bien utilizaría como … de una acción opuesta a ella.
El primer caso hizo emerger un absoluto vacío de ideas, un caos moral, porque, dada su
ubicación productiva, la burguesía no estaba en condiciones de crear una ideología
distinta que sustituyera a la ideología de la libertad individual. En el segundo caso, la
burguesía se hallaba ante la crisis moral de la mentira interior, estaba obligada a actuar
contra su propia ideología.
Pero esta crisis habría de agudizarse porque el principio de la libertad debía, aun
económicamente complicarse en una contradicción insuperable. No es nuestro objetivo
aquí entrar en un análisis de la época del capital financiero. Basta señalar la inconciliable
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oposición entre las grandiosas organizaciones productivas que han surgido sobre su base
(cartels, trusts) y la idea dominante del ordenamiento social del capitalismo primitivo, la
libre concurrencia. Pero con ello desaparecía también el terreno de la ideología que se le
conectaba. Al volverse los estratos altos de la burguesía- por la esencia misma del capital
financiero- aliados naturales de sus enemigos de una vez, las clases agrario-feudales, la
nueva ideología debía ser buscada entre los nuevos aliados. Pero aun este intento de hacer
concordar la ideología con el ordenamiento productivo estaba destinado al derrumbe,
desde el momento en que los fundamentos reales de la ideología conservadora –la
estructura feudal de castas y el ordenamiento productivo que la expresaba- han sido
radicalmente extirpados de la sociedad a través de la revolucionarización capitalista de la
producción, que ha alcanzado su propia culminación en la época del capitalismo
financiero. Por cierto que el feudalismo ha tenido en un tiempo una Kultur de gran valor
y de alto nivel. Pero ello sucedía bajo el dominio de la sociedad feudal de castas, cuando
la producción y la sociedad integra estaban reguladas por sus principios. Con la victoria
del capitalismo esta forma social fue suprimida. En vano gran parte del poder económico
quedo en manos de las castas dominadoras de antes: el proceso por el cual también ellas
se capitalizaban y aun ellas asumían las formas del capitalismo, no podría ser detenido.
Entonces, aun para estos sectores, se manifestó la misma contradicción entre ideología y
marcha de la producción que rige para el capitalismo, aunque se expresara de otra manera.
Entonces, si la clase burguesa de la época del capitalismo financiero buscaba el agua de
la renovación, la buscaba en una fuente que ella misma había enterrado.
Desde el punto de vista de la Kultur, la oposición entre ideología y ordenamiento
productivo significa que el motivo de la grandeza de las antiguas Kultur (Grecia,
Renacimiento) debe ser buscado en el hecho de que, por la armonía entonces existente
entre ideología y ordenamiento productivo, los productos de la Kultur podían
desarrollarse orgánicamente desde el terreno del ser social. En tanto las grandes obras
culturales pudieran elevarse muy por encima del mundo interior del hombre común,
existía siempre entre los dos polos cierto nexo. Pero todavía más importante que esta
actitud de los productos culturales dentro de la vida social es el hecho de que el acuerdo
entre ideología y ordenamiento productivo hacia posible la natural armonía entre
ideología y conducta de vida. (Que el estilo de la conducta de vida del hombre depende
de su ubicación productiva, es algo que no requiere una discusión ulterior) Pero en todo
ordenamiento social donde exista un acuerdo natural entre la conducta de vida y su
expresión ideológica, existe también la posibilidad de que el tomar forma de la ideología
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encuentre una orgánica expresión en las figuras de la Kultur. Pero solamente con tales
condiciones la unidad orgánica es posible. La relativa independencia de los elementos
ideológicos en cuanto a sus fundamentos económicos significa que ellos, en su carácter
de formas de expresiones humanas, son – según su valor y su validez formal-
independientes de las facticidades que les son confiadas por el ordenamiento económico
y social contemporáneo para que puedan recibir forma. Por ello la materia que tales
formas modelan no puede ser sino la realidad social misma. Si existe entonces una
oposición de fondo entre ideología y ordenamiento económico, ella – en cuanto a nuestro
problema- debe ser expresada así: que formas y contenidos de las expresiones culturales
han entrado en contradicción entre sí. Pero con ello cesa la unidad orgánica de las obras
de la Kultur, su esencia armónica, dispensadora de alegría. La Kultur no expresa ya todo
esto a los hombres que toman posición a su respecto: aquello que era característica
principal de las viejas Kultur. En tanto y cuanto ha sido auténtica Kultur, la Kultur del
capitalismo no podía ser sino critica sin embellecimientos de la época capitalista, m crítica
que alcanzó a menudo un nivel muy alto (Zola, Ibsen); pero cuanto más auténtica y válida
era, tanto más debían faltarle la simple y natural armonía y belleza de la antigua Kultur:
la Kultur en el verdadero sentido, en el sentido liberal del término. Esta contradicción
subsistía en todos los campos de las expresiones humanas, en el conjunto de las materias
de la Kultur. Así para citar un ejemplo muy evidente, una organización social capitalista
nutría necesariamente en sí, una ideología de libertades, una idea del hombre como fin.
Podemos decir sin temor de desmentido: en las épocas pre-capitalistas esta gran idea no
alcanzo nunca una expresión tan pura, clara y consciente como en este periodo (idealismo
alemán clásico) Pero es también verdad que ningún ordenamiento social tratado tan a los
golpes como lo ha hecho el capitalismo. El capitalismo, el devenir-todo-mercancía no se
limita al devenir mercancía de los productos; usurpa también las relaciones humanas:
basta pensar en el matrimonio. La interior necesidad de la orientación ideológica cultural
promovía, entonces, en todos los productos de la cultura, la anunciación del hombre como
fin en sí, en cuanto, por otro lado, la materia modelada por esas formas culturales, -era
una negación viva de ese propósito. Por ejemplo, la poesía válida del capitalismo no podía
ser el simple reflejo de su propio tiempo como era la poesía griega, cuya eterna belleza
expresa justamente este reflejo acrítico, natural, sino que podía ser solo crítica de la
existencia.
4. Vayamos ahora a lo que significa desde el punto de vista de la cultura, la transformación
comunista de las sociedades. Ante todo, significa el cese el dominio de la economía sobre
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