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Resumen:
En el capítulo uno, Peter Burke presenta dos problemas. El primero con respecto la
problemática de la nueva historia como la expansión y la fragmentación, generando una
especie de crisis de identidad, o lo que algunos llaman “crisis en la conciencia histórica o
en el método historiográfico”. Entonces trata de aclarar estas interrogantes, posteriormente
se dedica a reflexionar sobre la nueva historia sus problemas y virtudes. El primer apartado
es ¿Qué es la nueva historia? Burke asocia la nueva historia con la escuela francesa, en
particular con una serie de ensayos del historiador Jaques le Goff. Por otro lado, no puede
dejar de nombrar a la “école des annales” involucrada en este este enfoque y que en 1990
cambio su nombre por el de Annales: historie, science sociales. Para dar una definición de
lo que es en realidad la nueva historia, el autor parte por describir qué no es nueva historia,
contraponiéndola con el paradigma tradicional Rankeano. En este mismo sentido, para
aclarar las dudas de la historia “vieja y la nueva” resume en siete puntos sus diferencias.
En el segundo apartado del capítulo ¿hasta que punto es nueva la nueva historia? Burke aclara
que el concepto está asociado a Marc Bloch y Lucien Febvre, los fundadores de la escuela de
los annales en 1929, sin embargo, tiene pares de rebelión tanto en gran Bretaña como en
Alemania, es más, llega hasta el propio Polibio, por lo cual trata de aclarar que el reemplazo
de una historia vieja por una nueva es recurrente en la historia de la historiografía. Siguiendo
con el tercer apartado, se refiere a los problemas de definición. Los historiadores se van
metiendo por una jungla de territorios desconocidos, con la basta multidisciplinariedad se
genera el problema de la metodología y de conceptos, en este sentido ¿cómo encontrar una
metodología que abarque todos los aspectos de la nueva historia? La historia desde abajo
presenta una solución, empero genera sus propios problemas. En contextos distintos su
significado cambia, lo que el impacto del relativismo cultural resulta inevitable. El autor deja
una ventana abierta, “el reto planteado por le historiador es mostrar como el relacionar la
vida cotidiana con los grandes sucesos” (p 26).
Los otros problemas en los apartados, el de fuentes, en donde existen una nueva gama de
fuentes posibles, como, por ejemplo: Orales, Estadísticas y fotográficas. Con respecto al
problema de explicación, los acontecimientos sociales y culturales, no pueden ser vistos con
el mismo lente que en la historia política, requieren una presentación más estructural. Con
respecto a la síntesis, la interdisciplinariedad con las ciencias sociales es muy enriquecedor,
pero tiene su precio con respecto a la emancipación de disciplinas y subdisciplinas. Por un
lado, aumenta el conocimiento y fomenta metodología, rigurosidad, en este sentido lo que
trata de hacer entender el autor es en que se debe buscar un centro, donde la interrelación de
estructuras y acontecimientos sea bien narrada y analizada, lo que daría fin con el
enfrentamiento entre historiadores políticos y no políticos. Para los últimos dos apartados
Posdata 2000 y postmodernismo, el primero hace hincapié en la primera edición del libro, y
que tras transcurrir una década los cambios son muy pocos con respecto a los tipos de
historiografía. Con respecto al postmodernismo el autor hace una pequeña introducción a los
conceptos y formas de percibir la historia, como por ejemplo la relatividad en la verdad, en
la forma de escribir más literaria y por supuesto el rol del historiador que más que un
científico se considera como un narrador.
Hipótesis u objetivo: El autor quiere dejar en claro qué es la nueva historia como concepto,
su metodología y sus problemas.
Ideas Principales:
1 ¿qué es la nueva historia? Con esta simple, pero a la vez compleja pregunta, Burke inicia
el capitulo como tal. En efecto trata de simplificar la pregunta argumentando y comparando
entre la nueva historia y la historia Rankeana o llamada tradicional. Siguiendo con la idea, la
nueva historia es de origen francés, o se les da la atribución a los franceses, en particular a la
escuela de los annales, y que en 1990 pasó a llamarse “Annales: Historia y ciencias sociales.
Es un poco difícil para el autor definirla como historia total (como era la idea de Febvre) o
historia estructural, ya que le dejará al lector un sabor amargo e incompleto. Entonces se
enfoca mejor en comparar las dos historiografías: la tradicional o Rankeana, y la nueva
historia. Es por eso que distingue siete elementales diferencias entre los dos tipos de historia
lo que hacen mucho más fácil llegar a una explicación un poco más densa. la primera
diferencia está en el objeto de estudio. Para la tradicional es la política, como un todo, ya que
es la política la que se interesa por el Estado, versus la nueva historia que se preocupa por
cualquier acción humana, ya que todo tiene un comienzo y una historia, lo que servirá para
unir las partes y generar un relato más amplio y por supuesto más riguroso. La segunda
diferencia referente a la forma, para la tradicional es una narración de acontecimientos, para
la nueva historia es el análisis de estructuras. Con respecto a la visión del historiador, para la
tradicional es vista desde arriba (grandes personajes), para la nueva historia es vista desde
abajo (personas corrientes). Lo que respecta a las fuentes, la tradicional se basa en
documentos oficiales, del Estado, mientras que la nueva historia los documentos oficiales
son limitados y es necesario implementar otras fuentes al estudio. Referente al análisis la
historia tradicional intenta explicar las causas de los acontecimientos de forma esquemática
y separada, mientras que la nueva historia reniega el modelo tradicional, ya que no integra,
por lo tanto, promueve a la problematización de la historia y las estructuras. Pasando al
problema de la objetividad, para la historia tradicional la historia es objetiva, sin embargo,
para la nueva historia esto es imposible, ya que siempre hay algo de subjetividad en el acto
de escribir historia, y por último con respecto a la profesionalización de la disciplina, la
historia tradicional fue la que entregó el profesionalismo a los historiadores. Hoy en día para
la nueva historia, casi todos los historiadores son profesionales, sin embargo existe un detalle,
de que los historiadores actuales comparten con las demás ciencias sociales, acercándonos a
las ciencias auxiliares por lo que se mueven por las ciencias sociales tomando y aportando al
conocimiento.
2. Problemas de definición. El autor argumenta los problemas de definición porque los
nuevos historiadores se están introduciendo en un territorio desconocido, esto pasa porque
comienzan con una especie de imagen en negativo de lo que buscan. en este sentido ¿cómo
encontrar una metodología que abarque todos los aspectos de la nueva historia? La historia
desde abajo presenta una solución, empero genera sus propios problemas. En contextos
distintos su significado cambia, lo que el impacto del relativismo cultural resulta inevitable.
El autor deja una ventana abierta, “el reto planteado por el historiador es mostrar como el
relaciona la vida cotidiana con los grandes sucesos” En este sentido el problema de la
definición en la nueva historia es un poco complejo, pero se espero —escribe el autor— que
algún día se encuentra la forma metodológica de compactar las diferentes formas de
conocimiento histórico para lograr una mejor interpretación de la historia. Se debe recalcar
que Peter Burke no está haciendo un juicio acerca del problema de definición y sepultando
la nueva historia, lo que podríamos hacer una lectura mas minuciosa, es la preocupación de
poder resolver estos problemas mediante el estudio de las nuevas generaciones de
historiadores.
Ideas secundarias.
2 ¿hasta qué punto es nueva la nueva historia? Para aclarar esta idea es muy primordial
entender que lo que el autor trata de explicar con esta interrogante y el desarrollo de la
pregunta tiene dos dimensiones. En un minuto se pensó en que la nueva historia era un
concepto casi propio de la escuela francesa “los annales”. Sin embargo, se fue entendiendo
como un proceso normal en la historiografía, de buscar una modalidad acorde con las
necesidades del tiempo histórico, ya que coloca como ejemplo desde el mismo Polibio con
querer generar un cambio sustancial ya que denunciaba ha “algunos de sus colegas como
meros retóricos”. En este sentido, respondería a la necesidad que el historiador tiene de
adecuarse para así trabajar en su oficio como un investigador riguroso que enfoca su ojo de
detective a todos los vestigios humanos.
5. Historia del postmodernismo. Ese un movimiento cultural que ha sido adoptado en otras
disciplinas más fácilmente que en la historia, lo cual los historiadores se niegan a aceptarla.
En el ámbito historiográfico del postmodernismo, rechazan el método de los historiadores
tradicionales por el concepto de verdad en la historia, y describir lo que realmente sucedió.
También reaccionan con los determinismos, como por ejemplo el marxismo o el
determinismo social, por la fragilidad y la inestabilidad de lo que solía denominarse como
realidad social. Con respecto a el objeto de estudio, y en contraposición de los tradicionalistas
que se les acusa de hacer una historia triunfalista del hombre blanco europeo, los
postmodernos proponen una historia descentralizada, esto quiere decir que tengan lugar otros
grupos sociales, como los oprimidos, los subordinados o como Gramsci denominaba
“subalternos”. Y otro aspecto característico de los postmodernos, es que argumentan que la
historiografía es una especie de ficción, y que los historiadores construyen los hechos, no son
sacados con alguna fórmula mágica, sino son construcciones de relatos.
Sobre las fuentes. En el capitulo se demuestra un gran conocimiento por las tendencias
historiográficas y sus modos de comprender y analizar la historia, asimismo el autor utiliza
las publicaciones de las tendencias como fuentes, ya que cada ejemplo que utiliza está
describiendo el contenido de la obra, la forma como se escribe y por supuesto, el enfoque
que le entrega a la investigación. Se puede entonces entender como una revisión exhaustiva
por comprender y dar a conocer las diferencias de la historiografía, lo cual queda muy clara
a la hora de querer repasar y comprender hacia donde iba la explicación. Peter Burke solo
entrega los antecedentes de estas tres formas de ver el conocimiento histórico, sin embargo,
manifiesta algunos postulados del marxismo, lo cual no fue más allá de la mera utilización
de un ejemplo, y según lo que conocemos en historiografía, el marxismo le entregó de forma
desinteresada a la historia algunas herramientas que hasta hoy en día se utilizan.
Por otro lado, la utilización de fuentes para explicar por ejemplo en el caso de la nueva
historia, la fotografía, la pintura fue muy útil para su comprensión y aplicación a la hora de
querer utilizar esas fuentes.