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Aportes
Uno de los elementos protagonistas del hecho educativo lo constituye el sujeto del
conocimiento. Éste en el proceso de aprendizaje pone en juego su subjetividad al
tiempo que otras subjetividades están involucradas, como la de sus compañeros y la
del docente, en un proceso de interacción dialectico o dilemático en que se
1
Rivière, Pichon (1967) El Proceso Grupal, p. 206
establecerán vínculos entre la necesidad y la satisfacción, entre el sujeto y el objeto de
deseo.
2
Angel O. Mora, El trabajo grupal en la enseñanza, Universidad nacional Experimental de las Guayanas, Venezuela,
2006, p. 47.
3
Jorge Salvo Spinatelli, 2007, p. 6.
conocimiento); momento dilemático (subyace la resistencia al cambio, ansiedades
básicas, miedo a la pérdida y al ataque); y el tercero, el problema, donde el sujeto
puede situarse en el lugar del otro, escucharlo, permitiendo modificarse en el
interjuego dialéctico con los otros.4 Desde este marco, en un escenario educativo sería
de vital importancia atender a la trama vincular de los grupos, y las subyacentes
necesidades motoras y las consecuentes gratificaciones o frustraciones. Esta tensión
que se da entre necesidad y satisfacción al interior de los sujeto y del grupo, y mientras
las fuentes de gratificación se encuentran en el exterior, el sujeto y el grupo se
relacionará con él (mundo-exterior, objeto de conocimiento) con el fin de conseguir la
satisfacción. En términos freudianos esa tensión motora sería el deseo.
4
Ídem, p. 7.
5
Sigmund Freud, El Malestar en la Cultura, 1930, p. 5.
establece una continuidad y profundiza, aunque aclara que Freud “pese a percibir la
falacia de la oposición dilemática entre psicología individual y psicología colectiva, su
apego a la "mitología" del psicoanálisis, la teoría instintivista y el desconocimiento de
la dimensión ecológica le impidieron formularse lo vislumbrado, esto es, que toda
psicología, en un sentido estricto, es social.”6
Es sobre la base de los aportes freudianos, tales como las nociones de inconsciente,
sujeto, pulsión, identificaciones, ley y deseo y las relaciones dialécticas de estas
nociones que Pichón Riveière busca el entrecruzamiento con las dinámicas de grupos y
sus potencialidades transformadoras; que a su vez nos permiten pensar el
entrecruzamiento con el hecho educativo, en el que el sujeto de conocimiento
atravesará por procesos similares; y en este punto el psicoanálisis aporta la nueva
variable del inconsciente poniendo en tensión al supuesto de ubicar a la consciencia
como única y prístina instancia de conocimiento. Esto en el hecho educativo es de vital
importancia para propiciar aprendizajes verdaderamente significativos y eficaces, ya
que las tensiones inherentes al proceso de aprendizaje pueden producir displacer y
como señala Freud el sujeto tiende siempre a evitar el displacer, lo que provocaría
dificultades o resistencias en el aprendizaje escolar; y este escenario conflictivo
sucederá ya que como apunta Melanie Klein (1923) “Al comenzar la escuela, el niño
sale del ambiente que ha construido la base para sus fijaciones y formación de
complejos, y se encuentra frente a nuevos objetos y actividades en las cuales debe
ahora poner a prueba la motilidad de su libido”
6
Rivière, Pichon (1967) El Proceso Grupal, p. 43.
Nuestra amnesia infantil es una prueba de cuán extraños a ello hemos llegado a ser. El
psicoanálisis ha descubierto los deseos, productos mentales y procesos evolutivos de la
infancia”; y agrega que el psicoanálisis “puede enseñar cuán valiosas aportaciones
proporcionan estos instintos del niño a la formación del carácter cuando no sucumben
a la represión, sino que son desviados por medio del proceso llamado sublimación, de
sus fines primitivos y dirigidos hacia otros más valiosos. Nuestras mejores virtudes han
nacido, en calidad de reacciones y sublimaciones, sobre el terreno de las peores
disposiciones.”7
Bibliografía
Rivière, Pichon , El Proceso Grupal, 1967.
Jorge Salvo Spinatelli, 2007
Sigmund Freud, El Malestar en la Cultura, 1930
7
Sigmund, Freud, Esquema del Psicoanálisis, Buenos Aires, Amorrortu, p. 129.