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Escuela Normal Superior “Osvaldo Magnasco”

2° Año Profesorado de Educación Secundaria en Historia.

Seminario: Historia de las ideas II.

Profesor: Pablo Rourich.

Alumna: Aguiar Florencia.

Tema: Immanuel Kant.

Filosofía de la historia.

Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?

El filósofo Immanuel Kant nació en 1724 y murió en 1804 en Könisberg. De familia muy
humilde, recibió una educación moral y religiosa muy estricta. Se desempeñó como
preceptor, antes de ser profesor universitario y bibliotecario.

El pensamiento kantiano constituye la culminación de la Modernidad. El período


propiamente “crítico” de la filosofía de Kant comienza en 1770, cuando pública su
Disertación, para luego publicar Crítica de la razón pura; Crítica de la razón práctica; y
Crítica del juicio.

En los últimos años de su vida escribió varios textos breves en los que aborda la filosofías
de la historia y del Estado, entre ellos se encuentra: “Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la
Ilustración?”

La ilustración consiste en el hecho por el cual el hombre sale de la minoría de edad. La


minoría edad es la incapacidad de servirse del propio entendimiento, uno mismo es culpable
de esto por la falta de decisión.

Según Kant, la mayoría de los hombres permanecen con gusto bajo la conducción de otro,
debido a la pereza y comodidad, no necesita del propio esfuerzo “con solo pagar no tengo
necesidad de pensar”.
Los tutores muestran a los hombres que la mayoría de edad es peligrosa, pero en realidad
no es así; por lo que a cada hombre individual le es difícil salir de la minoría de edad
(naturaleza). Son pocos los que con esfuerzo del propio espíritu logran salir de este estado.

Kant sostiene que es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se lo deje en
libertad, luego de rechazar la minoría de edad, ensancharán el espíritu de una estimación
racional del propio valor y de la vocación que todo hombre tiene: la de pensar por sí mismo.

Algunos son incapaces por sí mismo a la ilustración, y terminan bajo una sublevación y
quizás solo por una revolución se pueda salir de ese estado, pero por éste camino no se logrará
la verdadera reforma del modo de pensar, solo se exige libertad, la libertad de hacer un uso
público de la propia razón.

El uso público de la razón siempre debe ser libre y es el único que puede procurar la
ilustración de los hombres, en cambio el uso privado de la razón es limitado. El uso público
de la razón es aquel que hace alguien de ella en cuanto docto ante el gran público del mundo
de los lectores. El uso privado de la razón es la utilización que le es permitido hacer a un
hombre en un determinado puesto civil o función pública. En muchas ocupaciones son
necesarios ciertos mecanismos donde se deben comportar de modo pasivo y adecuado. No
está permitido razonar, se necesita obedecer. Pero si se dirige a un público en sentido propio
puede razonar sobre todo, sin que por ello afecte su rol, con ideas cuidadosamente
examinadas y bien intencionadas. Por ejemplo, el uso que un predicador hace de su razón
ante la comunidad es meramente privado, puesto que dicha comunidad solo constituye una
reunión familiar. El sacerdote goza de un ilimitado uso público de la razón, pero hay que
tener en cuenta que lo que dice la iglesia no puede ser puesto en duda por nadie, lo que hace
imposible ampliar conocimientos, purificar errores y promover la ilustración. Es como un
crimen contra la naturaleza humana, cuya determinación originaria consiste en progresar; por
lo que significa violar y pisotear los sagrados derechos de la humanidad.

Kant se hace una pregunta, ¿vivimos en una época ilustrada? A lo que responde, no, pero
vivimos en una época de ilustración. Falta mucho para que la totalidad de los hombres sean
capaces de servirse bien y con seguridad del propio entendimiento sin acudir a una extraña
conducción.

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