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Titulo: Casa de la Amistad. Paseo # 406 /17 y 19.

Amistad House. Paseo # 406 /17 y 19.


Autores: Claudia Rodríguez
Yoser Martínez
Resumen
Introducción
En el siglo XX la sociedad cubana vio nacer a la pareja que marcaría los corazones
de todos aquellos que llegaron a conocerla y de los que décadas después escucharían
su historia plagada de dificultades pero también de un infinito amor. Catalina Lasa y
Juan Pedro Baró son los protagonistas de una de las más populares leyendas
románticas que hoy conocemos.
Catalina Lasa del Río Noriega, natural de Cárdenas Matanzas, se dice fue una de las
mujeres más hermosas de la época, por lo que se destacó en salones de la alta
aristocracia habanera y ganó los principales concursos de belleza en los años 1902 y
1904.
Juan Pedro Baró, era un riquísimo hacendado matancero propietario de varios
ingenios, que también heredó de su padre, José Baró Blanxard, inmensas riquezas
provenientes del negocio de la trata esclava.
Al momento de conocerse ambos ya habían contraído matrimonio, de ahí el
escándalo de que es objeto su relación. Catalina contrajo sus primeras nupcias con
Luis Estévez Abreu, hijo de la patriota Marta Abreu y Luis Estévez Romero, primer
vicepresidente de la República de Cuba; dicho matrimonio concibió tres criaturas;
Don Luis Gregorio, Doña Marta Rosa Josefa y Don Pedro Nolasco Juan Estévez y de
Lasa. Por su parte, Juan Pedro contrajo casamiento con Rosa Varona y González del
Valle en 1882; con la cual tuvo dos hijos, Don Juan Pedro y Doña María de la
Concepción Pedro y Varona.
No es posible señalar acertadamente el lugar y el momento especifico en que se
conocieron, se especula sobre el tema, pero lo que sí puede afirmarse es que el amor
que nació entre ambos los llevó a unirse sin importar las consecuencias de tal
desición. Ante el rechazo social, la pareja emprendió un exilio amoroso hasta Europa,
y en 1917 se entrevistaron en el Vaticano con el papa Benedicto XV, que les concedió
la anulación del matrimonio de ella. Posteriormente se casaron en Estados Unidos.
En el propio año el presidente de la República Mario García Menocal, amigo del
matrimonio, aprueba la Ley de Divorcio y entonces regresan a la amada Patria. Es
aquí donde el adinerado esposo se da a la tarea de sorprender a Catalina con un
regalo impresionante, encomienda a los reconocidos arquitectos Evelio Govantes y
Félix Cabarrocas edificar el palacio donde vivirían él y su amada esposa.
En poco tiempo se alzó una residencia soberbia, pionera en cuanto al uso del estilo
Art Decó en la decoracion interior en el país. Precisamente sobre este maravilloso
ejemplar de la arquitectura cubana del siglo XX tratará esta investigación.

Evolución histórica
A cargo de la importante firma de arquitectos Govantes y Cabarrocas se comenzó a
edificar alrededor del año 1922 de forma anónima la monumental residencia en el
número ciento setenta de la calle Paseo, en el reparto Carmelo. Comentan, que
algunas personas pasaban diariamente contemplando las obras, sin que jamás
trascendiera la información de quiénes eran los dueños que se instalarían en el
inmueble cuando este estuviese terminado.
El secreto de quién estaba detrás se develó unas semanas antes de la inauguracion,
para la cual Baró mandó a diseñar al gran cristalero y joyero francés René Lalique,
de quien era generoso mecenas, una joya única como regalo a cada uno de los
invitados, acompañado además de cuadros de famosos pintores cubanos que serian
enviadas con las invitaciones de la celebración.
A pesar de que la residencia fue terminada en 1927, no es sino hasta 1940 que se
inscribe en el Registro de Propiedad, como consta en el archivo.
Está compuesta por una parcela de terreno formada por los solares 7, 8, 9, 10, 11 y
12 de la manzana 78; reparto Carmelo, barrio del Vedado entre 17 y 19, limitando la
manzana la calle 2.
Las dimensiones de la edificación son por la calle Paseo 100m, por derecha con la
calle 19 serán 50m, y por la calle 17 otros 50m; la superficie total es de 5000 m².
En esta parcela se construyó una casa de ladrillos con techos monolíticos y pisos de
mármol. Cuenta con dos plantas, sótano y algunas edificaciones en la azotea. El
sótano está formado por cuatro cuartos para empleados, un baño, garaje, un cuarto de
bombas y uno de desahogo.
La planta baja se compone de portal, hall de entrada, biblioteca, sala, comedor,
pantry, cocina y comedor de empleados.
La planta alta está integrada por dos dormitorios grandes, uno pequeño, tres baños,
dos cuartos pequeños para vestir y un cuarto para lencería; además de un cuarto para
empleados y un baño.
Al fallecimiento de Catalina a causa de una penosa enfermedad, Baró no quiso
habitar más la casa, pero tampoco venderla, y la alquiló a un canadiense. Luego de su
muerte, ocurrida diez años después, se conoce que la hija de este, quien residía en
París, prestó o arrendó el inmueble al consulado francés hasta 1957. Luego del
triunfo revolucionario el gobierno la entregó a la Sociedad de Amistad Cuba-URSS,
paralelamente al proceso de desintegración de la URSS la casa fue utilizada como
oficinas del ICAP para atender a diferentes aéreas geográficas del mundo. A partir de
1993 y hasta principios de 1995 se mantuvo cerrada para su restauración. Es el 2 de
mayo de 1995 que oficialmente se inaugura como Casa de la Amistad.

Descripción del inmueble


En el transcurso del tiempo y debido a las varias funciones a que ha sido destinada y
sus distintos propietarios, la edificación ha sufrido diversas modificaciones y
alteraciones que sin lugar a dudas han transformado parte de su imagen y estilo
original. Al recorrer su interior se observar que esto ha tenido lugar principalmente
en el piso superior donde están localizadas las oficinas de los trabajadores del
instituto al cual pertenece actualmente el inmueble. Se han levantado paredes
divisorias dentro de lo que eran los dos dormitorios principales, pequeñas áreas se
han convertido en closets, hay losas de piso reemplazadas, instalaciones eléctricas
mal colocadas que afectan las paredes y la integridad de los mármoles, también se
han rediseñado espacios como es el caso de los jardines. Estos son de manera general
algunos de los cambios apreciados durante la inspección del inmueble, sin embargo
en las demás partes de la residencia en que se encuentran las oficinas de dirección a
las que no se tiene acceso es seguro existan algunos más.
No se ha podido constatar mediante documentos u otras fuentes a partir de cuándo
comenzaron a ejecutarse las reformas en el lugar, si fue a partir de que perteneciera al
Consulado de Francia de donde salió esto y agregarlo arriba donde dice las cosas que
fue o posteriormente con el triunfo de la Revolución. Lo que si se confirmó con las
fuentes bibliográficas es que Fernando López fue el arquitecto que dirigió la
restauración realizada en el inmueble después del Triunfo de la Revolución.
Además de las transformaciones anteriormente expuestas, el deterioro que presenta el
inmueble es evidente, producto tanto del desinterés o desconocimiento como por la
falta de recursos económicos.
La edificación fue concebida como una mezcla de los estilos Renacimiento
Florentino y Art Déco, este último lanzado apenas dos años antes en la Exposición de
París y muy de moda en Europa.
Ciertamente resultó obra evidentemente novedosa en la arquitectura cubana y con
respecto a su suntuosidad es prácticamente insuperada. La concepción de sus
espacios es sencilla, rememora la grandeza de las salas hipóstilas de los templos
egipcios, la exuberancia radica en la rareza y el costo de los materiales que se usaron
en su construcción.
Reciben a los visitantes escalinatas exteriores de mármol rojo Languedoc y en el
interior se utilizaron mármoles italianos raros, como el Port Oro y el Giallo di Siena.
Todas las rejas son de hierro forjado de la casa francesa Baguez y la arena usada en
los revestimientos fue traída de las riberas del Nilo. Los trabajos de estucado de los
techos fueron realizados por la casa “Dominique” de Francia, quien envió su
personal a Cuba para la realización de los trabajos específicamente.
A la entrada en la primera escalinata, se encuentra una pareja de leones y decoran la
puerta principal dos grandes columnas de terracota con capiteles dóricos. Después de
la entrada hay un gran recibidor y el vestíbulo que da acceso a la escalera, cuyos
pisos son de mármoles italianos y forman pirámides truncas y rectángulos con
cuadrados negros. El recibidor tiene puertas de caoba que comunican a la izquierda
con la biblioteca, y a la derecha con el comedor. El comedor, tiene estanterías
empotradas para la vajilla y un juego de mesa para doce comensales diseñado por el
hijo mayor de Catalina en el más puro estilo Art Decó; una doble puerta corrediza de
cristal da paso a una terraza que se abre sobre el jardín veneciano.
Una inmensa escalera helicoidal con pasamano laminado de plata se encuentra a un
costado del vestíbulo, y exactamente a la mitad de la misma se alza un gran vitral
elaborado con fondos de copas de cristales de Bacará, diseñado por la casa
Billancourt de París, con los escudos de armas del doble título nobiliario ostentado
por los Baró.
En la planta baja está el famoso Portal del Sol, pequeña estancia abierta al aire libre y
rodeada de vegetación, que se usaba como sala de estar; en su centro brotaba una
fuente de mármol gris con piso de cerámica vidriada.
En el piso alto se encontraban los dormitorios de Juan Pedro y Catalina,
comunicados por un pasillo muy íntimo. El de ella con pisos de mármol gris, y el de
él con piso de mármol alternando cuadros blancos y negros y paredes revestidas de
caoba.
El urbanista frances Jean Forestier proyecto la jardinería de la casa y fue realizada
por la casa Lemón Legriñá y Compañía.

Análisis de la información empleada. Fuentes consultadas y aporte de cada una.


Para el trabajo fue necesaria la implementación de varios métodos de búsqueda de
información, se revisaron fuentes primarias y secundarias, fue necesaria la
realización de entrevistas, la investigación en libros, revistas, periódicos, documentos
digitales, paginas web, entre otros.
Se comenzó con la visita al inmueble y la toma de fotografías; que permitió observar
la situación constructiva que presenta el mismo.
La entrevista con el personal de la institución arrojó la existencia de un archivo
fotográfico con algunas imágenes antiguas de la casa y sus propietarios, así como
páginas de periódicos antiguos, artículos que hacían referencia al inmueble; un
estudio realizado por estudiantes de la Facultad de Economía de la Universidad de La
Habana que no fue de mucha ayuda, pues su finalidad era una propuesta para mejorar
la recepción de ganancias de la institución tema no afín con el nuestro.
Se realizó una búsqueda en Internet que nos dio una idea de lo que respecto al tema
hoy se conoce. Fueron hallados varios artículos que en su mayoría se refieren a la
trama desde la mirada del romanticismo que rodeó a la pareja y solo dos tenían como
temática fundamental la casa, fue posible hallar de ellos la fuente primaria. Además
pudimos conocer de otras obras sobre la temática que nos concierne, como es el caso
de un documental realizado por los alumnos de la escuela Internacional de Cine de
San Antonio de los Baños y de dos obras literarias, la primera de Mario Coyula
nombrada Catalina del 2011 y la otra de Rosa Ileana Boudet, Una rosa para
Catalina Lasa; ambas tratan de modo ficticio el asunto, aunque la primera tiene una
base histórica más fuerte y la segunda es más romántica, esta fue llevada al teatro. De
igual modo se revisó la página web de Javier de Castromori, hoy residente en España
y animador del blog Memorandum Vitae; este posee un conocimiento un tanto más
abarcador sobre el tema además de datos hasta entonces inéditos e imágenes no muy
difundidas, con un libro en proceso.
Revisar en que persona se está hablando debe ser impersonal
Cotejando las imágenes tomadas del inmueble con las de la época, recopiladas de
Internet y las aportadas por la administración de la institución actual, se observaron
varias discrepancias. En una acuarela antigua y en otras dos fotos ya muy
deterioradas proporcionadas por la entidad, no aparecen representadas las estatuas de
los leones que hoy nos reciben. Con respecto a ello se formularon preguntas y nadie
tiene idea de su origen, ni en qué momento llegaron aquí; lo que nos advierte de su
no originalidad, pero hoy es muestra de la evolución histórica del inmueble.
Por otra parte es posible leer en una fotografía una nota de encabezamiento que dice:
Ciclón del 20 de octubre de 1926. Casa de J.P. Baró
En esta imagen se muestra la casa que ya se encontraba parcialmente terminada y no
decimos totalmente por el hecho del apuntalamiento que presentan algunos
elementos exteriores, solo en la segunda planta y que sugieren haber sido colocados
para soportar los embates de los vientos en puntos que estuviesen recién terminados,
como las cornisas y las platabandas.
Se visitó el Registro de la Propiedad de Plaza, sito en Basarrata entre San Miguel y
San Rafael. En este fue posible obtener la numeración antigua del inmueble, la
descripción del mismo y otros datos abonados por un receptor histórico, la hija de
Pedro Baró. Además la lectura del expediente permitió constatar que hasta 1940 que
se redacta el acta, no se había inscrito la casa, pues el propietario nunca se ocupó de
ello, y pasan a ser este y uno posterior, que refiere la intención de división de bienes
entre hermana y hermano, los únicos existentes en el Registro.
El próximo paso en la investigación fue la consulta en el Instituto de Planificación
Física (IPF). En estas oficinas no fue posible hallar ninguna información, dado el
hecho de que el expediente del inmueble fue sustraído de la misma y permanece
extraviado; hecho ocurrido hace algunos años y del que no consta ninguna
inscripción o dato del sustractor. El incidente trajo aparejado problemas para el
desarrollo del trabajo, pues es este un instrumento de consulta fundamental para la
realización de este tipo de investigación. En este punto se planteo la hipótesis de que
los documentos revisados en el Registro de la Propiedad pudiesen ser los únicos
documentos primarios que son posibles consultar del inmueble, no que existan pues
aún faltaría por esclarecer el destino final del sustraído y algunas otras revisiones
podrían otorgar otros resultados.
Como parte de la búsqueda se llevaron a cabo consultas en el Archivo Nacional. Se
comenzó la investigación por los fondos de Hacienda, Antigua Notaría de Hipoteca,
Escribanía (Valerio, Galetti, Guerra), Protocolo Notarial, Reales Cédulas, Gobierno
Superior Civil, Obras Públicas, Fondo de Urbanismo y Licencia de Fábricas,
buscando en ellos la huella de cualquier trámite oficial relacionado con las labores de
compra de los terrenos, fabricación o litigios de los que debió ser objeto el inmueble.
Sin olvidar el hecho de que el expediente de arquitectura del IPF que debía hallarse
allí no existe. No se encontró nueva documentación referente a la propiedad ni a sus
propietarios, lo cual demuestra la hipótesis que surgiese anteriormente, donde se
refería la posibilidad de que lo recogido en el Registro de la Propiedad fuesen los
únicos documentos primarios que quedan del inmueble.
En este centro fue consultado el fondo de la revista Fígaro correspondiente al año
1927, que se halla en la biblioteca de la institución, por la importancia de esta en el
ámbito social de la época. La fecha escogida como término e inauguración de la obra
es 1927, a pesar de que existe una discrepancia entre un sinfín de artículos, pero
basamos la acogida de esta en el acta notarial hallada en el Registro único documento
primario existente. Debido al mal estado de algunos documentos, a la no presencia
física de los volúmenes de algunas revistas no fue posible revisar un vasto número de
la colección. Un problema determinante lo constituyó el desconocimiento de al
menos el mes en que se inauguró el inmueble, lo cual posibilitaría realizar una
búsqueda más específica y que no permitió el hallazgo de alguna referencia en la
prensa escrita de la época de la inauguración de la casa que debió constituir
acontecimiento para la sociedad burguesa del momento.
Pensar en colocar un párrafo hablando de la importancia y los logros de este
matrimonio

Valoración del monumento. Criterios sobre los valores del monumento y


recomendaciones sobre su conservación y funciones en un futuro.
Por todo lo antes planteado es válido afirmar que este inmueble es poseedor de valores
que lo hacen excepcional. Su antigüedad es innegable, hecho que es apoyado por sus 86
años, casi a las puertas de un siglo de existencia, lo que lo convierte en una edificación
que rememorara épocas y estilos pasados. Su valor histórico y testimonial nos refiere su
importancia por los sucesos que entorno a él se han suscitado, las personalidades que lo
han ocupado y toda la historia que de una u otra forma lo envuelven.
De gran valor arquitectónico por considerarse esta edificación como un documento
insustituible capaz de reflejar un momento específico de la evolución histórica de la
arquitectura, pues es la primera obra realizada en el país con la influencia del estilo Art
Decó, que había tenido su muestra en la Exposición Universal de Artes Decorativas e
Industriales Modernas, en París, 1925. Además en su factura tenemos el nombre de
diversos personajes que marcaron la historia de la arquitectura cubana y de las artes
decorativas a nivel internacional, como los arquitectos Govantes y Cabarrocas, el
afamado cristalero y joyero René Lalique, el urbanista frances Jean Forestier que
diseñara los jardines, la casa Lemón Legriñá y Compañía que ejecutó la jardinería, la
casa Billancourt de París que concibiera algunos de los vitrales, la casa “Dominique” de
Francia que llevo a cabo los estucados , la casa francesa Baguez que fundió la herrería y
otros no tan afamados que intervinieron en la ejecución de esta maravilla arquitectónica.
Todos los elementos encargados para la residencia (la decoración interior, la vidriería, la
herrería y la jardinería) presentan un valor artístico indudable. La vivienda establece una
relación de equilibrio con el medio que la circunda y es poseedora de una estética sin
igual. Asimismo su valor de uso, su funcionalidad hacen que sea esencial su
conservación por su interés cultural, histórico y social para la localidad.
El monumento en cuestión está seriamente expuesto a una serie de daños y deterioros
que perjudican su integridad, estos están ligados a las condiciones ambientales, los
efectos del envejecimiento, las mismas transformaciones o modificaciones de las que ha
sido objeto, los desperfectos en las terminaciones y por supuesto a un mantenimiento
deficiente o nulo. Por ello se hace preciso que equipos de profesionales se encarguen de
efectuar un diagnóstico integral para establecer el estado general de conservación del
edificio. A simple vista se pueden apreciar ciertas lesiones en sus elementos pétreos
como manchas de humedad, proliferación de hongos, moho o decoloración; hay grietas
en los muros, humedad por filtraciones, entre otros. Todos estos problemas, unidos a
una mala explotación y conservación conducen inevitablemente a una necesaria
intervención.
Es recomendable emprender labores de conservación con el fin de proteger y preservar
el inmueble, estas labores incluyen la conservación preventiva para evitar o minimizar
futuros deterioros o pérdidas, la conservación curativa para detener los procesos dañinos
presentes o reforzar su estructura y la restauración, la cual debe fundamentarse en el
respeto hacia los elementos antiguos, las partes originales de la edificación, pero de
igual modo llegando a una concepción respecto a elementos del devenir histórico del
inmueble y que hoy constituyen parte del mismo.
Como se ha explicado previamente el sitio es en la actualidad la Casa de la Amistad, un
centro que ofrece servicios de restaurante, bar, cafetería; también la instalación alquila
sus salones para reuniones, conferencias, recepciones, cenas de negocios y sus jardines
se ponen a disposición para fiestas y cumpleaños.
Sin menospreciar las funciones anteriores y la actual, pudiera proponerse este inmueble
como un futuro Palacio de Matrimonios, debido a las circunstancias en que fue
concebido y a la leyenda que encierra y aún perdura al paso de los años.

Conclusiones:
El trabajo versó su labor en la compilación de información sobre la edificación cita en
Paseo 406 y una selección que permitió separar toda la documentación existente, pues
en su mayoría los datos conocidos corresponden a la historia amorosa y la mítica que
rodea a la pareja propietaria del inmueble en sus orígenes. La búsqueda de información
nos condujo a descubrir faltantes en la documentación que debía existir, por la
extracción de la misma de sus depósitos pertinentes.
Otra problemática que hubo de ser enfrentada fue la ocasionada por la actuación del
dueño original de la propiedad Juan Pedro Baró, quien al parecer no fue muy dado a los
trámites legales, que tantos problemas le causaron, dejando el inmueble como un
monumento sin sombras. Luego de la muerte de su esposa y de la marcha de la familia
al exterior la poca información existente marchó con ellos y hoy son escasas las pruebas
documentales existentes y accesibles.
Con las consultas logradas fue posible componer una completa descripción del
inmueble. Además de realizar una valoración del mismo y aportar recomendaciones
sobre su conservación y funciones futuras en modo de posibilidades.
Es posible tomar a partir de los resultados de la investigación como fecha terminal de la
obra los finales de 1926 y principios de 1927, y este como el año de su inauguración. Se
concluye que las dos esculturas de leones que hoy adornan la entrada de la casa no
fueron colocadas como parte de la decoración inicial y que son un agrego posterior.
Algunos elementos dispersos como el hecho de que fuese Juan Pedro Baró el mecenas
del afamado cristalero René Lalique, explicaria la singular participación del mismo en
las obras de la casa.
El trabajo fue de gran provecho debido al nivel de recopilación de información que
pudo lograrse, a los descubrimientos que se obtuvieron y a los puntos que se esclarecen.
Pone a disposición un material de referencia que muestra y valoriza el inmueble,
defendiendo su importancia y lugar en la historia de la sociedad habanera del pasado
siglo.
Bibliografía
Fuentes Escritas
-Guía de Arquitectura de La Habana.
- Rodríguez, Eduardo L. (1998). La Habana, Arquitectura del siglo XX.
-Toraya, L. J. (2001). 500 Años de Construcciones en Cuba. La Habana:
Chavín,Servicios Gráficos y Editoriales, S.L.
http://arquitectura-cuba.blogspot.com/2009/11/casa-en-el-vedado-i-govantes-y.html
http://www.ecured.cu/index.php/Catalina_Lasa#Historia_de_amor
http://fcmfajardo.sld.cu/efemerides/abril/curiosidades/amantes_del_vedado.pdf
http://www.soycubano.com/index.php?
option=com_content&view=article&id=302%3Acatalina-laza-y-juan-pedro-baro-
una-historia-de-amor-en-la-habana&catid=44%3Acultura-
general&Itemid=81&lang=es
Fuentes Orales
-Administradora de la Casa de La Amistad.

Anexos
Sección 5ta del antiguo registro de propiedad No. 1 Tomo: 28 Folio: 64
Manzana: 78 Finca No. 553
Reparto: Carmelo
Dirección antigua: Paseo # 170 /17 y 19
Dirección actual: Paseo # 406 /17 y 19
Terminada en 1927.
Se inscribió en 1940.

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