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TIPOS DE LIDERAZGO

1. Liderazgo natural
Se dice que es ese líder que
no es reconocido como tal con
un título pero que representa
ese “rol” a la perfección. Tanto
es así, que nadie lo cuestiona
sino que se toman sus
recomendaciones y guías
como algo que hay que
cumplir. Gracias a su buen
hacer y el día a día se
convierten en los líderes
naturales del equipo.
Son personas que ejercen un tipo de liderazgo muy apreciado por el grupo y más
que aceptado.
2. Liderazgo autoritario – autocrático
Como su propio nombre indica se basa en la autoridad del supuesto líder, y decimos
supuesto porque una figura así, a la cual no se le discute ninguna de sus decisiones
simplemente por el cargo que ostenta es más parecido a la figura del antiguo jefe
autoritario que a un líder actual.
En este tipo de liderazgo está marcado por la falta de libertad comunicacional y de
movimientos en el grupo. Todo recae sobre el líder (el triunfo de los buenos actos),
y también la responsabilidad de los errores (aunque en este caso suele derivarla
sobre los empleados).

3. Liderazgo carismático
Es el más común o habitual de encontrar en las organizaciones actuales. El
liderazgo carismático también es uno de los más reconocidos dentro de las
organizaciones, y es que genera y trabaja mucho sobre sentimientos y sensaciones
positivas dentro del grupo.
Tiene una fuerte personalidad, pero no imperativa sino constructiva, y todo gira en
torno a este líder lo que puede traer la contraindicación de que si el líder desaparece
(porque se marcha de la empresa), la estructura se tambalea incluso hasta caer.
4. Liderazgo participativo – democrático
En este tipo de liderazgo, como su propio nombre indica, todos participan, y es un
tipo de relación muy saludable porque todos los miembros del grupo aportan sus
puntos de vista e intervienen en las decisiones a tomar.
Hay una colaboración activa por parte de todos los integrantes y el líder es un
modelo de referencia, así como de admiración, pero todos se sienten libres de
participar en igualdad de condiciones.
La premisa más importante es que hay un diálogo constante entre todos que
favorece la consecución de los objetivos marcados y por ende, a la empresa.
5. Liderazgo liberal - “laissez-faire”
Dejar hacer o dejar que pasen (las cosas) sería la traducción real de esta frase en
francés. Y es que en este tipo de liderazgo, lo primordial es la absoluta libertad de
todos los “subordinados” en cuanto a la toma de decisiones se refiere. Cada uno
puede hacer y decidir lo que considere oportuno, y la función del líder es la de
proveer de recursos y herramientas. Esto ocurre porque el líder así lo considera
oportuno dado el perfil de colaboradores con los que cuenta (personas muy
autónomas e independientes, perfectamente capacitadas para tomar decisiones).
El problema de este tipo de liderazgo es que tiene que estar absolutamente
convencido de que los miembros del equipo poseen dichas destrezas.
6. Liderazgo transformacional – el más completo
Se considera el liderazgo más completo y es que los líderes que actúan bajo este
esquema son los llamados “auténticos líderes”, ya que trabajan desde su auténtico
poder de motivación e inspiración hacia el grupo… ¡Permanente!
Su objetivo y sus premisas son transformar, innovar y motivar al equipo, y de ahí,
crecer. Son realmente muy valorados y buscados para ocupar puestos de
responsabilidad en las organizaciones.
7. Liderazgo burocrático
Su base, la de este líder, es cumplir a rajatabla las normas de la empresa por encima
de lo que es más conveniente para el grupo o lo que cada uno necesita para poder
llegar a los objetivos marcados.
La política de la empresa es su guía más estricta, lo que conlleva a una rigidez
absoluta en el modelo de gestión. Está bien cuando se trata de decisiones
económicas o empresas, por ejemplo, con materiales peligrosos, pero hay que tener
cuidado con este liderazgo y sus consecuencias.
8. Liderazgo “pro las personas” – orientado a ellos
Lo fundamental en este tipo de liderazgo son las personas, lo que se puede sacar
de ellas, dónde pueden llegar y hasta dónde pueden crecer en la compañía con lo
que lleguen a aportar. Este líder sabrá identificar las personalidades de los
miembros de su equipo, agruparlas según necesidades y hacerlas crecer
exponencialmente.
9. Liderazgo orientado a la tarea
Este caso es el contrario al anterior ya que no priman las personas ni hacerlas
crecer, sino que lo más importante es aquello que hay que hacer, la tarea que hay
que ejecutar, y hacerla de la forma más rápida, económica y eficiente posible,
conlleve ello o no, el crecimiento de las personas y del equipo en sí mismo.
10. Liderazgo “de la curva”
Este último tipo de liderazgo nos ha gustado mucho siempre porque se basa en la
“curva de la felicidad”. Si todo funciona bien, si el equipo se siente motivado, si la
productividad es muy elevada y todo el entorno es satisfactorio es lo más parecido
a la felicidad que podemos encontrar en el trabajo, y la felicidad siempre se relaciona
con una curva. De ahí, el nombre del liderazgo de la curva.
Son liderazgos basados en construir en positivo todo lo que puede afectar al grupo,
al trabajo y al desarrollo de las labores. Son líderes muy bien cualificados y que
trabajan por el éxito del equipo.

NIVELES DE SUPERVISION

Supervisión en el ámbito comunitario:

En este nivel tienen lugar la implementación y la utilización de los


beneficios del proyecto. En muchos casos, se trata de vecindarios o
localidades. En este nivel, el propósito más importante de la supervisión es
el de mejorar la implementación y la gestión de los proyectos. El interés
del conjunto de una comunidad en la supervisión de la construcción de una
escuela, por ejemplo, es asegurar que dicha construcción (resultado) se
lleve a cabo como se planificó.

Por tanto, los objetivos específicos de la supervisión en este ámbito


incluyen (a) asegurar que los proyectos se implementan a tiempo, (b) que
son de buena calidad y (c) que las aportaciones al proyecto se utilizan
adecuadamente.

La supervisión en este contexto implica:

Identificar un proyecto comunitario. Debe efectuarse de forma


participativa para que refleje las necesidades comunitarias y estimule el
interés de la gente en su implementación y supervisión.
Si el proceso de identificación de proyecto no se lleva a cabo
correctamente y no refleja los intereses de la comunidad, es poco
probable que dicha comunidad participe en las actividades de supervisión
e implementación.

Identificar el (los) equipo(s) que dirigirá(n) la supervisión. Se deben


especificar y explicar los cometidos de cada equipo, cómo deben llevar a
cabo el proceso de supervisión, la utilización y intercambio de la
información generada con otros grupos dentro y fuera de la comunidad.

Diseñar un plan de trabajo que sirva de guía de la supervisión del proyecto.


Este plan de trabajo debe especificar las actividades en el orden en que
se deben ejecutar y las personas que van a hacerlo.

Esto ayuda a la gente que supervisa a conocer las actividades que deben
llevar a cabo personas en concreto en un periodo de tiempo dado. Si las
actividades no se efectúan, los supervisores se orientan obteniendo
soluciones.

Determinar las actividades principales del plan de trabajo. Aunque todas


las actividades de este plan son necesarias y tienen que supervisarse, es
conveniente identificar las actividades más importantes en base a los
objetivos e indicadores que se establecerán.

Por ejemplo, si las actividades previas a la construcción de una escuela


incluyen movilización comunitaria, préstamo de azadas de un poblado
vecino, perforación del suelo y obtención de agua para la fabricación de
ladrillos, la actividad principal que resume todas las demás sería la
fabricación de ladrillos.

Determinar los indicadores de objetivos para cada actividad. Los


indicadores ayudan al equipo de supervisión a saber lo que se ha avanzado
en la consecución de los objetivos de cada actividad. En nuestro ejemplo,
un indicador sería el número de ladrillos elaborados.

Comparar lo que está sucediendo con lo que se planificó que se haría


durante el proceso para establecer si el proyecto cumple la agenda y se
desarrolla conforme a los planes. Los supervisores deben verificar todos
los indicadores para medir hasta qué punto han conseguido alcanzar los
objetivos. Esto conllevaría el estudio de la calidad del trabajo para
verificar que es óptima. El equipo de supervisión puede necesitar la
colaboración de un técnico, como un artesano local o un técnico de la
administración que compruebe la calidad del proyecto (si se trata de una
construcción).

El equipo de supervisión debe entonces acordar la frecuencia con la que se


va a visitar la ubicación del proyecto como medio de cotejar lo que allí
sucede. En un proyecto comunitario, estas inspecciones se deben llevar a
cabo al menos una vez por semana, para evitar grandes desviaciones del
plan de trabajo. En estas visitas, el equipo debe observar lo que sucede
(escrutar) y hablar con todos los que están implicados en el proyecto.

El equipo de supervisión tiene que identificar los objetivos de cada


actividad. Por ejemplo, el objetivos de la fabricación de ladrillos como
actividad dentro del proyecto de construcción de una escuela puede ser la
elaboración de diez mil ladrillos antes de finales de febrero.

Cada ver que se hace una inspección, estos supervisores deben registrar
por escrito sus conclusiones. Pueden utilizar un formulario adjunto al
anexo, o acordar cualquier otro tipo de formato de informe que recoja los
resultados del ejercicio en relación con el plan de trabajo. Las conclusiones
de las inspecciones deben discutirse con otros miembros del comité de
implementación. Los equipos de supervisión e implementación utilizarán la
información recabada para detectar y resolver los problemas a los que se
enfrenta el proyecto.

Los equipos de supervisión e implementación deben clasificar


adecuadamente la información para su uso en acciones futuras y para
informar a los demás interesados. Cada sitio debe contar con un archivo
que contenga las copias de los informes de la supervisión y otros
documentos relacionados con el proyecto.
Supervisión en el ámbito regional y comarcal:

Los funcionarios regionales y comarcales deben obtener información de la


supervisión comunitaria (supervisión del rendimiento en cuanto a la
conversión de las aportaciones en resultados). También tienen que
supervisar el rendimiento del proyecto (por ejemplo, el efecto de la
construcción de la escuela en el incremento de las inscripciones). La región
tiene también que supervisar el incremento en la fuerza, capacidad y poder
de la comunidad destinataria para el estímulo de su propio desarrollo.

Por lo tanto, los objetivos comprenden: apoyo de la mejora del rendimiento


del proyecto y medición de la posibilidad de aplicar la forma en la que el
proyecto se ha diseñado para el fortalecimiento comunitario. Los métodos
de supervisión que se pueden adoptar en este contexto incluyen (a)
supervisión de rutina y (b) apoyo cualitativo.

Supervisión de rutina y apoyo a la supervisión: Esto exige que el


coordinador regional del proyecto, el asistente al desarrollo comunitario y
otros miembros técnicos del personal y políticos regionales y comarcales
visiten las ubicaciones del proyecto para comparar lo que acontece con lo
que se ha planificado.

Tiene que conservarse una copia del plan de trabajo y de los informes de
supervisión en el archivo del lugar del proyecto. Esto ayudará a cualquiera
que lo desee a cotejar el progreso con el plan de trabajo, y a obtener los
comentarios del equipo de supervisión necesarios para esta comparación
sin necesidad de localizar a los miembros de este equipo que no estén
disponibles en ese momento.

Durante la supervisión de rutina, se debe conversar con todos los


implicados en la implementación y la supervisión del proyecto. Fíjese en la
forma en que cada equipo lleva a cabo sus obligaciones (como medio de
verificar el incremento de la capacidad comunitaria). Debata y registre
todos los comentarios sobre los elementos buenos y malos del proyecto.
Recomiende soluciones que manifiesten quién debe llevarlas a cabo, y los
efectos negativos financieros y retrasos que pueden afectar al proyecto
si no se aplican. En el archivo del lugar del proyecto se debe dejar una
copia, y la otra tiene que discutirse y archivarse en la sede regional.

Las comarcas y regiones tienen que organizar discusiones sobre los


progresos del proyecto al menos de forma mensual. Archive y remita
también un informe de los progresos del proyecto como parte del informe
rutinario mensual a las oficinas regional y comarcal.

Los principales factores a inspeccionar en las supervisiones de rutina


regionales y comarcales son:

 Niveles reales de contribución de la comunidad, comarca, región y


donantes (incluyendo fondos, materiales, tiempo y ayuda técnica);
Puntualidad en la implementación y calidad del proyecto
 Conformidad y responsabilidad en el uso de los recursos de la
comunidad y los donantes
 Nivel de implicación de la comunidad en el proyecto
 Compromiso y rendimiento de los comités comunitarios
 Puntualidad en el uso de la información generada a través de la
supervisión de rutina comunitaria.

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