You are on page 1of 7

GEORGES VIGARELLO, Historia de la violación (si- Son elementos heterogéneos, pero ante

glos XVI-XX). Madrid, Cátedra, 1999. todo, son la familiaridad de la violencia psíqui-
ca y la imagen de la falta y del pecado, cuya cer-
Georges Vigarello, catedrático de la Uni- tidumbre encierra a la víctima en la humillación
versidad de París-V y director de estudios de y la indignidad, la imagen de la conciencia, cuyo
l’École des Hautes Études en Sciences Sociales, análisis rudimentario en la Francia antigua no
nos sumerge, con Historia de la violación (siglos ayuda nada a ilustrar la ausencia de consenti-
XVI-XX), en el universo de la violencia francesa a miento de la víctima, y por fin, el estado de la
través de un recorrido temporal que abarca des- ciencia, cuyos elementos deficitarios respecto de
de el siglo XVI hasta nuestros días. los conocimientos actuales deben aportar las
El autor nos aproxima a la definición de la pruebas corporales y materiales.
violencia, y concretamente de las violaciones, en La respuesta jurídica que se da a la viola-
la que descubriremos su íntima relación con la ción es la repercusión, hasta cierto punto, de la
definición de sujeto en la mentalidad que cada respuesta jurídica que se da a la violencia ordi-
sociedad potencia, determinada por el momen- naria. Por ello Georges Vigarello dedica el pri-
to histórico en el que se manifiesta. mer capítulo a este paralelismo con la violencia
Nos adentramos en una impunidad casi familiar y cotidiana, porque la violación en la
teorizada por los tratados de materia penal y tra- Francia antigua es coherente con el conjunto de
ducida en fórmulas precisas, todas ellas como un universo de violencia.
equivalentes a leyes. La distancia social modula Son reiteradas las imágenes en las memo-
la escala de gravedad de los crímenes en una so- rias, en los expedientes procesales y en los parla-
ciedad de orden, que distribuye ante todo el peso mentos, de individuos tendentes a la venganza
de las violencias en función de la categoría so- inmediata, ya que el aparato procesal se figura
cial de las víctimas. lejano y flexible al mismo tiempo. La Ley no es
El cambio primordial es el tránsito de esta equiparable a la Justicia y estos instrumentos
caracterización de la persona como equivalente procesales carecen de la confianza en su equidad
a bien material, a la persona como equivalente a por parte de la mayoría de la población, que es,
MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 168

sujeto, transformación forjada en cinco siglos de por norma, la más desfavorecida.


historia. No significa por ello que en esta sociedad
El primer concepto que debemos concre- antigua la vida sea una violencia constante o que
tar es que la historia de la violación es ante todo los conflictos se resuelvan normalmente de for-
la historia de una violencia indefinida, paralela ma brutal, pues en ese caso no se podría obte-
a la historia de la sensibilidad, la que tolera o ner ningún equilibrio colectivo. También exis-
rechaza el acto. ten arreglos amistosos y acuerdos. Sin embargo
Se trata de una violencia relativamente tole- esta sociedad sostiene el paso al acto y la agresi-
rada, con denuncias poco frecuentes y alusiones vidad.
insistentes a la apropiación y la posesión de la La violencia sexual se inscribe en un siste-
víctima, manifestando esa equivalencia de la per- ma en el que la violencia reina, por así decirlo,
sona como bien o posesión material de su tutor. de tal forma que sería artificial aislar el delito
Las instituciones, al igual que las herramien- sexual de otras formas de agresividad constante-
tas mentales, marcan las diferencias con nuestra mente presentes en la vida cotidiana de la socie-
época, diferencias numerosas y decisivas que re- dad tradicional.
cuerdan hasta qué punto la violencia sexual y el La mayor parte de las condenas se traducen
juicio sobre la misma son indicios sociales de un en una multa o un destierro, revelando otro obs-
universo colectivo y de sus cambios. táculo: la ausencia de todo tipo de ayuda al ma-
Necesitaremos una lenta enumeración de gistrado responsable de instrucción, la inexisten-
sus componentes para captar mejor, dentro del cia de una policía judicial, la falta de coordina-
marco de la violencia sexual, la lógica que do- ción entre los responsables (villas, señores laicos
blega, la que prohíbe y la que juzga. o eclesiásticos).

16.pmd 168 12/03/2013, 13:14


La distracción del suplicio y el recurso al víctima, concepto que halla sus raíces en la «tesis
terror por la sangre son también testimonios de de la provocación femenina», lo que revela un cli-
esta relativa parálisis del sistema judicial. ma susceptible de orientar el veredicto.
En este marco de dureza y tolerancia es en La historia de la violación «camina de la
el que debemos situar las acciones judiciales por mano» de la historia de las representaciones de
violación en el Antiguo Régimen. la conciencia y de la de las representaciones de
La distancia social modula la escala de gra- la feminidad pues, al reiterar la negación de la
vedad de los crímenes en una sociedad de or- violencia sexual, reproducen también la oculta-
den, que distribuye ante todo el peso de las vio- ción de la mujer como sujeto.
lencias en función de la categoría social de las La jurisprudencia del Antiguo Régimen no
víctimas. En realidad se definen en función de contempla una serie de circunstancias como son
las redes sociales de que disponen los implica- el miedo, el pánico o la amenaza; su análisis no
dos, confirmando hasta qué punto la gravedad atisba más allá del deber, y no existe justifica-
de estos actos nunca es realmente incuestiona- ción para un comportamiento que se aleje de
ble, nunca está realmente instituida, es suscep- éste.
tible, según las circunstancias o los implicados, Se extiende la afirmación de la aceptación
de ser inaceptable o excusable. voluntaria por parte de la mujer, sospecha que
Aun así la violación plantea varios proble- mantienen los filósofos de la Ilustración, en cuyo
mas específicos, más allá de sus corresponden- análisis de la violación muestran su rechazo im-
cias con el conjunto de los actos brutales: es ob- plícito a la correspondencia entre la condición
jeto de una visión propia, una perspectiva que de mujer y la de sujeto.
tiende a minimizar más todavía la imagen de la En cambio, los comentarios sobre la viola-
violencia, desviar o anular incluso lo que existe ción alrededor de 1770, las críticas a la arbitra-
en ella de brutalidad. riedad en algunos procesos y ciertos movimien-
Para empezar, provoca una herida que es tos de opinión respecto a este delito, son las pri-
semejante y diferente a las demás. Afín porque meras voces que marcan diferencias, antesalas de
es la consecuencia de un acto brutal; incompa- las primeras condiciones que conducen a la jus-

MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 169


rable porque el agresor suele ser escasamente ticia contemporánea. Una sensibilización mayor
consciente de la gravedad de su acto, cuya vícti- respecto a las amenazas específicas dirigidas con-
ma es doblemente atacada, ahora por la intensi- tra las personas, en consecuencia, una merma
ficación de la vergüenza, transfigurada de esta de los conceptos de falta y pecado.
forma a los ojos de los demás, ya que la víctima Se trata de actitudes y comportamientos
ve reducida su capacidad para acusar pues ella prácticamente inéditos en estos años de 1770-
misma queda inmersa en un acto impuro. 1780, aunque no son suficientes para modificar
La violación es ante todo una trasgresión las leyes ni el desarrollo de los procesos. El ini-
plenamente moral en el derecho clásico, asocia- cio de una nueva reflexión penal en la segunda
da por lo tanto a los delitos contra las buenas mitad del siglo XVIII se acompaña de la siguiente
costumbres y no a los delitos de sangre. Pertene- distinción: los atentados contra las personas son
ce al universo del deseo y se aleja así del de la un tipo diferente de delito que los atentados
violencia. contra los bienes materiales.
La víctima de la violencia sexual entra, aun- La nueva reflexión penal reestructura las
que sea de forma turbia, dentro del mismo re- herramientas mentales y desplaza los criterios de
gistro de rechazo, la duda se cierne en torno a la juicio, desplazamiento fundamental aunque no
imposibilidad de diferenciar sus actos de con- vaya acompañado por un cambio inmediato en
ciencia de sus actos físicos, «lo que piensa y lo que la práctica jurídica, ni por un cambio determi-
hace». Se supone la ausencia en la mujer de con- nante en la percepción cultural de la violación.
ducta responsable; la duda recae pues sobre sus Debemos plantearnos que lo que cambia
decisiones personales y privadas. Existe la certe- no es la forma de considerar la violación (la vio-
za de una actitud de incitación por parte de la lencia de un hombre sobre una mujer, su rela-

16.pmd 169 12/03/2013, 13:14


ción compleja con la amenaza y la vergüenza), El tema de una anormalidad o los impulsos
sólo algunas circunstancias, algunos casos con- sexuales brutales no son sujeto de estudio; la hi-
siderados detestables o algunas víctimas más frá- pótesis de una particularidad posible del viola-
giles. Es un cambio limitado, casi invisible, en dor no se concibe en la cultura clásica. Ni si-
el que la violencia se enfrenta con nuevas refe- quiera existe el término de violador; se denomi-
rencias y con nuevos objetos. nan los furiosos, bribones, homicidas, envenena-
Ahora se habla de la impunidad del viola- dores, coléricos, pero ningún tipo de violento
dor, con la insistencia en una violación conside- sexual. La idea de desviaciones o perversiones, y
rada muy particular, la cometida en los pueblos los desórdenes del criminal, apenas se conside-
y comarcas olvidadas. ran, pues la atención se dirige hacia el crimen y
La explicación es una novedad, juega con el asesinato más que a la personalidad criminal.
la ausencia de moralidad para documentar la A finales del siglo XVIII aparece sin embargo
ausencia de la violación, imaginando una su- un cambio perceptible, una reacción más fuerte
puesta libertad de costumbres para atestiguar la y más exigente ante las violaciones infantiles; es
escasa incidencia de las brutalidades sexuales. uno de los primeros cambios característicos en
De esta forma se considera que la violación no la sensibilidad ante las violencias directamente
es habitual en las grandes ciudades, donde la sexuales.
prostitución se considera un mal necesario. Con Los informes de medicina forense ganan en
lo cual el único indicio de mayor sensibilidad, precisión anatómica, indicando con más frecuen-
según Vigarello, es la relegación de este crimen cia y de forma más explícita el himen. Aparece
a una barbarie rural y lejana, junto con la peti- la exigencia de describir y de comprender me-
ción de un castigo más firme. La opinión pú- jor. La precisión anatómica se impone y las prue-
blica recoge, de este conjunto de transgresio- bas se renuevan. El juez dispone ahora de me-
nes, una crueldad claramente circunscrita y es- dios más seguros para condenar o exculpar.
pecífica. El acto conmueve mucho más que antes,
Tendremos que esperar un poco más para pero no desemboca, una vez reconocido, en una
que el objeto de la denuncia social extienda sus sanción clara. Está probada la violencia pero no
MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 170

miras, generando un rechazo más global, acep- la violación.


tando que estos actos de brutalidad no son «coto Los primeros jueces revolucionarios preten-
reservado» de determinadas clases o estratos so- den cambiarlo todo, dedicándose con preferen-
ciales. Los relatos de las gacetas de 1760 intro- cia a los procesos relacionados con las costum-
ducen un nuevo protagonista, la figura del se- bres. Tratan de denunciar el orden antiguo, de
ñor que abusa de su «presa». condenar una moralidad degenerada e imponer
No modifica en nada los procedimientos una mayor severidad.
judiciales (frase que se convierte casi en bandera La originalidad del período revolucionario
de estos siglos) pero revela en esta segunda mi- está, sin embargo, en una nueva visión del dere-
tad del siglo XVIII indicios de un cambio cultu- cho, una profunda modificación de la forma de
ral, como revela también la dificultad todavía calificar a la víctima y de calcular la pena. El
evidente de censurar una violencia específica- código revolucionario desplaza los puntos de
mente sexual. referencia del fallo, sustituyendo el tema del pe-
Lo más interesante es que la visión de la cado por el del peligro físico y la amenaza social,
violencia se amplía, atraviesa la frontera de los ocupándose menos de la blasfemia que del ries-
estratos sociales intocables y extiende su crítica go que pesa sobre la comunidad.
más allá del ámbito rural, reconoce al enemigo La violencia se percibe de otra manera.
en las «filas de la ciudad ». Un primer desplazamiento se encuentra en
Las modalidades de una violencia sexual la Declaración de los Derechos del Hombre de
siguen siendo oscuras, ocultas por gestos más 1789: «Cada hombre es el único dueño de su per-
fácilmente perceptibles: los de las heridas y los sona y esta propiedad es inalienable ». Es la plena
cuchillos. disposición de la persona por uno mismo y esto

16.pmd 170 12/03/2013, 13:14


puede cambiar totalmente la imagen tradicio- voluntad de limitarse al peligro social de la vio-
nal de la violencia sexual: convertir definitiva- lación.
mente a la víctima en sujeto, concentrar su pre- La sospecha sobre la mujer no desaparece
juicio en su ser y no en el de sus tutores, inclinar con la negativa a implicarla en el acto moral y su
la violación hacia el daño físico y no hacia la degradación; la sospecha se desplaza, concentra-
apropiación indebida. La idea de secuestro o da en un argumento que ya nos es conocido. Es
apropiación ya no está presente en el código, lo esa seguridad siempre reiterada de que la viola-
que denota un cambio fundamental. ción de una mujer adulta es imposible si la reali-
El Código Penal de 1791 y su artículo so- za un hombre solo; es una forma muy «special»
bre la violación llevan a la culminación de la de decir que la mujer no es digna de crédito. El
igualdad relacionando la gravedad con las ame- nuevo razonamiento jurídico sobre la autono-
nazas que pesan sobre el cuerpo íntimo y priva- mía y la individualidad agudiza la búsqueda de
do. La violación ha dejado de ser un robo y el umbrales de conciencia.
prestigio del tutor ya no determina la impor- Esta lógica tiende a identificar las violen-
tancia del delito, sólo cuenta la fuerza del aten- cias inferiores a la violación, aunque en realidad
tado. Sin embargo, una vez más, el cambio es no se designan claramente. Se trata de actos múl-
más teórico que práctico: el código de 1791 no tiples, heterogéneos, pero sugieren cómo una
puede establecer de entrada una brusca conver- sensibilidad nueva a fin de siglo está dispuesta a
sión de la autonomía de la mujer. condenar un mundo de delitos hasta entonces
La certidumbre de que la defensa de la olvidados o confusos. Más importante es la cer-
mujer corresponde únicamente a sus tutores, a tidumbre de la severidad; los códigos permiten
pesar de la Declaración, marcan durante mucho ampliar las condenas, aspiran a un rigor cada
tiempo los procesos de violación. Por otro lado, vez mayor.
el Código Civil mantiene durante mucho tiem- Aparece la voluntad de definir con mayor
po diferentes formas de tutela masculina: la ges- exactitud los actos violentos, entre ellos la viola-
tión de los bienes y la autoridad parental están ción. Pero aún se mantiene la idea del Antiguo
ejercidas exclusivamente por el marido. La con- Régimen de que la trasgresión violenta es una

MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 171


clusión es que aún las mujeres no son vistas como escena, ante todo, del mundo de los pueblos y
«individuos autónomos». aldeas, lugares alejados del progreso. Es la in-
Otro principio del código de 1791 confir- compatibilidad entre la existencia de determi-
ma la voluntad de especificar la violencia; segun- nados crímenes y la existencia de la civilización.
da originalidad del texto tras el reconocimiento Los lugares en los que reina la ignorancia y la
de una libertad, este principio consiste en el superstición son fundamentalmente diferentes
abandono de cualquier referencia religiosa al de aquéllos en los que penetran el progreso y la
juzgar un crimen, dando prioridad a la amenaza civilización.
social sobre el contenido moral. Así se impone Todo confirma que la violencia sexual no
una ruptura definitiva entre el pecado individual es dominante en estas alusiones al mundo del
y la amenaza colectiva. crimen. Sin embargo, están presentes en la prensa
Asistimos a la reordenación teórica de la y también son objeto de nuevos interrogantes
imagen de la víctima y aparece la posibilidad de planteados por las estadísticas y sus comentarios.
desvincularla a las víctimas de ese contagio mo- Se sugieren incluso diferentes enfoques sobre el
ral al que estaban condenadas. Pero al igual que tema (la referencia más profunda a la edad me-
esto no garantiza un cambio profundo en las dia del agresor y a la de la víctima, sobre las po-
denuncias presentadas o en los fallos pronun- sibles diferencias entre la violación de una mu-
ciados, tampoco el cambio de las libertades in- jer adulta, consideradas más frecuentemente co-
dividuales ha podido garantizar una renovación metida por un hombre joven, y la violación de
de las sentencias. La dependencia de la mujer un niño, considerada más frecuentemente co-
no desaparece a pesar del nuevo código, como metida por un anciano), son observaciones pre-
tampoco desaparece el daño moral a pesar de la carias, todavía parciales, siempre ajenas al reco-

16.pmd 171 12/03/2013, 13:14


nocimiento posible de desviaciones sexuales, en la familia. Las leyes de los primeros años del
pero es el principio de las primeras teorías sobre siglo XIX reafirman el predominio del marido y
la violación. la dependencia de la mujer.
También encontramos variaciones en las Todo indica que los cambios son de otro
prácticas jurídicas, en la forma de designar los tipo, ya que es innegable que el código de 1810
hechos y de tipificarlos, se profundiza en una desarrolló una jerarquía entre las violencias
gradación de los hechos, paralela a una grada- sexuales al tiempo que las diferenciaba mejor.
ción de las penas. El nuevo derecho da la libertad individual
El código de 1810 está mediatizado por un en el siglo XIX, el cuestionamiento sobre sus fron-
hecho concreto: es la cultura la que define el teras y su alcance obligan a identificar mejor las
contenido del pudor y no la ley. Se transforma amenazas que pesan sobre la pertenencia de la
en un hecho delictivo lo que no era, abriendo persona a sí misma. La definición jurídica de una
un nuevo territorio penal. Otra originalidad del disponibilidad de sí conduce a cuestionar de
texto es que profundiza en el tema de la inten- nuevo el efecto de las acciones. La toma de con-
cionalidad, la relación entre la voluntad del au- ciencia en las primeras décadas del siglo es muy
tor y la culminación de los hechos. Sin embar- lenta. Por ejemplo, no hay ningún cambio en la
go, el delito es tanto en cuanto se culmina, con- forma de definir la violencia hacia la mujer en
siderando sistemáticamente menos grave el he- las primeras décadas el siglo.
cho no realizado, con independencia de las in- La revisión del código penal en 1832 mues-
tenciones. La realidad de la trasgresión depende tra la ocasión para tener en cuenta otra violen-
de la culminación del gesto, la materialidad del cia, trata de definir una vía de hecho. Es la pri-
hecho define su verdad. mera fase en el reconocimiento jurídico de una
Es una carencia primordial que revela una presión diferente de la física (las amenazas, la
visión particular de los hechos. El factor que coacción ejercida por el poder del agresor). Por
determina toda esta dinámica es que el hecho otra parte, no utiliza explícitamente la palabra
todavía se analiza desde la perspectiva del vio- violación en este caso, confirmando el obstácu-
lento y no del de la víctima. lo de una designación. Sin embargo reconocía
MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 172

Las referencias médicas no se tienen en como violación la violencia que atenta contra
cuenta en los procesos de principio de siglo. Sin un menor de doce años, así que es un reconoci-
embargo su existencia está en vías de constitu- miento parcial.
ción, se están desarrollando categorías y formas El interés histórico del texto está por com-
posibles de trastornos, se estudia la persona del pleto en esta posibilidad, la de extender el terri-
criminal. Los actos de violencia sexual se con- torio de la violencia, teniendo en cuenta una
vierten por primera vez en objeto de estudio ex- brutalidad no directamente física: por primera
plícito para el médico. Lo que se modifica total- vez aparecen sentencias que designan como vio-
mente con el código de 1810 es en realidad el lencia comportamientos que no llevan ese nom-
espectro de delitos y crímenes sexuales. Se cons- bre. Se especifica la distancia entre el atentado
tituye una nueva unidad criminal, creando una contra el pudor y la violación, pronunciando una
división penal. pena de reclusión para el primero y de trabajo
Al especificar este tema del atentado, se es- forzado para el segundo.
tablece un único capítulo penal relacionado con Las nuevas formas de movilización de la
las transgresiones del espacio corporal. Pero la mujer en la segunda mitad del siglo favorecen
imposibilidad de aplicar una igualdad de dere- estos procesos, por el desplazamiento masivo, a
chos en 1810 se traduce con las normas aplica- lo largo de todo el siglo XIX, de las actividades
das al adulterio, condenando con exclusividad a domésticas (urbanas o rurales, hogareñas, arte-
la mujer. La desigualdad queda ratificada, con- sanales y agrícolas) hacia el empleo.
firmada más que disculpada por el argumento La teoría de la igualdad y de la justicia es
definitivo que relaciona el peligro del adulterio aún una mezcolanza con la moral, los juicios
femenino con el riesgo de introducir «bastardos» sobre las costumbres y el orden social.

16.pmd 172 12/03/2013, 13:14


En el rechazo de un arreglo, más señalado individuo se reafirma frente a la idea de un co-
en las ciudades a mediados de siglo, está el in- lectivo definidor.
dicio de una nueva sensibilidad, sobre todo está Se extiende la idea de que las agresiones
naciendo una nueva imagen del niño. Por pri- sexuales son el resultado de una pasión abortada
mera vez se habla de la justicia y la incompren- por sus parejas respectivas. Ahora los violentos
sión de que son objeto. La cifra de las acciones no se caracterizan por su fuerza sino por su de-
y condenas por violación de menor en el siglo bilidad o su deficiencia. Se plantea un sufrimien-
XIX expresan a su manera una vigilancia sin to masculino, el de héroe fracasado, el del tirano
comparación posible con la que existía hasta tímido. Es el resultado de una inversión de la
entonces. imagen.
Aun así los contemporáneos, observadores Faltan aún herramientas mentales que pue-
o investigadores de los años 1840-1850, consi- dan caracterizar las experiencias psíquicamente
deraron que el incremento de los atentados ur- perniciosas y permitan concebir su intensidad o
banos significaba únicamente un aumento de la duración. Será en el siglo XX cuando se concep-
lujuria y la depravación urbanas. Para ellos la tualice el espacio psicológico con sus equilibrios,
ciudad es un contraejemplo en la que la promis- desarrollos y posibles recesiones.
cuidad reaviva todos los peligros. Los esquemas El siglo XX, en sus años más avanzados, re-
de principios de siglo tienden a invertirse a los coge una novedad inédita: la gravedad del he-
ojos de los propios investigadores. Estamos frente cho se mide en función de la salud psicológica y
a un desplazamiento de la opinión: la violencia mental de la víctima. Por otro lado la palabra
ya no es coto reservado del ámbito rural. que toma esta víctima, con la que expresa públi-
Sin embargo, la indignación que provoca camente lo sufrido, contribuye a una sensibili-
la violencia sexual sigue siendo comedida, ya zación ampliamente renovada de la opinión pú-
avanzado el siglo XX, como para que la práctica blica.
penal corriente pueda hablar de la violación ya Seguirán muchos cambios, incluido el de
no como un crimen sino como un delito, sin la imagen del agresor por ejemplo. En cualquier
que esto resulte chocante. caso, la importancia que se da al sufrimiento

MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 173


El primer cambio en los comentarios sobre psíquico, como la importancia que toma la ini-
la violación alrededor de los años 1880-1890 es ciativa de las víctimas o de sus allegados, son
la certeza de una particularidad definitiva de los determinantes, pues revela nuevos efectos de la
delitos cometidos con menores. La agresión violencia y nuevas relaciones entre los implica-
sexual contra él se convierte en específica, una dos y todo ello puede, a fin de cuentas, transfor-
violencia sólo explicable por una anormalidad. mar el sentido de las brutalidades denunciadas.
Curiosidad que se extiende también al criminal, El proceso por violación de adulto es el pri-
aplicando una investigación más específica don- mero que sufre un cambio revelador en los últi-
de el elemento psiquiátrico es determinante. Se mos años. Se quiere entablar un debate social,
incluye a los criminales en categorías y clases luchar por un cambio profundo de las relacio-
psíquicas, aunque es una tentativa limitada: las nes entre los hombres y las mujeres, y por ende,
categorías son las de los rostros y no las de los necesariamente de la sociedad. La lucha contra
comportamientos, se estudian las anatomías y la violación adquiere un nuevo sentido: el de una
no los sentimientos. La explicación del delito se liberación.
busca en el análisis del cuerpo. Las víctimas desempeñan un papel que no
Se impone así una nueva convergencia en- habían desempeñado hasta entonces, pues deci-
tre el criminalista y el psiquiatra, la tentativa de den orientar los debates, relacionar los hechos
hacer corresponder el inventario del crimen y el con un problema de costumbres, denunciar una
de la psicopatología: se define y categoriza la sociedad de hombres cuyos valores parecen obs-
brutalidad. taculizar la apreciación de la violación. Y así se
Las violencias sexuales se multiplican y cla- transforma el proceso contra los acusados en un
sifican. La personalidad del acusado es el eje, el proceso contra la violación en sí. Además, las

16.pmd 173 12/03/2013, 13:14


iniciativas colectivas y no individuales, alrede- la víctima, ¿cuántos siglos han de transcurrir para
dor de un proyecto de ley sobre las agresiones vislumbrar en el aparato judicial y penal una
sexuales convierten en cuestión de principios un concordancia entre la gravedad del acto y la toma
debate social. de decisiones al respecto? Más aún, por qué la
La repulsa hacia la violación se convierte actuación se materializa frente a las Consecuen-
en un fenómeno social, la víctima está legitima- cias, si así ocurre, cuando lo que hay que erradi-
da. No obstante, las imágenes recurrentes de vio- car es la Causa.
laciones, maltrato y asesinato cruento en pren-
sa, televisión o Internet, nos remiten a la siguien- MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA
te pregunta: si han sido necesarios cinco siglos Centro de Estudios de la Mujer
de historia para alcanzar el reconocimiento de Universidad de La Laguna
MARÍA VICTORIA CONTRERAS ORTEGA / RECENSIÓN 174

16.pmd 174 12/03/2013, 13:14

You might also like