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Facebook y el futuro de la privacidad en línea

Jeffrey D. Sachs. 14 abril

NUEVA YORK – Chris Hughes, cofundador de Facebook, recientemente observó que el


escrutinio público de Facebook “debió haberse producido hace mucho tiempo”, y dijo “me
resulta sorprendente que no hayan tenido que responder más de estas preguntas antes”. Los
líderes del sector de la tecnología de la información, especialmente en Europa, han venido
advirtiendo sobre los abusos cometidos por Facebook (y otros portales) desde hace años.
Sus percepciones y recomendaciones prácticas son especialmente urgentes hoy.

El testimonio del jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, ante el Senado de Estados Unidos
sirvió de poco para apuntalar la confianza pública en una empresa que trafica datos
personales de sus usuarios. El momento más elocuente del testimonio se produjo cuando
Richard Durbin, senador por Illinois, preguntó si Zuckerberg estaría cómodo compartiendo
el nombre de su hotel y la gente con la que había intercambiado mensajes esa semana,
exactamente el tipo de datos rastreados y utilizados por Facebook. Zuckerberg respondió
que no se sentiría cómodo ofreciendo esa información. “Creo que tal vez de eso se trate
todo esto”, dijo Durbin. “Su derecho a la privacidad”.

El escándalo reciente le ha abierto los ojos a la población sobre la amenaza que plantea la
inacción para la democracia misma

Los críticos de Facebook vienen sosteniendo este punto desde hace años. Stefano
Quintarelli, uno de los principales expertos en tecnologías de la información (TI) de Europa
y un defensor destacado de la privacidad en línea (y, hasta hace poco, miembro del
Parlamento italiano), ha sido un crítico persistente y profético del abuso por parte de
Facebook de su posición de mercado y del mal uso de los datos personales en línea. Ha
defendido desde hace mucho tiempo una idea poderosa: que cada uno de nosotros debería
retener el control de nuestro perfil en línea –perfil que debería ser fácilmente transferible
entre portales–. Si decidimos que no nos gusta Facebook, deberíamos poder pasarnos a un
competidor sin perder los enlaces a los contactos que siguen en Facebook.

Para Quintarelli, el abuso por parte de Cambridge Analytica de datos adquiridos de


Facebook fue una consecuencia inevitable del modelo de negocio irresponsable de
Facebook. Facebook ahora ha reconocido que Cambridge Analytica no es el único que
explotó perfiles personales adquiridos de Facebook.

En comunicaciones personales conmigo, Quintarelli dice que el Reglamento General de


Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD), que entra en vigor el 25 de mayo,
después de seis años de preparación y debate, “puede servir como guía en algunos
aspectos”. Según el RGPD, observa, “las organizaciones incumplidoras pueden enfrentar
sanciones severas, hasta del 4 % de sus ingresos. Si el RGPD ya estuviera establecido,
Facebook, para evitar esas penalidades, habría tenido que notificar a las autoridades sobre
la filtración de datos inmediatamente después de tomar consciencia de ello, mucho antes de
la pasada elección de Estados Unidos”.
Quintarelli enfatiza que “la competencia efectiva es una herramienta poderosa para
aumentar y defender la biodiversidad en el espacio digital”. Y aquí el RGPD debería ser de
ayuda, porque “introduce el concepto de portabilidad del perfil, por el cual un usuario
puede mover su perfil de un proveedor de servicios a otro, como hacemos cuando pasamos
nuestro perfil telefónico –el número de teléfono móvil– de un operador a otro”.

Pero “esta forma de propiedad de los datos de nuestro propio perfil”, continúa Quintarelli,
“en efecto no basta”. Igualmente importante es “la interconexión: el operador en el que
depositamos nuestro perfil debería estar interconectado con el operador de origen para que
no perdamos contacto con nuestros amigos en línea. Esto es posible hoy gracias a
tecnologías como IPFS y Solid, desarrolladas por el inventor de la web Tim Berners-Lee”.

Sarah Spiekermann, profesora de la Universidad de Economía y Negocios de Viena (WU) y


presidenta de su Instituto de Sistemas de Información de Gestión, es otra pionera de la
privacidad en línea que ha advertido desde hace mucho tiempo sobre el tipo de abusos
vistos con Facebook. Spiekermann, una autoridad global en materia de tráfico de nuestras
identidades en línea para fines de publicidad dirigida, propaganda política, vigilancia
pública y privada u otros fines nefastos, destaca la necesidad de tomar las riendas de “los
mercados de datos personales”.

“Desde que el Foro Económico Mundial empezó a discutir los datos personales como una
nueva clase de activos en el 2011”, me dijo, “los mercados de datos personales han
prosperado en base a la idea de que los datos personales podrían ser el “nuevo petróleo” de
la economía digital así como –aparentemente– de la política”. Como consecuencia de ello,
“más de mil empresas hoy participan en una cadena de valor de información digital que
recopila datos a partir de cualquier actividad en línea y ofrece contenido dirigido a usuarios
en línea o móviles en el lapso de aproximadamente 36 segundos de su ingreso al reino
digital”. No son “solo Facebook y Google, Apple o Amazon los que recogen y usan
nuestros datos para cualquier fin que se nos pueda ocurrir”, dice Spiekermann. “Las
plataformas de gestión de datos, como las operadas por Acxiom u Oracle BlueKai poseen
miles de atributos personales y perfiles sociopsicológicos sobre cientos de millones de
usuarios”.

Si bien Spiekermann piensa que “los mercados de datos personales y el uso de los datos en
su interior deberían prohibirse en su forma actual”, piensa que el RGPD “es un buen
motivador para que las empresas en todo el mundo cuestionen sus prácticas de compartir
datos personales”. También observa que “un ecosistema rico de servicios en línea
amigables con la privacidad está empezando a funcionar”. Un estudio realizado por una
clase de alumnos de WU “analizó las prácticas de recopilación de datos de nuestros
principales servicios en línea (como Google, Facebook o Apple) y las comparó con sus
nuevos competidores amigos de la privacidad”. El estudio, dice, “les da a todos la
posibilidad de cambiar de servicios al instante”.

El inmenso poder de cabildeo de Facebook hasta ahora ha eludido esencialmente las ideas
prácticas de Quintarelli, Spiekermann y sus colegas activistas. Sin embargo, el escándalo
reciente le ha abierto los ojos a la población sobre la amenaza que plantea la inacción para
la democracia misma.
La Unión Europea ha tomado la delantera en la respuesta, gracias a sus nuevas normas de
privacidad, y propuso el cobro de mayores impuestos a Facebook y otros vendedores de
datos personales en línea. No obstante ello, es posible hacer más. Quintarelli, Spiekermann
y sus colegas defensores de la ética en línea nos ofrecen un camino práctico hacia una
Internet que sea transparente, justa, democrática y respetuosa de los derechos personales.

Jeffrey D. Sachs, profesor universitario en la Universidad de Columbia, es director del


Centro de Desarrollo Sostenible de Columbia y de la Red de Soluciones para el Desarrollo
Sostenible de las Naciones Unidas. © Project Syndicate 1995–2018

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