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La ley secreta de la atracción que desconoces

Un estudio revela que sí, si lo ves, lo tienes, solo tienes que programar a tu
cerebro.

La mayoría de las personas pensamos que la vida es cuestión de suerte, de


casualidad, que solo aquel que la tienen podrá ser feliz, pero no,
muchos ingnoran la fuerza que poseen.

Esto demuestra que, por nuestro propio gusto, estamos atrapados en un


ciclo de repeticiones, a diario seguimos los mismos patrones, nos
empeñamos en pesar que todo cae del cielo, que hay fuerzas extrañas
que manejan nuestras vidas y nos dedicamos a solo aceptar sus
designios.

La ley secreta de la atracción que desconoces

La mayoría de las personas pensamos que la vida es cuestión de suerte, de


casualidad, que solo aquel que la tienen podrá ser feliz, pero no,
muchos ignoran la fuerza que poseen.

Esto demuestra que, por nuestro propio gusto, estamos atrapados en un


ciclo de repeticiones, a diario seguimos los mismos patrones, nos
empeñamos en pesar que todo cae del cielo, que hay fuerzas extrañas
que manejan nuestras vidas y nos dedicamos a solo aceptar sus
designios.

Olvidamos que tenemos la posibilidad de generar un mundo en el que


todos los factores externos sean creados por nosotros mismos.

La prueba científica de esto fue proporcionada por Richard Davidson,


neurobiólogo de renombre mundial de la Universidad de Wisconsin
(EE.UU.). Se llevó a cabo un experimento con la participación de ocho
monjes budistas cuyos cerebros fueron estudiados durante la
concentración de sus pensamientos en sentimientos específicos tales
como la compasión, la alegría o la felicidad. Los resultados superaron
todas las expectativas de los científicos.

Según información de Genial.com, la actividad cerebral en el lóbulo frontal


izquierdo de los sujetos (que es responsable de producir emociones
positivas) superó la actividad en el lóbulo frontal derecho (responsable
de las emociones negativas), algo que nunca se había visto durante una
actividad mental ordinaria. El área cerebral, que se pone en
funcionamiento cuando el sujeto ve el sufrimiento, también resultó
estar más activa en los monjes, como si ellos estuvieran dispuestos a
ayudar inmediatamente a alguien que lo necesite.

Basándose en los resultados de esta investigación, los científicos llegaron a


una conclusión importante: hay una posibilidad de que la estructura
del cerebro, al igual que la forma del cuerpo, se puede cambiar
aplicando fuerza de voluntad. Del mismo modo que los ejercicios
físicos forman los músculos, los ejercicios mentales forman la
sustancia gris.
Para lograr esto, debemos hacer lo siguiente, según el Dr. Davidson:

1. Establece una conexión específica.

Hacemos nuevas conexiones en el cerebro por medio de la adquisición y la


asimilación de nuevos conocimientos. Cada vez que aprendemos algo y
descubrimos ciertos hechos, creamos una nueva conexión neurológica.
La memoria sostiene la conexión. Cuanto más estudiamos cierta
información, mayor es el volumen de ésta que se sujeta en nuestra
memoria. Luego se guarda, se asimila y pasa al modo automático.

La ley de la atracción funciona de la misma manera. Si cada día durante 2


semanas te centras en una idea concreta acerca de cómo sería la mejor
versión de ti mismo o acerca de cómo te gustaría verte a ti mismo, le
«enseñarás» a tu mente este nuevo conocimiento y fijarás esta idea en
tu memoria.

Ensayando esta «versión ideal de ti mismo», el cerebro registrará estos


pensamientos proyectando hacia la realidad la persona en la que
quieres convertirte en el futuro.

2. Consolida la imagen mental.

Está comprobado que cada nuevo pensamiento es causado por una


reacción química de nuestro cuerpo. De esto podemos concluir que si
no nos proponemos una nueva idea o emoción, seguimos sintiendo la
última que fue establecida.

Cuanto más tiempo nos aferramos a un pensamiento, más mantenemos la


posibilidad de su futura manifestación, ya sea un pensamiento
negativo o positivo. Si nos aferramos a las formas negativas podemos
romperlas mediante la introducción de nuevos y positivos
pensamientos que crearán una nueva reacción química en el cuerpo.

3. Asegúrate de que tus sentimientos son controlados por tus


pensamientos.

Vivimos en una sociedad donde la mente es sólo un sirviente de nuestro


cuerpo y nuestros sentimientos.

Para crear nuestra propia realidad debemos eliminar la idea de tener una
vida programada de forma automática y volver a programarla de tal
manera que nuestra mente dirija el cuerpo y los sentimientos y, por lo
tanto, el destino.

Por ejemplo, cuando sientes inseguridad en ti mismo, empiezas a pensar


de la misma manera, con inseguridad. Y la mirada se torna insegura
también. La mente sigue automáticamente esta condición y la
inseguridad se convierte en tu estado general.

Es necesario que rompas este círculo para que tus pensamientos sean los
que dirijan tu cuerpo y tus sentimientos, y no al revés. Sólo entonces
podremos llegar a ser los creadores de nuestras propias vidas.

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