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Pero desafortunadamente Lucifer traicionó y quebró justamente lo que tenía que proteger.
La santa ley de Dios. 1/3 de los ángeles se unieron a su rebelión y pecaron, desobedeciendo también a su
Creador.
El príncipe de Tiro es un símbolo del diablo. Su corazón se enalteció y dijo: “Yo soy un dios, en el trono de
Dios estoy sentado... (siendo tu hombre y no Dios) y has puesto tu corazón como corazón de Dios.”
– Ez. 28:2
El diablo proclamó y ofreció la falsa libertad que él estaba experimentando a las criaturas inteligentes
diciendo: “Seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Gén. 3:5.
Cada uno comenzó a redefinir para si mismo lo que está bien y lo que está mal, haciéndose pequeños dioses,
estableciendo de esta manera sus propias leyes y sentándose en sus propios tronos. Vea Isaías 5:20, 21.
En contexto de la falsa libertad Dios dice: “¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más
vendremos a ti?” Jer. 2:31b. Aquí vemos la falsa libertad
(libres de Dios, de su ley y de su Palabra).
Con seguridad había un “árbol de la vida” y un “árbol de la ciencia del bien y del mal” en cada planeta
habitado del universo. Dios dio a todos los habitantes del universo la posibilidad de elegir a favor o en contra
de la rebelión y tomar su posición.
Entonces ¿Por qué el diablo tuvo que ser arrojado justamente a este
mundo? Adán y Eva representaban la especia humana. Al comer ambos
del fruto prohibido cayó la humanidad entera (100%) en desobediencia,
uniéndose a la rebelión de Lucifer. Ap. 12:9.
¿Por qué la prueba era el fruto de un árbol? De paso sea dicho que
no fue una manzana. La Palabra de Dios no nos revela que fruto era.
El problema no era en si el hecho de tomar y comer el fruto. Esa actitud
tan solo demostró externa y visiblemente la decisión interior (del corazón
y de la mente).
La razón por la cual no infringieron el séptimo mandamiento adulterando a todo dar es porque en el
cielo, antes de la creación del ser humano, no había diferentes sexos y no existía la sagrada institución del
matrimonio. Los ángeles no tienen la facultad de reproducción como los humanos.
Jesús dice acerca de este tema en relación al cielo y a los ángeles: “Porque el la resurrección ni se
casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” Mat. 22:30
Y la única razón por la cual no quebraron el cuarto mandamiento transgrediendo el santo sábado es
porque el sábado aún no fue creado. En el cielo, antes de la creación de la tierra, no se guardó todavía
el santo sábado pues este fue instituido para la especie humana que Dios hizo después de los seis días
creativos, durante el séptimo día del ritmo semanal.
• Es por eso que dijo Jesús: “El sábado fue hecho por causa del hombre…”. Mar. 2:27
Con toda seguridad había tiempos definidos de adoración en el cielo para los ángeles antes de la creación de
la tierra pues la ley es eterna, pero el descanso semanal sabático está ligado a los seres humanos y al ritmo
semanal de nuestro planeta. Gén. 2:1-3.
Desde que la especie humana cayó en desobediencia contra la Palabra de Dios, el diablo la ha incitado
a quebrar en especial estos dos mandamientos especiales que él no pudo quebrar en el cielo. El diablo
odia sobre todo estas dos instituciones santas y divinas que Dios dio particularmente al ser humano, el
matrimonio (en el sexto día creativo) y el sábado (en el séptimo día de la creación).
Ilustración: Una pareja tiene un jardín precioso. Un día surge una planta extraña. El hombre dice que
debe ser una planta maligna que destruirá a todo el jardín y que hay que arrancarla. Pero la mujer dice
que debe ser una planta maravillosa que embellecerá a todo el jardín. Pero el hombre la arranca y elimina.
Siempre quedará la duda. ¿Quién tenía razón? Nadie nunca lo sabrá. La mujer siempre dirá:
“Estoy segura que hubiese sido una maravillosa planta.”Y el hombre siempre dirá: “No, estoy seguro que hubiese
arruinado todo el jardín.”
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Es por eso que Dios permite el desarrollo y la maduración del mal una vez en la historia infinita del
universo. Para aclarar todo. Para que nunca más vuelva a brotar el mal en la historia del universo. Dios no dejará
ni rama ni raíz de la maldad. Malaquías 4:1. El mismo diablo (la raíz del pecado y de la rebelión) dejará de
ser. Ez.28:19.
Jesús dice que por sus frutos reconoceremos el árbol si es bueno o malo. Mateo 7:15-20. Dios tuvo que
permitir que crezca y se madure el fruto del mal para despejar las dudas. Además dijo: “No os engañéis;
Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Gál. 6:7, 8.
La duda se despejó a medida que los ángeles santos contemplaron los frutos y el desarrollo del mal.
Cuando vieron la cruel muerte del hijo de Dios ya casi no quedaba ninguna duda. Y al final de la
historia de este mundo durante los juicios finales de Dios los ángeles celestiales declararán desde el cielo
unánimemente la justicia de Dios desde el altar celestial. Ya no quedará duda alguna. Ap. 16:5, 7.
La primera profecía bíblica
La primera profecía bíblica encontramos en Gén. 3:15 justamente después de la caída de Adán y Eva en
pecado al desobedecer a Dios y unirse a la rebelión. Dios explica que habrá dos descendencias (simbólicas y
espirituales) en este mundo. La de la mujer (los hijos de Dios) y la de la serpiente (los hijos del diablo).
La primera profecía dice además que la descendencia de la mujer aplastará la cabeza de la serpiente pero
ésta le herirá en el calcañar. El descendiente que vendrá y aplastará la cabeza de la serpiente es el Mesías;
Jesucristo. Hebreos 2:14. Pero los fieles de la descendencia también tendrán su parte en esto. Romanos
16:20; Luc. 10:19.
En la cruz, el calcañar de Cristo fue herido simbólicamente. No fue un daño mayor pues Jesús resucitó de
entre los muertos. Pero esta victoria de Cristo sobre el pecado, el tentador y el mundo aplastó
simbólicamente la cabeza de la serpiente. Hebreos 2:14. En el futuro cuando el diablo (la raíz) sea eliminado
se completará esta obra del aplastamiento de la cabeza de la serpiente. De paso sea dicho que después de la
ascensión de Cristo, los obedientes hijos de Dios serán parte del aplastamiento del enemigo bajo sus pies. En
la cruz el diablo recibió simbólicamente la herida de muerte. El perdió. Su tiempo se acaba. Simbólicamente
ya fue aplastada su cabeza.
La historia de Caín y Abel
Los primeros representantes de las dos descendencias.
Ambos levantaron un altar a Dios para adorarlo. Ambos pusieron
algo encima. Abel trajo una oveja según lo instituido por Dios
para el perdón de sus pecados. Pero Caín lo hizo a su manera y
ofreció frutas y verduras que no son el símbolo del sacrificio
de Cristo por el pecador pues esas plantas no sufren, no dan su
vida y no mueren. Caín tuvo un gran problema en su interior.
Eso ya vemos en el hecho que después mató a su hermano.
Gén. 4:1-8.
Adán y Eva vieron en sus hijos con mucho dolor las terribles consecuencias del conocimiento del mal. Caín y
Abel son los primeros dos representantes de estas descendencias espirituales. Caín es el primero en ponerse
en la descendencia espiritual de la serpiente (siendo su padre espiritual el diablo). 1 Juan 3:10, 12. Judas 11-13
habla de los malos y desobedientes que son como estrellas errantes diciendo: “!Ay de ellos! Porque han
seguido el camino de Caín…”. Abel es el primero en ponerse en la descendencia espiritual de la mujer
(siendo su padre espiritual Dios).