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05 Mayo 2018
5:51 p.m.
La sexta edición de la Marcha por la Vida recorrió toda la avenida Brasil, una
de las principales vías de la capital peruana, desde el centro de la ciudad hasta
la Costa Verde, donde se había colocado un escenario para ofrecer un espectáculo musical y los discursos
antiabortistas de los promotores de la marcha.
Autoaborto
Artículo 114.- La mujer que causa su aborto, o consiente que otro le practique, será reprimida con pena privativa de
libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas.
Aborto consentido
Artículo 115.- El que causa el aborto con el consentimiento de la gestante, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años.
Si sobreviene la muerte de la mujer y el agente pudo prever este resultado, la pena será no menor de dos ni mayor de
cinco años.
Aborto preterintencional
Artículo 118.- El que, con violencia, ocasiona un aborto, sin haber tenido el propósito de causarlo, siendo notorio o
constándole el embarazo, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años, o con prestación de
servicio comunitario de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas.
Aborto terapéutico
Artículo 119.- No es punible el aborto practicado por un médico con el consentimiento de la mujer embarazada o de
su representante legal, si lo tuviere, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su
salud un mal grave y permanente.
2. Cuando es probable que el ser en formación conlleve al nacimiento graves taras físicas o psíquicas, siempre que
exista diagnóstico médico. Todos los años se realizan más de cincuenta millones de abortos, una cifra que supera la
población de muchos países.
SEGÚN LA BIBLIA
¿Es una decisión personal o una cuestión moral?
La mujer que decide abortar lo hace por varias razones, entre ellas los problemas económicos o de pareja, el deseo de
completar su educación o de dedicarse a cierta profesión, o el no querer ser madre soltera. Pero hay quienes piensan
que el aborto es moralmente inaceptable, una traición a la confianza que se ha puesto en la mujer embarazada.
A los ojos de Dios, la vida —sobre todo la vida humana— es sagrada (Génesis 9:6; Salmo 36:9). También lo es la vida de
la criatura que está en el vientre de su madre, el lugar que Dios diseñó para que los bebés estén protegidos durante su
formación. Un escritor de la Biblia cantó a Dios: “Me tuviste cubierto en resguardo en el vientre de mi madre”. Y
añadió: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que
fueron formadas” (Salmo 139:13, 16).
Lo que Dios piensa sobre la vida de un bebé no nacido se refleja, por un lado, en la Ley que dio a la nación de Israel, y
por otro, en nuestra propia conciencia. La Ley establecía que si una mujer embarazada perdía el bebé a causa de una
agresión, el culpable merecía la pena de muerte. Así, el asesino pagaba la vida de la criatura con la suya propia (Éxodo
21:22, 23). Los jueces primero tenían que evaluar las intenciones y circunstancias de cada caso (Números 35:22-24,
31).
Además, Dios ha dotado a los humanos de una conciencia o voz interior. Cuando una mujer le hace caso a su
conciencia y cuida de la vida de su bebé no nacido, se siente bien con ella misma. * Si hace algo en contra de esta, tal
vez la atormente o incluso la condene (Romanos 2:14, 15). Es más, algunos estudios afirman que las mujeres que
tienen un aborto corren más riesgo de padecer ansiedad o depresión.
Pero ¿y si no pensaba tener hijos y esta responsabilidad le parece abrumadora? Fíjese en la promesa tan reconfortante
que Dios hace a quienes siguen sus consejos, tanto hombres como mujeres: “Con alguien leal tú actuarás en lealtad;
con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta” (Salmo 18:25). También
promete: “Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales” (Salmo 37:28).
“Su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados”
(Romanos 2:15).
Además de una conciencia limpia, Dios da paz interior a la persona que se arrepiente cuando esta le ora con humildad.
Filipenses 4:6, 7 dice: “Por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz
de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. *
Ruth estudió la Biblia y le expresó a Dios sus sentimientos más profundos. Así consiguió tener esa paz interior.
Aprendió que Dios concede “verdadero perdón” (Salmo 130:4).
“[Dios] no ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído sobre
nosotros lo que merecemos” (Salmo 103:10).