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Boletín de la Sociedad Botánica de México 60: 59-69, 1997

DOI: 10.17129/botsci.1519

Bol. Soc. Bot. México 60: 59-69 ( 1997)


ARTÍCULO DE REVISIÓN

BIOLOGÍA DE LAS PLANTAS CARNÍVORAS:

ASPECTOS ECOLÓGICOS Y EVOLUTIVOS

RAúL E. ALCALÁ v CÉSAR A. DoMíNGUEZ


Departamento de Ecología Evolutiva, Instituto de Ecología, UNAM,
Apartado Postal 70-275, 0451 O México D.F., México.
correo electrónico: ralcala@miranda .ecologia.unam.mx

Resumen. Las plantas carnívoras tienen la habilidad para atraer, atrapar, digerir y asimilar a sus presas me-
diante modificaciones morfológicas y fisiológicas de las hoj as. En este trabajo haremos una revisión de algu-
nos aspectos de la ecología del hábito carnívoro que han sido poco explorados, y discutiremos cuáles han
sido las presiones de selección que moldearon los atributos característicos de este hábito. En particular en-
fatizaremos los aspectos relacionados con los mecanismos de atracción de presas, el valor selectivo de la captura,
la existencia de conflictos entre la evolución de la captura y la de la polinización, y el papel de las restriccio-
nes sobre la evolución del hábito carnívoro.
Palabras clave: hábito carnívoro, carnivoría, plantas carnívoras, trampas, presas.
Abstract. Carnivorous plants have the ab ility for attracting, catching, digesting and assimilating preys, through
morphological and physiological specializations of theirs leaves. In this work we review sorne poorly studied
aspects regarding the ecology of carnivorous plants, as well as, the selective pressures that have shaped the
characteristic attributes of these plants. In particular, we emphasize those aspects related with the mecha-
nisms of prey attraction, the selective value of capture, the existence of a trade-off between capture and pollination
evolution, and the role of selective constraints on the evolution of the carnivorous habit.
Key words: carn ivorous habit, carnivory, carniyorous plants, traps, preys.

1983; Givnish, 1989). La habilidad de estas plantas


L as plantas carnívoras aparecen por primera vez
en la literatura botánica en el año de 1554 en un
tratado sobre vegetación escrito por Dodonaeus. Esta
para consumir tejidos animales depende del éxito de
cada uno de los procesos que ocurren desde la lle-
referencia se limita a la ilustración de una especie de gada de la presa hasta su asimilación. Es por esta razón
Drosera que fue erróneamente clasificada como un que los atributos relacionados con la atracción de pre-
musgo. Debieron pasar más de 300 años para que los sas, como la modificación de las hojas en complejos
naturalistas entendieran el significado ecológico de sistemas de trampa, y la maquinaria enzimática ne-
la carnivoría. Darwin (1875) demostró que la captu- cesaria para digerir y asimilar a las presas, se han in-
ra de presas incrementaba el crecimiento y la produc- terpretado como adaptaciones y por lo tanto, como
ción de semillas. Desde entonces, las plantas carnívoras el resultado de la selección natural. Esta serie de ca-
han ejercido una gran fascinación en los estudiosos racterísticas han permitido que las plantas carnívo-
de las interacciones bióticas. Gran parte de ese inte- ras utilicen una fuente alternativa de recursos
rés proviene de que las plantas carnívoras han inver- minerales, y se ha sugerido que éstas les han confe-
tido los papeles tradicionales que juegan las plantas rido la habilidad para colonizar hábitats con suelos
y los animales, es decir, las plantas se han converti- pobres, ácidos o tóxicos, que no son apropiados para
do en los cazadores y l'os animales en las presas. En otras especies de plantas (Benzing, 1987).
este proceso las plantas carnívoras han desarrollado En esta revisión haremos una reseña de las carac-
la capacidad de capturar presas, en su mayoría insec- terísticas más sobresalientes de la biología de las plan-
tbs, y de aprovecharlas como fuente de elementos esen- tas carnívoras. En particular, discutiremos las hipótesis
ciales (Lloyd, 1942; Schnell, 1976; Slack, 1979; Lüttge, sobre el origen del hábito carnívoro, la distribución

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Alcalá RE, Domínguez CA. 1997. Biología de las plantas carnívoras: aspectos ecológicos y evolutivos. Boletín de la Sociedad Botánica
de México 60: 59-69.
RAúL E. ALCALÁ y CÉSAR A. DOMÍNGUEZ

de los grupos que presentan este hábito, así como sus tualmente es utilizado en la atracción de presas evo-
relaciones filogenéticas. Asimismo, haremos énfasis lucionó originalmente como una recompensa para
en aspectos de la ecología y la evolución del hábito atraer hormigas que defendían a las p lantas del ata-
carnívoro que han sido poco explorados, como la que de herbívoros (Simons, 1981). De hecho, N. bi-
existencia de restricciones sobre la evolución del ta- calcarata una especie típicamente carnívora, mantiene
maño, la biología reproductiva y el valor selectivo de actualmente una relación mutualista con hormigas que
este hábito. está mediada por néctar (Givnish, 1989).
Con excepción de las regiones Articas, las p lantas
Origen y distribución de las plantas carnívoras carnívoras han sido capaces de colonizar ambientes
tropicales, templados, alpinos y semidesérticos, por lo
El hábito carnívoro en las plantas es polifilético y se que su distribución puede considerarse como cosmo-
ha originado de manera independiente en al menos polita (Lüttge, 1983). Algunos géneros como Utricu-
6 órdenes distintos (Sarraceniales, Saxifragales, Scro- laria y Drosera están presentes en todos los continentes
phulariales, Violales, Nepenthales y Bromeliales) . Las (figura la y b), mientras que el género Pinguicula se
cerca de 550 especies conocidas están distribuidas en distribuye principalmente en las zonas templadas del
9 familias y 18 géneros (Thompson, 1981; Lüttge, 1983; hemisferio norte (figura le). En contraste, existen gé-
Juniper et al., 1989) (tabla 1). El origen polifilético neros cuya distribución es muy restringida. Por ejem-
de la carnivoría puede interpretarse como una evi- plo, Dionaea únicamente se localiza en la costa
dencia de evolución convergente, y por lo tanto de Atlántica de los Estados Unidos (figura ld). La dis-
adaptación a condiciones similares (ver Harvey y Pagel, tribución de otros géneros corresponde con los cen-
1991; Albert et al., 1992). tros de diversificación propuestos para las p lan tas
Aunque no se sabe con certeza cómo se originó carnívoras que son: i] El sudoeste de Australia con 5
el hábito carnívoro en las plantas, en general se acepta géneros (Polypompholyx, Byblis, Cephalotus, Drosera y Utri-
que evolucionó a partir de características que en un cularia); ii] sur del los Estados U nidos y México con
principio tenían otra función, por lo que el hábito 5 géneros ( Utricularia, Dionaea, Drosera, Pinguicula, y
carnívoro es en realidad una exaptación (sensu Gould Sarracenia); y iii] Las tierras altas de la Guayana y el
y Vrba, 1982). Esta visión supone que la evolución de norte de Sudamérica con 6 géneros simpátricos (Bro-
los sistemas de trampa, es decir de las estructuras cchinia, Catopsis, Heliamphora, Utricularia, Drosera y
involucradas en la captura y asimilación de las pre- Genlisea).
sas, ocurrió inicialmente en respuesta a presiones de La distribución de algunos taxa que presentan el
selección no relacionadas con la carnivoría. Por ejem- hábito carnívoro se encuentra restringida a un con-
plo, se ha sugerido que el mucílago y los tricomas tinente y podría estar relacionada con eventos de
glandulares de Pinguicula y Drosera, evolucionaron deriva continental (Speirs, 1981). Por ejemplo, el
originalmente como un mecanismo de defensa en orden Sarraceniales es netamente americano, la fa-
contra de los herbívoros (Juniper et al., 1989). Tam- milia Nepenthaceae está restringida principalmente
bién se ha propuesto que las complejas trampas en al continente asiático (Borneo), mientras que las
forma de jarro como las de Heliamphora, Sarracenia, Violales carnívoras se distribuyen exclusivamente en
o Nepenthes, evolucionaron a partir de especies con África (Juniper et al., 1989) .
hojas peltadas capaces de contener e l agua de lluvia En México se pueden encontrar tres géneros de
(Simons, 1981). El hecho de que estos "estanques" plantas carnívoras: Pinguicula y Utricularia en la familia
funcionaran como trampas primitivas para una gran Lentibulariaceae, e Ibicella en la familia Martyniaceae;
cantidad de insectos pudo haber favorecido la evo- ambas familias pertenecen al orden Scrophulariales.
lución de las trampas actuales (Givnish, 1989) . Es El género Pinguicula cuenta con más de 30 especies,
notable que las especies pertenecientes a géneros las cuales se distribuyen en su mayoría en la parte
primitivos como Heliamphora utilizan únicamente el central del país. Debido a su elevada diversidad y al
agu a de lluvia para el funcionamiento de sus tram- alto número de endemismos (mayor del 90%), se
pas, en contraste las plantas de Nepenthes, un género piensa que México es el centro de diversificación actual
más moderno, producen secreciones que son adicio- de este género (Zamudio, 1993) . En contraste con la
nadas al agua aumentando la eficiencia enzimática de diversidad de especies de Pinguicula, Ibicella es un
estas trampas (Slack, 1979). Existe otra hipótesis que género monotípico cuyo único representante es J.
sugiere que las trampas de especies de Nepenthes y lutea, la cual habita únicamente en el norte de Méxi-
Cephalotus se originaron como resultado de una aso- co y el sur de los Estados Unidos. Por otra parte, el
ciación antigua con hormigas (Simons, 1981). Esta género Utricularia se encuentra representado por 18
hipótesis se basa en la idea de que el néctar que ac- especies, tres de las cuales son endémicas a México

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BIOLOGÍA DE LAS PLANTAS CARNÍVORAS

Tabla 1. Distribución taxonómica de las especies de plantas carnívoras y caracterización de sus sistemas de
captura. Sistemas activos: trampas con cierre (C) y captura por succión (S); sistemas pasivos: trampas adhesi-
vas (A) y jarrones (J) . Fuentes: Heslop-Harrison (1978), Givnish (1989), Juniper et al. (1989).

Orden Familia y Género No. de especies Sistema de Captura

Sarraceniales Sarraceniaceae
Heliamphora 5
Sarracenia 8
Oarlintonia r
Scrophulariales Lenti bulariaceae
Pinguicula 52 A
Utricularia 280 s
Biovularia 2 s
Polypompholyx 2 s
Cenlisea 15 A

Martyniaceae
Jbice/la A

Bromeliales Bromeliaceae
Brocchinia
Catopsis

Nepenthales Nepenthaceae
Nepenthes 70

Droseraceae
Diana ea 1 e
Aldrovanda 1 e
Orosophyllum 1 A
Drosera 11 o A

Violales Dioncophyllaceae
Triphyophy/lum A

Saxífraga les Byblidaceae


Byblis 2 A

Cephalotaceae
Cephalotus

(M. Olvera, com. pers.). Las especies de este género herbáceos perennes de estos órdenes. No obstante,
se distribuyen en todo el territorio nacional, pero la a pesar de esta restricción, exis te una gran variedad
mayor parte se concentra en el centro y el sur del país de formas entre las plantas carnívoras . Las más co-
(Olvera, 1996) . El origen de estas especies es tanto munes son las formas arrosetadas ( i.e., Pinguicula,
neártico como neotropical (M. Olvera, com. pers.). Brocchinia, Catopsis, Cephalotus), aunque tambié n exis-
ten especies que crecen como trepadoras ( i.e., Nepen-
Ecología de las plantas carnívoras thes ), y otras como hierbas erectas (i. e., Ibicella). Entre
las formas arrosetadas existe una gran variación, ya
Aunque el hábito carnívoro ha surgido independien- que podemos encontrar plantas terrestres (Pinguicu-
temente en 6 órdenes distintos de plantas, su evolu- la), epífitas (Brocchinia), y acuáticas. Las especies de
ción ha esta do asociada únicamente a los taxa géneros como Utricularia, Biovularia y Polypompholyx,

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RAúL E. ALCALÁ v C ÉSAR A. DoMíNGUEZ

son en su mayoría acuáticas y algunas han adquirido resultado de las exigencias ecológicas y fisiológicas que
el hábito fitotelmático, es decir, son plantas que vi- ha impuesto la evolución del hábito carnívoro. Aun-
ven en el agua que se acumula en otras plantas más que la evolución de la carnivoría en las plantas les
grandes como las bromelias (Lloyd, 1942). ha permitido una independencia relativa de los nu-
Otra de las características de las plantas carnívo- trimentos del suelo (en particular nitrógeno), tam-
ras que está íntimamente relacionada con el hábito bién ha generado demandas fotosintéticas muy altas
herbáceo es su tamaño reducido. Por ejemplo, algu- (Givnish et al., 1984). Estas demandas están asocia-
nas plantas como Drosera pygmaea miden únicamente das con los altos costos de producción de las tram-
10 mm de diámetro, y géneros completos como Pin- pas, glándulas y enzimas necesarias para la captura y
guicula, Cephalotus y Triphyophyllum, por mencionar sólo digestión de las presas, así como con la reducción en
algunos, se caracterizan por el reducido tamaño de la eficiencia fotosintética debida a la especialización
sus rosetas. de las hojas (Chapin y Pastor, 1994). En consecuen-
De acuerdo con lo anterior, las plantas carnívoras cia, los costos asociados con la obtención de nutri-
tienden a ser herbáceas, perennes y de talla peque- mentos son mayores para las plantas carnívoras que
ña. En nuestra opinión, estas características son el para las plantas que obtienen todo sus re-querimien-

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Figura l. Patrones de d istribu ción de algun os géneros y especies d e plantas carnívoras. Los géneros Utricularia (a)
y Drosera (b) prese ntan una distribución geográfica muy am plia, enco ntrán d ose bien representados en ambos h e-
misferios. La distribución del género Pinguicula c) es principa lmente se ptentrional. En co ntraste, algu nos gé n eros
de distribución más restringida son: Dionaea (1), Sarracenia (2) , Darlinglonia (3), Heliamf1lwra y Brocchinia ( 4) , Gen-
lisea (5), DrosojJh.yllum (6) , 1hphyophyllwn (7), Ne/Jenlhes (8) y Pol)1pornpholyx (9) (d). Modificado de Givn ish (1989).

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BIOLOGÍA DE LAS PLANTAS CARNÍVORAS

tos minerales a través de la raíz (Givnish et al., 1984; El proceso de captura comienza con la atracción
Karlsson et al., 1991). Esto genera que los beneficios de las presas. Debido a la limitación de nutrimentos
derivados de la carnivoría sólo excedan a los costos propia de los sitios en los que crecen las plantas car-
en condiciones ecológicas muy particulares, es decir, nívoras, la selección natural favorecería a aquellos
en sitios donde la competencia con especies no car- individuos que tuvieran la capacidad para atraer ac-
nívoras está muy relajada (sitios con suelos pobres en tivamente a sus presas (Juniper et al., 1989). Aunque
nutrimentos, suelos ácidos, o tóxicos), y en los cuales se ha sugerido que varios atributos de las plantas
la principal limitante al crecimiento de las plantas es carnívoras, como el color o el olo~ de las trampas,
el nitrógeno (i.e., sitios con una buena disponibilidad funcionan como atrayentes, aún no se ha demostra-
de agua y luz). Es probable que la misma relación do que éstos influyen directamente sobre el compor-
costo/beneficio que ha permitido la colonización de tamiento de los animales. Estos mecanismos de
ambientes extremos,. también haya restringido la evo- atracción son similares a los que se han desarrollado
lución del hábito carnívoro más allá de especies her- en las interacciones entre polinizadores y las flores.
báceas, perennes y pequeñas. Nosotros sugerimos que Sin embargo, en la polinización existe generalmen-
la baja eficiencia fotosintética asociada al hábito car- te una correlación entre el mecanismo de atracción
nívoro no es suficiente para satisfacer los requerimien- y la presencia de recompensas (Dobson, 1987; Calen,
tos de plantas de grandes dimensiones, leñosas, o con 1989; Real y Ratchke, 1991), mientras que en las plan-
ciclos de Vida cortos. Por ejemplo, es interesante notar tas carnívoras sólo algunas especies ( i.e., Sarracenia,
que independientemente del nivel de la comparación, Darlingtonia y Nepenthes) utilizan recompensas (néc-
los órdenes (i.e., Sarraceniales dentro del super or- tar) como mecanismo de atracción (Slack, 1979;
den Aristolochiales) las familias (i.e., Lentibulariaceae Lüttge, 1983).
dentro del orden Scrophulariales), y los géneros (i.e, La gran mayoría de plantas carnívoras no ofrecen
Triphyophyllum, dentro de la familia Dioncophyllaceae), ninguna recompensa a sus presas, y estas son atraí-
en los que se presenta el hábito carnívoro tienden a das "aprovechando" las imágenes de búsqueda que
tener las especies más pequeñas dentro del grupo. Ob- se han desarrollado en los insectos a lo largo de su
viamente, la validez de esta propuesta requiere de u.na evolución con las flores. Por ejemplo, muchas espe-
exploración más profunda. cies de plantas con flores utilizan los patrones de
reflexión de luz ultravioleta para guiar a los polini-
Mecanismos de atracción zadores hacia las recompensas florales (Waser y Pri-
ce, 1985; Haslett, 1989). Algunas plantas carnívoras
Para que una planta pueda ser considerada como de géneros como Drosera, Heliamphora, Brocchinia y
carnívora debe poseer una serie de atributos que le Dionaea presentan zonas de reflexión y de absorción
permitan atraer a sus presas, atraparlas, digerirlas y de luz ultravioleta que utilizan para atraer a sus pre-
asimilarlas (Heslop-Harrison, 1978; Juniper et al., sas hacia las trampas (Glossner, 1992). En contraste,
1989) . En la naturaleza existen muchas especies de algunas plantas jarro ( i.e., Sarracenia y Heliamphora)
plantas que poseen alguno de estos rasgos. Por ejem- presentan una venación rojiza en las trampas que
plo, entre las angiospermas existe una amplia gama conduce a los insectos hacia su interior (Fish y Hall,
de atributos relacionados con la atracción de los 1978; Schnell, 1976; Slack, 1979). Otras especies pro-
polinizadores, tales corno la presencia de recompen- ducen pequeñas gotas de agua con azúcar que al
sas (néctar y aceites), y la coloración de las flores refractar la luz atraen a los polinizadores (Vogel, 1983) .
(Stebbins, 1970; Faegri y Van der Pijl, 1971; Real, 1983; Este mecanismo también se presenta en plantas car-
Stanton, 1987; Lovett Doust y Lovett Doust, 1988). nívoras, pero en este caso es utilizado para atraer a
Otras especies han desarrollado, durante su evolución, sus presas. Por ejemplo, las plantas del género Pin-
atributos que les permiten atrapar y matar insectos guicula poseen glándulas en la superficie foliar que
como parte de sus estrategias de defensa en contra producen gotas de mucílago pegajoso. La luz refrac-
de los herbívoros (Gilbert, 1971; Levin, 1973; Edwards tada por las gotas de mucílago podría atraer a las
y Wratten, 1980). Incluso, las hojas de algunas espe- presas de manera similar a como lo hacen las gotas
cies son capaces de realizar movimientos rápidos que de azúcar con los polinizadores. Una vez que la pre-
reducen el riesgo de ser consumidas por herbívoros sa es atraída hacia la trampa, las mismas gotas sirven
(Juniper et al., 1989). Sin embargo, a pesar de que para retenerla hasta que es digerida (Heslop-Harri-
el origen de estos atributos no está asociado con la son 1978, Lüttge, 1983) . El mucílago entonces podría
evolución del hábito carnívoro, es en este tipo de funcionar tanto como un mecanismo de atracción
plantas en las únicas en las que la selección natural como de captura de presas.
ha favorecido su ocurrencia simultánea. Se ha sugerido que los estímulos olfativos también

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RAúL E. ALCALÁ y CÉSAR A. DOMÍ NGUEZ

a.

b.

c.

d.

Figura 2. Existen dos sistemas pasivos de captura en las plantas carnívoras. En las trampas ad h esivas, por ejemplo,
las de las especies de Drosera (a), las presas son inmovilizadas por las gotas de mu cílago pres e n tes en las hoj as . En
las trampas con forma ele jarro, como e n Sarraceniasp . (b), la presa atraída mediante la presencia d e néctar, cae al
in terio r y es dige rida por e l líquido digestivo conten ido en las trampas. Los sistemas de captura activos se caracte-
ri za n por la presencia d e movimientos rápidos de las trampas inducidos por e l contacto directo ele la presa. Uno
ele los ejemplos más típ icos de encierro activo se presenta en Dionaea muscipula (e). En este caso, cu ando un insec-
to toca los tri comas sensitivos dispuestos e n e l in terior el e la trampa, ésta se cierra ráp idamente evitando e l escape
ele su presa. La captura por succión se prese nta exclusivamente e n plantas acuáticas como e n Utricu laria ( d). Estas
plantas presentan pequeñas tramp as sumergidas (utrícu los) qu e al ser estimuladas mediante e l roce de p e los tác-
ti les situados a lrededor d e la zo na de apertura, abren ráp idame nte el opérculo su ccionando a sus presas . Modifi-
cado d e Heslop-Harrison (1978).

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BIOLOGÍA DE LAS PLANTAS CARNÍVORAS

podrían estar involucrados en el proceso de atracción inactividad y evita los costos asociados con la produc-
de presas, sin embargo la evidencia es muy escasa ción de compuestos enzimáticos.
(Miles et al., 1975; Givnish 1989). El otro tipo de trampas activas, las trampas por
succión, se presentan únicamente en las especies de
Sistemas de trampa géneros como Utricularia, Biovularia, y Polypompholyx
(figura 4d). Estas trampas están formadas por una pe-
Los sistemas de trampa de las plantas carnívoras se queña cavidad, o utrículo, cerrada por un opérculo.
han dividido en función de la presencia o ausencia Este sistema funciona manteniendo una diferencia de
de movimientos asociados con la captura de presas presiones entre el interior y el exterior del las tram-
(figura 2). Los sistemas pasivos se caracterizan por- pas (Sydenham y Findlay, 1973). Cuando algún ani-
que la captura no involucra ningún tipo de respues- mar toca los pelos sensitivos ubicados cerca del
ta directa de la planta a la presencia de la presa, En opérculo, éste se abre rápidamente succionando a la
esta categoría se encuentran las trampas adhesivas presa. Este movimiento se realiza en un período no
como las observadas en Drosophyllum, Pinguicula o mayor a 30 milisegundos. El tipo de presas más fre-
Drosera, en las cuales los insectos quedan atrapados cuentemente capturadas por estas plantas son rotíferos
por el mucílago pegajoso que se produce en las ho- y larvas de artrópodos (Lloyd, 1942).
jas (figura 2a) (Heslop-Harrison, 1978; Lüttge, 1985).
El otro tipo de trampas sin movimiento se conoce Asimilación de las presas
como de encierro pasivo y se presenta en especies
como Sarracenia y Nepenthes (figura 2b) . En es tas es- Debido a que las trampas de las plantas carnívoras se
pecies las hojas se han modificado al grado que han encuentran generalmente expuestas al ambiente ex-
formado verdaderos recipientes que pueden llegar a terno, y por lo tanto son susceptibles de ser coloni-
acumular hasta un litro de agua. Estas plantas, cono- zadas por microorganismos, originalmente se propuso
cidas como jarrones, atraen a los insectos por medio que la digestión de las presas se realizaba por hon-
de recompensas (néctar). Cuando la presa se posa en gos y bacterias (Lüttge, 1985). Actualmente existe
el borde de la trampa, resbala y cae al interior debi- suficiente evidencia que demuestra que las plantas
do a que las paredes internas están lubricadas con ce- carnívoras tienen la capacidad de digerir' y asimilar
ras. Posteriormente, los compuestos nitrogenados a sus presas por ellas mismas (Heslop-Harrison, 1978;
provenientes de la digestión de las presas son incor- Lüttge, 1985; Robins, 1976). Por ejemplo, se ha com-
porados a los tejidos de las plantas mediante proce- probado que las zonas de actividad enzimática digestiva
sos de transporte activo. coinciden siempre con la presencia de glándulas
Por otra parte, los sistemas que presentan movi- (Heslop-Harrison, 1978). En estudios con plantas del
mientos de las trampas se dividen en encierros acti- género Nepenthes se ha observado que la presencia de
vos y captura por succión. El encierro activo se proteasas ocurre aún antes de la primera apertura del
presenta en plantas de los géneros Dionaea y Aldro- opérculo, es decir, antes de que las trampas pudie-
vanda, las cuales han desarrollado mecanismos que ran haberse contaminado con microorganismos (Lütt-
les permiten cerrar sus trampas rápidamente al ser ge, 1985). En Dionaea muscipula se ha encontrado que
estimuladas por el contacto de las presas (Williams, las enzimas digestivas se producen únicamente des-
1980). Se ha observado que las trampas de Dionaea pués de la captura de una presa (Heslop-Harrison,
muscipula son activadas cuando se acciona alguno de 1978). Además, se ha observado que la aplic ación
los "gatillos" mecánicos que están situados sobre la experimental de compuestos nitrogenados, como el
superficie de las hojas (figura 2c) (Williams, 1980). amoníaco y los ácidos úrico y glutámico, induce el
En esta especie ha evolucionado un dispositivo que cierre de las trampas, así como la producción de
le permite discrimi:riar entre los estímulos provoca- enzimas digestivas en esta especie. Este resultado
dos por las presas y los que se deben a otros agen- sugiere que existe un alto grado de especificidad en
tes. El cierre de la trampa es un fenómeno poco los estímulos requeridos para "disparar" la actividad
específico, ya que incluso las gotas de lluvia pueden enzimática de las trampas (Robins, 1976; Williams,
activarla. En contraste, cuando se produce una esti- 1980) .
mulación química inducida por los compuestos pro- El tiempo que tarda una planta en iniciar el pro-
teicos de las presas capturadas, se observa un cierre ceso digestivo una vez que capturó a su presa varía
definitivo de la trampa que se continúa con la pro- entre las diferentes especies. Por ejemplo, en plan-
ducción de enzimas digestivas (Williams, 1980). Por tas de los géneros Dionaea y Drosera la máxima respuesta
lo tanto, cuando una trampa es disparada sin lograr enzimática se alcanza hasta los 3 ó 4 días después de
una captura, este mecanismo minimiza el tiempo de la captura (Scala et al., 1969; Clancy y Coffey, 1977).

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RAúL E. ALCALÁ y CÉSAR A. DOMÍNGUEZ

En contraste, las especies del género Pinguicula son que en Pinguicula moranensis la variación en el número
capaces de iniciar la secreción de enzimas digestivas de presas capturadas por individuo durante una tem-
a los pocos minutos de haber capturado a una presa porada de crecimiento puede ir desde cero hasta 280
(Heslop-Harrison, 1978). (R. E. Alcalá y C. A. Domínguez, datos no publicados)
y que estas diferencias en la habilidad para capturar
Valor de la captura de presas presas se traducen en diferencias en la producción
individual de frutos. Además, el éxito en la captura
Varios trabajos han mostrado que la captura de pre- de presas en estas plantas depende tanto de la varia-
sas representa un beneficio real para las plantas car- ción en el área de la roseta, como de la variación en
nívoras. Estos beneficios pueden expresarse en la densidad de las glándulas de captura presentes en
términos de incrementos en el crecimiento y el éxi- la superficie de las hojas. Existen trabajos que han
to reproductivo (Darwin, 1875; Aldenius et al., 1983; evaluado la variación en el éxito en la captura entre
Chandler y Anderson, 1976a; Karlsson et al., 1991; diferentes poblaciones, o en relación con los atribu-
Karlsson y Pate 1992). Los trabajos clásicos de Darwin tos de las plantas en condiciones naturales (Dixon et
( 1875), así como los de Chandler y Anderson (1976a) al., 1980; Wolfe, 1981; Karlsson et al., 1987; Jaffe et al.,
y los de Aldenius et al. (1983), demostraron que la 1992; Antor y García, 1994; Zamora, 1995), pero és-
adición experimental de presas producía un incremen- tos han utilizado un enfoque puramente descriptivo
to significativo en el peso seco de las plantas y en la y no han establecido su relación con la adecuación
producción de semillas. Por su parte, Dixon et al. de las plantas.
(1980) encontraron que aproximadamente el 70% del
nitrógeno contenido en los insectos puede ser asimi- Restricciones al hábito carnívoro
lado por las plantas carnívoras. Gibson (1983) calcu-
ló que una sola trampa de Sarracenia puede capturar Considerando que la carnivoría se ha interpretado
cerca del 16% del total de los recursos requeridos por como una adaptación para sobrevivir en ambientes
una planta en una temporada de crecimiento. Asimis- pobres, cabría preguntarse ( cf Benzing 1987) por qué
mo, la escasez de asociaciones micorrícicas caracte- solamente unas 500 de las 250 mil especies de angios-
rística de las plantas carnívoras pero no exclusiva de permas presentan el hábito carnívoro. Probablemente
éstas, ha sido otro argumento a favor del valor adap- este hecho no se debe a la rareza de sitios con sue-
tativo de este hábito (Peyronel, 1932). los pobres en nutrimentos, y tal vez podría ser el
En contraste, existe evidencia experimental que ha resultado de la relación entre los costos y los benefi-
mostrado que los individuos de especies como Sarra- cios asociados con el hábito carnívoro. Debido a que
cenia, Nepenthes, Drosera, Dionaea y Utricularia, son ca- los mecanismos de trampa y los procesos enzimáticos
paces de crecer y florecer normalmente sin necesidad involucrados en la digestión de las presas son muy
de ningún aporte de nitrógeno de origen animal costosos, y a que estos costos son en su mayoría su-
(Sorenson y Jackson, 1968; Daubenmire, 1974; Sma- fragados por los productos de la fotosíntesis, Givnish
ll et al., 1977). Sin embargo, debido a que estos estu- et al. (1984) predijeron que en ambientes pobres en
dios se realizaron en condiciones de laboratorio, la luz o agua el hábito carnívoro estaría fuertemente
heterogeneidad ambiental y las interacciones con otras limitado. En otras palabras, los ambientes favorables
especies fueron excluidas, por lo que los resultados para las plantas carnívoras serían no sólo aquellos con
de estos trabajos deberían ser interpretados con cau- suelos pobres en recursos minerales, sino además sitios
te la (véase Juniper et al., 1989). bien iluminados y húmedos, al menos durante la tem-
En resumen, la evidencia disponible sugiere que porada de crecimiento. Estas restricciones ambientales
la adición de presas tiene consecuencias sobre el creci- reducirían fuertemente la probabilidad de que las
miento y el éxito reproductivo de las plantas (Darwin, plantas carnívoras colonizaran con éxito otros sitios,
1875; Chandler y Anderson, l 976a; Aldenius et al., ya que en ambientes desfavorables los costos asocia-
1983; Dixon et al., 1980; Karlsson et al., 1991; Karls- dos con el hábito carnívoro superarían a los benefi-
son y Pate, 1992). Sin embargo, no existen trabajos cios (Givnish et al., 1984). Por ejemplo, se ha mostrado
enfocados a explorar el valor adaptativo de la captu- experimentalmente que el crecimiento de plantas de
ra en condiciones naturales. Para ello sería necesa- Drosera whittakeri depende más de condiciones lumí-
rio determinar si existen diferencias a nivel individual nicas adecuadas que del aporte de presas (Chandler
en el éxito en la captura de presas, si estas diferen- y Anderson, l 976b). Las plantas que fueron alimen-
cias están asociadas con la variación fenotípica de las tadas con presas pero sujetas a condiciones lumíni-
plantas, y si ambas se relacionan con la adecuación cas deficientes, crecieron 77% me nos que las plantas
(ver Endler, 1986). Al respecto, hemos encontrado que se desarrollaron en buena situación lumínica y

66
BIOLOGÍA DE LAS PLANTAS CARNÍVORAS

no fueron suplementadas con insectos. Asimismo, que utilizan las plantas carnívoras para atraer a sus
cuando las condiciones lumínicas son desfavorables, presas evolucionaron originalmente como resultado
algunas especies de Nepenthes, Dionaea y Heliamphora de la interacción entre las plantas y sus polinizado-
producen trampas más pequeñas (Slack, 1979;Jaffe, res. Probablemente la evolución del hábito carnívo-
et al., 1992). ro supuso la adquisición de la maquinaria necesaria
A partir de trabajos en los que se han controlado para la captura y asimilación de las presas, y tomó
los niveles de fertilización del suelo y el aporte de ventaja de los atributos encargados de la atracción de
presas (Aldenius et al., 1983; Chandler y Anderson, los polinizadores. Este hecho debió haber generado
l 976a), se ha establecido que el mayor beneficio aso- un conflicto entre el beneficio obtenido por la cap-
ciado al hábito carnívoro se presenta en sitios con tura, y el costo asociado con la pérdida en la recep-
escasez de nutrimentos en el suelo. Por tanto, el va- cióñ y donación de polen. De esta manera, la evolución
lor de la captura de presas debería disminuir en fun- de la carnivoría podría haber tenido una influencia
ción del incremento en la cantidad de nutrimentos directa en la evolución de los atributos relacionados
disponibles, particularmente nitrógeno (Givnish et al., con el sistema reproductivo de estas plantas. Es inte-
1984). La evidencia reciente sugiere que la validez de resante notar que algunas de las características de los
es ta hipótesis no es tan general, ya que el valor de la sistemas reproductivos de las plantas carnívoras son
captura de presas depende de la característica usada consistentes con esta hipótesis. Se ha demostrado que
para evaluar el desempeño de las plantas y de la es- en muchas plantas carnívoras la composición del gre-
pecie de planta carnívora estudiada (Karlsson et al., mio de polinizadores es diferente del de las presas
1991; Chapín y Pastor, 1994). (Givnish , 1989). En la mayoría de los casos, la dife-
Además de los costos fotosintéticos, existen otros rencia es una cuestión del tamaño relativo de los po-
factores que no han sido considerados y que pueden linizadores y las presas. Por ejemplo, el ta maño
modificar la relación costo/beneficio de la carnivo- promedio de las presas de Pinguicula nevadense es tan
ría. Las interacciones con otras especies pueden in- sólo de algunos milímetros. Debido a que las tram-
crementar el costo de la captura, ya que, por ejemplo, pas no pueden retener animales que excedan cierto
cerca del 50% de las capturas realizadas por algunas tamaño, los polinizadores tienen una probabilidad muy
especies de Pinguicula pueden ser robadas por hor- baja de ser atrapados (Zamora, l 990a). Otras espe-
migas (Zamora, l 990b) . cies han resuelto el problema separando los órganos
Por otra parte, la maquinaria enzimática aso- reproductores de los atributos de captura. Es común,
ciada a la carnivoría podría tener otras funciones y por ejemplo, que la producción de flores se realice
proporcionar ventajas adicionales a las plantas. En- sobre escapos alejados de las trampas (Juniper et al.,
tre estas ventajas se podría mencionar la reducción 1989), o que la época reproductiva esté desfasada de
en los niveles de herbivorismo ( Givnish, 1989), como la temporada de captura (Shetler, 1974).
en el caso de Pinguicula moranensis, una especie que Sería interesante realizar estudios comparativos en
produce mucílago para capturar presas, en la cual el los que se contrastaran los atributos reproductivos de
daño por herbívoros o patógenos tiende a ser muy las plantas carnívoras con los de otras especies em-
bajo (R. Alcalá, obs. personal). Otra ventaja asocia- parentadas con ellas. Asimismo, estudios detallados
da con la producción de enzimas digestivas es la ca- en el campo ayudarían a entender la dinámica selectiva
pacidad para asimilar sustancias vegetales como el que opera sobre los atributos relacionados con la
polen, o los restos de otras plantas, que accidental- reproducción y la captura de presas.
mente caen en las trampas (Harder y Zemlin, 1968).
Tales ventajas podrían reducir los costos de fabrica- Comentarios finales
ción y mantenimiento de la maquinaria enzimática
y producir un balance más favorable para las plantas. Las fascinantes características que distinguen a las
plantas carnívoras, como su extremada rareza expre-
Biología reproductiva de las plantas carnívoras sada en términos de su bajo número de especies, y
las elaboradas adaptaciones que les permiten consu-
Se ha sugerido que las primeras presas de las plan- mir pequeñas presas, han despertado un enorme
tas carnívoras pudieron ser sus propios polinizadores interés entre los estudiosos de la botánica. Este inte-
(Juniper et al., 1989; Glossner, 1992). A pesar de la rés se refleja en la gran cantidad de estudios que han
impo rtancia evolutiva de esta hipótesis existe un va- abordado diferentes aspectos de la biología de estas
cío de conocimiento con respecto a la biología de la especies. No obstante, la mayoría de los trabajos se
reproducción de este tipo de especies. Como me n- han enfocado a los aspectos descriptivos de los me-
cionamos anteriormente, muchos de los mecanismos canismos de captura y asimilación de las presas. En

67
RAúL E. ALCALÁ y CÉSAR A. DoMiNGUEZ

particular, la pregunta de cómo se originó el hábito Clancy F.G.A., Coffey M.D. 1977. Acid phosphatase and
carnívoro ha generado una gran cantidad de hipóte- protease release by the insectivorous plant Drosera rotun-
sis, que en su mayoría no han sido evaluadas. Los difolia. Canadian journal of Botany 56:480-488.
géneros Brocchinia y Catopsis podrían ser de gran uti- Darwin C. 1875. Insectivorous Plants. John Murray, London.
lidad para entender el origen evolutivo del hábito Daubenmire R.F. 1974. Plants Environment. A Text Book of
carnívoro, ya que aunque la mayoría de las especies Autoecology. John Wiley, New York.
que los componen no son carnívoras, algunas han Dixon K.W., PateJ.S., Bailey W.J. 1980. Nitrogen nutrition
desarrollado esta h abilidad. También existe un gru- of the tuberous sundew Drosera erytltrorltiza Lindl. with
po de hipótesis acerca de cuáles son las presiones special reference to the catch of arthropoda fauna by
selectivas que mantienen el hábito carnívoro, sin its glandular leaves. Australian journal of Botany 28:283-
embargo estas hipótesis necesitan ser validadas a la 297.
luz de estudios de campo y de estudios comparativos. Dobson H.E.M. 1987. Role of flower and pallen aromas in
Los estudios de campo deberían enfocarse a explo- host-plant recognition by solitary bees. Oecologia 72:618-623.
rar el valor adaptativo del hábito carnívoro en con- Dodonaeus R. 1554. Cruydt-Boeck (Ed. van Ravelingen, J.),
diciones naturales, así como a indagar cómo opera Leyden.
la selección natural sobre los atributos relacionados Edwards P.J., Wratten S.D. 1980. Ecology of Insect-Plant In-
con este hábito. Por otra parte, el enfoque compara- teractions. Edward Arnold. London .
tivo permitiría tomar en cuenta los aspectos históri- Endler J.A. 1986. Natural selection in tite wild. Princeton
cos que han operado en la evolución de estas especies University Press.
y sería, por lo tanto, un complemento para los estu- Faegri K., van der Pijl L. 1971. Tite Principies of Pollination
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versión previa de este manuscrito. Este trabajo fue morphometric floral traits: bumblebees and the alpine
financiado parcialmente por el Consejo Nacional de sky pilot, Polemonium viscosum. Evolution 43:882-890.
Ciencia y Tecnología a través de una beca de posgra- Gibson T.C. 1983. Competition, disturbance and the car-
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