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S.J. Schmidt.

La historia de la ciencia de la literatura nos muestra una serie de insuficiencias que han llevado a
una situación de crisis. Estas deficiencias se pueden situar en tres puntos:

a) Puntos de vista parciales o de excesiva simplicidad a la hora de determinar


el dominio de investigación de la ciencia de la literatura. Las diferentes escuelas
caracterizaban los distintos predominios por el fenómeno literario: el autor; el
trasfondo de la historia de las ideas; la obra tomada aisladamente; el receptor.

b) Insuficiencias en la metodología de la comprensión de los textos literarios.


No existe en la actualidad un método unánime aceptado para la interpretación y
valoración de los textos literarios.

c) Insuficiente esclarecimiento de los fundamentos teóricos y epistemológicos


de las ciencias de la literatura. No existe una ciencia de la literatura que tome
como fundamento la teoría analítica de la ciencia en una forma elaborada, es decir
no positivista.

De esta situación saca las siguientes conclusiones:

a) Habría que proponer como lo específico del dominio de la investigación,


todos los procesos de interacción social y de comunicación que tienen como
objetos temáticos lo que se llaman “textos literarios”. Tales procesos son los que
llamaremos “comunicación literaria”.

b) La ciencia de la literatura debe disponer de una metodología explícita y de


métodos racionalmente aplicables, que permitan hacer aserciones lógicamente
correctas que tengan un contenido empírico sobre aspectos de la comunicación
literaria.

c) La hermenéutica no tiene argumentos sólidos para oponerse a una ciencia


de la literatura sistemática (sobre la base de la variante de la teoría analítica de la
ciencia de…) que pueda ser considerada como una alternativa a las variantes
hermenéuticas. La alternativa que propone es la Teoría de la comunicación
literaria.

PARA UNA CLARIFICACIÓN DEL CONCEPTO DE COMUNCIACION LITERARIA.

Schmidt considera a la sociedad, bajo la perspectiva de la comunicación, como un sistema


complejo de sistemas de comunicación que se distinguen según la estructura y función de los
procesos de comunicación que en ellos se desarrolla. La función y estructura de los sistemas de
comunicación están institucionalizados por la evolución histórica de las distintas sociedades y
estabilizados a través de reglas y convenciones. Podemos clasificar a los sistemas de la siguiente
manera: política; economía; ciencia; cultura; etc. Cada uno de estos sistemas puede ser
subdividido en dominios constituyentes (la cultura en sistema educativo, religión, arte etc.). Los
dominios constituyentes se subdividen en sistemas elementos (el arte en artes plásticas; pintura;
literatura; música) Los diferentes sistemas pueden ser reconstruidos bajo formas de conjuntos
jerárquicamente ordenados de predicados y relaciones. Para ello es preciso partir del hecho de
que los diferentes sistemas poseen elementos comunes. La delimitación entre ellos se hace
teniendo en cuenta el carácter dominante de ciertos factores (??).

Para una clarificación descriptiva del concepto de comunicación literaria.

1-Hay personas en nuestra sociedad que producen textos o llevan a cabo acciones que
pertenecen al dominio de la comunicación estética. Estas personas son los productores de
objetos de comunicación literaria.

2-Hay personas a las que se le propones esos objetos como productos de comunicación literaria,
éstas las juzgan como tales y las transmiten, multiplican, difunden y comercializan. Éstas
personas serán llamadas los intermediarios de la comunicación literaria.

3-Las personas que reciben como objetos de comunicación literaria lo que se les presenta como
tal en 1 y 2, son los receptores de los objetos de comunicación literaria.

4-Aquellos que declaran como literarios los objetos de comunicación que reciben por medio de
sus propias producciones (escriben críticas, interpretan, traducen) son los agentes de
transformación de los objetos de comunicación literaria.

Los actos llevados en 1 y 4 se introducen como correlato del término comunicación literaria y
constituye el dominio de investigación de la teoría de la comunicación literaria.

Los autores de los textos literarios escriben para un público y quieren participar algo a alguien.
Los intermedios y los agentes de transformación sólo pueden ejercer su función si comunican con
otros a propósito de los textos literarios. El receptor debe construir una relación de
comunicación con el texto, aceptar el texto como fuente de información/emisor.

La comunicación se toma como un conjunto de actos sociales por mediación de un código


admitido por los participantes.

La teoría de la comunicación se ocupará de las condiciones, estructuras, funciones y


consecuencias de los actos que se concentran en los textos literarios. Los procesos de la
comunicación literaria tienen por objeto las relaciones entre los textos literarios y sus contextos.

Definimos lo literario como lo que los participantes de la comunicación implicados en procesos


de comunicación a través de textos tienen por literario sobe la base de las normas poéticas
válidas para ellos en una situación de comunicación dada.
LA REGLA F COMO PRIMER CRITERIO DE LIMITACIÓN DE LA COMUNICACIÓN
LITERARIA.

La especificidad de la comunicación se designará por medio de la regla F.

Los participantes en la comunicación no deben juzgar los objetos de comunicación interpretables


referencialmente o sus constituyentes según criterios de verdad (verdadero/falso). Los criterios
de verdad quedan suspendidos. La aceptación de esta regla implica que los papeles se han
vuelto fictivos: el productor de objetos de comunicación fictiviza su papel mediante una
separación consciente de las instancias “persona real” y “papel adoptado”. Los objetos de
comunicación que produce no pueden ponerse en relación directa consigo mismo, en tanto que
persona real. La fictivización del productor debe ser reconocida por el receptor para que la
comunicación se lleve con éxito. La fictivización del receptor consiste en la misma separación
consciente entre un yo real y un yo fictivo. La fictivización se produce bien cuando el receptor
acepta entrar en el papel fictivizado, en respuesta de la intención del productor. Los
participantes de la comunicación han aprendido la regla F en el proceso de su socialización y la
observan conscientemente.

Si consideramos la comunicación literaria como sistema-elemento de la comunicación estética


debe admitirse la validez de esta regla para la comunicación literaria. Si se acepta dicha regla,
de ello resulta una restricción del dominio de investigación de la teoría de la comunicación
literaria, excluyendo todos los textos que persiguen fines cuya función pragmática puede ser
fijada sin ambigüedad (dar clases, suscitar una mejora moral, hacer propaganda política).

Los efectos de la regla F en el dominio de los textos literarios, pueden ser caracterizados del
modo siguiente: si las aserciones contenidas en el texto literario el receptor no puede ponerlas
en relación con el modelo de realidad que puede ser admitido como el socialmente válido por el
productor, solo queda como marco de referencia para los elementos referenciales el mundo
construido en el propio texto y realizado por el receptor como lectura posible. Esto implica que el
receptor se compromete efectivamente con los datos tal como los concretiza al realizar el texto
como mundo textual. Tal compromiso significa que el receptor en su papel fictivizado no acepta
exclusivamente lo que es dado, que lo vincula en relación con los modelos de realidad social al
que adhiere, sino que entra en un debate con las concepciones que concretiza en el mundo
textual.

Reconocer la fictivización de los papeles del productor y el receptor lleva a no verse en la


obligación de referir los mundos textuales al marco de referencia de los modelos de realidad
válidos como en el caso de la comunicación no literaria. Se recomienda utilizar la expresión
mundo fictivo para los mundos textuales en su conjunto: un mundo fictivo es un sistema de
mundos que un receptor pone en correlación con el texto literario en la comunicación literaria, y
admite que el productor no afirma la existencia efectiva de personas, objetos y estados de cosas
que aparecen en el mundo textual. La regla F conduce a la construcción de mundos fictivos,
pero no excluye que una serie de aserciones en los textos o partes enteras de mundos textuales
puedan ser puestas en relación con el marco de referencia de la realidad de los receptores. Esta
relación tendrá importancia si desempeña un papel constitutivo para la organización en un
mundo textual coherente de datos puestos en el texto.

Si el receptor entra en un proceso de recepción en las condiciones de la comunicación literaria


opera bajo las siguientes premisas:

1 Cuenta con que el autor a fictivizado su papel y sus aserciones no deben ser tomadas como
verdades referenciales.

2 El marco de referencia que conviene para las aserciones del texto no está fijado de manera
unívoca, y el receptor no debe establecer su modelo de realidad como contexto.

3 De estas dos premisas depende que el receptor reciba de manera adecuada el tx como tx
literario. Si el tx literario carece de un tx restrictivo como marco de referencia, el receptor
deberá recurrir a hipótesis para construir una estructura de significación que posea para él una
coherencia. Estas hipótesis difieren de un momento a otro y de un receptor a otro por lo que se
explican así las variaciones de interpretación de los tx literario sin pérdida de coherencia para
cada receptor.

El texto literario está referido al modelo de realidad del receptor en la medida en la que el
receptor debe poner en práctica su sistema de presuposiciones para poder desarrollar una
lectura coherente.

La polifuncionalidad como segundo criterio de delimitación de la comunicación


literaria.

La polifuncionalidad puede ser definida como un conjunto de propiedades textuales significativas,


pretendidas por el productor de textos literarios y esperadas por el receptor, las cuales, dentro de la
comunicación literaria, deben aparecer necesariamente o estar ausentes de la misma manera
reconocible y valorable. La polifuncionalidad denomina un conjunto de propiedades significativas de
la organización de los elementos textuales que llevan a hacer posibles lecturas diferentes de los
propios constituyentes textuales. Las propiedades polifuncionales son de naturaleza estructural:
deben ser reconocidas por el receptor. Los receptores que participan de la comunicación literaria
deben reconocer estas estructuras como polifuncionales y de valorarlas como literalmente
significativas.

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