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El Yo

El yo siempre se compone de todas las mutilaciones, castraciones y penas, desgarros y desarraigos


que hemos sufrido.

El yo son los pedazos de lo que he perdido.

El yo son penas tatuadas en las venas.

Yo soy mis fracasos totales y sus fantasmas,

Yo soy ecos de palabras nunca dichas, o que se dijeron demasiado tarde, o demasiado pronto.

Yo soy jirones de mi vida misma

Yo soy los pedazos de tí que alcancé a guardar, en una cajita pequeña de madera que está en la repisa
donde pongo los libros que esperan ser leídos, mientras acumulan polvo.

Yo una pared humedecida y agrietada por el tiempo, con la pintura descascarándose,

los fierros oxidados del portón que nunca se cierra.

Yo soy ese nudo en la tráquea que guardo cada vez que te veo,

o cuando veo tu ausencia sentada a la mesa.

Yo soy ese llanto desgarrado en la sala de urgencias a las 5 de la mañana de una mañana fatal y triste
y gris y desesperada y enojada, de ese abril terrible que sería mejor olvidar.

Yo soy la rabia en la ducha que golpea la tina mientras las lágrimas se confunden con el shampoo de
manzanilla que alcanzaste a dejar comprado antes de irte

Yo soy las ojeras que me regalan las noches eternas de buscar respuestas que no están, ni en dios ni en
la Ciencia ni en las letras.

Yo soy la despedida imposible de enunciar

Soy la palabra que no alcanza a tocar el río de la realidad,

Soy los cirios eléctricos que acompañan la madera barnizada del último adiós
la lluvia que acompaña ese jueves de horror.

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