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Asociación Civil

Es una unión voluntaria de dos o más personas con una finalidad determinada. Tiene carácter privado de acuerdo con
el art. 33, inc. 1 del Código Civil:

"Las asociaciones y fundaciones que tengan por principal objetivo el bien común, posean patrimonio propio, sean
capaces por sus estatutos de adquirir bienes, nos subsistan exclusivamente de asignaciones del Estado y obtengan
autorización para funcionar."

Su objetivo es distinto al de las sociedades comerciales ya que no persiguen fines de lucro, sino el bien común,
beneficiando a los miembros que las integran, otro diferencia es su acto constitutivo, que es un acto social corporativo
y no un contrato.

Cuando un grupo de individuos se une con la intención de desarrollar actividades sociales, comunitarias, culturales, o
cualquier otra que tienda al bien común -sin perseguir fines económicos-, queda constituida una simple asociación.

Ahora bien, cuando esa agrupación establece por escrito ciertas reglas de funcionamiento, distribuye roles y
responsabilidades, especifica las tareas a las que se van a dedicar y solicita ante un organismo del Estado (Inspección
General de Justicia) su reconocimiento como entidad jurídica (personería jurídica), esa simple asociación pasa a
convertirse en una verdadera Asociación Civil.

En síntesis, una asociación civil es una persona jurídica privada, constituida por un conjunto de personas físicas
(llamadas socios) que, con la debida autorización del Estado, se unen para realizar actividades que tienden al bien
común. La característica que las distingue es que no persiguen una ganancia comercial o económica; por ello es común
que también se las denomine como “Entidades civiles sin fines de lucro”.

1. A pensar y elaborar el Estatuto

El Estatuto es el principal instrumento legal de la Asociación; es el contrato social que rige la vida de la institución, y
todos sus asociados están obligados a observarlo y a cumplirlo. En él se fijan los propósitos de la entidad, las reglas de
funcionamiento de sus órganos internos, y los derechos y obligaciones de los socios y de los directivos.

Para elaborar el proyecto de estatuto, podemos tomar como guía el modelo básico de Estatuto Social que agregamos
en el Anexo II, adaptándolo a las características y necesidades que requiera la asociación. De todos modos, los puntos
más importantes a tener en cuenta son:

Denominación de la entidad. Es decir el nombre que tendrá la institución y por la cual se la va a conocer (por ejemplo
Liga de Vecinos de Villa Pañuelito; Amigos de la Plaza “El arbolito”; Biblioteca Popular “El Libraco”, Cooperadora
Escolar de la Escuela Nº...; etc.). Es importante tener en cuenta que, previo a decidir el nombre definitivo, debe
hacerse un trámite en la IGJ que se llama “reserva de nombre” (Formulario Nº 3). Este trámite –que es arancelado-
sirve para verificar que no haya otra entidad con el mismo nombre y, al mismo tiempo, permite reservar el nombre
elegido durante 30 días, plazo en el cual ninguna otra entidad podrá inscribirse con ese nombre. Conviene hacer este
trámite unos pocos días antes de la realización de la Asamblea constitutiva, siempre y cuando la Comisión Promotora
considere que el nombre propuesto está suficientemente consensuado. Así, no habrá inconvenientes posteriores que
obliguen a modificar el acta constitutiva y el estatuto, por ejemplo, si ya existía un nombre idéntico o está vigente una
reserva. Por último, al nombre elegido debe anteponérsele la expresión “Asociación Civil” (por ejemplo: “Asociación
Civil, Liga de Vecinos de Villa Pañuelito”).
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Objetivos y propósitos. Como ya hemos dicho, el fin último de todas las asociaciones civiles es trabajar para el bien
común. Sin perder de vista esa finalidad ideal, el estatuto de debe fijar con precisión el objeto al que se va a dedicar,
sin perjuicio de describir, con amplitud y con criterio abarcativo, las tareas que se van a desplegar en función del
objeto.

Los asociados. Se deben decidir las distintas categorías de socios que tendrá la entidad, especificando los requisitos,
derechos y obligaciones, que se exigen para pertenecer a cada categoría. En tal sentido, es común establecer una
categoría de socios activos o plenos (que son aquellos que tienen voz y voto y, por ende, pueden elegir y ser elegidos),
diferenciándolo de otra categoría, los socios adherentes (que son los que tienen voz pero no voto). A su vez, puede
preverse una categoría de socios-cadete (los clubes deportivos suelen adoptarla para incorporar a los menores de 18
años a las actividades de la entidad); también, es posible establecer la categoría de socios vitalicios, que
habitualmente se utiliza como reconocimiento a aquellos socios que alcanzan una determinada antigüedad, durante
un lapso ininterrumpido de tiempo, para eximirlos del pago de la cuota social, o de ciertos aranceles, o reducirles su
monto; los socios honorarios, son una categoría honorífica, normalmente utilizada para agradecer o distinguir a
aquellos socios que hayan prestados importantes servicios a la asociación o que se destaquen por ciertas cualidades
personales. Por último, podemos incorporar la categoría de socios benefactores, que serán aquellos que hayan
aportado, por su propia voluntad, una determinada contribución anual extraordinaria.

Aclaremos, que no es indispensable que la nueva asociación contemple todas las categorías mencionadas sino que ello
dependerá de las características de la entidad y, en definitiva, de lo que decidan los socios fundadores.

El domicilio. En el estatuto no es necesario especificar la dirección donde va a funcionar la sede social, sino que la
mención al domicilio tiene que ver con la jurisdicción territorial en la que va a funcionar la entidad (por ej. Con la
denominación de Liga de Vecinos de Villa Pañuelito, asociación civil, se constituye el día 23 del mes de mayo de 2004,
una entidad sin fines de lucro, con domicilio legal en la Ciudad de Buenos Aires).

Los órganos sociales. Las asociaciones civiles tienen tres órganos internos: 1) La Comisión o Junta Directiva; 2) La
Asamblea de socios; 3) la Junta Fiscalizadora o Comisión Revisora de Cuentas.

La Comisión Directiva (C.D.) tendrá a su cargo la administración de la institución, y sus miembros son elegidos por la
Asamblea. Debe estar compuesta, como mínimo, por cinco miembros titulares y dos suplentes: un Presidente, un
Secretario, un Tesorero, dos vocales titulares y dos vocales suplentes. Pero nada impide que haya otros cargos según
las necesidades de funcionamiento: por ejemplo, puede estipularse la presencia de uno o dos vicepresidentes, o de un
secretario general y de un secretario de actas, u otras secretarias específicas, o un protesorero que auxilie al tesorero,
o más cantidad de vocales titulares y suplentes, etc. El estatuto debe contemplar los requisitos para ser miembro de la
C.D., la periodicidad de los mandatos, la posibilidad -o no- de ser reelectos, la cantidad de reuniones semanales o
mensuales de la C.D, el quórum para sesionar y la mayoría de votos para adoptar decisiones, etc.

La Asamblea es el órgano soberano de la entidad y está conformada por todos los socios con voz y voto, aunque es
dable admitir la participación de todos aquellos que, según el estatuto, tengan solo derecho a voz. Es necesario fijar al
menos una Asamblea Anual Ordinaria, en donde se tratará y aprobará el balance anual, la memoria y el inventario, y
otros temas que hagan al funcionamiento global de la entidad. Al mismo tiempo debe contemplarse la forma de
convocar a Asambleas Extraordinarias, para que los socios decidan los grandes temas o lineamientos de la entidad, o
bien temas puntuales que resulten importantes para la vida interna de la asociación.

La Junta Fiscalizadora (también puede denominarse Comisión Revisora de Cuentas) es el órgano de contralor interno
cuya función principal es supervisar y controlar la administración de la entidad. Puede ser ejercido en forma individual
o colegiada, en este último caso, cuidando que siempre sea por un número impar de integrantes. Su principal función
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es dictaminar sobre los estados contables, el inventario y la memoria, el que será presentado ante la Asamblea
Ordinaria. Es usual permitir que sus miembros participen de las reuniones de C.D. con voz pero sin voto.

Patrimonio. Para inscribir una asociación civil es necesario declarar un patrimonio inicial. Si ya se cuenta con algún
bien para la entidad, debe hacerse un inventario firmado por Contador Público Nacional matriculado; sino puede
hacerse un deposito especial en dinero efectivo ante el Banco de la Nación Argentina -Casa Central o sucursal
autorizada- a nombre de la entidad y/o Inspector General de Justicia, dejando expresa autorización para que una o
más socios –comúnmente, el presidente, tesorero y/o secretario- puedan retirarlo una vez que sea otorgada la
personería jurídica.

Otros temas a considerar. Al momento de proyectar el estatuto es importante no olvidarnos de: a) establecer un
régimen disciplinario para los asociados, b) establecer con claridad el sistema de elección de autoridades; c) fijar una
fecha para el cierre del ejercicio contable; d) prever la forma de liquidación y disolución de la entidad.

Responsabilidades en de Asociaciones Civiles.

Este apartado se va a referir principalmente a las responsabilidades de los dirigentes de un tipo de asociaciones civiles,
las entidades deportivas.

Las asociaciones civiles, como ya precedentemente se definieron en este trabajo, son entidades que no persiguen fines
de lucro, aunque ello no implica que no realicen actos con el fin de obtener ganancias siempre que no se destinen al
reparto entre los socios, surgen de la unión de ideas y esfuerzos de un grupo de personas para cumplir una finalidad
de bien común y se encuentran bajo la órbita de la IGJ ( las domiciliadas en Capital Federal). Tienen una organización
propia basada en ese Estatuto o Contrato Constitutivo, que establece sus autoridades, su régimen patrimonial, los
derechos y obligaciones de sus asociados, la forma y las causales de su disolución y los objetivos fundamentales.

Responsabilidad de la entidad

Las asociaciones civiles tienen un órgano, que es la Comisión Directiva, que ejerce la administración y dirección de la
misma, como la representación de ella frente a terceros. Los actos realizados por los integrantes de los órganos, como
los ejecutados por sus representantes legales son imputables a la Persona Jurídica, si éstos son efectuados en el
ejercicio de sus funciones, quiere decir en el desarrollo de los actos previstos en el estatuto. Esta responsabilidad
surge del Código Civil artículo 36.

Las asociaciones no responden por los actos de los administradores o mandatarios que excedan el límite o marco
impuesto por el estatuto.

La acción es imputable a una persona, administrador o mandatario cuando pueda ser atribuida a alguien la voluntad y
eventual culpabilidad.

Responsabilidad de los dirigentes

Los dirigentes pueden tener distintos tipos de responsabilidades:

 Civil: dentro del derecho privado se persiguió la imposición de una indemnización pecuniaria a los dirigentes que
hubieran causado daño a la entidad a la que administran o a terceros.
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 Penal: se encuentra tipificado en el Código Penal y en sus leyes complementarias, por la comisión de algún delito,
con el objetivo de la aplicación de algunas de sus penas previstas para las conductas sancionadas, por ejemplo
reclusión, prisión, inhabilitación y/o multa.

 Patrimonial: su objetivo es generar en el dirigente un deber indemnizatorio por los daños y perjuicios causados a
la entidad.

Como puede verse la responsabilidad civil y patrimonial son expresiones que se deben entender como sinónimos, pero
no que puedan utilizarse ambas expresiones en forma indistinta. Cuando se habla de personas jurídicas sólo se puede
causar un daño patrimonial, ya que el daño moral es característico de las personas físicas.

Excepto en el artículo 36 " Se reputan actos de las personas jurídicas los de sus representantes legales, siempre que no
excedan los límites de su ministerio. En lo que excedieren, sólo producirán efecto respecto de los mandatarios.", y en
el artículo 37 " Si los poderes de los mandatarios no hubiesen sido expresamente designados en los respectivos
estatutos, o en los instrumentos que los autoricen, la validez de los actos será regida por las reglas del mandato.", no
existe en nuestro cuerpo normativo que establezca los supuestos generadores de la responsabilidad patrimonial de los
dirigentes de asociaciones civiles, como si existe para el caso de sociedades comerciales en la Ley 19.550.

Una de las posibles causas de esta carencia, es previsión del crecimiento de las asociaciones civiles, particularmente las
entidades deportivas.

Frente a esta laguna legislativa se aplica la Teoría General de la Responsabilidad civil. Esta apunta a sancionar las
transgresiones a los límites de las funciones estipuladas por la entidad a sus dirigentes, pero no aquellos actos
realizados dentro del marco de su actuación, pero que igualmente puedan ocasionar un perjuicio a la entidad.

Deben cumplirse estos presupuestos para generar el deber resarcitorio:

1. Existencia de un incumplimiento a un determinado deber del contrato o del deber jurídico de no dañar. La
conducta debe causar un daño, definido éste de acuerdo al artículo 1068 del Código Civil " Habrá daño siempre
que se causare a otro algún perjuicio a apreciación pecuniaria, o directamente en las cosas de su dominio o
posesión,...".

2. Factor de atribución de la responsabilidad: es necesario la existencia de alguna razón de mal desempeño de sus
funciones, para asignarle el deber de reparar a la entidad perjudicada, o tercero a ella.

Por lo tanto las dos cuestiones básicas que deben cumplirse son la existencia de un daño patrimonial y éste debe
provenir de la conducta de los dirigentes.

El daño causado puede ser doloso o culposo, ésta diferenciación es importante para definir la solidaridad de la
responsabilidad.

Hay dolo cuando se realiza el acto a sabiendas, y hay culpa cuando se obró con imprudencia y negligencia.

No se le puede reprochar responsabilidad o deber resarcitorio al dirigente que ejerció sus funciones con la debida
diligencia y prudencia en cuanto a la administración de intereses y patrimonios ajenos. El apartamiento de estas
pautas debidamente probadas en juicio, implica la responsabilidad del dirigente imputándole el obrar culposo o
doloso.
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Para determinar la solidaridad de las responsabilidades en primer lugar hay que ver las cláusulas del estatuto, que de
acuerdo al artículo 1197 del Código Civil " Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a
la cual deben someterse como a la ley misma."

En su defecto, de no haber estipulaciones en el estatuto ese de aplicación el artículo 1922 del mismo código " Cuando
la solidaridad no ha sido estipulada, responde sólo de las faltas o de los hechos personales."

La Comisión Directiva es un órgano colegiado sus decisiones se toman por mayoría de votos, serán responsables los
dirigentes por los daños y perjuicios causados a la entidad que hayan votado afirmativamente dichas resoluciones que
provocaron el daño.

Cuando la conducta es dolosa todos los partícipes responden solidariamente, en cambio si el factor de atribución es la
culpa puede discriminarse el deber resarcitorio, de acuerdo, con el nivel de participación en los hechos dañosos.

Y el artículo 1923 del mismo código: " Respecto a las pérdidas e intereses que se debiesen por la inejecución del
mandato, cada uno de los mandatarios no está obligado sino por su porción viril: pero, si según los términos del
mandato conferido a muchas personas, el uno de los mandatarios no pudiese obrar sin el concurso de los otros, el que
se hubiera negado a cooperar a la ejecución del mandato, sería único responsable por la inejecución del mandato, de
todas las pérdidas e intereses."

Simples asociaciones

El nuevo artículo 46 del Código Civil argentino considera que son simples asociaciones civiles o religiosas (según su
finalidad) aquellas que son sujetos de derecho por estar constituidas y designadas sus autoridades por escritura
pública, o por instrumento privado autenticado por escribano público; pero sin ser personas jurídicas. De esta manera,
los socios de esta sólo tienen responsabilidad hasta el importe correspondiente a la cuota, en tanto que si no cumple
con los requisitos (escritura pública o instrumento privado autenticado por escribano público), se transforma en una
asociación irregular o de hecho, en cuyo caso, los miembros adquieren una responsabilidad solidaria.

Son una especie de las asociaciones o corporaciones con personería jurídica, pero en este caso no se requiere
autorización estatal para funcionar; por eso no se configuran como personas jurídicas. Su capacidad es similar, pero las
simples asociaciones no pueden adquirir bienes por donación o herencia, lo que sí pueden hacer las asociaciones que
son personas jurídicas.

Están formadas por varias personas, que pueden ir renovándose (Esto las diferencia de las sociedades que poseen una
estabilidad en la estructura societaria) sin fin de lucro (las sociedades lo tienen) con una duración no predeterminada
(las sociedades tienen un límite temporal) y un fin de bien común (las sociedades persiguen un fin egoísta), para lo que
cuentan con un patrimonio.

Las simples asociaciones se parecen a las asociaciones o corporaciones con personería jurídica, pues cuentan con una
estructura estatutaria y órganos semejantes de administración, dirección y control.

Poseen capacidad contractual y para actuar en juicio, siendo representadas por el presidente.

Las simples asociaciones dejan de existir por decisión de sus asociados dando a los bienes el destino previsto en sus
estatutos.

Mutuales (LEY N° 20.321)


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ARTICULO 1°-Las asociaciones mutuales se regirán en todo el territorio de la Nación por las disposiciones de la
presente Ley y por las normas que dicte el Instituto Nacional de Acción Mutual.

ARTICULO 2°-Son asociaciones mutuales las constituidas libremente sin fines de lucro por personas inspiradas en la
solidaridad, con el objeto de brindarse ayuda recíproca frente a riesgos eventuales o de concurrir a su bienestar
material y espiritual, mediante una contribución periódica.

ARTICULO 3°-Las asociaciones mutuales deberán inscribirse en el Registro Nacional de Mutualidades previo
cumplimiento de los recaudos que establezca el Instituto Nacional de Acción Mutual. La inscripción en el Registro
acuerda a la Asociación el carácter de Sujeto de Derecho, con el alcance que el Código Civil establece para las personas
jurídicas, pudiendo recurrirse por ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal para el
supuesto caso de que dicha inscripción fuera denegada. (Por lo tanto necesitan de la autorización estatal para existir
de forma regular).

ARTICULO 4°-Son prestaciones mutuales aquellas que, mediante la contribución o ahorro de sus asociados o cualquier
otro recurso lícito, tiene por objeto la satisfacción de necesidades de los socios ya sea mediante asistencia médica,
farmacéutica, otorgamiento de subsidios, préstamos, seguros, construcción y compraventa de viviendas, promoción
cultural, educativa, deportiva y turística, prestación de servicios fúnebres, como así también cualquiera otra que tenga
por objeto alcanzarles bienestar material y espiritual. Los ahorros de los asociados pueden gozar de un beneficio que
estimule la capacidad ahorrativa de los mismos.

ARTICULO 8°-Las categorías de socios serán establecidas por las asociaciones mutuales, dentro de las siguientes:

a) Activos: Serán las personas de existencia visible, mayores de 21 años que cumplan los requisitos exigidos por los
estatutos sociales para esta categoría, las que tendrán derecho a elegir e integrar los Órganos Directivos.

b) Adherentes: Serán las personas de existencia visible, mayores de 21 años que cumplan los requisitos exigidos por
los estatutos sociales para esta categoría y las personas jurídicas, no pudiendo elegir o integrar los Órganos Directivos.

c) Participantes: El padre, madre, cónyuge, hijas solteras, hijos menores de 21 años y hermanas solteras del socio
activo, quienes gozarán de los servicios sociales en la forma que determine el estatuto, sin derecho a participar en las
Asambleas ni a elegir ni ser elegidos.

ARTICULO 12.-Las asociaciones mutualistas se administrarán por un Órgano Directivo compuesto por cinco o más
miembros, y por un Órgano de Fiscalización formado por tres o más miembros, sin perjuicio de otros órganos sociales
que los estatutos establezcan determinando sus atribuciones, actuaciones, elección o designación.

ARTICULO 15.-Los miembros de los Órganos Directivos, así como de los Órganos de Fiscalización serán solidariamente
responsables del manejo e inversión de los fondos sociales y de la gestión administrativa durante el término de su
mandato y ejercicio de sus funciones, salvo que existiera constancia fehaciente de su oposición al acto que perjudique
los intereses de la asociación. Serán personalmente responsables asimismo de las multas que se apliquen a la
asociación, por cualquier infracción a la presente Ley o a las resoluciones dictadas por el Instituto Nacional de Acción
Mutual.

ARTICULO 16.-Los deberes y atribuciones del Órgano Directivo, sin perjuicio de otros que les confieran los estatutos,
serán los siguientes:

a) Ejecutar las resoluciones de las Asambleas, cumplir y hacer cumplir el estatuto y los reglamentos;
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b) Ejercer en general todas aquellas funciones inherentes a la dirección, administración y representación de la


Sociedad, quedando facultado a este respecto para resolver por sí los casos no previstos en el estatuto,
interpretándolo si fuera necesario, con cargo de dar cuenta a la Asamblea más próxima que se celebre;

c) Convocar a Asambleas;

d) Resolver sobre la admisión, exclusión, o expulsión de socios;

e) Crear o suprimir empleos, fijar su remuneración, adoptar las sanciones que correspondan a quienes los ocupen,
contratar todos los servicios que sean necesarios para el mejor logro de los fines sociales;

f) Presentar a la Asamblea General Ordinaria: la Memoria, Balance General, Inventario, Cuenta de Gastos y Recursos e
Informe del Órgano de Fiscalización correspondiente al ejercicio fenecido;

g) Establecer los servicios y beneficios sociales y sus modificaciones y dictar sus reglamentaciones que deberán ser
aprobados por la Asamblea;

h) Poner en conocimiento de los socios, en forma clara y directa, los estatutos y reglamentos aprobados por el
Instituto Nacional de Acción Mutual.

ARTICULO 17.-Los deberes y atribuciones del Órgano de Fiscalización, sin perjuicio de otros que les confieran los
estatutos serán los siguientes:

a) Fiscalizar la administración, comprobando mediante arqueos el estado de las disponibilidades en caja y bancos;

b) Examinar los libros y documentos de la asociación, como asimismo efectuar el control de los ingresos, por períodos
no mayores de tres meses;

c) Asistir a las reuniones del Órgano Directivo y firmar las actas respectivas;

d) Dictaminar sobre la Memoria, Balance General, Inventario, Cuenta de Gastos y Recursos presentados por el Órgano
Directivo;

e) Convocar a Asamblea Ordinaria cuando omitiera hacerlo el Órgano Directivo;

f) Solicitar al Órgano Directivo la convocatoria a Asamblea Extraordinaria cuando lo juzgue conveniente, elevando los
antecedentes al Instituto Nacional de Acción Mutual cuando dicho Órgano se negare a acceder a ello;

g) Verificar el cumplimiento de las leyes, resoluciones, estatutos y reglamentos, en especial en lo referente a los
derechos y obligaciones de los asociados y las condiciones en que se otorgan los beneficios sociales.

El Órgano de Fiscalización cuidará de ejercer sus funciones de modo que no entorpezca la regularidad de la
administración social.

ARTICULO 21.-Los asociados participarán personalmente y con un sólo voto en las Asambleas, no siendo admisible el
voto por poder. Los miembros del Órgano Directivo y del Órgano de Fiscalización no tendrán voto en los asuntos
relacionados con su gestión. El quórum para cualquier tipo de Asamblea será de la mitad más uno de los asociados con
derecho a participar.

ARTICULO 22.-Las resoluciones de las Asambleas se adoptarán por la mayoría de la mitad más uno de los socios
presentes, salvo los casos de revocaciones de mandatos o en los que el estatuto social fije una mayoría especial
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superior. Ninguna Asamblea de asociados, sea cual fuere el número de presentes, podrá considerar asuntos no
incluidos en la convocatoria.

ARTICULO 24.-Las Asambleas Ordinarias se realizarán una vez por año, dentro de los cuatro meses posteriores a la
clausura de cada ejercicio y en ellas se deberá:

a) Considerar el Inventario, Balance General, Cuenta de Gastos y Recursos, así como la Memoria presentada por el
Órgano Directivo y el Informe del Órgano de Fiscalización.

b) Elegir a los integrantes de los órganos sociales electivos que reemplacen a los que finalizan su mandato.

c) Aprobar o ratificar toda retribución fijada a los miembros de los órganos Directivo y de Fiscalización.

d) Tratar cualquier otro asunto incluido en la convocatoria.

ARTICULO 25.- Las Asambleas Extraordinarias serán convocadas siempre que el Órgano Directivo lo juzgue
conveniente o cuando lo solicite el Órgano de Fiscalización o el 10% de los asociados con derecho a voto. En este
último caso los Órganos Directivos no podrán demorar su resolución más de treinta días desde la fecha de
presentación. Si no se tomase en consideración la solicitud o se la negase infundadamente, el Instituto Nacional de
Acción Mutual podrá intimar a las autoridades sociales para que efectúen la convocatoria dentro del plazo de cinco
días hábiles de notificados, y si así no se cumpliera, intervendrá la asociación a los efectos exclusivos de la
convocatoria respectiva.

Fundaciones

Concepto

Artículo 1° – Las fundaciones a que se refiere el artículo 33 del Código Civil son personas jurídicas que se constituyen
con un objeto de bien común, sin propósito de lucro, mediante el aporte patrimonial de una o más personas,
destinado a hacer posible sus fines. Para actuar como tales deberán requerir la autorización prevista en el artículo 45
del citado Código.

Estatuto

Art. 3° – Las fundaciones se constituyen por instrumento público, o privado con las firmas certificadas por escribano
público. Dicho instrumento debe ser otorgado por los fundadores o apoderado con poder especial, si la institución
tiene lugar por acto entre vivos, o persona autorizada por el juez de la sucesión si lo fuere por disposición
testamentaria.

El instrumento deberá ser presentado a la autoridad administrativa de control a los efectos de obtener la autorización
para funcionar, y contendrá:

a) Los siguientes datos de los fundadores:

I– Cuando se tratare de personas físicas, su nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y número de
documento de identidad y, en su caso, de los apoderados o autorizados.
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II– Cuando se tratare de personas jurídicas, la razón social o denominación y el domicilio, acreditándose la existencia
de la entidad su inscripción en el Registro Público de Comercio cuando fuere exigible y la representación de quienes
comparecieren por ella.

En cualquier caso, cuando se invocare mandato debe dejarse constancia del documento que lo pruebe;

b) Nombre y domicilio de la fundación;

c) Designación del objeto, que debe ser preciso y determinado;

d) Patrimonio inicial, integración y recursos futuros, lo cual deberá ser expresado en moneda argentina;

e) Plazo de duración;

f) Organización del consejo de administración, duración de los cargos, régimen de reuniones y procedimiento para la
designación de sus miembros;

g) Cláusulas atinentes al funcionamiento de la entidad;

h) Procedimiento y régimen para la reforma del estatuto;

i) Fecha del cierre del ejercicio anual;

j) Cláusulas de disolución y procedimiento atinentes a la liquidación y destino de los bienes.

En el mismo instrumento se designarán los integrantes del primer consejo de administración y las personas facultadas
para gestionar la autorización para funcionar.

Responsabilidad de fundadores y administradores

Art. 8° – Los fundadores y administradores de la fundación son solidaria e ilimitadamente responsables por las
obligaciones contraídas hasta haber obtenido la autorización salvo su recurso contra ella, si hubiera lugar.

Planes de acción

Art. 9° – Con la solicitud de otorgamiento de personería jurídica deben acompañarse los planes que proyecte ejecutar
la entidad en el primer trienio, con indicación precisa de la naturaleza, características y desarrollo de las actividades
necesarias para su cumplimiento, como también las bases presupuestarias para su realización. Dicha información será
suscripta por el o los fundadores, apoderados especiales o persona autorizada por el juez de la sucesión del
instituyente.

Gobierno y Administración

Consejo de administración

Art. 10. – El gobierno y administración de las fundaciones estará a cargo de un consejo de administración, integrado
por un mínimo de TRES (3) personas. Tendrá todas las facultades necesarias para el cumplimiento del objeto de la
fundación, dentro de las condiciones que se establezcan en el estatuto.

Derecho de los fundadores


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Art. 11. – Los fundadores podrán reservarse por disposición expresa del estatuto la facultad de ocupar cargos en el
consejo de administración como también la designación de los consejeros cuando se produzcan el vencimiento de los
mandatos o vacancia de los mismos.

Designación de miembros

Art. 12. – La designación de miembros del consejo de administración puede ser conferida a instituciones públicas y a
entidades privadas sin fines de lucro.

Carácter de los miembros

Art. 13. – Los miembros del consejo de administración podrán tener carácter de permanentes o temporarios. El
estatuto puede establecer que determinadas decisiones requieran siempre el voto favorable de los primeros, como
también que quede reservada a éstos la designación de los segundos.

Comité ejecutivo

Art. 14. – El estatuto puede prever la delegación de facultades de administración y gobierno en favor de un comité
ejecutivo integrado por miembros del consejo de administración; aquél ejercerá sus funciones entre los períodos de
reuniones del citado consejo. Igualmente puede delegar facultades ejecutivas en una o más personas, sean éstas
miembros o no del consejo de administración.

Reuniones, convocación, mayorías, decisiones y actas

Art. 15. – El estatuto debe prever el régimen de reuniones ordinarias y extraordinarias del consejo de administración y,
en su caso, del comité ejecutivo, y el procedimiento de convocatoria; el quórum será de la mitad más uno de sus
integrantes. Debe labrarse en libro especial acta de las deliberaciones de los órganos mencionados, en la que se
resumirán las manifestaciones hechas en la deliberación, la forma de las votaciones y sus resultados, con expresión
completa de las decisiones.

Las decisiones se tomarán por mayoría absoluta de votos de los presentes, salvo que la ley o el estatuto establezcan
mayorías especiales. En caso de empate, el presidente del consejo de administración o del comité ejecutivo tendrá
doble voto

Quórum, supuesto especial

Art. 16. – Las mayorías establecidas en el artículo anterior no se requieren para la designación de nuevos integrantes
del consejo de administración cuando su concurrencia se hubiere tornado imposible.

Remoción del consejo de administración

Art. 17. – Los miembros del consejo de administración pueden ser removidos con el voto de por lo menos las dos
terceras partes de los integrantes del cuerpo. El estatuto puede prever la caducidad automática de los mandatos por
ausencias reiteradas y no justificadas a las reuniones del consejo.

Acefalía del consejo de administración

Art. 18. – Cuando vacasen cargos en el consejo de administración de modo que su funcionamiento se hiciera imposible
y no pudiera tener lugar la designación de los nuevos miembros conforme al estatuto, o éstos rehusaren aceptar los
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cargos, la autoridad administrativa de control procederá a reorganizar la administración de la fundación y a designar


sus nuevas autoridades, modificando el estatuto en las partes pertinentes.

Derechos y obligaciones de los miembros

Art. 19. – Los derechos y obligaciones de los miembros del consejo de administración serán regidos por las reglas del
mandato, en todo lo que no esté previsto en esta ley, en el estatuto o en las reglamentaciones. En caso de violación de
las normas legales o estatutarias, los miembros del consejo de administración se harán pasibles de la acción por
responsabilidad que podrá promover la fundación o la autoridad administrativa de control, sin perjuicio de las
sanciones de índole administrativa y medidas que esta última pueda adoptar respecto de la fundación y de los
integrantes de dicho consejo.

Reforma del Estatuto y Disolución

Mayoría necesaria. Cambio de objeto

Art. 29. – Salvo disposición contraria del estatuto, las reformas del mismo requerirán por lo menos el voto favorable de
la mayoría de los miembros del consejo de administración, y de los dos tercios en los supuestos de modificación del
objeto, fusión con entidades similares y disolución. La modificación del objeto sólo procede cuando el establecido por
el fundador hubiera llegado a ser de cumplimiento imposible.

Destino de los bienes

Art. 30. – En caso de disolución, el remanente de los bienes deberá destinarse a una entidad de carácter público o a
una persona jurídica de carácter privado de bien común, sin fines de lucro y domiciliada en la República, salvo cuando
se trate de fundaciones extranjeras.

Las decisiones que se adopten en lo referente al traspaso del remanente de los bienes requerirán la previa aprobación
de la autoridad administrativa de control.

Revocación de las donaciones

Art. 31. – La reforma del estatuto o la disolución y traspaso de bienes de la fundación, motivada por cambios en las
circunstancias que hayan tornado imposible el cumplimiento de su objeto en la forma prevista al tiempo de su
creación, y aprobada por la autoridad administrativa de control, no dará lugar a la acción de revocación de las
donaciones por los donantes o sus herederos, a menos que en el acto de tales donaciones se hubiere establecido
expresamente como condición esencial la modalidad de cumplimiento que posteriormente se haya tornado imposible.

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