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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Escuela de Sociología

Trabajo final de Grado que se presenta para optar al título de Sociólogo

PDVSA 2003-2015: análisis de políticas, planes y


proyectos. Criterios para contribuir a un enfoque
crítico de las relaciones ciudadano, Estado y petróleo

Tutor: Autor:

Carlos Viso Jorge L. Urdaneta M.

CI: 23.719.200

Ciudad Universitaria de Caracas, octubre de 2016


A mis sobrinos
Aurimar,
Mariangel, Mariany
y Jesús, por ser esas
pequeñas-grandes
luces que me
inspiran a diario.

2
Agradecimientos

A mi madre, hoy y siempre, por ser luz en momentos difíciles, porque las dificultades
hacen grandes personas, y sin duda, tu eres una gran y maravillosa mujer. Porque un
abrazo tuyo vale más que cualquier otra cosa. Y por haberme acompañado desde el
principio en este camino que estoy por culminar.

A mis hermanas, Aury y Yeny, porque todos necesitamos de un punto de apoyo, y


ustedes han sido mi más grande soporte, ningún hermano pudo tener mejores personas
a su lado.

A mi prima Bethania Toro, por tu incondicional amistad, por ser mi Hachiko, y por tu
paciencia en todo momento.

A mis amigas y Colegas, Oriana Abreu, Alejandra Guariguata, Rut Ramos, y Solange
Raga, por acompañarme en estos años de vida universitaria que junto a ustedes se
hicieron los mejores años, y ser parte del regalo invaluable que me regaló esta casa de
estudios. Y agradecido por su apoyo a lo largo de este trabajo.

A mi estimado profesor y tutor Carlos Viso, por la paciencia, el tiempo, los consejos,
las referencias y anécdotas que me enamoraron de la historia de este país. Por
enseñarme lo crucial que es para un Sociólogo saber digerir la historia de un país lleno
de entramados tan grandes e interesantes. Y por supuesto, por toda la colaboración sin
la cual este trabajo hubiera sido imposible.

A mis compañeros, y amigos de querellas universitarias, a Vínculo-UCV, por


enseñarme que el trabajo en equipo y entre diferentes es posible cuando se quiere
construir una mejor Universidad y un mejor país. Porque la libertad de pensamiento es
un derecho de Nacimiento.

Finalmente, y no menos importante, a las personas que hicieron contribuciones a este


trabajo, especialmente al personal de PDVSA que prestó amablemente su colaboración
en la ubicación de información crucial para esta investigación.

A todos ustedes, ¡GRACIAS!

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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Escuela de Sociología
PDVSA 2003-2015: análisis de políticas, planes y proyectos. Criterios para
contribuir a un enfoque crítico de las relaciones ciudadano, Estado y petróleo

Autor: Jorge L. Urdaneta M.

Tutor: Carlos Viso

Resumen

El objetivo central del presente trabajo es la evaluación de políticas, planes,


programas y proyectos propiciados por el Estado venezolano en la conducción de la
empresa petrolera estatal PDVSA, en el período 2003-2015. Partiendo de la importancia
del petróleo en el desarrollo económico, político, social y cultural de la sociedad
venezolana, y del punto de inflexión en el que se encuentran los venezolanos en el año
2016, se realiza un estudio que permita mirar desde una visión panorámica, los resultados
de los proyectos país impulsados por el Estado venezolano en materia petrolera.

Un marco referencial histórico da una mirada retrospectiva clara sobre el


comportamiento del Estado sobre el uso de su principal recurso natural, el petróleo, y
proporciona un punto de partida importante para el análisis de las políticas, proyectos y
programas bajo estudio. Una investigación de tipo documental y bibliográfica permite
relatar, describir y analizar los hechos económicos y políticos que rodearon las relaciones
ciudadano-Estado-petróleo en el período 2003-2015.

El desarrollo de la evaluación de los planes bajo estudio parte de la realidad que


permiten ver los resultados de las fuentes oficiales, investigaciones en la materia,
artículos, etc., y el movimiento de la balanza político-institucional a lo largo del desarrollo
de los planes presentados y analizados. El texto de José Antonio Marina (2010) permite
finalizar, bajo una mirada sociológica, con un resumen y evaluación del acontecer
Nacional que rodeó a la empresa petrolera nacional, y el ciudadano común, como
principal actor del uso de los recursos y bienes comunes del país.

Palabras Claves: Petróleo, PDVSA, Estado, Gobierno, Instituciones, Planes,


Proyectos, Políticas Económicas.

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Índice
Introducción .................................................................................................................................7
Capítulo I: Planteamiento del Problema ................................................................................ 10
Objetivos de la Investigación ................................................................................................... 28
 Objetivo General ........................................................................................................... 28
 Objetivos Específicos .................................................................................................... 28
Justificación de la Investigación .......................................................................................... 29
Capítulo II: Marco histórico referencial ................................................................................. 35
1) 1908-1935: Una llegada Inesperada............................................................................. 35
2) Reglas de decisión y marco regulatorio 1922-1942 .................................................... 45
3) Eleazar López Conteras (1936-1941) – Isaías Medina Angarita (1941-1945): La
modernización del Estado .................................................................................................... 47
4) El Trienio 1945-1948: Rómulo Betancourt-Acción Democrática-Fuerzas Armadas;
y el Gobierno de Rómulo Gallegos 1948 ............................................................................. 54
5) La década Militar: 1948-1958 ...................................................................................... 57
6) Democracia y Petróleo: 1958-1964 .............................................................................. 62
La Venezolanización del Petróleo .................................................................................... 66
7) La estabilidad del proceso democrático: 1965-1972 .................................................. 69
8) El comienzo del Estatismo: La Nacionalización. 1974-1978...................................... 72
9) 1978-1988: De Campins a Lusinchi; el final de la promesa del progreso ................ 80
10) 1989-1993: El fin de la democracia representativa; Carlos Andrés Pérez y el
“Gran Viraje”........................................................................................................................ 85
11) El final de la democracia representativa: 1994-1998 ............................................. 89
12) Plan de llegada de Chávez y la Confrontación 1999-2002 ..................................... 93
13) De la PDVSA meritocrática a la “Nueva PDVSA”: Conflicto 2002-2003 .......... 101
Capítulo III: Marco Referencial Teórico .............................................................................. 107
El destino de la renta petrolera: ¿Gasto o inversión? ...................................................... 107
La enfermedad perenne ...................................................................................................... 111
Sobre la renta y el rentismo discrecional .......................................................................... 115
Las instituciones: clave de la dinámica y continuidad de la sociedad ............................ 121
Capítulo IV: Marco Referencial Metodológico .................................................................... 127
Capítulo V: Descripción y Análisis de políticas, planes y proyectos. PDVSA 2003-2015 . 132
1) Plan de desarrollo económico y social de la Nación 2001-2007 (PDESN) .............. 132

5
Resultados y primeras rupturas del PDESN ................................................................ 144
La nueva figura del Estado en la política petrolera ..................................................... 155
Recuento del balance político e institucional ................................................................ 164
2) Plan Siembra Petrolera (PSP): Metas y resultados 2005-2012 ................................... 168
Balance al cierre de los años 2006-2007 ........................................................................ 182
3) Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista: Desarrollo Económico y
Social 2007-2013 ...................................................................................................................... 191
Las misiones y programas sociales: fuera de la administración pública nacional y
dentro de la cartera de PDVSA ..................................................................................... 202
Venezuela en el marco de la crisis internacional 2008-2009 ....................................... 205
Desbalances de PDVSA: Deudas y grandes compromisos .............................................. 226
Balance al cierre del año 2012 ........................................................................................ 237
4) De Chávez a Maduro: Plan de la Patria. Segundo Plan Socialista de la Nación; Plan
de Desarrollo Económico y Social 2013-2019 ................................................................... 247
2013: Nueva crisis económica y petrolera nacional ..................................................... 255
Otra vez la espiral recesiva y el conflicto político nacional ......................................... 264
Balance al Cierre del 2015 .................................................................................................. 274
Capítulo VI: Valoración de las Políticas, Planes y Proyectos de PDVSA 2003-2015 ........ 281
Capítulo VII Conclusiones ..................................................................................................... 295
Referencias Bibliográficas ...................................................................................................... 300
Fuentes Electrónicas ........................................................................................................... 303

6
Introducción
El transitar de la economía y la política venezolana de los últimos cien años, ha
estado ligado -con el pasar de las décadas es mayor- al camino de la industria petrolera
nacional. Gobiernos y planes van y vienen, y los resultados de su accionar indican mucho
sobre la capacidad política de generar o no mayor bienestar a la población venezolana. El
Estado pasó por diferentes momentos desde Zumaque I y los Barrosos II, y el ciudadano
ha caminado y transitado al ritmo de los cambios acelerados que trajo consigo el oro
negro.

El ciudadano común tiene los zapatos impregnados del crudo que brota de la tierra,
y del que no sabe quizás mucho, solo que genera mucho dinero, independientemente o no
de si trabaja directamente en la industria, su andar sobre las tierras criollas está lleno del
destino de la renta petrolera, de la industria de los hidrocarburos. Planes nacionales bien
intencionados no han faltado en el transcurrir político nacional, sin embargo, en las
últimas décadas el venezolano común ha visto, con mayor precisión o no, como la
direccionalidad de la empresa petrolera nacional, PDVSA, ha marcado parte de los auges
económicos, recesiones, o conflictos políticos nacionales. Los planes son, una fuente
inagotable de premisas para partir al análisis del transcurrir de gobiernos y políticas.

En el discurso político no ha faltado la expresión de querer salir de una economía


rentista, a pesar de ello, la repetición de esa frase se parece más a un cliché, a otra promesa
político-electoral, que a una posibilidad. Alternativa que podría darle al país, climas
políticos, económicos y sociales más estables, y una mayor conciencia sobre la
participación en los recursos que genera el petróleo y un uso racional de los bienes
comunes de la nación.

De la actividad minero-extractiva de los años 20 del siglo XX al paro petrolero


del año 2003 han pasado un sinfín de acontecimientos que moldearon el actuar del Estado
sobre la actividad petrolera, y también repercutieron en la actuación del ciudadano sobre
una empresa petrolera que hoy, se mueve en el vocabulario común con mayor frecuencia
que en sus inicios.

7
La presente investigación trata de ilustrar en primer lugar, el estado de una
actividad que ha significado tanto para los venezolanos, y plantearse objetivos que le
permitan vislumbrar el camino recorrido, los resultados y las relaciones por hacer o
rehacer entre el Estado, el ciudadano y el petróleo. El marco referencial histórico permite
ver en retrospectiva que importancia tienen los cambios anteriores al período en estudio
sobre los acontecimientos que se generaron los últimos años en Venezuela.

El marco referencial teórico, por su parte, resume el transitar de las principales


acepciones sobre la materia, haciendo énfasis en los autores que permiten entender,
comprender, describir y analizar la investigación y los objetivos trazados. El marco
teórico indica los pilares fundamentales usados para la interpretación de los
acontecimientos nacionales, planes y proyectos ideados a partir de un proyecto nacional.
Se toma en consideración los aspectos o vertientes que puede tener el uso de la renta
petrolera nacional, cuáles son sus características y los usos que se la han dado, o podrían
dar a los ingresos fiscales petroleros.

También se indica el ciclo económico en el que parece estar inmerso el recorrido


de la industria nacional de los hidrocarburos, sobre todo, a partir de febrero de 1983, y el
circulo de auges y caídas en el que se suelen caer economías con las características
particulares como la venezolana. Adicionalmente, se resalta la importancia de las
instituciones públicas y privadas en el contexto de una sociedad inteligente y eficiente en
el manejo de los recursos comunes, considerando los planteamientos de Elinor Ostrom, y
José Antonio Marina. Resaltando de éste último autor los elementos para poder cerrar con
el objetivo general del presente trabajo.

Consecutivamente, se resume brevemente en el marco referencial metodológico,


las características del presente trabajo de investigación, el modo de realizar y ordenar la
investigación, las fuentes consultadas, y también el modo de recolección de información
para poder cumplir con los objetivos de investigación anteriormente planteados.

Seguidamente se presentan los planes de desarrollo económico y social de la


nación que hayan sido planteados durante el periodo de estudio (2003-2015), sus
lineamientos generales, sus metas y propósitos en lo que respecta a la industria petrolera

8
nacional, y los objetivos y acepciones generales que se presentaron para poder llevar a
cabo el cumplimiento de dichos objetivos. A la par, se incluyen narrativas en torno al
desarrollo de la política nacional, de forma cronológica y resumida que ayudan a la
compresión de los acontecimientos que involucren a la empresa petrolera nacional,
PDVSA.

Al finalizar de cada período de los planes de desarrollo, se indican los resultados


obtenidos por la nación en cuento a lo esperado en los proyectos presentados al inicio de
cada período presidencial. Se conjugan los acontecimiento y resultados con las
referencias teóricas reseñadas en el marco teórico, y en consideración al transitar histórico
que en este trabajo también se presenta.

Finalmente, en base al objetivo central del trabajo, las consideraciones teóricas, y


los resultados obtenidos en cada plan, se evalúa en torno a los puntos presentados por
José Antonio Marina (2010), los planes y proyectos nacionales referidos a la política
petrolera nacional y sus logros. El transitar favorable o no de la sociedad venezolana hacia
una sociedad más inteligente, exitosa y respetuosa de los recursos económicos,
institucionales y naturales con los que cuentan. Además, se resume la relación ciudadano-
Estado-Petróleo, en el período bajo examen, y se plantean las nuevas metas que tiene el
Estado, el recurso natural por excelencia de éste, y el ciudadano común con respecto a lo
ya transcurrido al cierre del año 2015.

9
Capítulo I: Planteamiento del Problema
Venezuela lleva más de 200 años de historia republicana, y con ella, grandes
conflictos para poder llegar a una estabilidad política, sobre todo durante el siglo XIX,
mientras que en el siglo XX republicano enfrentó problemas para poder enrumbarse hacia
la democracia, conflictos tan grandes y semejantes como los que ha enfrentado para poder
sobrellevar su vida económica.

Desde mucho antes del nacimiento de la República, la economía venezolana ha


estado sujeta al carácter primario-exportador. Entre el Siglo XVIII y la segunda década
del siglo XX tuvo carácter primario agroexportador; y desde finales de la década de los
años 20 del siglo XX ha dado un giro producto del papel de la actividad minero-extractiva
de los hidrocarburos. Al mismo tiempo que ha experimentado severas dificultades para
poder desarrollar y diversificar su mercado interno.

Según Maza Zavala (1993), el eje económico del país antes de la llegada del
petróleo lo constituía el café, tanto su cultivo como su exportación. Cultivo que se
realizaba en haciendas latifundistas con muy poca ayuda de medios avanzados de capital
y tecnología, además los recursos obtenidos de la exportación del café se dirigían al pago
de la importación de bienes y servicios, incluido claro está, el pago a la deuda externa
venezolana. Tras más de dos siglos de historia, aún la nación no encuentra asidero para
la estabilidad de la vida económica y política, lo que ha implicado coyunturas críticas y
convulsiones sociales en momentos determinados de la historia venezolana.

Un siglo lleva el petróleo formando y transformando la vida del venezolano.


Desde sus inicios, pequeñas exploraciones e investigaciones en busca del recurso
energético en tierras baldías, en un país desolado, incomunicado y enfermo, se abre paso
una industria que se va expandiendo y ganando terreno. Tras décadas de producción
petrolera y terminar de sepultar a una moribunda economía cafetalera que según Maza
Zavala (1993), ya deambulada en la segunda década del siglo XX, el petróleo comienza
a ser una fuente de ingresos importante para el país desde los años 20.

Sin embargo, la actividad de exploración y explotación minero-extractiva parece


alejada de la vida común de los ciudadanos de a pie. Nadie habla de estas actividades,

10
sólo Juan Vicente Gómez, como eje político de la concentración y centralización del
poder entre 1908-1935, es quien administra y pareciera decidir sobre los asuntos
petroleros, teniendo por detrás a las más grandes transnacionales petroleras interesadas
en incursionar en los negocios, o realizando de hecho, las labores de exploración y
explotación del recurso.

Las operaciones petroleras son en principio, durante los años 20 y 30 del siglo XX
una actividad minero-extractiva ligada al sector primario de la economía que solo genera
renta a través de regalías al Estado venezolano. Evoluciona a la par de transformaciones
políticas importantes, pero a la vez, sometida a los sube y baja de los termómetros
políticos que agitan a la nación. Posteriormente, durante los años 50, pasa a ser un tema
del que pocos hablan ya que también lo manejan los altos funcionarios del gobierno,
personas que no dejan que éste sea un asunto de todos, en el cual, nadie excepto quien
está a cargo de la primera magistratura del país, puede tomar decisiones en cuanto a estos
asuntos. No obstante, pasa a ser un tema el cual es motivo de debate en los tiempos donde
los aires de democracia se asomaban.

Sin embargo, tras años de luchas y conquistas en el sector, la nacionalización, y


el cese de renovación de concesiones a empresas transnacionales, el petróleo seguía
siendo una cuestión alejada del venezolano, anclada a lugares donde se produce y se
trasporta el producto. Aun, cuando se sabía que los recursos en que el país se sostenía
provenían de tal rubro, y que a través del Producto Interno Bruto a cada venezolano le
pertenecía una cuota como un bien de todos. El ejercicio político se dejaba en manos de
los políticos y de sus respectivos partidos, el común de la gente se mantenía alejado de
los ejercicios de la participación.

Es tal la magnitud del asunto, que los avances y retrocesos en materia petrolera se
mantuvieron sometidos a los vaivenes de la caldera del debate político, incluso cuando la
Democracia ya había sido instaurada (1958) y estabilizada (década de los 70 del siglo
XX).

Por otra parte, el problema con el cual vive el sector petrolero durante buena parte
del siglo XX, es el no saber hasta cuando pueda durar el rubro más importante de la

11
economía venezolana. Se subsanará a través de las investigaciones asociadas a los países
que negocian con Venezuela, especialmente Estados Unidos. Tanto es así, que las
reservas son calculadas, y ofrecen un panorama alentador frente a la existencia del recurso
con reservas probadas de 316 mil millones de barriles, de los cuales al menos 235 mil
millones se encuentran en la Faja Petrolífera del Orinoco, según información suministrada
por el portal web de PDVSA.1

La nacionalización de la industria petrolera, ahora llamándose industria y no


sector, dado su nombre como Petróleos de Venezuela S.A. en enero de 1976, tal como lo
afirma Juan Carlos Rey (2009), durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez,
implicó una mayor participación del Estado en la actividad socioeconómica. Durante éste
período el país vivió una bonanza de petrodólares abismal producto del alza sostenida de
los precios internacionales: el barril venezolano pasó de los 3,56 dólares en 1973 hasta
los 10,31 dólares por barril en 1974, al año siguiente sube a los 10,99 dólares y en 1976
a 11,15 dólares, para cerrar en 1977 en 12,31 $/barril2. Urbaneja (2012:56) indica que los
ingresos fiscales del país eran en 1960 de 6.14 millones de bolívares y para 1970 había
llegado a 10.252 millones, y en 1975 esos ingresos serían de 40.370 millones de bolívares,
cifra jamás pensada en el corto plazo, dando cabida a la expansión de la economía en
todos sus niveles.

El entonces presidente Carlos Andrés Pérez, contó con el permiso del Congreso
para darle una nueva dirección al país con el V plan de la nación. Así, el poder se
concentró en manos del Ejecutivo Nacional dándole carta blanca para asumir junto a su
partido Acción Democrática, la enorme cantidad de recursos y la falta de controles
políticos. Esta situación acentuó la discrecionalidad del gobierno en el manejo de los
recursos y bienes comunes.

El siglo XX de la Historia Venezolana, ha sido la historia de la industria petrolera.


Su enclave en la vida del venezolano llegó para quedarse por varias décadas desde el
Reventón en diciembre de 1922.

1
Disponible en: http://www.pdvsa.com/PESP/Pages_pesp/aspectostecnicos/produccion/reservas.html
2
Cifras obtenidas de Petróleo y Desmadre, Salmerón (2013)

12
Los últimos quince años han estado marcados por la creciente intervención de
PDVSA en otros sectores que no son los propios de una industria petrolera. La conducción
de la política petrolera desde 1999 hasta el año en curso (2016), lleva obligatoriamente a
estudiar qué ha pasado en el transcurso de estos años, qué criterios, objetivos y fines han
caracterizado la circunstancia y situaciones de cambios en las políticas, planes y proyectos
de PDVSA, y qué consecuencias han tenido respecto a la situación actual del país y su
economía.

Cabe ahora preguntarse cómo se articula y tejen las relaciones políticas y económicas
en Venezuela, tomando en cuenta, por un lado, que los inicios de la democratización del
país, ocurrieron cuando ya la industria petrolera estaba cómodamente posicionada en la
actividad económica. Por otro lado, cuando se instaura un nuevo régimen en 1999, justo
antes de entrar el siglo XXI, Venezuela ya venía enfrentando una crisis económica de la
cual empezaba a recuperarse.

Crisis que comenzó su ascenso a partir del viernes negro de 1983. Ese día según
Víctor Salmerón (2013) “(…) el país conoce después de treinta años de estabilidad, que
el bolívar ha sido devaluado, que el signo monetario aceptado en Colombia y otros países
vecinos por su fortaleza ya no ofrece la misma seguridad”. (P.55). A partir de este
momento, Venezuela comienza de frente el fin del “está barato dame dos”, y comienza
un ciclo de caídas de sus índices económicos y sociales, el país donde la estabilidad había
sido un buen adjetivo para definirla, ahora el término crisis iba mejor en su descripción.

Desde la llegada al poder del fallecido presidente Hugo Chávez en 1999, la economía
y la política venezolana mostraron altibajos bastante importantes. En primer lugar, el
marco jurídico en el cual se había movido el país se reforma por completo con una nueva
constitución, y los primeros años de conducción del país son agitados dado el viraje
político que había comenzado. Apenas tres años después de la llegada al poder de Chávez,
el país vive una coyuntura crítica en 2002 que lo sacude políticamente. Posteriormente la
principal empresa petrolera del país, PDVSA, se paraliza en medio de un conflicto que

13
duraría unos meses, y con serias consecuencias en la columna vertebral de la economía
venezolana.

Un nuevo siglo con grandes cambios en lo político y social se abrió paso, el siglo
XXI comenzó con un nuevo marco jurídico que aspiraba a reorganizar la Nación. En
1999, apenas Hugo Chávez asume la primera magistratura del país, su primer decreto se
orienta a convocar a un proceso constituyente que le daría al Estado venezolano una nueva
organización. Este proceso culmina con la promulgación de la nueva carta magna en
diciembre de ese mismo año, y se abren también nuevas interrogantes por contestar y
debatir. El problema radica en la distribución de la renta, su destino, el cómo y quiénes
reparten los recursos que llegan por concepto de petróleo. El país cuenta con una de las
más grandes reservas de petróleo pesado del mundo, entonces el asunto radica ahora en
la refinación del petróleo pesado y de difícil comercialización.

José Guerra, señala que durante los períodos de 1974-1978 y 2007-2012, el país
contó con grandes ingresos. Pero desde el 2003 cuando “…se ha magnificado la acción
del Estado en la economía, como parte del socialismo del siglo XXI, situación que
potenció el gasto público hasta niveles que lucen difíciles de financiar por vías
ordinarias” (Guerra, 2012, p.72). En esta circunstancia, el Estado nuevamente se
ensancha en los ámbitos económicos, esta vez desde la nueva conducción económica del
país iniciada durante los años 2002 y 2003 cuando inicia una nueva etapa de la conducción
de la industria petrolera.

Durante los primeros años del presidente Chávez, según relata Malavé Mata
(2006:28) en el ámbito económico el producto petrolero representa el 90% de las divisas
que ingresas al país y más del 50% del presupuesto nacional, además el sector extractivo
representa el 20% del producto interno bruto en el período 1999-2005, y las exportaciones
del sector significan el 80% del valor de las exportaciones totales de Venezuela en el
mismo período. Estas cifras permiten cuestionarse el crecimiento económico del país, y
ser un indicador importante de las cifras del gobierno de Hugo Chávez.

El producto petrolero creció a un ritmo anual promedio de 3,1% en el lapso 1997-


2005, y el PIB aumentó a una tasa promedio anual de 4,5% en ese período, lo cual indica

14
el movimiento de estos indicadores desde los tres últimos años del gobierno de Rafael
Caldera (1994-1999) con un barril bajo, y los años 2004-2005 cuando el petróleo entraba
en progresivo ascenso hasta llegar a los máximos históricos entre 2010-2014. Esto
permitió que la participación tributaria en la renta petrolera aumentara de 23,8% en 1997
a 51,1% en 20053.

Héctor Malavé Mata, examinando “La trama estéril del petróleo” (2006), señala
que en 1999 -año en que Chávez asume la presidencia del país- los ingresos por concepto
de exportación alcanzaron los 16.755 millones de dólares (con el barril a 16,04 dólares),
lo que representa un aumento del 37% con respecto a 1998. Al año siguiente el precio del
barril se cotiza en promedio en 24,94 dólares, generando ingresos por su exportación de
27.874 millones de dólares y situándose así en un aumento de 66,5% con respecto a 19994.
Los precios se mantuvieron estables gracias al sistema de bandas para los precios
acordados por la OPEP, que haría variar el precio del barril entre los 22 y los 28 dólares,
dando así paso a un incremento de los aportes de PDVSA al fisco nacional.

Los indicadores antes señalados apenas comenzaban su ascenso. Los primeros


años de Chávez se caracterizaron en materia económica, por la hibridez y la
improvisación, al respecto Malavé (2006) afirma: “El régimen de Chávez improvisaba
medidas que parecían no responder a criterios de ejecución pragmática sino a un enfoque
incoherente y cortoplacista que solo procuraba aplicar panaceas puntuales a las
consecuencias de la severa crisis de la economía” (p.53).

Si bien era cierto que los precios del barril subían, las cifras del crecimiento del
PIB no mostraban mejoras algunas, el producto interno bruto se mantuvo en tasa negativa
promedio entre 1999-2003 de 3,3%, donde solo en 1999 el PIB cayó 6,1% cuando el
gobierno de Chávez dispuso de más de 10.000 millones de dólares a diferencia de su
antecesor, Rafael Caldera que contó en sus años apenas 6.000 millones de dólares. En
este contexto Malavé (2006) señala que “la riqueza petrolera en vez de viabilizar el

3
Véase La trama estéril del petróleo. Malavé (2006) Pág.34
4
Cifras tomadas de Malavé (2006). Pág. 37

15
rumbo de la prosperidad venezolana, sólo acentuaba las contradicciones observadas en
la política económica del llamado gobierno bolivariano” (Mata, 2006, p53)

A partir del triunfo electoral en 1998 Hugo Chávez, a puertas de comenzar el siglo
XXI, y con un nuevo marco jurídico que sería aprobado en diciembre de 1999, el nuevo
gobierno dispondría de un marco constitucional que daría sentido y nueva direccionalidad
al país. El siglo XXI se inicia con grandes cambios jurídicos y políticos y altas
expectativas sociales y económicas, y al mismo tiempo se hacen sentir las consecuencias:
conflictos y coyunturas críticas que alterarían la vida cotidiana de los venezolanos.

Chávez llega al poder con el 56,20% de los votos totales5, a partir de entonces su
gobierno comenzó a ampliar su fuerza electoral entre la población. Esto se puede apreciar
en lo que expone Bautista (2013):

La mayoría electoral conduce al control legislativo. Un uso implacable, de


los demás poderes del Estado. Para ello se modifican las leyes que los regulan
de modo que sea necesario y se escoge, para ocupar esos poderes, a personas
adeptas al líder. Así ocurre con los jueces de los altos tribunales, los titulares
de los órganos de control de la legalidad -Fiscalía, Contraloría y Defensoría
del Pueblo- y los titulares del poder encargado de los procesos electorales.
(p. 363)
Al respecto, Corrales y Penfold (2012), coindicen que el éxito de Hugo Chávez al
disponer de un nuevo marco jurídico emanado de la Asamblea Constituyente para el
Estado, implicó darle más poderes al Poder Ejecutivo, y los métodos utilizados fueron los
mejores. Esto daba grandes ventajas a quienes estaban en el poder y elevaba los riesgos
de estar en la oposición, dicha situación generó recelo en la oposición sobre el nuevo
sistema institucional.

En 2001, Chávez aprovechó sus nuevas prerrogativas constitucionales y la


decreciente autonomía de varias ramas de gobierno, al obtener de la
legislatura una ley habilitante que le permitía manejar una serie de políticas
por decreto, principalmente los derechos de propiedad en los sectores
agrícola y de hidrocarburos (Corrales y Penfold, 2012, p.37)
La tensión iba en aumento, el gobierno encabezado por Chávez no estaba
aparentemente dispuesto a usar las reglas de decisión de gobierno anteriores para

5
Dato extraído de Rey (2009) Pág. 244

16
solventarla, el consenso no era algo que fuera a caracterizar el nuevo rumbo político, la
confrontación se iba a mantener, Corrales y Penfold (2012) agregan:

El 13 de noviembre de 2001, en una reunión de gabinete que duraría casi


catorce horas, el presidente aprobó cuarenta y nueve leyes, de las cuales casi
ninguna había sido discutida con ningún ente social, empresarial o laboral.
La naturaleza abrupta de tales decisiones creó una facción política: un grupo
dentro de la Asamblea Nacional, liderado por Alejandro Armas y Ernesto
Alvarenga, organizó una comisión especial para revisar el contenido de la
nueva legislación. Sin embargo, el daño ya se había hecho. Organizaciones
de la sociedad civil, partidos políticos, grupos empresariales y medios de
comunicación manifestaron su descontento hacia el presidente. (p. 39)
Junto a la nueva constitución, y la ley habilitante, se procedió a un intento de
reforma a la Ley Orgánica de Educación. El proyecto de reforma se sumaba al deterioro
de las instituciones de contrapeso lo cual generó un efecto dominó en varios sectores de
la sociedad civil. Así se llega al paro general de dos días en diciembre de 2001. Apenas
era un atisbo de lo que estaba por venir en un país que comenzaba a polarizarse,
particularmente con el paquete de leyes introducidas a la Asamblea Nacional antes de
culminar el año 2001.

Las acciones de la oposición no se hicieron esperar, junto al paro de dos días se


sumaban movilizaciones en todo el país en rechazo al paquete de leyes. El objetivo era
deteriorar la legitimidad de ejercicio del gobierno recién instaurado. Por otra parte, el año
2002 comienza en medio de manifestaciones, paros cívicos y el continuo rechazo de
sectores como los partidos tradicionales y el empresariado quienes llaman a una
movilización masiva el 11 de abril de ese mismo año, marcha que tenía pautada culminar
en el este de Caracas. El gobierno reaccionó llamando a sus simpatizantes a concentrarse
en las inmediaciones del Palacio de Miraflores. La marcha opositora se desvió hacia el
centro de Caracas y en pocas horas reinó la confusión en el país. Los acontecimientos
culminaron con la salida abrupta del cargo del presidente Chávez.

Más tarde, el nombramiento de un nuevo presidente, Pedro Carmona Estanga -


Presidente de Fedecamaras- depuesto del cargo algunas horas después por fuerzas
militares leales a Hugo Chávez. Todos estos sucesos que conllevaron muertos, heridos, y
un clima de confusión en todo el país se desarrollaron en menos de 3 días, y de allí en

17
adelante el país conocería otra cara de la confrontación entre gobierno y oposición tras el
fallido golpe de Estado.

El gobierno encabezado por el presidente Chávez es reinstaurado, y conflicto


político pasa al centro de la industria petrolera a través de la empresa petrolera más
importante del país, PDVSA. Se inicia un paro nacional de sus operaciones y pone a la
economía del país en una grave contingencia.

Tras lo sucedido durante meses, y superar el paro nacional, el Ejecutivo Nacional


decide poner fin a la conocida meritocracia de PDVSA, medio por el cual la industria se
había venido rigiendo desde hacía varios años. Sin contemplación fueron despedidos
alrededor de 25.0006 empleados. Las consecuencias de tal suceso serían muy graves,
particularmente por la descapitalización de la empresa. Malavé (2006) señala que: “Una
noción de la intensidad productiva en el trabajo de la explotación de los hidrocarburos
se percibe con sólo conocer que 39.354 trabajadores petroleros generaban, en promedio
anual del lapso 2000-2002, un producto sectorial equivalente al 27% del producto
interno bruto (…)” (p71).

Es decir, si contando que durante los primeros días del paro petrolero se
despidieron 18000 trabajadores y se mira el número de trabajadores que generaban casi
el 30% del PIB, se da una mínima muestra de la noción del problema que comenzaba a
sufrir la economía venezolana con estos despidos. Representaban el 48% de la fuerza de
trabajo total en esa actividad, las bajas no eran de un grupo político, el despido de tales
trabajadores significó la paralización de la actividad pilar de los venezolanos, y el impacto
que se derivaría de la paralización de su actividad financiera y comercial.

PDVSA, la primera empresa estatal del país, se remueve porque sus recursos
humanos han sufrido una terrible baja, sin contar que en el primer trimestre del año 2003
según cifras del BCV el PIB sufre una contracción de nada más y nada menos que el 29%

6
Véase en: El paro petrolero fue un error político y económico
http://www.correodelorinoco.gob.ve/tema-dia/jose-guerra-%E2%80%9Cel-paro-petrolero-fue-un-error-
politico-y-economico%E2%80%9D/

18
con respecto al 20027, lo cual significaba “el mayor quebranto económico del país en los
últimos 50 años” (Malavé, 2006, p89).

Por instrucciones de Hugo Chávez, como jefe del Ejecutivo Nacional, se


promueven una nueva organización de PDVSA. El paro petrolero implicó una caída de la
producción, nuevos ordenamientos y estructuras fueron establecidas una vez concluido el
paro petrolero. PDVSA pasa a tener ahora una mayor intervención social y será una
marcada característica que hará girar las políticas y planes de la empresa. El propio jefe
del Poder Ejecutivo Nacional parecía entender o presumir la importancia de vigilar y
examinar con detenimiento cómo se desarrollaría la dinámica en la conducción de
PDVSA.

La participación del Estado Venezolano, en la conducción de la política


económica en los últimos 3 lustros se ha visto incrementada, según Malavé (2006). Si se
compara con el período 1999-2004 se apreciará como se ha potenciado la intervención
del Estado. El gobierno de Chávez obtuvo como ingresos fiscales ordinarios 11.000
millones de dólares. Son los ingresos más altos en los últimos veinte años, contabilizando
hasta el año 2005. Comparados con la administración de Caldera, representan un
incremento del 30,3%8.

La política económica no parecía tener sentido, sobre todo cuando en medio del
déficit fiscal se aumentó el gasto público, durante el período 1999-2005. La deuda interna
subió 1640%. Pasó de 2.2 billones de bolívares en 1999 a 34.8 billones de bolívares en el
2005. Esto supone un enorme contrasentido dado que los precios del barril apenas
comenzaban a recuperarse. Ahora bien, el aumento del gasto público tuvo su auge en este
lapso con las Misiones Sociales en el año 2003, en medio del conflicto político que vivía
el país y en aras de preservar popularidad. El gobierno lanza estos programas sociales
encaminados a atender distintos sectores, y el gasto social del gobierno experimentaría
un salto importante.

7
Véase informe del BCV del año 2003
8
Véase Malavé Mata (2006). Pág. 140

19
Según Aponte (2014:85), en sus análisis sobre la política social del gobierno de
Hugo Chávez señala que puede ser descrita en dos etapas. La primera va desde 1999 hasta
mediados del 2003, donde es notorio el mantenimiento de las políticas precedentes que
va de la mano con incrementos en el gasto social sobre todo en el ámbito educativo
(aumento de las matrículas escolares) y el aumento de los pensionados. La segunda etapa
que va desde mediados del 2003 hasta el 2012 es caracterizada por:

-Se incrementa más notablemente aún el gasto social, alcanzando en algunos de


estos años sus más altos niveles en toda la historia de las finanzas públicas en Venezuela;

-Se eleva la matrícula escolar, aunque pierde impulso en educación primaria y


secundaria para pasar a crecer aluvionalmente en la educación superior;

-Prosigue el aumento sostenido de la cobertura de las pensiones de vejez, que va


a integrar en los últimos años (especialmente con la misión Amor Mayor) un componente
importante de pensiones no contributivas;

- Y, se crean las misiones sociales, que son la mayor novedad en el conjunto de la


política social desde 1999. Resultan muy exitosas políticas y comunicacionalmente,
aunque tienen impactos sociales debatibles, como se evidencia especialmente desde el
2007, cuando varias de ellas han mostrado problemas severos en su funcionamiento.9

El plan de la nación (2001-2007), estipulaba una reforma con respecto a la


planificación de años anteriores. Esta vez, todos los programas sociales iban encaminados
en el marco de la creación del nuevo Estado, además de ampliar sus capacidades. Se trata
de un giro radical después del paro petrolero. La empresa estatal cambia por completo su
organización y tras la baja de su planta profesional comienza una nueva etapa donde
PDVSA sería el principal agente contributivo para los nuevos programas sociales, sobre
todo los encaminados a partir del año 2003.

Mediante el financiamiento PDVSA elevó su intervención a través de varios


programas sociales, y subsidios a nuevos rubros (además del histórico subsidio a la

9
Tomado de Aponte (2014). Tesis Doctoral: Las políticas sociales durante las gestiones presidenciales de
Hugo Chávez (1999-2012) Pág. 84

20
gasolina), como lo rubros agrícolas, farmacéuticos e insumos alimentarios. El Estado
creció en la medida en que lo hacia su principal industria, y, por consiguiente, más
venezolanos pasaron a depender de la dinámica petrolera y los ingresos que se derivaban
de ella.

Tras varios años, y dada la difícil situación económica que vive Venezuela desde
principios de la década actual (2010 en adelante), es necesario poner bajo examen cuáles
han sido los beneficios y consecuencias que ha traído, tanto para los venezolanos como
para el Estado, la maximización de la participación de PDVSA en la economía del país.
Una vez más, los venezolanos se ven obligados a debatir sobre la conducción de la
principal industria del país, esta vez en medio de la circunstancia de la peor crisis
institucional, política y económica que haya enfrentado la Nación.

Los conflictos del año 2001 y el golpe fallido del 2002 junto a el paro petrolero entre
los años 2002 y 2003, marcaron un punto clave en la historia del país. La economía
venezolana se vio fuertemente afectada, las consecuencias revelan la capacidad que tiene
la industria de remover por completo la vida cotidiana del venezolano común. Superada
la coyuntura de 2002-2003, el Estado se convierte en piedra angular con la intensificación
de su intervención a través de las Misiones y subsidios directos o indirectos en
alimentación, medicamentos, servicios médicos, vivienda y educación.

Petróleos de Venezuela S. A., abre sus brazos para financiar de manera directa o
indirecta sectores de la vida política y económica, actividades ajenas a las inherentes de
una industria petrolera. Así da inicio a instauración de “La Nueva PDVSA” eslogan que
se inició con el fin del paro petrolero y los cambios organizacionales dentro de la empresa.
Al mismo tiempo se pone fin a la meritocracia con el despido masivo de sus anteriores
empleados. En este contexto se sitúa el debate sobre cuáles son las consecuencias
inmediatas y futuras de las actividades que comprometen a la empresa, diferentes a la
exploración, producción, transporte y comercialización de los hidrocarburos, y
actividades afines al negocio de los hidrocarburos.

21
La empresa petrolera financia y subsidia el sector alimentario a través de diferentes
cadenas de supermercados. Realiza jornadas de alimentación y salud, y entrega recursos
e insumos para educación. También se ve ligada al sector turístico y transporte. Diversas
actividades comprometen recursos, y al mismo tiempo, debe atender los compromisos
permanentes que tiene a nivel productivo, en refinerías, petroquímicas y demás empresas
afiliadas a ella.
José Guerra (2013), considera que las extensiones del Estado en la economía crecen
sin que se tengan ingresos claros y sostenidos en el tiempo que le den viabilidad a esas
nuevas dimensiones del Estado, “(…) En la medida en que Venezuela aumenta la
dimensión del Estado, el ingreso petrolero se ha hecho relativamente insuficiente y los
pagos de capital e intereses de los pasivos que emite el Estado han comenzado a
presionar la presión fiscal” (p.68).

A partir de la coyuntura de los años 2002-2003 el cambio era evidente. El gobierno


seguía apostando a la conflictividad, sobre todo tras el golpe de Estado en el 2002, y los
conflictos con la oposición se acentuaron. La oposición, tras los intentos fallidos de
deslegitimar el gobierno, optaría por los caminos electorales con un clima fuertemente
polarizado. Así mismo, la nueva conducción de PDVSA significó un cambio radical en
todo lo concerniente al sector energético del país, su participación en diferentes espacios,
incluso lo que algunos llegaron a denominar como politización de la empresa y otros
como participación democrática de la misma.

Proyectos como el Plan Siembra Petrolera, el Plan Simón Bolívar y el Plan de la


Patria, necesitaban de los recursos suministrados por PDVSA. Además, urgían un
incremento gradual de su producción, no solo porque estuviera dentro de los mismos
objetivos de dichos planes -el plan siembra petrolera estimaba aumentar la producción de
barriles diarios a 5.8 millones para el 2012- sino porque según el plan de negocios de ese
mismo plan establecía que el 70% de los aportes lo haría PDVSA.

El país se trazó metas realmente altas que no pudo cumplir, “al cerrar 2012, el
nivel de producción petrolera de Venezuela se acercó a 3.000.000 de barriles diarios,
49% menos de lo contemplado en el Plan Siembra Petrolera” (Guerra, 2013, p.125) lo
cual conllevó a la frustración por parte de la empresa exigida para suministrar recursos a

22
otras actividades. Y también frustraciones para los ciudadanos que esperaban ansiosos
ver cumplidas las promesas hechas desde el gobierno.

Con el nuevo rumbo trazado, la empresa se marca nuevas metas sociales y


económicas, la recuperación de la empresa tras la paralización, el uso de los recursos para
sostener programas sociales y educativos -como las nuevas misiones que iban a atender
distintos problemas en áreas específicas a partir del año 2003-, incremento de la
producción y creación de nuevas ramas asociadas al área energética para el desarrollo de
la Nación. Estas son algunas de las metas a corto plazo que se trazan. Sin embargo, los
objetivos propuestos es necesario ponerlos bajo examen, es decir, requieren evaluar los
resultados y las consecuencias en la situación actual.

Importa evaluar cuáles han sido los obstáculos a los objetivos planteados, los
logros y los errores. Implica interrogantes que permitan saber cuáles fueron los planes y
proyectos trazados; qué viabilidad poseían y cuáles han sido las metas alcanzadas.
Evaluar las trayectorias del camino recorrido y su relación con la circunstancia que hoy
encara Venezuela.

El contexto internacional ha jugado un papel fundamental en la situación del


mercado de hidrocarburos, con la incorporación de Irán tras el levantamiento de sanciones
internacionales. Los países productores del crudo desde 2014 han visto retroceder el
precio del barril dramáticamente. En 2012 llegó a cotizarse en 100 dólares, y ha
descendido hasta los 30 dólares en el año 2015. Aunque el precio del barril parece estar
recuperándose, la OPEP mantiene pendiente la discusión sobre posibles soluciones para
la estabilización del mercado. Sin embargo, las posiciones son distintas dentro de la
misma OPEP sobre la alternativa de reducir la producción de todos los países miembros,
mientras varios países dentro o no de la OPEP se han visto obligados a recortar su
producción para obligar el alza de los precios.

Según datos publicados por la Agencia Internacional de Energía, IEA por sus
siglas en inglés, La producción de crudo de la OPEP se redujo en mayo del 2016 a 32,61
millones de barriles diarios, producto de grandes pérdidas en Nigeria debido a un sabotaje
en el sector del petróleo. A pesar de esto, La IEA estima que se eleve la demanda mundial

23
de petróleo. Aunque la tasa de crecimiento será la misma que en 2016, la demanda
mundial alcanzará los 97,4 mb / d10, lo cual dispara las expectativas de que el precio del
barril se siga recuperando hasta superar los 50$/b. Luce cuesta arriba alcanzar los precios
del período 2004-2008 o de 2012, pero los estimados para 2017 implican una
recuperación en los ingresos de Venezuela.

Mientras se estudian y se intentan mecanismos de cooperación internacional,


Venezuela se subsume en una crisis más profunda alimentada por la poca o nula
estimulación al sector agrícola que por años clamaba atención. Los aportes de la actividad
manufacturera al PIB se han visto disminuidos, pasando del 22% en 1996 al 14% en 2012,
según el informe económico del BCV de ese año.

Por su parte, las importaciones han crecido de forma exponencial en los últimos
años según lo informa Guerra (2013). Los datos del BCV de los años respectivos,
muestran un incremento desde 10.000 millones de dólares en 1999 a 50.000 millones de
dólares en 2012. Mientras que los ingresos por las exportaciones se mantienen a la baja
con menos de 10.000 millones en todo el período que va desde 1999 hasta 2012. La caída
de la producción nacional ya no se subsana con importaciones que permitían una abismal
cantidad de petrodólares, la merma en los ingresos y la poca producción nacional se ha
materializado en escasez y desabastecimiento.

La economía nacional experimentó solo en 2014 una contracción de 4,5% según


lo informó el mismo BCV en su informe anual. Para el tercer trimestre de 2015 la caída
del PIB ya alcanzaba el 7,1%, sin contar la inflación -que según el informe oficial del
BCV para 2014 solo en alimentos la inflación superaba el 90% y en 2015 la inflación
llegó a 180%- alimentada por una constante emisión de dinero inorgánico en circulación.

El índice nacional de precios al consumidor (INPC), elaborado por el BCV y el


Instituto Nacional de Estadística (INE), registró hasta septiembre del año 2015 un
incremento de 108,7%, en la que se combinaron variaciones intertrimestrales de 19,1%,

10
Publicación oficial de la Agencia Internacional de Energía de junio de 2016. Disponible en:
https://www.iea.org/oilmarketreport/omrpublic/

24
26,1% y 38,9%11, correspondientes al primero, segundo y tercer trimestre de ese año,
respectivamente. El mismo informe del BCV del 2015, muestra que todos los sectores de
la economía venezolana registraron cifras negativas con respecto a 2014, tanto la
actividad petrolera, agrícola, manufacturera, etc.

Alta inflación, recesión, escasez y desabastecimiento sumado a continuas


devaluaciones de la moneda venezolana no son cosa nueva en la historia económica
venezolana, sin embargo, las cifras registradas y aceptadas por el BCV son alarmantes y
ubican la crisis actual en un momento clave. La pobreza no se ha quedado atrás con
respecto al incremento de los índices negativos en Venezuela muy influenciada por estos.

Según lo refleja Guerra (2016:103), la pobreza general pasó de 21% en 2012 a


34% en 2014. La pobreza extrema pasó de 6% en 2012 a 14% en 2014. Diversas
investigaciones como Encovi-2015 han denunciado el crecimiento abrumador de la
pobreza general y pobreza extrema en los dos últimos años, y la cifra pareciera seguir
subiendo. Dicha Encuesta sobre las condiciones de Vida elaborada por la Universidad
Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón
Bolívar, demuestran que la pobreza medida por ingresos supera el 70% de los
venezolanos para el año 2015 y 49% de los hogares se encuentran en la categoría de
pobreza extrema.12

La oportunidad histórica que significó, el alto precio del crudo durante años
(2004-2008, y 2010-2014) y el resultado de la participación del Estado en el uso de los
grandes recursos obtenidos en la circunstancia favorables de altos precios del barril de
petróleo, justifica estudiar las consecuencias de dicha participación. Quiénes, cómo,
cuándo y por qué se tomaron las decisiones claves en los últimos 15 años que enrumbaron
al país en una nueva fase política y económica, y sus consecuencias en la situación actual

11
Información tomada del Informe del BCV entregado a la Asamblea Nacional en enero de 2016.
Disponible en: http://www.bcv.org.ve/Upload/Comunicados/aviso150116.pdf
12
Cifras citadas por Salmerón (2015). En: La pobreza medidas por ingresos se disparó hasta 76% en
Venezuela, según Encovi. Disponible en: http://prodavinci.com/blogs/la-pobreza-se-disparo-hasta-76-
en-venezuela-segun-encovi-ucv-usb-ucab-por-victor-salmeron/

25
del país. Cómo valorar el traspaso de dinero desde PDVSA a fondos creados durante los
años 2003-2015.

Es válido también preguntarse, ¿qué criterios han orientado las políticas y planes
en estos años para el destino de recursos de PDVSA? Pregunta que emerge cuando
observamos datos como los siguientes, del propio Ministerio de Energía y Petróleo:

Fuente: “Petróleo y otros datos estadísticos” del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo.
(2008:156)

Es necesario examinar el desempeño de PDVSA, y el desempeño del Estado


venezolano como principal accionista de la primera industria nacional. Revisar lo que ha
sido su trayectoria, y el uso o destino de los recursos transferidos a diversos fondos para
el desarrollo social.

26
Se hace imperativo entonces, mirar con detenimiento como se desenvuelve en la
mencionada situación nacional la principal empresa estatal, qué papel pasa a desempeñar
en virtud de las situaciones que llevaron a la actual PDVSA, a cumplir el rol que
desempeña en la actualidad, como se interconectan los sectores sociales, políticos y
económicos en el engranaje del poder en Venezuela. Adicionalmente, cabe preguntarse
cómo se desarrolló un nuevo hito del sector petrolero y qué efectos y consecuencias tiene
sobre el actual desenvolvimiento de PDVSA, frente a la situación nacional actual.

¿Fueron trascendentales los cambios respaldados por el Estado Venezolano y el


cambio hacia la “Nueva PDVSA” tras la paralización de dicha empresa?, ¿Es realmente
significativo mantener la estabilidad de la industria petrolera para darle tranquilidad
política y económica al país?, ¿Qué hace que la industria petrolera sea vital para mantener
cierta quietud en la sociedad venezolana?, ¿Qué efectos directos e indirectos han tenido
los sistemas políticos sobre la conducción de la empresa petrolera?, ¿Cómo se ha
desarrollado el sector petrolero venezolano dado el contexto internacional durante los
años 70 y el comienzo del siglo XXI?, ¿Cuáles y cómo fueron los cambios de forma y de
fondo de la empresa petrolera?, ¿En qué medida se soslaya el mejoramiento de los
sectores populares a partir de la crisis económica actual, la escasez, inflación y el
desabastecimiento?

Repertorio de interrogantes que aparecen en esta exposición destinada a plantear


el problema de investigación. Contexto en el que se identifican los objetivos del presente
trabajo:

27
Objetivos de la Investigación

 Objetivo General
 Evaluar las políticas, planes, programas y proyectos propiciados por el Estado
venezolano en la conducción de la empresa petrolera nacional entre 2003-
2015 y sus efectos: PDVSA tras el paro petrolero y su nueva participación en
la vida económica y política de la Nación.

 Objetivos Específicos
1 Describir cuáles han sido los factores políticos y económicos asociados a los
cambios propiciados por el Estado venezolano en materia petrolera durante el
período 2003-20015
2 Elaborar marco referencial histórico entre 1908-2003 para identificar trayectorias
de política petrolera del Estado Venezolano
3 Resumir las metas, y objetivos alcanzados por el Estado venezolano trazados en
materia petrolera en los planes de la Nación en el período 2003-2015
4 Valorar las consecuencias de los cambios hechos en la industria petrolera nacional
y su repercusión en la Venezuela 2003-2015

28
Justificación de la Investigación
La principal empresa del Estado Venezolano, PSVSA, sigue teniendo serias
dificultades para poder avanzar en materia energética, no se consolidan ni se avanzan en
acuerdos o planes establecidos con anterioridad. Tal es el caso del Plan Siembra Petrolera,
el cual no ha podido cumplir ni al 50% de las metas trazadas inicialmente según lo
Planteado por Guerra (2013:125) y datos suministrados por la misma empresa.

PDVSA en los últimos quince años ha abarcado nuevos y numerosos campos de


actividades: diversos programas sociales en materia de salud, vivienda, alimentación y
educación dependen más que nunca de los ingresos derivados de la producción y
comercialización de crudo. A continuación, puede observarse la participación de PDVSA
solo en los Programas de Misiones durante el período 2003-2006:

Cuadro #2 – Aportes de PDVSA a las misiones sociales (mmmBs.)

Misiones Sociales 2003 2004 2005 2006


Misión Ribas 51 603 783 602
Misión Mercal -- 275 639 602
Misión Barrio 54 519 652 591
Adentro I, II y III
Misión Barrio -- -- -- 2.832
Adentro
(Convenio Cuba-
Venezuela)
Misión Vuelvan -- 324 464 503
Caras
Misión Milagro -- -- 265 --
Misión Sucre 5 213 1410 --
Misión Ciencia -- -- -- 495
Misión Vivienda -- -- -- 19
Misión Robinson 115 -- 1 --
I y II
TOTAL 225 1.934 4.214 5.644

29
Fuente: “Petróleo y otros datos estadísticos” del Ministerio del poder popular para la energía y petróleo
(2008)

La economía venezolana transita por una profunda crisis, el precio del barril de
petróleo está alrededor de los 35$/b según el portal web de PDVSA para el mes de mayo
de 2016, y a diferencia de los precios que se mantuvieron en años anteriores (2004-2014)
representa una significativa y abrupta baja de los ingresos de la nación como lo muestra
el cuadro número 3.

El gobierno nacional ha anunciado un recorte presupuestario para el año 201513.


Al mismo tiempo se experimenta una alta inflación, que, según cifras del BCV, durante
el 2015 superó la cifra de 180%. La situación se agrava con la alta escasez y
desabastecimiento general de productos. Esta circunstancia, pone nuevamente sobre el
tapete el papel que ha jugado el sector petrolero en la vida económica de la nación, y en
qué posición financiera se encuentra PDVSA para afrontar la actual crisis.

Cuadro #3 – Precio del barril venezolano en el período 1999-2015

Año Precio ($/b)


1999 16,04

2000 25,91

2001 20,21

2002 21,95

2003 25,62

2004 33,61

2005 46,15

2006 57,70

2007 64,74

2008 86,49

2009 57,08

2010 71,97

2011 101,06

13
Noticia disponible en: http://www.noticierodigital.com/2014/11/maduro-ordena-recortar-el-
presupuesto-y-revisar-sueldos-de-altos-funcionarios/

30
2012 103,42

2013 98.08

2014 88,42

2015 44,65

Fuente: Ministerio del Poder Popular para la energía y minas, BCV e IESA

Los asuntos de la empresa parece que se manejan según sube y baja de la situación
política nacional (sobre todo en materia electoral), y esto ha limitado en poca o gran
medida el desempeño de la empresa, sin contar que la industria ha asumido desde el año
2003 nuevos retos no solo financieros y comerciales.

“La Nueva PDVSA”, asume desafíos en materia social, estos encaminados a


disminuir las brechas sociales y las desigualdades, tal es el caso de las Misiones. Sin
embargo, ha terminado por anclar a los ciudadanos a una economía rentista,
entendiéndose esta como lo expresa Baptista (2006), como “el negocio de ser propietario
de una cosa que no cuesta nada tenerla, que la economía internacional la necesita porque
es útil, y que rinde un provecho (…)” (p.71).

Esta condición le dio al país, en palabras del autor, una condición de acelerada
modernización que no descansa sobre el aprovechamiento del sector productivo en sí,
sino que reposa sobre el uso de esa renta sin que privara una transformación de las otras
áreas productivas. Sin posibilidades claras de diversificación de su economía, y con
deudas ahora no solo en materia energética y económica, sino también dado los recortes
a los que se enfrenta por la caída de los precios del crudo en el mercado internacional,
han tenido que sumársele las deudas sociales.

El Estado Venezolano como principal articulador de las políticas petroleras y del


manejo de la principal empresa no parece saber lidiar con los problemas económicos
propios del país, ni tampoco las vicisitudes típicas de las naciones exportadoras de
petróleo. Desde el surgimiento del sector petrolero como área productiva, las diferentes
instituciones del Estado, organizaciones sociales, entes privados y demás organizaciones
e instituciones, han estado sobrellevados por cómo surgen y se dan las relaciones en
materia petrolera. Giran en torno a distribución discrecional de la renta petrolera, que ha
variado según los gobiernos pero que se ha mantenido en el tiempo. Así mismo, son
31
relaciones sujetas a los cambios que impliquen una transformación de la economía junto
a su principal fuente de ingresos.

La economía venezolana se mantiene, tras dos siglos de historia republicana,


anclada en la dependencia de los ingresos del negocio petrolero, y sin ampliación y
diversificación del aparato productivo. Hoy en día enfrenta nuevos retos y una profunda
crisis económica, crisis que no parece tener una salida a corto plazo y que pone sobre el
relieve nuevamente, el debate de la conducción de la política petrolera, y hacia dónde se
dirige ésta en medio de la situación económica y como puede o no condicionar la crisis
política.

La búsqueda de energías alternativas a nivel global, sitúan al sector petrolero


internacional en incertidumbre dada la posibilidad de nuevos recursos energéticos
innovadores y económicos. En la actualidad los precios del barril petrolero han presentado
fuertes bajas con respecto a años anteriores, sin embargo, estos precios se mueven según
la situación internacional, sobre todo influenciada por la oferta petrolera en Medio
Oriente, pero ante una posible sobreoferta del producto se podría mantener la continua y
fuerte caída del barril en el comercio internacional. Situación que debería provocar un
giro radical en la reflexión sobre la búsqueda de alternativas de ingresos, que indica
replantear los criterios de políticas, planes y proyectos orientados a la diversificación del
aparato productivo nacional y la ampliación de sus actividades.

La Sociología enfrenta cada vez más y nuevos retos, el mundo dinámico y


globalizador actual parece diluir las relaciones sociales, de cualquier tipo, el mundo se
reconfigura y con él, los retos de la sociología. Venezuela no ha sido ajena a esta agenda
globalizadora, aún tiene deudas pendientes en materia social y económica, la pobreza es
un asunto inmediato a atender y de ello depende en gran medida la rápida atención a la
vida económica actual.

La Encuesta de Condiciones de Vida 2014 (Encovi), determinó que ese año la


proporción de hogares en penuria era de 48,4% y 52,6% en el caso de las personas, y para
el 2015, según la misma encuesta 73% de los hogares y 76% de los venezolanos están en

32
pobreza de ingresos, cifra que pone a Venezuela muy por encima de los niveles históricos
registrados en los años 80 y 90 del siglo XX.

Cada vez son más numerosos los sectores sociales afectados con la baja del precio
del barril por la incidencia en el financiamiento de los programas sociales. Estos sectores
han venido creciendo dado el incremento acelerado y acentuado de la crisis actual. Luis
Pedro España, en una entrevista realizada por el periodista Víctor Salmerón, indica la
dependencia del venezolano de la Misión Alimentación se ve afectada por el descenso de
los recursos para mantenerla.

“la mitad de los hogares en pobreza de ingreso dicen comprar en las distintas
modalidades de la Misión Alimentación. Esto es un síntoma de la crisis de
ingresos. Sin abastecimiento subsidiado no se come en Venezuela. Las
misiones estructurales, aquellas que pudieran actuar sobre las causas de la
pobreza, básicamente las educativas, lucen abandonadas.” (Entrevista
personal de Pedro España por el comunicador Víctor Salmerón, 2015)14
Desde la perspectiva de la Sociología, es posible construir una visión amplia de
los hechos sociales. En este sentido, es pertinente el análisis de las instituciones y la
continuidad social. Así mismo, permite describir y analizar las crisis como expresión de
cambios y oportunidades para ampliar las posibilidades de la sociedad. La interpretación
de la circunstancia y situaciones sociales, económicas y políticas que vive el país,
constituyen un desafío para el pensamiento social orientado a contribuir con criterios que
incentiven el cambio social. En esta perspectiva es necesario el análisis situacional del
país en el presente para identificar las posibles trayectorias que pueda hacer el país en el
tiempo por venir.

Si bien la principal industria nacional tiene retos y metas que enfrentar en el corto,
mediano y largo plazo, también es cierto que el venezolano, como ciudadano responsable
y capaz debe asumir nuevos roles, nuevas relaciones con el Estado venezolano, donde el
proceso sea de retroalimentación y la dinámica rentística sea transformada.

En el marco de esos cambios se debe dar un paso adelante en cuanto a las


instituciones nacionales, así lo reiteran Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa (2013), “La

14
Entrevista y artículo disponible en: http://prodavinci.com/blogs/la-pobreza-se-disparo-hasta-76-en-
venezuela-segun-encovi-ucv-usb-ucab-por-victor-salmeron/

33
historia demuestra que el procedimiento para reformar el marco institucional, con el fin
de mejorar la credibilidad del Estado, es tan importante como el contenido mismo de la
reforma” (p.215). Las instituciones son fundamentales en el desarrollo de las nuevas
relaciones ciudadano-Estado-petróleo. Lo anterior implica cambios institucionales que
regulen, controlen y limiten la amplia discrecionalidad del Estado en el gobierno de los
bienes y recursos comunes.

Junto a los retos de PDVSA, están los retos de los ciudadanos que hacen vida
dentro y fuera de la empresa; académicos, profesionales, trabajadores, políticos, en fin,
los distintos sectores que en cierta medida dependen, ya sea de manera directa o indirecta
de la principal empresa del Estado Venezolano. La política y la economía venezolana se
encuentran en la actualidad en una encrucijada, pero ante la crisis actual se hacen
imperativos los análisis y las propuestas venidos del seno de los sectores sociales y de su
amplia participación, dadas las circunstancias, se hacen nuevos cuestionamientos, pero
de estas discusiones deben venir nuevas propuestas que lleven a replantear el contexto
político y económico.

34
Capítulo II: Marco histórico referencial
“Eduardo Arcila Farías sostenía que la historia de Venezuela podía escribirse
con sólo tres palabras; palabras que aluden, en efecto, a las tres etapas
fundamentales en que se divide nuestra historia, y corresponden a grandes rasgos
a los siglos XVIII, el cacao, el XIX, el café y el XX, el petróleo”
Simón Alberto Consalvi

1) 1908-1935: Una llegada Inesperada


Comenzaba el siglo XX, Venezuela era un país despoblado, enfermo y
eminentemente rural, en lo político una nación que no paraba de vivir revoluciones y
apenas, un andino en el poder, Cipriano Castro comenzaba a llevar las riendas del país,
así lo expresa Simón Alberto Consalvi (2004):

En 1899. Un general venido de los Andes conquistó el poder luego de cruzar


el país desde la frontera de Colombia hasta el centro de Venezuela en una
forma tan relampagueante que más que a sus habilidades guerreras el éxito
de la campaña podrías más bien asignarse a la fatiga de un país que había
malgastado todo el siglo en aventuras de generales y caudillos que no
encontraban otra alternativa que las disputas por el poder, su control y
disfrute. (p.17)
Con la llegada de Cipriano Castro al poder, comienza una nueva etapa de la política
nacional, a partir de entonces el país cerraría una época de continuas revoluciones y
asaltos al poder, donde el desarme de la población, la estructura militar, y el orden
comenzaría a ser característica principal del nuevo gobierno.

Para Lieuwen (1964): “Los antecedentes modernos de la industria petrolera de


Venezuela comenzaron en 1899 cuando el ejército revolucionario del. General Cipriano
Castro descendió de los Andes y se apoderó de Caracas” (p. 28) Se comienzan a sentar
así las condiciones para concentrar y centralizar el poder y la política en el Estado.

Para Consalvi (2004), con la llegada de Gómez al poder, a partir del golpe de Estado
a su compadre en diciembre de 1908, comienza el capítulo fundador de la historia
petrolera en Venezuela. Juan Vicente Gómez no dudó en mantener pactos y alianzas con
tal de mantener su fuerte influencia sobre la vida económica y política de la Nación. Tras
la salida de Castro del país, norteamericanos arribaron al país para hacer los honores a
Gómez y resolver entre aliados el no retorno de Cipriano Castro y el arreglo de los
conflictos dejados por este.

35
La excesiva discreción iba a imperar ahora en las relaciones exteriores entre Gómez
y las compañías petroleras, “Buchanan y el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco
González Guinán, suscribieron los Protocolos de Febrero, según los cuales todas las
controversias se resolverían a través del diálogo” (Consalvi, 2004, p.51). Los contratos
para el arrendamiento en Venezuela, que algunos identifican como concesiones, se
desarrollan desde el inicio del gobierno provisional de Gómez hasta 1910, y prosigue
cuando es designado presidente constitucional para el período 1910-1914.

A inicios del siglo XX, el país permanecía anclado en la producción de cacao, café y
otros rubros agrícolas. La economía mercantil agroexportadora mantenía las
características del siglo XIX y las dificultades para el desarrollo de un mercado interno o
nacional. La economía venezolana había pasado por situaciones difíciles dado la caída de
los precios del café durante el comienzo del siglo XX. Maza Zavala (1993) hace la
siguiente caracterización:

Era una economía precapitalista, de base agraria, vinculada al mercado


mundial a través de la exportación de frutos y la importación de géneros
manufacturados y capitales con predominio de la clase terrateniente y la
burguesía comercial exportadora-importadora, cuyos intereses, aunque
secundariamente antagónicos por el reparto de excedente económico, eran
solidarios frente a la gran masa campesino no propietaria de cuya explotación
se formaba dicho excedente (p.133)
Mientras que la economía venezolana se movía en este esquema de economía agraria-
precapitalista, la economía global estaba encaminándose a nuevos rumbos, durante las
últimas décadas del siglo XIX el sistema capitalista mundial se encaminaba desde la libre
competencia hacia el capitalismo monopolista, donde prevalecían las inversiones
extranjeras que buscaban mano de obra barata en las grandes ciudades.

“Las inversiones extranjeras explotaban, en condiciones monopólicas, la fuerza de


trabajo barata y las materias primas requeridas en los procesos industriales de las
metrópolis capitalistas” (Rodríguez;2008, p..27). En términos de la economía
precapitalista descrita por Maza Zavala, los intereses internacionales poco podían
interesarse por Venezuela, a no ser en aras del cobro de deuda. Sin embargo, en el marco
de una economía capitalista que iba en busca de nuevos recursos naturales, que buscaban

36
darle vida y aceleración del crecimiento de las metrópolis, Venezuela era una tierra baldía
dispuesta a ser estudiada en busca de recursos.

Para la primera década del siglo XX la economía venezolana no veía salidas. Las
consecuencias de las políticas económicas del Liberalismo Amarillo, en el transcurso de
las tres últimas décadas del siglo XIX, se hacen sentir con el peso de la deuda externa y
la crisis fiscal que desembocará en el cobro compulsivo de las potencias extranjeras
bloqueando los puertos del país a finales de 1902. Castro no supe lidiar con la crisis
desatada por la caída de los precios del café y lo ineficaz de su gobierno, al respecto
Lieuwen (1964) menciona que

Castro fue, probablemente, el peor de los dictadores de Venezuela. Su


gobierno corrupto, ineficiente y extravagante, estuvo caracterizado por la
intervención extranjera, las revueltas interiores. y el caos financiero. En
1903, el negarse a satisfacer las reclamaciones de los acreedores europeos
por deudas y perjuicios dio por resultado el bloqueo de la costa venezolana
por buques de guerra ingleses, alemanes e italianos. (p.28)
La salida de Cipriano Castro del poder provoca una coyuntura de cambios en
medio de la cual las exploraciones petroleras en manos de compañías angloholandesas
encontrarán las mejores oportunidades para negociar y entenderse con el régimen que
comenzará a presidir Juan Vicente Gómez. A partir de entonces, estas se harían con
espacios importantes en las filas para obtener concesiones y más tarde ser incluso
redactoras de las leyes de minas, y poco pudo hacer durante sus primeros intentos por
frenar a las compañías el ministro Gumersindo Torres, quien tuvo la osadía de intentar
deponer las leyes hechas por las compañías petroleras.

“Petróleo, latifundismo y capital extranjero confieren entonces a Venezuela


características económicas particulares que deforman su desarrollo y contribuyen a su
atraso, pues la industria extractiva de la gran riqueza petrolera funciona como un
enclave ajeno a todo el resto del país” (Consalvi, 2004, p. 54). La mano de obra que hasta
entonces se movía en los campos venezolanos, iba a comenzar su traslado hacia los
campos petroleros que se hacían más atractivos que la actividad golpeada del campo.
Aquí se conjugan dos perfiles según lo expuesto por Consalvi, el perfil del país rural y
atrasado y los campos de explotación manejados con técnicas y recursos modernos.

37
El keroseno era el principal derivado que se usaba de un recurso natural extraído
del subsuelo. El petróleo no conocería otro uso tan trascendental sino a finales del siglo
XIX, cuando se inventa el motor de explosión o combustión interna. La búsqueda del
mineral tan preciado ya había comenzado una carrera sin tregua por parte de capitales
extranjeros, según lo relata Centeno (1981): “El petróleo era conocido desde hacía ya
tiempo, había sido analizado químicamente, encontrándose que era una excelente
materia prima para la producción de aceites que pudieran reemplazar las grasas de otras
procedencias.” (p. 43)

Centeno (1981), expone que las grandes compañías del mundo, se mantenían en
lucha por el control de las riquezas del mundo, EEUU daba importantes avances por
alcanzar a las compañías británicas y los holandeses hacían lo propio. El petróleo cada
vez se afianzaba como piedra angular del poderío económico, político y militares. Las
rivalidades entre las empresas extranjeras angloholandesas y norteamericanas se
centraron en México, Venezuela y Oriente Medio sobre todo en las primeras décadas del
siglo XX.

En Venezuela el mando del país había paso a manos del general Juan Vicente
Gómez, con el propósito de hacer cambios dentro de la misma “causa” de la Revolución
Restauradora iniciada en 1899. El nuevo gobierno comienza por restaurar las relaciones
con los países con los cuales el régimen de Castro había entrado en conflicto. Las
negociaciones sobre petróleo contaban sobre la base del mantenimiento de Gómez en el
poder. El país viviría la dictadura más larga de su historia, y al mismo tiempo comenzaría
a obtener ingresos que parecían poner fin a sus males financieros y sociales que arrastraba
desde décadas atrás.

Las compañías extranjeras se daban a la tarea de buscar petróleo en las zonas más
recónditas de Venezuela, mientras Gómez afianzaba su poder.

En la hacienda La Alquitrana, ubicada en el Estado Táchira, la extracción de


petróleo a mínima escala se empleaba para producir kerosene para el consumo interno de
los pobladores de la zona. “Petrolia del Táchira” es el nombre de la primera compañía
venezolana de petróleo: “era una empresa casi familiar, vista a la distancia, inconcebible

38
en los dominios del petróleo (…) Por obra del azar y del destino, la primera compañía
venezolana de petróleo nació en una hacienda de café” (Consalvi, 2004, p. 41)

Las actividades de exploración de petróleo prosiguen en distintas zonas del país.


Finalmente, en diciembre de 1922, retumba en el pozo Barroso II del Campo La Rosa, en
Cabimas, lo que se conoció como el “reventón”. Desde el Estado Zulia, aflora la
esperanza de riqueza de un país sumido en las necesidades permanentes.

Con el brote del petróleo a gran escala aparecen nuevos actores en la dinámica del
país: las compañías extranjeras, encargadas de la búsqueda, extracción y comercialización
del petróleo, y los beneficiarios de los contratos y concesiones afines al gobierno de Juan
Vicente Gómez, y el propio presidente Gómez que tendrá participación en los negocios.
Edwin Lieuwen señala:

Para la "rehabilitación nacional", Gómez necesitaba ingresos a fin de sufragar


los gastos administrativos y las obligaciones acumuladas del régimen de
Castro. Confiando en conseguir nuevos ingresos mediante impuestos y
cánones mineros, invitó oficialmente a los inversionistas extranjeros a que
fueran a su país para explotar sus, recursos. (Lieuwen, 1964, p. 35)
Gómez necesitaba administrar los recursos generados por el crudo tal cual como
venía administrando la política venezolana desde que tomó el poder en 1908 hasta
entonces, como quien administra su hacienda propia. Maneja y dispone a su
discrecionalidad las relaciones con el capital extranjero. Maza Zavala (1993) expone:

Gómez, de modo distinto a Castro, fue el agente gubernamental de las fuerzas


dominantes: los intereses petroleros extranjeros, la clase terrateniente y la
burguesía comercial y financiera. El soporte de estos poderes, principalmente
el petróleo, le permitió consolidar el Estado, mediante la eliminación de los
caudillos regionales y locales, y lo que se puede calificar como integración
política interna del país (p.133)
Los caudillos y el caudillismo habían sido derrotados política y militarmente desde
el gobierno de Cipriano Castro (1899-1908). Pero J.V. Gómez consolidará su poder
tomando en consideración las relaciones con el capital.

Al respecto Urbaneja (2013), plantea que los actores políticos nacionales buscaban
formar parte de los círculos de Gómez, mientras que los extranjeros les interesaba la
obtención de concesiones. Se trata de un régimen donde el presidente es el “único vértice
39
del proceso político y la paz y el orden son sus objetivos rectores” (p.41). Situación que
determina la conducta de los actores, y se mezclan el propósito de la búsqueda de
decisiones particulares que le sean favorables al Benemérito, y también la búsqueda de
regularización del funcionamiento del Estado.

En el contexto de las relaciones que se tejen entre los nuevos actores políticos y
económicos, se aprecian como objetivos el desarrollo de las relaciones y beneficios entre
las compañías extranjeras y Gómez, el mantenimiento de las relaciones cordiales, el
otorgamiento de concesiones a compañías que permitan a cada una por su lado, explorar
porciones de tierra en busca del mineral, y una vez que fuera encontrado, la permisividad
para su extracción, traslado y comercialización hacia el mercado internacional. Venezuela
se convirtió en un país donde “(…) sus gobernantes permitían que abogados extranjeros
o embajadores intervinieran en la redacción de las leyes. Sólo las compañías extranjeras
conocían dónde estaba el petróleo, cómo explorar y cómo explotarlo.” (Consalvi, 2004,
p. 55)

“En consecuencia, y por fuerza de las circunstancias, Venezuela participaría en


el negocio petrolero por su cara rentística, cobrando renta.” (Urbaneja;2013, p.15). El
control que tiene el Estado de las riquezas del subsuelo, que corresponden por decreto del
24 de octubre de 1829 promulgado por el Libertador al Estado que ratifica y mantiene las
vigente la ordenanza de minerías del Rey de España del siglo XVIII 15. Esto viene a
significar que las riquezas de minas y subsuelos venezolanos corresponden
inmediatamente a la República. Las compañías petroleras harán el trabajo de exploración,
perforación, extracción y comercialización por su cuenta, estas debían pagar al Estado
propietario dueño exclusivo de las riquezas del subsuelo del territorio nacional por el
trabajo realizado, este pago es lo que se conocería a partir de entonces como el cobro de
rentas.

El objetivo de las empresas es mantener en el poder a Gómez y este daría vía libre
para que las compañías corrieran con sus metas comerciales propias a cambio de la
estabilidad de su mandato, y adicionalmente, obtenía los ingresos por regalías.

15
Véase Consalvi (2004). El petróleo en Venezuela

40
El papel del Estado en materia jurídica con respecto al petróleo es, propietarista,
como lo denomina José Ignacio Hernández (2016), tomando en cuenta que el principio
jurídico es de carácter minero, ya que al comienzo de esta etapa histórica el pensamiento
jurídico de los hidrocarburos no había comenzado a desarrollarse. El Estado propietario
de la riqueza del subsuelo tiene derecho a devengar una renta.

Continuando con los planteamientos de Hernández (2016), en esta primera etapa del
Estado propietarista domina el dogma liberal donde “El Estado, propietario de los
yacimientos, no participa directamente en las actividades extractivas, las cuales se
confían a la iniciativa económica privada” (p.17). Dicho dogma es donde se mueven las
concesiones otorgadas a las compañías extranjeras, dada la conveniencia política antes
descrita, y dada la incapacidad tecnológica del Estado para explorar y explotar el crudo
en el territorio nacional, la economía se abre al capital privado y el Estado adquiere su
cuota de recursos a través de la renta.

La política económica en el país depende significativamente de quien preside el


régimen: Juan Vicente Gómez. De acuerdo a su criterio, en última instancia, se regirá la
política del Estado y del Gobierno venezolano sobre el uso de los recursos que genera la
actividad petrolera.

La actividad comercial en Venezuela se comienza a expandir en 1914, en Mene


Grande arranca aquel importante proceso económico, como lo asevera Lieuwen (1964):

En Mene Grande, inmediatamente al este del Lago de Maracaibo, la Shell


perforó, en febrero de 1914, el primer pozo productor comercial. Se
perforaron otros en las proximidades, se construyeron depósitos de
almacenamiento y se tendió un oleoducto hasta la orilla del lago, en San
Lorenzo, donde se comenzó la construcción de una pequeña refinería. Se
construyó un terminal de carga y, en 1917, la Caribbean Petroleum envió la
primera expedición de petróleo venezolano al extranjero. Aquel año se
produjeron 121.000 barriles. En 1918 se extrajeron 320.000 (p.38)
A partir de 1918, comienzan a introducirse cambios progresivos para garantizar los
intereses del Estado en relación a las actividades referidas a los hidrocarburos. Con la Ley
de Minas de 1918 propuesta por Gumersindo Torres como Ministro de Fomento, el

41
Estado comienza a establecer mecanismos específicos de control sobre la actividad
minera.

Estos cambios realizados a partir de 1918 se inscriben en el proceso de centralización


y concentración del poder en el Estado. El ministro de Fomento Gumersindo Torres, jugó
un papel crucial mediante leyes que abrían espacios en los que el Estado no se había
atrevido a asomar. La nueva Ley de Minas de 1918 hacía la distinción clara entre
sustancias metálicas e hidrocarburos, donde estos últimos quedaban bajo administración
directa del Presidente, además de dar nuevas condiciones a las concesiones otorgadas a
las compañías. Este punto marcaría lo que Baptista y Mommer (1987) llamarían
“conciencia nacional rentística” donde queda expresa la intención del Estado de
participar en la nueva actividad económica, la actividad petrolera.

Los esfuerzos del ministro de Fomento Gumersindo Torres, abren paso a la primera
Ley de Hidrocarburos de Venezuela en 1920. Hernández (2016) comenta al respecto:

Se trató de una ley avanzada para la época, que implementó el sistema


regalista. De esa manera, la nueva ley partió del principio regalista al
reconocerse el derecho a explotar hidrocarburos, pues de conformidad con su
artículo 2, el otorgamiento del derecho de exploración era reglado. (p.33)

La Ley 1920 otorgó a los propietarios del suelo el derecho preferencial para poder
explorar y explotar los recursos que se llegaran a encontrar, y además aclara que no se
otorga ningún derecho de propiedad con las concesiones, solo permisos temporales de
exploración y explotación.

Sobre los regímenes tributarios aplicables de la nueva Ley, Lieuwen (1964:59) indica
que los impuestos sobre la superficie fueron incrementados a siete bolívares por hectárea
-antes de dos a cinco-, y el impuesto mínimo se aumentó al 10 por ciento -antes 8-. Se
estableció Un nuevo impuesto inicial de explotación, de diez bolívares por hectárea, se
recaudaba ahora al comenzar la perforación. No se hizo esperar la reacción de
contrariedad de parte de las empresas extranjeras. Maniobrarán para conseguir las
enmiendas o cambios en la Ley de Hidrocarburos en 1921-1922 hasta conseguir la
adecuación a sus intereses.

42
Las compañías se movieron rápidamente ante una Ley que para estos era sumamente
incierta, y no aseguraba que los terrenos explorados les fueran garantizados para su
explotación además de argumentar que el tiempo de las concesiones (30 años), no era
suficiente. Sobre todo, deseaban poner un freno al artículo 50 que según Lieuwen (1964)
obligaba a las empresas a seleccionar las parcelas para explotación en un plazo de tres
años.

Según las compañías, ese tiempo era imposible dadas las circunstancias físicas y
financieras que involucraba las operaciones iniciales. Sus protestas y los movimientos
que hicieron en Caracas ante el Ejecutivo, lograron las modificaciones a la ley de 1920,
y en junio de 1921 “el Congreso aprobó una nueva ley petrolera que incorporaba la
mayoría de las modificaciones sugeridas por las compañías norteamericanas.”
(Lieuwen; 1964, p.61)

No pasaría mucho tiempo para que las compañías volvieran a introducir nuevos
argumentos en contra de la ley de hidrocarburos, esta vez argumentaban que, si bien se
quería mantener el capital extranjero y hacer más atractivo el país como fuente de
inversión, las condiciones jurídicas debían ser mejores. En esta oportunidad el ministro
Gumersindo Torres será removido de su cargo, y así quedará allanado el camino para la
tercera Ley de Hidrocarburos de 1922, abogados de las empresas extranjeras
intervendrían en la nueva redacción.

Un abogado de las compañías, Rafael Hidalgo Hernández, fue elegido por


Gómez para que la redactase. Las empresas petroleras y los funcionarios del
gobierno celebraron varias reuniones. Las ideas y recomendaciones de las
compañías se tomaron prestadas de la práctica petrolera norteamericana,
mientras que las del gobierno se derivaron de la ley mexicana. Se modificaron
las cláusulas, se aclararon las ambigüedades, se adoptaron compromisos, y
después se ajustó el proyecto a las condiciones venezolanas. El resultado fue
una disposición liberal, clara, sencilla y eficaz. (Lieuwen; 1964, p. 62)
Los nuevos principios de la ley de hidrocarburos aprobada en 1922 regirán las
relaciones del Estado con el capital extranjero dedicado a las actividades petroleras.
Hernández (2016) considera que la ley “retomó el sistema dominial, al establecer que el
derecho de explorar, explotar, manufacturar, refinar y transportar los hidrocarburos

43
regulados por la ley se obtendrá por medio de las concesiones que otorgará el Ejecutivo
Federal” (p. 34).

La Ley de 1922 ratifica discrecionalidad del Presidente del poder Ejecutivo para el
otorgamiento de las concesiones. La ley dejaba claro que la única forma habilitante de la
exploración y explotación eran las concesiones, asimismo la administración no podía dar
por terminado una concesión de manera unilateral y los tributos se regirían por la ley
vigente al momento de otorgar la concesión.

El petróleo significará un gran impacto en la economía venezolana en estas primeras


décadas del siglo XX. “Los ingresos fiscales del gobierno entre 1908 y 1923, se mueven
en el rango de entre 50 y 88 millones de bolívares (…)” (Bautista; 2013, p.42), recursos
que se gastan según el orden de prioridades del benemérito pero que implican una
cantidad de recursos no esperada y dispuesta a ser administrada a discreción del
presidente.

Los acontecimientos de los años 20 en materia petrolera no solo comenzaban con la


ley de hidrocarburos de 1922, ni terminaba con el débil intento de rescatar la economía
agrícola a través de la creación de un banco para el otorgamiento de créditos.

En diciembre de 1922 se iba a generar un suceso importante que marcó un antes


y un después de las intenciones inversionistas de compañías extranjeras en Venezuela, a
partir de entonces el país no se vería como un débil contenedor de recursos petroleros, y
al mismo tiempo iba a impulsar el gran auge y expansión de la actividad petrolera en los
años siguientes.

El 14 de diciembre de 1922 el pozo Barroso número 2 comenzó a producir, a


1.500 pies, 2.000 barriles diarios y aumentó rápidamente hasta que lo hizo de
una forma incontenible a 100.000 por día, destruyó la torre del pozo y lanzó
al aire una columna de petróleo de 200 pies de altura. Fue un geiser enorme,
"el más productivo del mundo", según dijo el New York Times. (Lieuwen;
1964, p.82).
Así relata Lieuwen la forma en que Venezuela se posicionó como una zona clave
en el mapa petrolero mundial, los ambiciosos programas para el lago de Maracaibo y las
zonas aledañas al pozo los Barrosos 2 llovieron en cuestión de días, la producción se

44
incrementó en forma geométrica logrando en 1928 Venezuela produjera el 8% del
petróleo mundial y 3/5 partes de América Latina y asombrosamente sustituye a Rusia
como segundo productor del mundo.

2) Reglas de decisión y marco regulatorio 1922-1942


Recapitulando la sección anterior, la ley de hidrocarburos de incidirá en las
relaciones entre compañías extranjeras y el gobierno de Gómez, así mismo brindará los
recursos en manos del gobierno para conseguir sus objetivos políticos y económicos.

La nueva legislación, aprobada por el Congreso el 13 de junio de 1922, se


convirtió en la ley petrolera básica venezolana, completamente
independiente del Código minero y sin influencia alguna del mismo. La
industria en todas sus fases -exploración, explotación, refinado y transporte-
fue declarado servicio público, que debería regularse por la ley petrolera.
(Lieuwen; 1964.p.62)
Sólo el presidente, o el ministro designado por éste podían otorgar las concesiones,
los empresarios petroleros estaban finalmente conformes con las nuevas disposiciones,
las concesiones serían otorgadas bajo la ley de 1922 hasta la muerte de Gómez y no habría
cambios sustanciales y profundos hasta el inicio de gobierno de López Contreras (1936-
1941) cuando se hacen reformas a la Ley, y el gobierno de Medina Angarita (1941-1945)
que logra a fondo la Reforma de la Ley de Hidrocarburos de1943. Entre los aspectos más
importantes que establece la nueva legislación destaca que

(…) se eliminaban también toda restricción a las cantidades de tierra que


podía poseer una misma compañía; se consagraba el derecho de éstas de
expropiar y ocupar las tierras necesarias para los pozos, campos y caminos
(si acaso había propietarios involucrados, se preveía una justa
indemnización); se exoneraba de derechos aduaneros los materiales
necesarios para los trabajos de las compañías, desde taladros hasta
suministros para hospitales. Además, se desvinculaban totalmente la nueva
Ley del código minero y se declaraba de utilidad pública la industria petrolera
en todas sus fases, incluyendo la exploración, la explotación, la refinación y
el transporte. (Rodríguez Gallad; 2008, p. 92)
A partir de entonces se comienza a dar un crecimiento de la actividad petrolera
bastante importante, según lo expone Lieuwen (1964:84): entre 1922 y 1928 la
producción asciende desde 2millones a 106millones de barriles al año, nivel que se vería

45
interrumpido con la crisis internacional del capitalismo en 1929. Sin embargo, la
expansión de esta actividad llegó a niveles hasta entonces no esperados.

En 1923 J. V. Gómez brinda su respaldo y participación encubierta en la Compañía


Venezolana de Petróleo, con el fin de hacerla intermediaria de los ingresos fiscales a
través de la adjudicación de contratos y la monopolización de las acciones de la compañía
en las manos de tres amigos del régimen. Los ingresos que según revela Lieuwen (1964),
superaron los 20 millones de bolívares que iban a las manos de Gómez sin intervención
fiscal o administrativa alguna, y apenas el auge comenzaba su ascenso:

El período 1923-1929 fue una época de auge en la industria mundial del


petróleo. La producción casi se duplicó para suministrar gasolina y
lubricantes para los automóviles y combustibles, para las fábricas y los
hogares. Estados Unidos, consumidor y productor del 65 por ciento
aproximadamente del petróleo mundial, mantuvo el ritmo duplicando su
producción. Venezuela, productor insignificante en 1922, se convirtió en
1928 en el principal exportador y segundo productor mundial, después de los
Estados Unidos. (Lieuwen; 1964, p. 80)

Por su parte, el sector agrícola había esperado en vano ser destinatario de recursos
por parte del ejecutivo que les permitiera apalancar el deterioro en el que se encontraba
desde años atrás. La ayuda del gobierno se crea por las exigencias que marcan el
desarrollo de la crisis. Con este propósito se crea en 1928 el Banco Agrícola y Pecuario,
cuya función era otorgar créditos gubernamentales a esos sectores vinculados a la
economía del café. Recursos para paliar la situación, pero sin atender los grandes
problemas que aquejaban la actividad agropecuaria del país.

A partir del año económico 1924-1925, el petróleo pasa a encabezar las exportaciones
del país. Marca un antes y un después en la economía venezolana. Mientras que la
economía agroexportadora no lograba salir de sus dificultades. La creación del Banco
Agrícola y Pecuario en 1928 no logra subsanar los problemas de fondo, estructurales, que
afectan al campesinado y a los productores.

No es correcto afirmar, como algunas veces se hace por historiadores


superficiales, que el establecimiento de la industria petrolera en el país
determinó la crisis de la agricultura de exportación. Esta agricultura estaba en

46
crisis antes de que el primer barril de petróleo fuera extraído del subsuelo
venezolano. (Maza; 1993, p.137)
Según Maza Zavala, la llegada de la economía petrolera solo contribuyó al
decaimiento de una economía agrícola ya en deterioro, y además dejó ver a todas luces la
profundidad de la crisis en que se encontraba el sector agricultor desde hacía años en el
país. Esto es importante para mantenerlo presente respecto a las políticas que serán
desarrolladas en los años subsiguientes con vano intento por rescatar al sector agrícola, y
lo que va a pasar a significar la entrada de petrodólares a las arcas venezolanas para ayudar
a mantener el consumo de productos a través de las importaciones.

En estas primeras décadas del siglo XX, especialmente entre 1918-1922, queda
establecido el papel del Estado en relación a las actividades vinculadas a exploración,
explotación, transporte y comercialización de los hidrocarburos. Un Estado propietario
de las riquezas del subsuelo encargado del cobro de renta petrolera que se negocia a través
de las concesiones otorgadas desde el Ejecutivo Nacional. Los recursos obtenidos a través
del otorgamiento de concesiones van directamente a éste sin que medien otros
mecanismos de regulación o control, la renta que cobra el Estado venezolano pasaría
progresivamente a ser el recurso significativo para los ingresos fiscales.

3) Eleazar López Conteras (1936-1941) – Isaías Medina Angarita (1941-1945):


La modernización del Estado

Tras la muerte de Gómez, la nación comienza un proceso de cambios con una


apertura política. Las riendas del país las lleva ahora con “calma y cordura”, Eleazar
López Contreras (1936-1941) y posteriormente Isaías Medina Angarita (1941-1945).

A partir de 1936 regresan del exilio numerosos venezolanos, particularmente


quienes por diversos medios pretendían socavar al régimen gomecista. Intelectuales y
políticos ahora podían poner sobre la palestra pública distintos temas de relevancia sobre
los caminos a seguir en el nuevo escenario. El tema petrolero comenzará a ser debatido
por diferentes medios. Particular atención y crítica merece el bajo ingreso que percibía el
Estado por parte de las compañías, otros llegaban al pesimismo y le atribuían a la industria
el mal estado de la agricultura venezolana:

47
El ataque fue llevado contra la existencia misma de la industria en la
economía. El razonamiento era el siguiente: El petróleo perjudica más bien
que beneficia a Venezuela. Se debía a la industria la emigración de los
trabajadores agrícolas a las zonas petrolíferas, y a medida que se reducía la
producción agrícola aumentaban las importaciones de alimentos. Las divisas
petroleras arruinaban a la agricultura y esclavizaban la nación al petróleo.
Esta industria extractiva de propiedad extranjera, en lugar de promover la
prosperidad mediante el incremento de la renta real, la diversificación de la
producción y el estímulo al desarrollo económico, originaba. en realidad, la
subida de los precios y reducía el rendimiento de la industria y de la
agricultura del país. (Lieuwen; 1964, p. 146)
Eleazar López Contreras asume que los cambios eran impostergables. El gobierno
impulsa una nueva legislación en materia de hidrocarburos para incrementar los
impuestos de exploración y explotación. Edwin Lieuwen (1964:147) señala que la nueva
ley hacía cambios de poca importancia respecto a la mano de obra, pero la ley solicitaba
que los venezolanos tuvieran mayor participación en empleos técnicos y administrativos.

Con Néstor Luis Pérez como Ministro de Fomento se crea la dirección de


Hidrocarburos donde “Se amplió el sistema de inspección y se mejoraron los métodos de
fiscalización. Se asignaron a cada campo de tanques de almacenamiento aforadores del
gobierno que computaron exactamente cada movimiento del petróleo” (Lieuwen; 1964,
p.148)

La ley de hidrocarburos de 1936, no solo incrementaba los impuestos a pagar por


parte de las compañías petroleras, sino que la ley significó la disolución de las
características liberales de la etapa propietarista descrita por José Hernández (2016), al
asumir la administración que le incumbía hasta ese entonces al Poder Judicial:

“(…) La Ley de 1936 consolidó la figura de la caducidad administrativa de


la concesión, es decir, el reconocimiento del derecho de la Administración de
terminar unilateralmente la concesión por incumplimiento del concesionario.
El principio general hasta entonces era que tal caducidad solo podía ser
declarada judicialmente, como corresponde con la concepción civilista.” (p.
41)
El programa de febrero de 1936 constituye una interpretación del gobierno sobre
la circunstancia y situaciones que debería atender el gobierno. Diego Bautista U.
(2013:66) lo resume como un programa “amplio en los terrenos de la legalidad, la salud

48
pública, la educación, la agricultura y la cría, la política fiscal y comercial, la
inmigración y la colonización, las fuerzas armadas, las relaciones exteriores y las obras
públicas” (p.66).

Respecto a la Reforma a la Ley de Hidrocarburos aprobada ese mismo año,


implicó la participación de distintos sectores en la ahora principal actividad del país, tomó
en cuenta varios reclamos hechos por distintos actores, y adicionalmente fortalece la
intervención administrativa del Estado en materia petrolera.

Con López Contreras, los venezolanos ven el principio de un Estado más


organizado y moderno, que comienza a crear y sentar las bases institucionales de su vida
política, económica y social. Se despliega una gran actividad para crear instituciones
públicas que emergen en el proceso de ejecución del Programa de febrero de 1936 y el
Plan político administrativo 1938-1941. Luis Ricardo Dávila (1988) apunta que: “Las
formas institucionales que asume el Estado venezolano luego de 1936 son expresión de
las estrategias de sus dirigentes en el proceso social general y de las contingencias de la
sociedad en ese momento preciso” (p.49).

Luis R. Dávila (1988) considera que las prácticas políticas y discursivas de los
actores sociales dentro de su ámbito de acción son las que forjan las instituciones, las
mantienen de pie, las cambian o llegan incluso a ponerlas en dificultades. Es entonces
cuando “El desarrollo institucional implica un enfrentamiento incesante entre la realidad
instituida, organizada u ordenada y la práctica instituyente de los agentes sociales
involucrados” (p. 51), el Estado es quien pasa a organizar a partir de 1936 la sociedad
venezolana, sus dirigentes y sus instituciones creadas a partir del momento histórico dado.

Luis Ricardo Dávila (1988), distingue cuatro tipos de instituciones para analizar
el proceso 1936-1945; la primera referida a instituciones políticas hechas para las
cuestiones del poder y la participación política. La segunda concerniente a instituciones
económicas creadas para la organización de la producción y distribuciones de los bienes
de la nación. Así mismo, distingue las instituciones sociales, relativas a las relaciones
entre actores sociales y la solución de los problemas que estos presentan. Por último, las
instituciones del Estado sobre los recursos naturales, en esta última categoría entra el

49
petróleo y la tierra donde dichas instituciones deben reglar las relaciones entre Estado y
la explotación de estos dos recursos.

Sobre el tema petrolero y sus problemas en este proceso, vale la pena destacar las
posiciones que sostienen Arturo Uslar Pietri y Rómulo Betancourt. Arturo Úslar Pietri
afirma que el petróleo es una riqueza agotable y que está solo de transición en la economía
venezolana. Por lo tanto, los recursos obtenidos deben ser destinado a inversión para
transformar, modernizar y estimular la agricultura científica y moderna. Por otro lado,
Rómulo Betancourt considera que el destino de los ingresos debe ser el beneficio
colectivo. La riqueza petrolera duradera debe ser puesta al servicio de la democratización
de los recursos.

Dos años después de la ley de 1936 surge en los debates del congreso de la
República la posibilidad de una reforma de la intervención del Estado en materia
petrolera. Las posiciones pasaban desde una parcial nacionalización hasta nacionalistas
conservadores que apoyaban al gobierno de López. Coincidían en las precarias
condiciones y desconocimiento en que se encontraban respecto a la conducción de la
actividad petrolera:

Venezuela no tenía técnicos petroleros ni servicios de transporte. Aunque el


Estado pudiera explotar los negocios petroleros en el país, no podría aspirar
nunca a romper el monopolio anglosajón en los mercados mundiales.
Evidentemente el curso inteligente de la reforma era preparar una ley que
obtuviera para la nación la mayor participación posible en los beneficios de
la industria, y éste era el plan esbozado por Pérez en un anteproyecto de ley
presentado al Congreso en 1938. (Lieuwen; 1964, p.152)
Las leyes de 1936 y 1938 abren paso hacia la “venezolanización” del petróleo. De
acuerdo con Hernández (2016) la nueva ley de 1938 reconoció abiertamente la iniciativa
pública en la materia de manera directa. El Poder Ejecutivo tenía el derecho de explorar,
explotar, manufacturar, refinar y transportar, y se ratifica las figuras institucionales
administrativas para un mayor control del Estado sobre los ingresos en la actividad
petrolera. Estos eventos marcaron pasos importantes en la ampliación de la intervención
Estatal sobre los hidrocarburos.

50
En el transcurso de 1936, el gobierno de López Contreras encara dos conflictos
con los trabajadores petroleros. Particularmente entre diciembre de 1936 y enero de 1937.
La huelga tiene como fin un aumento del salario de los trabajadores y el reclamo de agua
potable durante la jornada laboral, entre otras peticiones que se hacían por el
incumplimiento de cláusulas ya establecidas y además de continuas quejas hechas por los
trabajadores sobre las paupérrimas condiciones en las que laboraban, relata Lieuwen:

Una de las consecuencias de la ley de 1936 fue la rápida organización de los


trabajadores petroleros de la cuenca de Maracaibo. Se formaron sindicatos en
cada uno de los principales campos, y, aunque no se estableció formalmente
ninguna federación, los organizadores de la mano de obra establecieron lazos
entre los sindicatos locales y su trabajo resultó efectivo. El 14 de diciembre
de 1936, cuando los dirigentes sindicales fracasaron en su intento de
conseguir que las compañías accedieran a varias de sus peticiones, se declaró
una huelga general. Ante el gran estupor del gobierno y de la industria veinte
mil obreros abandonaron el trabajo. (p. 159)
Esta era la primera huelga de gran magnitud a la cual se enfrentaban las compañías
y el gobierno nacional. El paro logra una caída del 40% de la producción, lo cual alerta
al gobierno que esperaba que las compañías y los trabajadores llegaran a un acuerdo y no
se viera afectado sus nuevos planes de reformas.

El 22 de enero de 1937 la paciencia del Ejecutivo Nacional llegó a su fin,


“Invocando el artículo 178 de la ley laboral, decretó el fin de la huelga, concedió a los
trabajadores peor pagados (que ganaban de siete a nueve bolívares al día) un aumento
de un bolívar, y ordenó a todos que volviesen al trabajo” (Lieuwen; 1964, p.160), el
gobierno no toleró la intervención de partidos políticos en la huelga y procedió a ilegalizar
a dos de ellos, el gobierno sería quien inspeccionaría las demandas de los trabajadores y
no los partidos políticos.

La política petrolera del general López iba más allá de las relaciones gobierno-
trabajadores-compañías. López decidió a diferencia de su antecesor, atender las demandas
de los trabajadores petroleros: “El general López Contreras demostró su preocupación
paternalista por los trabajadores, creando un ministerio especial de Trabajo y
Comunicaciones en 1937, y al año siguiente comenzó el sistema de bonificación de los
salarios dispuesto por la ley de 1936” (Lieuwen; 1964, p.161). Reconocer las

51
condiciones precarias de los trabajadores y de la población en general fue un primer paso
para la modernización que emprendió desde los primeros meses de su gobierno.

En 1941, el nuevo presidente electo por el Congreso Nacional es el Gral. Isaías


Medina Angarita. Dará continuidad al proceso de modernización iniciado por López, y
más amplitud para el ejercicio de las libertades políticas. Ese mismo año, la producción
petrolera gira en torno a los 600.000 barriles diarios de acuerdo con Rodríguez Gallad
(2008:58), con tendencias a continuar un ascenso de la producción. A partir de 1942 el
gobierno inicia el proceso que desembocará en la Reforma de la Ley de Hidrocarburos de
1943.

En 1943 el país contó con una nueva Ley de Hidrocarburos, dicha ley promulgada
en marzo, vino a ampliar mucho más las capacidades del Estado y esto conllevó a un
nuevo paso adelante en materia de participación del Estado en la materia, al respecto Irene
Rodríguez Gallad (2008) menciona:

Con la ley de 1943 se ampliaron las facultades administrativas y técnicas del


Estado sobre la industria extractiva, y se limitaron tanto los derechos de
traspaso como la facultad de expropiación a las compañías, reafirmándose
asimismo la potestad de la Nación para indagar acerca de las operaciones
técnicas y los procedimientos contables de las empresas explotadoras. (p.59)
La nueva ley de 1943, establecía la posibilidad de una mayor participación del
Estado en las ganancias porque además de los impuestos contemplados en la ley
reformada, las compañías debían pagar el correspondiente impuesto sobre la renta,
impuesto aprobado con la Ley de 1942. Como un “gran salto adelante” denomina
Bautista Urbaneja (2013:99) la nueva ley. Por otra parte, la ley de hidrocarburos de 1943,
según el mismo Bautista (2013) es un salto cualitativo importante en las relaciones
Estado-Compañías, en la cual la balanza se equilibraba, finalmente, a inclinarla no hacía
las necesidades de las compañías, sino en un cobro adicional mediante impuestos, y
además llevaba a las corporaciones extranjeras a someterse a la potestad del fisco
nacional.

La nueva ley en palabras de Hernández (2016), “fue, esencialmente, una ley que
nació y se desarrolló en polémica” (p.45), dado que el país y sus actores políticos

52
clamaban por cambios que permitieran instalar un régimen democrático. Bautista
Urbaneja resume los logros de dicha ley en:

Uniformaba el régimen legal de concesiones, sometiéndolas todos a la misma


ley (…). Además, subsanaba todo reclamo que estuviera pendiente respecto
a cualquiera de las concesiones otorgadas hasta entonces. Adicionalmente, la
ley establecía que las concesiones otorgadas o por otorgarse tendrían un plazo
de cuarenta años de vigencia a partir del momento de aprobación de la ley o
del momento de otorgarse las que se concedieran en el futuro, al cumplirse
veinte de los cuales podrían renovarse por veinte años adicionales a los
cuarenta originalmente establecidos. (p. 101)
Por su parte para Lieuwen (1964) la ley del 43 fue para alcanzar una “justa
participación en los beneficios que brindaba la industria “Los aumentados impuestos de
exploración y de superficie significaban ingresos adicionales anuales, y los elevados
impuestos de explotación inicial se proyectaban para proporcionar al tesoro un alivio
inmediato” (p.185).

La Reforma a la Ley de Hidrocarburos de 1943 significa el ejercicio de la


soberanía impositiva por parte del Estado. La nueva Ley de Impuesto sobre la renta de
1942 amplía la potestad fiscal del mismo. Teniendo como tarea decidir el destino y
distribución de la renta petrolera. La intervención del Estado va encaminada a atender
los reclamos hechos por una sociedad que teme que los recursos se desvanezcan tan
rápido como aparecieron. Bautista Urbaneja (2013), plantea:

A medida que la renta se hace notar como el principal, el cada vez más
voluminoso y suficiente contribuyente a las <<arcas del tesoro>>, los
sectores sociales, las clases, los grupos, las organizaciones, los actores,
que haya o vaya habiendo, se aperciben para reclamar cuotas de renta
(Bautista; 2013, p. 27)

53
4) El Trienio 1945-1948: Rómulo Betancourt-Acción Democrática-Fuerzas
Armadas; y el Gobierno de Rómulo Gallegos 1948
La junta revolucionaria de Gobierno que se instala el 18 de octubre de 1945 tras
deponer por la fuerza al general Isaías Medina Angarita, es presidida por Rómulo
Betancourt. El político conocido por su dura posición frente a las compañías petroleras
extranjeras y por liderar el pensamiento y el debate sobre las condiciones inequitativas a
las que estaba sometido el Estado frente a las transnacionales petroleras.

Los objetivos rectores de mantener la modernización del Estado, la creación de


instituciones en el marco de ese Estado moderno, y mantener la estabilidad del país que
fueron los objetivos rectores de los gobiernos de López Contreras y Medina Angarita
cambian apenas Betancourt se instala en Miraflores. Diego Bautista Urbaneja distingue
las siguientes premisas características:

Primero, el ya conocido eje central de discurso democrático petrolero: solo la


elección popular de los gobernantes asegura que estos gobernarán en
beneficio de las mayorías. Una segunda y decisiva premisa es la de que
Acción Democrática es la mejor encarnación política de ese pueblo en cuyo
beneficio la democracia garantiza que se gobernará. (Bautista; 2012, p.134)
El eje del discurso democrático va a girar en torno a la intervención de Acción
Democrática (AD) en distintos sectores, instituciones y demás organismos que estarían
por crearse o ya creados anteriormente. Incluso, con la constitución de 1947 “se
establecen el voto universal, la reforma agraria, una variedad de derechos sociales y
más amplios derechos sindicales” (Bautista; 2013, p. 136) sobre esto último la cantidad
de sindicatos creados a lo largo y ancho del país según el mismo autor, pasa de 103 en
1945 a 1.014 en 1948, en la mayoría de ellos hay miembros del partido de gobierno.

Con respecto a las demás reformas realizadas durante este período incluye
algunas sanitarias y otras en materia educativa, estas últimas incluían el apoyo de
sindicatos a los cuales el partido ya tenía a su favor. La expansión que realizó AD a partir
de 1945 no tenía precedente alguno incluso a pesar de las luchas del Partido Comunista
de Venezuela (PCV) por igualar las fuerzas sindicales de AD. Más tarde muchos
atribuirían el golpe militar en 1948 a la hegemonía que giró en torno al partido durante
los tres años que estuvieron gobernando. Sin embargo, en este punto cabe resaltar un

54
aspecto económico bastante importante, se iniciaron durante este periodo (1945-1948)
políticas de industrialización y de modernización del campo.

En el marco de ese proceso de industrialización, se crea en 1946, la Corporación


Venezolana de Fomento (CVF), que da luz a la creación de un sector industrial privado
en todo el país. También se establece el Consejo de Economía Nacional, que tendría
carácter consultivo donde participaría la recién creadas Fedecámaras, y la Central de los
Trabajadores de Venezuela (CTV).

Según plantea Bautista Urbaneja (2013), en los tres años del trienio adeco destaca
una consciencia colectiva creciente acerca del uso de la renta petrolera donde “(…) los
sectores de la sociedad se organizan en función de reclamar cuotas de renta a las que
creen tener derecho” (p.148), esto gira en torno a la idea de que la renta petrolera esta
para que el Estado la asigne a quien la pida y esto se acerca cada vez más a un punto
álgido.

En ese contexto es donde el autor sitúa la creación de nuevas instituciones


sindicales (CTV), y económicas (CVF) y mientras tanto el discurso democrático erigido
como principal objetivo rector permite la creación de nuevos partidos políticos (COPEI
y URD).

Bajo la premisa planteada acerca de la conciencia creciente sobre el reparto de la


renta Diego Bautista U. (2013) afirma que: “para estimular el desarrollo industrial
conviene elevar, mediante el uso de recursos rentísticos, la capacidad de consumo de la
población” (p. 149). En esta circunstancia se desarrollan los objetivos del discurso
democrático petrolero. Acción Democrática es aquella encarnación política que garantiza
la gobernabilidad. El Programa Democrático Nacionalista del partido no solamente
aumenta la cantidad de reclamadores de renta sino a su vez profundiza el gasto público.
Tal afirmación, sobre la capacidad de consumo de la población podría trasladarse a
diferentes momentos de auge petrolero que estarían por venir en Venezuela.

La sociedad de los rent-claimants descrita por Bautista (2013), se abre como un


gran grifo. Acción democrática, partido que lideró las reglas de decisión durante el
periodo 45-48 acumuló una gran cantidad de reclamadores, dado en primer lugar, porque

55
la nueva política era que las decisiones pasaban por este partido antes de ser aceptadas y,
en segundo lugar, se crean nuevas redes de articulación de reclamos, redes institucionales
que crean una gran cantidad de sindicatos que están estrechamente vinculados a AD, y
así el partido es el intermediario entre el reclamador y el Estado.

La hegemonía de un solo partido político, Acción Democrática, en la toma de


decisiones no dejaba encajar en el país una política económica sólida y que lograra
cuadrar con la recién creada Fedecamaras y la CTV. Además de un órgano como el
Consejo Nacional de Economía se considera la admisión oficial del sector empresarial
en el proceso de asignación de renta. Sin embargo, estos tres agitados años y la
consolidación de un régimen profundamente sectario y una serie de desaciertos
terminaron por apartar a los militares que habían sido aliados en el golpe de 1945.

Pronto la figura del Estado pasa a ser una empresa con los dotes de un Estado
grande, capaz de hacerlo todo, de crear esperanzas de un país de progreso en poco tiempo,
un Estado Mágico.16

Un paso importante durante el Trienio, fue la política pensada por Betancourt de


“no más concesiones” lo cual según Hernández (2016) permitía anticipar que la
explotación de la renta y la utilización de la misma debía pasar a manos del Estado. Es
decir, la política de no más concesiones dejaba entrever no solo la suspensión del
otorgamiento de nuevas concesiones a las transnacionales petroleras, sino también la
participación progresiva del Estado en la administración de los recursos. Dicha política
se verá interrumpida con el golpe de 1948, sin embargo, no sería olvidada por su autor,
quien tardaría al menos una década en volver a hacer dichos planteamientos.

Un último cambio importante en la administración y legislación petrolera que se


generó antes del desafortunado desenlace que le esperaba al recién electo presidente de
la República, don Rómulo Gallegos, fue la reforma a la ley de Impuesto Sobre la Renta
de 1948, lo cual representaba para el Estado nuevos ingresos provenientes del sector
petrolero. La reforma añade a los impuestos cedular y complementario (referentes a los
impuestos que establecían la ley de impuesto sobre la renta de 1942 y la ley de

16
Véase Coronil (2013). Estado Mágico.

56
hidrocarburos de 1943 respectivamente), un tercer impuesto, el impuesto adicional el
cual establecía que:

(…) cuando resultase que las ganancias de las compañías, después de pagar
dos impuestos mencionados, superaban lo que había recibido el Estado, el
sobrante quedaría sujeto a un impuesto de 50%. Ello aseguraba
matemáticamente el logro de la repartición según la fórmula fifty-fifty
(Bautista;2013, p.155)
El gobierno del trienio adeco consideraba en su perspectiva democrática
nacionalista, que la repartición de las ganancias de la industria seguía siendo injusta para
el Estado incluso con la Ley de Impuesto sobre la Renta y lo establecido en la ley de
1943, por ende, un nuevo impuesto era necesario para asegurar una repartición más
equitativa.

Sin embargo, los avances en materia administrativa, política, e institucional


estaban a punto de introducirse en un túnel de diez largos años que cambiaría las metas
del Estado venezolano. A partir de noviembre de 1948 según recuerda Bautista (2013)
“todo el sistema de cuotas de renta en vías de configuración se deshace, tanto por su
vertiente sindical como por su vertiente empresarial” (p.159), el país no vería la luz de la
democracia hasta casi diez años más tarde y las cosas estaban a punto de dar un gran giro.

5) La década Militar: 1948-1958


“El 24 de noviembre de 1948 se produjo el golpe militar. Resulta sorprendente
que no encontrara ninguna oposición significativa. La interpretación más corriente es
que una población politizada no encontró vías para encarar el golpe o que, de alguna
forma aceptó su propia desmovilización”
Fernando Coronil

Durante la próxima década que va desde 1948 hasta 1958, conocida como la
década militar, además de volver al viejo esquema del silencio por parte de los
ciudadanos en materia política, y la persecución a la disidencia, los objetivos rectores se
modifican.

Los partidos nada tenían que hacer en la toma de decisiones porque se


encontraban censurados, en la clandestinidad, nada podían reclamar. Una junta Militar
presidida por el ex ministro de la defensa de Rómulo Gallegos, Carlos Delgado Chalbaud,

57
asume la presidencia de la Nación y en su primer discurso al país afirma que la Junta que
preside fue instaurada para mantener los principios democráticos.

Fernando Coronil (2013) recuerda que una vez que la junta militar tomó el control
del aparato del Estado, procedió a declarar ilegal a AD, alegando que había creado un
Estado dentro de otro Estado y poco a poco disolvió el Congreso, los concejos
municipales, el Consejo Supremo Electoral y la mayoría de los sindicatos. Y al igual que
otros regímenes militares de América Latina se comenzó a desmantelar las instituciones
democráticas, la suspensión de estas instituciones para quien presidia la junta, Delgado
Chalbaud era solo temporal, mientras que para Marcos Pérez Jiménez segundo al mando
de la Junta de Gobierno era óptima la instauración de un régimen militar sin participación
de los partidos políticos, desafortunadamente el primer criterio moriría con su autor dos
años más tarde.

En la década militar se emprenderán las transformaciones del Estado, bajo la


premisa de que el pueblo no está listo para la democracia, el autoritarismo se abre paso.
Había que cambiar los medios físicos en los que se desenvolvía el venezolano, así lo
consideraba el nuevo gobierno, esto quiere decir, la magnificación absoluta de las obras
en materia de infraestructura, ese es el Nuevo Ideal Nacional, el venezolano cambiará
por completo el medio físico que lo rodea.

El nuevo proyecto y sus objetivos rectores lo lideraría el general Marco Pérez


Jiménez, quien asume el poder tras el asesinato a sangre fría de Delgado Chalbaud en
1950. El primer objetivo rector del gobierno encabezado por Marcos Pérez Jiménez es
“reemprender la transformación de la constitución efectiva”, para Bautista Urbaneja
(2013) esto significa el supuesto de que el pueblo no estaba listo para la democracia y a
su vez, transformar el hábitat del venezolano.

Otro de los objetivos importantes del régimen militar, que destaca Bautista
Urbaneja (2013), es la implantación en el país de un conjunto de empresas básicas a partir
de las operaciones minero-extractivas de hierro en el Estado Bolívar, y que se sumarán,
después del petróleo, a las exportaciones a partir de 1954. En este sentido, el Estado

58
otorgará concesiones al capital extranjero privado de EE.UU. para explotación minera.
Así se fortalecía el ingreso fiscal por vía de la renta.

En ese marco, es posible situar lo que el régimen de Pérez Jiménez, avalado por
las Fuerzas Armadas, a partir de 1953 concibe como el Nuevo Ideal Nacional, que sería
el plan de gobierno del periodo 1953-1958. Sin embargo, la retórica política no es algo
característico del gobernante andino, el planteamiento del Nuevo Ideal Nacional lo hace,
según comenta Coronil (2013) juntando retazos de ideas para darle forma a un plan de
construcción nacional.

Los proyectos que se comienzan a concebir desde la Oficina de Estudios


Especiales, adscrita a la presidencia de la República, requerían recursos para financiar la
siderurgia, petroquímica, aluminio, agroindustria, ferrocarriles. En este contexto, la
dictadura militar contará con los beneficios derivados por el conflicto entre Egipto y los
gobiernos de Francia e Inglaterra por disputa del Canal de Suez. La interrupción del
tránsito marítimo de los tanqueros de petróleo por el bloqueo del Canal favorecerá la
demanda por el petróleo de Venezuela. En esta circunstancia, los años 1954-1957 son
muy favorables en ingresos extraordinarios para el régimen y las inversiones que hace
para la transformación del medio físico, según las directrices del Nuevo Idea Nacional.

La tecnocracia, el autoritarismo, y un renovado capitalismo de Estado son


términos que resumen el nuevo rumbo de la vida económica y política del país, los
disidentes a los calabozos, pero las inversiones iban a cambiar el entorno de los
ciudadanos, sobre todo de quienes viven en el centro del país.

Con respecto a los reclamadores de renta, que se habían promovido durante el


trienio adeco, ya no tienen cabida. Las manifestaciones abiertas a ese tipo de reclamo al
estilo AD se cerraron, no hay espacio para ello, el presupuesto nacional crece y con ello
el gasto público, mientras que la agroindustria es mejor atendida en los que respecta a
periodos anteriores. Durante la década de los 50 la agroindustria representa el avance de
la modernización, del desarrollo del capitalismo en el campo. Queda en suspenso,
interrumpida, la Ley de Reforma Agraria de 1948, que fue precedida por la Ley Agraria
de 1945 del gobierno de Medina Angarita.

59
Entre 1951 y 1957 las importaciones pasan de 2.832 millones de bolívares a 7.248
millones17. Dada la cantidad del gasto público, el sector inmobiliario crece de forma
acelerada, esto como consecuencia de las ganancias que crea invertir en los sectores no
transables de la economía en medio de las dificultades que genera hacerlo en otros
sectores económicos.

La participación del Estado durante esta década va encaminada a, promover el


desarrollo de las industrias básicas en su mayoría frente al sector privado. El Estado se
reserva por razones estratégicas de seguridad y defensa nacional los yacimientos de
hierro en Bolívar, Luis Llovera Páez, al frente de la Oficina de Estudios Especiales
fundamenta la postura de las Fuerza Armadas para preservar los yacimientos estratégicos
bajo control del Estado.

Según Diego Bautista Urbaneja (2013), en esta época se da la asignación de renta


por tres principales vías: la sobrevaluación de la moneda, que solo permite la
especialización de la economía en petróleo y sectores no transables de la economía dadas
las pérdidas que generar exportar otro tipo de rubros y competir con ellos en el mercado
internacional. En este sentido, las importaciones se fortalecen dada la sobrevaluación del
Bolívar. En segundo lugar, se mantiene un bajo nivel de impuestos, en el cual se les
permita a los venezolanos acceder de manera fácil a los productos importados, y, por
último, se entrega porciones de renta a sectores específicos de manera discrecional.

Otro paso en busca de más ingresos para el Estado se da durante la década de los
50 a través de la reforma de la Ley de Hidrocarburos en 1955. Esta reforma permite
reanudar el otorgamiento de nuevas concesiones. Así mismo, obliga a las concesionarias
a dar información sobre los hallazgos que estas hagan en sus respectivas exploraciones,
logrando así un mayor control sobre los pasos que dan las corporaciones y de limitar
ocultar información para beneficio propio. En estos años, el tema del reclamo y reparto
de renta solo se da por los mecanismos mencionados. El enorme gasto en obras públicas
y la inversión en empresas básicas permitieron un amplio abanico de posibilidades de
incorporarse a la vida económica del país.

17
Véase Baptista (2009). Pág. 292

60
Para 1957, la producción petrolera ha logrado elevar la producción hasta los
2.000.000 de barriles por día. Durante la década militar los aires de nacionalización de la
industria dejan de soplar, todo se mantiene bajo las reglas del fifty-fifty, esto ayuda a
mantener el régimen imperante en el país.

Marcos Pérez Jiménez, había incrementado la capacidad del Estado en el gasto


público de manera prácticamente mágica, el venezolano que hasta hace unas décadas
estaba anclado a la vida del campo se trasladó hacia los campos petroleros, otros
migraron hacia las ciudades a buscar espacios en las estructuras del Estado.

En lo que respecta al consumo, las importaciones pasan de 2.832 millones en


1951 a 7.248 millones en 195718 y por su parte crece el sector inmobiliario, esto generado
por la cantidad de bienes que el petróleo permite importar. Por otro lado, las industrias
básicas impulsadas por el régimen militar dan espacios para la inversión nacional, sin
embargo, hay una traba importante, las empresas básicas las manejaría solo el Estado, la
inversión privada quedaría por fuera del sector tan apreciado por el régimen.

En el transcurso de la década militar, el Estado amplía su intervención económica


y social, iniciada desde 1936. El Estado tal cual se conoce está, para fines de la década
de los 50 en una etapa amplia, donde el tema rentístico gira en torno a tres tipos de
asignación de renta, la sobrevaluación de la moneda, el bajo nivel de impuestos para
importaciones, la entrega de porciones de renta a sectores y actores específicos, y el
inmenso gasto en obras públicas que mantiene el desempleo a raya, pero hace énfasis en
el círculo vicioso de expandir las actividades económicas no transables de la economía.

Para 1956-1957 hay excelentes cantidades de ingresos por concepto de renta


petrolera, no por algún cambio en los impuestos sino por el conflicto del canal de Suez19
que el gobierno aprovechó en su favor para otorgar nuevas concesiones dado el conflicto
internacional, la suma de los ingresos por nuevas concesiones llega a la cifra de 2.117

18
Véase Baptista (2009). Pág. 292
19
El gobierno nacionalista de Egipto decidió nacionalizar el canal, desde el cual llega el petróleo a
occidente procedente del Medio Oriente y países como Inglaterra, Francia e Israel entran en conflicto
armado con los egipcios lo cual genera la búsqueda de nuevos recursos energéticos en países petroleros

61
millones según afirma Rodríguez Campos (1991, p.139). Otros aportes de estos años al
sector petrolero son:

(…) en 1952, la Comisión Interministerial Permanente de los Ministerios de


Hacienda y Minas e Hidrocarburos, que tenía por objeto revisar y comparar
los precios de exportación de petróleo crudo y productos refinados y mineral
de hierro y fijar el monto de los reparos en las declaraciones del Impuesto
sobre la Renta cuando sea procedente. (Bautista;2013, p.179)
La Venezuela agraria de las primeras décadas del siglo XX había quedado atrás.
Las instituciones creadas entre 1936-1948, y las que estaban en proceso de creación
giraban en torno a la realidad que el petróleo imponía. Pero había un debate que se venía
generando al ritmo del crecimiento de la industria petrolera, un temor que carcomía a los
ciudadanos, y era que la riqueza que había llegado de golpe, pudiera esfumarse tan pronto
como llegó, y la decisión sobre qué hacer en los años subsiguientes a la caída del régimen
de Pérez Jiménez formaría parte de unas nuevas reglas del juego y cambios
trascendentales. La democracia finalmente llegó en enero de 1958, y con ella el largo
camino hacia la nacionalización de la industria petrolera.

6) Democracia y Petróleo: 1958-1964


“A partir de 1958, valiéndose de sus múltiples funciones, los partidos
políticos venezolanos fueron los artífices del consenso básico en torno a unas
reglas del juego, comúnmente aceptadas, que fueron imprescindibles para el
mantenimiento de una democracia.”
Juan Carlos Rey
Los venezolanos le abren las puertas a la democracia, y con ello grandes cambios en
los actores y las reglas establecidas. El país recién se encauza en nuevas trayectorias y
posibilidades. Pese a los avances modernizadores de la década que culmina, comienzan
a sentirse las consecuencias de los cambios y las dificultades pendientes que requieren
atención por parte de quienes presidirán los nuevos rumbos en el clima democrático.

A partir de 1958 el Estado mantiene su carácter interventor en lo económico y social.


Posición que le otorga su condición de administrador de los recursos y bienes comunes
por ser propietario de la riqueza del subsuelo, y ente decisor sobre el destino de la renta.
Condición fortalecida por las Leyes de Hidrocarburos y sus reformas desde 1936, y
particularmente por el alcance que le proporcionó la de 1943.

62
En la nueva circunstancia generada por el derrocamiento de la dictadura militar, y
los acuerdos entre los diversos actores sociales, económicos y políticos, incluyendo a los
militares. El Estado se encaminaba a una participación amplísima con respecto a lo que
venía desarrollando y esto no abarcaba solo el ámbito económico. La democracia trajo
consigo nuevos criterios de acción, actores que habían aprendido de su fallido intento por
democratizar el país y que ahora estaban decididos a encauzar el rumbo del quehacer
político y económico.

Juan Carlos Rey (2009) señala que “Con la democracia, el Estado venezolano fue
un factor clave para impulsar la economía, a través del gasto público o mediante
regulaciones, protecciones y estímulos diversos de naturaleza fiscal” (p. 116). El Estado
asume a partir de ahora las riendas, pero no de manera abrupta y sin conciliación, ésta
vez los riesgos cometidos en el trienio adeco, debían quedar atrás. Para poder garantizar
los términos de acuerdo que daría paso a la nueva etapa que el país comenzaba, era
necesario un convenio, un programa mínimo a cumplir por los sectores que habían sido
perseguidos por la dictadura, por todos aquellos sectores que decidieran incorporarse en
el nuevo capítulo de la historia venezolana.

Bajo el espíritu del 23 de enero, los partidos políticos bajo la batuta del gobierno
de Rómulo Betancourt (1959-1964) decidieron dar forma al pacto de conciliación y de
reglas del juego para mantener la democracia. Antes de las elecciones de 1958, se firma
en Caracas, el 31 de octubre de 1958 se firma el Pacto de Punto Fijo, rubricado por casi
todos los partidos políticos. El Partido Comunista de Venezuela es excluido. Se trata de
un acuerdo orientado a establecer un régimen democrático con el consenso de los actores
involucrados.

Bautista Urbaneja (2012) resume los aspectos fundamentales del Pacto de Punto
Fijo de la siguiente manera; en primer lugar, el nuevo sistema democrático es un sistema
de reparto del poder entro los partidos políticos, estos componen y administran los
poderes establecidos. Seguidamente, establece el reparto de la renta petrolera que se hará,
según lo previsto en el primer punto, a través de los partidos, con el fin de lograr las
metas trazadas, dichas metas son las establecidas en el Programa Mínimo Común
anexado al Pacto y llevadas a la Constitución de 1961.

63
En tercer y último lugar, las reglas de decisión, que establecen las cuotas de renta
a los sectores que forman parte del pacto y las cuotas de esa renta destinadas a cada
objetivo planteado. Resumidas esas reglas así: 1- consolidar la democracia representativa
de partidos del cual se derivan las demás reglas, 2- El consenso, que busca la repartición
de renta petrolera de forma que ningún sector del país se sienta execrado, 3- aversión al
conflicto en contraparte con la anterior regla, estableciendo así que los partidos están
para minimizar el conflicto y maximizar el consenso, reglas básicas de sustento de la
democracia y como aprendizaje de errores anteriores.

Los partidos políticos en Venezuela no solo decidieron el programa mínimo de


gobierno, en el desarrollo de los años por venir se dedicaron a actividades que usualmente
no son propias de partidos políticos. Según relata Rey (2009:105), hubo momentos en
que no existía una fracción de la sociedad venezolana en la que no estuvieran
involucrados los partidos, donde en otros países esos espacios los llenaban
organizaciones no gubernamentales u otras organizaciones, en Venezuela esos espacios
los ocupaban los partidos políticos en aras de garantizar que los conflictos sociales fueran
canalizados a través de estos.

El plano político y la estabilidad que la nueva Junta de Gobierno esperaba mantener,


implicaba la reducción de cualquier conflicto que pudiera rasgar esa estabilidad
incluyendo el sector militar y la actividad petrolera. En este sentido, para poder solapar
algunas deficiencias fiscales el Estado da un nuevo paso. Según Ramón Espinasa
(1989)20, las condiciones durante 1958 habían madurado a tal punto que el Estado
venezolano se permite dar un avance con respecto a la renta por barril de petróleo
extraído, el gobierno venezolano planteó que la regalía para el cálculo del excedente que
se repartía en partes.

Según Espinasa (1989:21), la Junta de Gobierno presidida por Edgar Sanabria logró
aumentar la tasa de impuesto sobre la renta a 47.5% para poder llegar a la participación
del 50% que correspondía a las compañías y así llegar al porcentaje de 50-50 de
ganancias acordado. Pero en términos reales, el impuesto sobre la renta sumado a los

20
Introducción hecha a “Democracia y Renta Petrolera” de Luis Pedro España (1989) Pág. 21-22

64
impuestos menores dejaba las relaciones con las compañías en 68/32 a favor del Estado
venezolano, lo cual le daba un nuevo dinamismo a la ley de 1943.

Por su parte, Asdrúbal Baptista (2013) indica que los argumentos reales de la
decisión de quien entonces presidia la junta de Gobierno, Edgar Sanabria, fueron en
primer lugar, la estrechez fiscal del gobierno dadas las consecuencias económicas de la
caída del régimen de Pérez Jiménez. Así mismo, es necesario considerar los costos del
Plan de Emergencia puesto en práctica durante 1958 para evitar estallidos sociales, y, por
último, evitar el desempleo y apaciguar cualquier inquietud militar. Estas necesidades
van a traducirse en el decreto Sanabria de diciembre de 1958 que modificaba la Ley de
Impuesto sobre la Renta en los términos expuestos por Espinasa.

La nueva fórmula hecha por el gobierno de transición de Sanabria, que estaba a


punto de dejar el cargo al recién electo Rómulo Betancourt, se tomaría como referencia
en el ámbito internacional petrolero cuando en el Primer Congreso Árabe de Petróleo
hecho en el Cairo en 1959, daría pie a que los países productores del oro negro buscaran
mejorar sus condiciones de manera más equitativa con las compañías. De ahí en adelante
la fórmula a buscar sería del 60-40 en referencia a la actitud venezolana frente a la
repartición con las transnacionales petroleras.

El marco constitucional que regía durante el gobierno de Pérez Jiménez fue


reformado. Una vez que Betancourt asumió la presidencia una meta a cumplir era un
nuevo marco jurídico para rehacer el Estado venezolano. La nueva Constitución Nacional
de 1961, y los acuerdo contenidos en el Pacto de Punto Fijo crea posibilidades para darle
paso a políticas destinadas a la reforma agraria y la industrialización por sustitución de
importaciones. Así mismo, el desarrollo de las industrias básicas del Estado, se
constituirá en un objetivo clave del desarrollo.

Otros aspectos a considerar serían: las políticas de fortalecimiento sindical, la


masificación de la educación, proseguir la construcción de un sistema de salud pública y
de seguridad social, regularizar las relaciones Estado-Iglesia, la formación de técnicos
medios y de mano de obra calificada, la profesionalización de las Fuerzas Armadas, que
de acuerdo a la nueva Constitución Nacional constituye un cuerpo apolítico, cuyo

65
objetivo es ser garante de la Constitución y sus leyes, y la seguridad y defensa nacional.
Según Bautista Urbaneja (2013), estos aspectos puestos en marcha por el sistema
democrático buscaban mantener al mínimo los conflictos e incluir a la mayoría de los
sectores en el nuevo plan de gobierno.

Bautista Urbaneja (2013), refiriéndose a la caracterización que hace Maza Zavala


sobre el capitalismo en Venezuela señala que: si bien es cierto que la economía
venezolana del siglo XIX y principios del siglo XX era una economía precapitalista, esta
se va desmontando para dar paso al capitalismo rentístico: “la fuente de acumulación
originaria del capitalismo venezolano es la renta petrolera” (p.117). Esto significaba
otro tipo de desarrollo de la economía, apuntalada en la remuneración internacional de la
propiedad pública de los hidrocarburos: la renta petrolera.

La Venezolanización del Petróleo


Las pretensiones de ampliar progresivamente la participación del Estado sobre la
actividad petrolera, o como también se le llamó a esto, la venezolanización del petróleo,
avanza con un hecho trascendental, un evento que coincide con la caída del precio del
barril a partir de 1958 y se extenderá durante toda la década de los 60. Se trata de la
creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1960.

Según relata Consalvi (2004), los primeros pasos de la creación de la OPEP se habían
dado en el marco de la Primera Conferencia Árabe de Petróleo en 1959, donde
representantes de Arabia Saudita, Kuwait, Irán e Irak,21 junto al representante de
Venezuela, el ministro Juan Pablo Pérez Alfonso, intentaban acercar a los países
exportadores de petróleo del Medio Oriente con Venezuela. La creación de la
organización no solo respondió a las intenciones de estos países, para Consalvi las
grandes compañías también propiciaron este hecho al crear un clima de inestabilidad de
precios artificial, para que finalmente en Bagdad el 14 de septiembre de 1960 naciera la
OPEP.

Por su parte, Hernández (2016), comenta que la creación de la OPEP en el plano


interno correspondía a lo que Pérez Alfonso llamó “Pentágono petrolero” que se refería

21
Según relata el mismo Consalvi el iraquí no acudió en representación de su país, sino de la Liga Árabe

66
al mayor control posible del Estado sobre la actividad extractiva generando así un
aumento significativo de la intervención administrativa de la Economía. Venezuela fue
llevaba a buscar salidas internacionales ante la caída de los precios del barril,
coincidiendo así con las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (creada en
1945 tras la Segunda Guerra Mundial) acerca del Nuevo Orden Económico Mundial. En
este contexto Hernández (2016) ubica la creación de la OPEP bajo el principio de que
“El Estado es soberano para diseñar y ejecutar sus políticas económicas, especialmente
controlando el uso de sus recursos naturales, y dentro de ellos, los hidrocarburos (…)”
(p.59)

Arabia Saudita, Kuwait, Irán, Irak y Venezuela son los países fundadores de la OPEP,
y a partir de la creación de esta organización los países propietarios coordinarían acciones
para defender e incrementar sus ingresos frente a las compañías petroleras
internacionales. Según reza en los estatutos constitutivos de la OPEP se buscará “la
coordinación y unificación de la política petrolera de los países miembros”, es así como
se conforma un nuevo bloque que hace frente en el mercado internacional a los
movimientos de las empresas petroleras.

Con respecto a la caída de los precios en la década de los 60 poco o nada pudieron
hacer los países miembros de la OPEP, sin embargo, lograron esquivar una abrupta caída
de la renta para sus países a través de la fórmula 60-40, implementada ya en Venezuela
desde 1959. La caída de los precios durante los 60 tuvo repercusión significativa en los
ingresos fiscales. Ramón Espinasa apunta que:

En síntesis, la caída de los precios del petróleo y la caída aún más pronunciada
de las ganancias por barril, a lo largo de la década de los sesenta, tuvo
consecuencias fundamentales: acentuar la importancia del petróleo como
fuente de energía primaria de los países industrializados y aumentar
significativamente su dependencia de petróleo importado, fundamentalmente
de los países de la OPEP y en particular de los del Medio Oriente. Puesto en
otros términos, los bajos precios y niveles de ganancia en el petróleo, no
estimularon el desarrollo de fuentes alternas de energía y concentraron la
producción en los lugares de más bajos costos de producción en el mundo, es
decir, en los países miembros de la OPEP. (1989; p. 26)
De este modo, según el mismo autor, se incrementó el poder de la organización
petrolera, pero los países que la integran no controlaban de manera directa y absoluta la

67
producción y exportación de petróleo en sus territorios no podían moverse en el ámbito
financiero internacional y aprovechar al máximo los beneficios del poder que estaban
adquiriendo. En 1968, la actitud política de la OPEP pasa a ser otra con la “Declaración
de Política Petrolera en Países Miembros”, que implicaba una nueva disposición en
materia petrolera.

La declaración de la OPEP de 1968, ponía a las empresas petroleras como compañías


operadoras al servicio del gobierno del país en el cual estuvieran realizando sus
actividades, también los países miembros pasaban a determinar de manera unilateral la
renta por barril. Así pues, las transnacionales petroleras perderían una buena parte de su
poder en la actividad y “Con esto perderían derecho a ganancias extraordinarias y a
cualquier injerencia en el diseño e implantación de política petrolera, que sería
atribución exclusiva de los respetivos Estados” (Espinasa; 1989, p. 27)

Mientras los países petroleros miembros de la OPEP avanzaban en sus anhelos de ir


asumiendo el control total de la industria petrolera, en Venezuela la relación entre Estado
y ciudadanos que se venía gestando en este periodo democrático, apuntaba a una relación
en la cual el Estado es el destinatario formal de la renta que reclama la sociedad, pero a
su vez es el mismo Estado quien reclama renta, quien se asigna parte de renta para su
propio sustento. Las diferentes organizaciones e instituciones existentes desde el período
que abre con López Contreras (1936), y que han perdurado al comienzo de la nueva etapa
democrática son también reclamadores de renta. Y los partidos políticos, base del nuevo
sistema, son canalizadores de los distintos reclamadores de renta.

Durante el primer gobierno electo de la democracia representativa que preside


Rómulo Betancourt (1959-1964), se intenta sobre todas las cosas, mantener los conflictos
al mínimo lo cual permitía mantener el clima de estabilidad y paz que la transición
democrática requería. Todo lo que estaba estipulado en la constitución de 1961, y en el
programa mínimo de gobierno, sería financiado gracias a los ingresos que la renta
permitía.

Mientras los convenios internacionales avanzaban el gobierno de Betancourt tomó


uno de sus más grandes desafíos en materia petrolera y una de las metas que se había

68
puesto a si mismo tras lo que llamó la “danza de las concesiones” durante el período del
Gomecismo.

Las concesiones que se regían por le Ley de Hidrocarburos de 1943, que las unificaba
bajo una misma ley y que estipulaba una posible prórroga al finalizar el periodo por el
cual habían sido otorgadas, Betancourt en su calidad de presidente decide no otorgar más
concesiones ni renovar a las ya vigentes, “No más concesiones” es la frase de la política
gubernamental en materia petrolera. La nueva política del gobierno además de
Betancourt, tiene como creador al ministro de Minas e Hidrocarburos Pérez Alfonso. Sin
embargo, la nueva política abrirá paso al proceso de la toma definitiva del Estado de la
industria petrolera.

La política de “No más concesiones” podría ser un contrasentido con el objetivo de


mantener la estabilidad del proceso democrático comenzado en 1958. A pesar de que la
obtención de renta permitía mantener dilatados la mayor cantidad de conflictos posibles
y financiaba la nueva estructura del Estado creada en 1961, la política de no más
concesiones responde en parte a la creencia de que en Venezuela no quedaba mucho más
petróleo que descubrir.

Según comenta Baptista (2013), esa era una convicción amplia incluso entre los
detractores del ministro Pérez Alfonso. Por tanto, el hecho de otorgar nuevas concesiones
podía poner en peligro el hecho de que las compañías encontraran nuevas reservas de
petróleo que podrían ser las pocas que le quedaban al país, y con no otorgar más
concesiones el Estado se quedaría con el poco petróleo que quedaba en el subsuelo
venezolano.

7) La estabilidad del proceso democrático: 1965-1972


La nueva decisión del gobierno de Betancourt iba a generar nuevas consecuencias,
las mismas serían percibidas en el trascurso de los años, cuando Raúl Leoni (AD), asume
la presidencia del país entre 1964-1969.

Uno de los principales objetivos trazados al principio de la transición democrática


es logrado: la continuidad democrática garantizada por el procedimiento electoral para

69
renovar el gobierno sin que ello suponga un proceso traumático en el ámbito político o
militar.

La política impulsada por Betancourt de no más concesiones acarreó un proceso de


desinversión, “las compañías dejarían de explorar, de descubrir, de invertir. No tenía
sentido descubrir un petróleo que, según los criterios temporales con los que se miden
estos asuntos, sería dentro de no mucho explotado por otros.” (Baptista; 2013, p. 240).
Este escenario visto por las compañías, serían aún menos atractivo cuando en 1963 el
Estado dictó que los bienes de estas pasarían a manos del Estado, cuando se vencieran
las concesiones otorgadas por 40años, tal como lo establecía la Ley de Hidrocarburos de
1943, es decir: en 1983. Ese era el horizonte del negocio directo para las empresas
extranjeras.

Las consecuencias de dicha desinversión fueron traducidas en: disminución de las


reservas contabilizadas, reducción de la capacidad de producción, uso excesivo de los
equipos existentes dado la no reposición ni aumento del número de estos, en resumen,
factores que contribuyen a un desgaste progresivo y acelerado de las condiciones de la
industria. Pero en sentido opuesto del estado de los equipos e inversión, las compañías
incrementan la producción en aras de aprovechar hasta el último momento la concesión
por la cual se regían. La búsqueda por aumentar sus ganancias hasta el final se incrementa
a pesar del anuncio del Estado de no renovar las concesiones.

Durante el gobierno de Raúl Leoni mientras se daba este proceso dual de retiro de
inversiones y aumento de la producción de las compañías petroleras, destaca un hecho
importante: en 1967 el Estado comienza a fijar los precios de referencia fiscal. Precios
con los que el Estado va a calcular los impuestos que se le deben, es decir, el gobierno
con los precios de referencia fiscal se protege ante los descensos de los precios en el
mercado internacional.

A partir de 1970, en el gobierno presidido por Rafael Caldera (1969-1974) año en el


cual se modifica la Ley de Impuesto sobre la Renta, se elevan las tasas de cobro en favor

70
del Estado venezolano. Decisión tomada por el Estado unilateralmente, lo cual se suma
a una serie de reclamos hechas por el Estado sobre deudas o impuestos no pagados.22

Para el momento de la modificación de Ley de Impuesto sobre la Renta gobierna


Rafael Caldera, quien había permanecido en la oposición al gobierno. Caldera y su
partido (COPEI), habían decido mantener las leyes del juego democrático. El cambio de
gobierno presidido por el candidato del partido opositor no supuso ningún inconveniente,
significando una prueba de fuego superada para la democracia instaurada y ya
estabilizada.

Ya al final de la década de los 60 del siglo XX, la democracia venezolana iniciada


en 1958, gozaba de estabilidad pese a la lucha armada que había emprendido el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el Partido Comunista de Venezuela.

Las elecciones de 1968 son una nueva señal de amplio consentimiento de la


población para proseguir con el sistema democrático electoral y alternativo: “Estas
elecciones y su resultado tienen una especial significación dentro del proceso de
consolidación de la democracia representativa de partidos. Son las primeras elecciones
que gana un partido de oposición, cuyo triunfo es reconocido por el partido de gobierno”
(Bautista, 2012, p.47). Así lo expresa el autor al afirmar que, según Rómulo Betancourt,
en la tercera elección consecutiva sin complicaciones en Venezuela pondría el sello de
estabilidad en la democracia, y así se abre paso los años 70, años en los cuales se
desarrolló y comenzó la nacionalización del sector petrolero.

Hasta inicios de los años ´70, el Estado se había dedicado por un lado al cese de la
renovación y otorgamiento de nuevas concesiones a las compañías, y por el otro se había
dedicado al cobro de impuestos y aranceles.

Entre 1971 y 1973 el Estado decide saltar hacia adelante con dos leyes que tienen
intención clara de estatizar productos derivados del petróleo. “Ese año se reserva al
Estado mediante Ley, la industria del gas. Luego, en 1973, se dicta la ley que reserva al

22
Véase Baptista (2013) pág. 244

71
Estado la explotación del mercado interno de los productos derivados de los
hidrocarburos.” (Hernández; 2016, p.59)

Con las leyes de 1971 y 1973 que reservan al Estado el gas, y demás productos
derivados del petróleo respectivamente, se termina de labrar así el camino ya emprendido
por Pérez Alfonso y Betancourt años atrás por la venezolanización del petróleo, que no
es más que el camino progresivo e indetenible hacia la nacionalización de la actividad
petrolera en Venezuela. El Estado aún se desenvolvía en materia de hidrocarburos como
Estado Propietarista según los términos de Hernández (2016). El Estado como dueño
de las riquezas del subsuelo se dedica a capturar renta, pero las leyes mencionadas daban
luz verde a la construcción del Estado propietario.

8) El comienzo del Estatismo: La Nacionalización. 1974-1978


La estabilidad política del país pareciera asociada con la estabilidad de la actividad
petrolera. Durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), los partidos
políticos ostentaban su mayor fuerza y legitimidad, según Brewer citado por Juan Carlos
Rey:

Con el advenimiento de la democracia, en 1958, los partidos políticos


venezolanos, se convirtieron en órganos muy importantes –y al principio
indispensables- para la formación de la voluntad estatal, llegándose a
producir un grado tal de articulación y conexión entre ellos y el Estado
venezolano contemporáneo, que se llegó a caracterizar a éste como un
Estado de partidos (Brewer;1989)
Es decir, los partidos políticos son la base la democracia venezolana y a partir de
ellos, se canalizarían los conflictos y demanda social dada su legitimidad y capacidad de
articulación entre los ciudadanos y las principales instituciones nacionales.

En medio de esta consolidación de partidos políticos, en 1973 gana las elecciones


presidenciales Carlos Andrés Pérez (AD), y pasa a formarse en la democracia
representativa de partidos lo que Bautista Urbaneja (2013) denomina bipartidismo, dado
el proceso de retroceso electoral que sufrieron los partidos políticos y la consolidación de
AD y COPEI, y son estos dos partidos lo que pasan a ser los repartidores de renta
petrolera.

72
El proceso político ya estaba consolidado en Venezuela para 1973, los precios del
barril se habían mantenido a la baja durante los años anteriores y las políticas de
impuestos y cobro de renta marchaban según las necesidades del gobierno gracias al
establecimiento de los precios de referencia fiscal.

Un suceso fuera de las fronteras criollas va a dar un giro trascendental en materia


petrolera y financiera nacional. En octubre de 1973 Siria y Egipto atacan Israel. Como
consecuencia de esto se desencadena la guerra en Medio Oriente. Los aliados occidentales
(Francia, Inglaterra y EEUU) deciden apoyar a Israel. Esta circunstancia provocará un
alza incontenible de los precios del barril de petróleo.

Para 1960, el precio de barril era de 2.19$, pasando a 2.08 dos años después, luego
a 1.88 en 1966, 2.35 en 1972 y 3.71 en 1973 para dar un gran salto en 1974 a 10.53$/b,
es decir, casi se triplica el precio del barril en un año. Esto significará para Venezuela en
un incremento de los ingresos extraordinarios de 40.000millones de bolívares. La liquidez
monetaria aumentó en un 241% entre 1972 y 1975, y los gastos del gobierno saltaron en
un 250%, cifras abismales que hasta entonces las finanzas venezolanas no habían
percibido. 23

El efecto de los altos ingresos que llegan al tesoro nacional no pudo ser más
peligroso. El gobierno cayó en la tentación de aumentar el gasto público en cantidades
generosas, y, por ende, por efecto del aumento del gasto, la demanda se dispara creando
presiones inflacionarias junto a la gran liquidez monetaria.

Otra secuela de los caudales de divisas que ingresan al Banco Central de


Venezuela es descrita por Víctor Salmerón (2013, es la posibilidad de “mantener fijo el
precio del dólar mientras la inflación encarece el resto de los productos. Así, los billetes
verdes con la cara de George Washington se tornan baratos” (P. 20), lo cual va en favor
de la importación de equipos para aumentar la producción nacional de barriles diarios,
además traer a bajo costo los productos que hacen falta para cubrir la creciente demanda.

23
Véase Bautista Urbaneja (2013) pág. 262

73
Así pues, en el escenario de aumento de las importaciones a un dólar barato la
producción nacional se vuelve inestable, y desestimula el sector agricultor. Las
importaciones crecen mientras los productos de exportación disminuyen y en su mayoría
las exportaciones son de barriles petroleros, ya que quienes desean exportar productos
desde Venezuela se les hace mucho más costoso, por la sobrevaluación del bolívar frente
al dólar los precios internacionales en los cuales la producción nacional no puede
competir.

El gobierno cree en la posibilidad de aprovechar los altos ingresos en beneficio de


las arcas públicas, promoviendo procesos de industrialización que requieren grandes
inversiones que en el largo plazo pueden entrar en peligro si el precio del barril retrocede
de manera drástica.

En esta circunstancia, el gobierno de Carlos Andrés Pérez asume la conducción


del país en el comienzo del auge petrolero. Para controlar la inflación creciente, y adoptar
otras medidas económicas, el presidente Carlos A. Pérez solicita al Congreso Nacional
una Ley habilitante que le permitiera tener “las manos libres para emitir decretos sin la
aprobación del Congreso, sin debates ni explicaciones.” (Salmerón;2013, p.21).

La ley habilitante otorgada a Carlos Andrés Pérez en 1974 le permitía moverse en


el ámbito financiero nacional y administrar sin mayores inconvenientes el caudal de
recursos que comenzaban a llenar las cuentas venezolanas.

Entre los más de 190 decretos hechos por el presidente, destaca el plan de
inversiones para un proceso de sustitución de importaciones y la implantación de
controles de precios y creación de nuevos empleos24. Y finalmente, la creación del Fondo
de Inversiones de Venezuela, “una alcancía donde se depositaría la mitad del ingreso
proveniente del petróleo y el gas, a fin de contar con dinero suficiente para las
inversiones” (Salmerón;2013, p.22) además de otros fondos para estimular el sector
privado y agropecuario.

24
Véase Salmerón (2013) pág. 22

74
Todos estos estímulos económicos creados por el gobierno, se enmarcan en el
eslogan, que expone el mismo presidente de “manejar los recursos con criterio de
escasez”.

En esta situación reseñada, el presidente presenta el V Plan de la Nación, donde


devela la magnitud de los proyectos trazados y el costo que le generaría al Estado
encender las máquinas productivas nacionales. “La Gran Venezuela” expuesta y soñada
por el presidente Carlos Andrés Pérez parece una meta ideal para la Venezuela que desea
progresar en medio de tal auge económico sin precedentes.

La industria del hierro fue nacionalizada entre los primeros decretos


presidenciales. La producción de acero de SIDOR, en Guayana, fue incrementada.
Además de estimular la producción de Aluminio, carbón, cemento, en fin, todas las
materias que debían surgir de las empresas básicas del Estado, cuya inversión suponía un
endeudamiento sustancioso. Así mismo la ampliación de la represa hidroeléctrica del
Guri. A la par de la inversión en estas empresas, se daba ya de forma oficial el camino
hacia la nacionalización definitiva de la industria petrolera que el gobierno consideraba
“inaplazable por razones de soberanía y supervivencia”25

Sobre la necesidad de la nacionalización, Salmerón (2013), argumenta que dado


que las concesiones vencían en 1983 y no había posibilidad de su renovación las
transnacionales dejaron de invertir, lo cual coincide con la visión de Bautista Urbaneja
(2013), al mostrar que el proceso de desinversión terminaría por acelerar la
nacionalización de la industria petrolera.

Finalmente, en 1975 se promulgó la Ley Orgánica que reserva al Estado la


Industria y el Comercio de los Hidrocarburos, o la Ley de Nacionalización Petrolera que
entró en vigencia el 1ero de enero de 1976, donde el “Estado Empresario” asumió dicho
carácter con la creación de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).

Hernández (2016:66), comenta que para la organización de la nueva empresa


estatal se realizó un sistema de tres niveles: la generación de políticas públicas queda de

25
Salmerón (2013). Pág. 25

75
parte del Gobierno, la planificación y dirección de las políticas hechas por el gobierno
sería función de PDVSA, y la gestión de las actividades reservadas serían ocupación de
las empresas operadoras. Para esto la estructura de PDVSA respondería a criterios
técnicos y no políticos, que desarrolla políticas públicas en el marco de su carácter
mercantil, y por supuesto, la empresa tendría autonomía en su gestión.

Sobre el alcance que la nacionalización debía tener, el mismo autor expone que la
ley de nacionalización conllevó un debate importante sobre el artículo 5, que contemplaba
en la participación privada “los convenios de asociación”. Este artículo deja abierta la
posibilidad de contratos de asociación o compañías mixtas con la iniciativa privada
siempre bajo el control del Estado, y los “convenios operativos” para la realización de
obras o servicios. Hernández (2016) concluye que “(…) la nacionalización fue signo del
modelo de economía mixta entonces imperante, y en el cual el Estado era el primer y
principal actor en la economía.” (p. 69)

Acerca de la nacionalización, se pueden leer dos caras del por qué se da este hecho
tan trascendental. Según expone Baptista y Mommer (1987), en la perspectiva histórica,
la reivindicación que significaba la nacionalización respondía a un proceso evolutivo
donde la actividad había ido quemando sus diferentes facetas históricas, y por otro lado,
una visión que indicaba que la nacionalización era una necesidad histórica que más bien
había sido tardía y que ya Pérez Alfonso había labrado un sendero largo y lleno de
dificultades.

Para José Hernández (2016), “la nacionalización es un concepto político, no


jurídico” (p.60), donde el Estado decide irrestrictamente hacerse cargo de todas las
gestiones de actividades económicas por medio de dos métodos jurídicos, la reserva y la
expropiación. Con respecto al primer método, el Estado asume su titularidad como dueño
de la actividad petrolera y el en el segundo método el Estado asumiría que la empresa, la
actividad, sus trabajadores ahora le competen en su totalidad, y con esto comienza una
etapa llamada estatista por el propio autor.

Volviendo a los planteamientos de Salmerón (2013) y recordando los métodos


jurídicos con los cuales el Estado se hizo con la industria petrolera, una vez cristalizada

76
la nacionalización “el gobierno se dispuso a recuperar la inversión en el sector petrolero,
sobre todo, en exploración y emprendió el inicio de las evaluaciones en la Faja
Petrolífera del Orinoco, donde dormía la mayor reserva de crudo no convencional del
planeta” (p. 26). Esto se suma a los objetivos del V Plan de la Nación que preveía como
destino de las inversiones 22,3% al petróleo, 19,3% a las empresas básicas y 15% a la
expansión de la capacidad hidroeléctrica.

“Con la nacionalización, el Estado asume la faceta productiva del negocio


petrolero” (Bautista;2013, p.266), es decir, en palabras del autor el Estado ahora forma
parte de aquellos reclamadores de renta para poder mantener el conjunto de programas y
planes ya elaborados y mantener a flote la misma industria petrolera. El Estado ha crecido
porque PDVSA S.A. implicó un ensanchamiento de las capacidades y obligaciones del
Estado.

Durante el lapso 1973-1978, argumenta Luis Pedro España (1989;144), el


aumento de la renta se destinó fundamentalmente a dos sectores: a acelerar el crecimiento
de las empresas del Estado, y a financiar el sector privado por medio de la creación de
instituciones financieras del Estado. La acumulación de renta por parte del Estado fue
central en este periodo histórico, la acumulación interna se evidenció cuando el Estado
invirtió en el sector privado por medio de líneas de crédito y aumentando el gasto público.

Con la nacionalización de la industria, que queda en manos de Petróleos de


Venezuela S.A., el capitalismo rentístico tiene una nueva faceta el Estado es el principal
accionista e inversionista de la empresa petrolera, es a quien corresponde generar nuevos
ingresos, maximizar ganancias y minimizar costos, según las reglas generales del sistema
capitalista. Adicionalmente, debe lidiar con el juego democrático instaurado años atrás
según el cual, debe articularse a través del reparto de poder y de renta mediante los
partidos políticos, la conciliación sigue siendo la norma.

La participación del Estado era enorme según los planes del nuevo gobierno, se
esperaba una gigantesca inversión que sería cubierta por el caudal de petrodólares que
ingresaba a la Nación.

77
El esquema de distribución de renta seguía manteniéndose a pesar de la nueva
expansión, así lo plantea Salmerón (2013), cuando relata que a pesar de tener en principio
los recursos para arrancar la expansión del Estado en materia petrolera, al no tener
personal capacitado para atender las nuevas empresas el Gobierno respondió con la
improvisación.

El control de precios sobre productos y rubros que mantuvo el gobierno durante


estos años provocó quejas del sector privado, que no podía producir ni mucho menos
competir bajo el esquema de control de precios impuesto por el Gobierno Nacional.

Por otra parte, se otorgaron créditos a los agricultores a bajas tasas de interés, pero
no hubo un control efectivo sobre el uso que se le estaba dando a los créditos otorgados.

Incrementar el gasto del Estado y a la vez cobrar muy pocos impuestos a los
empresarios, así como desembolsar cuantiosos estímulos en créditos blandos,
tiene como consecuencia que aumenta la dependencia en el volátil ingreso
petrolero, mas este tema no era motivo de preocupación. (…) El Estado
estaba para inyectar recursos, no para exigirlos (Salmerón; 2013, p. 31).
El Estado invertía, aceleraba los procesos, improvisaba, no cobraba impuestos al
empresariado, y, por si fuera poco, no estaba ejerciendo control sobre los créditos que
desembolsaba para la agricultura. Situación que es producto de la mala administración de
los recursos públicos, y que a largo plazo esa inversión no garantizaba los niveles óptimos
deseados.

El barril venezolano iba en una espiral ascendente, el barril a 3,56 dólares en 1973
logra alcanzar en los cuatro años siguientes los 10,31 dólares en promedio, cifras que para
entonces significaban un regalo no desde el cielo, pero si del subsuelo.

El país vive los días de la riqueza, los desembolsos del gobierno al gasto público
entre el 74 y el 77 suben 30% interanual26. El dinero se inyecta aquí y allá, los créditos
aumentaban, y los productos gracias al control de precios y subsidios que se pagaban con
la abismal entrada de divisas, generaban en las calles los aires del “está barato, dame dos”.

26
Véase Salmerón (2013). Pág.32

78
El sector manufacturero experimentó una expansión en promedio del 9,6%
durante los tres primeros años de gobierno27. Pero increíblemente el gasto supera al
ingreso en 1977, lo cual mostraba un desbalance de la economía, y riesgos con severas
consecuencias.

El Estado participa de manera activa otorgando créditos y subsidios, las


importaciones que se generaban las pagaba las divisas que generaba la industria petrolera.
El salto de las importaciones durante el 74 y el 77 es de alrededor del 280% según
Salmerón (2013:36). Es decir, el desequilibrio pronto se refleja cuando las importaciones
sobrepasan las exportaciones. Pero el Estado reaccionó de forma contraria al sentido
común. El endeudamiento se aceleraba dado que era preferible la deuda antes que levantar
los subsidios y empezar a generar ingresos a través del cobro de impuestos.

Para el empresariado en Venezuela el proceso de Nacionalización del petróleo no


quedaba muy claro, y parecía un hecho ajeno a estos. Según Baptista y Mommer (1987)
no hubo plano alguno en el que este sector empresarial no se viera beneficiado, desde lo
político, hasta lo económico y social las condiciones de la Nacionalización les fueron
favorables. Al respecto, Rey (2009) plantea que “fueron los sectores sociales y
económicos más organizados y con mayor poder los que recibieron mayores beneficios,
en cantidades que nos pueden parecer increíbles” (p.188). Los privilegios fiscales no les
hicieron falta a los sectores más congraciados con el gobierno, situación que devino en
consecuencias políticas y económicas muy altas.

Según plantea Juan Carlos Rey (2009), el Estado manejaba entre el 75% y 80%
de la riqueza nacional, y en medio de esta cifra se encuentra la falta de controles jurídicos
y políticos que contribuyeron a que la corrupción tuviera vía libre para prosperar como
nunca antes.

Pedro Palma (1989), expuso que el descontrol sobre el endeudamiento externo


para 1978 logró prevenir que las reservas internacionales cayeran en picada. El
endeudamiento se permitió durante años por los ingresos que la banca internacional
percibía sobre el país, pero la situación no se mantendría por mucho tiempo. Por primera

27
Véase Salmerón (2013). Petróleo y Desmadre

79
vez, se habla de un control cambiario para evitar la fuga masiva de capitales, pero la
medida parecía extrema.

Sin embargo, los problemas apenas se asomaban, la banca norteamericana eleva


sus tasas de interés en aras de estimular el ahorro y la inversión y frenar la inflación que
afectaba a los EEUU. Eso implicaba que, con un dólar barato en Venezuela, y una tasa de
interés en el extranjero superior a la que otorgaba la banca venezolana, el medio para
aumentar los ingresos y resguardarlos sería sencillo: se compraban dólares en Venezuela
a 4,30 y se transferían a cuentas estadounidenses que era mucho más rentables, la fuga
trasciende a niveles increíbles.

Las elecciones presidenciales de 1978, retrasó la posibilidad para una devaluación


monetaria y así estimular la inversión y lograr que los productos nacionales pudieran
competir con más facilidad en el mercado internacional. Levantar un control cambiario
que frenara la constante fuga de capitales que se estaba generando o el cobro de impuesto,
levantar subsidios, etc., no parecían buenas medidas en medio de una campaña electoral.

9) 1978-1988: De Campins a Lusinchi; el final de la promesa del progreso


“Después del viernes negro, Venezuela fue incapaz de alcanzar el consenso
necesario para instrumentar las reformas que requería la economía y el país se
convierte en un paciente que recibe distintos tratamientos, todos a la mitad”
Víctor Salmerón
Entre la finalización del gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1979, y los primeros
años del gobierno de Herrera Campins (1979-1984) ocurrirían una serie de errores
consecutivos, respuestas tardías y actuaciones irracionales que, finalmente, terminaron de
resquebrajar la economía venezolana, y con ella, la caída del sueño de la Gran Venezuela,
proyecto que en su ejecución ya venía cargado de problemas.

El endeudamiento ya era bastante grave, pero las empresas públicas continuaron


con la búsqueda de créditos, pasando por encima de las decisiones de restringir las deudas.
La producción comenzaba a irse en picada. Y la eliminación de algunos subsidios disparó
la inflación.

80
La devaluación de la moneda parecía inminente en el gobierno de Luis Herrera
Campins (COPEI) instaurado en 1979. La coyuntura crítica que se desarrolla en Irán,
miembro de la OPEP, con la caída del Shah, y la instauración de un gobierno islámico
incidió en un alza de los precios petroleros. Situación que se acentuaría con la guerra entre
Irán e Irak, ambos integrantes de la OPEP, y en cuyo conflicto fueron afectadas sus
instalaciones petroleras. El presidente Herrera Campins se caracterizaría por el
rompimiento de la conciliación, y el incentivo de relaciones conflictivas con la oposición.
Juan Carlos Rey (2009) lo caracteriza de la siguiente manera:

El estilo y los métodos políticos del presidente Herrera contribuyeron en gran


medida al aumento de las tensiones políticas en el país, pues no continuó
respetando los muchos pactos formales o informales entre las diferentes
fuerzas políticas que existían anteriormente, sino que prefirió actuar
unilateralmente (…) (p.194).
No solo con la oposición el gobierno no quiso entablar diálogo. La confrontación
también fue con actores financieros y sindicales, como FEDECAMARAS y la CTV. Esta
última de intentó crear una propuesta para reordenar el país en lo político y económico, y
presentada en 1980, la propuesta fue desestimada por el presidente. La crisis comenzaba
un ascenso indetenible y el gobierno no estaba dispuesto a escuchar ni a la oposición, ni
a cualquier organización existente que pudiera presentar propuesta alguna.

En el ámbito internacional, los países industrializados miraban con preocupación


las capacidades de la OPEP. El alza de los precios durante la década de los 70 dado el
conflicto de Medio Oriente reflejaba la dependencia de Occidente sobre el crudo de la
región en conflicto, y para noviembre de 1974 se crea la Agencia Internacional de Energía
(AIE), cuyo objetivo principal era disminuir la dependencia de los países industrializados
del crudo de la OPEP. Luis Pedro España (1989) explica:

Los éxitos obtenidos por los países industrializados, con la introducción de


las fuentes competitivas de energía y petróleo fuera de los países de la OPEP,
han desmitificado la creencia del valor infinito del petróleo al evidenciar que
éste tiene techos fijados por el costo de las fuentes alternas. Ese precio tope
fue sobrepasado en 1981 lo que produjo su descenso progresivo hasta
alcanzar niveles tan bajos como 10$/b en 1986. (p.156)

81
Venezuela recibe el impacto de la caída del precio del barril al arrancar la década
de los 80 y en el primer trimestre de 1982, la caída del precio del barril fue un precipicio
que no parecía tener fin. Díaz Bruzual, que para entonces era el presidente del Banco
Central de Venezuela, anunció que la caída del precio del barril implicó una disminución
de 3.500 millones de dólares de los ingresos en divisas del país28. Al caer los ingresos en
México el peso ya comenzaba su caída, generó un efecto dominó sobre las trasnacionales
y la banca. Temían una devaluación en Venezuela.

Venezuela venía de un ciclo de endeudamiento heredado de las políticas


económicas del gobierno anterior. En agosto de 1982 México anuncia a la banca
internacional que no podría cumplir con los pagos de su deuda, y la banca que tenía
deudas acumuladas con Venezuela, Brasil, Argentina, y México entraron en pánico sobre
la capacidad de pago de Venezuela.

Finaliza el año 1982, y a principios del 83, comienza una acelerada fuga de
capitales y recursos de empresarios y personas particulares que, acuden a las agencias
cambiarias para obtener divisas. Es la antesala del llamado “viernes negro”, y el fin del
dólar a 4,30 bolívares. La devaluación sería decretada en pleno año electoral.

El 18 de febrero de 1983, la moneda se devalúa, se impone un control de cambios,


y los venezolanos entran en shock. El país abre una espiral de pobreza, la incertidumbre
apenas iba a comenzar. Se vienen abajo, tras largos años de participación del Estado en
una empresa y una economía que se le fue de las manos, las esperanzas de una Gran
Venezuela.

La magnitud de los cambios en medio de esa grave crisis las expone Luis Pedro
España (1989); en primer lugar, en cuanto al gasto público, acelerado en los años
anteriores cae en picada, lo cual conlleva a efectos contractivos para la economía
nacional, lo cual pone en tela de juicio las dimensiones del Estado creado por “La Gran
Venezuela”. En segundo término, se encuentra el tipo de cambio que según menciona el
autor “la caída de la renta ha eliminado la tendencia a la sobrevaluación del bolívar”

28
Véase Díaz Bruzual (1984). Crisis y Recuperación

82
(p.160), es decir, dólares baratos ya no hay, peor aún, escasean las divisas lo que obligó
a la imposición del tipo de cambio.

Por último, Luis Pedro España menciona “el tributo interno” refiriéndose a los
impuestos, donde a pesar de que la recaudación interna cayera esto es compensado con
impuestos indirectos, y en cuanto a recaudación del tributo no petrolero éste no ha sido
alterado durante la crisis a pesar de la caída por concepto de barril, lo que se traduce en
el mantenimiento de bajos impuestos a la producción.

No solo la salida de capitales ante la incertidumbre de las cuentas venezolanas y


sus deudas se manifestaron durante 1983. La caída de la inversión también se vino abajo:
la inversión total baja entre 1983 y 1988 a un promedio de 18% del PIB, y la privada baja
a un 10% del PIB29. El ritmo del consumo que permitía un dólar barato no solo se paraliza,
sino que cae abruptamente al encarecerse las divisas además de la restricción para adquirir
el dólar. La deuda consume buena parte de los dólares que entran: el servicio de la deuda
implicó entre 1983 y 1988 cerca de 5.000 millones de dólares al año en promedio.30

En esta circunstancia, se inaugura el gobierno de Jaime Lusinchi (AD) (1984-


1989). Las condiciones no podían ser más desalentadoras. En lo político Lusinchi y su
partido se consolidan ampliamente dado el deterioro electoral y político que sufrió su
antecesor. Las buenas relaciones de Lusinchi con su partido le iban a permitir
desenvolverse sin grandes obstáculos, al menos en lo político. En lo económico el
panorama era casi devastador. El bolívar tenía un año de haberse devaluado, la
desinversión era palpable y las condiciones financieras estaban cuesta arriba, además Juan
Carlos Rey (2009) expone:

Las fallas en los servicios públicos y la corrupción administrativa hecha


pública contribuían a obscurecer más el panorama. Los precios del petróleo
se mantenían muy deprimidos. Y a todo se le agregaba el problema de la
enorme deuda, tanto interna como externa, que Lusinchi, al asumir el poder,
afirmó sin vacilar que se pagaría hasta el último centavo. (p.205)

29
Véase Bautista (2013). Pág.281
30
Véase Espinasa (1989). Pág.48

83
La caída de los precios del barril durante el quinquenio de Lusinchi (1984-1989)
se mantiene. Según Juan Carlos Rey, Lusinchi apenas pudo contener la crisis de modo
que no hubo avances significativos para salir de la crisis. Lo que si promovió y logró
Lusinchi fue la creación de políticas sociales que iban a ayudar a aliviar la difícil situación
de los sectores más desfavorecidos.

A pesar de los esfuerzos por aliviar los golpes de la crisis, la desinversión de


mantiene, la caída del PIB es inevitable y la pobreza va en ascenso. Entre 1981 y 1989,
los hogares en situación de pobreza pasaron de 37 a 65% del total de hogares31 y el sector
petrolero vive el declive en su máxima expresión:

(…) la industria petrolera se ha estado ocupando del manejo de problemas


como el de recuperación de una industria envejecida por los años de
desinversión previos a la nacionalización; el aumento de las reservas
probadas, que habían llegado a niveles peligrosamente bajos; el manejo de la
tensión entre la gerencia de PDVSA y el Estado y sus políticos, con el
fantasma de “la politización” rondando como el supremo peligro por el que
aquella gerencia se sentía amenazada. (Bautista;2013, p.297)
Previamente, se había acordado con PDVSA reservar un 10% del valor de las
exportaciones para financiar sus inversiones, gastos que iban a permitir subir el número
de reservas, pero también conllevaban un alto costo. Con respecto a las denuncias de
politización de la estatal petrolera, venían por el precedente establecido por el gobierno
anterior, en 1982 de pasar fondos de inversión de PDVSA al Banco Central de Venezuela
(BCV), para pailar las deficiencias financieras del gobierno, medida que afectaba los
principios autónomos de PDVSA.

Otra medida política hecha por Lusinchi, para intentar contribuir en la solución de
la crisis a través del asesoramiento directo a la presidencia de la República es la creación
de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), en diciembre de 1984.
Tenía como objetivo el “establecimiento de un Estado moderno, esencialmente
democrático y eficiente”. La COPRE estaba conformada por políticos profesionales y
tecnócratas de diferentes partidos políticos, lo cual iba conforme a la disposición de

31
Véase Bautista (2013). Pág. 296

84
Lusinchi de retomar el esquema de la conciliación y consenso para aliviar las fuertes
críticas al sistema democrático.

Según plantea Juan Carlos Rey (2009), una de los primeros hechos concretos de
la COPRE fue la aprobación de las “Propuestas para reformas políticas inmediatas”, que
abarcaban distintos aspectos en el ámbito político para ayudar a subsanar los problemas
con los que venían lidiando los partidos políticos y la caída en su credibilidad y su
capacidad de ser interlocutores de las demandas sociales. A pesar de la propuesta
presentada, los partidos políticos tradicionales (AD y COPEI) no dieron el visto bueno de
las propuestas planteadas, y mucho menos fue aceptado por quienes no estaban ligados a
estos dos partidos, pero fue un intento amplio y abierto de debate de lo que hasta ahora
había sido el proceso democrático venezolano.

Al finalizar el gobierno de Jaime Lusinchi, “no se puede detectar algún nuevo


elemento -una nueva idea, un nuevo sector, un nuevo valor, un nuevo objetivo. Al cual
proceso político estuviese en capacidad de hacer sitio y procesar, revitalizándose con
ello.” (Bautista;2013, p..299). El retroceso económico se mantuvo, y las esperanzas en el
sistema democrático de partidos se agotan.

10) 1989-1993: El fin de la democracia representativa; Carlos Andrés Pérez y el


“Gran Viraje”
Lo que sucede en Venezuela a partir de 1983, es una secuencia de situaciones
donde se encaran severas dificultades para lograr la trayectoria que logre estabilizar la
economía y atender la agudización de los problemas sociales y políticos. Una coyuntura
crítica con difíciles condiciones para solventar los conflictos.

Cuando Carlos Andrés Pérez asume la presidencia de la República para el


quinquenio (1989-1994), se anuncia dar un “Gran Viraje” que implicaría un paquete de
medidas para establecer austeridad en el gasto público acompañadas de políticas de
liberación de precios que agudizaría las dificultades para la población.

85
Las elecciones en que obtiene el triunfo Carlos Andrés Pérez se caracterizan por
un escenario polarizado: AD y COPEI concentran el 96,30%32 de los votos, al mismo
tiempo que la abstención alcanza el 18.1%33. Las esperanzas del país se vuelcan en el
candidato que había gobernado ya en medio del auge petrolero de los años 70, su
maquinaria electoral y su partido fueron claves en su elección.

Cuando Pérez asume el mando, “(…) lo hace con el convencimiento de que la


situación económica del país requiere la adopción de un programa de ajuste económico
y de la asistencia de los organismos multilaterales” (Bautista;2012, p. 83). Solo la deuda
externa ascendía a 29mil millones de dólares, lo cual desde la campaña electoral Pérez
había prevenido dicha situación y las medidas a tomar incluían la eliminación de subsidios
a los servicios públicos, sincerar los precios de productos subsidiados, devaluación de la
moneda, privatización de empresas, en fin, medidas que redujeran al máximo el déficit
fiscal.

Las intenciones del gran cambio económico implantado por Pérez, “El gran
Viraje” como se le llamó, fue la nueva política económica del gobierno puesta en marcha
a principios de 1989. Según menciona Bautista (2012), el objetivo de la democracia no
es ya consolidarse, es marchar hacia una economía “productiva y diversificada”,
satisfacer los intereses políticos quedan de lado al igual que minimizar los conflictos, se
trataba de “asignar los recursos de la renta del modo económicamente más eficiente”
(p.83), esto también formaba parte de ese “Gran Viraje”.

Tras la implementación del conjunto de medidas económicas desde el gobierno,


los días 27 y 28 de febrero estallan en la ciudad de Guarenas protestas contra el alza del
pasaje del transporte público dado el aumento de la gasolina, y el efecto dominó fue
imparable y catastrófico. El Caracazo en febrero de 1989 era una señal muy grave que
mostraba el alcance de las crisis en el sistema creado tras la caída de Pérez Jiménez en
1958, y que durante los años 90 intenta en vano salvarse.

En realidad, los trágicos sucesos del 27 de febrero de 1989 y de los días que
siguieron, conocidos como “el Caracazo”, fueron la manifestación de una

32
Véase Bautista Urbaneja (2012). La política venezolana desde 1958 hasta nuestros días. Pág.82
33
Véase Juan Carlos Rey (2009). Pág. 134

86
grave crisis económica, política y moral que durante muchos años venía
desarrollándose en forma en gran parte larvada o solapada, y que ahora salía
por primera vez, en forma espectacular, a plena luz pública para no ocultarse
más durante todo el tiempo en que el Presidente Pérez ejerció sus funciones.
(Rey;2009, p.220)
El vía crucis que describe el autor con respecto a lo que fue a partir de entonces la
administración de Pérez, repercutió no solo en el ámbito económico, el sistema
democrático se terminó de venir en picada. El aumento progresivo de la pobreza, el
desligue de los partidos políticos con la población era notorio y el “caracazo” puso fin a
un intento por reactivar la economía en declive desde el viernes negro.

El proceso en el cual incurrió la segunda administración de Pérez es descrito por


Bautista Urbaneja (2013:306), como un proceso de creación de política económica sin
economía política. La tecnocracia y la aplicación de fórmulas planteadas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), trataban de darle un uso más
eficiente a la renta petrolera, así los parámetros de reparto de renta experimentarían una
alteración con las consecuencias para los reclamadores de renta que imperaron en todo el
proceso democrático inaugurado en 1958.

La crisis que estalla al iniciarse el gobierno de Pérez muestra el agotamiento del


modelo económico del capitalismo rentístico del Estado. Según Bautista Urbaneja (2013)
se trata de un deterioro que se veía claramente en los índices económicos y sociales.
Cerraba el Presidente una década convulsa y con una inflación en 81%, contracción del
PIB no petrolero de 9,4% y un retroceso del PIB del 8,5%34. No pudo comenzar los años
90 con peores cifras. A pesar de la ligera mejoría de los índices señalados en 1990, la
pobreza sigue galopante mientras que el gobierno se ve envuelto en las diversas denuncias
contra el propio presidente Carlos Andrés Pérez, su partido y el sistema del cual formaban
parte.

Siguiendo con los datos planteados por Bautista Urbaneja, y retomando la


trayectoria de los precios del barril, estos se habían recuperado en 1989 llegando a
16,87$/b, y en 1990 pasan a 20,33$ para volver a caer en 1991. Las exportaciones

34
Véase Bautista (2013). Pág. 318

87
petroleras crecen de la siguiente manera: 585millones de barriles anuales para 1989,
679millones el año siguiente y 763millones en 199135

El repudio hacia el Presidente Pérez era notorio, comenta Juan Carlos Rey
(2009:225). A pesar de las sugerencias de rectificar en sus medidas económicas y el
rumbo que llevaba el presidente no estuvo dispuesto a ajustar lo empezado, llegando al
punto de que éste llegó a prescindir de su propio partido para la toma de decisiones. En
su intento de mostrar una imagen renovada de su gobierno y del sistema democrático,
terminó de execrar a todos los partidos políticos, y rodeándose de tecnócratas que no
supieron aliviar la pésima opinión pública, y mucho menos los índices que se habían
propuesto mejorar. De manera que en 1992 el piso de la democracia se tambalea con los
intentos de golpes de Estado en febrero y noviembre.

Dos intentos de golpe de Estado en 1992, por parte de fuerzas militares


encabezadas por Hugo Chávez, terminaron por enterrar los intentos de mantener el estatus
quo de la política venezolana. Derrotadas ambas intentonas golpistas, al año siguiente
acontece el enjuiciamiento de Carlos Andrés Pérez. Situación que trae el desbalance
político no solo de su partido, AD, sino de todo el sistema de partidos políticos imperante
desde 1958.

El fin del sistema de partidos en 1993, cuando los partidos tradicionales AD y


COPEI, experimentan la fragmentación y el nacimiento de nuevos partidos políticos,
junto a la elección de Rafael Caldera en 1993 para un nuevo mandato constitucional
(1994-1999), eran síntomas de un sistema que, a pesar de haber buscado salidas políticas
para salvar la democracia, y medidas de apertura económica, había abonado el camino
para quien más tarde se erigiría en capitalizador del descontento y malestar Hugo Chávez
F. y quienes le acompañaron en los intentos golpistas fracasados. Sin embargo, la
democracia representativa, intentaría dar su último latido con Rafael Caldera.

35
Véase Bautista (2013). Pág. 325

88
11) El final de la democracia representativa: 1994-1998
Tras el antejuicio de mérito al Presidente Pérez en mayo de 1993, este quedó
destituido del cargo. La primera magistratura la asume Ramón J. Velásquez hasta
culminar el mandato en 1994. Al mismo tiempo, se realiza la elección presidencial en
diciembre de 1993, que gana Rafael Caldera. Lo trascendental de la elección para un
segundo mandato de Caldera es que esta vez no lo hacía por la candidatura de COPEI, el
proceso de enjuiciamiento de Carlos Andrés Pérez generó una ruptura entre los partidos
tradicionales los cuales perdieron legitimidad para el ejercicio del Poder Ejecutivo.

A pesar de venir de las filas de COPEI, tras el golpe de Estado del 4 de febrero de
1992, Caldera en su calidad de Senador vitalicio en el Congreso Nacional más que
condenar la intentona golpista, sugirió que tal hecho se había dado por la inestabilidad
del sistema democrático, y que la población no podía defender un sistema que los tenía
pasando tantas penurias. Así, Rafael Caldera se perfiló como el candidato predilecto para
las elecciones de 1993, pero no por los partidos tradicionales, sino por la convergencia de
una diversidad de partidos políticos nunca antes vista, conocido como “el chiripero”.

El hecho de haber un abanico de tantos partidos -en su mayoría de izquierda


apoyando la candidatura de unos de los detractores de un partido tradicional- fue el intento
del mismo candidato de salvar la democracia como sistema político que tanto había
costado a los venezolanos conseguir. A pesar de que el líder de la intentona golpista
gozaba de apoyo, este se encontraba preso, y en el medio del descontento las palabras de
Caldera tuvieron aceptación. Se trata del intento de estabilizar el sistema democrático en
crisis.

Según comenta Rey (2009), la oferta electoral de Caldera se basó en “volver al


Estado intervencionista y antiliberal, rechazando la política neoliberal y satanizando los
programas de asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional de ese signo.”
(p.236). el énfasis es sobre las carencias del sistema político, económico y social que
imperaba el país, y la actividad petrolera no estaba fuera de la situación política:

La crisis del puntofijismo, en la cual por cierto tiene su alta cuota de


responsabilidad el primer gobierno de Pérez, es la crisis de un modelo de
organizar el reparto de la renta petrolera en la cual la relación entro lo que se

89
produce y lo que se recibe es muy tenue. El criterio del reparto al que el país
estaba acostumbrado era primariamente político, la capacidad que se tenía de
desestabilizar, no la capacidad productiva. (Bautista;2012, p.97)
El reparto al cual se llegó en el marco del Pacto de Punto Fijo, y los implícitamente
acordado en medio del establecimiento de la democracia representativa, era que los
partidos políticos iban a funcionar en primer lugar, como articuladores de las necesidades
sociales, los reclamos, los conflictos y las protestas y, en segundo término, los partidos
dada la primera condición serían repartidores de renta. Los gobiernos puntofijistas fueron
desligándose progresivamente de su función principal, y solo fueron quedando como
repartidores de renta a lo cual reiteradas veces se denunció que dicho reparto era para lo
interno de los partidos.

La campaña de Caldera no estuvo exenta de las críticas al sistema de partidos que


había imperado por tantos años, un problema tras otro se dejó acumular, Caldera ganó
con 30% de los votos, con el apoyo de varios pequeños partidos. La primera etapa del
gobierno de Caldera se basó en el intento por mantener lo que discursivamente había
sostenido durante su campaña electoral, la vuelta al Estado interventor, sin embargo, los
acontecimientos alterarían las intenciones iniciales.

A principios de 1994, justo antes de que Caldera asumiera el mandato, estalla la


crisis bancaria, quien estaba por abandonar el cargo provisional era Ramón J. Velásquez,
quien decide que el BCV otorgaría, por medio del Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (Fogade) auxilios financieros a los bancos que se encontraban en
crisis. El sistema financiero entra en crisis y provoca seria desestabilización de la
economía. Según relata Maza Zavala (2007) el Banco Latino era quien más había
presentado dificultades:

Era un monstruo, se sobregiró en muchos aspectos, entró en negocios que no


le correspondían, negocios inmobiliarios, proyectos de inversión, comenzó a
tomar dinero del público en proporciones exageradas con base en ciertas
promesas de rendimiento; todas cosas que objetivamente configuraban un
exceso de opciones bancarias y de cierta manera un quebrantamiento de las
funciones de un banco. (p. 19)
La crisis para Maza Zavala (2007) se venía gestando desde el Gobierno de Pérez,
el problema que devino en los primeros meses de 1994 parecía incontrolable. El problema

90
del Banco Latino, que tenía fuerte peso en el sistema financiero, provocó pánico entre sus
depositantes. Si el Banco más fuerte había caído, los demás no tardarían en verse
afectados.

Según comenta el autor, la nueva Ley de Bancos fue promulgada en 1993, mucho
más avanzada a la anterior, no pudo hacer nada frente a la crisis. Entró en vigencia en
enero de 1994, cuando la crisis era indetenible. Además, la transición del gobierno de
Ramón J. Velásquez al de Caldera no ayudó mucho, Velásquez tenía atribuciones
limitadas, y poco podía hacer, y Caldera apenas estaba llegando y con gran
desconocimiento sobre el nivel que estaba alcanzando la situación. Junto a la transición
de un gobierno a otro se le sumaba el precio bajo del barril que no ayudaba a aliviar el
déficit fiscal.

Para Maza (2007), quien para el momento de la crisis era parte del directorio del
Banco Central, el auxilio de esta institución a los bancos fue lo más sensato en medio de
aquel desbarajuste. Señala que el auxilio financiero, en medio de dificultades como
aquellas, era un deber de la principal institución económica del país. Entre los meses de
mayo y junio de 1994 los auxilios llegaron a tocar la suma de 800.000 millones de
bolívares36. Si el Banco Central de Venezuela no hubiera intervenido, hubiera puesto en
graves riesgos la economía del Estado.

Tras la situación financiera, los auxilios, y la intervención del Congreso, del


Ejecutivo y el BCV, quedó en evidencia para el gobierno de Rafael Caldera que la
situación económica en Venezuela era de magnitudes mucho más grandes, y a partir de
entonces el cambio de dirección se hace palpable. Desde 1996, el presidente Caldera
cambia de rumbo, uno que según cuenta el mismo ex presidente del BCV Maza Zavala
(2007), iba contra la voluntad del propio presidente Caldera porque el intervencionismo
quedaba a un lado.

Durante la campaña electoral Caldera se había manifestado abiertamente en contra


del estilo neoliberal y de las fórmulas del FMI, y en sentido contrario de ese discurso.
Caldera marchó desde 1996 hacia una fase que “(…) estuvo marcada por prácticas

36
Véase Maza (2007). Yo, el Banco Central y la economía Venezolana. Pág. 17

91
neoliberales, el desmantelamiento del control de cambio, una devaluación brutal, pacto
con el Fondo Monetario Internacional para poner en práctica reajustes, restricciones
(…)” (Maza;2007, p.25).

Las consecuencias fueron inmediatas, la población condenó la vuelta al “paquete”


de Carlos Andrés Pérez, Caldera había incumplido con sus promesas electorales de forma
abrupta. Los partidos pequeños que le apoyaban comenzaron la retirada para apoyar a
quien consideraba había liderado el descontento desde la intentona golpista, era el
comandante Hugo Chávez en quien veían una nueva capacidad de cambio que Caldera
no cumplió.

En sentido contrario a Maza Zavala, Bautista Urbaneja (2013:344) argumenta que


la política de auxilios financieros tuvo un impacto recesivo, inflacionario, de
desconfianza que terminan por generar lo que finalmente resultó: un estricto control de
cambios sobre la economía.

Finalmente, cuando Caldera llegaba al final de su mandato, se abre el debate sobre


la “Apertura Petrolera”, la cual se apoyaba en lo establecido en el artículo 5 de la Ley
aprobada en 1975 sobre la Nacionalización, que contemplaba la inversión privada en
convenios operativos y de asociación. Para José Ignacio Hernández (2016), dicha apertura
“tradujo, así cierta tensión entra la tradicional concepción estatista y el incipiente
pensamiento centrado en la promoción de la iniciativa privada bajo el control de la
Administración.” (p.73).

Al respecto Maza Zavala (2007), recuerda que Gonzalo Barrios llamó al art 5 de
la ley de 1975 el salvavidas, haciendo referencia a un artículo que podría usarse en
situaciones extremas de la industria petrolera. También el autor menciona que los
contratos operativos eran eficientes porque la empresa estatal petrolera contrataba a
alguien para determinados trabajos y se le pagaba por ello “pero en las asociaciones
estratégicas las empresas entran a participar de la gestión y de los recursos manejados
por PDVSA” (p.27)

Caldera quien se había opuesto en 1975 al art. 5 había promovido la apertura. Las
asociaciones estratégicas le abrían las puertas a la inversión privada lo cual generó el

92
descontento de los más nacionalistas, dado que las empresas del sector privado con la
apertura se convertían, oficialmente, en socias de PDVSA. En esta circunstancia se llega
a la elección presidencial en diciembre de 1998.

12) Plan de llegada de Chávez y la Confrontación 1999-2002


En diciembre de 1998, Hugo Chávez logra ganar las elecciones. El protagonista
de dos intentos de golpes de Estado en 1992, cuenta con el respaldo de una coalición de
partidos de izquierda. Su oferta en las elecciones había sido convocar una Constituyente
para lograr la reestructuración del Estado.

Las elecciones a finales de 1998 pusieron sobre el tapete la crisis y debilitamiento


que venían arrastrando los dos principales partidos políticos: AD y COPEI que venían de
ejercer un claro dominio de la vida política del país. Estos partidos sufrieron
fragmentaciones y pérdida considerable de credibilidad y espacios políticos en el
transcurso de las dos últimas décadas del siglo XX. Particularmente entre 1984-1994, los
gobiernos de Lusinchi y Pérez intentaron hacer cambios sin resultados consistentes. La
corrupción y el deterioro de las condiciones de vida de las mayorías fueron minando la
credibilidad de los partidos.

Acción Democrática y COPEI logran una mínima representación en la nueva


Asamblea Nacional Constituyente. La homogeneidad de los representantes de Chávez
permite que la nueva constitución en pocos meses fuera redactada. Si algo va a
caracterizar al nuevo gobierno de aquí en adelante, es el conflicto constante. Durante los
40 años anteriores la aversión por el conflicto y la búsqueda de consensos era la regla,
con Chávez en el poder sería todo lo contrario, No había espacios para quienes en algún
momento detentaron el poder. La “Revolución Bolivariana”, eslogan utilizado por
Chávez y sus adeptos, había prometido execrar a quienes habían llevado al país a la
situación de pobreza en que se encontraba, por ende, no habría espacios para quienes
habían generado aquella situación.

La posibilidad de crear un nuevo marco jurídico daba dos ventajas clave, en primer
lugar, lograba esquivar las estructuras burocráticas que seguían bajo el control de la vieja
política, situación que podía generar serios inconvenientes a la hora de crear propuestas

93
y, además, no eran los tiempos ni el liderazgo que estuviera dispuesto a dialogar y
enfrentarse a instituciones de contrapeso. En segundo lugar, se permitía aumentar el
control de buena parte de las nuevas instituciones y Poderes Públicos recién instaurado.
Mientras la nueva constitución entraba en vigencia, el gobierno de Hugo Chávez tomó
las riendas del “Régimen de Transición”, que permitía la designación de todos los
representantes de los órganos del nuevo Estado, designados por el Ejecutivo sin que ello
fuera motivo de consulta alguna y así se minimizó en buena medida lo que podían hacer
las instituciones de contrapeso.

Tras la llegada al poder de Hugo Chávez en el año 1999, la política nacional tomó
un nuevo rumbo. La política venezolana se vería pronto caracterizada por la polarización
política, que implica la alineación de buena parte de los sectores sociales, políticos y
económicos de la nación en dos principales polos. Venezuela ya había enfrentado ésta
situación con anterioridad, como lo fue el caso de Acción Democrática y el partido
socialcristiano COPEI, en sus momentos de mayor auge, tras haber sido estabilizada la
democracia en Venezuela durante los años 60 y 70 del siglo XX. Estos partidos colmaron
la mayoría del respaldo político. Esta vez, la situación política ha cambiado en grado
sumo. Según Juan Carlos Rey (2009), tras el fin del bipartidismo AD-COPEI, se instaura
un nuevo régimen que resquebrajó el statu quo de la sociedad venezolana.

Una vez promulgada la nueva Carta Magna, se abre un nuevo período de la historia
venezolana, los cambios que se van a suscitar a partir de allí no dejarán de estar en
discusión constante. El marco jurídico recién aprobado cambiaba por completo la
configuración del Estado, la Constitución Bolivariana de Venezuela aumentaba los
poderes del Ejecutivo. El viejo modo de ejercer la política bajo la regla de minimizar el
conflicto había quedado atrás, el país estaba a punto de entrar en otra hoja de su historia,
y el petróleo sería su principal actor.

Mientras se daba el paso de un marco jurídico a otro y se nombraban mediante


decreto a los nuevos miembros de los Poderes Públicos, el descontento crecía. Para
muchos las instituciones de contrapeso y control estaban siendo puestas al servicio del
Ejecutivo dado que este era el que realizaba los nombramientos. La situación, conforme
pasaban los meses del año 2001 empeoró, “El 13 de noviembre de 2001, en una reunión

94
de gabinete que duraría casi catorce horas, el presidente aprobó cuarenta y nueve leyes,
de las cuales casi ninguna había sido discutida con ningún ente social, empresarial o
laboral.” (Corrales y Penfold; 2012, p.39), la reacción de todos estos sectores fue de
inmediato rechazo y los aires políticos irían escalando.

El conflicto cerró el año 2001 y para el primer trimestre de 2002 la situación no


parecía estar peor. Los partidos tradicionales, asociaciones económicas, financieras,
sindicales, profesorales, etc., habían entrado en descontento por el “paquete de leyes”
implementado por el Gobierno Nacional, sin que mediara el diálogo y entendimiento. En
tal situación, el conflicto fue escalando.

Para abril de 2002, las protestas se habían masificado a tal punto que el día 11 de
ese mes una marcha opositora convocada por distintos sectores, es desviada más de 10km
en dirección al Palacio de Miraflores, sede del gobierno. El caos reinó por más de 48
horas en las cuales el presidente Chávez supuestamente habría renunciado, la constitución
fue derogada junto a sus instituciones recién creadas. Luego, tras horas de suspenso, el
gobierno es reinstaurado.

En diciembre del 2002, una vez calmados los aires del golpe de Estado, el
conflicto va hacia una nueva etapa. Los sectores económicos y políticos promueven una
paralización de todas las áreas productivas del país, desde el sector comercio, hasta la
principal industria de la Nación, PDVSA, que hasta ese momento había gozado de
autonomía y retiradamente había sido acusada de ser “Un Estado dentro de otro Estado”.
La empresa se paraliza, la actividad productiva base de la economía del país se estancó,
y los índices económicos cayeron en picada. Tras varios meses de conflicto y sin
disponibilidad para la negociación entre los trabajadores y el Gobierno, este último asume
el control de la empresa y despide a buena parte del personal de la industria.

Posteriormente a ello, a pesar de arrancar con esta situación, la paralización y


consecuente control sobre PDVSA le dio al presidente Chávez una nueva intervención,
pero esta vez sobre la principal empresa del Estado, que funcionaría como un nuevo
enclave del manejo del ejecutivo sobre dimensiones más allá de las contempladas para el
gobierno.

95
La confrontación política dio paso al fortalecimiento del ejecutivo -sobre todo a
largo plazo- dentro de las instituciones que se suponen deberían ser independientes. Al
control que toma el presidente Chávez sobre las instituciones, se suman los errores
políticos de una oposición que parecía desarticulada tras el fracaso del golpe de Estado
de 2002.

La derrota del paro petrolero en el 2003, y la pérdida del referéndum revocatorio


en 2004, conduce al retiro de la oposición de las elecciones parlamentarias del año 2005,
lo que, según la opinión de muchos, fue el peor error, y la decisión que más le ha costado
a la oposición, porque esto -entre otras cosas- permitió el control absoluto de todos y cada
uno de los Poderes Públicos del país.

Chávez se vio favorecido por el antipartidismo generalizado y el sentimiento


en contra del puntofijismo imperante en el país; y después de 2004, lo
favorecieron los altos precios del petróleo. Para entender su suerte electoral a
partir de 2004, cabe señalar la relación simbiótica entre el gasto clientelista y
la disminución de la efectividad de las instituciones de contrapeso. Al
reducirse la eficacia de estas instituciones en una economía que mejoraba, el
mandatario se acerca a la envidiable posición de poder aumentar el gasto y
ejecutarlo esta vez más en forma discrecional (Corrales y Penfold; 2012, p.65)
Es oportuno resaltar de tal afirmación, en primer lugar, a partir del fin del conflicto
en 2004 con la victoria de Chávez en el referendo revocatorio, el marco político
sólidamente se movía a su favor. Y seguidamente está el hecho de aprovechar al máximo
la ausencia de instituciones contraloras de la gestión gubernamental. Por último, el
aumento del gasto en sintonía con los dos anteriores puntos suponía una política
económica que, si bien podía estar sujeta a algún plan, no se sustentaba bajo la búsqueda
de la conciliación de distintos sectores del país, es decir, se iniciaba un proceso de uso
discrecional, en manos del presidente, de la renta petrolera.

El precio del barril escalaba rápidamente lo que suponía una recuperación


importante de la economía tras la paralización de PDVSA, y previo a ello se había dado
progresivamente el control institucional por parte del Ejecutivo Nacional. Para el
momento en que el Ejecutivo se hace con la Asamblea Nacional (2005), órgano encargado
de la designación de los miembros de los otros Poderes Públicos ya se había avanzado
sobre otras instituciones y sobre el empuje constante hacia el conflicto político.

96
El escenario estaba dado, el Estado iba a comenzar a expandirse poco a poco dados
los recursos que iban a empezar a empujar la circulación económica del país, el nuevo
marco jurídico estaba a merced del Ejecutivo Nacional. Si se toma en cuenta que un marco
institucional fuerte es aquel que brinda estabilidad y credibilidad a las reglas
establecidas37, las instituciones en Venezuela si para algunos seguían siendo fuertes y
para otros débiles, eso estaba por verse en los próximos años que iban a representar una
prueba de fuego para dicho marco institucional.

Una característica permanente durante el gobierno de Chávez, es la confrontación,


un enfrentamiento constante contra las que él mismo denominó “oligarquías, escuálidos,
élites” y una serie de adjetivos para dirigirse constantemente a los viejos partidos.

La política del presidente Chávez estará estrechamente ligada a las decisiones que
se toman en materia petrolera. Los sectores que habían apoyado a Chávez para llegar al
poder eran personas de diferentes estratos sociales, quienes durante los años anteriores se
habían cansado de hacer reclamos a un Estado que había perdido su capacidad de atender
demandas, y un Gobierno que había perdido la capacidad de canalizar dichos reclamos a
través del instrumento que se había impuesto años atrás para realizarlos, y los partidos
políticos perdieron cualquier tipo de legitimidad con los ciudadanos.

El enfrentamiento entre el nuevo Gobierno, y las instituciones, organizaciones y


demás estructuras en las cuales se instrumentaban los reclamos no se hicieron esperar.
Apenas Chávez arranca su mandato bajo el nuevo marco jurídico es blanco de peticiones
y reclamos de renta, sobre todo de parte de los sectores que lo habían llevado al poder
urgían de atenciones que se les habían negado durante años. En palabras de Salmerón
(2013), “Hugo Chávez llegará a manejar con entera libertad la chequera de los
petrodólares decidiendo cuándo, cuánto y a quién se le entrega(...)” (p.94). El control
institucional permitió el manejo discrecional del presidente sobre buena parte de las
estructuras de contrapeso, de no haber sido así, el control sobre la chequera del país no
hubiera podido darse de la forma en que se dio.

37
Según lo expuesto por Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo, pág. 57

97
Las fronteras entre Estado y Gobierno, entre independencia de Poderes Públicos,
comenzará a diluirse a favor del mandatario. El Estado conquistaba mayor terreno para la
intervención económica, social y política. Situación en contraste con lo que había
acontecido en la década del ´90 cuando la apertura petrolera había significado el regreso
de la participación de empresas extranjeras en la industria, además de la privatización de
varias empresas y leves aumentos del precio de la gasolina. El Estado recién
reconfigurado va a enfrentar nuevos retos con un nuevo auge petrolero. Es importante
detenerse para resaltar el proceso previo que permitió que los escenarios se plantearan de
la forma en que lo hicieron.

El petróleo, según criterio de Corrales y Penfold (2012), no fue el determinante


para que las instituciones políticas y económicas surgieran de la manera en que lo
hicieron. No fue primero el auge petrolero y posterior el control institucional, según estos
investigadores. Previo a la llegada del nuevo auge petrolero se dio un proceso de control
institucional idóneo para el presidente Chávez que para el momento en que llega el boom
petrolero, se hace sumamente sencillo terminar de engranar el sistema político que ya
estaba en marcha.

Sostenemos que las instituciones políticas moldearon la manera como el


gobierno vino a utilizar el petróleo a su favor. Más precisamente, el
aprovechamiento por parte de Chávez para modificar las instituciones de
igual forma que el sector petrolero durante el periodo 1999-2004, que
llevaron a la erosión del equilibrio de poderes y a la reestructuración de
PDVSA, le permitió a Chávez convertir a la industria más importante del
país, en esencia en la chequera del sistema. (Penfold y Corrales; 2012, p. 24)
El control previo de las instituciones mediante la confrontación constante, fue
crucial en el desarrollo de los primeros años del gobierno de Chávez. Este enfrentamiento
a los ojos de los ciudadanos podía ser visto como natural dado el proceso con el cual llegó
al poder el mandatario. Sin embargo, la legitimidad de origen de Chávez se vio ratificada
en menos de un año lo que se llamó las “mega elecciones” del año 2000, donde el
mandatario es ratificado en el poder ahora bajo la nueva constitución de la República.

El sistema sobre el cual se monta el movimiento presidido por Chávez es un


sistema híbrido, según Penfold y Corrales (2012:11). Se caracteriza según sus
planteamientos en un sistema con evidente inclinación militar, un fuerte estatismo, rasgos

98
populistas y una política exterior de confrontación. Un sistema como este, responde a dos
realidades distintas; la llegada al poder bajo elecciones lo que le da legitimidad de origen,
pero en cuanto a la legitimidad de ejercicio quedan en entre dicho varias acciones que se
realizan fuera del marco democrático. Una hibridez que parece explicar el por qué el
sistema político venezolano se movía en dos direcciones tan distintas y contrarias y que
sin embargo se sostenía.

La confrontación también es angular en este tipo de sistema. Las negociaciones


entre gobierno y oposición están ausentes, aunado a que la erosión de los sistemas de
negociación, y autonomía de las instituciones cívicas son el piso para el desarrollo de un
sistema híbrido según lo exponen estos autores. “(…) Lo usual ha sido que el gobierno
arrebate gradualmente el poder al tomar una o algunas instituciones, pero no todas, y
luego desmantele su autonomía.” (p.31).

A partir del control de las instituciones, comienza a cambiar las relaciones Estado-
sociedad. La forma en que Chávez tomó posesión de los poderes públicos a través de una
supuesta transición, una nueva Ley Habilitante, una serie de nuevas leyes en el año 2001,
una reforma a la Ley de Educación, y el abandono de medios de consulta provocaron una
cadena de reacciones de la oposición venezolana y de las instituciones que había servido
hasta hace no mucho para realizar reclamos y peticiones. La tensión se hacía cada mes
más acalorada pero el gobierno no estaba dispuesto a ceder, lo cual conllevó a una
reacción mucho más radical por parte de la oposición.

Luis Miquelena, político que encabezaba las filas del gobierno de Chávez,
abandonó el gobierno en 2001 en rechazo a las medidas adoptadas por el mandatario.
Medios de comunicación se unieron al descontento que mantenían grupos empresariales
y partidos políticos, y también se forman otras asociaciones civiles en el frente contra el
gobierno y las nuevas medidas. El punto de quiebre de aquel descontento llega a la
situación de romper el hilo constitucional el 11 de abril del 2002, cuando una marcha de
oposición es desviada hacia el palacio de gobierno, donde se encontraba otros grupos
oficialistas aquel día manifestando su apoyo al mandatario.

99
Aquella tarde se rompió cualquier posibilidad de diálogo. Muertes y
enfrentamientos entre adeptos al gobierno y la oposición causaron gran confusión, el país
queda en un vacío durante varias horas en las cuales el presidente Hugo Chávez fue
apresado y una supuesta renuncia a su mandato fue presentada por sectores militares al
país.

Mientras tanto, desde Miraflores Pedro Carmona Estanga anunciaba la derogación


de la Constitución de 1999 y las instituciones creadas a su amparo. Pedro Carmona
Estanga, presidente para entonces de Fedecamaras, principal asociación empresarial del
país, había asumido la presidencia en medio de circunstancias donde no medió ningún
procedimiento institucional o legal. Los acontecimientos fueron vertiginosos en pocas
horas, hasta que Hugo Chávez regresa al palacio de Miraflores acompañado por el sector
militar y sus simpatizantes que logran restaurar el sistema.

Las consecuencias de la actuación de la oposición no se hicieron esperar. Una vez


Chávez fue reinstaurado en su cargo y retomado el control de la situación del país, el
rechazo popular a las actuaciones de sectores de la oposición fuera del margen
democrático fue aprovechado por Chávez para fortalecer su popularidad. A pesar de todo
ello, el enfrentamiento entre oposición y gobierno no cesó. Apenas había terminado una
faceta violenta y poco democrática. Los enfrentamientos se darían ahora en otro plano, la
columna vertebral de la economía venezolana estaba por ser afectada por una paralización
de sus actividades, y nuevamente gobierno y oposición se verían las caras en medio de
un clima poco propicio en un sistema que dice ser democrático.

100
13) De la PDVSA meritocrática a la “Nueva PDVSA”: Conflicto 2002-2003
“Desde su nacionalización, (…) PDVSA había sido administrada en forma
bastante autónoma, a menudo tildada de ser un <<estado dentro de otro estado>>.
Luego del fallido golpe de abril de 2002, la alta gerencia de PDVSA temía que se
pondría fin a su autonomía.”
Javier Corrales y Michael Penfold
Desde que se levanta la bandera de la nacionalización petrolera, el control
administrativo de la misma quedó bajo el mando de la gerencia con más alta experiencia
que había estado allí desde antes de la nacionalización. Personal capacitado que había
obtenido los conocimientos necesarios para tomar el mando de la empresa. El ascenso
dentro de Petróleos de Venezuela S.A. se hacía mediante la capacitación y experiencia,
un sistema meritocrático que para muchos se alejaba de los venezolanos, y la autonomía
dentro de la empresa deja mucho que desear sobre la capacidad del Estado de actuar sobre
la misma.

Tras el conflicto de abril de 2002, la gerencia de la empresa teme que las


represalias caigan también sobre ellos. El presidente Chávez culpó a la cúpula
administrativa de promover y participar en el golpe de Estado que se había producido. El
mandatario colocaba sus ojos sobre la principal industria del país, pero no sin antes pasar
por un largo proceso traumático para la economía del país. “Petróleos de Venezuela se
volvió la espoleta de una granada”, Así lo menciona Alonso Moleiro (2010), sobre lo
que fue la incursión de la industria petrolera en el huracán político de aquellos años.

Los sucesos sobre la paralización de PDVSA a finales de 2002, se dan en


simultáneo con los planes de la Coordinadora Democrática, asociación política que
agrupaba a partidos, asociaciones y sindicatos que hacían frente al gobierno de Chávez.
La alta gerencia de PDVSA se organiza en un sindicato, Gente del Petróleo se iba a unir
a los planes de la oposición en aras de sabotear el desarrollo de la política del Gobierno
Nacional. Al respecto Penfold y Corrales relatan: “Para finales de noviembre de 2002,
se impuso la Gente del Petróleo y Confederación de trabajadores de Venezuela (CTV) a
llamar a paro. El 2 de diciembre de 2002, las fuerzas vivas del país convocaron un paro
nacional.” (p.42)

101
La crisis política se conjuga con las dificultades y limitaciones económicas que
venía encarando Chávez desde el inicio de su gobierno, Salmerón (2013:105) describe
estos golpes como cruciales en lo que va a ser la nueva política económica luego de la
inestabilidad política. Resume las condiciones económicas previas a la paralización de
PDVSA así: el gasto del gobierno había aumentado aceleradamente y tuvo que detenerse
de manera abrupta. El tipo de cambio que había heredado Chávez de su antecesor era un
sistema de bandas, y Chávez recurre a la devaluación de la moneda en febrero de 2002,
en el medio de una caída del precio del barril. El bolívar perdió el 20% de su valor frente
al dólar y nuevamente la caja del gobierno se alivia en detrimento de la calidad de vida
de los venezolanos.

También destaca en las condiciones económicas mencionadas, la inflación que


despegó en 2002, pasando de 12,3% en el año anterior a 31,2% en 2002, el desempleo se
disparó, la fuga de capitales osciló entre 1999 y 2002 alrededor de los 33.000 millones de
dólares38. Por si fuera poco, la pobreza que venía en constante aumento desde los años 80
del siglo XX cierra en 2003 en 55,1%, un incremento de trece puntos con respecto a 1999,
año en que Chávez recibe las riendas del país.

Ahora bien, la nueva carta magna que entró en vigor en diciembre de 1999,
estableció aspectos importantes sobre el pensamiento jurídico en materia económica y la
industria de los hidrocarburos. Así lo expresa Hernández (2016), cuando recuerda que
dicha constitución en sus artículos 12, 302 y 303 sientan la base del pensamiento estatista,
ratificando la propiedad del Estado sobre los yacimientos y a su vez resaltando la
propiedad pública de PDVSA.

La constitución de 1999 estableció los rangos donde se podía mover la industria


petrolera, al respecto Hernández (2016) agrega: “(…) lejos de contemplar un modelo de
economía social de mercado, para esta posición la Constitución de 1999 se decantó por
un modelo próximo al soviético, o sea, de control estatal sobre la economía” (p.76). El
control estatal sobre la economía no era nada nuevo en Venezuela, sin embargo, lo nuevo
era que ahora esto pasaría a estar establecido constitucionalmente. Aunque

38
Véase Salmerón (2013). Pág. 105

102
afortunadamente, según menciona el propio autor, lo confuso en la redacción del
articulado en materia económica y petrolera dejaba matices que daban cabida a una Ley
de Hidrocarburos que estableciera otra participación además de la estatal.

En el nuevo paquete de Leyes de noviembre de 2001, se encontraba la Ley


Orgánica de Hidrocarburos, publicada en Gaceta en ese mismo mes y entrando en vigor
desde el 10 de enero de 2002, “La discusión formal de esta normativa se redujo al
nombramiento de un comité por parte del Ejecutivo, cuyo único participante por parte
de la industria petrolera fue Guaicaipuro Lameda, para ese momento presidente de
PDVSA” (Párraga;2010, p.17).

Lo curioso de la nueva Ley es que tiene un carácter liberal, aprovecha esos matices
que deja la constitución, esto como parte de un proceso de “Política Sectorial de
Liberalización” de los primeros tres años de Chávez, donde “(…) se adoptaron cambios
por demás relevantes en el modelo económico, a fin de reconocer más amplitud a la
empresa privada y a la libre competencia” (Hernández;2016, p.76). Es pues, no solo en
lo político donde se evidencia una hibridez en el modelo Chavista, la constitución
ratificaba el modelo estatista, pero a su vez, dejaba el camino abierto para la empresa
privada, además se debe dejar clara la distinción del modelo económico anterior al
conflicto 2002-2003, y el modelo tras el fin del paro petrolero.

En efecto para 2001, según comenta Párraga (2010), había una necesidad de
reformar la Ley de Hidrocarburos, sin embargo, había opiniones encontradas sobre la
orientación de la nueva ley, unos a favor de poder formalizar negocios que quedaban por
fuera de la ley hasta entonces vigente, otros abogaban por la vuelta a la nacionalización,
hasta que finalmente, la situación de intento de negociación se rompe, al respecto relata
Párraga:

El cambio que suponía la ley fue uno de los motivos del rechazo que comenzó
a generarse puertas adentro de PDVSA y que a principios de 2002 se
evidenció cuando la salido de Guaicaipuro Lameda de la presidencia de la
estatal y el nombramiento de un directorio encabezado por Gastón Parra
desataron un rechazo casi generalizado (p.18)

103
Las quejas dentro de la gerencia de la industria petrolera no se hacen esperar
dadas las nuevas medidas que en su percepción eran arbitrarias, y al no haber consulta ni
diálogo por parte del gobierno estalla la paralización de la empresa base del país, a lo
interno de la empresa se defendía la meritocracia frente a la imposición de directores por
parte del Ejecutivo Nacional. Se inicia así la paralización progresiva de la economía
venezolana por tres meses consecutivos, aunque la mayor parte del comercio y la banca
intenta mantenerse laborando durante la paralización.

La industria petrolera y todo lo que a ella concierne se paralizó, menudo golpe


lograría paralizar la economía del país. Unas semanas después de haber comenzado la
paralización, solo en diciembre de 2002 la producción llegó a bajar a 25mil barriles por
día.39 La economía entró en retroceso, la distribución de gasolina cesó, los inconvenientes
en distribución de rubros no se hicieron esperar. Durante los siguientes tres meses el país
no había vivido un estancamiento tal, la paralización logró en primera estancia los
objetivos planteados, tambalear el piso económico del gobierno, y con ello, del país
entero.

A pesar de que, en primera instancia, se logren los objetivos de mover el piso de


estabilidad gubernamental, la respuesta de éste en ningún momento fue tender la mano a
la negociación, la conciliación o el acuerdo para levantar la paralización. Chávez despidió
al 60% del personal de PDVSA, más de 22.000 trabajadores fueron progresivamente
despedidos de la alta y media gerencia de la empresa, y el plan del gobierno fue tomar el
control de la industria con el brazo militar:

Chávez persuadió a los militares y a la comunidad internacional de que


PDVSA había sido utilizada con fines subversivos y el interés nacional exigía
al Estado el control directo de la industria. Los militares gustosamente
aceptaron sus nuevas responsabilidades y con el apoyo de militantes
chavistas, así como gerentes de bajo nivel de PDVSA, lentamente se recuperó
la producción. (Penfold y Corrales; 2012, p.42)
Hugo Chávez decide intervenir en la empresa, y darle una conducción distinta que
pusiera fin a la meritocracia dentro de la misma, y crear una nueva organización interna
de la industria. Durante la paralización la contracción económica fue del 17% del PIB tan

39
Véase Párraga (2010). Pág. 19

104
solo en el primer trimestre del 200340. La huelga cesaba en medio del control que ejercían
funcionarios militares y simpatizantes del chavismo con apoyo de éste, y la presión
popular dada la crisis que se había generado y las denuncias que hacia el gobierno
nacional empezaba a arrinconar la paralización.

Párraga (2010), comenta que para enero de 2003 PDVSA se reorganizó en dos
divisiones, Oriente y Occidente. Para poder salvar la continuidad de las operaciones, la
empresa estatal recurrió a préstamos de crudo a otros países, y a la improvisación para
poder pailar la crisis. Durante el conflicto desde 2002 hasta el año 2004, la empresa dejó
de recibir 12.750millones de dólares por la caída de sus ventas y a su vez perdió
713millones de dólares en compras de gasolina, con cuyas cifras el Gobierno se negó a
pagar los pasivos laborales de los más de 22mil empleados despedidos.41

A partir del fin de la paralización en marzo de 2003, las relaciones Estado-


industria petrolera son radicalmente distintas, se desmonta el sistema meritocrático que
regía en PDVSA, alta y media gerencia quedaron fuera, la oposición queda derrotada en
este plano y es el segundo golpe que recibe, se atrinchera e intentaría más tarde apostar
por una salida electoral. Mientras tanto, el gobierno confiado en la restauración que se
estaba dando de la empresa petrolera, se encaminaba a tomar el control absoluto de ella
después del conflicto que parecía darle carta blanca de decidir sobre la empresa sin que
mediaran otros actores más que el mismo gobierno y sus partidarios.

En 2003 se rompe el esquema de política petrolera hasta ahora establecido, tras el


intento de golpe de 2002 y la paralización de PDVSA, el gobierno nacional pasa a tener
un semblante muy distinto en su accionar, sin embargo, el plan de desarrollo nacional con
el que se montó el entonces Presidente Chávez, iba a mantenerse. Curiosamente, previo
al conflicto de 2002 y 2003, los planes en materia económica, política y social ya estaban
encaminados. El presidente Chávez, tras la victoria de las conocidas “mega-elecciones”
donde arrancó con una nueva constitución, y nuevo marco regulatorio, lanzó el Plan de
Desarrollo Económico y Social de la Nación.

40
Véase Penfold y Corrales (2012). Pág. 43
41
Véase Párraga (2010). Pág. 20

105
Ahora bien, antes de entrar en materia con las políticas, planes y proyectos del
período de estudio del objetivo central del presente trabajo, vale interrumpir el desarrollo
cronológico llevado hasta ahora, para mantener en cuenta en el presente análisis, tópicos
teóricos y metodológicos cruciales en la investigación.

106
Capítulo III: Marco Referencial Teórico
El objetivo de esta parte del presente trabajo es presentar una serie de criterios
que contribuyen al análisis y valoración crítica del papel de la actividad petrolera en la
dinámica económica y social del país. Particularmente es útil para abordar el objetivo
general presentado para la presente investigación.

En ese sentido, la crónica de las trayectorias que ha tenido la actividad petrolera


en el transcurso de los diferentes gobiernos de Venezuela hasta el siglo XXI, constituye
también un criterio para la interpretación y análisis de las políticas, planes y proyectos
que han caracterizado el desempeño de PDVSA en el marco de los gobiernos presididos
por Hugo Chávez Frías hasta el año 2012, y el actual gobierno de Nicolás Maduro hasta
el 2015.

El destino de la renta petrolera: ¿Gasto o inversión?


Previo a la instauración de la democracia en Venezuela de manera definitiva en
1958, el debate sobre qué hacer con los recursos que generaba el petróleo se daba entre
dos íconos de la historia venezolana, Uslar Pietri y Pérez Alfonso. Para criterio de
muchos, el ingreso de dinero por concepto de petróleo estaba por esfumarse, y había que
decidir rápidamente qué hacer con ellos. El cómo invertir los ingresos tenía dos grandes
vertientes.

Uslar Pietri, bajo la frase “sembrar el petróleo” (1936) promovía que, dado que
la riqueza era temporal, se debía consolidar una economía que pudiera mantenerse en el
tiempo una vez que el petróleo desapareciese. La tarea según Uslar es promover: créditos
agrícolas, de esta forma sacar del coma a la economía agraria que se encontraba en el
abandono desde hacía décadas atrás, modernizar los métodos de producción, que
permitan una aceleración de la producción de manera rápida y que pueda sostenerse en
el tiempo.

Úslar Pietri establecía una tesis fundamentada en el intervencionismo de Estado,


donde éste entregara créditos al sector agrícola, y posteriormente, el sector pudiera
despegar solo el vuelo. Para Uslar Pietri, era un debate vacío la discusión sobre si el
Estado debía intervenir o no, el Estado ya estaba interviniendo en la vida económica de

107
los venezolanos, porque a su entender, la riqueza del Estado se veía reflejada en la vida
económica de todos.42

Como a un niño que se le enseña a caminar, primero se le acompaña con el apoyo


de los dos brazos del padre, luego con uno, hasta que finalmente comience a dar sus
primeros pasos, de esa forma se podía proyectar lo que Úslar aspiraba que se pudiera
hacer con la economía venezolana. Úslar argumentaba en un célebre debate con Pérez
Alfonso:

Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en


ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias
nacionales. Que en lugar de ser el petróleo una maldición que haya de
convertirnos en un pueblo parásito e inútil, sea la afortunada coyuntura que
permita con su súbita riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del
pueblo venezolano en condiciones excepcionales43
Por otro lado, Pérez Alfonso, tenía una visión pesimista del petróleo, llegando a
calificarla en algún momento como “El excremento del diablo”, la visión de Juan Pablo
Pérez Alfonso si bien coincidía en que el petróleo era efímero, pensaba por su parte, en
que el uso de los recursos que éste generaba debía destinarse a programas que atendieran
a la población, programas de salud, saneamiento, educación, etc.

He aquí dos asuntos que implica la toma de decisiones en materia económica


sobre el destino de los ingresos, el gasto y la inversión, pero en una economía como la
venezolana presenta varios inconvenientes. Por un lado, si se estimula el gasto se corre
el riesgo de que, en el largo plazo, la economía se pueda estancar dado una posible caída
de los precios del barril, y si no hubo estimulación a la inversión, no quede otra salida
que la recesión económica.

Ahora bien, si se estimula la inversión y se hace especial énfasis en ella y el


otorgamiento de créditos a otras industrias, empresas y áreas productivas, hay un
conglomerado enorme de ciudadanos que piden que sus necesidades -que arrastran desde

42
Véase Úslar Pietri (1945). Sumario de economía venezolana, para alivio de estudiantes.
43
Debate entre Pérez Alfonso y Úslar Pietri en 1963. Disponible en:
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/uslar-perez-alfonzo-anos-despues_39627

108
años atrás- sean atendidas en el corto plazo, una diatriba que hasta el sol que alumbra a
los venezolanos ahoga cada vez más a la búsqueda de la alternativa más viable.

En el momento en que se instaura la democracia en Venezuela, a fines de la


década de los 50 y principios de los 60, la opción que terminó prevaleciendo fue la
presentada por Pérez Alfonso. Durante los primeros años de la democracia, se empezaron
a atender las necesidades prioritarias de la población a través del gasto público,
promovido por el primer presidente electo, Rómulo Betancourt, quien también fuera uno
de los estudiosos en la materia petrolera. Betancourt, junto a Pérez Alfonso, dieron un
giro en la participación del Estado en la industria petrolífera, las reglas que hasta ahora
imperaban se iban a diluir hasta finalmente alcanzar, los primeros pasos hacia la
nacionalización.

El gasto en sectores desentendidos fueron ícono de los primeros años de la


democracia, ahora bien, para la década de los 70 y el auge de los precios del barril que
sorprendió a las arcas públicas, la inversión fue la protagonista.

Esos planes de expansión de empresas básicas, creadas por el primer gobierno de


Carlos Andrés Pérez, tenía como principal fuente de financiamiento, el propio Estado, lo
cual le da una particularidad a esa alternativa de intentar salir del rentismo, a través de
un capitalismo de Estado, aplicando recursos del ingreso petrolero a otras actividades
económicas que permitieran la diversificación del aparato productivo. Vía para liberar la
economía de la dependencia de la renta petrolera. Esto planteaba una especie de círculo
virtuoso para interrumpir el circulo vicioso rentista. Situación que implicaría cambiar el
mismo carácter del capitalismo de Estado intervencionista.

La inversión trajo consigo también una inmensa deuda. Situación que se hace
crítica cuando caen los precios del petróleo y compromete las finanzas públicas. En esta
circunstancia se produce la devaluación y control de cambios de las divisas en febrero de
1983. Posteriormente, al iniciarse el gobierno de Jaime Lusinchi (1984-1989) intenta
calmar los ánimos políticos, intentó regresar a esa economía del gasto, atendiendo a las
necesidades de los sectores más vulnerables.

109
La diatriba sobre el gasto y la inversión se mantendría sobre el tapete para la toma
de decisiones de políticas, planes y proyectos. En el caso de las particularidades de la
economía venezolana, cualquier decisión de este tipo tiene consecuencias que
difícilmente se puedan corregir en un periodo corto de tiempo. La diatriba se vuelva más
polémica cuando la válvula de petrodólares se abre abruptamente por altos ingresos
petroleros. Alzas que la experiencia ha mostrado como volátiles en el tiempo y duración.
En este contexto, las decisiones deben ser viables contemplando esta circunstancia.

Para Luis Roberto Rodríguez Pardo y Pedro Luis Rodríguez Sosa (2013), si bien
en efecto existe la decisión de cuanto gastar y cuanto ahorrar en un país petrolero,
también está claro que una vez decido montos o límites de gastos se debe definir el uso
del gasto, es decir, cuanto destinado a la inversión y cuanto al consumo. Con respecto al
ahorro, esto permite limitar el aumento de la demanda que podría provocar una
apreciación de la moneda. Además, el ahorro siempre es un signo de estabilización en el
corto y largo plazo, y constituye uno de los mecanismos para honrar la equidad
intergeneracional en el gobierno de los bienes y recursos comunes.

El gasto también es justificado por estos autores dado los índices de pobreza, el
estímulo a la producción nacional, y demás necesidades sociales. Advierten que un uso
excesivo de la renta petrolera puede terminar en una alta deuda interna. Una vez
establecido el gasto, es necesario precisar el uso que dará en relación a inversión y
consumo. La primera referida a las reglas de Hartwick (1977), donde la inversión debe
ser determinada en cuanto a capital humano, capital financiero y capital físico para lograr
un desarrollo sostenible. La inversión también debe estar bien planificada y con una
política industrial.

En relación con el gasto de consumo, es necesario establecer criterios que no


afecten a la estabilidad de las finanzas. Se refiere los subsidios indirectos a los hogares,
el subsidio al precio de la gasolina, el empleo en la administración pública y las
transferencias directas de recursos a los grupos familiares con fines específicos. La
decisión económica sobre el gasto e inversión debe estimular ambas bajo parámetros bien
definidos y sin hacer un uso excesivo de ambos, la tarea de hacia dónde y cómo se mueve

110
la balanza en el uso del consumo, la inversión y el ahorro es tarea de una política
económica sólida.

La enfermedad perenne
Una enfermedad no tan sigilosa ha ido avanzando en las venas de la economía
venezolana durante las últimas décadas. Tiene su máxima expresión las consecuencias
derivadas de la devaluación monetaria y el control de cambios de divisas en febrero de
1983: “La Enfermedad Holandesa”:

Los auges de exportación tienden a sobrevalorar la moneda nacional,


promover importaciones de bienes manufacturados y socavar los sectores
productivos dirigidos al mercado interno. Los economistas que estudiaron la
erosión de las manufacturas holandesas como resultado de la rápida
expansión de la producción de gas en el mar del Norte llaman a este
fenómeno la <<enfermedad holandesa>> o síndrome del petróleo. (Coronil;
2013, p. 44)
La epidemia, tal como lo expresa Coronil, ataca a las economías minero-
extractivas. Incluso, algunos autores en el ámbito económico lo han denominado “la
maldición de los recursos” y otros han hablado de las “paradojas de la abundancia”. En
este último término tiene cabida que no se trata de una maldición sino de los criterios con
que se manejan los bienes y recursos comunes sin tener presente la equidad
intergeneracional. En el caso de Venezuela, es particular la situación en las coyunturas
que favorecieron el régimen militar de Pérez Jiménez entre 1954-1956, y la llamada
“bonanza petrolera” entre 1974-1982 durante los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y
Herrera Campins.

Fernando Coronil (2013), en relación a Pérez Jiménez y Carlos Andrés Pérez, hace
referencia a Cabrujas señalando que: “(…) ambos promovieron el mito del progreso con
más fuerza que otros presidentes, y que gobernaron en períodos de riqueza fiscal y
estabilidad política extraordinarias” (p. 39). Allí se plantea que, Pérez Jiménez y Carlos
Andrés fueron los más grandes articuladores de la promesa del progreso en Venezuela y
auspiciaron un Estado todopoderoso con poderes extralimitados. En todo caso, la
propiedad que detenta el Estado sobre la riqueza del subsuelo le otorga una amplia
autonomía y discrecionalidad que afecta las relaciones entre ciudadano, Estado y petróleo.

111
Un Estado Mágico, que en palabras de Coronil, intentaba crear un Estado
Magnánimo que podía llevar a sus ciudadanos a la esfera de países desarrollados en corto
tiempo. Promesa que terminó siendo un sueño derrumbado por la “enfermedad
holandesa”.

Este síndrome petrolero constituye una epidemia para las economías minero-
extractivas, y donde emerge el neopatrimonialismo del Estado o petro-Estado.
Tendencialmente sobrevaloran la moneda nacional, y a su vez, promueven la importación
de todo tipo de productos dada la poca capacidad del mercado interno para abastecer a su
población.

Este fenómeno no será nuevo en lo que respecta al período de gobierno de Hugo


Chávez (1999-2012), la enfermedad había progresado durante todos y cada uno de los
gobiernos anteriores donde, consecutivamente, poco se hacía con el incentivo a sectores
fuera de la industria petrolera. Los avances en promover sectores alternativos a los
hidrocarburos resultaron poco efectivos, dado la poca competitividad que tiene en la
exportación de productos agrícolas en el mercado internacional por la sobrevaluación de
la moneda nacional, aunado a ello las dificultades políticas y económicas anteriormente
mencionadas.

Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo (2013), en sus planteamientos sobre la política


petrolera de los últimos años, explican el fenómeno de la “enfermedad holandesa” como
el producto de la combinación de dos sucesos. En primer lugar, la brecha entre oferta y
demanda durante el auge petrolero que aumenta la cantidad de bienes demandados
provoca que dicha brecha sea sustituida por importaciones. Consecutivamente, el
aumento de los precios de los bienes no transables con respecto a los bienes transables44,
provoca una apreciación real de la moneda.

En segundo término, el efecto desplazamiento, que moviliza los recursos de


inversión a sectores no transables de la economía y a uno solo transable (el sector
petrolero), hace que la economía a largo plazo se mantenga estancada en sectores no

44
Entendiéndose que los bienes transables son aquellos que se pueden exportar y comercializar en el
mercado internacional, y los bienes no transables como aquellos que en contrario no pueden ser
puestos en el comercio internacional.

112
transables como la construcción, y los recursos se invierten en este sector junto al petróleo
volviendo a caer en un círculo vicioso donde la mano de obra se especializa solo en
petróleo y los recursos sólo se invierten en ello, creando una nueva apreciación de la
moneda, que termina en lo que Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo relatan sobre la
enfermedad holandesa en Venezuela.

En el siguiente recuadro los autores representan de manera resumida y gráfica el


circulo vicioso de la enfermedad:

Cuadro #4: Dinámica de la Enfermedad Holandesa

Fuente: Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa (2013). p.49

Donde: NT: Bienes no transables; T: Bienes transables; P: sector petrolero;


Pt Índice de Precios bienes transables; Pnt: Índice de precios bienes no
Transables
El cuadro ilustra el doble resultado del auge en los precios del barril o del aumento
de las exportaciones: ante el aumento del gasto aumenta la demanda de bienes y servicios,
el mercado reacciona ofreciendo más productos que son obtenidos mediante la
importación. Se vuelve más económico importar dada la sobrevaluación de la moneda
donde no es factible producir bienes transables dada la competitividad de los precios
internacionales. Luego, está el efecto desplazamiento que ante lo poco beneficioso que es
producir, los recursos, la mano de obra y demás factores productivos, se movilizan hacia

113
los sectores no transables de la economía, que es este caso son el petróleo y el sector
construcción.

De tal manera que producir en Venezuela se vuelve costoso, aumentan las


importaciones y la economía tiende a especializarse en bienes no-transables
y petróleo. Nótese que esto equivale a decir que la economía tiende a ser
monoexportadora, ya que los bienes no-transables, por definición, no se
pueden exportar. (Rodríguez y Rodríguez; 2013, p.48)
El circulo vicioso que relatan estos dos autores, ha sido reforzado durante varios
períodos en Venezuela, sobre todo, si se toma en cuenta que durante la dictadura militar
de los años 50 la economía venezolana vivió un gran aumento del gasto público dadas las
grandes inversiones en infraestructura. Posteriormente, durante el primer gobierno de
Carlos Andrés Pérez, el auge petrolero sin precedentes y la política gubernamental
emprendida llevó a que los recursos fueran hacia la inversión dirigida a empresas básicas,
y demás sectores que reforzaron la dependencia en los recursos petroleros para poder
desarrollarse.

Con respecto a esta diatriba económica, Asdrúbal Baptista (2006), expone que:
“El proyecto nacional victorioso será el proyecto nacional que buscará hacer de
Venezuela una sociedad de mercado utilizando el ingreso petrolero no sólo como una
fuente de inversión, sino también como una fuente de consumo” (p.249). Aquí el autor
hace énfasis en que no existe un uso exclusivo sobre la renta petrolera dado que tanto la
inversión como el consumo ayudar a crear y estimular el mercado.

Ahora bien, Baptista también expone que, si bien es cierto que tanto la inversión
como el consumo crean mercado, no es del todo cierto que la inversión privada baste para
ayudar a disminuir las inequidades de la distribución de la riqueza. Es decir, la inversión
debe ir acompañada por la firme certeza de que para todos los ciudadanos las
oportunidades de crecimiento puedan ser justas y equitativas, pero el gasto debe ser, ante
todo, eficaz:

Que el Estado tenga aquel tamaño adecuado que le permita cumplir el gran
objetivo de garantizar, no sólo los altos fines políticos de convivencia social,
de autoridad y de soberanía, sino que, además, pueda cumplir la compleja
misión de redistribuir los ingresos que en la sociedad se producen, de manera
que las oportunidades se hagan iguales para todos. (p. 273)

114
La disminución de la pobreza y de los índices sociales más preocupantes se deben
atender por vía del gasto, pero para poder realizar dicho gasto se necesita de una inversión
que rinda frutos para mantener aquello que se ha planteado con el gasto. Esta visión no
difiere mucho de la expuesta por Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa, inversión y consumo
-estos agregan el ahorro- no son mutuamente excluyentes, la visión de Uslar Pietri y Pérez
Alfonso tienen mucho aún que aportar en materia de economía política venezolana.

Es importante tener estos conceptos y consideraciones en cuenta, para interpretar


las trayectorias de Venezuela a partir del año 2004, donde además de un nuevo boom
petrolero, el Estado ha logrado ir tomando el control de las distintas instituciones. Lo que
se viene exponiendo sobre la toma de decisiones del destino de la renta, podría dar
explicaciones importantes al desarrollo de la enfermedad holandesa que antes ha afectado
a la economía del país producto de la bonanza fiscal petrolera.

El fenómeno de empobrecimiento, recesión y la caída abrupta de los índices


económicos en medio de abundantes recursos naturales, dio paso a la expresión
“maldición de los recursos”45, atribuyéndoles un mal manejo y aplicación de los recursos
obtenidos de manera súbita. Sin embargo, la expresión a pesar de que se enmarque en una
visión pesimista de los recursos naturales, así como cuando se habla del petróleo como
“el excremento del diablo”, esta visión ha sido objeto de múltiples cuestionamientos,
dado que su principal refutación está en que el fenómeno no se dio en todos los países
con abundantes recursos, tal es el caso de Noruega.

Sobre la renta y el rentismo discrecional


Ya se ha mencionado que la renta, aquella parte de la plusvalía que obtiene el
propietario de la riqueza del subsuelo, es decir, en el caso de Venezuela, el Estado. Es la
remuneración internacional de la propiedad pública sobre los hidrocarburos. Renta que
según se ha ido planteando, ha sido objeto de distribución entre diferentes actores según
los tiempos que van corriendo en el sendero de la política venezolana.

Las reglas de repartición de renta durante la democracia representativa fueron


claras, la renta se distribuía entre los diferentes partidos políticos que formaban parte del

45
Véase Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo (2013), pág. 45

115
sistema imperante en Venezuela a partir del pacto de Punto Fijo. Sin embargo, con el fin
del puntofijismo y el ascenso de Chávez al poder en 1998, las reglas de decisión
cambiaron drásticamente, y ahora cuando se hable de renta, sobre todo después de los
episodios de 2002-2003, y a partir del gran auge del precio del barril a partir de 2004, el
término de renta pasará a jugar un papel más acentuado de lo que se podría haber venido
manejando con anterioridad.

La pugna entre gobierno y oposición no solo sirvió como mecanismo de


fortalecimiento político del gobierno, según lo plantean Rodríguez Sosa y Rodríguez
Pardo (2013). El conflicto también funcionó en el ámbito económico. “Mientras mayor
sea la pugna por el poder, mayores incentivos tendrá el partido de gobierno de usar la
renta para evitar su salida” (Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo, 2013, p.59). El control
que tomó el gobierno sobre PDVSA tras la paralización fue absoluto, por ende, el control
de la renta también lo sería, y mucho mejor porque ya no había sectores dentro de la
empresa que pudieran objetar el funcionamiento que se le iba a dar de allí en adelante.

El control político y administrativo de PDVSA por parte del Poder Ejecutivo,


después del conflicto 2002-2003 pone en evidencia que “El manejo discrecional de la
renta le permite al gobierno emplearla de manera clientelar, favoreciendo a sus
partidarios y castigando a aquellos que disientan” (Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo,
2013, p. 59). A partir de entonces el reparto de renta sería de manera discrecional bajo los
criterios del mandatario.

El uso discrecional de la renta incentiva a las empresas, los sindicatos, y los


gremios a dedicar recursos a cortejar al gobierno de turno con miras a capturar
parte de la renta, proceso conocido en la literatura como búsqueda de rentas.
Este mecanismo de asignación es particularmente perjudicial para el
crecimiento. Por un lado, la búsqueda de rentas frecuentemente resulta en
privilegios económicos que distorsionan la eficiente asignación de recursos y
limitan la libre competencia, lo que se traduce en menor crecimiento y mayores
costos para los consumidores. (Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo, 2013, p.
59)
Además de generar privilegios económicos, la discrecionalidad en el manejo de
los recursos y bienes comunes se orienta a beneficiar a quienes adhieran o sea afectos con
quienes controlan los mecanismos de distribución de los recursos. Así mismo, suele ser

116
un buen trampolín para la corrupción. Situación favorecida a partir del año 2004 cuando
se instala un nuevo control cambiario en Venezuela. La búsqueda de divisas y rentas es
una política fundamental de cada empresa, institución o sindicatos a lo largo y ancho del
territorio nacional. Se crea así, la cultura de los reclamadores de renta que mencionaba
Bautista Urbaneja (2013), que en el siglo pasado se fueron creando a partir de las
instituciones instituidas y en las desviaciones de los términos del puntofijismo.

La situación de distribución de renta de forma discrecional, el castigo a la


disidencia dentro del partido de gobierno, el conflicto permanente con sectores
opositores, el control cambiario, el control institucional y la expansión de las capacidades
del Estado venezolano, significa la acentuación de la dependencia de los ciudadanos
respecto al régimen discrecional y autoritario en desarrollo.

Siguiendo con los planteamientos de Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa (2013),


la búsqueda por cuotas de renta entre el sector privado y los partidos políticos origina lo
que Cárdenas y Partow (1998) llamaron “problema dinámico de los comunes” donde
ningún sector tiene garantías de que, si bien no reclama cuotas de los recursos en
momentos de auge, esos recursos no sean pedidos por otro sector político o económico.

Las consecuencias de esta situación: el sector privado en vez de hacer crecer la


economía y servir de contrapeso al Estado, se vuelve dependiente de éste. Así mismo, los
ciudadanos pasan a depender del Estado ya sean como reclamadores de renta a través de
los partidos políticos. En definitiva, los ciudadanos no son contralores del Estado, sino
que se vuelven en reclamadores de porciones de renta.

Finalmente, cabe mencionar los planteamientos de Asdrúbal Baptista (2006),


sobre lo que él mismo definió como capitalismo rentístico que es la estructura económica
que surge como resultado de la demanda de petróleo del mercado mundial en Venezuela,
y obtiene a cambio la remuneración internacional de la propiedad pública de los
hidrocarburos, es decir, la renta. Dicha estructura económica, tiene dos características, el
libre desenvolvimiento del capital y del trabajo, y, en segundo lugar, la afluencia masiva
de una renta internacional que es propiedad del Estado en su condición de dueño de las
riquezas del subsuelo.

117
Dado que es el Estado quien capta la renta petrolera, el tema de la distribución es
un tema político en términos del autor, y la distribución tendría a su vez, dos vertientes.
La primera es la distribución de la renta en sí misma, y la segunda la distribución de la
producción nacional, y si su distribución es algo de naturaleza política hay detrás visiones
del desarrollo del país que van a definir el cómo se distribuyen los ingresos. A saber:

El capitalismo rentístico, en resumidas cuentas, debía generar un pensamiento


económico propio, expresado a través de visiones de la sociedad, de la
formulación de planes contentivos de aspiraciones de progreso y desarrollo,
de las concepciones sobre la mejor manera de emplear la renta para acrecentar
y fortalecer la base productiva del país. (Baptista;2006, p.19)
Las directrices del cómo se usan los recursos de la renta son basadas en decisiones
políticas bajo criterios que expongan y expresen las necesidades, carencias, opciones y
planteamientos de una economía política bien definida orientada a usar los recursos de la
renta en generar nuevas fuentes de riqueza, todo ello plasmado en planes y proyectos
creados a la luz de los aires políticos que corren, y tomando en cuenta los diversos actores
de los aires políticos, económicos y sociales involucrados.

El capitalismo rentístico tiene su acumulación de capitales en la misma renta


petrolera, según relata Bautista (2013). La producción, transporte y comercialización del
petróleo suministra el ingreso que el Estado debe decidir respecto a su destino. En esta
actividad se obtienen ingresos extraordinarios de acuerdo al comportamiento
internacional del mercado. En esta circunstancia, el Estado y los actores económicos
nacionales deberían ser estimulados para producir una contraprestación de servicios y
bienes correspondientes a los ingresos recibidos. De no ser así, los ingresos percibidos se
marchan por la vía de las importaciones que requiere el país para abastecer su mercado
interno.

El Estado como unidad jurídico-política, hacen de los gobernantes agentes


responsables ante los ciudadanos sobre los criterios y destinos que se dé a la renta. Asunto
clave en lo que se considera el gobierno de los comunes y la equidad intergeneracional.
Estas son las implicaciones de lo que no puede ser un slogan hueco: “el petróleo es de
todos los venezolanos”.

118
Nuevamente se presenta lo político sobre las condiciones de la renta petrolera, en
primer lugar, en cuanto a que el Estado es el legítimo y principal reclamador de renta, y
en cuanto a ello debe administrarla para su repartición. Y, en segundo término, en cuanto
a la política económica a emprender para la creación de empleos, fuentes de producción,
ahorro o cualquier decisión o plan que se haya decido optar.

El Estado venezolano, en medio del auge petrolero, maneja dos caras de la


industria de los hidrocarburos. Para Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo (2013), el petróleo
tiene dos caras -que también coincide con planteamientos anteriores como los de Bautista
Urbaneja (2012)- dos facetas cruciales en el desarrollo de la vida económica de una
Nación; la primera de ellas es el petróleo como generador de renta, que no es más que la
gran rentabilidad que tiene el sector por la demanda internacional del rubro, obteniendo
ganancias no solo en su comercialización sino en su faceta de generación de renta.

La segunda de las caras del oro negro, continuando con los criterios de Rodríguez
Sosa y Rodríguez Pardo (2013), es el petróleo como industria productiva -que abarca
desde su fase de exploración hasta la comercialización del rubro- es capaz de reunir y
canalizar recursos que se trasladaran a factores de producción como capital y trabajo, al
crearse nuevas industrias y refinerías y al especializarse la mano de obra en el amplio
abanico que ofrece toda la industria se crea una enorme producción de todo tipo de
capitales, desde financieros hasta capital humano.

El énfasis relativo que el Estado le otorgue a cada uno de las dos facetas
moldeará la relación entre el Estado y la industria petrolera. (…) En este
contexto, y en referencia a las dos caras del petróleo, el énfasis se ha puesto en
la captura de la renta, al tiempo que se ha dejado de lado su potencial como
industria productiva. (Rodríguez Sosa y Rodríguez Pardo; 2013, p.157)
La necesidad de incrementar el gasto público para subsanar las brechas de
desigualdad en Venezuela, ha hecho que en los gobiernos imperen el gasto sobre la
inversión, debate que desde Úslar Pietri y Pérez Alfonso se ha venido dando a la luz de
la realidad que se ha dado en la vida económica y social de los venezolanos. El hecho de
prestar atención a una sola de las dos caras, ha hecho en gran medida, que se desatienda
la otra bajo el esquema de que estas son completamente antagónicas.

119
Finalmente, Pedro Rodríguez Sosa y Luis Rodríguez Pardo (2013), muestran un
esquema donde se especifican los roles del Estado frente a la política petrolera que se
desarrolla en Venezuela y sobre los cuales vale la pena detenerse:

Un primer rol, donde el Estado actúa en representación de la nación como dueño


del recurso natural, donde el Estado asegure en el mediano y largo plazo, el mayor ingreso
posible proveniente del petróleo. El Estado debe considerar las implicaciones que tiene
disponer de importantes reservas de crudo no convencional. Situación que implica alta
inversión a mediano y largo plazo dadas las características y exigencias para hacer
rentables los crudos pesados.

El segundo rol, donde está el Estado actuando en representación de la Nación


como accionista de la empresa petrolera nacional. Por lo tanto, le corresponde hacer un
uso correcto de sus recursos, aumentar los ingresos, reducir costos, y darles valor a las
acciones de la empresa, movido en un ámbito más empresarial que impulse el desarrollo
nacional en el largo plazo.

Por último, el tercer rol como Estado conductor de la política económica nacional,
y todos los aspectos de política económica y de economía política que ello encierra,
dándole viabilidad y estabilidad al modelo macroeconómico que decida impulsar.
Necesita controlar sus históricas debilidades a nivel macro: la sobrevaluación de la
moneda, la alta inflación, fuga de capitales, dificultades para la exportación, problemas
para la diversificación de su economía, en fin, los problemas que debe buscar subsanar
en el marco de un país que busca estabilidad en todos sus ámbitos después de más de 200
años de historia republicana.

120
Las instituciones: clave de la dinámica y continuidad de la sociedad
“El gasto social, ejecutado en el contexto de instituciones democráticas
deficientes, puede servir para neutralizar el papel que se les asigna y
convertirlas en herramientas de un sistema con características híbridas”
Javier Corrales y Michael Penfold
Las instituciones, el respeto por las funciones de cada una de ellas a nivel
gubernamental, estatal, y la separación de los poderes públicos han sido la base para la
aceptación de un régimen democrático en buena parte de los países del mundo. En el
ámbito internacional, para contar con legitimidad de origen es necesario llegar al poder
por la vía democrática. Pero para tener cierto grado de legitimidad durante el desarrollo
de las funciones del gobierno es necesario el respeto a los derechos humanos, el apego a
la constitución, y el respeto a cada una de las instituciones que conforman una Nación.

En el caso particular de Venezuela, las instituciones económicas, políticas y


sociales tuvieron un giro importante en la modernización del país a partir de 1936 cuando
el Estado comienza una sostenida y progresiva intervención social y económica.

Es imperativo recordar lo planteado por Luis Ricardo Dávila (1988), sobre el


papel de las instituciones a partir de 1936, en instituciones sociales, políticas y
económicas donde “El Desarrollo institucional implica un enfrentamiento incesante
entre la realidad instituida, organizada u ordenada y la práctica instituyente de los
agentes sociales involucrados” (p.51)

Según el mismo autor, si es el Estado quien organizó e instituyó las nuevas


instituciones a partir de 1936 a través de sus dirigentes, lo instituyente pasaría a ser el
discurso creado por las distintas instituciones. Estas instituciones nacieron para apalancar
un proceso de modernización que atendiera los principales problemas que aquejaban al
país, y para responder a las necesidades propias que estaba generando tanto la actividad
minero-extractiva, como los recursos que de esta se estaban generando.

Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa (2013), destacan lo planteado por Douglas


North (2005), quien argumenta que las instituciones son las normas y reglas, que
delimitan de una manera directa las acciones de los actores sociales en diferentes frentes,
como el político, el jurídico o el económico. Crean incentivos para el mantenimiento de

121
estos controles, es decir, son los contrapesos que no permiten la extralimitación de poder
de parte de cualquier órgano, institución o persona. Así mismo, las fortalezas y
debilidades de una institución son medibles según el ámbito de discrecionalidad en que
se elaboran e implementan las reglas.

El Estado democrático implica el funcionamiento de instituciones que sirvan de


contrapeso y control, y así evitar el dominio absoluto de uno de los Poderes Públicos
sobre los demás poderes y sobre el ciudadano común. Así mismo, deben ser firmes y
claras las garantías que permitan al ciudadano defenderse frente o del Estado. Daron
Acemoglu y James Robinson, señalan que la causa principal del fracaso de las naciones
está en que el proceso político genera instituciones económicas que no crean incentivos
y oportunidades. El funcionamiento va a depender mucho del respeto institucional y
apego normativo de los procesos políticos que viva un país. En resumidas palabras, la
creación de una sociedad inclusiva, va a depender en buena medida de instituciones
económicas inclusivas.

Cabe introducir ahora, los planteamientos de José Antonio Marina (2010) sobre
las instituciones, donde alude que éstas forman parte de un sistema fundamental para el
desarrollo de lo que él llamó “Inteligencia compartida” o “inteligencia social”. Si se
entiende la inteligencia como “la capacidad de dirigir bien el comportamiento, captando
elaborando y produciendo información” (p.21), y el término dirigir se comprende como
revolver adecuadamente los problemas, para alcanzar la inteligencia social es crucial
mantener un sistema institucional capaz de atender y solventar esos problemas.

En palabras de Marina (2010), las herramientas intelectuales para contribuir al


desarrollo de la inteligencia social, pueden ser reales o ideales, y las instituciones son una
herramienta ideal en tanto que permiten realizar actos que sin ella sería imposible, y
permite el desarrollo pleno del individuo en su entorno. “Cada cultura se caracteriza
porque pone a disposición de sus ciudadanos un repertorio mayor o menor de
herramientas” (p.25). Es decir, las instituciones deben servir como instrumentos para la
resolución de problemas del ciudadano, para su protección ante el Estado, y como fase de
interacción entre individuos que comparten un sistema social.

122
En el contexto de una sociedad con disponibilidad de herramientas reales e
individuales, -donde las primeras son las materiales y la segunda las referidas al lenguaje,
las creencias o las instituciones- se puede abrir paso a una sociedad inteligente, definida
como “las que favorecen la aparición de poderosas inteligencias individuales y de modos
deseables de vivir” (Marina;2010, p.31). Dicho sistema social, permitiría que cada
circunstancia ya sea histórica, social o económica amplíe las posibilidades, ocurrencias,
acciones o planes, de los ciudadanos que allí convergen e interactúan. Las instituciones
son pues, inteligencia objetivada de la cultura.

Entonces, la creación principal de la inteligencia social es el capital social o


comunitario, y “se entiende que la cultura es la creación objetiva de la inteligencia
social” (p.63). Es decir, el capital social, no entendido como el proceso de acumulación
al que se suele satanizar, sino entendido como “cabeza de actividades productivas”, que
genera un circulo virtuoso de elevados niveles de bienestar colectivo, es parte de los fines
de una sociedad inteligente. Y “las instituciones son un caso claro de capital social”.
Menciona Marina (2010):

El capital social de una ciudad es el sistema de normas que rigen la


convivencia, el modo de resolver los conflictos, la participación ciudadana
para enfrentarse a los problemas y amplias las capacidades de acción de cada
ciudadano, el clima emocional, las asociaciones privadas y las instituciones
públicas. (p.52)
El respeto a ese sistema normativo, es el respeto a los derechos ciudadanos con
los cuales se desenvuelve, se relaciona con asociaciones, compañías, y hasta con el
Estado, donde el ciudadano sea partícipe de los problemas y tenga herramientas en ese
sistema que le permita maximizar sus capacidades de acción. “La inteligencia
compartida, en todos los niveles en que se dé (…) debe aumentar la capacidad individual
para resolver problemas y debe formar un capital social” (p.54).

Si se desata una ola de desconfianza sobre el sistema institucional, el ciudadano


se queda sin recursos ante los cuales defenderse, y destruye las capacidades del esquema
de responder a los problemas comunes.

123
Sobre los problemas comunes, Marina (2010) señala la dificultad que siempre ha
traído el tema de los bienes o recursos comunes. Para poder comprender la inteligencia
compartida y poder evaluarla, se debe disponer de la “capacidad de gestionar los bienes
comunes”. Los recursos comunes son los que se comparten en el seno de las comunidades,
de las ciudades, de un país. “Son bienes públicos de los que puede disfrutar un grupo de
gente con independencia del esfuerzo individual invertido en su creación y
mantenimiento” (p.54). Además del capital social, en Venezuela, recordando que la renta
es parte de esos bienes comunes, -tal como lo plantea Asdrúbal Baptista y Bernard
Mommer es un recurso que no ha sido producido- y los recursos que genera la industria
de los hidrocarburos.

Si “un bien sistema educativo beneficia también a las personas que no tienen
hijos”, un buen uso de los recursos que genera el petróleo en ahorro, gasto e inversión,
ayuda a la equidad de distribución del ingreso incluso en aquellas personas que están por
nacer, y de generaciones venideras en Venezuela. José Antonio Marina, al señalar los
estudios de Elinor Ostrom en 1990, sobre los casos de países donde los recursos forestales
fueron cuidados y organizados por los propios grupos de esos países, llegando a controlar
su conducta colectiva, donde esperan que la colaboración surtirá efectos de un marco
estable para sus ciudades, indica que los bienes comunes pueden tratarse de cualquier otro
recurso que no sea físico.

Los bienes comunes puedes tratarse de organizaciones sociales, bienes tangibles


o no tangibles, un mercado, un sistema educativo o judicial, o en el caso de la presente
investigación, los recursos generados a través de la empresa petrolera nacional, PDVSA,
y los bienes comunes que de ella se derivan por ser una empresa del Estado desde 1975.
“El tema de los bienes comunes revela una característica esencial de la inteligencia
social: su ámbito temporal, que es superior a la duración de una vida humana” (p.58).
Se trata entonces, de entrar en un sistema que evalúe el uso de esos bienes en beneficio
no de una generación, sino de un sistema intergeneracional y la equidad en la distribución
y resguardo de los bienes de esas generaciones.

En definitiva, según Marina (2010), la teoría crítica de la inteligencia social pasa


por reconocer a esa inteligencia como la capacidad que tiene una sociedad para resolver

124
problemas sociales como el resguardo de los bienes comunes, y crear capital social
ampliando las posibilidades de cada ciudadano. Una relación entre ciudadano-Estado-
petróleo que permita una convivencia más sana, equitativa, posible y duradera, es la
búsqueda de una inteligencia social, con sus herramientas, y que sea capaz de ser evaluada
través de los planteamientos de sus objetivos y metas, el respeto a las instituciones, y los
resultados generados para su población actual sin que se menoscabe las posibilidades de
cada generación.

Lo contrario a esa sociedad inteligente, sería las sociedades fracasadas, que no


permiten la resolución de conflictos, que no genera oportunidades, que menoscaba los
recursos ya sean tangibles o no de sus ciudadanos, que abre paso a la corrupción y se
cierra ante la capacidad del individuo de vivir, desarrollarse plenamente y tener
posibilidades amplias y plenas bajo el sistema en que vive. Entonces, ¿Cómo se evalúa
un plan, programa o política nacional en cuanto a sus metas en materia de hidrocarburos,
a partir de estas premisas de Marina, en aras de responder al objetivo general planteado?,
a través del siguiente esquema planteado por el autor y desarrollado según la
investigación:

1- Sobre las situaciones que se acerquen al "estado de masa", -donde lo colectivo


puede pasar por encima de lo individual o incluso al revés-, y los bienes comunes
sean bien usados, bajo el respeto de un marco institucional establecido, donde no
se convierta a las personas en instrumentos vulnerables o fáciles de manipular
2- Sobre el modelo político, donde el actuar sea la búsqueda de ampliar las
alternativas ciudadanas, sin amplificar las competencias y decisiones del Estado
o de un funcionario estatal en particular, y donde ni el Estado esté por encima del
ciudadano, ni éste último sea alto dependiente del Estado.
3- Con respecto a las culturas hipersocializadas, que eliminan la responsabilidad
individual en cuanto a las relaciones ciudadano-Estado-petróleo donde el
ciudadano no pierda la posibilidad de ser contralor, beneficiario, ahorrista e
inversor de los recursos de la renta petrolera y no dependiente y reclamador de
esta.

125
4- Finalmente, la evaluación de la creación de personalidad social, y el reto de
fomentar un modo de ser sujeto capaz de superar el concepto de libertad
desvinculada, y buscar una nueva fuente de relación con los demás en la medida
en que las necesidades sociales, las libertades individuales, el ejercicio de la
democracia y de estar en un PetroEstado, le permitan crear nuevas y mejores
relaciones con ese Estado.

Lo colectivo no debe, en ningún momento, pasar por encima de las libertades


individuales, igualmente las libertades individuales no deben estar por encima del
bienestar colectivo. El principio de que “los derechos de un individuo comienzan donde
terminan los derechos del otro”, es esencial también para una sociedad inclusiva e
inteligente. Se suma este requisito al respeto de las instituciones económicas, jurídicas y
políticas que se ha venido mencionando, y que será clave mantener en cuenta en el
desarrollo de los acontecimientos que giran alrededor de los planes nacionales que en este
trabajo se presentan.

126
Capítulo IV: Marco Referencial Metodológico
Sobre las consideraciones metodológicas cabe resaltar: el presente trabajo es una
investigación de tipo cualitativa, con un enfoque de investigación documental-
bibliográfico. Se abordan referencias bibliográficas, datos económicos, estadísticos,
históricos, para describir, explicar y analizar el fenómeno bajo estudio.

Previo al abordaje del análisis de los planes nacionales, se realizó un repertorio


histórico sobre el transitar del petróleo en el siglo XX y la relación y participación del
Estado en materia petrolera. El marco referencial histórico permite mirar en retrospectiva,
y como punto de comparación y análisis, el recorrido álgido del Estado venezolano sobre
el uso de los recursos que provienen de los hidrocarburos, para así tomar en consideración
los puntos de inflexión que llevaron hasta el punto de partida del período de estudio del
presente trabajo.

Se usan como herramientas e instrumentos de recolección de información los


datos cuantitativos y cualitativos mencionados, en cuanto se presenta cronológicamente
los hechos, mientras se van describiendo los resultados obtenidos. Se realizó la lectura de
cada uno de los planes de desarrollo nacional o vinculados al desarrollo de la empresa
petrolera nacional. Seguidamente, se toman los objetivos, metas o descripciones que se
vinculan a la industria petrolera nacional, tomando en consideración las metas nacionales,
de industrialización, macroeconómicas, de política petrolera nacional e internacional.

Tras tomar en consideración los objetivos de los planes de desarrollo


mencionados, se procedió a resumir los objetivos en base a criterios que conjugaran o
convergieran en torno a PDVSA y la política petrolera nacional, sin dejar de considerar
los objetivos del presente trabajo, así como las metas, entorno y contexto en el que se
presentó cada uno de los planes nacionales. Por ende, se describen y definen también
criterios de los planes nacionales a fin de tener claro el contexto y sentido que se le da a
partir de dichos proyectos a las metas trazadas.

La investigación se centra en la recuperación de programas, metas, objetivos, y


políticas de los planes nacionales que abarcaron el período 2003-2015, específicamente
los programas referidos a la industria petrolera nacional y las metas vinculadas a PDVSA,

127
así como los objetivos económicos que tuvieran como principio el rendimiento de la
industria de los hidrocarburos.

Se evalúa minuciosamente que no queden por fuera objetivos importantes a


desarrollar en el período en estudio, así como se evitó la redundancia en la que pueden
incurrir los mismos planes, por ende, se vuelve necesario el resumen de los objetivos para
la presentación, descripción y análisis de los resultados obtenidos a lo largo de los años.

Se centra pues en los planes nacionales: Plan de desarrollo económico y social


2001-2007, Plan Siembra Petrolera 2005-2012, Primer Plan Socialista de la Nación 2007-
2013 y el Plan de la Patria 2013-2019, con éste último se hace una recolección de
información hasta el año 2015 considerando que resta poco menos de la mitad del período
para el cual fue creado. De cada uno de los planes y proyectos se resumen según lo
requerido para el presente trabajo, se describen a su vez, los acontecimientos políticos o
sociales que tienen importancia resaltar según los objetivos específicos delineados.

Se presentan en cuadros resumidos los programas, metas, políticas u objetivos


planteados en los planes de desarrollo económico y social referidos a la industria petrolera
nacional. Se mencionan y describen los lineamientos generales de cada plan nacional, y
a su vez, se centra en las metas en materia de hidrocarburos. De cada uno de los planes
se recolectó la información a partir de la presentación en digital o física de los planes
nacionales para los respectivos períodos presentados por el Ministerio de Planificación y
Desarrollo. Y para el planteamiento de datos o planes de acción se usan también los datos
e información oficial de Petróleos de Venezuela S.A.

Se usan además de las referencias bibliográficas, datos oficiales como los


suministrados por los informes económicos del Banco Central de Venezuela, los informes
y balances de Gestión anual de PDVSA, referencias electrónicas e investigaciones que
aportan información sobre los resultados de los planes y objetivos nacionales, y que
contribuyen a la ejecución de los objetivos de investigación.

A su vez, se hacen crónicas anuales del desarrollo de la política nacional, eventos


sociales o económicos que tienen importancia describir en cuanto a su relación con los
objetivos del presente trabajo. Así mismo, se engranan los objetivos de cada plan o

128
proyecto nacional con los resultados obtenidos a nivel nacional y en PDVSA,
describiéndose las circunstancias de éxito o fracaso de cada meta planteada.

Se incluyen artículos o investigaciones científicas u arbitradas de autores que


tienen experticia en el área, tal es el caso de las investigadoras del IESA Anabella Abadi,
y Bárbara Lira, así como también las referencias y artículos del periodista Víctor
Salmerón, quien tiene obra escrita y artículos en referencia al transitar de la política
petrolera nacional. Se seleccionan de los datos del BCV, PDVSA y demás investigaciones
que tengan estricta relevancia con la presentación de resultados según los planes y
proyectos a evaluar.

Se añaden cuadros, gráficos, o reseñas que ayuden a resumir las metas y los
resultados, mientras que se mantiene un orden cronológico del desarrollo político y
económico nacional, tal cual como se trabajó en el marco referencial histórico. A su vez,
se incluyen investigaciones que aporten datos, referencias, reseñas importantes para la
presentación de los resultados de los objetivos de cada plan nacional.

Igualmente, se presenta un balance de resultados obtenidos al cierre de los años


2007,2012, y 2015. De esta forma, se hace un corte permanente de los logros al finalizar
cada período de vigencia de los proyectos país presentados, las consecuencias y
trascendencia del desarrollo de los hechos nacionales que tuvieran relación con el
cumplimiento o no de lo trazado al inicio de cada plan nacional.

La descripción de los eventos o hechos en la política nacional, permiten mantener


en consideración y bajo examen, el balance o desbalance de las relaciones institucionales
que mantiene el Ejecutivo Nacional sobre los demás poderes públicos, instituciones
económicas, o políticas que destacaron en el transitar del período 2003-2015. De esa
forma, se puede someter bajo escrutinio las relaciones que mantuvo el Estado en el uso
de los recursos naturales (en este caso el petróleo), y su vez con el ciudadano común. Es
decir, el proceso de distribución de renta y los ingresos petroleros nacionales en cuanto a
gasto, inversión, y ahorro desde el Estado, lo cual permite destacar los productos del
desarrollo de las relaciones ciudadano-Estado-Petróleo.

129
En la interpretación del uso en inversión y gasto, se mantiene siempre en
consideración los planteamientos de Bautista Urbaneja (2013) sobre el proceso de
distribución de renta por parte del Estado, y los criterios sobre los “reclamadores de
renta”, así como el recuento sobre la inclinación hacia inversión, gasto o ahorro en el uso
de los recursos comunes provenientes de la empresa petrolera nacional, PDVSA.

Criterios bajo los cuales se permitirá cerrar sobre la evaluación del uso de los
bienes comunes según los planteamientos de Elinor Ostrom y José Antonio Marina, al
mismo tiempo que se consideran los aportes de Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa, sobre
el circulo de la enfermedad holandesa, y el peso de las decisiones sobre el gasto y la
inversión. Se indica también, la relevancia del desarrollo económico nacional en los
términos de la enfermedad holandesa, se muestra las relaciones institucionales según los
términos planteados por los autores, y se presenta la valoración gradual del uso de los
bienes y recursos comunes de los venezolanos.

Para la realización del Objetivo General, se parte del cumplimiento de los


objetivos específicos y del texto de José Antonio Marina (2010): “Las culturas
fracasadas”, como un acercamiento, a más que presentar los resultados numéricos, a
evaluar cualitativamente el desempeño de planes y proyectos país a partir de las
concepciones que explica en su texto, y que se resumen en el marco referencial teórico
de este trabajo.

La investigación trata de realizar un primer acercamiento a una evaluación que no


sólo se sustente sobre datos económicos y estadísticos, o que busque extraer percepciones
e interpretaciones de una investigación bajo entrevistas o grupos focales, sino en la
descripción y explicación de los sucesos económicos, políticos y sociales que repercuten
en el andamiaje histórico de la industria de los hidrocarburos nacionales, que permiten
realizar la evaluación final de los planes presentados. La investigación bibliográfica
permite la búsqueda, recopilación, organización y valoración del tema bajo estudio, para
bajo esa visión general de los hechos, generar aportes o criticas necesarias que arrojen un
análisis sociológico amplio.

130
Finalmente, se resumen al finalizar cada período de los proyectos nacionales
(2007,2012, y 2015) los resultados obtenidos según cada plan y en base a las metas
planteadas. Para culminar en la evaluación final sobre los planteamientos de José Antonio
Marina, y el acercamiento breve que hacen Luis Rodríguez Pardo y Pedro Rodríguez
Sosa, hacia el camino de construir una nueva relación entre el ciudadano común, como
principal protagonista de procesos de transformación, el Estado, como propietario de las
riquezas del subsuelo, y el petróleo como el principal recurso y bien común de todos los
venezolanos.

131
Capítulo V: Descripción y Análisis de políticas, planes y proyectos.
PDVSA 2003-2015
1) Plan de desarrollo económico y social de la Nación 2001-2007
(PDESN)
Mientras que la situación política daba saltos, el programa de Gobierno del
presidente Chávez se vio interrumpido dada la crisis nacional y los golpes a las arcas del
tesoro nacional tras el paro petrolero. Sin embargo, ante de llegar al programa que se vio
interrumpido en el momento de la convulsión nacional conviene resaltar los dos planes
que precedieron al conocido Plan de Desarrollo Económico Social de la Nación (PDESN).
El primero de ellos responde a la campaña presidencial de Hugo Chávez, un plan de
transición para el periodo 1999-2000 y es el proyecto “La propuesta de Hugo Chávez
para transformar Venezuela: Una revolución democrática”, donde el apéndice
económico de dicho proyecto llevaba por nombre “El proyecto de transición: cinco polos
para una nueva república”

El proyecto de transición planteado por Chávez y su equipo político-electoral,


expuso la situación económica para 1998: “La dinámica de la economía venezolana ha
estado decisivamente vinculada al excedente generado por escasos productos de
exportación, habiéndose pasado de la monoproducción agroexportadora a la
monoproducción petroexportadora” (Ministerio de Planificación y Desarrollo;1999)46.
Es de este modo, donde nuevamente se hace un llamado de atención sobre las dificultades
de la agricultura para abrirse camino en la economía venezolana, y donde la exportación
estaba acaparada por el petróleo.

Adicional al diagnóstico planteado sobre la situación económica del país, el


proyecto menciona la necesidad de crear un sistema económico “competitivo”, donde se
aprovechen las ventajas comparativas y competitivas del país, junto a ello, la producción
nacional una vez sea explotada, ésta pueda competir en el mercado internacional. En otras
palabras, con el diagnóstico de la situación monoexportadora de la economía, y con la

46
Citado por Guerra (2013). Pág. 14

132
intención de poner a competir la mercancía nacional en el extranjero, se proponía la
búsqueda por la diversificación de los sectores productivos nacionales. Además:

Con este programa se comenzaron a crear las condiciones para propiciar


progresivamente la reactivación productiva, la estabilidad económica, la
disminución de los altos índices de inflación, así como la creación de
empleos, lo cual generaría una mayor equidad en el acceso al bienestar de
toda la población (Corredor y Díaz;2008)
En materia petrolera, según comenta Guerra (2013), el programa de transición
estableció llevar una “industria industrializadora” donde esa política implicaría el
fortalecimiento de la OPEP a través de la defensa de los precios del barril. Al respecto el
programa de transición establece el “redimensionamiento de las planes y proyectos de
PDVSA y sus filiales con la finalidad de adecuar el monto de sus inversiones a la
evolución del mercado energético mundial” (Ministerio de Planificación y
Desarrollo;1999). Esta propuesta no sería desechada, se mantendría posteriormente en el
PDESN que unificó varias propuestas en materia petrolera.

Además del incentivo a los proyectos de la empresa petrolera nacional, en miras


del mercado energético mundial, Guerra (2013) comenta que se le daría prioridad a la
inversión privada nacional con un proceso paralelo de formación de capitales nacionales.
Resume el autor la orientación en materia petrolera del nuevo gobierno en: La contracción
de la producción petrolera y la reducción de los planes de expansión que hasta 1998 había
diseñado PDVSA. Esto dado el objetivo de fortalecer los convenios con la OPEP para
defender el precio del barril a través del control sobre la oferta petrolera. Corredor y Díaz
(2008) resumen el programa de transición de la siguiente manera:

Cuadro #5 Políticas del Primer Programa de Gobierno de Chávez, periodo 1999-2000

Presidente Período y Programa Políticas


-Crear los Bancos del Pueblo y la Mujer.
-Corregir la desigual y la injusta distribución de
la actividad económica en el ámbito territorial.
-Dar mayor matriz social al planeamiento
económico del Estado.

133
-Dar los primeros pasos para la construcción
del proyecto Gran Gasoducto del Sur.
-Destinar de Una fracción del gasto público del
Gobierno Nacional y de las entidades
1999-2000 regionales a la formación bruta de capital fijo
Programa: público.
Hugo Chávez “Agenda Alternativa -Estabilizar los precios de los bienes y
Bolivariana 1999” servicios.
-Implantar el Impuesto al Débito Bancarios con
una tasa de 0.5%
-Nacionalizar las empresas de comunicaciones,
electricidad, entre otras.
-Mejorar la recaudación de los ingresos
petroleros.
-Promover la integración latinoamericana.
-Recuperar los niveles de recaudación de
fuente no petrolera.
-Vender petróleo en condiciones de pago
preferenciales.
Fuente: Corredor y Díaz (2008). Disponible en: http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/

Según menciona Guerra (2016), lo fundamental de tal programa económico era


transitar hacia una economía “humanista, autogestionaria y competitiva” para lo cual
tendría cinco sectores fundamentales que serían: Primero, las empresas básicas y
estratégicas que abarcaba energía, las empresas básicas del Estado, la minería,
hidroelectricidad y alta tecnología militar. El segundo sector sería el de bienes de
consumo esenciales, que incluye la industria de la construcción, producción agrícola
primaria y agroindustrial, así como la pequeña y mediana industria.

El tercer sector del modelo “pentasectorial” del programa de transición fue el de


servicios esenciales y Gobierno. El cuarto sector, abarcó la banca y el sector financiero
del país, y el quinto y último de estos sectores sería la gran industria. Estos objetivos
estarían trazados con políticas específicas como la mostradas en el cuadro #5. Aunque
Guerra (2016) menciona que no hay un claro desarrollo en el programa en materia
monetaria y cambiaria si hay un principio básico: “El anclaje del tipo de cambio y el
fortalecimiento del valor de la moneda nacional” (p.12), lo cual tendría como fuente el
134
diagnóstico presentado por el programa de Gobierno sobre el transitar de la economía
venezolana previo a la llegada de Chávez.

En correspondencia con ese principio básico, también el mismo programa


establecía reforzar al Banco Central de Venezuela en cuanto su autonomía funcional,
financiera y administrativa, carácter autonómico que quedaría establecido en la
constitución de 1999 y que buscaría la máxima utilización de esta institución para el
reforzamiento económico.

El programa suscribía el principio de transitoriedad, dado los cambios jurídicos


que se había propuesto y que en efecto se dieron a lo largo de 1999 con la nueva
constitución. Junto a las reformas logradas en el marco legal venezolano daría paso a el
nuevo proyecto país expuesto ahora como el Plan Bolívar 2000, el cual tenía una
naturaleza militar, Salmerón (2013) describe la distribución de dicho plan de la siguiente
forma:

La Fuerza Área ideó un sistema de rutas sociales para transportar a la


población por zonas donde no existían caminos adecuados; la Marina
organizó cooperativas, reparó cavas, refrigeradores para mejorar las
condiciones de los pescadores; las Guardia Nacional recorrió zonas indígenas
para detectar las carencias e introducir mejoras y se creó un plan de
autoconstrucción de viviendas a bajo costo y, en materia de salud, surgieron
hospitales quirúrgicos de guerra. (p.107)
El Plan Bolívar 2000, fue un plan cívico-militar “dirigido a activar y orientar la
recuperación y fortalecimiento de Venezuela y atender las necesidades sociales del país”
(PDESN;2001, p.9). El plan era un sistema de asistencia social dirigido a los sectores más
vulnerables del país, ello implicó mercados populares, atención médica y recuperación de
instituciones educativas, el plan era más que todo un evento circunstancial dada la
pobreza imperante en el país y la situación generada tras la tragedia de Vargas en
diciembre de 1999.

El nuevo proyecto país para el período 2001-2007 era la unificación de lo que


había sido un conglomerado de propuestas previas a la instauración del nuevo régimen en
el país. La Agenda Alternativa Bolivariana había sido una propuesta durante el período
posterior a la intentona golpista de 1992, “La propuesta de Hugo Chávez para

135
transformar Venezuela” el programa de Gobierno para la victoria de 1998 que terminó
favoreciendo al líder de la “Revolución Bolivariana”. Tras asumir el poder en febrero de
1999 se presenta el programa económico de transición 1999-2000 resumido
anteriormente, y por último el Plan Bolívar 2000, la unificación de ese itinerario de
propuestas se da con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007

En los primeros meses de gobierno de Chávez, no había una clara determinación


ideológica ni rumbo fijo o único de lo que sería el proceso en lo político, y, sobre todo,
en lo económico “No se trató ni de un proyecto socialista, ni de un proyecto básicamente
estatista; sin embargo, en la mayoría de los documentos doctrinaros iniciales del
movimiento bolivariano, el Estado aparece como eje articulador principal de la
transformación de la sociedad.” (Corredor y Díaz; 2008). El hecho de tener la intención
de aumentar las capacidades del Estado, ya era una ruptura importante con respecto a la
administración anterior a Chávez, el cual había decido irse por los caminos de la
privatización en la segunda parte de ese período, pero la propuesta “bolivariana” tenía
también un carácter liberal.

Quizás el hecho de que los programas y propuestas hasta ahora no tuvieran una
orientación clara, respondía a que la necesidad se concentraba en realizar los cambios
jurídicos que permitieran luego desenvolverse con más comodidad. “El examen de la
política económica de los primeros años de gobierno de Hugo Chávez revela una mezcla
de orientaciones de las que no es fácil extraer una dirección clara (…)” (Bautista;2013,
p.356). Es decir, unas parecían en correspondencia con el esquema anterior de corte
liberal, y otras se iban por el camino del intervencionismo.

Con el Plan de la Nación para el período 2001-2007 se unificaban las diversas


propuestas y programas realizados por Chávez con anterioridad, pero esta vez contaba
con el respaldo de un nuevo Estado, recién creado con la constituyente de 1999. Según
plantean “es el primer Plan de la nueva constitucional bolivariana. En él se consolidan
las bases principistas y políticas para la interacción dinámica del crecimiento económico
sostenido, las efectivas oportunidades y equidades sociales (…)” (PDESN;2001)

136
Las líneas generales del Plan propuesto, exponen que es un límite para sus
objetivos contar con solo seis años -los seis años que establece la nueva constitución para
el mandato presidencial- sin embargo, la propuesta del desarrollo del país presentado,
según el mismo plan, aspira y espera “un mayor plazo47”. La búsqueda de un periodo de
tiempo mayor responde a la necesidad de “establecer la dirección y profundidad de los
cambios requeridos”, es decir, desde la presentación del Plan reconocen que el proyecto
país iba a requerir mucho más que seis años al mando.

La forma de operativizar las líneas generales del nuevo plan, serían cinco
equilibrios, la estabilidad de los cinco puntos están enmarcadas en lo que llaman como
“justicia social”. Ahora se reconocería lo que el Plan entiende como las repercusiones
sociales de las decisiones económicas y viceversa, “Por lo que el cambio estructural de
una economía rentista a otra de tipo productivo permitirá mejorar la calidad de vida de
la mayoría de los venezolanos, en cuanto se consideran los aspectos políticos,
territoriales, sociales e internacionales vinculados”48 (PDESN;2001, pág-5).

En el Plan se mantiene el reconocimiento a la monoexportación, reconocido en


planes y programas económicos y de gobierno previos, ahora incorporando que la salida
a esta crítica e histórica situación de la economía venezolana sería el estímulo a sector
como la agricultura, la industria, el comercio, turismo, infraestructura, etc. Estos sectores
permitirán la creación de nuevos empleos, lo que hace indispensable el mantenimiento de
los cinco equilibrios principales del Plan.

Los cinco equilibrios comprenden: en primer término, el equilibrio social, que


estaría encaminado a corregir las diferencias sociales, hacer frente a la exclusión, la
pobreza y la injusticia, y también a “potenciar el pleno desarrollo del ciudadano en los
aspectos relacionados con el ejercicio de la democracia” que no es más que la justa
distribución de los ingresos para alcanzar justicia política y económica. El equilibrio
económico sería el segundo de estos cinco puntos señalados, que busca la salida al modelo
de economía rentista monoexportadora a través del estímulo a otros sectores productivos.

47
El subrayado es hecho por el investigador
48
En el texto original las palabras señaladas están en negrita

137
En tercer lugar, está el equilibrio territorial, que abarca un ordenamiento
territorial determinado para alcanzar las metas del modelo de desarrollo, así como la
correcta ocupación y uso del territorio son claves para esa meta de desarrollo. El
equilibrio político por su parte, comprende el desarrollo de los derechos y libertades
permitidas a partir de la constitución de 1999, además propone reconocer y cumplir con
deudas sociales acumuladas para avanzar hacia la modernización del país.

El quinto y último punto de los cinco equilibrios, establece la acepción de la nueva


realidad internacional motivando la integración de Venezuela en ese nuevo mecanismo
que respeta la equidad y el respeto en las relaciones internacionales, pero resaltando el
papel de “cooperación e inserción” en el ámbito de las relaciones con América Latina y
el Caribe. Estos cinco puntos según la misma presentación del PDESN se lograrían con
lo que llamó las décadas de Plata y Oro donde la primera sería de transición que abarcaría
el lapso 2001-2010 y la segunda, el período 2011-2020.

Si bien el modelo económico y de desarrollo que establece el Plan habla de


diversificación, competitividad, apertura, basado en la iniciativa privada, pero con la
participación del Estado en industrias básicas, no queda claro los límites en que se
movería esa iniciativa privada y hasta qué punto llegaría la presencia estatal en las
empresas básicas. Adicionalmente, se abre una interrogante interesante según esos
mecanismos de participación privada y Estatal y el hecho de reservar al Estado “(…) la
potestad de proteger la industria y agricultura nacional cuando se enfrenta a una
competencia desleal49”, es relevante esto último, dado que no parece hablar de ayudas o
arbitraje en el caso de competencia desigual entre las industrias, sino en caso de
competencia desleal.

Un punto que hacer breve referencia con respecto al PDESN, es la manera en que
plantea la solución de conflictos, donde expone que dichos problemas se solventarán
mediante el respeto a los derechos ciudadanos, con la ayuda de una gestión pública “que
deberá ser la expresión del consenso como base de la legitimidad del Estado”. El objetivo
de las instituciones públicas, para dirimir los conflictos y atender las necesidades, se

49
La negrita es realizada por el investigador

138
puede considerar tácito en toda sociedad democrática, sin embargo, el plan establece
también lo logrado a nivel constitucional que es la desconcentración y descentralización
para atender las demandas sociales sobre todo el territorio nacional.

En consonancia con los objetivos de la presente investigación se resumirán los


objetivos económicos del Plan de Desarrollo Económico y Nacional para el período 2001-
2007 que puedan tener repercusión en la industria petrolera nacional, y luego se resumirán
los objetivos relacionados a la industria petrolera nacional, que se suman a las líneas
generales antes señaladas y los otros cuatro equilibrios ya puntualizados:

Cuadro #6 Objetivos del PDESN 2001-2007


Presidente Programa y Período Objetivos generales a alcanzar
 Sentar las bases de un modelo productivo
capaz de generar un crecimiento
autosustentable.
 Promover la diversificación productiva.
 Lograr la competitividad internacional en
un contexto de estabilidad
Plan de Desarrollo Económico y macroeconómica
Social de la Nación (PDESN)  Superar de manera definitiva la
2001-2007 volatilidad y el estancamiento, lo que
Hugo Chávez
permitirá la disociación de la dinámica
petrolera y el desempeño económico
interno.
 Alcanzar la apropiada orientación de los
recursos y factores que determinan el
nivel de inversión y de consumo.
Fuente: Elaboración Propia en base al PDESN

Para alcanzar estos objetivos, el mismo plan establece una política específica, que
son la política de sostenibilidad fiscal que tendría dos vertientes: la máxima eficiencia
posible en el gasto público, al igual que este debe ser de mayor calidad -en cuanto
servicios públicos, salud, educación, transporte, seguridad ciudadana, seguridad jurídica,
etc.- lo cual llamará a la inversión privada. Y, en segundo lugar, sería crucial una nueva
fuente de ingresos fiscales, que será concordante con lo propuesto en cuanto a los sectores

139
que el plan se ha propuesto fortalecer como la agroindustria, el turismo, servicios
privados, y todos los sectores posibles con tal de establecer una “nueva economía de
exportación masiva de bienes y servicios”.

La planificación establecida en el ordenamiento jurídico venezolano, inaugurado


en la constitución de 1999, y la creación de un sistema de planificación nacional, tendrá
como consecuencia que el PDESN encuentre “en un lapso de tres a seis años” un
equilibrio económico presupuestario. Esto se daría con la inversión productiva y la
capacidad interna para generar ingresos fiscales que no provengan de la industria
petrolera nacional. Lo anterior se lograría con lo que el plan menciona como “dinámica
cambiaria de estabilización que seguirá inscribiendo como ancla cambiaria.” (p.12) Es
decir, el esquema de bandas hasta entonces imperante en materia cambiaria se iba a
mantener para evitar “ataques especulativos”.

La estabilización macroeconómica del PDESN, establece entonces, en materia


cambiaria el sistema de bandas, las reservas internacionales serían cruciales para
mantener un clima de estabilidad. En política monetaria “se logrará una creciente
correlación con las necesidades de monetización de la economía real, dentro de un sector
financiero que habrá culminado su redimensionamiento, a través de fusiones y asociales
estratégicas” (p.12), esto en aras de lograr bajar las tasas de interés activas y evitar
situaciones bancarias y financieras del pasado. En relación con el papel del BCV y las
divisas generadas en materia petrolera el plan resume que:

La exigencia fundamental de crear una fuente adicional de divisas, a la que


provee la exportación petrolera, se convertirá en un factor de refuerzo para la
política de estabilización cambiaria, posibilitando el objetivo estratégico de
alcanzar un tipo de cambio fijo, como consecuencia del equilibrio natural de
oferta y demanda de divisas, más allá de la necesidad de intervenciones
obligadas del Banco Central de Venezuela (PDESN;2001, p.12)
Los nuevos sectores que se aspiraban fortalecer, iban a brindar los recursos
necesarios para el presupuesto nacional, mientras que las divisas de la industria petrolera
contribuirían a la estabilidad del tipo de cambio, quedando descartado expresamente la
intervención del BCV ante cualquier auxilio financiero o crediticio. Para llegar al último
de los objetivos trazados también se había propuesto el plan de desarrollo económico,

140
alcanzar la tasa de inversión de 20% del PIB, esto conjugado con el equilibrio de ahorro
e inversión, “para evitar la reaparición de presiones inflacionarias internas o efectos
desfavorables en las cuentas externas.”

Dentro de los objetivos planteados que resumen las directrices del PDESN, se
encuentran, dentro del equilibrio económico, seis sub-objetivos a cumplir, que son el
alcance de un crecimiento económico sostenido, la eliminación de la volatilidad
económica, la internalización de los hidrocarburos, el alcance de la sostenibilidad fiscal,
el incremento del ahorro y la inversión y el desarrollo de la economía social. Los cinco
primeros sub-objetivos van encaminados a la ya mencionada industrialización y
diversificación de la economía, pero añade un último punto, el de “economía social”,
entendiéndose esta como la vía alterna y complementaria a la economía privada y
economía pública.

La economía social descrita en el programa serviría “para designar el sector de


producción de bienes y servicios que compagina intereses económicos y sociales
comunes, apoyado en el dinamismo de las comunidades locales y en una participación
importante de los ciudadanos y de los trabajadores de las llamadas empresas
alternativas” (PDESN;2001, p.20). el programa entiende pues, las empresas alternativas
como las empresas de asociación y microempresas. Para cumplir con esto se establecen
dos programas: el primer de ellos sobre la democratización del capital donde participen
las empresas de comunidades, las cooperativas, pequeñas y medianas empresas, así como
también empresas campesinas. Esto tiene como origen el Plan Bolívar 2000 sobre las
asociaciones cooperativas.

El otro programa a desarrollar, en búsqueda de la economía social, es el de


organización de un sistema de “microfinanzas”, que se sustenta en la ley propia del sector,
una ley de cooperativas, con participación del Banco del Pueblo, y Banco de la Mujer,
que doten a las pequeñas comunidades de los recursos financieros y asistencia técnica
para hacerlas productivas. Este concepto, viene dado por el carácter intervencionista que
propugna la nueva administración gubernamental, pero que, dentro del mismo programa,
coexiste con objetivos como el alcance de asociaciones estratégicas con participación del
sector privado donde mencionan a empresas transnacionales y la Organización Mundial

141
del Comercio, así como políticas de simplificación de procedimientos administrativos
para facilitar la exportación, y puertos libres con régimen fiscal especial.

El desglose de los objetivos en materia petrolera se describe en el equilibrio


económico, destacando el papel de la industria nacional y PDVSA de la siguiente forma:

Fortalecer los precios petroleros; -Manteniendo como política permanente la


defensa de los precios del barril según lo convenido en la OPEP. -Planteando la
diversificación de subproductos y ampliación de mercados de la red de refinerías ubicadas
en EEUU y Europa tomando en cuenta posibles ampliaciones en América del Sur y Asia.

Internalización de los hidrocarburos; -Realizando programas para la inversión en


aras de mantener la capacidad de producción en el mediano y largo plazo. -
Racionalizando los costos de producción para mejorar la competitividad del petróleo y
sus derivados en el mercado internacional. -Fortaleciendo las relaciones con países OPEP
y no OPEP. -Ampliando la capacidad instalada de refinerías y la realización de nuevas
instalaciones en el país. -Manteniendo los programas de apertura petrolera en las
actividades no reservadas donde en conjunto con el Plan de Negocios de PDVSA revisar,
evaluar y renegociar Convenios Operativos de los negocios de la empresa dentro y fuera
del país. -Aplicar una política conservacionista para la explotación de las reservas de
crudo. -Diversificar los mercados del petróleo y sus derivados. -Adaptación y
mejoramiento de la calidad de los derivados para su exportación y uso interno. -
Superación de las dificultades operacionales de la industria petrolera. -Fomentar los
programas de cooperación energética con América Latina y el Caribe.

Crear la industria del gas libre; -Incrementando la base de reservas probadas de


gas libre mediante la participación de capital privado. -Utilizar el gas como materia prima
para su industrialización y uso doméstico en el territorio nacional. -Desarrollando
programas de exportación de gas licuado para atender la demanda nacional. -Realizar
asociaciones con el sector privado para la incorporación de nuevas tecnologías. -Crear
empresas mixtas de transporte y distribución. -Consolidando la implantación del marco
regulatorio e institucional que se deriva de la Ley, es decir, la creación de Ley para el
sector gasífero del país.

142
Internalizar la actividad petrolera y racionalizar el mercado interno, -
Industrializando las corrientes de refinación -Impulsando la participación del capital
privado nacional. -Fortaleciendo la Investigación nacional para la obtención de fuentes
energéticas. -Racionalizando el mercado interno con previos y tarifas estables y
remunerativas. -Desarrollando procesos de industrialización de hidrocarburos, aguas
abajo en el país. -Desarrollar la cadena de proveedores nacionales de bienes y servicios a
la industria petrolera.

Transformar los crudos pesados; -Estableciendo las condiciones de mercado para


hacer cada vez más competitiva la producción del crudo pesado. -Mejorar la investigación
que permita la valoración de los crudos pesados. -Realizar acuerdos de cooperación
técnica y comercial con empresas nacional o extranjeras poseedoras de modernas
tecnologías de procesamientos de crudos pesados.

Alcanzar la sostenibilidad fiscal

Optimizar la tributación petrolera; -Aumentando la productividad del negocio


petrolero, con revisión a fondo de las pautas de producción de la industria y con reducción
de los costos operativos -Racionalizando la tributación petrolera de acuerdo a la estrategia
de largo plazo para equilibrar la relación entre los diversos tributos (ISLR y Regalía). -
Alcanzando niveles de participación fiscal petrolera para la sostenibilidad fiscal. -Fijar
tasas para cada tributo de acuerdo a las actividades realizadas con incentivos a la
producción y necesidades del fisco.

Asegurar la colocación de crudos y productos; -Manteniendo la capacidad de


producción a mediano y largo plazo. -Destinando recursos financieros a la exploración y
producción de crudos livianos y medianos. -Disminuir los costos operativos de PDVSA
para que, junto al mantenimiento de alianzas multinacionales con inversionistas que estén
en capacidad de fomentar técnicas de producción eficientes, se pueda mejorar la
rentabilidad de la empresa nacional. -Fortalecer la participación de PDVSA en la
producción de hidrocarburos, desarrollando la industria petroquímica, de bienes de capital
y demás industrias nacional que estén vinculadas a la industria petrolera. -Diversificar los
mercados internacionales de crudos y productos como puente hacia una buena política

143
exterior sin dejar de fortalecer las relaciones con el Caribe, América, y Mercosur. -
Mejorar la calidad de los derivados de los hidrocarburos para abarcar la diversidad y
exigencia del mercado internacional. -Optimizar la relación crudos y productos en la cesta
venezolana de exportación. Finalmente, -Programas de Costa Afuera de explotación de
hidrocarburos.

Adicionalmente, el programa menciona objetivos como la adecuación y


racionalización del uso de combustibles conforme a los acuerdos internacionales, también
impulsar los cambios necesarios para generar una nueva estructura organizativa que
permita direccionar el área de exploración y producción, asimismo incrementar la
inversión en el sector petrolero y, finalmente, mantener la competitividad de la industria
petrolera nacional.

Resultados y primeras rupturas del PDESN


El nuevo plan, recogía las propuestas hechas a los eventos políticos previos a
2001, tiene como principal fundamento el recién inaugurado marco jurídico y político
implementado en el país tras la constituyente de 1999 y su aprobación por voto popular
ese mismo año. En términos de resultados en materia petrolera y económica, ocurrió un
hecho muy contrario a lo que se planteaba, entiéndase como un crecimiento según lo
comenta Malavé Mata (2006) como “versátil, sin equilibrio ni equidad”, donde
argumenta que mientras más aumentaba el crecimiento económico paradójicamente se
volvía más improductivo, aunado a ello una crisis de gobernabilidad que comenzaba a
generarse durante el 2001 y se extendería violentamente durante el 2002 y llegaría al
2003.

Como “espejismos del crecimiento” subraya Malavé Mata (2006) al desempeño


económico de los primeros años de Chávez al mando del país, esto por el fenómeno de
“crecer por crecer” sin haber un rumbo fijo o al menos estable de la economía, que
permitiera salir del rumbo que suele tomar el sistema económico en un país petrolero.
Según revela el informe del BCV del año 2001, el déficit del PIB para ese año fue del
4,3%, así mismo, justifica la situación financiera arguyendo la crisis internacional:

(…) el debilitamiento del mercado petrolero que se había iniciado a finales


del año 2000, se profundizó en el 2001, particularmente en el cuarto trimestre,

144
dado que a la sobreoferta petrolera se adicionaron los efectos del ataque
terrorista del 11 de septiembre en Estados Unidos, que agudizaron las
expectativas negativas en torno al crecimiento económico, especialmente de
la economía estadounidense. (Informe del BCV;2001)
El informe del BCV menciona que las dificultades generadas por la baja
cotización del barril para el año 2000 afectaron las cuentas nacionales, motivado por la
negativa de países no OPEP -como Rusia- de disminuir su producción para mantener el
precio del barril estable. El precio promedio del barril venezolano se cotizó en promedio
en 20.21$/b en 200150, significando una caída de más de 5 dólares por barril con respecto
al año 2000 según muestra el mismo informe, esto golpeo las cuentas fiscales, externas,
y de crecimiento, lo cual supone de entrada un muro de contención con respecto a la
estabilidad fiscal y crecimiento que proponía el PDESN.

La producción anual de Venezuela para el 2001 fue 3.043 miles de barriles/d,


según revela el informe del BCV, significando una variación de 2,4% con respecto al año
2000. La actividad petrolera pública representó para el 2001 el 25,0% del PIB, no
obstante, a Venezuela le correspondió un recorte en su producción de más de 400mil
barriles diarios según lo acordado en el seno de la OPEP, y conjugado con la caída del
precio del barril, según menciona el informe, devino en la debilidad del desempeño
económico venezolano para el 2001.

Un hecho que resalta Hernández (2016), es la aprobación de la Ley Orgánica de


Hidrocarburos en el año 2001, que promovió Chávez y su gabinete, marcó un punto de
inflexión en el modelo estatista imperante en cuanto al pensamiento jurídico venezolano
en materia de hidrocarburos. La política sectorial de liberalización fue parte de la agenda
económica de los primeros años del chavismo, tal política promovió la liberalización en
el gas, en las telecomunicaciones, electricidad, y con la nueva ley de hidrocarburos que
sustituía a la de 1943, se iniciaba la liberalización de las actividades aguas abajo. Dicha
Ley que iba en consonancia con lo establecido en el PDESN.

Con respecto a ley de hidrocarburos del 2001, el informe del BCV (2001), admite
que, -además que la ley reconoce la participación del Estado mayor de 50% en las

50
Véase Informe Económico del BCV del año 2001

145
actividades primarias junto a la empresa privada en empresas mixtas- la nueva ley
establece participación fiscal que implica regalía, impuestos y dividendos. La Ley
considera, así mismo, el cambio de las tasas aplicadas a los dos primeros conceptos, al
dar mayor superioridad a la regalía. “De esta manera, la tasa de regalía pasa de 16,6%
a 30,0% y la tasa de impuesto sobre la renta (ISLR) de 67,7% a 50,0%.” (Informe
BCV;2001) Y en el caso de crudo pesado y extrapesado, donde existe la posibilidad de
una rentabilidad baja, la tasa de regalía pueda bajar al 20% y para bitúmenes disminuir al
16,6%. Todo esto trayendo como consecuencia directa una balanza a favor de los ingresos
nacionales.

Ahora bien, según Malavé Mata (2006) al analizar el trayecto de la economía


venezolana en el lapso 1999-2006, menciona que en el periodo 2001-2006 el petróleo
proporcionó casi el 90% de las divisas del país y más del 50% de los ingresos al
presupuesto nacional51. Es decir, en vista de lo planteado en el PDESN, con respecto a la
diversificación de la producción nacional en aras de incrementar los ingresos nacionales
por vía alterna al petróleo, el objetivo estuvo muy lejos de alcanzarse.

Siguiendo con lo descrito por Malavé Mata, en el PIB del país en el lapso 1999-
2005 el petróleo representó el 20%, y en cuanto a las exportaciones la industria petrolera
representó nada más que el 80% del valor de las importaciones, según menciona el autor
en dichos números se verían reflejados la disparidad del crecimiento estructural en
Venezuela. Aquí hay que considerar otro hecho importante, el precio del barril en el
mercado internacional comenzaría un rápido ascenso a finales del 2003 (superando la
barrera de los 30$/b en 2004), llevándolo a niveles históricos hasta el año 2008.

La advertencia sobre la supremacía que alcanzan las exportaciones petroleras en


un nivel de precios del barril alto parece haberse olvidado, el precio del barril continuaría
su ascenso por varios años a partir del 2004, y los ingresos nacionales son ocupados por
la exportación de crudo y sus derivados lo cual aumenta la vulnerabilidad de estabilidad
financiera del país. En palabras de Malavé Mata (2006), las cuantiosas erogaciones desde
el Estado hacia diferentes sectores, fondos, gastos adicionales, etc. poco hicieron por

51
Véase Malavé (2006). Pág. 28

146
estimular el dinamismo económico y la diversificación. La gestión fiscal no contribuyó a
generar nuevas fuentes productivas según esperaba el equilibrio económico de PDESN,
la orientación hacia un excesivo gasto público no permitió tal proeza.

A continuación, se muestran los aportes extrapresupuestarios al gasto público


realizados por PDVSA en el período 2001-2012 mostrados en investigación realizada por
CEDICE en “Ascenso y Vulnerabilidad del gasto público social durante las gestiones de
Hugo Chávez:1999-2012” por el Carlos Aponte, donde se muestran los montos otorgados
por PDVSA en los gastos presupuestarios desde 2001:

Cuadro #7 Aportes extra presupuestarios de PDVSA al gasto público

Fuente: Ascenso y Vulnerabilidad del gasto público social durante las gestiones de Hugo Chávez:1999-
2012 por Carlos Aponte Blank, CEDICE.

Según revela los objetivos del PDESN 2001-2007, la aspiración de lograr


disminuir la inequidad en la distribución del ingreso iba a estar sujeta a los diferentes
ingresos que aportarían distintos sectores de la economía venezolana alternos al barril
petrolero, quedando este destinado a opciones de inversión en la propia industria y la
estabilización fiscal. Sin embargo, según lo muestra el recuadro #8, los aportes de
PDVSA fuera del presupuesto nacional, incrementan conforme los ingresos nacionales se

147
abultan gracias al crecimiento del precio del barril más no por las actividades alternas que
aspiraba a fortalecer.

Desde la aparición en el año 2003 de las misiones sociales, conforme a lo


planteado anteriormente sobre las demandas sociales imperantes en el país, y el conflicto
político generado tras el intento fallido de golpe de Estado en abril de 2002, los aportes
de la empresa petrolera en “desarrollo social” se fueron incrementando de manera
paulatina y constante según avanzaban los años y se creaban nuevas misiones o fondos
con “destino social” .Estas contribuciones, según se muestran en sus estados financieros
(PODE 2012) se distribuyeron de la siguiente forma:

148
Cuadro #8 Aportes de PDVSA al Desarrollo Social (mm$)

Fuente: Petróleo y Otros Datos Estadísticos 2012 (PODE). Ministerio del Poder Popular de Petróleo y
Minería.

149
Si se mira con detenimiento los ingresos desde PDVSA hacia misiones como la
Misión Alimentación, dan saltos presupuestarios importantes en el período 2004-2007 lo
cual supone una variación importante en las magnitudes de PDVSA en cuanto a la
distribución de alimentos. Además, hay que recordar el hecho de que los aportes a los
diferentes fondos no son tomados en cuenta en el presupuesto nacional, lo cual permitía
manejar el diferencial de lo presupuestado según el precio del barril para cada año con
respecto a lo que realmente ingresó, contando el Ejecutivo con carta blanca para el uso
de estos recursos.

Solamente en lo que en PDVSA reconoce como “desarrollo social”, durante el


2003-2007 van cerca de 20.000mm$, lo cual implica grandes sumas que no fueron
planificadas en principio dado el sorpresivo incremento del precio del barril en ese
período. Junto a esto, hay que recordar lo advertido por Salmerón (2013) y Corrales y
Penfold (2010) no solo sobre la discrecionalidad por parte del Ejecutivo para manejar el
caudal de recursos que ingresó al país en estos años, sino que además el peligro que podría
representar manejar esas sumas en estos presupuestos sin un respaldo en caso de una caída
de los precios del barril.

También si bien es cierto que una vez que el precio del barril comenzó su ascenso
en el periodo mencionado, no es menos cierto que el incremento de las posibilidades del
Estado y la aparente expansión económica durante los años del nuevo boom petrolero
hacen de la economía venezolana un “espejismo” o una “trama estéril del petróleo” según
los términos de Malavé Mata (2006). En cuanto al espejismo, en referencia al crecimiento
que se vislumbra en las cifras presentadas por el banco central a partir del año 2004, donde
revela que la economía del país se recupera, pero si se mira con transparencia los distintos
sectores adicionales al petróleo, no hay mayor crecimiento real frente a las exportaciones
del crudo.

Junto al espejismo, está el hecho del “(…) expediente de extracción del crudo que
no plantea racionalizar su producción ni optimar su rentabilidad, consiste en asignar la
plusvalía petrolera al financiamiento de gasto público de manera que más sirve al
asistencialismo clientelar que a la inversión productiva.” (Malavé;2006, p.22), suceso
que el autor denomina como trama estéril del petróleo y que, sobre el asistencialismo

150
clientelar, no está muy lejos de lo que Bautista Urbaneja (2013) reconoció como aumento
de los reclamadores de renta, pero en este periodo histórico se hace con la salvedad de
que la distribución pasaría a ser discrecional del Ejecutivo Nacional.

Con respecto a los costos operativos que la empresa petrolera nacional esperaba
reducir según lo plantea el PDESN, Malavé menciona que los costos y gasto operativos
pasaron de 1.813 millones de bolívares en 1994 a 48.965 millones de bolívares en el año
2003. En simultáneo, el producto petrolero creció a un ritmo anual promedio de 3.1% en
el lapso 1997-2005 y la participación tributaria en la renta petrolera aumentó de 23.8%
en 1997 a 51.1% en 200552, considerando los altibajos que suscitaron el aumento del
precio del barril y la paralización de la empresa petrolera nacional entre 2002-2003.

A este fenómeno de altibajos el mismo autor lo define como “desempeño


extensivo”, donde la economía procuró expandirse a través del crecimiento de la banca,
el comercio y los servicios, pero no en materia agroindustrial. Con bajas del PIB en 2002
de 8.9% y en 2003 con una caída del 7.7%, recuperándose en 2004 con 17.9% y en 2005
con 9.3% se muestra que el efecto negativo de la paralización de PDVSA pudo ser
recuperado gracias al aumento del precio del barril.

Dichas asimetrías del crecimiento reflejan una dualidad del sistema productivo
nacional, esto generado por la poca claridad del modelo económico, al respecto Malavé
(2006) agrega: “El gobierno Bolivariano tuvo al comienzo un proyecto político de
manifiesto reformismo, pero no un proyecto económico con claras perspectivas de
cambio” (p.16) o al menos, no que se manifestaran entre sus objetivos y lo que realmente
sucedió.

La incertidumbre ante el conflicto generado a finales de 2001, con el paquete de


leyes aprobadas por el Ejecutivo Nacional sumado al clima de los primeros meses de 2002
motivó la desinversión. El déficit anual promedio de 6.8% entre 2001-2003 no contribuyó
a los objetivos del nuevo régimen, el país era “(…) de menguante gobernabilidad donde
el clima de incertidumbre destierra las iniciativas de inversión, empobrece la capacidad

52
Véase Malavé (2006). Pág. 34-37

151
productiva, aumenta el nivel de desempleo y estimula la movilidad inflacionaria (…)
(Malavé;2006, p.56).

La improvisación se suma a la hibridez y carencias del sistema económico


planteado según menciona el propio autor, “la riqueza petrolera, en vez de viabilizar el
rumbo de la prosperidad venezolana, solo acentuaba las contradicciones observadas en
la política económica del llamado gobierno bolivariano” (p.53). Previo a la paralización
de PDVSA, el PIB ya se encontraba en caída, sólo en 1999, año en el que Chávez asume
el poder dicho índice cae en un 6.1% y entre 1999-2003 el presidente contó con más de
10.000millones de dólares que serían 4.000millones más de los que contó Caldera durante
sus cinco años de mandato. 53

El objetivo de mantener la competitividad de la industria petrolera nacional se vio


intrincado por la paralización de PDVSA, no era posible mantener un clima de inversión
y estabilidad que dieran un repunte de la empresa en cuanto a su competitividad. Cuando
al despedirse 18.756 trabajadores “que representan el 48% de la fuerza de trabajo total
en esa actividad, significó la casi completa devastación de su capacidad gerencial,
técnica, administrativa y operacional (…)” (Malavé;2006, p.71) era poco probable que
ante la mirada de los inversionistas internacionales se tuviera una buena perspectiva de lo
que era Venezuela y su principal industria nacional.

Para el año 2002, el Banco Central de Venezuela reconoce la contracción del PIB
nacional en un 8.9%, adjudicando tal situación a tres hechos acaecidos durante ese año
según el mismo informe de la institución: una situación fiscal insostenible en el mediano
y largo plazo, la debilidad institucional que presentó el país ante algunos agentes
económicos y por supuesto, la crisis política nacional.

También durante el 2002 entró en vigencia, en sustitución del sistema de bandas


para el tipo de cambio, el sistema de libre flotación, el informe del BCV (2002), indica
que: “Este nuevo régimen fue consecuencia de la continua presión observada en el
mercado cambiario desde el mes de agosto de 2001” haciéndose imperativo su

53
Cifras del propio autor según datos del BCV

152
instauración para mantener estables los niveles de las reservas internacionales y corregir
la apreciación en el tipo de cambio real. Esto sucede aun cuando el Plan de desarrollo
económico del gobierno expresó que el sistema de bandas se iba a mantener para darle
estabilidad a la moneda y evitar ataques especulativos, lo cual pareciera echar por tierra
los ánimos de una política monetaria estable y sólida.

El informe del BCV del 2002, también agrega que el desempeño macroeconómico
en materia fiscal se sustentó en el Plan de desarrollo económico planteado por el
Ejecutivo, sin embargo, la inflación llegó al 31.2%, mientras que la tasa de desempleo
superó el 16% esto configuró un deterioro de los salarios reales en un 17.3%54, el objetivo
de mantener una tasa de inflación baja y disminuir las necesidades no parecía ir en
concordancia con estas cifras. La implementación del nuevo sistema cambiario implicó
una depreciación del tipo de cambio nominal durante el 2002 de 85.1% que también
repercutió en la mejoría de los ingresos fiscales ordinarios, que junto a las políticas
adoptadas -según relata el informe del BCV- contribuyó a incrementar los ingresos
petroleros.

El escenario para la política emprendida por el gobierno nacional, a partir del año
2002 cambió, y estos cambios iban a regir los años siguientes, y es que la Ley de
Presupuesto para el ejercicio fiscal 2002 se iba a sustentar en lo establecido en la Ley
Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público (LOAF). Dicha ley, obliga
a atar el presupuesto anual con los lineamientos del PDESN, es decir, con los nuevos
cambio jurídicos e institucionales, se lograba la consonancia entre los objetivos
planteados para un programa de gobierno y Plan de país con las leyes e instituciones que
iban a coadyuvar en el buen desarrollo de esos objetivos, sin que sirviera de excusa alguna
intervención del aparato estatal además de los controles financieros, administrativos,
legales y políticos ya establecidos en la constitución de 1999.

Lo político superaba a las intenciones económicas del Gobierno, en medio del


conflicto 2001-2003, el gobierno utiliza las misiones para repuntar en las encuestas, “la

54
Datos según el Informe del BCV del año 2002

153
misión para salvar al pueblo” descrita por Chávez era el lanzamiento de las nuevas
misiones sociales que, según argumentan Penfold y Corrales (2010) fueron claves para el
entendimiento por parte del gobierno de las consecuencias políticas del nuevo uso del
gasto social. La victoria del Referéndum Revocatorio del 2004 que ratificó el gobierno
instaurado, marcó un antes y un después de la forma de llevar el gasto público en
Venezuela.

En materia de política exterior, el gobierno tomó estabilidad tras ganar el


referéndum y las nuevas misiones sociales le dieron consistencia a su política de
abrumador gasto. Mejor aún, el precio del barril comenzaba su ascenso para finales del
año 2003 y no pararía de escalar hasta la crisis internacional del año 2008, la estabilidad
fue prioridad para Chávez a partir de 2004, y también el castigo a quienes habían, según
sus palabras, saboteado la economía nacional con la paralización de PDVSA.

Los objetivos se posponen dada la caída de la producción nacional durante el paro,


pero los programas sociales aumentan -tal como se ve en el cuadro #8- motivado a la
compensación que generó el alza de la popularidad. Continuando con Penfold y Corrales
(2010), la retirada emprendida por la oposición tras perder el referéndum en 2004 se
ratificó cuando en 2005, en espera de las elecciones legislativas, se retiran de la contienda
tras alegar falta de condiciones mínimas para acudir al evento electoral.

La oposición buscaba el desconocimiento al poder electoral tras no contar con la


participación de la oposición, el proceso igualmente se llevó a cabo, y como era de
esperarse, el oficialismo tomó el poder legislativo con amplia mayoría, las consecuencias
serían vistas, sobre todo las más graves, en el mediano y largo plazo. Mientras tanto, el
Gobierno Nacional salía de la crisis política y enfrentaba los embates económicos, aún no
había clara distinción, al menos hasta este punto, de la orientación del Ejecutivo. La
situación cambia radicalmente a partir de 2003, una vez superada la paralización de la
industria petrolera la situación económica, política y social del país se transformó.

154
La nueva figura del Estado en la política petrolera
“Los años 2003 a 2008, que implicaron una profunda transformación del sistema
político de Venezuela, coincidieron con la bonanza petrolera más
espectacular en la historia del país. El alza del ingreso petrolero
detonó un cambio en la política económica de Chávez”
Javier Corrales y Michael Penfold
Superada la crisis 2002-2003, y tras la oposición batirse en retirada al perder en el
terreno electoral con el referéndum revocatorio de 2004, emprende un repliegue hasta el
año 2006. Por su parte, el Gobierno finalmente ve un atisbo de estabilidad política tras
los continuos conflictos, y ahora, enfrenta lo que ningún analista o académico pudo prever
jamás; en el año 2004 los precios del crudo comienzan un aumento nunca antes visto, el
auge de Carlos Andrés Pérez durante su primer mandato no tendría punto de comparación
con lo que la economía venezolana va a recibir en el período 2004-2008

Bajo el clima antes descrito arranca el año 2003, en medio de una paralización de
la primera empresa del país, generadora de la mayoría de sus ingresos en divisas. Durante
este año, los índices económicos, estadísticos y sociales sufren un impacto directo -que
se ira mencionando más adelante- y que repercute directamente en las metas planteadas
en el año 2001 para el crecimiento del país.

El año 2003 significó una ruptura significativa en el camino económico que hasta
entonces había llevado la administración de Chávez, durante el primer trimestre, en medio
de la paralización de PDVSA la economía sufre una fuerte contracción del 27.8% de su
PIB55, que no pudo ser subsanada en los meses siguientes. La inversión total desciende
en un 38.9%, y la balanza de pagos sufre serios desniveles que el gobierno tuvo que
atender, y las primeras medidas no se hicieron esperar.

Un control cambiario fue la respuesta del gobierno en momentos previos al auge de


petrodólares, cuando el paro petrolero había golpeado fuertemente la fluidez de caja del
país:

55
Véase Informe Económico del BCV del 2003

155
En febrero de 2003, se establecen sendos controles de cambio y de precios con
el objeto de conjurar una crisis en ciernes de balanza de pagos y un importante
rebrote inflacionario. A partir de allí, se cierran importantes espacios para la
actividad económica privada y se avanza de forma importante en el
establecimiento de un esquema de control económico y político sobre el sector
privado, para lo cual resultaron ideales las restricciones cambiarias y las
regulaciones de precios. (Guerra; 2013, p. 47)
Esto significaba el fin de las primeras intenciones del gobierno sobre una
economía abierta al mercado de inversiones, el tema político comenzó a prevalecer en las
decisiones de índole social y económico, y el ámbito empresarial no quedó fuera de este
nuevo rumbo financiero. “Cuando en 2004 Rafael Ramírez se puso el doble sombrero de
ministro de Energía y Petróleo y presidente de PDVSA comenzó una etapa de
transformación de los roles de la petrolera que ha sido calificado como su politización”
(Párraga;2010, p.24). La politización, según denuncia la autora, llegó al punto de
comprometer a sus trabajadores con las elecciones de referendo revocatorio que se llevó
a cabo en 2004, lo cual desechaba los intereses netamente comerciales de PDVSA.

A lo largo del 2003, el Ejecutivo tomaba más espacios económicos, el control


cambiario fue un paso importante en el control de precios de otros bienes y servicios.
Durante ese año, se continuó con la política adoptada en 2002 de inamovilidad laboral
que aspiraba mantenerse solo por 60 días pero que en 2003 se mantuvo.

El salario mínimo, según reporta el BCV en su informe anual, fue otro punto
crucial en el desempeño del año 2003, el gobierno aumentó en un 30% el salario mínimo
realizado entre julio y octubre de ese año (el 10% en julio y el otro 20% en octubre).
También, se fijó un monto mínimo de las pensiones de jubilados y pensionados de la
administración pública y del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS).

El nuevo régimen de Administración de divisas (RAD), es el mecanismo de


otorgamiento de dólares impuesto desde el 2003, esto en aras de evitar las presiones
inflacionarias, (Se establece el tipo de cambio en 1.596 bs/$ para la compra y 1.600 bs/$
para la venta). Pero, según revela el informe del BCV de este mismo año, la inflación
medida en el índice de precios al mayor (IPM) registró un aumento interanual de 48.9%,
por su parte, el índice de precios al productor de la industria manufacturera privada (IPP)
aumentó en un 33.8%.

156
Con esto, ya es el segundo cambio en régimen cambiario que se produce durante
los primeros años de gobierno, ahora el nuevo sistema (RAD), iba a crear la Comisión de
Administración de Divisas (Cadivi) que fue creada con la intención de “coordinación,
administración y control” en el otorgamiento de moneda extranjera. El papel del BCV
era entonces informar al Ejecutivo Nacional y a Cadivi el monto disponible de divisas,
tomando en cuenta las condiciones monetarias, crediticias y cambiarias para poder
encausar el desarrollo económico.

El 2003 contó con un ascenso de las reservas internacionales con respecto al año
anterior, que llegaron a promediarse en 20.666 millones de dólares 56. Por su parte, las
finanzas del sector público consolidado presentaron una mejora en el 2003 con respecto
a 2002, teniendo un superávit de 0.2% del PIB y la gestión financiera del gobierno central
aumentó su déficit fiscal con un 4.3% del PIB, esto lo explica el informe económico del
2003:

Esta gestión se caracterizó por una orientación expansiva del gasto, en un


contexto en el cual las finanzas públicas fueron impactadas por dos eventos
que influyeron de manera contrapuesta sobre los ingresos fiscales. Por un
lado, un mercado internacional de hidrocarburos favorable a Venezuela
debido a un repunte importante de los precios del petróleo, lo cual creaba un
escenario altamente positivo para los ingresos fiscales de origen petrolero, y
por el otro lado, la contracción de la economía interna. (Informe BCV; 2003)
Esa expansión del gasto que menciona el BCV, se tradujo en la creación de las
misiones sociales en medio de un control cambiario y control de precios. El gobierno, con
temor a perder el referéndum revocatorio, lanzó durante el 2003 -cuando las encuestas no
le daban buenos augurios sobre los resultados-programas destinados a la atención de
sectores sociales que clamaban ayuda desde su llegada al poder.

De la creación del sistema de misiones destaca, en primer término, el impulso


electoral que le dio al gobierno, en segundo lugar, el gasto que esto implicaba para el
tesoro nacional y, por último, y no menos importante, el financiamiento a futuro que va a
surgir para mantener el sistema de misiones.

56
Véase informe económico del BCV del 2003

157
Salmerón (2013), indica sobre las condiciones en que se crearon las misiones y su
estatus en el aparataje estatal que: “Básicamente la estrategia consistió en crear nuevas
estructuras paralelas a la burocracia del Estado, pero focalizando los programas a las
necesidades más sentidas de la población (…)” (p.110), lo que normalmente lo atendía el
ministerio de educación y salud, por ejemplo, lo iban a atender misión Robinson, y misión
barrio adentro, y los recursos vendrían de fondos creados para saltarse la administración
pública.

Para alimentos nace la red de mercados Mercal, para la atención en educación y


superar el analfabetismo nacen Misión Robinson, Rivas y Sucre (Primaria, bachillerato y
estudios superiores respectivamente), Misión Hábitat para la construcción de viviendas.
También, para complementar el sistema de salud estaría la Misión Barrio Adentro, y para
la capacitación de adultos para trabajar en distintas áreas productivas, quedó la Misión
Vuelvan Caras, todas ellas sientan la nueva base político-electoral del gobierno, y nuevas
formas de incremento del gasto público.

Destaca ahora la relevancia que tiene el nuevo control de “La Nueva PDVSA” -
termino con el cual se le tiñó a la nueva organización post paro petrolero- y donde, tras
los masivos despidos de la alta y media gerencia de la empresa, quedaron al mando de
ésta el sector militar y sectores civiles simpatizantes del partido de gobierno. Sobre el
financiamiento de las misiones recién impulsadas, “Lo más importante es que el control
de PDVSA permitía que el dinero fluyera hacia las misiones de una manera rápida y
abundante por canales paralelos a los del presupuesto nacional donde la ejecución
habría sido lenta y pesada” (Salmerón; 2013, p.110)

Es decir, para saltarse los canales burocráticos que quizás pudieran demorar el
flujo de caja hacia al gobierno, se crean nuevos mecanismos capaces de agilizar las cosas.
Se crea el FONDEN (Fondo de desarrollo nacional) y el FONDESPA (Fondo para el
desarrollo económico y social del país), manejados por funcionarios que están
estrechamente vinculados con el Ejecutivo, estos fondos no tienen mayores regulaciones
sobre las demás ramas del Poder Público Nacional

158
PDVSA comenzó a transferir solo una parte de los dólares al Banco Central y
una porción muy importante al Fonden y al Fondespa, que funcionan sin
presupuestos aprobados por el parlamento. Así será como Hugo Chávez tendrá
una gran discrecionalidad al momento de decidir el destino de miles de
millones de petrodólares (Salmerón; 2013, p.112).
El mecanismo es claro, estos son fondos donde depositar parte de las divisas
percibidas sin mayor control o auditoría, ahora bien, para que este dinero no fuera contado
en el presupuesto nacional se utilizó el componente ficticio de establecer un precio
promedio del barril que estaba muy por debajo de las estimaciones. Entonces, el
excedente que surgiera de esa diferencia entre lo presupuestado y lo que realmente
ingresó, irían a los fondos creados.

Según Salmerón (2013:112), entre 2005 y 2012, solo el FONDEN -el fondo es
creado en el año 2005 bajo varias reformas del BCV que se mencionarán más adelante-
recibió aportes de PDVSA y el Banco Central, por el orden de los 104.000 millones de
dólares. Esa generosa suma, que muestra solo lo ingresado al FONDEN, se une a lo que
realmente fue ingresado a otros fondos y lo que ya iba hacia el presupuesto nacional.

Esto también generaba una ventaja política relevante: si el presupuesto nacional


estaba minimizado por “prevención”, esto suponía un recorte del presupuesto
correspondiente a gobernaciones y alcaldías según lo establecido en el Art. 167 de la
constitución, referente a los ingresos de los estados y el Art. 139 de la Ley Orgánica del
Poder Público Municipal con respecto al situado constitucional que corresponde a los
municipios. Dándole así, manos más amplias al Ejecutivo Nacional en detrimento del
presupuesto y funciones de gobernaciones y alcaldías, lo cual supone lo contrario a lo
establecido en el PDESN sobre la desconcentración y descentralización de la
administración pública.

Con las misiones sociales, se lograba justificar -al menos mediáticamente- el uso
de los recursos extraordinarios sin que mediara contraloría alguna. Además, según D’Elia
y Cabezas (2008:4) el fin de las misiones era demostrar la capacidad del gobierno para
disminuir la injusticia social a través de todas sus vertientes, donde los ministerios y sus
funcionarios poco hicieron en cuanto a diseño y operación de dichas misiones. También,
los autores comentan que la parte ejecutora de las misiones se llevó a cabo por efectivos

159
militares, coordinadores, personal de nacionalidad cubana, personal de PDVSA,
organizaciones y voluntarios, es decir, no hay planificación a través de los ministerios
como se hubiera esperado.

La participación de los militares no es nueva, desde la ejecución del Plan Bolívar


2000, la toma de los castrenses de las instalaciones de PDVSA durante el paro, y ahora,
su participación en las misiones sociales da evidencia de las dimensiones que alcanzaba
la institución militar del país. Es importante mantener la participación de los efectivos
militares al frente de organizaciones y actividades gubernamentales, ya que esto será un
hecho que se repetiría de ahora en adelante.

Un aspecto importante es que, los mecanismos institucionales se estaban ahora no


adhiriendo al plan de gobierno, sino que también a un nuevo aparataje estatal que
respondía a una nueva línea de acción empleada por el gobierno tras el golpe de Estado y
la paralización de PDVSA. En otras palabras, la descentralización y desconcentración
establecida en el PDESN, basada en la constitución de 1999, quedaba en entre dicho dada
la nueva intencionalidad de centralizar las decisiones políticas, económicas y sociales por
parte del Ejecutivo Nacional, donde éste no solo era ejecutor de planes y políticas, sino
también planificador, organizador y contralor de estas.

Contrario a todo lo que puedan recomendar economistas y expertos en el área


económica, al comenzar aquel auge petrolero en 2004, se debía encaminar al fin de una
economía llena de controles, pero los controles se mantuvieron. De hecho, los controles
de precios se incrementaron, permitiendo al gobierno decidir sobre que se produce y de
qué manera mediante el control de precios, junto a esto, por increíble que parezca se
muestra un déficit fiscal para el año 2006, en pleno auge económico del 2,3% del PIB57,

Para Penfold y Corrales (2012:46), el control directo sobre PDVSA, dejó que el
Estado canalizara fondos hacia programas sociales masivamente, sin control legislativo,
sin contraloría alguna y de manera discrecional. Pero para el momento que todo esto se
estaba dando, no había instituciones capaces de ejercer un control fuerte sobre la

57
Véase Penfold y Corrales (2012), pág. 67

160
administración pública, o si los había no lo hacían por temor a represalias similares a las
posteriores al paro petrolero tras el despido masivo de sus trabajadores.

Para el año 2004, la situación económica cambió drásticamente con respecto al


período regresivo sufrido en el período 1999-2003, y ello se vio reflejado en la arena
política y social. Estos ámbitos estuvieron fuertemente ligados en un año donde la
capacidad electoral del partido de gobierno se ponía a prueba. Malavé (2006), expone que
el escenario estratégico del mercado petrolero internacional implicaba la realización del
referéndum revocatorio al mandato de Chávez, innovación constitucional que ejerció la
oposición venezolana:

En aquel clima político en el que el gobierno extremaba la aplicación del gasto


público en las movilizaciones de su campaña electoral, podría contribuir a
una caída mayor de la producción de hidrocarburos, tanto por el desvío de
cuantiosos recursos de PDVSA hacia la financiación de los apremiantes
experimentos políticos del régimen (p.113).
Esto en referencia al caudal de recursos que ahora PDVSA enviaba a las recién
creadas misiones sociales. Según el autor, las misiones no solo le daban impulso electoral
al gobierno, para aquel año, el incremento de los precios del barril cambió el panorama
completo del país: “Los altos precios del crudo permitían que la industria petrolera
superara sus metas anuales de aportación fiscal” (p117) solo en los primeros meses del
año 2004, Petróleos de Venezuela S.A. contribuyó con 11billones de bolívares al fisco
nacional.

A finales de agosto de 2004, el precio del barril rondaba los 50$/barril, lo cual
coincidió con el referéndum que le ratificó a Chávez en el poder con el 59% de los votos58
en contra de revocar su mandato. Sin embargo, a pesar de los recursos que llegaban al
fisco, la victoria electoral tuvo sus consecuencias en la estatal petrolera. Para Malavé
(2006:118) PDVSA destinó indebidamente sus recursos propios a financiar gastos
sociales del gobierno con las misiones sociales y los fondos. El déficit, según el autor, se
distribuía así:

58
Resultados según la página oficial del CNE. Disponibles en:
http://www.cne.gob.ve/referendum_presidencial2004/

161
-Al final de 2004 un déficit de 6.000millones de dólares

-El monto anterior incluye 2.500millones de dólares en pago por recompras de bonos de
su deuda

-De esos 6.000 millones, 2.000 millones de dólares serían para el fondo social de
desarrollo y 1.700millones de dólares para los gastos sociales.

A esto se suma que, los 3.700 millones de dólares aportados hasta entonces por
PDVSA al financiamiento del gasto social, equivale a la cifra anual de la inversión de
expansión y desarrollo que oscila entre los 3.500 y 4.000millones de dólares59. El uso de
los recursos, no serían entonces para atender a los demandantes reclamadores de renta,
sino para atender las necesidades electorales. Salmerón (2013:111), advierte que superado
el revocatorio se profundizó en el esquema de asignación de renta por canales alternos a
los regulares, lo que incrementa las capacidades del Estado y disminuye las posibilidades
ciudadanas.

Para Chávez, el 2004 no solo cerró con la victoria electoral de agosto, sino también
en lo económico la situación mejoraba cada vez más. El PIB llegó a 17.9%, una notable
mejoría con respecto a los años anteriores, la inflación se ubicó en 19.2% y el desempleo
en 13.9%, mientras que las reservas ascendieron a 24.208 millones de dólares 60. La
inflación es considerablemente alta, mientras que la cifra del desempleo no sugiere logro
alguno con respecto a los objetivos trazados, sin embargo, el gobierno central argumenta
el desbalance como parte de las consecuencias del paro petrolero.

Por exportaciones petroleras, el país recibió 31.917 millones de dólares61 lo cual


llevó a un incremento de la disponibilidad financiera del sector público y, en
consecuencia, mayor gasto. Los efectos del espejismo nuevamente se manifiestan en
dichas cifras reconocidas por el BCV, sobre todo, cuando los productos importados
alcanzaron 58.9% de la oferta de bienes transables, lo cual hace dudar sobre el verdadero

59
Véase Malavé (2006). Pág.118
60
Cifras y montos extraídos del Informe Económico del BCV del año 2004
61
Véase Informe Económico del BCV del año 2004

162
crecimiento de la economía a largo plazo dado el incremento de la oferta en el mercado
gracias a las importaciones que permitió el aumento de los ingresos fiscales del país.

A partir de lo logrado en 2004, y el ascenso de los precios del barril, el gobierno


incrementó el número de misiones sociales y mantuvo las transferencias a los distintos
fondos creados. En palabras de Bautista (2012;129), el proceso de distribución de renta
no se daba para consolidar el sistema democrático como en los años anteriores al
chavismo, ahora el proceso consistía en la consolidación de la mayoría en favor del
gobierno.

El Estado crece, no solo con las misiones sociales, crecen sus capacidades gracias
a ello y las intervenciones a sectores como el financiero. Bautista (2012;130) agrega que
el gobierno estableció regulaciones sobre la banca, obligándolos a destinar alrededor del
40% de sus créditos a destinos como microempresas, turismo y créditos hipotecarios con
tasas preferenciales. Lo cual no termina de ser armónico con el PDESN, ya que, si por un
lado inyectaba ingresos a otros sectores alternativos de la economía, por otra parte, estos
recursos seguían dependiendo de las transferencias de renta y no suponían acuerdos con
la banca privada.

Advierte por su parte, Maza (2009;30) que la recuperación de la actividad


petrolera es “débil y precaria” por razones visibles. Por ejemplo, el incremento es gracias
a la coyuntura de los precios del barril, dándole al PIB un crecimiento anormal y,
adicionalmente, los ingresos fiscales son altos pero la producción no ha crecido. Según el
autor, el equilibrio sólo descansa sobre las exportaciones petroleras, pero el resto de las
actividades económicas evoluciona en sentido contrario, y en ese contexto el país entra
en el año 2005, que casualmente, también sería año electoral.

Para el año 2005, el precio promedio del barril se ubicó en 46.03$/barril62, un


nuevo año con recursos suficientes que representa una de las más grandes oportunidades
para construir “una base económica estable, progresiva, renovable, sostenible,
equilibrada” (Maza;2009, p.30). Las transferencias hacia fondos se mantienen, las

62
Véase Maza (2009). Pág. 32

163
misiones sociales incrementan, y el esquema de ayuda electoral de dichas transferencias
contribuye al desenvolvimiento de la mayoría oficialista en un nuevo evento electoral.

Según la nueva constitución, el período de la Asamblea Nacional sería de cinco


años, lo cual implicaba que en el año 2005 se debía recurrir a elecciones parlamentarias
para cubrir la legislatura 2006-2011. Constitucionalmente, y según buena parte de las
democracias occidentales, el parlamento constituye el centro de debate político, y es la
institución de control político-administrativo del Ejecutivo y la administración pública,
allí residió la importancia de las elecciones del año 2005 al parlamento nacional.

Recuento del balance político e institucional


La postura del Gobierno Nacional hacia los partidos de oposición había cambiado
a lo largo del 2002-2003, el golpe de Estado y el paro petrolero significaron en cierta
medida, visto en retrospectiva, el fortalecimiento del gobierno. La oposición también
incurrió en cambios, los sucesos de abril de 2002 y el paro petrolero de 2003 en los cuales
tuvo abierta participación, los llevaron -entre otros factores como la aparición de las
misiones sociales- al fracaso electoral del 2004, pero en el año 2005, dada la retórica
gubernamental de no reconciliación y cierre al diálogo y negociación la oposición decide
no participar en las elecciones a la Asamblea Nacional.

El chavismo había incrementado su poder sobre las instituciones estatales a partir


de 2003. Tras el revocatorio, la oposición denunció fraude en el sistema electoral y en
2005 el argumento de retirada de la contienda electoral responde a que, según los partidos
políticos opositores, no estaban dadas las condiciones mínimas para participar en el
evento en igualdad de circunstancias que el partido de gobierno, y entre otras cosas,
argumentaban que secreto del voto no estaba garantizado. Las consecuencias de tal
decisión las describe Salmerón (2013):

El resultado fue la entrega de todo el poder Legislativo al Ejecutivo. Aunque


la oposición no acudió a la contienda, las elecciones se realizaron y la
Asamblea Nacional se convirtió en un apéndice de la Presidencia que no tenía
que negociar ningún proyecto de ley. Los ministros no estuvieron obligados
a rendir cuentas y la función contralora del Parlamento prácticamente
desapareció. Más que un presidente de la República, tendrá amplios poderes,
similares a los de un monarca que redactará las leyes y las enviará a la
Asamblea para su aprobación como un trámite de mero formalismo (p.114).

164
Así pues, el parlamento nacional es desprovisto de su principal función
constitucional, el control. La Asamblea Nacional, que originalmente debe abrir los
debates, las consultas abiertas, la contraloría al Ejecutivo, solo queda como institución
burocrática ante la falta de voces alternas a los partidos que estaban con la coalición del
presidente Chávez.

El parlamento, aparte del control, ejerce como representante de la población y los


Estados en su conjunto, ante lo cual debe procurar el cuidado de los bienes patrimoniales
y financieros para cada sector del país, cada territorio, y ser voz de las minorías, ante lo
cual el respeto de los derechos ciudadanos se haga valer. La obtención por parte del
oficialismo de la Asamblea, ponía en discusión sobre la legitimidad y confiabilidad del
órgano político por excelencia, donde las voces de apoyo y de disidencia, deben
encontrarse para generar resultados en favor de todos los sectores allí representados.

Corrales y Penfold (2012), agregan que “En retrospectiva, el boicoteo de las


elecciones de 2005 fue el error más grave que pudo cometer la oposición para lidiar con
Chávez. En efecto, esto tuvo como consecuencia la entrega del poder legislativo a la
rama ejecutiva” (p.48). La alusión al boicot que mencionan los autores, hace referencia,
en primer lugar, a que según las encuestas la oposición estaba consciente de que perdería
espacios dentro del parlamento, y, en segundo término, esperaban que la abstención
llamara la atención de la comunidad internacional sobre la legitimidad del gobierno, y la
poca atención a las demandas de la disidencia política.

A pesar de lo que pudieran reflejar las encuestas, el balance que pudieran dar las
voces y los votos de la oposición dentro del parlamento pudo haber cambiado los
escenarios institucionales que se dieron más tarde. Con respecto a la búsqueda de apoyo
internacional, la oposición pudo no haber tomado en cuenta sus fracasos -no precisamente
electorales- anteriores, y tampoco recordar la política exterior del gobierno destinada a la
“ayuda de países de América Latina y el Caribe” con un caudal de recursos que ponían la
situación a favor del oficialismo.

Al finalizar el 2005, la oposición pereció en espacios políticos-administrativos, en


varias instituciones que le permitieran movilizarse en cualquier sentido, lo cual ponía la

165
situación cuesta arriba para un año 2006 que tendría que cerrar con nada menos que
nuevas elecciones presidenciales. Junto a ese escenario político, en lo económico, el
informe del BCV del año 2005 afirma que “la monetización de los ingresos petroleros
externos en un contexto favorable de precios y volúmenes de exportación, financió un
mayor nivel de gasto público que alentó la expansión de la demanda agregada interna”.

Dicho aumento de la demanda agregada interna, se atendió, a lo largo del 2005,


nuevamente con importaciones, y el precio del barril permitió un crecimiento del PIB de
ese año en 9.3%, al igual que la inflación logró reducirse al 13.8% que, según el BCV,
respondía a la efectividad del control cambiario impuesto en 2003. El informe económico
del BCV del 2005, especifica también lo logrado en materia institucional durante el
desempeño de ese año:

(…) mediante una nueva distribución del ingreso petrolero, cónsono con el
artículo 311 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
para lograr el genuino desarrollo económico y social del país, a través de la
creación del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden). En tal sentido, en el
mes de julio fue promulgada la Ley de Reforma Parcial de la Ley del BCV,
que modificó el mecanismo de entrega de las divisas provenientes de la
actividad de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), quien venderá al BCV las
cantidades necesarias a los fines de atender sus gastos operativos y de
funcionamiento en el país, así como las contribuciones fiscales a las que está
obligada, de conformidad con las leyes (Informe Económico del BCV; 2005,
p. 14).
La reforma de la Ley del BCV le daría rango legal a la distribución y entrega desde
PDVSA de divisas al BCV, la creación del FONDEN es un mecanismo de absorción de
dinero a través de las reservas internacionales. El mencionado informe, también expone
que la política fiscal se dio de forma expansiva por medio del gasto, y los recursos
liquidados a través del Régimen de Administración de Divisas (RAD) no faltaron dados
los cuantiosos ingresos de la actividad petrolera.

Solamente entre septiembre y noviembre del año 2005, el Banco Central de


Venezuela transfirió al Fonden 6.000 millones de dólares63 que provenían de las reservas
internacionales, estas transferencias se iban a mantener de ahora en adelante, ahora

63
Monto reconocido en el Informe del BCV del referido año

166
contando con rango legal según la reforma a la ley del BCV. El gasto siguió siendo crucial
para el gobierno, en el informe del BCV (2005) se reconoce una expansión nominal del
42.6% del gasto total del cual el 40.6% se destinó a gasto social.

Adicional a la expansión del gasto, el Gobierno aumenta los controles, el control


de cambio se mantiene y los productos y servicios controlados incrementaron durante el
2005. El gas directo, la electricidad, el aseo urbano, las matrículas escolares, algunas
presentaciones farmacéuticas y medicamentos, el café, el azúcar y el transporte, tanto
terrestre como aéreo, leche pasteurizada, y el servicio de estacionamiento forman parte
de las nuevas capacidades en expansión del Estado para controlar.

Las intenciones del PDESN de crear un crecimiento económico abierto parecen


desmoronarse, el Gobierno Nacional interviene cada vez más en la producción de
productos al cerrar las posibilidades de variación de precios. Pero no son solo productos,
son servicios básicos que, en su mayoría, estarían en control estatal: el gas, la electricidad,
el transporte son servicios que llenan las manos de un Estado que ya tiene las manos llenas
de gastos que atender. Ante tal escenario, la inversión privada poco atractivo ve en el país,
a esto se le suma la imposibilidad de repatriar capital gracias al control cambiario.

El año 2005 fue un año crucial en cuanto a planificación del sector petrolero, en
agosto de este año se lanza el Plan Siembra Petrolera (PSP), un Plan destinado a atender
exclusivamente la industrialización del petróleo según los lineamientos definidos por el
Estado. A partir de entonces el PSP establecería las directrices en materia petrolera, según
los lineamientos generales dirigidos desde el Gobierno Nacional, estableciendo metas de
largo plazo.

167
2) Plan Siembra Petrolera (PSP): Metas y resultados 2005-2012
A mediados de agosto de 2005, el Presidente Hugo Chávez lanza el nuevo Plan
Nacional para atender la industria petrolera, lleva por nombre Plan Siembra Petrolera,
proyecto a largo plazo que establecía el rumbo del sector hasta el año 2030. A diferencia
del PDESN, el PSP señala proyectos más amplios y específicos, nuevos objetivos en
cuanto a la promoción de las relaciones con países de Latinoamérica y el Caribe, así como
grandes inversiones para la ampliación de sus programas de producción.

“A través del Plan Siembra Petrolera, PDVSA proyecta su visión del desarrollo
integral del país, persigue fortalecer las capacidades, potenciar la soberanía tecnológica
e impulsar nuestro sector industrial”64 el Plan, según menciona el propio portal web de
PDVSA, parte de una premisa importante, y es que, se sustenta en que la demanda
mundial del crudo ha ido en aumento con tendencia a mantenerse al alza en el ámbito
energético internacional, lo cual permitiría que a precios estables se pudieran realizar
grandes inversiones.

En consideración con los hechos nacionales de los dos años anteriores, el


programa parte de que se deben ajustar los objetivos en materia petrolera dados los
cambios surgidos a lo interno de PDVSA y a las “nuevas realidades”, entendidas estas
como la nueva directiva, los ajustes en la cartera laboral de la empresa, y la intervención
del Ejecutivo sobre buena parte de las decisiones de la estatal petrolera.

Según el portal web de PDVSA, las directrices del PSP serían:

 Apalancar el desarrollo socioeconómico nacional con la finalidad de construir un


nuevo modelo de desarrollo económico más justo, equilibrado y sustentable para
combatir la pobreza y la exclusión social.
 Impulsar el proceso de integración energética de América Latina y el Caribe.
 Servir de instrumento geopolítico para propiciar la creación de un sistema
pluripolar que beneficie a los países en vías de desarrollo, y a su vez, constituya

64
Citado de la Página oficial de PDVSA. Disponible en:
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenuprinc.tpl.html&newsid_temas=32

168
un contrapeso al sistema
unipolar actual.
 Defender la cohesión y articulación de la política petrolera de la OPEP.

Estas cuatro directrices tienen consonancia, en primer plano, con lo planteado en


el PDESN, con el énfasis en “lo social” ratificando la búsqueda por la “economía social”
planteada en el año 2001. Pero a diferencia del PDESN, el PSP desarrolla más
ampliamente su visión sobre la geopolítica internacional y regional, dándole un rango
crucial a la integración del continente, donde es importante el incremento de la
producción nacional, tanto de PDVSA como de sus filiales.

Para el logro de cada uno de esos lineamientos se establecen objetivos, la variación


importante sería que, en el marco del impulso a las relaciones con América Latina y el
Caribe, se realizarían aportes importantes a los países beneficiados, por su parte se ratifica
la importancia de los acuerdos creados en el marco de la OPEP, y la búsqueda de
exportación en mercados asiáticos:

 Mantener la presencia en los mercados energéticos tradicionales.


 Diversificar los mercados mediante la penetración de mercados emergentes como
China e India; así como también, buscar un posicionamiento de mercado en
Europa y Asia, bajo un criterio de permanencia en contraste con ser un proveedor
puntual o esporádico.
 Fortalecer los lazos de cooperación energética, económica y técnica con países
del Medio Oriente y Europa Oriental, bajo los principios de solidaridad, justicia y
complementariedad.
 Ser brazo ejecutor de la estrategia geopolítica de integración energética de
Latinoamérica y el Caribe.
 Contribuir, a través del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo,
al apuntalamiento de la OPEP como organización soberana que persigue el logro
de la estabilidad del mercado petrolero internacional y la remuneración justa por
sus recursos.

169
En conjunto con esto, se define el papel de PDVSA para el logro de tales objetivos:
Buscar la máxima valorización de los recursos naturales no renovables y agotables
mediante la obtención de precios justos y razonables en beneficio del pueblo soberano,
con una distribución justa, eficiente y equilibrada de la riqueza petrolera para contribuir
a la erradicación de la pobreza y la
exclusión social. Las iniciativas de PDVSA, para el cumplimiento de los objetivos
planteados serían:

 Búsqueda y desarrollo de crudos livianos y medianos.


 Desarrollo integral de la Faja Petrolífera del Orinoco.
 Aceleración de la explotación del gas natural en tierra y Costa Afuera.
 Integración del sistema de refinación nacional e internacional.
 Creación de los distritos sociales, fomento de Empresas de Producción Social
(EPS) y desarrollo de núcleos de desarrollo endógeno.
 Apalancamiento de la política social del Estado y aporte al Fondo de Desarrollo
Económico y Social (FONDEN).

La industrialización y expansión, que ofrece el nuevo Plan para la industria petrolera,


tenía grandes atractivos en materia de producción y refinación del crudo venezolano, en
explotación de la oportunidad de altos precios del barril. El uso de la oportunidad que
representaba los precios del crudo para el año 2005, parecía impulsar parte del PSP, sin
embargo, su premisa sobre el mantenimiento de la demanda global del barril es
cuestionable.

El petróleo, no es un producto regular, su volatilidad es su característica principal, y


el precio con el cual contaba para el año 2005 había despertado bastante curiosidad e
incertidumbre en el mercado mundial ante tal alza. Partir del principio que el precio del
barril va a mantenerse al alza parece, en principio, una premisa errada, sobre todo visto
en retrospectiva dada la crisis mundial del año 2008 y la caída del precio del barril en
2014, situaciones que pondrían en peligro los objetivos a largo plazo.

El hecho de trazarse objetivos que apuesten con el crecimiento de la producción anual


y la refinación del crudo, se muestra contraproducente ante lo revelado por el informe

170
económico del BCV del año 2005 y la evolución que hasta entonces estaba teniendo la
industria petrolera nacional, que no varió mucho en el lapso 2006-2007.

Según se muestra en el gráfico #1, el volumen de producción nacional de petróleo


crudo apenas no muestra aumento alguno, difícilmente la actividad petrolera se muestra
en lenta recuperación tras la paralización del 2002-2003. Incluso cuando el BCV, en el
año 2005, reconoce que el leve incremento de producción diaria de barril aumentó durante
ese año en apenas 94mil barriles. Además, la actividad nacional responde, en mayor
medida, a la producción de gas y petróleo crudo mientras que la refinación muestra un
declive con respecto al año 2004.

Gráfico #1 Valor de las actividades petroleras (2000-2005)

Fuente: Informe Económico del BCV del año 2005. p.84

Ante ese escenario de débil crecimiento, es cuando nace el PSP, donde en primer
plano parece sensato es la recuperación absoluta de la actividad petrolera tras el paro
petrolero, y la recuperación del golpe al capital humano y técnico que sufrió PDVSA tras
el despido de sus más de 20.000 trabajadores de media y alta gerencia, técnicos y demás
empleados.

171
Guerra (2016;90), expone que ese escenario y tales directrices, llevó al gobierno
a trazarse las siguientes metas para el lapso 2005-2012 en cuanto a producción e inversión
petrolera, con una inversión total del Plan de Negocios de 56.000 millones de dólares de
los cuales PDVSA contribuiría con el 70%:

 Aumentar la producción total de petróleo de 2.700.000 barriles diarios en 2005


hasta 5.837.000 barriles diarios en 2012, de los cuales el esfuerzo propio de
PDVSA significaba producir 4.019.000 barriles diarios.
 Incrementar las reservas de petróleo con la incorporación de 8.600 millones de
barriles a las reservas existentes y su correspondiente certificación.
 Ampliar los programas gasíferos de la Plataforma Deltana con el aumento de la
producción desde 6.300 millones de pies cúbicos en 2005 a 11.500 millones de
pies cúbicos en 2012
 Desarrollar la Faja del Orinoco para explotar los crudos pesados mediante nuevas
asociaciones.
 Construir tres nuevas refinerías para procesar 500.000 barriles diarios

La propuesta de conferir tal inversión a la economía desviaba una cantidad de


recursos sin precedentes, el gasto se había expandido dirigido al gasto social, pero la
inversión se concentró con grandes montos con este nuevo plan de negocios de PDVSA.
Incluso, cuando el PSP daba luz verde a la participación de los privados para la
explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco, el aporte del 70% a la inversión desde la
empresa nacional era un alto costo en medio de una baja producción y una reciente
pérdida de capital humano capacitado.

Por su parte, la realidad indicaba otro hecho importante, durante el 2005, los
sectores no transables de la economía presentaban incrementos significativos: finanzas y
seguros creció con un 30.8%, la construcción y las comunicaciones hicieron lo propio con
20.1% y 19.8% respectivamente, y el comercio y servicios de reparación subió en un
19.5%65. Es crucial, lo grave que podría significar este crecimiento de un sector que, por

65
Cifras del Informe Económico del BCV del año 2005. Pág. 88

172
definición, no contribuye en la exportación nacional, y en el papel que juega en el círculo
presentado con anterioridad sobre la enfermedad holandesa.

El incremento de la demanda agregada, se atendió con importaciones que durante


el 2005 aumentaron en un 30%. La inversión privada se estimula en sectores no transables
de la economía, mientras que la inversión pasaría a concentrarse en estos mismos sectores
de la economía (como el sector construcción), o en proyectos como el Plan Siembra
Petrolera, que concentran grandes recursos y obliga a poner al máximo las capacidades
de producción y refinación a una empresa que aún tambalea tras una situación de
paralización de sus plantas.

La demanda agregada iba en imparable crecimiento, una vez copada la capacidad


interna de producción, dicha demanda se atendió con importaciones, el gasto social se
abultaba a grandes escalas y los sectores no transables de la economía eran los que
presentaban mayor crecimiento. Las exportaciones estaban siendo ocupadas por la
producción petrolera, pero a altos precios la producción se mantuvo a niveles casi
permanentes. La economía no crecía, crecen los síntomas de la enfermedad perenne en la
economía venezolana.

Regresando con lo planteado por Guerra (2016;90), la meta de incremento de


producción anual del PSP, involucraba un crecimiento de 16.6% interanual para cumplir
con lo establecido para el año 2012, aumento de producción que no resultó dado que
PDVSA no estaba en las condiciones de cometer tal objetivo.

Según se muestra en el cuadro #9, PDVSA no mostró grandes avances de


producción en el lapso 2006-2012, lo cual muestra una clara discrepancia entre las metas
trazadas y lo realmente producido, y al finalizar el año 2012 no cumplía ni con la mitad
de lo trazado en el Plan Siembra Petrolera. Incluso, para el año 2007 hay una caída de la
producción diaria de PDVSA de petróleo crudo con relación al 2006, el mismo
comportamiento lo demuestra el año 2010 y 2012 con respecto a sus años anteriores,
finalizando el 2012 con niveles de producción inferiores a lo producido durante el 2002.

173
Cuadro #9 Producción de Petróleo Crudo de PDVSA (2000-2012)

Fuente: Petróleo y Otros Datos Estadísticos (2012). Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo.
p.65

Para el 2012, PDVSA debía producir 4.019 barriles diarios, de los cuales
efectivamente produjo 2.904 barriles diarios, lo cual representó cerca del 70% de lo que
debió producir. Con respecto a la producción de gas y sus reservas, Guerra (2016) asegura
que “(…) 90% son asociadas a la producción de crudos, es decir que la disponibilidad
de gas para realizar proyectos de exportación está atada a los vaivenes de la producción
de petróleo.” (p.91), por ende, al no incrementarse la producción de crudo, no hay
crecimiento en la producción de gas.

El incremento de la producción de crudo anual no se logró, no al menos en los


números que tenía el PSP previsto en su comienzo. La producción anual de gas estaría a
cargo del Eje Proyecto Delta Caribe66, abarcando el oriente y occidente del país, desde

66
El nombre de los ejes del PSP están especificados en el portal web de la empresa. Disponible en:
http://www.pdvsa.com/PESP/Pages_pesp/politicapetrolera/siembra_petro.html

174
donde se esperaba llegar a la cifra de 11.500 millones de pies cúbicos diarios, sin
embargo, los números al finalizar el año 2012 son otros:

Cuadro #10 Producción de Gas de PDVSA. (2012)

Fuente: Informe de Gestión anual de PDVSA (2012). p. 68

7.327 millones de pies cúbicos diarios fue la producción de PDVSA en cuanto a


gas para el año 2012, contando con la ayuda de empresas mixtas y demás licencias para
la obtención del producto. La producción anual de gas para poder llegar a el máximo
establecido al año 2012 tampoco se logra, lo cual supone, junto al intento fallido de
incrementar la producción de crudo, la imposibilidad de contar con los recursos
necesarios para continuar los objetivos trazados.

El informe de gestión anual de PDVSA del 2012, indica que el 70% de esa
producción fue al consumo interno de la empresa en inyección a yacimientos,
combustible, etc. 28% se entregó para el consumo interno y el restante 2% para líquido

175
del gas natural67 (LGN). Guerra (2016:91), advierte que tal situación de disminución de
producción de gas, además de poner en peligro la propia producción de crudo, -ya que
buena parte del gas se inyecta para poder seguir extrayendo petróleo- Venezuela no cuenta
con el suficiente gas para abastecer la demanda interna.

Los programas gasíferos se ven comprometidos dado que no se logra alcanzar ni


la producción de crudo ni gas para poder acercarse continuamente a las cifras esperadas.
Para Guerra (2016:91) el déficit de gas para atender la demanda interna asciende
alrededor de los 2.000 millones de pies cúbicos, al punto de llegar el país a importar gas
metano, y los proyectos como el Programa de Gas Vehicular, el de desarrollo
petroquímico y otros proyectos de PDVSA a largo plazo tendrían poca viabilidad.

En relación a las nuevas refinerías, el informe de Gestión Anual de PDVSA (2012)


indica que la empresa actualmente realiza actividades de refinación en la República
Bolivariana de Venezuela, el Caribe, Estados Unidos y Europa. Y menciona que “Su
capacidad de refinación en el ámbito mundial fue de 2.822 MBD para el 31 de diciembre
de 2012.” (p.76), en relación a las refinerías ya existentes en el exterior. La capacidad de
refinación interna es sobre las centrales en Bajo Grande, Paraguaná, El Palito, Puerto la
Cruz y San Roque, son de las mismas centrales, ninguna nueva.

La capacidad de refinación nacional se dio en centrales que operan en Venezuela


desde hace varios años, ninguna de las que menciona PDVSA responde a nuevas
refinerías y la refinación fuera del país también es parte de los acuerdos ya suscritos de
PDVSA con empresas fuera del país o centrales de la propia empresa. A pesar de esto, en
el año 2014, el entonces director de Proyectos de Nuevas Refinerías, Gabriel Oliveros,
presentó los avances en cuanto a las nuevas refinerías.

En el marco del tercer foro de crudos pesados: Retos en Mejoramiento y


Refinación en la Faja Petrolífera del Orinoco ‘Hugo Chávez’, que se realizó en Puerto La
Cruz, estado Anzoátegui. El director de nuevas refinerías, hizo referencia a la nueva
refinería “Batalla de Santa Inés”, en el Estado Barinas, en la que se aspiraban producir
gasolina, diésel, querosén, fuel oil y gas licuado para abastecer a los estados Mérida,

67
Cifras del Informe de Gestión Anual de PDVSA (2012). Pág. 68

176
Táchira, Apure, Barinas, y Portuguesa, con petróleo crudo de la Faja. El funcionario,
mencionó que los profesionales de PDVSA trabajaban en la preparación del sitio para el
momento en que brindó las declaraciones (octubre de 2014).68

La otra refinería, Cabruta, en el estado Guárico, sería desarrollada en tres etapas,


iniciando como Mejorador en el año 2017 con una inversión de 8.261 millones de dólares,
siguiendo como Refinería Combustible en el 2022 con una inversión de 3.343 millones
de dólares y, finalmente, como Refinería Petroquímica para el 2027 con una inversión de
2.655 millones de dólares69. Según lo presentado por el gerente de PDVSA, dicha
refinería no ha presentado grandes avances. Entre la refinería Santa Inés, y Cabruta se
procesarían alrededor de 321 mil barriles diarios, lo cual representa cerca del 64% de lo
que aspiraba el PSP en procesamiento de nuevas refinerías.

Acerca del incremento de las reservas de petróleo probadas y certificadas de


Venezuela, que aspiraba llegar a 8.600 millones de barriles a las reservas existentes, para
el año 2005 el total de nuevas reservas es de 623mmb, acumulando en reservas probadas
80.012mmb, y para el año 2006 las nuevas reservas suben hasta 8.495mmb acumulando
87.324mmb. El incremento del número de reservas a partir del año 2006 llega a niveles
nunca antes visto, es el único de los puntos del PSP que hasta ahora ha ido cumpliendo
sus metas establecidas, a continuación, se presenta el número de reservas probadas
reconocidas por PDVSA:

68
Noticia disponible en:
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/salaprensa/readnew.tpl.html&newsid_obj_i
d=12478&newsid_temas=1
69
Información del portal web de PDVSA. Disponible en:
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenu.tpl.html&newsid_obj_id=530&ne
wsid_temas=82

177
Cuadro #11 Reservas Probadas de Petróleo (mmb)

Fuente: Petróleo y Otros Datos Estadísticos (2012). Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo.
p.59

El incremento de las reservas probadas de Venezuela es sustancioso a partir del


año 2006, la asociación con empresas mixtas para el descubrimiento de reservas en la faja
petrolífera del Orinoco contribuyó al incremento del número de reservas totales. Junto a
el número de reservas, se puede observar que la producción de dichas reservas se mantuvo
a un ritmo constante en el período 2005-2012 con tendencias a la baja.

A dichas cifras, se suman las reservas del año 2013 para llegar a un número de
298.353mmb según muestra el Informe de gestión anual de PDVSA para ese año. El
mismo informe del año 2014, indica que las nuevas reservas de ese año subieron en
2.414mmb y el total de las reservas de Venezuela alcanzaron su máximo histórico de
299.953mmb, lo cual ubica a Venezuela en el primer lugar de reservas mundiales de
crudo, por encima de Arabia Saudita.

Incluso, la OPEP reconoce que las reservas de Venezuela, según informa el país
en sus reportes anuales a la organización, ascienden a más de 300.000mmb que
representan el 24.8% del total de reservas de los países de la organización. Arabia Saudita,
se ubica en segundo lugar de reservas de la OPEP con el 22% que refieren a 266.460mmb,

178
ratificando el hecho sustancial de que las reservas de los países miembros representan el
81% de las reservas globales de crudo70.

Sobre el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, señalado en el PSP, es hasta


el año 2012 donde se crea el Órgano Superior de la Faja Petrolífera del Orinoco, que
funcionaría como Comité de Operaciones y sus competencias serían “conocer todo lo
relativo a las actividades primarias de exploración y explotación de hidrocarburos en el
área de la Faja petrolífera del Orinoco” (Informe de Gestión Anual;2012, p.22).

El proyecto reconoce la participación privada a través de empresas mixtas, que


fueron originalmente provenientes de los antiguos convenios operativos de la faja que se
dieron en el marco de la “Apertura Petrolera”, realizada en los años noventa durante el
segundo mandato de Rafael Caldera, bajo el contexto y las condiciones anteriormente
mencionadas. Ahora, bajo la política de “plena soberanía petrolera71”, y en el contexto
del Eje Magna Reserva del PSP, se impulsó desde el año 2005 la exploración y
explotación de los recursos de crudo en la faja petrolífera del Orinoco.

Sobre los proyectos planteados con las empresas mixtas para el desarrollo de la
faja, se mencionarán sus avances con detalle más adelante, por ahora, conviene mencionar
que el objetivo de desarrollo de la faja se da más ampliamente a partir del año 2012, y
hasta ese momento los ojos de la empresa se centran en buena medida en el objetivo de
impulsar y ampliar las relaciones con América Latina y el Caribe, para lo cual se logra la
creación de Petrocaribe.

Petrocaribe nace en el año 2005, con la promoción de Venezuela bajo la dirección


del presidente Chávez. Petrocaribe, es un acuerdo de cooperación energética entre los
países de la región caribeña para el intercambio comercial de productos energéticos, con
el objetivo de “Contribuir a la seguridad energética al desarrollo socio-económico y a
la integración de los países del Caribe, mediante el empleo soberano de los recursos

70
Cifras obtenidas del portal web de la OPEP. Disponible en:
http://www.opec.org/opec_web/en/data_graphs/330.htm
71
Término usado por el presidente Chávez en el lanzamiento de esa política en el año 2005 y 2012

179
energéticos” (Acuerdo de creación de Petrocaribe; 2005) y basado en los principios de
integración del ALBA, 14 países caribeños firman el convenio.

También, el acuerdo firmado se pacta bajo el propósito de “contribuir a la


transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas,
cultas participativas y solidarias y que, por ello está concebido como un proceso integral
que promueve la eliminación de las desigualdades sociales (…)” (Carta de creación de
Petrocaribe;2005). El órgano, nace bajo los fondos auspiciados por Venezuela, ya que el
contrato indica que para el financiamiento de programas sociales y económicos se crearía
un fondo, el nuevo fondo llamado ALBA-CARIBE, se activaría con el aporte de cincuenta
millones de dólares entregados por Venezuela.

El acuerdo de Petrocaribe es pues, un contrato de suministro de hidrocarburos


desde Venezuela hacia los países miembros con una escala de financiamiento de entre el
5 y el 50% de la factura petrolera, según su carta, tomando como referencia el precio de
los hidrocarburos y con un periodo de gracia de entre 1 y 2 años junto a una extensión del
período de pago de entre 17 y 25 años, con un interés de 1% en el supuesto que el precio
del barril pase la barrera de los 40$/b.

Bajo esas condiciones, el país se ve considerablemente comprometido a largo


plazo en sus finanzas, sin incluir el costo del capital para abrir el fondo Alba-Caribe. Los
compromisos de Venezuela para mantener acuerdos como este están sujetos a la variación
del precio del barril, pero no prevé situaciones de una caída abrupta y considerable del
precio del crudo cuando el principal responsable de los aportes es un solo Estado
miembro, Venezuela.

Las consecuencias del suministro a los países miembros de Petrocaribe, serán


sumamente costosas y se verán evidenciadas en la crisis que más tarde tendrá el país.
Incluso ya era un alto costo para las capacidades productivas de PDVSA, Maza
(2006:222) señala que Venezuela se responsabilizaba a surtir el mercado caribeño con
450.000 barriles diarios dado la poca oferta y producción de los demás países miembros,
barriles que se descontarían de la precaria producción de PDVSA.

180
La creación de una PetroDiplomacia72, descrita por Maza (2006:219) como la
política energética regional creada por el Gobierno nacional con la creación y pactos de
petrocaribe, petrosur y petroandina, indicaban las intenciones de Venezuela de que el
petróleo constituyera la columna vertebral de procesos de integración en América Latina
y el Caribe. El propósito de Venezuela en este tipo de procesos integracionistas es claro
y reconocido por PDVSA: “constituye una iniciativa política destinada a brindar
facilidades tanto financieras como estructurales que garanticen el suministro directo
hacia los países del área”73

“La costosa geopolítica petrolera del gobierno bolivariano, con grandes saldos
pasivos en los estados financieros de PDVSA, representa en agosto de 2006 la evidencia
de pérdidas que los protocolos del integracionismo energético en el Caribe causan a
Venezuela” (Maza;2006, p.230). Estos criterios de “economía alternativa” para crear el
mencionado acuerdo, y la retórica discursiva en la que fluye el documento constitutivo
de Petrocaribe, dan muestras del cambio que comenzaba a gestarse desde el Ejecutivo,
cambio que más tarde se transformaría en una propuesta para su siguiente período de
gobierno.

En otras palabras, la integración más allá de ser un proceso en la búsqueda de


intercambio cultural, comercial o de cualquier otra índole, busca el buen posicionamiento
internacional74 de Venezuela como parte de su política exterior establecida en el PDESN
y ratificada en el PSP, sobre todo, en aprovechamiento de los ingentes recursos que
recibía la nación en el momento de la celebración del acuerdo. Petrodiplomacia con un
alto costo de capital inicial, compromisos de intercambio técnicos, y responsabilidades a
la producción de Venezuela.

72
Originalmente, según el autor, el término es usado por los detractores del gobierno de Chávez para el
momento de la firma del acuerdo.
73
Tomado de la página oficial de PDVSA, según lo acordado en la creación de PETROCARIBE. Disponible
en:
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenuprinc.tpl.html&newsid_temas=48
74
El posicionamiento internacional entendido como el poder y la capacidad que le atribuyen otros
Estado a otra nación de imponerse en las relaciones internacionales

181
Balance al cierre de los años 2006-2007
La etapa inaugurada en el año 2003, que implicó el cierre del conflicto petrolero
nacional, y una imposición de control cambiario y control de precios, llega al año 2007
con una escasa recuperación de la producción petrolera, pocas variaciones en los sectores
no petroleros y no transables de la economía, y con el mantenimiento y aumento de los
controles establecidos a principios del 2003.

El informe económico del BCV del 2006, indica que la política fiscal mantuvo sus
niveles expansivos durante ese año, así mismo, reconoce que las oportunidades crediticias
fueron posibles gracias al favorable precio del barril. Y en el año 2007, el BCV reconoce
las deficiencias de la economía nacional para atender la demanda:
El crecimiento de la oferta nacional continuó siendo insuficiente para atender
los aumentos de la demanda interna. Ello se tradujo en mayores volúmenes
de importaciones, los cuales en 2007 representaron el 60% del incremento de
la oferta global, así como en una aceleración de la inflación con respecto al
año previo (Informe económico del BCV;2007, p.24)

Las reservas internacionales por su parte, crecieron durante el 2006 hasta llegar a
la cifra de 37.440 millones de dólares, pero a su vez, se registró un déficit del gobierno
central de 3.2% al cierre del tercer trimestre del 2006, con una inflación mayor a la del
2005 con 17%. Mientras que, el año 2007 cerró con una inflación del 22.5%75, niveles
muy por encima de lo esperado con respecto a los planes del gobierno nacional.

Las cifras anteriores, resumían el incremento de 10.3% del Producto Interno Bruto
(PIB) para el 2006. Por su parte, el informe económico del 2007 indicó que por cuarto
año consecutivo el PIB registró un aumento, ese año del 8.4% gracias al incremento de la
demanda interna en sus componentes de inversión y de consumo relacionado con el
crecimiento del gasto público.

El mismo informe del BCV, reconoce que la actividad petrolera registró en 2006
una reducción de 1.9% con respecto al año anterior, situación que justificó el BCV con
“el mayor dinamismo experimentado por su componente privado” (p. 21). La situación
de la actividad petrolera no mejoró durante el 2007, cuando se reconoce una reducción de

75
Cifras de los informes económicos del BCV de los años respectivos

182
2.9% de la actividad petrolera pública en conjunto con un derrumbe de la actividad
extractiva de crudo y gas natural de 4.5%. para el 2007.

Simultáneamente, el Banco Central de Venezuela apunta que para el 2006 los


sectores más productivos de la economía son: las instituciones financieras con 39.2%,
construcción 32.1%, comunicaciones 23.2%, comercios y servicios de reparación 19.9%,
servicios comunitarios, sociales y personales 16.3% transporte y almacenamiento 12.3%,
mientras que la manufactura llegó al 10.4%.76

Situación similar de los sectores no petroleros de la economía se registra en el año


2007, con un incremento en la manufactura con 16.8%, y repiten con mejor desempeño
productivo: comercio, construcción, finanzas y seguros. Nuevamente la mayoría de los
sectores más eficientes de la economía son en su mayoría sectores no transables, que se
unen al incremento del gasto público, la caída de la actividad petrolera (que se cubre con
altos precios del barril), y una alta inflación.

Mientras tanto, el informe del BCV (2006) reconoce una tasa de desempleo del
9.5% al igual que hace referencia sobre el número de empleos públicos, lo que disminuyó
la tasa de desocupación -con un 9.2% de aumento contribuyó el sector público en 2006 a
la disminución del desempleo-. Pero para 2007, el incremento de empleos del sector
público en 17.1% se justifica con los procesos de nacionalización iniciados durante ese
año, el mismo número en el sector privado creció apenas en un 2.4% en 2006 y en 2007
da un salto de 82.9%.77

El gasto público total se expandió en un 54.3% durante el 2006, cifra que hace
recordar que fue un año electoral donde casualmente tiende a aumentar las necesidades
del gobierno central. El gasto corriente durante el 2007 tiene mayor amplitud en el gasto
total del gobierno central, donde destaca la transferencia de recursos al sector privado
(34.6%) y las transferencias a organismos públicos (14.9%)78. Los reclamadores,

76
Cifras del Informe del BCV entregado a la Asamblea Nacional en 2006
77
Cifras reportadas por el BCV de los informes económicos (2006-2007)
78
Véase Informe del BCV presentado a la Asamblea Nacional en enero de 2007

183
recordando lo planteado por Bautista (2013), se mantienen desde el sector privado, y
aumentan cada vez más en lo público.

El desbalance sufrido por la economía venezolana, sobre todo en materia de


producción de crudo y sus derivados, se ha mantenido bajo perfil gracias a los altos
precios del barril petrolero. Hasta este punto, se ha mostrado tanto en cifras, como en
cambios institucionales, las capacidades de la cartera gubernamental de acaparar en sus
manos grandes cantidades de petrodólares y el uso en gasto e inversión que puede llegar
a alcanzar. Situación que contribuye a la minimización de las capacidades de exigencia
ciudadanas ante los distintos organismos gubernamentales.

Otro evento crucial es que, tras Chávez ganar las elecciones de diciembre del 2006
con el 62.84% de los votos79, el Gobierno que éste preside abre una segunda etapa
intervencionista del Estado, y es que, a partir del cambio ideológico y político que
advierte su campaña del 2006, -que usa de lleno el socialismo como Plan para gobernar-
las expropiaciones se comienzan a generar y multiplicar aceleradamente tras la victoria
electoral del 2006.

Las misiones sociales han contribuido en el éxito de la administración de Chávez,


los altos precios del barril han contribuido a ello y generado una nueva forma de llevar la
política interna y exterior de Venezuela. Los objetivos planteados en el PDESN se
difuminan, sobre la gran intención de diversificar la economía venezolana creando nuevos
factores productivos que exportar, relata Maza (2006:110), que la realidad mostró lo
contrario a aquella intención, dado que la economía registró una mayor dependencia del
petróleo en los primeros cinco años de la administración Chávez:

El haber convertido el petróleo, por decisión arbitraria del régimen, en fuente


permanente de ingresos extraordinarios para la tesorería discrecional de la
más alta instancia del poder, a través de fondos especiales administrados sin
cuenta ni control, ha redundado en la fragilidad estructural de la industria
extractiva (p.111)

79
Resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral. Disponibles en:
http://www.cne.gob.ve/divulgacionPresidencial/resultado_nacional.php

184
Denuncia el autor el uso y abuso de los fondos creados en esta primera etapa del
Chavismo, así como la desviación de esos recursos a actividades no auditables por parte
de ningún ente u órgano, que terminó por poner un cerco a la inversión de PDVSA para
poder recuperarse en materia de producción y expansión.

Más adelante, se menciona la situación del rentismo en este momento histórico


donde la acumulación de capital en el sector público se ha vuelto mucho mayor con
respecto al sector privado, el experto evalúa la situación así: “(…) la renta del petróleo,
ahora como nunca antes, financia un proceso de cambio que ocurre más bien como un
proceso de movilización política sin regla, como un experimento sin perspectivas fiscales
sostenibles (…)” (Maza;2006, p.119).

Bautista (2013), coincide en que “Estamos ante un proceso de politización


primaria de la asignación de renta” (p.369) en los primeros años de Chávez, proceso
donde el Estado asigna renta a reclamadores que ni siquiera han llegado a formular tal
reclamo, y se le entregan en programas sociales sus necesidades desatendidas. “El punto
está en que grandes volúmenes de renta son asignados a los sectores populares, con el
telón de fondo de un discurso emotivo y sentimentalmente muy eficaz” (p.372), un
discurso que abarca el eslogan de la abrupta participación de la estatal petrolera en el
gasto social, “La Nueva PDVSA” y “PDVSA ahora es de todos”.

Aquellos lemas tapaban los números descritos anteriormente, la estatal no había


logrado recuperarse del paro petrolero, y la producción y la inversión para expansión de
los planes de negocio, no estaban ligados a la realidad de la empresa. “El ducto rentístico
es ahora más directo y resulta más visible la dependencia que con la renta tienen las
diferentes formas de traslado de ella” (Maza;2006, p. 372), distribución que se sustenta
en principios de DDHH y por el derecho a dichos bienes porque son propiedad del Estado,
pero con posibles drásticas consecuencias sino no existe planes de contraloría y
mantenimiento en el corto y largo plazo.

Penfold y Corrales (2012), agregan que “Un Estado que depende fuertemente de
algún sector, especialmente del petróleo, tiene pocos incentivos para estimular el
crecimiento de otros” (p. 76), lo cual terminó ocurriendo con la economía venezolana de

185
los primeros años del siglo XXI. La economía venezolana se dedicó a financiar y expandir
el gasto, a atender las necesidades del gobierno central y atender el incremento de la
demanda interna con aumentos significativos de las importaciones. Las cifras mostradas
por el BCV y PDVSA dan al traste con el objetivo de crecimiento económico del PDESN.

En ese mismo orden de ideas, Maza (2006) agrega que la expectativa de


crecimiento no fue más que eso, una expectativa. Indica que: “el desempeño de la
economía se ha traducido en un estrangulamiento de la oferta real interna y en una
tendencia regresiva de la distribución del ingreso” (p.120), y las cifras solo muestran un
desbalance, donde al no alcanzarse el equilibrio, el crecimiento es cuestión de espejismo
creado por el alza de los precios del crudo.

Crecimiento sin desarrollo, expansión cuantitativa con precario contenido


social, han sido revelaciones invariables del diagnóstico del país, en
referencia a su configuración contemporánea no bien definida, con una
economía que no se desarrolla porque no se transforma, ni cambia porque no
se despliega en mudanza de perspectivas (Maza;2006, p.50).
El crecimiento en el que arguye la economía, solo en apariencia, no es sustentable
en el tiempo, es anómalo porque crecen los sectores no transables de la economía mientras
que los que aportan a las exportaciones quedan rezagados, y es el petróleo quien cubre
las deficiencias de productividad de otros sectores. El desarrollo para crear una economía
social, base del PDESN, se ve estancado por una inmovilidad estructural de la economía
que ni aumenta la producción petrolera ni incrementa la productividad de sectores
alternativos.

Diversificación por industrialización era clave en el PDESN, sin embargo, los


datos de crecimiento son claros, así como el constante aumento de las importaciones para
cubrir una cada vez más alta demanda interna generada por una expansión del gasto.
Guerra (2016) asegura sobre la transformación económica por industrialización de
sectores alternativos que esta “(…) se vio muy resentida toda vez que el componente
importado en la oferta interna de bienes aumentó notoriamente y desplazó a la de origen
nacional (…)” (p.24) donde la imposición de control de cambios “afectó la viabilidad del
crecimiento industrial.”

186
Volviendo sobre el resultado de alcanzar una “economía social” según el PDESN,
las misiones sociales no tuvieron mucho que ver con dicha definición planteada en el Plan
del año 2001, al respecto Aponte (2014) apunta que

(…) es llamativo que la principal novedad de la política social de las gestiones


del Presidente Chávez, como serían las misiones sociales, no fuera objeto de
ninguna prefiguración clara en ese Plan y de hecho, aparte de algunos
documentos principalmente divulgativos o de carácter propagandístico, las
misiones serían sobre todo un tema relevante en el voluntarioso pero
asistemático marco de la intensa presidencia mediática que ejerció Hugo
Chávez (p.103).

Entonces, si dichos programas sociales no respondían a lo establecido en el


PDESN, respondió más bien a un criterio político, un sistema de contribución a las
deficiencias electorales momentáneas que atravesaba el presidente Chávez. Se asemeja
pues, a lo argumentado por D’Elias y Cabezas (2008) como “(…) un sistema integrado
en sí mismo para atender el conjunto de necesidades de los sectores excluidos y
consolidar en su interior los valores y símbolos de la revolución” (p.6). el costo
económico, y la debilidad de mantener esos programas en el largo plazo hacían más por
debilitar los sistemas contralores y administrativos de la nación.

Párraga (2010), argumenta que el crecimiento de PDVSA hacia actividades que


no le son inherentes, “pero que son fundamentales para mantener la tendencia al
crecimiento económico que se ha trazado el chavismo (…) ha incrementado visiblemente
el poder que la empresa ya tenía dentro del aparato estatal” (p.30). Aún peor, el doble
sombrero de presidente de PDVSA y ministro de energía y petróleo de Rafael Ramírez,
concentraba mayores recursos y mayores funciones en manos de una sola persona, que
además estaba íntimamente relacionada con el Ejecutivo y respondía íntegramente a éste.

Acerca del balance institucional, al cierre del 2007 el peso se inclina hacia el
gobierno, las instituciones estatales comienzan ya, efectivamente, a responder a las
necesidades del Ejecutivo. PDVSA desde el año 2003, la Asamblea Nacional desde el
2001 y sobre todo desde enero del 2006, medios de comunicación tales como prensa,
radio y televisión. También, “donde es posible, se crean organizaciones paralelas adictas

187
al gobierno, a las que se favorece económicamente, o a las que se da preferencia como
interlocutores en las negociaciones con el Estado” (Bautista;2013, p.375)

A partir del año 2003, el control de cambio lograría un hecho fundamental y es


que, la adquisición de moneda extrajera a través del Régimen de Administración de
divisas (RAD) y Cadivi, suponía que era el banco central de Venezuela y los directores
de dichos órganos quienes decidirían no solo los montos de asignación de los recursos
correspondientes, sino que deciden quienes entran en esa asignación lo que implicó una
administración casi directa sobre el sector privado y su producción. Sin mencionar el
hecho de que, el presidente del BCV debía ser nombrado por la Asamblea Nacional y
dado que esta estaba en manos del Ejecutivo, no había grandes distancias entre lo que
deseaba el Presidente de la nación y el presidente del BCV.

A su vez, desde el año 2007, el presidente Chávez comienza una etapa de


expropiaciones y nacionalizaciones importantes. Penfold y Corrales (2012:57) señalan
que Chávez anunció la nacionalización de sectores de telecomunicaciones, electricidad y
participación en áreas económicas como la banca y la agroindustria, participación aún
mayor de la que ya venía desempeñando. Al respecto, Salmerón (2013:122) recuerda que
durante ese año el gobierno se hizo con empresas como CANTV, Sidor, Banco de
Venezuela, Electricidad de Caracas, resume lo comenzado en ese año así:

- febrero. - El Gobierno firma la compra de la compañía eléctrica Seneca y del 82,14%


de Electricidad de Caracas, ambas controladas por capital estadounidense.

- 1 mayo. - La estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) toma simbólicamente el


control de los campos petrolíferos de la Faja del Orinoco, con reservas estimadas en
316.000 millones de barriles, tras acordar la creación de empresas mixtas con mayoría
estatal.

- mayo. - El Gobierno nacionaliza la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de


Venezuela (CANTV). Además, eleva al 92,98% la participación estatal en Electricidad
de Caracas con una OPA.

188
- 26 junio. - Las estadounidenses Exxon Mobil y Conoco Philips rechazan formar
una empresa mixta con mayoría accionarial de PDVSA en la Faja del Orinoco e
inician un litigio contra el Gobierno venezolano.

En el camino que culmina en el 2006 y parte del 2007 jugó un papel fundamental
la expansión de las instituciones y empresas de todo tipo en manos del Estado, al respecto
Penfold y Corrales (2012:49) argumentan que en 2006 en contraposición con el 2003 la
oposición parecía desolada, y en el trayecto de la campaña presidencial la balanza se
inclinó en favor del gobierno:

La oposición estaba en desventaja en el acceso a los medios: el régimen


invirtió más de US$40 millones en la mejora de la cadena estatal de televisión
y la agencia estatal de noticias; instaló tres nuevos canales de televisión;
adquirió unas 145 emisoras de radio y 75 periódicos comunitarios, y puso en
marcha unos 66 sitios de internet progobierno (p. 52).
Ante esta capacidad mediática del Gobierno, las posibilidades de voces
alternativas a la oficial se vuelven mediocres, más aún cuando en el medio de la
celebración electoral, el presidente Chávez anuncia en diciembre de 2006, que tras el fin
de la concesión de Radio Caracas Televisión (RCTV) en 2007, no se le renovaría dicho
permiso de transmisión. Otro descuento en favor de las alternativas comunicacionales e
institucionales de los ciudadanos motivado a las manos extensivas del Estado.

A partir de los años 2006 y 2007, se da un proceso distinto en la política nacional,


y es que, tras las elecciones del 2006, los votos de oposición se concentraron en partidos
no tradicionales, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia, además que la oposición se batió
en un proceso con candidato único (Manuel Rosales). Tras lo aprendido en procesos
anteriores, la oposición decide acudir a las elecciones denunciando las inequidades con
respecto al oficialismo y, a pesar de no ganar las elecciones, reconocen los resultados y
abren una nueva etapa en su accionar.

Esta nueva etapa, la describen Penfold y Corrales (2012:55) como un proceso de


radicalización del gobierno a través de los continuos ataques a la disidencia e
intervenciones de diferentes empresas y organismos. Pero la oposición se modera y acepta
las reglas del juego sin dejar de denunciar sus desigualdades a la hora de medirse con el

189
partido de gobierno. Chávez abre su camino para el período 2007-2013 ayudado con el
alto precio del barril, y el plan para gobernar en ese lapso llevaría por nombre “Proyecto
Nacional Simón Bolívar” en el marco del Socialismo del Siglo XXI anunciado y dirigido
éste.

190
3) Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista:
Desarrollo Económico y Social 2007-2013
“¿Si no es el capitalismo, entonces qué?, Yo no tengo duda: es el socialismo.”
Hugo Chávez ante la IV Cumbre de Deuda Social en 2005
En diciembre de 2006, Chávez gana las elecciones presidenciales para el período
2007-2013 frente a la primera magistratura del país, y antes de comenzar ese período,
conviene recordar el discurso y proyecto que lo llevaron a juramentarse en enero de 2007
para ese nuevo mandato presidencial. El 25 de febrero de 2005 en el marco de la IV
cumbre de deuda social, el presidente venezolano aseguró abiertamente, y por primera
vez, que coincidía con los preceptos del socialismo80, desde entonces su actuar político
se dirigió a ratificar dicha postura.

El discurso se volvió proyecto, en el año 2006 la campaña de Chávez giró en torno


a su nueva visión de país que estaba alrededor de lo que él denominó “Socialismo del
Siglo XXI”, término ya usado por el alemán Heinz Dietrich años atrás, y en el cual el
presidente venezolano aspiraba enrumbar el país en los siguientes seis años en un segundo
mandato. Según relata Guerra (2013:37), en plena campaña electoral Chávez indicó que
quien votara por él lo haría por el Socialismo. Es decir, el apoyo a la candidatura de Hugo
Chávez significaba el apoyo al proyecto con el cual éste se presentó para ser electo a
dicho cargo, proyecto llamado “Plan Nacional Simón Bolívar: Primer Plan Socialista” o
Primer Plan Socialista”.

El proyecto de Chávez tenía una nueva particularidad, y es que, para el período


2001-2007 no existía una clara determinación de su posición ideológica, o que al menos
fuera manifiesta en su actuar económico. En esta nueva fase comprende y asume los
cambios ya iniciados tras varios conflictos, y el logro de la consolidación de la
transformación del Estado venezolano a través de la constituyente de 1999. Chávez asume
dicha postura oficialmente en 2005, y en 2006 arranca su campaña electoral alrededor del
“Socialismo del Siglo XXI” con nuevos retos y propuestas.

80
Primera vez según se puede encontrar en varias notas periodísticas como las del Universal. Disponible
en: http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/130324/los-asesores-de-chavez

191
El nuevo Plan Socialista asume las nuevas realidades en las que se encuentra el
proyecto político iniciado años atrás por Chávez. Realidades económicas, institucionales,
políticas y sociales que aspira a mantener el proyecto por varios años en aras de garantizar
el proceso “Bolivariano”. El Plan reza en su enfoque así:

La Plena realización del Socialismo del Siglo XXI, que estamos inventando,
y que sólo será posible en el mediano tiempo histórico pasa necesariamente
por la refundación ética y moral de la Nación Venezolana. Tal refundación
supone un proyecto ético y moral que cimenta sus raíces en la fusión de los
valores y principios más avanzados de las corrientes humanistas del
socialismo y de la herencia histórica del pensamiento de Simón Bolívar. Su
fin último es la suprema felicidad para cada ciudadano (Proyecto Nacional
Simón Bolívar; p.5)81.
El Plan socialista recibe pues, un segundo apellido, Bolivariano. Este nuevo
proyecto país se enmarca, según reseña su enfoque, en la aceptación de la confrontación
con el sistema capitalista, la preocupación del estado en que se encuentra cierto número
de personas que aún viven en situación de pobreza, la búsqueda por superar la corrupción
y el abandono al “uso y promoción de la violencia psicológica y material” en medios de
comunicación que imposibilitan la vida en paz y democracia.

Se rescata de lo expuesto: el proyecto necesita de un lapso -no determinado- de


tiempo en el cual puedan alcanzarse las metas. Reconoce que la corrupción y la pobreza
siguen siendo males de la sociedad venezolana por superar, y adicionalmente, resalta la
participación de los medios de comunicación. Sobre los lapsos de tiempo, vale rescatar la
idea que ya se tenía en el PDESN sobre las etapas a cumplir para el proceso
“revolucionario”, donde ésta vez se procura no mencionar lapsos establecidos sino hacer
referencia a que se necesita “un tiempo histórico”.

Ese enfoque planteado, forjó entonces los desafíos de superación de aquellos


males de pobreza y corrupción que incluye el desafío de “La construcción de un Estado
ético”, que según reseña el plan socialista (p.5), se debe crear “Un Estado del cual se
sienta parte del ciudadano. El Estado está llamado a ser el espacio ético por excelencia,
si no lo es, el ciudadano no tendrá motivo para serlo.” Ese Estado que pretenda alcanzar,

81
La negrita es original del texto

192
se basa en un Estado de funcionarios responsables, que exhiba tolerancia absoluta de la
diversidad de pensamiento y la no tolerancia ante la discriminación y violación de DDHH.

Plantea a su vez, crear “Civilidad: La virtud por la que los ciudadanos se hacen
responsables de la vida pública.” Esto supone una concepción bastante interesante, ya
que, el hecho de tomar iniciativas en la vida pública por parte del ciudadano común,
asumiría el hecho de una gestión contralora y de abierta retroalimentación con el Estado
donde cada uno cumpla un rol. Conviene mantener tales desafíos en cuenta junto a los
planteamientos de Marina (2010), sobre la inteligencia de las ciudades y los mecanismos
de evaluación de las culturas dado los sucesos que irán dándose en los años del segundo
período de Gobierno de Chávez.

Es importante mantener en cuenta los desafíos del Plan que giran en torno a lo que
llama “Suprema felicidad social”, definida ésta como “(…) la visión de largo plazo que
tiene como punto de partida la construcción de una estructura social incluyente, formada
por una nueva sociedad de incluidos, un nuevo modelo social, productivo, socialista,
humanista, endógeno (…)” (p.9). El modelo planteado busca ser un proceso integrador
donde incluya criterios de inclusión como los descritos y de producción para “satisfacer
las necesidades sociales”, es decir, un repertorio de grandes objetivos que conviene
destacar a efectos de evaluación de la presente investigación.

En cuanto a producción nacional y política petrolera el enfoque del modelo habla


de que responderá a las necesidades de la población, y también indica que “El Estado
conservará el control total de las actividades productivas que sean de valor estratégico
para el desarrollo del país”. Es decir, se acepta ahora ampliamente el principio
intervencionista, que no regirá ahora solo para los hidrocarburos y sus derivados, sino
también todo aquello que el Estado considere estratégico. Sobre la convergencia entre
dicho modelo y la renta petrolera el Plan Socialista espera:

Establecer un Modelo Productivo Socialista con el funcionamiento de nuevas


formas de generación, apropiación y distribución de los excedentes
económicos y una nueva forma de distribución de la renta petrolera, lo que
será el reflejo de un avance sustancial en el cambio de valores en el colectivo,
en la forma de relacionarse los individuos con los demás, con la comunidad,
con la naturaleza y con los medios de producción (p.20).

193
Para tal funcionamiento productivo, sería clave la participación de Empresas de
Producción Social (EPS). Agrupaciones económicas dedicadas a la producción de
productos y servicios, en la cuales el trabajo “tiene significado propio”. Esto forma parte
del modelo socialista de producción en el cual los trabajadores se hacen dueños de su
propio trabajo y excedente económico. Las EPS son parte de la acción del Estado sobre
algunos sectores clave en la economía, así como parte de aquel proceso de intervención a
empresas privadas iniciado en 2007 que ahora, según comenta el Plan, pasarán a estar en
manos de las EPS como prolongación de la intervención estatal.

¿en qué medida se conjuga PDVSA en el marco de las EPS y el Plan Socialista?
El Plan a lo largo de sus objetivos, enfoques y políticas, menciona la participación clave
de la estatal petrolera, donde implícitamente se encuentra expuesto el financiamiento de
la empresa a otros sectores productivos que ahora estarán conformados en las EPS, y que
podría encargar funciones a tales, pero manteniendo su financiamiento en dichas
empresas. Expone el Plan:

La empresa del Estado dedicada a la explotación de los hidrocarburos, dada


su extraordinaria capacidad de compra y contratación, alcanzará un papel
fundamental en el desarrollo de las EPS, delegando progresivamente
actividades productivas especificas en ellas, de acuerdo con el nivel de
complejidad que requieren las tares y las capacidades desarrolladas en el país
y fomentando nuevas EPS que la conecten orgánicamente con el tejido
productivo nacional. Otras empresas del Estado productores de bienes
básicos, participarán de las características indicadas para la empresa estatal
de los hidrocarburos (p.21).
El Estado se propone delegar actividades productivas desde PDVSA hacia las
EPS, pero manteniendo el financiamiento a estas. En el caso que incrementen las
actividades o empresas en manos del Estado, dichas actividades o empresas irían a parar
a la cartera de PDVSA ya que éstas son altamente dependientes financieramente de la
estatal petrolera.

Esos preceptos parecen también ir en la búsqueda de lo que el Plan Socialista


llama “Soberanía Alimentaria” como la necesidad de lograr el pleno abastecimiento
interno donde se conjugue la participación privada, la participación del Estado y las EPS.
El plan reconoce que la producción nacional se encuentra en estancamiento a pesar de los

194
7 años anteriores, y parte con el objetivo de buscar la consolidación de ese sistema de
autoabastecimiento, en el cual la estatal petrolera tenga participación.

El apartado del Plan “Venezuela: Potencia Energética Mundial” indica que el


enfoque en materia de energía y petróleo se dirigía a un uso “soberano” del recurso natural
mediante la integración regional y mundial, y “hace indispensable que las actividades
medulares de la industria de los hidrocarburos continúen en Poder del Estado”. (p.35).
En aras de convertir a Venezuela en una potencia en el mediano plazo se harían
inversiones productivas internas, se captaría capital extranjero, y buscar satisfacer las
demandas internas de energía. El Primer Plan Socialista prevé:

La demanda mundial de energía de origen fósil mantendrá su participación en


la demanda total de energía y se profundizará su tendencia al mayor
crecimiento en el Asia y particularmente en China e India. Se manifestará
también un fuerte crecimiento de la demanda en Sudamérica y una
disminución relativa del crecimiento de la demanda en Norteamérica (p.35).
El Plan reconoce la tendencia al crecimiento de la demanda mundial, como
reconoce que la mayor oferta de crudo venezolano irá a parar al mercado de EEUU. La
principal ventaja del crecimiento de la demanda global radica en que ésta será de petróleos
no convencionales, es decir, petróleo pesado, y allí Venezuela conserva mayor ventaja.
Sin embargo, el Plan Simón Bolívar también señala que:

A pesar de que han aumentado las probabilidades de que se mantenga una


tendencia irreversible al alza de los precios del petróleo crudo y del gas
natural, no se debe perder de vista los requerimientos del desarrollo del país
y la eventual persistencia de cierta volatilidad de los precios, que hacen
imperativo el desarrollo de una estrategia tanto como sea posible las fuentes
de recursos fiscales (p.35).
Ante la posibilidad de una baja de los precios petroleros, desde el Gobierno
Nacional se reitera en este nuevo Plan la necesidad de crear fuentes alternas para los
ingresos fiscales de la Nación. como fuente rentística el petróleo brinda ingresos
importantes, pero las actividades relacionadas a la industria petrolera pueden ser
“palancas poderosas” para el desarrollo industrial.

Se resume de esas precisiones sobre la industria petrolera, la política a desarrollar


en la materia dentro y fuera del país en una sola; Política de Plena Soberanía Petrolera:

195
“es una política internacional, de alianza con todos aquellos países -la gran mayoría-
que insisten en desarrollarse como nacionales, y no aceptan marginarse en un mundo
supuestamente globalizado.” (p.36). A la vez que propone la integración regional para la
explotación de los recursos energéticos en Venezuela, El Plan admite las consecuencias
del patrón de consumo mundial en cuanto a recursos fósiles que no es más que la
“depredación del medio ambiente” y paradójicamente indica que se desarrollará al
máximo la industria de los hidrocarburos.

A continuación, se resume los objetivos, estrategias y políticas en materia


petrolera del Primer Plan Socialista de la Nación para el período 2007-2013:

Cuadro #12 Objetivos, Estrategias y Políticas del Primer Plan Socialista de la Nación
(2007-2013)

Objetivos Estrategias Políticas


 Convertir a Venezuela -Profundizar la -Potenciar e incrementar la capacidad de
en una potencia internalización de los producción de los hidrocarburos
energética regional y hidrocarburos -Aumentar la capacidad de refinación del
fortalecer la -Propiciar el uso de fuentes petróleo
integración energética de energía alternas, -Desarrollar la industria del gas natural
Latinoamericana y renovables y libre
caribeña. ambientalmente sostenibles -Asegurar la soberanía en el negocio de los
 Acelerar la siembra de -Promover el uso racional y hidrocarburos
petróleo, eficiente de la energía -Consolidar la red interna de distribución de
profundizando la -Profundizar la política de hidrocarburos líquidos y sus derivados
internalización de los maximización de la -Fomentar Empresas de Producción Social
hidrocarburos para captación de la renta (EPS) relacionadas productivamente con la
fortalecer la petrolera en todas las fases industria de hidrocarburos
diversificación del proceso -Incentivar la generación de fuentes
productiva y la -Preservar y mejorar el alternas de energía
inclusión social. ambiente y la calidad de -Racionalizar el consumo de energía
 Asegurar que la vida de las comunidades -Mejorar los procesos administrativos
producción y el afectadas por la utilización relacionados con la industria
consumo de energía de hidrocarburos, como -Fortalecer la contribución Fiscal en la
contribuyan a la fuente de energía industria de los hidrocarburos

196
preservación del -Fortalecer la integración -Desarrollar alianzas energéticas en el
ambiente. Latinoamericana y contexto de la integración regional
 Propiciar, un cambio caribeña -Desarrollar y consolidar regionalmente los
radical hacia la -Privilegiar la Inversión en procesos asociados al desarrollo endógeno
generación térmica de investigación y desarrollo del sector
energía eléctrica tecnológico en materia de -Consolidar las alianzas con Estados de las
adicional con base en hidrocarburos y energía áreas de interés estratégico
el gas y otras fuentes eléctrica -Apoyar la investigación para mejorar la
de energía alternativas. producción, transformación y distribución
de hidrocarburos.

Fuente: Proyecto Nacional Simón Bolívar: Primer Plan Socialista de la Nación. p..38

El cuadro señala objetivos, estrategias y políticas generales a cumplir para el


período 2007-2013. El Plan arranca comentando la meta de hacer de Venezuela una
potencia energética, destinada a fortalecer la integración regional en el marco de la
creación del ALBA en 2004 y Petrocaribe en 2005. Dichas asociaciones regionales son
las que el programa espera consolidar, así como mantener la política de fortalecimiento
de la OPEP.

El segundo objetivo refiere a la siembra del petróleo interpretada con la creación


del Plan Siembra Petrolera y las metas establecidas en éste. La internalización de los
hidrocarburos mantiene la política encaminada hacia la industrialización de la actividad
petrolera que se mencionó en el PDESN pero que ahora se adapta a las “nuevas
realidades” del país. No se descarta en ningún momento la participación de PDVSA en el
proceso de “inclusión social”, donde ahora ratifica la participación de la estatal petrolera
en la política de gasto gubernamental y ahora incluyendo entre sus políticas, las EPS.

Adicionalmente, como tercer objetivo destaca la creación de fuentes de energía


alternas, y el fortalecimiento o ampliación de las redes eléctricas existentes para atender
el consumo a nivel nacional, reconociendo así los pocos avances en la materia durante el
período anterior y que estaba establecido en el PDESN. Finalmente, destacan como
estrategias la intención de maximizar la captación de la renta petrolera en dos vertientes:

197
el gasto a través de la política de “inclusión social” para atender necesidades de los
sectores más desfavorecidos, y la inversión a través del Plan Siembra Petrolera.

El año 2007 no pudo haber cerrado mejor en cuanto a ingresos por concepto de
barril petrolero: el barril en promedio anual se ubicó en 64.74$/barril, y superando la
barrera de los 80$ al finalizar el año. Según comenta Mariana Párraga (2010:33), PDVSA
en 2007entregó 13.897 millones de dólares al Fondo de Desarrollo de la Nación, a lo cual
se suma 29.776 millones de dólares percibidos por la empresa en regalías, impuestos, y
dividendos que acumulan 43.673 millones de dólares que la estatal petrolera entregó al
Estado en un solo ejercicio fiscal.

De la importancia de las cifras anteriores expuestas por Párraga, vale comparar


con los gastos que realizó PDVSA en sus gastos medulares que fueron de más de 11.000
millones de dólares. Es decir, ni la mitad de los recursos percibidos por la empresa fueron
a estimular la inversión de sus actividades, y una gran cantidad de recursos llegaron al
Ejecutivo a través de mecanismos alternos al presupuesto nacional.

Paradójicamente en medio del increíble auge del precio del barril, Párraga
menciona que al comenzar el 2007 “(…) Petróleos de Venezuela comenzó a aplicar una
estrategia de endeudamiento que no parecía representar mayores riesgos para una
compañía que había estado saldando sus acreencias.” (p.40). Para la autora contraer
deudas tampoco parecía muy lógico, sobre todo, cuando la deuda se contraería con un
grupo de Bancos con venta futura pagadera en hidrocarburos, “Una práctica vetada en la
vieja PDVSA”. Las deudas comienzan a abultarse en medio del auge, y peor aún,
comprometiendo recursos para poder subsanar las deudas. La deuda de PDVSA al cierre
del 2007 quintuplicó el saldo de deuda consolidada en 2006.

Sobre este proceso de endeudamiento de PDVSA Guerra (2016), argumenta que:


“lo que más llama la atención es que la deuda que ha contratado PDVSA no ha sido para
apuntalar la producción de petróleo sino contrariamente, para el financiamiento de
actividades ajenas totalmente al negocio petrolero” (p.54). En 2007 desde el gobierno
nacional inició un proceso de estatizaciones que iban a abultar los pasivos de PDVSA,

198
esta situación sumaba no solo deudas de la empresa petrolera sino también
responsabilidades administrativas y funcionariales de las empresas expropiadas.

En el plano político, el año 2007 fue un año convulso para el gobierno de Chávez.
A principios de ese año, el presidente anunció los lineamientos estratégicos del nuevo
período al frente del gobierno con “los cinco motores de la revolución”, en el marco del
proyecto socialista impulsado en su campaña electoral en 2006. Para el desarrollo de esos
cinco motores era indispensable la aprobación de una Reforma Constitucional promovida
por el mismo presidente, a lo que se suma la nacionalización de los sectores de
comunicación y electricidad, el cierre de RCTV, y la intervención del Estado en la banca
y la agroindustria durante 2007.

Ante tales pretensiones presidenciales, se desató una ola de protestas en todo el


país, esta vez no desde las filas de la oposición. Corrales y Penfold (2012) relatan que:
“fue un nuevo sector de la sociedad civil el que dio respuestas a esta ronda de arrebatos
de poder: los estudiantes de las universidades públicas y privadas.” (p.57). Los
estudiantes organizados reaccionaron ante el cierre de RCTV y la intención de Reforma
Constitucional propuesta por el Ejecutivo, que incluía la posibilidad de reelección
presidencial indefinida que podía significar el fin de la alternabilidad en el poder.

Las protestas estudiantiles tuvieron como resultado aportes importantes a la


política nacional de aquellos días. El presidente Chávez calificó de elitistas a los
estudiantes y desestimó sus demandas. Curiosamente, a partir de ese año el presupuesto
asignado a las Universidades nacionales comenzó a verse recortado, la crítica de los
estudiantes al Ejecutivo salió costosa en el largo plazo, pero logró un efecto inmediato, el
presidente Chávez perdió las elecciones del 2007 para la reforma constitucional. Los
estudiantes ahora serían pilar fundamental en las filas opositoras del presidente Chávez,
y desde entonces el tratamiento a ese sector cambiaría por completo.

El primer revés electoral de Chávez del año 2007, obligó a replantearse la forma
de aprobar sus propuestas institucionalmente, más no significó un cambio en los objetivos
o las formas de llevar las cosas. El presidente iba a encontrar la forma de darle la vuelta
al resultado electoral de 2007 a partir del año siguiente.

199
Al finalizar el año 2007, PDVSA comenzó a organizar la creación de siete nuevas
empresas filiales que iban a incrementar más la cantidad de empresas asociadas a la estatal
petrolera. Esto implicó un nuevo crecimiento de las capacidades empresariales del Estado
en medio de un año difícil para el gobierno en el desarrollo de la política interna. Sin
embargo, no se desestima lo alcanzado gracias a los abultados ingresos por exportaciones
petroleras en 2007. Salmerón (2013) agrega:

La navidad de 2007 encontró a una porción importante de los venezolanos


con jeans nuevos, más dinero en los bolsillos, teléfono celular, una moto o
carro financiado a bajas tasas de interés y un ambiente donde quien quería
emplearse podía hacerlo sin gran esfuerzo. Además, las familias con tarjeta
de crédito tenían dólares baratos para ir de compras a Miami. En líneas
generales todo lucía bien, pero los problemas de fondo no tardarían en aflorar
(p.141).
En aquellos días donde el consumo interno crecía motivado a ingresos
sustanciosos en las arcas públicas, eran los días donde el país parecía regresar a la época
del “está barato, dame dos”. Aquellas circunstancias no podían ser mejores para el
comercio, los viajes y los dólares baratos, pero la fuerza de las políticas económicas
aplicadas hasta entonces se pondría a prueba a partir del año 2008.

Durante el primer semestre de 2008 el barril petrolero pasó de los 83$/barril a los
117$/barril, el petróleo había llegado a niveles nunca antes vistos y la senda del alza
parecía mantenerse.

El objetivo trazado sobre los procesos de integración en América Latina y el


Caribe comenzaba a pasar grandes facturas: Párraga (2010:91) advierte que Petrocaribe
y los acuerdos sostenidos en dicho acuerdo asignaron 85.500 barriles al cierre del 2008
al conjunto de 14 países beneficiarios. El presidente Chávez, había anunciado en el marco
de la V cumbre de Petrocaribe -celebrada en Maracaibo a mediados de 2008- que el
financiamiento a largo plazo alcanzaba los 921millones de dólares.

La política de la Petrodiplomacia estaba alcanzando sumas extraordinarias. El


financiamiento a largo plazo desvalorizaba los ingresos reales en comparación con una
venta al contado, los descuentos y recursos en hidrocarburos eran un absurdo en el medio
de altos precios del barril, y el atrevimiento de asumir tales responsabilidades le podía

200
salir muy caro a PDVSA en los próximos años. Párraga (2010) expone que el presidente
Chávez a principios del 2008 en medio del auge del precio del barril decidió incrementar
los ingresos a través de un “impuesto a las ganancias súbitas petroleras”:

No se hizo, sin embargo, por la vía del ISLR -pues el Presidente deseaba
cobrarlo de inmediato y no al término de un año como ocurre con éste- ni se
calculó sobre la base de la cesta petrolera venezolana, que es la que pondera
el precio de los crudos y derivados que efectivamente exporta el país. El
impuesto a las ganancias súbitas se fue transformando para responder a los
cálculos del Menpet y a los antojos presidenciales al punto que se convirtió
en otra regalía, peligrosa al amenazar a PDVSA y a las petroleras privadas
con dejarlas con ganancias cero (p.50).
La nueva regalía tenía otra ventaja, y es que, como no entra en el ISLR, sus montos
no están en el presupuesto nacional, sino que van a manos directas del ministerio y de la
presidencia y los montos están inmediatamente disponibles. Más y más recursos comunes
disponibles en menos manos y con menor contraloría. El otro efecto a mediano plazo,
podría ser que a las petroleras privadas les hiciera cada vez menos atractivo sus
inversiones en PDVSA porque los impuestos a pagar eran cada vez mayores golpeando
directamente sus ganancias.

La producción diaria de barriles de PDVSA no variaba con los años, y la situación


se cubre con el precio del barril sobre los 100$ pero la estatal tiene cada vez más pasivos
que atender, petrocaribe entre ellos, esto motivó al presidente Chávez a buscar nuevos
impuestos para la cartera gubernamental.

No conforme con lo anterior, PDVSA ha ido incrementando la partida de costos


laborales con mayores trabajadores directos de la empresa. Párraga menciona que en 2007
la nómina total de PDVSA se incrementó en 13.5% con 77.302 personas fijas y
contratadas. Para el año 2008 el total de personas fijas y contratadas de la estatal llegó a
98.113 trabajadores, representando un aumento de 26.9% de su nómina laboral en un solo
año.82 También resalta que la composición de los trabajadores es distinta, no crecieron
los altos técnicos o profesionales de la empresa, sino que la nómina se abultó con los
tercerizados, la estatización de negocios y la compra de empresas.

82
Véase Párraga (2010). Pág. 51

201
Sobre ese hecho, Párraga concluye que: “se puede deducir que PDVSA no sólo
sustituyó por completo los 22mil obreros y empleados que desincorporó a raíz del paro,
sino que además ha ido añadiendo personal nuevo, en muchos casos de peor experiencia
y calificación” (2010; p.51). Crece la cantidad de empleados y disminuye la producción
del empleador, sobre todo, cuando las previsiones a los beneficios de los empleados
implicaron un incremento en 2008 de 2.899 a 3.806 millones de dólares.

El objetivo de convertir a Venezuela en una potencia energética marchaba a


trompicones, si es que llegó a marchar. La cartera de PDVSA se permitía costosamente
abarcar a las nuevas estatizaciones, las nuevas filiales, compromisos con Petrocaribe, y
el aumento de sus trabajadores gracias al alto precio del barril. Pero de llegar a caer la
cesta petrolera venezolana, el despilfarro de los bienes comunes no podría ocultarse por
mucho tiempo.

Las misiones y programas sociales: fuera de la administración pública nacional y


dentro de la cartera de PDVSA
Acerca del objetivo de sembrar el petróleo a través de la diversificación productiva
y la inclusión social, D’Elias y Cabezas (2008) exponen que la pérdida de la reforma
constitucional desbarataba las intenciones del presidente de legalizar el esquema de las
misiones sociales partiendo en dos la administración del Estado. Exponen que:

La propuesta de reforma cambia el concepto público de la administración del


Estado, colocando sus instituciones bajo el mando de los órganos del poder
revolucionario y, no al revés, a los órganos de gobierno bajo el control de las
instituciones y las leyes; y eleva las misiones a una categoría especial de
administración en la que pueden experimentarse tantos nuevos sistemas de
programas o servicios como de normas, leyes y pautas de organización
territorial, social y económica a voluntad del Poder Ejecutivo (p. 8).
Tal afirmación, viene dada por lo propuesto en el Art 141 de la propuesta de
Reforma Constitucional del año 2007. Las instituciones estaban en peligro de
desmoronarse en cuanto a sus funciones constitucionales establecidas en la Carta Magna,
con una doble funcionalidad: la administración ya establecida y “sistemas excepcionales”
que iban a estar a cargo del Ejecutivo Nacional. Perder la Reforma Constitucional del
2007 significó una negativa de la población a tal sistema de administración. Sin embargo,
entre 2006 y 2008 se pusieron en marcha nuevos Programas de Misiones: misión negra

202
Hipólita, misión madres del barrio, misión José Gregorio Hernández, misión alma mater,
etc.

Si bien la propuesta del esquema de administración pública había sido rechazada,


el Ejecutivo mantuvo la fórmula empleada hasta entonces para la administración y
financiamiento de las misiones. El presupuesto nacional se formulaba con un precio del
barril muy por debajo de lo que realmente era su precio, y los excedentes iban a parar a
los fondos desde donde se usarían los recursos para las misiones. Así el Ejecutivo no se
adhería a la contraloría de otros poderes y mantenía la fuerza político-electoral que le
brindaban las misiones.

D’Elias y Cabezas también comentan que a pesar de la cobertura inicial de las


misiones en 2003 y 2004, éstas han venido en declive en cuanto a su cobertura en la
población venezolana. El argumento se evidencia en un estudio realizado por Datanálisis
en el 2008, en el cual se evidencia que, a pesar del enorme caudal de recursos hacia las
misiones, solo la misión barrio adentro llegó a registrar un moderado incremento en el
largo plazo en cuanto a la cobertura de la población beneficiada por tal programa.

También, según la encuestadora, las misiones educativas tuvieron una cobertura


superior al 10% de la población en su comienzo, pero 2.6millones de personas habrían
ido saliendo de los sistemas de misiones educativas hasta el 2008, donde de esos
2.6millones el 86% eran jóvenes. 83 Adicionalmente, el gobierno nacional había admitido
casos de corrupción en las becas otorgadas en la misión sucre: en 2007 el ministro de
educación reconoció que “(…) de 100mil supuestas becas que había en Misión Sucre,
“(…) encontramos 79mil verdaderas y casi 20mil irregulares”84 Es decir, cerca del 90%
de los recursos para becarios fueron a parar en destinos no conocidos.

Por su parte, las misiones alimentarias, no mostraban grandes progresos. Éstas


fueron creadas con la intención de aumentar el control del Estado sobre la producción,
distribución y comercialización de alimentos, pero productos nacionales no era la regla

83
Véase D’Elias y Cabezas (2008). Pág.9
84
Noticia disponible en el portal web: http://www.aporrea.org/educacion/n60397.html

203
de los inventarios en la red mercal. Según el mismo estudio, más del 70% de los productos
de mercal eran importados.

D’Elias y Cabezas (2008) concluyen sobre el alcance de las misiones sociales


hasta este punto, que a través de ellas se enlazaron diferentes estrategias para la
accesibilidad de los sectores más vulnerables de la población. Pero la cobertura de las
misiones sociales no es tan alta como anuncia el gobierno, además han venido declinando
en cuanto a su capacidad para cubrir a los sectores de la población que en principio
aspiraba ayudar. Agregan que las misiones tienen tilde político evidente, lo cual no
permite que lleguen a institucionalizarse en políticas públicas y sistemas de protección
social.

Esa circunstancia hace de las misiones un sistema vulnerable en cuanto a su


continuidad por estar marcadamente vinculado a un solo sector ideológico. Además,
financieramente dependen de la ventaja de la renta petrolera, que exponen a las misiones
a la volatilidad de los ingresos por concepto de barril petrolero y sometida a los vaivenes
de la “nueva PDVSA” en cuanto ya no se rige por criterios mercantiles. Resaltan que:

En vez de políticas públicas de empleo, el sistema crea un mercado interno


para dar trabajo a los ideológicamente formados; en vez de políticas
sanitarias, se abre una oferta de servicios médicos para atender las
necesidades de salud más urgentes; en vez de políticas educativas, se crean
plazas para los practicantes de los valores revolucionarios (D’Elias y
Cabezas;2008, p.17).
El sistema de misiones es un programa que no ha querido pasar por el escrutinio
institucional establecido, que tiene debilidades de sostenibilidad en el tiempo por su
naturaleza política. Debilidades financieras y administrativas en cuantos están amarrados
a los estados financieros de PDVSA. No se está en presencia de un programa similar al
Programa de Febrero presentado en 1936 por Eleazar López Contreras, donde se partía
de un diagnóstico exhaustivo de las necesidades de la población y se establecía el rumbo
de la modernización del Estado. Se está en presencia de un programa o sistema de
misiones que, si bien pretende atender las necesidades de los sectores más desfavorecidos,
cuenta con problemas estructurales que no lo hacen sostenible en el tiempo.

204
Venezuela en el marco de la crisis internacional 2008-2009
En el plano económico, el primer semestre del año 2008 marchó en abundancia,
pero la situación para el segundo semestre comenzaba a retroceder. Así lo plantea el
informe del BCV del año 2008, en el cual se indica que la economía venezolana mantuvo
el ritmo de crecimiento de los cinco años anteriores, sobre todo en la primera mitad del
2008, pero la estabilidad del precio del barril comenzó su declive motivado a la crisis
internacional.

Salmerón (2013) relata que la crisis internacional que estalló en 2008 comenzó a
gestarse a principios del siglo, cuando la Reserva Federal de EEUU respondió al ataque
terrorista del 9/11, y el desbalance financiero que éste provocó, con rebajas de las tasas
de interés que abarató los préstamos hipotecarios. El precio de las viviendas en EEUU se
dispara, y Wall Street se valió de la decisión de la Reserva Federal para crear grupos de
préstamos hipotecarios para confeccionar bonos, y posteriormente, venderlos en el
mercado financiero global. Así, los bancos no evaluaron las capacidades de pago de las
personas para otorgar créditos hipotecarios y se hacía un negocio cada vez más necesario
y rentable para la banca norteamericana.

Pero en 2007, el valor de las viviendas se desplomó en 9%, y en julio de 2008 el


declive era de 19.5% en comparación con 2006. Aquella situación empeoró en el segundo
semestre de 2008, cuando los bonos respaldados por las hipotecas comenzaron a verse
como pocos rentables dada la caída del precio de las viviendas. Salmerón (2013) indica
que “La morosidad se disparó y el punto más álgido de esta primera etapa de la crisis
global llegó en septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers, miembro de la realeza
bancaria, se declara en quiebra y los mercados sufren un descalabro histórico.” (p.143).
La ola de la crisis no tardó en golpear a Venezuela, y el BCV admite el golpe así:

La crisis económica mundial, que se manifestó en la esfera financiera a


mediados de 2007, alcanzó grandes dimensiones. Comenzó por afectar el
sistema financiero estadounidense y luego abarcó instituciones de diversos
países desarrollados, para luego trasladarse del sector financiero al sector real.
En consecuencia, el conjunto de las economías, particularmente las
avanzadas, registró una fuerte desaceleración en su ritmo de actividad
económica, lo que afectó el comercio mundial e implicó una revisión a la baja

205
de las previsiones sobre el comportamiento de la demanda de petróleo
(Informe Económico del BCV;2008, p5).
Bajo esa explicación el BCV argumenta que la demanda interna de alimentos
expandió las importaciones. Alimentos que mantuvieron el alza de sus precios dadas las
particularidades que presentó el mercado internacional. A su vez, el BCV admite que la
caída de los precios de materia prima en el mercado internacional podría mantenerse en
el año 2009, junto con el comportamiento recesivo de la economía global registrados
desde septiembre de 2008.

El gasto se mantuvo dirigido a programas sociales y demás proyectos


emprendidos desde el Ejecutivo. El control de cambios se mantuvo durante el 2008 y el
BCV reconoce en su informe, que las divisas fueron asignadas de acuerdo a las
prioridades comerciales definidas por el presidente, sin que mediara en ello ninguna otra
intervención institucional ni siquiera del mismo Banco Central, cuando éste se había
comprometido en 2003, tras la imposición del control de cambios, a la justa asignación
de divisas según criterios económicos. Mientras que la asignación de divisas según los
criterios del presidente lo hacía con parámetros más políticos que económicos.

Durante 2008 se hizo un manejo selectivo de las tasas de interés promovido desde
el Poder Ejecutivo para “contribuir con la promoción de ciertos sectores productivos de
carácter estratégico”. Bajo el argumento de cumplir con los planteamientos del Primer
Plan Socialista de la Nación, se pidió que las tasas de interés variaran según lo
“estratégico” definido por el presidente hacia diferentes sectores económicos:
agroindustria, turismo, economía popular, políticas para el acceso a bienes y servicios,
seguridad social, vivienda, infraestructura, transporte, seguridad alimentaria. En fin, una
buena cantidad de sectores que abarcaban la mayoría de la economía nacional dirigida
desde el Ejecutivo.

En consonancia con lo anterior, el presidente puso en marcha un nuevo fondo: el


fondo de inversiones para sectores productivos estratégicos. Con una asignación de
1.000millones de dólares para el desarrollo de proyectos considerados prioritarios y
estratégicos. Los recursos provenían del impuesto recién creado: el impuesto a las

206
ganancias súbitas en la industria petrolera nacional, y del Fondo de inversión chino-
venezolano, aportando cada uno 500millones de dólares.85

Durante el 2008, se decidió poner en marcha la reconversión monetaria a partir


del 1ero de enero de ese año, con el fin de poner en circulación nuevos billetes y monedas
quitándole ceros a la moneda en circulación. Se impone el “bolívar fuerte” como slogan
de la reconversión que aspiraba darle estabilidad a la moneda nacional. Sin embargo,
sobre la política de fortalecimiento de la moneda nacional no parecía haber consonancia
con lo logrado en 2008. Párraga (2010) argumenta que a pesar de que el Ministro Rafael
Ramírez anunció que la línea de endeudamiento de PDVSA no iba a seguir el
comportamiento de 2007, la empresa siguió endeudándose. Así mismo, el informe del
BCV admite:

Venezuela y China estrecharon sus vínculos energéticos con la firma de un


acuerdo en el mes de mayo de 2008, para la construcción de una refinería en
la provincia sureña china de Guandong, que procesará a diario 400.000
barriles de petróleo enviados por Venezuela. En otros compromisos firmados
entre Venezuela y China, destacó el préstamo recibido por Venezuela por
USD 4.000 millones para su aplicación a obras viales y pesca (p.69).
No solo no se detuvo el ritmo de endeudamiento, sino que además se siguieron
comprometieron recursos en hidrocarburos que la empresa petrolera no terminaba por
producir. También destaca que los acuerdos y líneas de crédito de Venezuela con la
República Popular China empezaban a ascender rápidamente, sobre todo, con las
inversiones de las empresas mixtas chinas para explotar la Faja Petrolífera del Orinoco.
Al parecer el objetivo del Primer Plan Socialista de fortalecer los vínculos energéticos
con otros países le estaba saliendo muy caro a la estatal petrolera nacional.

El PIB del país creció en 4.8% en 2008 nuevamente gracias al ascenso del sector
petrolero en un 5.1%, y en menor medida, al sector no petrolero en un 3.2%. Por su parte,
el gasto de inversión cayó en 2.4% durante ese año lo cual hace dudar sobre las
posibilidades que tiene la economía venezolana de estimular la inversión total. El

85
Montos reconocidos en el Informe del BCV del año 2008. Pág. 68

207
aumento del salario mínimo durante el 2008 fue de 30% pero la inflación pasó dicha cifra
con un 30.9%, mientras que la tasa de desocupación fue de 7.4%.86

Las reservas internacionales llegaron a 42.299millones de dólares al cierre del


2008, lo cual mostraba un ascenso sostenido en comparación con los años anteriores.
Mientras que, a pesar de los altos ingresos y el balance positivo que indica el informe del
BCV en términos del PIB, también se reconoce el balance deficitario del gobierno central
de 2.6% generado por una gestión fiscal expansiva, que indicaba sólo en gasto público
nominal un aumento de 37.7%. El mismo informe indica que la política fiscal se mantuvo
en concordancia con los establecido en plan de desarrollo económico y social del gobierno
central, pero mantener dicha dirección mostraba déficits en medio de una crisis
internacional que empezó a empujar hacia abajo los precios del crudo.87

A pesar de la advertencia que hace el mismo BCV sobre la tendencia recesiva de


la economía global motivado a la crisis financiera de EEUU y otros países del mundo, el
gobierno central había mantenido su déficit e incrementado su expansión fiscal. Durante
el 2008 se agregan a la cartera de expropiaciones, nacionalizaciones e intervenciones las
siguientes empresas:

– enero. - Treinta y dos campos petroleros de la Faja del Orinoco pasan oficialmente a
control estatal.

– 14 marzo. - Nacionalización de una cadena frigorífica y la empresa Lácteos Los Andes


para garantizar la “soberanía alimentaria”.

– 3 abril. - Hugo Chávez anuncia que nacionalizará “toda la industria cementera” del
país.

86
Cifras disponibles en el informe económico del BCV del año 2008
87
Cifras disponibles en el informe económico del BCV del año 2008

208
– 9 abril. - Chávez ordena la nacionalización de la siderúrgica Sidor, del grupo
italoargentino Ternium Techint.

– 31 julio. - Chávez anuncia que nacionalizará el Banco de Venezuela, filial del español
Santander (decisión que quedó entonces congelada).

– 18-19 agosto. - El Gobierno acuerda comprar la cementera francesa Lafarge y la suiza


Holcim (por 552 millones de dólares y 267 millones, respectivamente) y expropia la filial
de la mexicana Cemex. Aún no se ha llegado a un acuerdo con Cemex.

– 27 agosto. - Aprobada una ley que nacionaliza el transporte interno de combustible, del
que PDVSA ya controlaba el 49%.

– 5 noviembre. - El Gobierno anuncia la nacionalización en 2009 de la mina de oro “Las


Cristinas”, explotada desde 2002 por la empresa canadiense Crystallex.88

Otro paso hacia las regulaciones del gobierno central fueron la del mercado de las
carnes y la Ley contra el acaparamiento, la usura y el boicot. Guerra (2016) expone que:
“Con esta Ley se cuestionaron principios básicos del Estado de Derecho como la
disposición de los bienes y el manejo de los inventarios por partes de la industria y el
comercio” (p.33). A su vez denuncia que, con todas aquellas intervenciones,
estatizaciones, controles y regulaciones, el diálogo se mantenía cerrado con una política
excluyente que “veía en el Estado la razón de ser” donde éste es el medio y el propósito
de la política económica.

Párraga (2010) indica: “El gobierno de Hugo Chávez contó al cierre del 2008 con
el ingreso de 399mil millones de dólares provenientes de las exportaciones petroleras,
según las cifras del Banco Central de Venezuela.” (p.85). Todo esto en una espiral de
crecimiento del precio del barril que se detuvo en septiembre para comenzar a retroceder
abruptamente hasta alcanzar, según revela Salmerón (2013:144), los 34$/barril en enero

88
Cronología de expropiaciones tomada de Salmerón (2013). Pág.123

209
de 2009, lo cual era una caída de más del 70% del valor del barril venezolano en
comparación con julio de 2008. El gobierno central debía prepararse para golpes
financieros importantes, pero según muestran las cifras, aún no estaba dispuesto a hacerlo,
al menos no al cierre del año 2008.

Para Corrales y Penfold (2012:90), el gobierno partió con una ventaja importante
para el manejo de los recursos durante el 2008, y es que, el presupuesto de ese año estaba
sobre la base de los 35$/barril cuando el barril estaba en más de 200% de ese valor.
También indican que el desempeño económico acumulado entre 2004-2008 fue
desequilibrado, y se evidencia en la caída de las exportaciones y el incremento acelerado
de las importaciones. Paradójicamente mientras el precio del barril caía, la economía aún
se sostenía, pero no por mucho tiempo.

El año 2009 mostró evidentes consecuencias económicas nacionales motivadas


por la crisis mundial. El promedio del barril petrolero venezolano pasó de 86.49$/barril
en 2008 a 57.08$/barril en 2009 -véase cuadro #3-. A su vez, la demanda de los países
industrializados retrocedió, y los recortes de producción acordados en la OPEP llevaron
a una disminución del volumen de las exportaciones petroleras venezolanas de 7.6%
según el informe del BCV del 2009.

El retroceso del precio del crudo venezolano generó un reajuste de la política


fiscal, cambiaria y comercial del país. El informe del BCV expresa: “el Ejecutivo
Nacional reformuló las premisas presupuestarias, específicamente, redujo el precio de
referencia de la cesta venezolana de USD/B 60 a USD/b 40 y la producción de crudo de
3.6 a 3.2millones de barriles diarios” (p.19). Adicionalmente, la caída de los ingresos fue
compensada por el incremento de la tributación interna y el crecimiento de la deuda
pública. El informe reporta que a pesar de los recortes presupuestarios no disminuyeron
los aportes al desarrollo social. Pero los informes de PDVSA admitían todo lo contrario.

Según se expuso en el cuadro #8 el total de aportes al desarrollo social de PDVSA


pasaron de 17.374mm$ en 2008 a 6.606mm$ en 2009, lo cual representa una disminución
superior al 60% de aportes totales. También en cuanto a los aportes al FONDEN, según

210
muestra el mismo cuadro, y en comparación con lo indicado en el informe del BCV, estos
aportes cayeron en 2009 a la mitad de lo que se destinó a ese fondo en 2008. Otro punto
de incongruencia entre los datos del BCV y los informes de PDVSA están en que, el BCV
habla de una producción de barriles diarios para el 2009 de 3.2millones mientras que los
informes de PDVSA hablan de menos de 2millones de barriles diarios.

El Gobierno Nacional reaccionó ante la crisis reajustando el presupuesto, también


incrementando la recaudación interna a través del incremento del Impuesto al Valor
Agregado (IVA) de 9 a 12%. En cuanto al incremento de la deuda de la República se
decidió aumentar el límite de éste para poder enfrentarse a la caída de los ingresos fiscales,
pasando de un tope de 25.000millones de bs a 37.243millones de bs según reporta el BCV.
Sobre el proceso acelerado de endeudamiento externo de 2009, Guerra (2016:55)
argumenta que, si la gestión fiscal de la administración de Chávez hubiera ido encaminada
al ahorro en años anteriores, aprovechando el alto precio del crudo, no hubiera sido
necesario elevar los pasivos nacionales, mucho menos pagando una deuda a costos muy
elevados en el largo plazo.

A pesar de los recortes, el gobierno recurrió a los créditos adicionales -que le


aprobaba sin mayores trabas la Asamblea Nacional- con lo cual el gasto del gobierno
central aumentó hasta 20.4% en relación con lo presupuestado y en 2.4% en relación con
el gasto establecido para 2008.89

La carta blanca que le daba la Asamblea Nacional a Chávez cada vez que
necesitaba de recursos extraordinarios, tiene punto de comparación con el boom petrolero
de los años ’70 y la Ley Habilitante otorgada al Presidente Carlos Andrés Pérez. Se suman
a la mirada silenciosa y complaciente de la Asamblea Nacional: la modificación a la Ley
Orgánica de Descentralización, un incremento sustancial de la banca pública en el sector
financiero del país, y la entrada en vigor de la Ley Orgánica que Reserva al Estado los
Bienes y Servicios Conexos a las actividades primarias previstas en la Ley Orgánica de

89
Véase Informe Económico del BCV del año 2009. Pág. 73

211
Hidrocarburos. La nueva legislación permitió la adquisición por parte del Estado de
nuevas empresas “estratégicas” definidas en la Ley.

El gasto del gobierno central fue destinado, según indica el BCV, en su mayoría a
las siguientes áreas: infraestructura, educación, comunicación, vivienda, salud,
viabilidad, ambiente, turismo y al sector agrícola. Pero el gasto, el presupuesto nacional,
y los créditos adicionales no fueron distribuidos equitativamente entre el Ejecutivo y entre
el Poder Estadal y Municipal.

En 2009 se modificó la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y


Transferencia de Competencias del Poder Público. A partir de entonces se hace oficial el
despojo de competencias a las gobernaciones de los estados por razones “estratégicas, de
mérito, oportunidad o conveniencia”. Hecho que coincidió con que en 2008 la oposición
a pesar de perder la mayoría de las gobernaciones en las elecciones regionales, logró ganar
gobernaciones importantes: Zulia, Nueva Esparta, Miranda, y Táchira. Ante lo cual el
presidente Chávez decidió quitarle competencias a dichas gobernaciones, que implicaban
el arrebato de ingresos propios de los estados por concepto de puertos y aeropuertos,
carreteras, puentes y autopistas regionales.

Por su parte, en 2009 el salario mínimo incrementó 20%, pero nuevamente la


inflación superó el aumento del salario, ubicándose la tasa de inflación en 25.1%. Para
los productos y servicio regulados desde 2003, se registraron alzas aprobadas por el
Ejecutivo en los siguientes rubros: azúcar, leche pasteurizada, queso, aceite de maíz, arroz
blanco, harina de maíz precocida y café. Ajustes de servicio de transporte público,
aumento de matrículas escolares y política de mantenimiento de congelación de alquileres
iniciada en 2004.

Durante 2009 el incremento del control de la banca en manos del Estado fue
abismal: “las autoridades supervisoras intervinieron 10 entidades bancarias
pertenecientes a los subsistemas comercial, universal, inversión y desarrollo. De estos
procesos de intervención dos bancos resultaron liquidados, cuatro rehabilitados y
fusionados y el resto continuó intervenido.” (Informe BCV;2009, p.76).

212
Entre los bancos intervenidos, liquidados o rehabilitados a través del BCV,
Sudeban, CNV, y Fogade estuvieron: Stanford Bank, Banco Industrial, Banco Canarias,
Banco Confederado, Banpro, Bolívar Banco, Bainvest, Banfoandes, y la nacionalización
del Banco de Venezuela. Y tras la absorción o liquidación de estos bancos nacen otros
como el Banco Bicentenario. El Ejecutivo expande la participación de la banca pública
en el sector financiero, y, además, comienza a regularlo a través de la Corporación de la
Banca Pública. La expansión del Estado vista desde las expropiaciones en el año 2009
Salmerón (2013:124) las resume así:

– 28 febrero. - El Gobierno ordena la intervención y control militar de empresas arroceras


a las que acusa de los desabastecimientos. La principal afectada es Alimentos Polar.

– 4 marzo. - Chávez ordena expropiar las plantas procesadoras de arroz de la empresa


estadounidense Cargill, a la que acusa de “violar” la ley de producción de alimentos con
precios controlados.

– 6 marzo. - Intervención de 1.500 hectáreas de tierras de la multinacional papelera


irlandesa Smurfit Kappa, “para sembrar caraotas (fríjoles), maíz, sorgo, yuca, ñame”.

– 15 marzo. - Chávez ordena la toma militar de los puertos de Maracaibo y Puerto


Cabello, ante la resistencia de las autoridades regionales a transferir su gestión al poder
central.

– 18 marzo. - La Alcaldía del Caracas firma un acuerdo amistoso de desalojo de un solar


de Coca Cola-Femsa.

– 26 marzo. - Chávez anuncia que la aerolínea Aeropostal, intervenida en noviembre de


2008, se convertirá en empresa de “propiedad social”.

– 8 mayo. - Nacionalización de 60 empresas de actividades petroleras complementarias


(transporte, inyección de agua, vapor o gas) en el lago de Maracaibo (occidente).

213
– 10 mayo. - El presidente Chávez expropia 10.000 hectáreas de latifundios para
fomentar la producción de alimentos.

– 15 mayo. - El Gobierno inicia la “ocupación temporal”, por 90 días, de una planta


productora de pasta de la trasnacional estadounidense Cargill.

– 21 mayo. - Chávez anuncia la nacionalización de cuatro empresas metalúrgicas, Matesi,


Comsigua, Orinoco Iron, Venprecar, y una fabricante de tubos de acero sin costura, con
capitales japoneses, mexicanos, europeos y australianos.

– 21 mayo. - Chávez encabeza el acto de toma de control de la “Planta Compresora de


Gas PIGAP II”, expropiada a la firma estadounidense Williams Companies Inc.

– 3 julio. - El Gobierno formaliza la compra del Banco de Venezuela, filial en el país del
Grupo Santander, con un primer pago del total de 1.050 millones de dólares acordados,
en un acto que contó con la presencia del presidente de la entidad española, Emilio Botín.

– 14 octubre. - El Gobierno venezolano decreta la “adquisición forzosa” del Complejo


Hotelero Margarita Hilton, tras vencer el 13 de octubre de 2009 el contrato que tenía la
cadena Hilton para su gestión, según explica el Ministerio de Turismo.

– 21 octubre. - El Gobierno venezolano interviene dos centrales azucareras como paso


previo a su expropiación, una de ellas de capital colombiano.

En 2009 también se promulgó la Ley de Reforma Parcial de la Ley del Banco


Central de Venezuela, en donde se incluyó la posibilidad de condiciones especiales de
plazo y tasa de interés en las operaciones derivadas del financiamiento de programas
determinados por el Ejecutivo Nacional. Este marco legal se modifica para ajustarlo con
el objetivo del presidente de atender los sectores “prioritarios y estratégicos” que crea
convenientes, en el marco del desarrollo del Plan Simón Bolívar.

214
Finalmente, el informe del BCV indica que la economía venezolana retrocedió en
un 3.3% debido a la caída de 0.6% de la economía mundial y una contracción del PIB de
los países industrializados de 3.2%. La crisis que comenzó en EEUU había golpeado el
crecimiento de países tanto en Europa como en Asia, generando un retroceso sostenido
sobre la demanda global de crudo.

En Venezuela el Presidente Chávez había asegurado en su discurso anual ante la


Asamblea Nacional en enero de 2009, que la economía venezolana no sufriría impactos
y mucho menos habría recortes a los programas sociales. Pero las cifras muestran
evidentes retrocesos y un gasto muy acelerado que los ingresos no lograban alcanzar, y
ya la moneda nacional, nuevamente como a principios de los años ’80 lucía sobrevaluada.

En la navidad de 2009, cuando los venezolanos sopesaban la situación,


sentían el impacto de una inflación que mermaba la capacidad de compra del
salario y una caída de la economía que se traducía en un alza moderada de la
tasa de desempleo, pero aún el gobierno mantenía el tipo de cambio oficial,
el trago amargo de anunciar una devaluación no se concretaba, aunque para
los analistas, empresarios, banqueros, solo era cuestión de tiempo.
(Salmerón;2013, p.149)

Salmerón señala que la necesidad de aumentar los ingresos crecía cada día y en
medio de la bonanza 2004-2008 el gobierno no concretó inversiones en materia eléctrica
lo cual llevó a que durante el 2009 en adelante los apagones empezaban a ser cada vez
más constantes y largos en el interior del país, afectando a miles de venezolanos. “El
sueño de diversificar la economía con estatizaciones y ampliación del tamaño del Estado
aún no rendía frutos, mientras que las importaciones, si bien habían perdido gran
impulso, continuaban siendo elevadas” (p.149).

En el plano político, el 2009 cerró en un balance a favor del presidente Chávez:


no solo había incrementado sus capacidades en más y nuevos sectores de la economía que
le permitía tener un control político sobre las finanzas nacionales, también había asumido
la administración de funciones e ingresos que correspondían a las gobernaciones.
Además, el objetivo de extender los plazos para el desarrollo de la “revolución
bolivariana” se concretó con la aprobación de la enmienda constitucional.

215
En febrero de 2009, tras darle la vuelta a la negativa de la población sobre la
reforma constitucional del 2007, Chávez encontró que podía replantear uno de los
artículos más importantes de aquella propuesta: El fin del límite de postulaciones a
elecciones presidenciales. La constitución de 1999 establecía que sólo podía aspirar a la
presidencia en dos ocasiones -cada una para un período de 6 años- pero en febrero de
2009, se realizan elecciones para aprobar una enmienda constitucional que pondría fin a
ese límite, y la propuesta fue aprobada con el 54.85% de los votos.90

Corrales y Penfold (2012) indican que: “Al eliminar los límites del mandato
presidencial, Venezuela en efecto puso fin a un principio fundamental del pensamiento
latinoamericano democrático.” (p.62). El control que podía ejercer un límite en el período
presidencial desaparece. Otro control institucional que logra superar la administración de
Chávez. Que en realidad estaba directamente previsto, tanto en el PDESN como en el
Primer Plan Socialista, donde en el primero se hablaba de una década de oro hasta el año
2021, y en el segundo se plantea de un período de tiempo indefinido calificándolo como
“tiempo histórico”, para poder extender los tiempos de la “revolución bolivariana”.

En 2010 el presidente Chávez se enfrentaba a un nuevo reto político, y es que en


septiembre de ese año debían realizarse las elecciones a la Asamblea Nacional. El marco
político-electoral era distinto al de 2005. La oposición a partir de 2006 se había moderado
en su accionar mientras el gobierno se radicalizó, y a pesar del incremento del control del
Ejecutivo sobre los demás poderes e instituciones nacionales, la oposición decidió
participar en la contienda electoral para ganar espacios políticos.

La Asamblea Nacional en ejercicio en el año 2009, había aprobado la Ley de


Procesos Electorales justo en el año previo a las elecciones parlamentarias. La nueva
legislación establece que el sistema electoral sería un “sistema paralelo” de representación
mayoritaria, aun cuando la constitución establece que el sistema electoral es de

90
Resultados oficiales del CNE. Disponibles en:
http://www.cne.gob.ve/divulgacion_referendo_enmienda_2009/

216
representación proporcional. También se establecía que el CNE podría cambiar los
circuitos electorales para las elecciones legislativas.

Rachadell (2010), denuncia que el nuevo sistema de representación mayoritaria


aumentaba el número de diputados por estados en los cuales no había grandes porciones
de la población, así más diputados representaban menos personas. “En ellos el
clientelismo gubernamental es más efectivo (siempre lo ha sido), y como se ha
incrementado el valor del sufragio en esas zonas, el oficialismo, con un puñado de votos,
obtiene un elevado número de diputados.” (p.141). Mientras tanto, las ciudades más
pobladas se mantenían con casi el mismo número de representantes en el parlamento.

En las elecciones parlamentarias de 2010, de los 165 diputados a elegir, 113 se


escogerían por circunscripciones nominales y sólo 52 por representación proporcional. El
oficialismo salió favorecido gracias al sistema electoral que sobrerepresentó al partido de
gobierno. “El principio mayoritario impulsa la conformación de alianzas, y en el caso
venezolano el sistema es predominantemente mayoritario” (Rachadell;2010, p.145).

Los resultados terminaron dando la mayoría simple al oficialismo con 98


diputados, y la oposición alcanzó 65 escaños a la Asamblea Nacional91. Lo más
importante es que, a pesar de que el oficialismo se quedara con la mayoría dentro del
parlamento, el número de curules les otorgaba la mayoría simple, es decir, para decisiones
que necesitaran de 3/5 partes de los votos se verían obligados a llegar a acuerdos con la
oposición. Igualmente, con decisiones que requirieran 2/3 partes de los votos a favor,
necesitarían negociar con los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

A pesar de esto, como para la mayoría de 3/5 partes de la asamblea se requerían


99 diputados, para el diputado faltante, el oficialismo anunció más tarde que dicho
diputado sería “el pueblo” por lo cual no negociarían con la oposición. Y para la mayoría
de 2/3 partes del parlamento, recurrieron a aprobar las decisiones con mayoría simple.

91
Resultados tomados del Consejo Nacional Electoral. Disponibles en:
http://www.cne.gob.ve/divulgacion_parlamentarias_2010/

217
La oposición intentaba ser contrapeso en la nueva conformación de la Asamblea
Nacional con voces y votos tras la abstención de 2005, sin embargo, el mecanismo de
control político-administrativo por excelencia, terminó por ser desestimado por el
Ejecutivo Nacional. En los años anteriores no había los votos requeridos para ejercer
contrapeso en el parlamento, así que el oficialismo pudo nombrar magistrados al TSJ,
rectores electorales, y miembros del Consejo Moral Republicano sin consultar o negociar
con partidos de oposición. Además, previo a la instauración de la nueva AN en enero de
2011, entre octubre y diciembre de 2010 se aprobaron una serie de leyes, entre las que se
encontraba una Ley Habilitante.

Por su parte, la economía mundial logró empezar a recuperarse con 5% de


crecimiento en 2010, y con ello, los precios del barril. En el primer semestre del año
mientras el precio del barril se recuperaba, y los ingresos fiscales volvían a abultarse, el
objetivo de crear un sistema de energía alternativo y sustentable para abastecer el
consumo interno se desmoronó. La crisis eléctrica del año 2010, reflejada en múltiples
recortes de energía en el interior del país indicaba los pocos avances en materia de
energías alternativas. La mayoría del país seguía abasteciendo su consumo eléctrico
gracias a las fuentes ya existentes. Además, la situación crítica del sistema eléctrico
impactó a la producción de bienes agrícolas tal como lo reconoce el BCV.

En cuanto al objetivo de crear una economía alternativa al capitalismo, cuyo


principal pilar eran las empresas socialistas y la diversificación económica, los avances
también parecían ser dudosos. La creación de empresas socialistas no había sido cumplida
a cabalidad. En 2010, a la mitad del período presidencial, los avances en las EPS, según
reporta PDVSA, son de propuestas pilotos para su constitución, promociones del
concepto del trabajo de dichas empresas, acompañamientos, y creación de los proyectos
para la creación y seguimiento de dichas empresas.92

92
Información sobre las EPS disponibles en:
http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenu_eps.tpl.html&newsid_obj_id=954
6&newsid_temas=220

218
Lo que se había procedido a hacer era la administración por parte del Estado del
conglomerado de Bancos, empresas, terrenos, comercios, expropiados durante los años
anteriores. En 2010 se añaden al número de intervenciones:

– 19 enero. - La Asamblea Nacional declara de “utilidad pública e interés social” la


cadena de hipermercados Éxito, perteneciente al grupo francés Casino, y un centro
comercial caraqueño, como primer paso para la expropiación de esos bienes.

– 20 enero. - Chávez firma el decreto de expropiación de los seis mercados de la cadena


Éxito.

– 7 febrero. - Chávez ordena la expropiación de un conjunto de edificios en el centro de


Caracas para “recuperar su valor histórico”.

– 13 febrero. - El mandatario anuncia que aceptó una propuesta del grupo francés Casino
y comprará el 80 por ciento de su paquete accionarial en la empresa Cativen, propietaria
de los expropiados hipermercados Éxito y de la cadena de automercados Cada.

– 27 abril. - Chávez firma el decreto de expropiación de unos galpones de las empresas


Polar, la mayor productora y procesadora de alimentos del país, a la que recomienda
resignarse y no resistirse a la medida.

– 12 mayo. - El Gobierno anuncia la nacionalización de la Universidad Santa Inés, en


Barinas, el estado natal de Chávez, por presentar supuestas “irregularidades
administrativas”.

– 13 mayo. - El Gobierno decreta la expropiación de la empresa de alimentos Sociedad


Mercantil Molinos Nacionales (Monaca), participada mayoritariamente por el grupo
mexicano Gruma.

– 6 junio. - Anuncio de “adquisición forzosa” de las empresas Envases Internacional y


Aventuy, fabricantes de envases de aluminio y cartón para alimentos, respectivamente.

219
Además, se decretó la expropiación de la Empresa Industria Nacional de Artículos de
Ferretería y de nueve comercios, cuatro en Caracas y el resto en el interior del país.

– 24 junio. - Orden de nacionalización de 11 taladros petroleros de la empresa


estadounidense Helmerich & Payne (H&P).

– 3 octubre. - Nacionalización de la empresa “Agroisleña”, con capital español y la


principal distribuidora de productos para el campo, con 82 puntos de venta y ocho silos
en todo el país.

– 25 octubre. - Orden de expropiación de la sucursal en Venezuela de la empresa


estadounidense Owens Illinois, líder mundial en la fabricación de envases de vidrio para
bebidas, alimentos, medicamentos y cosméticos.

– 31 octubre. - Chávez ordena la expropiación de la firma Siderúrgica del Turbio


(Sidetur), filial del principal grupo siderúrgico privado de Venezuela, Sivensa, y de seis
conjuntos urbanísticos paralizados, así como la “ocupación temporal” de otros ocho, la
mayoría en el entorno de Caracas.

– 03 de noviembre. - En Gaceta Oficial número 39.543 aparece el decreto de adquisión


forzosa del Centro Comercial Sambil de La Candelaria, en el que se encarga al Ministro
del Poder Popular para el Comercio, Richard Canán, de concretar la ejecución de la
medida.

– 04 de noviembre. - Mediante el Decreto No 7.786 se ordenó la adquisición forzosa de


todos los bienes muebles, inmuebles y bienhechurías propiedad de la sociedad mercantil
Siderúrgica del Turbio.

– 06 de noviembre. - El Gobierno anuncia la “adquisición forzosa” de la empresa


textilera Silka, ubicada en Los Teques, que había sido cerrada hace 17 años.

220
– 17 de noviembre. - En la Gaceta Oficial número 39.553, de fecha 16 de noviembre,
salió publicado el decreto mediante el cual se ordena la expropiación de los bienes y
bienhechurías de los complejos urbanísticos Lomas de la Hacienda, El Encantado, Mata
Linda, El Fortín y San Antonio.

Destaca entre las expropiaciones, la expropiación de Agroisleña, que pasaría a


convertirse en Agropatria, industria encargada de la comercialización de fertilizantes y
demás productos para la actividad agroindustrial que sería financiada con recursos de
PDVSA. En materia alimentaria las abultadas manos de petrodólares del gobierno
nacional con el descubrimiento en 2010 de 100.000 toneladas de alimentos podridos en
galpones pertenecientes al Estado, evidenciaban la incompetencia manejada por el
gobierno nacional en las redes de alimentación

El Estado en los últimos 3 años ha pasado no solo de crear un sin número de


programas sociales, también crea y toma universidades, toma terrenos productivos,
empresas, comercios, plantas, complejos urbanísticos y textiles. Tras la cantidad de
personas refugiadas en 2010 por las lluvias en todo el país, se lanzó la misión vivienda
para cubrir la falta de hogares en todo el país.

El Estado crece, y crecen la cantidad de sectores que debe atender las finanzas de
PDVSA. Si el objetivo era la consolidación de una economía popular a través de unidades
productivas administradas por el Estado, y donde la economía privada tenga menos
espacios, las expropiaciones eran grandes pasos hacia aquel objetivo. Pero aquella
situación no estaba generando una economía más productiva, ni un Estado moralmente
más eficaz, y tampoco una población con mayores ingresos.

Los recortes realizados en 2009, habían supuesto descensos en el gasto público.


Esto se traduce, según comenta Salmerón (2013:147), en menos dinero en circulación con
lo cual se esperaba que la demanda disminuyera y a su vez la inflación decreciera, pero
la demanda perdió fuerza más no la inflación. Los aumentos realizados en 2009 se
reflejaron en una alta inflación, lo propio sucedió durante el 2010. Además, según
comenta el autor, el Ministro de Economía y Finanzas, Jorge Giordani, había declarado

221
en varias ocasiones que la crisis era bienvenida y que la situación internacional podía
significar una oportunidad para disminuir el nivel de consumo excesivo de los
venezolanos.

Los recortes, el nivel de endeudamiento, los créditos adicionales, y la expectativa


de devaluación de empresarios y comerciantes llegaron a su punto álgido en enero de
2010. Finalmente, la moneda es devaluada. La imposición del tipo de cambio en 2003 a
2.15bs/$ no pudo sustentarse más:

Al igual que en el pasado, el Gobierno disparaba el gasto a niveles


exorbitantes en medio del boom petrolero, se endeudaba y mantenía bien
barato el dólar, alimentando un alza insostenible de las importaciones. La
nueva estructura copió el sistema aplicado por Jaime Lusinchi, dos precios
para los billetes verdes: 2.60 bs/$ para importaciones prioritarias y 4.30bs/$
para el resto (Salmerón;2013, p.150).

Así la figura proteccionista del Estado incrementa, dándole el nombre de


“prioritarios” a rubros como alimentos y medicinas para poder ser contenedor
inflacionario. Pero el mantenimiento del control de cambios y fijar dos tasas para la
compra y venta de dólares podía significar terreno aún más fértil para la desviación de
recursos de manera ilegal, dado que el mercado paralelo se disparaba rápidamente. El
Gobierno realizó desde entonces una cruzada en contra de las casas de bolsas y el mercado
negro. A su vez, en junio de 2010 se crea el Sistema de Transacciones con títulos en
Moneda Extranjera (Sitme).

El Sitme tenía como propósito que las empresas compraran en bolívares bonos de
la República en divisas, que luego revendían en el exterior, dicho nuevo sistema estaba a
cargo del BCV en aras de hacer frente al mercado paralelo. Aquel nuevo sistema no
terminó por generar buenas expectativas sobre el estado de las finanzas nacionales. “El
Banco Central colocaba en promedio títulos por 40millones de dólares diarios,
obligando a que la República y PDVSA se endeudaran continuamente.” (Salmerón;2013,
p.152). La curva de endeudamiento de la empresa petrolera nacional no dejaba de crecer
al mismo tiempo que las responsabilidades internas crecían, las deudas que contraía la
República comprometían más activos de la estatal petrolera.

222
La devaluación de enero de 2010 implicaba mayor flujo de caja para el Gobierno,
que no tardó en volver a estimular el gasto público aprovechando la recuperación del
precio del barril que se recuperó en 2010, con un precio promedio de 71.97$/barril.
Venezuela se comienza a recuperar, al menos sus ingresos fiscales, pero el retroceso del
PIB durante el 2010, aunque fuera menor que en 2009, llegaba a 1.5%.93

La inflación llegó al 27.2%, según indica el informe del BCV, dicha cifra se debió
al incremento de los alimentos generado por la crisis de sequía que golpeo al país durante
el primer semestre del año, pero el aumento del salario mínimo de 25% no llegaba siquiera
a alcanzar el nivel inflacionario. Mientras que el desempleo llegó al 7.4%, la variación de
empleos creados por actividades y sectores institucionales indicaba que la industria
manufacturera había presentado grandes bajas de empleos, mientras que los sectores no
transables de la economía como el comercio y los servicios, aumentaron su número de
empleados.

El número de empleados de PDVSA, sus filiales, y las empresas adscritas a ésta


seguía en aumento, a la vez que el sector no transable de la economía generaba más
puestos de trabajo porque eran los sectores que más crecían junto al sector petrolero. La
caída del precio del barril llevó a una devaluación de la moneda y en una desmejora de la
capacidad de consumo de la población. La brecha recesiva pronto pudo comenzar a
taparse gracias al nuevo incremento acelerado de la demanda mundial de materias primas,
especialmente el petróleo.

Primero la crisis eléctrica motivado a la sequía durante el primer semestre del año,
puso en evidencia la debilidad de ese sector del país, y de la poca capacidad de las
hidroeléctricas nacionales, a la vez que la sequía golpeaba la producción del sector
agrícola. Luego, en la segunda mitad del año, las lluvias le pasaron una mala jugada a
varios sectores de la población que se vieron obligados a abandonar sus hogares, y la

93
Cifras del Informe Económico del BCV del 2010

223
respuesta del Ejecutivo fue solicitar una Ley Habilitante a la saliente Asamblea Nacional
para legislar ampliamente y “atender la crisis de las lluvias”.

Para el año 2011, el Ejecutivo ampliamente gobernaba sin trabas administrativas


e institucionales. A pesar de haber perdido la mayoría calificada en la Asamblea Nacional,
el presidente Chávez tenía en sus manos una Ley Habilitante otorgada por la anterior
gestión parlamentaria, y una vez que dicha Ley dejó de estar en vigor, el presidente y sus
diputados dentro del parlamento siguieron aprobando leyes sin tomar en cuenta las
mayorías requeridas. Los magistrados del TSJ habían sido nombrados sin necesidad de
llegar a la conciliación.

Desde 2001 cuando el presidente y su equipo nombraron a la mayoría de los


miembros de los diferentes poderes públicos, hasta 2011 el esquema de no negociar sobre
las condiciones mínimas requeridas constitucionalmente para optar a los cargos del poder
judicial, electoral y ciudadano se mantuvo.

El detrimento del salario mínimo se muestra en las cifras del incremento


acelerando de los precios de los bienes y servicios. En 2011 a pesar de que el precio del
barril se recuperó a 101.06$/barril en promedio durante ese año, la inflación llegó a 27.6%
mientras que el salario subió en 25%. Según el informe del BCV del 2011, la alta tasa
inflacionaria era producto de un “mayor dinamismo de la Demanda Agregada interna
frente a las limitaciones para la ampliación de la oferta agrícola y de la industria
alimenticia” (p.108) reconociendo así, la poca productiva del sector agrícola nacional. El
barril no sólo había recuperado el ritmo de crecimiento que llegó a tener en 2007, sino
que escaló mucho más rápido motivado a la Primavera Árabe.

La primera oleada de protestas en el norte de África y en el golfo pérsico del Siglo


XXI por cambios democráticos en sus países, y las consecuencias de éstas
manifestaciones del mundo árabe, llevaron a una disminución de la oferta de crudo desde
la zona en conflicto, sumado a la incertidumbre en la eurozona y demás acontecimiento,
dispararon el precio del barril petrolero. En Venezuela, esta situación generó nuevos altos

224
ingresos que generaron una recuperación del PIB nacional de 4.2% y una recuperación
del precio de la cesta petrolera venezolana interanual de 38.2%94

La recuperación de la economía nacional se vio estimulada por el alto gasto del


gobierno central a través de una política fiscal expansiva: la obtención de ingresos por
encima de lo presupuestado permitió el aumento del gasto y los créditos adicionales.
Además, la creación de la misión AgroVenezuela y Vivienda Venezuela, justificaron a
nivel gubernamental una nueva etapa de endeudamiento interno:

En el contexto de la orientación expansiva de la política fiscal, se aprobó la


Ley Especial de Endeudamiento Complementaria (LEEC) para el ejercicio
fiscal 201126 por Bs. 45.000 millones, cifra que se adiciona a lo contemplado
originalmente en la Ley Especial de Endeudamiento Anual 2011 (Bs. 54.000
millones). Los recursos de la LEEC se previeron, en su mayoría, para
proyectos agrícolas y de obras públicas, que forman parte de las misiones
Agro Venezuela, Vivienda Venezuela y Trabajo Venezuela. (Informe
Económico del BCV;2011, p.70)

Según el Informe Económico del Banco Central de Venezuela el gasto del


gobierno central aumentó en 63% en relación con 2010, y los créditos adicionales en 2011
alcanzaron la suma aproximada de 169millardos de bolívares cuando en 2010 ya esta
suma había superado los 76millardos.

Con respecto a la tasa de desocupación, el BCV reporta que para 2011 la cifra
llegó a 8.3%, pero también destaca un hecho importante que se ha venido mencionando
sobre el comportamiento de éste indicador en los últimos años:

En cuanto al comportamiento de la ocupación por sectores institucionales, la


participación del empleo público en el total escaló 0,6 puntos porcentuales,
para alcanzar su nivel más alto desde 1985 (19,8%). Este incremento fue el
resultado de un alza de 5,6% en el número de trabajadores públicos (127.419
personas), un ritmo de crecimiento que superó, por noveno año consecutivo,
el exhibido por el sector privado, cuyo nivel de ocupación en 2011 aumentó
1,2% (120.127 personas) y fue impulsado, fundamentalmente, por el mayor
número de empleados, obreros y trabajadores por cuenta propia. (Informe
Económico del BCV;2011, p.123)

94
Datos del Informe Económico del BCV del año 2011

225
El empleo se ha visto estimulado por el crecimiento de la capacidad laboral de
PDVSA, sus filiales, empresas nacionalizadas. También debido al creciente número de
bancos en manos del Estado, diversos programas sociales, universidades que dependen
del Estado y un número cada vez mayor de personas laborando en la administración
pública. El crecimiento del número de trabajadores públicos para ese año ya no tenía
punto de comparación con ningún otro período anterior.

El precio del barril venezolano se recuperaba, pero PDVSA no hacía lo propio. En


materia petrolera, las cifras del BCV muestran que el sector petrolero creció en apenas
0.6% y el sector no petrolero 4.5%, el primero apenas logra crecer a pesar de sus metas
trazadas y de los altos ingresos por concepto de barril y el segundo, que aspiraba a generar
mayores ingresos a las arcas del tesoro nacional, crece lentamente.

Desbalances de PDVSA: Deudas y grandes compromisos

Los altos niveles de inversión de PDVSA hechos a lo largo del 2011, iban
encaminados a aumentar las exploraciones en la Faja Petrolífera del Orinoco, inversiones
que traían consigo: cubrir costos de acceso a tecnología, aumentar el número de taladros
y la construcción de mejoradores de crudo. Durante ese año, las reservas de crudos
certificados incrementan y paralelamente, la oferta de petróleo liviano a las refinerías
nacionales disminuyó.

El incremento del consumo interno de productos y servicios escaló también en


refinados del petróleo como la gasolina. Salmerón (2013:130) apunta que la venta de
automóviles se disparó en medio del crecimiento del consumo nacional y de la facilidad
para adquirir bienes y servicios a precios sumamente económicos que en buena medida
les pasaban factura a las cuentas nacionales. El precio sumamente barato de la gasolina
desde el año 1998 a precios de Bs 0,070 por el litro de 91 octanos, y Bs 0,097 por el litro
de 95 octanos le restaban ganancias a PDVSA.

Un estudio de los economistas Luis Oliveros y Domingo Sifontes, publicado en la


revista del Centro Gumilla (2013), afirma que entre 2005 y 2011 Petróleos de Venezuela

226
perdió al menos 2.197 millones de dólares por vender gasolina en Venezuela a un precio
inferior al costo de producción. Afirman que, si bien en otros países petroleros de Medio
Oriente existe subsidio a la gasolina, lo particular de Venezuela es que el precio de éste
rubro se ha mantenido congelado por mucho tiempo generando grandes pérdidas a la
empresa petrolera nacional.

Para 1998 en el país se consumían 195 mil barriles diarios (b/d) de gasolina,
y al cierre del año pasado el consumo se ubicó en 329 mil barriles diarios,
aproximadamente 52 millones 311 mil litros diarios, lo que suma un promedio
superior a los 19 millardos de litros de gasolina anuales. En una situación de
precios del petróleo al alza y aumento del consumo de gasolina, es de esperar
que el costo de oportunidad del subsidio a la gasolina sea cada vez mayor
porque en la medida que los precios del petróleo aumenten es mayor el monto
que ingresaría por concepto de venta de gasolina al extranjero. (Oliveros y
Sifontes;2013)
Bajo aquel costo tan grande que significaba para PDVSA mantener un precio tan
bajo de la gasolina lo más natural hubiera sido aumentar el precio del rubro, sin embargo,
el tabú que ha significado para la economía venezolana aumentar el precio de la gasolina
se ha mantenido y acentuado en los últimos años. Entre el “paquete económico” de Carlos
Andrés Pérez en 1989 se encontraba el precio de la gasolina, la situación que llevó a los
sucesos de febrero de aquel año ligaron al aumento del precio del refinado del petróleo,
por lo cual significaba un tema políticamente delicado de manejar.

El último aumento del precio de la gasolina hecho por Rafael Caldera en su


segundo mandato (1994-1999), hizo que el precio interno de la gasolina fuese mayor a
los costos de producirla hasta el año 2004, aunque cada año desde 1998 la diferencia se
hacía menor al llegar al punto de que, en 2005, el costo de producir la gasolina supera el
precio en el que se vende en el mercado interno. Según Oliveros y Sifontes, para el año
2011 la pérdida de PDVSA alcanzó 750 millones de dólares, cerca del 0,2% del PIB.
Acumulando entre 2005 y 2011 cerca de 12.000millones de dólares. A continuación, se
muestra el cuadro enunciado por Oliveros y Sifontes sobre la trayectoria del consumo de
gasolina y el subsidio al producto en Venezuela:

227
Cuadro #13 Subsidio de PDVSA al precio de la Gasolina 2005-2011

Fuente: Realidades al subsidio a la gasolina. Más que barata, regalada. Luis Oliveros y Domingo Sifontes.
2013

Bajo la creencia de que “el petróleo es de todos los venezolanos”, PDVSA registra
números rojos en la producción de gasolina. Las cifras se ocultan ante el boom petrolero
del período 2004-2008, y a pesar de que el presidente de la República y el ministro y
presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, admitan en una alocución en febrero de 2011 que
el costo de oportunidad era muy alto, el precio se mantuvo igual durante ese año, de
hecho, el precio se mantuvo hasta el año 2016. En 2011 como el precio de la cesta
petrolera venezolana se recuperó dando paso a un nuevo boom petrolero, y la
recuperación de la demanda mundial sobre el crudo, no se realizaron ajustes del precio de

228
la gasolina, sin mencionar el hecho de que la demanda interna crecía motivado a la
creciente cantidad de vehículos que el consumo interno demandaba.

Salmerón (2013:157) apunta que mientras la voluminosa capacidad de compra de


los sueldos de la administración pública creció en 29.8% mientras que en las empresas
que no están en manos del Estado la capacidad de compra llegaba a 1%, motivado a que
era difícil para éstas realizar aumentos en medio de una alta inflación y una reciente
devaluación.

A pesar de que la economía mundial creciera en 3.9% y la venezolana en 4.2%,


los problemas estructurales del país se evidencian: en los saldos rojos de la producción
de gasolina, la creciente deuda interna y externa, la caída de la producción alimentaria, el
incremento de las importaciones, y crecimiento de sectores no transables de la economía,
sin contar el alto consumo al que regresaban los venezolanos tras el regreso del alto precio
del barril.

En cuanto al ámbito político nacional, en 2011 los diputados ante la Asamblea


Nacional asumieron una nueva legislatura, pero el presidente Chávez con la Ley
Habilitante otorgada por el parlamento saliente logró a lo largo de 2011 aprobar leyes sin
intervención de la oposición. Entre esas leyes se encontraba la Ley de Costos y Precios
Justos bajo la cual se iban a regir los bienes y servicios bajo control estatal o que fuera a
ser supervisados.

También se aprueban la Ley de Tasas Portuarias, la Ley de Reforma Parcial de la


Ley Orgánica de creación de la Comisión Central de Planificación desde la cual se
financiarían proyectos de infraestructura en el marco del lanzamiento de la Gran Misión
Vivienda Venezuela, y para la cual también se aprobó una Ley junto a la Ley de Misión
Hijos de Venezuela. El BCV resume las metas a cumplir por año de la Gran Misión
Vivienda Venezuela así:

229
Gráfico #2 Metas de la Gran Misión Vivienda Venezuela

Fuente: Informe Económico del BCV del año 2011. p. 85

La gran inversión que requería la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) trajo
consigo hechos importantes: la poca estimulación a la empresa privada para participar en
los proyectos, los recursos idos a un sector no transable de la economía, la falta de certeza
de los mecanismos de crédito hacia las familias beneficiadas y su posterior entrega de
títulos de propiedad, y las grandes metas de construcción por año de dicha misión
considerando la poca construcción de viviendas en los años anteriores

El Gobierno Nacional reconocía el déficit de Viviendas tras la crisis del 2010 en


la que cientos de personas quedaron sin hogares tras la temporada de lluvias, y se
implementó la GMVV comprometiéndose con altas expectativas en el sector
construcción. En materia alimentaria también se había reconocido los déficits así que la
respuesta del Ejecutivo fue la creación de la Misión AgroVenezuela con el objetivo de
dinamizar el financiamiento a productores e incrementar la cosecha de productos de
primera necesidad como cereales, frijoles y granos. Dos compromisos que pudieran
haberse delegado a través de las diferentes gobernaciones y alcaldías en apoyo con la

230
empresa privada y gestionado por los ministerios correspondientes, los planificó el
Ejecutivo de forma centralizada.

Por su parte el año 2012 significaba un gran reto electoral, en octubre de ese año
se debían realizar las elecciones presidenciales para el período 2013-2019 y la política
fiscal expansiva fue ícono del gobierno nacional en medio de una campaña electoral que
inició al comenzar el año dicha política “tuvo como consecuencia un aumento del déficit
fiscal, cuyo financiamiento implicó un crecimiento de la deuda pública medida como
porcentaje del PIB” Según informa el BCV. La economía mundial continuó su
crecimiento a pesar de las dificultades de la eurozona, y la demanda de materias primas,
especialmente el petróleo que se mantuvo al alza, promediándose en 2012 en
103.42$/barril.

El enorme gasto del gobierno central creció en 63.7% según indica el BCV, y
dicho aumento del gasto se cubrió con nuevas deudas. Una nueva Ley de Endeudamiento
Complementario sumó 30.000millones de bs al límite máximo de endeudamiento y esos
recursos iban en su mayoría al pago de pensiones y pasivos laborales generados por las
prestaciones sociales del sector público. En créditos adicionales se aprobaron 189.3
millardos de bolívares.

Otra línea de endeudamiento fue la Reforma Parcial de la Ley Orgánica de la


Administración Financiera del Sector Público (LOAFSP), para “autorizar al Ejecutivo
Nacional a celebrar operaciones de crédito público por encima del monto máximo
autorizado en la Ley Especial de Endeudamiento Anual” (Informe Económico del
BCV;2012, p.71).

El significado de autorizar al Ejecutivo a comprometer los ingresos de la nación


por encima de lo establecido, era una carta blanca a seguir con el proceso de ascenso
masivo del nivel de deuda, y además la Ley establecía que no se requería la autorización
de la Asamblea Nacional ni la opinión del BCV para los compromisos que incumben a
ambas instituciones como principales controladoras y reguladoras de la administración
pública nacional.

231
Si bien la economía venezolana en el 2012 creció en un 5.6% como lo indica el
Banco Central en su informe económico de ese año, la economía persistía con dificultades
estructurales: el PIB había crecido, pero gracias a la inversión pública, sobre todo
motivado al sector construcción que se avocó a cumplir con las metas de la Gran Misión
Vivienda Venezuela. La mejoría de la producción petrolera fue de apenas de 1.4% donde
aumentó la producción de crudos pesados y cayó la de crudos livianos, además de la caída
del 0.8% de la actividad de las refinerías como consecuencia de la tragedia de Amuay,
cuya refinería representa casi el 50% de la refinación total del país.

Otros problemas estructurales de la economía venezolana eran que el déficit


global de la balanza de pagos cerró 2012 con 0.3% del PIB, la inflación si bien disminuyó
con respecto al año anterior ubicándose en 20.1%95, seguía siendo una tasa muy alta,
contenida gracias al incremento de los productos regulados y el alivio que representó el
subsidio a las importaciones en medio de un precio del barril elevado, y una campaña
electoral que ponía a prueba la continuidad de la administración de Hugo Chávez.

El informe económico del BCV ya reconocía que la moneda nacional se


encontraba apreciada, y cualquier cambio en política fiscal o monetaria fue pospuesto
dada la importancia política de mantener las importaciones, y un dólar por debajo de su
precio real.

La producción de PDVSA se había mantenido hasta este punto estancada, y la


cantidad de nuevas funciones de la empresa, gracias a la absorción de más sectores que
no son inherentes a la industria de los hidrocarburos, pusieron en duda la capacidad de
PDVSA para mantener sus funciones básicas. El evento de Amuay a mediados de 2012
significó una tragedia de gran alcance, tanto para los habitantes de las zonas aledañas a la
refinadora, como para los costos de producción de la empresa petrolera.

La inversión en producción petrolera en 2012 se incrementó en 64.4%,


principalmente dirigido a atender las operaciones en la Faja Petrolífera del Orinoco y las
refinerías, en especial el Complejo Refinador Paraguaná, tras verse altamente afectado
por la explosión de mediados del año. El BCV y PDVSA indican en sus informes anuales

95
Cifras del Informe Económico del BCV del año 2012

232
que la caída de la productividad de las refinerías se debía al suceso de Amuay y lo costoso
de su recuperación. Sin embargo, según se muestra en el gráfico #3 presentado por el
informe económico del BCV, el comportamiento que exhibe en los últimos años tanto el
petróleo como la refinación reflejaba que la tendencia había sido a la Baja.

Gráfico #3 Variación Interanual de la actividad petrolera y sus componentes (2006-


2007)

Fuente: Informe Económico del BCV del año 2012. p. 104

El comportamiento de la productividad de la actividad petrolera representa un


serio desbalance con los objetivos tanto del Primer Plan Socialista como las metas del
Plan Siembra Petrolera. A pesar de la situación presentada en Amuay, PDVSA no dejó
de desembolsar gastos para el gobierno central y las actividades ajenas a sus funciones.

Se dictó en febrero la reforma a la Ley de Contribución Especial por Precios


Extraordinarios y Precios Exorbitantes en el Mercado Internacional de
Hidrocarburos, con la finalidad de dirigir los recursos derivados de esta
contribución especial a financiar las grandes misiones creadas por el
Ejecutivo Nacional, así como proyectos de infraestructura, vialidad, salud,
educación, comunicaciones, agricultura y alimentos, entre otros (Informe
Económico del BCV;2012, p.84).

233
El BCV indica también que PDVSA efectuó una emisión de bonos agrícolas por
3.000millones de bolívares para el financiamiento de la misión AgroVenezuela a través
del Fondo Especial Ezequiel Zamora, “a fin de impulsar la actividad agrícola y
agroindustrial nacional, por medio de la adquisición de maquinarias y materia prima, y
el otorgamiento de créditos e incentivos, como subsidios a firmas del sector.” (p.72)

Para aliviar los altos montos con los que incurría la nación en medio de esa política
fiscal expansiva, Salmerón (2013) apunta que el BCV ideó la fórmula de imprimir
bolívares y multiplicarlos. “Para presentar la maniobra como una operación financiera,
PDVSA y otras empresas públicas le entregaron al Banco Central un cúmulo de bonos y
a cambio recibieron los bolívares” (p.158). Mientras que la receta para contener la
inflación que podría generar la impresión de dinero inorgánico y la poca productividad
nacional fue el incremento de rubros controlados: agua mineral, pañales, compotas,
detergentes y jugos pasteurizados.

El BCV resume sobre el comportamiento del gobierno en la economía nacional


así: “La mayor expansión del gasto, en comparación con la de los ingresos, determinó
un aumento del déficit fiscal, el cual se enfrentó mediante la estrategia de endeudamiento
complementaria de los últimos años” (p.184). Así, la deuda pública en su componente
interno pasó de 32.3% en 2000 a 56.7% en 2012.

Además, la deuda externa también presentó severos incrementos que se añadían


al comportamiento que había comenzado en el período 2007-2008. El BCV muestra el
incremento del endeudamiento de la deuda pública interna y externa como se muestra en
el gráfico #4. Las nuevas deudas contraídas significaban altos cargos a los pasivos
nacionales en el largo plazo.

234
Gráfico #4 Saldo de deuda pública interna y externa (como % del PIB)96

Fuente: Informe Económico del BCV del año 2012. p. 191

Ante tal comportamiento del gasto público, que se permitía con el alza del precio
del crudo, la campaña electoral hacia la primera magistratura del país se rodeó de
promesas: mantener el gasto en programas sociales, replantear los objetivos del Plan
Siembra Petrolera, incentivar la productividad del sector agrícola y agroindustrial del
país, sosteniendo la fórmula de obligar a mantener sólo los precios autorizados a los
productos y servicios regulados. También se propuso el cumplimiento de las metas de la
Gran Misión Vivienda Venezuela, avances en la misión AgroVenezuela a través de los
fondos requeridos, así como incentivar el ahorro y bajar las tasas inflacionarias, etc.

96
El mismo informe del BCV indica que el porcentaje del PIB señalado debía ser revisado según los
últimos compromisos nacionales, la revisión correspondería al ministerio de finanzas

235
En cuanto al contexto político nacional, la oposición acudió a las elecciones
presidenciales de octubre de 2012 a pesar del desbalance electoral, político e institucional
que reiteradas veces habían venido denunciando. Apostaban a la unidad a través de la
promoción de un candidato único, Henrique Capriles Radonski, en las tarjetas electorales
de cada uno de los partidos que conformaban la Mesa de la Unidad Democrática.

Para el momento de las elecciones el Ejecutivo manejaba: los otros cuatro poderes
nacionales, PDVSA que le suministraba recursos directos a través de los distintos fondos,
así como instituciones políticas y económicas, a su vez que manejaba buena parte de los
medios de comunicación nacionales.

En la noche del 7 de octubre, el CNE anuncia a Chávez como presidente electo


para el período 2013-2019 con el 55% de los votos totales. Con el cierre de la campaña
electoral también cerró la llave de importaciones. “Después de las elecciones del 7 de
octubre, Cadivi y el Sitme redujeron drásticamente la asignación de dólares, a fin de
frenar la tendencia desbocada de las importaciones, pero entonces la escasez de
productos básicos comenzó a escalar (…)” (Salmerón;2013, p.160).

El costo político de frenar las importaciones había esperado mucho tiempo, y el


Presidente Chávez tras medirse en las elecciones de octubre no dudó en comenzar a frenar
la asignación de divisas para importaciones. El alto consumo de bienes que se había
producido en el período 2004-2008 y luego a partir del 2011, se había cubierto con la
compra de productos en el extranjero. Y la presión inflacionaria ante la impresión de
dinero inorgánico junto a la disminución de la producción nacional, se frenó imponiendo
controles de precios que comenzaban desaparecer los productos de los anaqueles.

En diciembre de 2012, la expectativa de devaluación era similar a los aires de


febrero de 1983. La decisión se pospuso ante las elecciones regionales que le permitieron
al oficialismo obtener 20 de las 23 gobernaciones estadales, y posteriormente, el anuncio
del presidente Chávez de una nueva intervención quirúrgica para tratar el cáncer que venía
padeciendo desde 2011, supuso un retraso en la decisión sobre el tipo de cambio.

Las cifras y los hechos hasta este momento indican que, las consecuencias sobre
la calidad de vida de los venezolanos ante el manejo del mayor auge del barril que haya

236
conocido la historia venezolana, podían ser a su vez las más grandes que los venezolanos
hayan visto.

Balance al cierre del año 2012


Para Carlos Aponte (2014), el Presidente Chávez había pasado por una transición
ideológica importante desde su llegada al poder. La primera etapa que va desde 1999
hasta el año 2004 se caracterizó por estar más cercana al populismo, la segunda responde
a un período de transición en el lapso 2005-2007 en el cual comienza a moverse en el
marco del socialismo, hasta finalmente llegar a la etapa del “Socialismo del siglo XXI”.
Menciona el autor:

Es desde el 2007 cuando el socialismo del siglo XXI empieza a vincularse


más nítidamente con propuestas asociables con la izquierda tradicional anti
capitalista, especialmente en materia económica, dejando de ser una variante
del “significante vacío” que sustituyó a los aún más imprecisos calificativos
del “proceso” o de la “revolución” que habían privado en la identificación del
chavismo entre 1998 y 2004 (p.105).

En el marco de la renovación de la izquierda internacional tras la caída de la Unión


Soviética, el Oficialismo en Venezuela pasó por una etapa de definición sobre el
Socialismo, dándole finalmente el apellido de “Bolivariano” o del “siglo XXI”, que,
según el autor, respondía a una reducción de la interpretación del capitalismo “a una
versión salvaje y desregulada que guarda una escasa relación con buena parte del
capitalismo realmente existente”. Dicha interpretación evade la discusión sobre el
Capitalismo de Estado, que, para Carlos Aponte, tanta incidencia ha tenido en el espectro
“estatista y rentista” del desarrollo venezolano desde hace más de medio siglo.

Esa visión ortodoxa del socialismo dio paso a la propuesta de reforma


constitucional del año 2007, que fue rechazada por el electorado pero que no fue dejada
de lado por el presidente Chávez. El objetivo de convertir la economía venezolana en una
economía socialista, identificada con la propiedad social y una amplia participación del
Estado, que fomentara las empresas de producción social, se mantuvo a pesar de los
resultados electorales del 2007. El objetivo se apegó no a la rechazada reforma sino a lo
establecido en el primer plan socialista de la Nación.

237
El modelo político se encaminaría con lo definido en la constitución de 1999 sobre
la democracia participativa y protagónica, y el Estado comunal al que hace referencia el
modelo socialista. Al respecto, Aponte menciona que la democracia participativa y el
Estado comunal no lograron definir al cierre del año 2012 “un modelo ampliamente
legítimo y creíble que suplante los mecanismos electivos y representativos plurales que
tienen como una de las bases de su legitimidad el ser fuentes de la propia elección del
presidente Chávez y de quienes le han apoyado” (p.107). Situación que no permite encajar
lo que se había desarrollado a nivel económico y político con lo que se estaba planteando
el Ejecutivo Nacional.

Las misiones sociales no iban enmarcadas en el cumplimiento del socialismo del


siglo XXI porque nacieron antes de que tales premisas fueran expresadas abierta y
claramente, respondieron a coyunturas político-electorales en el momento de su creación.
Los programas sociales no logran ajustarse a parámetros mínimos de políticas sociales
dadas las carencias mencionadas anteriormente señaladas por Cabezas y D’Elias (2008),
a las cuales Carlos Aponte (2014) concuerda diciendo que: “a pesar de los grandes
recursos destinados a la política social y de la importancia brindada a las Misiones, no
hay ningún documento oficial relevante que analice y oriente detalladamente estos
novedosos programas” (p.104).

Según el mismo autor, el Plan Simón Bolívar-Primer Plan Socialista de la Nación


presentaba carencias metodológicas que eran continuidad del anterior Plan (PDESN), y
era más una expresión de la etapa ideológica del “Socialismo del siglo XXI”. Entre las
carencias del Primer Plan Socialista se encontrarían: una relación casuística entre los
enunciados de algunas de las directrices, tal es el caso de la “ética socialista” y la
“suprema felicidad social”. Una explicación doctrinaria abstracta de las directrices del
plan; y el simple enunciado de una lista de objetivos, políticas y estrategias que no fueron
explicadas a fondo.

Los enunciados del programa, y el desarrollo del mismo, efectivamente sólo se


enmarcan en la caracterización sobre el modelo que aspiraba construir la administración
del Presidente Chávez. Sin embargo, no hay clara explicación sobre los objetivos a

238
cumplir. Carlos Aponte, al evaluar la política social de los años de la administración del
gobierno de Chávez, señala que en el Plan Simón Bolívar es poca la referencia hacia
políticas sociales viables las que se plantean, lo cual les da debilidad a lo formulado en el
proyecto país.

Por su parte, el estímulo del Poder Popular que se esperaba desarrollar a través del
control de empresas e instituciones productivas, no terminó de generar ningún reporte
sobre los avances en las diferentes materias u estrategias emprendidas. Aponte (2014)
indica que el objetivo de consolidar la propiedad social en el campo productivo tampoco
registró adelantos, y como se mencionó anteriormente, los escasos reportes sobre las EPS
por parte de PDVSA en el año 2010 son los únicos que someramente se presentan de
manera sistematizada.

Para 2012, tras 13 años de Hugo Chávez estar a cargo de la presidencia, “el futuro
de las disponibilidades financieras del Estado sigue pendiendo del inestable hilo
petrolero” (Aponte;2014, p.125). Así lo demostraba el déficit fiscal global del país
resumido en el informe económico del BCV de ese año. Desde el 2003 la creación de vías
parafiscales para saltarse la administración establecida y el control institucional, hicieron
la norma de la política social y administrativa del Ejecutivo.

Párraga (2010:58) agrega que dichos mecanismos parafiscales creados por el


Ejecutivo, y que cada vez se abrían más conforme a las necesidades que tuviera el
Presidente de mantener su liderazgo, generaban dos efectos cruciales: desvanecer la
imagen de las finanzas públicas venezolanas, y crear una peligrosa dependencia de
PDVSA como principal fuente de financiamiento de un sinfín de programas que no eran
auditables. Los recursos salían para programas poco planificados en detrimento de las
cuentas y la imagen de la empresa petrolera nacional.

Volviendo al estudio de Aponte (2014), éste agrega varios análisis sobre la política
social de los últimos años en Venezuela, donde destaca que “El Fondo Nacional de
Desarrollo (Fonden), formado en el 2005, y la inversión social de Petróleos de Venezuela
(PDVSA) se convirtieron en los más importantes canales de ese financiamiento especial.”
(p.131). A su vez, añade que el gasto social fue en mayor medida por el financiamiento

239
directo de PDVSA con una mínima participación del FONDEN, siendo éste último el
responsable de los grandes proyectos de infraestructura o el desarrollo de las empresas
estatales.

La mayor evidencia de la dependencia de los aportes al desarrollo social por parte


del Estado, es la caída de esos aportes durante la crisis internacional 2008-2009, en la
cual los aportes tanto al gasto social y al Fonden se vieron disminuidos. Adicionalmente,
a nivel interno la creación de PDVAL en 2008 podía mostrar las fallas en la producción
y distribución de alimentos de Mercal, aunque PDVAL mantiene el mecanismo de vender
productos subsidiados del Estado. Subsidios que comenzaban a pesarle a la
administración pública gracias a los déficits fiscales y el mantenimiento de un dólar
barato, situación que comenzaba a traducirse en escasez de productos a nivel nacional.

También destaca que las contribuciones de PDVSA a las distintas misiones fueron
dirigidas en mayor medida al gasto en programas de salud, vivienda (sobre todo a partir
de 2012), energía eléctrica, educación y alimentos. Sectores que reflejan la gran cantidad
de campos económicos que ahora abarca una empresa petrolera de las características de
PDVSA.

(…) es llamativo que, al tiempo que se acrecentó de manera tan marcada el


gasto en las misiones en 2006 y 2007, la cobertura de muchas de ellas tendió
a estancarse o a decaer. Es decir, que podrían existir -en medio de los
elevadísimos gastos hacia las misiones- una proporción importante de
desviaciones de recursos por razones de malversación o corrupción. Este
riesgo se fortalece por el escaso control institucional al que han estado sujetas
estas iniciativas (Aponte;2014, p.141).

Esto iría en consonancia con lo arrojado en los estudios de Datanálisis (2008)


sobre la cobertura de las misiones sociales, y lo expuesto por Cabezas y D’Elias (2008)
sobre las carencias metodológicas en la creación, seguimiento, y evaluación de los
programas sociales impulsados por Chávez. A las cuales en 2012 se agregó la GMVV,
que igualmente que las anteriores misiones, fue creada de manera azarosa por las
circunstancias acaecidas e igualmente con una meta de universalización tan grande que
hace mucho más difícil su observación como política efectiva.

240
Para la GMVV en 2012 no sólo se establecían metas muy altas anuales, sino que
ponían en circulación acelerada la dinámica de la enfermedad holandesa al desviar
grandes recursos en el sector construcción, sector no transable de la economía y que
tampoco iba en consonancia de crear una economía diversificada tal como lo proponía el
Plan Simón Bolívar. Aponte (2014) agrega sobre la GMVV que: “Tampoco se valoraron
apropiadamente los requerimientos de insumos para la construcción en el marco de las
menguadas capacidades de la empresa siderúrgica y de las cementeras que habían sido
estatizadas en años anteriores.” (p.207). Es decir, los recursos estaban netamente mal
administrados, y los esfuerzos mal dirigidos, con materiales inexistentes.

La masificación de la educación, también abultó las necesidades de cubrir el


objetivo de la “siembra del petróleo” del Primer Plan Socialista, sin embargo, tales
dimensiones de cobertura fueron disminuyendo con el paso de los años, mostrando una
deserción importante de los jóvenes una vez iban saliendo del programa Misión Ribas.
Los programas educativos eran masivos, pero se les otorgaba recursos sin auditoría, y
poco o nada se consideración las necesidades que venían presentando y exigiendo las
Universidades Nacionales.

Además, la gran cantidad de recursos evidenciaron malversación de fondos, tal


como lo habían admitido los voceros del gobierno nacional en varias oportunidades, lo
cual le resta recursos al Estado en unos programas que ya presentaban falencias
importantes. Tal extensión de la capacidad del Estado en materia educativa y demás
programas sociales, hacen del Estado una conformación mucho más amplia, que Aponte
señala así:

el Estado social venezolano entró durante las gestiones de Chávez en un


proceso de transición desde un tipo de Estado dual a uno universal-
estratificado. (…) aceptar la existencia de esa transición no implica que el
Estado social haya logrado superar por ello la mayoría de los rasgos que lo
han caracterizado durante su crisis desde finales de los setenta, siendo que
algunas de esas particularidades tradicionales podrían más bien haberse
agravado (p.163).

Ya la moneda había sido devaluada a 4.30bs/dólar y al finalizar el año 2012 había


una nueva expectativa de devaluación monetaria que podía acelerar la disminución de la

241
calidad de vida de los venezolanos, sobre todo, después de los niveles de consumo
experimentados tras el boom petrolero, que al cierre del 2012 no había cesado. La deuda
contraída por el Estado Venezolano iba también a comprometer los recursos destinados
para las generaciones futuras y el cumplimiento de los recursos destinados a éstas.

En cuanto a la premisa del Primer Plan Socialista de la Nación de crear un Estado


mucho más eficiente y con una “profunda ética socialista”, los resultados evidenciaban
grandes retrocesos en materia de distribución de recursos, discrecionalidad en la
distribución de la renta petrolera, malversación de fondos y políticas e instituciones poco
eficientes.

Aponte (2014) apunta que desde el comienzo se pretendía crear una


administración paralela a la existente y que: “las misiones adquirieran un carácter
diferente al del resto del Estado tradicional, burocrático, lento e indolente. Parecía
aspirarse a la constitución de un Estado paralelo, típico de ciertos proyectos
revolucionarios, que encarnara nuevos valores y estilos de gestión humanistas” (p.210).

Según los planteamientos de Bautista Urbaneja (2013), la cultura de creación de


reclamadores de renta se agudiza aún más con las dimensiones del Estado interventor que
ya no se supeditaba ante los poderes públicos e instituciones reguladoras. El Ejecutivo
Nacional se convertía en un ente autoregulador que con la creación de entes como Cadivi
y el Sitme, ponía en largas colas a los distintos reclamadores de un dólar barato.

Empresas, ciudadanos comunes, instituciones públicas y privadas, todos a la


espera de las porciones de dólares que les permitía la llave abierta de petrodólares. Todo
bajo el slogan de que como “PDVSA ahora es del pueblo”, ratificaba el estatus del Estado
subsidiario e interventor, que ahora se permitía asignar discrecionalmente, según criterios
políticos, porciones de renta a la fila de reclamadores.

Los recursos otorgados para el gasto público a través de sectores como el agrícola,
agroindustrial, construcción, etc., incrementaban las filas de reclamadores de renta que
nuevamente se disponían a cortejar al Ejecutivo Nacional para obtener lo que, por
derecho, se les ha reiteradamente mencionado, les pertenece. Los canales

242
extrapresupuestarios y parafiscales dejaban las puertas abiertas a la atención clientelar de
personas naturales o jurídicas dispuestas realizar sus reclamos. Aponte (2014) agrega que:

el paralelismo institucional al que han tendido las misiones es fuente de


descoordinación, de duplicación de competencias y costos, y genera severas
lagunas de control, seguimiento y evaluación de los programas, lo que
dificulta el análisis de su eficiencia y efectividad. En definitiva,
discrecionalidad y paralelismo se asocian con la subplanificación a la que
hemos aludido anteriormente en este estudio (p.211).

Ante esos hechos institucionales, el objetivo del Estado ético socialista, era
prácticamente más un Estado del grado mencionado por Aponte. Un Estado con
capacidades imparables para entregar recursos al son de los vientos político-electorales
con responsabilidades universales, porque las capacidades que ha adquirido son
muchísimo más amplias de lo que puede soportar, y con expectativas de abarcar a un
mayor número de personas. En definitiva, “Con la toma de control de PDVSA por parte
del Ejecutivo nacional y del Presidente de la República se alcanza la máxima
discrecionalidad rentística de la historia venezolana” (p.246)

Sobre el objetivo en materia de energía eléctrica, la sequía del año 2010 puso en
evidencia los pocos avances en la materia del gobierno nacional. La política planteada de
reducción del consumo de energía no alcanzaba sus metas, y la racionalización del
consumo se realizó, pero forma obligada durante varios meses en todo el territorio
nacional -exceptuando la Gran Caracas- que mostró las carencias del sistema eléctrico
nacional.

Situación similar al sector eléctrico se presentó en la producción de crudo, el BCV


gráficamente mostró como la variación de producción diaria no terminaba por levantarse:

243
Gráfico #5 Volumen de Producción de crudo (miles de barriles diarios)

Fuente: Informe Económico del BCV del año 2012. p.105

La producción de crudo apenas logró levantarse tras la paralización del período


2002-2003, sin embargo, las metas del Plan Simón Bolívar y el Plan Siembra Petrolera
no estaban siendo cumplidas. De hecho, según había informado PDVSA y el BCV, la
producción de crudo se pudo mantener gracias a las exploraciones en la Faja Petrolífera
del Orinoco, que continuaban siendo lentas y sólo avanzaban en el número de reservas
probadas. La actividad de refinación apenas había logrado crecer, y la tragedia de Amuay
en agosto de 2011 implicó una caída de la actividad, de la cual iba a costar recuperarse e
iba a necesitar nuevas inversiones para tal fin.

Sobre la política de integración latinoamericana y caribeña, se siguió manteniendo


lo suscrito en el acuerdo de Petrocaribe y Alba, y desde 2012 Mercosur. En el marco de
la adhesión de Venezuela al Mercosur en julio de 2012 se firmó un acuerdo con la
República Argentina: “El convenio implantó una serie de estrategias orientadas a
impulsar la industria petrolera, bajo una perspectiva de encadenamientos productivos,
desarrollando planes, estudios especiales, capacitación y transferencia tecnológica.”
(Informe Económico del BCV;2012, p.85). Acuerdos que iban a darle impulso a la

244
estrategia de investigación y capacitación en materia de hidrocarburos señalada en el
Primer Plan Socialista, cinco años después de que se planteara tal política.

También se firmó un acuerdo durante 2012 con Turquía que incluía: En primer
lugar, el intercambio de información en los ámbitos a potenciar. En segundo término, la
promoción de inversiones para actividades de exploración y desarrollo de proyectos en
las áreas de la geociencia, y finalmente, el establecimiento de empresas mixtas,
particularmente en la industria petrolera. Esto en aras de acelerar la producción de las
reservas que se encuentran en la Faja Petrolífera del Orinoco.

Párraga (2010:57) apunta que las cifras del período iniciado tras la toma por parte
del Ejecutivo de PDVSA, indicaban que de los ingresos globales de la empresa que iban
al Presidente eran en 2007 el 45.3% de los ingresos de la nacional petrolera -entre aportes
fiscales y totales- que se traducían en 43.673millones de dólares. Los incrementos
impositivos permitieron que PDVSA elevara entre 2005 y 2007 en casi un 20% los
ingresos suministrados al Estado. Las entregas de recursos de PDVSA al Ejecutivo sólo
disminuyeron tras la caída del precio del barril entre 2008-2009 para volverse acelerar
desde 2011.

La autora afirma que dichas cifras “reafirman la dependencia que existe entre
finanzas públicas e ingresos petroleros, en medio de la exacerbación del modelo
rentístico que por un siglo ha tenido Venezuela” (Párraga;2010, p.58). En la medida en
que la empresa petrolera nacional aumentaba los recursos entregados al Ejecutivo
Nacional fueron disminuyendo los programas de recaudación impositiva. Estos hechos
hacen que las cuentas de la estatal petrolera sean más vulnerables a cualquier caída del
precio del crudo en el mercado internacional.

José Guerra (2016) agrega que “La tesis del Socialismo del Siglo XXI se ha
expresado en la conformación de un aparato estatal de dimensiones colosales que ha
monopolizado las actividades económicas esenciales del Venezuela” (p. 67). Denuncia
que a las responsabilidades propias de la empresa estatal se le suman: cemento, acero,
hierro, electricidad, telefonía fija, transporte, educación, alimentación, entre otra serie de

245
sectores que ahora debe atender en el marco de un mercado internacional sumamente
volátil, y una alta deuda contraída en los últimos años.

José Ignacio Hernández (2016:78), analiza que el modelo estatista venezolano


mutó a un modelo socialista que proponía superar la fundamentación republicana por un
Estado Comunal, caracterizado por una economía comunal gestionada bajo el esquema
de “propiedad social”, tal como lo menciona el Primer Plan Socialista. Ese modelo se
movió al sector de los hidrocarburos, con la denominación de “La Nueva PDVSA”,
dándole tres características claves:

-La eliminación de la autonomía de gestión de PDVSA


-Un uso instrumental de la empresa para cumplir los fines del modelo socialista
-Amplio control estatal sobre los hidrocarburos reduciendo la participación privada
Esas tres características moldearon el destino de la empresa en torno al inmenso
gasto, el rentismo discrecional, y la expansión estatal en una cantidad de sectores
económicos, sociales, institucionales, políticos, etc., como nunca antes lo había vivido la
historia petrolera nacional.

Corrales y Penfold (2012:104), resumen el desempeño político del presidente


Chávez como un cambio radical, donde se generaron mayores obstáculos a la oposición,
hubo menor transparencia en el manejo de los recursos y mayor concentración de poder
en manos del Presidente. Y en el ámbito económico, resumen que se ha basado en la
repetición de viejos vicios, tales como la dependencia del Estado de los ingresos
petroleros y la adopción de políticas económicas insostenibles que generarían el círculo:
cortar-relajar-colapsar.

Las consecuencias de un panorama tan tenso en lo político y en lo económico,


iban a traducirse en menores posibilidades del ciudadano de solicitar auditoría de los
recursos comunes, pocas respuestas institucionales ante la concentración de poder, menor
participación en la distribución real del ingreso, y un detrimento de las posibilidades
políticas, laborales y económicas ante un Estado todopoderoso que ha concentrado cada
vez más recursos y poderes.

246
4) De Chávez a Maduro: Plan de la Patria. Segundo Plan Socialista
de la Nación; Plan de Desarrollo Económico y Social 2013-2019

Para la campaña electoral junio-octubre de 2012, el Presidente Hugo Chávez había


impulsado como plan de acción para el período 2013-2019 el Plan de la Patria o Segundo
Plan Socialista de la Nación, como continuidad al Primer Plan Socialista presentado en
2006. Al inscribir su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral en junio de 2012, el
presidente anuncia los cinco grandes objetivos del nuevo plan para el mandato 2013-
2019:

1- Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos


reconquistado después de 200 años: la independencia nacional
2- Continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo xxi, en
Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del
capitalismo y con ello asegurar la "mayor suma de seguridad social, mayor
suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad " para nuestro
pueblo.
3- Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo
político dentro de la gran potencia naciente de américa latina y el caribe,
que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra américa.
4- Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual
tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el
equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria.
5- Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana

Si algo caracterizó al Primer Plan Socialista fue la presentación de un conjunto de


términos que le daban más sentido u orientación política que de cualquier otra índole al
proyecto país presentado, haciendo énfasis en “la suprema felicidad social”, la “ética
socialista”, o la “economía social”, tales preceptos se incrementaron en este segundo plan
nacional.

El primero de los “objetivos históricos” presentados, enunciaba la necesidad de


“garantizar la continuidad del proceso revolucionario”, para lo cual era indispensable

247
ganar las elecciones de octubre de ese año. Y la alusión al término de independencia
nacional, se llevó al plano petrolero y alimentario:

Asimismo, se plantea preservar la soberanía sobre nuestros recursos


petroleros en particular, y naturales en general. Lo anterior, a su vez, habrá de
traducirse en la capacidad fortalecida para manejar soberanamente el ingreso
nacional. Lograr la soberanía alimentaria, desencadenando nuestro potencial
agroproductivo, será otro de los objetivos estratégicos (Plan de la Patria;2012,
p.11).
Tal exposición no tiene mayores cambios con respecto a lo que discursivamente
venía planteando la administración del presidente Chávez anteriormente. En el Plan
Siembra Petrolera hace especial énfasis en la administración “soberana” de los recursos
naturales, y con esta presentación ratifica lo planteado hasta entonces, y nuevamente,
como lo haría en el PDESN y en el Primer Plan Socialista, se plantea la búsqueda por la
soberanía alimentaria: la alternativa del autoabastecimiento nacional a través de la
reducción de importaciones de productos alimenticios.

El segundo objetivo habla sobre el proceso de transición sobre el modelo


imperante en Venezuela sobre la renta petrolera, reconociendo dos puntos importantes: 1.
El objetivo creado en el Primer Plan Socialista de la Nación no había hecho grandes
avances en salir del modelo rentista petrolero y 2. En consecuencia con lo anterior, no se
había alcanzado ningún logro por estimular una economía diversificada. El mismo Plan
expone que el segundo objetivo responde a la necesidad “(...)por acelerar el cambio del
sistema económico, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista al modelo
económico o productivo socialista.”. (p.12)

Dicho modelo productivo implicaría entonces que el sistema proteccionista e


intervencionista acelerado desde el año 2007, se iba a mantener. El plan incluye que se
seguirán sosteniendo las necesidades de la población como agua, electricidad, vivienda,
alimentación, educación, comunicación, ciencia, tecnología, deporte, etc., bajo el mismo
esquema que había imperado hasta entonces. Y además de las intervenciones y
regulaciones, el mantenimiento del gasto público a través de programas sociales.

Con el tercer y cuarto objetivo se conservaría el sistema de relaciones exteriores


imperantes, esto a través de los distintos organismos u acuerdos internacionales suscritos

248
por la República en años anteriores y seguir “(…) impulsando la Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe, así como dinamizando los
nuevos espacios regionales: la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la
Comunidad de Estados Latino Americanos y caribeños (CELAC).” (p.13). Esto implicaba
sostener el envío de recursos energético a países de Petrocaribe, y someterse a las
obligaciones que organismos como Unasur requería de sus Estados miembros.

El quinto y último objetivo se resume como una propuesta ecológica sobre el uso
de los recursos naturales, advirtiendo una faceta poco ambientalista de la producción
mundial y del sistema capitalista. A su vez, admite que se encaminaría a un proceso
productivo que, en base a esa realidad abrumadora, intente superar la crisis mundial
ambiental a través de un sistema que coexista con el medio ambiente.

Tras la victoria electoral de Chávez en octubre de 2012, dicha propuesta sería el


proyecto país para el lapso 2013-2019. Sin embargo, los acontecimientos no le darían la
oportunidad a Hugo Chávez de comenzar esta nueva administración en enero de 2013
mediante el juramente ante la Asamblea Nacional para el nuevo período presidencial,
pero el proyecto iba a continuar con quien hasta entonces había fungido como su
vicepresidente, Nicolás Maduro.

En diciembre de 2012, dos meses después de las elecciones presidenciales de


octubre, el presidente Chávez en cadena nacional informa al país que partiría a Cuba a
una nueva intervención quirúrgica para tratar el cáncer que padecía. En aquella alocución
dejó entrever que la operación a la cual se iba a someter sería mucho más delicada que
anteriores tratamientos, y que en caso de que no pudiera volver a asumir las riendas del
país, su sucesor en la primera magistratura nacional fuera su vicepresidente.

La estancia del presidente Chávez en Cuba se prolongaría por varios meses.


Mientras tanto, el vicepresidente de la República asumió las riendas del Ejecutivo
Nacional hasta marzo de 2013 cuando asumiría como presidente Encargado tras la muerte
del presidente Chávez el 5 de marco. Ese día, al finalizar la tarde ante la mirada de
millones de venezolanos, el Vicepresidente Nicolás Maduro Moros, anunció al país el

249
fallecimiento de Hugo Chávez en el hospital militar de caracas al cual había arribado en
días anteriores. En ese momento, comenzó una nueva etapa política del país.

Tras seguir lo constitucionalmente previsto en casos de ausencia absoluta del


Presidente, la Asamblea Nacional declaró tal falta y procedió a juramentar al
vicepresidente como Presidente (E) mientras el Consejo Nacional Electoral convocaba a
nuevas elecciones presidenciales. El evento electoral tuvo lugar el 14 de abril de 2013.
La oposición acudió a la contienda con Henrique Capriles como su candidato, mientras
que el partido de gobierno optó por el apoyo a Nicolás Maduro tal como lo había pedido
su antecesor.

La noche del 14 de abril, el CNE, tras largas horas de espera, anunció al país que
con una diferencia menor al 2% de los votos totales válidos, el presidente electo para el
período 2013-2019 era Nicolás Maduro. La oposición ante tal diferencia de votos acudió
a la exigencia del reconteo total de votos, sin embargo, meses después el CNE en apoyo
con el Tribunal Supremo de Justicia ratificó los resultados obtenidos el 14 de abril.

Varias cosas que resaltar de los hechos políticos acaecidos hasta este momento:
en primer término, los resultados electorales evidenciaban el proceso profundamente
polarizador que vivía el país, en segundo lugar, la oposición mantuvo confrontación con
el partido de gobierno por la forma en que se había llevado a cabo el proceso electoral y
la negativa del CNE de aceptar las denuncias sobre el proceso. Finalmente, desde el
Ejecutivo se desestimaron las demandas de la oposición y se continuó con el proceso
político-administrativo iniciado por Chávez.

El gobierno nacional optó por mantener las reglas del juego hasta entonces
imperantes: la confrontación como forma de solución ante los reclamos de la oposición,
y la repartición de poder y de renta, entre los partidos de coalición del Gran Polo
Patriótico. Se cierran así, nuevamente, las posibilidades del dialogo nacional entre
gobierno y oposición sobre el rumbo económico, político y social, así como cualquier
acuerdo o conciliación sobre la crisis económica que comenzaba a tocar puerta, lo cual
terminó por agravar la crisis política.

250
El presidente electo, Nicolás Maduro, en el marco de su corta campaña electoral,
y tras asumir plenamente la presidencia de la República, había anunciado la continuación
del Plan de la Patria presentado por el fallecido presidente Chávez el año anterior.
Anuncia un proceso de continuidad del “proceso revolucionario” iniciado años atrás con
las metas, objetivos y estrategias que se establecían en el Segundo Plan Socialista de la
Nación. Además de los “objetivos históricos”, también se presentan los objetivos
macroeconómicos y en materia petrolera para el nuevo período presidencial:

-Promedio de crecimiento anual del PIB entre 3 y 4%

-Inflación anual de 20%

-Producción Petrolera de 3.3millones de barriles diarios en 2014 y 6millones de barriles


diarios para 2019

-Producción de gas natural para 2014 de 7.830millones de pies cúbicos y de


10.494millones de pies cúbicos para 2019.

-Tasa de desempleo entre 5 y 7%, y reducción de la pobreza y pobreza extrema para 2019
a 15% y 0% respectivamente

En cuanto al desglose de los objetivos y estrategias en materia de hidrocarburos,


el objetivo nacional planteado fue el de “Preservar y Consolidar la soberanía sobre los
recursos petroleros y demás recursos naturales estratégicos” que giraba en torno a lo
planteado en el primer objetivo histórico, las metas se resumen a continuación:

251
Cuadro #14 Objetivos y Estrategias del Plan de la Patria; Segundo Plan Socialista de
la Nación para el período 2013-2019

Objetivos Estratégicos Objetivos Generales

- Fortalecer el rol del Estado en la administración y explotación de los recursos


hidrocarburíferos y mineros.

Mantener y garantizar el control por parte del -Garantizar la hegemonía del Estado sobre la
Estado sobre Petróleos de Venezuela S.A. producción nacional de petróleo.
(PDVSA).
-Asegurar una participación mayoritaria de
PDVSA en las empresas mixtas.

Mantener y garantizar el control por parte del -Consolidar y fortalecer una empresa estatal para
Estado de las empresas nacionales que exploten los la explotación de los recursos mineros.
recursos mineros en el territorio nacional.

Fortalecer y profundizar las capacidades Intensificar las acciones necesarias para garantizar
operativas de PDVSA la disponibilidad de los recursos humanos,
logísticos y financiero s requeridos para ejecutar
los planes, programas y proyectos de PDVSA y sus
empresas mixtas

Asegurar los medios para el control efectivo de las -Fortalecer las acciones emprendidas para el
actividades conexas y estratégicas asociadas a la control efectivo de las actividades conexas
cadena industrial de explotación de los recursos estratégicas de la industria petrolera.
hidrocarburíferos.
-Consolidar el control efectivo de las actividades
clave de la cadena de valor de petróleo y gas

Fortalecer la coordinación de políticas petroleras -Defender las políticas para la justa valorización
en el seno de la OPEP y otros organismos del petróleo.
internacionales, para la justa valorización de
- Impulsar y promover una iniciativa de
nuestros recursos naturales.
coordinación entre los países gigantes petroleros.

Lograr una instancia de coordinación de políticas Impulsar mecanismos entre los países productores
gasíferas para una valorización justa y razonable de gas para una justa valorización del gas y su
del gas. conservación.

252
Elevar la conciencia política e ideológica del -Profundizar el contenido político y social de la
Pueblo y de los trabajadores petroleros y mineros, industria petrolera y minera.
así como también su participación activa en la
-Impulsar la participación de los trabajadores en la
defensa de los recursos naturales estratégicos de la
planificación de las actividades de la industria
Nación.
petrolera y minera.

-Sincronizar la producción de los distintos


combustibles con la demanda interna, asegurando
los días de cobertura requeridos y su disponibilidad
en el territorio nacional.

-Fortalecer los planes estratégicos de contingencia


en el sector de hidrocarburos, minería y gas, que
incorporen la participación del Poder Popular para
contrarrestar posibles sabotajes

Garantizar la propiedad y uso de los recursos -Defender la propiedad de la Nación sobre los
naturales del país, de forma soberana, para la recursos estratégicos no petroleros, así como el
satisfacción de las demandas internas, así como un desarrollo sustentable y sostenible de las
uso en función de los más altos intereses capacidades de aprovechamiento de los mismos,
nacionales. en sus procesos de transformación y agregación de
valor nacional.

-Desarrollar la prospectiva, inventario integral


sobre una plataforma tecnológica nacional, así
como la apropiación de técnica para el
aprovechamiento eficiente y sustentable de los
recursos naturales, en función de los intereses
soberanos de la Nación.

-Garantizar la incorporación de los recursos


naturales estratégicos al proceso productivo, de
forma eficiente y sustentable para la satisfacción y
acceso democrático de la población a los bienes y
servicios para el vivir bien.

253
Garantizar el manejo soberano del ingreso -Mantener y fortalecer el actual régimen fiscal
nacional. petrolero para garantizar el bienestar del pueblo.

-Mantener y fortalecer mecanismos eficaces de


captación de la renta excedentaria, por incrementos
extraordinarios de los precios internacionales de
los hidrocarburos.

Fuente: Elaboración Propia en base a los Objetivos del Plan de la Patria.

Estos objetivos giran en torno a lo que el segundo plan socialista denomina


“sistema económico comunal”. Sistema económico planteado desde hace varios años
pero que no había sido incluido como propuesta formal. El régimen económico coexistiría
con la “construcción de la nueva plataforma institucional del Estado en el marco del
nuevo Modelo de Gestión Bolivariano”.

Dicho sistema establecía varios elementos: el fortalecimiento de la planificación


centralizada, donde el desarrollo, seguimiento y financiamiento provenga desde el
Ejecutivo a través de mecanismos parafiscales. El mantenimiento del control de cambios
y control de precios, para el primero se plantea un nuevo sistema de otorgamiento de
divisas, y para el segundo, el incremento del número de productos regulados a través del
sistema de control de precios justos.

El cuadro resume las grandes metas a desarrollar en materia de hidrocarburos a


los cuales se le agrega la promoción de la inversión y el ahorro, para éste último se
propone el Fondo de Ahorro Popular “como mecanismo de ahorro y participación de la
industria petrolera”, junto al sistema administrativo e institucional ya mencionado.
También se espera revisar el sistema impositivo para que gire en torno a estándares
internacionales. Así, se espera poner a la industria al día en la materia, reconociendo los
pocos avances en los últimos años. Y en cuanto al gasto desde la industria petrolera
nacional y del gobierno central, se incrementaría los niveles de inversión pública en los
“sectores estratégicos”.

254
Las metas planteadas suponen una reconfiguración de las metas del Plan Siembra
Petrolera ya que, los 6millines de barriles diarios que se propone producir para el año
2019, sería cerca de la meta establecida originalmente para el año 2012. El Plan de la
Patria establece además de las metas en producción de crudo y gas, espera elevar la
capacidad de refinación nacional hasta 1.800MBD para 2019, al igual que diversificar
mercados con una meta de exportación de crudo para 2019 de 1.335MDB para América
Latina y el Caribe y 3.162 para el mercado asiático.

Igualmente, el Gobierno Nacional espera ampliar la cobertura de la red de


distribución de gas metano para reducir el consumo de gas licuado, en aras de disminuir
los riesgos ambientales. Finalmente, se espera la construcción de cinco plantas
termoeléctricas con una capacidad total de generación de 2.620MW para abastecer el
consumo eléctrico nacional, ratificando los pocos avances en la materia reflejado en la
crisis eléctrica nacional del año 2010.
2013: Nueva crisis económica y petrolera nacional

El informe de gestión anual de PDVSA correspondiente al año 2013 señala que el


Plan de Inversiones para el período 2013-2019 es de 257mil millones de dólares, para
alcanzar las cifras anteriormente mencionadas para el 2019. Los aportes de PDVSA a
dicho proyecto de inversión se estiman en 81% de los fondos requeridos que se traducen
en 208mil millones de dólares, mientras que el restante 19% (49mil millones de dólares)
serán aportados por los socios de la industria.97

Ahora bien, durante el 2013 mientras el presidente Chávez se encontraba en un


difícil cuadro clínico en Cuba, en Venezuela la expectativa de devaluación se convirtió
en realidad.

El 8 de febrero de 2013, treinta años después del viernes negro de Luis


Herrera Campins y al igual que entonces, previo al carnaval, Venezuela sufrió
otro viernes de devaluación, solo que ahora la inmersión del bolívar sucedía
en pleno boom de altos precios del petróleo, con el barril en el récord de 106
dólares. (Salmerón;2013, p.161)

97
Cifras del Informe de Gestión Anual de PDVSA del 2013. Pág.

255
El entonces ministro de finanzas, Jorge Giordani, y el presidente del BCV, Nelson
Merentes, anunciaron al país una devaluación de 46.5% del bolívar, llevando el precio
del dólar oficial de 4.30bs a 6.30bs. Aquella devaluación en medio del mayor auge
petrolero en la historia del mercado internacional no parecía tener sentido. Sin embargo,
el transitar de la economía venezolana justificaban tal caída del valor del bolívar.

El inmenso gasto del gobierno central, el déficit fiscal, la caída de la producción


nacional, sumado a la impresión de dinero inorgánico por parte del Banco Central para
financiar el déficit fiscal, y el gasto público del 2012 en medio de un año electoral,
pusieron fin a un espejismo de crecimiento, y nuevamente el gobierno nacional oxigenaba
sus cuentas en detrimento de la calidad de vida de los venezolanos. Además del anuncio
sobre el tipo de cambio, los funcionarios mencionaron que los subsidios al costo del
servicio eléctrico, al precio de la gasolina y otros servicios debían someterse a revisión.
Se evidenciaba pues, que el sistema de proteccionismo económico estaba costándole
mucho al sistema económico nacional.

En materia petrolera, el ministro de finanzas reconoció, después de 14 años de la


administración del presidente Chávez, y 4 planes presentados para crear una economía
diversificada, una “economía social” o “economía comunal”, en los distintos planes
presentados para salir del modelo rentística que socavaba las posibilidades productivas
del sector agrícola y agroindustrial del país, y que sometía las exportaciones solo a los
hidrocarburos, el ministro Jorge Giordani reconoce abiertamente “Seguimos siendo un
país rentista”.98

En dicha rueda de prensa, el ministro de finanzas también anuncia el primer


objetivo a cumplir del plan de la patria, y es el nuevo sistema cambiario. El nuevo órgano
superior para la optimización del sistema bancario, que iría en sustitución del SITME, y
tendría como funciones:

98
Rueda de prensa del 8 de febrero de 2013 del BCV. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=a-qeKLXuODQ

256
1) la fijación de las prioridades en la asignación de moneda extranjera a los fines del
mayor bienestar social, estimular el crecimiento económico, y bajar los niveles de
inflación.
2) direccionar la calidad y cantidad de las importaciones que sean necesarias para
alcanzar las metas presupuestarias.
3) equilibrar los flujos de disponibilidad de divisas a las necesidades presupuestarias
y a la orientación del plan nacional de desarrollo económico y social 2013-2019
4) creación de un sistema integrado y automatizado entre el ministerio de finanzas,
el BCV y el Seniat.
5) Orientar la aplicación de los certificados de no producción e insuficiencias de
acuerdo a los objetivos del plan de la patria
6) Presentar ante el presidente de la República políticas y proyectos para aumentar
el flujo de divisas al país adicional a los proveniente de la industria petrolera
nacional
7) Presentar anualmente al presidente de la República las políticas de importación y
exportación no tradicionales a desarrollarse en el ejercicio fiscal en concordancia
con el plan de la patria.
8) Velar por la eficacia, eficiencia y buen funcionamiento del organismo operativo
del sistema de administración de divisas.
9) La coordinación del flujo de divisas entrantes al país provenientes de los
hidrocarburos y de otras fuentes

El ministerio de finanzas en conjunto con el BCV, principales responsables de la


coordinación de la economía nacional, ratifican el sistema de control cambiario, en el cual
las instituciones económicas serían las responsables de la asignación de divisas,
manteniendo así el sistema de control del Ejecutivo sobre el otorgamiento de moneda
extranjera. La justificación de la devaluación es que sería para impulsar el crecimiento
económico, y para ajustarse a las realidades que exige el segundo plan socialista de la
nación.

El funcionario ministerial hizo ver que las importaciones en el ejercicio fiscal 2012
había llegado alrededor de los 57mil millones de dólares. Aquella cifra reflejaba el circulo

257
vicioso en el cual estaba inmerso el aparato productivo al estancarse y recurrir a las
importaciones para cubrir la demanda nacional.

El nuevo esquema cambiario incluía la centralización de la planificación de políticas


y programas, aun cuando constitucionalmente se establecía lo contrario, adhiriéndose así
a lo que planteaba la propuesta de reforma constitucional del 2007. La centralización de
la planificación se sumaba a la discrecionalidad para el otorgamiento de divisas. A su vez,
el cierre del Sitme respondió, según palabras del Presidente del BCV, a que no tenía
sentido mantener un sistema de endeudamiento en el largo plazo, y que el sistema ya no
estaba cumpliendo su cometido.

Por su parte, Jorge Giordani mencionó sobre los avances en el Plan Siembra Petrolera,
aludiendo que ha tenido ingreso por más de 283.722millones de dólares, indicando que
esos recursos fueron dirigidos “en lo social, en la vivienda, en el aumento de la
producción”. A su vez, en cuanto al proceso de captación de renta petrolera el ministro
comentó:

No podemos seguir dependiendo de nuestra economía petrolera. No los


enseña todos los días los profesores Asdrúbal Baptista y Bernardo Mommer:
la renta petrolera es algo que no lo producimos ninguno de los venezolanos.
Es un medio de producción no producido, se capta del exterior. Y si el
presidente Chávez hubiera tenido solamente un mérito es haber captado y
distribuido esa renta petrolera en más de 500mil millones de dólares (Jorge
Giordani;8 de febrero de 2013).

La interpretación del ministro Giordani es la del gasto en inversión de la renta


petrolera, en el caso de la administración del presidente Chávez dicha inversión alcanza
una cifra histórica. Sin embargo, los indicadores comenzaban a traducirse en serios
problemas en las cuentas fiscales del gobierno nacional que obligaron a recurrir a la
devaluación en medio de un auge petrolero histórico.

En una entrevista concedida días más tarde al canal televisivo Globovisión, el


presidente del BCV, Nelson Merentes, añadía a la razón de la medida cambiaria a la
necesidad de que las ventajas de Venezuela ante el Mercosur se adecuaran en términos
de comercio exterior y el intercambio necesario y fructífero que se debía producir en el
marco de los acuerdos sostenidos en dicho mercado.

258
Salmerón (2013:171) argumenta que lo primero que hizo la nación en medio de
los altos ingresos petroleros fue importar, estimulándose el consumo y aumentando los
beneficios políticos a costa de una ineficaz productividad. El resultado de la expansión
del Estado mientras se reducía el espacio del sector privado, era las cuentas en rojo de las
empresas expropiadas o intervenidas.

Sobre el resultado de las continuas intervenciones y expropiaciones, Richard


Obuchi, Anabella Abadi y Bárbara Lira (2012:110) al evaluar el desempeño de 16
empresas estatales, concluyen que éstas producen por debajo de las metas que se plantean.
Las dificultades de acceso a materia prima, falta de recursos financieros para las
operaciones y las trabas administrativas, forman parte de los factores que influyen en el
decadente desempeño de las empresas estatales.

Los autores argumentan que la decisión de vender un producto a un precio incluso


menor del que fue adquirido en el exterior, generan problemas evidentes sobre la
rentabilidad de las empresas nacionales. “Este tipo de decisiones señala que,
particularmente en la comercialización, las empresas actúan de acuerdo con metas
gubernamentales que no necesariamente concuerdan con la lógica empresarial” (p.110).
Las consecuencias de esta dirección es que las operaciones dependen única y
exclusivamente de los recursos provenientes del Estado, y los recursos para el pago de
nómina dependen también de los recursos suministrados por el Estado. Tal
improductividad de las empresas estatales y la caída de la inversión privada, se traduce
en un clima de escasez e ineficiencia. Todo lo contrario a lo que esperaba el Plan de la
Patria, pero que ratifica los argumentos en torno a la economía comunal que se pretende
crear.

La inflación en 2013 según reportó el Ministerio de Finanzas fue de 56.2%, 26.2%


más de lo estipulado como meta anual establecida en el Plan de la Patria, convirtiéndose
en la tasa de inflación más alta desde 1996. La devaluación se había traducido en un
aumento de los precios de bienes y servicios, y un retroceso en el poder adquisitivo de los
venezolanos que se enfrentaban ya desde 2012 con una alta inflación.

259
El comportamiento del PIB en 2013 registró una caída importante con respecto al
año anterior. La economía venezolana creció en apenas 1.3%, significando una caída de
4.3% con respecto al 2012, otra de las metas del plan de desarrollo económico y social se
ven frustradas. Al respecto Guerra (2016:98), apunta que el crecimiento económico de
2012 fue forzado por la expansión vertiginosa del gasto y del dinero en circulación, en un
clima de incremento de las importaciones para apalancar la campaña electoral de ese año.
Mientras que, en 2013, la desaceleración de la economía respondió a las consecuencias
de haber llevado a las cuentas nacionales a los niveles de gasto que tenía para al cierre
del año 2012 y la devaluación a comienzos del 2013.

A pesar del retroceso del crecimiento durante 2013, el ritmo del gasto siguió su
curso y la liquidez monetario siguió subiendo, presionando aún más a una economía que
ya tenía serios inconvenientes en cumplir las metas trazadas. La decisión de elevar el
precio del dólar oficial a 6.30bs/$ no estaba generando ningún dinamismo en la economía
nacional, al contrario, el incremento de precios avanzaba rápidamente y a ellos se le suma
el financiamiento del Banco Central de Venezuela a Petróleos de Venezuela S.A.

Con respecto al cierre del Sitme Guerra (2016) alude que éste sistema “fue una
herramienta expedita para la fuga de capitales que potenció el endeudamiento público,
creándose la paradoja de un sector público con abultados pasivos en moneda extranjera
y como contrapartida, un sector privado con cuantiosas posiciones en divisas.” (p.100).
Además, la nueva medida para crear el Sistema Cambiario de Administración de Divisas
(SICAD), establecía un tipo de cambio superior a los 10bs/$, y creando un dólar
preferencial de 6.30bs para la importación de alimentos y medicinas se incentivaba la
fuga de capitales a través de mecanismos ilegales.

El informe de gestión anual de PDVSA comienza a reportar situaciones de la


política nacional que poco incumben sobre la industria petrolera, comenzando su
narrativa sobre el fallecimiento del presidente Chávez y demás acontecimiento
nacionales, incrementando la faceta política de sus informes anuales. Curiosamente a
partir de éste año los informes del BCV comienzan a llegar con mayor retardo, y ya no se
presentan de forma sistematizada y organizada como lo venía haciendo con anterioridad
la institución.
260
PDVSA a través de su informe, señala que los aportes fiscales de la empresa
fueron de 111.072millones de bolívares, mientras que a los programas de inversión social
realizó un aporte de 23.341millones de dólares. Los aportes a los ingresos nacionales
responden a los siguientes datos financieros: los ingresos totales de la empresa sumaron
134 mil 326 millones de dólares; la ganancia integral, cerró en 12 mil 907 millones de
dólares; los activos se situaron en 231 mil 120 millones de dólares y el patrimonio en 84
mil 486 millones de dólares. 99
La nómina de PDVSA ascendía a 140.626 trabajadores, de los cuales 118.288 eran
trabajadores vinculados al área petrolera y 22.338 no relacionados al área productiva
propia de la empresa. Por su parte, los niveles de reservas probadas de crudo para 2013
se elevaron a 298.353mmb, mientras las reservas de gas ascienden a 197.089mmpc. El
informe de PDVSA también indica que el incremento “fue generado principalmente por
la incorporación de las reservas probadas de crudo en los yacimientos pertenecientes a
las áreas tradicionales y a la FPO” (p.47).

La producción registrada por el informe de la estatal petrolera del año 2013 fue de
2.899mbd100, significando una caída de la producción diaria con respecto a los años
anteriores, traduciéndose en mayores esfuerzos para poder mantener las metas nacionales
en el largo plazo. Si para el año 2019 se debía estar en una producción de 6.000mbd, la
producción debía incrementarse en cerca de 45% en seis años (partiendo de la premisa de
una producción en 2014 de 3.300mdb), representando un incremento anual de por lo
menos 7.5%.

Sin embargo, en la presentación del informe de gestión de PDVSA del 2013


realizada por el entonces ministro de energía y petróleo y presidente de la empresa, Rafael
Ramírez, se indicó que la producción esperada para el 2019 era de 6.200.000 millones de
barriles diarios, es decir, 200mil barriles adicionales. Se aumenta la meta establecida
mientras que la producción iba en caída, partiendo de que solo entre 2013 y 2014 se iba
a pasar de 2.899mbd a 3.300mbd, 400mil barriles más en un solo año.

99
Cifras del Informe de gestión anual de PDVSA del año 2013. Pág.13
100
Véase Informe de Gestión Anual de PDVSA. Pág.53

261
Sobre las empresas mixtas para el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, el
informe anual de la empresa petrolera nacional del año 2013, señala que los convenios
serían tratados a través de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP):

La corporación venezolana del petróleo (cvp) es la filial que tiene como


propósito la administración y control de todos los negocios derivados del
proceso de migración de los convenios operativos, convenios de exploración
a riesgo y Ganancias compartidas y los convenios de asociación estratégica
de la Faja petrolífera del orinoco (Fpo) a empresas mixtas. (p.60)
La distribución accionaria de las empresas mixtas se daría con 60% de
participación de PDVSA y 40% para los socios. El resultado de la CVP era la creación de
44 empresas mixtas con representación de 49 empresas de capital nacional y 21 empresas
de capital extranjero, extinguiendo así los Convenios Operativos, de asociación y
exploración creados en el segundo gobierno de Rafael Caldera.

Sobre los aportes fiscales de las empresas mixtas, el informe de PDVSA indica
que, en el marco de la política de plena soberanía petrolera, “se han implementado una
serie de impuestos adicionales, tal es el caso del denominado impuesto de ventajas
especiales de 3,33% sobre los ingresos brutos y el impuesto destinado al desarrollo de
proyectos endógenos, que representa 1% antes del islr” (p.62). A pesar de esto, el mismo
informe indica que los aportes fiscales adicionales cayeron desde 4.593 millones de
dólares en 2011 a 1.642 millones de dólares en 2013.

En 2013, el suministro de barriles por Convenios Energéticos con América Latina


y el Caribe (ACEC, CIC, Petrocaribe), se ubicó en 377 mil barriles diarios, mientras que
la empresa recibió en compensación de Petrocaribe 650.217 toneladas de productos como
arroz, azúcar, leche o carne, de Guyana, Nicaragua, República Dominicana y Jamaica.
Intercambio comercial de petróleo por productos que bien pudiera producirse en
Venezuela, pero que, dada las condiciones para producir en el país, se traduce en
incremento de productos extranjeros en los anaqueles nacionales.

El ministro Rafael Ramírez, en presentación de los resultados de PDVSA del


2013, ratifica que los lineamientos de PDVSA responden al Plan de la Patria, y a la
política de “plena soberanía petrolera”, la cual define como “política nacional, popular y

262
revolucionaria” dándole un carácter más político que empresarial al lineamiento central
de la estatal petrolera. De igual forma, el ministro y presidente de PDVSA, indica que la
principal premisa para el crecimiento de la empresa y la economía nacional, es el
mantenimiento del precio del barril: “Nosotros podríamos estimar, con bastante
certidumbre, un precio del petróleo en 100$ por barril para todo el periodo” (Rafael
Ramírez; junio de 2014)

El precio promedio del barril en 2013 se ubicó en 98.08$ por barril, y el presidente
de PDVSA indica que las proyecciones con las que cuentan señalan que el precio se
mantendrá alrededor de los 100$, dando por sentado que la volatilidad del petróleo, que
es su principal característica, no iban a variar en los próximos años. A su vez, resalta la
importancia de la recuperación del ingreso fiscal petrolero para dirigirse al gasto social
que se ha mantenido en los últimos años, ayudado por la premisa de altos precios del
barril petrolero. Bárbara Lira (2016), analiza sobre la inferencia de que el precio del
petróleo pueda permanecer estable o no:

Los precios del crudo son una variable volátil por naturaleza. Son
innumerables los factores que continuamente afectan la oferta y a la demanda
de crudo, incluyendo aspectos técnicos, geopolíticos y hasta expectativas
sobre el futuro. Predecir el comportamiento del precio del petróleo es
prácticamente imposible (…)

Es decir, partir de la idea de que el precio se mantendría estable por un período


largo de tiempo y además planificar el destino de la empresa estatal, su producción, y el
crecimiento económico de la nación en base a ello, supone en principio, un grave error.

En cuanto a la capacidad de refinación nacional el resultado para 2013, indicaba


una capacidad de refinación nacional de 1.303mbd que se suman a 1.519mbd en
refinación internacional, generando una capacidad total de 2.822mdb. A nivel interno el
Complejo Refinador Paraguaná (CRP) presentaba la mayor cantidad de capacidad de
refinación, mientras que en el extranjero EEUU lidera la capacidad total de refinación
internacional con 1.089mdb.

Las previsiones en cuanto a cualquier eventualidad a ocurrir, PDVSA informa que


la empresa “no puede predecir el futuro del mercado del crudo y productos refinados, sin

263
embargo, está preparada para ajustarse a la mayoría de las contingencias, a los fines de
minimizar el posible impacto negativo del comportamiento del mismo” (p.189).
Resaltando una contradicción entre lo planteado por el presidente de la estatal y lo
planteado en el informe de gestión anual. El reporte afirma que la empresa está preparada
para cualquier eventualidad que implique una movilidad operacional importante que
obligue a una reducción o aumento de la producción nacional, por ende, no reporta
inconveniente para poder llevar a cabo los objetivos trazados.

Finalmente, el patrimonio total de PDVSA para el año 2013 era de 84.486millones


de dólares, mientras que el total de la deuda fue de 43.384millones de dólares, lo cual
representaba el 51% del patrimonio total de la empresa.101 Es decir, poco más de la mitad
del patrimonio al cierre del año fiscal respondería a la deuda de la estatal. PDVSA espera
incrementar su patrimonio al ritmo del alto precio del barril petrolero, sin embargo, la
situación estaba por cambiar drásticamente.
Otra vez la espiral recesiva y el conflicto político nacional

En la medida en que aumentaban los niveles inflacionarios, de escasez y


desabastecimiento en el país, la crisis política alimentada por la poca capacidad de
dialogo, conciliación o acuerdos entre gobierno y oposición comenzaba a escalar
nuevamente.

El 23 de enero de 2014, en el marco de la celebración del 56 aniversario del


derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, un grupo de partidos de oposición, (Alianza al
Bravo Pueblo, Voluntad Popular, y Vente Venezuela), liderados por Leopoldo López,
María Corina Machado y Antonio Ledezma, anuncian planes de acción para buscar una
salida democrática al sistema político y económico del país. Dicha circunstancia ponía
sobre el tapete el papel desempeñado por la oposición en los últimos años, el llamado de
los dirigentes era hacia la organización popular para buscar alternativas de cambios
políticos.

101
Cifras del Informe de PDVSA del 2014. p.192

264
La oposición en Venezuela había pasado por diferentes momentos, tal como lo
señalan Penfold y Corrales (2012), desde una oposición desarticulada y radical en los
primeros años de la presidencia de Hugo Chávez, a un proceso de organización a partir
del 2006-2007, teniendo como principales consecuencias de esa última faceta la creación
de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y la victoria electoral del año 2007 (única
hasta el momento).

Al comenzar el año 2014, el anuncio de varios partidos de la oposición, vislumbra


un quiebre del quehacer político imperante hasta el momento de los adversarios al
presidente Chávez, principalmente de la MUD. Tras 56años de la salida del poder de
Pérez Jiménez y 15años de la administración de Chávez, se buscan alternativas que no
estaban originalmente establecidas en el seno de la oposición, o al menos no que estuviera
manifiestamente declaradas. El pronunciamiento de estos líderes en enero de 2014 ponía
a relucir el acelerado clima de conflicto político, aumentado por el clima económico de
los últimos meses del año 2013.

Otro evento importante en el crecimiento de la crisis política nacional de 2014,


fueron los desarrollados en febrero de ese año, que más tarde el oficialismo vinculó a la
declaración de los dirigentes opositores el 23 de enero de aquel año. En febrero de 2014
comienza una ola de protestas, liderada por estudiantes en todo el territorio nacional que
establecería una irrupción en el statu quo de la política nacional.

En la mañana del martes 4 de febrero, estudiantes de la Universidad de los Andes


(ULA) núcleo Táchira, protestan en las inmediaciones de la casa de estudios denunciando
falta de seguridad dentro del recinto universitario, y el intento de violación de una joven
estudiante, dentro de las instalaciones de la Universidad, fue la gota que derramó el vaso.
Según reporta el portal de noticias revistaojo.com y diarios como el universal, el nacional
y diarios de circulación regional del estado Táchira, la protesta continuó a lo largo del
día, llegando en horas de la tarde a enfrentamientos con los cuerpos de seguridad del
estado. El saldo de la jornada era de al menos dos estudiantes detenidos y varios heridos.

Tras conocerse lo ocurrido con los estudiantes detenidos, al día siguiente las
protestas en el estado Táchira continuaron, y ahora se le sumaban protestas en el estado

265
Mérida en solidaridad con los hechos de violencia ocurridos en el estado vecino. La ola
de protestas se fue extendiendo en todo el país. El movimiento estudiantil a nivel nacional
convocó a una marcha para el 12 de febrero, y exigir la liberación de los estudiantes
detenidos hasta el momento. Pero al final del día 12, el saldo de la marcha estudiantil que
culminó en las inmediaciones del Ministerio Público, eran tres muertos, varios heridos,
detenidos y daños a bienes públicos en el centro de Caracas.

Los estudiantes universitarios reaccionaron con movilizaciones a nivel nacional


condenando los muertos, heridos y detenidos del 12 de febrero, y las protestas que
comenzaron en los estados andinos se mantuvieron en buena parte del país por al menos
tres meses. La importancia de las protestas estudiantiles de 2014 reside en un nuevo
quiebre del desarrollo de la política nacional. Las movilizaciones a nivel nacional no sólo
eran para exigir la liberación de estudiantes presos, las protestas exigían: liberación de
presos políticos, revisión del sistema económico que golpeaba el poder adquisitivo de los
venezolanos, el respeto al estado de derecho, apego al debido proceso en el caso de los
detenidos, libertad de prensa, respeto a los DDHH, entre otras exigencias.

El Ejecutivo Nacional, encabezado ahora por el Presidente Nicolás Maduro


condena los hechos de violencia, y llama a un dialogo nacional que culminó, tras varios
meses de protestas, con una mesa de diálogo entre oposición y oficialismo, por primera
vez tras 15 años. Las mesas de diálogo no tuvieron grandes avances, con el paso del
tiempo las manifestaciones se diluyeron y, nuevamente, el gobierno nacional sale airoso
de situaciones de una coyuntura política tensa. La situación generada tras los conflictos
sirvió para justificar el declive acelerado de la economía venezolana. El BCV, en su breve
informe sobre el desempeño económico del 2014, señala:

Estas acciones contra el orden nacional impidieron la cabal distribución de


los bienes básicos a la población, así como el desarrollo normal de la
producción de bienes y servicios. Esto se tradujo en un repunte inflacionario,
y en una caída de la actividad económica. (BCV;2014, p.1)

El aumento de los niveles de escasez y alimentos se debían, según el BCV, a las


manifestaciones del primer semestre del 2014. La inflación también se aludió a las
protestas, ubicándose ésta en un 68.5% al cierre del 2014, 48.5% por encima de lo

266
establecido en el plan de desarrollo económico y social. El PIB lejos de crecer, se contrajo
en -3.9%, dando paso a un nuevo período recesivo de la economía venezolana.

El resultado de someter el crecimiento económico y la calidad de vida de los


venezolanos al mantenimiento de los precios del crudo, comenzó a acentuarse a mediados
de 2014, cuando el precio del barril petrolero comienza un desplome acelerado. De las
mismas dimensiones sería entonces el golpe al bolsillo del gasto del gobierno central, al
igual que el retroceso a los niveles de importación que venía sosteniendo al país y una
caída considerable del consumo nacional. Anabella Abadi (2014) expone sobre el motivo
de la situación económica:

La razón principal es que el 96% de las divisas que ingresan a la economía


provienen de la actividad petrolera, así que una caída del precio barril
venezolano de más de 30% (como la que se ha registrado en los últimos
meses) merma de manera significativa la entrada de dólares al país.

La gravedad de la caída del precio del barril se convierte en menos recursos para
poder importar y mantener el consumo interno, gracias a la caída de la producción
nacional no hay productos hechos en Venezuela que puedan cubrir la demanda, y las
políticas fiscales y monetarias aplicadas no incentivaron la inversión privada para poder
cubrir el déficit de divisas del sector petrolero por el sector no petrolero. Los sectores que
más habían crecido eran los no transables de la economía que por definición no pueden
exportar, y la impresión de dinero inorgánico que no posee respaldo en producción, se
traduce en presiones inflacionarias.

Según investigación realizada por la organización transparencia Venezuela


(2014), sobre el presupuesto nacional de los últimos años, el presupuesto del país del 2012
incluyendo los créditos adicionales fue de 441.687millones de bolívares, al año siguiente
la cifra llegó a 671.954millones de bolívares, para retroceder en 2014 a 552.633
implicando una variación real de -74% con respecto al año anterior.

Para Anabella Abadi, el gobierno central estimó un ingreso en divisas de por lo


menos 42.700millones de dólares, y dicha cifra respondió a dos suposiciones: 1) la
producción nacional superaría los 3 millones de barriles diarios, que alcanzaría para cubrir
los pagos de deuda, cumplir con los aportes a acuerdos de petrocaribe, y asegurar el

267
consumo interno. 2) el precio del barril se mantendría alrededor de los 100$/barril que
serían suficientes para cubrir el presupuesto nacional y demás compromisos.

Los datos del informe de gestión de PDVSA de 2014, sin embargo, muestran cifras
contrarias a lo previsto. La producción total del país llegó a 2.185mbd en 2014. Una caída
significativa con respecto al año anterior, y muy por debajo de los 3millones de barriles
que se esperaban para acelerar el cumplimiento del segundo plan socialista y el plan
siembra petrolera. La disminución de la producción implicaba dos elementos directos:
menos ingresos fiscales y caída de las actividades conexas a la extracción de crudo.

En relación con los aportes fiscales de las empresas mixtas a la nación, las normas
impositivas creadas anteriormente para sacar un mayor provecho de las empresas creadas
a través de CVP, no estaban surtiendo efectos en la ampliación en los aportes. PDVSA
muestra los aportes anuales de las empresas, teniendo una considerable caída a partir del
2012, sosteniéndose en 2013 y 2014.

Gráfico #6 Aportes fiscales adicionales de las empresas mixtas (mm$)

Fuente: Informe de Gestión anual de PDVSA del 2014. p.53

268
Si bien el total de aportes desde el año 2006 hasta 2014 sumaban 17.719millones
de dólares, sólo en 2014 se habían aportado 461millones. El mismo informe indica que,
los aportes al desarrollo social de las empresas mixtas de los convenios operativos en
2014 fueron de 196.900millones de dólares, mientras que en el año anterior dichos
ingresos habían sido de 216.200millones de dólares.

La producción de gas natural fue en 2014 de 7.422mmpcd, 408mmpcd de la cifra


esperada para arrancar las metas del Plan de la patria en ese año y llegar a los
10.494mmpcd. La caída de la producción de gas se debe a la caída de la producción de
crudo, estando sometido la extracción de gas a la producción diaria de petróleo. Mientras
que el líquido de gas natural (LGN), la producción nacional fue de 114mbd, llegando al
punto de recurrir a la importación por 21mbd.102

Sobre el objetivo de refinación, la capacidad de refinar a nivel interno y externo


fue de 2.822 MBD para el año 2014, distribuyéndose en 1.303mbd en refinación en
Venezuela (lejos de los 1.800mbd trazados para refinación nacional) y 1519mbd entre el
Caribe, EEUU y Europa, según muestra el informe de PDVSA (p.73). Y Con respecto a
los niveles de las reservas probadas de crudo, durante el año de 2014, estas se ubicaron
en 299.953 MMB. En 2014 se incorporaron 2.615 MMBls de reservas probadas.

El precio promedio de la cesta petrolera venezolana se ubicó en 88.42$/barril, el


informe indica la principal razón de tal caída con respecto a los años anteriores: “La caída
de los precios del crudo, a partir de julio de 2014 es atribuida principalmente a la
sobreoferta, mayormente de crudo liviano, debido a que la producción de Norteamérica
ha aumentado fundamentalmente por el método Fracking” (p.80). El método para
aumentar la producción norteamericana va encaminado a depender menos de la
importación de crudo, a pesar de las consecuencias ambientales de dicho procedimiento.
También se argumenta a la caída del precio del barril el aumento de la producción
canadiense.

102
Cifras del Informe de gestión anual de PDVSA del año 2014

269
La caída del precio del barril a partir de mediados de 2014 no impidió que la estatal
petrolera dejara de suministrar crudo a través de petrocaribe o el Alba, de hecho, se
propone “Garantizar el suministro oportuno de los hidrocarburos a los países bajo los
convenios del Alba y PETROCARIBE.” (p.80)

Mientras tanto, las exportaciones de 2014 desmejoraron con respecto al año


anterior, pasando de 2.425mbd entre petróleo y productos en 2013 a 2.357mbd en 2014,
de los cuales para ese último año 1.897mbd serían exportaciones petroleras y 460mbd en
productos. Adicionalmente, el volumen de suministro al fondo chino pasó de 89mbd en
2007, a 477mbd lo cual era parte de los compromisos de la empresa petrolera.103

Los objetivos de mantenimiento de recursos hacia la inclusión social, y aportes al


desarrollo social por parte de PDVSA, comenzaban a generar estragos para poder
cumplirse, siendo uno de los pilares fundamentales de la política de gasto e inversión
social de los últimos años. Los aportes a misiones y programas sociales pasaron de
$28.293millones en 2012 a $23.341millones en 2013, y disminuyendo a $15.680millones
en 2014. Las contribuciones al Fonden registró un retroceso con respecto a 2012 cuando
se ubicó en $15.572millones, y en 2013 y 2014 tales aportes llegaron a 10.418 y
10.400millones de dólares respectivamente.104

A lo largo del 2014 las tensiones políticas no faltaron, la crisis económica nacional
puso sobre el tapete los discernimientos dentro de la oposición sobre los mecanismos
políticos para instrumentar cambios. Dentro del oficialismo la disidencia sufre una baja
importante, el ahora ex ministro Jorge Giordani, había salido del gabinete ejecutivo, y en
2014 publica una carta abierta exponiendo realidades de la economía venezolana no
reconocidas por el Ejecutivo Nacional hasta el momento.

Jorge Giordani expone en la misiva que, el objetivo central del “proceso


bolivariano” que lideraba el fallecido presidente Chávez era la continuación del sistema,
por tanto, era crucial ganar las elecciones del 7 de octubre de 2012. El cumplimiento de
aquella directriz “se consiguió con un gran sacrificio y con un esfuerzo económico y

103
Datos del Informe de gestión anual de PDVSA del 2014
104
Cifras del Informe de gestión anual de PDVSA del año 2014. Pág. 111

270
financiero que llevó el acceso y uso de los recursos a niveles extremos que requerían una
revisión para garantizar la sostenibilidad de la transformación económica y social”
(Jorge Giordani;18 de junio de 2016).

La afirmación reconoce, en palabras de quien fuera el ministro de finanzas en la


mayor parte de la administración de Hugo Chávez, que los montos desembolsados para
cubrir el gasto e inversión social en 2012 había sido “extremo”, suponiendo en el corto y
largo plazo serias consecuencias a la estabilidad financiera nacional. Giordani en la rueda
de prensa de febrero de 2013 había hecho alusión a la revisión de subsidios de productos
y servicios por parte del Estado, sin embargo, no hizo comentario sobre el desbalance
fiscal que había provocado la campaña presidencial de Chávez.

Recordando las palabras del entonces ministro Giordani, y el presidente del BCV,
Nelson Merentes, la devaluación realizada en 2013 respondía a la necesidad de poder
cumplir con el flujo de divisas para el desarrollo del segundo plan socialista de la nación,
y darle mayor dinamismo a la economía nacional. Las cifras hasta el momento apuntan
en dirección contraria, la devaluación sumado a los demás factores mencionados, había
pasado factura en los bolsillos de los ciudadanos a través de la alta inflación. El propio
ministro resume en su carta, las causas del desbalance que en su momento evitó
mencionar:

1. Ingentes recursos dedicados a la Seguridad Social.


2. Mejorar la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos vía gastos del sector
público.
3. Importantes subvenciones a servicios públicos de primera necesidad (alimentación,
electricidad, combustibles, agua, trasporte, bienes de consumo masivo, servicios de
vivienda)
4. Lograr el acceso a los recursos necesarios con un aumento sustancial del
endeudamiento de PDVSA y endeudamiento interno del Gobierno Central, y con
endeudamiento externo moderado.
5. Mantener la tasa de cambio que favoreció las importaciones y redujo las
exportaciones, ya limitadas de la economía privada.

271
6. Subvención a empresas públicas con grandes déficits operacionales para velar en el
corto plazo por el empleo y los salarios de quienes allí trabajan

Guerra (2016), señala que los argumentos mencionados por Jorge Giordani de tal
política económica, tenía como responsable la incompatibilidad entre el excesivo gasto
público, el aumento de la liquidez monetaria y el régimen cambiario, junto al control de
precios que trancaba las posibilidades de producir bienes nacionales. “El exceso de gasto
se comenzó a drenar en forma de alzas de precios, escasez de bienes, presión sobre el
tipo de cambio y pérdida sostenida de reservas internacionales, con una economía en
franco proceso de contracción” (p.98).

Tal situación ahora reconocida por Jorge Giordani, y explicada por el profesor José
Guerra, se contraponía a los argumentos aludidos por el BCV al cierre del año 2014,
cuando denunció que la caída de la producción nacional se debió a la crisis política
nacional y los sucesos violentos del primer semestre del año. El sabotaje que arguye el
BCV, no explicaba varias cosas: el desbalance fiscal en medio del auge petrolero de 2013,
ni el haber recurrido a una devaluación de la moneda en medio de tal boom petrolero.
Tampoco las cifras sobre producción nacional, empresas expropiadas e intervenidas que
para 2013, previas a las manifestaciones de febrero de 2014, ya registraban
estancamientos y retrocesos significativos.

El desbalance de las cuentas nacionales, sumado a la caída del precio del barril y la
producción de PDVSA en petróleo crudo y derivados, daban al traste con los objetivos
del plan de desarrollo económico y social a dos años de haber anunciado dicho proyecto
país. Ahora bien, ¿Qué implicaciones directas tiene el mal uso de los recursos comunes y
la caída del precio del barril en la vida del ciudadano común?, Anabella Abadi y Bárbara
Lira (2014) lo resumen:

-La caída de los ingresos fiscales dan paso a una caída en las importaciones que se
traduciría en niveles aún mayores de escasez.

-Menos producción no sólo implica mayores dificultades para el abastecimiento, sino


además menos oportunidades de empleo formal y bien remunerado

272
-La disminución de la oferta de moneda extranjera a través de los canales oficiales,
genera un incremento del precio de divisas en el mercado negro. Esto implica que los
bolívares valen cada vez menos y, por tanto, la capacidad de compra del venezolano es
cada vez menor.

- Los aumentos de la liquidez (que no están acompañados por aumentos en la oferta


de bienes y servicios) generan inflación y, en consecuencia, deterioran el poder
adquisitivo de los venezolanos. Mientras más bolívares sin respaldo se imprimen, menos
valen esos bolívares.

-Menos divisas sugieren mayor discrecionalidad del gobierno central para otorgarlas,
se le seguiría dando prioridad a la asignación de divisas para importaciones públicas, a
costa de la caída de las importaciones privadas

-Finalmente, ante la caída de producción de PDVSA, el gobierno se vería obligado,


en algún momento, a considerar el temido aumento de la gasolina. Además, ya se
modificó el esquema para el pago del fondo chino de manera tal que se puede reducir la
cantidad de barriles enviada al año, lo propio aplicaría con petrocaribe. También se abre
la posibilidad de que se reduzca la cantidad de barriles que se destinan al consumo interno.

Otra consecuencia general de la caída del precio del barril al cierre del año 2014, es
la imposibilidad real de poder poner al día a PDVSA en sus operaciones para cumplir con
el Plan Siembra Petrolera, Plan de la Patria, su plan de negocios y demás
responsabilidades. Los objetivos planteados para la empresa nacional y para el país, están
fuertemente atados a los ingresos fiscales de la industria de los hidrocarburos. No sólo
caían aceleradamente los ingresos: el pago de la deuda no iba a esperar que el precio del
barril se recuperara, esos compromisos había que liquidarnos en aras de evitar un posible
default.

La crisis repercutía en la principal fuente de recursos políticos y electorales del


gobierno nacional, los programas y misiones sociales, y el mantenimiento de un consumo
acelerado cubierto por importaciones que no se podían ahora mantener. Los índices
sociales, ante las imposibilidades adquisitivas del ciudadano común, ya empezaban a
reflejar cambios acelerados. La apuesta del Ejecutivo Nacional era una pronta

273
recuperación del precio del barril, pero las dificultades apenas se asomaban tanto para los
actores políticos nacionales como para el resto de la población.

Balance al Cierre del 2015


Las esperanzas de una recuperación del precio del barril se diluyen con la
continuación de la caída del precio del crudo durante 2015. El reporte del Banco Central
al comenzar 2016, sobre el comportamiento del precio petrolero al cierre del tercer
trimestre de 2015, muestra gráficamente la caída del precio del petróleo desde 2014 hasta
septiembre de 2015:

Gráfico #7 Precio de la cesta petrolera venezolana (enero 2014-septiembre 2015)

Fuente: BCV

La caída del precio en la cesta petrolera venezolana culminó el año promediándose


en 44.65$. La cifra más baja de dólares por barril en 11 años trajo consigo un recorte a
los niveles de importación en el 2015 mucho más pronunciado que el año anterior. Según
cifras del BCV el 2015 cerró con reducción de 26.9% en sus importaciones con
38.624millones de dólares, una baja que pone las compras externas en niveles del año
2003 cuando se registraron 33.583millones de dólares.

274
Según el Banco Central, el PIB nacional cayó en -5.7% en 2015, mientras que la
inflación de 2015 cerró en 180.9%, tal cifra fue justificada por el ente económico así:
Estos resultados se producen en un contexto en el cual se mantiene una
reducción de la oferta de bienes de consumo final, debido a la baja en las
importaciones y a la merma en la producción nacional, circunstancias a su
vez influenciadas por la caída de los precios internacionales del petróleo.
(BCV;2016; p.4)

Sobre la escasez y el desabastecimiento el BCV no indica cifras, sin embargo,


menciona que tal situación es generada por la especulación y el acaparamiento.

En cuanto a la actividad petrolera, ésta cayó en un -0.9%. Junto al sector de


hidrocarburos, se registraron caídas en: construcción (-23,8%), instituciones financieras
(-13,0%), comercio (-11,8%), transporte y almacenamiento (-6,9%), manufactura (-
6,8%), servicios comunitarios sociales y personales (-4,3%), minería (-3,6%) y
electricidad y agua (-2,9%)105. Sectores donde el Estado tiene importante participación y
donde constantemente se enviaban recursos, pero los subsidios no podían permitirse en
medio de la caída de los ingresos nacionales.

Las actividades no relacionadas al petróleo cayeron en -5.6%, destacando la caída


de la industria manufacturera gracias a la caída del volumen de producción de las
actividades relacionadas al sector. Adicionalmente, comienza a acelerarse el uso de las
reservas internacionales para cubrir las responsabilidades nacionales, llegando a ubicarse
en 15.947millones de dólares al cierre del 2015.

El transitar de intervenciones, subsidios, regulaciones de precios, expropiaciones,


nacionalizaciones, realizadas por el país durante los últimos años -sobre todo a partir del
2007- tienen como saldo que todas las actividades en las que el Estado intervino presenten
caídas importantes.

La deuda externa, lejos de amortiguarse, incrementó durante 2015. Al respecto el


BCV argumenta: “El aumento de las obligaciones externas se evidenció,
fundamentalmente, en la contratación de nuevos préstamos por parte de entes del sector

105
Cifras del BCV del año 2015

275
público.” (p.11). Estos préstamos se suman a las deudas pendiente de la nación, además
no siendo dirigidos a estimular la producción nacional, sino a cubrir la demanda interna
que no podía ser abastecida gracias al recorte de las importaciones.

El fondo de ahorro que se pretendía crear no rindió ningún tipo de avances, menos
en la coyuntura que comienza en junio de 2014 y que se acelera al cierre del año 2015. El
ahorro nacional, como mecanismo de protección de recursos e inversión futura, nunca se
generó, se estimuló el gasto y el consumo, nunca el ahorro. Instrumentar a partir de 2015
políticas de ahorro resultaba inútil en el marco de una inflación de tres dígitos.

El informe de gestión anual de PDVSA del 2015 por su parte, indicó que la
producción de crudo cayó a 2.863mbd, y la producción de gas natural registró una caída
hasta 5296mmpcd. La caída de la producción de crudo se tradujo en un retroceso de la
capacidad de refinación nacional, ubicándose en 1.303mbd.

Las reservas probadas de crudo pasaron la barrera de los 300.000 mmbls, llegando
a 300.878mmbls en 2015, mientras que las reservas probadas de gas llegaron a
201.349mmmpc. El país se mantiene como el primero del mundo con reservas probadas
de crudo, con disponibilidad para 300 años. Ahora bien, si la meta del número de reservas
estaba más acorde a lo planteado con el plan siembra petrolera, el problema reside en una
recuperación del precio del crudo.

En cuanto a aportes fiscales de PDVSA se refiere, en 2015 se registró una merma


importante con respecto al año anterior, llegando a obtener la nación 128.285millones de
bolívares, mientras que en 2014 los mismos aportes fueron de 168.774millones de
bolívares. En 2014 de un total de ingresos de 128.439millones de dólares de PDVSA, la
ganancia integral de la empresa fue de 12.465millones de dólares, pero en 2015 de
ingresos totales de 72.169millones de dólares, la ganancia integral de empresa petrolera
nacional fue de 2.588millones de dólares.106

En tan solo un año la industria petrolera nacional registraba caída importante de


sus ingresos, y ello supuso el mantenimiento del proceso recesivo comenzado en 2014 y

106
Cifras del Informe de Gestión Anual de PDVSA del 2014 y 2015

276
que se acentúo en 2015. Los activos de la empresa pasaron de 219.503millones de dólares
en 2014 a 201.943milones en 2015.107

No solo los objetivos, metas y planes trazados en materia de hidrocarburos y de


producción económica nacional se frustran, aquella situación de caídas de ingresos
nacionales devino en el mantenimiento de la caída de los aportes al desarrollo social por
parte de PDVSA. El total de aportes en 2015 llegó a 20.218millones de dólares108, un
recorte significativo si se compara con las cifras del año 2012.

El periodista Víctor Salmerón (2016) analiza los problemas de PDVSA para


incrementar su producción según los reportes de IPD dadas las caídas del año 2015 y
parte del 2016. Incluye entre las principales causas:

-Poco rendimiento de taladros chinos que no permiten acelerar la perforación de pozos

-Problemas con la compresión de gas gracias a dos factores: la nacionalización de


empresas en 2009 y el reemplazo de operadores eficientes por personal de PDVSA con
poca experiencia.

-Inadecuado mantenimiento de los pozos en la zona occidente motivado a la escasez de


barcazas (para la operatividad costa afuera) y el robo de cables de electricidad.

-Los diluyentes para procesar el crudo extrapesado en las refinerías convencionales, ya


no se producen en el país en cantidades suficientes teniendo que recurrir a la importación.

Todo esto sumado a factores como la desinversión, se expresan en una caída de la


producción de la faja petrolífera del Orinoco, que hasta entonces había incrementado su
producción y exploración. Tras 16años de administración, el objetivo de una economía
venezolana diversificada luce cada vez más tortuoso. Situación que se agrava con la
cantidad de importaciones que hay que mantener para abastecer la demanda nacional e
impedir situaciones sociales tensas, y las cuentas por pagar de la nación para el año 2016.

107
Datos del Informe “La nueva PDVSA rinde cuentas”, entregado a la Asamblea Nacional en enero de
2016. Lámina 3
108
Véase Reporte de “Balance de gestión social y ambiental” de PDVSA del año 2015. Pág.83

277
Los inconvenientes operativos de PDVSA son parte de un problema estructural
mayor: de la pérdida de profesionales capacitados de la empresa la misma apenas se pudo
recuperar, aumentaron los empleados de la estatal petrolera más no la capacidad
productiva de la misma. Por otra parte, los aportes a programas sociales desde 2003 y el
proceso de intervenciones y nacionalizaciones del período 2007-2012, le dieron más
responsabilidades financieras y administrativas a PDVSA bajo niveles de producción
inestables.

Las dimensiones de una empresa comercial se fueron a ámbitos que esperaba


cubrir ampliamente, pero los resultados evidencian poca contraloría a sus nuevos
programas, deficiencia en la administración de recursos, caída de la producción, aumento
de la nómina laboral, incrementos de la deuda financiera. En resumen, saldos negativos,
tanto económicos como sociales. “La nueva PDVSA” parecía sólo sustentarse bajo
premisas políticas.

Mientras tanto, el eslogan de “PDVSA ahora es de todos”, pone sobre la mesa la


responsabilidad de una empresa nacional a la cual no se ha sometido a mecanismos de
escrutinio y revisión profunda tras los conflictos de 2002-2003. Las capacidades en todos
los sectores que abarca la nacional, no surten efectos reales en la calidad de vida de los
venezolanos que se acelera de manera drástica. Más que nunca el proceso de repartición
de renta se desproporcionó para alimentar niveles de consumo que no parecían sanos, y
la afirmación del ministro Giordani de hace dos años, sigue estando colgada en la puerta
de la economía venezolana: Seguimos siendo un país rentista.

A su vez, el objetivo de fortalecer los acuerdos con la OPEP para el mantenimiento


de precios del crudo tampoco surtió efectos al caer el precio del barril más
pronunciadamente durante 2015. A finalizar el año, la propuesta de reducir la producción
de los países miembros de la organización para obligar a un incremento del precio del
crudo no pasó de ser una simple propuesta.

Para Carlos Aponte (2014), un problema central en Plan de la Patria es mantener


las deficiencias metodológicas sobre su presentación que venía arrastrando desde el
primer plan socialista de la Nación. La imprecisión sobre las políticas sociales a realizar

278
fueron un error técnico inmediato, pero si se trataba de una propuesta electoral, pero al
hacerse proyecto país el programa no realizó cambios sustanciales: “cuando en 2013
aquella plataforma se convierte en la base principal del Plan nacional para 2013-2019,
sin introducir cambios demasiado significativos en su formulación, las distintas
deficiencias para orientar la acción estatal pasan a cobrar una mayor gravedad”
(Aponte;2014, p.103).

Sobre el transitar del clientelismo y la repartición discrecional de renta, en este


punto histórico del país, Aponte (2014) agrega:

Aunque el clientelismo fue tradicionalmente una nociva y frecuente práctica


en el país desde 1958, tendió a debilitarse hacia fines de los ochenta y en los
noventa tanto por pérdida de legitimidad como, tal vez sobre todo, por escasez
de recursos fiscales. El clientelismo fue relanzado con una intensidad
anteriormente desconocida, en especial desde el 2003-2004, posiblemente
bajo la convicción de que un uso partidario de la administración pública es un
arma legítima en la lucha revolucionaria. (p.231)

Si la pérdida de fuerza del clientelismo como práctica política y económica creció


en el medio de la crisis de los años 80 y 90 del siglo XX, la actual crisis de la industria
petrolera nacional representa una oportunidad sin precedentes de eliminar una práctica
histórica y desdeñable. La situación nacional amerita, nuevamente, de una revisión de las
vías alternas a un proceso de repartición de renta que no estaba dando resultados en
ninguno de sus planes, programas, proyectos y políticas implementadas hasta el
momento. Tal situación resulta difícil en medio de un clima político polarizador que
parece irreconciliable.

En el plano institucional, los cambios emprendidos tampoco habían generado


resultados beneficiosos en el proceso de supervisión, contraloría, y contrapeso a las
decisiones del Ejecutivo Nacional. Se había creado más de doble de ministerios de los
existentes en 1998, nuevos despachos e instituciones, pero con pocos resultados en
beneficios de los ciudadanos. “La alta rotación ministerial y la designación de
autoridades con una escasa experiencia gerencial o limitado conocimiento del sub-sector
en que se involucran, son otros factores de incertidumbre y parálisis y de inefectividad o
ineficiencia frecuente en los organismos ministeriales.” (Aponte;2014, p.242)

279
Como se mencionó anteriormente, la crisis de la industria petrolera se cimienta
sobre ausencias institucionales importantes. El paso por la transformación de una
sociedad justa y equitativa en el manejo de los recursos comunes pasa por un cuadro
institucional confiable, auditor, y de acceso a información responsable y veraz. Las
instituciones como instrumentos para la regulación de una sociedad cada día más
compleja y dinámica deben transformarse al ritmo de estos cambios, mar urgente se
vuelve cuando las crisis amenazan con acabar con sus fines y propósitos.

280
Capítulo VI: Valoración de las Políticas, Planes y Proyectos de PDVSA
2003-2015

El transcurrir de los últimos tres lustros de la historia venezolana ha sido azaroso,


complicado, lleno de entramados políticos y económicos, que marcaron un punto de
inflexión en el camino de la industria petrolera nacional hasta ahora transitado. El país
parece estar muy lejos de aquellos tiempos en que un pozo en la hacienda la alquitrana,
en el Estado Táchira, destellaba las posibilidades de que el país creciera de forma rápida
y acelerada.

Más lejos parecen los tiempos de la promesa del progreso hecha por el “Nuevo
Ideal Nacional” de Pérez Jiménez, o “La Gran Venezuela” de Carlos Andrés Pérez. Las
promesas y las buenas intenciones parecen estar a la orden del día en los cambios políticos
nacionales, al igual que las promesas de salir de un sistema rentista que socaba las
posibilidades productivas del país. Del Estado que se regía por un dogma liberal, donde
sólo era el propietario de la tierra y de las riquezas del subsuelo y que otorgaba
concesiones a compañías petroleras extranjeras, pero no participaba en las actividades
minero-extractivas, se pasó a un Estado que se abrió paso a través de entramados jurídicos
y políticos para llegar a ser dueño de la industria de hidrocarburos.

El Estado se hace rector de una empresa petrolera nacional a mediados de los años
70 del siglo XX, y ello trajo consigo una ampliación de las capacidades institucionales y
administrativas que comenzó a martillar desde 1936. Y finalmente, llegar a un Estado que
acabó con lo que se denominó “un Estado dentro de otro Estado”, para hacerse desde el
Ejecutivo Nacional con el control absoluto de la administración y recursos de PDVSA.
“La nueva PDVSA” asumió retos, responsabilidades, se trazó metas, muchas de ellas a
largo plazo, y desde 2003 la empresa petrolera nacional cambió de rumbo.

El transcurrir cronológico desde 1914 hasta 2015 muestran que las capacidades
del Estado sobre las riquezas del subsuelo y los derivados de sus actividades productivas,
jamás había generado tantos dividendos como en el período 2004-2014. Tampoco que la
frontera entre Estado y gobierno se haya diluido a partir de 2003 en el accionar sobre la

281
política petrolera, sin que haya regido un sistema contralor eficaz y eficiente. Sin contar
la línea desdibujada de fronteras entre los Poderes Públicos Nacionales.

PDVSA asumió a partir de 2003 compromisos que, tras la caída del precio del
barril en 2009 y 2014, se evidencia que no puede sostener al ritmo que comenzó a
mantener tales responsabilidades. Al finalizar el año 2015 y a comienzos del 2016, las
necesidades y demandas de la población no sólo siguen manifiestas, sino que se han
incrementado en la medida que los esfuerzos del Estado se expandieron. Los brazos de
PDVSA pasaron a ser ejecutores, administradores, financieros, y planificadores de un
sinfín de tareas que no son inherentes a los asuntos que suele atender una empresa
petrolera. Parece ser en vano la cantidad de tiempo, dinero, y trabajo que se dirigieron a
atender sectores que siguen sin terminar de arrancar por si solos sin la ayuda del
financiamiento de la estatal.

Más de 224.000 millones de dólares suman los gastos de PDVSA en fondos y


contribuciones al desarrollo social desde el año 2003 hasta el año 2015 según el último
reporte de la empresa. Las necesidades del sistema educativo son mayores dado que no
se invirtió ni el dinero ni las capacidades necesarias para estimular el sector. El sistema
de salud nacional presenta fallas, y las misiones creadas para atender centros de salud han
perdido con los años su capacidad de atender personas, además de no contar con el
personal ni el equipo necesario. El sector agrícola y agroindustrial se ve seriamente
afectado por la falta de divisas para importar productos, y la escasez de rubros para
producir, o encarece los alimentos o disminuyen su oferta, abultando los bienes que
escasean a nivel nacional.

EL PDESN 2001-2007 desarrolló más ampliamente sus objetivos trazados, sin


embargo, tal como lo plantea Carlos Aponte (2014), los vacíos metodológicos en la
presentación de un plan de desarrollo económico y social eran evidentes, y no conforme
con ello, las carencias metodológicas se profundizaron con el Primer Plan Socialista de
la Nación. Lo propio sucedió con el Plan de la Patria, que tiene aún muchas más falencias
estructurales en su presentación que los dos planes que le precedieron.

282
La primera baja del Primer Plan Socialista de la Nación, fue la pérdida de la
reforma constitucional del año 2007, sin embargo, institucionalmente se fueron saltando
los obstáculos para que desde el Ejecutivo se tuviera vía libre para desarrollar la
“economía social” o la “transformación del Estado”, a través de un sistema económico
donde la participación de éste se ampliara en detrimento de la participación privada.

En un arrebato de inevitable sinceridad, las metas del Plan Siembra Petrolera,


eje del plan energético de Hugo Chávez, han sido ajustadas dos veces desde
que este megaprograma de inversiones se lanzara en el año 2005. Las
modificaciones no son más que postergaciones en las fechas de arranque de
los proyectos, acompañadas de reducciones significativas en los objetivos
numéricos originalmente trazados, principalmente en cuanto a los volúmenes
de producción de crudo y gas (Párraga;2010, p.125).

Los objetivos del Plan Siembra Petrolera (PSP), en su mayoría siguen en pie, pero
reformulados casi en su totalidad en cuanto a los lapsos presentados inicialmente. El Plan
de la Patria ahora mueve los objetivos que estaban trazados en el PSP para 2012 hasta el
año 2019, a pesar de ello, la caída de la producción de PDVSA en los últimos meses del
año 2015 y parte del 2016, indican que el crudo tiene dificultades para poder extraerse en
mayor cantidad de barriles, lo que supone un retroceso para los objetivos que están sujetos
al incremento de la extracción diaria de petróleo.

El Plan de la Patria al cierre del año 2015 habría cumplido la mitad de su tiempo
en relación con el período presidencial. Al faltar un cuerpo y cabeza metodológica que
guíe el accionar del gasto social o desarrollo social de PDVSA, faltan los mecanismos de
control y seguimiento para convertir aquellos propósitos, en políticas públicas que puedan
ser valoradas y evaluadas constantemente mediante diferentes mecanismos de medición
o impacto. Aunque la tarea no es imposible, si luce complicada en medio de compromisos
de deuda por cumplir, y un bajo precio del barril que golpea fuertemente la capacidad de
importación que tenía la nación cuatro años atrás.

La descripción de los factores políticos y económicos asociados a los cambios


propiciados por el Estado venezolano, en materia petrolera en el período de estudio,
muestran un clima donde imperó la confrontación, de hecho, el conflicto fue la norma y
no la excepción del actuar político. A partir del año 2003, gobierno y oposición se

283
transforman tras los conflictos de abril de 2002 y el paro petrolero 2002-2003. La
confrontación, como regla de juego imperante tal como lo menciona Bautista Urbaneja
(2013), terminó siendo terreno fértil para poder ocupar un sinfín de espacios políticos o
económicos que, o bien la oposición decidió abandonar, o fueron ocupados por
mecanismos paralelos a los establecidos.

La valoración de las consecuencias de los cambios realizados en PDVSA tras el


paro petrolero, indican que la transformación de la empresa petrolera la hizo un gigante
con un techo sumamente bajo, que a pesar de que pudo sostenerse por un tiempo en medio
del auge del precio del barril, en cuanto ocurrió el desplome del precio del crudo, se vino
abajo los escombros de un techo que no podía sostenerse en el largo plazo.

El paró ocasionó una gigantesca perturbación de la normalidad de la vida del


país. Pero el carácter evidentemente subversivo de esa acción, el hecho de que
Chávez empezaba a disponer de recursos económicos con los cuales aliviar la
disrupción y el respaldo popular con el que contaba, para el momento
fervoroso, le permitieron superar la grave crisis, a la cual por lo demás le sacó
provecho político e ideológico durante los años siguientes (Bautista;2013,
p.404).

Malavé Mata (2007:112), indica que los costos de la huelga fueron valorados por
el propio gobierno en más de 10.000millones de dólares. Además, la producción de la
estatal había caído en al menos 26% y no se garantizó la regulación de la producción al
mismo ritmo y con el mismo personal capacitado tras finalizar el paro.

Igualmente, los ingresos petroleros no percibidos por PDVSA ascienden, según


Malavé Mata, a 5.000millones de dólares sólo entre los meses en que se paralizaron las
operaciones de la empresa. La improvisación, la falta de canales de mediación y
resolución del conflicto, anunciaba que la empresa no iba a recuperarse en la rapidez que
se anunciaba desde el Ejecutivo Nacional.

Cuando el precio del barril comenzó su ascenso, terminó por llenar los aires de
improvisación en materia petrolera. Los datos de producción anual y diaria de la empresa
no parecen regresar a la producción de décadas atrás. Mientras tanto, se invierten recursos
en materiales e insumos que no terminan por levantar la producción petrolera nacional.
Por su parte, según una investigación coordinada por Miguel Ángel Santos (2016), indica

284
que el Estado pasó de participar en un 15% en las importaciones totales en 2006, a un
50% para el año 2012.

Las misiones sociales no respondían a una política social definida, estructurada y


planificada, ni siquiera discutida, respondió a la realidad de los hechos político-
electorales que propiciaron el lanzamiento de programas que tenían sólo sentido electoral,
que llevó consigo muchos recursos pero poca contraloría, metodología y falencias en
cuanto a la capacidad para poder adentrarse en ella para siquiera valorar cual había sido
su significación dentro de un marco económico e institucional débil.

“El plan de inversión de PDVSA se subordinaba a criterios gubernamentales que


instruían el reparto de los ingresos petroleros extraordinarios favoreciendo más el
financiamiento de los programas sociales que la formación de capital en aquella
explotación” (Malavé;2007, p,176). Es así como tras arrancar los primeros planes de
inversión de la empresa petrolera nacional tras el paro petrolero, ya se sujetaban a las
decisiones discrecionales del Ejecutivo. Bajo el objetivo de crear el “desarrollo social” se
presionó el flujo de caja hacia cuentas parafiscales, los resultados son que ni se invirtió
en las actividades propias de la empresa ni se creó en el largo plazo un sistema de política
social sólido.

Durante la primera parte del desempeño de PDVSA, al menos hasta el año 2006,
se aceleraron los compromisos en la medida en que el crecimiento del precio por barril a
exportar incrementaba, tales dimensiones de ingresos fiscales hubieran obligado, quizás
en otras circunstancias políticas, a debatir abierta y ampliamente el devenir de esos
recursos comunes. El debate abierto en los años 40 dio paso a la existencia de dos
principales paradigmas sobre el destino de la renta, con el pasar de los años y el
crecimiento vertiginoso de los ingresos, no hubiera sido para menos abrir nuevos canales
de participación ciudadana sobre el uso de los recursos comunes. Malavé Mata Indica
que:

Una paradoja del desempeño de la industria petrolera venezolana se ha


observado en la confluencia de un nivel de rentabilidad creciente y un nivel
de productividad tan bajo que a ciencia cierta no es posible desdecir el
deterioro de su capacidad productiva (p.174).

285
La tendencia recesiva de la producción nacional sólo pudo ser solapada por un
crecimiento del precio del barril, pero las consecuencias en el largo plazo terminan siendo
abrumadoras. Desde febrero de 1983 hasta febrero de 2013 el país presenció muchos
cambios, pero estos dos puntos tienen en común que significaron el fin de un país que,
bajo los espejismos descritos por Malavé Mata, crearon la ilusión de un país que no
soporta una economía tan dependiente de la exportación de crudo. Sin embargo, la
devaluación de 2013 se diferencia de la de 30años atrás en que en febrero de 2013 el país
aún vivía un boom petrolero, lo que hace más insólito la paradoja del crecimiento, y
menos confiable los espejismos del crecimiento creados durante tantos años.

Los sectores que mejor desempeño tuvieron durante el auge petrolero fueron los
sectores no transables de la economía, y, sin embargo, los números del año 2015 indican
que hasta estos sectores presentaban números rojos, lo cual incrementa la espiral recesiva
que vive el país. En simultáneo con el auge petrolero, el gobierno nacional multiplicó por
cien la deuda externa de Venezuela en el lapso 2006-2012. El informe coordinado por
Miguel Ángel Santos ilustra la distribución de la deuda venezolana al cierre del año 2015:

Gráfico #8 Distribución de la deuda total externa de Venezuela

Fuente: Presentación “Bases para el diseño de un programa de reconstrucción nacional”. Disponible en:
http://prodavinci.com/2016/06/01/actualidad/laminas-presentacion-bases-para-el-diseno-de-un-programa-
de-reconstruccion-nacional/

286
Además de la alta deuda nacional, la disminución de la capacidad productiva de
PDVSA y la caída del precio del barril se traducen en más hogares con pobreza y pobreza
extrema, alta inflación acaba con posibilidades estimular el ahorro, la inseguridad jurídica
no motiva la inversión, y en medio de la escasez y desabastecimiento generalizado, la
producción nacional no toma impulso lo cual hace realmente difícil mantener la cantidad
de empleos bien remunerados. La mejora en los niveles de pobreza se revirtió con los
años, llegando a niveles superiores que en los años 90 del siglo XX, según indica el
reporte de la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2015.

Gráfico #9 Personas en situación de pobreza 1989-2015

Fuente: Presentación “Bases para el diseño de un programa de reconstrucción nacional”. Disponible en:
http://prodavinci.com/2016/06/01/actualidad/laminas-presentacion-bases-para-el-diseno-de-un-programa-
de-reconstruccion-nacional/

La gran misión vivienda Venezuela significó otro impulsor del circulo de la


enfermedad holandesa, la inversión nacional se profundiza en el sector construcción, los
recursos y esfuerzos se centran en la única actividad con capacidad para exportar, el
petróleo. Mientras que la manufactura, la agroindustria y demás sectores caen en franco
deterioro. Adicionalmente, la gran misión vivienda Venezuela, al igual que los programas

287
sociales que le antecedieron contó con una gran capacidad de improvisación, generando
un doble golpe al desempeño económico e institucional de la Nación.

Rodríguez Pardo Y Rodríguez Sosa (2013), indican que en la dinámica de la


enfermedad holandesa donde se da en pleon auge el efecto desplazamiento y el efecto
gasto, en el caso venezolano el primero de ellos “ha tenido poca importancia debido a
que el sector petrolero genera poco empleo” (p.48). Sin embargo, el auge petrolero de
los últimos años dio paso a una apertura al empleo por parte de PDVSA como nunca
antes, según el informe del balance de gestión social de la empresa del año 2015, la fuerza
laboral total de la empresa supera las 114.000 personas, número importante en
comparación con los cerca de 60.000 trabajadores que reportaba tener en el año 2001.

Adicionalmente, PDVSA genera fuentes de trabajo indirecta a través de los


distintos programas sociales, nuevas empresas nacionalizadas, cubre costos de la nueva
capacidad que tiene la administración pública de cubrir personal, etc. La empresa
petrolera nacional ha servido de válvula para la creación de empleos directos o indirectos,
y del incremento de la nómina de la administración pública nacional, todo ello al mismo
nivel -o incluso inferior como ya se vio- de producción. El crecimiento de la nómina de
PDVSA no se solapa con un crecimiento gradual de la producción de la empresa, ambas
líneas van en sentidos contrarios:

288
Gráfico #10 Número de empleados de PDVSA y productividad por trabajador (2005-
2015)

Fuente: Presentación “Bases para el diseño de un programa de reconstrucción nacional”. Disponible en:
http://prodavinci.com/2016/06/01/actualidad/laminas-presentacion-bases-para-el-diseno-de-un-programa-
de-reconstruccion-nacional/

Ahora bien, considerando lo planteado a lo largo de la descripción y evaluación de


resultados de los planes en materia petrolera de los planes nacionales o políticas
específicas, y recordando los planteamientos de José Antonio Marina (2010) sobre el uso
de los recursos y bienes comunes en el contexto de una cultura eficiente, una sociedad
inteligente y herramientas bien diseñadas para el uso de los recursos, se muestran los
siguientes resultados:

1- Sobre las situaciones que conlleven a un estado donde lo colectivo impere


sobre lo individual, donde exista apego a las instituciones y no se convierta a los
ciudadanos en instrumentos vulnerables:

A partir del año 2007, se hizo evidente la necesidad por parte del Ejecutivo Nacional
de pujar hacia el incremento de las capacidades del Estado: El Estado maximizó sus
funciones, intervenciones, nacionalizaciones, su capacidad comunicativa y
propagandística. La función de lo público sobre lo privado, haciendo de éste último un

289
pequeño apéndice de la vida económica nacional o acorralando su inversión, creció a
niveles exorbitantes.

Nuevas empresas nacionalizadas, otras creadas, bancos en manos del Estado,


empresas, hoteles, terrenos, inmuebles, campos, compañías, canales de radio y televisión,
forman parte de los brazos extensivos de la participación del Estado sobre buena parte de
las actividades diarias del venezolano. Bautista Urbaneja (2013:412), indica que lo que
ha ocurrido es que mientras cae la producción, aumenta la red de contratistas y
subcontratistas ligados a PDVSA, además no están ligados a la actividad petrolera, por
ende, no le producen nada a la empresa, al contrario, le siguen restando.

Tras la toma administrativa de PDVSA en el año 2003, el Estado inaugura una nueva
etapa, donde el respeto al marco institucional no fue el común denominador: Tras la
aprobación de la constitución de 1999, el Ejecutivo Nacional fue quien designó a quienes
ocuparían temporalmente los cargos de los Poderes Públicos nacionales. En 2003, antes
de pensarse sobre la negociación del conflicto de PDVSA, se optó por mantenerlo y
hacerse con el control absoluto de la estatal.
El camino que ha transitado PDVSA desde el paro la aleja cada día más de la
misión comercial que cumplió en las décadas anteriores para acercarla a los
objetivos de un Estado que, por tremendamente arrollador y paternalista, no
es capaz de saciar su apetito de recursos para mantener con vida a la
Revolución (Párraga;2010, p.123).

A partir de 2005, la Asamblea Nacional pasó a ser una especie de despacho


ministerial, donde las aprobaciones de leyes impulsadas por el Ejecutivo, apenas se
discutían o se sometían a consideraciones jurídicas y políticas profundas. A su vez, para
saltarse el control administrativo y contralor de la administración pública se crearon
fondos parafiscales o extrapresupuestarios donde el Ejecutivo tenía vía libre para el uso
de los recursos nacionales. Finalmente, desde 2012 se acentúa el actuar económico y
político de los años anteriores, esta vez saltándose barreras incluso constitucionales.

El ciudadano común pasó a ser una persona vulnerable en varios ámbitos de su vida
social: Comunicacionalmente el Estado acapara buena parte de los medios de
comunicación nacional, cuando no los posee recurre a la censura o autocensura, incluso
el cierre. En el ámbito político, tal como lo plantean Penfold y Corrales (2012) y Bautista
290
Urbaneja (2013) se incrementaron los incentivos, favores clientelares o asistencialismo
de quien estuviera en el oficialismo, y crecían las dificultades de quien decidiera
permanecer en la acera opuesta, la lista Tascón o el caso del ex ministro Giordani son una
pequeña muestra de ello.

En lo económico, el venezolano encuentra en los anaqueles más productos importados


y menos nacionales, las capacidades de importación caen según disminuyen los ingresos
por exportación petrolera, por tanto, el país es más dependiente de lo producido en el
extranjero.
“La experiencia histórica nos dice que cuando el sector público gana
preponderancia y adquiere mayor control se opta por mecanismos de
asignación de recursos que utilizan muy intensamente la burocracia y el
sistema de planificación central. Esta combinación tiene consecuencias muy
importantes; hay más orientación hacia las cantidades y no a la diversidad o
a la calidad; eso puede conducir a situaciones de escasez no solo porque no
se encuentra el producto o servicio, sino por dificultades para acceder a ellos”
(Entrevista a Richard Obuchi, citada por Salmerón; 2013, p.167)

Al mismo tiempo, el poder adquisitivo se sustenta sobre la base de mantener un dólar


barato, sobrevaluado, que aparenta tener grandes posibilidades de compra con el bolívar
pero que termina en la decisión de devaluar la moneda, lo que acaba con la capacidad de
consumo que se creyó tener en algún momento. La alta inflación se convierte en el
impuesto no declarado, y agota las posibilidades de alimentación, vestimenta, trasporte,
etc., que hacen del ciudadano un reclamador mucho más voraz.

2- Sobre el modelo político, donde se busque ampliar las posibilidades


ciudadanas: el sistema híbrido expuesto por Corrales y Penfold (2012) donde el
modelo político llegó bajo un proceso electoral legítimo, y en el transcurso de su
ejercicio opta por un actuar poco democrático y con poco apego a las leyes y
normas, fue la regla durante estos años.

El conflicto se desarrolló en diferentes ámbitos, en todos ellos, se veía favorecido y


enriquecido de una u otra forma el modelo político, lo cual no daba espacios para la
resolución de conflictos sin que se generara grandes traumas políticos, sociales o

291
económicos. La conflictividad como regla, junto a un panorama polarizador, nubla las
posibilidades de conciliación, coexistencia, o negociación alguna que produzca una
síntesis de propuestas en los sectores más propensos a declinar no solo de la economía
nacional, sino en diferentes sectores nacionales.

La participación, como herramienta clave dispuesta en la constitución nacional, pasó


a convertirse en una participación poco real, el escenario de polarización que impregna al
país cerró la posibilidad de que el discurso y las ideas se nutrieran de propuestas
diferentes, enfoques alternos, de respeto a la pluralidad. Se genera un clima poco
democrático y ciudadano a la hora de intentar generar canales de participación desde
cualquier lado político. Si la participación es la clave del sistema democrático, pero los
lados opuestos están negados al reconocimiento mutuo, la participación solo queda en el
papel constitucional que la ideó.

El tipo de competencia política permitido en un régimen híbrido, crea un


incentivo para que el gobierno gaste en forma discrecional, mientras la
erosión del equilibrio de poderes permite al Estado gastar en exceso.
Aunadas, las dos situaciones generan un nivel de gasto alto, ineficiente, y con
sesgo político. (Corrales y Penfold;2012, p.27

En resumen, el modelo político se dedicó al castigo a la disidencia como instrumento


de despersonalización en el marco de un modelo que promueve el personalismo y el
clientelismo, y donde los reclamadores de renta se multiplicaron, y sus reclamos por
porciones de renta se multiplican en el medio de una crisis económica, política y social
que amenaza con volverse mucho más complicada dadas sus características estructurales.

3- En relación a las culturas hipersocializadas y la relación ciudadano-Estado-


petróleo: El ciudadano común perdió posibilidad de ser contralor de los recursos
y bienes comunes, en cuanto buena parte de ellos se iban a fondos
extrapresupuestarios que escaparon de las regulaciones de la administración
pública nacional.

Las decisiones en materia petrolera se limitaron a la personalización de dicha toma de


decisiones, así como la planificación centralizada sobre el uso de los recursos comunes:

292
El Presidente de la República, o en su defecto, un mismo ministro de energía y petróleo
que fungió con doble cargo, el de presidente de PDVSA, Rafael Ramírez.

En este esquema, se impone lo individual sobre lo social donde el modelo político y


su actuar no busca ampliar las posibilidades del ciudadano sino amplificó las
competencias del Estado, haciendo al ciudadano más dependiente y vulnerable y al Estado
más ineficiente y controlador.

La relación de extrema cercanía entre el Estado y su empresa estatal no ha


hecho más que acentuar la criticada dependencia de Venezuela del rentismo
petrolero. Mientras los tradicionales exportadores privados intentan
sobrevivir a la asfixia de controles impuesta por el Gobierno, la economía
interna ha pasado a depender en más de 90% de los dólares que obtiene
PDVSA por sus ventas externas de hidrocarburos, despachos que por cierto
son cada vez menos líquidos al estar comprometidos en decenas de convenios
internacionales que involucran el intercambio de barriles por bienes y
servicios de los cuales la estatal no se beneficia directamente (Párraga:2010,
p.126).

El ciudadano a su vez ha perdido la posibilidad de ser beneficiario, ahorrista e inversor


de los recursos de la renta petrolera. No solo se redujeron sus posibilidades de
participación sobre el destino de la renta, sino también sus capacidades de ahorro en
relación a esa renta fueron nulas, mucho más improbables en el largo plazo en el marco
de una crisis inflacionaria.

La capacidad de ahorro reduce sus posibilidades de inversión a futuro para ampliar


sus capacidades como ciudadano que busca ampliar sus caminos a través de los
mecanismos que haya decido escoger, ya sea el comercio, la academia, o la inversión en
sus hijos. “Tan importante como la renta petrolera misma, va a ser que Venezuela cuente
con una industria petrolera eficiente en la explotación del negocio petrolero” (España y
Manzano;2003, p.65)
4- Por último, acerca de la evaluación de la creación de personalidad social,
y el reto de fomentar un modo de ser sujeto capaz de superar el concepto de
libertad desvinculada, y buscar una nueva fuente de relación con los demás en la
medida en que las necesidades sociales, las libertades individuales, el ejercicio de
la democracia y de estar en un PetroEstado, le permitan crear nuevas y mejores

293
relaciones con ese Estado: las necesidades y problemas ciudadanos no terminaron
por solventarse, se acumularon, y junto a la enfermedad holandesa, creció y mutó
con el pasar de los años, haciendo mucho más vulnerable las necesidades sociales
desatendidas.

Las libertades individuales fueron acorraladas, el respeto y apego a los canales


democráticos, institucionales, y político no fue imperativo, por ende, las capacidades
contraloras, de disidencia, de prescindir del modelo político, no abrieron paso a una
relación con el Estado mucho más estable, y su relación con el principal recurso natural
que genera recursos comunes se hizo mucho más clientelar.

Una versión del pensamiento estatista que reconoce la propiedad del Estado sobre las
riquezas del subsuelo, pero que abre las llaves del control estatal absoluto de las demás
actividades productivas y con el propósito de crear el socialismo, es una visión en palabras
de José Ignacio Hernández (2016) de “reparto de la creciente renta petrolera a fin de
atender fines propios del modelo socialista, especialmente, por medio de fondos
extrapresupuestarios. Ello solo fue posible abdicando los controles propios del régimen
presupuestario” (p.83)

294
Capítulo VII Conclusiones
El rentismo como sistema que degenera las posibilidades ciudadanas e incrementa
la dependencia mutó para convertirse en un rentismo mucho más acentuado. Un rentismo
que acorrala no sólo los medios para salir de él, sino que pone las relaciones ciudadanas
con el petróleo y con el Estado en una relación poco dinámica, estable, de reciprocidad y
de consciencia sobre el buen uso de recursos comunes.

El pensamiento estatista se ha sentado sobre la base de la renta petrolera, creciendo


así la dependencia de la economía sobre el petróleo. “Y al ser el petróleo una extensión
del Estado, en suma, en un claro quiebre de los principios republicanos en los cuales
debe basarse nuestro Derecho Público, y que postulan que la sociedad, libre y
organizada, está primero que el Estado” (Hernández;2016, p.85)

El modelo político parece sostenerse sobre una sola base, la renta petrolera. Si
tiemblan los ingresos fiscales, tambalea el modelo. “El socialismo del siglo XXI ha
terminado por ser otra forma de rentismo particularmente aguda. Nada de lo que pone en
marcha puede sustentarse sin renta petrolera” (Bautista;2013, p.423). A su vez, un modelo
tal parece requerir también de “una reducción del nivel de demandas y aspiraciones
sociales y colectivas”, es decir, de una disminución de la inteligencia social.

Si el capital social que describe Marina (2010) se crea a través del sistema de
normas que rige la convivencia, resuelve de la mejor manera los conflictos contando con
la participación ciudadana, y el respeto a las instituciones públicas y asociaciones
privadas, vale decir que Venezuela, carece ampliamente de ese capital social. El sistema
de normas no son más que letra muerta, los conflictos crecieron abismalmente, la
participación se reduce paulatinamente, se saltan las instituciones públicas y se atacan a
las asociaciones privadas, el saldo es entonces, una sociedad en vías de fracasar en la
creación de su capital social.

La alta deuda contraída por PDVSA a partir del año 2007 y que fue en acelerado
crecimiento en los años subsiguientes, desbarata las posibilidades de la distribución del
ingreso en las distintas generaciones. La capacidad para decidir discrecionalmente sobre
la renta pone de manifiesto el poco respeto por la creación de cultura, riquezas, y bienestar

295
a largo plazo, y la poca creación de conciencia sobre el uso y cuidado de los bienes y
recursos comunes a través del excesivo y mal gasto social, alejan a Venezuela de ser una
sociedad con un gran capital comunitario, con una inteligencia colectiva sana y
sustentable. La investigación lideraba por Miguel Ángel Santos, ilustra brevemente lo que
llama el “síndrome” de sustitución de las instituciones productoras, de asignación de
recursos, por un Estado controlador, que se opone al ejercicio o camino hacia la sociedad
inteligente expuesta por José Antonio Marina.

El capital social como herramienta objetivada de la cultura carece de instrumentos


reales e ideales para poder generar una nueva dinámica entre ciudadanos, el Estado, y su
recurso natural por excelencia, el petróleo. El proceso de superación del síndrome de
imposición sistemática del Estado sobre buena parte de la actividad política, institucional
y económica, es el primer proceso a superar para la salida del “estado de masa”, y el
equilibrio de las relaciones del Estado con sus ciudadanos. Tampoco se trata de un sistema
en que el mercado incurra en todas las dimensiones de la vida social, sino en una dinámica
más armónica y menos invasiva de cada sector de la vida social del venezolano.

El gran reto cultural que señala José Antonio Marina (2010), es fomentar un modo
de ser sujeto capaz de superar el concepto de libertad desvinculada, y buscar nuevas
posibilidades, oportunidades, y esperanzas en las relaciones con los demás. En el caso
venezolano se indicaría que sería las relaciones entre ciudadano-Estado-Petróleo. Al

296
respecto, vale socializar los planteamientos de Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa (2012),
sobre la forma de creación de una nueva relación triangular en la sociedad venezolana.

A nivel macro, señalan los autores que se debe: limitar el uso de los ingresos
petroleros a la capacidad de absorción de la economía, evitar variaciones erráticas de la
demanda financiada con el ingreso petrolero, y estimular aumentos en la oferta
económica. “La estabilización del ingreso fiscal petrolero puede lograrse a través de un
fondo de estabilización y ahorro con mayor énfasis en el propósito de estabilización”
(p.53). Se diferenciaría de los fondos actuales en que éste estaría limitado en el uso
discrecional del Poder Ejecutivo.

También plantean mecanismos como priorizar la inversión, construir capital


humano capacitado a través de la inversión en investigaciones en las Universidades
Nacionales, siendo el centro académico más importante para la creación de recursos
humanos críticos, innovadores y calificados. Acabar con el mito del proteccionismo
inevitable, dado que los esfuerzos individuales, públicos y privados ya no se dirigen al
Estado como reclamadoras constantes de renta, sino como entes productivos capaces.
“Irónicamente, el proteccionismo tiende a generar mayor dependencia de la renta
petrolera” (p.56)

La interpretación de Úslar Pietri que le dan Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa a


la siembra de petróleo, consiste en que la diversificación implica sembrar en todo menos
en el petróleo. “Más allá de sembrar en el petróleo se debe sembrar en el petróleo,
aprovechando al sector para atraer inversión nacional y extranjera que permita adoptar
y desarrollar tecnología de punta y generar nuevas capacidades nacionales” (p.56).
También, el replanteamiento del uso de los recursos comunes pasa por un nuevo contrato
fiscal, que sea reciproco entre el ciudadano y el Estado, donde exista una contraloría y
beneficios bidireccionales.

El contrato fiscal normal exige que el Estado otorgue al ciudadano bienes y


servicios de calidad, de forma eficiente y sin desviación de recursos, mientras que el
ciudadano se encuentra en la obligación de entregar impuestos al Estado para el sustento
de sus actividades. Así acabar con el contrato fiscal rentista que va en una sola dirección:

297
La generación de renta petrolera va al Estado, éste entrega dádivas, privilegios
económicos, empleo público y gasto público ineficiente al ciudadano, sin que el
ciudadano esté dispuesto a retribuir porque está bajo la concepción de que “la renta
también le pertenece”, y, por tanto, solo espera una porción de renta.

El ingreso fiscal petrolero debe ser percibido, tanto por el Estado como por
los ciudadanos, como una contribución de los ciudadanos, legítimos dueños
de los recursos petroleros, al Estado. Así como los ciudadanos pagan
impuestos sobre su ingreso laboral, también deberían pagar impuestos sobre
su ingreso petrolero. En la medida en que los venezolanos se consideren
contribuyentes, exigirán un uso más equitativo y eficiente de la renta
petrolera, en lugar de sentirse agradecidos y endeudados con un gobierno que
reparte dádivas (Rodríguez y Rodríguez;2012, p.66).

Para lograr lo anterior, es crucial el fortalecimiento institucional, del cual se


genere un circulo virtuoso, donde las instituciones fuertes generan y cuidan la renta que
termina haciendo de ella y los recursos y bienes comunes, una bendición, acabando con
el circulo vicioso y temerario de “la maldición de los recursos” que se mueve, sobre todo,
en un clima de instituciones débiles, corruptas, ineficientes e ineficaces.

Dicha propuesta pasa por una premisa importante, y es que Venezuela percibe una
renta, y que la seguirá percibiendo mientras el petróleo sea demandado, pero que, en
cuanto deje de hacerlo, la Nación se encuentre en otra etapa histórica de su economía y
sus instituciones. Se trata de un proceso que genere un circulo virtuoso gracias a
instituciones fuertes, como parte de la salida al círculo vicioso que rodean a la
institucionalidad débil y lleva a conclusiones como la de calificar al petróleo y la dinámica
petrolera venezolana como “la maldición de los recursos”. Círculos ilustrados por los
autores así:

Instituciones Débiles + Renta Instituciones Fuertes + Renta

Maldición de los recursos Bendición de los recursos

298
¿Cómo se daría el paso de un círculo a otro? El mecanismo más rentable de
asignación de los recursos que genera esa renta es: 1) la limitación al rentismo
discrecional, 2) aumente, o al menos impacte adversamente la productividad de los
venezolanos, 3) promueva una sana relación ciudadano-Estado en materia fiscal, y 4) sea
fuerte ante una posible inconsistencia dinámica que puede iniciar ante el manejo prudente
de los recursos petroleros.109

Esto pasa por el hecho de establecer reglas claras del juego, de no atacar la
inversión privada, pero tampoco abrirle paso a la especulación y los vicios en que podrían
caer los recursos privados. En limitar el accionar del Estado, donde el ciudadano no
exceda sus acciones como un reclamador voraz de renta petrolera, sino como dueño de la
misma, en colectividad, le dé un uso razonable a la misma, que sea contribuyente,
contralor, ahorrista e inversor de los recursos que comparte con los demás ciudadanos.
Una forma pues de crear capital social, de hacer y encaminarse a una sociedad mucho
más inteligente, y menos vulnerable, rentista, y finalmente, tras más de doscientos años
de historia republicana, más estable.

109
Se entiende la inconsistencia dinámica, según palabras de Rodríguez Pardo y Rodríguez Sosa
(2012:68), como la situación que se genera cuando en principio una política es idónea para el decisor y
la colectividad, pero luego no resulta óptima para el decisor y sí para la comunidad

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