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I)E J.A
ACADEMIA ARGENTINA
DE LETRAS
TOMO X. - N0 38
Abril-junio de 1942
BUENOS AIRES
194 2
EL « GENESIS »
DE LOS PUEBLOS PROTOHISTÓRICOS DE AMÉRICA
I "Vas Syslem in dem die gl"osse Zahl von Gatlheite/l del' mexikanischen
Religion ¡hre Ordnung Ji/ldet, steht mit dem Ka/ender und del' damit verk-
nüften Lehre van den Himmelsrichtungen in Zusammenhang » THEOD01\-
WILHELM DA!lZEL, Mexico 1,2 Aunage, Hagen ijW. y Darmsladl, 19 u ;
la
2a
3-
4a
Tema ......
"
»
"
Dioses Demiúrgicos
" Animadores
Armonizadores
"» Puri6eadores ,
\
I DIOSES
nt:6e.1C08
II
El pretendido monoteísmo
III
De la Dualidad; o Dúo divino. De Deo Bino
ción de las Cultnra"" esta distinci6n se reduce a reconocer que, por l1n
lado, cx:isLe una posici6n religiosa propia de cada ciclo cultural (ele lo~
agricultores inferiores, de los pastores, de los cazadores supcriorc:oi, ctc.)
la que se presenla como prácticamente constante en sus clemrmlos : Po-
der, Vinculaci6n y Ritmo, y que, por el otro, en Jos círculos de Culturas
Complejas, más próximos a nosotros y ya inmergidos en la protohisl.oria,
se evidencia una mayor maleabilidad numérica de los sistemas mentales,
por la fecunda actividad de su espíritu de investigación, el C(ue ¡n"cnLa
día tras día Cormas nuevas de intuición cÓslDica.
En definitiva, en las culturas de la protohistoria, además d(' la enorme
emergía mitopoyéLica y teopoyélica desarrollada ~n armonía COII el com-
plejo patrimonial que le es propio, se descubre nn incesanLe mo,·imienlo
de carácl.cr científico (por cnanto es ohjeto ele la ciencia «.'1 conocimiento
348 .T. h'DELI.O!Il
z
1'·, .lu,u!'! : 1;III(ft sft -df)m"J~: :lO, CDTROA1It:RIO. :
el llamado ~ altar ei.'('ular " de Cop~n ~
3~, l\Jt:Xh':O: escudo de gucra-el'o, en los grahados del P. Dudn
j0, CIII:-O ... : T'ai-ki. compuC'slo de ri'l y )"(1119; 5°, MÉJ.lco: escudo (le un sáll'3pa •
1(
J LEWIS S~El'ICE, Tite Gods o/ Mexico, Londres, [923. Ver pág. 15~,
nola.
8AAL, X, 19100 353
Me..I.ico l\'icaragua
l.·Olllelekút/i. Omeyalsíli d'
~. OmesílVa//. Omeya/esígoa/, i.:al¡'i/gu~g/le ~
3. SipaklólI.al. Sipallóllal. Tamagás/ad d'
4. OSolllóko. OSolllogo <;l
• lJ,au;scH, lleli9io" "lid MJatoloyie¡ pp. 200 , '05 . e ll'. (i. ~h~p.:tw,
llel'Uf~ de rI,isIOi,.e de ... ,.eli[,io".~ , tomo X\', p. -jj6., l. XVIII, 1' , 27&' (~.
JEQUF.I\, /.(' litlre de C~ fI,,'il r tI Jaus rll(/(I/·~. Paril', J89~ ; pp . I )' !'iie~ '
J. hIDEI-LU'U
BAAL, X, 194:
Clásica l·(' pt·esc ul.acitín egipcia del Cielo, la 'fiena y la .\lIlJósrera, personificados cu
las Irt'S di\'illitl~des cllcúsmicas ~Ut l "eh J .su (ejclllplal' del " 'fusca Egittologi-
,,:0 " de TUl'Ín).
• P.
PAI1L DIlORlIE, C/.oix de lextes re/igieux Assyro-IJaby/oniens, Pari.,
mina por atraer en Sil persona las \'alencias do todas las demás pareclras
del mismo sexo.
Algo muy parecido a lo que OCl1rre en el Panlheon yl1cateco con JiCel
y en el me.icano con So¡'ikel:al (la 'Iue no sólo se transforma en la per-
sona femenina por excelencia, que comprende a todas las demás diosas,
.ino también en" diosa del parto y símholo de carnalidad y lujuria) •
• ncede en el babilónico con la personalidad de Jilar, que se convierte en
diosa del parlo y UX'O" por antonomasia, luego también ~n meretriz deorllm .
• A. H. SncE, lIibborl-Lecl/lres, Londres, ,88" pág. 193.
, G. M'SPERO, Hisloire ande/lRe d_ p. de 1'0,.ielll (obra citada), pág. 170.
I Sobre el signifieado de Sin, el jefe de la segunda terna de dioses ba-
TEXTO A
TEXTO U
así como ('xiste una variante del verso 30 qll(, omite el dC'lcrminativo ilu
8AAL. X. 19h
TEXTO 8
" ALI'RED e, LULL, Asia/ic S/udies, /"('hgiol/s alld social, Londres, 1882-
Nombre
Nombre AsimilaciÓD.
de Fu.nción legún Bla. Valera
rectificado de Hernández
HerDández
y se verá que todas son entidades que ya hemos conocido, salvo una,
Echuac (Estruac), que LANDA nombra como un dios de los comerciantes,
BAAL, X, Ig40 E.. «GÚ.lI.I)) 385
mientras Bla. Valera lo define como 'Dios del Ayre·. No .abemos por
qué conducto Uegara al religioso peruano esl.e dato precioso, pero recor-
damos la e..ctiLud de la información de 'Valera y el hecho que de
ningún modo podráase sospechar su inclusión ficticia -en una página en
que lanza rayo. y truenos en contra de las 'trinidades forjadas por los
e_pafioles en las Indias.
En conclusión,·sosl.engo que el P. Hemánde. oyó realmente hablar de
lIna l.ema de dioses por los indios de Yucolán, y considero esLaba for-
mada por llzamnd = padre-Cielo, l;eebelia' = madre-Ticrra y Echuae =
Spiritus, es decir tanto Viento y Atmósfera, como Soplo de Vida: grupo
"trinitario' por excelencia, constituido según la fórmula de una tríada y
al modo americano. Es, por otra parle, la vieja Lerna que nos trasmite
COGOLLUDO, en la que It:amná ha concluido por !;uh~tiluirsc a su antiguo
padre, y Eohuao viene a reemplazarlo.
El error que estoy dispuesto a reconocer en la formulación de Hernán-
de. es el de haberse dejado inRuir por la illterpreLación Lrinitaria caló-
lica Padre-Hijo-Emanación y no haber considerado siquiera los cá"!lnes
Cielo-Tierra-Aire o Pad"e-Madre-Hijo que son propios de una l.erna en-
cósmica el primero y de una tríada el segundo, sin pensar que este últi-
mo y tan persistente modelo ternario no se mantendría inactivo en el
mismo catolicismo. En efecto, ha dado lugar a una segunda terna cató-
ica mis reciente : JOB~Maria-Je8lís la que suele enunciarse en las ca~
ciones religiosas de los Seles en la forma Je,ús, José 1 María, por eviden-
tes ruones de consonancia y métricas (en los primeros siglos el mismo
impulso habla dado lugar _ entre airas _ a la fórmula trinitaria de los
Marianitas, condenada por el Concilio de Nieea, en la que Maria ocu-
paba .1 lugar del seg,undo miembro divino de una triada, el femenino) ..
386 J. hIBi:LI,OlU BAAL, X, Ig40
necesario que brindemos los fundamentos que la sustentan, IOlf que son
de dos clases: ," documenlales y 2" 610lógicos.
En cuanlo a los primeros, leamos el ver.ículo 12 de la XI sección del
Popo/...,UX, el que se encuentra baslante maltrecho en las versiones· de
RA.T!I'.A.UD y VILLACOI\TA., mientras BRAS8.BUB. DB BOURBOUl\G mantiene Ull
que Toxil fué para los indios un dios de justicia, distribuidor ecuánime
(le dones y castigos, y recuerda que existe en el Popol-vux un versículo
'1ue asimila a Toxil con Ketzalkówatl :
VIII, 58 ... Toxil es el nombre del Dios de /a nació" YaJ,i, que lla-
maban YoU,wat-KetzaU,ówatl.
Pero Brinton acerca de este paralelo afiade que no debe ser tomado
más seriamente del que establece TÁClTO entre d teutónico Tltor J el
Vu/cano de los Latinos.
Con todo el respeto que profesamos a Daniel G. Brinton, y haciendo
caso omiso de lo discutible que es el ejemplo por él aducido (puesto que
hoy ningún hierólogo estaría dispuesto a debilitar la homología de TllOr
con Vu/cano, tan admirablemente intuída ya por Tácito cuando nada se
,abía del parentesco de los dioses indo-europeos) diremos que la simila-
ridad de Toxil y Ketzal/,ówatl de ningún modo puede decirse fundada
'in vague outline', porque es - en cambio - sub~tancial.
No sólo rezan en favor de dicha 'similaridad - más propiamente 'equi-
valencia' - el citado testimonio del P. Román y el propio texto del
Popo/-VUX (que Víllacorta con vano intento transforma desde sus bases),
sino también otras dos pruebas: rO el carácter funcional de Toxi/, el que,
al igual que Ketzalkówatl para la nación Azteca (Yaqui-umaq) es para
el pueblo qqicé el represE'ntante del grupo étnico respectivo; 2° es ade-
más el protector benéfico, el 'justiciero', de quien emanan las leyes.
Yol\"iendo a la fórmula de invocación contenida en el versículo XI,
12 del Popol-vuX, ella autoriza plenamente a clasificar a Awili¡ como di-
vinidad del Cielo y a xakawitz como divinidad de la Tierra; Toxi! es el
dios nacional de la nación qqicé, y los tres conceptos integran una tri-
nidad-tríada del conocido modelo americano.
Pero el mismo texto introduce el concepto de divisiones cuaternas (4
,edores, 4 vértices), que denuncia el cundir del pensamiento templariú.
Se trata de un 'momento' del desarrollo cosmológico, que tiene su repre-
sentación en un compromiso entre la forma trina y la tetráctica. Esta
última no tiene en el versículo la misma eficacia discriminatoria que
('jerce en otros pasajes del mismo Ms.; los dioses no están agrupados
según los 4 sectores del espacio horizontal, ni según los vértices del espa-
cio volumétrICO, y sólo se habla - todavía - de los dioses que llE'nan
a los tres pisos cósmicos superpuestos .
•
pero los dos primeros son en sentido más estricto la pareja
ancestral, mientras el último desempeña el papel del héroe
civilizador, y es por lo tanto un Urgott en sentido moral
(hipercósmico).
Este último sentido fué ampliamente desarrollado ya en
época relativamente antigua, porque toda cosmogonía supo-
ne, como ya lo dijimos en las primeras páginas de nuestra
I sección, no sólo la investigación del Mundo y de su forma-
ción, sino también una doctrina jurídica y la creación de
un verdadero escalafón de las energías y virtudes morales.
Con buen derecho observa Danzel que la posición recípro-
ca de los tres miembros es la misma que aparece en las gran-
des trinidades correspondientes a la misma Cultura en el
Mundo Viejo t compuestas por el trinomio Anima, Corpus,
Spirit/l.s.
VI
Ingreso del pensamiento templario
Otra representación egipcia de JI' tres e.pu e«'_micas del ,il!llema tunuio. con la
iaclu.i6. de elemuto. perteneciente. a 1, intuici6n telrictica (Pjemplar publicado
por Bread.ted).
de cOlIsubslalllialilale Ve,.bi.
• Pocos teólogos se han preguntado por qué el 3 pareció de modo
tan natural y universal el número dominante, en el desarrollo de las
discusiones trinitarias, es decir durante más de ocho siglos; les parece
suficiente tomar nota de «ue ya Aristóteles lo admitiera y «ue en Grecia,
Roma, Egipto, etc., las formas del culto y las mismas ontoiogías lo con-
sagraran. En realidad habríase necesitado que llegáramos más a fondo en
asunto de tal importancia, después del resultado negativo de USENER, el
(Iue, a pesar de la incomensurable mole de materiales reunidos· en todo
el mundo, ha defraudado en su Dreiheit todas las espectaciones.
De paso conviene señalar «ue no estuvo ausente la defensa de otros
aparatos numéricos en esas memorables discusiones, empezando ya desde
FILÓN ALEJANDRINO Yel obispo IREIIEO, y terminando por el Abad GIOAC-
CIlIIIIO DA FlORE. •
Interesa sumamente el sistema de Filón, el que sostiene por su parte
que entre el mundo y Dios existe una conveniente distancia, y ella está
ocupada por el conjunto de las Potestades. Éstas, a su vez, serían las
siguientes, de arriba abajo: ]0 el 1°10., 2° la Fuerza creadora, 3° la
Potestad real, 4° la Potestad bienhechora, 5° la Potestad punitiva, 6° el
x_a,.o.; comprendiendo al supremo, que es Dios, son 7 escalones. En
suma: guarda el esquema· de un diafragma cosmogónico entre 'el Cielo
y la Tierra, convenientemente expresado - en conjunto - por la triple
esencia: Dios, Potestades, Cosmos; pero cuando va a enunciar parte por
parte la composición del todo, se aferra al esquema heptamérico, que es
derivado del tetráctico.
Ireneo - ya lo dijimos en la Sección 111 -, mientras acepta la trini-
dad y la sostiene como strenuissimus propugnator, procura por otro medio
desp~rtar el sentimiento de la naturaleza, ya. casi agonizante en la visión
religiosa, e ilumina con hondo sentimiento y gran eficacia la necesidad
de armoniza~ el ritmo de las fórmulas sagradas con el de la concepción
del Universo. Esto se ve especialmente en el conocido pasaje en que
BAAL, X, 1940 E.. (e GllIIIS.I " 4.'
en oposici6n - se derivaban de la doctrina de .las Edades,
o redenciones sucesivas ".
Cuando los Padres de los primeros concilios y sínodos
(Nicea 325, Constantinopla 381, Toledo 589, etc., hasta el
XII (IV) Lateranense del año 1215) establecieron las sucesivas
enunciaciones de la tema cristiana, el profundo sentido de
la fórmula ternaria llegaba a su espíritu nQ ya directamente
del discurso ancestral, sino envuelto en un~ densisima capa
de abstracciones filos6ficas al modo alejandrino, tal que pue-
de estimárseles gran mérito el de nutrir el convencimiento
de su real grandeza, en cierto modo inexplicable e indefinible
incomprehensibilis quidam el ineffabilis (Concilimn Lalera-
Ireneo justifica el número de los Evangelios, que deben ser (capil ••••)
de las aguas», para reconocer que las capas originarias del Universo en
Gene,is 1, 1, • son las tres siguientes: l' el Cielo ("; .......), .2' la Tierra
(* 1~) todavía envueUa en la. aguas primordiales, de las que será sepa-
rada luego en la segunda jornada de la creación (Gen., 1, 6-7) Y 3' el
,.."ú,.... e••ú que alitaba sobre las aguas; éste es a un tiempo, el soplo
del viento (.piriIUII) y el hálito divino, fecundador de vida.
Las dos fórmulas son homólogas, pero no sería prudente descoDocer
toda diCerencia con respecto al tercer miembro, el que en la fuente inda
es escuetamente 'cósmico' mientras en el Gene,is además del clarísimo
I
VII
Impulsos que gobiernan la vida mental del periodo Templario
A.di,,-ino y adivina que interrogan a la suerte Inediante las semillas de maíz: y de otras
plantas, según un lIs. mexicano de la ~ Biblioteca ~azioDale, de Florencia (Seler.)
VIII
Posición de los dioses encósmicos en la historia
de las creencias
Witzilopóétli
l. dios descarnado
2. deus OtiosflS
3. dios teriomorfo: lVitzil-opoCtli = 'Maestro', o 'Mago-Co-
librí'
4. plano cósmico: el Cielo, con el epíteto l/wikatl-Sosowki
5. dualismo horizontal: la mitad izquierda
6. dios de un pueblo agrario:
a) patrono de la estación fértil
b) patrono de la germinación de 108 cultivos
e) epíteto 'culebra del maíz', pronunciado Magueykówatl
. al generalizarse la palabra maguey, importada
d) asimilado a Me"Sitli, espíritu del maíz
7. dios de un pueblo de cazadores: véase su mito a la manera
de un Nembrod mexicano
8. adaptación templaria :
a) punto cardinal: cuadrante del Sur
b) uno de los 4 hijos del 'dúo' ancestral
e) color cardinal: el azul
d):uno de los primitivos tzitzimime, o demonios del pe-
ríodo de obscuridad cósmica
BAAL, X, 19b EL (( GII.. ISII))
III IV
Ismukané üpiyakok
v
Itzamná
l. dios tcriomorfo : llzam, iguana
2. dios meteórico: 'substancia del cielo, o rocío', ltzamna ¡'ul
a) dios de las nub~!!
3. plano cósmico: dios de la atmósfera
b) miembro de la trinidad Cielo-Tierra-Aire.
4. dios solar: absorbido por Qinic-axau-Itzamná, Señor Rostro-
de-Sol.
5. su posición en la compilación teogónica: hijo del dios máxi-
mo, descarnado, Xunaxpu y de la diosa-Madre lskanleos
6. dios agrario: patrono de las plantaciones de maíz y de las
lluvias
7. maestro de brujos y hechiceros:
a) en su aspecto de Kab ul, 'mano obradora' o milagrosa
b) bajo el aspecto de Sibolonlun es dios de la magia J de
los curanderos
8. adaptación templaria:
a) ocupa el Cenit
b) color: varios colores (centro), especialmente verde J
rojo
e) ave de las mancuernas del cielo: Yaskokaxmut, la que
ocupa el árbol central, o última insignia; en este carác-
ter su color es el verde
d) se terminó por colocar a 4 ídolos de ltzamná, uno en
cada punto cardinal, revestido o pintado del color pro-
pio de cada oriente
9. adaptación calendárica: preside ciertos ritos del Año Nuevo
y en los días Wayeb ,
10. adaptación astral: ltzam-lzab, las Pléyadas
l l. héroe civilizador nacional de los Jtzalanos: inventa las artes
y la agricultura en Yucatán; es autor del calendario y de la
medicina; iniciador de los Yuc"atecos en la escritura.
Notas. - La interpretación (10) es de Ralph S. ROJs. Los 4
Itzamná cardinales (8d) 'se deducen del Ritual de los Bacab. En
BAAL, X,I9h 447
.J. hIBELLOllI.