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Buenos días familia

Hoy empezare a compartir mis meditaciones bíblicas con la esperanza de que alguien más sea
bendecido como lo soy yo.
Quiero empezar con uno de los evangelios que más me bendicen y a través del cual podemos ver a
nuestro Señor actuando de forma poderosa en medio de la humanidad perdida, caída y sufriente.
El evangelio de Marcos, empecemos.
Dice Marcos en su capítulo 1 verso 1: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”.
La declaración inicial es profundamente llamativo; Marcos busca darnos a conocer el “evangelio
de Jesucristo”, es decir las buenas nuevas que Jesús mismo trajo a la humanidad, este evangelio
que se caracteriza por la confrontación de las malas noticias con la buena y más grande noticia; la
buena noticia es que el Reino de Dios ha venido a la tierra en la persona misma del Rey, pero para
poder participar de ese Reino, se hace necesario reconocer que se ha vivido en franca rebeldía en
contra del Rey y que es enemigo del Reino, para entonces recibir el perdón y la apertura de las
puertas del Reino para ser parte de él.
Observemos como lo predico nuestro señor “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea
predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado;
arrepentíos, y creed en el evangelio”. Marcos 1:4-5.
Arrepentirse y creer, son las dos acciones a las que somos invitados por el Señor Jesús. En la vida
cometemos muchos errores y pecados que necesitan ser perdonados por el Rey, por Jesús, para
que podamos gozar de su compañía y amistad como nuestro Rey y así seamos parte de su pueblo.
Arrepentirse es más que sentir tristeza profunda por las decisiones equivocadas que hemos
tomado; es renunciar de forma voluntaria a aquellos pensamientos, actitudes, acciones, hábitos y
rasgos de carácter que ofenden al Rey. Es comprometernos a ya no permitirlos en nuestras vidas y
es ahí en ese momento en el que Dios obra en nosotros empoderándonos para vivir para el Rey.

La segunda acción es creer, es la acción de poner nuestra confianza y obediencia en la persona y


palabras de Rey. No se trata de una acción de aceptar intelectualmente su reinado, sino en
realidad llevar las enseñanzas del Rey a la vida práctica, renunciando a la sabiduría convencional,
terrena y humana; para vivir de acuerdo a los criterios del Rey. Creer implica rendir la voluntad
propia a la voluntad divina manifestada en la Biblia.

Este es el día en que nuevamente el Rey Jesús nos hace la invitación, arrepiéntete y cree.
Renunciemos voluntariamente a todo lo que nos aleja del Rey y vivamos para Él cada momento de
nuestra vida.

Gracias por prestarme estos minutos de tu día. Permite que Dios te hable hoy. Dios te bendiga.

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