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PROCESO INDUSTRIAL DE LA MADERA PARA SER UTILIZADA COMO

COMBUSTIBLE DE CALDERAS EN CONGENERACION ELECTRICA.

La madera es una sustancia dura y resistente que constituye el tronco de los


árboles; se ha utilizado durante miles de años como combustible, materia prima
para la fabricación de papel, mobiliario, construcción de viviendas y una gran
variedad de utensilios para diversos usos.

Este noble material, fabricado por la naturaleza con un elevado grado de


especialización, debe sus atributos a la complejidad de su estructura.

Está atravesado por una red de células longitudinales (desde las raíces a la copa)
y transversales (desde la médula a la corteza) de distintas características, que dan
forma a sus tres componentes químicos básicos: celulosa, hemicelulosa y lignina,
más otros compuestos secundarios como taninos, gomas, aceites, colorantes y
resinas.

Aserraderos y remanufactura

El proceso de aserrado comienza con la clasificación automática de los trozos


según su diámetro, a fin de asegurar un mayor rendimiento en las líneas de
aserrío.

Dependiendo de las demandas de los productos (vigas, tablas) y las


características de cada trozo, un programa de software especializado permite
aprovechar el trozo de madera en forma óptima, de acuerdo a las especificaciones
requeridas por los mercados nacionales e internacionales.

La madera aserrada (tablas), tras un proceso de secado, tiene la posibilidad de


tres destinos:

– Exportación: La madera puede ser exportada a más de 30 países.

– Remanufactura: La madera es llevada a la planta de Remanufactura que posee


Empresas CMPC en Los Ángeles, VIII Región de Chile, donde se obtienen piezas
y diversos tipos de molduras.

– Mercado Nacional: La madera es comercializada directamente en todo el país


(sin secado). Los subproductos generados en este proceso industrial son
aprovechados, ya sea como astillas, para abastecer las plantas de celulosa de
CMPC, o como astillas combustibles para abastecer a los secadores de madera
de los mismos aserraderos.

El aserrín y otros despuntes son utilizados por una empresa termoeléctrica, para
generar electricidad, con una producción de 8,7 megawatt/hr, la que en un 50 %
es consumida por Empresas CMPC y el resto es entregada al servicio
interconectado del país.

Proceso productivo de la madera

El proceso de remanufactura consiste en una primera etapa de preparación de


materia prima, esto es, la optimización de anchos (opti-rip), el cepillado y la
clasificación en distintos grados de calidad.

En una segunda fase, la madera es trozada en líneas manuales y automáticas,


con el fin de eliminar los defectos, para, a continuación, separar los cutstocks
(piezas libres de nudos de largo fijo) de los blocks (piezas de madera libre de
nudos de largos variables). Estos últimos son conducidos a las máquinas que
hacen la unión de tipo finger, que dan origen a los blanks o tablas libres de nudos
de 6 m. de largo.

La tercera etapa consiste en el procesamiento de estos cutstocks y blanks en


distintas líneas orientadas a los productos finales. Estas son las moldureras, para
el caso de las molduras, o las líneas de encolado de canto o línea de encolado de
cara, para los productos laminados. Las principales máquinas para estos últimos
productos son procesadoras de líneas de colas, prensas tanto frías como de radio
frecuencia, escuadradoras y lijadoras.

La cuarta y última etapa consiste en control de calidad, etiquetado, empaquetado,


y despacho, tanto a puerto para los productos de exportación, como directamente
a las instalaciones de los clientes en el mercado nacional.

Procesos de combustión directa

Esta es la forma más antigua y más común, hasta hoy, para extraer la energía de
la biomasa. Los sistemas de combustión directa son aplicados para generar calor,
el cual puede ser utilizado directamente, como por ejemplo, para la cocción de
alimentos o para el secado de productos agrícolas. Además, éste se puede
aprovechar en la producción de vapor para procesos industriales y electricidad.
Las tecnologías de combustión directa van desde sistemas simples, como estufas,
hornos y calderas, hasta otros más avanzados como combustión de lecho
fluidizado.

Los procesos tradicionales de este tipo, generalmente, son muy ineficientes


porque mucha de la energía liberada se desperdicia y pueden causar
contaminación cuando no se realizan bajo condiciones controladas.

Estos resultados se podrían disminuir considerablemente con prácticas mejoradas


de operación y un diseño adecuado del equipo.
Por ejemplo, secar la biomasa antes de utilizarla reduce la cantidad de energía
perdida por la evaporación del agua y para procesos industriales, usar pequeños
pedazos de leña y atender continuamente el fuego supliendo pequeñas cantidades
resulta en una combustión más completa y, en consecuencia, en mayor eficiencia.
Asimismo, equipos como los hornos se pueden mejorar con la regulación de la
entrada del aire para lograr una combustión más completa y con aislamiento para
minimizar las pérdidas de calor.

Densificación

Esta se refiere al proceso de compactar la biomasa en «briquetas», para facilitar


su utilización, almacenamiento y transporte. Las briquetas son para usos
domésticos, comerciales e industriales. La materia prima puede ser aserrín,
desechos agrícolas y partículas de carbón vegetal, el cual se compacta bajo
presión alta.

Métodos Termo-químicos

Se basan en la utilización del calor como fuente de transformación de la biomasa.


Están muy desarrollados para la biomasa seca, sobretodo para la paja y la
madera.

a) Combustión

Es la oxidación completa de la biomasa por el oxígeno del aire al aplicar altas


temperaturas (800 -1000 ºC), en esta reacción se libera agua, gas carbónico,
cenizas y calor. Este último es utilizado para el calentamiento doméstico o
industrial o para la producción de electricidad.

La tecnología más difundida a escala comercial para llevar a cabo la combustión


son las parrillas fijas, horizontales e inclinadas o las móviles y vibratorias. Las
calderas de parrilla de biomasa no son diferentes de las usadas con otros
combustibles como el carbón, si bien se incorporan modificaciones importantes de
diseño para adaptarlas al nuevo combustible. Estas modificaciones pueden ser
desde la geometría de la cámara de combustión, hasta las disposiciones de las
superficies de intercambio.

En los últimos años se está imponiendo la tecnología de lecho fluido, usado tanto
en plantas térmicas como termoeléctricas. La variante más difundida es la de tipo
burbujeante, debido a su mayor viabilidad económica en plantas relativamente
pequeñas como son las de biomasa.

La tecnología de lecho fluido, presenta la ventaja de trabajar a temperaturas


inferiores, lo que disminuye las emisiones de óxidos de nitrógeno y la formación de
escorias. También presenta la ventaja de poder trabajar con biomasa heterogénea
y con variabilidad del contenido de humedad.

También existen otras tecnologías de menor implantación, los hornos de


combustible pulverizado y los de combustión ciclónica.

b) Pirólisis

Se trata de una combustión incompleta a una temperatura aproximada de 500ºC


de la biomasa en condiciones anaerobias, es decir, en ausencia de oxígeno. Se
utiliza desde hace mucho tiempo para producir carbón vegetal. Este método libera
también un gas pobre, mezcla de monóxido (CO) y dióxido de carbono (CO2), de
hidrógeno (H2) y de hidrocarburos ligeros. Este gas, de poco poder calórico,
puede servir para accionar motores diesel, para producir electricidad, o para
mover vehículos.

c) Pirólisis Flash

Es una variante de la pirolisis y se realiza a una temperatura mayor, alrededor de


1.000 ºC, y tiene la ventaja de asegurar una gasificación casi total de la biomasa.
Se optimiza de esta forma el gas pobre. Las instalaciones en la que se realizan la
pirólisis y la gasificación de la biomasa se llaman gasógenos. El gas pobre
producido puede utilizarse directamente o puede servir como base para la síntesis
de metanol, el cual podría sustituir a las gasolinas para la alimentación de los
motores de explosión (carburol).

d) Gasificación

Es un proceso de combustión incompleta de la biomasa, efectuado a altas


temperaturas (700-1200ºC), aunque en general, inferiores a las de combustión.
Como producto principal se obtiene un gas combustible compuesto por hidrógeno,
metano y monóxido de carbono. El poder calorífico de este gas, se sitúa en torno a
los 4 MJ/Nm³.

La gasificación es una alternativa con mejores rendimientos que la combustión en


calderas. El empleo de motores diesel o de turbinas de gas para quemar el gas
producido puede eleva el rendimiento a valores por encima del 30%, sin embargo
ésta es una opción poco extendida.

Los métodos convencionales usan el aire como agente gasificante, si bien en


ocasiones se emplea aire enriquecido en oxígeno, aumentando el poder calorífico
del gas resultante, al disminuir el contenido de nitrógeno.
El principal problema que presenta la gasificación de biomasa como tecnología
para la generación eléctrica es la limpieza del gas resultante del proceso de las
impurezas que lo acompañan.

La gasificación tiene una serie de ventajas:

El gas producido es más versátil y se puede usar para los mismos propósitos que
el gas natural.

Puede quemarse para producir calor y vapor y puede alimentar motores de


combustión interna y turbinas de gas para generar electricidad.

Métodos Bio-químicos

Estos procesos utilizan las características bio-químicas de la biomasa y la acción


metabólica de organismos microbiales para producir combustibles gaseosos y
líquidos. Son más apropiados para la conversión de biomasa húmeda que los
procesos termo-químicos. Los más importantes son:

a) Digestión anaeróbica

La digestión de biomasa humedecida por bacterias en un ambiente sin oxígeno


(anaeróbico) produce un gas combustible llamado biogás. En el proceso, se
coloca la biomasa (generalmente desechos de animales) en un contenedor
cerrado (el digestor) y allí se deja fermentar; después de unos días, dependiendo
de la temperatura del ambiente, se habrá producido un gas, que es una mezcla de
metano y dióxido de carbono. La materia remanente dentro del digestor es un
buen fertilizante orgánico. Los digestores han sido promovidos fuertemente en
China e India para usos domésticos en sustitución de la leña. También se pueden
utilizar aguas negras y mieles como materia prima, lo cual sirve, además, para
tratar el agua.

b) Combustibles alcohólicos

De la biomasa se pueden producir combustibles líquidos como etanol y metanol.


El primero se produce por medio de la fermentación de azúcares y, el segundo por
la destilación destructiva de madera. Esta tecnología se ha utilizado durante siglos
para la producción de licores y, más recientemente, para generar sustitutos de
combustibles fósiles para transporte. Estos combustibles se pueden utilizar en
forma pura o mezclados con otros, para transporte o para la propulsión de
máquinas.

c) Biodiesel
A diferencia del etanol, que es un alcohol, el biodiesel se compone de ácidos
grasos y ésteres alcalinos, obtenidos de aceites vegetales, grasa animal y grasas
recicladas. A partir de un proceso llamado «transesterificación», los aceites
derivados orgánicamente se combinan con alcohol (etanol o metanol) y se alteran
químicamente para formar ésteres grasos como el etil o metilo ester. Estos
pueden ser mezclados con diesel o usados directamente como combustibles en
motores comunes. El biodiesel es utilizado, típicamente, como aditivo del diesel en
proporción del 20%, aunque otras cantidades también sirven, dependiendo del
costo del combustible base y de los beneficios esperados. Su gran ventaja es
reducir considerablemente las emisiones, el humo negro y el olor.

d) Gas de rellenos sanitarios

Se puede producir un gas combustible de la fermentación de los desechos sólidos


urbanos en los rellenos sanitarios. Este es una mezcla de metano y dióxido de
carbono. La fermentación de los desechos y la producción de gas es un proceso
natural y común en los rellenos sanitarios; sin embargo, generalmente este gas no
es aprovechado. Además de producir energía, su exploración y utilización reduce
la contaminación y el riesgo de explosiones en estos lugares y disminuye la
cantidad de gases de efecto invernadero.

PROPIEDADES CALORIFICAS

La conductividad térmica de la madera es relativamente baja debido a su


porosidad. La conductividad térmica disminuye a medida que aumenta la densidad
de la madera. La conductividad térmica de la madera en el sentido de la veta es el
doble que la conductividad en perpendicular a la veta. Por ejemplo, la
conductividad térmica del pino en el sentido de la veta es de 0,22 W/moC y, en
perpendicular a la veta, de 0,14 W/moC. Al aumentar la humedad de la madera
también aumenta su conductividad térmica. A medida que desciende la
temperatura de la madera, suele aumentar su resistencia. La expansión térmica de
la madera en el sentido de la veta es muy reducida. Los cambios de temperatura
son mucho mayores en los sentidos radial y tangencial. La relación entre los
coeficientes de expansión térmica y de contracción de la humedad de la madera
en diferentes sentidos con respecto a la veta son del mismo tipo que en términos
de tamaño. Una variación repetida de temperatura reduce la resistencia de la
madera. A temperaturas bajo cero es posible que la madera comience a agrietarse
una vez que el agua presente en los lúmenes de las células se expande a medida
que se congela.
Las generalidades de la Madera.

De los materiales de construcción, la madera es el principal recurso renovable,


siempre cabe la posibilidad de plantar más árboles con la finalidad de obtener de
ellos la madera necesaria para construir, aunque en nuestro país no se cumple a
cabalidad con este postulado de reforestación. Por su origen, la madera como
material de construcción posee características inherentes que todo constructor
debe conocer, por ejemplo dos tablas cortadas de dos árboles de la misma
especie, que crecieron uno junto a otro, la resistencia de una y otra será diferente.

Es por esta razón que pretender considerar como un material heterogéneo no es


conveniente. Una clasificación más acertada para este material es la de considerar
sus características de comportamiento a la flexión y a la compresión. La madera
clasificada como apta para soportar la compresión no puede ser utilizada sin sufrir
modificaciones en un sector sometido a tensión dentro de un elemento de gran
peralte que resiste fuerzas de flexión.

Según indica la experiencia, las características de crecimiento habituales afectan


en mayor o menor grado, de modo negativo, la resistencia a la tensión que la
resistencia a la compresión. Los estudios promueven un aprovechamiento de la
madera desde el punto de vista ingenieril, no siendo necesaria una inspección
visual basada en promedios y otras artes para identificar y estimar las cualidades
estructurales de una pieza de madera. En el pasado el uso de la madera para la
construcción de edificaciones no se utilizaba con un criterio estructural si no de
manera empírica, esto hacía que en ocasiones que los elementos se sobre-
dimensión en, no aprovechando la resistencia de este material.

MANEJO AGROFORESTAL

La madera proveniente de los bosques naturales es cada vez más escasa. De


acuerdo con FAO (2010), los bosques (primarios, intervenidos y plantados)
representan alrededor del 31% de la superficie total de la tierra -aproximada-
mente 4 mil millones de hectáreas. De ellas, cerca de 1.200 millones ha (30% del
área mundial de bosque) se explotan comercialmente para la producción de
productos forestales maderables y no maderables. El área disponible para la pro-
ducción se ha reducido en los últimos 20 años en más de 50 millones ha, a
medida que los bosques se van destinando a otros usos. Por otra parte, el 25%
del área total de bosques del planeta son áreas protegidas dedicadas a la
conservación de la biodiversidad u otros fines.

Más de la mitad de las áreas de conservación o protegidas existentes en el


mundo han sido creadas en el último decenio, lo que demuestra las nuevas
tendencias en el uso de los bosques (FAO 2010).Aunque la tasa de deforestación
(principalmente debido a la conversión de bos-ques tropicales en áreas agrícolas o
pasturas) ha disminuido en los últimos años en varios países del mundo, aún
continúa a un ritmo elevado en otros países. Se estima que en el periodo 2000-
2010, cerca de 13 millones ha de bosques fueron convertidas anualmente a otros
usos de suelo, en tanto que en el decenio de 1990 alcanzó los 16 millones ha/año.

La superficie de bosques plantados repre-senta el 7% del área total de bosques a


nivel mundial (FAO 2010).Centroamérica, con una extensión territorial de 52,4
millones ha distribui-das entre siete países (Belice, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) y una población de alrededor de 41
millones de habi-tantes, posee aproximadamente 19,5 millones ha de bosques,
el 37,2% de su extensión territorial. La mayor parte de esos bosques están bajo
alguna catego-ría de protección. Además, alrededor del 38% del total de la región
se dedica a la agricultura (20 millones ha) y el 23% a pastizales (12 millones ha)
según la FAO (2010). La leña es el producto maderable más importante de la
región, seguida de la madera industrial y la madera aserrada (Cuadro 1.1). A nivel
de Centro y Norteamérica, la producción de madera generó ingresos por US$
2.620 millones en el año 2005 (FAO 2010).

PROCESO

Estas plantas termoeléctricas han sido diseñadas para quemar como combustible
principal los residuos de la operación de los aserraderos: aserrín, virutas y corteza.
El abastecimiento de estos materiales está garantizado por la suscripción de un
contrato de suministro recíproco con las empresas propietarias de los aserraderos.

Como beneficio agregado, la obra otorga a las empresas madereras una solución
definitiva al problema de ubicación final de los residuos, terminando con los costos
asociados a estas faenas.

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