2016.12.07. Miércoles.

Educando Emociones | Página 1 de 6

PROGRAMA DE
ESTUDIOS
BUDISTAS:
“EDUCANDO
EMOCIONES”

Centro Thubten
Dhargye Ling

Borrador. Primera versión

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2016.12.07. Miércoles. Educando Emociones

Hola, buenas tardes,

Hoy quiero hablar sobre los diferentes tipos de meditación y sus obstáculos.

1. Objetivos de la meditación

En general, hay muchos tipos diferentes de meditaciones, en primer lugar, lo más

importante es averiguar los beneficios de la meditación y sus objetivos. ¿Por qué le
interesa la meditación a tanta gente?. Cuando uno empieza a meditar no siempre tiene
claros los motivos y sus efectos. El primer beneficio de la meditación es la eliminación de
las emociones negativas y el cambio a mejor de la mente.

Cuando en el Dharma budista hablamos sobre la meditación, su objetivo es muy

profundo, no es sólo calmar la mente sin más. Para relajarse hay muchos métodos
menos trascendentes que la meditación, cuyo objetivo último es alcanzar la iluminación o
nirvana, además de eliminar emociones negativas de la mente. Con la meditación nos
familiarizamos con actitudes positivas que nos benefician en las relaciones con los
demás, con nuestro entorno y con nosotros mismos.

En el budismo hay muchos tipos de meditación para calmar la mente a través de la

respiración pero los practicantes buscan otros objetivos más ambiciosos.

2. Tipos de meditación: concentración y analítica.

Hay dos tipos básicos de meditación: la de concentración y la analítica. En la primera

o shiné la mente se concentra en un objeto, permaneciendo encima de él, sin analizarlo,
y en la segunda o vipassana se conoce bien el objeto y se analiza a través de las cuatro
atenciones o razonamientos.

Hay prácticas iguales en los diferentes tipos de meditación, muchas son comunes al
hinduismo. En la India también se practica la meditación shiné y vipassana.

La práctica de la concentración se refiere a la shiné y es una práctica elevada, no

básica, aunque la gente se refiera a ella impropiamente para aludir a cualquier tipo de
meditación. Lo mismo para el caso de la meditación vipassana, que se refiere a un
análisis de nivel avanzado.
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3. Tres tipos de reinos: forma, sin forma y deseo.

Las diferentes escuelas de meditación, tanto budistas como hinduistas, hablan de tres
tipos de reinos: forma, sin forma y deseo. El reino del deseo es aquel en el que nos
encontramos ahora, porque siempre estamos deseando cosas. Algunos practicantes
están ya hartos del reino del deseo y sus sufrimientos y por eso desean acceder a los
reinos superiores de forma y sin forma a través de la meditación de la calma mental o
shiné. En el reino inferior del deseo hay muchos sufrimientos: enfermedades, vejez,
muerte… Muchos sufrimientos del reino inferior del deseo son burdos porque vienen
motivados por la ignorancia. Meditar sin más no nos transporta automáticamente a los
reinos superiores. P. ej. si quiero pasar las vacaciones en la India, tendré que preparar el
viaje y los medios, no basta sólo con desearlo. Antes de generar la causa y el efecto
correspondiente, tengo que crear una motivación adecuada.

Los fenómenos y estados de los reinos superiores son muy diferentes a los del reino
inferior del deseo. Se puede acceder a estados superiores a través de la práctica y la
acumulación de méritos en el reino inferior, aunque, en ocasiones, se permanece en el
reino del deseo pero se renace en un lugar diferente. En el samsara hay muchos reinos
diferentes, no sólo el del deseo, también el de la forma y la no forma. En el del deseo hay
un elevado nivel de sufrimiento pero si no se limpian todas las negatividades se
permanece en él aunque pueda mejorar la condición, aunque siempre será inferior al de
los reinos superiores.

Lo más importante ahora es ubicar nuestra situación, estamos en el reino del deseo
porque quiero obtener placer a través de los cinco sentidos. Para conseguir estos
deseos, peleo, engaño, me esfuerzo… y esto genera sufrimientos a través de los cinco
objetos de los sentidos. Estas acciones continuadas en pos de los objetos múltiples de
nuestros innumerables deseos crean unas causas determinadas que maduran en efectos
problemáticos que nos generan numerosos sufrimientos.

Muchos practicantes meditan para salir de esta rueda del reino del deseo pero el
budismo no cree que la meditación del shiné o calma mental pueda conseguir sin más
esta liberación. Para Buda no se puede salir del reino del deseo sólo con desearlo, deben
trabajarse las causas y condiciones adecuadas, con una buena meditación y
acumulaciones de méritos para poder salir de la rueda del samsara porque, incluso los
reinos superiores de la forma y no forma, pertenecen al samsara aunque en un estado
superior al del deseo.

Si quieres renacer en los reinos superiores de la forma y sin forma, no es necesario

practicar la vacuidad ni eliminar la raíz del sufrimiento y la ignorancia, basta con eliminar
el aferramiento burdo a los cinco objetos de los sentidos. Ej. cuando una persona se
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enfada suele manifestar su emoción negativa de forma burda pero si consigue no

enfadarse o, al menos, no demostrar externamente su estado, consigue acceder a un
nivel superior. Para salir del reino del deseo no se precisa eliminar la semilla del
sufrimiento pero sí sus apegos burdos a los objetos. Es una práctica parecida a la
meditación vipassana aunque no lo sea propiamente.

4. Tres habilidades fundamentales: escucha, contemplación y concentración

Los dos tipos de meditación, shiné y vipassana, pretenden cortar la raíz de la

ignorancia y el sufrimiento, no sólo salir del reino del deseo, porque en los reinos de la
forma y no forma también hay padecimientos, aunque en menor grado. Para ello debe
conocerse, en primer lugar, qué es la shiné o calma mental y qué es la vipassana. En el
budismo hablamos de tres tipos de sabiduría: escucha, contemplación y meditación o
concentración. Si no obtengo un nivel previo de conocimiento adecuado da igual que me
vaya sólo a meditar a una cueva, no voy a avanzar nada. No hay una receta escrita en
las paredes de la cueva que me lleve a la iluminación por mucho que cierre los objetos
(risas).

En primer lugar, debemos desarrollar la habilidad de escuchar para aprender y, a

partir de ahí, desarrollar las otras sabidurías de la contemplación y de la meditación o
concentración. La sabiduría de escuchar debe desarrollarse en un lugar adecuado con
una persona que conozca lo suficientemente bien la meditación y que tenga un habla
correcta.

La filosofía budista puede explicarse desde la base a la iluminación y quién desarrolle

la habilidad de la escucha sin error, acumula méritos y sabiduría, pero si la información
no es correcta, habrá errores. Ahora la meditación está muy de moda y todo el mundo
habla de mindfullness o atención plena pero sin tener un conocimiento apropiado sobre la
meditación y sus efectos.

Yo viví tres años en Francia, cerca de Toulouse y allí había un monasterio llamado
Nalanda en el que había monjes budistas occidentales. En él se impartían muchos tipos
diferentes de conferencias y una vez una chica dio una charla en la que dijo que los
monjes perdían el tiempo porque no tenían pareja ni hijos. Después de esto, cinco
monjes abandonaron el monasterio (risas). Esta falta de convencimiento viene porque la
gente no desarrolla una buena motivación ni conocimiento suficiente.

A la gente le gusta también mucho leer libros sobre la meditación pero deben ser
autores de confianza, bien documentados y con una información contrastada porque si el
contenido no es fiable, en vez de ayudar a la meditación y a la calma, provocarán más
agitación mental.

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Una vez bien informado, debe analizarse adecuadamente esta información y

reflexionarse para desarrollar la sabiduría de la contemplación.

Una vez que se ha estudiado y reflexionado puede empezar a practicarse la

meditación de forma adecuada cuando ya se ha alcanzado un nivel de sabiduría. La
meditación se relaciona con tu actitud diaria ante situaciones de la vida cotidiana. Es muy
difícil cambiar rasgos arraigados del carácter, como la ira o la impaciencia, porque
llevamos ya mucho tiempo familiarizados con unas determinadas características, en esta
vida y en otras. No se puede cambiar sólo con desearlo porque nuestras características
están profundamente arraigadas en nuestra mente y estamos familiarizados con
determinados comportamientos. Si quiero meditar y avanzar, tanto en shiné como en
vipassana, debo desarrollar previamente los tres tipos de sabiduría comentados.

Ej. si quieres meditar sobre la paciencia, en primer lugar debes reflexionar sobre lo
qué es la paciencia, sus efectos y sus beneficios como antídoto del enfado y ya,
posteriormente, emplear la meditación analítica pero no ponerte a meditar sin más, sin
haber reflexionado antes.

Otro ej., para meditar sobre el amor y la compasión no vale buscarme un objeto de
apego y ponerme a contemplarlo fijamente (risas). Deberé desarrollar una mente
compasiva para familiarizarme con actitudes positivas de amor hacia todos los seres
sintientes.

Para practicar la meditación sobre la impermanencia sí que puede buscarse un

objeto, como un cuenco o unas flores, p. ej., para analizar su naturaleza mutable y
cambiante.

Ahora hay muchos centros haciendo tipos fáciles de meditación sin desarrollo de
sabiduría alguna, ni escucha, ni reflexión, porque lo único que se busca es relajarse, sin
más.

Los cuatro fundamentos de la atención plena o mindfullness deben basarse en la

escucha y reflexión, no en manuales para relajarse. Sin un método adecuado podemos
conseguir un estado mental más o menos cómodo pero no estaré meditando
propiamente. Mucha gente se droga o bebe para relajarse y desconectar la mente pero
esto no es meditar (risas). Algunas personas confían en las pastillas o en alicientes
químicos, en vez de desarrollar una sabiduría adecuada. Una vez le preguntaron a un
monje budista tibetano que nunca había tomado ningún ansiolítico sobre la función de
esas pastillas y respondió que su función era dejar tonto (risas). Si desarrollas una
sabiduría correcta, la meditación shiné y vipassana eliminan de raíz los problemas, de
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forma permanente y sin efectos secundarios pero para eso debes esforzarte. Sin trabajo
no hay éxito.

Normalmente nuestra mente reparte su pensamiento por doquier, con lo que se

dispersa su potencial. Es como un el cauce de un río que se dispersa entre varios tubos
pequeños, en vez de concentrase en uno grande. De ahí vienen las depresiones y otros
problemas psiquiátricos, porque la energía vital de la mente, que es muy poderosa, se
malgasta de forma inútil al dispersarse entre múltiples objetos. Con la meditación
conseguimos concentrar la energía mental en un sólo punto concreto.

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