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Red Voltaire

Estados Unidos se niega a luchar


por la finanza transnacional
por Thierry Meyssan

La retirada de las fuerzas militares de Estados Unidos presentes


en Siria y Afganistán y la dimisión del secretario de Defensa James
Mattis son manifestaciones del cambio radical del orden mundial.
Estados Unidos ha perdido el primer lugar mundial en el plano
económico y también en el plano político. Ahora Estados Unidos
se niega a luchar sólo por los intereses de la finanza transnacional.
Las alianzas que Estados Unidos encabezaba comenzarán a
desmoronarse, sin que sus aliados reconozcan por eso el ascenso
de Rusia y China.

RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) | 25 DE DICIEMBRE DE 2018

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Donald Trump se niega a hacer que sus
conciudadanos sigan pagando por el
sueño imperial de los magnates de la
finanza globalizada.

El anuncio de la retirada parcial de las fuerzas estadounidenses de


Afganistán y de su retirada total de  Siria tuvo el efecto de un trueno en
una tarde apacible.

La  Casa Blanca confirmó esa decisión presidencial el 19 de diciembre


de 2018 y, al día siguiente, dimitió el secretario de Defensa, James Mattis.
Contrariamente a lo  que afirman los opositores de Donald Trump, entre
el  general Mattis y el presidente Trump existe un sentimiento mutuo de
estima y la divergencia entre ellos no está relacionada con esas retiradas
sino con la manera de manejar sus consecuencias. Estados Unidos se halla
ante una opción que marcará un punto de  ruptura y hará cambiar
el mundo.

Ante todo, en aras de evitar que lo  queremos señalar aquí parezca un
contrasentido, es  conveniente comenzar recordando las condiciones y el
objetivo de la colaboración entre Trump y Mattis.

A su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump puso énfasis en rodearse


de 3  altos militares con suficiente autoridad como para reorientar las
fuerzas armadas estadounidenses: los generales Michael Flynn, John Kelly
y, sobre  todo, James Mattis. El  general Flynn fue obligado a dejar la
Casa Blanca y los otros dos están a punto de hacerlo. Los tres son grandes
soldados que se  enfrentaron a sus  superiores en  tiempos de la
administración Obama [1]. Eran generales que no aceptaban la estrategia
impuesta en  Irak por el embajador John Negroponte, estrategia que
consistió en crear grupos terroristas que se encargaron de fomentar una
guerra  civil entre  iraquíes  [2]. Los  generales Flynn, Kelly y  Mattis
se unieron a Trump para poner fin al apoyo que Washington aportaba a
los yihadistas. Pero cada uno de estos tres generales tenía su propia visión
del papel de Estados  Unidos en el mundo y acabaron así teniendo
choques con el presidente.
Llega ahora la tormenta que se  pospuso ante la realización de las
elecciones legislativas estadounidenses conocidas como midterm  [3].
Ha llegado el momento de redefinir las relaciones internacionales.

Siria

En abril de 2018, cuando –de  conformidad con sus promesas de


campaña– Donald Trump mencionó la entonces hipotética retirada
estadounidense de  Siria, el  Pentágono lo  convenció de mantener allí las
fuerzas de Estados  Unidos. No  porque unos cuantos miles de militares
estadounidenses pudiesen modificar el  curso de la  guerra sino porque
su presencia en Siria hacía contrapeso a la influencia rusa y representaba
un apoyo a Israel.

Pero la entrega al Ejército Árabe Sirio de armamento defensivo ruso,


principalmente de los misiles antiaéreos S-300 y de radares
ultrasofisticados conectados y coordinados entre sí por el sistema ruso de
gestión automatizada del espacio aéreo Polyana D4M1, modificó
fundamentalmente la correlación de fuerzas  [4]. En  el preciso momento
en que escribimos este artículo hace exactamente 3  meses y un día que
el  espacio aéreo sirio es  inviolable. Debido a ello, la  presencia militar
estadounidense en  Siria se  vuelve contraproducente: los  eventuales
ataques terrestres de los mercenarios proestadounidenses ya no  podrán
contar con el apoyo aéreo que antes les  proporcionaba la aviación de
Estados  Unidos porque se  correría el  riesgo de perder aviones y pilotos
estadounidenses.

Retirándose ahora, el Pentágono evita la humillación de una derrota


inevitable. Hay que saber que Rusia ha rechazado solicitudes sucesivas de
Estados  Unidos y de  Israel, que pretendían obtener de los  rusos los
códigos de seguridad de los misiles antiaéreos entregados a Siria. En otras
palabras, después de años de arrogancia occidental, Rusia ya no  está
interesada en compartir el control de Siria. Aceptó hacerlo en 2012, en la
primera conferencia de Ginebra, pero Estados Unidos violó aquel acuerdo
al cabo de unas pocas semanas.

Y, por otra parte, Moscú había señalado desde hace mucho que
la  presencia militar de Estados  Unidos en suelo  sirio constituía una
violación del derecho internacional y que Siria estaba en todo su derecho
de defenderse.

El general Aharon Haliva viajó a Moscú,


el 17 de diciembre de 2018, a la cabeza
de una delegación israelí. Allí informó a
sus interlocutores rusos sobre las
operaciones militares que actualmente
realiza Israel y… les pidió los códigos de
seguridad de los misiles antiaéreos rusos
entregados a Siria. Solicitud denegada.

Consecuencias
La decisión de retirar las fuerzas militares estadounidenses presentes
en Siria tendrá importantes consecuencias.

1- El falso Kurdistán

El proyecto occidental de crear en el noreste de Siria un Estado colonial


que entregarían a los  kurdos ya no  podrá concretarse. Actualmente,
la  cantidad de  kurdos que aún apoyan ese proyecto es cada  vez más
reducida porque la  mayoría de ellos consideran que sería un acto de
conquista comparable a la proclamación unilateral del  Estado de  Israel
por parte de las milicias judías, en 1948.

Como ya hemos explicado aquí en otras ocasiones, la  creación de


un  Kurdistán independiente sería  legítima únicamente en las  fronteras
que fueron reconocidas para  ello en  1920, en la Conferencia de Sevres,
o  sea en la actual Turquía y en ninguna  otra parte  [5]. Estados  Unidos y
Francia aún planeaban, hace sólo unas semanas, crear un seudo Kurdistán
en tierras árabes y ponerlo bajo la administración de un enviado de
la  ONU, que habría sido el ex  ministro francés de  Exteriores Bernard
Kouchner [6].

2- La estrategia Cebrowski

El proyecto que el Pentágono pretendió aplicar durante los últimos


17 años en el «Medio Oriente ampliado» o «Gran Medio Oriente» tampoco
podrá concretarse. Concebido por el almirante estadounidense Arthur
Cebrowski ese  proyecto apuntaba a destruir los  Estados existentes en
todos los países de esa parte del mundo, con excepción de Israel, Jordania
y Líbano  [7]. Ese  plan, iniciado con la  guerra contra  Afganistán y las
posteriores invasiones contra  Irak y  Libia, aún estaba en  aplicación pero
ahora termina con la retirada estadounidense de Siria.

Para Donald Trump ha llegado el momento de que los ejércitos de


Estados  Unidos dejen de luchar –a  costa del contribuyente
estadounidense– sólo por hacer valer los intereses de los financieros
globalizados, aunque estos últimos sean estadounidenses.

3- La supremacía de Estados Unidos
El orden del mundo post-soviético, un orden basado en la superioridad
militar de Estados Unidos, ha llegado a su fin. La Federación Rusa es ahora
más poderosa, tanto en  materia de guerra convencional (desde  2015)
como en el  plano nuclear (desde  2018)  [8]). Las  hipótesis sobre un
supuesto imperialismo de  Moscú se  derrumban ante el  hecho que
las  fuerzas armadas rusas representan sólo un  tercio de los efectivos
militares de Estados  Unidos y que Rusia tiene además muy pocos
efectivos fuera de sus fronteras.

Vencedores y vencidos

La guerra contra Siria debe concluir en los próximos meses, por falta de


mercenarios. Es  posible que la  entrega de armamento a los yihadistas
por  parte de algunos países, entregas coordinadas por el fondo de
inversiones estadounidense KKR, prolongue aún el comportamiento
criminal de quienes se empeñan en hacer daño al pueblo sirio. Pero eso
ya no podrá cambiar el curso de los acontecimientos.

No cabe duda de que los vencedores de esta  guerra son Siria, Rusia
e Irán mientras que los vencidos son los 114 países que se involucraron en
los autodenominados «Amigos de Siria». Algunos de esos países
no  esperaron a que se  concretara su  derrota para corregir su política
exterior. Por  ejemplo, Emiratos Árabes Unidos acaba de anunciar la
próxima reapertura de su embajada en la República Árabe Siria.

El caso de Estados Unidos es mucho más complejo.


Las  administraciones de Bush  hijo y de Barack Obama tienen la  entera
responsabilidad de esta guerra. Fueron las administraciones de Bush hijo y
Obama quienes planificaron y llevaron a cabo esta guerra en el marco de
un mundo unipolar. El  candidato a la presidencia Donald Trump tenía
razón cuando acusaba a esas dos administraciones de haberse puesto al
servicio de la finanza transnacional en vez de defender los intereses de los
ciudadanos estadounidenses.

Ya convertido en presidente, Donald Trump trató constantemente de


cortar el respaldo de Estados Unidos a los yihadistas y de retirar las tropas
estadounidenses del Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente).
Habría que considerarlo como uno de los ganadores de la guerra y sería
lógico que su  actitud incluso permita a su  país hacer caer el pago de
compensaciones de guerra sobre las transnacionales que se  implicaron
en  ella  [9]. Para  Trump, lo  que hay  que hacer a  partir de ahora es
reorientar las  fuerzas armadas de Estados  Unidos hacia la defensa del
territorio nacional, poner fin al conjunto del sistema imperial y desarrollar
la economía estadounidense.

Afganistán

Hace varios meses que Estados Unidos viene negociando discretamente


con los talibanes las condiciones para la retirada de las tropas
estadounidenses de  Afganistán. Una primera ronda de contactos
alrededor del embajador Zalmay Khalilzad acaba de comenzar en  Qatar.
Además de las delegaciones de Estados  Unidos y de los talibanes,
también participan Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y  Pakistán.
Una delegación del gobierno afgano también llegó a Qatar con la
esperanza de que le permitan estar presente.

Hace 17 años que Estados Unidos y Reino Unido invadieron Afganistán.


Oficialmente lo  hicieron en respuesta a los atentados del 11 de
septiembre de  2001. Pero, en  realidad, la  invasión de Afganistán fue
consecuencia de las negociaciones entre Estados  Unidos y los  talibanes
realizadas aquel mismo año en Berlín y Ginebra. El objetivo de la invasión
no  fue estabilizar Afganistán para explotarlo económicamente sino
destruir allí toda forma de Estado para controlar totalmente la explotación
del país sin  tener que negociar con un Estado. Y eso es lo  que está
sucediendo ya que la situación allí empeora de día en día.

Debemos recordar que las desgracias de Afganistán comenzaron con la


administración de James Carter. El entonces consejero para los temas de
seguridad nacional, Zbigniew Brzezinski, recurrió a la Hermandad
Musulmana e Israel para desatar una campaña contra el gobierno
comunista de aquella época [10]. Aquel gobierno recurrió a los soviéticos
con la esperanza de mantener el orden. Comenzó entonces una guerra de
14  años, seguida de una guerra civil y, después, de la invasión anglo-
estadounidense.

Al cabo de 40 años de destrucción constante, el  presidente Trump


señala que la  presencia militar de Estados  Unidos no  es la solución para
Afganistán. En realidad, esa presencia es el problema.

El general James Mattis se había


comprometido a desvincular las fuerzas
armadas estadounidenses de los
yihadistas, no a deshacer la alianza
alrededor de Estados Unidos.
El lugar de Estados Unidos en el mundo de hoy

Al retirar la mitad de las tropas estadounidenses legalmente


estacionadas en Afganistán y la totalidad de las que se hallan ilegalmente
en Siria, el presidente Trump cumple uno de sus compromisos electorales.
Todavía tendrá que retirar los 7 000 efectivos restantes.

Es en ese contexto que el general Mattis plantea una cuestión de fondo


en su carta de dimisión  [11]. El general Mattis escribe:

«Una de mis convicciones fundamentales siempre ha sido que nuestra fuerza como
nación está inextricablemente vinculada a la fuerza de nuestro sistema único y
completo de alianzas y asociaciones. Aunque Estados Unidos sigue siendo la nación
indispensable en el mundo libre, no  podemos proteger nuestros intereses ni
desempeñar eficazmente ese papel sin mantener alianzas sólidas ni mostrar respeto
hacia esos aliados. Como usted, yo digo desde el principio que las fuerzas armadas
de Estados Unidos no deberían ser el gendarme del mundo. En vez de eso, tenemos
que utilizar todas las herramientas del poder estadounidense para garantizar la
defensa común, principalmente garantizando un liderazgo eficaz a nuestras alianzas.
29  democracias demostraron esa fuerza en su compromiso de luchar junto a
nosotros después del ataque del 11  de septiembre contra Estados  Unidos.
La coalición de 74 naciones contra Daesh es otra prueba de ello.»  [12]

En otras palabras, James Mattis no cuestiona la razón de la retirada de las


tropas estadounidenses de Afganistán y de Siria sino lo  que
probablemente vendrá después: la  dislocación de las alianzas alrededor
de Estados  Unidos y, en  definitiva, el posible desmantelamiento de
la OTAN. Para el secretario de Defensa, Estados Unidos debe tranquilizar a
sus aliados dándoles la impresión de que sabe lo que hace y de que es el
más  fuerte. No  importa que eso sea cierto o  no, lo  importante es
mantener a toda costa la cohesión entre los aliados.

Pero el presidente estima que la situación es demasiado peligrosa.


Estados Unidos ya perdió su primer lugar mundial en el plano económico,
puesto que ahora ocupa China. Y también ha  perdido el primer  lugar
como potencia militar ya que ahora está detrás de Rusia. Así que hay que
dejar de ser el tuerto que guía a los ciegos y ocuparse, en primer lugar, de
los estadounidenses.

En este asunto, James Mattis actúa como militar. Sabe que una nación
sin  aliados está perdida de antemano. Donald Trump piensa como
empresario, hay  que deshacerse de las filiales que dejan pérdidas y que
pueden acabar hundiendo toda la empresa.

Thierry Meyssan

[1] Cobra II: The Inside Story of the Invasion and Occupation of Iraq, Michael Gordon y Bernard Trainor,
Atlantic Book, 2006.

[2] ISIS is US: The Shocking Truth Behind the Army of Terror, George Washington’s Blog, Wayne Madsen,
Webster Griffin Tarpley, Syrian Girl Partisan, Progressive Press, 2016.

[3] «Relaciones internacionales. ¿Qué tempestad pudiera sobrevenir después de la  calma?», por Thierry
Meyssan, Red Voltaire, 9 de octubre de 2018.

[4] «¿Por qué Estados Unidos sale corriendo ahora de  Siria?», por Valentin Vasilescu, Red  Voltaire, 21 de
diciembre de 2018.

[5] «Los proyectos (diferentes) de creación de un Kurdistán», por Thierry Meyssan, Red  Voltaire, 5 de
septiembre de 2016.

[6] «Ex ministro francés entró en Siria ilegalmente», Red Voltaire, 11 de diciembre de 2018.

[7] The Pentagon’s New Map, Thomas P. M. Barnett, Putnam Publishing Group, 2004; «El proyecto militar de
Estados  Unidos para el  mundo», por Thierry Meyssan, Haïti  Liberté (Haití), Red  Voltaire, 22 de agosto
de 2017.

[8] “Vladimir Putin Address to the Russian Federal Assembly”, por Vladimir Putin, Voltaire Network, 1º de
marzo de 2018; «El nuevo arsenal nuclear ruso restaura la bipolaridad del mundo», por Thierry Meyssan,
Red  Voltaire, 6 de marzo de  2018; «Los medios rusos de defensa hipersónica», por Valentin Vasilescu,
Red Voltaire, 4 de junio de 2016.

[9] «¿Intervenir transnacionales para reconstruir Siria?», por Thierry Meyssan, Red  Voltaire, 14 de agosto
de 2018.

[10] «Brzezinski: “Sí, la CIA entró en Afganistán antes que los rusos…”», por Zbigniew Brzezinski, Le Nouvel
Observateur (Francia), Red Voltaire, 15 de enero de 1998; Charlie Wilson’s War: The Extraordinary Story of
the Largest Covert Operation in History, George Crile III, Atlantic Monthly Press, 2003.

[11] “Resignation letter from James Mattis”, por James Mattis, Voltaire Network, 20 de diciembre de 2018.

[12] “One core belief I have always held is that our strength as a nation is inextricably linked to the strength
of our unique and comprehensive system of alliances and partnerships. While the US remains the
indispensable nation in the free world, we cannot protect our interests or serve that role effectively without
maintaining strong alliances and showing respect to those allies. Like you, I have said from the beginning that
the armed forces of the United States should not be the policeman of the world. Instead, we must use all tools
of American power to provide for the common defense, including providing effective leadership to our
alliances. 29 democracies demonstrated that strength in their commitment to fighting alongside us following
the 9-11 attack on America. The Defeat-ISIS coalition of 74 nations is further proof.”
Fuente : «Estados Unidos se niega a luchar por la finanza transnacional», por Thierry Meyssan,
Red Voltaire , 25 de diciembre de 2018, www.voltairenet.org/article204447.html

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