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DELMIRA AGUSTINI.............................................................. 84
GABRIELA MISTRAL............................................................. 89
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
hay también huellas dispersas en el modernismo, aún de José Zo-
I. ASPECTOS QUE DEFINEN AL MODERNISMO rrilla, cuya poesía hueca y sonora tenía arrullos melódicos de gus-
El modernismo no fue un movimiento que reaccionó contra to oriental. Resumiendo, el modernismo se configuró, principal-
el anterior, ya que no está contra el romanticismo per se sino co- mente, con elementos propios de:
ntra la falta de imaginación. Más aún, está en contra de la persona-
lidad provinciana, pueblerina, de la cultura hispanoamericana, a la
que oponían el cosmopolitismo de las grandes ciudades europeas, El Parnasianismo
en particular de París. Así pues, muchos elemento del romanticis- El Simbolismo
mo, y de otros movimientos literarios anteriores encontrarán eco El mejor romanticismo
entre los modernistas, de hecho es difícil encontrar una división El realismo y el naturalismo
entre los últimos románticos y la primera generación modernistas. El barroco español
El movimiento modernista obedeció a diversas tendencias El impresionismo
del período posromántico, en particular se entronizó el culto a la
forma: este es el principal elemento diferenciador con el romanti-
cismo. Este culto a la forma lo retomó, en principio, del Parnasia-
nismo. EL PARNASIANISMO
El modernismo rechaza las normas y las formas que no se
avinieran con sus tendencias renovadoras. Su objetivo era hacer la Se considera al parnasianismo, movimiento literario fran-
guerra a la frase hecha, al cliché de forma y de idea. Valga un cés, como heredero directo del neoclasicismo, que hasta bien en-
ejemplo: uno de esos lugares comunes era aludir al crepúsculo con trado el siglo XIX no se había alejado del gusto de los franceses,
palabras como estas: El astro rey se ocultaba en el horizonte o sobre todo en el campo del teatro. Este gusto por el antiguo mundo
reutilizaban terminologías neoclásicas repetidas ya hasta la sacie- clásico en el siglo XIX se puede remontar a los mismos románti-
dad como: El rubicundo Febo se hunde en el ocaso . Rubén Da- cos, que a pesar de haber atacado los principios estéticos del neo-
río, con sencillez pero con innovación dice: las cúpulas doradas, clasicismo, nunca se alejaron de la temática clásica, es decir de la
reciben la caricia pálida del sol moribundo . El contraste entre antigua Roma y Grecia. El mismo Baudelaire o Théophil Gautier,
esos dos modos de expresión basta para dar idea de lo que signifi- importantes poetas románticos, cultivaron en su poesía la temática
ca el movimiento modernista. clasicista.
Modernista era todo el que volvía la espalda a los viejos A mediados del siglo XIX, y cuando buena parte de las
cánones y a la vulgaridad de la expresión. En lo demás, cada cual ideas estéticas románticas se encontraban, si no agotadas, por lo
podía actuar con plena independencia. Esto hace que se conside- menos más que reconocidas, surge con gran fuerza un movimiento
ren poetas modernistas a autores, estéticamente, tan distante como de poetas parisinos que, retomando la temática griega y latina de
Martí y Nájera. los neoclásicos, pero sobre todo de los románticos, construyen una
En el modernismo encontramos el eco de todas las tenden- escuela literaria que iba más allá de una simple asimilación de la
cias literarias que predominaron en Francia a lo largo del siglo temática clásica, para romper con un principio romántico tan ex-
XIX: el parnasianismo, el simbolismo, el realismo, el naturalismo, plotado: la pasión. Ante ésta opusieron la frialdad expresiva. Di-
el impresionismo y el romanticismo. De los románticos españoles cha escuela se construye en torno de una publicación titulada El
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Parnaso Contemporáneo aparecida en 1866, 1869 y 1876. Dicho personajes, rodeados de un ambiente grecolatino, practican el arte
grupo toma pues el nombre de su publicación, y como moderno por el arte. El ideal de todos ellos, pero en particular del narrador,
monte de Apolo, ahora en París y ya no en Delfos, inspirarán sus es encontrar una encarnación del ideal de perfección, dicho ideal
musas decimonónicas a poetas como Leconte de Lisle, Banville, sólo podía estar en la belleza, mejor aún, en la belleza femenina.
José Maria de Hérédia, Catulle Mendès y Fraçoise Coppée. La principal y mayor influencia que dejará en el moder-
El parnasianismo tiene como ideal la impasibilidad, el no nismo, a parte de lo antes señalado, estará el gusto por la perfec-
conmoverse ante nada, incluso ante una verdadera tragedia ma- ción del verso bien hecho, la musicalidad o el ritmo son fenóme-
yúscula, tal hace la Helena de Julián del Casal cuando mira la des- nos realmente extraños en nuestra tradición hispana, ya que des-
trucción de Troya y conserva su languidez femenina representada pués de casi dos siglos (todo el XVIII y buena parte del XIX)
en el lirio que sostiene su rosada mano. nuestra literatura adolece de graves problemas y graves pobrezas,
HELENA una de ellas es la mediocridad de sus artistas: ¿Qué buen escritor
Luz fosfórica entreabre claras brechas produjo hispano América durante el neoclasicismo, el romanti-
En la celeste inmensidad y alumbra cismo o el realismo? ¡ninguno! Darío tiene muy clara esta situa-
Del foso en la fatídica penumbra ción cuando, en sus Palabras liminares a las Prosas profanas di-
Cuerpos hendidos por doradas flechas; ce: Por la absoluta falta de elevación mental de la mayoría pen-
Cual humo frío de homicidas mechas sante de nuestro continente, en la cual impera el universal perso-
En la atmósfera densa se vislumbra naje clasificado por Remy de Gourmont con el nombre de Celui-
Vapor disuelto que la brisa encumbra qui-ne-comprend-pas. Celui-qui-ne-comprend-pas es entre noso-
A las torres de Ilión, escombros hechas. tros, profesor, académico correspondiente de la Real Academia
Envueltas en veste de opalina gasa, Española, periodista, abogado, poeta, rastaquère .
Recamada de oro, desde el monte El parnasianismo era tan importante para la poesía hispa-
De ruinas hacinadas en el llano, noamericana como lo es el agua para quien está perdido en el de-
Indiferente a lo que en torno pasa, sierto. Cuando Verlaine les reprocha a estos poetas hispanoha-
Mira Helena hacia el lívido horizonte blantes sus gustos juveniles por Leconte o Banville se evidencia
Irguiendo un lirio en la rosada mano. que el gran maestro de ellos, Verlaine, no había comprendido la
impostergable necesidad de rehacer la tradición literaria hispana a
El parnasianismo también opone al realismo, con el cual se partir de la calidad antes que de la tradición, y que antes de esa
le ha asociado, el arte por el arte; es decir, que frente al compro- iconoclastia de los poetas malditos necesitaban transitar por la ca-
miso social de Zola y otros muchos, Leconte y Hérédia se propo- lidad artística; una vez ajustadas estas cuentas, asumir al decaden-
nen hacer un arte refinado y culto, donde su único objetivo sea ex- tismo y el simbolismo fue uno y lo mismo.
presar la belleza y la armonía, mejor aún si esa armonía y esa be-
lleza se expresa con motivos como las ninfas, las esculturas clási- Así pues, la gran variedad de versos que habrán de cultivar
cas, los templos jónicos, o los hexámetros latinos. Cuando Rubén los modernistas, que van desde el soneto alejandrino hasta pasar
Darío escribe en su libro Azul... el cuento La ninfa , inevitable- por los hexámetros, les vendrá de los parnasianos, quienes rehicie-
mente está construyendo un cuento parnasiano ya que todos los ron la sintaxis latinizante. Obsérvese cómo en los siguientes ver-
sos de Hérédia se fuerza la expresión para dejar al final de la ora-
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ción el verbo, como se haría en latín, pero no en francés o en es- símbolos y no de forma directa y llana como lo hace el realismo,
pañol: Que los alados soplos del aire, en raudo coro,/ formen bri- el parnasianismo o el naturalismo. También invocan a los grandes
sas balsámicas, redoblen el aliento,/ y la nave conduzca -la vela románticos desadaptados como sus maestros, entre otros agregan a
inflada al viento-/ hacia extranjeras playas, por sobre el mar sono- la lista al alcohólico y alucinado escritor bostoniano Edgar Poe.
ro. Darío, más atrevido que Hérédia, en El coloquio de los cen- Frente a la realidad, el símbolo, frente a lo evidente, lo sugerido,
tauros hace decir a Quirón: Calladas las bocinas a los tritones frente al alejandrino la prosa poemática (sin metro, sin rima, sin
gratas,/ calladas las sirenas de labios escarlata,/ los carrillos de ritmo).
Eolo desinflados, digamos/ junto al laurel ilustre de florecidos En 1886 el poeta Jean Moréas funda la revista Le Symbo-
ramos la gloria inmarcesible de las Musas . liste, y desde entonces el grupo de sus amigos y correligionarios
habrá de ser identificado con ese nombre, del que ya nunca habrán
de separarse. Los simbolistas harán de sus credos estéticos un pro-
grama de vida y el escándalo, las drogas, los crímenes habrán de
EL SIMBOLISMO rodearles. Quienes mejor encarnaron ese espíritu inadaptado fue la
pareja formada por Verlaine y Rimbaud. Si son dos los términos
El simbolismo habría de surgir poco después que el par- que identificarán inicialmente a este grupo de poetas (deca-
nasianismo, y en muchos aspectos es su antípoda. Existen dos cla- dentismo, simbolismo) Verlaine colaborará con un nuevo nombre
ras raíces del simbolismo, una la representa Isidore Ducasse, Con- al que estarán indisolublemente unidos: los poetas malditos . Es-
de de Lautréamont y sus Cantos de Maldoror, la otra está en Las to sucedió debido a que Paul Verlaine publicó en el año de 1884
Flores del mal de Charles Baudelaire. Ambos autores y ambas una serie de semblanzas biográficas de poetas amigos, afines a él,
obras presentan aspectos desconcertantes por las actitudes vitales incluidos sus maestros, y que llamó -a dicha colección de estam-
asumidas, todas ellas marcadas por una clara inadaptación social. pas biográficas- con el nombre genérico de Los poetas malditos .
El yo poético nos presenta un agitado y satánico personaje que Integrarán este grupo de poetas, a parte de los ya mencionados
lanza dicterios contra la humanidad. Frente a la serenidad parna- (Moréas, Verlaine, Rimbaud) Mallarmé, Laforgue, Corbière, etc.
siana se presenta la rabia maldiciente; frente a la belleza armónica Para Francia el simbolismo y sus poetas no significó lo
la fealdad de la putrefacción, frente al verso perfectamente medido mismo que para hispanoamérica. En el caso galo, la rica y variada
el verso libre. tradición poética hace que la competencia por sobresalir haya
Estos dos autores, a principios del siglo, fueron tomados hecho casi caer en el olvido a la mayoría de estos poetas, quizá el
con poca seriedad, deduciendo de su actitud un afán de notorie- más valorado sea Mallarmé y el más recordado, por sus escánda-
dad, más un gesto adolescente, en fin, ganas de escandalizar con los, sea Rimbaud. Sin embargo para nuestros países, cuya era mo-
algunas actitudes altisonantes (el libro de Baudelaire fue multado derna inicia con el Modernismo (es decir, con más de cien años de
por un juez moralista). Pero, a finales de siglo (1886) un grupo de atraso, puesto que para los países europeos la modernidad inicia
nuevos poetas toma en serio la actitud maldiciente y se asumen con la ilustración, en el siglo XVIII), significó una influencia tan
como unos poetas que muestran una moral burguesa que está en poderosa y duradera, que no sólo podemos decir que la moderni-
clara ruinas, es decir, muestran una decadencia moral, y como tal, dad inicia con ellos, sino que es un verdadero parte aguas: nuestra
se hacen llamar decadentistas. literatura es una antes, y otra después de los modernistas. De todas
Consideran que la realidad debe expresarse a través de las influencias recibidas es la del simbolismo la más importante en
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número, en calidad y en trascendencia que las otras. Más específi- Hay campanas que saltan, de repente, furiosas
camente, es la poesía de Verlaine la que más habrá de fecundar la Y hacia el cielo levantan un horrible alarido,
literatura hispanoamericana. El verdadero culto que se hizo a su Cual si fuesen espíritus errantes y sin patria
persona y a su obra no tiene comparación con ningún otro poeta o Que a gemir se entregaran inacabablemente.
artista, ni Bécquer, a quien leyeron con tanto esmero, ni a Witman --Y fúnebres carrozas, sin tambores ni música,
a quien respetaban tanto, en fin, ni a Poe, que tanto los seducía. Si Cruzan con paso lento por mi alma; la Esperanza
no se cree que sea así, véase estas palabra de Darío por él: Derrotada solloza y la Angustia despótica,
El abuelo español de barba blanca me señala una serie de En mi cráneo vencido iza su negra enseña.
retratos ilustres: Éste, me dice, es el gran don Miguel de Cervan-
tes Saavedra, genio y manco; éste es Lope de Vega; éste, Garcila-
so; éste, Quintana. Yo le pregunto por el noble Gracián, por Te- Paul Verlaine más sutil describe su melancolía de esta for-
resa la Santa, por el bravo Góngora y el más fuerte de todos, don ma:
Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamo: Shakespeare!
¡Dante! ¡Hugo...! (y en mi interior: ¡Verlaine...!) ARIAS OLVIDADAS
III
O qué decir de aquellos conmovidos versos del Responso Llora en mi corazón
a Verlaine escritos por el mismo Darío en que le llama padre y cual llueve en la ciudad,
maestro. ¿Qué lánguida emoción
Otra de las grandes contribuciones del simbolismo, no só- entra en mi corazón?
lo al modernismo, sino a toda la tradición poética occidental fue la
búsqueda de la sugerencia, antes que de la enunciación. El no de- ¡Oh dulce lloviznar
cir las cosas con la transparencia directa, propia de la frialdad re- en tierra y tejados!
alista o neoclásica fue determinante para definir y entender al Para un tedioso ansiar,
simbolismo y al modernismo. A pesar de ser Baudelaire un maes- ¡oh el son del lloviznar!
tro en muchos aspectos, en este sentido se alejan de él, ya que po-
dríamos hablar de una brutalidad de éste para enunciar las ideas en ¡Y llora sin razón,
sus poemas. Por ejemplo, un tema muy gustado por estos poetas corazón hastiado!
fue el tedio de la vida, el famoso spleen; Baudelaire dedicó varios ¿Por qué, si no hay traición?...
poemas a este tema, en uno de ellos expresa esa sensación de ma- ¡Es duelo sin razón!
lestar inexplicable:
Spleen ¡Y la pena mayor
LXXXIX es no saber por qué
Cuando la lluvia extiende sus inmensos regueros sin odio y sin amor
Que imitan los barrotes de una vasta prisión, siento tanto dolor!
Y todo un pueblo mudo de asquerosas arañas
Del cerebro en el fondo sus hilos va tejiendo, Finalmente, los modernistas retomaron este sentimiento
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lánguido y triste y lo expresaron así: nunca estarán sobre la tierra juntos.
TÚ ME MIRARÁS LLORANDO
Tú me mirarás llorando Hazme llorar, hermana,
--será el tiempo de las flores--, y la piedad cristiana
tú me mirarás llorando, de tu manto inconsútil
y yo te diré: No llores . enjúgueme los llantos con que llore
el tiempo amargo de mi vida inútil.
Mi corazón, lentamente,
se irá durmiendo... Tu mano Fuensanta:
acariciará la frente ¿tú conoces el mar?
sudorosa de tu hermano... Dicen que es menos grande y menos hondo
Tú me mirarás sufriendo, que el pesar.
yo sólo tendré tu pena; Yo no sé ni por qué quiero llorar:
tú me mirarás sufriendo, será tal vez por el pesar que escondo,
tú, hermana, que eres tan buena. tal vez por mi infinita sed de amar.
Y yo me sonreiré, Como se ve, los poetas hispanos fueron más sutiles aún
--y tú estarás asustada--, que el mismo Verlaine. Transitamos de Baudelaire que da nombre
y yo me sonreiré a la cosa, a López Velarde que describe la sensación sin llamarla
para decirte: "No es nada" por su nombre. Claro que en este proceso de sutileza, de lenifica-
ción de los sentimientos, no tuvo poco que ver Bécquer, pero de él
Juan Ramón Jiménez y sus influencias nos ocuparemos en otro lugar.
Otro elemento básico del simbolismo, y que tiene no poco
HERMANA, HAZME LLORAR que ver con el nombre que adoptó, fue el de la mezcla de sensa-
Fuensanta: ciones y sentidos caprichosamente enlazados y contradictoriamen-
dame todas las lágrimas del mar. te percibidos, el famoso soneto Correspondencias de Baudelaire
Mis ojos están secos y yo sufro se convierte en una verdadera arte poética para los simbolistas.
unas inmensas ganas de llorar. Todos los poemas de éstos tratarán de recrear figuras literarias
Yo no sé si estoy triste por el alma donde la metáfora tradicional sede el lugar a la sinestesia. Veamos
de mis fieles difuntos el poema de Baudelaire, luego fragmentos de simbolistas y mo-
o porque nuestros mustios corazones dernistas.
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Silbidos de muerte y círculos de música sorda
CORRESPONDENCIAS hacen subir, ensancharse y temblar como un es-
La Creación es un templo de entre cuyos pilares pectro ese cuerpo adorado...
hay palabras confusas que acertamos a oír; REALEZA
pasa el hombre a través de los bosques de símbolos Una hermosa mañana, entre un pueblo fuerte y
que le observan con ojos habituados a vernos. dulce, un hombre y una mujer soberbios gritaban
en la plaza pública...
Cual larguísimos ecos que a lo lejos se funden Arthur Rimbaud
en lo que nos parece unidad oscura y honda, LAS VENTANAS
vasta como la noche, vasta como la luz, Harto del hospital y del incienso fétido
corresponden perfumes a colores y músicas. que sube en la blancura banal de las cortinas
hacia el gran crucifijo hastiado en la pared,
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños, el moribundo vuelve, hosco, una vieja espalda,
suaves sones de oboes, verdes como praderas, y a rastras va, no tanto por calentar su hedor
como hay otros corruptos, triunfales, pletóricos, cuanto por ver al sol en las piedras...
Stephan Mallarmé
que se expanden igual que lo que es infinito,
como el ámbar y el almizcle, el benjuí y el incienso, PLEGARIA
arrebato sonoro de sentidos y de alma. Los cráteres dormidos de sus bocas
dan la ceniza negra del Silencio;
MANOS mana de las columnas de sus hombros
Tienen así, esas manos secas, la mortaja copiosa de la Calma...
bajo sus pelos erizados, Piedad para las pulcras cabelleras
un aire frío, cual si fueran místicas aureolas
presas de pensamientos malos. peinadas como lagos
que nunca airea el abanico negro,
Negra inquietud que les asalta Delmira Agustini
su casi-sueño siempre inquieto,
les hace hacer siniestra mueca, LAS VOCES TRISTES
aun cuando son manos sin gesto. El infinito blanco...
Paul Verlaine sobre el vasto desierto
flota una vaga sensación de angustia,
de supremo abandono, de profundo y sombrío des-
aliento.
SIENDO HERMOSO Ricardo Jaimes Freyre
Ante una nieve, un Ser de Belleza de alta talla.
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mo-modernismo.
DECORACIÓN HERÁLDICA
Mi dulce amor, que sigue sin sosiego,
igual que un triste corderito ciego,
la huella perfumada de tu sombra, EL MEJOR ROMANTICISMO
Julio Herrera y Reissig
El modernismo fue, en muchos aspectos, el enterrador del
El simbolismo también heredó al modernismo una actitud romanticismo. A pesar de ello, y contradictoriamente, éste movi-
vital nihilista, que podemos atribuir a varias fuentes, una de ellas miento dejó profunda huella en Darío y su generación. Estos
es el existencialismo, en especial de Schopenhauer, pero también hechos ambivalentes se deben a que; por un lado, el movimiento
está asociado al desarraigo social de los artistas en este fin del si- romántico en lengua española no significó la revolución estética y
glo XIX. Esta condición se encierra en la figura del dandi, que ve- vital que representó en la mayoría de los países europeos. Nuestro
remos por separado, y que mucho tiene que ver con la actitud ico- romanticismo fue ante todo un romanticismo de superficie; por
noclasta y subversiva que retoman de Baudelaire. En el caso de ejemplo, en el campo de lenguaje y su renovación no hubo un
los modernistas, todos ellos también se sintieron los poetas maldi- cambio, se continuó con una construcción castiza y encorcetada de
tos, los desclasados, pero a diferencia de los simbolistas franceses, las frases y los versos. En el campo vital, la ruptura emotiva, a ve-
sus posiciones sí se acercaron a cierta actitud de crítica social y ces visceral, del héroe baironiano con la sociedad de su época no
produjeron algunas pequeñas obras que recuerdan a la posición se dio o se dio de manera superficial, por ejemplo, todos nuestros
crítica del realismo. Ahora bien, es conveniente hacer la diferencia poetas románticos mexicanos fueron hombres de estado (Justo
entre la simpatía por el oprimido obrero, (que es la simpatía de los Sierra, Altamirano), nada más contradictorio con la condición
realistas y de Darío. Véase el cuento El Fardo de este último) y contestataria y contracorriente de Baudelaire o Byron.
por el lumpen proletario, es decir el clochard, el out clase, el alie- El modernismo, consciente de la necesidad de llevar ese
nado. Por este último sí tenían simpatía Baudelaire y los simbolis- cambio en las letras en lengua española rompió con todo lo que
tas, pero hay en este gesto una actitud romántica, de identificación representara mediocridad, conformismo, falta de imaginación, fal-
de marginalidades. Si bien el obrero y el clochard son pobres y so- ta de creatividad, y todo ello se encontraba precisamente el las ge-
cialmente marginados, las diferencias sociales sí son significati- neraciones previas a ellos: en el romanticismo y en el realismo.
vas. Por otro lado, muchas de las actitudes vitales románticas, encarna-
Habría otros muchos aspecto del simbolismo que pasan al das en Poe, Baudelaire, Byron, seguían vigentes en la medida en
modernismo por ver, pero prolongar por más tiempo este repaso lo que las generaciones de intelectuales modernistas seguían siendo
haría por demás muy pesado, así que queremos concluir con la marginados de un mudo burgués, racional, ordenado y puritano.
alusión a un último aspecto que nos parece de trascendente impor- Por eso es que la inadaptación social que ven en Verlaine, Rim-
tancia, como los hasta ahora explicados. Nos referimos al contacto baud y otro más, les parece modélico y como tal adaptan a los lla-
que hubo entre la escuela pictórica impresionista y la escuela poé- mados poetas malditos en cuanto a proyecto de vida y en cuanto a
tica del simbolismo y por efecto de esta última con el moder- proyecto de desarrollo artístico.
nismo hispanoamericano. Hasta aquí pues lo referente al simbo- De todos los poetas románticos que influyen al modernis-
lismo. Desarrollaremos más adelante las relaciones impresionis- mo se destacan dos figuras principalmente: Baudelaire y Bécquer.
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Del francés gustan de sus arranques de personalidad desafiante, su Crece y se fortifica con nuestra propia sangre.
encarnación del dandi o su necrofilia. Del poeta español gustan
sobre todo el tono melancólico de sus poemas, la sugerencia del Como se puede observar, en estos poemas el tema es el pa-
sentimiento antes que la explicación del hecho. Como ejemplos so del tiempo: como hay un antes y un después; el caso de Flo-
que confirmen lo dicho podemos citar el poema Flores de Julián res el pasado logra salvarse en cuanto que se ve con nostalgia y
del Casal que ya comentamos en nuestra antología del modernis- con un recuerdo de que fue bueno, para El enemigo el resultado
mo y El enemigo de Baudelaire que influyó más allá del tema es tan negativo en el antes como en el después. Ambos comparan
mismo a Casal. sus vidas y logros con flores o frutos, terminan sus poemas con un
tono amenazante: la muerte, la maldad.
FLORES En el caso de la influencia de Bécquer podemos señalar va-
Mi corazón fue un vaso de alabastro rios poemas en los que el autor español habla oblicuamente de sus
donde creció, fragante y solitaria, sentimientos, de su spleen, veamos sólo uno, la rima 68:
bajo el fulgor purísimo de un astro
una azucena blanca: la plegaria. LXVIII
Marchita ya esa flor de suave aroma, No sé lo que he soñado
cual virgen consumida por la anemia, en la noche pasada.
hoy en mi corazón su tallo asoma Triste, muy triste debió ser el sueño,
una adelfa purpúrea: la blasfemia. pues despierto la angustia me duraba.
Noté al incorporarme
húmeda la almohada,
EL ENEMIGO y por primera vez sentí al notarlo
Mi juventud no fue sino un gran temporal de un amargo placer henchirse el alma.
Atravesado, a rachas, por soles cegadores; Triste cosa es el sueño
Hicieron tal destrozo los vientos y aguaceros que llanto nos arranca;
Que apenas, en mi huerto, queda un fruto en sazón. mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aún me quedan lágrimas!
He alcanzado el otoño total del pensamiento,
Y es necesario ahora usar pala y rastrillo
Para poner a flote las anegadas tierras Si lo comparamos con los poemas de Juan Ramón Jiménez y
Donde se abrieron huecos, inmensos como tumbas. Ramón López Velarde que citamos en la sección dedicada a co-
mentar el simbolismo, es evidente que la influencia del romántico
¿Quién sabe si los nuevos brotes en los que sueño, español en estos dos modernistas es irrecusable. Por un lado tene-
Hallarán en mi suelo, yermo como una playa, mos un ambiente similar en los tres poemas: los espacios cerrados
El místico alimento que les daría vigor? y nocturnos, el estado febril típico del enfermo y representado por
-¡Oh dolor! ¡Oh dolor! Devora vida el Tiempo, el sudor del yo poético. La confusión respecto del sentimiento: el
Y el oscuro enemigo que nos rodea el corazón, no saber la causa última de su estado y una ligera, en Velarde y
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Jiménez, alusión a la pasión amorosa no resuelta. Así pues, si algún contacto se establecerá entre realidad y modernismo, es-
te será, inevitablemente por el lado estético y no por el lado social. Es decir,
EL REALISMO Y EL NATURALISMO que si queremos ver el compromiso social, la denuncia política, la literatura
como instrumento de las ideas en el modernismo, chocaremos con un barrera
invencible; pero si por el contrario, observamos el lado de la descripción minu-
Tradicionalmente se ha considerado al modernismo como un movimiento ciosa, a lo Clarín, la visión totalizadora, a lo Zola, lo descarnado de los hechos,
de evasión, de desinterés del entorno social y político que le rodea. Eso es ver- a lo Maupassant, etc. Encontraremos que el conocimiento y el gusto de la esté-
dad en términos muy generales, pero como en todos, el modernismo tiende al tica realista y naturalista no les fue tan ajena como lo aparentan. Como ejemplo
eclectisismo y a la contradicción. Si a los poetas modernistas les molestaba la veamos este cuento de Rubén Darío:
pobreza cultural y económica de sus países, luego entonces era lógico que trata-
ran de alejarse de esa realidad a través de la negación, la fuga al pasado idílico EL FARDO
o a lo exótico (representado pro lo oriental). Pero la realidad social y política de Allá lejos, en la línea como trazada con un lápiz azul,
los países de hispanoamérica y de España diferían sustancialmente entre uno y que separa las aguas y los cielos, se iba hundiendo el sol, con
otros. Por ejemplo, Cuba, uno de los países que contribuyó con varios poetas al sus polvos de oro y sus torbellinos de chispas purpuradas, co-
movimiento, pasaba por una situación de inestabilidad política originada en vi-
vir la condición de coloniaje más prolongado de todos los países de América,
mo un gran disco de hierro candente. Ya el muelle fiscal iba
fue de las primeras colonias españolas y de las últimas en lograr su indepen- quedando en quietud; los guardas pasaban de un punto a otro,
dencia. Para México, por ejemplo, fueron trescientos años de colonia, para Cu- las gorras metidas hasta las cejas, dando aquí y allá sus vista-
ba quinientos. Así pues, aunque hubo poetas modernistas cubanos que evadie- zos. Inmóvil el enorme brazo de los pescantes, los jornaleros se
ron su realidad como Casal, también los hubo comprometidos con la realidad encaminaban a las casas. El agua murmuraba debajo del mue-
social de su patria, y la figura más destacada de todo el movimiento lo repre-
lle, y el húmedo viento salado, que sopla de mar afuera a la
senta José Martí. Y aunque en sentido estricto no podríamos hablar de un estilo
realista en la obra poética de Martí, sí podemos decir que mucho de su produc- hora en que la noche sube, mantenía las lanchas cercanas en
ción literaria responde a ese deseo de libertad, justicia e independencia para su un continuo cabeceo.
país. Claro es que en muchos de estos gestos el poeta cubano encierra mucho de
idealismo y poco de realismo, pero jamás podríamos decir que él es un poeta Todos los lancheros se habían ido ya; solamente el viejo
que se fuga de la realidad en la que vive, como sí lo hace Manuel Gutiérrez Ná-
tío Lucas, que por la mañana se estropeara un pie al subir una
jera, que fue incapaz de criticar la dictadura de Porfirio Díaz, o incluso Rubén
Darío, el llamado padre del movimiento, recibió fuertes críticas por su indolen- barrica a un carretón y que, aunque cojín cojeando todo el día,
cia ante la realidad de nuestros países. De ahí la famosa respuesta a estas críti- estaba sentado en una piedra, y, con la pipa en la boca, veía,
cas cuando dice: ¡qué queréis!, yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó triste, el mar.
nacer... Para posteriormente corregir en Cantos de vida y esperanza, cuando !Eh, tío Lucas! ¿Se descansa?
dijo: Yo no soy un poeta de muchedumbres. Pero sé que indefectiblemente Sí, pues, patroncito.
tengo que ir a ellas . En efecto, Darío trata de corregir el rumbo de su actitud y
en este último libro escribe poemas sobre asuntos candentes, como el famoso
Y empezó la charla, esa charla agradable y suelta que me
A Roosvelt en que habla de la supremacía yankee y la debilidad hispanoame- place entablar con los bravos hombres toscos que viven la vida
ricana. A pesar de este intento de cambio de rumbo, se evidencia que los senti- del trabajo fortificante, la que da la buena salud y la fuerza del
mientos de Darío son poco sensibles a la realidad y sólo repite lugares comu- músculo, y se nutre con el grano del poroto y la sangre hirvien-
nes de la política y la diplomacia. Hay una evidente falta de autenticidad en lo te de la viña. Yo veía con cariño a aquel rudo viejo, y le oía
que dice Darío, mucho de proclama pública, de poema para la tribuna, en el
con interés sus relaciones, así, todas cortadas, todas como un
peor de los sentidos. Si comparamos la fuerza emotiva, la autenticidad del sen-
timiento, la convicción en lo que se dice de los poemas políticos de Martí, la hombre basto, pero de pecho ingenuo. ¡Ah, con que fue militar!
diferencia saltará inevitablemente a la vista. ¡Conque de mozo fue soldado de Bulnes! ¡Conque todavía tuvo
1 2
A pesar de que algunos elementos de las novelas noventaiochistas corresponden totalmente al espíri- El corchete es de Unamuno. Con él señala las dos etapas en que fue escrito el ensayo: lo primero es de
tu de las vanguardias, tal es el caso de los "esperpentos" valleinclanescos, o las "nivolas" de Unamuno. 1926 y lo segundo de 1927.
JOSÉ MARTÍ 34
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Y la alfombra es puro helecho, SI VES UN MONTE DE ESPUMAS12 una almohadilla de olor:
y los muros abedul, Si ves un monte de espumas, el volvió, volvió casado:
y la luz viene del techo, es mi verso lo que ves: ella se murió de amor14.
del techo de cielo azul. mi verso es un monte, y es Iban cargándola en andas
un abanico de plumas. obispos y embajadores:
El obispo, por la noche, detrás iba el pueblo en tandas,
sale, despacio, a cantar: Mi verso es como un puñal todo cargado de flores.
monta, callado, en su coche, que con el puño echa flor. ...Ella, por volverlo a ver,
que es la piña de un piñar. Mi verso es un surtidor salió a verlo al mirador:
que da un agua de coral. él volvió con su mujer:
Las jacas de su carroza Mi verso es de un verde claro ella se murió de amor.
son dos pájaros azules: y de un carmín encendido:
y canta el aire y retoza, mi verso es un ciervo herido Como de bronce candente
y cantan los abedules. que busca en el monte amparo. al beso de despedida
Duermo en mi cama de roca era su frente ¡la frente
mi sueño dulce y profundo: Mi verso al valiente agrada: que más he amado en mi vida!
roza una abeja mi boca mi verso, breve y sincero,
y crece en mi cuerpo el mundo. es del vigor del acero ...Se entró de tarde en el río,
con que se funde la espada. le sacó muerta el doctor:
Brillan las grandes molduras dice que murió de frío:
al fuego de la mañana, yo sé que murió de amor.
que tiñe las colgaduras
de rosa, violeta y grana. LA NIÑA DE GUATEMALA13 Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
Quiero, a la sombra de un ala,
El clarín, sólo en el monte, besé su mano afilada,
contar este cuento en flor:
canta al primer arrebol: besé sus zapatos blancos.
la niña de Guatemala,
la gasa del horizonte
la que se murió de amor.
prende, de un aliento, el Sol. Callado, al oscurecer,
Eran de lirios los ramos,
me llamó el enterrador:
y las orlas de reseda
¡Díganle al obispo ciego, ¡Nunca más he vuelto a ver
y de jazmín: la enterramos
al viejo obispo de España a la que murió de amor!
en una caja de seda.
que venga, que venga luego,
a mi templo, a mi montaña!
...Ella dio al desmemoriado
12
Otra vez la reflexión del arte sobre el arte. La poesía que
14
habla de la poesía; arte poética en consecuencia son estas cua- El tono dramático es muy bien llevado gracias a ese ritorne-
tro cuartetas, cuya premisa máxima, nuevamente, es la senci- llo en el que se hace hincapié en su muerte o enterramiento.
llez, la pureza del campo, la bondad, el amor. En particular, se Dicha escena se nos presenta como si fuera un pensamiento
destaca de este último tema el símbolo de origen medieval del obsesivo que el yo poético no puede alejar de su mente; casi
ciervo herido, como metáfora del amor sin resolución. en todas las estrofas se vuelve una y otra vez a la muerte o al
13
Este famoso poema (formado por nueve cuartetas octosilábi- sepelio.
cas) es el que más remarca el tono narrativo de todo los Versos
sencillos. Hecho más asociable per se (la poesía narrativa) al
romanticismo que al modernismo.
JOSÉ MARTÍ 35
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
YO QUIERO SALIR DEL MUNDO15 y una capa carmesí: ofrece la bata blanca.21
Yo quiero salir del mundo ¡lo mismo que un alelí El cuerpo cede y ondea;
por la puerta natural: que se pusiera un sombrero!17 la boca abierta provoca;
en un carro de hojas verdes es una rosa la boca;
a morir me han de llevar. Se ve, de paso, la ceja, lentamente taconea.
ceja de mora traidora:18
No me pongan en lo oscuro y la mirada, de mora: Recoge, de un débil giro,
a morir como un traidor: y como nieve la oreja. el manto de flecos rojos:
yo soy bueno, y como bueno se va, cerrando los ojos,
¡moriré de cara al Sol! Preludian, bajan la luz, se va, como en un suspiro...
y sale en bata y mantón,
la virgen de la Asunción Baila muy bien la española,
bailando un baile andaluz.19 es blanco y rojo el mantón:
EL ALMA TRÉMULA Y SOLA16 ¡vuelve, fosca22, a un rincón:
Alza, retando, la frente; el alma trémula y sola!23
El alma trémula y sola
crúzase al hombro la manta:
padece al anochecer:
en arco el brazo levanta:
hay baile; vamos a ver
mueve despacio el pie ardiente. EL RAYO SURCA, SANGRIENTO24
la bailarina española.
El rayo surca, sangriento,
Repica con los tacones el lóbrego nubarrón:
Han hecho bien en quitar
el tablado zalamera, echa el barco, ciento a ciento,
el banderón de la acera;
como si la tabla fuera los negros, por el portón.
porque si está la bandera,
tablado de corazones.
no sé, yo no puedo entrar.
El viento, fiero, quebraba
Y va el convite creciendo los almácigos copudos;
Ya llega la bailarina:
en las llamas de los ojos andaba la hilera, andaba,
soberbia y pálida llega;
y el manto de flecos rojos de los esclavos desnudos.
¿cómo dicen que es gallega?
se va en el aire meciendo.
Pues dicen mal: es divina.
El temporal sacudía
Súbito, de un salto arranca: los barracones henchidos:
Lleva un sombrero torero
húrtase, se quiebra, gira:
abre en dos la cachemira,20
15 20
Estas dos cuartetas octosilábicas asonantadas, o coplas, nos Cachemira: Tela que se hacía con pelo de cabras criadas en Ca-
muestran dos tópicos modernistas: por un lado, el extremo de chemira, región tibetana. De esta palabra se derivó "casimir"[Nota
17
la sencillez que limita peligrosamente con lo tautológico y que Estas metáforas atrevidas están años luz distantes del ro- de JEP]
21
nos recuerda aquel también famoso verso de Machado: soy, manticismo. Su origen se encuentra, lógicamente, en la típica Impulso, rapidez, sensualidad, quedan donosamente plasma-
en el buen sentido de la palabra, bueno . El otro tópico, cier- actitud provocadora de los simbolistas. dos en esta estrofa. Obsérvese cómo es la enumeración la que
18
tamente, más romántico que modernista, nos recuerda a Gutié- Mucho se ha discutido la posible misoginia en la obra de dota al verso de esa sensación de movimiento.
22
rrez Nájera: Quiero morir cuando decline el día,/ en alta mar Martí. Yo, en este caso, más que un gesto misógino veo un Arcaísmo, por hosca, hostil.
23
y con la cara al cielo . tópico. Si algo habría que reprocharle sería su condición de Aparte de redondear el poema al concluirlo e iniciarlo con el
16
La transición hacia el modernismo en este poema de Martí es lugar común y no de desprecio hacia la figura femenina. mismo verso, Martí lo dota de un elemento inusitado con este
19
más que evidente. Se nota menos en la forma (trece redondillas El modernismo consagró muchos temas y tópicos. El senti- cierre: el alma trémula y sola no sólo la tiene el yo poético,
octosilábicas) que en el fondo. Lo primero a destacar es el miento amoroso mezclado con pasión carnal y pasión a lo di- sino también el objeto deseado.
24
cambio de actitud del yo poético, pasa de la seguridad que da vino fue uno de ellos. Esta estrofa nos muestra esa profana Como las anteriores, estas cinco cuartetas muestran un tema
la fe de ser un hombre bueno a la duda del hombre que tiene temeridad que Ramón López Velarde mezclara muy bien: blas- claramente narrativo y descriptivo. En ellas el poeta destaca la
deseos. femia y frenesí. altura moral desde la cual se erige la voz poética.
JOSÉ MARTÍ 36
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
una madre con su cría parto la carga contigo. verso, o nos condenan juntos,
pasaba, dando alaridos. o nos salvamos los dos!27
Rojo, como en el desierto, Tú me sufres, tú aposentas
salió el Sol al horizonte: en tu regazo amoroso,
y alumbró a un esclavo muerto, todo mi amor doloroso,
colgado a un seibo del monte. todas mis ansias y afrentas. SUEÑO CON CLAUSTROS DE MÁRMOL28
Sueño con claustros de mármol
Un niño lo vio: tembló Tú porque yo pueda en calma donde en silencio divino
de pasión por los que gimen: amar y hacer bien, consientes los héroes, de pie, reposan:
¡y, al pie del muerto, juró en enturbiar tus corrientes ¡de noche, a la luz del alma,
lavar con su sangre el crimen! con cuanto me agobia el alma. hablo con ellos: de noche!
Están en fila: paseo
Tú, porque yo cruce fiero entre las filas: las manos
CULTIVO UNA ROSA BLANCA25 la tierra, y sin odio puro, de piedra les beso: abren
Cultivo una rosa blanca, te arrastras, pálido y duro, los ojos de piedra: tiemblan
en julio como en enero, mi amoroso compañero. las barbas de piedra: empuñan
para el amigo sincero Mi vida así se encamina la espada de piedra: lloran:
que me da su mano franca. al cielo limpia y serena, ¡Vibra la espada en la vaina!
y tú me cargas mi pena Mudo, les beso la mano.
Y para el cruel que me arranca con tu paciencia divina.
el corazón con que vivo, ¡Hablo con ellos, de noche!29
cardo ni ortiga cultivo; Y porque mi cruel costumbre Están en fila: paseo
cultivo una rosa blanca. de echarme en ti desvía entre las filas: lloroso
de tu dichosa armonía me abrazo a un mármol: "¡Oh mármol,
y natural muchedumbre; dicen que beben tus hijos
VIERTE, CORAZON, TU PENA26
Vierte, corazón, tu pena por que mis penas arrojo
27
donde no se llegue a ver, sobre tu seno, y lo azotan, Se ha señalado con frecuencia la lectura que Martí había
por soberbia, y por no ser y tu corriente alborotan, hecho del teatro español y la influencia de éste en sus verso.
Este es un ejemplo de esa intertextualidad. Confróntese los
motivo de pena ajena. y acá lívido, allá rojo, siguientes versos de Don Juan Tenorio de José Zorrilla: Y
pues quieres ser tan fiel/ a un amor de Satanás,/ con don Juan
Yo te quiero, verso amigo, blanco allá como la muerte, te salvarás,/ o te perderás con él.
28
porque cuando siento el pecho ora arremetes y ruges, Las tres estrofas que forman este poema son en sí mismas
atípicas en muchos sentidos. Primero, que no forman las utili-
ya muy cargado y deshecho, ora con el peso crujes zadas cuartetas o redondillas. Segundo, es el único poema de
de un dolor más que tú fuerte, este libro con una irregular rima asonante que recuerda a la
copla tradicional. Tercero, el uso de la puntuación es totalmen-
25
Estas famosísimas estrofas muestran el popular rostro públi- ¿habré, como me aconseja te heterodoxo; en ésta se destaca el encabalgamiento marcado
co de Martí. Como todo la poesía de este estilo, domina más el por los dos puntos. Cuarto, El estilo hirsuto (como quizá
tono sentencioso que el de la recreación literaria. Más que para
un corazón mal nacido, calificaría el propio Martí a estos versos) recuerda muy clara-
la intimidad de la poesía lírica, estos verso fueron hechos para de dejar en el olvido mente a sus endecasílabos de Versos libres, escritos años an-
la plaza pública. a aquel que nunca me deja? tes.
26 29
Como el poema Si ves un monte de espumas estas once La intertextualidad con el teatro español se hace de nuevo
redondillas nos presentan versificadas las ideas estéticas de presente en la obra de Martí. Es irrecusable que estos necrofí-
¡Verso, nos hablan de un Dios
Martí respecto del verso. En particular hace hincapié en la licos encuentros con los estatuas de mármol recuerda clara-
unión indisoluble entre la creación literaria y el yo poético. a donde van los difuntos: mente el tercer acto de Don Juan Tenorio.
JOSÉ MARTÍ 37
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
su propia sangre en las copas Y en su comercio dulce se ejercite Muero de soledad, de amor me muero!35
venenosas de sus dueños! La mano, que cual prófugo perdido No de vulgar amor: estos amores
¡Que hablan la lengua podrida. Entre oscuras malezas, o quien lleva Envenenan y ofuscan: no es hermosa
de sus rufianes! ¡Que comen A rastra enorme peso, andaba ha poco La fruta en la mujer, sino la estrella.
juntos el pan del oprobio, Sumas hilando y revolviendo cifras. La tierra ha de ser luz, y todo vivo
en la mesa ensangrentada! Bardo ¿consejo quieres? pues descuelga Debe en torno de sí dar lumbre de astro.
¡Que pierden en lengua inútil De la pálida espalda ensangrentada ¡Oh, estas damas de muestra! oh, estas copas
el último fuego! ¡Dicen, El arpa dívea, acalla los sollozos De carne! Oh, estas siervas, ante el dueño
oh mármol, mármol dormido, Que a tu garganta como mar en furia Que las enjoya o estremece echadas!
que ya se ha muerto tu raza!" Se agolparán, y en la madera rica ¡Te digo, oh verso, que los dientes duelen
Taja plumillas de escritorio y echa De comer de esta carne!
Échame en tierra de un bote Las cuerdas rotas al movible viento. Es de inefable
el héroe que abrazo: me ase Oh alma! oh alma buena! mal oficio Amor del que yo muero, del muy dulce
del cuello: barre la tierra Tienes!: póstrate, calla, cede, lame Menester de llevar, como se lleva
con mi cabeza: levanta Manos de potentado, ensalza, excusa un niño tierno en las cuidosas manos,
el brazo, ¡el brazo le luce Defectos, tenlos que es mejor manera Cuanto de bello y triste ven mis ojos.
lo mismo que un sol: resuena De excusarlos, y mansa y temerosa
la piedra: buscan el cinto Vicios celebra, encumbra vanidades: Del sueño, que las fuerzas no repara
las manos blancas: ¡del soclo Verás entonces, alma, cuál se trueca sino de los dichosos, y a los tristes
saltan los hombres de mármol! En plato de oro rico tu desnudo El duro humor y la fatiga aumenta,
Plato de pobre! salto, al Sol, como un ebrio. Con las manos
Pero guarda ¡oh alma! mi frente oprimo, y de los turbios ojos
VERSOS LIBRES30 Que usan los hombres hoy oro empañado! Brota raudal de lágrimas. ¡Y miro
Ni de eso cures, que fabrican de oro El Sol tan bello y mi desierta alcoba,
Sus joyas el bribón y el barbilindo: Y mi virtud inútil, y las fuerzas
HIERRO31-32 Las armas no, las armas son de hierro! Que cual tropel famélico de hirsutas
Ganado tengo el pan: hágase el verso, Mi mal es rudo: la ciudad lo encona: Fieras saltan de mí buscando empleo;
Lo alivia el campo inmenso: ¡otro más vasto Y el aire hueco palpo, y en el muro
Lo aliviará mejor! Y las oscuras Frío y desnudo el cuerpo vacilante
30
Menos populares (y casi desconocidos por el gran público) Tardes me atraen, cual si mi patria fuera Apoyo, y en el cráneo estremecido
que los Versos sencillos, estos Versos libres son los mejor lo- La dilatada sombra.33-34 ¡Oh verso amigo: En agonía flota el pensamiento,
grados en términos literarios. De ellos se destacan su estilo Cual leño de bajel despedazado
complejo y abigarrado; su puntuación a tropezones, sus sin- Que el mar en furia a playa ardiente arroja!36
33
taxis latinizante; la yuxtaposición antes que la subordinación Los siguientes versos aparecen tachados en el manuscrito origi-
de las oraciones; la violencia de las ideas; la necrofilia del pen- nal de este poema: [Nota de JEP]
samiento, etc. Era yo niño por la falta de amor hacia ese yo infantil.
31 35
Antes Martí había titulado este poema "Hora de vuelo". [Nota Y con filial amor miraba al cielo: Nótese cómo en los últimos seis versos Martí alude a tres
de JEP] ¡Cuán pobre a mi avaricia el descuidado grandes temas de toda su obra: campo versus ciudad, amor
32
Este poema está formado por 87 versos endecasílabos (dos Cariño del hogar! ¡Cuán tristemente irresoluble y la poesía dentro de la poesía.
36
con cesura). Recuerda distantemente las silvas asonantadas, de Bañado el rostro ansioso en llanto largo Los siguientes versos aparecen tachados en el manuscrito origi-
las cuales Antonio Machado haría algunas, tiempo después que Con mis ávidos ojos perseguía nal de esta composición: [Nota de JEP]
Martí. Es de notarse que este poema no posee ningún heptasí- La madre austera, el padre pensativo Y echo a andar, como un muerto que camina,
labo, sino tan solo dos hexasílabos y dos pentasílabos. Quizá Sin que jamás los labios ardorosos Loco de amor, de soledad, de espanto!
sea más válido hablar de asonancia en función de períodos Del corazón voraz la sed saciasen! Amar, agobia! Es tósigo el exceso
34
prosódicos semejantes, al estilo de Rubén Darío. El período Es muy significativo que Martí haya censurado estos versos De amor! Y la prestada casa oscila
más recurrentes es la rima asonante en e-a. que dejan entrever cierto reproche a los padres del yo poético, Cual barco en tempestad: en el destierro
JOSÉ MARTÍ 38
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Mira estas dos, que con dolor te brindo, ISLA FAMOSA41
¡Sólo las flores del paterno prado Insignias de la vida: ve y escoge. Aquí estoy, solo estoy, despedazado.
Tienen olor! ¡Sólo las seibas patrias Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza: Ruge el cielo: las nubes se aglomeran,
Del sol amparan! Como en vaga nube Hace de manso buey, y como presta Y aprietan, y ennegrecen, y desgajan:
Por suelo extraño se anda: las miradas Servicio a los señores, duerme en paja Los vapores del mar la roca ciñen:
Injurias nos parecen, y el sol mismo, Caliente, y tiene rica y ancha avena. Sacra angustia y horror mis ojos comen:
Más que en grato calor, enciende en ira! Ésta, oh misterio que de mí naciste A qué, Naturaleza embravecida,
¡No de voces queridas puebla el eco Cual la cumbre nació de la montaña A qué la estéril soledad en torno
Los aires de otras tierras: y no vuelan Ésta, que alumbra y mata, es una estrella: De quien de ansia de amor rebosa y muere?
Del arbolar espeso entre las ramas Como que riega luz, los pecadores Dónde, Cristo sin cruz, los ojos pones?
Los pálidos espíritus amados! Huyen de quien la lleva, y en la vida, Dónde, oh sombra enemiga, dónde el ara
De carne viva y profanadas frutas Cual un monstruo de crímenes cargado, Digna por fin de recibir mi frente?
Viven los hombres, ¡ay! mas el proscripto Todo el que lleva luz, se queda solo. En pro de quién derramaré mi vida?42
De sus entrañas propias se alimenta! Pero el hombre que al buey sin pena imita,
¡Tiranos: desterrad a los que alcanzan Buey vuelve a ser, y en apagado bruto Rasgóse el velo; por un tajo ameno
El honor de vuestro odio: ya son muertos! La escala universal de nuevo empieza. De claro azul, como en sus lienzos abre
Valiera más ¡oh bárbaros! que al punto El que la estrella sin temor se ciñe, Entre mazos de sombra Díaz43 famoso,
De arrebatarlos al hogar, hundiera Como que crea, crece! El hombre triste de la roca mira
En lo más hondo de su pecho honrado Cuando al mundo En lindo campo tropical, galanes
Vuestro esbirro más cruel su hoja más dura! De su copa el licor vació ya el vivo: Blancos, y Venus negras, de unas flores
Grato es morir, horrible, vivir muerto. Cuando, para manjar de la sangrienta Fétidas y fangosas coronados:
Mas no! mas no! la dicha es una prenda Fiesta humana, sacó contento y grave Danzando van: a cada giro nuevo
De compasión de la fortuna al triste Su propio corazón: cuando a los vientos Bajo los muelles pies la tierra cede!
Que no sabe domarla: a sus mejores De Norte y Sur virtió su voz sagrada Y cuando en ancho beso los gastados
Hijos desgracias da Naturaleza: La estrella como un manto, en luz lo envuelve, Labios sin lustre ya, trémulos juntan,
Fecunda el hierro al llano, el golpe al hierro!37 Se enciende, como a fiesta, el aire claro, Sáltanles de los labios agoreras
Y el vivo que a vivir no tuvo miedo, Aves tintas en hiel, aves de muerte.44
Se oye que un paso más sube en la sombra!
JOSÉ MARTÍ 39
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Cuando, oh Poesía, Naturaleza, siempre viva: el mundo Mucho después que el sol: de la hornería
Cuando en tu seno reposar me es dado! De minotauro yendo a mariposa Y su batalla y su fragor cansada
Ancha es y hermosa y fúlgida la vida: Que de rondar el sol enferma y muere: La mente plena en el rendido cuerpo,
Que éste o aquél o yo vivamos tristes, Dejad, por Dios, que la mujer cansada Atormentada duerme, como el verso
Culpa de éste o aquél será, o mi culpa! De amar, con leches y menjurjes Vivo en los aires, Por la lira rota
Nace el corcel, del ala más lejano Su piel rugosa y su beldad restaure, Sin dar sonidos desolados pasa!
Que el hombre, en quien el ala encumbradora Repíntense las viejas: la doncella Perdona, pues, oh estrofa nueva, el tosco
Ya en sus ingentes brazos se diseña: Con rosas naturales se corone: Alarde de mi amor. Cuando, oh Poesía,
Sin más brida el corcel nace que el viento La sed de luz, que como el mar salado Cuando en tu seno reposar me es dado.
Espoleador y flameador, al hombre La de los labios con el agua amarga
La vida echa sus riendas en la cuna! De la vida se irrita: la columna
si las tuerce o revuelve, y si tropieza Compacta de asaltantes, que sin miedo,
Y da en atolladero, a sí se culpe Al Dios de ayer sobre los flacos hombros CRIN HIRSUTA46
Y del incendio o del zarzal redima La mano libre y desferrada ponen, Que como crin hirsuta de espantado
La destrozada brida: sin que al noble Y los ligeros pies en el vacío, Caballo que en los secos troncos mira
Sol y [........................] vida desafíe. Poesía son, y estrofa alada, y grito Garras y dientes de tremendo lobo,
De nuestro bien o mal autores somos, Que ni en tercetos ni en octava estrecha Mi destrozado verso se levanta...?
Y cada cual autor de sí: la queja Ni en remilgados serventesios45 caben: Sí,:47 pero se levanta! a la manera
A la torpeza y la deshonra añade Como cuando el puñal se hunde en el cuello
De nuestro error: cantemos, sí, cantemos Vaciad un monte, en tajo de Sol vivo De la res, sube al cielo hilo de sangre:
Aunque las hidras nuestro pecho roan Tallad un plectro: o de la mar brillante Sólo el amor, engendra melodías.
El Universo colosal y hermoso! El seno rojo y nacarado, el molde
De la triunfante estrofa, nueva sea!
Un obrero tiznado, una enfermiza Como nobles de Nápoles, fantasmas
Mujer, de faz enjuta y dedos gruesos: Sin carnes ya y sin sangre, que en polvosos ODIO EL MAR48
Otra que al dar al sol los entumidos Palacios muertos con añejas chupas
Miembros en el taller, como una egipcia Odio el mar, sólo hermoso cuando gime
De comido blasón, a paso sordo
Voluptuosa y feliz, la saya burda Del barco domador bajo la hendente
Andan, y al mundo que camina enseñan
Con las manos recoge, y canta, y danza: Quilla, y como fantástico demonio,
Como un grito sin voz la seca encía,
Un niño que, sin miedo a la ventisca, De un manto negro colosal tapado,
Así, sobre los árboles cansados,
Como el soldado con el arma al hombro, Encórvase a los vientos de la noche
Y los ciriales rotos, y los huecos
Va con sus libros a la escuela: el denso De oxidadas diademas, duendecillos Ante el sublime vencedor que pasa:
Rebaños de hombres que en silencio triste Con chupa vieja y metro viejo asoman! Y a la luz de los astros, encerrada
Sale a la aurora y con la noche vuelve No en tronco seco y muerto hacen sus nidos, En globos de cristales, sobre el puente
Del pan del día en la difícil busca, Alegres recaderos de mañana, Vuelve un hombre impasible la hoja a un libro.
Cual la luz a Memnón, mueven mi lira. Las lindas aves cuerdas y gentiles:
Los niños, versos vivos, los heroicos Ramaje quieren suelto y denso, y tronco
Y pálidos ancianos, los oscuros Alto y robusto, en fibra rico y savia. 46
Ocho endecasílabos.
Hornos donde en bridón o tritón truecan Mas con el sol se alza el deber: se pone 47
Así en el original [Nota de JEP]
48
Los hombres victoriosos las montañas Es paradójico que un porteño más aún, un isleño sea un
Astiánax son y Andrómaca mejores, inconformista del mar. Habría que buscar el origen de su
45
El serventesios fue la estrofa preferida por los modernistas, descontento en la contrastante intransigencia de Cabrera
Mejores, sí, que las del viejo Homero. eso se puede constatar a lo largo de las notas hechas para esta Infante contra el régimen cubano y su incondicional amor a La
antología. Habana que ya no existe, la de fines de los años cuarenta.
JOSÉ MARTÍ 40
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Odio el mar: vasto y llano, igual y frío49 De la horrible mujer libidinosa:
No cual la selva hojosa echa sus ramas Vilo, y lo dije: algunos son cobardes,
Como sus brazos, a apretar al triste Y lo que ven y lo que sienten callan:
Que herido viene de los hombres duros Yo no: si hallo un infame al paso mío,
Y del bien de la vida desconfía, Dígole en lengua clara: ahí va un infame,
No cual honrado luchador, en suelo Y no, como hace el mar, escondo el pecho.
Firme y seguro pecho, al hombre aguarda Ni mi sagrado verso nimio guardo
Sino en traidora arena y movediza, Para tejer rosarios a las damas
Cual serpiente letal. También los mares, Y máscaras de honor a los ladrones:
El sol también, también Naturaleza Odio el mar, que sin cólera soporta
Para mover el hombre a las virtudes, Sobre su lomo complaciente, el buque51
Franca ha de ser, y ha de vivir honrada. Que entre música y flor trae a un tirano.
Sin palmeras, sin flores, me parece
Siempre una tenebrosa alma desierta.
49
Habría que pensar, con Eugenio Trías, que los límites geo-
51
gráficos no sólo son fronteras físicas, sino existenciales. Quizá Es evidente la actitud adolescentística y contradictoria de
allí también esté la explicación del odio martiano al mar. reprochar al mar su sumisión o su derrota: sólo hermoso cuan-
50
Varios de los calificativos que se dan al mar tienen un co- do gime/ Del barco domador . O cuando se compara a sí mismo
rrespondiente con el estado anímico del yo poético. con el mar y después dice ser diverso a él.
JOSÉ MARTÍ 41
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Marchita ya esa flor de suave aroma, y ante el último Dios flota quemado
JULIÁN DEL CASAL cual virgen consumida por la anemia, el postrer grano de fragante incienso;
hoy en mi corazón su tallo asoma
una adelfa55 purpúrea: la blasfemia. cuando probamos con afán intenso,
de todo amargo fruto envenenado
y el hastío, con rostro enmascarado,
HELENA 52
PAISAJE ESPIRITUAL56 nos sale al paso en el camino extenso;
Luz fosfórica entreabre claras brechas
Perdió mi corazón el entusiasmo
En la celeste inmensidad y alumbra
al penetrar en la mundana liza, el alma grande, solitaria y pura
Del foso en la fatídica penumbra
cual la chispa al caer en la ceniza que la mezquina realidad desdeña,
Cuerpos hendidos por doradas flechas;
pierde el ardor en fugitivo espasmo. halla en el Arte dichas ignoradas,
Cual humo frío de homicidas mechas
Sumergido en estúpido marasmo como el alción59, en fría noche oscura,
En la atmósfera densa se vislumbra
mi pensamiento atónito agoniza asilo busca en la musgosa peña
Vapor disuelto que la brisa encumbra
o, al revivir, mis fuerzas paraliza que inunda el mar azul de olas plateadas.60
A las torres de Ilión, escombros hechas.
mostrándome en la acción un vil sarcasmo.
Envueltas en veste de opalina gasa,
Y aunque no endulcen mi infernal tormento PAX ANIMAE61
Recamada de oro, desde el monte
ni la Pasión, ni el Arte, ni la Ciencia, No me habléis más de dichas terrenales
De ruinas hacinadas en el llano,
soporto los ultrajes de la suerte, que no ansío gustar. Está ya muerto
mi corazón y en su recinto abierto
Indiferente a lo que en torno pasa,
porque en mi alma desolada siento sólo entrarán los cuervos sepulcrales.
Mira Helena hacia el lívido horizonte
el hastío glacial de la existencia
Irguiendo un lirio en la rosada mano.
y el horror infinito de la muerte.57 Del pasado no llevo las señales,
y a veces de que existo no estoy cierto,
porque es la vida para mí un desierto
FLORES53
EL ARTE 58 poblado de figuras espectrales.
Mi corazón fue un vaso de alabastro
Cuando la vida como fardo inmenso,
donde creció, fragante y solitaria,
pesa sobre el espíritu cansado No veo más que un astro oscurecido
bajo el fulgor purísimo de un astro
por brumas de crepúsculo lluvioso,
una azucena54 blanca: la plegaria.
y, entre el silencio de sopor profundo,
se dice que una persona es como una azucena cuando es pura.
52 55
Julián del Casal fue pronto seducido por la fría belleza y la Flor del arbusto del mismo nombre, muy parecido al laurel tan sólo llega a percibir mi oído
perfección de la poesía parnasiana. Paul Verlaine, que comen- (en México se le conoce como laurel colorado) cuya sabia,
tó sus primeros versos, gustó de esta obra refinada, culta, her- muy tóxica, sirve como veneno.
algo extraño, confuso y misterioso
mosa, pero lamentó la falta de atrevimiento, melancolía, mun- 56
Este soneto clásico evidencia el gusto del autor por el verso que me arrastra muy lejos de este mundo.62
do. Este bello soneto nos muestra una distante y lánguida her- de la tradición hispana. A diferencia de otros modernistas, del
mosura. Casal no experimentó con el verso libre, y este es uno de los
53 59
Qué mejor que estos dos serventesios para mostrar la transi- varios aspectos que ligan al cubano con el romanticismo. Del griego Halkyón, ave mitológica que, se dice, hacía sus
57
ción del poeta parnasiano al poeta simbolista. Verlaine había Como es claro, este poema incide dentro de la temática pro- nidos en mares tranquilos; quizá de él tomó su nombre el Mar-
dicho que cuando la Fe terrible haya bañado su alma joven pia de la poesía decadente. Es del Casal nuestro primer poeta tín pescador de América, llamado comúnmente alción.
60
los poemas brotarán de sus labios como flores sagradas. En maldito, que junto con Silva y Herrera representan ampliamen- No hay en este poema, como en el resto de su obra poética
efecto, esta es una de sus primeras flores malditas. te esta mórbida tendencia temática. cantos civiles (como en Darío), ni descripciones de la patria
54 58
Flor muy apreciada en la jardinería por su belleza. Se carac- Este soneto, pues, plantea su propia arte poética, como lo (como en Martí), ni relatos eróticos (como en Silva o Agusti-
teriza por su intenso y perfumado aroma y su rápida caduci- hará Martí en Estrofa nueva o Darío en las Palabras limina- ni), es decir, su poesía mira hacia su interior.
61
dad, pertenece a la familia de las lilaceas. En sentido figurado res de sus Prosas profanas. Soneto de rima ABBA, ABBA, CDD, CDD.
NOCTURNO88
Una noche89, 89
El poema se divide claramente en dos tiempos: pasado ( una noche ) y presente ( esta noche ).
El primero es agradable, luminoso, feliz: la noche de bodas; el segundo es trágico: ella ha muerto y
el recuerdo de sus nupcias lo lleva por un camino de melancolía.
90
87
Quizá, inicialmente, este poema sea desconcertante por su tono jocoso, casi impensable en un Obsérvese el tono sensual de esta imagen y la del verso anterior, que habla de la sombra nupcial
poeta tan melancólico como Asunción Silva. A pesar de ello, no es extraño, ya que éste, el humor, y húmeda
91
fue uno de los rostros de la poesía de nuestro autor. Recuérdese la sátira contra los seguidores de A pesar de que el poema mantiene cierto tono narrativo, es evidente que su construcción anecdó-
Rubén Darío, a quienes llamó los rubendariacos , titulada Sinfonía color de fresa con leche tica es más bien fragmentada: nunca queda claro, en una primera lectura, lo que en él pasa. Sólo
88
Este famosísimo poema que forma parte de un grupo de cuatro nocturnos reúne versos de posteriormente empieza a clarificarse la trágica historia de los amantes. No obstante la dificultad
muy diversa métrica; predominan los de 4, 6, 8, 10, 12, 16 y 24 sílabas. El concepto de verso inicial de comprender lo que en él sucede y ese es uno de sus principales valores: su capacidad de
libre fue creado por los simbolistas e introducido a la lengua española por los modernistas. Uno sugerencia , siempre nos trasmite, desde el primer momento, su profundo dramatismo. La crítica
de los objetivos de su autor fue desarticular la estructura del verso tradicional, y lo logró con gran ha querido leer es esta inconexión de imágenes, no sólo el deseo modernista de expresarse por suge-
éxito. Su atrevida experimentación, para el momento, le dio sus frutos pues fue inmediatamente rencias, sino también el efectismo de plasmar en la forma, el llanto que obliga a un discurrir vacilan-
aceptado e imitado y convertido en modelo de la buena poesía. Claro, como todo modelo, termi- te. Anderson Imbert habla de su rítmica imitación del llanto , una voz entrecortada en la que los
nó un día por agotarse. silencios se sienten como escalofríos , como si el poeta estuviera absorto ante una aparición sobre-
natural y, en su estupor, sólo acertara a mover los labios o a mordérselos para contener el llanto .
92
Se ha hablado de la relación existente entre este poema y El cuervo de A. Poe. Es en esta se-
gunda parte del nocturno donde más se pueden establecer esos paralelismos: 1)la pérdida de la ama-
da, arrebatada por la muerte, 2)el ambiente nocturno, 3)la visión entre alucinada y onírica 4)la sole-
dad del yo poético, etc. Pero en verdad este contacto es más bien epidérmico, los dos poemas discu-
rren por sendas muy diversas. Para Poe la pérdida de la amada es sustituida por una compañía ma-
cabra, la del cuervo; para Asunción Silva la amada es sustituida por el recuerdo amoroso de sus
nupcias. El yo poético en Poe se encuentra atrapado por esta alucinación demoniaca, el yo poético
de Silva recupera y gusta del casto y virtuoso amor de las almas. G. Bellini afirma que Las som-
bras enamoradas viven repitiendo los actos amorosos de un tiempo, en un paisaje lunar, donde todo
se vuelve leve .
RUBÉN DARÍO 51
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
baile. sea de tierra cocida y el otro de marfil.
¿Qué es esto? preguntó.
Señor, es un poeta. ¡Oh la poesía!
El rey tenía cisnes en el estanque, canarios, gorriones, sensontes105 en la ¡Y bien! Los ritmos se prostituyen, se cantan los lunares de las mujeres y
pajarera; un poeta era algo nuevo y extraño. se fabrican jarabes poéticos. Además, señor, el zapatero critica mis endecasíla-
Dejadle aquí. bos, y el señor profesor de farmacia pone puntos y comas a mi inspiración. Se-
Y el poeta: ñor, ¡y vos les autorizáis todo esto!... El ideal, el ideal ...
Señor, no he comido.
Y el rey: El rey interrumpió:
Habla y comerás. Ya habéis oído. ¿Qué hacer?
Y un filósofo al uso:
Comenzó: Si lo permitís, señor, puede ganarse la comida con una caja de música;
Señor, ha tiempo que yo canto el verbo del porvenir. He tenido mis alas podemos colocarla en el jardín, cerca de los cisnes, para cuando os paseéis.
al huracán, he nacido en el tiempo de la aurora; busco la raza escogida que debe Sí dijo el rey; y dirigiéndose al poeta : Daréis vueltas a un manu-
esperar, con el himno en la boca y la lira en la mano, la salida del gran sol. He brio. Cerraréis la boca. Haréis sonar una caja de música que toca valses, cuadri-
abandonado la inspiración de la ciudad malsana, la alcoba llena de perfumes, la llas109 y galopas110, como no prefiráis moriros de hambre. Pieza de música por
musa de carne que llena el alma de pequeñez y el rostro de polvos de arroz. He pedazo de pan. Nada de jerigonzas, ni de ideales. Id.
roto el arpa adulona de las cuerdas débiles contra las copas de Bohemia106 y las
jarras donde espumea el vino que embriaga sin dar fortaleza; he arrojado el Y desde aquel día pudo verse, a la orilla del estanque de los cisnes, al poe-
manto que me hacía parecer histrión o mujer, y he vestido de modo salvaje y ta, tiririrín, tiririrín... ¡avergonzado a las miradas del gran sol! ¿Pasaba el rey
espléndido; mi harapo es de púrpura. He ido a la selva, donde he quedado vi- por las cercanías? Tiririrín, tiririrín... ¿Había que llenar el estómago? ¡Tiririrín!
goroso y ahíto de leche fecunda y licor de nueva vida; y en la ribera del mar Todo entre las burlas de los pájaros libres que llegaban a beber el rocío en las
áspero, sacudiendo la cabeza bajo la fuerte y negra tempestad, como un ángel lilas floridas; entre el zumbido de las abejas que le picaban el rostro y le llena-
soberbio, o como un semidiós olímpico, he ensayado el yambo107 dando al ol- ban los ojos de lágrimas..., ¡lágrimas amargas que rodaban por sus mejillas y
vido el madrigal108. que calan a la tierra negra!
He acariciado a la gran Naturaleza, y he buscado el calor ideal, el verso Y llegó el invierno, y el pobre sintió frío en el cuerpo y en el alma. Y su
que está en el astro, en el fondo del cielo, y el que está en la perla, en lo pro- cerebro estaba como petrificado, y los grandes himnos estaban en el olvido, y el
fundo del océano. ¡He querido ser pujante! Porque viene el tiempo de las gran- poeta de la montaña coronada de águilas no era sino un pobre diablo que daba
des revoluciones, con un Mesías todo luz, todo agitación y potencia, y es preci- vueltas al manubrio: ¡tiririrín!
so recibir su espíritu con el poema que sea arco triunfal, de estrofas de acero, de
estrofas de oro, de estrofas de amor. Y cuando cayó la nieve se olvidaron de él el rey y sus vasallos: a los pája-
ros se les abrigó, y a él se le dejó al aire glacial que le mordía las carnes y le
¡ Señor, el arte no está en los fríos envoltorios de mármol, ni en los cua- azotaba el rostro.
dros lamidos; ni en el excelente señor Ohnet! ¡Señor! El arte no viste pantalo-
nes, ni habla burgués, ni pone los puntos en todas las íes. Él es augusto, tiene Y una noche en que caía de lo alto la lluvia blanca de plumillas cristaliza-
mantos de oro, o de llamas, o anda desnudo, y amasa la greda con fiebre, y pin- das, en el palacio había festín, y la luz de las arañas reía alegre sobre los már-
ta con luz, y es opulento, y da golpes de ala como las águilas o zarpazos como moles, sobre el oro y sobre las túnicas de los mandarines de las viejas porcela-
los leones. Señor, entre un Apolo y un ganso, preferid el Apolo, aunque el uno nas. Y se aplaudían hasta la locura los brindis del señor profesor de retórica,
cuajados de dáctilos111, de anapestos112 y de pirriquios113, mientras en las copas
cristalinas hervía el champaña con su burbujeo luminoso y fugaz. ¡Noche de
105
Regionalismo. Por zenzontles; en náhuatl, cuatrocientas voces. Se caracteriza por su hermoso, invierno, noche de fiesta! ¡Y el infeliz, cubierto de nieve, cerca del estanque,
variable e imitador canto. daba vueltas al manubrio para calentarse, tembloroso y aterido, insultado por el
106
Nombre alemán de Chequia. Este palabra se presta a confusión ya que se utiliza también para
referirse a la vida del dandi: vida de bohemio o en francés se llama bohemios a los gitanos. Por
109
contexto se entiende que la cristalería de Chequia es prestigiada, y así es, en particular el cristal Música para baile de salón para cuatro parejas.
110
prensado. Como los anteriores, es un baile. De ritmo y movimientos rápidos, es de origen húngaro.
107 111
Metro de la poesía greco-latina, consta de una sílaba breve y una larga. Una sílaba larga y dos breves forman este pie de la poesía grecolatina.
108 112
Versificación gustada mucho por el romanticismo, de breve extensión y tema amoroso. Su es- Pie inverso al anterior: dos sílabas breves y una larga.
113
tructura más constante era la silva. Pie formada exclusivamente por sílabas breves.
RUBÉN DARÍO 52
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
cierzo, bajo la blancura implacable y helada en la noche sombría, haciendo re- ¡Ah, sí, Fremiet 121
sonar entre los árboles sin hojas la música loca de las galopas y cuadrillas; y se Y de Fremiet se pasó a sus animales, a su cincel maestro, a dos perros de
quedó muerto, pensando en que nacería el sol del día venidero, y con él el bronce que, cerca de nosotros, uno buscaba la pista de la pieza, y otro, como mi-
ideal... y en que el arte no vestiría pantalones, sino manto de llamas o de oro...
Hasta que al día siguiente lo hallaron el rey y sus cortesanos, al pobre diablo de rando al cazador, alzaba el pescuezo y arbolaba la delgadez de su cola tiesa y erec-
poeta, como un gorrión que mata el hielo, con una sonrisa amarga en los labios, ta. ¿Quién habló de Mirón?122 El sabio, que recitó en griego el epigrama de Ana-
y todavía con la mano en el manubrio. creonte:123 "Pastor lleva a pastar más lejos tu boyada, no sea que creyendo que res-
pira la vaca de Mirón, la quieras llevar contigo..."
¡Oh mi amigo! El cielo está opaco, el aíre frío, el día triste. Flotan bru- Lesbia acabó de chupar su azúcar, y con una carcajada argentina:
mosas y grises melancolías... ¡Bah! Para mí los sátiros124 . Yo quisiera dar vida a mis bronces, y si esto
Pero ¡cuánto calienta el alma una frase, un apretón de manos a tiempo!
Hasta la vista. fuese posible, mi amante sería uno de esos velludos semidioses. Os advierto que
más que a los sátiros adoro a los centauros;125 y que me dejaría robar por uno de
esos monstruos robustos, sólo por oír las quejas del engañado, que tocaría su flauta
LA NINFA lleno de tristeza.
En el castillo que últimamente acaba de adquirir Lesbia, esa actriz capri- El sabio interrumpió:
chosa y endiablada que tanto ha dado que decir al mundo por sus extravagancias, Los sátiros y los faunos, los hipocentauros126 y las sirenas127 han existido
nos hallábamos a la mesa hasta seis amigos. Presidía nuestra Aspasia,114 quien a la como las salamandras128 y el ave Fénix129 .
sazón se entretenía en chupar como niña golosa, un terrón de azúcar húmedo, blan- Sí continuó el sabio: ¿con qué derecho negamos los modernos,
co, entre las yemas sonrosadas. Era la hora del chartreuse115. Se veía en los cristales hechos que afirman los antiguos? El perro gigantesco que vio Alejandro, alto como
de la mesa como una disolución de piedras preciosas, y la luz de los candelabros se un hombre, es tan real como la araña Kraken130 que vive en el fondo de los mares.
descomponía en las copas medio vacías,116 donde quedaba algo de la púrpura del San Antonio Abad,131 de edad de noventa años, fue en busca del viejo ermitaño
borgoña,117 del oro hirviente del champaña,118 de las líquidas esmeraldas de la
menta119. 121
Emanuel Fremiet, (1824-1910)Escultor francés especializado en bronces, cuyas obras más im-
Se hablaba con el entusiasmo de artistas de buena pasta, tras una buena portantes se conservan en el museo parisino del Quey D Orsay
122
comida. Éramos todos artistas, quién más, quién menos; y aun había un sabio obeso Mirón de Eleutera (490-430 a.C.), escultor griego de la antigüedad, creador de la famosa estatua
que ostentaba en la albura de su pechera inmaculada, el gran nudo de una corbata del discóbolo.
123
(572-488 a.C. Aprox.) Poeta lírico nacido en la zona jónica (actual Turquía), aquí la cita que
monstruosa.120 hace Darío quiere dar relieve al hecho de la belleza y perfección de la escultura de Mirón ya que, se
Alguien dijo: entiende, la pieza de mármol puede ser confundida con una vaca de verdad.
124
Deidad griega de los bosques y las montañas. Macho cabrío de la cintura para abajo. Había mu-
chos y de variadas advocaciones, uno de ello era Pan, que entre los romanos se llamaba Fauno, de
ahí que los faunos y los sátiros sena los mismos personajes. Se entiende que eran deidades pastoriles
114
Reunión, tertulia. Darío lo toma por antonomasia del nombre de la segunda esposa de Pericles, y un tanto lascivos; perseguían a las ninfas, deidades femeninas del bosque, las cuales atrapadas,
Aspasia de Mileto, mujer hermosa culta y versada en la política. Afamada, entre otras cosas, por las deberían responder a sus requiebros. Uno de los mitos más famosos de persecución a las ninfas es el
reuniones de intelectuales que organizaba en su casa. de Pan persiguiendo a Siringa. Ovidio contó en su libro primero de las Metamorfosis esta historia.
115
En español, cartuja. Región de Francia donde san Bruno fundo una orden religiosa contemplati- Casi siempre las persecución del fauno o sátiro fracasaba.
125
va. Dichos monjes cartujos produjeron tradicionalmente un licor que recibió su nombre; no se usa Deidades también lascivas y dadas a la embriaguez. Eran valerosos guerreros, pero demasiado
en plural. conflictivos, trataron de raptar a la novia del rey de los lapitas en su noche de bodas. Como los sáti-
116
Obsérvese en lo subrayado el afán impresionista de la descripción, muy al estilo de lo que hicie- ros, estaban asociados a Dioniso, dios del vino y la vegetación.
126
ron a nivel pictórico Monet, Manet, Renoir o Van Gogh. Sinónimo de centauro.
117 127
Región del centro de Francia, sus vinos son mundialmente famosos. Ninfas del mar que tenían la cabeza de mujer y el cuerpo de ave. Sus cantos cautivaban a los ma-
118
Región del noreste de Francia, productora de los afamados vinos blancos espumosos. rinos, que por seguirlas perecían. Es famosa la leyenda de Odiseo escuchando, indemne, el canto de
119
Licor producido con base en esta aromática planta, de la familia de la hierbabuena, la piperita y las sirenas.
128
el poleo. Ser mítico, considerado el espíritu elemental del fuego.
120 129
La llamada estética de lo feo, que los románticos habían incorporado y que los modernistas no Ave mitológica también asociada al fuego, del cual renacía cada 500 años.
130
desdeñaron, queda claramente expresada en este fragmento, cuando Darío destaca el aspecto carica- Monstruo de la mitología noruega, parecido a un calamar gigante. También Craken.
131
turesco del sabio obeso, en oposición a la harmonía y belleza del resto del cuadro de conjunto. Víc- Eremita egipcio (Tebaida) que vivió entre 251-356, famoso por haber resistido muchas tentacio-
tor Hugo teorizó sobre lo feo y su importancia en medio de lo bello en su famoso prefacio a Crom- nes del demonio. Hay dos tendencias en la vida monacal: la iniciada por él, de tipo contemplativo y
well. mística y la de vida comunal, creada por san Benito.
RUBÉN DARÍO 53
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Pablo132, que vivía en una cueva. Lesbia, no te rías. Iba el santo por el yermo, apo- parecía un copo de algodón. Tomóla su ama, y entre las explosiones de risas de
yado en su báculo, sin saber dónde encontrar a quien buscaba. A mucho andar, ¿sa- todos:
béis quién le dio las señas del camino que debía seguir? Un centauro; "medio hom- ¡Toma, el monstruo que tenía tu cara!
bre y medio caballo dice un autor. Hablaba como enojado; huyó tan veloz- Y le dio un beso en la boca, mientras el animal se estremecía e inflaba
mente, que presto le perdió de vista el santo; así iba galopando el monstruo, ca- las narices como lleno de voluptuosidad.
bellos al aire y vientre a tierra. Y Filegón Traliano141 concluyó el sabio elegantemente afirma la existencia
En ese mismo viaje, San Antonio vio un sátiro, hombrecillo de extra- de dos clases de hipocentauros: una de ellas como elefantes.
ña figura, estaba junto a un arroyuelo, tenía las narices corvas, frente áspera y Basta de sabiduría dijo Lesbia. Y acabó de beber menta.
arrugada, y la última parte de su contrahecho cuerpo remataba con pies de ca- Yo estaba feliz. No había desplegado mis labios.
bra . ¡Oh! Exclamé , ¡para mí las ninfas! Yo desearía contemplar esas desnude-
Ni más ni menos dijo Lesbia. ¡M. de Cocureau, futuro miembro del ces de los bosques y de las fuentes, aunque, como Acteón,142 fuese, despedazado
Instituto! por los perros. ¡Pero las ninfas no existen!
Siguió el sabio: Concluyó aquel concierto alegre con una gran fuga de risas, y de personas.
Afirma San Jerónimo,133 que en tiempo de Constantino Magno134 se condu- ¡Y qué! me dijo Lesbia, quemándome con sus ojos de faunesa y con voz
jo a Alejandría un sátiro vivo, siendo conservado su cuerpo cuando murió. callada para que sólo yo la oyera, ¡las ninfas existen, tú las verás!
Además, viole el emperador de Antioquía135.
Lesbia había vuelto a llenar su copa de menta, y humedecía su lengua en el Era un día primaveral. Yo vagaba por el parque del castillo, con el aire de
licor verde como lo haría un animal felino. un soñador empedernido. Los gorriones chillaban sobre las lilas nuevas, y ata-
Dice Alberto Magno136 que en su tiempo cogieron a dos sátiros en los montes caban a los escarabajos que se defendían de los picotazos con sus corazas esme-
de Sajonia137. Eurico Zormano138 asegura que en tierras de Tartaria139 había hom- ralda, con sus petos de oro y acero. En las rosas el carmín, el bermellón, la on-
bres con sólo un pie, y sólo un brazo en el pecho. Vicencio140 vio en su época un da penetrante de perfumes dulces; más allá las violetas, en grandes grupos, con
monstruo que trajeron al rey de Francia; tenía cabeza de perro (Lesbia reía). Los su color apacible y su olor a virgen. Después, los altos árboles, los ramajes tu-
muslos, brazos y manos tan sin vello como los nuestros (Lesbia se agitaba, como pidos llenos de mil abejeos, las estatuas en la penumbra, los discóbolos de
una chicuela a quien hiciesen cosquillas); comía carne cocida y bebía vino con bronce, los gladiadores musculosos en sus soberbias posturas gímnicas, las glo-
todas ganas. rietas perfumadas cubiertas de enredaderas, los pórticos, bellas imitaciones jóni-
¡Colombine! gritó Lesbia. Y llegó Colombine; una falderilla que cas, cariátides todas blancas y lascivas, y vigorosos telamones143 del orden atlánti-
co, con anchas espaldas y muslos gigantescos. Vagaba por el 1aberinto de tales
132
encantos cuando oí un ruido, allá en lo obscuro de la arboleda, en el estanque
Pablo el Ermitaño vivió, según la tradición, 113 años. Muy joven se fue a vivir al desierto, donde hay cisnes blancos como cincelados en alabastro144, y otros tienen 1a mitad
huyendo de la persecución del emperador Decio. Existen varias leyendas pías en torno a él y su
amistad con San Antonio, una de ellas dice que fue a buscar a este último solitario a su cueva, y que del cuello del color del ébano145, como una pierna alba con media negra.
juntos compartían las oraciones y el pan que un cuervo les llevaba. Llegué más cerca. ¿Soñaba? ¡Oh, nunca! Yo sentí lo que tú, cuando viste
133
Padre de la iglesia, vivió entre 345-419. Originario de Dalmacia (entre Croacia y Eslovenia), en su gruta por primera vez a Egeria146.
este santo llevó una vida palaciega hasta que a la edad de cuarenta años se dedicó a llevar una vida
de ermitaño.
134 141
También Constantino el Grande (274-337) emperador romano fundador de Constantinopla y pri- Posiblemente se refiera a un personaje de la mitología griega llamado Filemón de Frigia, provin-
mer emperador convertido al cristianismo. cia romana donde se encontraba la ciudad de Tralia, en la actual Turquía. Ovidio cuenta el mito en
135
Ciudad en la actual Turquía y capital del Imperio Romano de Oriente entre el 64 a.C. y el 330 el libro VIII de Las metamorfosis.
142
d.C. Cazador devorado por sus propios perros, ya que Diana, al ser descubierta por éste, estando ella
136
Santo patrón de los estudioso de las ciencias naturales, vivió entre1200-1280 aproximadamente). desnuda, lo convirtió en ciervo.
143
Filósofo alemán de la orden de los dominicos, destacó por sus estudios de las ciencias naturales y la Sinónimo de atlante. Son las columnas cuyo fuste o cuerpo principal representa figuras
filosofía de Aristóteles, la que trató de adaptar la filosofía escolástica. antropomórficas.
137 144
Región alemana limítrofe entre Polonia y la república Checa. Hermoso mármol traslúcido que se caracteriza por ser susceptible de muy hermosos resultados
138
Personaje desconocido. Zormano es el gentilicio de la zona del río Zorn, en Alemania. gracias al pulimento. Sinónimo de muy blanco.
139 145
Región de Eurasia que va desde Dnieper hasta el mar de Japón. Fue llamada así durante la Edad De la familia de las ebenáceas, árbol productor de maderas finas reconocido por su gran peso (en
Media, en la actualidad es casi toda Rusia. México se le conoce como Palo Fierro), su hermoso pulimento y su color casi negro.
140 146
Personaje desconocido. Diosa romana de las fuentes y los partos, supuesta esposa de Numa Pompilio, segundo rey
legendario de Roma. Se supone, también, que era una ninfa que aconsejaba a este mismo rey y su
RUBÉN DARÍO 54
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Estaba en el centro del estanque, entre la inquietud de los cisnes es- Todos los lancheros se habían ido ya; solamente el viejo tío Lucas, que por
pantados, una ninfa, una verdadera ninfa, que hundía su carne de rosa en el la mañana se estropeara un pie al subir una barrica a un carretón y que, aunque
agua cristalina. La cadera a flor de espuma parecía a veces como dorada por la cojín cojeando todo el día, estaba sentado en una piedra, y, con la pipa en la
luz opaca que alcanzaba a llegar por las brechas de las hojas. ¡Ah!, yo vi lirios, boca, veía, triste, el mar.
rosas, nieve, oro; vi un ideal con vida y forma y oí, entre el burbujeo sonoro de !Eh, tío Lucas! ¿Se descansa?
la linfa herida, como una risa burlesca y armoniosa que me encendía la sangre. Sí, pues, patroncito.
De pronto huyó la visión, surgió la ninfa del estanque, semejante a Citérea147 Y empezó la charla, esa charla agradable y suelta que me place entablar
en su onda, y recogiendo sus cabellos, que goteaban brillantes, corrió por los rosa- con los bravos hombres toscos que viven la vida del trabajo fortificante, la que
les, tras las lilas y violetas, más allá de los tupidos arbolares, hasta perderse, ¡ay!, da la buena salud y la fuerza del músculo, y se nutre con el grano del poroto y
por un recodo; y quedé yo, poeta lírico, fauno burlado, viendo a las grandes aves la sangre hirviente de la viña151.
alabastrinas como mofándose de mí, tendiéndome sus largos cuellos en cuyo ex- Yo veía con cariño a aquel rudo viejo, y le oía con interés sus relaciones,
tremo brillaba bruñida el ágata148 de sus picos. así, todas cortadas, todas como un hombre basto, pero de pecho ingenuo. ¡Ah,
con que fue militar! ¡Conque de mozo fue soldado de Bulnes!152 ¡Conque toda-
Después almorzábamos juntos aquellos amigos de la noche pasada, en- vía tuvo resistencia para ir con su rifle hasta Miraflores!153 Y es casado, y tuvo
tre todos, triunfante, con su pechera y su gran corbata obscura, el sabio obeso, fu- un hijo, y...
turo miembro del Instituto. Y aquí el tío Lucas:
Y de repente, mientras todos charlaban de la última obra de Fremiet en el sa- Sí, patrón, ¡hace dos años que se me murió!
lón, exclamó Lesbia con su alegre voz parisiense: Aquellos ojos, chicos y relumbrantes bajo las cejas grises y peludas, se
¡Té! como dice Tartarin:149 ¡el poeta ha visto ninfas!... La contemplaron to- humedecieron entonces.
dos asombrados y ella me miraba, me miraba como una gata, y se reía, como una ¿Que cómo se murió? En el oficio, por darnos de comer a todos, a mi mu-
chiquilla a quien se le hiciesen cosquillas. jer, a los chiquillos y a mí, patrón, que entonces me hallaba enfermo.
Y todo me lo refirió al comenzar aquella noche, mientras las olas se cubrí-
an de brumas y la ciudad encendía sus luces; él, en la piedra que le servia de
asiento, después de apagar su negra pipa y de colocársela en la oreja y de estirar
EL FARDO y cruzar sus piernas flacas y musculosas, cubiertas por los sucios pantalones
Allá lejos, en la línea como trazada con un lápiz azul, que separa las aguas arremangados hasta el tobillo.
y los cielos, se iba hundiendo el sol, con sus polvos de oro y sus torbellinos de El muchacho era muy honrado y muy de trabajo. Se quiso ponerlo a la es-
chispas purpuradas, como un gran disco de hierro candente. Ya el muelle fiscal cuela desde grandecito; ¡pero los miserables no deben aprender a leer cuando se
iba quedando en quietud; los guardas pasaban de un punto a otro, las gorras llora de hambre en el cuartucho!
metidas hasta las cejas, dando aquí y allá sus vistazos. Inmóvil el enorme brazo El tío Lucas era casado, tenía muchos hijos.
de los pescantes, los jornaleros se encaminaban a las casas. El agua murmuraba Su mujer llevaba la maldición del vientre de los pobres: la fecundidad.
debajo del muelle, y el húmedo viento salado, que sopla de mar afuera a la hora Había, pues, mucha boca abierta que pedía pan; mucho chico sucio que se re-
en que la noche sube, mantenía las lanchas cercanas en un continuo cabeceo.150 volcaba en la basura, mucho cuerpo magro que temblaba de frío; era preciso ir
a llevar qué comer, a buscar harapos, y para eso, quedar sin alimento y trabajar
como un buey.154
Cuando el hijo creció, ayudó al padre. Un vecino, el herrero, quiso enseñar-
gendario de Roma. Se supone, también, que era una ninfa que aconsejaba a este mismo rey y su
nombre suele ser sinónimo de inspiración: Tener su ninfa Egeria , quiere decir tener inspiración.
147 151
Figura de Afrodita adorada en la isla Citérea. Sinónimo de Venus o Afrodita. Obsérvese el tono irónico de este último párrafo, ya que la idealización dicha difiere mucho de
148
Piedra semipreciosa de varios colores que los griegos, y después lo romanos, trabajaron en la lo que contará a continuación.
152
joyería como los camafeos. De nombre Manuel, 1799-1866, héroe de la independencia chilena y presidente de la república
149
Personaje de Alphonse Daudet, protagonista Tartarín de Tarascón y Tartarín en los Alpes. Era durante diez años, figura casi mítica y legendaria.
153
una especie de pícaro de la Provenza. Barrio aristocrático de Lima, Perú. Alude a la guerra de Chile contra Perú y Bolivia (1879-1883)
150 154
Nótese el claro tono impresionista de este primer párrafo: espacios abiertos, movimiento, paisajes Entre esta descripción modernista y una descripción naturalista a la Emile Zola no hay diferen-
sugeridos, figuras incompletas, etc. cia alguna.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
le su industria; pero como entonces era tan débil, casi un armazón de huesos, y ¡Que vas a perder una canilla!
en el fuelle tenía que echar el bofe, se puso enfermo y volvió al conventillo. Y enseñaba, adiestraba, dirigía al hijo, con su modo, con bruscas palabras
¡Ah, estuvo muy enfermo! Pero no murió. ¡No murió! Y eso que vivían en uno de obrero viejo y de padre encariñado.
de esos hacinamientos humanos, entre cuatro paredes destartaladas, viejas, feas, Hasta que un día el tío Lucas no pudo moverse de la cama, porque el
en la callejuela inmunda de las mujeres perdidas, hediondas a todas horas, reumatismo le hinchaba las coyunturas y le taladraba los huesos.
alumbrada de noche por escasos faroles, y donde resuenan en perpetua llamada ¡Oh! Y había que comprar medicinas y alimentos; eso sí.
a las zambas155 de echacorvería156, las arpas y los acordeones, y el ruido de los Hijo, al trabajo, a buscar plata; hoy es sábado.
marineros que llegan al burdel, desesperados con la castidad de las largas trave- Y se fue el hijo, solo, casi corriendo, sin desayunarse, a la faena diaria.
sías, a emborracharse como cubas y a gritar y patalear como condenados. ¡Sí! Era un bello día de luz clara, de sol de oro. En el muelle rondaban los ca-
Entre la podredumbre, al estrépito de las fiestas tunantescas, el chico vivió, y rros sobre sus rieles, crujían las poleas, chocaban las cadenas. Era la gran con-
pronto estuvo sano y en pie. fusión del trabajo que da vértigos, el son de hierro, traqueteos por doquiera, y el
Luego llegaron sus quince años. viento pasando por el bosque de árboles y jarcias de los navíos en grupo.
Debajo de uno de los pescantes del muelle estaba el hijo del tío Lucas con
El tío Lucas había logrado, tras mil privaciones, comprar una canoa. Se otros lancheros, descargando a toda prisa. Había que vaciar la lancha repleta de
hizo pescador. fardos. De tiempo en tiempo bajaba la larga cadena que remata en un garfio,
Al venir el alba, iba con su mocetón al agua, llevando los enseres de la pes- sonando como una matraca al correr de la roldana; los mozos amarraban los
ca. El uno remaba, el otro ponía en los anzuelos la carnada. Volvían a la costa bultos con una cuerda doblada en dos, los enganchaban en el garfio, y entonces
con buena esperanza de vender lo hallado, entre la brisa fría y las opacidades de éstos subían a la manera de un pez en un anzuelo, o del plomo de una sonda, ya
la neblina, cantando en baja voz algún triste , y enhiesto el remo triunfante quietos, ya agitándose de un lado a otro, como un badajo en el vacío.
que chorreaba espuma. La carga estaba amontonada. La ola movía pausadamente de cuando en
Si había buena venta, otra salida por la tarde. cuando la embarcación colmada de fardos. Éstos formaban una a modo de pi-
Una de invierno, había temporal. Padre e hijo en la pequeña embarcación, rámide en el centro. Había uno muy pesado, muy pesado. Era el más grande de
sufrían en el mar la locura de la ola y del viento. Difícil era llegar a tierra. Pesca todos, ancho, gordo y oleroso a brea. Venía en el fondo de la lancha. Un hom-
y todo se fue al agua, y se pensó en librar el pellejo. Luchaban como desespera- bre, de pie sobre él, era pequeña figura para el grueso zócalo.
dos por ganar la playa. Cerca de ella estaban; pero una racha maldita les empu- Era algo como todos los prosaísmos de la importación envueltos en lona y
jó contra una roca, y la canoa se hizo astillas. Ellos salieron sólo magullados, fajados con correas de hierro. Sobre sus costados, en medio de líneas y de
¡gracias a Dios!, como decía el tío Lucas al narrarlo. Después, ya son ambos triángulos negros, había letras que miraban como ojos.
lancheros. Sí, lancheros; sobre las grandes embarcaciones chatas y negras; col- Letras en diamante decía el tío Lucas. Sus cintas de hierro estaban
gándose de la cadena que rechina pendiente como una sierpe de hierro del ma- apretadas con clavos cabezudos y ásperos; y en las entrañas tendría el mons-
cizo pescante que semeja una horca; remando de pie y a compás; yendo con la truo, cuando menos, limones y percales.
lancha del muelle al vapor y del vapor al muelle; gritando ¡bhiooeep! cuando se Sólo él faltaba.
empujan los pesados bultos para engancharlos en la uña potente que los levanta ¡Se va el bruto! dijo uno de los lancheros.
balanceándolos como un péndulo, ¡sí!, lancheros; el viejo y el muchacho, el El hijo del tío Lucas, que estaba ansioso de acabar pronto, se alistaba para
padre y el hijo; ambos a horcajadas sobre un cajón, ambos forcejeando, ambos ir a cobrar y desayunarse, anudándose un pañuelo de cuadros al pescuezo.
ganando su jornal, para ellos y para sus queridas sanguijuelas del conventillo. Bajó la cadena danzando en el aire. Se amarró un gran lazo al fardo, se
Íbanse todos los días al trabajo, vestidos de viejo, fajadas las cinturas con probó si estaba bien seguro, y se gritó ¡Iza! , mientras la cadena tiraba de la
sendas bandas coloradas y haciendo sonar a una sus zapatos groseros y pesados masa chirriando y levantándola en vilo.
que se quitaban al comenzar la tarea, tirándolos en un rincón de la lancha. Los lancheros, de pie, miraban subir el enorme peso, y se prepararon para
Empezaba el trajín, el cargar y descargar. El padre era cuidadoso: ir a tierra, cuando se vio una cosa horrible. El fardo, el grueso fardo, se zafó del
¡Muchacho, que te rompes la cabeza! ¡Que te coge la mano el chicote! lazo, como de un collar holgado saca un perro la cabeza, y cayó sobre el hijo
del tío Lucas, que entre el filo de la lancha y el gran bulto quedó con los riño-
155
nes rotos, el espinazo desencajado y echando sangre negra por la boca.
También sambas. Baile popular de origen africano.
156
El oficio de las alcahuetas. Aquel día no hubo pan ni medicinas en casa del tío Lucas, sino el mucha-
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cho destrozado, al que se abrazaba llorando el reumático, entre la gritería de la el germen de una idea que pasó al pecho, y fue opresión, y llegó a la boca hecho
mujer y de los chicos, cuando llevaban el cadáver al cementerio. himno que le encendía la lengua y hacía entrechocar los dientes. Fue 1a visión de
todos los mendigos, de todos los suicidas, de todos los borrachos, del harapo y de
Me despedí del viejo lanchero, y a paso elástico dejé el muelle, tomando el la llaga, de todos los que viven ¡Dios mío! en perpetua noche, tanteando la
camino de la casa y haciendo filosofía con toda la cachaza de un poeta, en tanto sombra, cayendo al abismo, por no tener un mendrugo para llenar el estómago. Y
que una brisa glacial, que venía de mar afuera, pellizcaba tenazmente las nari- después la turba feliz, el lecho blando, la trufa y el áureo vino que hierve, el raso y
ces y las orejas. el moiré159 que con su roce ríen; el novio rubio y la novia morena cubierta de pe-
drería y blonda; y el gran reloj que la suerte tiene para medir la vida de los felices
opulentos, que, en vez de granos de arena, deja caer escudos de oro.
LA CANCIÓN DEL ORO Aquella especie de poeta sonrió: pero su faz tenía aire dantesco. Sacó de su
Aquel día, un harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregri- bolsillo un pan moreno, comió, y dio al viento su himno. Nada más cruel que
no, quizá un poeta, llegó, bajo la sombra de los altos álamos, a la gran calle de los aquel canto tras el mordisco160.
palacios, donde hay desafíos de soberbia entre el ónix y el pórfido, el ágata y el
mármol; en donde las altas columnas, los hermosos frisos, las cúpulas doradas, ¡Cantemos el oro!
reciben la caricia pálida del sol moribundo. Cantemos el oro, rey del mundo, que lleva dicha y luz por donde va, como los
Había tras los vidrios de las ventanas, en los vastos edificios de la riqueza, ros- fragmentos de un sol despedazado.
tros de mujeres gallardas o de niños encantadores. Tras las rejas se adivinaban ex- Cantemos el oro, que nace del vientre fecundo de la madre tierra; inmenso te-
tensos jardines, grandes verdores salpicados de rosas y ramas que se balanceaban soro, leche rubia de esa ubre gigantesca.
acompasada y blandamente como bajo la ley de un ritmo. Y allá en los grandes Cantemos el oro, río caudaloso, fuente de la vida, que hace jóvenes y
salones debía estar el tapiz purpurado y lleno de oro, la blanca estatua, el bronce bellos a los que se bañan en sus corrientes maravillosas, y envejece a aquellos que
chino, el tibor cubierto de campos azules y de arrozales tupidos, la gran cortina no gozan de sus raudales.
recogida como una falda, ornada de flores opulentas, donde el ocre oriental hace Cantemos el oro, porque de él se hacen las tiaras de los pontífices161, las
vibrar la luz en la seda que resplandece. Luego las lunas venecianas, los palisan- coronas de los reyes y los cetros imperiales; y porque se derrama por los mantos
dros y los cedros, los nácares y los ébanos, y el piano negro y abierto, que ríe como un fuego sólido, e inunda las capas de los arzobispos, y refulge en los alta-
mostrando sus teclas como una linda dentadura; y las arañas cristalinas, donde al- res y sostiene al Dios eterno en las custodias radiantes.
zan las velas profusas la aristocracia de su blanca cera. ¡Oh, y más allá! Más allá Cantemos el oro, porque podemos ser unos perdidos, y él nos pone
el cuadro valioso, dorado por el tiempo, el retrato que firma Durand157 o Bon- mamparas para cubrir las locuras abyectas de la taberna y las vergüenzas de las
nat158, y las preciosas acuarelas en que el tono rosado parece que emerge de un alcobas adúlteras.
cielo puro y envuelve en una onda dulce desde el lejano horizonte hasta la hiedra Cantemos el oro, porque al saltar del cuño lleva en su disco el perfil so-
trémula y humilde. Y más allá... berbio de los césares; y va a repletar las cajas de sus vastos templos, los bancos, y
mueve las máquinas, y da la vida, y hace engordar los tocinos privilegiados.
(Muere la tarde. Cantemos el oro, porque él da los palacios y los carruajes, los vestidos a
Llega a las puertas del palacio un carruaje flamante y charolado. Baja una la moda, y los frescos senos de las mujeres garridas; y las genuflexiones de espi-
pareja y entra con tal soberbia en la mansión, que el mendigo piensa: decidi- nazos aduladores y las muecas de los labios eternamente sonrientes.
damente, el aguilucho y su hembra van al nido . El tronco, ruidoso y azogado, a Cantemos el oro, padre del pan.
un golpe de látigo arrastra el carruaje haciendo relampaguear las piedras. No- Cantemos el oro, porque es, en las orejas de las lindas damas, sostenedor
che.) del rocío del diamante, al extremo de tan sonrosado y bello caracol: porque en los
Entonces en aquel cerebro de loco que ocultaba un sombrero raído, brotó como pechos siente el latido de los corazones, y en las manos a veces es símbolo de
159
Tela tornasolada.
157 160
Asher Brown, 1796-1886, pintor norteamericano de estilo realista, uno de los iniciadores de la El melodramatismo de la escena hace que pierda eficacia todo el cuento. Le faltó contención al
pintura al aire libre en su país, y fundador de una escuela llamada del Río Hudson poeta. Esto es más evidente cuando se compara, por ejemplo, con el poema de Quevedo sobre el
158
León, 1833-1922.Pintor academicista francés; gran retratista y maestro de algunos elogio irónico, también sobre el oro, titulado Poderoso caballero es don dinero .
161
posimpresionistas, como Toulouse Lautrec. Coronas de tres niveles que usaban los papas.
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amor y de santa promesa. Cantemos el oro, hecho sol, enamorado de la noche, cuya camisa de
Cantemos el oro, porque tapa las bocas que nos insultan, detiene las ma- crespón riega de estrellas brillantes, después del último beso, como una gran mu-
nos que nos amenazan y pone vendas a los pillos que nos sirven. chedumbre de libras esterlinas.
Cantemos el oro, porque su voz es música encantada, porque es heroico ¡Eh, miserables beodos, pobres de solemnidad, prostitutas, mendigos,
y luce en las corazas de los héroes homéricos, y en las sandalias de las diosas y en vagos, rateros, bandidos, pordioseros peregrinos, y vosotros los desterrados, y vo-
los coturnos162 trágicos y en las manzanas del Jardín de las Hespérides.163 sotros holgazanes, y, sobre todo, vosotros, oh poetas!
Cantemos el oro, porque de él son las cuerdas de las grandes liras, la ca- ¡Unámonos a los felices, a los poderosos, a los banqueros, a los semidi-
bellera de las más tiernas amadas, los granos de la espiga y el peplo164 que al le- oses de la tierra!
vantarse viste la olímpica aurora. ¡Cantemos el oro!
Cantemos el oro, premio y gloria del trabajador y pasto del bandido. Y el eco se llevó aquel himno, mezcla de gemido, ditirambo y carcajada;
Cantemos el oro, que cruza por el carnaval del mundo, disfrazado de pa- y como ya la noche obscura y fría había entrado, el eco resonaba en las tinieblas.
pel, de plata, de cobre y hasta de plomo. Pasó una vieja y pidió limosna.
Cantemos el oro, amarillo como la muerte. Y aquella especie de harapiento, por trazas un mendigo, tal vez un pere-
Cantemos el oro, calificado de vil por los hambrientos; hermano del car- grino, quizá un poeta, le dio su último mendrugo de pan petrificado, y se marchó
bón, oro negro que incuba el diamante; rey de la mina, donde el hombre lucha y la por la terrible sombra, rezongando entre dientes.
roca se desgarra; poderoso en el poniente, donde se tiñe en sangre; carne de ídolo,
tela de que Fidias165 hace el traje de Minerva.
Cantemos el oro, en el arnés del caballo, en el carro de guerra, en el puño EN CHILE
de la espada, en el lauro que ciñe cabezas luminosas, en la copa del festín dioni-
síaco, en el alfiler que hiere el seno de la esclava, en el rayo del astro y en el EN BUSCA DE CUADROS168
champaña que burbujea como una disolución de topacios hirvientes. Sin pinceles, sin paleta, sin papel, sin lápiz, Ricardo, poeta lírico incorregible,
Cantemos el oro, porque nos hace gentiles, educados y pulcros. huyendo de las agitaciones y turbulencias, de las máquinas y de los fardos, del rui-
Cantemos el oro, porque es la piedra de toque de toda amistad. do monótono de los tranvías y el chocar de los caballos con su repiqueteo de cara-
Cantemos el oro, purificado por el fuego, como el hombre por el sufri- coles sobre las piedras; del tropel de los comerciantes; del grito de los vendedores
miento; mordido por la lima, como el hombre por la envidia; golpeado por el mar- de diarios; del incesante bullicio e inacabable hervor de este puerto; en busca de
tillo, como el hombre por la necesidad; realzado por el estuche de seda, como el impresiones y de cuadros, subió al cerro Alegre, que, gallardo como una gran roca
hombre por el palacio de mármol. florecida, luce sus flancos verdes, sus montículos coronados de casas risueñas esca-
Cantemos el oro, esclavo, despreciado por Jerónimo41, arrojado por An- lonadas en la altura, rodeadas de jardines, con ondeantes cortinas de enredaderas,
tonio , vilipendiado por Macario166, humillado por Hilarión167, maldecido por
39
jaulas de pájaros, jarras de flores, rejas vistosas y niños rubios de caras angélicas.
Pablo el Ermitaño40, quien tenía por alcázar una cueva bronca y por amigos, las Abajo estaban las techumbres del Valparaíso que hace transacciones, que
estrellas de la noche, los pájaros del alba y las fieras hirsutas y salvajes del yermo. anda a pie como una ráfaga, que puebla los almacenes, que invade los bancos, que
Cantemos el oro, dios becerro, tuétano de roca misteriosa y callado en su viste por la mañana terno crema o plomizo, a cuadros, con sombrero de paño, y por
entraña, y bullicioso cuando brota a pleno sol y a toda vida, sonante como un coro la noche bulle en la calle del Cabo con lustroso sombrero de copa, abrigo al brazo y
de tímpanos; feto de astros, residuo de luz, encarnación de éter. guantes amarillos, viendo a la luz que brota de las vidrieras los lindos rostros de las
mujeres que pasan.
162
Sandalia de alta plataforma que usaban los actores en el teatro griego. Más allá, el mar, acerado, brumoso, los barcos en grupo, el horizonte azul
163
Jardín custodiado por las hijas del titán Atlas y un dragón. En éste lugar había un manzano con y lejano. Arriba, entre opacidades, el sol.
hojas, ramas y frutos de oro.
164
Vestidura exterior femenina en la antigua Grecia, sin mangas y que bajaba hasta los tobillos.
Donde estaba el soñador empedernido, casi en lo más alto del cerro, ape-
165
Famoso escultor griego, 490-430 a.C., autor, entre otras obras de los propíleos de la acrópolis de nas si se sentían los estremecimientos de abajo. Erraba él a lo largo del Camino de
Atenas y la escultura de Atenea, en oro y marfil, del Partenón de Atenas. Cintura, e iba pensando en idilios, con toda la augusta desfachatez de un poeta que
166
Hubo dos santos de nombre Macario que siguieron a San Antonio Abad, uno era conocido como
Macario el Mayor y el otro como Macario el Alejandrino, ambos vivieron en extrema pobreza y en
168
vida eremita, como el mismo san Antonio. Siguiendo a Baudealire, Darío inaugura en la lengua española los poemas en prosa con esta serie
167
Santo que vivió entre 290 y 371, seguidor de San Antonio. Fue el primer ermitaño de Palestina. de hermosos poemas titulados En Chile .
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fuera millonario. ¿Qué traes?
Había allí aire fresco para sus pulmones, casas sobre cumbres, como ni- Flores.
dos al viento, donde bien podía darse el gusto de colocar parejas enamoradas; y te- Mostraba Mary su falda llena como de iris hechos trizas, que revolvía con
nía además el inmenso espacio azul, del cual él lo sabia perfectamente los que una de sus manos gráciles de ninfa, mientras, sonriendo su linda boca purpurada,
hacen los salmos y los himnos pueden disponer como les venga en antojo. sus ojos abiertos en redondo dejaban ver un color de lapislázuli y una humedad ra-
De pronto escuchó: "¡Mary! ¡Mary!" Y él, que andaba a caza de impre- diosa.
siones y en busca de cuadros, volvió la vista. El poeta siguió adelante.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
nieve, claridad celeste, onda santa que baña los ramos de lirio de los bienaventura-
dos.
Y aquel pálido rostro de virgen, envuelta ella en el manto y en la noche, en
aquel rincón de sombra, habría sido un tema admirable para un estudio al car-
bón.
EL AÑO LÍRICO
ESTIVAL170
La tigre de Bengala
con su lustrosa piel manchada a trechos,
está alegre y gentil, está de gala.
Salta de los repechos
de un ribazo171, al tupido
carrizal de un bambú; luego a la roca
que se yergue a la entrada de su gruta.
Allí lanza un rugido,
se agita como loca
y eriza de placer su piel hirsuta.
170
Esta silva mantiene una rima aBAbc Decde .
171
Desnivel del terreno, normalmente con forma de talud
172
El tono panteísta y animista surge por primera vez aquí en la obra de Darío, el cual habrá de
permanecer con pequeños cambios y evoluciones a lo largo de toda su producción.
173
Para resaltar el tono exótico del animal Darío propone una grafía inusual en español. A esto se
agrega la anacronía geográfica (que aparecerá constantemente en todo el poema).
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
en alas del bochorno, debajo de la piel. Y se diría No el de las musas de las blandas horas
lanza, bajo el sereno ser aquella alimaña süaves, expresivas,
cielo, un soplo de sí. La tigre ufana un rudo gladiador de 1a montaña. en las rientes auroras
respira a pulmón lleno, Los pelos erizados y las azules noches pensativas;
y al verse hermosa, altiva, soberana, del labio relamía. Cuando andaba, sino el que todo enciende, anima, exalta,
le late el corazón, se le hincha el seno. con su peso chafaba polen, savia, calor, nervio, corteza,
la yerba verde y muelle, y en torrentes de vida brota y salta
Contempla su gran zarpa, en ella la uña y el ruido de su aliento semejaba del seno de la gran Naturaleza.
de marfil; luego toca el resollar de un fuelle.
el filo de una roca, Él es, él es el rey. Cetro de oro
y prueba y lo rasguña. no, sino la ancha garra, II
Mírase luego el flanco que se hinca recia en el testuz del toro El príncipe de Gales va de caza
que azota con el rabo puntiagudo y las carnes desgarra. por bosques y por cerros,
de color negro y blanco, La negra águila enorme, de pupilas con su gran servidumbre y con sus perros
y móvil y felpudo; de fuego y corvo pico relumbrante, de la más fina raza.
luego el vientre. En seguida tiene a Aquilón175, las hondas y tranquilas
abre las anchas fauces, altanera aguas, el gran caimán, el elefante, Acallando el tropel de los vasallos,
como reina que exige vasallaje; la cañada y la estepa; deteniendo traíllas176 y caballos,
después husmea, busca, va. La fiera la víbora, los juncos por do trepa; con la mirada inquieta,
exhala algo a manera y su caliente nido, contempla a los dos tigres, de la gruta
de un suspiro salvaje. del árbol suspendido, a la entrada. Requiere la escopeta,
Un rugido callado el ave dulce y tierna y avanza, y no se inmuta.
escuchó. Con presteza que ama la primer luz.
volvió la vista de uno y otro lado. Las fieras se acarician. No han oído
Y chispeó su ojo verde y dilatado Él, la caverna. tropel de cazadores.
No envidia al león la crin, ni al potro rudo A esos terribles seres,
cuando miró de un tigre la cabeza el casco, ni al membrudo embriagados de amores,
surgir sobre la cima de un collado. hipopótamo el lomo corpulento, con cadenas de flores
El tigre se acercaba. quien bajo los ramajes del copudo se les hubiera uncido
Era muy bello. baobab, ruge al viento. a la nevada concha de Citeres177
Gigantesca la talla, el pelo fino, o al carro de Cupido.
apretado el ijar, robusto el cuello, Así va el orgulloso, llega, halaga; El príncipe atrevido,
era un don Juan felino corresponde la tigre que le espera, adelanta, se acerca, ya se para;
en el bosque. Anda a trancos y con caricias las caricias paga, ya apunta y cierra un ojo; ya dispara;
callados; ve a la tigre inquieta, sola, en su salvaje ardor, la carnicera. ya del arma el estruendo
y le muestra los blancos por el espeso bosque ha resonado.
dientes; y luego arbola Después, el misterioso El tigre sale huyendo,
con donaire la cola. tacto, las impulsivas y la hembra queda, el vientre desgarrado.
Al caminar se vía174 fuerzas que arrastran con poder pasmoso;
su cuerpo ondear, con garbo y bizarría. y, ¡oh gran Pan!, el idilio, monstruoso 176
Cuerdas con que se conducen a los perros cuando se va de
Se miraban los músculos hinchados bajo las vastas selvas primitivas. cacería. Sinécdoque que se refiere a los perros mismos.
177
Una de las advocaciones de Afrodita o Venus. Proviene del
gentilicio de Citérea, isla Griega donde se le rendía particular
174 175
Arcaísmo que imita el lenguaje de los Siglos de Oro. Viento septentrional. culto.
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¡Oh, va a morir!... Pero antes, débil, yerta, y mis nostalgias íntimas, que dan las bocas húmedas y tibias.
chorreando sangre por la herida abierta, junto a la chimenea ¡Oh viejo Invierno, salve!,
con ojo dolorido bien harta de tizones que crepitan. puesto que traes con las nieves frígidas
miró a aquel cazador, lanzó un gemido Y me pongo a pensar: ¡Oh, si estuviese el amor embriagante
como un ¡ay! de mujer... y cayó muerta. ella, la de mis ansias infinitas, y el vino del placer en tu mochila.
la de mis sueños locos
y mis azules noches pensativas! Sí, estaría a mi lado,
III ¿Cómo? Mirad: dándome sus sonrisas,
Aquel macho que huyó, bravo y zahare- De la apacible estancia ella, la que hace falta a mis estrofas,
ño en la extensión tranquila esa que mi cerebro se imagina;
a los rayos ardientes vertería la lámpara reflejos la que, si estoy en sueños,
del sol, en su cubil después dormía. de luces opalinas. se acerca y me visita;
Entonces tuvo un sueño: Dentro, el amor que abrasa; ella que, hermosa, tiene
que enterraba las garras y los dientes fuera, la noche fría; una carne ideal, grandes pupilas,
en vientres sonrosados el golpe de la lluvia en los cristales, algo del mármol, blanca luz de estrella;
y pechos de mujer; y que engullía y el vendedor que grita nerviosa, sensitiva,
por postres delicados su monótona y triste melopea muestra el cuello gentil y delicado
de comidas y cenas, a las glaciales brisas. de las Hebes182 antiguas;
como tigre goloso entre golosos, Dentro, la ronda de mis mil delirios, bellos gestos de diosa,
unas cuantas docenas las canciones de notas cristalinas, tersos brazos de ninfa,
de niño tiernos, rubios y sabrosos178. unas manos que toquen mis cabellos, lustrosa cabellera
un aliento que roce mis mejillas, en la nuca encrespada y recogida,
un perfume de amor, mil conmociones, y ojeras que denuncian
mil ardientes caricias: ansias profundas y pasiones vivas.
INVERNAL179 ella y yo: los dos juntos, los dos solos; ¡Ah, por verla encarnada,
Noche. Este viento vagabundo lleva la amada y el amado, ¡oh, Poesía!, por gozar sus caricias,
las alas entumidas los besos de sus labios, por sentir en mis labios
y heladas. El gran Andes la música triunfante de mis rimas, los besos de su amor,
yergue al inmenso azul su blanca cima. y en la negra y cercana chimenea diera la vida!
La nieve cae en copos, el tuero brillador que estalla en chispas. Entre tanto, hace frío.
sus rosas transparentes cristaliza; Yo contemplo las llamas que se agitan,
en la ciudad, los delicados hombros ¡Oh! ¡Bien haya el brasero cantando alegres con sus lenguas de oro,
y gargantas se abrigan; lleno de pedrería! móviles, caprichosas e intranquilas,
ruedan y van los coches, Topacios y carbunclos180, en la negra y cercana chimenea
suenan alegres pianos, el gas brilla; rubíes y amatistas do81 el tuero brillador estalla en chispas.
y si no hay un fogón que le caliente, en la ancha copa etrusca
el que es pobre tirita. repleta de ceniza. Luego pienso en el coro
Los lechos abrigados,
Yo estoy con mis radiantes ilusiones las almohadas mullidas, rística más destacada eran sus guedejas rizadas. Se fabricaban
las pieles de Astracán181, los besos cálidos en la ciudad rusa del mismo nombre.
182
Se refiere a las divinidades que atendían como coperos o
178
Lógicamente la intención de Darío radica en cuestionar el sirvientes a los dioses superiores. Proviene el nombre de la
180
papel del ser bestial y del ser civilizado. Sinónimo de rubí. diosa Hebe de los griegos, copera de Zeus y que fue sustituida,
179 181
Como el anterior poema, éste es una silva. Piel de cordero preparada para hacer abrigos cuya posteriormente, por Ganímedes, en este oficio.
característica más destacada eran sus guedejas rizadas. Se
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
de las alegres liras. y en la negra y cercana chimenea se ven en tu poesía la selva y el león;
En la copa labrada, el vino negro, el tuero brillador que estalla en chispas. salvaje luz irradia la lira que en tu mano
la copa hirviente en cuyos bordes brillan Dentro, el amor que abrasa; derrama su sonora, robusta vibración
con iris temblorosos y cambiantes fuera, la noche fría.
como un collar de prismas; Tú de Fakir189 conoces secretos y avatares;
el vino negro que la sangre enciende, a tu alma dio el Oriente misterios seculares,
y pone el corazón con alegría, DE INVIERNO186 visiones legendarias y espíritu oriental.
y hace escribir a los poetas locos En invernales horas, mirad a Carolina
sonetos áureos y flamantes silvas. Medio apelotonada, descansar en el sillón Tu verso está nutrido con savia de la tierra:
El Invierno es beodo. envuelta con su abrigo de marta cibelina fulgor de Ramayanas tu viva estrofa encierra
Cuando soplan sus brisas, y no lejos del fuego que brilla en el salón. y cantas en la lengua del bosque colosal.
brotan las viejas cubas
la sangre de las viñas. El fino angora blanco, junto a ella se reclina,
Sí, yo pintara su cabeza cana Rozando con su hocico la falda de alençón187,
con corona de pámpanos guarnida183. no lejos de las jarras de porcelana china
El Invierno es galeoto184, que medio oculta un biombo de seda del Japón.
porque en las noches frías
Paolo besa a Francesca185 Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
en la boca encendida, entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
mientras su sangre como fuego corre voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
y el corazón ardiendo le palpita.
¡Oh crudo Invierno, salve!, como una rosa roja que fuera flor de lis.
puesto que traes con las nieves frígidas Abre los ojos; mírame, con su mirar risueño,
el amor embriagante y en tanto cae la nieve del cielo de París.
y el vino del placer en tu mochila.
LECONTE DE LISLE188
Ardor adolescente, De las eternas musas el reino soberano
miradas y caricias; recorres, bajo un soplo de vasta inspiración,
cómo estaría trémula en mis brazos como un rajah soberbio que en su elefante india-
la dulce amada mía, no
dándome con sus ojos luz sagrada, por sus dominios pasa de rudo viento al son.
con su aroma de flor, savia divina.
En la alcoba, la lámpara Tú tienes en tu canto como ecos de Océano;
derramando sus luces opalinas;
oyéndose tan sólo
suspiros, ecos, risas; 186
Este es un soneto alejandrino, de rima ABAB, ABAB,
el ruido de los besos; CDC, DCD.
187
Encaje del siglo XVIII, derivado del llamado punto francés
la música triunfante de mis rimas, y caracterizado por su gran delicadeza.
188
Esta sección de Azul... también está formada por sonetos
183
Es un arcaísmo. Por guarnecida. alejandrinos. El bardo homenajeado en este poema pertenecía
184 189
Es un arcaísmo. Por galeote, prisionero condenado a remar a la escuela parnasiana y fue uno de los primeros maestros del Del árabe faqir. Significa hombre pobre. Algunas sectas
en las galeras de los barcos. modernismo. Su obra se caracteriza por su corrección estilísti- musulmanas (como los nizaríes) acostumbran yacer sobre cla-
185
Son los amantes adúlteros que Dante encuentra en el infier- ca, de corte clásico, su frialdad y una actitud pesimista y des- vos, horadar sus pieles y músculos con grandes agujas y espa-
no, según La divina comedia, ( Infierno . V, 73-142) deñosa hacia la vida. das. También existen faquires entre los hindúes.
RUBÉN DARÍO 63
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Yo he dicho, en la misa rosa de mi juventud, mis antífonas196, mis se-
PROSAS PROFANAS cuencias, mis profanas prosas197. Tiempo y menos fatiga de alma y corazón
me han hecho falta para, como un buen monje artífice, hacer mis mayúsculas
dignas de cada página del breviario198. (A través de los fuegos divinos de las
PALABRAS LIMINARES vidrieras historiadas me río del viento que sopla afuera, del mal que pasa.) to-
cad, campanas de oro, campanas de plata, tocad todos los días llamándome a la
Después de Azul... después de Los Raros, voces insinuantes, buena y
fiesta en que brillan los ojos de fuego, y las rosas de las bocas sangran delicias
mala intención, entusiasmo sonoro y envidia subterránea todo bella cosecha , únicas. Mi órgano es un viejo clavicordio pompadour199, al son del cual danza-
solicitaron lo que, en conciencia, no he creído fructuoso ni oportuno: un mani- ron sus gavotas200 alegres abuelos; y el perfume de tu pecho es mi perfume,
fiesto.190 eterno incensario de carne. Varona inmortal, flor de mi costilla.
Ni fructuoso ni oportuno: Hombres soy.
a)Por la absoluta falta de elevación mental de la mayoría pensante de
nuestro continente, en la cual impera el universal personaje clasificado por Re-
my de Gourmont191 con el nombre de Celui-qui-ne-comprend-pas.192 Celui-qui- ¿Hay en mi sangre alguna gota de sangre de África, o de indio chorotega201 o
ne-comprend-pas es entre nosotros, profesor, académico correspondiente de la nagrandano202? Pudiera ser, a despecho de mis manos de marqués; mas he aquí
Real Academia Española, periodista, abogado, poeta, rastaquouère193. que veréis en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales visiones de países
b) Porque la obra colectiva de los nuevos de América es aún vana, es- lejanos o imposibles: ¡qué queréis!, yo detesto la vida y el tiempo en que me
tando muchos de los mejores talentos en el limbo de un completo desconoci- tocó nacer; y a un presidente de República no podré saludarle en el idioma en
miento del mismo Arte a que se consagran.194 que te cantaría a ti, ¡oh Halagabal!, de cuya corte oro, seda, mármol me
c) Porque proclamando, como proclamo, una estética acrática, la im- acuerdo en sueños...
posición de un modelo o de un código implicaría una contradicción. (Si hay poesía en nuestra América ella está en las cosas viejas; en Pa-
Yo no tengo una literatura "mía" como la ha manifestado una magis- lenke y Utatlán, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran
tral autoridad para marcar el rumbo de los demás: mi literatura es mía en mí; Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman.)
quien siga servilmente mis huellas perderá su tesoro personal y, paje o esclavo, Buenos Aires; cosmópolis.
no podrá ocultar sello o librea. Wagner, a Augusta Holmés195, su discípula, dijo ¡Y mañana!
un día: "lo primero, no imitar a nadie, y sobre todo, a mí." Gran decir.
196
Confróntese la nota 76. A diferencia de aquel caso, aquí se quiere decir que su arte literario es
una religión.
190 197
Por lo menos desde el romanticismo, se hizo costumbre que los intelectuales expresaran sus Aparte de la aliteración (prosas profanas), obsérvese el tono paradojal que tiene el título de este
ideas, estéticas o no, a través de manifiestos. Este uso habrá de perdurar muchos años más, por libro, ya que no contiene sino versos. También refuerza la idea de religión que hay en su literatura
ejemplo, los vanguardistas también solían hacer manifiestos literarios. Por otro lado, aunque Darío ya que las prosas profanas son los textos litúrgicos no canónicos (bíblicos) que se utilizan durante la
se niegue a hacer algún manifiesto, en el fondo estas palabras liminares son de alguna forma un misa.
198
manifiesto. Se refiere al arte pictórico que se desarrolló sobre todo en los monasterios benedictinos, que con-
191
Afamado crítico literario francés, 1858-1915, creador del Mercurio de Francia y uno de los pri- sistía en decorar las letras mayúsculas de sus libros con pinturas de temas sacros, y a veces profa-
meros representantes del simbolismo. nos.
192 199
El que no entiende nada Por decir anacrónico. Es el típico gusto de los dandis, que en Baudelaire, ya comentábamos, se
193
En español rastacuero o rastracuero: Individuo enriquecido en el comercio de cuero. En sentido expresaba en una rústica bata de campesino. Por contexto, se refiere a los clavicordios del siglo
figurado, como aquí se usa, se refiere a la persona cuyos recursos o conocimientos no se conocen a XVIII.
200
ciencia cierta, y más bien son fraudulentos. Música francesa de origen campesino. Se bailaba formando círculos y a un ritmo más bien rápi-
194
Este es un ataque de los más duros y más ciertos del modernismo contra la intelectualidad hispa- do; para la época de Darío este baile ya era anacrónico pues la revolución francesa lo hizo desapare-
noamericana, en particular contra los románticos y los realistas. Quizá la única defensa que podría cer de las modas, cosa que sucedería igual con las calzas, que fueron sustituidas por los pantalones.
hacérseles es que, muchos de ellos, tuvieron que sacrificar su vocación literaria en aras de la forma- Recibe su nombre de los campesinos gavotes del Dauphiné.
201
ción de sus propias patrias. Grupo indígena del sur de Centroamérica. Son famosas sus alfarería, y en particular sus jarros-
195
Compositora francesa, 1847-1903, que utilizó el pseudónimo de Hermann Zeuta. Se dio a cono- retratos.
202
cer como pianista. Estudió música también con César Franck. Es autora, principalmente de óperas, El grupo indígena de los nagrandas o nagarandas eran originarios de Nicaragua y pertenecían a la
de las que ella misma escribía los guiones. misma familia indígena de los chorotega.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
El abuelo español de barba blanca me señala una serie de retratos ilus- entre los sollozos de los violoncelos.
tres: "Éste, me dice, es el gran don Miguel de Cervantes Saavedra, genio y
manco; éste es Lope de Vega; éste, Garcilaso; éste, Quintana." Yo le pregunto Sobre la terraza, junto a los ramajes,
por el noble Gracián, por Teresa la Santa, por el bravo Góngora y el más fuerte diríase un trémolo de liras eolias207
de todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamo: Shakespea- cuando acariciaban los sedosos trajes,
re! ¡Dante! ¡Hugo...! (y en mi interior: ¡Verlaine...!) sobre el tallo erguidas, las blancas magnolias.
Luego al despedirme: "Abuelo, preciso es decíroslo: mi esposa es de
mi tierra; mi querida, de París."203 La marquesa Eulalia risas y desvíos
daba a un tiempo mismo para dos rivales:
¿Y la cuestión métrica? ¿Y el ritmo? el vizconde rubio de los desafíos
Como cada palabra tiene un alma, hay en cada verso, además de la ar- y el abate joven de los madrigales208.
monía verbal, una melodía ideal. La música es sólo de la idea, muchas veces204.
Cerca, coronado con hojas de viña,
reía en su máscara Término209 barbudo,
La gritería de trescientas ocas no te impedirá, Silvano, tocar tu encan- y, como un efebo que fuese una niña,
tadora flauta, con tal de que tu amigo el ruiseñor esté contento de tu melodía. mostraba una Diana su mármol desnudo.
Cuando él no esté para escucharte, cierra los ojos y toca para los habitantes de
tu reino interior. ¡Oh pueblo de desnudas ninfas, de rosadas reinas, de amoro- Y bajo un boscaje del amor palestra,
sas diosas!205 sobre el rico zócalo al modo de Jonia210,
Cae a tus pies una rosa, otra rosa, otra rosa. ¡Y besos! con un candelabro prendido en la diestra
volaba el Mercurio de Juan de Bolonia211.
Y la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco. Cuando una musa te de un
hijo, queden las otras ocho encinta. La orquesta parlaba sus mágicas notas;
un coro de sones alados se oía;
203
Como muchas frases de este texto, esta última declaración está cargada de provocación. Habría
que leerla menos como una actitud misógina y más como la confesión de dos amores: uno casto y
puro, que es hispano, y uno sensual y pecaminoso que es francés.
204
Aparte de provocaciones, estas palabras liminares están cargadas de contradicciones: una de
207
ellas es ésta: Darío afirma aquí que es más importante el ritmo y la melodía de las ideas (es de- Diecisiete islas cercanas a Sicilia; formaban parte de la Magna Grecia.
208
cir, la perfección de las ideas) que de las palabras, cosa que en los hechos es al revés, pues en este Estas dos formas del galán se presentan como antitéticas, en el fondo sólo es una: el dandi. Quizá
libro dominan los versos bien medidos y las pocas ideas. la figura femenina paralela a ésta sea la que los mismos poetas crearon cuando concibieron a la mu-
205
Esta declaración refuerza la anterior. Privilegia el arte por el arte. También preconiza el arte que jer hermosa y cándida y su contrario, la mujer sensual y pecadora.
209
no tiene otro destinatario que el autor mismo, cosa muy lejana de Darío, ya que en él es evidente En arquitectura, cualquier busto colocado sobre una columna.
210
que lo más importante no es la autocomplacencia, sino la lectura admirada de su obra. La poesía de Se refiere a uno de los tres órdenes de la arquitectura clásica. Los otros dos son: el dórico y el
Darío sorprende y seduce al espectador, como las plumas de un pavo real macho a su hembra. Da- corintio.
211
do el caso la obra de Darío no es autocomplaciente sino exhibicionista. Escultor manierista de origen flamenco, 1529-1608, que hizo una importante serie de esculturas
206
Veinte serventesios dodecasílabos forman este poema. Este libro marca un profundo cambio, en bronce del dios Mercurio; finalmente consagró este tema en una escultura llena de ritmo y mo-
respecto de Azul... en cuanto a la rima y el ritmo. Si se lee en voz alta se puede captar su endemo- vimiento que, desnudo, el dios se sostiene sobre la punta del pie izquierdo y su mano derecha, alza-
niada musicalidad. da, apunta hacia el cielo.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
galantes pavanas212, fugaces gavotas108 bajo el ala aleve del leve abanico!216 ¿Fue en ese buen tiempo de duques pastores,
cantaban los dulces violines de Hungría. de amantes princesas y tiernos galanes,
Cuando a medianoche sus notas arranque cuando entre sonrisas y perlas y flores
Al oír las quejas de sus caballeros, y en arpegios áureos gima Filomela,217 iban las casacas de los chambelanes?
ríe, ríe, ríe la divina Eulalia, Y el ebúrneo cisne, sobre el quieto estanque,
pues son un tesoro las flechas de Eros, como blanca góndola imprima su estela, ¿Fue acaso en el Norte, en el Mediodía?
el cinto de Cipria213, la rueca de Onfalia214. Yo el tiempo y el día y el país ignoro;
la marquesa alegre llegará al boscaje, pero sé que Eulalia ríe todavía,
¡Ay de quien sus mieles y frases recoja! boscaje que cubre la amable glorieta ¡y es cruel y eterna su risa de oro!
¡Ay de quien del canto de su amor se fíe! donde han de estrecharla los brazos de un paje,
Con sus ojos lindos y su boca roja, que siendo su paje será su poeta.
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.
Al compás de un canto de artista de Italia DIVAGACIÓN220
Tiene azules ojos, es maligna y bella; que en la brisa errante la orquesta deslíe, ¿Vienes? Me llega aquí, pues que suspiras
cuando mira, vierte viva luz extraña; junto a los rivales, la divina Eulalia, un soplo de las mágicas fragancias
se asoma a las húmedas pupilas de estrella la divina Eulalia ríe, ríe, ríe. que hicieron los delirios de las liras
el alma del rubio cristal de Champaña. en las Grecias, las Romas y las Francias.
¿Fue acaso en el tiempo del rey Luis de Francia, ¡Suspira así! Revuelen las abejas,
Es noche de fiesta, y el baile de trajes sol con corte de astros, en campos de azur, al olor de la olímpica ambrosía,
ostenta su gloria de triunfos mundanos. cuando los alcázares llenó de fragancia en los perfumes que en el aire dejas;
La divina Eulalia, vestida de encajes, la regia y pomposa rosa Pompadour218? y el dios de piedra se despierta y ría.
una flor destroza con sus tersas manos.
¿Fue cuando la bella su falda cogía Y el dios de piedra se despierte y cante
El teclado armónimo de su risa fina con dedos de ninfas, bailando el minué219, la gloria de los tirsos221 florecientes
a la alegre música de un pájaro iguala. y de los compases del ritmo seguía en el gesto ritual de la bacante
Con los staccati215 de una bailarina sobre el tacón rojo, lindo y leve el pie? de rojos labios y nevados dientes;
y las locas fugas de una colegiala.
¿O cuando pastoras de fluidos valles en el gesto ritual que en las hermosas
¡Amoroso pájaro que trinos exhala ornaban con cintas sus albos corderos, Ninfalias222 guía a la divina hoguera,
bajo el ala a veces ocultando el pico; y oían, divinas Tirsis de Versalles, hoguera que hace llamear las rosas
que desdenes rudos lanza bajo el ala, las declaraciones de sus caballeros? en las manchadas pieles de pantera.
212
Majestuosa danza cortesana y solemne de gran éxito en el Y pues amas reír, ríe, y la brisa
siglo XVI, que se bailaba por una alargada columna de parejas lleve el son de los líricos cristales
216
y era ejecutada por una orquesta de vientos y maderas. He aquí el famoso verso, que nunca ha podido ser igualado
213
Otra advocación de Afrodita (ver nota 55). Se le llamaba en su gran belleza. En efecto, la aliteración logra su objetivo
220
así por un afamado templo en su honor en Chipre. También ya que el lector siente el movimiento producido por el aire Treinta y tres serventesios endecasílabos y un quinteto
Cipris. del abanico. (también endecasílabo de rima ABBAB), como coda, forman
214 217
También Ónfala. Reina de Lidia que compró como esclavo Hija de un rey ateniense que fue transformada por los dio- este poema.
221
a Hércules. Durante un año el héroe se dedicó a llevar una ses en ruiseñor. Rama floreciente, en particular, los ramajes de la familia de
218
vida placentera y de molicies en los brazos de la reina. Durante Sinónimo de cortesana hermosa e inteligente. Se basa en los olivos. En el hermetismo es símbolo de fecundidad.
222
este tiempo la reina se entretenía jugando con las armas de Jeanne Antoinette Poisson, 1721-1764, noble e influyente mu- Se refiere a las ninfas. Éstas siempre fueron amantes fatales,
Hércules y él tejiendo en la rueca de la reina y vistiendo ropas jer durante el reinado de Luis XV y amante de éste. para humanos o divinos. Las ninfas reciben a sus pretendientes
219
femeninas. Baile de origen francés muy popular en el siglo XIII, carac- con una dulce violencia y luego los sumergen en sus líquidas
215
Conjunto de notas que se ha de tocas con mayor intensidad. terizado por un ritmo lento y ternario. En francés menuet. moradas. Algunas víctimas fueron: Dafnis, Hilas y Narciso.
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de tu reír, y haga temblar la risa al eco de las Risas y los Juegos, Clelia enrojece, una dueña se signa.)
la barba de los Términos joviales. su más dulce licor Venus escancia.
¿O un amor alemán? que no han sentido
Mira hacia el lado del boscaje, mira Demuestran más encantos y perfidias, jamás los alemanes : la celeste
blanquear el muslo de marfil de Diana, coronadas de flores y desnudas, Gretchen235; claro de luna; el aria; el nido
y después de la Virgen223, la Hetaira las diosas de Clodión228 que las de Fidias72; del ruiseñor; y en una roca agreste,
diosa224, blanca, rosa y rubia hermana. unas cantan francés, otras son mudas.
la luz de nieve que del cielo llega
Pasa en busca de Adonis; sus aromas Verlaine es más que Sócrates; y Arsenio Y baña a una hermosa que suspira
deleitan a las rosas y los nardos; Houssaye229 supera al viejo Anacreonte. la queja vaga que a la noche entrega
síguela una pareja de palomas, En París reinan el Amor y el Genio. Loreley236 en la lengua de la lira.
y hay tras ella una fuga de leopardos. Ha perdido su imperio el dios bifronte230. Y sobre el agua azul el caballero
¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas Monsieur Prudhomme231 y Homais232 no saben nada. Lohengrín237; y su cisne, cual si fuese
galantes busco, en donde se recuerde, Hay Chipres, Pafos, Tempes y Amatuntes233, un cincelado témpano viajero,
al suave son de rítmicas orquestas, donde el amor de mi madrina, un hada, con su cuello enarcado en forma de S.
la tierra de la luz y el mirto verde. tus frescos labios a los míos juntes.)234
Y del divino Enrique Heine un canto,
(Los abates refieren aventuras Sones de bandolín. El rojo vino a la orilla del Rhin; y del divino
a las rubias marquesas. Soñolientos conduce un paje rojo. ¿Amas los sones Wolfang238 la larga cabellera, el manto;
filósofos defienden las ternuras del bandolín, y un amor florentino? y de la uva teutona el blanco vino.
del amor, con sutiles argumentos. Serás la reina en los decamerones. O amor lleno de sol, amor de España,
amor lleno de púrpuras y oros;
Mientras que surge de la verde grama, (Un coro de poetas y pintores amor que da el clavel, la flor extraña
en la mano el acanto225 de Corinto, cuenta historias picantes. Con maligna regada con la sangre de los toros;
una ninfa a quien puso un epigrama sonrisa alegre aprueban los señores.
Beaumarchais226, sobre el mármol de su plinto227. flor de gitanas, flor que amor recela,
amor de sangre y luz, pasiones locas;
228
Amo más que la Grecia de los griegos Escultor francés del siglo XVIII, llamado Claude Michel. flor que trasciende a clavo y a canela,
229
la Grecia de la Francia, por que en Francia, Escritor francés, 1815-1899, gran amigo de Gautier, quien
roja cual las heridas y las bocas.
le ayudó a consolidar su carrera. Su estilo fue un tanto des-
igual; prefería halagar los sentidos antes que pintar la realidad.
223
No lo dice en el sentido cristiano de la madre de Jesús, sino Escribió muchísimas obras literarias que en la actualidad han ¿Los amores exóticos acaso...?
en el contexto grecolatino; es decir la sacerdotisa núbil de al- caído en el olvido. Como rosa de Oriente me fascinas:
230
gunos templos y deidades, como las del templo de Diana; ésta Se refiere a Jano, dios de dos rostros, uno de éstos miraba al me deleitan la seda, el oro, el raso.
misma era virgen. pasado y el otro al futuro. Hay que entender que en París sólo
224
Las hetairas eran mujeres que ejercían una especie de pros- hay ojos para el futuro, no para la antigüedad. Gautier adoraba a las princesas chinas.
231
titución en la antigua Grecia, aunque eran más que eso. La Autor francés, 1839-1908, que transitó del parnasianismo al
diosa hetaira es Afrodita, que por contraste con la virginidad positivismo, la obra parnasiana tiene un encanto personal, la
235
de Diana tuvo muchos amantes (su esposo era Hefesto); uno positivista escudriña las relaciones entre la ciencia y el arte. Personaje femenino del Fausto de Goethe.
232 236
de ellos fue Adonis. Personaje de la novela Madam Bovary y símbolo de la es- Inmensa roca al pie del Rin, cercana a la ciudad de Sank
225
Hojas que adornan el capitel de las columna del orden co- tulticia. Goar. H Heine escribió un poema titulado Die Lorelei.
233 237
rintio. Se refiere a que en esta moderna Grecia que es Francia, Héroe legendario alemán que navegó en un barco con forma
226
Dramaturgo francés del siglo XVIII, 1732-1799. Cortesano también hay islas de Chipre, ciudades como Pafos y Amatonte de cisne para llegar a Amberes y luchar por Elsa de Brabante,
y relojero de la corte, escribió dos famosas obras: Las bodas (las dos en Chipre) o valles como Tempé (en Tesalia). con la que casará posteriormente. Eschenbach escribió un
234
de Fígaro y El barbero de Sevilla. Es evidente que este fragmento del poema es una clara rup- poema épico sobre este asunto titulado Parzival.
227 238
Cuadrado, también de mármol, que sirve de base o zócalo a tura con su inicio parnasiano y una reivindicación del simbo- Por supuesto que se refiere a Mozart, a pesar de no ser ale-
columnas y otras figuras. lismo y el cosmopolitismo. mán, sino austriaco.
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los rajahs, constelados de brillantes. la princesa persigue por el cielo de Oriente
¡Oh bello amor de mil genuflexiones: la libélula vaga de una vaga ilusión.
torres de kaolín239, pies imposibles, O negra, negra como la que canta
tasas de té, tortugas y dragones, en su Jerusalén el rey hermoso, ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda245 o de China,
y verdes arrozales apacibles! negra que haga brotar bajo su planta o en el que ha detenido su carroza argentina
la rosa y la cicuta del reposo... para ver de sus ojos la dulzura de luz,
Ámame en chino, en el sonoro chino o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
de Li-Tai-Pe240. Yo igualaré a los sabios Amor, en fin, que todo diga y cante, o en el que es soberano de los claros diamantes,
poetas que interpretan el destino; amor que encante y deje sorprendida o en el dueño orgulloso de las perlas de Or-
madrigalizaré junto a tus labios. a la serpiente de ojos de diamante muz246?
que está enroscada al árbol de la vida.
Diré que eres más bella que la Luna; ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
que el tesoro del cielo es menos rico Ámame así, fatal cosmopolita, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
que el tesoro que vela la importuna universal, inmensa, única, sola tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
caricia de marfil de tu abanico. y todas; misteriosa y erudita: ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
Ámame japonesa, japonesa ámame mar y nube, espuma y ola242. saludar a los lirios con los versos de mayo,
antigua, que no sepa de naciones o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
occidentales; tal una princesa Se mi reina de Saba243, mi tesoro; Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
con las pupilas llenas de visiones, descansa en mis palacios solitarios. ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Duerme. Yo encenderé los incensarios. ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que aún ignorase en la sagrada Kioto, Y junto a mi unicornio cuerno de oro, Y están tristes las flores por la flor de la corte;
en su labrado camarín de plata tendrán rosas y miel tus dromedarios. los jazmines de Oriente, los nelumbos247 del Norte,
ornado al par de crisantemo y loto, de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
la civilización del Yamagata241. SONATINA244
La princesa está triste..., ¿qué tendrá la princesa? ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
O con amor hindú que alza sus llamas Los suspiros se escapan de su boca de fresa, Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la visión suprema de los mitos, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. en la jaula de mármol del palacio real;
y hacen temblar en misteriosas bramas La princesa está pálida en su silla de oro, el palacio soberbio que vigilan los guardas,
la iniciación de los sagrados ritos. está mudo el teclado de su clave sonoro; que custodia cien negros con sus cien alabardas,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
En tanto mueven tigres y panteras
sus hierros, y en los fuertes elefantes El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. ¡Oh, quién fuera hipsipila248 que dejó la crisálida!
sueñan con ideales bayaderas Parlanchina la dueña dice cosas banales, (La princesa está triste. La princesa está pálida.)
y vestido de rojo piruetea el bufón. ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
239
La princesa no ríe, la princesa no siente;
Arcilla de origen chino que no se decolora cuando se coce.
245
Se utiliza en la elaboración de la porcelana. Antiguo reino meridional de la India que en la actualidad
240 242
También Li-Pe, máximo poeta chino, 698-762. Llevó una Un ejemplo más del animismo que tanto sedujo a Darío. constituye buena parte del estado de Andhra Pradesh.
243 246
vida disoluta y errabunda, escribió cantares báquicos, baladas Bíblica y legendaria reina que visitó al rey Salomón en Je- Antigua región del golfo Pérsico que corresponde en la
y elegías, todo en un estilo de gran originalidad. rusalén (I Reyes, 10), acompañada de una caravana de came- actualidad a los Emiratos Árabes Unidos; tradicionalmente
241
Ciudad al norte de Japón. Desde épocas prehistóricas llos y dromedarios cargados de especias, oro y joyas. estos pueblos fueron recolectores de perlas.
244 247
existieron ahí asentamiento humanos, las leyendas hablan de En los tiempos de Darío ya habían caído en desuso las com- De la familia de los lotos y los nenúfares.
248
una reina, Himiko, que pudo haber gobernado esa zona. binaciones estróficas de seis versos. Él las renovó con este Lepidóptero del género de los heterocéreos (mariposas del
También existen unos santuarios budistas tallados en la roca, arreglo rítmico: palabras agudas al final de los versos tercero y crepúsculo y la noche). El scintillanus, de Estados Unidos, es
que han sido de gran admiración. sexto. una hipsipila.
RUBÉN DARÍO 68
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe del botón de los blancos rosales mira pasar la Gloria, la Banca y el Sport.
(la princesa está pálida, la princesa está triste), y del albo toisón253 diamantino
más brillante que el alba, más hermosa que abril! de los tiernos corderos pascuales. Un pájaro poeta rumia en su buche versos;
Calla, calla, Princesa dice el hada madrina ; chismoso y petulante, charlando va un gorrión;
en caballo con alas hacia acá se encamina, Rimador de ideal florilegio254, las plantas trepadoras conversan de política;
en el cinto la espada y en la mano el azor, es de armiño su lírico manto, las rosas y los lirios del arte y del amor.
el feliz caballero que te adora sin verte, y es el mágico pájaro regio
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, que al morir rima el alma en un canto. Rigiendo su cuadriga de mágicas libélulas,
a encenderte los labios con su beso de amor. de sueños millonarios, pasa el travieso Puck;
El alado aristócrata muestra y, espléndida sportwoman, en su celeste carro,
lises albos en campo de azur, la emperatriz Titania seguida de Oberón257.
y ha sentido en sus plumas la diestra
BLASÓN249 de la amable y gentil Pompadour126. De noche, cuando muestra su medio anillo de oro,
Para la condesa de Peralta bajo el azul tranquilo, la amada de Pierrot258,
El olímpico cisne de nieve Boga y boga en el lago sonoro es una fiesta pálida la que en el huerto reina,
con el ágata rosa del pico donde el sueño de los tristes espera, toca en la lira el aire su do-re-mi-fa-sol.
lustra el ala eucarística y breve donde aguardaba una góndola de oro
que abre al sol como un casto abanico. a la novia de Luis de Baviera255. Curiosas las violetas a su balcón se asoman.
Dad, condesa, a los cisnes cariño; Y una suspira: "¡Lástima que falte el ruiseñor!"
De la forma de un brazo de lira dioses son de un país halagüeño, Los silfos259 acompasan la danza de las brisas
y del asa de un ánfora griega y hechos son de perfume, de armiño, en un walpurgis260 vago de aroma y de visión.
es su cándido cuello, que inspira de luz alba, de seda y de sueño.
como prora ideal que navega. De pronto se oye el eco del grito de la pampa;
brilla como una puesta del argentino sol;
Es el cisne, de estirpe sagrada, y un espectral jinete como una sombra cruza,
cuyo beso, por campos de seda, DEL CAMPO256 sobre su espalda un poncho; sobre su faz, dolor.
ascendió hasta la cima rosada ¡Pradera, feliz día! Del regio Buenos Aires
de las dulces colinas de Leda250. quedaron allá lejos el fuego y el hervor; ¡"¿Quién eres, solitario viajero de la noche?"
Blanco rey de la fuente Castalia251, hoy en tu verde triunfo tendrán mis sueños vida, "¡Yo soy la Poesía que un tiempo aquí reinó:
su victoria ilumina el Danubio; respiraré tu aliento, me bañaré en tu sol. Yo soy el primer gaucho que parte para siempre,
Vinci fue su varón en Italia252; de nuestra vieja patria llevando el corazón!"
Lohengrín145 es su príncipe rubio. Muy buenos días, huerto. Saludo la frescura
que brota de las ramas de tu durazno en flor;
Su blancura es hermana del lino, formada de rosales, tu calle de Florida
RUBÉN DARÍO 69
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA261 CANCIÓN DE CARNAVAL264 y aparece Pulchinela
¿Eva era rubia? No. Con negros ojos Le carnaval s'amuse! con su joroba.
vio la manzana del jardín: con labios Viens le chanter, ma Muse...
rojos probó su miel; con labios rojos BANVILLE Di a Colombina, la bella,
que saben hoy más ciencia que los sabios. lo que de ella pienso yo,
Musa, la máscara apresta, y descorcha una botella
Venus tuvo el azur en sus pupilas, ensaya un aire jovial para Pierrot.
pero su hijo no. Negros y fieros, y goza y ríe en la fiesta
encienden a las tórtolas tranquilas del carnaval. Que él te cuente cómo rima
los dos ojos de Eros. sus amores con la Luna
Los ojos de las reinas fabulosas, Ríe en la danza que gira, y te haga un poema en una
de las reinas magníficas y fuertes, muestra la pierna rosada, pantomima.
tenían las pupilas tenebrosas y suene, como una lira,
que daban los amores y las muertes. tu carcajada. Da al aire la serenata,
toca el auro bandolín,
Pentesilea262, reina de amazonas; Para volar más ligera lleva un látigo de plata
Judith, espada y fuerza de Betulia263; ponte dos hojas de rosa, para el spleen266.
Cleopatra, encantadora de coronas, Si como hace tu compañera
la luz tuvieron de tus ojos, Julia. la mariposa. Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara sé griega;
La negra, que es más luz que la luz blanca Y que en tu boca risueña, o gaucha, con la guitarra
del Sol, y las azules de los cielos. que se une al alegre coro, de Santos Vega.
Luz que el más rojo resplandor arranca deje la abeja porteña
al diamantes terrible de los celos. su miel de oro. Mueve tu espléndido torso
por las calles pintorescas,
Luz negra, luz divina, luz que alegra Únete a la mascarada, y juega y adorna el Corso
a la luz meridional, luz de las niñas y mientras muequea un clown con rosas frescas.
de las grandes ojeras, ¡Oh luz negra con la faz pintarrajeada
que hace cantar a Pan bajo las viñas! como Frank Brown265; De perlas riega un tesoro
de Andrade en el regio nido,
mientras Arlequín revela y en la hopalanda267 de Guido268,
que al prisma sus tintes roba polvo de oro.
Penas y duelos olvida,
canta deleites y amores;
264
Diecisiete estrofas, de cuatro versos cada una, forman estas busca la flor de las flores
261
Seis serventesios endecasílabos, con una excepción (el coplas de pie quebrado. A diferencia de las consagradas por por Florida269.
cuarto verso de la segunda estrofa es un heptasílabo) forman Jorge Manrique, que tenían versos de ocho y cuatro sílabas,
este poema. Darío utiliza combinaciones de ocho y cinco sílabas, que tam-
262 266
Reina de las amazonas a la que Aquiles derrota. bién se usaban desde aquellos tiempos. Es verdad que para Cf. el estudio introductorio, pág. 18.
263 267
Según la Biblia católica, Judit, hermosa viuda de la ciudad finales del siglo pasado y principios de éste, ya habían caído Especie de túnica que se usaba sobre la ropa, en particular
hebrea de Betulia, se ofrece al general babilonio Holofernes en desuso. En ocasiones las rimas de estas coplas de Darío son la utilizaban los estudiantes para señalar su dignidad.
268
(que tiene sitiados a los judíos). Después de un festín, éste se alternas y en otras pareadas. Guido y Andrade son dos poetas menores del romanticismo
265
duerme; hecho que utiliza la mujer para decapitarlo. La provocadora actitud de rimar palabras que no son del argentino. Olegario Víctor Andrade y Carlos Guido y Spano.
269
español, es un gesto muy de los modernistas. Antes que Darío Calle y barrio acomodado de Buenos Aires en el que tradi-
Gutiérrez Nájera había rimado bistec con Chapultepec. cionalmente ha habido ambiente bohemio y literario.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
galas de la espuma, ceras de los cirios
Con la armonía le encantas y estrellas celestes tienen tu color. Yo la vestimenta de Pierrot tenía,
de las rimas de cristal, y aunque me alegraba y aunque me reía,
y deshojas a sus plantas Yo, al enviarte versos, de mi vida arranco moraba en mi alma la melancolía.
un madrigal. la flor que te ofrezco, blanco serafín.
¡Mira cómo mancha tu corpiño blanco La carnavalesca noche luminosa
Piruetea, baila, inspira la más roja rosa que hay en mi jardín! dio a mi triste espíritu la mujer hermosa,
versos locos y joviales; sus ojos de fuego, sus labios de rosa.
celebre la alegre lira
los carnavales. Y en el gabinete del café galante
EL FAISÁN 271 ella se encontraba con su nuevo amante,
Sus gritos y sus canciones, Dijo sus secretos el faisán de oro: peregrino pálido de un país distante.
sus comparsas y sus trajes, En el gabinete mi blanco tesoro,
sus perlas, tintes y encajes de sus claras risas el divino coro, Llegaban los ecos de vagos cantares;
y pompones. y se despedían de sus azahares
las bellas figuras de los gobelinos, mieles de purezas de los bulevares:
Y lleve la rauda brisa, los cristales llenos de aromados vinos,
sonora, argentina, fresca, las rosas francesas en los vasos chinos. Y cuando el champaña me cantó su canto,
la victoria de tu risa por una ventana vi que un negro manto
funambulesca. (Las rosas francesas, porque fue allá en Francia de nube, de Febo cubría el encanto.
donde en el retiro de la dulce estancia
esas frescas rosas dieron su fragancia.) Y dije a la amada de un día: ¿No viste
La cena esperaba. Quitadas las vendas, de pronto ponerse la noche tan triste?
BOUQUET270 iban mil amores de flechas tremendas ¿Acaso la Reina de luz ya no existe?
Un poeta egregio del país de Francia, en aquella noche de carnestolendas272.
que con versos áureos alabó el amor, Ella me miraba. Y el faisán cubierto
formó un ramo armónico, lleno de elegancia, La careta negra se quitó la niña, de plumas de oro: "¡Pierrot, ten por cierto
en su Sinfonía en Blanco Mayor. y tras el preludio de una alegre riña que tu fiel amada, que la Luna, ha muerto!"
Yo por ti formara, Blanca deliciosa, apuró mi boca vino de su viña.
el regalo lírico de un blanco bouquet, GARCONNIÈRE273
Con la blanca estrella, con la blanca rosa Vino de la viña de la boca loca, a G. Grippa.
que en los bellos parques del azul se ve. que hace arder el beso, que el mordisco invoca. Cómo era el instante, dígalo la musa
¡Oh los blancos dientes de la loca boca! que las dichas trae, que las penas lleva:
Hoy que tú celebras tus bodas de nieve La tristeza pasa, velada y confusa;
(tus bodas de virgen con el sueño son), En su boca ardiente yo bebí los vinos, la alegría, rosas y azahares nieva.
todas sus blancuras Primavera llueve y, pinzas rosadas, sus dedos divinos
sobre la blancura de tu corazón. me dieron las fresas y los langostinos. Era en un amable nido de soltero,
de risas y versos, de placer sonoro;
Cirios, cirios blancos, blancos, blancos lirios, era un inspirado cada caballero,
271
cuello de los cisnes, margarita en flor, En este poema tenemos catorce tercetos monorrimos de de sueños azules y vino de oro.
rima consonante y dodecasílabos. Este es otro gran ejemplo de
la perfección en el ritmo y la musicalidad del verso; léase en
voz alta.
270 272 273
Cinco serventesios dodecasílabos forman este poema. Días de carnaval. Nueve estrofas dodecasílabas, de rima consonante alterna.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Un rubio decía frases sentenciosas; Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro en una noche alegre que nunca volverá.
negando y amando las musas eternas (¡oh, cruel, horrible destierro!) ¿cómo es que
un bruno decía versos como rosas, tú, hermana armoniosa, haces cantar al cielo gris, Tus labios escarlata de púrpura maldita
dos sonantes rimas y palabras tiernas. tu pajarera de ruiseñores, tu formidable caja mu- sorbían el champaña del fino baccarat;
sical? ¿No te entristece recordar la primavera en tus dedos deshojaban la blanca margarita,
Los tapices rojos, de doradas listas, que oíste a un pájaro divino y tornasol "Sí... no... sí... no...", ¡y sabías que te adoraba ya!
cubrían panoplias274 de pinturas y armas, en el país del sol?
que hablaban de bellas pasadas conquistas,
amantes coloquios y dulces alarmas. En el jardín del rey de la isla de Oro (¡oh, mi en- Después, ¡oh flor de Histeria!, llorabas y reías;
sueño que adoro!) fuera mejor que tú, armoniosa tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo;
El verso de fuego de D'Annunzio era hermana, amaestrases tus aladas flautas, tus sono- tus risas, tus fragancia, tus quejas eran mías.
como un son divino que en las saturnales ras arpas; tú que naciste donde más lindos nacen el
guiara las manchadas pieles de pantera clavel de sangre y la rosa de arrebol, Y en una tarde triste de los más dulces días,
a fiestas soberbias y amores triunfales. en el país del sol! la Muerte, la celosa, por ver si me querías,
¡como a una margarita de amor te deshojó!
E iban con manchadas pieles de pantera, O en el alcázar de la reina de la isla de Plata San Martín (Buenos Aires).
con tirsos129 de flores y copas paganas (Schubert solloza la Serenata...) pudiera también,
las almas de aquellos jóvenes que viera hermana armoniosa, hacer que las místicas aves
Venus en su templo con palmas hermanas. de tu alma alabasen, dulce, dulcemente, el claro MÍA279
de luna, los vírgenes lirios, la monia276 paloma y Mía: así te llamas.
Venus, la celeste reina que adivina el cisne marqués. La mejor plata se funde en un ¿Qué más armonía?
en las almas vivas alegrías francas, ardiente crisol, Mía: luz del día;
y que les confía, por gracia divina, en el país del sol! mía: rosas, llamas.
sus abejas de oro, sus palomas blancas.
Vuelve, pues, a tu barca, que tienes lista la ¡Qué aromas derramas
Y aquellos amantes de la eterna Dea, vela en el alma mía,
a la dulce música de la regia rima (resuena, lira; Céfiro277, vuela) y parte, armo- si sé que me amas,
oyen el mensaje de la vasta Idea niosa hermana, adonde un príncipe bello, a la ori- ¡oh Mía! ¡Oh Mía!
por el compañero que recita y mima. lla del mar, pide liras, y versos y rosas, y acaricia
sus rizos de oro bajo un regio azul parasol, Tu sexo fundiste
Y sobre sus frentes, que acaricia el lauro, en el país del sol! Con mi sexo fuerte,
Abril pone amable su beso sonoro, New York, 1893. fundiendo dos bronces.
y llevan gozosos, sátiro y centauro,
la alegría noble del vino de oro. Yo triste, tú triste...
MARGARITA278 ¿No has de ser entonces
In memoriam... mía hasta la muerte?
EL PAÍS DEL SOL275 ¿Recuerdas que querías ser una Margarita
Para una artista cubana. Gautier? Fijo en mi mente tu extraño rostro está,
cuando cenamos juntos, en la primera cita,
279
Este poema es un ejemplo de los sonetos inventados por
274
Tabla con forma de escudo en la que se colocan armas y Darío. Es de arte menor: hexasílabo, la primera estrofa es una
276
objetos de la heráldica. Neologismo por monacal, es decir, pura. redondilla y la segunda una cuarteta, finalmente los tercetos
275 277
Siguiendo la moda impuesta por Baudelaire, Darío incluye Dios griego del viento, que soplaba del oeste. riman: cde ced . Nótese el intenso tono erótico del poema, en
278
este poema en prosa. Soneto alejandrino de rima ABAB ABAB CDC CCD. general Darío no había escrito poemas de tal hondura sensual.
RUBÉN DARÍO 72
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
A Paull Groussac285.
DICE MÍA280 ¡Clorinda, Carolina! En la isla en que detiene su esquife286 el argonauta
Mi pobre alma pálida Anúncialas un paje con una rama de viña. del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta
era una crisálida. ¡Sylvia! de las eternas liras se escucha Isla de oro
Luego, mariposa Anúnciala una corza blanca. en que el tritón elige su caracol sonoro
de color de rosa. y la sirena blanca va a ver el sol un día
¡Aurora, Isabel! se oye un tropel vibrante de fuerza y de armonía.
Un céfiro inquieto Anúncialas de pronto
dijo mi secreto... un resplandor que ciega mis ojos. Son los Centauros287. Cubren la llanura. Les siente
¿Has sabido tu secreto un día? la montaña. De lejos, forman son de torrente
¿Ella? que cae, su galope al aire que reposa
¡Oh Mía! (no la anuncian. No llega aún.) despierta, y estremece la hoja del laurel-rosa.
Tu secreto es una Son los Centauros. Unos enormes, rudos; otros
melodía de un rayo de luna... alegres y saltantes como jóvenes potros;
¿Una melodía? ITE, MISSA EST282 unos con largas barbas como los padres-ríos;
A Reynaldo de Rafael. otros imberbes, ágiles y de piafantes bríos,
Yo adoro a una sonámbula con alma de Eloísa, y de robustos músculos, brazos y lomos aptos
HERALDOS281 virgen como la nieve y honda como la mar; para portar las ninfas rosadas en los raptos.
¡Helena! su espíritu es la hostia de mi amorosa misa,
La anuncia el blancor de un cisne. y alzo al son de una dulce lira crepuscular.
este segundo libro de Darío tiene. Los primeros poemas desta-
can por su ligereza, a medida que avanzamos en la lectura,
¡Makheda! Ojos de evocadora, gesto de profetisa, descubrimos cómo esta ligereza cede el lugar a una actitud
La anuncia el blancor de un cisne. en ella hay la sagrada frecuencia del altar: reflexiva, hermética y panteísta. Este coloquio de centauros
su risa es la sonrisa suave de Monna Lisa; está formado por doscientos doce versos tetradecasílabos de
sus labios son los únicos labios para besar. rima consonante pareada.
¡Ifigenia, Electra, Catalina! 285
Poeta y novelista argentino/francés, 1848-1929, vivió desde
anúncialas un caballero con un hacha. muy joven en Argentina, donde escribió buena parte de su
Y he de besarla un día con rojo beso ardiente; obra. Aunque hay algo de estilo parnasiano en su poesía no lo
¡Ruth, Lía, Enone! apoyada en mi brazo como convaleciente fue del todo, a pesar de que Darío lo consideraba uno de sus
me mirará asombrada con íntimo pavor; maestros modernistas . Estudió y tradujo a casi todos los
Anúncialas un paje con un lirio. franceses parnasianos.
286
Pequeño bote que se usa para desembarcar.
¡Yolanda! la enamorada esfinge quedará estupefacta; 287
Estos hombres/caballo siempre estuvieron asociados con
Anúnciala una paloma. apagaré la llama de la vestal intacta Dioniso, pues lo acompañaban en sus procesiones, junto con
¡y la faunesa antigua me rugirá de amor!283 los sátiros. Amantes de las mujeres y el vino, cultivaban la
música, la medicina y la adivinación.
280
La versificación de este poema no responde a ninguna for- Ixión y Netela (la nube) engendraron al primero de estos
ma determinada, son dos estrofas de cuatro versos y una de seres, cuyo nombre fue Centauro. Despreciado por todos, este
tres. Todos son de arte menor (excepto el décimo que es un COLOQUIO DE LOS CENTAUROS284 horripilante ser huyó hacia Magnesia, donde se unió con las
decasílabo) y de rima consonante. El primer verso de la tercera yeguas. De este ayuntamiento nacieron un pueblo de bes-
estrofa es trisílabo. Finalmente, predominan las rimas parea- tias/humanos: de la cabeza al torso como su padre y de la cin-
282
das. Por la forma, así como por el tema, este pequeño poema En latín, Idos, la misa ha terminado . Es una frase ritual tura a los pies como la madre.
casi parece un ensayo de poema, una prolongación un tanto previa a la última bendición. Es un soneto alejandrino. Por sus nombres personales podemos deducir la índole vio-
283
hermética del anterior. La unión del amor sensual y la devoción religiosa fue un lenta y salvaje de estos seres: Licos, Bianor, Eurinomas,
281
Nueva búsqueda, nueva combinación, parece que las posi- tema muy gustado por los modernistas, dos ejemplos más los Agrios, Aretos. Otros nombres se refieren a habitantes de los
bles combinaciones que pudiera hacer Darío son inagotables. tenemos en la poesía de Ramón López Velarde y Efrén Rebo- bosques y las montañas: Petraios, Drialos, Oureios. Entre los
En este caso tenemos ocho pareados y un terceto en forma de lledo. centauros apacibles están Folos y Quirón, este último de un
284
verso libre. Este poema es la más acabada muestra de la transición que origen diverso a los primeros.
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ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Arquero luminoso, desde el Zodiaco llegas; un misterio; y revela una inicial la espuma
Van en galope rítmico. Junto a un fresco boscaje, aún presas en las crines tienes abejas griegas; o la flor, y se escuchan palabras de la bruma.
aún del dardo herakleo290 muestras la roja herida Y el hombre favorito del Numen, en la linfa
frente al gran Océano, se paran. El paisaje por do salir no pudo la esencia de tu vida. o la ráfaga encuentra mentor -demonio o ninfa.
recibe de la urna matinal luz sagrada ¡Padre y Maestro excelso! Eres la fuente sana
que el vasto azul suaviza con límpida mirada. de la verdad que busca la triste raza humana: Folo294
Y oyen seres terrestres y habitantes marinos aún Esculapio291 sigue la vena de tu ciencia; El biforme ixionida295 comprende de la altura,
la voz de los crinados cuadrúpedos divinos. siempre el veloz Aquiles sustenta su existencia por la materna gracia, la lumbre que fulgura,
con el manjar salvaje292 que le ofreciste un día, la nube que se anima de luz y que decora
Quirón288 y Herakles, descuidando su maza, en la armonía el pavimento en donde rige su carro Aurora,
Calladas las bocinas a los tritones gratas, de los astros, se eleva bajo el cielo nocturno... y la banda de Iris que tiene siete rayos
calladas las sirenas de labios escarlata, cual la lira en sus brazos siete cuerdas, los mayos
los carrillos de Eolo desinflados, digamos Quirón
junto al laurel ilustre de florecidos ramos La ciencia es flor del tiempo: mi padre fue Satur- en la flagrante tierra llenos de ramos bellos,
la gloria inmarcesible de las Musas hermosas no. y el Polo coronado de cándidos cabellos296.
y el triunfo del terrible misterio de las cosas. Abantes293 El ixionida pasa veloz por la montaña
He aquí que renacen los lauros milenarios; Himnos a la sagrada Naturaleza; al vientre rompiendo con el pecho de la maleza huraña
vuelven a dar su lumbre los viejos lampadarios; de la tierra y al germen que entre las rocas y entre los erizados brazos, las cárceles hostiles;
y anímase en mi cuerpo de Centauro inmortal las carnes de los árboles, y dentro humana forma escuchan sus orejas los ecos más sutiles:
la sangre del celeste caballo paternal. sus ojos atraviesan las intrincadas hojas
es un mismo secreto y es una misma norma, mientras sus manos toman para sus bocas rojas
Reto289 potente y sutilísimo, universal resumen las frescas bayas altas que el sátiro codicia;
de la suprema fuerza, de la virtud del Numen. junto a la oculta fuente su mirada acaricia
las curvas de las ninfas del séquito de Diana;
288
Quizá este sea el centauro más famoso, y uno de los pocos Quirón pues es en su cuerpo corre también la esencia humana
que no es violento y pendenciero. Su nombre significa mano
diestra, era hijo de Cronos (Saturno), que convertido en caba-
¡Himnos! Las cosas tienen un ser vital: las cosas unida a la corriente de la savia divina
llo se unió con la ninfa Filira. Diana y Apolo le enseñaron la tienen raros aspectos, miradas misteriosas; y a la salvaje sangre que hay en la bestia equina.
caza, la medicina, la gimnasia y la adivinación. Sus conoci- toda forma es un gesto, una cifra, un enigma; Tal el hijo robusto de Ixión y de la Nube.
mientos los transmitió entre otros a Jasón, Aquiles, Esculapio, en cada átomo existe un incógnito estigma;
Peleo, Meleagro, Ulises y Eneas.
Salvó a su sobrino Peleo de las manos de los centauros, y le
cada hoja de cada árbol canta un propio cantar Quirón
ayudó a conquistar a Tetis. Posteriormente Tetis y Peleo se y hay un alma entre cada una de las gotas del mar;
casan, en la boda Quirón predijo la fama del futuro hijo de el vate, el sacerdote, suele oír el acento
294
Peleo, Aquiles; ahí mismo le regaló una lanza de fresno con desconocido; a veces enuncia el vago viento Dio hospitalidad a Hércules perdido. Para agasajarlo abre
que el héroe de Troya ganó muchas batallas. Finalmente, Qui- un tonel de vino que Dioniso le había regalado. Al perfume del
rón sería el amado maestro de Aquiles. vino los demás centauros acuden al convite que concluye en
Como hijo de dioses era inmortal, pero él decidió, de alguna de lo ahí dicho de ellos es muy poco más lo que se puede saber una batalla campal, en ésta Folo es herido accidentalmente por
forma, morir. Una de las flechas envenenadas de Hércules le de sus vidas y sus hazañas. Así que en alguno nos veremos una flecha de Hércules, a consecuencia de la cual muere.
295
hiere accidentalmente una pata; aunque se aplicó sus hierbas limitados y no decir nada de ellos. En esta misma obra se dice Es decir, hijo de Ixión. Este hombre, creyendo engañar a
medicinales, muere al noveno día. Otra versión dice que en que Reto mató en la referida batalla a Córax, Corito y Drías. Zeus, sedujo a Hera, que fue suplantada por una nube. Ixión
290
una batalla contra los centauros, una flecha envenenada de De Heracles, es decir: Hércules dio origen a la genealogía de los centauros. Es biforme por su
291
Hércules le hiere accidentalmente una rodilla. El grave dolor le Médico griego de la antigua Bitinia. Vivió en el siglo pri- condición humana y equina.
296
hace pedir a Zeus la muerte, la cual le es concedida y enviado mero a. de C. En la tradición hermética y de la cábala se decía que los
292
al cielo como un cúmulo de estrellas. Quirón, que crió a Aquiles, dice una tradición que lo ali- centauros eran el símbolo de los rayos del sol, y que por lo
289
La mayor parte de los centauros que aparecen en este poe- mentaba con sangre de leona y médula de oso y jabalí. tanto siempre lo acompañaban y, en consecuencia, se les aso-
293
ma son mencionados por Ovidio en sus Metamorfosis (Libro Según una versión era caudillo de los centauros. Hijo de ciaba con Apolo. Aquí Folo hace referencia a esa condición de
XII, capítulo 6), en la famosa batalla contra los lapitas. Fuera Ixión, según Píndaro. acompañantes del astro.
RUBÉN DARÍO 74
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Sus cuatro patas bajan; su testa erguida sube. hizo gemir la tierra de amor: fue para el hombre su piel de flor aún húmeda está de agua marina.
más alto que el de Jove; y los númenes mismos Yo he visto de Hipodamia la faz encantadora,
Orneo lo oyeron asombrados; los lóbregos abismos la cabellera espesa, la pierna vencedora;
Yo comprendo el secreto de la bestia. Malignos tuvieron una gracia de luz. ¡Venus impera! ella de la hembra humana fuera ejemplar augusto;
seres hay y benignos. Entre ellos se hacen signos Ella es entre las reinas celestes la primera, ante su rostro olímpico no habría rostro adusto;
de bien y de mal, de odio o de amor, o de pena pues es quien tiene el fuerte poder de la Hermosura. las Gracias junto a ella quedarían confusas,
o gozo: el cuervo es malo y la torcaz es buena . ¡Vaso de miel y mirra brotó de la amargura! y las ligeras Horas y las sublimes Musas
Ella es la más gallarda de las emperatrices; por ella detuvieran sus giros y su canto.
Quirón princesa de los gérmenes, reina de las matrices,
Ni es la torcaz benigna, ni es el cuervo protervo: señora de las savias y de las atracciones, Hipea
son formas del Enigma la paloma y el cuervo. señora de los besos y de los corazones. Ella la causa fuera de inenarrable espanto:
por ella el ixionida dobló su cuello fuerte.
Astilo297 Eurito300 La hembra humana es hermana del Dolor y la Muerte.
El Enigma es el soplo que hace cantar la lira. ¡No olvidaré los ojos radiantes de Hipodamia!
Quirón
Neso298 Hipea Por suma ley un día llegará el himeneo
¡El Enigma es el rostro fatal de Deyanira! Yo sé de la hembra humana la original infamia. que el soñador aguarda: Cinis será Ceneo303;
Mi espalda aún guarda el dulce perfume de la be- Venus anima artera sus máquinas301 fatales; claro será el origen del femenino arcano:
lla; tras los radiantes ojos ríen traidores males; La Esfinge tal secreto dirá a su soberano.
aún mis pupilas llaman su claridad de estrella. de su floral perfume se exhala sutil daño;
¡Oh aroma de su sexo. ¡Oh rosas y alabastros! su cráneo oscuro alberga bestialidad y engaño. Clito
¡Oh envidia de las flores y celos de los astros! Tiene las formas puras del ánfora, la risa Naturaleza tiende sus brazos y sus pechos
del agua que la brisa riza y el sol irisa; a los humanos seres; la clave de los hechos
Quirón mas la ponzoña ingénita su máscara pregona: conócela el vidente; Homero con su báculo,
Cuando del sacro abuelo la sangre luminosa mejores son el águila, la yegua y la leona. en su gruta Deifobe304, la lengua del Oráculo.
con la marina espuma formara nieve y rosa, De su húmeda impurezas brota el calor que ener-
hecha de rosa y nieve nació Anadiomena299. va los mismos sacros dones de la imperial Mi- Caumantes305
Al cielo alzó los brazos la lírica sirena, nerva; El monstruo expresa un ansia del corazón del Or-
los curvos hipocampos sobre las verdes ondas y entre sus duros pechos, lirios del Aqueronte, be,
levaron los hocicos; y caderas redondas, hay un olor que llena la barca de Caronte. en el Centauro el bruto la vida humana absorbe,
tritónicas melenas y dorsos de delfines el sátiro es la selva sagrada y la lujuria,
junto a la Reina nueva se vieron. Los confines Odites302 une sexuales ímpetus a la armoniosa furia.
del mar llenó el grandioso clamor; el universo Como una miel celeste hay en su lengua fina; Pan junta la soberbia de la montaña agreste
sintió que un nombre armónico sonoro como un verso
llenaba el hondo hueco de la altura: ese nombre 300
Piritoo, rey de los lapitas, invitó a su boda con Hipodamia
303
al centauro Eurito quien, después de embriagarse faltó al res- Cinis era hija de Eleato, rey de los lapitas; inconforme con
peto a la desposada; la insolencia de éste fue castigada por el su sexo logró de Neptuno el cambio de sexo. Una vez hombre
297
Centauro adivino que trató de persuadir a los demás centau- novio y los demás convidados: le cortaron la nariz y las orejas (ahora llamado Ceneo) participó de la caza del jabalí de Cali-
ros de no luchar contra los lapitas. y lo echaron de la fiesta. Los centauros fueron a cobrar ven- donia y en el combate contra los centauros en las bodas de
298
Afrodita le inspiró una violenta pasión por Deyanira, a la ganza y se entabló una terrible batalla en la que los centauros Piritoo. En esta batalla murió aplastado por unos troncos arro-
que rapta. Hércules, esposo de ésta, lo ataca con sus flechas tuvieron que huir hasta la falda del monte Pindo. jados por los centauros.
301 304
envenenadas; el centauro herido se retira a un lugar de Lócri- No como aparatos o instrumentos, sino como ideas o pro- También Deifoba, sacerdotisa y profetiza, era la Sibila de
da, donde murió, infestando de mal olor la región. yectos. Cumas
299 302 305
Del griego anadyomai: salir del seno de las aguas. Advoca- De este centauro se sabe que murió en la batalla contra los De este centauro se sabe poco menos que otro nombre por
ción de Afrodita. lapitas, a manos de Mopso. el cual era llamado: Caumas.
RUBÉN DARÍO 75
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
al ritmo de la inmensa mecánica celeste; y el mármol en que duermen la línea y la palabra. Amico314
la boca melodiosa que atrae en Sirenusa306 Los mismos dioses buscan la dulce paz que vierte.
es de la fiera alada y es de la suave musa307;
con la bicorne bestia Pasifae308 se ayunta, Quirón
Naturaleza sabia formas diversas junta, A Deucalión y a Pirra311, varones y mujeres Quirón
y cuando tiende al hombre la gran Naturaleza, las piedras aún intactas dijeron: "¿Qué nos quieres?" La pena de los dioses es no alcanzar la Muerte.
el monstruo, siendo el símbolo, se viste de belleza309.
Lícidas Eurito
Grineo310 Yo he visto los lemures312 flotar, en los nocturnos Si el hombre Prometeo pudo robar la vida,
Yo amo lo inanimado que amó el divino Hesiodo. instantes, cuando escuchan los bosques taciturnos la clave de la muerte serále concedida.
el loco grito de Atis313 que su dolor revela
o la maravillosa canción de Filomela125. Quirón
Quirón El galope apresuro, si en el boscaje miro La virgen de las vírgenes es inviolable y pura.
Grineo, sobre el mundo tiene un ánima todo. manes que pasan, y oigo su fúnebre suspiro. Nadie su casto cuerpo tendrá en la alcoba oscura,
Pues de la Muerte el hondo, desconocido Imperio, ni beberá en sus labios el grito de victoria,
Grineo guarda el pavor sagrado de su fatal misterio. ni arrancará a su frente las rosas de su gloria.315
He visto, entonces, raros ojos fijos en mí: .. ..................................................................
los vivos ojos rojos del alma del rubí; Arneo Mas he aquí que Apolo se acerca al meridiano.
los ojos luminosos del alma del topacio La Muerte es de la Vida la inseparable hermana. Sus truenos prolongados repite el Océano.
y los de la esmeralda que del azul espacio Bajo el dorado carro del reluciente Apolo
la maravilla imitan; los ojos de las gemas Quirón vuelve a inflar sus carrillos y sus odres Eolo.
de brillos peregrinos y mágicos emblemas. La Muerte es la victoria de la progenie humana. A lo lejos, un templo de mármol se divisa
Amo el granito duro que el arquitecto labra entre laureles-rosa que hace cantar la brisa.
Medón Con sus vibrantes notas de Céfiro185 desgarra
306
¡La Muerte! Yo la he visto. No es demacrada y mustia la veste316 transparente la helénica cigarra,317
Rocas en las que se convirtieron las sirenas, al precipitares
al mar, por no haber podido seducir a Odiseo. Se encuentran
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia. y por el llanto extenso van en tropel sonoro
en las costas de campania. Es semejante a Diana, casta y virgen como ella; los Centauros, y al paso, tiembla la Isla de Oro
307
Se refiere a las Sirenas. Sus cantos son de fiera alada por su en su rostro hay la gracia de la núbil doncella
condición de aves, y de musa por que su madre era una Musa y lleva una guirnalda de rosas siderales.
(Melpémone o Terpsícore). Una de las tradiciones (que es la
retomada por Darío) dice que la belleza de los cantos de las
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales,
Sirenas radicaba en que informaban de todo cuanto sucedía, es y en su diestra una copa con agua del olvido.
decir, otorgaban un poder infinito de sabiduría. A sus pies, como un perro, yace un amor dormi-
308
Esposa de Minos y madre de Fedra, Ariadna y el Minotau- do.
ro. La bestia bicorne es el toro blanco con el que procrea al
Minotauro.
309
Esta intervención de Caumantes hace hincapié en la unión
de naturalezas contrarias que se da en seres como ellos: fau-
311
nos, sirenas, minotauro. Esa abigarrada unión se prolonga en Esposos salvados del diluvio que Zeus arrojó contra la
las actividades de estos mismos seres: la armoniosa y civiliza- humanidad, por su vida licenciosa e impía. Aconsejados por
da música de Pan se da entre las agrestes e incultas montañas, Temis, los esposos arrojaron piedras a sus espaldas, de las cua-
314
el sabio canto de las sirenas desemboca en la muerte fatal, y en les surgieron los nuevos humanos. Este centauro muere en la batalla contra los lapitas.
312 315
fin, ellos mismos, los centauros, eran divinidades destructoras Genios nefastos. Se siguen refiriendo a la muerte.
313 316
y pendencieras, pero a ala vez dadoras de muchos dones a los También Attys, dios pastor adorado en Frigia y asociado a El vestido
317
hombres. los ritos ocultistas de Cibeles. Era un hermoso mancebo que en Para los griegos la cigarra siempre fue un símbolo. Por
310
Participó en la batalla contra los lapitas y mató en ella a un rapto de locura se emascula. Vive como mujer a su despe- ejemplo, para los ateniense significaba la antigüedad y la no-
Broteo y Orión y ahí mismo murió a manos de Exadio. cho (Catulo Cármenes, LXIII). bleza.
RUBÉN DARÍO 76
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
y hay vapores de sangre en el canto de Lok.
RICARDO JAIMES FREYRE
Densa bruma se cierne. Las olas se rompen
en las rocas abruptas, con sordo fragor.
En su dorso sombrío se mece la barca salvaje
del guerrero de rojos cabellos, huraño y feroz.
PEREGRINA PALOMA IMAGINARIA318
Canta Lok a las olas rugientes que pasan,
Peregrina paloma imaginaria
y hay vapores de sangre en el canto de Lok.
que enardeces los últimos amores;
alma de luz, de música y de flores,
Cuando el himno del hierro se eleva al espacio
peregrina paloma imaginaria.
y a sus ecos responde siniestro clamor,
y en el foso, sagrado y profundo, la víctima busca,
Vuela sobre la roca solitaria
con sus rígidos brazos tendidos, la sombra de Dios,
que baña el mar glacial de los dolores;
canta Lok a la pálida Muerte que pasa
haya, a tu paso, un haz de resplandores
y hay vapores de sangre en el canto de Lok.
sobre la adusta roca solitaria.
Tendieron las suaves alas De la fuente de Imer329, en los bordes sagrados, más tarde,
sobre los mares de Jonia325, la Noche a los Dioses absortos reveló el secreto;
y vieron surgir a Venus El Águila negra y los Cuervos de Odín330 escuchaban,
de las suspirantes olas.
En las cimas,
326
donde las tinieblas eternas sobre las nieves se posan "Adiós para siempre"[Nota JEP]
327
vieron monstruos espantables Cinco estrofas de seis versos (la última dividida en cuatro y dos) forman este poema en que el
entre las rocas, esplín está relacionado con la muerte de unos dioses y una cultura. A propósito Borges escribió un
breve relato sobre la muerte de las culturas nórdicas titulado El testigo , que dice así: En un esta-
y las crines de los búfalos que huían blo que está casi a la sombra de la nueva iglesia de piedra, un hombre de ojos grises y barba gris,
por la selva tenebrosa. tendido entre el olor de los animales, humildemente busca la muerte como quien busca el sueño. E]
Reflejaron en la espada día, fiel a vastas leyes secretas, va desplazando y confundiendo las sombras en el pobre recinto;
simbólica, afuera están las tierras aradas y un zanjón cegado por hojas muertas y algún rastro de lobo en el
barro negro donde empiezan los bosques. El hombre duerme y sueña, olvidado. El toque de oración
que a la sombra de una encina lo despierta. En los reinos de Inglaterra el son de campanas ya es uno de los hábitos de la tarde,
yacía olvidada y polvorosa. pero el hombre, de niño, ha visto la cara de Woden, el horror divino y la exultación, el torpe ídolo
de madera recargado de monedas romanas y de vestiduras pesadas, el sacrificio de caballos, pe-
Hay ensueños, rros y prisioneros. Antes del alba morirá y con él morirán, y no volverán, las últimas imágenes in-
mediatas de los ritos paganos; el mundo será un poco más pobre cuando este sajón haya muerto.
hay ensueños en las pálidas auroras... Hechos que pueblan el espacio y que tocan a su fin cuando alguien se muere pueden
Hay ensueños, maravillarnos, pero una cosa, o un número infinito de cosas, muere en cada agonía, salvo que exis-
que se envuelven en sus jirones de sombra... ta una memoria del universo, como han conjeturado los teósofos. En el tiempo hubo un día que
Sorprenden los amorosos apagó los últimos ojos que vieron a Cristo; la batalla de Junín y el amor de Helena murieron con
la muerte de un hombre. ¿ Qué morirá conmigo cuando yo muera, qué forma patética o deleznable
secretos de las nupciales alcobas, perderá el mundo? ¿ La voz de Macedonio Fernández, la imagen de un caballo colorado en el bal-
y ponen pálidos tintes en los labios dío de Serrano y de Charcas, una barra de azufre en el cajón de un escritorio de caoba?
328
Hijo de Odín, Thor es el dios del trueno, el poder y la guerra. Se le identifica con Júpiter y se le
consagró el día de Jove (jueves=thursday). Su hija Thrud era la nube oscura que anuncia el trueno.
323
Obsérvese que el yo poético de Julián del Casal viaja, en Nostalgias , con el deseo, mientras Se la representaba como una giganta.[Nota de JEP]
que el de Jaimes Freyre con el de la aurora: ambos poemas reflejan el deseo de evasión, misterio y 329
La fuente sagrada que los mitos nórdicos sitúa bajo las raíces del fresno Iggdrasi. La custodia el
exotismo. sabio Mimir.[Nota JEP]
324 330
Los capítulos del Corán. [Nota JEP] También Woden. Es el padre de los dioses germánico pero está subordinado a su hijo Thor.
325
La región griega del Asia menor que comprendía las islas egeas (Quío, Icaria y Samos) y parte Gracias a su conocimiento mágico fue identificado con Mercurio. De modo que se le consagró el
de la actual costa turca.[Nota JEP] mismo día: miércoles =Wednesday.[Nota de JEP]
334
La blancura del cielo al amanecer y la blancura de la tierra nevada hace inevitable la metáfora
331
El Orco, el infierno[Nota de JEP] con la blancura mortuoria de la sábana que sirve de sudario.
332 335
La mujer de Odín. Diosa de la fertilidad, el amor, el matrimonio. [Nota JEP] También Valhala: el cielo reservado a los guerreros muertos en combate. Las valquirias eran las
333 encargadas de elegir a quienes debían caer en la guerra y resultar premiados con el Valhala. [Nota
Cinco estrofas de cuatro versos cada una forman este extraño poema. Predominan los versos de
siete y once sílabas. Nuevamente el tema del esplín, visto ahora a través de un paisaje nevado y va- de JEP]
336
cío. El estado anímico de la melancolía también fue representado como un paisaje desolado, este Estos ocho versos tiene una rima asonante en los pares. Dominan los versos de seis y dieciseis
poema es una prueba. Obsérvese cómo no hay mayor relación entre el título y el contenido del poe- sílabas.
337
ma. Lo que pertenece a las ceremonias de purificación.
ALFONSINA STORNI 86
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
y el edredón de musgos escardados.
ALFONSINA STORNI 87
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
He bebido del chorro cándido de la fuente.
JUANA DE IBARBOUROU para comer el fruto dulce y sano Traigo los labios frescos y la cara mojada.
de las rústicas vides y los higos Mi boca hoy tiene toda la estupenda dulzura
que coronan las tunas. Como amigos de una rosa jugosa, nueva y recién cortada.
partiremos el pan, la leche, el grano.
El cielo ostenta una limpidez de diamante.
ESTÍO365
Y en las mágicas noches estrelladas, Estoy ebria de tarde, de viento y primavera.
Cantar del agua del río.
bajo la calma azul, entrelazadas ¿No sientes en mis trenzas olor de trigo ondeante?
Cantar continuo y sonoro,
las manos, y los labios temblorosos, ¿No me hallas hoy flexible como una enredadera?
arriba bosque sombrío
y abajo arenas de oro.
renovaremos nuestro muerto idilio, Elástica, de gozo cual un gamo he corrido
y será como un verso de Virgilio por todos los ceñudos senderos de la sierra.
Cantar...
vivido ante los astros luminosos. Y el galgo cazador que me guía, rendido,
de alondra escondida
se ha acostado a mis pies, largo a largo en la tierra.
entre el oscuro pinar.
SALVAJE367 ¡Ah, qué inmensa fatiga me derriba a la grama
Cantar...
Bebo del agua limpia y clara del arroyo y abate en tus rodillas mi cabeza morena,
del viento en las ramas
y vago por los campos teniendo por apoyo mientras que de una iglesia campesina y lejana
floridas del retamar.
un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido nos llega un lento y grave llamando de novena!
que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido.
Cantar...
de abejas ante el repleto
Así paso los días, morena y descuidada,
tesoro del colmenar.
sobre la suave alfombra de la grama aromada,
comiendo de la carne jugosa de las fresas
Cantar...
o en busca de fragantes racimos de frambuesas.
de la joven tahonera
que al río viene a lavar.
Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso
de los pastos maduros. Mi cabello sombroso
Y cantar, cantar, cantar
esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno,
de mi alma embriagada y loca
a salvia, a yerbabuena y a flores de centeno.
bajo la lumbre solar.
¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena,
366 cual si fuera la diosa del trigo y de la avena!
VIDA ALDEANA
¡Soy casta como Diana
Iremos por los campos, de la mano,
y huelo a hierba clara nacida en la mañana!
a través de los bosques y los trigos,
entre rebaños cándidos y amigos,
sobre la verde placidez del llano,
365
LA TARDE368
Este poema formado por seis estrofas recuerda distante-
mente las coplas de pie quebrado.
366 367
Este soneto endecasílabo recuerda el etilo de la poesía Cuatro cuartetos tetradecasílabos de rima pareada, excepto
bucólica greco-latina, algo que fue una voluntad de estilo en la un verso heptasílabo.
368
creación poética de la Ibarbourou. Cuatro cuartetos tetradecasílabos.
JUANA DE IBARBOUROU 88
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Juan, cobarde, y el Ángel, hostil.
GABRIELA MISTRAL Ha venido el cansancio infinito ¿Qué fue cruel? Olvidas, Señor, que le quería,
a clavarse en mis ojos, al fin: y él sabía suya la entraña que llagaba.
el cansancio del día que muere ¿Qué enturbió para siempre mis linfas de alegría?
y el del alba que debe venir; ¡No importa! Tú comprende: ¡yo le amaba, le amaba!
¡el cansancio del cielo de estaño
NOCTURNO369
y el cansancio del cielo de añil!
Padre Nuestro que estás en los cielos,
Y amar (bien sabes de eso) es amargo ejercicio;
¡por qué te has olvidado de mí!
Ahora suelto la mártir sandalia un mantener los párpados de lágrimas mojados,
Te acordaste del fruto en febrero,
y las trenzas pidiendo dormir. un refrescar de besos las trenzas374 del cilicio,
al llegar su pulpa rubí.
Y perdida en la noche, levanto conservando, bajo ellas, los ojos extasiados.
¡Llevo abierto también mi costado,
el clamor aprendido de Ti:
y no quieres mirar hacia mí!
Padre Nuestro que estás en los cielos, El hierro que taladra tiene un gustoso frío,
¿por qué te has olvidado de mí? cuando abre, cual gavillas, las carnes amorosas.
Te acordaste del negro racimo,
Y la cruz (Tú te acuerdas ¡oh Rey de los judíos!)
y lo diste al lagar carmesí;
se lleva con blandura, como un gajo de rosas.
y aventaste las hojas del álamos,
EL RUEGO372
con tu aliento, en el aire sutil.
Señor, tú sabes cómo, con encendido brío, Aquí me estoy, Señor, con la cara caída
¡Y en el ancho lagar370 de la muerte
por los seres extraños mi palabra te invoca. sobre el polvo, parlándote un crepúsculo entero,
aún no quieres mi pecho oprimir!
Vengo ahora a pedirte por uno que era mío, o todos los crepúsculo a que alcanza la vida,
Mi vaso de frescura, el panal de mi boca, si tardas en decirme la palabra que espero.
Caminando vi abrir las violetas;
el falerno del viento bebí,
cal de mis huesos, dulce razón de la jornada, Fatigaré tu oído de preces y sollozos,
y he bajado, amarillos, mis párpados,
gorjeos de mi oído, ceñidor de mi veste. Lamiendo, lebrel tímido, los bordes de tu manto,
por no ver más enero ni abril.
Me cuido hasta de aquellos en que no puse nada; y ni pueden huirme tus ojos amorosos
¡no tengas ojo torvo si te pido por éste!373 ni esquivar tu pie del riego caliente de mi llanto.
Y he apretado la boca, anegada
de la estrofa que no he de exprimir.
Te digo que era bueno, te digo que tenía ¡Di el perdón, dilo al fin! Va a esparcir en el viento
¡Has herido la nube de Otoño
el corazón entero a flor de pecho, que era la palabra el perfume de cien pomos de olores
y no quieres volverte hacia mí!
suave de índole, franco como la luz del día, al vaciarse; toda agua será deslumbramiento;
henchido de milagro como la primavera. el yermo echará flor y el guijarro esplendores.
Me vendió el que besó mi mejilla;
Se mojarán los ojos oscuros de las fieras,
me negó por la túnica ruin.
Me replicas, severo, que es de plegarias indigno y, comprendiendo, el monte que de piedra forjaste
Yo en mis versos el rostro con sangre,
el que no untó de preces sus dos labios febriles, llorará por los párpados blancos de sus neveras:
como Tú sobre el paño, le di.
y se fue aquella tarde sin esperar tu signo, ¡toda la tierra tuya sabrá que perdonaste!
Y en mi noche del Huerto371, me han sido:
trisándose las sienes como vasos sutiles.
Pero yo, mi Señor, te arguyo que he tocado, VERGÜENZA375
369
Siete estrofas de versos decasílabos de rima aguda en los de la misma manera que el nardo de su frente, Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
pares. todo su corazón dulce y atormentado, como la hierba a que bajó el rocío,
370
Recipiente donde pisa o prensa la uva, la manzana o la ¡y tenía la seda del capullo naciente!
aceituna.
371 374
Uno de los pocos momentos de angustia de Jesús sucedió Se refiere a las cadenillas metálicas con púas que forman la
372
en el huerto de Getsemaní, porque sabía que la hora de su Doce serventesios tetradecasílabos. faja del cilicio.
373 375
muerte estaba cerca (Lucas 22: 44). Se refiere a un novio de la Mistral que se suicidó. Cinco serventesios endecasílabos.
GABRIELA MISTRAL 89
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
y desconocerán mi faz gloriosa La sed es larga, la cuesta es aviesa;
las altas cañas cuando baje al río. pero en un lirio se enreda el mirar.
Ninguna piedra en el camino hallaste No hay nada ya que mis carnes taladre.
más desnuda de luz en la alborada Con el amor acabóse el hervir.
que esta mujer a la que levantaste, Aún me apacienta el mira de mi madre.
porque oíste su canto, la mirada. ¡Siento que Dios me va haciendo dormir!
376
Estos cinco serventesios endecasílabos tratan de romper
con la tónica melancólica de la poesía de Gabriela Mistral;
377
desgraciadamente, son para ella intentos infructuosos, porque Este soneto alejandrino muestra, con sumo dramatismo,
el final del mismo poema, y en casi toda su obra poética, vuel- uno de los deseos siempre frustrados de la Mistral: la materni-
ve el tono pesimista. dad.
GABRIELA MISTRAL 90
ANTOLOGÍA MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Mi hambre de amores y mi sed de ensueño ruta evangélica del bien
RAMÓN LÓPEZ VELARDE que se satisfagan en el ignorado hasta la eterna gloria.
grupo de doncellas de un lugar pequeño. Amén.
A LA GRACIA PRIMITIVA DE LAS ALDEANAS
Vasos de devoción, arcas piadosas Quizá en un Viernes de Dolores, A la hora del Angelus, cuando vais por la calle,
en que el amor jamás se contamina; cuando se anuncian ya las flores enredados al busto los chales blanquecinos,
jarras cuyas paredes olorosas y en el altar que huele a lirios decora vuestros rostros ; oh rostros peregrinos!
dan al agua frescura campesina... el casto pecho de María la luz de los mejores crepúsculos del valle.
sufre por nos siete martirios;
Todo eso sois, muchachas cortijeras mientras la luna, Amada mía, De pecho en los balcones de vetusta madera,
amigas del buen sol que os engalana, deja caer sus tenues franjas platicáis en las tardes tibias de primavera
que adivináis las cosas venideras de luz de ensueño sideral que Rosa tiene novio, que Virginia se casa;
cual hacerlo pudiese una gitana. sobre las místicas naranjas que,
por el arte virginal de las doncellas de la aldea, y oyendo los poetas vuestros discursos sanos
Amo vuestros hechizos provincianos, lucen banderas de papel e irisaciones para siempre se curan de males ciudadanos,
muchachas de los pueblos, y mi vida de oropel sobre la piel que amarillea. y en la aldea la vida buenamente se pasa.
gusta beber del agua contenida
en el hueco que forman vuestras manos. Fuensanta: al amor aventurero
de cálidas mujeres, azafatas HERMANA, HAZME LLORAR...
Pláceme en los convites campesinos, súbditas de la carne, te prefiero Fuensanta:
cuando la sombra juega en los manteles, por la frescura de tus manos gratas. dame todas las lágrimas del mar.
veros dar la locura de los vinos, Mis ojos están secos y yo sufro
pan de alegría y ramos de claveles. Yo te convido, dulce Amada, unas inmensas ganas de llorar.
a que te cases con mi pena
En el encanto de la humilde calle entre los vasos de cebada
sois a un tiempo, asomadas a la reja, la última noche de novena. Yo no sé si estoy triste por el alma
el son de esquilas, la alternada queja de mis fieles difuntos
de las palomas, y el olor del valle. o porque nuestros mustios corazones
Te ha de cubrir la luna llena nunca estarán sobre la tierra juntos.
Buenas mozas: no abrigo más empeños con luz de túnica nupcial
que oír vuestras canciones vespertinas, y nos dará la Dolorosa Hazme llorar, hermana,
llegando a confundirme en las esquinas la bendición sacramental. y la piedad cristiana
entre el grupo de novios lugareños. de tu manto inconsútil
Y así podré llamarte esposa, enjúgueme los llantos con que llore
y haremos juntos la dichosa el tiempo amargo de mi vida inútil.
NO DEFINIR
AUTOPSIA Es, pues, menester que veamos la vida de las figuras novelescas, y que
La verdad es que, salvo uno o dos de sus libros el gran Balzac nos pa- se evite referírnosla. Toda referencia, relación, narración, no hace sino subrayar
rece hoy irresistible. Nuestro aparato ocular, hecho a espectáculos más exactos la ausencia de lo que se refiere, relata y narra. Donde las cosas están, huelga
y auténticos, descubre, al punto, el carácter convencional falso, de à peu prés, contarlas.
que domina al mundo de la Comedia humana. Si se me pregunta por qué la De aquí que el mayor error estribe en definir el novelista sus personajes.
obra de Balzac me parece inaceptable (Balzac mismo, como individuo, es un La misión de la ciencia es elaborar definiciones. Toda ella consiste en un
ejemplar magnífico de humanidad), responderé: «Porque el cuadro que me metódico esfuerzo para huir del objeto y llegar a su noción. Ahora bien: la no-
ofrece es sólo un chafarrinón.» ¿Qué diferencia hay entre el chafarrinón y la ción o definición no es más que una serie de conceptos, y el concepto, a su vez,
buena pintura? En la buena pintura el objeto que ella representa se halla, por no es más que la alusión mental al objeto. El concepto de rojo no contiene roje-
decirlo así, en persona, con toda la plenitud de su ser y como en absoluta pre- dad ninguna; es él meramente un movimiento de la mente hacia el color así
sencia. En cl chafarrinón, por el contrario, el objeto no está presente, sino que llamado, un signo o indicación que hacemos en dirección a él.
hay de él en el lienzo o tabla sólo algunas pobres e in esenciales alusiones. Se ha dicho, por Wundt, si no recuerdo mal, que la forma más primitiva
Cuanto más lo miremos, más clara nos es la ausencia del objeto. del concepto es el gesto indicativo que ejecutamos con el dedo índice. El niño
Esta distinción, entre mera alusión y auténtica presencia es, en mi enten- comienza por querer agarrar todas las cosas que cree próximas a él por insufi-
der, decisiva en todo arte; pero muy especialmente en la novela. ciente desarrollo de su perspectiva visual. Después de fracasar renuncia a coger
Con unas docenas de palabras podríamos referir el tema de Rojo y Ne- las cosas mismas, y se contenta con ese germen de captar que es extender la
gro. ¿Qué diferencia hay entre ese tema referido así por nosotros y la novela mano hacia el objeto en ademán indicativo. Concepto es un mero señalar o de-
misma? No se diga que la diferencia radica en el estilo, porque eso es una ton- signar. A la ciencia no le importan las cosas, sino el sistema de signos que pue-
tería. Lo importante es que al decir nosotros: «Madame Rénal se enamora de da sustituirlas.
Julián Sorel». no hacemos sino aludir a este hecho, al paso que Stendhal no El arte tiene una misión contrapuesta, y va del signo habitual a la cosa
alude a él, no lo refiere, sino que lo presenta en su realidad inmediata y patente. misma. Le mueve un magnífico apetito de ver. En buena parte tiene razón Fied-
Ahora bien: si oteamos la evolución de la novela desde sus comienzos ler cuando dice que el propósito de la pintura no es más que darnos una visión
Al reanudar el viaje con mis amigos en el auto he supuesto que todos los
tipos míos, medio vistos, medio pensados, observan las vacilaciones de mi espí-
ritu un poco cariacontecidos. Así que, para tranquilizarlos mientras el paisaje y
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