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La capacidad de los metales para la deformación plástica, depende de la facilidad con que se
muevan las dislocaciones, y que el freno al movimiento de las dislocaciones provoca el incremento
de la dureza y la resistencia en los metales. O sea, que la dureza y la resistencia ( e y f), están
relacionadas con la facilidad con que la deformación plástica pueda ocurrir, y que al reducir la
movilidad de las dislocaciones la resistencia mecánica se mejora, lo cual significa, que se
necesitarán mayores esfuerzos para iniciar una nueva deformación plástica.
Un material con tamaño de grano pequeño, es más duro y resistente que otro con un tamaño
mayor, ya que el área de límite de grano es mayor y esto impide el movimiento de las
dislocaciones.
Se entiende por fase, toda parte homogénea de un sistema que posee características químicas y
físicas uniformes.
Las aleaciones son más fuertes que los metales puros debido a que los átomos impuros, que van
a la solución sólida, imponen una deformación en la red de los átomos cercanos.
Se llaman soluciones sólidas, las fases en las que uno de los componentes de la aleación
conserva su red cristalina, mientras que el otro u otros no la conservan y entregan sus átomos a la
red del primer componente.
Diagrama Fe-C
La cementita es un compuesto químico inestable o metaestable que al cabo de mucho tiempo se
descompone.
Su estructura cristalina es muy complicada; su temperatura de fusión no está exactamente
definida y se establece entre 1250 ó 1550 oC; no experimenta transformaciones alotrópicas; tiene
una gran dureza, mayor de 800 HB; pero su plasticidad es muy baja, prácticamente nula.
La cementita es apta para formar soluciones sólidas por sustitución donde los átomos de carbono
pueden ser sustituidos por átomos de elementos tales como N y O y los átomos de hierro por
metales como Mn, Cr, W, etc. Esta solución sólida sobre la base de la red de la cementita se llama
cementita aleada.
Transformación Martensita–Perlita
La perlita es más estable que la martensita pero en condiciones de grandes subenfriamientos, al
no ser posible la difusión, se forma la segunda. Si esta la calentamos se transforma a perlita.
Primera etapa (por debajo de 200 grados Celsius)
Por debajo de los 80 grados la transformación es insignificante. Una vez sobrepasada esta
temperatura la transformación comienza. El parámetro c de la red de martensita disminuye
tendiendo el índice de tetragonalidad (c/a) a la unidad. La fase rica en carbono que se separa de
la solución sólida está formada por láminas muy finas de carburo que quedan unidas de manera
coherente a la red. Este carburo no es todavía cementita y se conoce como carburo ε (se
aproxima a Fe2C)
Como resultado de esta primera etapa se obtiene la martensita de revenido, que es una mezcla
heterogénea de solución sólida sobresaturada de C en hierro α y de partículas de carburo aun no
aisladas.
Segunda etapa (200-300 grados Celsius)
El calentamiento por encima de los 200 grados conduce a la transformación de la austenita
residual en martensita de revenido. Esta es una transformación difusiva y por su naturaleza se
parece a la transformación bainítica.
Tercera etapa (300-400 grados Celsius)
Al final de la segunda transformación la solución sólida α todavía contiene cerca de 0.1-0.2% de
carbono. Si se continúa elevando la temperatura este se separa totalmente de la solución
transformando a cementita. De esta manera se eliminan las tensiones internas y el acero consta
de ferrita más cementita
Cuarta etapa (T>400 grados Celsius)
En esta etapa se produce la coagulación o coalescencia de los carburos. Estos se van uniendo
formando carburos cada vez mas grandes. Esta coalescencia es perjudicial y de manera general
debe evitarse llegar a esta etapa.
Hay que señalar que las temperaturas a las que ocurren estas transformaciones pueden variar con
el tipo de acero, así como con la velocidad de calentamiento.
La transformación de martensita en perlita es típica del revenido. Los revenidos pueden ser bajos,
medios y altos en dependencia de las temperaturas a las que se realicen y esta se escoge en
dependencia de las propiedades finales deseadas.
Parámetros fundamentales del Tratamiento Térmico.
El tratamiento térmico consiste en un calentamiento a una determinada temperatura, con un
mantenimiento para lograr la homogenización de la estructura calentada y un posterior
enfriamiento. En el gráfico que observamos a continuación se pueden definir los principales
parámetros del tratamiento térmico.
Durante el calentamiento ocurre la transformación de fases o la solubilización de la fase en
exceso. La temperatura de calentamiento esta regulada por el tipo de material. Es muy importante
controlar la velocidad de calentamiento, ya que en la pieza al calentarse se generan tensiones que
pudieran llegar a producir rajaduras. Para seleccionar V, c hay que tener en cuenta las
propiedades del material, su estado estructural y la configuración de la pieza.
El mantenimiento sirve para homogeneizar la temperatura y la composición química de las
estructuras que se formen. Este tiempo debe ser el mínimo posible para evitar el perjudicial
crecimiento del grano, así como los efectos de la oxidación y descarburación.
La etapa de enfriamiento define las propiedades finales a obtener. Enfriamientos bruscos son
usados para obtener estructuras de gran dureza y resistencia. Al igual que en el calentamiento en
esta etapa también surgen tensiones internas que hay que tratar de minimizar. Los medios de
enfriamiento más usados son el agua, el aceite y las sales.
Envejecimiento.
El envejecimiento es un tratamiento que se usa posterior a una solubilización. Tiene como objetivo
eliminar las tensiones surgidas en el tratamiento anterior, logrando la precipitación de partículas de
manera fina y dispersa en la estructura.
Este puede ser natural o artificial. El primero se refiere cuando ocurre a temperatura ambiente y el
segundo cuando hay que usar instalaciones de tratamiento térmico para lograr su objetivo.
1 Recocido.
2 Normalizado.
3 Temple Isotérmico.
4 Temple en un medio.
5 Temple escalonado.
6 Temple en dos medios.
Templabilidad
La templabilidad también se puede evaluar con el diámetro crítico, que es el diámetro máximo de
una barra cilíndrica que se templa en todo su espesor en un medio dado.
Existen diferentes defectos que se pueden producir durante los tratamientos térmicos, hablaremos
de los que se producen en el temple por ser los de mayor incidencia.
Temple superficial:
Este tiene las mismas características que el temple volumétrico, solo que se aplica únicamente a
la superficie. Cómo se logra esto? Hay que buscar fuentes caloríficas de gran potencia de manera
tal que la superficie se caliente muy rápidamente, por encima de los puntos críticos, creando un
gradiente de temperaturas en la pieza. Si se interrumpe el calentamiento y se enfría la pieza solo
aquellas zonas que tenían temperaturas superiores a la de transformación de fase quedaran
templadas y esto será por supuesto la superficie.
Los métodos de calentamiento pueden ser diversos: con llama oxiacetilénica (Temple a la llama),
con láser, con energía solar, por corrientes eléctricas inducidas, etc. De todos estos métodos el
empleo de corrientes eléctricas inducidas como medio de calentamiento es de los más usados y
es conocido como temple superficial por alta frecuencia.
En todos los casos de temple superficial los calentamientos de la superficie a temperaturas mucho
más elevados que la critica son comunes. Sin embargo esto no trae consigo efectos perjudiciales
para la estructura ya que mientras mayor es la velocidad de calentamiento la transformación se
produce a mayores temperaturas. También hay que tener en cuenta que el calentamiento dura
muy poco tiempo por lo que no da lugar al crecimiento del grano.
Temple superficial por alta frecuencia.
La resistencia que opone el acero al paso de la corriente eléctrica, es capaz de generar calor
suficiente como para calentar la pieza por encima de los puntos críticos, siempre y cuando las
corrientes sean lo suficientemente altas.
En el TSAF se utiliza un inductor por el que circula una corriente alterna de alta frecuencia. Esta
corriente genera un campo magnético en el interior del inductor, que genera en la pieza corrientes
parásitas o de Foucault que provocan el calentamiento de la misma. Estas corrientes tienen una
distribución que depende principalmente de la frecuencia y de otros factores.
La condición principal para que el calentamiento por inducción sea correcto y uniforme es que hay
que construir para cada configuración de pieza un inductor. El inductor se hace en forma de lazo o
espira de tubos de cobre por los que circula agua. El tener que realizar un inductor para cada
pieza significa una inversión inicial en el proceso que puede encarecerlo. Sin embargo las ventajas
que se mencionan a continuación, explican porque es muy usado este método para grandes
producciones.
El TSAF se usa en aceros de contenido medio de carbono (generalmente con 0.4%C)
Ventajas del TSAF
Tiene una gran productividad, ya que los tiempos de operación son muy pequeños.
No hay oxidación ni descarburación
La deformación es mínima
Se puede regular con exactitud la capa templada.
Es posible automatizarlo.
Tratamiento termoquímico del acero:
Los tratamientos termoquímicos son aquellos donde se logra la difusión de un determinado
elemento químico en el interior de la pieza, quedando la superficie enriquecida con este elemento.
Ejemplos de tratamientos termoquímicos tenemos la cementación (C), la nitruración (N 2), la
cianuración(C y N2), así como la mentalización por difusión (cromado, aluminizado (calorizado),
etc.
Los tratamientos termoquímicos tienen las siguientes ventajas con respecto al TSAF
El tratamiento no depende de la forma exterior de la pieza
Las diferencias de las propiedades entre el núcleo y la superficie son mayores, ya que no son solo
estructurales, sino también de composición química.
Los defectos provocados por sobrecalentamientos pueden subsanarse en tratamientos térmicos
posteriores.
Tienen como desventaja que al ser procesos difusivos necesitan de tiempos considerables de
tratamiento.
Los tratamientos termoquímicos pueden ser sólidos, gaseosos o líquidos en dependencia de las
características del medio que se emplee. El medio gaseoso es el más difundido.
Cementación del acero
La cementación del acero consiste en la saturación de la superficie del mismo con carbono. Esta
se aplica a aceros de bajo contenido de carbono (hasta 0.25%C) de manera que el núcleo
permanece blando y la superficie saturada en carbono se endurece con un temple posterior. Hay
que señalar que este no es un tratamiento térmico final sino que necesita de un temple y un
revenido bajo posterior.
La cementación puede ser sólida y gaseosa. La primera se usa para lotes pequeños de piezas,
incluso producciones únicas, mientras que la segunda, que es más productiva se emplea en lotes
de piezas mayores.
Esta se realiza entre 950-970 grados Celsius de manera que se puedan obtener profundidades de
capa apreciables. Una vez realizada la cementación la superficie no debe tener nunca mas de 1.1-
1.2% de C para evitar que haya excesos de cementita secundaria que fragilizan la superficie. La
capa cementada se puede dividir en 3 zonas (hipereutectoide, eutectoide e hipoeutectoide) en
dependencia de la estructura que adquieren.
Las dureza que se alcanza después de una cementación con un temple y un revenido bajo están
en el orden de los 58-62 HRc
Defectos Posibles durante estos Tratamientos térmicos.
En el caso del TSAF pudiera presentarse sobrecalentamientos debido a una mala tecnología con
las consiguientes consecuencias en las propiedades mecánicas. En algunos casos se pudiera
presentar dureza insuficiente cuando el medio de enfriamiento o la temperatura no fueran los
adecuados.
Para la cementación pueden presentarse defectos si los tiempos de tratamiento no son los
adecuados. También pueden estar presentes cualquiera de los defectos que estudiamos se
pudieran producir durante el temple.