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VARIEDAD NO REQUERIDA Y VIABILIDAD,

Leonardo Lavanderos1, Abelardo Araya2 y Alejandro Malpartida3


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Centro de estudios en Teoría Relacional y Sistemas de Conocimiento, Santiago, Chile

Resumen

En su trabajo, Ashby (1956) demostró la importancia de una cierta relación cuantitativa


llamada ley de la variedad requerida. Después de encontrar esta relación, Ashby la relacionó
con el teorema de Shannon sobre la cantidad de ruido o error que podría eliminarse a través
de un canal de corrección (Shannon y Weaver, 1949, teorema 10). La limitación nativa en la
ley de la variedad requerida, como la ecuación de Shannon, aplicada en termodinámica, es
que no consideran la naturaleza relacional de la organización. Así formuló que solo la
variedad puede absorber variedad, sin embargo, la afirmación anterior es solo válida cuando
se formula en el ámbito de las interacciones, pero no es posible sostenerla cuando de relaciones
se trata; como es el caso de las organizaciones humanas.

Este trabajo introduce el concepto de variedad no requerida (VNR) de la Sostenibilidad


definida dentro del modelo de Viabilidad Relacional (Lavanderos et al., 2017). Por lo tanto,
se proyecta una metodología que permite "medir" el grado de desperdicio que ocurre dentro
de una red al desviarse de su identidad organizacional debido a la mala comunicación.

La historia de la Ciencia permite entrever que es “la historia” de la disminución de la


variedad no requerida, porque en el proceso de generación de valor, ésta no solamente produce
valor igual a 0 sino que, también genera valores menores que 0. Por consiguiente, la variedad
no requerida, destruye variedad.

Palabras claves: Variedad, Variedad No Requerida, Sistema Viable Relacional

1. INTRODUCCION
La organización de una organización humana emerge como una red de relaciones que permiten
definirla como una unidad compleja. En la observación de esa red de relaciones, éstas aseguran
vínculos solidarios y firmeza relativa a esas uniones por lo cual la entendemos como una
unidad. La organización con su carácter emergente transforma, produce, congrega y conserva
la calidad de relaciones que se asemejan a sí misma. Frente a esto, no resulta fácil desmontar
las estructuras jerárquicas de toma de decisiones y sustituirlas por una dinámica decisional
compartida, ya sea a través de estructuras en redes de trabajo colaborativas, heterárquicas o
transversales. Por más que éstas teóricamente permitan o faciliten las mejores soluciones
posibles. Las posibilidades de evaluar las posibilidades de este cambio resultan en extremo
difíciles ya que no se cuantifica el cambio en la red de relaciones y, porque las expectativas
están puestas en observar y asimilar el cambio solo en la técnica y en la tecnología, en lugar de
internalizar e impulsar el cambio en el modo de pensar y de actuar de los agentes que, en
definitiva, son los que determinan la naturaleza de la cultura administrativa y organizativa. Así,
el proceso general se ve afectado de principio a fin generando alta variabilidad para llevarlo a
cabo. Esta variabilidad, producto de los procesos de comunicación en “silos”, ignora la
optimización global del proceso de identidad organizacional, lo cual se refleja en la
sobreutilización de las partes, sumado a la generación de mayor variedad que la requerida en
los procesos de toma de decisiones a lo largo de toda la estructura organizacional. Frente a esto,
el desafío que debe enfrentar un proceso de gestión es lograr el diseño de una estrategia que le
permita, a través del conocimiento de la estructura relacional, disminuir la variedad no
requerida, o desperdicio, producto de aquellas relaciones que generan disociación, pérdida de
complejidad y consecuentemente de organización, retrasando o dificultando el proceso
decisional.

Este trabajo introduce el concepto de variedad no requerida (VNR) a partir de la sostenibilidad


definida dentro del modelo de viabilidad relacional (Lavanderos et al. 2015/2017). Así, se
proyecta una metodología que permite “medir” el grado de desperdicio que se produce dentro
de una red al desviarse de su identidad organizacional por la mala comunicación.

Hemos organizado el escrito de la siguiente manera: Lo primero ha sido establecer el ámbito


de la ciencia-arte desde la que estamos generando la propuesta, y que corresponde a la
cibernética organizacional; lo segundo, ha sido generar una breve descripción del modelo viable
relacional y la definición de sostenibilidad. Dentro de esta última, las variables que permiten
calcularla para luego derivar en el cálculo de la variedad no requerida (VNR).

2. CIBERNETICA ORGANIZACIONAL E INTELIGENCIA


ESTRATEGICA
Una herramienta esencial para el diseño de las estructuras organizacionales resulta ser la
cibernética organizacional (CO). Nosotros entendemos por cibernética organizacional, a la
generación de conocimiento que permite entender y estudiar a las organizaciones desde su
estructura o red de relaciones, a los fines de evaluar su viabilidad y su grado de expresión en
la gestión. Como parte de sus métodos, está la inteligencia estratégica de procesos
(IEP)(Lavanderos and Massey, 2015), la cual permite identificar, neutralizar, degradar y/o
volver a construir la red relacional de información. Esto es así, porque la red de información
podría generar singularidades que se traducen en la pérdida de coordinación y cohesión,
afectando la comunicación y generando desperdicio en la gestión o “variedad no requerida”.

La corrección, anticipación y/o eliminación de eventos disruptivos, permite que el valor que se
propugna se propague en la red organizacional dado que ésta puede ser vista como un “fluido”
que porta el sentido semiótico de la visión política constituida en la gestión, para así lograr el
objetivo estratégico. Si visualizamos este complejo de fluidos (semióticos), podemos localizar
aquellos puentes “cortados” que detienen o frenan su dinámica de significados. En otras
palabras, aquellas relaciones que priorizan otro tipo de flujos en desmedro de la configuración
relacional que comparte la visión política. Es en relación con éstos, que diseñamos el proceso
inteligencia estratégica de procesos (IEP)(Lavanderos and Massey, 2015)), como método de
corrección de las estructuras relacionales que retardan la propagación y reproducción de la
estrategia decisional de la organización.

Estructuralmente pueden distinguirse dos tipos de subredes; la de mando-control, dedicada a la


reproducción de la visión política, coordinación entre las gerencias y difusión de estrategia, y
la subred de datos; dedicada al flujo de las informaciones obtenidas por los centros de
operaciones hasta los centros de análisis o de mando-control. En rigor, la organización es un
proceso constante de construcción de viabilidad relacional que exige una estrategia de
minimización de la variedad no requerida. Por este motivo, es el ámbito de la sostenibilidad el
que determinará cuan es posible o en cuanto se está dispuesto a disminuir el desperdicio en
relación con la producción de rentabilidad. Es con relación a esto a lo que se ve enfrentado el
mando, y su solución, pasa obligatoriamente por difundir una visión política asociada a un tipo
de estructura relacional.

3. EL CONCEPTO DE VIABILIDAD RELACIONAL


Desde la teoría relacional, Bateson, G. 1973/1980), Lahitte, H.B., et al., 1987/1988/1989,
Lavanderos, L. y Malpartida, A., (2005), Malpartida, A.R. (1991), Lavanderos, L. et al, (2017).
Un sistema viable es aquel que: “resuelve su conservación organizacional mediante una
estrategia de cambio estructural”. Entendiendo como organización a todo aquel conjunto de
relaciones que configuran su identidad como tal, lo cual implica el mantenimiento de su
condición o conservación. Entendemos que, en esta línea de pensamiento, aquello que puede
variar es solamente la estructura (relaciones), siempre que ésta soporte o permita que se realice
la organización. En concordancia con las puntualizaciones anteriores, definiremos el Sistema
Relacional Viable (VRS) como una configuración de redes de relaciones que ha logrado un
acoplamiento coherente entre su configuración relacional (Sostenibilidad) y su sistema
energético material (Sustentabilidad), de manera tal que no ponga en riesgo las relaciones que
generan y sostienen la emergencia de su organización.

La sostenibilidad o calidad relacional se evalúa a partir de la coherencia del mando y la


congruencia o capacidad de intercambio intra e inter red. La sustentabilidad se evalúa a partir
del conjunto de quiebres o brechas determinados en los procesos energético-materiales que
definen la producción. En otras palabras, la gestión de un VRS se traduce en acoplar procesos,
sean éstos por diseño o rediseño, con las posibilidades de reconfiguración de la red de relaciones
de manera de acercarse al 80:20 de Pareto.

La figura N°1 a continuación muestra la base conceptual para Sistemas Relacionales Viables
(Viable Relational Systems: VRS).

VIABILIDAD
RELACIONAL
SUSTENTABILIDAD SOSTENIBILIDAD

ESTRATEGIA
DE ENCAJE

FIGURA N°1 Modelo de la viabilidad relacional construido sobre el acoplamiento entre


sostenibilidad y sustentabilidad.

Una organización es viable relacionalmente si sus relaciones precisamente la hacen viable. Esta
afirmación resulta fundamental a la hora de establecer la forma que se constituye la
relacionalidad de una organización. Bajo esta visión todo proceso es productivo, no es posible
separarlos en primarios y de apoyo. La identidad de la organización no es el resultado de lo que
produce, sea este producto o servicio, sino la estrategia para producirlo. Desde esta perspectiva,
una organización puede explicarse como un fluido semiótico, en el que analógicamente con los
canales de regadío, debe ser organizado de manera que se obtenga la mayor extensión efectiva
y la mejor calidad de significado. Por lo mismo, la organización del siglo XXI debe despedirse
del modelo Tayloriano si desea incorporar el dominio cognitivo como valor de la compañía.

4. EVALUACION DE LA SOSTENIBILIDAD
Como lo señaláramos en párrafos anteriores, la robustez de la viabilidad es el resultado de la
forma y grado en que lo sostenible y lo sustentable, encaja entre sí. Por este motivo, el modelo
de procesos e s el ámbito adecuado para evaluar esta correspondencia, ya que ésta nos develará
la estrategia de acoplamiento. Sobre esta base, es imprescindible evaluar el estado de la red de
relaciones (Sostenibilidad) y la estructura del patrimonio energético-material (sustentabilidad).

Hemos definido la sostenibilidad como el estado relacional de la red de mando. Su evaluación


depende de dos variables, a saber:

• La relación del mando con el gerente, definido como coherencia


• La relación del mando como un todo (incluido el gerente), definido como congruencia

1.1. EL CONCEPTO DE COHERENCIA ORGANIZACIONAL


Definimos coherencia como la correspondencia entre las decisiones tomadas y las acciones
realizadas respecto de la gerencia. La coherencia organizacional unifica las declaraciones del
líder (gerente). con relación a las estrategias, metas, objetivos y prioridades a perseguir, y la
forma en que estas declaraciones son entendidas y asimiladas por sus subordinados, en toda la
cadena de mando. La coherencia organizacional, cuando es débil o inexistente, es uno de los
principales factores en la falla de implementación del plan estratégico y la ejecución efectiva
del modelo de negocio.

La falta de c oherencia o rganizacional es la mayor fuente de gastos invisibles, d e los


desperdicios que impactan directamente la efectividad organizacional, mermando tanto la
eficacia como la eficiencia de la organización.

1.2. EL CONCEPTO DE CONGRUENCIA ORGANIZACIONAL


Se define como congruencia a la correspondencia entre las decisiones tomadas y las acciones
realizadas como un todo, esto es incluida la gerencia. Esto significa que el gerente general está
incorporado como una persona más dentro de la red, por lo que la evaluación es de todos contra
todos. La evaluación de congruencia permite clasificar a la red dentro de ciertas tipologías, por
ejemplo; de simple agregado de personas; como un equipo operativo; o simplemente como un
conjunto o montón de personas. Todo lo cual impacta directamente en la generación de valor.
La medición de la congruencia asume valores entre 0 a 1.

Tanto para la coherencia como para la congruencia se miden las siguientes variables:

• ENTENDIMIENTO: Evaluado cómo la cercanía entre lo que se declara y las


acciones esperadas en relación a la declaración.
• CONOCIMIENTO: Evaluado como la cercanía (similitud) en la lógica utilizada
frente a la solución de problemas.
• CONFIANZA: Eval uada a parti r de la interactividad existente al interior de la
red, detectando niveles de c o n f i a n z a /desconfianza
Una vez finalizado el diagnóstico, todo este proceso, permite disponer de una evaluación del
grado de congruencia y de coherencia estratégica existente al interior del equipo ejecutivo. Esto
permitirá determinar dónde están las principales brechas de entendimiento, conocimiento y
confianza que limitan la implementación de la estrategia declarada o que se desea implementar.

5. DESDE LA VARIEDAD REQUERIDA A LA VARIEDAD NO


REQUERIDA
Un concepto clave en cibernética organizacional ha sido la variedad, entendida ésta como el
número de estados posibles de un sistema. La Ley de Variedad Requerida de Ashby, Ashby,
(1958), establece que solo la variedad puede absorber variedad. Sin embargo, la afirmación
anterior es solo válida cuando se formula en el ámbito de las interacciones, pero no es posible
sostenerla cuando de relaciones se trata; como es el caso de las organizaciones humanas. Así,
resulta importante establecer la diferencia entre la interacción y la relación. El siguiente
ejemplo, permite imaginar la distinción de nuestra propuesta, por ejemplo: En una partida de
ajedrez, usted lo que observa son esquemas de acción a través del movimiento de piezas como
seguramente también, expresiones de diferente tipo entre los dos jugadores. Sin embargo, usted
no tiene acceso a la relación que ambos establecen. Esto quiere decir que lo que podemos
observar y denotar, son esquemas de acción y no las relaciones que dan soporte a esas acciones.
Lógicamente esas acciones surgen a partir de las distinciones que en la relación alimentan la
toma de decisión de cada uno de los jugadores. Las acciones puestas en el tablero pueden variar
desde la atracción hasta la repulsión, sin embargo; el contenido y significado que sostiene esas
acciones no son accesibles al observador, por consiguiente, lo que podremos proponer es
diversas sistemáticas y clasificaciones de todo aquello que podríamos denominar
comportamiento. Si seguimos los argumentos anteriores, la variedad de un sistema relacional
no se puede reducir a un número de estados (acciones), dado que; si lo hiciésemos, pasaríamos
por alto toda la complejidad de la relación de los actores involucrados y a su vez de nuestra
propia relación como observadores con ellos, en otras palabras, nos estaríamos haciendo
trampa.

La diferencia que surge entre lo manifiesto, que es el esquema de acción y el soporte de este,
es la relación cognoscitiva, ésta es fundamental y permite establecer la diferencia entre el
concepto de autopoiesis y de ecopoiesis, Lavanderos, L. y Malpartida, A., (2005), Lavanderos,
L., & Massey, K. (2015)), Malpartida, A.R. y L. Lavanderos (2000), Maturana, H. & Varela,
F. (1984),Varela, F., et al., (1992),Varela, (1998).

La primera noción constituye una visión importante pero que es finalmente reductiva, puesto
que para ser coherente opera en el ámbito molecular, es decir en el campo de las interacciones,
de las causalidades, de lo manifiesto. La segunda noción, a diferencia de la primera, opera en
el ámbito de las relaciones, los vínculos, de lo subyacente. La autopoiesis cierra para clausurar,
divide entre lo interno y lo externo, en la ecopoiesis esto no es necesario porque la red de
relaciones opera conservando aquellas relaciones que reproducen su organización de manera
espontánea. En otras palabras, ocurre lo que hemos definido como viabilidad relacional para
diferenciarla de la definición de Beer, Beer, (1974/1985).

La viabilidad relacional opera a partir de la estrategia de encaje entre el plano relacional y el de


recursos energético-materiales, Lavanderos and Massey, (2015). En esa misma línea la pérdida
de recursos en una organización depende de la introducción de “variedad no requerida”, esto
es; de aquellas relaciones que generan disociación y pérdida de complejidad, la cual irrumpe
en la toma de decisiones generando pérdida de organización. De esta manera, podríamos definir
la variedad no requerida de la siguiente forma: “Para un sistema relacional, todas las formas de
generación de variedad no requerida se producen destruyendo variedad requerida”. Claramente,
esto es una diferencia fundamental con Asby, (Asby,1985). Esto es así, porque se ha generado
un gran problema al confundir y asociar como homólogos los significados de comunicación,
entropía e información. Si bien es posible establecer alguna correspondencia, el dominio de
aplicación y conocimiento de éstas formulaciones no tienen que ver con la relación en el sentido
de lo informacional y semiótico. Por lo tanto, si bien puede establecerse un isomorfismo
matemático, éste no homologa lo conceptual, Callaos y Callaos, (2002).

En el ámbito de las organizaciones humanas la variedad no requerida asume la forma de una


ley, que puede ejemplificarse de la siguiente manera: Situados dentro de una organización, la
diversidad conectiva, que es la que permite el intercambio de variedad, ve debilitada o destruida
su eficiencia al introducir retardos, impidiendo o generando resistencia al flujo de datos
necesarios al proceso de decisión y producción. Podríamos agregar, desde la teoría de sistemas,
que se estaría introduciendo propiedades sumativas de los elementos del sistema, las cuales
malogran la emergencia de las propiedades constitutivas de la organización y, por ende; de la
toma de decisiones referidas al negocio. Esto ocurre, cada vez que una unidad intercambia
variedad no requerida, lo cual determina la pérdida de control de su variabilidad de salida.

Así entonces, como no tenemos acceso a la configuración relacional, estamos obligados a


calcular la variedad no requerida a partir de los esquemas de acción que se producen en la red,
aislando aquellas configuraciones que se organizan como subredes de repulsión y que son las
responsables de generar el incremento de variedad no requerida y finalmente de los costos en
todas sus formas incluida la pérdida de oportunidad.

Si lo pensamos desde el punto de vista de un sistema controlado, en cibernética debemos


generar variedad de tal manera, que su diseño permita una regulación y retroalimentación que
logra la variedad requerida mínima. Esto supone comprender que la correspondencia entre la
variedad generada y la mínima requerida no tiene por qué ser exacta, necesaria o factible, sino
que; se requiere una variedad con una complejidad mínima para el regulador de un sistema. Las
áreas de diversidad que interactúan y necesitan ser reguladas se corresponden con una
diversidad acorde en el sistema, la atenuación de la variedad debe ser inteligentemente
diseñada.

Por otro lado, aun considerando solo acciones y para terminar de plantear nuestra propuesta
con una imagen respecto del pensamiento cibernético decimos que: “nos interesan no solo los
peces que pescamos, sino también los que dejamos de pescar”. ¿Cómo cartografiamos todas
esas restricciones que nos pasamos por alto? – ¿cuántos peces dejamos de pescar? - Esto es la
variedad no requerida.

6. LA CONSTRUCCIÓN DEL DISEÑO AL MODELO DEL SISTEMA


VIABLE RELACIONAL (VRS)
En toda organización o compañía, desde nuestra visión sistémica relacional, implica su
concepción como un sistema de red de relaciones, que se estructuran sobre la base de procesos
en torno a la producción de productos o servicios. La unidad relacional de base se construye
sobre la relación entre una red y el proceso productivo asociado. Todo lo cual, se expresa en la
forma de la toma de decisiones. De esta manera, una red legitima la forma de su quehacer con
relación a un proceso, lo que permite acceder a: 1) la variedad o número de pasos o estados
distinguidos; 2) a su variabilidad o brecha entre los resultados observados y los esperados; 3) a
la diversidad conectiva o estructuras relacionales establecidas para llevar a cabo el proceso.
En párrafos anteriores, hemos señalado lo que entendemos por el VRS; una holored, la cual se
co-forma a partir del acoplamiento entre las unidades de los ámbitos de la sostenibilidad y la
sustentabilidad, en la cual, la corrección de la variedad no es generada en la dinámica
autonómica, sino un proceso espontaneo de selección de alternativas (epigénesis). El VRS tiene
la condición de replicarse, dentro de un proceso recursivo de recalibración (estocástico), según
sea el objetivo estratégico de la organización, de manera de construir subsistemas de redes, las
cuales aportan a la organización desde sus propias operaciones y/o procesos

Frente a esto, podemos prescindir de aquello que llamamos “lo externo o ambiente”, para lograr
la coherencia entre la operación y la administración necesitamos fijar las relaciones entre la red
de conocimiento (administración) y los procesos (operación), lo que se consigue a través del
arte o cultura del quehacer de la red para dichos procesos.

Con estos conceptos, la red relacional se diseña sobre la base de 3 elementos que generalmente
no se piensan como un conjunto, estos son: los procesos, la red que los lleva a cabo y la cultura
o el “cómo lo hacen”. En un segundo momento es necesario considerar el cómo se relacionan
estos 3 elementos, lo que nos lleva a la definición del VRS, para esto hemos utilizado los
siguientes conceptos:

1. Variedad: Numero de estados o distinciones declaradas para llevar a cabo un proceso


2. Variabilidad: Brecha observada entre lo esperado y lo observado
3. Diversidad Conectiva: Calidad en la comunicación con otras áreas o gerencias que no
están involucradas de manera directa en el proceso.

Según esto, el modelo VRS queda determinado de la siguiente manera (Fig N°2)

FIGURA N°2 Modelo viable relacional sistémico; agentes, decisiones y procesos conectados
por diversidad conectiva, variedad y variabilidad

Según lo señalado anteriormente, el modelo se genera a partir de calibraciones que; dentro del
proceso de investigación, van desde el diseño a su formalización. Formalmente obtendríamos
un modelo como el siguiente (Fig. N°3):
FIGURA N°3 Modelo viable relacional sistémico formalizado

La construcción del modelo VRS, plantea que, para la disminución de la variabilidad de los
procesos involucrados en su gestión, se debe explicitar el modelo de toma de decisiones de la
red de conocimiento, de manera de exponer el comportamiento de las variables que dan cuenta
de la salida de su proceso. Esto permite no solo el control de los mismos, sino que además pone
en evidencia la transparencia de resultados para todos los actores involucrados en la cadena de
valor.

El VRS permite la integración de toda el área científico-técnica a partir del co-control de


variedad y variabilidad. Asimismo, la calidad conectiva o diversidad permite establecer el
grado de colaboración con otras áreas, de manera de poder controlar la variedad del proceso
que genera valor. A modo de ejemplo; si una unidad productiva necesita respaldo de las áreas
administrativas, y éste respaldo es de baja reciprocidad, éste merma valor del proceso
productivo. Esta es una forma de variedad que asume valores iguales o menores que cero y que
denominamos variedad no requerida. La generación de variedad no requerida o desperdicio
repercute de manera directa en el éxito o fracaso de la gestión.

7. EL ORIGEN DE LA VARIEDAD NO REQUERIDA


Conceptualmente la variedad no requerida dice de la relación con la “distribución acumulada”
de las diferencias entre los flujos calculados o teóricos (por ejemplo, los KPI), considerados
desde el punto de vista sistémico para que una organización funcione, versus los flujos de hecho
o con los cuales opera. Considerando las personas que la componen; la estructura de
comunicaciones que sustenta su quehacer; las tareas que desarrollan; los insumos que requieren
para tales fines; la manera de planificar todas las asignaciones que se necesita que sean
desarrolladas y todos los procesos que debe ejecutar. De manera tal, que esta distribución
acumulativa nos permite evaluar la fuerza y dirección de la totalidad de las desviaciones
sistémicas que en forma activa están distorsionando y debilitando estructuralmente la
organización.

Así la variedad no requerida, tiene su origen en deficiencias de planificación, en cuestiones no


presupuestadas, situaciones sobrevinientes e improvisaciones que afecten en forma
significativa la disponibilidad de los recursos, especialmente el uso del tiempo y el ritmo de
operaciones y desde luego, la rigidez que no permitirse adoptar otras formas recursivas,
analíticas e integradas, para conducir a una organización.

El soporte sistémico donde se detecta este fenómeno es una Holored. Este constructo se basa
en tres redes formales integradas (la organización, los procesos y los flujos), donde cada una
ocupa un nivel y se interconectan en forma totalmente conexa. Tal disposición engendra una
“topología espontánea” que permite calcular todas las relaciones entre sus elementos,
privilegiando en todos y cada uno de los elementos involucrados el uso de la estructura
relacional VRS. Esto nos permite determinar el nivel de variedad no requerida y obtener los
conceptos sistémicos para interpretar los niveles de viabilidad y complejidad que surge del
acoplamiento de las tres redes. El VRS integra la red de conocimientos que preserva las reglas
del arte para el funcionamiento organizacional, preservando su existencia y brinda los
elementos de juicio necesarios al modelo de toma de decisiones, desde el cual se estructuran
los procesos por una parte y por otra, esta misma red de conocimientos otorga la información
para mantener el control sobre la unidad de diversidad conectiva y a la vez, permite observar
la variedad necesaria para que; tanto el modelo de toma de decisiones y los procesos, puedan
generar la variabilidad que de sustentabilidad y viabilidad a esta estructura relacional.

Esa estructura relacional, se conectará, por una parte, con todas las demás unidades relacionales
(VRS) y por otra, a nivel de la diversidad conectiva, en función de la topología conexa. La
representación formal de todo esto corresponde a la idea de un rizoma, Deleuze, Gilles &
Guattari, Félix (1980).

8. EVALUACION DE LA VARIEDAD NO REQUERIDA


Supongamos que 𝒏 es la cantidad de miembros de la organización y consideramos a 𝒙 la
variable de interés en nuestros estudios, donde dicha variable dice de la relación del aporte
ascendente de cada miembro de la organización. Esta es la función de distribución real de la
variedad no requerida, en lo sucesivo VNR (siendo 𝒙 por lo tanto de naturaleza ordinal).

Definición:- La función de densidad de la variedad no requerida (DVNR), representa una


sucesión de 𝒏 números reales positivos (𝑫𝑽𝑵𝑹[𝒊])𝒊=𝒏 𝒊=𝟏 donde para cada 𝒊 el valor de la sucesión
es la suma de los residuos fraccionarios de las diferencias entre los valores correspondientes de
la fila 𝒊 de las matrices 𝑴 ∈ ℝ𝒏 𝐱ℝ𝒏 y 𝑵 ∈ ℕ𝒏 𝐱ℕ𝒏 , es decir 𝑫𝑽𝑵𝑹𝑹[𝒊] = ∑𝒏𝒋=𝟏|𝒎𝒊𝒋 − 𝒏𝒊𝒋 |,
donde la matriz 𝑴 contiene los tipos de interacciones obtenidos desde las entrevistas y la matriz
𝑵 contiene los valores redondeados de la matriz 𝑴 ya sea por exceso o defecto.

Definición:- La variedad no requerida real 𝑽𝑵𝑹: = ∑𝒏𝒊=𝟏 𝑫𝑽𝑵𝑹[𝒊], representa la totalidad


de las “distorsiones” que deberá asumir la estructura de la red de la organización y por lo tanto,
la propia organización. Su distribución genera su propia red, sobre la cual, se puede determinar
las adecuaciones necesarias ante condiciones críticas.

Definición:- La posición de cada miembro de la organización = 𝒙 es la posición que ocupará


cada miembro de la organización al ordenar ascendentemente la sucesión (𝑫𝑽𝑵𝑹[𝒊])𝒊=𝒏
𝒊=𝟏 .

Luego: 𝟏 ≤ 𝒙 ≤ 𝒏 y 𝒙 ∈ ℕ

Definición:- la distribución de la variedad no requerida (dVNR), corresponde a la variedad


no requerida acumulada generada por precedencia, por lo tanto, queda determinada por la suma
de los aportes ascendentes de cada uno de los miembros de la organización, con lo cual,
tendremos que 𝑽𝑵𝑹(𝒙) = ∑𝒙𝒊𝒙 =𝟏 𝒅𝑽𝑵𝑹[𝒊𝒙 ], 𝟏 ≤ 𝒙 ≤ 𝒏.
Definición:- La distribución teórica de la variedad no requerida (dtVNR), depende de la
variable de interés 𝒙 (posición dada por la proporción ordenada ascendentemente de los aportes
de los integrantes a la VNR es:-

𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = 𝒂𝟐 𝒙𝟐 + 𝒂𝟏 𝒙 + 𝒂𝟎

Donde {𝒂𝟎 , 𝒂𝟏 , 𝒂𝟐 } ∈ ℝ se determinan mediante el método de mínimos cuadrados, luego de


que se establezca la posición 𝒙 de cada miembro de la organización.

Definición: - La posición 𝑥 que determina la cota del 25 % acumulado inicial de la distribución


de la dtVNR, es el dominio base de la distribución teórica de la variedad no requerida y se
obtiene de resolver:-

𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = 𝟎, 𝟐𝟓

Definición:- La posición 𝑥 que determina la cota del 50 % acumulado inicial de la distribución


de la VNR, es el dominio de estructura media de la distribución teórica de la variedad no
requerida y se obtiene de resolver:-

𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = 𝟎, 𝟒

Definición:- La posición 𝑥 que determina la cota del 40 % acumulado inicial de la distribución


de la VNR, permite señalar el 60 % mayor de la distribución de la VNR, que se denomina el
dominio de estructura crítica de la distribución teórica de la variedad no requerida.

Por lo tanto se tiene que:-

1 0,001 < 𝐹𝑑𝑡𝑉𝑁𝑅 (𝑥) ≤ 0,25 ⟹ 𝑥 ∈ 𝐷𝑜𝑚𝑖𝑛𝑖𝑜 𝐵𝑎𝑠𝑒 𝑑𝑡𝑉𝑁𝑅


2 0,250 < 𝐹𝑑𝑡𝑉𝑁𝑅 (𝑥) ≤ 0,40 ⟹ 𝑥 ∈ 𝐷𝑜𝑚𝑖𝑛𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑀𝑒𝑑𝑖𝑎 𝑑𝑡𝑉𝑁𝑅
3 0,400 < 𝐹𝑑𝑡𝑉𝑁𝑅 (𝑥) ≤ 1,00 ⟹ 𝑥 ∈ 𝐷𝑜𝑚𝑖𝑛𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑡𝑢𝑟𝑎 𝐶𝑟í𝑡𝑖𝑐𝑎 𝑑𝑡𝑉𝑁𝑅

Esta clasificación permite señalar la relación con la influencia directa de la dtVNR, en la


concepción relacional de la organización, a saber: -

El Dominio Base 𝐝𝐭𝐕𝐍𝐑, lo conforma los miembros de la organización cuyos niveles de


aportes a la dtVNR, los facultan para asumir deberes de modificaciones estructurales y no
estructurales. En atención a que la variedad no requerida que generan no gravita en procesos
disociativos de la organización.

El Dominio de Estructura Media dtVNR, lo conforma los miembros de la organización cuyos


niveles de aportes a la dtVNR, los sitúan en la región previa a la generación de procesos
disociativos y según se verá más adelante, se encuentran en la segunda sección de reubicación
o de prescindencia o de rotación, para facilitar la redistribución de la carga de dtVNR en la red
que genera la propia dtVNR.

El Dominio de Estructura Crítica dtVNR, lo conforma los miembros de la organización


cuyos niveles de aportes a la dtVNR, los sitúan en la región que generará los procesos
disociativos y procesos disociativos graves y por lo tanto, conforman la primera sección de
reubicación o de prescindencia o de rotación, para facilitar la redistribución de la carga de
dtVNR en la red que genera la propia dtVNRT.

Definición:- La distribución del potencial de eficiencia, en función de la posición 𝒙 de los

integrantes, está definida por:-

𝑷(𝒙) = 𝟏 − 𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = −𝒂𝟐 𝒙𝟐 − 𝒂𝟏 𝒙 + (𝟏 − 𝒂𝟎 )

Definición:- La variedad no requerida teórica de la organización queda dada por:-

𝑽𝑵𝑹𝑻 = 𝒂𝟐 𝒏𝟐 + 𝒂𝟏 𝒏 + 𝒂𝟎

Definición:- El supremo de la variedad no requerida teórica SVNRT, es la suma máxima de


todos los residuos de la totalidad de las interacciones posibles al interior de la organización, es
decir se trata de de la cota superior de la VNRT.
𝑽𝑵𝑹(𝒙)
Definición: - 𝑰𝑽𝑵𝑹 = es el Índice de variedad no requerida y señala la proporción de
𝑺𝑽𝑵𝑹𝑻(𝒙)
variedad no requerida de la organización, alcanzada por las interacciones de sus miembros. De
acuerdo con los valores de 𝑰𝑽𝑵𝑹 se tiene la siguiente clasificación:

RANGOS CLASIFICACIÓN

0,001 ≤ 𝐼𝑉𝑁𝑅 ≤ 0,1 VNR, Justificada por holguras

0,1 < 𝐼𝑉𝑁𝑅 ≤ 0,25 VNR, Justificada por desarrollo

0,25 < 𝐼𝑉𝑁𝑅 ≤ 0,4 VNR, de transición

0,4 < 𝐼𝑉𝑁𝑅 ≤ 0,6 VNR, de disociación

0,6 < 𝐼𝑉𝑁𝑅 ≤ 1,0 VNR, de disociación Grave


Donde las clasificaciones representan las siguientes situaciones, a saber: -

Variación no requerida justificada por holguras, indica que la variedad no requerida


aportará “las holguras necesarias para poder asumir ajustes no estructurales”.

Variación no requerida justificada por desarrollo, señala que la variedad no requerida


aportará “la disponibilidad de miembros de la organización, para asumir ajustes y cambios de
tipo estructural".

Variación no requerida de transición, señala que la variedad no requerida aportará “los


elementos que conducirán a la larga a generar procesos disociativos".

Variación no requerida de disociación, indica que la variedad no requerida contribuirá “en el


desarrollo de procesos disociativos en la organización".

Variación no requerida de disociación grave, indica que la variedad no requerida será “un
aporte significativo en el desarrollo de procesos disociativos en toda la organización”.

Las dos primeras clasificaciones del índice de variedad no Requerida (justificada por holgura
y justificada por desarrollo), constituyen alertas tempranas para poder explorar ajustes y
cambios estructurales y no estructurales, siempre sujetos a evaluación y/o observación. En
tanto que, las tres últimas de esta clasificación (de transición, de disociación y de disociación
grave), llaman a asumir la responsabilidad y el liderazgo, para poder proveer cambios de mayor
envergadura y profundidad, atendiendo el carácter grave del diagnóstico, lo cual demanda
revisar idoneidades y todo tipo de habilidades de los miembros de la organización.

Definición:- El error típico 𝑬𝑻(𝑽𝑵𝑹), dice de la relación con la diferencia cuadrática media
ajustada con dos grados de libertad entre la distribución teórica dtVNR y la distribución lograda
(observada) de VNR y se determina mediante:-

𝟐
∑𝒙(𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) − 𝑽𝑵𝑹(𝒙))
𝑬𝑻(𝑽𝑵𝑹) = √
𝒏−𝟐

Donde 𝑽𝑵𝑹(𝒙) es el aporte (observado) de la VNR por mediación del miembro de la


organización en la posición 𝒙 y 𝒏 es la cantidad de miembros de la organización.

Porcentualmente, este valor expresa la discrepancia entre el valor logrado (observado) para la
VNR y el esperado mediante la VNR.

9. CONCLUSIONES
Las limitaciones que impuso la ley de conservación de la energía al ser reconocidas como tales,
se transformaron en principios, criterios de diseño y cálculo, siendo de gran valor para los
ingenieros y físicos.

La limitación en la ley de la variedad requerida, al igual que en la ecuación de Shannon,


aplicada en la termodinámica, es que no consideran la naturaleza relacional de la organización.

Es decir, que el hecho de atenerse a lo tangible o principio de realidad, hace necesario absorber
variedad, lo cual significa que las distinciones sobre aquello que llamamos lo externo (la cosa
en sí misma), tienden al infinito y, necesariamente tienen correlación con el paradigma vigente.
Sin embargo, más que un problema a resolver desde la tangible o de las interacciones
materiales, su solución es fundamentalmente epistemológica. La historia de la Ciencia, permite
entrever que es “la historia” de la disminución de la variedad no requerida, porque en el proceso
de generación de valor, ésta no solamente produce valor igual a 0 sino que, también genera
valores menores que 0. Por consiguiente, la variedad no requerida, destruye variedad. Las
creencias derivadas del uso de la energía y la producción de entropía, apuntan a distribuciones
que no dicen de relación con la naturaleza relacional humana en particular y con lo vivo en
general. Esto es que no pueden reducir los procesos de comunicación, información, ni el fluido
semiótico que genera los distintos niveles de significación en la comunicación. De hecho, lo
que podría explicar la disminución de la entropía, es la disminución de la variedad no requerida
en la medida que se da en el ámbito de la comunicación, significación y toma de decisión
humana.

La condición de la complejidad como relación, es que èsta no puede reducirse ni analizarse, lo


que nos ha permitido desarrollar lo que entendemos como la ley de variedad no requerida.

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