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La protección del diseño industrial[editar]

En un sentido amplio, el derecho de los creadores de un diseño industrial, a ser los únicos
en producirlo, venderlo, etc. se protege de dos formas: el derecho de autor y la propiedad
industrial. Según la política de cada país, ambas protecciones pueden acumularse o no.
Por Ejemplo, en España se permite la acumulación mientras que en Francia no.

La protección como propiedad industrial[editar]


Es una protección más completa, pero de duración más reducida, pues según los
convenios internacionales, como por ejemplo el Tratado sobre los Aspectos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) la duración mínima es de 10 años. La
mayor parte de los países ofrece una duración máxima de 25 años. Para que un diseño
industrial pueda ser protegido mediante propiedad industrial ha de cumplir una serie de
requisitos, estando fijada por el ADPIC las condiciones de los requisitos. Así se suele
pedir novedad y carácter singular. El primero de los requisitos es que no exista nada igual,
mientras que el segundo establece que no exista nada parecido. Para la mayor parte de
las legislaciones, el diseño no debe poseer una función técnica, sino que su objetivo debe
ser únicamente la estética. En el caso de poseer una función técnica, se protegerá
mediante una patente o un modelo de utilidad.
Otro requisito no tan generalmente aceptado es el de visibilidad, es decir, que la parte
donde se aporta el diseño se vea en el uso normal del producto.

La protección como derecho de autor[editar]


Para que un diseño industrial sea protegido mediante el derecho de autor debe cumplir el
requisito fundamental de originalidad. El deber de un diseñador industrial es el de
satisfacer a cabalidad las necesidades de un usuario. La duración de esta protección suele
durar toda la vida del creador del diseño industrial protegido, más una cantidad de años
variable según la legislación. Habitualmente es de 60-70 años.

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