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VIVIR SANO
Plan de acción
Al tratar el alcoholismo debemos plantearnos una serie de metas a conseguir, y el fin de todo
programa terapéutico persigue motivar al paciente para continuar con su tratamiento y una
vez realizado, mantenerse abstemio, si es posible, durante toda la vida.
Hay que hacer ver al paciente que si toma demasiado alcohol, el disminuir esta cantidad puede
hacer mejorar su vida y su salud, y ¿cómo conseguir mejorarla?, pues mejorando las posibles
alteraciones del Sistema Nervioso o del Aparato Digestivo, producidas por la ingestión etílica,
durmiendo mejor tanto en tiempo como en calidad y por último mejorando la relación con la
familia, amigos o en el ámbito laboral.
Para conseguir una completa recuperación del paciente alcohólico se han de plantear una serie
de objetivos a corto, medio y largo plazo, e ir progresivamente realizándolos y completándolos,
para lo cual utilizaremos todas las posibilidades terapéuticas que estén disponibles, tanto a
nivel farmacológico como a nivel psicológico o psicosocial.
Se han de realizar dos pasos principales:
Dejar de beber en el momento actual, lo cual lleva a un síndrome de abstinencia en pacientes
con dependencia alcohólica que ha de ser correctamente tratado. Esta fase es conocida como
desintoxicación.
Dejar de beber para el resto de nuestra vida, aplicando la terapia farmacológica o psicológica
necesaria. Fase que se conoce como deshabituación.
Todo este proceso terapéutico se basará en tres puntos:
Tratamiento farmacológico
Psicoterapia
Grupos de autoayuda
Dejar de beber
Es el primer paso a realizar por la persona adicta, y conlleva la inmediata y total supresión del
alcohol en la bebida, lo cual lleva implícito la aparición de un síndrome de abstinencia que hay
que prevenir o tratar.
Este proceso se realizará de forma primordial a nivel ambulatorio, aunque existen una serie
de circunstancias que obligarán a que dicho tratamiento se realice de forma hospitalaria como
son:
Ausencia de persona responsable que controle todo el proceso.
Coexistencia de una patología orgánica o psiquiátrica grave en la persona afectada.
Antecedentes personales de convulsiones o delirium por su dependencia alcohólica.
Múltiples fracasos en anteriores intentos de desintoxicación a nivel extrahospitalario.
Presencia de un síndrome de abstinencia grave a pesar de todos los medios puestos
para prevenir su aparición.
Para realizar esta desintoxicación el paciente necesitará ayuda, la cual consistirá en:
Aporte de líquidos que suple la ausencia del alcohol, los cuales se suplementarán con vitaminas
del grupo B, y esto se puede acompañar si se produjera un déficit de los mismos con ácido
fólico y hierro.
Tratamiento del síndrome de abstinencia mediante una terapia farmacológica, que tenga un
efecto tranquilizante y selectivo sobre el paciente, para ello hay una amplia batería de fármacos
entre los que destaca:
* Clometiazol. Une a su acción tranquilizante, una acción anticonvulsivante.
* Tetrabamato. Más seguro y no potencia los efectos del alcohol.
* Otros compuestos. Entre ellos el Cloracepato dipotásico, Diazepán, Lorazepán y el Tiapride.