Professional Documents
Culture Documents
(ONU, 1993) define violencia contra la mujer como: Todo acto de violencia basado
en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño
o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive la amenaza de
tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en
la vida pública como en la vida privada.
Manifestación de la violencia
Los teóricos coinciden en que el maltrato doméstico se refiere a las agresiones
físicas, psicológicas o sexuales llevadas a cabo por parte de un familiar que por lo
general es el hombre; y que pueden causar daño físico, psicológico y hasta vulnerar
la libertad de otra persona que usualmente es la mujer. Chamorro, (2008), García,
(2003) & Zubizarreta, (2004).
Maltrato físico. La agresión física es la forma más notoria del maltrato. Se
trata del tipo de violencia que se puede ver. Implica golpes con puños u
objetos, empujones, tirones de pelo, cachetadas, torceduras, mordeduras,
patadas y todo tipo palizas. El maltrato físico puede ocasionar en la víctima
heridas físicas; tales como cortes, moretones o quemaduras. Otra forma de
maltrato físico es primar a la víctima de acudir al médico; ya sea por causa
de una enfermedad o por los golpes que ha recibido.
Maltrato psicológico o emocional. Es una agresión a la psiquis y las
emociones de una persona que atenta contra la seguridad de otra; es la
agresión de una persona con mayor poder hacia otra. La intención de este
tipo de maltrato es “obtener el control absoluto de la víctima” (García, 2003,
p. 41). Supone agresión verbal; entiéndase cuando se utiliza palabras para
dañar a la persona agredida.
Agresión sexual. El Estudio multipaís de la OMS (2005) explica que hay tres
comportamientos que se consideran formas de agresión sexual. Estos son:
“ser obligada a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad; tener
relaciones sexuales por temor a lo que pudiera hacer su pareja; ser obligada
a realizar algún acto sexual que considerara degradante o humillante”.
Por lo general, los maltratadores suelen tener una baja autoestima, dificultad para
expresar los sentimientos, inestabilidad y dependencia emocional de manera
disfrazada y no definida. Presentan síntomas de ansiedad, problemas de control
de ira, impulsividad, celos, abuso de alcohol y hostilidad. Humillan a la víctima frente
a otros, hacen que sus mujeres se sientan culpables, manipulan a los hijos y le
retienen el dinero, abusan de la autoridad y sólo ellos toman decisiones. Los
maltratadores justifican su violencia y niegan el abuso responsabilizando a otros.
Esta patología surge de estereotipos machistas que implican déficit de
comunicación y solución de conflictos (Chamorro, et al. 2004).
Perfil de la víctima
“Las víctimas de maltrato son mujeres jóvenes, con una media de 41 años”
(Zubizarreta, 2004, p. 3). En el pensamiento y dialogo de las mujeres maltratadas
discurre la sensación de drama y culpa. Consideran que el maltrato es algo natural
y que se lo merecen. Se creen indignas de afecto. Viven en sometimiento, sienten
mucha vergüenza y miedo, minimizan la violencia e idealizan el que algún día su
pareja va a cambiar (Goldman, 2004). Se han detectado ciertas características que
muchas de las víctimas de violencia doméstica comparten. Por lo general, tienen
un nivel cultural escaso, tienen deficiencias económicas y/o de vivienda, dependen
económicamente de sus esposos, se dedican a las tareas del hogar casi
exclusivamente y carecen de apoyo social (Chamorro, 2008).