En ocasiones solemos esconder nuestros sentimientos cuando estamos con
otras personas. Nos da vergüenza reconocer que sentimos emociones que consideramos negativas y que creemos, erróneamente, nos hacen parecer personas débiles a los ojos de los demás. Queremos ser fuertes a nivel emocional, no dejarnos afectar fácilmente por casi nada y dar una imagen de “persona madura y racional”. Tanto si se trata de sentimientos negativos como positivos, compartirlos con los demás siempre es beneficioso. En el caso de los positivos porque los aumenta y puede desembocar en una celebración o en un rato agradable. También tenemos varios motivos para compartir las emociones negativas. El principal es que al ponerlas sobre la mesa evitamos huir de ese sentimiento y aumentamos las posibilidades de asumir la responsabilidad de regularlo. Al mismo tiempo, cuando lo hagamos, permitiremos una exposición, lo que hará que la emoción tienda a descender. Lo que pienso de la dinámica es que siento que es algo bueno para mi y también para mi familia por que por lo regular casi nunca nos decimos que es lo que nos gusta y que es lo que deberíamos de mejorar y es una buena forma para decirlo y quitarnos de que podemos vernos como personas débiles si les decimos algo positivo además siento que puede que hagas feliz a esa persona con tu comentario bueno y tanto con lo “malo” para que se de cuenta y pueda trabajar en ello y que pueda disminuir Lo que sentí en cada momento que un integrante de mi familia me decía comentarios para mejorar fue que tenían razón que debo mejorar lo que me dijeron y trabajar en eso para que se valla descendiendo, me sentí bien siento que para mi familia también fue una buena experiencia por que así ellos y yo sabemos lo que pensamos de lo que es bueno cada quien y eso te hace sentir muy bien que sepas esas cosas. La verdad yo me sentí muy bien cuando a mi familia les decía lo que son buenos y ellos siento que también se sintieron bien por que puedes hacer que ese rato haya sido agradable o que ellos se sientan felicitados por lo que nos dijimos. Cuando compartimos nuestra manera de sentirnos, estamos aceptando el sentimiento, lo dejamos estar y ser en nuestro cuerpo. De esta forma disminuimos su intensidad.
La dinámica lo hice con mi mama, mi tío, mi abuelita y mi hermana