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LAS EMPRESAS Y SU RESPONSABILIDAD ANTE EL MEDIO AMBIENTE

En principio, una organización empresarial se crea con la finalidad de proporcionar

determinados bienes o servicios a cambio de un beneficio, por lo que su responsabilidad

económica es evidente. “existen otros tipos de responsabilidades como la ética, la legal y la

filantrópica. Las tres implican un comportamiento responsable dentro de la sociedad en la que

está localizada, de manera que comprometa parte de los recursos en mejorar la situación y el

bienestar de todos.” (López, 2002)

Existe un deber moral de cuidar el mundo natural porque tanto los ecosistemas como los seres

que viven en ellos son intrínsecamente valiosas y tienen derecho a la vida y a no ser dañados

(visión ambiental biométrica).

• Existe un deber moral de cuidar el mundo natural porque éste es necesario para ejercer los

derechos humanos y vivir con dignidad. Dañar o no evitar los daños sobre el medioambiente es

contrario al pleno desarrollo humano, así como al de futuras generaciones (visión ambiental

homocéntrica).

• Forma parte de la responsabilidad social de las empresas, en tanto que éstas tienen la

posibilidad y la capacidad de proteger el medioambiente para resolver problemas sociales,

contribuir al mejoramiento colectivo y combatir la desigualdad global. Las compañías deben

evitar que los impactos directos e indirectos de su actividad puedan repercutir en las

oportunidades de consumo, producción y desarrollo de terceros. En particular, el hecho de que

terceras partes o el conjunto de la sociedad acaben asumiendo los costes de los impactos

indirectos («externalidades») se considera un enriquecimiento ilegítimo de la empresa, además

de un elemento distorsionador del mercado.

En materia de medio ambiente, el mundo empresarial puede ser visto desde dos enfoques

distintos: como agente contaminante o por su acción contra la contaminación.


Las empresas, en términos generales, son agentes contaminantes del medio ambiente, como lo

son el resto de los agentes económicos, dependiendo, por supuesto, el grado de esa acción del

sector que se trate o del tipo de proceso tecnológico que tenga la empresa.

Ahora bien, también las empresas son un factor importantísimo en la preservación del medio

ambiente, dado que la innovación tecnológica y su aplicación es lo que puede resolver una gran

parte del problema. Es evidente que existen aún, como señalábamos, algunas incertidumbres

sobre la capacidad técnica para resolver ciertos problemas específicos, pero la única vía para

despejar las dudas es potenciar el esfuerzo investigador.

En efecto, muchas veces un producto no es malo en sí, sino que lo malo es el uso que hacemos

de ese producto. No es necesario citar el estado de nuestras playas o bosques, la eliminación de

residuos domésticos en los núcleos urbanos o el índice de ruido en las ciudades, pues sobre esto

ya se ha escrito mucho y todos coincidimos en el lamento.

La Administración pública, por su parte, tiene la responsabilidad que le corresponde, que, en

algunos casos, como la eliminación de residuos y depuración de aguas, es una responsabilidad

muy directa; en otros, como los ya citados de educación ambiental y fomento a la innovación,

su papel también es clave.

Es obvio que está en el interés de todos ser algo más verdes o ecológicos, tanto los consumidores

como demandantes exigentes, como las empresas oferentes de bienes y servicios, ya que sólo

así éstas seguirán en el mercado.

En este contexto, y si queremos vivir en un país que sea habitable para nuestros hijos y que

nuestra economía siga siendo además competitiva, es necesario establecer ya una estrategia a

nivel nacional. Solamente con una estrategia en cuyo, diseño participen los Gobiernos, las

empresas y los ciudadanos podremos hacer frente con eficacia y responsabilidad a un problema

que, de otro modo, dentro de unos años acabará siendo insostenible.


Esto hace posible que las empresas adopten decisiones unilaterales y voluntarias como por

ejemplo la sustitución de sus flotas contaminantes, por vehículos híbridos para disminuir la

emisión de CO2. La sociedad valora positivamente este tipo de acciones reconociéndolo con el

consumo de sus productos.

Las actuaciones de esta índole tienen un recorrido de doble dirección:

 Por un lado, sirven de “efecto llamada” para que otras empresas adopten el mismo

compromiso.

 Por otro lado, al intentar mejorar su reputación, el cliente premia el esfuerzo por su

compromiso medioambiental.

“Hay conceptos como “contaminación” “reciclaje” “tratamiento selectivo de residuos”, etc. son

ya parte de nuestro léxico común y cuyo entendimiento ha transformado incluso nuestros

hábitos de consumo.” (Tarifa, 2010)

Comprender las relaciones entre medio ambiente y desarrollo económico es una tarea

imprescindible hoy en día para la establecimiento y funcionamiento de cualquier empresa, debe

tenerse en cuenta que la consecución de un desarrollo económico sostenible no sólo beneficia

a las generaciones de ciudadanos de nuestro entorno más cercano, y a nosotros mismos, sino

también a otros países en vías de desarrollo que aún disponen de gran diversidad biológica que

es tarea de todos preservar.

Un caso reseñado es SC Johnson utiliza palets de plástico reutilizado para sus transportes sus

ventajas son: provienen de plástico recuperado, que pueden utilizar 80 veces y son menos

pesados por lo que la carga de los camiones se optimiza, de modo que necesitan menos

combustible y por lo tanto emiten menos CO2.


“Las compañías con motivaciones éticas consideran que el cuidado del medioambiente es lo

correcto y lo incorporan como parte de su responsabilidad empresarial. El desarrollo de la ética

empresarial ambiental se produce en paralelo al de la preocupación por el medioambiente, y se

ocupa de las relaciones entre las empresas, los seres humanos y el medio natural” (Remacha,

2017)

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