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REVISIONES

POLIGLOBULIAS SECUNDARIAS HIPOXICAS


J.L. Álvarez-Sala Walther
Departamento de Medicina. Hospital Universitario San Carlos.
Facultad de Medicina. Universidad Complutense. Madrid.

Concepto y clasificación de las poliglobulias Las poliglobulias absolutas se diferencian, a su vez,


en razón a la naturaleza autónoma o, por el contrario,
La poliglobulia es una situación clínica caracteri- dependiente de la eritropoyetina de la proliferación
zada por un exceso de hematíes circulantes1. El ha- eritroide, en primarias y secundarias o sintomáticas.
llazgo de un incremento en el índice hematocrito La policitemia primaria o rubra vera es una panmielo-
(Hcto) o en la tasa de hemoglobina (Hb) en sangre sis crónica idiopática, encuadrada dentro de los
periférica no es suficiente para definir ni para demos- síndromes mieloproliferativos de Dameshek y carac-
trar, con absoluta certeza, su existencia2. Para ello es terizada por una sobreproducción clonal de elemen-
necesario comprobar que la masa eritrocítica (ME) se tos de las tres series medulares, aunque esencialmente
encuentra también elevada. El límite superior de la de los de la serie roja. La secreción de la hormona eri-
normalidad para esta última se ha establecido en 36 tropoyética se encuentra suprimida1 y3 la saturación ar-
ml/kg de peso, para el hombre, y en 32 ml/kg de terial de oxígeno (SaO;) es normal - -9.10.
peso para la mujer (por encima del 125 % del valor Dos grupos principales de trastornos dan lugar a la
normal teóricamente esperado)2'3. A efectos prácti- aparición de una poliglobulia secundaria o eritrocito-
cos conviene señalar, no obstante, que un índice Hcto sis1'2'11. Ambos cursan con un incremento en la secre-
superior a un 52 o 53 % en el hombre y a un 49 o ción y en los niveles plasmáticos de eritropoyetina y
50 % en la mujer se sitúa dos desviaciones estándar en ambos la eritrocitosis depende y es el resultado in-
por encima de la media normal1'4'5. mediato de esta secreción. Las enfermedades que se
El término policitemia, equivalente en sentido am- incluyen en el primero de los dos grupos tienen, como
plio al de poliglobulia, se utiliza en ocasiones con cri- mecanismo patogénico común, la hipoxia celular ge-
terio más restrictivo, para designar a aquella situación neralizada, y la hiperproducción de la hormona eri-
clínica en la que? existe un incremento en el número tropoyética es una consecuencia esperada o «apro-
de elementos formes de las tres series medulares, si piada» a esa hipoxia. La poliglobulia tiene en estos
bien preferentemente en el de hematíes. Esta situa- casos, por tanto, el carácter de una respuesta fisioló-
ción se corresponde, en realidad, con el concepto de gica o compensadora a una situación patológica. Las
policitemia rubra vera, policitemia verdadera prima- enfermedades integradas en el segundo grupo tienen,
ria, eritremia o enfermedad de Váquez-Osler. En la como denominador común, un incremento patológico
práctica, sin embargo, los términos poliglobulia y po- o «no apropiado» en la producción de eritropoyetina,
licitemia son intercambiables y se utilizan indistinta- cuya secreción,12de mecanismo discutido y probable-
mente. mente variado , carece de utilidad funcional para el
La clasificación de las poliglobulias atiende a dos organismo.
criterios principales: volumen de la masa roja y 1meca- Las poliglobulias secundarias de origen hipóxico
nismo de la respuesta eritropoyética (tabla l) .2.6-10. son, con diferencia, las más frecuentes y se observan
Tradicionalmente se distinguen, en primer lugar, las en diversas situaciones clínicas. El mecanismo pato-
poliglobulias relativas (ME no incrementada) y las génico de la eritrocitosis difiere según los casos, aun-
absolutas (ME incrementada). En las primeras, la ele- que lo más habitual es que ésta surja como conse-
vación en el índice Hcto o en la tasa de Hb no se debe cuencia de una caída en la SaO; o en la presión
a un aumento verdadero en la masa globular roja, arterial de oxígeno (PaO;). Tal es lo que sucede en la
sino a una disminución en el volumen plasmático. poliglobulia que aparece en algunas enfermedades
Esta es la situación propia de todas aquellas alteracio- respiratorias crónicas, especialmente en las obstructi-
nes que cursan con hemoconcentración, así como vas, en las cardiopatías congénitas cianosantes, en la
probablemente también la de la denominada policite- hipoventilación alveolar crónica o en la adaptación a
mia espúrea de Gaisbóck. la altura.
En este trabajo se revisan más específicamente las
Recibido el 14-4-1989 y aceptado el 8-5-1989.
policitemias de origen respiratorio y la del fumador

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J.L. ALVAREZ-SALA.-POLIGLOBULIAS SECUNDARIAS HIPOXICAS

TABLA I En algunos trabajos1'4'5 se ha sugerido que el origen


Clasificación de las poliglobulias de esta anomalía pudiera radicar, desde un punto de
Poliglobulias relativas (masa eritrocítica normal)
vista patogénico, en dos tipos de fenómenos distintos.
Por un lado, en ciertos individuos (tipo I), la masa
A. Por hemoconcentración: terapia diurética intensa, roja, aún siendo normal, se situaría en el límite supe-
quemaduras, síndromes diarréicos, deshidratación en
general. rior de lo admisible, mientras que el volumen plasmá-
B. Síndrome de Gaisbóck (policitemia espúrea o tico, también normal, se encontraría en el límite infe-
pseudopolicitemia). rior de esa normalidad; la combinación de ambas
Poliglobulias absolutas (masa eritrocítica aumentada)
circunstancias daría lugar a un aumento en el índice
Hcto, manteniéndose normal la ME. Se trataría, qui-
A. Policitemia primaria o rubra vera (eritropoyesis autónoma, zás, de una situación fisiológica límite. Por otra parte,
con eritropoyetina sérica disminuida).
B. Policitemias secundarias o sintomáticas (eritropoyetina en otros individuos (tipo II), sería posible que, con
sérica aumentada). una ME absolutamente normal, el volumen plasmá-
1. Por aumento apropiado de la secreción de tico se hallase, por causas desconocidas, crónica-
eritropoyetina. mente disminuido, sin que coexistiera, al menos apa-
a) Por disminución en la tensión arterial de oxígeno:
hipoxia de altitud, cardiopatías congénitas rentemente, deficiencia alguna en los fluidos
cianosantes, enfermedad respiratoria crónica, corporales.
hipoventilación alveolar crónica. En cuanto a su etiología, se ha subrayado el posible
b) Por disminución en la capacidad de transporte de papel del tabaco, ya que estos enfermos, habitual-
oxígeno: carboxihemoglobinemia,
metahemoglobinemia, sulfohemoglobinemia. mente varones (en proporción 10 a 1), de edad media
c) Por trastorno en la liberación del oxígeno de la y en apariencia sanos, suelen ser muy fumado-
hemoglobina: hemoglobinopatías de alta afinidad res1'14-15. El efecto diurético de la nicotina se sumaría
por el oxígeno, defectos congénitos en la al incremento de la masa roja, que aparecería como
difosfoglicerato-mutasa, hemoglobinopatías con
defectuosa interacción con el 2,3-difosfoglicerato consecuencia de la hipoxia hística secundaria a la car-
del hematíe. boxihemoglobinemia propia del fumador (véase más
d) Por hipoxia histotóxica: intoxicación por cobalto. adelante)15'17. En otros casos se han invocado, para
e) Por mecanismo mixto: poliglobulia del fumador. explicar la disminución crónica de la plasmemia, tras-
2. Por aumento inapropiado en la secreción de tornos en la secreción de la aldosterona, del factor
eritropoyetina.
a) Por producción tumoral (autónoma) de
natriurético atrial o de la hormona antidiurética13'18.
eritropoyetina: tumores renales y extrarrenales El consumo crónico de alcohol pudiera ser otra cir-
(hemangioblastoma de cerebelo, hepatoma, cunstancia importante en este sentido19'20. Se ha su-
feocromocitoma, linfoma, timoma y carcinomas de gerido también la existencia de factores genéticos y de
ovario, próstata y pulmón).
b) Por hipoxia o isquemia local renal: estenosis de la
cierta predisposición familiar5.
arteria renal, poliquistosis renal, hidronefrosis, La policitemia espúrea es quizás la forma de poli-
nefropatías difusas, postransplante renal, síndrome globulia que se observa con más frecuencia (hasta un
de Bartter, quistosis renal simple. 50 % de los casos) en el medio ambulatorio. Se ca-
c) Por otros mecanismos: hipereritropoyetininemia racteriza, desde un punto de vista clínico, por presen-
idiopática (eritrocitosis pura o esencial, incluida la
forma familiar benigna). tarse en individuos obesos, pictóricos, ansiosos, con
3. Por mecanismos endocrino distinto al de la
una clara tendencia a padecer hipertensión arterial
eritropoyetina: síndrome de Cushing, tumores ováricos (aproximadamente en un 50 % de los enfermos) y
virilizantes, tumores secretantes de prostaglandinas, con una cierta predisposición a las complicaciones
tratamientos androgénicos o eorticoideos. tromboembólicas (30 % de los casos)5'14'21. Cefaleas,
trastornos visuales, vértigos, mareos, parestesias, do-
lor torácico, fatigabilidad, prurito y sudoración son
algunas de las manifestaciones clínicas más habitua-
aparentemente sano. Por su frecuencia e importancia les. La esplenomegalia es rara. Hipergiucemia, hiper-
en el diagnóstico diferencial, se hace también una colesterolemia e hiperuricemia son frecuentes. Leuco-
mención previa al síndrome de Gaisbóck. citos, plaquetas y reticulocitos circulantes, sideremia,
gases respiratorios en sangre y eritropoyetina sérica y
urinaria son normales3. La médula ósea es, asimismo,
Síndrome de Gaisbóck normal y no suele observarse ni tan siquiera una hi-
perplasia roja5.
Bajo las denominaciones de pseudopolicitemia o de El diagnóstico se basa, una vez descartada la posi-
policitemia espúrea, hipertónica, benigna o de estrés bilidad de que el incremento en el índice Hcto sea de
se cataloga una situación clínica, descrita por Gais- carácter transitorio, en la cuantificación de la masa
bóck en 1905, en la que, sin que exista alteración al- roja, mediante hematíes marcados con cromo 51, e,
guna capaz de producir una hemoconcentración, el independiente y simultáneamente, en la del volumen
índice Hcto se encuentra elevado, mientras que la plasmático, mediante albúmina marcada con iodo
ME es normal. Se trata de un trastorno de identidad 12513. El diagnóstico diferencial es, en ocasiones, di-
muy discutida, pero en realidad bastante frecuente en fícil y ha de establecerse con el resto de las poliglobu-
la práctica clínica13. lias, especialmente con las formas leves de las eritro-

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ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 25, NUM. 7, 1989

citosis secundarias y con los estadios iniciales de la respiratorio que excede en unas 200 a 250 veces a la
policitemia vera. La observación del curso evolutivo del oxígeno, al que desplaza instantáneamente. La Hb
puede ser la única clave a este respecto. Las compli- queda, de este modo, bloqueada y se convierte en una
caciones tromboembólicas (cerebrovasculares, coro- molécula ineficaz desde el punto de vista del trans-
narias, periféricas, etc.) son las que determinan el porte del oxígeno. Por otra parte, el CO aumenta la
pronóstico y la supervivencia de estos enfer- afinidad de la Hb restante o «no bloqueada» por el
mos5-14'21'22. oxígeno, con lo que se altera la liberación o cesión de
El tratamiento es puramente sintomático y se cifra este último a los tejidos. La curva de saturación de la
en la pérdida de peso, el ejercicio físico y la vigilancia Hb experimenta, en consecuencia, por efecto directo
y eventual terapéutica de la hipercolesterolemia, la hi- del CO, una desviación hacia la izquierda y, por con-
peruricemia, la urolitiasis y la hipertensión arterial siguiente, el valor numérico del parámetro p50 (pre-
(los diuréticos deben evitarse). La supresión del ta- sión parcial de oxígeno a la que la Hb está saturada
baco es esencial. Las flebotomías1y5 la mielosupresión en un 50 %) disminuye. Además, la curva muestra,
no están generalmente indicadas ' , aunque en casos también bajo el influjo del CO, una tendencia a adop-
concretos, con importantes elevaciones en el índice tar formas más hiperbólicas (descenso en el valor del
Hcto, la sangría puede ser beneficiosa y parece mejo- parámetro «n» de HUÍ). Esto incrementa aún más la
rar el flujo sanguíneo cerebral14'21. afinidad de la Hb por el oxígeno.
Los niveles de HbCO están elevados, a veces de
forma muy importante, en los individuos fumado-
Poliglobulia del fumador res15-17'25-27. Tumer et al27 han referido, en 1.933 ca-
sos estudiados, una tasa media de 4,78 ± 2,67 %. Va-
La poliglobulia es un hallazgo muy frecuente en el lores superiores a un 10 o incluso a un 20 % no son
fumador. En su génesis cabe invocar, en primer lugar, excepcionales. En23algunos casos se han hallado cifras
a la hipoxemia propia de la enfermedad respiratoria hasta de un 37 % , que se inscriben en el rango pro-
crónica inducida por el tabaco. Este último puede es- pio de las intoxicaciones agudas graves por CO. Estos
tar también en el origen, como ya seu 15
ha indicado, de niveles contrastan con los que presentan los indivi-
una pseudopolicitemia de Gaisbóck ' '17'23. Además duos no fumadores, que suelen oscilar entre un 0,5 y
de a través de estos dos mecanismos, el tabaco ejerce, un 2 % n.26^ y cuyo origen se encuentra, además de
por sí mismo, una acción indudable sobre la eritropo- en la mínima producción endógena que deriva del ca-
yesis y repercute, por ello, en la masa de células ro- tabolismo de la Hb (escisión de la protoporfirina), en
;.,cl5.16.24,25
Jda
la contaminación industrial o urbana. Waid et al28
Varios estudios15'17'25'26 han evidenciado que los in- han hallado, entre 6.641 individuos no fumadores,
dividuos fumadores aparentemente sanos tienen, sólo un 0,3 % con tasas de HbCO por encima de un
como grupo, un índice Hcto superior al de los no fu- 2,5 %, mientras que un 81 %, entre 2.613 fumado-
madores. Pero además, hasta un 3 a 5 % de los fuma- res analizados, mostraba concentraciones superiores a
dores muestra, en ausencia de enfermedad respirato- un 2 %. El solapamiento de los valores es, por tanto,
ria crónica o de cualquier otra causa de hipoxemia, muy escaso, lo que permite afirmar que la determina-
una ME verdaderamente incrementada y presenta, ción de la HbCO es útil, entre otros aspectos, como
por tanto, una auténtica policitemia absoluta i i'15. En marcador de la exposición reciente al humo del ta-
estos casos, la ME alcanza niveles incluso compara- baco26'27.
bles a los que se observan en la policitemia vera. La Los niveles de HbCO son muy variables de unos
supresión del tabaco conduce, en el plazo de unos fumadores a otros, aun cuando consuman un mismo
tres a cinco meses, a la normalizaciónlu6 del índice Hcto número de27cigarrillos al día, y más aún si fuman pipas
y a la desaparición de la eritrocitosis '25. o cigarros . Factores tales como la calidad del ta-
La patogenia de la policitemia del fumador aparen- baco, del papel o del filtro, el volumen de gas inhalado
temente sano está en relación con una apropiada ele- en cada bocanada, el número de inhalaciones por pi-
vación en la secreción de eritropoyetina, secundaria a tillo y, sobre todo, el lapso de tiempo transcurrido
la hipoxia celular inducida por el tabaco. El trastorno desde que el último cigarrillo fue consumido, son im-
de la oxigenación tisular estimula al «sensor» renal de portantes en este sentido. Esta última circunstancia,
la hormona y pone así en marcha una respuesta eri- consecuencia de que la vida media de la HbCO en
tropoyética compensadora. sangre oscile entre unas tres o cuatro horas, explica
El origen de este trastorno hipóxico no se relaciona por qué los niveles matutinos de este compuesto son
con una caída en la paO^, que no existe o es mínima, considerablemente menores que los vespertinos, deta-
ni con alteración funcional respiratoria alguna. Dos lle de importancia a tener en cuenta cuando se valo-
mecanismos, al menos, ambos dependientes del mo- ran unos resultados en un fumador1'15.
nóxido de carbono (CO) inhalado con el humo del La capacidad real de la Hb para transportar
tabaco, explican la hipersecreción eritropoyética y la oxígeno disminuye significativamente cuando existe
poliglobulia del fumador25'26. Por un lado, el CO, al HbCO, es decir, sólo la Hb funcional o «disponible»
unirse con la Hb (carboxihemoglobina o HbCO), dis- (Hb total menos HbCO) puede saturarse con
minuye su capacidad para transportar oxígeno a los oxígeno. Esta menor saturación de la Hb, potenciada
tejidos. El CO tiene una apetencia por el pigmento aún más por la desviación de su curva de disociación

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hacia la izquierda, sólo puede ponerse de manifiesto hipoxemia sobreañadida, si existiera además una en-
cuando dicha saturación, es decir la oxihemoglobina, fermedad respiratoria crónica, potenciaría este efecto
se mide por métodos directos, por ejemplo, espectro- primario del tabaco, agravaría aún más la hipoxia ce-
fotométricos. La saturación de la Hb calculada sobre lular y constituiría, obviamente, un estímulo adicional
una curva estándar, a partir de los datos de una gaso- para la eritropoyesis16-24'29.
metría arterial, es siempre normal y no permite sospe- Pero, además de disminuir la capacidad de trans-
char la presencia de HbCO, aun cuando sus niveles se porte de la Hb, al ocupar sus puntos de unión con el
encuentren francamente elevados. En efecto, en tales oxígeno, el CO aumenta la afinidad de los restantes
cálculos se asume que toda la Hb es capaz de unirse grupos heme por el gas respiratorio y desplaza así su
con el oxígeno, lo que no es cierto cuando existe curva de disociación hacia la izquierda. Este despla-
HbCOn. Para cualquier valor de la pa0¡, la HbCO zamiento altera la liberación del oxígeno a nivel peri-
disminuye la saturación real de la Hb y este hecho férico, sin que, por el contrario, su carga pulmonar se
sólo se demuestra si se cuantifica directamente la vea favorecida, a excepción de aquellos casos en los
fracción de la Hb total que está «disponible» para que la presión alveolar de oxígeno sea marcadamente
combinarse con el oxígeno. Aún más, la hipoxemia baja. La modificación en la forma de la curva de diso-
favorece la formación de HbCO, lo que significa que, ciación (menor efecto cooperativo o heme-heme) que
para una misma presión parcial de CO (pCO) en san- origina el CO, trastorna aún más esta libera-
gre, la concentración de HbCO es mayor cuanto me- ción 19'23.25. Varios trabajos15'16^31 han puesto de ma-
nor es la pa0¡29. Por consiguiente, la normalidad de nifiesto que, en los fumadores aparentemente sanos,
los gases respiratorios, en una gasometría arterial los valores de la p50 se encuentran disminuidos (en-
convencional, en absoluto excluye la posibilidad de tre 20 y 25 mm Hg) y se correlacionan, de forma in-
que exista una hiposaturación de oxígeno debida a un versa, con la tasa de HbCO. Se ha estunado que por
incremento en la tasa de HbCO11'25. Este trastorno, cada 5 % de aumento en esta última, la p50 dismi-
característico del fumador, pasa inadvertido si la nuye entre 1,25 y 2,0 mm Hg15'16-25.
HbCO no se mide directamente. La deficiencia en la oxigenación periférica, ocasio-
La caída de la SaO; producida por el CO del humo nada por la HbCO, no pone en marcha los mecanis-
del tabaco ocasiona una reducción sustancial en el mos de adaptación intraeritrocítica, que habitual-
contenido arterial de oxígeno (CaO;). Esta reducción mente surgen ante hipoxias de otro origen. Diversos
es la que origina una verdadera hipoxia celular y la estudios15'16'25'29 han demostrado que la concentra-
que pone en marcha la respuesta eritropoyética com- ción del 2,3-difosfoglicerato (2,3-DPG) del hematíe
pensadora. La policitemia constituye, en tal caso, un no se modifica en la poliglobulia del fumador, por lo
mecanismo de adaptación a la deficiente oxigenación que cualquier cambio en el valor de la p50 no puede
tisular inducida por el CO. A este respecto, en estu- ser compensado por este mecanismo. La explicación
dios realizados en individuos fumadores aparente- a esta peculiar circunstancia no se conoce con exac-
mente sanos, pero con poliglobulia secundaria, se ha titud, aunque podría radicar en una falta de esti-
señalado que el Ca0¡, calculado a partir de una SaO; mulación de la síntesis del 2,3-DPG. La hipoxia in-
real (oxihemoglobina directa), se encontraría dentro ducida por el CO no incrementa la proporción de
de los límites normales o «apropiados» y no por en- moléculas de Hb de configuración desoxigenada, que
cima de ellos, como podría desprenderse de un análi- son a las únicas a las que puede unirse estequio-
sis efectuado a partir de una SaO^ que no hubiera métricamente, en su cavidad central, el 2,3-DPG.
sido medida directamente, sino deducida a partir de Esta falta de unión impide que disminuyan los ni-
la gasometría (Ca0¡ falsamente elevado)25. veles de la fracción intraglobular libre del organo-
Parece lógico, por tanto, que en los fumadores la fosfato, por lo que, lógicamente, su síntesis no resulta
tasa de Hb circulante aumente en relación directa con estimulada32.
los valores de la HbCO11>26. Rectas de regresión simi- En conclusión, aunque los efectos hematológicos
lares a la formulada por Murray30, permiten estimar derivados de la exposición sostenida y excesiva al
el valor probable de la ME (ml/kg de peso) a partir humo del tabaco no han recibido suficiente atención
de la SaOz real (ME =' 148 - 1,24 X Sa02). Con hasta hace pocos años, en el momento actual, la rela-
ecuaciones como ésta (véase más adelante), es posible ción entre poliglobulia secundaria y hábito de fumar,
apreciar como, en los fumadores aparentemente sa- en individuos sin enfermedad respiratoria crónica y
nos, la ME calculada coincide con la medida cuando aparentemente sanos, es indudable33'34. El tabaco es,
se utiliza la SaOz real, pero no cuando se emplea la por uno u otro mecanismo, una de las causas más
estimada indirectamente a partir de una curva están- frecuentes de policitemia. La valoración del taba-
dar25. De ahí el interés de cuantificar directamente la quismo y la cuantificación de la HbCO deben in-
Sa0¡ y de expresarla como porcentaje de la Hb total cluirse sistemática y rutinariamente, como una parte
(Hb funcional más Hb no funcional). Este procedi- más del estudio seguido en el diagnóstico diferen-
miento puede incluso poner de manifiesto como la cial de cualquier poliglobulia. La determinación
tasa de Hb disponible para combinarse con el oxígeno de la HbCO puede tener, además, una aplicación
se encuentra, en algunos casos, en zonas de auténtica en la lucha antitabáquica, como elemento disuaso-
anemia (anemia funcional), pese a que el 15 individuo rio o de apoyo psicológico, en los protocolos de des-
muestre un índice Hcto superior al normal '23. Una habituación a la droga.

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ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 25, NUM. 7, 1989

Poliglobulia de la enfermedad respiratoria crónica tina, la secreción de la hormona y la respuesta eritro-


Aspectos conceptuales y patogénicos poyética pueden ser, asimismo, diferentes11142.
En cuarto lugar, es muy probable que hipoxias tisu-
La poliglobulia es un hallazgo relativamente fre- lares juzgadas en principio como similares sean, en
cuente en las enfermedades respiratorias crónicas y su realidad, muy desiguales, al no haberse tenido en
presencia se interpreta como un mecanismo de adap- cuenta factores tales como la tasa de HbCO en los en-
tación a la hipoxia que las caracteriza. El incremento fermos fumadores, o la concentración del 2,3-DPG
en la masa de células rojas trataría de compensar, al eritrocitario. Los niveles de este último, cuya función
aumentar la capacidad para transportar oxígeno, la moduladora de la afinidad de la Hb por el oxígeno es
deficiente oxigenación de los tejidos que resulta de la conocida, suelen encontrarse elevados en los enfer-
hiposaturación de la Hb. Esta última es consecuencia mos respiratorios crónicos, aunque las variaciones in-
de la hipoxemia, a su vez secundaria a la alteración dividuales pueden ser importantes35'43'47. En el
del intercambio gaseoso pulmonar, y de la elevación, mismo sentido, es factible que algunos enfermos pre-
en los individuos fumadores, de los niveles de HbCO. senten importantes hipoxemias o desaturaciones de
No obstante, es una experiencia clínica común, oxígeno, durante el sueño20.35.38.48 o al adoptar el de-
aunque a primera vista quizás sorprendente, que la cúbito (ancianos e individuos obesos), y que éstas no
policitemia se produce sólo en algunos enfermos y se hayan valorado adecuadamente1'11. Estudios re-
que su magnitud dista de ser igual para un mismo cientes 38'40 han evidenciado que los enfermos respira-
grado de hipoxia, de unos casos a otros n'35. Por otra torios crónicos, con poliglobulia secundaria, tienen
parte, la respuesta eritropoyética que se desarrolla en episodios nocturnos de hipoxia intermitente más se-
las enfermedades respiratorias crónicas suele ser bas- veros y prolongados que los que aparecen en los
tante menor, para situaciones de hipoxia en aparien- enfermos sin poliglobulia. La repercusión que estos
cia similares, que la que se observa en las cardiopatías episodios pudieran tener sobre la síntesis de eritropo-
congénitas cianosantes o en la aclimatación a la al- yetina o sobre el ritmo circadiano o la tasa diaria de
tura35-37. producción de la hormona, no se conoce en la actua-
Varias circunstancias pudieran explicar esta sor- lidad, pero es lógico pensar que su influjo sobre la eri-
prendente variabilidad en la presentación de la poli- tropoyesis debe ser considerable.
globulia. En primer lugar, es evidente que ni el índice Todas estas circunstancias pueden pasar desaperci-
Hcto ni la tasa de Hb son parámetros fiables a la hora bidas y hacer que se cataloguen como iguales situa-
de juzgar la adecuación de una policitemia a una hi- ciones de hipoxia que son, en realidad, muy diferen-
poxia. Ninguno de los dos es de valor absoluto y am- tes. Sin embargo, una vez valoradas correctamente,
bos se modifican, de forma importante, ante cual- interesa saber si la variabilidad en la respuesta eritro-
quier alteración en el volumen plasmático, como por poyética que se observa en los enfermos respiratorios
ejemplo la que resulta de un tratamiento diurético, crónicos es real y, en tal caso, de qué factores de-
una hemodilución («cor pulmonale» crónico) o una pende. La cuestión es de una trascendencia induda-
deshidratación36. Por consiguiente, la determinación ble, ya que para justificar o indicar cualquier flebo-
de la ME es imprescindible siempre que se trate de tomía terapéutica, es necesario conocer hasta qué
valorar la magnitud de una respuesta eritropoyética n. punto una determinada ME es apropiada o no al
En segundo lugar, es probable que la capacidad grado de hipoxia existente. Suge así una primera pre-
proliferativa de la médula ósea, ya que no la de secre- gunta. ¿Cuál es la respuesta eritropoyética «apro-
ción renal de eritropoyetina, que se ha demostrado piada» en la enfermedad respiratoria crónica hipóxica
como normal3'10'38-40, sea diferente para un mismo es- y cómo debe valorarse el estímulo que la desenca-
tímulo hormonal de unos casos a otros. A este res- dena? Y, en estrecha relación con esta primera, cabe
pecto se ha sugerido que en algunos enfermos podría formular un segundo interrogante. ¿Cuál es el autén-
existir, como consecuencia del proceso inflamatorio o tico factor que estimula la secreción de eritropoyetina
infeccioso crónico pulmonar, una mala utilización del y al que responde el órgano «sensor» renal?
hierro por los precursores eritroides medulares11'36. La adaptación fisiológica a la altura ha constituido
Sin embargo, tal proceso no siempre es evidente y, punto de referencia habitual, siempre que se han que-
por el contrario, su presencia es compatible con in- rido valorar los mecanismos de compensación en la
tensas eritrocitosis. Otros factores, como la alcalosis, hipoxia de la enfermedad respiratoria crónica. Hur-
la acidosis, la hipercarbia, la caída de los niveles de tado et al49, en 1945, relacionaron la Sa0¡ («calcu-
testosterona o la presencia de inhibidores séricos, po- lada») de individuos residentes a diferentes alturas
drían modificar la eritropoyesis, si bien la evidencia sobre el nivel del mar con sus respectivas tasas de Hb.
en este sentido es escasa11.36-40. El diagrama así obtenido sirvió, durante años, para
En tercer lugar, es posible que, aún para un mismo inferir el grado de adecuación entre hipoxia y produc-
grado de alteración respiratoria, la compensación car- ción eritroide medular. Desde el primer momento
diocirculatoria, es decir, el gasto cardíaco (O), la dis- pudo comprobarse que el comportamiento de los en-
tribución regional del flujo sanguíneo y la geometría fermos respiratorios crónicos se alejaba de lo fijado
del lecho vascular (densidad capilar), sea distinta41. por dicho diagrama. En 1968, Weil et al50 correlacio-
De este modo, la oferta o aporte tisular de oxígeno naron la Sa0¡ real con la ME en 73 individuos sanos,
(AO = Ó X Ca0¡) al «sensor» renal de eritropoye- habitantes a tres diferentes alturas (nivel del mar,

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J.L. ALVAREZ-SALA.-POLIGLOBULIAS SECUNDARIAS HIPOXICAS

determinado nivel de SaC>2, reflejo de una medición


instantánea, incluso suponiendo que ésta haya sido
obtenida por métodos directos, la situación promedio
de oxigenación a la que ha estado sometido a lo largo
del día el «sensor» renal de eritropoyetina y cuya
consecuencia final es la producción roja medular?
Una contestación en sentido negativo a esta pregunta
obliga a buscar un parámetro alternativo más ade-
cuado y, en definitiva, conduce al estudio de los fac-
tores que, al determinar las condiciones de la oxige-
nación tisular, intervienen en la regulación de la
secreción renal de la hormona.
La tensión tisular de oxígeno es, probablemente, el
estímulo que modifica o regula, en cada instante, la
secreción de eritropoyetina1'35'51. Este estímulo es
captado e «interpretado» por las células apropiadas
en el «sensor» renal («oxigenstato»), de localización
discutida, pero probablemente en relación con el
túbulo proximal o el mesangio glomerular5'. La ten-
sión tisular de oxígeno es el resultado final de la com-
O
binación de numerosos factores (tasa de Hb, pa0¡,
pCO, paCO¡, pH, 2,3-DPG, volumen plasmático,
Normovolemia tensión arterial, flujo sanguíneo renal, viscosidad,
etc), de los que depende el aporte de oxígeno a la pe-
riferia. Bastantes de ellos pueden estar alterados en
los enfermos respiratorios crónicos, por lo que el
«sensor» renal puede ser estimulado o inhibido en su
acción inductora o frenadora de la síntesis o libera-
ción de la hormona. Sólo uno de esos factores, hasta
cierto punto reflejo del pH, paCO¡, pCO, paOz y 2,3-
20 40 60 80 100 DPG, es la Sa0¡ (fig. 2). Se comprende así la simpli-
ficación que significa tomarla como único índice de la
Hematócrito (%) oxigenación tisular, sobre todo si se considera que
esta última es un proceso continuo e ininterrumpido,
Fig. 1. Relación entre masa eritrocítica (ME) y saturación arterial de cuyo balance final determina la producción (multipli-
oxígeno (Sa0¡) encontrada en individuos sanos, residentes a tres diferentes cación, maduración y diferenciación) eritropoyética
alturas sobre el nivel del mar. Los datos correspondientes a los 3.100 metros
(SaO; entre un 92 y un 83 %) se han analizado por separado. Las lineas de diaria. Quizás nuevas técnicas, como la oximetría
trazos representan límites de confianza del 95 %. Tomado de Stradling y
Lañe •".
continua o el registro de 24 horas de los gases trans-
cutáneos, aporten cierta luz en la compleja homeosta-
sis de la oxigenación tisular y permitan aclarar algo la
intrincada relación existente entre hipoxia, eritropo-
1.600 y 3.100 metros). La aplicación a los enfermos yetina y respuesta eritroide medular en la enfermedad
respiratorios de este nuevo diagrama ofrecía unos re- respiratoria crónica52'53.
sultados mucho más ajustados, aunque aún no lo sufi- Tampoco es fácil escoger un parámetro que refleje
ciente. En 1981, Stradling y Lañe36 reevaluaron los la efectividad del «brazo» eferente o «eritropoyético»
datos de Weil et al50 y dedujeron que su validez era del sistema encargado de mantener la oxigenación de
mayor si sólo se consideraban los valores de la SaO^ los tejidos. La cuantificación de la eritropoyetina sé-
comprendidos entre un 92 y un 83 %. Por encima del rica, técnica cuya sensibilidad y rendimiento ha mejo-
92 % no se evidenciaba incremento significativo al- rado notablemente en los últimos años1'3'6'10'40, surge
guno en la ME y por debajo del 83 %, éste era muy como una primera posibilidad. Sin embargo, su valo-
variable e impredecible. Entre el 92 y el 83 %, la re- ración tropieza con el mismo problema antes referido,
lación entre ME y Sa0¡ era bastante lineal y la dis- es decir, el de ser sólo una medida de carácter instan-
persión escasa (fig. 1). De este modo, sería posi- táneo y no totalmente representativa, por tanto, de lo
ble calcular, a partir de la correspondiente ecuación que ocurre a lo largo de todo el día3. Esta circunstan-
de la recta de regresión (ME = 443 — 3,72 X cia posiblemente explica por qué, en algunos enfer-
X Sa0¡), la ME (%) teóricamente esperada para un mos respiratorios crónicos con hipoxia, los niveles sé-
valor determinado de Sa0¡. Fijados unos límites de ricos de la hormona son normales y por qué pueden
confianza, podría estimarse el grado de ajuste entre la variar tanto, para un mismo individuo de uno a otro
respuesta eritropoyética y la hipoxia existente'1'35'37. momento3'38'40. No resulta tampoco extraño, por el
Surge entonces una nueva cuestión. ¿Qué Sa0¡ mismo motivo, que dichos niveles ni siquiera sirvan
debe considerarse? O lo que es lo mismo, ¿expresa un para diferenciar claramente, como grupo, a los enfer-

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ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 25, NUM. 7, 1989

Función pulmonar
(paOz)

Eritropoyetina
Curva de saturación
(SaOz)

Afinidad por oxígeno


(pH-pCOz-pCO-DPG-T)

Función cardiovascular
(TA-Q-flujo renal)

Fig. 2. Representación esquemática de los principales factores que intervienen en la regulación de la relación entre la producción erilroide en la médula ósea
(masa eritrocítica) y la secreción renal de eritropoyetina. Abreviaturas: TTO;, tensión tisular de oxígeno; T, temperatura; TA, tensión arterial; resto en el
texto. Modificado de Ersiev y Caro 7 y de Stradling y Lañe ".

mos que cursan con poliglobulia de los que no se aso- Aspectos fisiopatológicos
cian con ella38'40. No obstante, a este respecto tam-
bién sería posible que el «sensor» renal modificase, En condiciones normales, la masa de células rojas
una vez establecida la policitemia, su receptividad a la en circulación se mantiene, para un volumen plasmá-
hipoxia. Se instauraría así un nuevo estado estable, tico de unos 40 a 50 ml/kg de peso (44 + 3 ml/kg de
aunque a un nivel superior. Este estado se mantendría peso)3"5'"'23, alrededor de unos 23 a 32 ml/kg de
gracias a una producción hormonal mínimamente ele- peso (29 ± 3 ml/kg de peso)1.3.4.11.23. Estos valores se
vada o liberada sólo de forma intermitente (a «pul- corresponden con un índice Hcto que oscila entre un
sos»), que escaparía, en cualquiera de los dos casos, a 40 y un 45 %, que es probablemente el más adecuado
la sensibilidad de los métodos analíticos actuales9'38. para que la capacidad de transporte de oxígeno a los
El desarrollo de técnicas que posibiliten la cuantifica- tejidos sea óptima (CaO; de unos 20 ml/dl)11'54-55.
ción de la excreción de eritropoyetina en orina de 24 Incrementos en el índice Hcto que superen un 50 o
horas, como índice acumulativo de la respuesta del 55 %, se acompañan de un ascenso exponencial en la
«sensor» renal a la hipoxia experimentada por el en- viscosidad de la sangre, lo que ocasiona un mayor tra-
fermo a lo largo del día, quizás suponga un avance y bajo cardíaco, un enlentecimiento del flujo hemático
permita discriminar mejor en todos estos casos7. y, en definitiva, un entorpecimiento de la oxigenación
Los factores que intervienen en la regulación de la tisular (fig. 3)35,42,51,56-58 Ya que la sangre es un
eritropoyesis, en la enfermedad respiratoria crónica fluido «no newtoniano», el aumento de la viscosidad
hipóxica, son numerosos y sus interrelaciones com- es más marcado cuanto menor es la velocidad de la
plejas, por lo que no resulta extraño que el modelo de circulación. Por ello, para un mismo índice Hcto, la
la adaptación fisiológica a la altura no sea comparable viscosidad es siempre mayor en la microcirculación
con el de esta enfermedad n'40. En realidad, en el mo- que en los grandes vasos II.57.58-6!.
mento actual no existe acuerdo sobre cuál debe ser la La poliglobulia de la enfermedad respiratoria cró-
respuesta eritropoyética más adecuada a la hipoxia en nica hipóxica es consecuencia de la hipersecreción de
cada caso. Un procedimiento que permitiese conocer eritropoyetina51'62'63. La mayor capacidad hemática
la verdadera situación «in vivo» de la oxigenación ti- para transportar oxígeno compensa la deficiente oxi-
sular y que expresase, por tanto, lo que capta el «sen- genación y permite que se establezca un nuevo equili-
sor» renal, probablemente ayudaría a comprender brio a un nivel de ME más alto. Sin embargo, a partir
mejor la significación de estos mecanismos compen- de un determinado índice Hcto, cualquier mejoría en
sadores. Ello quizás permitiera resolver otras cuestio- la oxigenación tisular que pudiera conseguirse a ex-
nes de mayor trascendencia clínica y terapéutica. pensas de aumentar la eritrocitosis y, por tanto, el
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o
c

,5'
x
O

Hematócrito (%)

Fig. 3. Relación entre el índice hematocrito (Hcto), ja viscosidad sanguínea


y la oferta de oxigeno a los (ejidos. El índice Helo óptimo se sitúa en torno
al 45 %. Tomado de Ersiev y Caro7.

CaC^, se ve contrarrestada por un progresivo incre-


mento en la viscosidad y por el consiguiente enlente-
cimiento del flujo sanguíneo. En la microcirculación, Fig. 4. Relación entre el índice hematocrilo (Hcto) y la oferta de oxígeno a
este enlentecimiento conlleva la agregación de los he- los tejidos en condiciones de normo y de hipervolemia. El transporte de oxí-
matíes, lo que trastorna aún más el flujo57. Superado geno mejora, para una gran variedad de índices Hcto, a medida que au-
menta la volemia. El índice Hcto óptimo se sitúa a un nivel superior cuando
un cierto límite, probablemente variable de unos ca- existe hipervolemia. Tomado de Murray et al".
sos a otros, nuevas elevaciones en el índice Hcto
agravan la hipoxia e inducen una mayor secreción de
eritropoyetina. Se instaura así un deletéreo círculo vi-
cioso51'55'61'64. Trombosis y hemorragias son la expre- vasculares periféricas, por lo que, incluso en situacio-
sión final de este proceso, cuyas complicaciones últi- nes de hipervolemia, la viscosidad es un factor limi-
mas son la isquemia, la necrosis y el fracaso funcional tante que compromete la oxigenación de los teji-
multiorgánico (cerebro, corazón, riñon, pulmón, dos35.54.55.
g^\ 21,22,56,61,62
En segundo lugar, la poliglobulia se asocia con im-
La hiperviscosidad no es la única consecuencia fi- portantes, aunque no constantes, alteraciones en el
siopatológica de la poliglobulia. El incremento de la metabolismo eritrocitario, esencialmente en el 2,3-
ME ocasiona otros importantes cambios. Se produce, DPG. Los niveles intracorpusculares de este com-
en primer lugar, un aumento en el volumen plasmá- puesto, el principal modulador alostérico de la curva
tico que, sumado al sufrido por la ME, determina la de saturación de la Hb, suelen encontrarse elevados
aparición de una hipervolemia. Esta última se asocia en la enfermedad respiratoria crónica hipóxica, si
con una vasodilatación generalizada, que amplía el le- bien las variaciones individuales son, como ya se ha
cho vascular, disminuye las resistencias periféricas y señalado, notables43'47. Incrementos en la concentra-
eleva el gasto cardíaco n'36.37. Inicialmente, estas mo- ción eritrocitaria del 2,3-DPG disminuyen la afinidad
dificaciones favorecen la perfusión y el aporte de oxí- de la Hb por el oxígeno y ejercen, por tanto, un
geno a los tejidos y establecen un nuevo punto de efecto contrario al de la HbCO y similar al de la hi-
equilibrio entre poliglobulia, viscosidad y oxigenación percarbia, la hipertermia y la acidosis. Esta última, sin
tisular. De este modo, el índice Hcto óptimo pasa a embargo, atenúa el flujo glicolítico del hematíe, ex-
situarse, cuando existe hipervolemia, a un nivel supe- quisitamente sensible al pH, e inhibe, por ello, la
rior al anteriormente señalado, lo que significa un re- síntesis del 2,3-DPG. La repercusión final de estas al-
ajuste muy beneficioso para el enfermo. En el animal teraciones sobre la posición de la curva de saturación
de experimentación se ha estimado que este nuevo ni- de la Hb es muy variable, de ahí que el valor de la
vel puede alcanzar valores próximos a un 55 o incluso p50, en general algo aumentado, pueda encontrarse
a un 60 % (fig. 4)11'36.55. No obstante, para cualquier también dentro de los límites normales23.31.61-63. por
volemia, a medida que aumenta el índice Hcto, dismi- otra parte, una excesiva desviación hacia la derecha
nuye el gasto cardíaco y aumentan las resistencias en la curva de disociación, puede ocasionar, en aque-

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ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 25, NUM. 7, 1989

líos casos en los que exista una hipoxia alveolar muy la ME son el único procedimiento para aclarar la
severa, importantes descensos en la saturación de la etiología6'7'9.
Hb a nivel pulmonar42. El reconocimiento de una policitemia vera no suele
En tercer lugar, la poliglobulia compromete la cir- ser difícil, salvo cuando coincide, lo que no es excep-
culación pulmonar. La hiperviscosidad enlentece el cional, con una enfermedad respiratoria crónica hipó-
flujo capilar y favorece la microtrombosis. La eritroci- xica o con un tromboembolismo pulmonar. De
tosis colabora, por tanto, con otros trastornos propios acuerdo con el «Polycythemia Vera Study Group»,
de la enfermedad respiratoria crónica, como la des- para establecer un diagnóstico de seguridad es sufi-
trucción del lecho vascular, la vasoconstricción hipó- ciente con demostrar la coexistencia de los tres crite-
xica y la muscularización de las arteriolas, en el esta- rios siguientes: aumento de la ME, normalidad de la
blecimiento de una hipertensión arteriopulmonar, un SaO^ y esplenomegalia. En ausencia de esta última
«cor pulmonale» crónico y, eventualmente, un fallo debe existir una elevación en al menos dos de los si-
cardíaco congestivo58'60'65'66. De este modo, la poli- guientes parámetros: recuento de leucocitos o de pla-
globulia puede, por sí misma, al alterar el intercambio quetas, concentración sérica de la vitamina B-12 y
gaseoso pulmonar, agravar la hipoxemia. tasa de la fosfatasa alcalina leucocitaria1'6. La eritro-
En conclusión, la hipoxia de la enfermedad respira- poyetina sérica suele estar muy disminuida, aunque
toria crónica tiene un origen múltiple y no sólo de- pueden existir excepciones3'9'10.
pendiente de la hipoxemia. Los beneficios inicial- En el diagnóstico diferencial de las poliglobulias se-
mente derivados de la poliglobulia son indudables. Su cundarias suele ser suficiente con realizar, además de
utilidad posterior gira en tomo a la interrelación que la historia clínica, algunas exploraciones elementales:
establezca con otros factores, que también intervienen análisis convencionales de sangre y orina, radiografía
en la oxigenación tisular y en la compensación de la de tórax, gasometría arterial basal, cuantificación de
hipoxia. Sobrepasados ciertos límites, cualquier ven- la HbCO y de la SaO;, espirometría forzada, electro-
taja aportada por una mayor ME queda anulada, ante cardiograma y, en algunos casos, urografía intrave-
la aparición de nocivos efectos secundarios. El pro- nosa, ecografía abdominal o aspirado medular. En
blema estriba, obviamente, en precisar, en cada caso, ocasiones muy determinadas pueden ser necesarias
cuál es el punto justo de equilibrio en el cual una poli- algunas otras pruebas, mucho más complejas, cuya in-
citemia proporciona máximos beneficios con mínimos dicación debe seguir un esquema racional y progre-
inconvenientes. En el momento actual, esta disyun- sivo.
tiva continúa resolviéndose con criterios empíricos. Entre ellas cabe citar, por ejemplo, gasometrías de es-
La posibilidad de asentar esta decisión sobre bases fuerzo, de decúbito o nocturnas, oximetría de 24 ho-
objetivas permitiría dar respuesta a preguntas de gran ras, polisomnografía, electroforesis de Hb, análisis de
trascendencia clínica y terapéutica. ¿Cuándo está in- la curva de saturación de la Hb y de la p50, cuantifi-
dicada una flebotomía? ¿Cuál es la pauta más ade- cación del 2,3-DPG eritrocitario, determinación de
cuada en cada caso? ¿Cuál es el procedimiento más eritropoyetina en sangre y orina, etc.1'3'8'9'25'31. En ca-
útil y, al mismo tiempo, más inocuo para el enfermo? sos dudosos, con eritropoyetina sérica normal o dis-
cordante, el incremento en los niveles de la hormona
tras realizar una flebotomía, sugiere la existencia de
Aspectos clínicos y diagnósticos una poliglobulia secundaria de origen hipóxico y des-
Las manifestaciones clínicas propias de la poliglo- carta la presencia de otras etiologías (policitemia vera
bulia asociada a la enfermedad respiratoria crónica y poliglobulias tumorales)1'9.
son sobradamente conocidas y consecuencia de la hi-
poxia, la hiperviscosidad, la hipervolemia, la vasodila- Aspectos terapéuticos
tación generalizada y la eventual aparición de trom-
bosis y hemorragias. Estas últimas son, en esta El tratamiento etiológico más eficaz de la poliglo-
enfermedad, mucho menos habituales que en la poli- bulia secundaria de la enfermedad respiratoria cró-
citemia vera, aunque su frecuencia aumenta cuando nica hipóxica sería, obviamente, aquél que consi-
existe hipoventilación alveolar o hemoconcentración. guiera normalizar la oxigenación de los tejidos. En la
La ausencia de esplenomegalia es un dato negativo de mayoría de las ocasiones esta normalización no es
gran mterés en la exploración física1'2'35. factible. Sin embargo, sí resulta posible eliminar algu-
El diagnóstico etiológico de una policitemia suele nos factores potencialmente agravantes de la hipoxia,
ser sencillo, si bien algunos casos escapan a cualquier como la obesidad, la apnea del sueño y, sobre todo, el
intento de clasificación. En un primer momento tabaco16'24'25. La supresión del hábito de fumar es una
puede ser necesario establecer si se trata de una poli- medida sumamente necesaria y útil. La oxigenotera-
globulia absoluta o relativa. A este respecto, salvo pia crónica domiciliaria es otro procedimiento tam-
que la tasa de Hb o el índice Hcto estén francamente bién muy beneficioso, que consigue a veces, en espe-
elevados (por encima de 20 g/dl y del 60 %, respecti- cial cuando existe una limitación crónica al flujo
vamente)''4'8, la cuantificación de la ME y del volu- aéreo,42 67reducir lenta y progresivamente el índice
men plasmático resulta imprescindible. En casos du- Hcto ' '68.
dosos o límite (10 al 20 % del total), la observación Desechadas definitivamente la mielosupresión y la
del curso evolutivo y las determinaciones repetidas de hemolisis35, la flebotomía es, entre los métodos dis-
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ponibles para el tratamiento de la policitemia secun- tida, aunque en todo caso parece de escasa importan-
daria severa, el que de forma más directa e inmediata ^56-58,63,65,71,73 ]^g mejorías gasométricas son más
disminuye la masa de células rojas. La flebotomía evidentes en aquellos enfermos en los que la hipoxe-
tiene como objetivo primario, el eliminar la parte no- mia basal es más severa, mientras que, por el contra-
civa o ineficaz de la ME, incrementar la oxigenación rio, no suelen ser apreciables cuando ésta es leve o
de los tejidos y romper el pernicioso círculo vicioso moderada58. Factores tales como el procedimiento o
ocasionado por la hiperviscosidad y el enlenteci- el volumen de la flebotomía (véase más adelante) de-
miento del flujo hemático1'69. La sangría, a pesar de ben ser, asimismo, considerados a este respecto.
que no modifica el pronóstico a largo plazo, suele En algunos casos, la sangría, al mismo tiempo que
proporcionar una sensación subjetiva de bienestar, reduce la ME, modifica la volemia y origina, en con-
una mejoría en el estado de alerta y en los trastornos secuencia y sin que inicialmente varíe el índice Hcto,
neuropsíquicos del enfermo y una mayor tolerancia al notables cambios en las condiciones cardiovasculares
ejercicio, si bien todo ello con carácter transitorio y del enfermo. Estos cambios, en general inofensivos en
durante periodos de tiempo no superiores a las cuatro los individuos jóvenes, pueden ser peligrosos en los
o seis semanas35'62'64'70'71. Es posible, además, que viejos, en especial si padecen algún tipo de cardio-
prevenga la insuficiencia cardíaca y que reduzca, aun- patía54'65'78. La hemodilución y la caída en la ME y en
que esto es aún más dudoso, la incidencia de compli- la viscosidad sanguínea disminuyen las resistencias
caciones trombóticas35'42'62. vasculares periféricas y quizás aumentan algo el gasto
En el momento actual no es posible precisar, con cardíaco54'65'79. Se mejora así el aporte de oxígeno a
exactitud, cuál es el origen o la circunstancia respon- los tejidos y se facilita la función miocárdica70'73 y re-
sable de los beneficios obtenidos, con la flebotomía nal80'81. Por el contrario, el descenso de la volemia,
terapéutica, en algunos enfermos respiratorios cróni- sobre todo si es brusco, reduce la tensión arterial y el
cos poliglobúlicos. Tales beneficios podrían ser conse- volumen minuto cardíaco e incrementa, de modo re-
cuencia tanto del descenso en la ME como de la caída flejo, las resistencias vasculares sistémicas72'74'82.
en la volemia (alivio de la plétora). Respecto a la pri- Desde un punto de vista clínico, dos son las cues-
mera posibilidad, la sangría tiene efectos contrapues- tiones más interesantes en relación con la flebotomía
tos sobre el transporte del oxígeno. Por un lado, dis- terapéutica en la poliglobulia secundaria hipóxica se-
minuye el aporte del gas a los tejidos, ya que reduce vera. En primer lugar, ¿qué procedimiento entre los
la tasa de Hb y, por tanto el Ca0¡. Por otra parte, fa- varios posibles es el más adecuado? Y, en segunda
vorece la oxigenación tisular al corregir la hipervisco- instancia, ¿cuándo debe realizarse?
sidad y al facilitar, por consiguiente, el flujo hemá- En el momento actual es posible utilizar distintos
tico72"74. En el primero o «no buscado» de los dos métodos para disminuir la ME en los enfermos polici-
efectos subyace una relación lineal, mientras que en el témicos. La sangría simple, es decir, aquella en la que
segundo o «deseado» la relación es de carácter expo- no se restituye con fluido alguno el volumen de san-
nencial. En las policitemias severas, una reducción gre extraído, es el procedimiento más antiguo y cono-
juiciosa del índice Hcto tendría que ser ventajosa, ya cido. Permite eliminar, en cada sesión, unos 200 a
que debiera predominar, lógicamente, el efecto de- 500 mi de sangre y puede repetirse, con una periodi-
seado sobre el no buscado. cidad variable, hasta alcanzar el nivel de ME de-
La disminución de la viscosidad altera las carac- seado73'83. Reduce bruscamente la volemia, pero no
terísticas reológicas de la sangre, especialmente en la modifica en las primeras horas, hasta que se completa
microcirculación, lo que aumenta la perfusión perifé- la reposición acuosa transcapilar espontánea, ni la
rica y mejora la oxigenación tisular57'60'72. Varios es- viscosidad sanguínea ni el índice Hcto54. Se trata de
tudios han demostrado que la venesección se asocia una técnica sencilla, pero con importantes inconve-
con un incremento en el flujo sanguíneo cere- nientes y eventuales complicaciones, incluso mortales.
bral61'62'75 y en el muscular esquelético65'72. Los efec- La hipovolemia aguda puede disminuir la tensión ar-
tos sobre el aparato respiratorio son más complejos y terial y el gasto cardíaco y alterar el aporte de oxígeno
también más discutidos. La modificación de algunas a los tejidos35'54'72'73, riesgo potencial a considerar es-
de las condiciones hemodinámicas pulmonares parece pecialmente en los ancianos y en los enfermos con
evidente. En la mayoría de los trabajos64-66'7"'73'76 se procesos cardíacos y respiratorios asociados. Por este
sostiene que la sangría reduce tanto la presión de la motivo es recomendable espaciar suficientemente
arteria pulmonar como las resistencias vasculares pul- cada una de las sangrías programadas, con lapsos de
monares. Es posible que la perfusión de zonas previa- tiempo no inferiores a los dos, tres o hasta siete días,
mente no irrigadas conlleve, al aumentar el volumen y ajustar el volumen de la extracción a la situación
funcional del lecho vascular y al disminuir, al mismo clínica de cada enfermo35'61'74. La trombocitosis es
tiempo, la compresión ejercida sobre las pequeñas otro efecto adverso posible y su aparición predispone
vías aéreas por los vasos ingurgitados, un más ade- aún más, al sumarse a la hiperviscosidad, a los fenó-
cuado intercambio de gases y una más fisiológica rela- menos trombóticos68'78'83.
ción entre ventilación y perfusión en el pulmón6()'66'67. La flebotomía isovolémica, es decir, aquella en la
La repercusión de estos hipotéticos cambios sobre los que el volumen de sangre extraído se repone con flui-
volúmenes, la mecánica y los gases respiratorios o dos exógenos, produce una hemodilución inmediata,
sobre la curva de saturación de la Hb es controver- disminuye la viscosidad, por lo que favorece el flujo

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sanguíneo periférico y no modifica, al menos inicial- organismo. A este respecto, uno de los criterios más
mente, el gasto cardíaco79'82. Permite reducir la ME utilizados es el del índice Hcto. Aunque no existe
con mayor rapidez y menor riesgo que la sangría sim- unanimidad absoluta, la mayoría de los autores1'14'35'76
ple57-76. El fluido a infundir puede ser de distinto tipo no duda en indicar la sangría cuando este índice su-
y de naturaleza hiper o isotónica con el plasma. pera un 60 %. Algunos la recomiendan incluso, sobre
Gregory79, en 1971 introdujo las soluciones de todo para las mujeres, a partir de un 55 % 70 . No es po-
dextrano como líquidos para el intercambio. Por su sible, tampoco, precisar con exactitud cuál es, en cada
carácter expansor del plasma, estas soluciones indu- caso, el índice Hcto óptimo y, por tanto, cuál debe ser
cen, durante las horas siguientes a su administración, el volumen apropiado de sangre a extraer y, en co-
importantes desplazamientos acuosos entre los distin- rrespondencia, cuál el índice Hcto a alcanzar. Otra
tos espacios vasculares. Se calcula que atraen al com- vez aquí debe predominar el sentido clínico. Se es-
partimento intravascular, un volumen de agua inters- tima que es un índice prudente el que se corresponde
ticial igual al del líquido que se ha infundido84. Para con el límite superior de la normalidad, es decir,
evitar que la hipervolemia resultante sea brusca y aproximadamente un 50 % ui^^^o Algunos auto-
pueda precipitar una insuficiencia cardíaca, se reco- res8'14'42'82, sin embargo, prefieren continuar hasta al-
mienda que la reposición se complete a lo largo de canzar niveles normales (40 o 45 %) o incluso más
unas diez o doce horas. Es posible inyectar la primera bajos.
mitad del volumen total a administrar, al tiempo que La repetición de las flebotomías suele producir una
se realiza la extracción de sangre37'76'84. Estas precau- ferropenia. Los hematíes microcíticos tienen una vis-
ciones han de ser las mismas cuando se utilizan, como cosidad intrínseca mayor y son menos deformables
es quizás más habitual, otros fluidos, como el plasma, que los normales. Por este motivo, en los enfermos
la albúmina o las soluciones de polímeros artificia- con una poliglobulia secundaria hipóxica, la deficien-
les35-69. cia iatrógena de hierro agrava la hiperviscosidad san-
La reposición líquida en la flebotomía isovolémica guínea y empeora, para un mismo índice Hcto, la oxi-
puede realizarse, asimismo, con soluciones isotónicas, genación de los tejidos. La ferroterapia está, por
como el suero salino o el de Ringer. Se trata de un tanto, indicada en tales casos1>35.
procedimiento simple, rápido, barato y bastante se-
guro84. Aminora el riesgo de hipervolemia y soslaya
el inconveniente de la infusión parenteral prolongada
durante horas tras la extracción de la sangre 60'82'84.
En los últimos años se han resaltado las ventajas de
la eritraféresis, método mecánico que proporciona, BIBLIOGRAFÍA
con gran seguridad, eficacia y rapidez y con mínimos
riesgos para el enfermo, una hemodilución isovolé- 1. Golde DW, Hocking WG, Koeffler HP, Adamson JW. Poly-
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350 y 1.500 mi). En cada ciclo se reinfunde el plasma 5. Weinreb NJ, Shih CF. Spurious polycythemia. Semin Hema-
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no se haya generalizado, si bien su aplicación puede rements in the differential diagnosis of polycythaemia. Br J Haema-
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