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PARADIGMA MULTICULTURAL EN COLOMBIA

Para pensarse una política pública en la coyuntura de Colombia hay que pensarse
en primera instancia su situación socio cultural a través de su historia y las
características de su territorio que las han permitido ser, y al adentrarnos en el
paradigma multicultural somos cada vez más capaces de reconocer la naturaleza
del mundo de lo simbólico y de su infinidad de interpretación, capacidad intrínseca
del ser humano que no se puede dejar de un lado como ha pasado a lo largo de la
historia del país, recurriendo a la denuncia del sistema de educación impartido en
nuestra sociedad colombiana y de cómo planteamos las leyes que nos rigen y a
quienes las dirigen, en este texto se buscara analizar que políticas culturales han
regido en la historia del país y en materia de prácticas educativas queda por mejorar.
Habría que dejar en claro y reconocer que partimos del principio de la práctica y
es conveniente definirse. Según la real academia de la lengua española define
como:

Del lat. Tardío practĭcus 'activo', 'que actúa',

1. adj. Perteneciente o relativo a la práctica.

2. adj. Dicho de un conocimiento: Que enseña el modo de hacer algo.

Las prácticas EDUCATIVAS formales son de las primeras que se nos dan, como
una iniciación en la comunidad en la que estamos sumergidos, y que según la
constitución política de Colombia en su “Artículo 67. La educación es un derecho de
la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el
acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de
la cultura” la cultura seria entonces el ejercicio dialectico de ver, entender y
concebir un ejercicio social real. Por ello la cultura como la concebimos o como
estructuralmente ha sido concebida carece de validez. Freud en su ensayo El
malestar de la cultura (1930) expresa que; “La cultura establece parámetros que
privan el carácter sensorial del hombre” Esto se refiere a que los patrones culturales
eliminan o tratan de eliminar la naturaleza del hombre y le niega la posibilidad de
elevar su existir al placer, al deseo ETC.

La cultura no vendría siendo más que la imposición general de los momentos


históricos de la humanidad, estos establecen que es y que no es cultural. Por lo
tanto, restringe la capacidad de producir los elementos propicios de la crítica social.
Se deduce entonces que las restricciones de lo que se establece como cultura son
parámetros políticos, éticos, religiosos y demás que regulan a los individuos con el
fin de negar su participación como sujetos sociales y políticos. La cultura digamos
para las ciencias humanas se debe al desarrollo colectivo de los diferentes grupos
establecidos. La cultura ancestral, la cultura occidental, la cultura eurocéntrica, la
cultura de avanzada y demás.

En los nuevos tiempos la cultura se construye mediante las nuevas formas de


relaciones sociales y están carecen de la esencia misma de la relación social del
hombre-mujer. Aun así, los antiguos conceptos sociales establecen lo que es cultura
hoy en día: El arte, La política, la religión, la ética ETC pero han cambiado su
conceptualización epistemológica. Los neo-concepción de la cultura están
enmarcadas en este desarrollo social que hace parte de la des-cultura del hombre-
mujer.

La cultura común o tradicional se ha construido mediante las Relaciones de poder.


Este en si es un verbo rector. Puesto que, se establece que es cultura y como
desarrollar procesos culturales en cuanto al proceso de poder establecido. La
cultura medieval por ejemplo, estuvo enmarcada en una fuerte represión y
censura. Este fenómeno históricamente sería el elemento principal para
conceptualizar que puede ser arte y que no lo es.

Por otro lado esta correlación entre la cultura y las prácticas educativas han llevado
a que se entreteja de por si una alfabetización de las actividades en forma continua,
es decir la práctica que se “practica” como lo teórico que trasciende a lo práctico y
también la repetición de las experiencias como un modo de hacer las cosas o
comunicar algo y sabiendo que se debe analizar la cultura como el espacio de los
movimientos simbólicos, de las subjetividades de grupos. Pero lo que no se
menciona es el papel de la clase social en los estudios culturales. En este sentido,
una de las discusiones se refiere al auto representación cultural nacional.

Es entonces que el revisar la elaboración de estos mensajes, textos y códigos


(discursos) se convirtió en una tarea indispensable, ya que aunque se sustenten en
actores formales, o en conductos oficiales adecuadamente acreditados por
normativas a nivel nacional y que además apelan a defender los derechos y
deberes de los ciudadanos , terminan desmintiéndose, puesto que al reescribirse
en sus prácticas ,se reinterpretan y se anulan las verdaderas intenciones ,
cobrando así nuevos sentidos, lo que estaría dejando de garantizar el pleno
desarrollo de sus derechos, como también de la calidad educativa que estos
reciben, y por el contrario se convierte en una continuación y legitimación en donde
no solo elementos gramáticos y lingüísticos se validan sino que además
trascienden a lo extralingüístico con funciones , intenciones y recursos lejanos de
lo que se muestra en el papel y que en la mayoría de casos se asume por verdad
ya que muy pocas personas se toman el tiempo de leerlo para corroborarlos o
simplemente analizarlos.
¿Qué entendemos por multiculturalismo? ¿Qué es la interculturalidad? ¿Cómo se
aplican en la educación en general y en la educación Colombiana en particular?
Mientras el multiculturalismo se refiere a un modo de entender la diversidad, la
interculturalidad se refiere a la existencia misma de la diversidad. Entonces al
preguntarnos qué paradigma (Conjunto de unidades que pueden sustituir a otra en
un mismo contexto porque cumplen la misma función.)Ha dominado la sociedad
colombiana a lo largo de su historia podremos entender nuestra actualidad en
temáticas culturales.
Comenzaremos analizando “La Carta de 1886 la cual señalaba que la nación
colombiana se reconstituía como una república unitaria, y que la religión católica
era un elemento esencial del orden social, de suerte que sólo eran aceptados los
cultos y prácticas que no fueran contrarios a la moral cristiana. Además, a partir
del plebiscito de 1957, que dio origen al Frente Nacional, los cargos públicos eran
repartidos entre los partidos liberal y conservador” La constitución de la diversidad
Rodrigo Uprimny Director del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad,
DeJuSticia y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional
Esta carta de 1886 pretendía instituir un orden centralista, homogéneo y
homogeneizaste y “la idea de ciudadano que subyace era la de un hombre, blanco,
católico, hijo legítimo, que vivía preferiblemente en la capital, que pertenecía a
alguno de los partidos tradicionales, y que obviamente no se había divorciado ni
tenía ninguna inclinación homosexual
De acuerdo a esto podremos ver que "Las relaciones entre los grupos son siempre
estereotipadas en la medida en que implican abstracciones colectivas del otro
grupo, más allá de cuán adocenadas, respetuosas o liberalmente censuradas sean"
[Jameson y Zizek, 1998:106]
Desde la creación del Instituto Colombiano de cultura Colcultura en 1968 las
políticas culturales del Estado cambiaron progresivamente hacia un enfoque más
inclusionista e igualitario respecto a la conciencia de la multiculturalidad existe en el
país, el enfoque de Colcultura fue asumir las culturas regionales como folklore
diferenciándolas de las ideas euro centristas y vanguardistas.
En la década de los 80 nuevas medidas de descentralización administrativa en el
país dieron autonomía a los entes regionales de definir sus propias políticas
culturales y Colcultura se enfocaba en el fortalecimiento de la identidad cultural de
la nación (Aristizabal,2006,pp.37-38;Wade,2000,pp.32-34)
Todo este cambio se dio debido a la creciente formación de grupos étnicos que se
vieron abandonados por el gobierno al no ser reconocidos creando
representaciones como el Consejo Regional Indígena del Cauca o la Organización
Nacional Indígena de Colombia en 1982
Las presiones de estos movimientos y de sectores económicos neoliberales
generaron un proceso político en la que Constitución política de 1886 debía cambiar
y ser reemplazada con una nueva en la que como nación plurietnica y multicultural
los grupos étnicos tuviesen derecho a su propio desarrollo y autonomía en este
marco político surge la ley 70 de 1993 la cual es la responsable de regular y
garantizar la autonomía de las practicas afrocolombianas reconociendo su
contribución histórica a la nación y estipulando marcos de igualdad intentando
desagraviar la marginalización histórica
El proyecto que subyace a la Constitución de 1991 es diferente: a la de 1886 ya que
tiene como objetivo construir una identidad nacional plural, que no ve en las
diferencias una amenaza a la paz social sino riquezas culturales y potencialidades
de desarrollo democrático, que deben entonces ser reconocidas y protegidas. La
Carta de 1991 es entonces la constitución de la diversidad, pues no sólo reconoce
y ampara las diferencias sino que constituye e instituye mecanismos jurídicos y
políticos para potenciarlas, como la jurisdicción indígena, las acciones en favor de
grupos discriminados, o las circunscripciones electorales para minorías. Además La
constitución tiene como principio de “construir una sociedad en donde la diversidad
de formas de vida no sea un factor de violencia y de exclusión sino una fuente
insustituible de riqueza social. La diferencia y la igualdad encuentran sus lugares
respectivos en esta Constitución que pretende así ofrecer las más amplias
oportunidades vitales a todas las personas.” (Sentencia SU -337 de 1999)
Los rasgos del ciudadano de la Constitución de 1991 no están tan claramente
delimitados, precisamente porque esta Carta busca incluir la diversidad y confiere
a las propias personas la responsabilidad de definir su identidad y su destino
Sabemos que este ciudadano es un colombiano mayor de edad y que goza de
derechos y tiene también ciertas obligaciones; pero puede ser hombre, mujer o
incluso hermafrodita; puede ser blanco, negro, indígena, mestizo, mulato, etc; sus
preferencias sexuales no pueden ser motivo de discriminación; y obviamente no
tiene por qué hacer parte de un determinado partido o de una religión en particular
para poder participar en política o gozar plenamente de sus derechos.
A partir de estas políticas “El Gobierno Nacional, a través del Plan Nacional de
Desarrollo “Hacia un Estado Comunitario”, ha priorizado como parte de su Programa
de Fortalecimiento de la Convivencia y los Valores, la puesta en marcha de un Plan
Nacional de Música para la Convivencia (PNMC). A partir del año 2002 el Ministerio
de Cultura, mediante concertación con diversos actores, ha adelantado acciones
tendientes a configurar la estructura de este Plan Nacional de Música. Los
resultados de ellas así como la experiencia adquirida a través de los programas
desarrollados durante la última década, permiten ahora formular una política del
Estado Colombiano para el campo de la música. “plan nacional. La diversidad de
manifestaciones musicales de Colombia es testimonio del largo proceso de
mestizaje de sus gentes y de la rica variedad geográfica de sus regiones. En la
memoria de cada ciudadano habitan músicas de muy distintos orígenes y
caracteres, que conforman un patrimonio sonoro, evocado y recreado en forma
permanente por la necesidad expresiva individual y por su capacidad de servir de
símbolo colectivo. Esta diversidad musical requiere ser visibilizada, valorada y
fomentada de manera que pueda mantener su capacidad de expresar e identificar
a las generaciones del presente y del futuro. La garantía de arraigo y realización de
un proyecto cultural específico depende en gran medida de su capacidad de
estructurarse y llevarse a la práctica como proceso educativo. Las nuevas
generaciones deben ser educadas en una actitud de reconocimiento y respeto a la
diferencia y en una conciencia de valoración del interés colectivo y de los vínculos
sociales, con el propósito de generar capacidad de negociación de los conflictos y
una ética individual que armonice con el sentido de “lo público”. El contenido de esta
propuesta educativa se sustenta en la diversidad local y regional” (Ministerio de
Cultura, Bogotá: 1997)
“A partir de 1993, en el Área de Música de la Subdirección de Artes, se estructura
el enfoque de Programas Nacionales de Bandas, Coros y Músicas Populares, desde
acciones dispersas de formación y divulgación que se venían adelantando en
algunas regiones, y atendiendo a la demanda 6 de una política de fomento que
diversos sectores de los músicos vinculados con estas prácticas, venían haciendo
al Estado.”(PNMC)

Con la creación del Ministerio de Cultura, los Programas de Música se diversificaron


mediante un diseño educativo diferente que tiende a la búsqueda del desarrollo y
entendimiento de los procesos que conllevan la multiculturalidad, por lo cual se ha
luchado desde enfoques pedagógicos nuevos que intentan concebir una educación
desde paradigmas que emergen de lo más profundo de la cultura y que se deben
ver como esa lectura simbólica que nace de las más intrínseca condición humana.
Pero es claro que nos falta mucho en cuestiones de identidad nacional, que se ven
reflejadas en los hechos históricos y de la imagen que tenemos como colombianos,
en la cual el papel de la cultura se le delega un papel de simple entretenimiento o
actividad reservada únicamente para quienes se encuentren en la posición de
poseerlo, nos falta reconocer que se es posible luchar por sus derechos aun
conociendo las procesos de corrupción, gracias a mandatarios indolentes que rigen
el sistema y que desangra los fondos destinados por una cultura de consumo y
egoísmo, por medio de la difusión colectiva que también se han extendido desde la
aparición de la globalización y las nuevos medios de comunicación que en
ocasiones permiten filtraciones de información que permiten recobrar el sentido a
toda esa simbología muchas veces manipuladas desde la educación tradicional
,comenzar a reconocer nuestra multiculturalidad fue un paso hacia el cambio, y es
nuestro papel esa transición de saberes tradicionales o emergentes, intentando
preservar sus contextos de manera apropiada.

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