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INDICE

INTRODUCCION

I. DERECHO PENAL COMO CONTROL SOCIAL

1.1. Derecho penal y derecho penal del trabajo-------------------4

1.2. Derecho Penal del trabajo y bien jurídico------------------5


1.3. Derecho penal del trabajo y política criminal--------------7

II. EVOLUCION HISTORICA DEL DERECHO PENAL DEL TRABAJO

2.1. Antecedentes normativos-----------------------------------------------8


2.2. Modificaciones al articulo 168 del Codigo Penal------------------10
2.3. Legislacion comparada--------------------------------------------------12

III. ANALISIS TIPICO

3.1. Articulo 168 del Codigo Penal----------------------------------14


3.2. ARTICULO 168- A del Código Penal--------------------------22

IV. LEY N° 29783 COMO LEY EXTRAPENAL: ANÁLISIS DE LAS


OBLIGACIONES POR PARTE DEL EMPLEADOR
4.1. Articulo 50 de la Ley --------------------------------------28
4.2. Negligencia del trabajador y/o
responsabilidad de la víctima ---------------------------30

V. CONCLUSIONES

Bibliografia

1
INTRODUCCION

Aunque los delitos laborales contra los trabajadores se ubica dentro de la


rública de los delitos contra la libertad, a partir de una concepción amplia del
Derecho Penal Económico es posible ubicarla en ésta parcela del Derecho
punitivo.

Y decimos esto en virtud, como indica LAMAS PUCCIO: “a la complejidad y


notable despliege que han adquirido las relaciones laborales en la sociedad
industrial en las últimas décadas”1, lo que deja en evidencia que, en las
modernas sociedades, serán los centros de producción los principales factores
criminógenos y los empleadores los principales sujetos activos de ésta clase de
ilícitos.

La incorporación de los delitos contra los trabajadores a través del vigente


Código Penal no resulta pues una novedad, si tomamos en cuenta los
importantes antecedentes existentes. Entre estos destacan el Decreto Ley n°
18471, Decreto Ley n° 22126 (“Ley de Estabilidad Laboral”) y, posteriormente,
la Ley n° 245142.

El Decreto Ley n° 18471 fue la primera Ley de Estabilidad en el Trabajo,


aunque no preveía tipos penales posibilitaba, agotada la vía administrativa, el
recurso a la figura de desobediencia y resistencia a la autoridad3.

1Lamas Puccio, Luis. Derecho Penal Económico aplicado al Código Penal, pag. 137, Lima.
2Caro Coria, Dino Carlos. El Derecho Penal Laboral en el Perú, en: Themis. Revista de
Derecho, n° 31, pág. 231, Lima, 1995
3 Lamas Puccio, Luis. art. cit., pág. 140-141.

2
El Decreto Ley n° 22126 fue dado también durante el régimen militar. La
entonces “Ley de Estabilidad Laboral” preveía en su art. 21 una modalidad de
delito de desobediencia, cometida en éste caso por el empleador que no de
cumplimiento a cualquier resolución, consentida o ejecutoriada, de la autoridad
laboral. La comisión de ésta modalidad delictiva era castigada con pena
privativa de libertad, sin derecho a libertad provisional. El art. 22 de la referida
“Ley de Estabilidad Laboral” tipificaba como delito el cierre fraudulento y el
abandono malicioso del centro de trabajo4.

La Ley n° 24514, por su parte, derogó el Decreto Ley n° 22126 e introdujo


modificaciones importantes a la figura de desobediencia de resolución laboral,
la misma que desde ese momento se configuraba sólo respecto de
resoluciones judiciales que ordenaban la reposición del dependiente 5.

El Gobierno peruano con la finalidad rediseñar la política laboral, con fecha


20 de agosto de 2011, publicó en el Diario Oficial El Peruano la “Ley de
Seguridad y Salud en el Trabajo” – Ley N° 29783, la cual -entre las principales
novedades- ha establecido una serie de responsabilidades tanto civiles como
administrativas a cargo del empleador, así como responsabilidades penales a
los funcionarios de aquellas empresas que incumplan el deber de prevención
en materia de seguridad y salud en el trabajo, conforme lo señala en su Cuarta
Disposición Complementaria Modificatoria mediante la cual incorpora el artículo
168-A al Código Penal.

Ahora bien, el objeto del presente trabajo de investigacion “Derecho penal


economico: Delitos laborales” es dar a conocer las implicancias y alcances
de dicha tipificación penal, a quienes se les considera como sujetos activos del
delito, cual es el bien jurídico protegido, los requisitos que exige para la
constitución del delito, para finalmente terminar esbozando algunas

4Caro Coria, Dino Carlos. art. cit., pág. 231


5Caro Coria, Dino Carlos. art. cit., pág. 231-232; Angeles Gonzales, Fernando. Protección
Jurídico- Penal de los Derechos Laborales en el Perú, en: A.A.V.V., Derecho Penal- Libro
Homenaje a Raúl Peña Cabrera, pág. 31, Ediciones Jurídicas, Lima, 1990.

3
recomendaciones de carácter administrativo con la finalidad de evitar que la
alta gerencia y los directores de una empresa se vean incorporados o sean
objeto de una imputación que desencadene en una denuncia penal.

I. DERECHO PENAL COMO CONTROL SOCIAL

1.1. DERECHO PENAL Y DERECHO PENAL DEL TRABAJO

El Derecho penal es una clase de control social formal que, según la


doctrina mayoritaria, admite dos puntos de vista para su definición,
uno objetivo y otro subjetivo.

El Derecho penal objetivo (ius poenale) es el conjunto de normas


jurídicas que establecen las conductas que deben ser consideradas
como delictuosas, así como las sanciones (penas y medidas de
seguridad) que deben imponerse a los sujetos que incurran en dichas
conductas.

El Derecho penal subjetivo (ius puniendi) es el derecho que tiene el


Estado de castigar determinadas conductas que considera
atentatorias para las normas de convivencia social.

El Derecho penal puede dividirse en el Derecho penal general y


Derecho penal especial. Según Hurtado: “El derecho penal general
fija los ámbitos de aplicación de la pena, define las condiciones
necesarias para castigar y determina los tipos y límites de las
sanciones penales. En cuanto el derecho penal especial, enuncia y
describe los actos punibles, indicando cual es la pena aplicable al
autor según la gravedad del acto contenido”.6

Teniendo en cuenta la variedad de criterios existentes en la doctrina


para definir el Derecho penal general, establecer una definición que

6Hurtado Pozo, José. «Manual de Derecho Penal – Parte General I». 3ra. Edición. Lima:
Editora Jurídica Grijley, Lima 2005, p. 11.

4
pueda sintetizar el contenido, características y ámbito de aplicación
del Derecho penal del trabajo no es una tarea fácil, pues esta
disciplina jurídica está aún en formación; es más, algunos sectores de
la doctrina consideran que ni siquiera debería existir ya que para ellos
la ley penal no es la mejor herramienta para lograr el respeto a los
derechos de los trabajadores, proponiendo recurrir a otros medios de
control social no penal con el fin de lograr este objetivo.

No obstante las dificultades antes descritas, nos atrevemos a definir el


Derecho penal del trabajo como un sector del Derecho penal que
sanciona aquellas conductas que lesionan bienes jurídicos de
naturaleza laboral cuyos titulares son los trabajadores individuales u
organizados colectivamente.

1.2. DERECHO PENAL DEL TRABAJO Y BIEN JURÍDICO

La doctrina considera que el bien jurídico es un concepto operativo


que nos permite delimitar qué es lo que debe ser objeto de protección
penal en una sociedad.

Para Hurtado los bienes jurídicos, sean éstos individuales o


colectivos, se pueden percibir “…como valores expresamente o
implícitamente reconocidos por las reglas y principios
constitucionales, que son necesarios para garantizar la relación de los
fines del sistema social y el normal funcionamiento de éste” .

En las sociedades democráticas la lista de estos bienes jurídicos


resulta ser muy extensa, así por ejemplo, tienen tal calidad la vida, la
salud, la libertad, el patrimonio, el honor, el trabajo, etc., y son objeto
de protección a través de diversos mecanismos como son el civil y el
administrativo, por sólo mencionar los más importantes, pero también
pueden serlo por medio de la ley penal; entonces, se convierten en
bienes jurídicos penalmente tutelados.

5
Según Bramont “Los bienes jurídicos pueden clasificarse en bienes
jurídicos referidos a las bases del sistema penal y bienes jurídicos
referidos al funcionamiento del sistema penal”. 7

El primer grupo de bienes jurídicos se refiere a aquellos relacionados


directamente con el individuo en cuanto es una persona que se
relaciona con otra a un nivel microsocial, aquí encontramos bienes
jurídicos tales como la vida, la salud, la libertad, el patrimonio, etc.

El segundo grupo de bienes jurídicos está referido a las relaciones


macrosociales de una persona con otras. Pueden ser colectivos,
institucionales y de control.

Son colectivos, los relacionados a las necesidades de carácter social


y económico, tales como la libre competencia, el medio ambiente,
etc.; son institucionales, los relacionados con procedimientos u
organismos destinados a garantizar los bienes jurídicos personales,
aquí tenemos la Administración de Justicia, la fe pública, etc.; y
finalmente los de control, están relacionados a la organización del
Estado, entre éstos se encuentran la autoridad pública, la seguridad
pública, la seguridad interior y exterior del Estado, etc.

En materia de Derecho penal del trabajo no existe en la doctrina un


criterio unánime sobre qué bienes jurídicos laborales deben ser objeto
de tutela penal.

De una manera genérica, podemos decir en principio, que el bien


jurídico penalmente protegido lo constituyen los derechos laborales
cuya titularidad ostentan los trabajadores en tanto sujetos de
relaciones jurídicas de trabajo, sean éstas individuales o colectivas.

De una manera concreta, el bien jurídico objeto de tutela penal será


aquel que la ley penal, en cada caso concreto, seleccione como
objeto de su protección, pues, no sería posible ni conveniente que

7Bramont Arias, Luis A. y Luis Alberto Bramont-Arias Torres. «Código Penal Anotado».
Editorial San Marcos, Lima 1998, p.25.

6
todos los derechos derivados de la relación laboral gozaran de
protección penal, sino solamente aquellos cuya lesión afecte
gravemente a la sociedad. Creemos que un indicador objetivo para
identificar los bienes jurídicos laborales que deben ser objeto de
protección penal, lo constituyen los Tratados sobre Derechos
Humanos, los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) y los textos constitucionales, aunque en este último caso no
debe olvidarse que no es requisito indispensable que los bienes
jurídicos se encuentren consagrados en la Constitución para ser
objeto de tutela penal.

En el caso peruano, somos de la opinión que el bien jurídico que se


protege a través de los supuestos previstos por el artículo 168° del
Código Penal modificado por el Decreto Legislativo N° 857 y por la
Ley No. 27983, Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, publicada en
el Diario Oficial “El Peruano” el 20 de agosto de 2011, no es
solamente la libertad de trabajo, sino una pluralidad de bienes
jurídicos correspondientes a cada modalidad delictuosa, como son: el
derecho a la libertad sindical, a la libertad de trabajo, la seguridad y
salud en el trabajo, el derecho al trabajo, el derecho a la protección
contra el despido arbitrario y el respeto a las decisiones de la
autoridad pública competente en materia de trabajo.

1.3. DERECHO PENAL DEL TRABAJO Y POLÍTICA CRIMINAL

La Política Criminal es la manera como el Estado reacciona frente


al fenómeno de la criminalidad, con la finalidad de eliminarla,
manteniendo de esta manera el orden establecido, respetando los
derechos fundamentales y dentro del marco de lo que se entiende por
Estado Democrático de Derecho.

Las tendencias de la Política Criminal en materia de Derecho penal


laboral, podemos agruparlas de la manera siguiente:

7
Tendencia criminalizadora: Considera que la sanción penal permite
reforzar la tutela de los derechos laborales, resultando más efectiva
que las medidas de carácter administrativo y las propias del Derecho
laboral.

Tendencia descriminalizadora: Persigue la no criminalización de las


conductas antilaborales, sosteniendo que existen mecanismos
extrapenales de protección de los derechos de los trabajadores que
permiten sancionar dichos ilícitos sin tener que recurrir al Derecho
penal.

Tendencia selectiva: Propugna la intervención del Derecho penal


como instrumento necesario para garantizar un mínimo de tutela a
ciertos derechos laborales que han superado el propio ámbito laboral
para convertirse en derechos fundamentales reconocidos en los
convenios internacionales y la Constitución.

II. EVOLUCION HISTORICA DEL DERECHO PENAL DEL TRABAJO

2.1. Antecedentes normativos

Desde una perspectiva material los llamados delitos «contra la


libertad de trabajo» no son una novedad incluida en la reforma penal de
1991, pues la legislación nacional registra serios antecedentes
relacionados con la criminalización de actos referentes a la actividad
laboral No obstante desde una óptica formal, resulta novedosa la
inclusión en el Código Penal vigente de un Capítulo especial
denominado «Violación de la Libertad de Trabajo», lo cual denota un
ánimo sistematizador y autónomo en la regulación de estos ilícitos.

En efecto, anteriormente el régimen militar promulgó el Decreto Ley


No 22126, Ley de Estabilidad Laboral, el cual contemplaba en el

8
artículo 21 el delito de desobediencia del empleador a cualquier
resolución consentida o ejecutoriada de la autoridad laboral,
sancionándose con pena privativa de libertad y sin derecho a libertad
provisional.

De otro lado, el artículo 22 del mismo texto legal tipificaba


penalmente el cierre fraudulento y abandono malicioso del centro de
trabajo.

Luego, la Ley No 24514 que derogó la anteriormente reseñada,


mantuvo su tipificación, introduciendo sin embargo importantes
variantes respecto al delito de desobediencia a la autoridad, el cual
sólo podía cometerse respecto de resoluciones judiciales que
ordenaban la reposición del dependiente.

Finalmente, con la entrada en vigor del Código Penal de 1991, las


normas penales de la Ley No 24514 fueron derogadas, mientras que
las de carácter laboral se encuentran sustituidas por el Decreto
Legislativo No 728, Ley de Fomento del Empleo, el mismo que sólo
contempla sanciones administrativas como puede observarse, por
ejemplo, de la revisión del artículo 81 que sanciona con multa, a
diferencia de las leyes que la precedieron, el no acatamiento del
mandato de reposición.

Al respecto de los antecedentes nacionales inmediatos de carácter


penal, cabe destacar que los Proyectos de Código Penal de octubre-
noviembre de 1984 (Sección Quinta, Delitos contra la libertad, Título VI,
Delitos contra la libertad de trabajo y asociación, artículo 179), agosto
de 1985 (Sección Quinta, Delitos contra la libertad, Título V, Delitos
contra la libertad de trabajo y asociación, artículo 185), marzo-abril de
1986 (Sección Quinta, Delitos contra la libertad, Título V, Delitos contra
la libertad de trabajo y asociación, artículo 186), julio de 1990 (Título VI,
Delitos contra la libertad individual, Capítulo VII, Delitos contra la
libertad de trabajo y asociación, artículo 179) y enero de 1991 (Titulo V,

9
Delitos contra la libertad individual, Capítulo VII, Delitos contra la
libertad de trabajo, artículo 184) registran normas de carácter penal-
laboral Finalmente, el Código Penal de 1991 incorporó en el Título IV,
Delitos contra la libertad, el Capítulo Vll.

La Ley N° 29783, Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo,


publicada en el Diario Oficial “El Peruano” el 20 de agosto de 2011, en
su Cuarta Disposición Complementaria Modificatoria incorpora el
artículo 168° -A al Código Penal, el cual considera como delito contra
las condiciones de seguridad e higiene industriales la infracción de
normas de seguridad en el trabajo que pongan en riesgo la vida, salud
o integridad física del trabajador.

2.2. Modificaciones al articulo 168 del Codigo Penal

El legislador peruano, siguiendo la tendencia de la mayoría de los


Códigos Penales latinoamericanos, ha ubicado en nuestro Código
Penal de 1991 los delitos contra los derechos laborales en el Título IV
Delitos Contra la Libertad, Capítulo VII Violación de la Libertad de
Trabajo, artículo 168°.

El texto original del artículo 168° del Código Penal tipificaba el delito de
violación de la libertad de trabajo de la manera siguiente:

“Artículo 168.- Será reprimido con pena privativa de la libertad no


mayor de dos años el que obliga a otro, mediante violencia o
amenaza, a realizar cualquiera de las conductas siguientes:

1. Integrar o no un sindicato.

2. Prestar trabajo personal sin la correspondiente retribución.

3. Trabajar sin las condiciones de seguridad e higiene industriales.

4. Celebrar contrato de trabajo o adquirir materias primas o


productos industriales o agrícolas.

10
La misma pena se aplicará al que retiene remuneraciones o
indemnizaciones de los trabajadores o no entrega al destinatario
las efectuadas por mandato legal o judicial; al que incumple las
relaciones consentidas o ejecutoriadas dictadas por la autoridad
competente; y al que disminuye o distorsiona la producción, simula
causales para el cierre del centro de trabajo o abandona éste para
extinguir las relaciones laborales”.

La modificación introducida por la Tercera Disposición Derogatoria y


Final del Decreto Legislativo N° 857 al artículo 168° del Código Penal,
descriminalizó varios supuestos contemplados en el texto original del
artículo 168° quedando el nuevo texto redactado en los términos
siguientes:

“Artículo 168.- Será reprimido con pena privativa de la libertad no


mayor de dos años el que obliga a otro, mediante violencia o
amenaza, a realizar cualquiera de los actos siguientes:

1. Integrar o no un sindicato.

2. Prestar trabajo personal sin la correspondiente retribución.

3. Trabajar sin las condiciones de seguridad e higiene industriales


determinadas por la autoridad. La misma pena se aplicará al que
incumpla las resoluciones consentidas o ejecutoriadas dictadas
por la autoridad competente; y al que disminuye o distorsiona la
producción, simula causales para el cierre del centro de trabajo o
abandona éste para extinguir las relaciones laborales”.

Se incorporo posteriormente un nuevo articulo por la cuarta disposicion


complementaria Modificatoria de la Ley N° 29783, Ley de Seguridad y
Salud en el Trabajo, publicada el 20 de agosto del 2011.
Posteriormente, la citada disposicion fue modificada por el articulo 2º
de la Ley Nº 30222, públicada el 11 de julio de 2014 :

11
“Artículo 168-A. Atentado contra las condiciones de seguridad y
salud en el trabajo

El que, deliberadamente, infringiendo las normas de seguridad y salud


en el trabajo y estando legalmente obligado, y habiendo sido notoficado
previamnete por la autoridad competente por no adoptar las medidad
previstas en estas y como consecuencia directa de dicha
inobservancia, ponga en peligro inminente la vida, salud o integridad
fisica de sus trabajadores, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de uno ni mayor de cuatro años.

Si, como consecuencia de una inobservancia deliberadade las normas


de seguridad y salud en el trabajo, se causa la muerte del trabajador o
de terceros o le producen lesion grave, y el agente pudo preveer el
resultado, la pena privativa de libertad será no menor de cuatro años ni
mayor de ocho años en caso de muerte y, no menor de tres ni mayor
de seis años en caso de lesion grave.

Se excluye la responsabilidad penal cuando la muerteo lesiones graves


son producto de la inobservancia de las normas de seguridad y salud
en el trabajo por parte del trabajador. ”

Finalmente el artículo168 del codigo penal fue modificado por el art.1 del
Decreto Legislativo Nº1323, publicado 06/01/2017, quedando el siguiente
texto:

Art. 168.- Atentado contra la libertad de trabajo y asociación

El que mediante violencia o amenaza, obliga o impide a otro a


integrar un sindicato, es reprimido con pena privativa de la
libertad no menor de dos ni mayor de cinco años.

La misma pena se aplicara al que incumple las resolucuones


consentidas o ejecutoriadas dictadas por la autoridad competente;
y al que disminuye o distorciona la poduccion, simula causales

12
para el cierre del centro de trabajo o abanndona éste para
extinguir las relaciones laborales.

2.3. Legislacion comparada :

Como es ya usual por parte de nuestros legisladores, la


estructuración del artículo 168-A, materia del presente análisis, no es
una creación original, ni mucho menos una innovación, sino que este
delito ha tenido como “inspiración” en el Art. 316 del vigente Código
Penal Español, el cual es como sigue:

“Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos


laborales y estando legalmente obligados, no faciliten los medios
necesarios para que los trabajadores desempeñen su actividad con las
medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan así
en peligro grave su vida, salud o integridad física, serán castigados con
las penas de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce
meses.”

Del artículo español se ha tomado la estructura de refuerzo de la


legislación laboral, los términos “vida”, “salud”, “integridad física” y se
ha cambiado el término “peligro” por el de “riesgo”.8

Cabe señalar, que en la jurisprudencia española se ha analizado la


cuestión si se debe tratar de una vulneración grave o no de la
normativa laboral. Ello es ciertamente irrelevante en la medida que se
genere un peligro concreto que es finalmente lo que requiere el tipo:
una infracción grave o leve que esté en aptitud de generar un peligro
cierto, posible y no uno abstracto.

8Quiñones Guanilo, Javier Fernando. “El Art. 168-A: Delito de condiciones riesgosas y
perjudiciales para la seguridad laboral e higiene industrial: breves cuestiones”, octubre 2011, p.
3 en http://works.bepress.com/quinoneslaw/12.

13
III. ANALISIS TIPICO

3.1. Artículo 168 del Codigo Penal (actualizado)

A. BIEN JURIDICO PROTEGIDO

No es posible definir unívocamente el contenido del bien jurídico


protegido por el artículo 168 del Código Penal, siendo necesario
analizar particularmente cada tipo penal a fin de determinar el
contenido del interés tutelado. En tal línea de pensamiento, resulta
inadecuada la identificación de estos ilícitos como formas de
«violación de la libertad de trabajo», pues de lo contrario habría
que concluir que el único interés a proteger es la libertad laboral u
otras manifestaciones derivadas de ella, lo cual resulta insuficiente
para explicar la inclusión en este grupo de conductas que vulneran
la debida remuneración, la seguridad e higiene en el trabajo, el
cumplimiento de las resoluciones emanadas de la autoridad, entre
otras.

Sin embargo, esta constatación no es óbice para trazar algunos


rasgos comunes a todas las conductas incriminadas. En efecto, es
preciso reconocer la existencia de un bien jurídico colectivo, que
respecto del trabajo supone una protección en relación al
funcionamiento del sistema, en cuanto zona propia del quehacer
cotidiano de un colectivo tan importante como el de los
trabajadores 3 • Por ende, los intereses del trabajador protegidos
lo son en su calidad de integrante de una clase social o de un
sector de la comunidad con una posición en el mercado de trabajo,
no importando el número de trabajadores afectados, por lo que
siempre se apreciará como un único delito.

14
Desde una perspectiva constitucional, el sustento de la protección
de los intereses derivados de las relaciones laborales se encuentra
en los postulados de los artículos 2, inciso 15 y 22 y 23 de la Carta
Magna, que importan un reconocimiento del Estado del trabajo
libre, como derecho y deber, como base del bienestar social y
medio de realización de la persona, así como objeto de atención
prioritaria. De otro lado, desde una concepción sociológica del bien
jurídico, la tutela penal laboral se consolida a partir del rol del
trabajo como fuente de riqueza, a través de los diversos
mecanismos de producción que se desenvuelven en función de la
reglas del sistema de economía social de mercado adoptado en el
Perú9•

B. SUJETOS

a) Sujeto activo

Si bien el autor podría serlo por lo general el empleador, el


tipo no exige la concurrencia de alguna calidad especial en
el sujeto activo. Las expresiones «el que» del primer párrafo
y «al que»del último apartado,.corroboran la afirmación de
que el sujeto activo puede ser cualquier persona natural o
física, por lo que se trata de un delito común o de sujeto
activo indeterminado, cabiendo la posibilidad de ser
cometido por empleadores, trabajadores o terceros ajenos a
la relación laboral.

Doctrinalmente se plantea la cuestión de si el sindicato


puede ser considerado como autor del delito. Al respecto,
en el Derecho Penal predomina el principio de
«personalidad de las penas», conforme al cual sólo las

9ANGELES GONZALES, Fernando.”proteccion juridico- penal de los derechos laborales en el


Peru” : PEÑA CABRERA, Raul. Homenaje a Peña Cabrera. 1991

15
personas naturales pueden delinquir y ser pasibles de
sanción penal, descartándose para tales efectos a las
organizaciones con personería gremial o jurídica , como
sucede con los sindicatos según lo previsto en los artículos
18 y 19 del Decreto Ley No 25593, Ley de Relaciones
Colectivas de Trabajo.

b) Sujeto pasivo

El sujeto pasivo es el titular del bien jurídico protegido.


Tratándose de un bien jurídico colectivo el sujeto pasivo lo
será generalmente la colectividad, reducida al colectivo de
los trabajadores 8 y no el trabajador directamente afectado
por el delito como ha señalado un sector de la doctrina
nacional. Dicho error deriva de la confusión existente entre
el concepto de sujeto pasivo y el de sujeto sobre el cual
recae la acción típica, es decir aquel que sufre de modo
directo e inmediato los efectos del comportamiento criminal
realizado por el autor.

De otro lado, si bien en términos generales el sujeto pasivo


resulta siendo la colectividad de trabajadores, en algunos
casos cabe la posibilidad teórica de que tal calidad recaiga
sobre la colectividad de empleadores. Efectivamente,
tratándose del delito de coacción para integrar o no un
sindicato previsto en el inciso 1 del artículo 168, es
necesario precisar que el artículo 2 del Convenio No 87 de
la Organización Internacional del Trabajo relativo a la
libertad sindical y la protección del derecho de
sindicalización, ratificado por el Perú mediante la
Resolución Legislativa No 13281, establece que «Los
trabajadores y los empleadores, sin ninguna distinción y sin

16
autorización previa, tienen el derecho de constituir las
organizaciones.

C. CONDUCTA TIPICA

De la lectura del artículo 168 se puede afirmar que, en términos


generales, el legislador ha otorgado consecuencias penales a un
conjunto de infracciones de naturaleza laboral. La norma prevé,
bajo dos grandes modalidades que se diferencian según requieran
o no de la coacción como elemento integrante de la conducta
punible.

1. Modalidades que requieren coacción

a) La violencia o amenaza como modus operandi

La norma comentada exige que se «obligue a otro,


mediante violencia o amenaza» a realizar los actos
descritos entre los incisos 1 Y 2 . En dicho contexto, la
expresión «obligar>> precisa que el sujeto activo compela
a una persona a que realice o deje de hacer algo contrario
a su voluntad, lo cual puede efectuarse mediante
conductas comisivas u omisivas.

El tipo penal define el medio o modus operandi a través


del cual deberá ejecutarse el acto de «obligar a otro»: la
coacción. Tradicionalmente se equiparaba la coacción con
la amenaza, empero en la actualidad tanto la doctrina
como la legislación consideran que la violencia es también
una de sus expresiones. La violencia es la «vis absoluta»,
es decir el ejercicio humano de fuerza física sobre la
víctima, de modo que elimine completamente su voluntad

17
La amenaza es la «vis compulsiva» o intimidación, y es
definido como la condicional promesa de un mal grave e
inminente cuya realización depende de la voluntad del
sujeto activo, de modo que elimine ostensiblemente la
voluntad de la víctima.

Una cuestión de importancia es la de definir el rol del


consentimiento de la víctima, respecto del cual varios
autores señalan que resulta irrelevante para efectos de
afirmar la comisión del delito, pues como se sabe los
derechos laborales son irrenunciables, de modo que el
consentimiento no puede eliminar la tipicidad del acto.
Nosotros consideramos que dicha afirmación no es exacta,
pues parte de una seria confusión entre los conceptos de
«acuerdo»y «consentimiento»dilucidados por la doctrina
alemana. El acuerdo elimina la tipicidad de la conducta y
opera tratándose de tipos penales que exigen actuar «sin»
o «contra la voluntad de la víctima», así por ejemplo, el
delito de violación del artículo 170 del Código Penal
precisa que el autor, mediante «violencia o amenaza
obligue a una persona a practicar el acto sexual», en tal
caso si la víctima consiente el acto sexual, la conducta del
agente será atípica pues no habría «obligado» a nadie a
realizar un acto «sin» o «contra su voluntad», de modo
que el referido consentimiento recibe en dicho supuesto la
denominación de «acuerdo».

Diferente es el caso, por ejemplo, cuando el médico recibe


la autorización del paciente para un tratamiento estético
que implica la realización de cirugía sobre la piel con
fuertes dolores. En tal caso no cabe duda que la conducta
del médico sería típica pese al consentimiento de la
víctima, pues el delito de lesiones dolosas o intencionales

18
del artículo 122 del Código Penal se comete sin que
interese para tal efecto la autorización del paciente. Ahora
bien, dicho consenso sí reviste importancia en el ámbito de
la antijuricidad, dado que el artículo 20 inciso 10 del citado
texto legal señala que esta exento de pena «El que actúa
con el consentimiento válido del titular de un bien jurídico
de libre disposición». Por ende, en tal supuesto la
autorización de la víctima opera como causa de
justificación que elimina la antijuricidad, recibiendo la
denominación de «consentimiento».

Por lo expuesto, y volviendo al tema de los delitos


laborales, si el trabajador consiente en la ejecución de los
actos previstos entre l, tal consenso hará imposible afirmar
que se vio obligado mediante violencia o amenaza a
comportarse de tal manera, de modo que nos hallaremos
ante un caso de «acuerdo>> que hace atípica la conducta.
Esto que parece de laboratorio deja de serlo cuando
recordamos, por ejemplo, los casos en que el empleador
persuade y logra que varios de sus trabajadores se retiren
del sindicato de la empresa.

b) De la coacción para integrar o no un sindicato

Este delito se halla previsto en el inciso 1 del artículo 168 y


tiene como fuente directa el artículo 199 del Código Penal
brasileño (1984) y como antecedentes indirectos el artículo
177 Bis del Código Penal español (reforma de 1983) y el
artículo 292 del Código Penal colombiano (1980).

El Decreto Ley No 25593, Ley de Relaciones Colectiva de


Trabajo, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 28

19
de la carta fundamental, reconoce en sus artículos 2, 3 y 4
el derecho a la libre sindicalización, la misma que debe
desarrollarse libre y voluntariamente, prohibiéndose la
coacción o restricción de dicho derecho. Empero, la norma
penal desconoce sin explicación alguna, la protección del
aspecto colectivo de la libertad sindical que ejercen las
organizaciones en cuanto tales frente al Estado, frente al
empleador o frente a otras organizaciones sindicales.

Espeáficamente, el interés tutelado penalmente es la


libertad sindical individual positiva y negativa. Cuando se
obliga a un sujeto a integrar un sindicato contra su
voluntad, se puede afectar el derecho a desafiliarse como
la facultad de mantenerse desafiliado, afectándose en
ambos casos el aspecto negativo de la libertad individual A
su vez, cuando se obliga a otro a no integrar un sindicato,
puede vulnerarse el derecho a afiliarse como el interés de
mantenerse afiliado, lesionándose el aspecto positivo de la
libertad sindical.

2. Modalidades que no requieren coacción

c.) Incumplimiento de las resoluciones consentidas o


ejecutoriadas dictadas por la autoridad competente.

La acción típica consiste en el no cumplimiento de las


resoluciones dictadas por una autoridad con atribución
legítima para decidir sobre materia laboral. El legislador
entiende por «autoridad competente»Únicamente a la
autoridad administrativa de trabajo, pues en la Exposición de
Motivos del Código Penal se indica que la norma comentada
reprime «el incumplimiento de las resoluciones consentidas o
ejecutoriadas de la autoridad administrativa de trabajo», de

20
modo que respecto a la emitidas por la Justicia Laboral (Poder
Judicial) se apreciaría la comisión del delito de desobediencia
o resistencia a la autoridad tipificado por el artículo 368 del
Código Penal.

Ahora bien, la textura abierta del tipo penal permite concluir,


sin violar el principio de legalidad, que la expresión
«resolución» incluye las expedidas por la autoridad
administrativa y en la Jurisdicción Laboral. Quedan al margen
de este ilícito las resoluciones expedidas en sede arbitral.

d) Disminución o distorsión de la producción, simulación de


causales para el cierre del centro de trabajo o abandono
del centro de trabajo para extinguir las relaciones
laborales.

La fuente de este tipo penal que tipifica las llamadas prácticas


fraudulentas o lock out, se encuentra en el artículo 35 de la
Ley No 24514, Ley de Estabilidad Laboral. La acción típica
consiste en la disminución (merma o menoscabo) o distorsión
(deformación) de la producción con el fin de lograr el cierre del
establecimiento. Asimismo, se comete el delito mediante la
apariencia o fingimiento de causales con idéntico fin,
pudiendo simularse una o varias causales a la vez de modo
que habiliten el cierre legal del establecimiento. Finalmente,
también se sanciona el abandono del centro de trabajo, es
decir, el retiro manifiesto e inesperado del empleador del
centro de labores que administra, sin que exista una
autorización para ello.

D. TIPO SUBJETIVO

Estamos frente a un delito típicamente doloso, por lo que se


requiere que el agente actúe con conocimiento y voluntad de
imponer las condiciones o realizar las conductas que perjudican
21
los derechos de los trabajadores. La norma comentada no exige
presencia de elemento subjetivo adicional alguno, no admitiéndose
tampoco la posibilidad de realización imprudente.

Excepcionalmente, tratándose de los delitos de disminución o


distorsión de la producción y simulación de causales se precisa la
concurrencia de una especial intención: el ánimo de lograr el cierre
del centro de trabajo. Dicha intención constituye un elemento
subjetivo diferente del dolo, por lo que la doctrina califica estos
delitos como de tendencia interna trascendente, puesto que la
intención del autor (aspecto subjetivo) va rnás allá -trasciende- de
lo que objetivamente realiza.10

3.2. ARTICULO 168- A del Código Penal

A.) BIEN JURIDICO PROTEGIDO

En el caso en concreto del art. 168-A y coincidiendo con el


profesor CARO CORIA, el presente delito no es mono-ofensivo,
sino que es pluri-ofensivo, ya que si bien parte de la idea de
proteger la Libertad de Trabajo, también tenemos que busca
cautelar la Vida, el Cuerpo y la Salud del Trabajador, pues no sólo
se trata de sancionar la simple infracción a la Ley de Seguridad y
Salud en el Trabajo, sino que la norma vas allá, pues la conducta
merecedora de reproche penal es aquella que sea capaz de poner
en peligro o en situación de riesgo la vida, salud o integridad física
de los trabajadores.

10Caro Coria, Dino Carlos. El Derecho Penal Laboral en el Perú, en: Themis. Revista de
Derecho, n° 31, pág. 106, Lima, 1995.

22
B.) SUJETO ACTIVO

De una lectura rápida, la expresión “el que” del primer párrafo,


corrobora la afirmación de que el sujeto activo puede ser cualquier
persona natural o física, por lo que en principio se podría afirmar
que se trata de un delito común o de sujeto activo indeterminado,
por lo cual cabría la posibilidad de ser cometido por empleadores,
trabajadores o terceros ajenos a la relación laboral. Sin embargo,
el mismo tipo penal en su aspecto objetivo menciona que el sujeto
activo debe encontrarse legalmente obligado, es decir, debe estar
sujeto a una obligación legal consistente en respetar las normas
de seguridad y salud en el trabajo y así adoptar medidas
preventivas que sean necesarias para que los trabajadores
desempeñen su actividad sin riesgo su vida, salud o integridad
física.

Y es que como estamos frente a una norma de “tipo penal en


blanco” que obligatoriamente nos remite a lo señalado por la Ley
Nº 27983, que en su Título Preliminar, apartado II respecto al
Principio de Responsabilidad, señala: “El empleador asume las
implicancias económicas legales y de cualquier otra índole a
consecuencia de un accidente o enfermedad que sufra el
trabajador en el desempeño de sus funciones o a consecuencia de
él, conforme a las normas vigentes”, lo cual concuerda con lo
expuesto en el artículo 48 y siguientes de la misma norma.

Como es común en ámbitos altamente especializados y pese a la


mención de “El que” propia de los delitos comunes, estamos frente
a un delito especial propio en tanto se señala “estando legalmente
obligado no adopte las medidas preventivas necesarias para que
los trabajadores desempeñen su actividad”. Nos encontramos
frente a los denominados delitos de infracción de deber, donde el
elemento que decide la autoría constituye una infracción de un
deber extrapenal que no se extiende necesariamente a todos los
implicados en el delito, pero que es necesaria para la realización

23
del tipo. Se trata siempre de deberes que están antepuestos en el
plano lógico a la norma y que, por lo general, se originan en otras
normas jurídicas[13].

Con ello se quiere decir que es sujeto activo de este delito quien
en virtud de la ley tiene el deber jurídico de cumplir con la
normativa en materia de seguridad y salud en el trabajo fijada en
la Ley Nº 29783.

C.) SUJETO PASIVO

El sujeto pasivo es el titular del bien jurídico protegido. Tratándose


de un bien jurídico colectivo el sujeto pasivo lo será generalmente
la colectividad, reducida al colectivo de los trabajadores11 y no el
trabajador directamente afectado por el delito como ha señalado
un sector de la doctrina nacional12. Dicho error deriva de la
confusión existente entre el concepto de sujeto pasivo del delito y
el de sujeto pasivo de la conducta sobre el cual recae la acción
típica, es decir aquel que sufre de modo directo e inmediato los
efectos del comportamiento criminal realizado por el autor13

D.) CONDUCTA TIPICA

El antecedente próximo a la vigencia del artículo 168-A la


encontramos en el derogado inciso 3 del artículo 168 del Código
Penal, que establecía que la consumación del delito tiene lugar
cuando el trabajador, por coacción, labora sin las condiciones de
seguridad e higiene determinadas por la autoridad, no
requiriéndose la efectiva causación de daño a la salud del

11 Bramont-Arias Torres, Luis Alberto. Manual de Derecho Penal. Parte especial, Lima; San
Marcos 1994, p. 171.
12 Incurren en dicho error, Peña Cabrera, Raúl. Tratado de derecho penal. Parte especial,

Tomo I. 2ª ed. Lima; Ediciones Jurídicas 1994, p. 651. Ugaz Sánchez Moreno, José Carlos. “El
delito contra la libertad de trabajo.” En: Thémis. Revista de Derecho. Nº 26 (Lima 1993) p. 104.
13 Caro Coria, Dino Carlos. “La Falsa Tutela del Trabajador”. art. cit. p. 6.

24
trabajador sino el aumento del riesgo para la integridad psico-física
de los trabajadores.

En el presente caso y a diferencia del inciso derogado, tenemos


que el legislador ha suprimido como modus operandi el termino
coacción –a través del cual se ejecutaba el acto “obligar a otro”-,
sancionando el hecho de que el empleador: (a) En primer término,
no adopte las medidas preventivas necesarias para que los
trabajadores desempeñen su actividad, poniendo en riesgo su
vida, salud o integridad física, y, (b) En segundo lugar, cuando
existe el resultado muerte o lesiones graves.

Como se desprende de su configuración típica, este delito es uno


de peligro concreto en su primera parte y en la agravante es un
delito de resultado.

El sustento de la imputación penal se basa en la infracción de un


deber jurídico de actuar, esto es, el no respetar, estando obligado
a hacerlo, la norma administrativa, conforme se desprende del
numeral I del Título Preliminar de la Ley Nº 29783. Es así que la
conducta se desarrolla mediante una Omisión, en donde existe la
expectativa de realización de la acción esperada, que por ser
mandata directamente por el tipo penal –se hace mención expresa
a esta- estamos frente una omisión impropia, lo cual conlleva
inmediatamente a no admitir la tentativa, ni formas culposas de
realización.

Es así, que nos encontraríamos en el primer supuesto cuando al


empleador en su calidad de garante del cumplimiento de las
normas legales falta a su deber de cuidado para evitar la
producción de un riesgo no permitido, generando con ello una
exposición indebida de su(s) trabajador(es) a un peligro, por lo que
sólo se le podrá atribuir responsabilidad penal cuando:

25
1. El empleador no haya adoptado las medidas de seguridad
previstas en Ley;

2. El empleador sabía que era su obligación adoptarlas, y que


esa omisión podía causar un resultado dañoso; y,

3. Exista un alto riesgo que, en atención a las circunstancias


de un contexto concreto, se produzca una lesión en la vida o en la
salud de un trabajador como consecuencia de esta omisión.

Cabe recordar que en esta primera modalidad nos encontramos


frente a delitos de peligro concreto; es decir, de aquellos que
requieren una efectiva sensibilización o conmoción del bien
jurídico vida o salud, que se juzga sobre la base de la experiencia
común y que permite concluir (expost) que existió un curso
probable que conducía al resultado temido14; razón por la que no
hay necesidad de constatar la producción de un resultado
antijurídico.

Respecto al segundo supuesto, señala si como consecuencia de


la inobservancia de las normas de seguridad y salud en el trabajo,
ocurre un accidente de trabajo con consecuencias de muerte o
lesiones graves, por lo que al tratarse de un delito de resultado se
debe verificar que el mismo fue producto de la omisión dolosa del
empleador y no se trato de una acción negligente de aquél que
sufrió el daño.

Cabe señalar, que el legislador ha querido ser muy puntual, al


momento de establecer la agravante, ya que se refiere a muerte o
Lesiones graves, entendiéndose estas últimas como aquellas
descritas en el artículo 121 del Código Penal15, ello con la finalidad

14 POLITOFF L., Sergio / MATUS A., Jean Pierre / RAMÍREZ G., María Cecilia. Lecciones de
Derecho Penal Chileno. Parte Especial. 2da Edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago 2004,
p. 153.
15 El Código Penal en su artículo 121 describe el delito de Lesiones graves como sigue:

“El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años. Se consideran lesiones graves:
1. Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima.

26
de evitar -el riesgo- de que se caiga en la absoluta arbitrariedad,
pues, caso contrario, se pretendería penalizar como grave
cualquier tipo de lesión.

E.) TIPO SUBJETIVO

De conformidad con lo previsto en el artículo 12º párrafo 1º del


Código Penal, los ilícitos comentados sólo puede consumarse
dolosamente, exigiéndose la conciencia y voluntad del sujeto
activo de realizar los elementos del tipo objetivo.

F.) CONSUMACION

El análisis del tipo penal nos permite inferir que la modalidad


básica, regulada en el primer párrafo, se consumará con la simple
realización de la conducta. Es decir, basta con que la conducta
genere un peligro concreto a los bienes jurídicos protegidos.

Con respecto al segundo párrafo de este nuevo tipo penal, es


menester que se produzca el resultado antijurídico; es decir, que
se lesione la vida, salud o integridad del trabajador.

2. Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio para su función, causan
a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o anomalía psíquica permanente o la desfiguran de
manera grave y permanente.
3. Las que infieren cualquier otro daño a la integridad corporal, o a la salud física o mental de una persona
que requiera treinta o más días de asistencia o descanso, según prescripción facultativa.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y si el agente pudo prever este resultado, la pena
será no menor de cinco ni mayor de diez años.

27
IV. LEY N° 29783 COMO LEY EXTRAPENAL: ANÁLISIS DE LAS
OBLIGACIONES POR PARTE DEL EMPLEADOR

De la lectura de la ley de seguridad y salud en el trabajo, se desprenden


obligaciones de carácter general, tales como:

“Artículo 50.-Medidas de prevención facultadas al empleador

El empleador aplica las siguientes medidas de prevención de los riesgos


laborales:

a) Gestionar los riesgos, sin excepción, eliminándolos en su origen y


aplicando sistemas de control a aquellos que no se puedan eliminar.

b) El diseño de los puestos de trabajo, ambientes de trabajo, la selección


de equipos y métodos de trabajo, la atenuación del trabajo monótono y
repetitivo, todos estos deben estar orientados a garantizar la salud y
seguridad del trabajador.

c) Eliminar las situaciones y agentes peligrosos en el centro de trabajo o


con ocasión del mismo y, si no fuera posible, sustituirlas por otras que
entrañen menor peligro.

d) Integrar los planes y programas de prevención de riesgos laborales a


los nuevos conocimientos de las ciencias, tecnologías, medio ambiente,
organización del trabajo y evaluación de desempeño en base a
condiciones de trabajo.

e) Mantener políticas de protección colectiva e individual.

f) Capacitar y entrenar anticipada y debidamente a los trabajadores”

28
Como podemos apreciar, la norma en mención no establece
específicamente las obligaciones que el empleador deberá de realizar a
efectos de evitar riesgos, lesiones o la muerte de los trabajadores. Ello es
natural, toda vez que dependerá de la actividad que realice la empresa y
de las actividades laborales que el trabajador deberá de cumplir en orden
de ejecutar el contrato de trabajo que lo une con el empleador, todo ello,
se podrá visualizar en la Identificación de Peligros y evaluación de riesgos
que se practique. En ese sentido, se deberá de tomar en cuenta el caso
en concreto y las características de las labores y circunstancias a las que
el trabajador se encuentra sometido y los riesgos a los que se exponen9 .
Así, se deberá de determinar los riesgos de la actividad y, de acuerdo al
daño que se produzca al trabajador, la medida que no fue tomada por
parte del empleador incumpliendo con la eliminación de riesgos a la que
se encontraba obligado. Para ello se deberá de realizar la investigación
correspondiente – sin perjuicio de las investigaciones que realizara Sunafil
y/o la fiscalía y/o el Comité de seguridad y salud- , de acuerdo a lo
establecido en el artículo 58 de la ley de seguridad y salud en el trabajo,
que a la letra dispone:

“Artículo 58. Investigación de daños en la salud de los trabajadores

El empleador realiza una investigación cuando se hayan producido daños


en la salud de los trabajadores o cuando aparezcan indicios de que las
medidas de prevención resultan insuficientes, a fin de detectar las causas
y tomar las medidas correctivas al respecto; sin perjuicio de que el
trabajador pueda recurrir a la autoridad administrativa de trabajo para
dicha investigación”.

Finalmente, luego de haber analizado la causa de las lesiones o muerte, y


si estas son atribuibles al empleador, se le podrá sancionar penalmente.

29
 Negligencia del trabajador y/o responsabilidad de la víctima

Este apartado tiene como finalidad establecer la relevancia de las


conductas o comportamientos por parte de los trabajadores.

De acuerdo a lo establecido hasta este apartado, ha quedado claro


que el empleador deberá de cumplir con las obligaciones
establecidas en la ley de seguridad y salud en el trabajo. Si como
resultado de no haber cumplido con una de ellas, se crea un riesgo
para la vida, salud e integridad o produce lesiones o la muerte al
trabajador, resulta evidente que el empleador será sancionado con
pena privativa de la libertad.

Teniendo claro lo anterior, nos preguntamos si cuando el


empleador cumple con las obligaciones establecidas en la norma, y
por una acción derivada de una conducta del trabajador se produce
el resultado establecido en la norma ¿es igualmente responsable?
En un primer momento, afirmaríamos que si el empleador cumple
con lo establecido en la norma, y por una conducta del trabajador
se incrementa el riesgo de la actividad o se tiene como resultado la
muerte o lesiones graves del propio trabajador, en este supuesto
no se podría imputar penalmente la responsabilidad al
empleador, sin embargo se tienen que analizar potenciales causas
que según el D.S N° 005-2012- TR las define como:

30
 Respecto de la condiciones subestándar: El empleador deberá
implementar un sistema de gestión siguiendo los lineamientos
mínimos dispuestos en las disposiciones legales de seguridad y
salud vigentes, además de ello, es importante mencionar que luego
de la implementación en el cual se controla el riesgo10 se deben
poner en practica monitoreos del riesgo que acrediten la eficacia
del sistema. Ahora bien, consideremos que si bien el empleador
implementa el sistema de gestión, las condiciones subestandar no
son únicamente imputables al empleador, toda vez que un acto
subestandar originado por la conducta de un trabajador puede
originar una condición subestandar, por ejemplo la ubicación de los
equipos de protección –luego de la jornada- en pasadizos que
deberían estar libres de cualquier obstáculo.

 Respecto de los actos subestandar: Es evidente que en la


mayoría de casos la causa recae sobre la conducta del trabajador
frente al puesto de trabajo, en el cual es necesario que esto se
refuerce al interior de la organización con los procedimientos de
inducción y las distintas capacitaciones generales y específicas
que pueda contener el plan anual de seguridad y salud. Sin
embargo es necesario, que además de lo dispuesto en las
disposiciones legales el empleador adopte los lineamientos de la
seguridad y salud en el trabajo basada en el comportamiento.

31
V. DELITOS LABORALES EN OPTROS PAISES

5.1. España

En el Código Penal se tipifica como delito contra el derecho de


los trabajadores, la contratación de mano de obra sin contrato
o sin alta en Seguridad Social de la siguiente forma:

El artículo 312 del Código Penal, 1 dice que:

“Serán castigados con las penas de prisión de seis meses a


tres años y multa de seis a doce meses, los que trafiquen de
manera ilegal con mano de obra.”

El apartado 2, del referido artículo señala:

“En las mismas penas incurrirán quienes recluten personas o


las determinen a abandonar su puesto de trabajo ofreciendo
empleo o condiciones de trabajo engañosas o falsas y quienes
empleen a súbditos extranjeros sin permiso de trabajo en
condiciones que perjudiquen, supriman o restrinjan los
derechos que tuviesen reconocidos por disposiciones legales,
convenios colectivos o contrato individual.”

Este delito se comete creando una relación laboral clandestina


para proceder a contratar y despedir arbitrariamente a los
trabajadores extranjeros, a quienes no se les da de alta en la
Seguridad Social

El delito de favorecimiento la inmigración clandestina de


trabajadores

El artículo 313 del Código Penal, castiga al que, promoviere o


favoreciere por cualquier medio la inmigración clandestina de
trabajadores a España.

32
El delito atribuido a los administradores de sociedades

El tipo delictivo del delito contra el derecho de los trabajadores


podría imputarse a los administradores de las sociedades
mercantiles, que hayan sido responsables de dicha
contratación, promoviendo, facilitando el tráfico ilegal de mano
de obra, castigándose de la siguiente forma:

El artículo 318 del Código Penal, dice:

” Cuando los hechos previstos en los artículos de este título se


atribuyeran a personas jurídicas, se impondrá la pena
señalada a los administradores o encargados del servicio que
hayan sido responsables de los mismos y a quienes,
conociéndolos y pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado
medidas para ello.

1. “El que, directa o indirectamente, promueva, favorezca o


facilite el tráfico ilegal o la inmigración clandestina de
personas desde, en tránsito o con destino a España, será
castigado con la pena de cuatro a ocho años de prisión.

2. Si el propósito del tráfico ilegal o la inmigración clandestina


fuera la explotación sexual de las personas, serán castigados
con la pena de cinco a 10 años de prisión.

3. Los que realicen las conductas descritas en cualquiera de


los dos apartados anteriores con ánimo de lucro o empleando
violencia, intimidación engaño, o abusando de una situación
de superioridad o de especial vulnerabilidad de la víctima, o
siendo la víctima menor de edad o incapaz o poniendo en
peligro la vida, la salud o la integridad de las personas, serán
castigados con las penas en su mitad superior.

4. En las mismas penas del apartado anterior y además en la


de inhabilitación absoluta de seis a 12 años, incurrirán los que

33
realicen los hechos prevaliéndose de su condición de
autoridad, agente de ésta o funcionario público.

5. Se impondrán las penas superiores en grado a las


previstas en los apartados 1 a 4 de este artículo, en sus
respectivos casos, e inhabilitación especial para profesión,
oficio, industria o comercio por el tiempo de la condena,
cuando el culpable perteneciera a una organización o
asociación, incluso de carácter transitorio, que se dedicase a
la realización de tales actividades.Cuando se trate de los
jefes, administradores o encargados de dichas organizaciones
o asociaciones, se les aplicará la pena en su mitad superior,
que podrá elevarse a la inmediatamente superior en grado.En
los supuestos previstos en este apartado la autoridad judicial
podrá decretar, además, alguna o algunas de las medidas
previstas en el artículo 129 de este Código.

6. 6. Los tribunales, teniendo en cuenta la gravedad del hecho


y sus circunstancias, las condiciones del culpable y la finalidad
perseguida por éste, podrán imponer la pena inferior en un
grado a la respectivamente señalada.”

34
VI. CONCLUSIONES

4.1. Las estructuras empresariales al regular un programa corporativo de


prevención de delitos, que efectivamente sea cumplido por la
empresa, junto a parámetros de cumplimiento establecidos en la
normativa extrapenal –por ejemplo, la normativa en materia de
prevención de riesgos laborales– generarían una cultura de confianza
empresarial, unido a la valoración positiva del fiscal y juez penal al
presentarse un caso donde supuestamente se haya cometido un
delito al hacer uso de la persona jurídica.

4.2. La nueva normativa penal en materia de prevención de riesgos


laborales constituye un importante avance en cuanto a la tutela de los
bienes jurídicos protegidos, por cuanto el legislador penal atendió a la
posición que con dichos delitos no solo se puede proteger la libertad
de trabajo, sino también están en juego la vida, la integridad y la
salud.

4.3. Como todo delito de peligro, aunque sea peligro concreto,


consideramos riesgoso que el nuevo artículo 168° A del Código Penal
establezca, en su primer párrafo, este supuesto; toda vez que los
principales problemas jurídicos se presentarán al evaluar y determinar
en qué casos un riesgo laboral pone efectivamente en peligro los
bienes jurídicos tutelados.

BIBLIOGRAFIA

35
Caro Coria, Dino Carlos. El Derecho Penal Laboral en el Perú. En:
Themis. Revista de Derecho, Nº 31, p. 231, Lima, 1995.

Caro Coria, Dino Carlos. art. cit., pág. 232. Sobre los proyectos de 1986 y
1990: Angeles Gonzales, Fernando. art. cit., pp. 33-35.

Caro Coria, Dino Carlos. “La Falsa Tutela del Trabajador”, pag. 4, en
www.ccfirma.com/publicaciones/pdf/caro/Del-laborales.

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