CÓMO LOS ÁNGELES OS PUEDEN AYUDAR A

RECUPERAR EL ESPÍRITU DE ALEGRÍA

Buenas tardes a todos. (Buenas tardes

Madre). Os invito a todos a que entréis. Id a
la primera página de vuestro
librito de los Ángeles. La página azul, la uno;
vamos a cantar “A los siete Arcángeles”.

Nos hemos reunido este fin de semana para

aprender a contactar con nuestros ángeles,
con muchos, muchos ángeles, los siete
Arcángeles, legiones de ángeles, vuestros
ángeles de la guarda personales, ángeles que
trabajan con los elementales, ángeles que
trabajan con los espíritus de la naturaleza.
Los ángeles están todos a nuestro alrededor
y son casi invisibles, pero no del todo.

Así que vamos a usar esta canción de los

Siete Arcángeles, que se canta según una
melodía tradicional cristiana “Santo, Santo,
Santo”, como medio para establecer un
contacto muy sólido con los siete ángeles
principales, que están por encima de todos
los demás ángeles y que nos están guiando
en el planeta Tierra. Se les conoce en
conjunto como los Siete Arcángeles y veréis
que sus nombres están en la canción:
Arcángel Miguel, Arcángel Jofiel, Arcángel

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Chamuel, Arcángel Gabriel, Arcángel Rafael,
Arcángel Uriel y Arcángel Zadkiel.

Tradicionalmente, a lo largo de la historia, en

otros continentes y en otras eras de las que
no tenemos ningún registro—como los
antiguos continentes de Atlántida y Lemuria
—edades de oro del pasado en la tierra, y de
las que sólo tenemos un velado recuerdo en
el inconsciente, los medios fundamentales
para quienes se han apartado de la
centralidad divina, que se han ido a los reinos
periféricos, los medios tradicionales para
entrar en contacto con Dios, con sus
emisarios, tales como los Siete Arcángeles,
han sido las canciones, cánticos, decretos,
oraciones, mantras, la entonación de la
Palabra de Dios (el OM), etc.

Y así, desde estos primeros momentos de

nuestro Seminario de fin de semana, vamos
a establecer un contacto muy intenso y
sincero con cada uno de los Siete Arcángeles,
cantándoles a ellos. Mi objetivo es que os
lleguéis a familiarizar completamente con
quienes son los ángeles y sus distintos
cargos; que os familiarizeis con ellos en
términos de una amistad verdadera y
duradera, en términos de una confianza de
que son nuestros guardianes y nuestros
guías, sobre la base de que podéis, en

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cualquier momento y en cualquier lugar
sentiros completamente cómodos hablando
con vuestros ángeles, caminando con
vuestros ángeles, invocándolos, dándoles
tareas, pidiéndoles su asistencia en los
asuntos más difíciles personales y muy
privados; en asuntos de preocupación
mundial como el medio ambiente y todas
aquellas situaciones tan deplorables y
estremecedoras que vemos en Somalia, en
Yugoslavia, que vemos por todo el mundo,
día tras día, tras día.

¿Cuantos de nosotros aquí nos sentimos tan

impotentes ante estos acontecimientos
mundiales como si no pudiéramos hacer nada
al respecto? Creo que ese sentido de
impotencia lo tiene todo el mundo en el
planeta y creo que es extremadamente
frustrante. Creo que nuestros adolescentes
están frustrados, nuestros niños pequeños
están frustrados, así como aquellos que
empiezan en el mercado laboral. Gente de
todas las edades se encuentran en ese nivel
de frustración porque las cosas están fuera
de nuestro control. No podemos controlar las
calamidades en la Tierra, ni en nuestro propio
patio trasero y, a veces, ni en nuestras
propias cocinas. Por eso necesitamos a los
ángeles. Por eso Dios creó a los ángeles.

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Ahora voy a ofrecer una invocación a los Siete
Arcángeles de la forma en que me han
enseñado a hacerlo. Me gustaría que
escucharais no solamente las palabras que
digo, sino también la manera en que lo hago,
ya que es la apropiada para dirigirse a un ser
celestial tan magnífico como es un Arcángel.

Como fondo de mi invocación habrá una

música suave y luego os voy a invitar a que
recitéis vuestras propias oraciones
personales, con vuestras propias palabras, tal
como queráis formularlas a los Arcángeles,
hasta que sintáis que habéis contactado con
cada uno de estos Siete santos arcángeles,
así como con los querubines y los serafines.
Así pues, poneos de pie para honrar la
presencia de los ángeles. (Se pone el 5º
Movimiento de la Sinfonía No. 6 de Beethoven
durante la siguiente invocación)

INVOCACIÓN:

Oh Señor Dios Todopoderoso, aquí estamos

en la Tierra. Invocamos tu presencia con
nosotros. Oh Señor Dios, que tu manto
descienda sobre nosotros ahora. Restaura en
nosotros el voto interno que te hicimos a Ti,
a nuestra amada llama gemela, a nuestro Ser
Superior. Condúcenos a la unión contigo a
través de tus huestes angelicales a quienes

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has ordenado desde el principio que sean
nuestros cuidadores, mientras
permanecemos en este planeta distante
llamado Tierra.

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu

Santo y de la Madre Divina, invoco ahora al
Arcángel Miguel, al Arcángel Jofiel, al
Arcángel Chamuel, al Arcángel Gabriel, al
Arcángel Rafael, al Arcángel Uriel, al Arcángel
Zadquiel y a todas las Arcangelinas.
Querubines y serafines de Dios descended
ahora a esta ciudad, descended a todas las
ciudades de la Tierra. Que esta Luz, la Luz de
Dios que está encima de vosotros, sea ahora
traída a aquellos que quieren enderezar las
cosas, servir a su Dios, y reunirse contigo, Oh
Dios, razonar juntos, consultar juntos para
que desempeñemos un papel en la resolución
de los problemas de la Tierra. Oh Dios envía
tus legiones para la conversión de nuestros
corazones al Amor Divino, a la luz interior, al
Atman que mora en nuestro pecho. Oh Dios,
oramos para que termine la guerra en
Yugoslavia. Oramos para que podamos lidiar
como naciones con el problema del hambre
en todas partes. Que no haya niños
hambrientos en la tierra, niños abandonados.
Oh! Santos ángeles de Dios, cuidadlos, os lo
pedimos, cuidadlos.

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Por lo tanto, en este momento de contacto de
nuestros corazones contigo en el más puro
Amor Divino, te pedimos que recibas ahora
nuestras oraciones individuales y muy
personales que ofrecemos ahora.

[Se hacen llamados personales; folleto de los

Ángeles No. 1 (canción 282)]

Miguel, Miguel, Miguel

Príncipe de los arcángeles
De los agradecidos corazones de todos
Brotan cantos de alabanza.
Por vuestra celestial presencia
Todos en la tierra os adoran
Dios que venís del sol
En todo lo que el nombre implica.

Miguel, Miguel, Miguel

Que los ángeles guardianes
De vuestras legiones celestiales
Venid a liberar a todos

Purificad, iluminad
Manifestad la gloria
De la perfección de la luz
Que cada quien puede ser.

Jofiel y Chamuel
Gabriel y Rafael,
Uriel y Zadkiel
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Y poderosas huestes de luz

Querubines y Serafines
De los reinos de gloria
Rasgad ahora el velo
Que ofusca nuestra visión humana.

Siete Arcángeles benditos

Para tener iluminación
Invocamos vuestra presencia
En himnos de alabanza para vosotros.

Conservadnos consagrados
Para el cumplimiento del plan divino
Para que con pureza
Podamos ser vuestros ministros.

Por favor, tomad asiento. Este himno que

como sabéis es Santo, Santo, Santo, me
causó una gran impresión. Nunca lo oí en la
iglesia; pero una vez fui al cine, tendría unos
8 o 9 años, y escuché que tocaban este
himno. Fui impulsada hacia la calle, no podía
moverme. Todo mi ser estaba lleno de luz y
en mi interior lloraba de alegría.

Al poner juntos los dos, creo que ese es el

himno de los Arcángeles inspirado por alguien
que puso palabras Cristianas en él. Y después
de muchos, muchos años me di cuenta,
cuando por primera vez aprendí acerca de los
Santos Arcángeles, que eso era precisamente
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contactar con ellos. El contacto que
establecemos a través de la música es algo
más profundo que cualquier otra cosa que
llegue a través del intelecto.

Entonces os invito a comulgar con los ángeles

una vez más, antes de que comience la
conferencia, cantando: “Ángeles queridos,
Ángeles de Dios” en la página 7, guías,
guardianes, amigos, protectores,
libertadores, sanadores, maravillosas
presencias que hacen que la vida merezca la
pena vivirse y que nos traen esperanza al
disipar la desesperación.

Ángeles de Dios, venid y acercaos a nosotros

y en este momento porque vamos a estudiar
bajo vuestra tutela. (Folleto de los Ángeles
No. 22 canción 280).

Ángeles queridos, brillantes ángeles

revoloteando arriba
Están vigilando, protegiendo y guiando con
amor
Queridos ángeles del Cielo, nuestras
canciones se elevan hasta vosotros
En silenciosa comunión para contemplar
vuestra belleza.

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Ángeles queridos, ángeles benditos, enviad
consuelo a la Tierra
Ministrando, curando y dando vida
nuevamente
La gran luz de perfección envuelve ahora a
cada alma
Para enseñarnos y ayudarnos a todos a
alcanzar nuestra meta.

Ángeles queridos, ángeles de Dios, legiones

de Luz
Aunque todavía velados para nuestra visión
terrenal
La paz y el amor de Dios son la clave a
vuestro corazón
Os amamos y rogamos que nunca nos dejéis.

Después algún día, ángeles queridos,

subiremos hasta vosotros
Para morar en el reino de vuestra creatividad
Ascenderemos llevados por el rayo brillante
de la Luz
Majestuosos, triunfantes, traeremos el nuevo
día.

¿Cuántos de los que estáis aquí esta noche

tenéis alguna historia de ángeles que contar?
¿Cuántos no tenéis ninguna historia de
ángeles que contar? Espero que no pase
mucho tiempo antes de que tengáis alguna
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que contar. Ahora, me gustaría contaros un
par de mis historias de ángeles. Los ángeles
son muy reales y se encuentran entre
nosotros de una forma muy personal. Esto es
absolutamente cierto y quiero testimoniar
sobre ello.

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