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Curso Básico de Doctrina La naturaleza de Dios y Su obrar

4. La naturaleza de Dios y Su obrar


Pbro. Dr. Pablo Arce Gargollo

La manera que tenemos de conocer a Dios y su acción.

en Power Point en p. 2

4. LA NATURALEZA DE DIOS Y SU OBRAR

4.1 LA NATURALEZA DE DIOS

4.1.1 Cómo podemos conocerlo

Podemos conocer a Dios por la razón y por la revelación.

En este capítulo se estudian aquellas realidades de la naturaleza divina susceptibles de ser


alcanzadas por la razón. A partir del capítulo siguiente el principal apoyo en los desarrollos
explicativos será el conocimiento a través de la Revelación.

La razón nos da a conocer la naturaleza de Dios de dos modos:

a) Por acción, atribuyéndole todas las perfecciones que encontramos en las criaturas, y todas
las que podamos concebir.

b) Por remoción, removiendo de El todo cuanto las criaturas tienen de limitado e imperfecto.

Esta forma de conocer se llama analógica, es decir, según un grado de semejanza (Dios es
bueno ya que vemos que las criaturas son buenas) y otro de desemejanza (Dios no es bueno del
mismo modo ni en el mismo grado de las criaturas). A la analogía se sigue la eminencia: Dios
es bueno, pero bueno infinitamente.

Así, pues, para el conocimiento racional de la naturaleza divina el punto de partida es la


naturaleza de las criaturas y en particular la naturaleza humana: las perfecciones que ésta
posee las trasladamos por analogía a la naturaleza divina, elevadas al infinito.

Y así, podemos atribuir a Dios la inteligencia, el poder, la bondad, la ciencia, la belleza, etc.
Esta forma de proceder se apoya en un clarísimo texto de San Pablo (Rom. 1, 20-2 1): ". . . las
perfecciones invisibles de Dios, su poder eterno y su divinidad, se han hecho visibles después
de la creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan las criaturas".
4.1.2 Definición de Dios

Podemos definir a Dios diciendo que es: un espíritu infinitamente perfecto que existe por sí
mismo, y de quien todos los demás seres reciben la existencia.

Se dice:

a) Espíritu, esto es un ser inmaterial, dotado de entendimiento y voluntad como nuestra alma,
aunque infinitamente más perfecto.

b) Infinitamente perfecto, porque tiene todas las perfecciones posibles en grado sumo e
ilimitado.

c) Que existe por sí mismo, porque no ha recibido de nadie la existencia.

d) Y de quien todos los demás seres reciben la existencia. El es el creador de todos los seres; y
en cambio El no ha sido hecho por nadie, pues es el Ser necesario que existe desde toda la
eternidad.

4.1.3 Diferencias entre Dios y la criatura

Las criaturas no poseen su ser por necesidad de naturaleza; de hecho, hubo un momento en
que no fueron y, aunque actualmente son, pudieron no haber sido. Tienen el ser recibido de
otro (en último término de Dios), según el grado y los limites de su propia naturaleza. Dios en
cambio, existe por sí mismo con necesidad absoluta; es el Ser sin limitación. Todo aquello que
es algo -bondad, sabiduría, poder, bello- se encuentra en El, y no de cualquier modo sino en
grado infinito.

4.2 LA ESENCIA DE DIOS

Así como para el hombre el concepto de animal racional define su naturaleza y sirve para
deducir sus otras perfecciones (ser libre, poder adquirir virtudes, etc.), nos planteamos ahora si
habrá en Dios una cualidad que sea la primera y de la que se deriven todas las demás.

Esa cualidad no podrá ser limitada, pues Dios es causa de infinitas perfecciones. Por tanto,
tendrá que definirse a partir de aquello más primario y común de todo ser: y esta cualidad es
precisamente, que t son", que tiene ser. Dios "es", pero no por tener el ser recibido como las
criaturas, sino que "es" por esencia, con imposibilidad radical de no ser - Ya Platón había
vislumbrado que el Ser divino tenía que bastarse a sí mismo; Dios no "tiene" su ser como
nosotros, sino que "es" su ser. Aristóteles demostró claramente la necesidad de un Ser que es
su ser.
Este razonamiento filosófico, que se desarrolla en la 3a. vía de Santo Tomás, encuentra una
confirmación en la Revelación que Dios hace de su Naturaleza: Moisés preguntó a Dios: "¿Cuál
es tu nombre? ¿Quién diré que me envía? Dijo Dios a Moisés: Yo soy el que es (Ego Sum qui
sum). Esto dirás al pueblo: El que "es" (Yahweh) me envía a vosotros" (Exodo 3, 14).

4.3 ATRIBUTOS DE LA ESENCIA DIVINA

Atributos divinos son las diversas perfecciones que distinguimos en Dios; como su Sabiduría,
su Bondad, etc.

Estas perfecciones no son realmente distintas en Dios; y así su Sabiduría no difiere realmente
de su Bondad, ni ambas de la esencia divina, porque Dios es Simplicísimo.

Sin embargo, las llamamos diversas, porque no pudiendo nuestro entendimiento abarcar de
una mirada el cúmulo de infinitas perfecciones de Dios, se ve obligado a distinguirlas para
poderlas estudiar.

La Esencia divina es Unica, Simple, Infinita, Inmutable, Eterna e Inmensa.

a) Unidad

Dios es único, esto es, no puede haber sino un solo Dios, porque la esencia divina es
incomunicable.

Esta verdad consta de muchos lugares de la Sagrada Escritura. Basta citar el primer
mandamiento de la ley: "Yo soy el Señor tu Dios; no tendrás otros dioses delante de Mí" (Exodo
20, 2). Los símbolos de la fe comienzan diciendo: "Creo en un solo Dios".

Concebimos a Dios como Ser Infinito, esto es, que tiene todas las perfecciones. Si hubiera
varios dioses el uno no tendría las perfecciones de los otros, y así ninguno sería Dios. En otras
palabras, es imposible que existan dos seres infinitos.

Se llama idolatría el error que consiste en admitir y adorar varios dioses.

Las causas principales de la idolatría son:

1. La ignorancia y debilidad del entendimiento humano que toma como dioses las
manifestaciones de Dios en la naturaleza.

Especialmente aquellos que le causan admiración o temor, como el sol, el rayo, etc.; o que
tienen relación más directa con la vida y felicidad del hombre, como el fuego, el agua, la paz,
etc.
2. La malicia del demonio que se hace adorar como Dios y lleva a los hombres a adorar los
mismos vicios.

Es deber de todo buen cristiano trabajar con la oración y la limosna por la conversión de los
infieles.

b) Simplicidad

Dios es simple, esto es, no compuesto de partes.

La Simplicidad de Dios implica que Dios no tiene cuerpo, ni cualidades sensibles, ni partes de
ninguna especie. San Juan nos enseiía que "Dios es un espíritu ". Y en otro lugar que "nadie vio
a Dios ni lo puede ver" (Jn. 4, 24; Jn. 1, 18).

En Dios no puede haber partes, porque todo ser compuesto es posterior a las partes que lo
componen. Dios no puede ser posterior a ningún ser, porque es la causa de todos. Luego no
puede constar de partes.

Ejemplos de que todo ser compuesto es posterior a sus partes: en una casa los ladrillos,
piedras, maderas, etc., existen antes que la casa. Primero existen el hombre y el caballo; y entre
los dos forman el jinete, etc.

Cuando la Sagrada Escritura nos habla de los ojos y manos de Dios, etc., emplea un lenguaje
figurado para darnos a entender mejor sus perfecciones y sus obras.

Así para significamos que Dios todo lo sabe, nos dice que. "En todo lugar los ojos de Dios
contemplan a los buenos y a los malos" (Prov. 15, 3). E Isalas pinta con estas grandiosas figuras
el poder de Dios: "¿Quién es aquél que ha metido las aguas del océano en el cuenco de su mano,
y sostiene con sólo tres dedos la mole del universo?" (Is 40, 12).

c) Infinidad

Dios es Infinito, esto es, tiene todas las perfecciones en grado sumo e ilimitado.

La Escritura nos enseña que Dios es la misma sabiduría, "el solo Poderoso ", "el solo bueno ",
"el que da a todas las cosas vida y movimiento"; en una palabra, que tiene to das las
perfecciones en sumo grado.

La razón nos demuestra que Dios es Infinito, porque de no serio podría recibir Más
Perfecciones. Dependería entonces de aquél que se las diera, y, por tal motivo, no sería Dios.

La consideración de la infinita grandeza de Dios, unida al reconocimiento de nuestra miseria y


pequeñez, debe humillarnos profundamente ante El. Este es el sólido fundamento de la
humildad cristiana.
d) Inmutabilidad

La inmutabilidad de Dios consiste en que Dios no está sujeto a cambio ni en su Ser, ni en sus
designios.

Así leemos en Santiago: "Dios, en quien no cabe mudanza ni sombra de variación". (1, 17). Y en
Malaquías: "Yo soy el Señor y no cambio" (3, 6).

Pruebas de razón: a) Dios no cambia en su Ser, porque ni puede adquirir nada nuevo, ni perder
nada de lo que tiene, pues ya no sería infinito. b) Dios no cambia en los propósitos de su
Voluntad, porque todo lo que sucede El lo tenía previsto y determinado desde la eternidad.

Cuando se dice en la Escritura que "Dios se arrepintió de haber creado al hombre", es un modo
de hablar figurado, porque en realidad Dios no puede mudar ni arrepentirse (cfr. Gen. VI, 7).

Mudar o arrepentirse es cambiarse designios; Y el cambio de designios importa el


conocimiento de cosas que antes se ignoraban. Pero Dios desde toda la eternidad todo lo sabe.

La Sagrada Escritura quiere significar simplemente la indignación Dios ante la maldad del
hombre.

e) Eternidad

Consiste en que Dios no ha tenido principio ni puede tener fin.

"Tú, oh Dios, eres desde toda eternidad y por toda la eternidad", dice David (Ps. 89, 2).

Prueba de razón: Dios es eterno porque es el Ser necesario que lleva en sí la razón de su
existencia, y no Puede no existir.

En consecuencia, para Dios no hay pasado ni futuro, sino que todas las cosas están en un
eterno presente ante sus ojos.

Siendo Dios Acto Puro no cabe en Sí la sucesión de tiempos y acontecimientos, como no cabe la
adquisición de nuevas perfecciones. Todo lo abarca de una sola mirada y "mil años son para El
como un día" (Ps. 89, 4).

Siendo Dios Eterno e Inmutable debemos unirnos a El por ser lo único que permanecerá para
siempre. El más funesto engaño de los hombres es cuidar únicamente de lo que pronto
desaparece y olvidarse de asegurar lo eterno.

f) Inmensidad. Presencia de Dios


La Inmensidad de Dios consiste en que está en todo lugar y en todas las cosas: y esto de tres
modos:

a) Por esencia, en cuanto les comunica ser y actividad.

b) Por presencia, en cuanto está en todos los lugares presenciando lo que pasa en ellos.

c) Por potencia, en cuanto conduce todas las cosas al fin que les ha señalado.

No está lejos de cada uno de nosotros, sino que, "en El vivimos, nos movemos y somos"
(Hechos 18, 27).

Dios es Inmenso porque como causa universal de todas las críaturas, debe obrar en ellas para
crearlas, conservarlas y gobernarlas, pues ningún ser puede obrar donde no existe.

Pero Dios no está limitado ni contenido en ningún lugar, aun cuando está en todos los lugares.
Por eso decía Salomón hablando del Templo: "Si el cielo y los cielos no pueden contenerte,
cuánto menos esta casa que he levantado" (III Re. 8, 27).

La presencia de Dios debe movernos a evitar todo cuanto pueda ofenderlo y a hacer todas
nuestras obras dignas de sus divinos ojos. La Esciitura attibuye elpecado al olvido de Dios: "El
impío no tiene a Dios ante sus ojos, por eso su proceder es siempre perverso"; y nos muestra la
virtud como fruto delpensamiento de su presencia. "Anda delante de mí, y serás perfecto"
(Gen. 17, l).

Es también muy expresivo y digno de ser meditado este consejo que daba Toblas a su hijo: "
Ten a Dios en tu mente todos los días de tu vida, y guárdate de consentir en el pecado " (I"ob. 4,
6).

"Los hijos... ¡Cómo Procuran comportarse dignamente cuando están delante de sus padres!

Y los hijos de Reyes, delante de su padre el Rey, ¡cómo Procuran guardan la dignidad de la
realeza!

Y tú. . . ¿no sabes que estás siempre delante del Gran Rey, tu Padre Dios?" (San Josernaría
Escrivá de Balaguer, Camino, n. 265).

4.4 EL ENTENDIMIENTO DIVINO

Como nosotros observamos que el hombre posee inteligencia, hemos de afirmar esta perfección
de Dios, en grado eminente: "Dios es infinito en su entendimiento, en su voluntad y en toda
perfección" (Concilio Vaticano 1, Dz. 1782.)
Dios, pues, posee una inteligencia infinita.

Las propiedades de la inteligencia divina son:

a) pefecta e inmediata: la inteligencia divina no necesita pasarpor la trama de los hechos, a


través del tejido de relaciones y de la multitud de estratos y entrecruces: no necesita encontrar
la solución de un problema para pasar a otro. A los ojos de Dios se halla patente toda la
realidad en toda su cognoscibilidad, hasta en sus más profundas complejidades: " Todas las
cosas están descubiertas a sus ojos"(Heb. 4, 13).

b) comprensiva e inmutable: el conocimiento divino no es pasajero ni superficial; no se detiene


en los aspectos pasajeros de las cosas. Tampoco puede aumentarse o enriquecerse, ni se halla
sometido al peligro de disminuir o desaparecer. No existen en Dios los oscuros estratos del
subconsciente, sino que conoce todo en un estado de conciencia despierta y clarísima.

c) universal: el espíritu humano elige los objetos de su conocimiento, pasando por alto otros o
relegándolos a un segundo plano. El conocimiento divino ni selecciona ni queda reducido a una
simple vista parcial: es universal y absoluto, lo mismo que su Ser.

4.4.1 Conocimiento divino y Libertad humana

¿Cómo se concilia el conocimiento divino con la libertad humana? ¿Un acto que Dios ha
previsto desde toda eternidad no se realiza necesariamente? Entonces ¿cómo puede ser libre?

Daremos dos respuestas a esta importante cuestión:

1a. Nos constan de modo cierto, las dos verdades, a saber, que Dios todo lo sabe, y que el
hombre es libre. Si no vemos cómo se concilian entre sí, no tenemos derecho a negar ninguna
de las dos; tan sólo debemos reconocer la flaqueza de nuestro entendimiento.

2a. Las cosas que Dios prevé (o mejor dicho ve) desde toda eternidad, sucederán
infaliblemente, pero de acuerdo con la naturaleza de cada criatura; esto es necesariamente en
las criaturas irracionales, y libremente en las criaturas libres.

No fuera Dios Sabio si un suceso que debe ser libre de acuerdo con la naturaleza de la criatura,
se tornara fatalmente necesario únicamente porque El lo conoce de antemano.

Explicación: Las cosas que Dios prevé, sucederán infaliblemente porque la ciencia de Dios no
puede fallar; pero sucederán de acuerdo con la naturaleza del ser. Así el sol y la tierra, que no
tienen libertad, obedecen necesariamente las previsiones u órdenes de Dios. Pero el hombre
como ser libre, debe realizarlas libremente.

Si un suceso libre de acuerdo con la naturaleza del ser, se tornara necesario únicamente porque
Dios lo conoce, tendríamos esta contradicción: Dios al mismo tiempo hizo al hombre y no lo
hizo libre.

Lo hizo libre porque le dio la libertad. No lo hace libre, porque al ver de antemano lo que hará,
le quita la libertad.

Semejante contradicción no puede encontrarse en Dios.

4.4.2 La predestinación

¿Cómo contestar la tan conocida objeción: Si Dios tiene previsto que me he de condenar, me
condenaré, sea que obre bien o que obre mal; y si Dios tiene previsto que me he de salvar, me
salvaré, sea que obre bien o que obre mal? Luego, ¿es inútil obrar el bien?

Se puede contestar de tres maneras: indirectamente, retorciendo el argumento; directamente,


mostrando que es contradictoria; y por laexposición de la doctrina católica.

lo. Indirectamente, esto es, volviendo al argumento contra el que me lo hace: El argumento
citado prueba tanto como este otro: Si Dios ha previsto que me he de morir de hambre, me
moriré de hambre sea que coma o que no coma. Luego no debo comer. ¿Quién no ve que este
argumento es falso?

2o. Directamente, haciendo ver que es contradictoria. Esta objeción se basa en una
contradicción evidente: en efecto, si Dios ha previsto que he de salvarme, por lo mismo ha
previsto también que obraré bien. Igualmente si previó que habría dé condenarme, por lo
Mismo tuvo que prever que obraría mal. Pero es un absurdo suponer que Dios haya previsto
que se condene el que obra bien, o que se salve el que obra mal. Esto iría directamente contra
su sabiduría y su justicia.

3o. Exponiendo la doctiina. Dios me ha dado libertad para obrar. Mi salvación o mi


condenación dependen del uso bueno o malo que yo haga de mi 1ibertad. Pero este uso no deja
de ser 1ibre por ser conocido de Dios.

4.5 LA VOLUNTAD DIVINA

Al ser la voluntad una de las perfecciones de la naturaleza humana, hemos de afirmarla -por la
vía de analogía y eminencia- de la naturaleza divina.

Es de fe que en Dios existe una Voluntad infinitamente perfecta (cfr. Conc. Vat. 1, Dz. 1782).

La voluntad es la facultad espiritual e inmanente, que sigue al conocer, y con la cual la persona
-humana, angélica o divina- adquiere algo o alguien.
En Dios -Ser simplicímo-, su obrar se identifica con su esencia, y Por eso -como hemos dicho-
hay una identidad entre su Inteligencia, su Voluntad y su mismo Ser. Es importante no perder
de vista esta importante precisión, para evitar el peligro de hablar o pensar de la divinidad
antropomórficamente.

De esta identificación de la Voluntad con el Ser de Dios, brotan sus propiedades


fundamentales: simple, inmutable y eterna omnipotente, buena y justa.

a) Es simple, porque está exenta de todo lazo interno o externo de dependencia, y en ella no
hay sucesión de actos: su volición es única, aunque los efectos sean múltiples en la esfera de lo
extradivino. De aqui se sigue que no pueda haber contradicción en las consecuencias del querer
de Dios.

b) Es inmutable y eterna, pues se identifica con el Ser divino. No obstante la diversidad de


objetos del querer divino que se desarrolla en la sucesión del tiempo, el querer divino que
ordena toda esa diversidad está siempre inmutable desde toda la eternidad sin sufrir cambio
alguno.

Esta inmutabilidad comporta, sin embargo, una diferencia esencial con el fatalismo, que dice
estar sometido todo a un destino ciego y necesario, sin tener en cuenta para nada la actividad
humana. La doctrina católica no excluye la Providencia divina ni el juego de la libertad
humana; no impone a todos los seres la necesidad de obrar, sino que predispone las causas
necesarias para la producción de efectos necesarios, y las contingentes o libres para la
producción de efectos no necesarios.

c) Es omnipotente. La Omnipotencia de Dios consiste en que con solo su Voluntad puede hacer
todo cuanto quiere.
Dice la Sagrada Escritura: " Todo cuanto quiso el Señor lo hizo en el cielo, en la tierra y en los
abismos" (Ps. 134, 6).

La razón nos certifica la Omnipotencia de Dios, porque es Infinito. Si su poder fuera limitado,
Dios no sería Infinito, y dejaría de ser Dios.

Advertencias:

a) La Voluntad de Dios está como la nuestra, dotada de libertad. Pero la Libertad de Dios es
infinitamente perfecta, y así no está sometida a las imperfecciones y deficiencias de la libertad
humana, la mayor de las cuales es poder pecar, esto es, elegir el mal. Dios, como perfectísimo
que es, es impecable.

b) Dios no puede morir, porque el poder morir, lejos de ser una perfección de la voluntad, es
una grave deficiencia y limitación del poder.
c) Dios no puede hacer un círculo cuadrado, porque esto es una cosa absurda, que envuelve
contradicción en sí misma, y que ni siquiera podemos concebir.

La Omnipotencia divina debe movernos a poner en Dios toda nuestra confianza. "No confiéis,
dice la Escritura, en los hombres, porque vuestra salvación no está en manos de ellos. Dichoso
el que pone su esperanza en Dios" (Ps. 117, 9, 145, 2; Jer. 17, 5, 7).

d) Buena y justa

La Bondad es un atributo que mueve a Dios a amarse a Sí mismo, y en sí a todas las criaturas y
a colmarlas de beneficios.

Todas las páginas de la Sagrada Escritura están llenas de testimonios de la infinita bondad de
Dios para con sus criaturas, especialmente con el hombre. Hasta tal punto la bondad existe en
Dios, que el mismo Salvador nos la señala como atributo exclusivo de El: "Nadie es buenosino
sólo Dios" (Lc. 18, 19).

La bondad reviste en Dios de diversas formas, y según ellas, toma nombres diferentes. Se
llama:

a) Amor cuando es un afecto de su voluntad lo inclina a buscar nuestro bien;

b) liberalidad cuando se manifiesta por obras y beneficios;

c) gracia cuando no dispensa auxilios sobrenaturales;

d) ternura o compasión cuando se compadece de nuestras necesidades;

e) paciencia y mansedumbre cuando tolera a los malos y se demora en castigarlos;

f) misericordia o clemencia cuando perdona nuestros pecados.

Para corresponder a la infinita bondad de Dios, debemos:

a) agradecer sus beneficios y pagarle Amor con amor;

b) pedirle confiadamente las gracias necesarias y el perdón de nuestras culpas.

Inmensa diferencia existe entre el Dios verdadero y los dioses del paganismo, entre la religión
cristiana y las falsas religiones. Estas, aún en los pueblos más civilizados, están llenas de
ignominia. Los dioses eran mentirosos, crueles, vengativos, lujuriosos y llenos de todos los
defectos. Muchas veces llegaron a ser la personificación de los vicios; así entre los griegos y
romanos, Venus era la diosa de la impureza, Baco de la embriaguez, Mercurio del hurto,
Némesis de la venganza, etc.; y el modo de honrarlos, era imitarlos y entregarse a los más
abominables excesos.

¡Qué distinto se muestra nuestro Dios! El es espejo purísimo de santidad; aborrece todo mal,
ya sea el error, que es el mal del entendimiento, ya el vicio, que es el mal de la voluntad . Es
modelo de todas las virtudes; y todos deben imitar su Santidad si quieren gozar de El, porque a
su cielo nada entra manchado. En fin, ha dejado a su Iglesia numerosos medios de expiación y
santificación que todos podemos y debemos aprovechar para nuestro perfeccionamiento.

De la excelsa bondad divina se sigue que Dios es infinitamente justo.

La justicia de Dios consiste en que "retribuye a cada cual según sus obras", premiando al bueno
y castigando al malo (cfr. Prov. 2, 14).

Al hablar de la Providencia explicaremos por qué Dios permite en el mundo los males y el
pecado.

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 Dios en la plaza pública


 Reconciliación y nostalgia de Dios

 Busca y encontrarás

 El fin de la existencia del hombre

 Servir a Dios y a los demás

 Creación del Hombre: Una Operación Quirúrgica en un Corazón Inmóvil

 La sexualidad ordenada por Dios

 Microreflexiones 1

 No creo en Dios, soy ateo

 Eucaristía: Cautivo del amor

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