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Los Apuntes de

Salubridad e Higiene de
Francisco Javier Sáenz de Oíza
Los Apuntes de Salubridad e Higiene de
Francisco Javier Sáenz de Oíza

editor CÉSAR MARTÍN GÓMEZ

edición T6 EDICIONES, S.L.


dirección JUAN MIGUEL OTXOTORENA
director ejecutivo JOSÉ MANUEL POZO
diseño gráfico CARLOS BERIÁN
MARÍA EGUARAS
EDUARD CODINACHS
IZASKUN GARCÍA
dibujo BEATRIZ CABALLERO ZUBÍA
ESPERANZA CALZADA VICENTE
MIGUEL CASTILLO LÓPEZ
MARÍA EGUARAS MARTÍNEZ
LUIS GRACIA ARNILLAS
ELENA LACILLA LARRODÉ
NATALIA MAMBRILLA HERRERO
ÁLVARO SANTABARBARA MORERA
JAVIER UGARTE ALBIZU

distribución BREOGÁN DISTRIBUCIONES EDITORIALES


Calle Lanuza, 11, 28028 - MADRID
impresión GRAPHYCEMS
Polígono Industrial San Miguel, Villatuerta, Navarra
depósito legal NA-3519-2010
ISBN 978-84-92409-20-4

T6 EDICIONES, S.L.
Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad de Navarra
31080 Pamplona. España. Tel. 948/425600. Fax 948/425629 spetsa@unav.es

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta


publicación, incluyendo el diseño de cubierta, puede reproducirse,
almacenarse o transmitirse de forma alguna, o por algún medio,
sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de
fotocopia sin la previa autorización escrita por parte de la
propiedad.
Los Apuntes de
Salubridad e Higiene de
Francisco Javier Sáenz de Oíza

4 Presentación. Dos buenas razones para una publicación


José Manuel Pozo
8 Prólogo. Sáenz de Oíza. El Sol y el Aire
Eduardo Mangada
12 Introducción. No es cuestión de minutos...
José Manuel Pozo
16 Acerca de los Apuntes de Salubridad e Higiene de Francisco Javier Sáenz de Oíza
César Martín Gómez
32 Criterios de publicación de los Apuntes
César Martín Gómez / María Eguaras / Elena Lacilla / Natalia Mambrilla

36 Textos y gráficos de los Apuntes


Francisco Javier Sáenz de Oíza
José Manuel Pozo
Presentación
Dos buenas razones para una publicación
Esta edición de los Apuntes de salubridad e higiene de Francisco Sáenz de
Oíza se ha preparado en el marco del VII Congreso Internacional de Historia
de la Arquitectura Española Contemporánea, dedicado al estudio de los viajes
de los arquitectos en relación con el desarrollo de la arquitectura en España en
el siglo XX.

No hay duda de que el viaje de Sáenz de Oíza, estrechamente ligado al


contenido de esta obra, sería ya motivo y pretexto suficiente para publicarla,
por tratarse de uno de los más conocidos y celebrados de cuantos se hicieron
entonces, tanto por el protagonista y el momento en que tuvo lugar, como por
el destino y objeto del viaje, pero, sobre todo, por sus consecuencias; ya que
aquella estancia americana marcó de modo inequívoco el arranque de la tra-
yectoria docente del arquitecto navarro, que, a su regreso a España, derrocho
energía y entusiasmo en la Escuela de Arquitectura de Madrid, de la que llegó
a ser director, forjando su prestigio no desde la docencia brillante y estelar de
los proyectos, sino a partir de las instalaciones, transmitiendo con generosidad
lo aprendido en Estados Unidos, y manteniendo, con respecto a la arquitectu-
ra y su responsabilidad hacia ella, un discurso nunca acomodaticio y débil, sino
atrevido, defendiendo sin rebozos la necesidad del compromiso arquitectóni-
co y la excelencia profesional y reclamando a ese respecto con contundencia
de la sociedad que “alguna vez tendría que tomar conciencia de que, efectiva-
mente, la masa es la masa y la minoría es la minoría. Punto”.

Cuestión esta última que, como la docencia de Oíza y su misma obra,


cobra especial relieve ahora, cuando la medianía se generaliza y llena las escue-
las, haciendo presagiar los más funestos efectos sobre el organismo de nuestra
arquitectura, enfermo, aunque aún no postrado.

“Mi estancia americana me planteó el tema de la arquitectura como problema de pro-


yecto y como problema no resuelto. Toda una situación que no había esperado. Yo,
hombre de formación humanística y artística, fundamentalmente, me encuentro allí con
el esplendor del hecho técnico que arrasaba con todos mis supuestos anteriores, y la
aclimatación fue un shock tremendo”.

Comentario que evoca indudablemente el conocido aserto miesiano: nos


negamos a reconocer problemas de forma; reconocemos sólo problemas de
construcción. Algo que ahora también va contra corriente, al igual que la exi-
gencia de excelencia, porque inventar formas, a fin de cuentas, es fácil: lo difí-
cil es hacer arquitectura con ellas.

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Porque una cosa es la arquitectura de verdad, que tal vez hay que ir a bus-
car muy lejos, como en este caso; y otra los ejercicios, virtuales o imaginados,
que uno puede hacer en su casa, sin compromiso y sin cliente, ideando formas
bonitas; pero no podemos confundir la arquitectura, sólida y con espesor, por
fuera y por dentro, con los vapores arquitectónicos de la arquitectura digital,
por muy novedosos que parezcan; una cosa es la arquitectura en el papel y
otra la ‘arquitectura’ de papel.

Habría que recordarles a muchos hoy en día el camino que apuntaba Sota:
que estudien la arquitectura de Breuer, la de Gropius,… y que aprendan el
valor de un muro y la importancia de abrir un hueco en una pared: “que estu-
dien mucho antes de fingir que hacen arquitectura porque han olvidado lo más
importante: que el arquitecto no es un prestidigitador o un dibujante de sue-
ños sino aquél que posee unos conocimientos técnicos que el hombre necesi-
ta para resolver sus problemas de habitación”, (Oíza, 1993). Pero hoy, como
decía muy oportunamente Llano, nos exigen que enseñemos mucho inglés y
mucha informática aunque estemos persuadidos de que lo que hace falta es
fomentar el conocimiento de las matemáticas y el latín.

Por eso pienso que es muy pertinente terminar esta presentación recor-
dando lo que César Martín Gómez, impulsor y artífice de esta edición, relata-
ba durante su intervención en el V Congreso, cuando se refirió precisamente
a la curiosidad tecnológica de Sáenz de Oíza, que ilustró contándonos como el
día que llegó a Estados Unidos “se alojó en un hotel en cuya habitación había
un estor que podía bajarse o subirse completamente o que con un pequeño
tirón lateral podía ajustarse a la altura deseada. Un elemento sencillo hoy en
día pero que Oíza no había visto nunca. Se puso tan nervioso al no compren-
der su funcionamiento que bajó a una tienda a comprar un destornillador, vol-
vió a la habitación y desmontó el estor completamente mientras hacía los
planos de las diferentes piezas que lo formaban; después volvió a montarlo a
la vez que dibujaba los planos de montaje”.

La plata de Manises ya no es plata, y no podrá responder a todo lo que


se espera de ese metal; la arquitectura debe serlo sin apellidos; si para hacer
arquitectura hemos de agruparnos bajo el toldo de un subgénero como ‘vir-
tual’, ‘fresca’, o similar… que sirva para justificar la adscripción de nuestro que-
hacer al mundo de la arquitectura, es que ya no estamos hablando de
arquitectura; al menos no de la arquitectura fuerte en la que pensaba Oíza;
aquélla que se sentía capaz de hacer cuando se atrevía a apropiarse de la
audaz máxima lorquiana: “romperé todos los partenones por la noche y los
levantaré por la mañana”; que es en lo que pensaba cuando enseñó lo que
enseñó y dijo lo que dijo.

Esta sociedad débil, buenista, necesitaría unas escuelas de arquitectura fuer-


tes para levantar cabeza y, respondiendo con audacia al maestro de Aquisgrán,
atrevernos a decir que ha llegado el momento heroico de cambiar la voluntad
de esta época con los nuevos espacios de la arquitectura, porque no quere-
mos resignarnos a lo que parece inevitable; si como decía Oíza “los pueblos
tienen la arquitectura que se merecen y los arquitectos somos meros instru-
mentos”, debemos rebelarnos; y pienso que aún es posible, porque como
apuntaba Berlage a comienzos del siglo pasado “si es cierto que el arte pro-
viene de la cultura, esto es, que refleja la vida espiritual de los tiempos a los

6 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


que el artista da forma, entonces cuando el artista se aparta de los caminos que
ya existen debe producirse un gran cambio social”; no debemos por tanto
resignarnos y contentarnos con hacer una arquitectura menor, y enseñar a
hacerla, porque la sociedad esté en crisis, y “el pueblo quiera fútbol en vez de
arquitectura”, como señalaba el propio Oíza, porque antes o después ese mis-
mo pueblo “descubrirá que sin arquitectura se siente infeliz“, y si fuese así sería
porque nosotros habríamos fallado, e incluso nos será reclamado como falta,
que la masa es masa también para eso, para buscar culpables.

Por eso también publicamos esta obra, para que no olvidemos cómo lle-
gamos hasta aquí y podamos continuar atreviéndonos de noche con los par-
tenones que nos rodean.

Pamplona, mayo de 2010

PRESENTACIÓN. DOS BUENAS RAZONES PARA UNA PUBLICACIÓN 7


Eduardo Mangada
Prólogo
Sáenz de Oíza. El Sol y el Aire
Desde los primeros cursos en la Escuela de Arquitectura de Madrid tuve
la fortuna de poder trabajar, como aprendiz, junto a dos grandes arquitectos:
Francisco Sáenz de Oíza y José Luís Romany. ¿De quién aprendí más? Nunca
me he planteado esta cuestión. Sólo puedo decir que a los dos les debo gran
parte de lo que sé sobre el oficio de arquitecto y, más aún, el compromiso pro-
fesional y ético con la arquitectura.

Con independencia de mi relación ‘laboral’, con Sáenz de Oíza tuve la


doble suerte de poder asistir a sus clases como alumno cuando el gran arqui-
tecto nos explicaba, con rigor y entusiasmo, las nociones fundamentales sobre
salubridad e higiene. Para Oíza, hablar de las instalaciones de un edificio no se
limitaba a describir, calcular y dimensionar un sistema de desagües o fontane-
ría, de calefacción o soleamiento, todo ello era Arquitectura, todo ello se liga-
ba con la estructura, con las plantas y alzados, como partes inseparables del
proyecto y construcción de un edificio. Todo era digno de atención, formando
parte inseparable del arte de construir. Todo ello imponía un alto rigor a la
hora de proyectar, exigía una visión sistémica del edificio. Huesos, venas y piel.

Pero dentro de este paquete disciplinar y académico cobraban especial


importancia para Sáenz de Oíza el sol y el aire. El edificio frente al espacio. El
soleamiento como fuente de calor y luz. El aire, como ventilación, salubridad y
confort. De este doble interés surgió la idea (por no decir necesidad) de redac-
tar unos apuntes que recopilasen los conocimientos e instrumentos más actua-
les en aquel momento, en gran medida acumulados en el acervo profesional
de Oíza, y sistematizados mínimamente para provecho de los alumnos y, por
qué no, de los profesionales.

Como alumno y como ‘aprendiz’, el maestro me pidió (yo diría que me


otorgó el honor) que le sirviera de ayudante en la tarea de recopilación de
fuentes, redacción de textos y figuras para la edición de aquellas páginas. Hoy,
al volver a poner mis ojos sobre estos Apuntes, me embarga una enorme emo-
ción, un intenso sentimiento de amistad y agradecimiento hacia Francisco Sáenz
de Oíza. Ver en un mismo documento, por minúscula que sea, mi letra y mis
trazos, aún titubeantes, frente a los más firmes y sabios del maestro, es moti-
vo de satisfacción y orgullo.

Toda la gestación de estos Apuntes debió desarrollarse en los años 57-58


del siglo pasado, en una España escasa de documentación técnica y teórica
sobre la nueva arquitectura. Una España aislada, autárquica, en la que los viajes

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al extranjero de los que serían nuestros maestros (de la Sota, Molezún,
Romany, etc.) eran escasos pero ávidos y absorbentes de lo nuevo que ocu-
rría en el mundo. En este sentido y en lo que se refiere al interés de Oíza por
las instalaciones, la salubridad y la higiene, la concepción más técnica de la
arquitectura, surge en gran medida de su primer viaje a EE UU, sin olvidar lo
que algunos arquitectos racionalistas anteriores a la guerra civil habían ya ade-
lantado en estas materias. Merece señalarse con emoción la reproducción en
la página XV de un ábaco debido a Manuel Sánchez Arcas1.

La publicación de estos Apuntes por la Universidad de Navarra, en home-


naje a Sáenz de Oíza, permite resaltar su gran actualidad. Oíza fue siempre un
arquitecto moderno, acumulador de una enorme cultura (la “tradición ilustra-
da” que defendiera T. S. Eliot), indagador de su mundo y adelantado frente a
un posible futuro.

Ahora que tanto se habla de “sostenibilidad y de ahorro energético”, con-


vendría no devaluar estos conceptos transformándolos en manifiestos oportu-
nistas para encubrir malas políticas o panfletos publicitarios para llenar de
quincalla tecnológica mercantilizada nuestros edificios. La sostenibilidad requie-
re solidez, duración y austeridad; la eficiencia energética quiere edificios bien
localizados (Vitrubio, tan querido por Oíza), bien orientados y bien construi-
dos. Y aquí las lecciones y, más aun, la actitud de Sáenz de Oíza al proyectar
un edificio, son modélicas en su modernidad y señalan el camino correcto para
responder desde la disciplina, sin contaminaciones político-culturales oportu-
nistas o mercantilistas, a las exigencias que nos plantea este planeta (incluyen-
do las ciudades y las costas españolas) si queremos vivir en paz con él, hoy y
mañana.

Sáenz de Oíza, desbordante, apabullante y a veces provocador, siempre


conservó y utilizó su enorme cultura y capacidad, incluso inventiva, técnica,
como parte nuclear de sus proyectos. La torre del BBVA, en la Castellana, para
mí el más hermoso de los edificios modernos de Madrid, es un ejemplo de
concepción integral de un edificio, desde la estructura a su fachada, concebida
esta última como una piel compleja y sensible a la luz el sol.

Madrid, marzo de 2010

10 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


1. Apuntes de Salubridad e Higiene, p. 54.
Nota del Editor.

PRÓLOGO. SÁENZ DE OÍZA. EL SOL Y EL AIRE 11


José Manuel Pozo
Introducción
No es cuestión de minutos...
Estas líneas que me dispongo a escribir para acompañar la publicación de
los Apuntes escritos por Sáenz de Oíza para sus clases en la Escuela de Arqui-
tectura de Madrid, me ofrecen la posibilidad de exponer, a la sombra de la con-
sideración de su contenido técnico geométrico, algunas ideas inusuales, e
incluso actualmente incómodas, en los ámbitos académicos españoles. Que me
atrevo a hacer con el aval de la calidad y autoridad incuestionable de la obra
arquitectónica de ese arquitecto navarro, a la que añadiré la de otro, también
navarro, y al que luego me referiré.

No puedo ocultar que me decepcionaron un poco algunas de las últimas


obras de Sáenz de Oíza; esperaba bastante más de Torre Triana, del Palacio
de Festivales y de la Universidad Pública de Navarra; pero aunque esas obras
‘menos felices’ no restarían autoridad al maestro navarro, indudablemente ha
sido para mi un motivo de honda satisfacción contemplar el Museo de Alzuza,
hecho para recoger la obra de Oteiza, en el que las ideas, convicciones y magis-
terio de Sáenz de Oíza recuperan toda su fuerza y su autoridad, materializados
en una obra espléndida que además de un regalo para su tierra es el broche
de oro que su trayectoria necesitaba. También sobre ese edificio he tenido que
escribir hace poco, para otra obra acerca de la arquitectura navarra del siglo
XX que está preparando esta misma editorial; y puedo decir que ha sido un
encargo con el que he disfrutado mucho.

Como también con éste, ya que no puedo dejar de expresar mi conten-


to, al comentar estos Apuntes de las clases de Sáenz de Oíza, por poderme
acoger a la sombra de un magisterio de tanto prestigio para reivindicar desde
ella la importancia de seguir enseñando en las escuelas lo que ya no se quie-
re enseñar ni aprender, porque cuesta; y la necesidad de seguir defendiendo
que el conocimiento de cómo son las cosas es más importante que el cono-
cimiento del como aparecen o para qué sirven. Y que la arquitectura es algo
muy serio, que exige hábitos mentales que no surgen solos y que hay que
educar para desarrollarlos, tarea en la que se requieren específicas cualidades
en el binomio docente-discente, para la que no todos sirven; ni para una cosa
ni para la otra, por más que la sociedad no lo quiera aceptar. Cuando hace
poco oí a un alumno o, como diría Sota –y a mí me gusta–, a un arquitecto
no del todo formado, que ya no era imprescindible pensar en el movimiento
del Sol porque los programas informáticos permiten iluminar ‘los 3D’ a la hora
y el día que quieras, mi corazón de arquitecto y mi mente de profesor de geo-
metría reaccionó con desagrado; no sé si él lo notaría, pero pensé: que pena,
un arquitecto menos.

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Imaginarse a Sáenz de Oíza procurando por la mañana que sus alumnos
entendiesen como se ‘mueve’ el Sol, y trabajando en el proyecto de Torres
Blancas o en el de la Capilla en el Camino de Santiago por la tarde, debería
hacer reflexionar a muchos que jamás harán tanto como él como arquitectos,
pero que sin embargo se atreven a considerar superado lo que él y sus con-
temporáneos enseñaron mientras proyectaban aquella arquitectura admirable.

Porque además, esos apuntes rebelan que la de Oíza no era una docencia
cualquiera, apresurada, encaminada a proporcionar recetas, tablas y gráficos
mediante los cuales, uno llega a ‘saber calcular la posición del sol’: él quería que
sus alumnos supieran cómo se movía la Tierra y cómo actuaba el Sol sobre ella.
Era una enseñanza concienzuda, seria, acerca de una cuestión aparentemente
menor, hoy despreciada; qué más da, se piensa, si hoy en día la calefacción y el
aire acondicionado, los vidrios tintados o los estores motorizados podrán
remediar los desajustes de luz y de temperatura que se deriven de no haber
tenido en cuenta el sol. El “sine sole non si fa architettura” de Sartoris adquie-
re acentos de gran intensidad al repasar los Apuntes de Sáenz de Oíza. Así, por
ejemplo, sorprende que recoja las declinaciones específicas del sol de los años
1957 a 1960, sin conformarse con un dato genérico para todos ellos, aunque
las variaciones máximas son de siete minutos entre los valores extremos de
esos años. El detalle no requiere comentarios.

Puedo decir que yo aún sigo explicando a mis alumnos –no creo que por
mucho tiempo– a localizar el sol, a entender y diseñar un reloj de sol y a des-
cubrir los prodigios que la luz opera en los edificios todos los días dándoles una
apariencia nueva cada hora. Eso es arquitectura, y pienso que Sáenz de Oíza y
Sota aprobarían también que luche porque entiendan la geometría de los ele-
mentos que la componen. Triste pobreza y vana ilusión la de una generación
que aspira a continuar el espíritu que inspiró el Partenón pero no sabe ensi-
mismarse ante la perfección y misterio de los sólidos platónicos, pues ni sabe
cuales son ni mucho menos se interesa por dibujarlos o construirlos, y ha deci-
dido no estudiarlos porque eso ya no sirve para nada. Con eso no se ganan
concursos; es más práctico dedicar ese tiempo a aprender a manejar los pro-
gramas que nos permitan ilustrar los planos al modo de los arquitectos de
moda; y cuanto más incomprensible sea el resultado, mejor.

Bendita inutilidad la de los conocimientos que sólo transmiten sabiduría y


acercan por esa vía al dominio del mundo y a la apreciación de la belleza ver-
dadera, que si es superficial, es efímera y sólo será duradera si es esencial, inte-
rior. Aunque mercantilmente ésta muchas veces sirva para poco. Pero soy
también de los que opinan que el conocimiento y “el carácter valen más que
los metales preciosos, la influencia o el bienestar”, como apuntaba hace poco
el filósofo Alejandro Llano.

Me referí antes a otro arquitecto; viene a cuento hablar de él porque,


como Oíza, es navarro; y como él tiene preocupación por el medio ambiente,
el buen uso de los materiales, la economía y el compromiso social que reflejan
estos apuntes. Pero sobre todo me interesa porque como Oíza él también
comenzó su docencia lejos de donde ha llegado y tal vez por eso está donde
está, que es bien arriba; me refiero a Pachi Mangado, cuya obra me resulta muy
familiar y que, siendo de una calidad incuestionable, cuando comenzó su anda-

14 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


dura profesional hace muchos años, al término de la carrera, después de estu-
diar económicas a la par que arquitectura, dudó si dedicarse a la docencia de
las estructuras, para cuyo cálculo se había mostrado especialmente dotado, en
vez de a la de proyectos. Parece que acertó no haciéndolo, pero no sé que
parte de la actitud miesiana, berlagiana con la que acomete los proyectos, se
pueda haber acentuado o desarrollado merced al empeño puesto en aquella
formación, que otros, más artistas, desprecian “porque no piensan dedicarse a
eso” y porque ahora ya hay programas que resuelven esas y otras cuestiones.
Y es cierto, como también hay otros programas que permiten componer
‘música’ o escribir ‘poesía’. También en lo que hace Mangado quiero amparar-
me, pensando así que aún, por un tiempo, hay sombras que nos protegen, por-
que la arquitectura más excelente sigue la estela intelectual de Oíza, y no se
vende fácilmente.

Por eso también, más que dedicarme a comentar detalladamente los


aspectos geométricos del contenido de las páginas que siguen, me ha pareci-
do más provechoso dedicar este espacio a reivindicar la actitud docente que
traslucen y el mantenimiento de la excelencia universitaria para la formación de
arquitectos, y reclamar para los maltrechos planes de estudio la recuperación
de las imprescindibles inutilidades y los conocimientos técnicos y científicos que
se están eliminando de ellos en busca de lo eficiente –cada vez hay menos
matemáticas, menos física, menos dibujo, menos geometría–; si todo lo que se
explica ha de ser útil para algo, y además todo lo dificultoso se consigue sor-
tear o eliminar, la universidad degenerará definitivamente en academia.

Considero un deber para un profesor esforzarse por no explicar siempre


todo de tal modo que sus alumnos nunca se vayan pensativos a casa porque
todo está claro y es evidente: si los alumnos deben superarnos y llegar más lejos
que nosotros –a eso debemos aspirar– es preciso que ellos y nosotros apren-
damos, por sus dudas, lo que aun no sabemos, y será con ese intercambio como
todos llegaremos más lejos cada día. Ellos y nosotros debemos explorar el terre-
no aun sin pisar. Es la actitud que pide el alto valor de la educación; pero para
esto hoy en día hay que ser muy valiente, “al servicio de la excelencia” (A. Lla-
no). Qué triste ignorancia la de quien desprecia lo que enseñaron los autores
de las obras a las que aspiramos a acercarnos. Que tristeza dilapidar siglo y
medio de tradición docente y evolución positiva en beneficio de la masa.

No he hablado apenas de las cuestiones tratadas en estos Apuntes, como


las relativas al medio ambiente, a la naturaleza, los vientos, la humedad y el
CO2, que se exponen en sus páginas sin alharacas, sin tremendismos, con natu-
ralidad. Las cosas son así; sin pretender algo equivalente a presentarse con una
rueda en la mano como invento de última generación en el campo de la movi-
lidad. Merece la pena desde luego leerlos, escudriñarlos y pensar: ¡y esto era lo
que enseñaba Oíza!; y aprender; yo desde luego he aprendido; aunque no creo
que me sirva de mucho porque no me dejarán enseñarlo.

Sáenz de Oíza tituló sus notas Apuntes de salubridad e higiene. Pero yo


pienso que les hubiese venido mejor un título más clásico como El hombre y
el mundo. Confort y naturaleza. Y tal vez reeditarlos sea una buena idea, aun-
que el problema es que no está Sáenz de Oíza, y no sé si nos queda valor para
sustituirle, porque hoy en día en las escuelas todos quieren ser profesores de
proyectos, porque tienen todos mucho que enseñar, y prisa por hacerlo.

INTRODUCCIÓN. NO ES CUESTIÓN DE MINUTOS... 15


César Martín Gómez
Acerca de los Apuntes de Salubridad e
Higiene de Francisco Javier Sáenz de Oíza
El origen de la investigación teórica que ha conducido a la publicación de
este libro en el que se recoge el contenido de los Apuntes de Salubridad e
Higiene de Francisco Javier Sáenz de Oíza, requiere de una breve contextuali-
zación previa.

Cuando decidí, hace ya más de diez años, orientar mi actividad profesional


y docente no al diseño arquitectónico puro, sino sólo a algunos de sus com-
ponentes, concretamente a las instalaciones y los sistemas energéticos de los
edificios y empecé a trabajar con ingenieros especialistas de este área, pude
comprobar que el mundo de la Arquitectura y el de la Ingeniería, aunque con-
vivían, no se entendían (en la mayor parte de las casos) como debían.

Además sucedía que los conocimientos sobre instalaciones, energía, calidad


del aire... recibidos durante los años la carrera de Arquitectura, aunque inten-
sos para quien quería aprovecharlos, quedaban muy lejos de los que tenían
sobre estas materias los ingenieros.

Con el ánimo de ahondar en estas cuestiones técnicas, comencé la bús- 1. Portada del ejemplar de los Apuntes de
queda de artículos técnicos, libros... que permitieran su aprendizaje desde una Salubridad e Higiene conservado en la Biblio-
teca de la ETSA de la UPM. Como triste
perspectiva arquitectónica. Y descubrí que apenas había algunas referencias muestra del olvido en el que han caído estos
bibliográficas que cumplieran estos requisitos. Es cierto que las excepciones Apuntes, incluso el nombre del maestro
Oíza aparece mal escrito.
eran brillantes: Olgyay, Giedion, Banham y su The architecture of the well-
tempered environment, o el magnífico El Capitán Etéreo y otros escritos de
Fuller, pero todas ellas eran extranjeras, y tal vez estaban demasiado centra-
das en el ámbito arquitectónico, con un contenido técnico carente de la pro-
fundidad de los tratados de la ingeniería. Estas fuentes bibliográficas del área
de la ingeniería, como los manuales de ASHRAE, o los textos de Carrier, Piz-
zetti... se centraban en las necesidades de las máquinas y los equipos, enten-
diendo los edificios nada más que como la necesaria envolvente para
albergarlos.

En esta búsqueda de bibliografía técnica, encontré, casi por casualidad, un


conjunto de fotocopias, unas escritas a mano, otras a máquina, algunas apenas
legibles... encuadernadas con una sencilla espiral de alambre y un texto en su
primera página que dice “APUNTES. SALUBRIDAD E HIGIENE. FRANCICO
[sic] JAVIER SAENZ DE OÍZA”. Eran fotocopias de un material docente reali-
zado durante el curso 57-581, hace más de cincuenta años en la ETSAM, y que 1. De acuerdo con el testimonio de E. Mangada.
me sorprendió desde la lectura de las primeras páginas, tanto por el interés de 2. En aquellos años los alumnos también recibí-
an clases sobre electricidad pero no con Sáenz
los contenidos como por la claridad con que se exponían2. de Oíza. Ídem.

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Para tratar de comprender el contexto en que se redactaron los Apuntes,
porqué se prepararon de este modo y cómo se realizó la selección de los con-
tenidos, recurrí a la familia de Sáenz de Oíza3 y a Eduardo Mangada, quien había
colaborado en la elaboración de los Apuntes.

Eduardo Mangada trabajó en el estudio de Romany y Oíza siendo estu-


diante de arquitectura, e incluso Oíza fue su profesor de la asignatura de “Salu-
bridad e Higiene”. Durante el tiempo que estuvo en el estudio ayudó
activamente a Oíza a preparar estos Apuntes y, de hecho, se observa una
doble caligrafía que corresponde a Oíza y al propio Mangada.

POR QUÉ PUBLICAR LOS APUNTES DE SÁENZ DE OÍZA

Desde aquel primer momento en que tuve la oportunidad de estudiar los


2. Francisco Javier Sáenz de Oíza, 1948. Apuntes, y durante varios años, he podido constatar el interés del contenido
de esas páginas, y el objeto de esta publicación es ofrecer –a aquéllos que de
verdad quieran aprender, como señala en la introducción José Manuel Pozo–
una documentación técnica del pasado, que sigue siendo aplicable hoy en día,
y que nunca debería haber caído en el olvido pues, como dice Eduardo Man-
gada, su reedición “seguirá prestando un magnífico soporte disciplinar para los
estudiantes de arquitectura”4.

Más allá del mero interés histórico-técnico, estos textos pertenecen a uno
de los maestros de la Arquitectura española del siglo XX, y se puede decir que
incluso es parte de la obra escrita de un maestro de maestros, aunque sólo
existen unas fotocopias en las que alguien escribió mal su nombre. ¿Cómo es
posible que esta magnífica recopilación de cálculos de iluminación natural, sole-
amiento, comparativas técnicas de caudales de ventilación, de ‘factores de ven-
tana’... no esté publicada y al alcance de estudiantes y profesionales de la
Arquitectura?

3. Primera página del artículo "El vidrio y la Preguntado al respecto Eduardo Mangada, señala que “la causa de su olvi-
arquitectura", Revista Nacional de Arquitec- do o ausencia en el uso académico la desconozco y no soy capaz de averiguar
tura, 129-130, sep.-oct., 1952, p. 11.
o sospechar quién o qué pudo ser la causa de este desprecio”5.

En mi opinión, el texto de José Manuel Pozo que abre esta publicación


ofrece una inteligente (y triste, por real) reflexión que también ha de tenerse
en cuenta.

La calidad de los Apuntes ya la reseñaba también Fullaondo hace veinte


años al hablar de que “cuando surgió el tema del Doctorado en Arquitectura
se planteó el problema de qué hacer con tantos arquitectos, de largos años de
trayectoria que debían ahora someterse a un ejercicio que, acaso, les cogía un
tanto desentrenados, digamos. Y se buscó la solución de poder optar al Doc-
3. Concretamente a su hijo Javier Sáenz y a su
viuda, heredera legal de los derechos intelectua- torado, presentando simplemente un proyecto de edificio. […] La inmensa
les y que ha permitido amablemente su utiliza- mayoría se acogieron a ese expediente, [sin embargo] Sáenz de Oíza tenía
ción como base bibliográfica para esta
publicación. capacidad, formación, textos, todo, para hacer una brillante tesis, por ejemplo,
4. Testimonio de E. Mangada, 17 marzo 2010. eso que menciono sobre el pie decimal. O desarrollar un poco sus Apuntes de
5. Ídem. Salubridad. Podía haber presentado cincuenta espléndidas tesis. Pues no. Y
6. FULLAONDO ERRAZU, Juan Daniel, La bici- obtuvo el Doctorado, creo, con el proyecto de vivienda en Talavera. Nunca he
cleta aproximativa. Conversaciones en torno a
Sáenz de Oíza, Ed. Kain, 1991, pp. 59-60. terminado de entenderlo”6. Es decir, los contemporáneos de Oíza pensaban

18 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


que los Apuntes que había creado eran tan interesantes, que le hubieran per-
mitido alcanzar el grado de Doctor sin necesidad de recurrir a ninguna de sus
obras construidas, pues los Apuntes tenían tanto valor, en cuanto a conoci-
miento teórico implícito, como las obras de otros arquitectos.

El interés de los contenidos de los Apuntes, como se verá más adelante,


está en cómo condensan sobresalientemente los conocimientos e inquietudes
intelectuales de Sáenz de Oíza, y permiten entrever las interesante clases que
recibían sus alumnos, pues Oíza se emocionaba, y emocionaba, con la explica-
ción del detalle de estas cuestiones7.

Tal vez la reedición de estos Apuntes sirva para confirmar lo que sus alle-
gados ya sabían, y es que Sáenz de Oíza iba más allá de títulos y premios, pues
su pasión era la Arquitectura nacida desde el pensamiento y, me atrevo a afir-
mar, que tal vez su vocación última era la de aprender cada día enseñando a
otros.

ORIGEN DE LOS APUNTES

Los años cuarenta y cincuenta fueron los años de los viajes a Estados Uni-
dos para la formación de muchos técnicos y arquitectos españoles, entre los
que se incluye Sáenz de Oíza, que viajó a Estados Unidos entre octubre de
1947 y noviembre de 1948 con la Beca Conde de Cartagena de la Real Aca-
demia de Bellas Artes de San Fernando, que le otorgaron por tener el mejor
expediente académico de su promoción8.

Aunque Oíza nunca relató su estancia en Estados Unidos, ni siquiera a sus


familiares o amigos, sí rememoraba sucesos puntuales del viaje o incluía en sus
clases referencias a los edificios que había visto, y en todo caso es un viaje que
dejó una huella imborrable en el perfil técnico del arquitecto9.

Oíza siempre demostró una enorme curiosidad tecnológica. Admiraba el 4. Esquemas de F. J. Sáenz de Oíza en los que
mundo de la máquina, de todos aquellos elementos cuya forma procediera de plantea el paralelismo entre el sistema ner-
vioso del hombre y un sistema de control de
la depuración tecnológica, desde una bicicleta a un barco. Era una pasión que climatización. RNA, op. cit, p. 19.
mantendría en el futuro, pero que se inició y consolidó en Estados Unidos.

Durante el viaje, Oíza ocupó su tiempo en diversas tareas: compró revis-


tas tecnológicas americanas como medio para profundizar en las técnicas y
construcciones que descubría cada día; y se dedicó a analizar mediante dibujos
las similitudes entre el funcionamiento del cuerpo humano y diferentes siste- 7. Así por ejemplo, un día hizo dibujar a los
alumnos en la pizarra un dibujo del saneamiento
mas implantados en los edificios, lo que constituye un modo iconográfico muy de un inodoro y ante uno de esos dibujos dijo
interesante para mostrar los conceptos básicos requeridos por estos sistemas. “¡Qué hermosura!”. Los alumnos se sonreían con
este tipo de afirmaciones pero es que a Oíza le
En todo caso, esta línea de comparaciones entre las máquinas y la Naturaleza entusiasmaban las implicaciones de la pureza de
(no sólo con el hombre, recuérdese su “nada tan pájaro como el moderno y los esquemas funcionales de las instalaciones, del
entendimiento de la ingeniería como necesario
mecánico avión”) sólo eran metáforas de las que se valía Oíza para entender vector de creación de arquitectura.
a posteriori lo que debía explicar la propia disciplina arquitectónica. 8. VV.AA. Francisco Javier Sáenz de Oíza, Pro-
naos, Madrid, 1996, p. 3.
9. Cfr. MARTÍN GÓMEZ, César. “El viaje de
Se podría resumir su estancia en Estados Unidos diciendo que “Oíza viaja- Sáenz de Oíza a Estados Unidos (1947-1948)”.
ba y absorbía conocimientos, como una esponja”10, e incluso con sus propias Actas preliminares del V Congreso Internacional
Historia de la arquitectura moderna española,
palabras la conclusión del viaje es precisa: en América aprendió a aprender, y T6 ediciones, 2006, pp. 151-166.
cómo para resolver un problema, en ocasiones, hay que plantearse otro 10. Testimonio de E. Mangada, 25 octubre 2005.

ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 19


mayor11. Cuestiones éstas, fundamentales para comprender el contenido de los
Apuntes como más adelante se verá.

En 1952 Carlos de Miguel, entonces director de la Revista Nacional de


Arquitectura, le pidió que escribiera un artículo que Sáenz de Oíza tituló “El
vidrio y la arquitectura”12. Se trata de un artículo que refleja el momento inte-
lectual que entonces estaba viviendo el autor. Es un artículo en el que habla de
muchas cuestiones: su visión del estado de la Arquitectura, nuevos materiales
aplicados a la construcción, el aislamiento acústico o el desarrollo teórico de la
inmisión térmica por soleamiento en los edificios. El tratamiento que da a los
conceptos expuestos (hace casi medio siglo) hace que a pesar del tiempo
transcurrido, siga siendo un artículo con plena vigencia. Después de este artí-
culo, Oíza no llega a escribir muchas otras cosas.

En primer lugar porque en este artículo expuso sobresalientemente sus


preocupaciones, teorías y conocimientos tecnológicos y constructivos en tér-
minos académicos; un segundo motivo lo constituye la realidad de que la
acción y la reflexión no son siempre compatibles: Sáenz de Oíza tuvo una
intensa vida profesional que más adelante no le permitiría encontrar el tiempo
y la tranquilidad de ánimo que requiere la escritura de un texto tan denso. Por
último, porque a partir de esa fecha, su principal esfuerzo de investigación teó-
rica lo volcó en la redacción de los Apuntes de Salubridad e Higiene para sus
clases en la Escuela de Arquitectura de Madrid.

Esta labor como profesor se inicia en 1949, cuando Sáenz de Oíza comen-
zó a impartir clases de “Salubridad e Higiene” en la Escuela de Arquitectura de
Madrid, actividad que mantuvo hasta 1961; un magisterio de doce años al que
dedicará gran parte de su tiempo13. Se dedica a la enseñanza de instalaciones
en edificación pero a él nadie le había enseñado esta disciplina14. Se trata de un
autoaprendizaje que se gestó en la fascinación por los sistemas y las tecnologí-
as que Oíza descubrió en Estados Unidos.

Oíza, que comenzó como profesor de “Salubridad e Higiene” y no de


“Proyectos”, impartía las materias de calefacción, fontanería y saneamiento, de
las que Eduardo Mangada comenta que acabó sus estudios sabiendo dimen-
11. Francisco Javier Sáenz de Oíza, op. cit, p. 19. sionarlas, y cree que el resto de estudiantes también, gracias a la capacidad de
12. SÁENZ DE OÍZA, F. J, “El vidrio y la Arqui- cálculo de Oíza, demostrada con el hecho de que en el estudio él mismo o sus
tectura”, Revista Nacional de Arquitectura, 129-
130, sept-oct 1952, pp. 11-67. colaboradores dimensionaban los circuitos de fontanería, saneamiento y cale-
13. Quien es profesor sigue siendo alumno y, facción, desde una torre de viviendas de doce plantas a una urbanización.
por tanto, se mantiene vivo. Fuí profesor de
‘Salubridad e Higiene’: la arquitectura utilitaria de
mi país no funcionaba, los grifos no daban agua, La redacción de los Apuntes comenzó en el curso 1957-58, y se utilizaron
los desagües se obturaban; durante diez años
expliqué la asignatura, hablando del sol, del agua
en la ETSAM durante al menos cinco años después de su redacción, publicán-
y de la importancia del control de medios para dose siempre en formato de hojas fotocopiadas15.
la creación de la forma habitacional; ésta era la
lección primera del programa; terminaba el cur-
so y yo seguía en la lección primera […]. No he
tenido maestro...”. El Croquis 32/33, Madrid,
2002, p. 4. CONTENIDO DE LOS APUNTES
14. Sus recuerdos de los profesores de la carre-
ra eran sobre todo para los profesores de ‘His-
toria del Arte y de la Arquitectura’. Testimonio Para la publicación de los Apuntes se ha tomado como base uno de los
de E. Mangada, 25 octubre 2005. dos ejemplares existentes en la Biblioteca de la Escuela de Arquitectura de la
15. Testimonio de E. Mangada, 17 marzo 2010. Universidad Politécnica de Madrid16. Curiosamente, la materia en la que apare-
16. También hay que añadir que estos Apuntes ce recogido el ejemplar utilizado es “Ingeniería sanitaria”. Nótese que muchos
no recogen todas las hojas que se escribieron y
dibujaron. Ídem. de los libros que se vienen publicando en los últimos años que tratan sobre

20 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


estas cuestiones (lamentablemente en muchos casos sin igualar su profundidad
técnica) están catalogados en las áreas de ‘sostenibilidad’, ‘eficiencia energética’,
‘arquitectura bioclimática’. Una misma realidad, con dos lecturas distintas en el
tiempo.

Al igual que en sus clases, Oíza hace alusión en los Apuntes a multitud de
temas, desde el estudio de sombras de un grupo de viviendas en Chicago al
análisis de la zona de bienestar fisiológico del hombre o las consideraciones
sobre caudales de ventilación en función del uso de los locales.

Los contenidos de los Apuntes los arropó Oíza con una amplia bibliogra-
fía técnica, fundamentalmente estadounidense, en la que destacan tres libros
que manejaba habitualmente en su estudio: Sun and shadow. The philosophy
of an architect de Marcel Breuer; Instalaciones en los edificios de Charles
Marrick Gay y Charles de van Fawcett, que versa sobre fontanería, saneamien-
to, distintos sistemas de calefacción, electricidad e incluso acústica; Time-Saver
Standards, un recopilatorio de soluciones arquitectónicas que abarca desde las
medidas para el armario de un matrimonio a las dimensiones de una celda y a
las aplicaciones de los tipos de plásticos existentes en ese momento.

Es más, los Apuntes constituyen en sí mismos una continua referencia a 6. Estudios de huecos con una misma trans-
libros técnicos estadounidenses y europeos. Oíza se vale de los datos de esas misión calorífica y fachadas de igual compor-
tamiento en la transmisión de la radiación
obras para exponer de manera unificada los fundamentos de la materia que solar empleando esquemas de superficies
está explicando. No son en ningún caso datos excluyentes los de unos libros equivalentes. RNA, op. cit, p. 40.
con respecto a los de otros, sino que expone simultáneamente los datos y cri-
terios de diferentes autores para que el lector pueda comprobar cuáles son las
opciones disponibles y las indicaciones que sobre el tema tratado plantean dis-
tintos autores.

El índice de los Apuntes de Salubridad e Higiene, tal y como aparece en la


documentación consultada, es el siguiente:

CARTAS SOLARES 7. Portadas de los libros Instalaciones en los


Estudio del sol - Valores de la declinación edificios (conocido como Gay-Fawcett por
el nombre de sus autores) y Time-Saver
Coordenadas solares Standards, dos de los libros de referencia de
Tablas solares - Azimut y altura del sol entre 0º y 7º Sáenz de Oíza, y en los que también se abor-
dan algunos de los temas que aparecen en
Cartas solares - Expresión analítica
sus Apuntes.
Cartas de Fisher
Cartas de Fisher-Mattioni
Cálculo de la zona soleada de un local de orientación conocida a una hora determinada
Cartas solares para España. C. Fisher-Mattioni - zona sur 37º 30´
Cartas solares para España. C. Fisher-Mattioni - zona central 40º 0´
Cartas solares para España. C. Fisher-Mattioni - zona norte 42º 30´
Soleamiento de locales diversamente orientados-Verano
Soleamiento de locales diversamente orientados-Invierno
Cartas cilíndricas
Cartas solares para España. C. Cilíndrica - zona sur 37º 30´
Cartas solares para España. C. Cilíndrica - zona central 40º 0´
Cartas solares para España. C. Cilíndrica - zona norte 42º 30´
Gráfico auxiliar de las cartas cilíndricas para el estudio de soleamiento de fachadas
Aplicación de las cartas cilíndricas al estudio de soleamiento de fachadas

ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 21


Carta solar de Hand (de proyección equidistante)
Reloj de sol horizontal
Corrección horaria
Soleamiento sobre modelo reducido
Carta reloj de sol horizontal para España
Separación de cuerpos en la edificación
Influencia de la orientación y topografía
Estudio de sombras en grupo de viviendas (Chicago)

CALOR SOLAR
Soleamiento efectivo
Espectro solar
Energía solar
Radiación directa y difusa. Sus valores
Radiación directa incidente sobre una superficie cualquiera
Estudio de la radiación solar sobre fachadas
Calor de radiación solar que atraviesa una pared
Calor por transmisión que atraviesa una pared
Calor total que atraviesa una pared
Radiación solar
Calor de radiación solar que atraviesa una ventana
Energía solar total de radiación solar recibida
Tablas de ganancias de calor por radiación solar a través de superficies radiadas
Gráficas de radiación solar a superponer con cartas solares de Hand

ILUMINACIÓN NATURAL
Iluminación solar
Curvas de sensibilidad del ojo humano
Tablas de niveles mínimos de iluminación
Tabla de conversión de lux en factores de iluminación
Factores de que depende la iluminación natural de un local
Métodos de cálculo
Tabla de reflexión media de los colores
Método del diagrama de Waldram. Su construcción
Modo de empleo del diagrama de Waldram
Iluminación sobre un plano vertical
Diagrama de Waldram modificado por Sáenz de Oíza
Ábacos de Duffton para determinar el factor de iluminación
Método del rendimiento para determinar la iluminación media horizontal en el inte-
rior de un local
Tabla de valores del factor de ventana
Aplicación del método del rendimiento mediante el empleo de ábacos
Ábaco para iluminación natural en calles
Ábaco para iluminación natural en patios

EL AIRE
El aire. Viciación del aire
El proceso de respiración
Tablas de ventilación aconsejable
Ventilación por infiltración - Tablas
Dimensiones y volúmenes de los locales
Volumen de aire a suministrar

22 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


Diagrama de Mollier y la modificación de las características físicas de aire 8. Carta solar de Fisher - Mattioni para Espa-
Un ejemplo típico de ventilación ña, zona central (40º 0’ N). Apuntes de salu-
bridad e higiene, p. 15.
Clima y fisiología
Bioclima
El concepto de temperaturas. Zona de bienestar
Viento
Obtención de la fórmula del calor total de transmisión que atraviesa una pared
Sección de huecos y chimeneas para ventilación

En los cuatro bloques en que están divididos los Apuntes (Cartas Sola-
res, Calor Solar, Iluminación Natural y Aire) los dibujos y tablas están reali-
zados a mano, incluso en aquellos casos en que se podrían haber elaborado
con herramientas tan sencillas como un compás, un cartabón y una escuadra.
Los textos, también a lo largo de todos los Apuntes, intercalan páginas escri-
tas a mano con otras a máquina.

En el primer bloque se recoge información sobre el sol, fundamental-


mente en formato de cartas solares como las de Fisher, o revisando el cál-
culo de la zona soleada de un local de orientación conocida a una hora
determinada. También se analiza el empleo de las cartas solares para las tres
latitudes más características de España, o se estudia el soleamiento de loca-
les con distintas orientaciones tanto en verano como en invierno.

ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 23


9. Carta solar cilíndrica para España, zona
norte. Apuntes de salubridad e higiena, p. 24.

10. Estudio de sombras sobre modelo redu-


cido, en un grupo de viviendas multifamilia-
res, en Chicago (Bauen + Wonhen. Ene.
1957). Apuntes de salubridad e higiene, p. 32.

En este bloque Oíza primero recoge también su conocimiento sobre las


cartas cilíndricas, referidas, igual que las de Fisher-Mattioni, para las zonas nor-
te, central y sur de España, además de un gráfico auxiliar de las cartas cilíndri-
cas para el estudio de soleamiento de fachadas o la aplicación de estas cartas
al estudio de soleamiento de las fachadas.

Por último, también dedica un espacio a la descripción de un reloj solar


horizontal, así como al estudio de la separación entre edificios en un entorno
urbano para asegurar su correcto soleamiento, señalando incluso la influencia
de la topografía.

En el segundo bloque, “Calor solar”, trata del soleamiento efectivo (solea-


miento teórico + condiciones del lugar), el espectro solar y la energía solar
atendiendo a la radiación directa y difusa.

24 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


A partir de estos puntos, desarrolla cuestiones como la radiación directa 11. Tabla de ganancias de calor por radiación
incidente sobre una superficie cualquiera, el calor de radiación solar que atra- solar a través de superficies vidriadas. Apun-
tes de salubridad e higiene, p. 46.
viesa una pared, el calor por transmisión que atraviesa una pared y el calor total
que atraviesa una pared.

En los últimos apartados de este bloque se trata acerca del calor de radia-
ción solar que atraviesa una ventana o la energía solar total de radiación solar
recibida, además de exponer tablas de ganancias de calor por radiación solar a
través de superficies vidriadas (en este caso el estudio está tomado directa-
mente de la bibliografía estadounidense citada).

El tercer bloque de contenidos de los Apuntes se centra en la iluminación


natural. Aquí Sáenz de Oíza habla de la iluminación solar, de las curvas de sen-
sibilidad del ojo humano, de las tablas de niveles mínimos de iluminación, las
tablas de conversión de lux en factores de iluminación y de los factores de los
que depende la iluminación natural de un local.

También expone métodos de cálculo diversos, incluyendo una tabla de


reflexión media de los colores, la descripción de la construcción y empleo del
diagrama de Waldram, de cómo resolver la iluminación sobre un plano verti-
cal, de los ábacos de Duffton para determinar el factor de iluminación en un
punto cualquiera del interior de un local, ofrece una tabla de valores del factor
de ventana para un edificio de diez plantas en una calle de una determinada
anchura (tomados del Manuale dell'Architetto) y ábacos para la iluminación
natural en calles y patios.

ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 25


12. Estudio de la iluminación natural en un El último bloque tal vez sea el que mejor aglutine los contenidos de los
espacio interior. Apuntes de salubridad e anteriores, y el que más interesó y preocupó a Sáenz de Oíza, como se des-
higiene, p. 56.
prende de la lectura de las líneas con las que abre esta sección:
13. Valores de oxígeno consumido y de CO2,
vapor de agua y calor desprendido por el
EL AIRE, elemento esencial de la salubridad.
hombre según distintos autores. Apuntes de
salubridad e higiene, p. 71.
Un mar de Atmósfera envuelve la Tierra, haciendo posible la vida de seres y plantas.
14. Página 28. Tablas con caudales de venti-
lación en diferentes tipos de locales.. En este
caso la letra pertenece a Eduardo Mangada. En la naturaleza las exigencias de aire puro están siempre garantizadas. Pero la civiliza-
En las cuatro tablas se recogen los siguientes ción lleva a la vida confinada en estrechos recintos urbanos y a la permanencia conti-
datos: límites inferiores de ventilación (Riets-
chel), valores aconsejables de ventilación nuada en locales cerrados. El polvo, el humo, los gases de vehículos, hogares e
(Hood) y ventilación aconsejable (ASHVE industrias, impurifican constantemente la atmósfera. Las habitaciones se abren a patios
Guide - Rumor). Esta recopilación sobre los
reducidos donde no llega el efecto vivificante de la brisa o el viento, o ventilan a calles
criterios de ventilación de diferentes autores,
continúa siendo válida hoy en día para un cál- congestionadas de tráfico donde se acumula el polvo y los gases exhalados por moto-
culo aproximado de estos caudales a la hora res o industrias cada vez más numerosos. La respiración se realiza así en atmósferas
de predimensionar los equipos de ventila-
ción. Apuntes de salubridad e higiene, p. 73. malsanas, viciadas, y la consecuencia a largo plazo es la fatiga y, lo que es más grave, la
pérdida definitiva de condiciones físicas. Hay infinitas pruebas concluyentes que lo con-
15. Página 29. “Carta bioclimática en zonas firman, y que reclaman del arquitecto una atención extraordinaria para permitir que la
de clima templado, latitud media 40º N y has-
ta 300 m. sobre el nivel del mar”. En esta vivienda y la ciudad disfruten de aire puro en toda su plenitud haciendo posibles las
tabla aparecen reflejados los puntos de bie- mejores condiciones para la vida de los hombre y las planta.
nestar para Madrid, Málaga y Bilbao. Apuntes
de salubridad e higiene, p. 13.
Un autor recuerda, y no debiera olvidarse nunca, que el hombre vive en el aire como
el pez en el agua17.

En este cuarto bloque aborda conceptos como la ‘viciación’ del aire, el pro-
ceso de respiración, la ventilación recomendable, el volumen de aire a suminis-
17. Apuntes de salubridad e higiene, p. 68. trar, el diagrama de Mollier y la modificación de las características físicas del aire.

26 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 27
28 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA
ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 29
Al final se refiere al clima y a la fisiología, comentando lo que Sáenz de Oíza
denomina bioclima y que le sirve para hablar del concepto de temperaturas,
de la zona de bienestar y del viento.

Como profesor, en numerosas ocasiones debo responder a los alumnos


sobre cuál es el número que deben aplicar para calcular determinada sección,
caudal... y he de responder con un incómodo “depende” (tanto para el profe-
sor como para el alumno), pues la respuesta está en función de la normativa
nacional, autonómica, y en ocasiones incluso municipal, como si las condiciones
de seguridad y de bienestar del hombre fuesen distintas en cada caso. Estas
posibilidades se multiplican si se pasan a desarrollar proyectos a escala interna-
cional. Esta preocupación ya la tenía hace décadas Sáenz de Oíza y así la trans-
mitía a sus alumnos. Es decir, no daba valores únicos para resolver los problemas
asociados al aire, sino que mostraba las distintas posibilidades según diversas
fuentes bibliográficas. Con este planteamiento obligaba a sus alumnos a pensar.
Es decir, no han de confiar en uno u otro número sin más, sino valorar las dis-
tintas posibilidades, analizar por qué un autor dice una cosa, y otro autor otra,
y con todos estos datos seleccionar la mejor opción para cada proyecto.

LECCIONES DE LOS APUNTES

Los Apuntes de Salubridad e Higiene de Sáenz de Oíza contienen una serie


de lecciones que han de valorarse desde una triple perspectiva: El entendi-
miento de la figura histórica del maestro; la docencia de estas cuestiones en las
Escuelas de Arquitectura; su aplicación en el ejercicio profesional del arquitecto.

Respecto al conocimiento de la figura del maestro, Sáenz de Oíza ilustraba


su visión de la Arquitectura, tanto en sus clases como en los Apuntes, con un
grifo, con el saneamiento de un inodoro o atendiendo al movimiento del sol
que había reflejado en sus cuidados estudios en forma de cartas solares para
diferentes latitudes en España. Cartas solares que le cautivaban, pues le intere-
saba el comportamiento del Sol en relación a las fachadas de los edificios18. Es
interesante esta actitud con otras, como por ejemplo la de Neutra, quien igual
se detenía en sus proyectos en el diseño del interruptor de la luz del baño
que calculaba las necesidades de aire en un cuarto de baño19. Salvando las dis-
tancias entre ambos, Oíza trataba de aplicar la inteligencia y el método como
principales herramientas para el análisis y resolución de los problemas, ya que
para él el diseño de las instalaciones era inseparable de la concepción global
del edificio. Por tanto, puede afirmarse que estos Apuntes enriquecen la lec-
tura que debe hacerse de la Arquitectura de Sáenz de Oíza, y tal vez de la
buena arquitectura en general, si atendemos a lo que decía un contemporá-
neo suyo, Alejandro de la Sota en 1963: “Las instalaciones hoy son más arqui-
tectura que la arquitectura misma, ya que transforman y conforman”.

En lo que se refiere a la docencia de la radiación solar, la iluminación, la


ventilación... en las Escuelas de Arquitectura, parece que ningún plan de estu-
18. "Aunque luego no tuviera en cuenta estas dios nacido al amparo del actual Proceso de Bolonia ha de olvidar estas cues-
cartas en el trabajo del día a día". Testimonio de tiones. La pregunta que debe plantearse es por qué han estado olvidadas
E. Mangada, 25 octubre 2005.
19. LAMPRECHT, Barbara, Neutra, Taschen,
durante tanto tiempo en muchas escuelas de Arquitectura de nuestro país y,
Köln, 2004, p. 7. lo que es más preocupante, por un importante número de arquitectos.

30 LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA


Para Oíza estas materias no eran adicionales al proyecto, no eran materias
‘bioclimáticas’ o ‘sostenibles’ que debieran enseñarse en las Escuelas de Arquitec-
tura en función de lo que dijera una legislación educativa u otra, eran herramien-
tas necesarias para el proyecto y así se encargaba de trasladarlo a sus alumnos. Es
cierto que la lectura de los Apuntes resulta en ocasiones desestructurada o fal-
ta de cohesión pero –en mi opinión– Oíza jugaba con un concepto de traba-
jo propio de la Arquitectura que Rafael Serra resumiría acertadamente años
después diciendo que: “Nada es solución única, rígida y estática; el control del
ambiente exige un cierto descontrol y no se puede hacer simplemente ‘inge-
niería del ambiente’, sino que cualquier acercamiento técnico-numérico debe
entenderse como un complemento de lo que llamaríamos ‘arquitectura del 16. Fachada norte del Banco de Bilbao, don-
ambiente’, enfoque global del diseño, en el que la persona receptora del mis- de se aprecia como para permitir la mayor
iluminación natural de los locales, la pérgola
mo pasa a ser el primer factor a considerar. […] En el ambiente, en los climas de protección solar se transforma en la pasa-
de la arquitectura, no hacen más que reflejarse, otra vez, todas las dualidades rela mínima necesaria para los trabajos de
mantenimiento.
de la vida humana”20.

Tal vez la más clara aplicación de los conceptos tratados en los Apuntes al
trabajo del arquitecto, la hará el propio Sáenz de Oíza en la sede del Banco de
Bilbao en Madrid. En los Apuntes, Oíza recogía de diversos modos la influen-
cia del soleamiento en las fachadas de los edificios según su orientación. Estos
conocimientos adquiridos durante sus años de formación, transmitidos duran-
te su experiencia docente, los condensa en el Banco de Bilbao, décadas des-
pués, cuando debió resolver la ejecución de un edificio exento que, a pesar de
su imagen unitaria, responde de forma óptima a las solicitudes de cada orien-
tación. Sobre este ejemplo hay mucho escrito21, y baste tan solo recordar aquí
el diseño de la fachada oeste, con una protección solar diferenciada que atien-
de incluso a las edificaciones existentes previamente.

Por tanto, la interiorización de Oíza de los conceptos fundamentales que


requiere la Arquitectura le permite llegar a este edificio sobresaliente que, allá
por el año 78, cuando se estaba desarrollando el proyecto (antes de la NBE-
CT-79, hace más de treinta años), se planteaba ya como edificio “todo eléctri-
co” que no contaminara. Tan lejos y tan cerca de la actual moda por lo
bioclimático... cuando lo único que pretendió Oíza era aplicar la racionalidad, la
inteligencia y el sentido común a un proyecto, sin adjetivos adicionales.

Es más, las instalaciones de este edificio muestran cómo incluso se puede


hacer Arquitectura desde el aire acondicionado, entendiendo éste como una
materialización de la energía. Todas estas lecciones muestran cómo el conoci-
miento transmitido en los Apuntes sigue siendo perfectamente actual, lo cual
habla de su utilidad. Por lo que una vez llegados a este punto, debemos repe-
tir la pregunta que se formulaba al inicio: ¿Por qué estos Apuntes cayeron en
el olvido? ¿Por qué ha habido que esperar varias décadas para la publicación en
el formato que se merece un material tan interesante?

Un motivo acude rápidamente a nuestra mente: el habitual desinterés de los


propios españoles por su historia, y en este caso particular, de los mismos arqui-
tectos por la memoria técnica de la arquitectura española. Deseamos que esta 20. SERRA, Rafael, Arquitectura y climas, Ed.
publicación sirva para reparar de algún modo los olvidos del pasado y, sobre todo, GG, 1999, p. 19.
y lo que creemos que más gustaría a Sáenz de Oíza, que sirva –modestamente– 21. Cfr. VVAA. Banco de Bilbao. Sáenz de Oíza,
Departamento de Proyectos, ETSAM - UPM,
para contribuir a la mejor formación de los profesionales de la Arquitectura. 2000.

ACERCA DE LOS APUNTES DE SALUBRIDAD E HIGIENE DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA 31

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