de la copa de vino blanco sobre esa sencilla mesa de palmera, caminamos juntos de la mano entretegiendo tus masculinos y fuertes dedos entre los mios, los cuales mostraban fragilidad y una lijera esencia femenina, sentia como apretabas entre mis deseos aquella desesperada necesidad a que perteniera la noche, unicamente esta noche a nosotros dos.
Subimos al elevador, inmedianmente cerraron aquellas frias
puertas, oprimiste un solo boton, y comenzaron a fluir los mas profundos y exitantes deseos carnales. comenzaste por besar mis ojos, con tu lengua acariciabas mis parpados mientras dejabas tu sensual humedad en mi.
sostenias mi cintura, aprentandola y sujetandome cada vez
mas cerca, hasta sentir tu exitado sexo sobre mi muslo que se fugaba por la entrepierna, mientras comenzaba a gemirte y a implorarte el hacernos y sentirnos vivos el uno al otro.
tu mano bajo de mi espalda a mi firme y exitado gluteo, y mientras
de mis parpados a mis labios, lento ibas bajando, tu barbilla sobre mi cuello erizaba mi piel estremeciendo mis mas escondidos instintos.
Las rasposas llemas de tus dedos, iban dejando tu esencia en cada
uno de mis recovecos, dejabas misteriosamente ese oscuro anhelo que nos invadia, sobreponias ese mar de nuevo, y la marea subias hasta casi sentir que pudiese alcanzar aquel sombrio cielo.