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LECTURAS DE 4A SEMANA
INFORMATIVA DE ENERO 2017
COORDINACIÓN: EQUIPO DE INSUMISOS LATINOAMERICANOS

WWW.INSUMISOS.COM

«pánico moral» (que, según la definición comúnmente aceptada de la


expresión, tal como la recoge la Wikipedia inglesa, hace referencia a «un
temor extendido entre un gran número de personas que tienen la sensación
de que un mal amenaza el bienestar de la sociedad»/ Z. Bauman, 2016

Cuando muere un pensador


POR MARIZA BAFILE ·@MBAFILE ·
https://www.viceversa-mag.com/cuando-muere-pensador/

Durante pocas horas la noticia de su muerte encabezó las páginas de los diarios más importantes
del mundo occidental. Solo pocas horas. Inmediatamente después cayó en el olvido, tras la marea
de otras informaciones que se alternan sin pausa para satisfacer la voracidad de una audiencia a la
que queda cada vez menos tiempo para profundizar. Es así como, en el momento de su muerte, el
filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman quien falleció a la edad de 91 años, ha dado la más profunda
demostración de toda su filosofía. La modernidad líquida que, según sus teorías, define la
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actualidad en contraposición con la modernidad sólida del pasado, no frenó su carrera ciega ni por
un momento. Y su muerte, que deberíamos haber vivido como un luto colectivo, ha pasado casi
desapercibida.
Sin embargo hoy más que nunca es importante recordar el pensamiento lúcido, sereno, profundo
de Bauman. Su legado nos permite entender nuestro tiempo y nos puede ayudar a contrarrestar
males inevitables, a superar miedos irracionales y finalmente a construir una sociedad que
merezca ser definida así.
Bauman no juzgaba, analizaba; y sus análisis son el espejo de una humanidad que, en la medida
en que pierde estructuras estables, se vuelve presa fácil de los temores que infunde lo
impredecible. Los seres humanos han luchado para romper estructuras y lo han logrado. Eso los
vuelve más libres pero también más frágiles. Al disolver las estructuras todo se vuelve líquido y en
esa liquidez los personalismos son protagonistas.
El filósofo polaco ha reflexionado durante su larga vida sobre esas temáticas, estudiando hasta qué
punto han cambiado las relaciones personales y laborales. La globalización, según él, es el gran
motor del tren que ha destruido límites, derribado barreras y cancelado certezas acentuando
divisiones y desigualdades. El consumismo sin frenos, sin ética, ha dejado de lado a quienes no
logran mantener el ritmo vertiginoso con el cual se mueve el mundo del trabajo. Nos resulta
siempre más difícil vernos en el otro y eso alimenta nuevos miedos. Es este uno de los puntos del
pensamiento de Bauman que consideramos de mayor interés. Reflexionar sobre la raíz de
nuestros temores nos puede ayudar no solamente a manejarlos sino a limitar el poder de los
populistas que los utilizan para justificar políticas xenófobas y racistas. Bauman habla de los
miedos que no logramos identificar, miedos que al no tener asideros de donde aferrarse, también
se vuelven líquidos y en consecuencia particularmente amenazantes. En su ensayo Miedo líquido.
La sociedad contemporánea y sus temores escribía:
“El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos,
sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que
deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar
concreto. ‘Miedo’ es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con
respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla“.
La necesidad de buscar justificaciones y culpables es el fértil terreno en el cual echan sus semillas
envenenadas los falsos profetas quienes ofrecen unas y otras, apuntando el dedo acusador hacia
toda diversidad.
La pérdida de un bienestar tan anhelado cuan inestable, destruye todo sentimiento de solidaridad y
favorece la tendencia a erigir nuevas y más profundas separaciones. Muros en lugar de puentes
para dejar de escuchar a la humanidad que escapa del hambre, la guerra, la barbarie. Como bien
explicaba Bauman los emigrantes son la imagen viva de la fragilidad de la existencia humana. Ese
río de seres humanos que deja atrás unas vidas arrasadas por la devastación de lo impredecible,
encarna todos los miedos que quitan el sueño a quienes viven en contextos aparentemente más
estables y prósperos pero que en la realidad son extremadamente vulnerables e inseguros. Para
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muchos, dejar de ver el dolor, encerrarlo en ghetos, parece ser la mejor receta contra los males de
su vida diaria y la inestabilidad del futuro.
El peligro de esa actitud está bajo los ojos de todos, sus consecuencias pueden ser devastadoras
tanto en los países en vías de desarrollo como en los más desarrollados. Estados Unidos es el
ejemplo más evidente.
Bauman durante toda su vida no se ha cansado de alertarnos contra los peligros de nuestra
modernidad líquida. Si lo olvidamos, si permitimos que la muerte nos arrebate su pensamiento
además de su cuerpo, con él morirá también una parte de nosotros, quizás la más importante, esa
que nos ayuda a reconocernos como seres humanos de un mismo mundo, a asumir
responsabilidades, a no temerle al otro, a entender que sin solidaridad destruimos nuestro futuro
porque “cuando un ser humano sufre indignidad, pobreza o dolor, no podemos tener certeza de
nuestra inocencia moral”.

Extraños llamando a la puerta


Zygmunt Bauman
Primer capítulo solamente
http://static0.planetadelibros.com/libros_contenido_extra/35/34082_Extranos_llamando_a_la_p
uerta.pdf

ZYGMUNT BAUMAN / SOCIÓLOGO


“Para aquellos que han sido abandonados, los bárbaros son los salvadores”

http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10460/Bauman-Trumpentrevista-desconocido-protesta-
miedo.htm
Para Zygmunt Bauman, decano de los sociólogos europeos y uno de los
pensadores contemporáneos más influyentes, la victoria electoral de Donald
Trump es un síntoma preocupante: refleja el divorcio entre el poder y la
política del que deriva un vacío que tiende a ser colmado por quienes prometen
soluciones fáciles e inmediatas a problemas complejos y sistemáticos, echando
mano de la rica reserva de la retórica populista.
Trump --explica Bauman a L’Espresso-- ha sabido jugar hábilmente la carta del
forastero y del hombre fuerte, combinando una política discriminatoria con el
énfasis en las angustias económicas de los ciudadanos americanos, derivadas
del paso de un modelo económico inclusivo a un modelo que excluye, margina
y crea verdaderos exiliados. Trump se ha presentado como antídoto a la
incertidumbre de nuestros tiempos, pero en realidad es un veneno —según
Zygmunt Bauman— por el cual la victoria del empresario estadounidense
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parece predecir el riesgo de que los mecanismos tradicionales de tutela


democrática sean sustituidos por la “aglutinación del poder en modelos
autoritarios”.
La respuesta mayoritaria entre la “izquierda liberal”, tanto en Europa como en
Estados Unidos, frente al éxito electoral de Donald Trump es el miedo. “Es un
momento de grandes riesgos”, “la victoria de Donald Trump cuestiona el
modelo democrático occidental”, nos llevará “a una nueva etapa política, una
política posneoliberal, posfin de la historia, que ningún otro presidente
imaginable”, “la elección de Donald Trump como presidente es nada más y
menos que una tragedia para la república estadounidense, para la
Constitución…”. ¿Está de acuerdo con este tipo de respuesta apocalíptica?
Las visiones apocalípticas afloran siempre que la gente penetra en el “gran
territorio desconocido”: estar seguro de que nada, o no mucho, seguirá siendo
como hasta ahora, y que no se tiene ningún indicio sobre lo que puede suceder
o sobre lo que posiblemente sustituirá lo que dejamos atrás.
Las reacciones a la victoria de Trump, como bien sabe, fueron instantáneas y
prolíficas, pero sorprendentemente todas fueron consensuales, muy parecido a
lo que sucedió en el caso del brexit, e interpretaron el voto por Trump como
una protesta popular contra el poder establecido y contra las élites políticas del
país, hacia las cuales una gran parte de la población ha madurado una creciente
frustración por haber desatendido las expectativas y por no haber mantenido
las promesas realizadas. No sorprende que tales interpretaciones hayan sido
comunes entre los liberales, que son los que tienen los mayores intereses en
mantener las actuales estructuras de poder.
ESTAMOS SIENDO TESTIGOS DE UNA EVISCERACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE LA
DEMOCRACIA QUE PENSÁBAMOS QUE ERAN INTOCABLES
Al no ser parte de la élite, ni haber ocupado nunca un cargo electo, venir de
“fuera del aparato político establecido”, y haberse enemistado hasta con el
partido del que era oficialmente miembro (desde 2009, cuando se reincorporó
a sus filas después de pasar cinco años con los demócratas), Trump
representaba una oportunidad magnífica y única para realizar una condena sin
apelaciones a todo el sistema político en su conjunto. De igual manera que el
referéndum británico en el que todos los partidos políticos principales
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(conservadores, laboristas y liberales) se unieron para pedir el voto de


permanencia y, por tanto, los ciudadanos pudieron usar su voto para expresar
su disgusto por el sistema político al completo.
Otro factor complementario ha sido el llamativo afán de la población por
reemplazar las constantes aunque ineficaces e impotentes rencillas
parlamentarias por la voluntad indómita e inexpugnable de un “hombre fuerte”
(o mujer) con determinación y capacidad para imponer de inmediato, sin
titubeos ni dilaciones, soluciones rápidas, atajos y verdaderas decisiones
personales. Trump ha construido de manera muy hábil su imagen pública
como la de una persona con las cualidades que soñaba una gran parte del
electorado…
Seguramente, estos no son los únicos factores que han contribuido al triunfo
de Trump, pero son sin duda cruciales. La pertenencia de Clinton durante
treinta años a la élite dominante, además de su agenda vaga y fragmentada,
han jugado en contra de la popularidad de su candidatura.
Lo que yo creo es que estamos siendo testigos de una evisceración de los
principios de la democracia que pensábamos que eran intocables, aunque no
creo que el término en sí vaya a desaparecer como denominación de un ideal
político, ese “significante” como lo habría definido Ferdinand de Saussure, ha
absorbido y continúa generando múltiples y diferentes “significados”. Sin
embargo, existe una posibilidad real de que los tradicionales mecanismos de
salvaguarda (como la división de Montesquieu en tres poderes autónomos,
legislativo, ejecutivo y judicial, o el sistema británico de “checks and
balances”) pierdan aceptación por parte del público, sean despojados de su
significado y sean reemplazados explícitamente o de hecho por una
concentración de poder según un modelo autoritario o incluso dictatorial. Los
casos que has nombrado son algunos de los numerosos síntomas de una
tendencia, por decirlo de alguna manera, a retirar el poder de las nebulosas
cumbres elitistas en las que ha estado instalado o donde ha sido arrastrado y
traerlo de nuevo a “casa”: es decir, a una comunicación directa entre la
persona fuerte situada a la cabeza y el agregado de sus seguidores/sujetos que
cuentan con las “redes sociales” como instrumento para adoctrinar y sondear
la opinión.
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Aunque Trump insistió en temas raciales y en un nacionalismo insular y


discriminatorio, no fue el único punto en el que basó su apelación. Muchos
analistas han subrayado que, aparte de una serie de actitudes regresivas hacia
la diferencia, la carta más fuerte de Trump ha sido la ansiedad económica de
los ciudadanos estadounidenses que se han sentido marginados por la
globalización. Los dos aspectos, ansiedad económica y ansiedad hacia los
Otros, ¿están relacionados? Y si así es, ¿de qué manera?
El truco ha sido conectar ambos, hacer que fueran uno solo, que fueran
inseparables y se reforzaran recíprocamente. Y esto es precisamente lo que
Trump, un genio de los embustes (aunque no sea el único en el panorama
político mundial), ha sido capaz de conseguir. Me animo incluso a ir un paso
más allá del manido matrimonio entre política identitaria y ansiedad
económica, para sugerir que ha sido capaz de condensar todos los aspectos y
sectores de la incertidumbre existencial que persigue a lo que queda de la vieja
clase trabajadora y antigua clase “media”, y adoctrinar a los que sufren con la
idea de que la expulsión de los extranjeros, de todos los que son étnicamente
distintos, de los extranjeros recién llegados, representa la tanto añorada
“solución urgente” que podría acabar de un solo golpe con toda su ansiedad e
incertidumbre.
Algunas de las personas que votaron por Trump pertenecen a la categoría de
los “expulsados”: aquellos que formaban parte de un “contrato social” y que
han sido marginados o expulsados por la fuerza, junto con los jóvenes y
aquellos que nunca han formado parte y dudan de que algún día formarán parte
en el futuro (lo que Boaventura de Sousa Santos llama “pos y pre
contractualismo”). ¿Está de acuerdo con esos académicos, como Saskia
Sassen, que dicen que la victoria de Trump representa el fin del modelo
económico inclusivo de posguerra, keynesiano, que será sustituido por otro
modelo marcado por una tendencia opuesta, excluyente?
EN UNA SOCIEDAD EN LA QUE CADA VEZ MENOS PERSONAS RECUERDAN DE
PRIMERA MANO LO QUE SIGNIFICABA VIVIR EN UN RÉGIMEN TOTALITARIO, EL
“HOMBRE FUERTE” NO SUPONE UN VENENO
La transición de una visión del mundo, de una mentalidad y de una política
económica inclusiva a una exclusiva no es algo nuevo. Esta transición se ha
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sincronizado estrechamente con otro salto cualitativo, el de una sociedad de


productores a una sociedad de consumidores, que no habría sido posible sin la
marginación, o más bien sin la creación de una “clase inferior” que no solo ha
sido degradada con respecto a la sociedad de clases, sino que ha sido
completamente exilada, una especie de “consumidores fallidos” tan excluidos
que no pueden ser readmitidos. La tendencia actual a “titularizar” los
problemas sociales añade leña al fuego y amplifica las redes de exclusión, y
transfiere a los que acaban en estas redes de una categoría menor, aunque con
cualidades positivas, a una división mórbida, aunque siniestra, tóxica y mortal.
En algunos de sus libros, por ejemplo En busca de la política (Fondo De Cultura
Económica, 2001), ha analizado lo que llama “trinidad malvada”:
incertidumbre, inseguridad y vulnerabilidad, el sentimiento de personas que
viven en un mundo en el que se ha producido un divorcio entre el poder y la
política. ¿Es inevitable que este divorcio conduzca al “hombre fuerte” y al
populismo?
Sí, me temo que así es. El divorcio al que hace referencia deja un espacio, cada
vez más grande y alarmante, del que emana la combinación envenenada entre
desesperación e impotencia. Los instrumentos ortodoxos, que considerábamos
familiares y que pensábamos que estaban ahí para combatir los problemas y
las ansiedades que nos atenazaban, ya no existen, o más bien, ya no creemos
que puedan cumplir su promesa. En una sociedad en la que cada vez menos
personas recuerdan de primera mano lo que significaba vivir bajo los encantos
de un régimen totalitario o dictatorial, el “hombre fuerte” (que todavía no
hemos experimentado) no supone un veneno, sino un antídoto: por su supuesta
capacidad para saber hacer las cosas, por las soluciones rápidas e instantáneas
y por los efectos inmediatos de las cosas que promete llevar a cabo en su
nombre.
Beppe Grillo, el líder del italiano Movimento Cinque Stelle (Movimiento
Cinco Estrellas), escribió un pequeño comentario tras la victoria de Trump en
el que enfatizaba las similitudes entre el éxito de su propio partido en Italia y
el éxito de Trump en EE.UU., con la siguiente afirmación: “Son los que osan,
los obstinados, los bárbaros, los que sacarán adelante el mundo. ¡Y nosotros
somos los bárbaros!”. Estamos acostumbrados a englobar todas las
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fuerzas antigrupos de poder bajo el paraguas del populismo, pero ¿no cree que a
menudo el populismo es etiqueta multiusos que utilizan unas élites confiadas
para no tener que comprender quiénes son los bárbaros y qué es lo que
quieren? ¿Debería ser interpretada la elección de Trump como un mensaje a
las élites?
En Europa, los diversos Grillos son muy numerosos. Para aquellos a los que
les ha fallado la civilización, los bárbaros son los salvadores. En algunos
casos, esto es lo que ellos mismos se esfuerzan en hacer creer para convencer a
los crédulos de que así es. En otros casos, eso es precisamente lo que desean
fervientemente creer aquellos que han sido abandonados y olvidados durante
el reparto de los grandes dones de la civilización. Algunos miembros del poder
establecido podrían estar deseando aprovechar esta oportunidad, puesto que
ciertas personas que creen en la vida póstuma estarían dispuestas a suicidarse.

Revista Memoria de México


http://revistamemoria.mx

Revista Analectica
http://www.analectica.org

LUCHA DE CLASES Y DERECHIZACIÓN


LUCHA DE CLASES. EL CONFLICTO IRREBASABLE
GERARDO DE LA FUENTE LORA
DERECHIZACIÓN, POPULISMOS Y LUCHA DE CLASES. CONSIDERACIONES
COYUNTURALES
MASSIMO MODONESI
LAS ANTINOMIAS DE LA CONCIENCIA DE CLASE DE CUELLO BLANCO
MATARI PIERRE MANIGAT
OLIGARQUÍA Y ESTADO EN EL MÉXICO DE HOY
ARTURO GUILLÉN
LA PRECARIEDAD DEL TRABAJO EN MÉXICO DURANTE EL NEOLIBERALISMO
ABELARDO MARIÑA FLORES
EL IMPERIALISMO DEL SIGLO XXI
JOSEFINA MORALES
LUCHAS DE CLASES Y FRACTURAS DEL SUJETO EN EL ACTUAL DRAMA
LATINOAMERICANO
DAVID PAVÓN-CUÉLLAR
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MUNDO
LA RESTAURACIÓN AVANZA, LA RUPTURA TAMBIÉN
MANOLO MONEREO

AMÉRICA LATINA
AMÉRICA LATINA Y BRASIL: VUELCO A LA DERECHA Y CRISIS POLÍTICA
LUCIO OLIVER
NOTAS SOBRE LA CATEGORÍA DE CLASE EN LA ACTUAL CRISIS BRASILEÑA
DANILO ENRICO MARTUSCELLI
EL SUSPENSO DE LA SOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA
DIEGO JARAMILLO SALGADO
ECUADOR: ESCENARIO ELECTORAL Y DISPUTA DE LA TRANSICIÓN
ALEJANDRA SANTILLANA ORTIZ

PENSAMIENTO CRÍTICO

¿QUIÉN LE TEME A VIRGINIA WOOLF?


TONI NEGRI
LA CRISIS DE LA MODERNIDAD REQUIERE UNA
TRANSFORMACIÓN CIVILIZATORIA
VÍCTOR MANUEL TOLEDO

LIBRERO
RAQUEL TIBOL
ALBERTO HÍJAR SERRANO
EL REGRESO DEL CAMARADA RICARDO FLORES MAGÓN
ISRAEL G. SOLARES
RELEYENDO A MARX Y FREUD
CARLOS BARBA SOLANO

Cursos gratuitos de Sociología y Antropología


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MEGAFÓN
es una contribución del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales al debate amplio y plural sobre la coyuntura
latinoamericana y los asuntos más relevantes de la agenda global. Publica especialmente la opinión de
colaboradores/as de los programas y proyectos de CLACSO, aunque sus escritos no expresan la posición oficial de
la institución sobre los temas tratados. Las opiniones aquí publicadas son, de esta forma, responsabilidad exclusiva
de sus autores y autoras.
http://www.clacso.org.ar/megafon/

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Números anteriores de Megafon


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[Libro] Actas del I Congreso de Investigadorxs sobre


anarquismo
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congreso-de-investigadorxs-sobre-anarquismo.html

Arcoiris actualiza contenidos


http://www.arcoiris.com.co

Revista Topia: cuerpo-inconsciente-y-politica


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Tipos de familia en el Siglo XXI.


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Revista Sin Permiso actualiza contenidos


http://www.sinpermiso.info

Oceánicas confusiones (aún en el año 2017) de algunos críticos de izquierda a la Renta Básica incondicional
Luis Alonso Echevarría

Daniel Raventós
15/01/2017
El final del neoliberalismo “progresista”
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¿Hay que culpar a la globalización?
Dean Baker
13/01/2017
Las “operaciones negras” de Israel contra gobiernos extranjeros son inmorales y paranoides
Yossi Melman
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“No puedes reformar el espacio urbano sin controlar los valores del suelo”. Entrevista
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¿Indignidad del no trabajo?
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La persecución de los rohingya ¿es debida a la religión o más bien a intereses económicos?
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Adiós a Leonardo Benevolo, historiador de la arquitectura
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¿Cuántos diputados británicos trabajan para Israel?
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12/01/2017
Cuba: Fantasmas de tiempos pasados
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La situación en Siria después de Alepo
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El centenario de 1917 en Rusia: la difícil tarea de celebrar y condenar a un mismo tiempo
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¿Por qué leer a Julio Antonio Mella?
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Rafael Borràs Ensenyat
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Reina el optimismo económico (¿fundado?)
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Nace la Diplomatura de Postgrado en Ideas y Experiencias Políticas Transformadoras
Maria Freixanet Mateo

Enric Prat Carvajal


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La Universidad, en entredicho
Isidoro Moreno
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"La ventaja de las terapias alternativas es que el 70% de las enfermedades se curan hagas lo que hagas". Entrevista
Víctor Javier Sanz
11/01/2017
Austeridad: la idea que no quiere morir
Alejandro Nadal
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Francia: La gripe como radiografía de la sanidad pública
Michel Tsimaratos
14/01/2017
Elecciones en Ecuador. Dossier
Guillermo Oglietti

Andrés Vallejo

Silvia Ribeiro
10/01/2017
Guinea Ecuatorial: Teodoro y Teodorín
Sergio Ramírez
12/01/2017
Trillo o la basura política
Gregorio Morán
14/01/2017
Barrick Gold anunció que cerrará el túnel que contaminó San Juan con drenajes ácidos
Infobae
14/01/2017
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REVISTA HISTORIA PARA TODOS – AÑO 2 – NÚMERO 4 – DICIEMBRE 2016


– ISSN 2451 – 6333
https://revistahistoriaparatodos.wordpress.com/category/numeros/

Textos de la Revista Topia


http://us6.campaign-
archive2.com/?u=506a03f605fedf22e7d8cd1fb&id=2d4cd390c6&e=b66003a21e

Paz en Colombia: ¨Cerrar una guerra para abrir otra peor e


intensa¨Ramon Grosfoguel
https://www.youtube.com/watch?v=w4MR9vNO80s

Revista Viento Sur actualiza contenidos


http://vientosur.info
Rosa Luxemburgo, la rosa roja del socialismo...
16/01/2017 | Josefina L. Martínez

El 15 de enero de 1919 Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht fueron asesinados y arrojado al río desde el puente de
Landwehr. Josefina L Martinez, traza aquí la semblanza de una mujer revolucionaria ejemplar que nos dejó un
importante legado.

Oriente Próximo

El papel de Irán en la tragedia siria


16/01/2017 | Farahany Behrouz

Oficialmente, Irán mantiene que solo “asesores militares” han sido desplegados en Siria. Pero los medias estatales
han señalado numerosas víctimas en el campo de batalla.

El copago de las pensiones

La ceremonia de la confusión
16/01/2017 | Miren Etxezarreta

La Ministra de Sanidad acaba de señalar que van a estudiar si conviene subir el copago de las medicinas a los
jubilados que ingresen más de 18 000 euros brutos al año que, en catorce pagas, suponen 1285,71 euros por paga.

La lucha por lo común

(Re)municipalizar para recuperar lo nuestro


14/01/2017 | Maria Eugenia R. Palop

Para Maria Eugenia R Palop la recuperación de los bienes públicos y comunes expropiados en forma de ventas,
externalizaciones y partenariados público-privados, está empezando a ser una prioridad en todo el mundo, y no
solo ha mejorado el acceso y la calidad de los servicios (menos costes y mejores infraestructuras), sino que ha
garantizado la t.

Euskal Herria
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A favor del desarme, la reconciliación y la paz


13/01/2017 | Colectivo de profesorado universitario

Los abajo firmantes, profesoras y profesores, investigadores e investigadoras de la Universidad del País Vasco, y
como tales integrantes de la sociedad civil vasca, por entero favorables al desarme, reconciliación, y paz en
nuestro país, consideramos que no debemos pasar por alto hechos contrarios a los tres objetivos citados.

eldiario.es | Estado del Bienestar

¡Copago para la demagogia ya!


12/01/2017 | Antón Losada

La ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, se ha debido perder la primera clase del curso general que imparte
Rajoy desde que es presidente del Ejecutivo: "Marianismo en el Gobierno: cómo practicarlo y cómo funciona".

Estados Unidos

La ascensión del trumpismo


12/01/2017 | Barry Sheppard

Una de las características de la reciente campaña electoral presidencial habrá sido la manifestación de las
profundas divisiones en el seno de los dos partidos, demócrata y republicano.

John Berger (1926-2017)

Arte y Revolución
11/01/2017 | Mike González

John Berger examinó con inmensa perspicacia nuestras formas de ver el mundo. Pero a mí como para muchos de
mi generación que vimos fascinados su extraordinaria serie de televisión sobre el arte llamado “Modos de ver”, lo
primero que viene a la memoria es su voz.

Colombia. Entrevista a Alfredo Molano

"Si las Farc insisten en los viejos esquemas, los habrán emboscado"
10/01/2017 | Juanita León

Afredo Molano cree firmemente en que el Acuerdo Final de La Habana, firmado en el Teatro Colón, conducirá al
fin del conflicto armado de carácter político en Colombia.

En la muerte de Mario Soares

Dos recuerdos
10/01/2017 | Francisco Louça, João Semedo

Mario Soares: una vida importante Francisco Louça “Toda la gente ya votó contra mí, toda la gente ya votó contra
mí”- con estas u otras palabras así resumía Soares, perezoso, una parte de su vida.

Arabia Saudí en las arenas movedizas del Oriente Próximo


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Entre guerra del Yemen y guerra de sucesión


10/01/2017 | Alain Gresh

Alain Gresh describe el terreno fangoso en el que se encuentra el régimen saudí cuya intervención en Yemen se
atasca, sufre reveses en la región y las reformas económicas emprendidas suscitan numerosas crítica.

naiz.eus | Euskal Herria. Entrevista a Rafa Diaz

"El proceso independentista necesita una estación previa con mayoría


cohesionada"
10/01/2017 | Mertxe Aizpurua

En esta entrevista de Mertxe Aizpurua, Rafa Diez, ex-secretario general de Lab y una de las personas relevantes
del giro operado por la izquierda abertzale en 2010, aborda temas de interés sobre la historia reciente y la
coyuntura vasca.

Centernario de la Revolución rusa

Gramsci y las revoluciones rusas a un siglo de distancia


09/01/2017 | Massimo Modonesi

A 100 años de la revolución bolchevique y a 80 de la muerte de Antonio Gramsci Massimo Modonesi nos ofrece una
reflexión en la intersección de ambas trayectorias: la de un acontecimiento que revolucionó la historia mundial y
la biografía política e intelectual de uno de los más destacados pensadores marxistas del siglo XX.

Género. Entrevista a Nerea Aresti

“El género no es sólo una cosa de mujeres”


09/01/2017 | Marcos Rey

Pionera en los estudios de las masculinidades en España, la historiadora vasca Nerea Aresti estuvo en Montevideo
para dictar un seminario en la Facultad de Humanidades sobre los nuevos enfoques de la historia de género.

El mundo en la era Trump

¿Qué podemos esperar?


09/01/2017 | Inmanuel Wallerstein

Inmanuel Wallerstein aborda las previsiones a corto plazo tras el acceso de Trump a la Casa Blanca porque todo el
mundo, en todas partes, está dirigiendo su mirada hacia lo lo que ocurrirá en este corto plazo.

Brasil. Entrevista a Isabel Loureiro

“El PT funcionó como un prestador de servicios para las elites”


09/01/2017 | Agnese Marra

Isabel Loureiro realiza un balance del PT brasileño en el ejercicio del poder, reconociendo sus puntos fuertes, pero
sobre todo recalando en su debilidad estructural.

Debates
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Lenin y la política electoral


09/01/2017 | Nicolás González Varela

De lo que se trata, como intentó Negri en los años 1970, es de aspirar a una lectura “marxista” del Marxismo de
Lenin: la capacidad de situar la inevitable discontinuidad y las variaciones del análisis político en un marco crítico-
histórico.

Tribuna VIENTO SUR

Obrerismo y clasismo en el movimiento del cambio


09/01/2017 | Brais Fernández y Raúl Parra

Brais Fernández y Raúl Parra abordan en esta tribuna uno de los debates que como los ojos del Guadiana emergen
y se sumergen en Podemos sin solución de continuidad: el de las clases sociales, su rol específico y su constitución
material y cultural.

En la muerte de John Berger (5/11/1926-2/01/2017)

Descubrir la esperanza
08/01/2017 | Antonio Crespo Massieu

Romper el silencio de los hechos, hablar de la experiencia, por amarga o dolorosa que sea, poner en forma de
palabras es descubrir la esperanza de que esas palabras quizá sean oídas y luego, una vez oídas, juzgados los
hechos.

¿Un proyecto para las ecosocialistas?

"Ciudades en transición"
07/01/2017 | Guillermo Amo de Paz y Juanjo Álvarez

No es éste el lugar para volver al detalle de la problemática ecológica que se nos plantea a corto y medio plazo –
tan corto que en muchos casos tenemos que hablar de los efectos presentes de la crisis – pero nunca está de más
insistir en la inminencia de los efectos de la crisis y en los desafíos que nos plantea.

Marxismo crítico actualiza contenidos


https://marxismocritico.com

“Capital, fuerza de trabajo y relaciones de género”: Susan Ferguson, David McNally


16/01/2017Deja un comentario

Introducción a la edición de Historical Materialism de “El marxismo y la opresión de las mujeres. Hacia una teoría
unificada”. Marxism and the Oppression of Women. Toward a Unitary Theory. Lise Vogel (2013).
Chicago: Haymarket Books.
Agradecemos a los amigos de Historical Materialism la amable autorización para la publicación íntegra de la
presente traducción.
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La vida de los libros es curiosa. Mientras algunos se elevan a las cumbres del éxito sobre una ola de aclamación
pública, otros rápidamente se sumergen en la oscuridad. También están aquéllos que desarrollan una larga
existencia subterránea, sobreviviendo gracias a los esfuerzos de pequeños grupos de devotos seguidores que
divulgan la palabra desafiando el muro del silencio. Ésta última es la historia del libro de Lise Vogel “El marxismo y
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la opresión de las mujeres. Hacia una teoría unificada”. Publicado por primera vez en 1983, el trabajo de Vogel
apareció en un momento de agudo desconcierto en el movimiento feminista socialista, precisamente las
coordenadas en las que el libro se había gestado. Tambaleándose bajo los golpes de martillo del neoliberalismo en
el ámbito político y la teoría posmoderna en el plano intelectual, y profundamente desorientado por el repliegue de
la clase trabajadora, el socialismo y el movimiento de mujeres, el feminismo socialista se aferró desesperadamente
a una existencia marginal en los bordes de la vida política e intelectual. Una década antes, un libro como el de Vogel
habría sido un pararrayos atractor de enérgicas discusiones y debates. A mediados los años ochenta, sin embargo,
apenas fue detectado por el radar cultural. Leer más…
Categorías:Feminismo marxista, Lucha de clases, Teoría crítica acumuladaEtiquetas:Ciencias Sociales, Crítica de la economía
política, Dominación y poder, Epistemología, Hegemonía, Ideología, Imperialismo, Libertad, Lucha de clases, Materialismo
Histórico, Patriarcado salarial, Sociología, Trabajo productivo-Improductivo

“Ordoliberalismo y muerte de la democracia liberal”: Una entrevista con


Werner Bonefeld.
16/01/2017Deja un comentario

Entrevista a cargo de George Souvlis.


George Souvlis: ¿Puedes explicarnos brevemente tu formación intelectual y política?
Werner Bonefeld: Una de las experiencias formativas más importantes que he tenido fue trabajar en una fábrica.
Estudiar era fácil, en comparación, cosa que hice en las universidades de Marburgo, Berlín y Edimburgo. El
marxismo que se impartía en Marburgo era demasiado dogmático, no nos alentaba a pensar por nosotros mismos.
Al cabo de dos años me mudé a Berlín para continuar mis estudios en la Universidad Libre, y ahí se colocaron varias
piezas de golpe. Mi profesor favorito era Agnoli, que era uno de los marxistas más reconocidos de su generación. Él
sí permitía y valoraba positivamente que los estudiantes pensaran por sí mismos y además era un gran orador. Una
parte del programa de estudios consistía en hacer trabajo de campo. En mi caso, primero trabajé como mozo de
mudanzas y después como asistente de investigación en el sindicato de profesores de Alemania occidental, por lo
cual cobraba. Jamás antes había ganado dinero por leer y escribir (la investigación que desarrollaba estaba
relacionada con la escolarización alternativa, en oposición a la provista públicamente). Rápidamente entendí el
significado del aquello que decía Marx en relación a los trabajadores productivos: no se trata de una suerte sino de
una gran desgracia, a lo que podría añadírsele que tampoco es un privilegio ontológico, tal y como lo consideró toda
una tradición del materialismo histórico. Cuando estudiaba en Berlín a principios de los ochenta se vivía una gran
inquietud en las calles, desde el movimiento pacifista al okupa. Conocí a Kosmas Psychopedis en Edinburgo poco
después, quien visitaba a menudo a John Holloway, que terminó siendo mi director de tesis doctoral junto con
Richard Gunn. Kosmas era todo un personaje y un buen amigo. Leer más…
Categorías:Lucha de clases, Teoría crítica acumulada

“Ideal socialista y socialismo real”: Adolfo Sánchez Vázquez


16/01/2017Deja un comentario

Nota introductoria de la Revista Nexos


Adolfo Sánchez Vázquez. Entre otras obras ha publicado Las ideas estéticas de Marx (Editorial ERA. 1965, con varias
reediciones), una antología en dos volúmenes: Estética y marxismo (ERA), y Política y praxis (Ed. Grijalbo).
Ponencia presentada en el simpósium Internacional “Del socialismo existente al nuevo socialismo” organizado por el
Movimiento al Socialismo (MAS) de Venezuela en Caracas del 27 al 31 de mayo de 1981. Las ideas fundamentales
del presente texto fueron expuestas en el Seminario sobre “Los nuevos procesos sociales y la teoría política
contemporánea” organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM en Oaxaca del 30 de marzo al 5
de abril de 1981.
El socialismo como ideal y como necesidad histórica
Cualesquiera que sean las formas que haya revestido históricamente el socialismo, siempre ha significado un
modelo alternativo de sociedad y, por tanto, una meta a alcanzar o una aspiración a cumplir. Con ello queremos
decir también que es un ideal y al decirlo no pasamos por alto lo que Marx y Engels declaran en La ideología
alemana: “Para nosotros el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la
realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual”.[2] Este
ideal que Marx y Engels rechazan es el que pretende sustentarse a sí mismo, independientemente de las
condiciones necesarias para su realización: un ideal por ende que no requiere apoyarse en un conocimiento de la
realidad que ha de ser anulada y superada ni del sujeto que ha de llevar a cabo esa transformación ni de los medios
adecuados para llevarla a cabo. Como simple blanco de una aspiración, ese ideal es una utopía: no en el sentido
platónico que hace superflua su realización, dadas su perfección y autosuficiencia, sino en el socialista utópico de
una aspiración a realizar condenada a su irrealización. Ahora bien, para que el socialismo fuera una fuerza
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ideológica movilizadora “como meta del movimiento social” -meta que los socialistas utópicos “al criticar a la
sociedad actual, describían claramente”,[3] se requería precisamente una crítica de su utopismo. Y tal es el paso
que dieron Marx y Engels al contraponer al “ideal al que haya de ajustarse la realidad” el que surge de lo real
mismo como posibilidad no realizada todavía pero realizable. Al socialismo ideal, utópico, no al ideal socialista,
sucedió así el socialismo científico. Leer más…
Categorías:Filosofía marxista, Teoría crítica acumuladaEtiquetas:Materialismo Histórico, Socialismo

“Lo universal”: Evald Iliénkov


16/01/2017Deja un comentario

En la historia de la filosofía el término de “lo universal” sirvió para la expresión de dos conceptos distintos en
dependencia de cómo se concebía el problema de la relación de lo universal (de logeneral) con lo singular y lo
particular.

1) Lo universal como parecido, como lo separado abstractamente de todos los fenómenos singulares y particulares,
como la identidad abstracta de todas o de muchas cosas y fenómenos en una u otra relación unos con otros, como
rasgo propio a todos ellos, sobre cuya base se unifican mentalmente en una u otra clase, conjunto, tipo o género.
En la expresión, por ejemplo, “todas las personas son mortales”, la “mortalidad” aparece en calidad de rasgo
general para todas las personas.

2) Lo universal como ley de la existencia, cambio y desarrollo de los fenómenos particulares y singulares en su
ligazón, interacción y unidad. En esta acepción, lo universal actúa como sinónimo de la “unidad en la diversidad” y
se cristaliza en la realidad en forma de ley que enlaza la diversidad de fenómenos en un todo único, en un sistema.
Este significado del término “universal” se apoya en el matiz etimológico de la palabra “común” [1], contenido en
las expresiones: “nuestro conocido común”, “el terreno común” (esdecir, el terreno labrado de común acuerdo,
conjuntamente, colectivamente), “el Sol constituye el centro común para todos los planetas”, etc.

Doctrinas distintas, que de un modo diferente solucionan el problema de la naturaleza de lo “general” y su relación
con las cosas y fenómenos singulares, se inclinan a una u otra de estas acepciones de lo universal.

Ya los representantes más tempranos de la antigua filosofía griega que partían de una visión espontáneamente
dialéctica sobre el mundo de los fenómenos por ellos conocidos, se afanaron en presentar toda la variedad de
fenómenos percibidos sensorialmente como producto del desarrollo de uno y el mismo principio, común a todos
ellos; lo universal en este sentido –como sinónimo de la unidad en la infinita variedad de los fenómenos de la
naturaleza– ellos lo buscaron en algo definidamente corpóreo [2]. Tales consideraba el agua como ese principio
universal de todo lo existente; para Anaximandro, el apeyron, la materia amorfa por su cualidad e indeterminada
por la cantidad, mientras que Heráclito veía lo universal en el fuego, como ese elemento del que todo surge y al
cual todo regresa. Con el fuego, como con lo universal, Heráclito relacionó también la representación sobre la ley
según la cual tiene lugar esta circulación universal. El “Logos Universal” él lo veía concretamente en la
transformación y lucha de contrarios, y no en la marchita identidad abstracta de los fenómenos unos con otros. En
esto consistía la dialéctica espontánea en la concepción de lo universal. En la antigua filosofía china lo universal era
concebido de manera similar y se le denominaba Tао.
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Categorías:Filosofía marxista, Teoría crítica acumulada

“Les violències contra les dones estan connectades, tenen les seves arrels en la
desestructuració del treball del neoliberalisme”: Silvia Federici
16/01/2017Deja un comentario

L’anàlisi feminista de l’etapa de la transició del feudalisme al capitalisme i del treball reproductiu no assalariat com a
suport del sistema capitalista han convertit a Silvia Federici, escriptora, activista i professora de la Universitat de
Hofstra de Nova York, en un referent per comprendre la interconnexió entre la crisi sistèmica del capital i
l’increment de les diferents formes de violències cap a les dones. El seu pas per Equador per participar en diferents
trobades amb l’acadèmia i moviments feministes durant el passat mes de maig, va permetre una conversa en la
qual de manera crítica analitza l’actualització directa i indirecta de la caça de bruixes i les conseqüències de les
polítiques extractivistes sobre les vides i els cossos de les dones a Amèrica Llatina.
La crisi del sistema ha tingut un greu impacte per a les dones en diversos aspectes, però també de
manera diferenciada segons territoris. Quines són les conseqüències que es poden identificar a nivell
global tant en l’àmbit del treball com en el reproductiu?
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La crisi capitalista ha significat coses molt diferents per a les dones, segons els llocs del món, però igualment hi ha
elements comuns. Les dones avui s’enfronten d’una manera molt diferent, però contundent, amb una crisi molt
forta de la reproducció a tots els nivells com a conseqüència del fracàs de l’estat de benestar, el fracàs del salari
masculí, el de la política de la plena ocupació, que ha obligat a moltes dones a sortir de la casa, prendre un segon
treball que s’ha afegit al treball domèstic no pagat, així que ara la jornada laboral de les dones és una jornada sense
fi. Les dones avui han de treballar fora i dins de la casa per recuperar tots els talls dels serveis socials que l’estat ja
no realitza. Als Estats Units, les dones es troben en una crisi existencial, personal i col·lectiva, molt forta, i s’han
convertit en les majors consumidores d’antidepressius. El nombre de suïcidis de dones s’ha elevat i es calcula que
l’esperança de vida d’una dona proletària sense recursos és cinc anys més jove que la de la seva mare. A nivell més
internacional, les dones de les àrees rurals d’Amèrica Llatina i d’Àfrica es troben amb un atac molt greu al territori,
la qual cosa implica un impacte específic cap a elles. Es tracta d’una agressió a les formes de cultiu de subsistència,
que per a moltes dones són una manera de tenir autonomia del mercat i sustentar la seva família en un context
social on la comunitats han estat desmonetaritzades com a conseqüència de l’ajust estructural, amb la desocupació,
i moltes vegades amb la despulla de la terra que posseïen. Leer más…
Categorías:Economía, Lucha de clases, Feminismo marxistaEtiquetas:Acumulación por desposesión, Acumulación
primitiva, Dominación y poder, Neoliberalismo, Patriarcado salarial

“Luchas de clases y fracturas del sujeto en el actual drama latinoamericano”:


David Pavón-Cuéllar
16/01/2017Deja un comentario

Lucha de clases en Latinoamérica


Los primeros años del tercer milenio despertaron grandes esperanzas en quienes creemos que la izquierda ofrece el
único futuro viable y digno para Latinoamérica. En apenas una década, entre 2000 y 2010, varios mandatarios
tomaron sus distancias respecto al neoliberalismo y reorientaron el rumbo del continente hacia diversas formas de
populismo de izquierda: primero Chávez en Venezuela; después Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina y Tabaré
Vázquez en Uruguay; enseguida Evo en Bolivia, Correa en Ecuador, Bachelet en Chile y Manuel Zelaya en Honduras;
finalmente Ortega en Nicaragua, Lugo en Paraguay, Funes en El Salvador, Mújica en Uruguay y –en cierta medida–
Humala en Perú.

Aún ascendíamos hacia la cresta de la ola progresista cuando ya sentimos el jaloneo de una resaca reaccionaria
caracterizada por una estrategia golpista de nuevo tipo centrada en ataques mediáticos, presiones económicas,
movilizaciones colectivas, conspiraciones gubernamentales, maniobras legales, juicios políticos expeditivos y un uso
dosificado y puntual del ejército y la policía. Tras la fallida intentona golpista contra Chávez en Venezuela (2002),
vinieron los golpes exitosos contra Zelaya en Honduras (2009), Lugo en Paraguay (2012) y Dilma en Brasil (2016).
Algunos aspectos de la misma estrategia fueron observados en el desafuero y la campaña de los medios contra
López Obrador en México (2005-2012), en la crisis política del 30S en Ecuador (2010) y en distintas acciones contra
Cristina Fernández de Kirchner, entre ellas el paro agropecuario patronal (2008) y la movilización conocida como 8N
(2012). La reacción también regresó al poder por la vía electoral, como con Macri en Argentina (2015); o bien, se
mantuvo en el gobierno, como en Colombia, o revistió formas añejas que se creían superadas, como en México
(2012), donde el movimiento regresivo llevó a reinstaurar lo que se conoció alguna vez como dictadura perfecta, en
una versión actualizada, particularmente sórdida y ominosa. Leer más…
Categorías:Lucha de clases, Teoría crítica acumulada

“El agotamiento de la fase histórica actual del capitalismo”: Guglielmo Carchedi


16/01/2017Deja un comentario

Un argumento clave para la teoría de la historia y la revolución de Marx es que “Ningún orden social perece antes
de que se han desarrollado todas las fuerzas productivas a las que puede dar curso” (Crítica de la Economía Política,
Prefacio). Ahora, si el marxismo es una ciencia, debe ser verificable empíricamente. Pero esta verificación es
también importante por otra razón. Como dice Gramsci, “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo
muere y lo nuevo no acaba de nacer.” (Cuadernos de la cárcel , “La influencia del materialismo” y “crisis de
autoridad”, Volumen I, tomo 3, pág. 311 , escrito alrededor de 1930). El análisis empírico también nos permite
comprender por qué y sobre todo cómo lo viejo muere.
En la fase actual de la historia – es decir, desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad – el
capitalismo se encuentra con un límite cada vez más insalvables debido a la contradicción entre el crecimiento de la
productividad del trabajo por un lado y las relaciones de producción, entre el trabajo y el capital, por el otro. Esta
contradicción es cada vez más fuerte y el capitalismo está agotando su capacidad para desarrollarse en el contexto
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de esta fase histórica. La forma concreta adoptada por esta contradicción, su creciente incapacidad para
desarrollarse, son crisis cada vez más violentas.

El punto clave es la tasa de ganancia, el indicador clave de la salud de la economía capitalista. En el ámbito de una
nación o grupo de naciones, lo que cuenta es la tasa media de ganancia. Consideremos en primer lugar la tasa
promedio de ganancia de Estados Unidos, la nación que todavía es, con mucho, la más importante. Las estadísticas
muestran que la tasa de ganancia de los EE.UU. está en un estado de caída irreversible. La caída es tendencial, es
decir, a través de ciclos económicos ascendientes y descendentes. Sin embargo, la tendencia es claramente a la
baja.

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Categorías:Economía marxistaEtiquetas:Acumulación del capital, Ciencias Sociales, Crítica de la economía
política, Crisis, Neoliberalismo, Sobreacumulación de capital, Tasa de ganancia

“Todos los feminismos son de clase”: Isabel Benítez


16/01/2017Deja un comentario

En numerosas charlas y textos tuyos hablas de feminismo de clase. ¿Cuál sería su opuesto? El
feminismo de, por ejemplo, Cristina Cifuentes, Inés Arrimadas o Andrea Levy también es un feminismo
de clase.
Todos los feminismos son de clase, otra cosa es que seamos conscientes o no. Es decir, se traducen en políticas,
reivindicaciones y programas de lucha concretos en los que se refleja cuáles son nuestras prioridades, si todas las
mujeres o sólo algunas, por decirlo en términos sencillos. Cifuentes, Arrimadas y Levy tienen muy claro que su
única meta es conquistar la igualdad de oportunidades para que selectas mujeres puedan explotar en las mismas
condiciones a otras mujeres y hombres. Para el feminismo burgués, en el mejor de los casos, el derecho al aborto
es una mera libertad formal. Para nosotras, es un derecho que si no lo garantizas materialmente (en la
sanidad pública y gratuito) es papel mojado. Para el feminismo liberal burgués, la libertad de mercado y la
libertad individual formal son la unidad de medida de la emancipación femenina. Que los salarios sean miserables,
la amenaza de un desahucio o una sanidad pública colapsada no son problemáticos ni para la crianza, ni la
educación ni la familia.
¿Hay que insistir, entonces, con el feminismo de clase?
Si muchas compañeras estamos hablando de “feminismo de clase” es porque nos piden con ese título las charlas,
pero también en otro sentido. La pugna político-ideológica en este campo es respecto a los feminismos de los años
1990 y 2000, que pusieron las identidades (sexual, racial, orientación sexual) en el centro, desplazando temas clave
como el reparto de la riqueza, y que a menudo son reactivos a incorporar en la lucha de clases en su análisis, que
en el mejor de los casos hacen una trinchera decididamente feminista pero que es anticapitalista en sentido
abstracto. Es un feminismo interclasista que ha tenido muchísimo predicamento en la academia y que a nivel
político es muy impotente y en según qué momento, incluso se desliza a la manida “guerra de sexos” en lugar de
una política de clase anti-patriarcal. Es obligado reconocer que las “organizaciones de clase” han dado una
respuesta aberrante a las reivindicaciones feministas desde hace décadas, ya no digamos respecto a la
homosexualidad, pero es sintomático que evoquemos la lucha de las sufragistas (que pelearon por el sufragio
censitario de las mujeres blancas, jamás lo olvidemos) y nadie quiera saber que las bolcheviques fueron las
primeras mujeres del mundo que conquistaron el derecho al aborto público, gratuito y seguro, y el derecho al voto a
principios del siglo XX, cuando hasta los años 70 las francesas no podían conducir un coche sin permiso del
marido. Leer más…
Categorías:Feminismo marxista, Lucha de clasesEtiquetas:Dominación y poder, Lucha de clases, Patriarcado salarial

“La revolución rusa y nosotros”: Josep Fontana


16/01/2017Deja un comentario

Este texto es la conferencia traducida que Josep Fontana realizó en la Universidad Autónoma de
Barcelona (UAB) el pasado 24 de octubre en el marco de unas jornadas sobre la Revolución Rusa. Estas
jornadas, en las que también han impartido conferencias Antoni Domènech (que publicaremos en
nuestra próxima edición), José Luis Martín Ramos y Jordi Borja, han estado organizadas por la Comissió
del Centenari de la Revolució Russa y por el grupo de investigación GREF-CEFID de la UAB. SP
Hacia 1890 los partidos socialistas europeos, agrupados en la Segunda Internacional, habían abandonado la ilusión
revolucionaria y defendían una vía reformista que les tenía que llevar a integrarse en los parlamentos burgueses,
confiando en que un día podrían acceder al poder en través de las elecciones y que desde allí procederían a
transformar la sociedad. De esta manera los partidos socialistas alemán, italiano, español, francés, que mantenía
todavía el nombre de sección francesa de la Internacional Obrera, o el laborismo británico optaron por una política
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reformista, aunque conservaran la retórica revolucionaria del marxismo para no desconcertar a sus seguidores
obreros, que debían seguir creyendo que sus partidos luchaban por una transformación total de la sociedad.

La contradicción entre retórica y praxis estalló con motivo de la proximidad de la Gran Guerra de 1914. En el
congreso que la Internacional socialista celebró en Basilea en noviembre de 1912 se proclamó que “era el deber de
las clases obreras y de sus representantes parlamentarios (…) realizar todos los esfuerzos posibles para prevenir el
inicio de la guerra” y que, si ésta finalmente empezaba, debían intervenir para que terminara rápidamente y
“utilizar la crisis económica y política causada por la guerra para sublevar el pueblo y acelerar la caída del gobierno
de la clase capitalista “. El congreso proclamaba, además, su satisfacción ante “la completa unanimidad de los
partidos socialistas y los sindicatos de todos los países en la guerra contra la guerra”, y llamaba “a los trabajadores
de todos los países a oponer el poder de la solidaridad internacional del proletariado al imperialismo capitalista”.

Pero en la tarde del 4 de agosto de 1914 tanto los socialistas alemanes, que habían organizado actos contra la
guerra hasta unas semanas antes, como los franceses aprobaron de manera entusiasta en sus respectivos
parlamentos la declaración de la guerra y votaron los créditos necesarios para iniciarla. El Partido Socialdemócrata
alemán, además, aceptó una política de tregua social que comportaba los compromisos de no criticar al gobierno y
de pedir a los obreros que no hicieran huelgas mientras durase la guerra. En cuanto a los laboristas británicos, no
sólo aprobaron la guerra, sino que acabaron integrándose en un gobierno de coalición.

En Rusia las cosas fueron de otra manera, ya que su partido socialdemócrata, dividido en las dos ramas de
mencheviques y bolcheviques, no solamente no tenía representación en el parlamento, sino que era perseguido por
la policía. A comienzos de 1917 los bolcheviques tenían algunos de sus dirigentes desterrados a Siberia, como Stalin
y Kamenev, mientras otros vivían en el exilio, como Lenin, que se había instalado en Suiza, en la ciudad de Zúrich,
mientras Trotsky se encontraba entonces en Nueva York. Leer más…
Categorías:Lucha de clases

“Qui pot comprar el cel?”: Ivan Gordillo


16/01/2017Deja un comentario

Comentari del llibre Qui pot comprar o vendre el cel, la força de


treball o l’escalfor de la terra? Antologia sobre la propietat
privada i el treball assalariat. Diversos autors, Pròleg de Josep
Manel Busqueta, Ed. Tigre de Paper, 2016.
Són molt pesants aquestes moles d’or i de plata. Quant pesarien,
calculades en sang? Guaicaipuro Cuatémoc
Qui pot comprar el cel… és un recull de textos, com el seu subtítol indica, sobre la propietat privada i el treball
assalariat que ens permet abordar debats de gran importància a l’hora d’analitzar críticament el capitalisme i pensar
un horitzó emancipador. El llibre editat amb molta cura per Tigre de Paper no és però una antologia de textos
acadèmics sinó un recull amb una clara voluntat política tant pel tipus d’articles que han seleccionat com pel format
del llibre. Qui pot comprar el cel… és un d’aquells llibres que caben a la butxaca de la jaqueta, que es porten a
sobre, per ensenyar als amics, per discutir, que es llegeix a cara de gos robant-li uns minuts a la pausa per dinar o
abans d’entrar a la feina, al transport públic… els articles breus així ho permeten. És un d’aquells llibres que hauria
de canviar de mans sense parar.
La propietat privada i el treball assalariat són tant antics com el capitalisme. El llibre que ens ocupa, però,
aconsegueix actualitzar el debat sobre la lluita de classes: incorpora la qüestió ecològica, l’opressió de les dones i el
racisme, dimensions que no es poden deslligar de la construcció d’una societat que pretengui superar la
preeminència del capital i les seves relacions socials.

El llibre el podríem dividir en tres grans apartats: 1) la propietat dels recursos naturals, 2) el treball assalariat i la
seva explotació a escala internacional i 3) l’emancipació de la classe treballadora i les lluites en defensa dels
recursos naturals. La diversitat dels relats és la potència d’aquest llibre que ens mostra una humanitat colonitzada
pel capitalisme i el seu universal enfrontament de classe en la defensa i reconstrucció del comú. Des del Gran
Cabdill amerindi Seatlle fins els i les treballadores del tèxtil bengalís, passant pels activistes contra l’extracció
privada i contaminant de potassa al Bages, el ventall de personatges d’aquesta història sobre l’expropiació
capitalista és diversa, multicultural i travessada de moments històrics i contextos geogràfics diferents. L’explotació, i
els mecanismes que l’acompanyen com l’opressió de gènere, l’espoli del medi ambient o la financiarització i
establiment de la deutecràcia, és el fil que connecta la lluita de Chico Mendes per la defensa de la selva amazònica
amb les reivindicacions de les dones treballadores per la igualtat de gènere, passant per la denúncia de l’espoli
colonial que fa el cacic indígena de les tribus del Carib Guaicaipuro Cuatémoc. Leer más…
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Categorías:¿Qué leer?, Lucha de clasesEtiquetas:Dominación y poder, Lucha de clases

“Karl Marx y la interseccionalidad”: Kevin B. Anderson


16/01/2017Deja un comentario

A finales del siglo XX, un discurso teórico de la interseccionalidad se hizo casi hegemónico en muchos sectores de la
vida intelectual radical. En este discurso, que se refería a las cuestiones sociales y los movimientos alrededor de la
raza, el género, la clase, la sexualidad y otras formas de opresión, se decía a menudo que debemos evitar cualquier
tipo de reduccionismo de clase o esencialismo en que el género y la raza son subsumidos bajo la categoría de clase.
A lo sumo, se dijo, los movimientos alrededor de la raza, el género, la sexualidad o la clase social pueden cruzarse
entre sí, pero no puede unirse fácilmente en un solo movimiento en contra de la estructura de poder y el sistema
capitalista que, según los marxistas, está detrás de él. Por lo tanto, la interseccionalidad real de estos movimientos
sociales -en contraposición a su separación- por lo general se ve como bastante limitada, tanto como realidad como
posibilidad. Decir lo contrario corría el peligro de caer en el abismo de reduccionismo o esencialismo.

Tomemos el ejemplo de la opresión racial y su potencial interseccionalidad con la opresión de clase. Lemas
populares en períodos anteriores, como “Negro y blanco, unirse y luchar” [“Black and white, unite and fight,”],
retrocedieron en cierto modo a raíz de la interseccionalidad. Hasta cierto punto, esto era un hecho positivo, ya que
reconoce la singularidad de la opresión y la creatividad de las luchas de los afroamericanos para la auto-liberación,
y el fracaso concomitante en muchos casos del trabajo blanco para unirse con la mano de obra negra debido al
profundo racismo de la sociedad estadounidense, un racismo al que los trabajadores blancos no eran inmunes. En
otro nivel, sin embargo, la nueva postura era problemático, ya que algunas variedades de teoría de la
interseccionalidad tendían a negar cualquier posibilidad seria de la unidad de clase contra el capital a través de
líneas raciales.

¿Dónde deja esto la discusión de Karl Marx, el pensador más grande en términos de capitalismo y la posibilidad de
superarlo? Leer más…
Categorías:Feminismo marxista, Lucha de clasesEtiquetas:Dominación y poder, Patriarcado salarial

“Trump no es el fin de la globalización”: Claudio Katz


16/01/2017Deja un comentario

Entrevista a Claudio Katz de Economistas de Izquierda (EDI) a cargo de Mario Hernandez (Rebelión).

M.H.: Ha comenzado un nuevo año, en el que estamos conmemorando el 58º aniversario de la


Revolución cubana, en un momento muy especial para la isla debido, entre otras cosas, al fallecimiento
de Fidel Castro, el restablecimiento de relaciones con EE.UU., no así el levantamiento del bloqueo y un
nuevo gobierno en los EE.UU. que no parece ser muy amigable con Cuba. ¿Qué reflexiones te merece
todo esto?
C.K.: La coyuntura de Cuba ha quedado momentáneamente suspendida en cuanto a su análisis por el impacto del
fallecimiento de Fidel, que fue la gran figura revolucionaria de América Latina del último siglo. Todos los medios
cubrieron detalladamente el hecho, aunque en un modo más bien descriptivo, señalando que Fidel estuvo presente
en los principales acontecimientos de los últimos 50 años. A nadie se le escapa el apabullante peso histórico que
tuvo Fidel, sobre todo, porque ningún otro país de esa dimensión le infringió tantas derrotas al Imperio, yo creo que
es un David que obligó a un Goliat a establecer relaciones diplomáticas como un hecho bastante poco común.
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Categorías:Uncategorized

“La victoria de Trump: un peligroso, abiertamente racista y misógino giro del


capitalismo”: Peter Hudis
28/11/2016Deja un comentario

Estimados camaradas,
Para los movimientos emancipatorios de los Estados Unidos, en realidad de todo el mundo, la elección de Donald
Trump como nuevo Presidente ha supuesto un durísimo revés. Mientras asimilamos las implicaciones del desarrollo
de los hechos recientes y nos preparamos para responder a ellos en base a unos firmes principios de marxismo
humanista, hay una serie de cuestiones que creo debemos tener muy presentes.
En primer lugar, no debemos subestimar el hecho de que ahora, aquellos racistas, machistas y anti-izquierdistas
furibundos que se envalentonaron, se desencadenaron, durante la campaña de Trump, puedan pasar directamente
a encararse con todo aquel, sea quien sea, con el que disientan- desde activistas antirracismo hasta feministas y de
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defensores de los derechos LGTB hasta aquellos que impugna la agenda procapitalista. Es señal de ello el gran
número de seguidores y simpatizantes de Trump- muchos de los cuales tal vez no habrían mostrado su tendencia
política antes de las elecciones- que ahora se están dirigiendo a hispanoamericanos, musulmanes y otros en
términos del estilo “parece que ha llegado la hora de que empecéis a hacer las maletas”. Los que infligen semejante
acoso verbal no dudarán en llevarlo más lejos, a una expresión más virulenta, especialmente cuando se trate de
afroamericanos, activistas en favor de los derechos de los inmigrantes, feministas y otros que han levantado sus
voces (y continuarán haciéndolo) frente a todo lo que Trump y sus seguidores representan. La percepción que
tienen muchos inmigrantes y minorías después de las elecciones – “ya no somos bienvenidos en este país”- no hay
duda que se irá haciendo más y más evidente a lo largo de los siguientes meses. Leer más…

Varios vídeos
Los medios y la construcción de la paz en Colombia (entrevista a Aharonian
+ videos)

http://www.surysur.net/los-medios-y-la-construccion-de-la-paz-en-colombia-entrevista-a-
aharonian-videos/

La sociedad colombiana se enfrenta hoy a una guerra tan violenta como la protagonizada por los grupos
armados en las últimas décadas: la Guerra de Cuarta Generación. Colombia Informa entrevistó al
fundador de Telesur, Aram Aharonian, para que explicara cómo es esta guerra; el papel de los
protagonistas en el desintegro del tejido social en Colombia; la responsabilidad social para democratizar
los medios de comunicación; y los retos de la comunicación alternativa para construir la paz en
Colombia.

Textos de América Latina


http://www.alainet.org

50 kilos de adolescencia, 200 gramos de Internet (I)


La edición de poesía creció un 26% en 2015

No hace mucho que CTXT publicó un reportaje de Carlos H. Vázquez sobre


el llamativo fenómeno del boom editorial de la poesía juvenil que, contra
todo pronóstico, ha convertido en un lucrativo negocio la publicación de
según qué libros de poesía. Este es el primero de dos artículos en los que
Unai Velasco examina el fenómeno desde sus orígenes, proponiendo una
interpretación del mismo y una evaluación de sus alcances.
http://ctxt.es/es/20170111/Culturas/10522/nueva-poesia-jovenes-poetas-Internet-redes-
sociales-fenómeno-comercial.htm

Luciano Concheiro, historiador, sociólogo, filósofo y ensayista


Tengo 24 años. Profesor de Historia del Pensamiento del Siglo XX. La vida que vivimos es vacía y miserable, la
transformación no sólo tiene que ser política y social, sino de la vida misma.

" El futuro es brumoso, no tenemos una idea de qué sucederá, y el pasado se ha vuelto inútil. Vivimos un
presentismo absoluto, sin miras hacia un futuro mejor y sin referentes hacia la tradición; estamos suspendidos
en un abismo"
23

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20170118/413452749251/vivimos-en-la-inmovilidad-
frenetica.html

Lúcido
Vivimos bajo el yugo de la aceleración, es el sino de nuestro tiempo y nadie escapa. Mucha de nuestra
insatisfacción no es hija de una infancia desdichada, lo es de un correr hacia ninguna parte. Lúcido y poético, este
joven filósofo nos regala una reflexión, apenas 50 páginas cargadas de sentido: Contra el tiempo, premio Anagrama
de Ensayo, donde propone escapar de la aceleración a base de instantes, ese momento de pura presencia en el que
los minutos dejan de transcurrir y la velocidad es algo imposible. “Yo no soy un iluminado, soy el más acelerado de
todos, un sujeto estresado, ansioso: acabé la carrera a los 20, mi primer libro a los 22, y este a los 24: un grito de
búsqueda de solidaridad, de aliados en la lucha contra el tiempo”.
Quiere usted transformar la vida misma?
Creo que es necesaria una transformación existencial que trastoque no sólo cómo nos comportamos en
sociedad, sino también nuestras relaciones con nosotros mismos, con la naturaleza; y nuestras prioridades en
la vida.

¿Qué nos pasa?


La sociedad actual se caracteriza por la aceleración. Todo, desde la economía, la política y las subjetividades,
vive bajo el yugo de la eficacia y la rapidez. Somos sujetos estresados, ansiosos, dispersos, deprimidos, con
prisa. Vivimos en la inmovilidad frenética.

En la rueda del hámster.


Exacto, porque constantemente se suceden eventos, pero ninguno con la densidad suficiente como para
transformarnos, para que se vuelva una experiencia verdadera. Hay mucho movimiento pero no hay
desplazamiento.

Ni dirección ni sentido.
No. El futuro es brumoso, no tenemos una idea de qué sucederá, y el pasado se ha vuelto inútil. Vivimos un
presentismo absoluto, sin miras hacia un futuro mejor y sin referentes hacia la tradición; estamos suspendidos
en un abismo.

¿Qué nos ha traído hasta aquí?


Un sistema ideológico, político y económico que lo que busca es generar ganancias eternamente, y la
aceleración es el mecanismo para maximizar esas ganancias. Nuestras vidas están dedicadas a la producción y
al consumo.

Las alternativas asustan…


No las hay. Debemos repensarlo todo. Se trata de una crisis de la civilización en su conjunto.

...Y te sientes responsable de no saber descabalgar de esa locura.


Es importante entender que ese correr a ninguna parte no es una cuestión de individuos y decisiones, sino de
la estructura que nos domina.

Hay quien propone la desaceleración.


La propuesta de la lentitud es infructuosa. El propio Carl Honoré, gurú de la lentitud, convertido en
superestrella, se queja de que ha entrado en el torbellino de la aceleración. A su pesar, él y sus ideas se han
vuelto mercancía.

¿Cómo se para esto?


No se resiste a la velocidad queriendo detenerla, sino escapando a su dinámica. Lo único que puede
enfrentarse al tiempo acelerado esel instante.

¿Esa breve porción de tiempo?


24

Es más que eso, es una experiencia temporal particular, una suspensión del transcurrir de los segundos y las
horas, un tiempo estático que apenas dura, pero todos los tiempos están contenidos en él. Se trata, como decía
D.T. Suzuki, del momento en el que el espíritu finito comprende que está arraigado en el infinito.

Suena místico.
Lo es, pero no es una experiencia extraña, en realidad todos lo hemos vivido de diferentes maneras: paseando;
en una sobremesa con amigos; la lectura de poesía en voz alta, porque es ritmo, es música, y te saca del
tiempo lineal...

...
La carcajada, que te captura en el instante. Estar en silencio, que en realidad es saber escuchar los sonidos que
nunca escuchamos y conectarte de otra manera con el entorno; una borrachera..., experiencias que pertenecen
a la más sencilla cotidianidad.

¿Esa sensación dichosa de que no sabes cuánto tiempo ha pasado?


Sí, y en realidad lo que sucedió es que tuvimos una experiencia de comunión con el otro, con nosotros
mismos o con la naturaleza y se suspendió la linealidad del tiempo acelerado. Utilicémoslo, construyamos una
filosofía práctica del instante que se enfrente a la aceleración.

Está hablando de intensidad.


Sí, de favorecer esas experiencias que tienen una densidad notable, nada superficiales, en las cuales estamos
volcados y viviendo las relaciones con el entorno y con nosotros de manera distinta; ya no hay una separación
objetual, es una relación de comunión, es el encuentro con lo otro que te completa como sujeto; es lo que el
amor hace, punto.

Pero vivimos una época de desamor.


Por eso estos pequeños gestos, estas cosas minúsculas, acaban siendo lo revolucionario hoy día. Es una
filosofía de lo minúsculo, de la sombra, del escape, pero también de la transformación más radical: la del
sujeto.

Transformación sin enfrentamiento.


Sí, sin violencia. Escapemos por la puerta de atrás. Recordemos que combatir es perder. Se trata de resistir sin
resistir, de hacer sin hacer.

Eso no cambia nuestra manera de vivir, es sólo un recreo.


De acuerdo, el instante no es un fin, es un mientras tanto, es algo muy modesto, pero cargado de
potencialidad. Es una bisagra entre este mundo y lo que vendrá; un sacar la cabeza del agua cuando nos
estamos ahogando para volver a sumergirnos, sí, pero quizás en ese sacar la cabeza entreveamos el mundo por
venir.

Tastar la libertad.
No hay que confundir el carpe diem capitalista, que es la sublimación del consumo: más y a mayor velocidad,
con el instante, que es la construcción de un tiempo fuera del consumo y de la lógica de la productividad y de
las mercancías.

Entonces, ¿qué tiene de transformador?


Permitirnos ver que la vida que vivimos no es la única posible, que la vida con sentido está en otro lado que
en el éxito y el consumo, en no ver al otro y lo que nos rodea como un producto,sino en hermanarte.
25

Onda política
Raúl Prada Alcoreza

http://www.bolpress.com/2017/01/17/onda-politica/
26

La metáfora, es decir, la figura, que corresponde a la metaforización o a la figuración, no solamente


ayuda a pensar, sino corresponde a una de las funciones primordiales del pensamiento. Vamos entonces
a emplear la metáfora onda, que corresponde a la figura física de vibración, para referirnos a
la frecuencia política, aunque también al movimiento político o proceso político. Hemos empleado dos
palabras, frecuencia y movimiento; una, que corresponde a una figura estadística; la otra, que no deja
de corresponder a la figura física, por excelencia, si se quiere, de desplazamiento. También empleamos
el término de proceso, que corresponde a la metáfora industrial de proceso productivo. Como podemos
ver, el lenguaje está atravesado por metáforas, además de alegorías y símbolos; así como por mitos,
entonces, tramas. Como dijimos, a un principio, las metáforas ayudan a pensar, por analogías y
diferencias, por similitudes y distinciones, por comparaciones y contrastes; así como
por transferencias de sentido. El mismo que sufre transformaciones semánticas y conceptuales.
Nos referimos a onda política como oscilación del comportamiento político, sobre todo, en lo que respecta al
contraste entre ascenso y descenso de un ciclo político[1]. Aunque este comportamiento, de ascenso y
descenso, corresponde a solo un recorte de la onda, que luego de encontrar su cresta se desliza hacia su fondo,
ya incorporamos la imagen de onda al referirnos a un ciclo político, por lo tanto, a un proceso político. Al
hacerlo, acompañamos a esta imagen con las figuras de vibración y frecuencia. En otras palabras, hablamos
del proceso político como si se comportara de una manera ondulatoria. Al hacerlo, de contrabando, también
se introduce la idea de regularidad en las oscilaciones ondulatorias. Es cuando tenemos que tener mucho
cuidado, pues, para decirlo directamente, las regularidades políticas no se reducen a las regularidades físicas,
sino que son conformadas por otras composiciones y combinaciones en la articulación de sus
propias complejidades singulares.
Vamos a tratar de comprender el acontecimiento político, por lo tanto, en el acontecimiento, comprender
el proceso político, usando la metáfora de onda política. En este sentido, requerimos presentar
esquemáticamente el concepto físico de onda; lo hacemos de una manera descriptiva y sucinta de la teoría
física con este propósito. Después, usaremos el arsenal de categorías estructurantes del concepto de onda,
con el objeto, también metafórico, de pensar el ciclo político, desde el enfoque oscilatorio de onda.
Concepto físico de onda
Una onda se manifiesta en la propagación de una perturbación en alguna propiedad del espacio. Hablamos
de densidad, presión, campo eléctrico-magnético; involucrando un transporte de energía, sin conllevar
un transporte de materia. Sin embargo, el espacio perturbado puede contener materia, aire, agua, o no, mas
bien, vacío. La magnitud física, cuya perturbación se propaga, se formula como una función tanto de
la posición como del tiempo, ψ(⃗r, t). Matemáticamente se enuncia que dicha función es una onda si verifica
la ecuación de ondas:
∇2ψ(⃗r, t) = 1/ v2 *∂2ψ/ ∂t2 (⃗r, t),
donde v es la velocidad de propagación de la perturbación. Ciertas perturbaciones, debidas a la presión, dada
en el ambiente, llamadas sonido, verifican la ecuación anterior.
Una vibración determina las características necesarias y suficientes que definen un fenómeno como onda. Se
entiende intuitivamente como transporte de perturbaciones en el espacio; se considera el espacio como un
medio en el que pueden producirse y propagarse dichas perturbaciones, al variar alguna de sus propiedades
medibles. La teoría de ondas se ocupa de las propiedades de los fenómenos ondulatorios; independientemente
de cual sea su origen físico[2]. Una peculiaridad de estos fenómenos ondulatorios es que, a pesar de que el
estudio de sus características no depende del tipo de onda en cuestión, los distintos orígenes físicos, que
provocan su aparición, les confieren propiedades particulares, que las distinguen de unos fenómenos a otros.
La acústica se diferencia de la óptica; las ondas sonoras están relacionadas con aspectos más mecánicos que
las ondas electromagnéticas, donde rigen los fenómenos ópticos. Conceptos tales como masa, cantidad de
movimiento, inercia o elasticidad son conceptos imprescindibles para describir procesos de ondas sonoras; en
cambio, en los fenómenos ópticos, no tienen relevancia. Las diferencias en la cualidad de las ondas, ocasionan
ciertos atributos, que caracterizan cada onda; manifestando distintos efectos en el medio en que se propagan.
En el caso del aire, vórtices, ondas de choque; en el caso de los sólidos, dispersión; y en el caso del
electromagnetismo, presión de radiación.
Elementos de una onda
27

• Cresta: La cresta es el punto de máxima elongación, es decir, máxima amplitud de onda; es el punto
de la onda más separado de su posición de reposo.
• Período (T): El periodo es el tiempo que tarda la onda en ir de un punto de máxima amplitud al
siguiente.
• Amplitud (A): La amplitud es la distancia vertical entre una cresta y el punto medio de la onda.
Nótese que pueden existir ondas cuya amplitud sea variable, es decir, crezca o decrezca con el paso
del tiempo.
• Frecuencia (f): Número de veces que es repetida dicha vibración por unidad de tiempo. En otras
palabras, es una simple repetición de valores por un período determinado. T = 1 /f.
• Valle: Es el punto más bajo de una onda.
• Longitud de onda (λ): Es la distancia que hay entre el mismo punto de dos ondulaciones
consecutivas o la distancia entre dos crestas consecutivas.
• Nodo: es el punto donde la onda cruza la línea de equilibrio.
• Elongación (x): es la distancia que hay, en forma perpendicular, entre un punto de la onda y la línea
de equilibrio.
• Ciclo: es una oscilación o viaje completo de ida y vuelta.
• Velocidad de propagación (v): es la velocidad a la que se propaga el movimiento ondulatorio. Su
valor es el cociente de la longitud de onda y su período:

v = λ /T
Las ondas periódicas están caracterizadas por crestas, montes y valles; usualmente son categorizadas
como longitudinales o transversales. Una onda transversal es aquella con las vibraciones perpendiculares a
la dirección de propagación de la onda; incluyen ondas en una cuerda y ondas electromagnéticas. Onda
longitudinal es aquella con vibraciones paralelas en la dirección de la propagación de las ondas;
incluyen ondas sonoras. Cuando un objeto corta un espesor determinado, por ejemplo, un estanque,
el espacio experimenta una trayectoria orbital, porque las ondas no son simples ondas transversales
sinusoidales. Ondas en la superficie de una cuba son, realmente, una combinación de ondas transversales y
longitudinales; los puntos en la superficie siguen caminos orbitales. Todas las ondas tienen un
comportamiento común bajo un número de situaciones estándar. Todas las ondas pueden experimentar los
siguientes fenómenos:

• Difracción: Ocurre cuando una onda al topar con el borde de un obstáculo deja de ir en línea recta
para rodearlo.
• Efecto Doppler: Efecto debido al movimiento relativo entre la fuente emisora de las ondas y
el receptor de las mismas.
• Interferencia: Ocurre cuando dos ondas se combinan al encontrarse en el mismo punto del espacio.
• Reflexión: Ocurre cuando una onda, al encontrarse con un nuevo medio que no puede atravesar,
cambia de dirección.
• Refracción: Ocurre cuando una onda cambia de dirección al entrar en un nuevo medio en el que
viaja a distinta velocidad.
• Onda de choque: Ocurre cuando varias ondas que viajan en un medio se superponen formando un
cono.

Una onda es polarizada si solo puede oscilar en una dirección. La polarización de una onda
transversal describe la dirección de la oscilación, en el plano perpendicular a la dirección del viaje. Ondas
longitudinales tales como ondas sonoras no exhiben polarización, porque para estas ondas la dirección de
oscilación es a lo largo de la dirección de viaje. Una onda transversal, como la luz, puede
ser polarizada usando un filtro polarizador o al ser reflejada por un dieléctrico inclinado[3].
Propuestas para un concepto de onda política

1. Onda política es el fenómeno de propagación del acontecimiento político en el tejido espacio-


temporal-social.
28

2. La onda política transporta, por así decirlo, la energía capturada de las fuerzas sociales, atrapadas
en las mallas institucionales.
3. La onda política ocasiona perturbaciones en planos y espesores de intensidad del tejido social.
4. Estas perturbaciones dejan sus huellas en estos planos y espesores de intensidad de la complejidad
social singular.
5. El comportamiento de la onda política depende, por así decirlo, de las coordenadas dadas en
la multidimensionalidad del tejido social; coordenadas definidas por dispositivos, agenciamientos,
prácticas, estructuras e instituciones en la complejidad integral del tejido social, que supone
los ciclos vitales ecológicos de la biodiversidad.
6. La forma de la curva, sus características, sus oscilaciones, sus ritmos, velocidad y duración,
dependen del juego complejo de composiciones y combinaciones de las fuerzas o los campos de
fuerzas, que corresponden a distintas materialidades, en el tejido social, en las territorialidades y en
las ecologías.
7. Las crestas de la onda política definen el alcance de las vibraciones, la irradiación de
las perturbaciones. Además de que éstas, las crestas, también dependen de la frecuencia, la longitud
de onda, la velocidad de sus oscilaciones y la cantidad de energía
8. El periodo de la onda política depende de la consistencia de las gestiones, de la convocatoria, de la
fortaleza institucional; en el caso de perturbaciones transformadoras, depende de la profundidad y
extensión de las incidencias, de sus efectos de masa, en el contexto de nuevas equilibraciones,
adecuaciones, sincronizaciones.
9. La amplitud de la onda política se define por la intensidad de los desplazamientos, la característica
de los ritmos, por la forma misma de la onda, así como por el alcance de la cresta.
10. La frecuencia de la onda física viene definida por el número de vibraciones en unidad de tiempo. En
lo que respecta a la onda política, podríamos decir que la frecuencia se define por la cantidad de
acciones, prácticas, gestiones, por el lado, de la malla institucional, y la cantidad de conflictos,
movilizaciones, activismos, por el lado de la sociedad alterativa.
11. El valle en la onda política viene definida por el momento de mayor inercia, tanto en la gestión como
en el proceso político en curso.
12. El nodo en la onda política viene definido en el momento cuando tanto la gestión como el proceso
político se encuentran en su línea de equilibrio.
13. La elongación en la onda política define la diferencia entre turbación y la línea de equilibrio, en
cualquier momento de la onda política; en el caso de crisis, se trata de la diferencia entre punto
singular de la crisis y línea de equilibrio, en cualquier momento del proceso político.
14. El ciclo político en la onda política se configura entre la apertura de un proceso político y
su clausura.
15. La velocidad de propagación en la onda política corresponde a la relación entre longitud de onda y
su periodo, en la onda física; en el caso que nos compete, se trata de la extensión de la onda, si se
quiere, lo que abarca, y el lapso en el que se efectúa.
16. También se pueden usar, metafóricamente, los fenómenos descritos de la onda física.
La difracción en la onda política corresponde al cambio de orientación del desplazamiento directo,
al enfrentarse a obstáculos políticos o económicos, de resistencias y conflictos, bordeando los
mismos para rodearlos.
17. También se puede estudiar en los procesos políticos el efecto doppler, que vendría definido por
la retroalimentación entre la fuente emisora de políticas y la recepción social de las mismas; en su
caso, también se puede hablar de ruido o de incomunicación o de inconexión entre la fuente
emisora y la recepción, en caso de conflicto, mucho más, en caso de crisis.
18. Así como se pueden encontrar interferencias cuando distintos proyectos políticos, acompañados por
sus respectivos procesos políticos, se encuentran en un momento del espacio-tiempo del tejido social.
19. Del mismo modo, se puede estudiar en la onda política el fenómeno de reflexión. Esto ocurre cuando
el proceso político, al encontrarse con espesores de intensidad que no puede cruzar o incidir, cambia
de orientación y dirección.
20. También puede darse el fenómeno de refracción, cuando la onda política, al encontrarse
con espesores de intensidad resistentes, por así decirlo, y sin embargo, los atraviesa, pero,
se desplaza a distinta velocidad.
29

21. De la misma manera, se puede estudiar, en la onda política, algo parecido al fenómeno de onda de
choque. Esto ocurre cuando varias ondas políticas se superponen en un mismo contexto, formando
un cono de posibilidades.

La onda política populista


A manera de ilustrar y como ejercicio de aplicación de la metáfora de onda política, vamos a poner en juego
la estructura, por así decirlo, de la metáfora en cuestión, sus categorías y fenómenos; en
principio, describiendo el proceso político populista desde el enfoque de la onda política. Después
buscaremos otra interpretación desde la perspectiva de la complejidad, que pone en juego las vitales figuras
de vibración, onda, energía, cuerdas.

1. Si bien, tenemos que hablar de onda política populista en su singularidad; refiriéndonos a


un proceso político especifico, dado en un contexto determinado y en una coyuntura definida; vamos
a hacerlo de esta manera, comprendiendo las articulaciones de la complejidad y sus dinámicas
simultaneas e integradas; empero, tratando, no de generalizar, sino de profundizar en
las regularidades, características, ritmos y ciclos de un proceso político populista Este es el caso
del proceso político populista boliviano reciente.
2. Una primera descripción, desde la perspectiva de la onda política, es que la misma parece variar en
su desplazamiento. Las primeras oscilaciones y vibraciones, podríamos decir, en una primera etapa
de la forma de gubernamentalidad populista, parecen
mostrar crestas altas, amplitudes mayores, ritmos acelerados, propagaciones En cambio, en las
siguientes etapas del proceso político populista, parecen, mas bien, disminuir en intensidad, en
amplitud, en alcance, así como también en los ritmos y velocidades del proceso mismo.
3. Ocurre como si la energía social con la que nace el proceso político en cuestión disminuyera,
ocasionando desaceleraciones, disminución de los ritmos, menor envergadura en cuanto a los
alcances políticos. Las vibraciones y la frecuencia de las vibraciones disminuye en el periodo.
4. Se podría decir que tanto la distancia de los momentos de la onda política respecto de la línea de
equilibrio disminuye; así como también, la distancia de estos momentos respecto del fondo o
su valle, que manifiesta inercia, disminuye. Lo primero, puede ser tomado como una tendencia a
la equilibración del proceso, después de la primera temporada agitada. En cambio, lo segundo,
aparece como un acercamiento a la inercia.
5. En este transcurso, donde se manifiestan cambios en la forma de la curva de la onda política, así
como en su tamaño, alcances, ritmos, frecuencias, parecen cambiar las significaciones de
los fenómenos políticos. Quizás un primer síntoma de la variación del sentido político aparece con
el fenómeno de difracción. Ante la presencia de obstáculos políticos, el comportamiento político,
mas bien, tiende a eludirlos, sin enfrentarlos, bordeándolos para rodearlos. No se solucionan
los problemas; empero, se busca enquistarlos, por este merodeo, aislándolos.
6. Recordando nuestros análisis anteriores, es cuando se hace patente la tendencia a la simulación,
al montaje, al teatro político; que busca sustituir la presencia de los ineludibles obstáculos por
la representación de su desaparición; creyendo que con aislarlos o enquistarlos basta, para hacerlos
desaparecer. Sin embargo, el problema no solucionado subsiste.
7. Otro síntoma de la modificación de contexto aparece como efecto doppler; la relación entre la fuente
emisora de políticas y la recepción social deja de ser la de la retroalimentación, como en los
mejores momentos de la convocatoria, para comenzar a mostrar incomunicaciones, inconexiones y
ruidos, entre la fuente y la recepción.
8. Un tercer síntoma del cambio de contexto, que corresponde al cambio en la forma de la curva de
la onda política, es el de la interferencia. Distintos proyectos políticos, contenidos en el
mismo proceso político, concurren diferenciándose. Esto sin considerar los proyecto
políticos de procesos políticos anteriores o, por así decirlo, conservadores, en un caso, o radicales,
en contraste, en otro caso.
9. El cuarto síntoma parece formar parte de una subsiguiente fase o, si se quiere, tercera etapa, en
esta secuencia de la onda política populista. Se trata del fenómeno de reflexión; cuando la onda
política populista se topa con espesores sociales que no puede cruzar, incorporar, ni incidir, cambia
la orientación de la onda, reflejándose en una especie de retorno, así como mostrando
otras direcciones políticas ocultas, de carácter conservador.
30

10. En esta tercera etapa del proceso político populista, aparece un quinto síntoma; el fenómeno de
la refracción. Cuando los espesores sociales de resistencia no son lo suficientemente consistentes,
la onda política populista logra atravesarlos; empero, lo hace de manera ralentizada. Incluso se
puede considerar que se dan nuevos acuerdos, nuevas alianzas, impensables en la primera etapa
del proceso político.
11. A nuestro entender, el sexto síntoma todavía no se ha dado con respecto a las condiciones de
posibilidades del contexto de realidad, por así decirlo. La onda política populista no se ha topado
con otras ondas políticas, ocasionando esta superposición un cono de posibilidades políticas

Esta inicial descripción, que es, mas bien, incipiente todavía, hecha desde la perspectiva de
la metáfora de onda política, no ha usado la estructura y composición de las coordenadas, que hacen a
la multidimensionalidad, por lo tanto, a la complejidad dinámica, en este caso política. Lo que nos acercaría
al análisis desde la perspectiva de la complejidad, que comprende la integralidad del acontecimiento político.
Queda pendiente esta tarea, en aras de reenganchar esta descripción con los análisis prospectivos que hicimos
antes. Sin embargo, ya podemos sugerir, con lo descrito, algunas hipótesis interpretativas.
Hipótesis interpretativas

1. La onda política populista nace con una cantidad de energía social, que despliega
desbordantemente. Esta cantidad de energía social disminuye, se desgasta o agota; pues no
encuentra retroalimentación. Al ocurrir esto, la forma de la curva de la onda política cambia; se
modifica, achicándose, encogiendo toda la estructura de sus composiciones. Cambiando también
los contextos de realidad y las coyunturas. La incidencia política de la onda política populista ya no
es de convocatoria, sino, mas bien, clientelar. Modificando el sentido mismo político del proceso.
De promesa se ha convertido en una burda imitación.
2. Estas variaciones en la estructura de composición de la onda política, que implica merma de
las cantidades, disminución de los tamaños y alcances, así como de los ritmos, las frecuencias y la
velocidad, por lo tanto, de la intensidad y la extensidad del proceso mismo, cambian u ocasionan
otros contextos de realidad. Estos contextos ya no son de apertura, menos de transformación, sino,
más bien, anuncian la clausura y a regresión conservadora.

NOTAS
[1] Ver El descarnado poder; también El poder clientelar; así mismo El
desmoronamiento. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-descarnado-poder/.
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-poder-clientelar/.
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-desmoronamiento/.
[2] Ostrovsky y Potapov, 1999.
[3] Referencias: [1] Ron Cowen (29 de mayo de 2014). «No evidence for or against gravitational
waves». Nature (en inglés). • “buena onda” 2011 un tipo raro, su casa • “Mala onda” 2013 mira tú,
un estudio.Bibliografía: • Campbell, M. and Greated, C. (1987). The Musician’s Guide to Acoustics.
New York: Schirmer Books. • French, A.P. (1971). Vibrations and Waves (M.I.T. Introductory
physics series). Nelson Thornes. • Hall, D. E. (1980). Musical Acoustics: An Introduction. Belmont,
California: Wadsworth Publishing Company. Texto • Onda Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Onda?oldid=95475265 Colaboradores: AstroNomo, Agremon, Moriel,
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JABO, Satanás va de retro, AvicBot, Mauro tramontina, Ginés90, Fany bonita, 5truenos,
DerKrieger, Ruben Josue Rafael Flores, LlamaAl, Érico, Sujeto2598, FrancoSorano, Vicente1064,
DLeandroc, Murcyredhot, Violin3000, Helmy oved, José A.2, Syum90, Kevin Barja, Rauletemunoz,
Lemilio775, Zimplemente silvestrista, Legobot, Leitoxx, Davidarauzm, Balles2601, Herman.pulido,
Edagar.15, Santya, Daltreck, Jarould, Kevin lagos, RI123JH, 4lextintor, Lectorina, Fernando2812l,
Jair.reolv, Jose de jesus gutierrez campos, Krassnine, YordyMaxXd, Franciscojvvergara, Naegi
Makoto, Mainkra777mainkra777 y Anónimos: 773. Ver Enciclopedia Libre:
Wikipedia:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&co
llection_id=c92b529a017624bff455d6f7e7da94fcf9261be3&writer=rdf2latex&return_to=Onda.

Trump puede hacer todo lo que propuso, ¿quién va a pararlo?, dice el


historiador Jean Meyer
https://www.youtube.com/watch?v=q0hLD5KgGLg
32

Las noticias vetadas por las redes oficiales


https://actualidad.rt.com/todas_las_noticias

Censor, arbitro de la verdad o mordaza


Facebook decidirá si lo que publicas es verdad o mentira
http://www.lahaine.org/mundo.php/facebook-decidira-si-lo-que

Rusia no es nuestra enemiga; Rusia no amenaza nuestras


fronteras, como Marruecos; Rusia no limita nuestra soberanía, la
Unión Europea lo hace; Rusia no dicta la politica económica de
nuestro país, el FMI lo hace; Rusia no nos pide soldados para
sus guerras, la OTAN si lo hace; Rusia no tiene bases en España,
EE.UU. las tiene. Ni un solo soldado español para U.E., el FMI, la
OTAN o EE.UU.!
Magníficos carteles de agendacomunistavalencia.blogspot.com.com

ANALISTA EXPONE EL FUTURO DE LAS RELACIONES ENTRE EEUU, CHINA


Y RUSIA
https://elrobotpescador.com/2017/01/17/analista-expone-el-futuro-de-las-relaciones-entre-
eeuu-china-y-rusia/

Una escritora de EE.UU. propone bombardear México para acabar con la


migración
http://www.argumentopolitico.com/2016/11/una-escritora-de-eeuu-propone.html

La LA ALT-RIGHT hasta ahora ganó lo que se propuso: ocupar un espacio


mediatico, popularizar su política, posicionar a un representante suyo,
imponer una agenda mundial y crear estupor en el mundo.

8 cosas que pueden cambiar en el mundo con la llegada de Trump a la


presidencia de EE.UU.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38651016

Geopolitica Hoy
https://geopoliticahoy.com
Putin sobre invenciones de EEUU: "Los que las hacen son peores que
prostitutas"
https://mundo.sputniknews.com/rusia/201701171066282354-putin-eeuu-prostitutas-mentiras/
33

Piedad por Italia, caramba tantos sismos, recuerda la caida del imperio
romano
http://www.lavanguardia.com/sucesos/20170118/413473884567/terremotos-italia-
emergencia.html

"Comerían nieve si tuvieran que hacerlo": asesor de Trump revela el


secreto del éxito de los rusos
El asesor del presidente electo sostiene que las sanciones de EE.UU. contra Rusia han tenido el
efecto contrario.
https://actualidad.rt.com/actualidad/228726-comer-nieve-trump-rusia

El Kremlin contesta a las palabras de que "los rusos pueden comer nieve
para sobrevivir"
https://mundo.sputniknews.com/rusia/201701171066278097-rusos-comen-nieve-peskov/

Theresa May: "El Reino Unido abandonará el mercado único de la Unión


Europa"
May, quien a través de su discurso busca definir el destino de su país respecto al 'Brexit', ha
aseverado que su decisión se someterá a la votación de las dos cámaras del Parlamento.
https://actualidad.rt.com/actualidad/228728-theresa-may-reino-unido-abandonar-mercado-
union-europea

Lavrov: "No veo que Trump busque una oferta de desarme a cambio del
levantamiento de las sanciones"
El ministro de Exteriores ruso señaló que no considera que el presidente electo de EE.UU. vincule
el levantamiento de las sanciones contra Moscú con la reducción de sus armas nucleares.
https://actualidad.rt.com/actualidad/228715-lavrov-trump-asocia-cese-sanciones-disminuir-
arsenal-nuclear

"Rusia no sacrificará su seguridad a cambio del levantamiento de


sanciones"
Moscú está dispuesto a discutir las propuestas estadounidenses en la esfera de desarme, pero no
a costa de su seguridad, aseguran desde la Cámara Alta del Parlamento ruso.
https://actualidad.rt.com/actualidad/228645-moscu-rusia-cambiar-seguridad-sanciones

Medio chino: "Trump muestra una arrogancia estratégica que está fuera
del poder de EE.UU."
Un periódico señala que el presidente electo de EE.UU. no demuestra la paciencia de "llevar a
cabo un juego geopolítico del equilibrio de potencias".
https://actualidad.rt.com/actualidad/228701-china-trump-arrogancia-estrategica-poder-eeuu
34

Oposición alemana: Debemos crear un sistema de seguridad con Rusia


https://mundo.sputniknews.com/defensa/201701171066283679-alemania-alianza-atlantica-
disolucion/

Moscú acusa a EE.UU. de tratar de reclutar al número dos de la embajada


rusa en Washington
• El ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, afirma que la inteligencia estadounidense puso un sobre
con 10.000 dólares en el coche de un diplomático para intentar comprarle
• http://www.lavanguardia.com/internacional/20170117/413436462978/moscu-acusa-eeuu-reclutar-numero-
dos-embajada-rusa-washington.html

China desembarca en Davos dispuesta a consolidar su poder frente a


Trump
Pekín negoció que el presidente Xi Jinping inaugure este martes el Foro Económico Mundial
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/16/actualidad/1484570903_971140.html#
?id_externo_nwl=newsletter_diaria_manana20170117m

Impactantes imágenes de la NASA demuestran cómo ha cambiado el


rostro de la Tierra
https://mundo.sputniknews.com/mundo/201701171066288390-cambios-planeta-imagenes-
satelites/

¿Por qué Rusia lucha en Siria?


Hemos reunido las búsquedas de los usuarios más populares relacionadas con Rusia. En la serie de
artículos “Por qué Rusia” respondemos con detalle a cada pregunta. Hoy explicamos por qué Rusia
participa en la guerra de Siria, donde participa desde septiembre de 2015.
https://es.rbth.com/internacional/2017/01/17/por-que-rusia-lucha-en-siria_681801

El Banco Mundial aconseja a Rusia invertir en educación y en sanidad


De lo contrario, el país no logrará adaptarse a los rápidos cambios de la economía mundial, opinan
los economistas de la institución.
https://es.rbth.com/economia/2017/01/17/el-banco-mundial-aconseja-a-rusia-invertir-en-
educacion-y-en-sanidad_682761

La maquila confía en que Trump no llegue más lejos, pero, por lo pronto,
suspende inversiones
http://www.sinembargo.mx/17-01-2017/3137062

GM da detalles de su traslado a EU y México, con un Presidente parado y


sin plan b, sólo observa
http://www.sinembargo.mx/17-01-2017/3137091
35

GM invertirá mil mdd en EU y repatriará plazas de México


http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/01/17/se-espera-anuncio-de-inversion-de-gm-de-
mil-mdd-en-eu

Turismo busca depender menos de EU por Trump: Sectur


http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/01/17/mexico-busca-depender-menos-de-turismo-
de-eu-por-trump-de-la-madrid

El 74% de los mexicanos se siente inseguro: Inegi; CdMX, Ecatepec y


Fresnillo, donde más se percibe violencia
http://www.sinembargo.mx/17-01-2017/3137068

“FUERA REPRESALIAS”
Trump sugiere levantar las sanciones a Rusia

• El presidente electo de EE.UU. estudia esa posibilidad si el Kremlin acepta colaborar en la lucha contra el
terrorismo
• http://www.lavanguardia.com/internacional/20170114/413355861486/trump-sugiere-levantar-sanciones-
rusia.html

¿Podría el escándalo de Rusia desembocar en un ‘impeachment’ a Donald


Trump?
• Los supuestos vínculos del presidente electo con el Kremlin dejan al futuro líder de EE.UU. en una posición
vulnerable.
http://www.lavanguardia.com/internacional/20170113/413335195039/rusia-impeachment-donald-
trump.html

El derrumbe del sistema americano y la victoria de Trump


Obama fue en 2008 el triunfo moral y simbólico de la América progresista. El nuevo presidente de
EEUU es el Obama de la otra América, la América conservadora. Pero los dos grandes partidos,
Demócrata y Republicano, han implosionado
http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10492/Estados-Unidos-Trump-Obama-democracia.htm

Trump es el Presidente electo peor evaluado por EU, al menos de los


últimos 20 años: Gallup
http://www.sinembargo.mx/14-01-2017/3136209

Desde diciembre, el equipo de Trump analiza, con el Ejército de EU, el


muro fronterizo, dice CNN
http://www.sinembargo.mx/13-01-2017/3136102

5 razones por las que Donald Trump considera que China es un enemigo
de EE.UU.
Margarita RodríguezBBC Mundo, @margarrm
36

http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38572842

Trump: la Argentina es un eje muy importante para los EE.UU. en la región


Es lo que comunicó en una reunión con expertos en asuntos latinoamericanos, según uno de los
invitados. El presidente electo también dijo conocer la idiosincracia de los argentinos.
http://www.clarin.com/politica/trump-argentina-eje-importante-eeuu-region_0_S1CQvlv8g.html

Ante analistas, Trump destacó el rol de la Argentina en la región


El presidente electo reconoció el "nuevo clima" y mostró interés por el país
http://www.lanacion.com.ar/1975788-ante-analistas-trump-destaco-el-rol-de-la-argentina-en-la-
region

El elegido de Trump para Defensa ganó millones de dólares en la


industria de la defensa después de su retiro en el año 2013
Su declaración financiera indica que su fortuna asciende a más de diez millones de dólares, ganados por su trabajo
para la industria armamentística. A juicio del ex general el orden mundial establecido por EE.UU. está "bajo el
mayor ataque desde la Segunda Guerra Mundial" por Rusia.
http://www.elciudadano.cl/2017/01/14/351422/el-elegido-de-trump-para-defensa-gano-
millones-de-dolares-en-la-industria-de-la-defensa-despues-de-su-retiro-en-el-ano-2013/

Respuesta de Beijing a Tillerson: Sólo con guerra EE.UU. puede cerra


acceso a Mar de China
http://www.elclarin.cl/web/noticias/internacional/21232-respuesta-de-beijing-a-tillerson-solo-
con-guerra-ee-uu-puede-cerra-acceso-a-mar-de-china.html

LA CREATIVIDAD RUSA EN LA “GRAN GUERRA MUNDIAL” EN SIRIA


Youssef A. Khaddour
http://katehon.com/es/article/la-creatividad-rusa-en-la-gran-guerra-mundial-en-siria
En primer lugar tenemos que aceptar que Rusia a día de hoy está encabezando una alianza, que se compone
de países y fuerzas que están combatiendo al terrorismo en Siria. Adopté el nombre de “eje de valores” para
esta alianza en un artículo previo, porque el factor común en esta alianza no es la religión, culto, o ideología
común sino los valores. Se ha vuelto claro para todos los países y fuerzas en este “eje de valores” que, la
actual batalla en Siria es una guerra global encabezada por los EEUU, y muchos países europeos y regionales
están participando en ella, pero todos ellos se alejaron de los valores de libertad, democracia, derechos
humanos y soberanía estatal garantizada por el Derecho Internacional. Todos esos valores se volvieron
víctimas en la “gran guerra mundial” de Siria como resultado del comportamiento de una alianza que afirma
que sostiene esos valores pero practica algo que no tiene ninguna relación con dichos valores. Cuando
hablamos sobre países en la alianza encabezada por los EEUU, no nos referimos a la gente que vive en esos
países, sino a los gobiernos que representan las élites gobernantes en esos países.
He usado el término “gran guerra mundial”, “citando al escritor Michael Awad” para la precisión de este
término en la descripción de la guerra siria, que es una guerra global en todos los significados y tendencias,
más global que la primera y segunda guerras mundiales, tanto en términos de periodo como en términos de
participación de grandes potencias en esta guerra, o en términos de equipamiento usado y en términos de
calidad y número de los participantes en esta guerra, y finalmente en términos de afectación al futuro de todo
el mundo, el impacto de los efectos no puede ser ignorado ni a nivel regional ni internacional.
Cuando hablamos sobre la creatividad rusa, no olvidamos la inmensa creatividad mostrada por el presidente
Bashar al-Assad y su gran paciencia para que el mundo pueda ver realmente la verdad en Siria, esto es, que el
gobierno sirio está luchando contra terroristas y no contra revolucionarios. Tampoco olvidamos la actitud leal
y creativa de Sayyed Hassan Nasrallah, líder de la resistencia islámica en Líbano, e Irán por la velocidad de
toma de decisiones y comprensión de la realidad en la guerra siria mediante la posición anunciada por Sayyed
37

Hassan Nasrallah, el cual declaró que estos terroristas son más peligrosos que el mismo Israel, y que son sus
herramientas en la región.
Cuando hablamos sobre creatividad rusa, necesitamos recordar la situación internacional y la posición de la
opinión pública mundial a través del control de los medios de comunicación occidentales, que puede
resumirse en que Europa, los Estados Unidos y sus aliados, estaban representando el bando pro-democrático,
de las libertades y derechos humanos, que se oponen a las dictaduras y represiones en todas sus formas, y por
tanto estaban apoyando las revoluciones de color como una especie de revolución, que apunta a conseguir
libertad y deshacerse de regímenes autoritarios, por supuesto, antes de que esta cosa se descubriera y las
revoluciones de color claramente fueran herramientas de los Estados Unidos y sus aliados para alcanzar
intereses geopolíticos.
La creatividad rusa empezó en estas dificultosas circunstancias a través de la participación relativamente
rápida en la guerra contra el terrorismo en Siria. La situación de Rusia es diferente respecto a la situación de
otros aliados regionales de Siria, quienes sabían que la guerra siria es una guerra contra la existencia y las
decisiones de sus países, que estaban previamente en la lista de terroristas para EEUU. La visión rusa pudo
ver el futuro correctamente y supo que la guerra en Siria es un escenario de la gran guerra mundial que acaece
para controlar todo el mundo, porque este control del mundo es lo único que está en medio del camino para
que los EEUU y sus aliados mantengan su superioridad, y quizá su existencia en la forma presente. Tal visión
rusa está representada por las reglas y fundamentos geopolíticos del filósofo y pensador Alexander Dugin.
La creatividad rusa para arreglárselas con la guerra siria fue clara en el comportamiento diplomático del
liderazgo ruso a través de la adopción, paso por paso, de la estrategia para cambiar los conceptos que eran
prevalecientes a principios de la guerra siria, mediante la política de arrastrar a las partes internacionales y
regionales a nuevas localizaciones, así como a la adopción de nuevos conceptos consagrados en Derecho
internacional, y al mismo nivel, a través, a través de la explotación del tiempo para enfocarse en la
manipulación occidental sobre el concepto de terrorismo. Además de eso, la política rusa fue capaz de
demostrar el hecho de que los milicianos en Siria son terroristas extremistas que transmiten el wahabismo, y
que no sostienen ningún valor humano o alguna regla fundamental del Derecho internacional.
Los observadores pueden ver fácilmente los cambios en la terminología sobre la crisis siria. Los rusos se
enfocan en la separación de la “oposición moderada” respecto a los terroristas.
Confío en que los rusos saben muy bien que no hay oposición moderada entre los milicianos que asesinan
inocentes en Siria. Ellos llevaron a la comunidad internacional al hecho de que los Estados Unidos y sus
aliados no tienen influencia en esa “oposición moderada”, o que no están dispuestos a separarlos del Frente
Al-Nusra, por supuesto, para la implementación de estos en el proyecto de Siria y en la región. En cualquier
caso, los conceptos empezaron a cambiar, y se volvió claro que la guerra dirigida por EEUU contra el
terrorismo, no es real, y que Rusia está detrás de la batalla global real contra el terrorismo. Por tanto, Rusia
triunfó con sus aliados en la mayor y más compleja batalla en la historia moderna en Alepo. Uno de los
resultados de esta batalla en Alepo es la separación de la denominada “facción moderada” de los terroristas, la
situación ahora en Siria muestra que la mayor parte de las áreas inutilizadas en Siria están bajo grupos
terroristas (Al-Raqqa y Palmira con daesh, e Idlib con el frente Al-Nusra), y nadie puede reivindicar y
defender a la oposición moderada o los rebeldes cuando el ejército sirio y sus aliados terminen con la
presencia terrorista en aquellas áreas.
Mediante la paciencia y creatividad rusa en la política del paso a paso, y por supuesto, mediante la paciencia
de los aliados sobre el terreno, tras derramar tanta sangre, cambió mucha de la terminología. Nos movimos
del concepto de gobierno transicional (primera conferencia de Ginebra) a la elección por el pueblo sirio de sus
líderes (en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU), y como vemos ahora, en la reciente
conferencia de ministros de exteriores y de defensa de Rusia, Irán y Turquía, nos movemos hacia un nuevo
concepto que no solamente preserva la unidad de la tierra siria bajo el liderazgo de Al-Assad, sino que
también marca el inicio de una alianza para combatir al daesh y al frente Al-Nusra, que hasta el final de la
batalla de Alepo, estuvo respaldada por los Estados Unidos y todos los aliados regionales.
La vez siguiente estará llena de sorpresas agradables para Rusia y para la alianza de la resistencia. El “eje de
valores” traza en Siria un nuevo mapa para todo el mundo. Rusia está encabezando la guerra global contra el
terrorismo y se sacrifica por los valores, encontraremos un eco entre los pueblos de todo el mundo que
sostienen la posición rusa y buscan aproximarse a Rusia. Vemos algunos efectos de ello: Pueblos occidentales
38

que empezaron a saber cuán mala situación les han creado sus gobiernos. Junto a esto, comenzaron los vientos
de cambio en los Estados Unidos y en Francia, y veremos efectos similares en otros países europeos que
fueron los principales responsables del comienzo de la guerra en Siria.
La victoria en la batalla de Alepo significa una victoria en la “gran guerra mundial” en Siria, y esta gran
victoria tendrá efectos importantes en la situación geopolítica internacional. Rusia inevitablemente será el
jugador internacional más grande que dibuje las líneas de esta nueva situación. La Siria victoriosa estará bajo
el liderazgo del presidente Bashar al-Assad, un importante jugador regional que practica el papel que se
merece, por la historia y por la grandeza de los sacrificios hechos por el pueblo sirio y sus aliados, y por la
grandeza de la sangre de los mártires.

Detroit se arma de recursos para convivir con Trump


La industria de EE UU evita ser el objetivo de la nueva Casa Blanca porque depende de los
componentes procedentes de México
http://economia.elpais.com/economia/2017/01/12/actualidad/1484243507_726960.html

La banda narco de la villa 1-11-14 recaudaba $ 60 millones anuales


El juez federal Sergio Torres, en una resolución de 400 páginas, sostuvo que la organización
criminal compraba cada semana al menos 70.000 euros en una agencia de La Matanza
http://www.lanacion.com.ar/1975770-la-banda-narco-de-la-villa-1-11-14-recaudaba-60-millones-
anuales

Drama de cubanos
‘No tengo idea de qué voy a hacer’: en Cuba lamentan la pérdida de
privilegios en Estados Unidos

Por HANNAH BERKELEY COHEN , AZAM AHMED y FRANCES ROBLES


http://www.nytimes.com/es/2017/01/13/no-tengo-idea-de-que-voy-a-hacer-en-cuba-
lamentan-la-perdida-de-privilegios-en-estados-unidos/

“Se jodió el sueño americano, acá en Cuba la gente está brava con Obama”
Los migrantes potenciales de la isla se lamentan del cambio de norma migratoria de Washington y
a los que iban a mitad de camino se les estrecha el paso
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/14/america/1484361064_401527.html

Los países donde las drogas son más baratas


Un estudio revela enormes diferencias en los precios del alcohol, la marihuana o la cocaína en 103
países
http://economia.elpais.com/economia/2017/01/13/actualidad/1484331688_037085.html

Evo Morales anunció que Bolivia exportará coca a Venezuela


La hoja de coca, reconocida por sus capacidades vigorizantes y medicinales, comenzaría a ser exportada Venezuela
y Ecuador. Bolivia es tercer productor mundial de coca después de Colombia y Perú.
http://www.elciudadano.cl/2017/01/14/351426/evo-morales-anuncio-que-bolivia-exportara-
coca-a-venezuela1/
39

Bolivia abre las puertas de un conflicto


Caja de Salud, tenso campo de batalla gobierno-trabajadores
Rolando Carvajal
http://www.bolpress.com/2017/01/12/caja-de-salud-tenso-campo-de-batalla-gobierno-
trabajadores/

Malestar argentino por un acuerdo militar entre Paraguay y Estados


Unidos
Rechazo al acceso de tropas extranjeras a la Hidrovía
http://www.clarin.com/politica/argentina-quiere-acuerdo-paraguay-unidos_0_S1ozKTL8g.html

Malcorra confirmó que Macri irá a la Antártida


"El Presidente va a venir, está en su agenda", adelantó la canciller en su visitó a la base científica
Carlini.
http://www.clarin.com/politica/malcorra-confirmo-macri-ira-antartida_0_BkWPCY8Ig.html

Argentina: Flexibilización salarial y endeudamiento público


http://www.elclarin.cl/web/opinion/21230-argentina-flexibilizacion-salarial-y-endeudamiento-
publico.html

Euforia en los shopping Chilenos


http://www.lanacion.com.ar/1976484-tragedia-en-el-cruce-a-chile-una-mujer-murio-mientras-
esperaba-en-las-largas-colas

Con un descubrimiento petrolero, Guyana podría convertirse en el nuevo


gran productor del hemisferio
http://www.nytimes.com/es/2017/01/16/con-un-descubrimiento-petrolero-guyana-podria-
convertirse-en-el-nuevo-gran-productor-del-hemisferio/

'Se nos acabó la gallina de los huevos de oro': Peña Nieto


“La gallina de los huevos de oro se nos fue secando, se nos fue acabando”, aseguró el mandatario;
Cantarell producía 2.2 millones de barriles diarios y hoy sólo produce 200 mil barriles al día,
explicó
http://www.excelsior.com.mx/nacional/2017/01/13/1139472

Videojuegos e ingeniería para reinventar Finlandia


El país nórdico aplica el conocimiento de ingeniería en otras áreas como la Educación para
reencontrar una posición líder olvidada con la caída de Nokia
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/12/14/actualidad/1481740158_963797.html#
?id_externo_nwl=newsletter_global20170116m
40

Años de crecimiento mediocre, lento, heredaron al mexicano empleos


pobres y mal pagados
http://www.sinembargo.mx/12-01-2017/3134691

4 mexicanos dueños de la mitad de la riqueza del país.


http://www.sinembargo.mx/16-01-2017/3136651

El narcotráfico en México, historia de un fracaso político


http://elordenmundial.com/2017/01/09/narcotrafico-mexico-historia-fracaso-politico/

El papel de los militares en la guerra contra el narco divide al Congreso


mexicano
LUIS PABLO BEAUREGARD
Los diputados y senadores iniciaron la discusión del la Ley de Seguridad Interior
http://elpais.com/tag/c/d46ac384f0fba257fed1f10cb211b31b

Y PREPÁRENSE, PORQUE VIENE UN NUEVO GASOLINAZO PARA EL 4 DE


FEBRERO, ALERTAN GASOLINEROS
POR JUAN LUIS GARCÍA HERNÁNDEZ
Juan Pablo González Cordova, presidente de la Amegas, señaló que el Gobierno federal pudo
haber aumentado los precios de la gasolina de manera escalonada.
http://www.sinembargo.mx/14-01-2017/3135544
41

El gasolinazo: la punta del iceberg de la privatización petrolera en México


Los pasos dados por los neoliberales mexicanos para traspasar el sector de manos públicas nacionales a privadas
mayoritariamente extranjeras no han sido al azar. Por el contrario, se han diseñado desde los más selectos círculos
del poder económico, financiero y académico norteamericano con plena consciencia del profundo significado que
tienen Pemex y el petróleo en la memoria histórica del pueblo mexicano.
http://www.elciudadano.cl/2017/01/14/351424/el-gasolinazo-la-punta-del-iceberg-de-la-
privatizacion-petrolera-en-mexico1/

Aunque hoy lo critican, PAN y PRD aprobaron el gasolinazo desde 2016


http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/01/18/partidos-disfrazan-su-aval-al-
2018gasolinazo2019

TEXTOS PARA LA REFLEXIÒN

Tipos de familia en el Siglo XXI.


http://carpetapedagogica.com/familia
42

La militarización del espacio, última frontera de las power politics


http://elordenmundial.com/2017/01/10/la-militarizacion-del-espacio-ultima-frontera-las-power-
politics/

¿Pretenderá la CIA asesinar a Donald Trump?


https://elrobotpescador.com/2017/01/16/la-cia-planea-asesinar-a-donald-trump/

EL MANIFIESTO DE LA ALT-RIGHT
Allum Bokhari
Milo Yiannopoulos
http://katehon.com/es/article/el-manifiesto-de-la-alt-right
Un fantasma recorre las cenas de sociedad, los eventos electorales y los laboratorios de pensamiento
del establishment: el espectro de la “derecha alternativa” (alt right). Impulsada por jóvenes creativos y
deseosos en incurrir en todas las herejías seculares, la “alt right” se ha convertido en el enemigo público
número uno de los conservadores maricomplejines – un enemigo al que éstos odian incluso con más fuerza
que a los demócratas y a los progres de salón.
La derecha alternativa – más comúnmente conocida como la “alt right” (alternative right) – es un fenómeno
amorfo. Algunos –sobre todo los representantes del establishment– insisten en que ésta no es más que un
vehículo para los peores desechos de la especie humana: para los antisemitas, para los supremacistas blancos
y demás miembros de la escena “Stormfront”. Se equivocan.[1]
Desde sus orígenes como una oscura subcultura en la red, la “alt right” emergió a la arena política nacional en
2015. Aunque inicialmente era un grupo reducido en número, su energía juvenil, su retórica incordiante y su
abierto desafío a todos los tabúes establecidos catapultaron a la “alt right” hasta unas dimensiones que es ya
imposible ignorar.
Esto ha disparado todas las baterías de miedosos gritos de alerta, así como las llamadas a la caza de brujas
tanto por parte de la izquierda como de la derecha. Los izquierdistas estigmatizan a la “alt right” como racista,
mientras que la prensa conservadora – desesperada ante la posibilidad de que la izquierda les acuse de
“intolerantes” – ha contribuído también a arrojar a esos jóvenes lectores y votantes al foso de los leones.
En esta línea, la National Review les atacaba como miembros resentidos de la clase trabajadora blanca y
adoradores del Padre-Führer Donald Trump. Otros les motejaban de supremacistas blancos, mientras que
algunos otros, si bien reconocían a regañadientes que el movimiento ha entendido perfectamente cómo
funciona Internet, les acusaban de tener en su punto de mira a “negros, judíos, mujeres, latinos y
musulmanes”.[2]
El inmenso volumen de análisis generados por la “alt right” es ya una prueba de su impacto cultural. Pero,
hasta la fecha, nadie ha sido realmente capaz de explicar el poder de seducción y la capacidad de penetración
de este movimiento, más allá de las desesperadas llamadas de advertencia y de las soflamas virtuosas
dirigidas a educar a los lectores.
Parte del atractivo de la “alt right” reside en que es compulsivamente provocadora; más aún, es adicta a la
provocación. La “alt right” es un movimiento nacido en los márgenes más subversivos, más underground y
más juveniles de Internet. 4chan y 8chan son hubs de activismo “alt right”. Durante años los miembros de
estos foros – tanto los políticos como los no políticos– se habían estado recreando en toda suerte de
gamberradas provocadoras. Mucho antes de que la “alt right” naciera, los activistas de 4chan habían
convertido el troleo de medios nacionales en la seña de identidad de la casa.[3]
Con este artículo nosotros, como defensores de los “desechos de la sociedad”, nos sentimos obligados a
examinar de cerca a esta fuerza nueva que está alarmando a tantos. ¿Se trata realmente de una reedición de los
skinheads de los años 1980? ¿O tal vez se trata de algo más sutil?
Con el propósito de esclarecer las cosas, hemos realizado un rastreo sistemático de los elusivos y muy
frecuentemente anónimos miembros de la “alt right”, para tratar de ver qué es exactamente lo que quieren.
Los intelectuales
Muchas cosas separan a la “alt right” de los skinheads racistas de la vieja escuela (con quienes, de forma
idiota, son frecuentemente comparados). Una cosa sobresale por encima de todas las demás: la inteligencia.
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Los skinheads son, mayoritariamente, matones con muy bajo nivel de información y muy bajo coeficiente de
inteligencia, motivados por el odio tribal y el gusto por la violencia. La derecha alternativa es un grupo de
gente bastante más espabilada –quizá por eso la izquierda los odia tanto–. Y no sólo eso, sino que son
peligrosamente brillantes.
Los orígenes de la “alt right” pueden encontarse en pensadores tan diversos como Oswald Spengler, H.L.
Mencken, Julius Evola, Sam Francis y el movimiento paleoconservador que cristalizó en torno a las campañas
presidenciales de Pat Buchanan. La “Nueva derecha” francesa sirve también como fuente de inspiración para
muchos líderes de la “alt right”.
El imperio mediático de la derecha alternativa de nuestros días se fraguó en torno a Richard Spencer durante
su época como editor del Taki's Magazine. En 2010, Spencer fundó el AlternativeRight.com, que se
convertiría en un centro de pensamiento “alt right”.
Junto a otros grupos como el blog de Steve Sailer, VDARE y American Renaissance, AlternativeRight.com se
convirtió así en el punto de llegada de toda una ecléctica mezcolanza de renegados que, de un modo u otro,
tenían cuentas que ajustar con los consensos políticos establecidos. Todas estas páginas web han sido
acusadas de racistas.
La así llamada “manosfera” – la némesis del feminismo de izquierda– se convirtió rápidamente en uno de los
mas distinguidos cenáculos de la “alt right”. Jack Donovan, el autor masculinista gay y editor de artículos de
género, fue uno de los más tempranos abogados para la incorporación de los principios masculinistas en la
“alt right”. Su libro “El camino de los hombres” (The Way of Men) contiene jugosas reflexiones sobre la
pérdida de virilidad que acompaña a las sociedades modernas y globalizadas:
“Es trágico pensar que el gran destino del hombre heroico sea convertirse en el homo oeconomicus, y que los
hombres se verán reducidos a criaturas reptantes que se arrastran alrededor del globo compitiendo por dinero,
malgastando sus noches en soñar con nuevas maneras de timarse los unos a los otros. Ése es el sendero en que
ahora nos encontramos”
Mientras tanto, Steve Sailer contribuía a encender la llama del movimiento de la “biodiversidad humana”: un
grupo de bloggers y de investigadores que se internaban sin miedo en el campo de minas del estudio científico
de las diferencias raciales. Y ello en un tono bastante menos mesurado que el del antiguo editor de temas
científicos del New York Times, Nicholas Wade.[4]
Los aislacionistas, los prorusos y los antiguos partidarios de Ron Paul – frustrados por el continuo dominio
neocón del Partido Republicano– se vieron también atraídos por la “alt right”, en su postura (coincidente con
la de la izquierda antibelicista) de rechazo a los compromisos militares exteriores.
Mientras tanto, en algún otro lugar de Internet otro grupo peligrosamente inteligente preparaba el asalto
contra las religiones seculares del establishment: los neoreaccionarios, también conocidos como #NRx.
Los neoreaccionarios aparecieron casi por accidente, surgidos de debates en el seno de LessWrong.com, un
blog comunitario creado en Silicon valley por el investigador en inteligencia artificial Eliezer Yudkowsky. El
objetivo del blog era explorar las maneras en que las últimas investigaciones en ciencias cognitivas podrían
ser aplicadas para superar los prejuicios y apriorismos humanos, incluidos los apriorismos en materia de
ciencia política y de filosofía.
LessWrong animaba a sus miembros a pensar como máquinas, más que como seres humanos. Los
participantes eran así impelidos a liberarse de las autocensuras, de las preocupaciones derivadas del estatus
social, de los sentimientos de otras personas y de otros inhibidores del pensamiento racional. Como era de
esperar, de esta atmósfera emergió un grupo de heréticos y despiadados pensadores, con un enfoque racional
que se situaba en confrontación abierta con los sentimientos y la mentalidad predominante en el periodismo
contemporáneo y en los escritores académicos.
Dirigido por el filósofo Nick land y por el científico informático Curtis Yarvin, este grupo acometió una
alegre demolición de los viejos prejuicios del discurso político occidental. El liberalismo, la democracia y el
igualitarismo fueron pasados por el microscopio de los neoreaccionarios, que los encontraron bastante
insatisfactorios.
La democracia liberal – argumentan– no tiene un balance histórico mucho mejor que la monarquía, mientras
que el igualitarismo estalla en pedazos ante cada nuevo fragmento de investigación en materia de inteligencia
hereditaria. Exigir a la gente que se vean los unos a los otros, ante todo, como seres humanos individuales – y
no como miembros de un subgrupo demográfico – supone ignorar todos los avances en materia de psicología
tribal.
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Aunque ciertamente los neoreaccionarios pueden ser acusados de dar un salto demasiado apresurado entre
hechos y valores (la realidad de la psicología tribal no significa necesariamente que debamos reivindicarla o
estimularla) se estaban produciendo los primeros disparos para una nueva ideología conservadora: la que
muchos estaban esperando.
Los “conservadores naturales”
Los “conservadores naturales” pueden ser descritos en líneas generales como ese público para el cuál los
intelectuales previamente descritos estaban trabajando. En su mayoría se trata de varones blancos americanos
de clase media que, de forma radical y sin ningún tipo de complejos, priorizan los intereses de su propio
grupo demográfico.
En sus posiciones políticas, los conservadores naturales se reducen a seguir sus instintos – los mismos
instintos que motivan a todos los conservadores del planeta–. Estas motivaciones, concienzudamente
investigadas por el aclamado psicólogo social Jonathan Haidt en su libro “The Righteous Mind” (2012),
conforman un instinto agudamente sentido por una gran parte de la población: el instinto conservador.
http://www.breitbart.com/big-government/2016/03/27/an-establishment-conservatives-guide-to-the-alt-
right/attachment/220px-jonathan_haidt_2012_03/
El instinto conservador, tal y como lo describe Haidt, incluye una preferencia por la homogeneidad sobre la
diversidad, por la estabilidad sobre el cambio, por la jerarquía y por el orden sobre el igualitarismo radical. La
prevención instintiva frente a lo que nos es extraño y poco familiar es un instinto que todos compartimos – un
mecanismo de salvaguarda que la evolución pone a nuestra disposición, frente a la curiosidad excesiva y
potencialmente peligrosa. Lo que ocurre es que los conservadores naturales sienten ese instinto con mayor
intensidad. De forma instintiva prefieren sociedades familiares, normas familiares, instituciones familiares.
Un republicano del establishment, desde su fe beata en las glorias del “libre mercado”, no tendría
inconvenientes en derribar una catedral para reemplazarla por un centro comercial, si ello tiene sentido desde
un punto de vista estrictamente económico. Éste es el tipo de actitudes que horrorizan a un conservador
natural. Las políticas inmigratorias siguen un patrón similar: una afluencia de mano de obra barata de origen
extranjero tiene todo el sentido del mundo, desde un punto de vista económico. Pero los conservadores
naturales tienen otras prioridades: principalmente la conservación de su propia tribu y de su propia cultura.
Para los conservadores naturales, es la cultura –y no la eficiencia económica – el valor superior. Más
específicamente, valoran sobre todo las expresiones culturales de su propia tribu. La sociedad pefecta, para
ellos, no se indentifica con un PIB en perpetuo crecimiento, sino con la capacidad para producir sinfonías,
basílicas y grandes maestros. La tendencia natural conservadora de la “alt right” valora todas esas apoteosis
de la cultura occidental, las declara valiosas y merecedoras de ser preservadas y protegidas.
Es innecesario subrayar que esta preocupación de los conservadores naturales por el florecimiento de su
propia cultura encuentra a un enemigo implacable en la izquierda regresiva, con sus intentos de destruir las
estatuas de Cecil Rhodes y de la Reina Victoria en el Reino Unido, o de borrar el nombre de Woodrow
Wilson de los muros de Princeton. Todos estos intentos de privar a la historia occidental de sus grandes
figuras son particularmente repugnantes para la “alt right”, que más allá de la preservación de la cultura
occidental siente además una profunda atracción por los héroes y por las virtudes heroicas.
Todos estos procesos siguen a una década en la que los izquierdistas de los campus intentaron eliminar a los
“varones blancos muertos” de los curricula en historia y literatura occidentales. Ante ello, un conservador
del establishment se limita a sentirse ligeramente incomodado– mientras zapea entre el debate del Estado de
la Unión y las cadenas de negocios –, pero para un conservador natural este vandalismo constituye su máxima
prioridad.
En toda justicia, a muchos conservadores del establishment todas estas actitudes no les gustan nada. Pero a
juicio de la “alt right”, esos conservadores están tan preocupados por no ser llamados “racistas” que no se
atreven a luchar seriamente contra ello. Y esa es la razón por la que no hacen nada. Ciertamente la irrupción
de Donald Trump – la primera candidatura a la Presidencia con dimensiones culturales, desde Pat Buchanan –
sugiere que hay un apetito de base popular por una mayor protección de los valores europeos occidentales y
por el modo de vida americano.
Los “alt righters” han acuñado un término para describir a los conservadores del establishment que se
preocupan más por el mercado libre que por preservar la cultura occidental, y que a través de la inmigración
en masa no tienen inconveniente en poner a esa cultura en peligro (si eso sirve los intereses de los grandes
negocios). La palabra es: cuckservatives (cornudoservadores).[5]
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Detener o reducir de forma drástica la inmigración es una de las mayores prioridades para la “alt right”. Si
bien a un nivel personal evita la intolerancia, el movimiento está muy alarmado ante la perspectiva de un
vuelco demográfico causado por la inmigración.
La “alt right” carece de una visión utópica de la condición humana. Así como sus miembros están inclinados a
priorizar los intereses de su tribu, reconocen también que otros grupos – los mejicanos, afro-americanos o
musulmanes – estan dispuestos a hacer lo mismo. De la misma forma que las comunidades están formadas
por pueblos diferentes, la cultura y la política de esas comunidades constituyen una expresión de los pueblos
que las componen.
No es infrecuente encontrar cierta retórica apocalíptica en las comunidades on-line de la “alt right”. Eso
responde a un sentimiento que muchos de ellos albergan de forma instintiva, y que les dice que, una vez que
grandes grupos cultural y étnicamente diversos se asientan sobre un mismo territorio, inevitablemente
acabarán a golpes. En resumen: dudan mucho que la “integración plena” sea algún día posible. Y si lo es, no
lo será precisamente en el sentido “cumbayá”. Los muros en las fronteras son una opción más segura.[6]
Los intelectuales “alt right” no tienen inconvenientes en defender que la cultura es inseparable de la raza. La
“alt right” cree que algún grado de separación entre los pueblos es necesario, si lo que queremos es preservar
las culturas. Para los alt righters, una calle con una mezquita rodeada de casas con banderas de San Jorge no
es ni una calle inglesa ni una calle musulmana. La separación es necesaria para preservar la distinción.
Pero algunos “alt righters” proponen un argumento más sutil: cuando varios grupos diferentes se ven
reunidos, la cultura común resultante se establece al mínimo denominador común. En vez de mezquitas y de
casas inglesas, el resultado es ateísmo y estuco. Irónicamente, ésta es una posición que tiene bastante que ver
con lo que los radicales de izquierdas denuncian como “apropiación cultural”; una similaridad abiertamente
reconocida por la “alt right”.
Podría decirse que los conservadores naturales llevan décadas sin contar con una auténtica representación
política. Desde los 1980s, los republicanos del establishment están obsesionados con la economía y con la
política exterior, defendiendo fieramente el consenso reagano-tatcheriano en casa y el intervencionismo
neoconservador en el exterior. Pero en los asuntos de cultura y de moralidad – los asuntos que
verdaderamente preocupan a los natural-conservadores – han cedido todo el terreno a la izquierda, que ahora
controla la academia, la industria del ocio y la prensa.
Sin embargo, para todos aquellos que coinciden con el difunto Andrew Breitbart en que la política es una
derivada de la cultura, es verdaderamente desconsolador el número de escritores, de candidatos políticos y de
personalidades de los medios que realmente piensan que la cultura es el más importante campo de batalla
(aunque Milo está haciendo lo que puede).[7]
Todos los “liberales naturales” que instintivamente disfrutan con la diversidad y están encantados con los
cambios sociales radicales – siempre que lo sean en dirección igualitaria– hoy se encuentran representados a
ambos lados del establishment. Los conservadores naturales, sin embargo, se han visto progresivamente
abandonados por los republicanos y por los otros partidos conservadores en el país. Habiendo perdido la fe en
sus antiguos representantes, ahora vuelven sus cabezas hacia algo nuevo: hacia Donald Trump y la derecha
alternativa.
Sin duda pueden oponerse objeciones de principio a las preocupaciones tribales de la “alt right”, pero los
conservadores del establishment han preferido no formularlas. En vez de ello han optado por recurrir al
insulto, en una especie de reacción llena de pánico. En la National Review el escritor Kevin Williamson – en
un reciente artículo en el que atacaba al tipo de votantes que apoya a Trump– afirmaba que las comunidades
blancas de clase trabajadora “merecen morir”.
Aunque la “alt right” está formada en su mayor parte por universitarios, simpatiza con los blancos de clase
trabajadora y (según las impresiones extraídas de nuestras entrevistas) alberga hacia ellos un sentido
de noblesse oblige. El National Review ha sido tan directamente agresivo con la “alt right” como con todos
los americanos blancos en general.
Como respuesta a las preocupaciones de los votantes blancos ante las perspectivas de su extinción
demográfica, la respuesta del establishment – del establishment conservador – ha sido la de dar la bienvenida
a dicha extinción. Es muy cierto que Donald Trump nunca habría sido posible sin la izquierda progre y sus
políticas de intimidación opresiva, pero son todos los medios, en su conjunto, los auténticos responsables del
clima en el que este nuevo movimiento ha visto la luz.
Durante décadas, las preocupaciones de todos aquellos que se sienten identificados con la cultura occidental
han sido despreciadas como racistas. La “alt right” es el resultado inevitable. No importa cuán tontas, cuán
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irracionales, cuán tribales o incluso cuán odiosas sean para el establishment las preocupaciones formuladas
por la “alt right”. Lo cierto es que no pueden ser ignoradas, porque no van a desaparecer. Como nos recordaba
Haidt, esas políticas son los resultados de inclinaciones naturales.
En otras palabras: la izquierda puede seguir depurando el lenguaje y puede seguir demonizando a la “alt right”
para obligarla a desaparecer. Durante los últimos veinte años esa ha sido la única respuesta progresista ante
todos los disidentes. Por su parte la derecha tampoco puede esnobearlos para disociarse de ellos, en la
esperanza de que se esfumen.
La derecha alternativa ha llegado para quedarse.
El equipo meme
Más arriba mencionábamos la presión de la auto-censura. Pero por mucho que dicha presión surja en una
sociedad, siempre habrá un contingente joven y rebelde que sienta una traviesa picazón por blasfemar, romper
las reglas, decir lo indecible. ¿Por qué? ¡Pues porque es divertido!
Como explica Curtis Yarvin en un correo: “si te pasas 75 años construyendo una pseudo-religión alrededor de
algo –un grupo étnico, un santo de cartón-piedra, la castidad sexual o el pastafarismo–, no te sorprendas
cuando unos chicos listos de 19 años descubren que insultarla es la cosa más jodidamente divertida del
mundo. Porque lo es.
Estos jóvenes rebeldes, un subgrupo dentro de la alt-right, no están atraídos por ella en virtud de una
iluminación intelectual, o porque sean instintivamente conservadores. Irónicamente, están atraídos por la alt-
right por la misma razón que los jóvenes baby boomers fueron atraídos por la Nueva Izquierda en los sesenta:
porque era divertido, transgresor y suponía un desafío a unas normas sociales que simplemente no entendían.
De la misma forma que los chicos de los sesenta escandalizaron a sus padres con promiscuidad, pelo largo y
rock’n’roll, los jóvenes de las brigadas meme de la alt-right chocan a las generaciones mayores con
indignantes caricaturas, desde el judío “Schlomo Shekelburg” al “Remove Kebab”, una broma en internet
acerca del genocidio bosnio. Estas caricaturas están a menudo mezcladas con referencias de la cultura pop de
los millennials.
¿Son en realidad unos retrógrados? No más de lo que los devotos del death metal en los ochenta eran
satanistas. Para ellos simplemente significa cabrear a sus abuelos. Actualmente, el Abuelo en Jefe es el
consultor Republicano Rick Wilson, quien atrajo la atención del grupo en Twitter al atacarlos llamándolos
“solterones sin hijos que se masturban con dibujos animados”.
Respondiendo como tales, procedieron a desplegar todas las armas de troleo masivo por las que son conocidas
las subculturas anónimas –y en las que son brillantes. Desde escarbar en las partes más vergonzantes de su
historia familiar en internet, hasta pedir pizzas a su casa y bombardear su feed con dibujos y propaganda nazi,
el equipo meme de la alt-right, de una forma típicamente juvenil pero innegablemente histérica, reveló su
verdadera motivación: no se trata del racismo, ni de la restauración de monarquía o de los tradicionales roles
de género, sino simplemente de echarse unas risas.
Resulta difícil saberlo con exactitud, pero sospechamos que, al contrario que el núcleo de la alt-right, estos
jóvenes renegados no son necesariamente conservadores instintivos. De hecho, su irreverencia, su falta de
respeto a las normas sociales, y su disposición a pisotear los sentimientos de otros indican más bien que son
libertarios instintivos.
Con toda seguridad, tal es el caso de un alegre contingente de defensores de Trump que se pasa horas creando
memes para celebrar al “Emperador de Dios” y atormentar a sus adversarios –como el aliado de
Yiannopoulos @PizzaPartyBenn, que ha amasado ya 40.000 seguidores en Twitter con sus estridentes
payasadas. Si estuviésemos en los sesenta, probablemente el equipo meme se hubiese contado entre los más
provocadores miembros de la Nueva Izquierda: soltando groserías en televisión, burlándose del cristianismo,
y alabando las virtudes de las drogas y el amor libre. Resulta difícil imaginarlos leyendo a Evola, meditando
en la Basílica de San Pedro, o sentando la cabeza en una unidad familiar tradicional. Pueden sentirse
inclinados a simpatizar con estas causas, pero lo hacen principalmente porque cabrea a la gente adecuada.
Quizá la gente joven no haya sido seducida por la alt-right debido a una atracción por esa ideología: quizá
hayan sido atraídos simplemente porque es fresca, osada y divertida, mientras que las doctrinas de sus padres
y abuelos parece aburrida, excesivamente controladora y seria. Por supuesto, habrá muchos solapamientos: a
algunos verdaderos creyentes también les gusta hacer memes.
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Si eres un escritor en Buzzfeed o un editor en Commentary leyendo esto y pensando… qué infantil, pues
bueno… Simplemente es tu culpa por haber atropellado pomposamente la libertad de expresión, y haber
sucumbido a los peores y más autoritarios instintos de la izquierda progresista. Esta nueva explosión de
creatividad e iconoclastia es el resultado.
Por supuesto, tal y como sucede en la historia, los padres y los abuelos simplemente no lo pillan, tío. Es una
mera cuestión de diferencia generalcional. Los millenials no tienen edad para recordad la IIGM o los horrores
del Holocausto. Apenas la tienen para recordar Ruanda o el 11-s. Para ellos el racismo es un monstruo debajo
de la cama, una historieta contada por sus padres para asustarles y que sean buenos niños. Pero, como ocurre
con Papa Noel, los millenials tienen problemas para creérselo. No lo han visto nunca por ellos mismos –y
tampoco creen que los memes que cuelgan sean racistas. De hecho, saben que no lo son –lo hacen porque
provoca una reacción. No pasa un mes sin un largo artículo en un nuevo medio de comunicación acerca del
rampante sexismo, racismo u homofobia en ciertas páginas. Para quienes postean regularmente en ellas, eso
es misión cumplida.
Otra interpretación más apetitosa de estos memes es que son claramente racistas, pero que en realidad hay
poca sinceridad en ellos.
Lo divertido es que, al ser Millenials, son verdaderamente muy diversos. Simplemente visite una de esas
páginas /pol/ en las que aparece la nacionalidad de quien postea con banderitas al lado del nombre. Verá
banderas de Occidente, los Balcanes, Turquía, Oriente Medio, Sudamérica, e incluso a veces África. En esos
foros anónimos, todo el mundo se arroja las peores infamias y estereotipos, pero lo hacen como deportistas
burlándose entre sí en el bar de la universidad, es obvio que hay poco de odio real en el asunto.
Así fue hasta que aparecieron los “1488ers”.
Los “1488ers”
Cualquier cosa asociada con el racismo y el fanatismo de manera tan próxima como lo está siendo la derecha
alternativa, inevitablemente atraerá a verdaderos racistas y fanáticos. Miembros más tranquilos de la derecha
alternativa se refieren sombríamente a ellos como los “1488ers”, y a pesar de su discurso de “ningún enemigo
a la derecha”, está claro que, por las muchas conversaciones que hemos tenido con alt-righters, la mayoría
preferirían que los 1488ers no existieran.
Esa es precisamente la clase de gente que los oponentes de la alt-right desearían constituyese el conjunto del
movimiento. Están menos preocupados por el bienestar de su propia tribu que por las fantasías de destruir
otras. Los 1488ers probablemente denunciarán este artículo como el producto de un degenerado homosexual y
de un mestizo.
¿Por qué “1488”? Se trata de dos conocidas referencias a eslóganes neonazis. El primero son las famosas
catorce palabras: “debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para nuestros hijos blancos.”
La segunda parte del número, 88, es una referencia a la octava letra del alfabeto –la h. Así, “88” se convierte
en “HH”, que se convierte a su vez en “Heil Hitler”. Nada muy edificante, la verdad. Pero si se quiere usar a
los 1488ers para manchar a toda la alt-right, entonces se debe hacer lo mismo con los asesinos islamistas y el
Islam, y con las piradas de la tercera ola del feminismo y la historia y el fin del feminismo en su totalidad –
con respecto a los cuales puede no tenerse nada en contra, pero seamos, en cualquier caso, coherentes.
El blogger de la alt-right Paul “RamZPaul” Ramsey los describe como “LARPers” o Live-Action Role
Players (jugadores de rol en vivo): una despectiva comparación con los frikis nostálgicos que se disfrazan de
guerreros medievales. Paul llega a sugerir que parte de los que forman esta “tóxica mezcla de chiflados y ex-
convictos” pueden estar ahí simplemente para desacreditar a los más razonables identitarios blancos.
Todas las ideologías los tienen. Ideólogos sin humor ni vidas más allá de sus cruzadas políticas, que viven
para destruir todo lo grande. Los pueden encontrar en Stormfront (Frente de la Tormenta) y otras páginas, no
solamente bromeando acerca de la guerra racial, sino planeándola con entusiasmo. Son conocidos como
“Stormfags” (Los maricas de la tormenta) por el resto de internautas. Como bien hemos podido comprobar,
estos contrastan completamente con el resto de la alt-right, más centrada en construir comunidades y estilos
de vida basados en sus valores, que en conspirar violentas revoluciones.
Los 1488ers son el equivalente de los seguidores de Black Lives Matter que llaman a matar policías, o a las
feministas que sin ironía alguna quieren matar a todos los hombres (#KillAllMen). Por supuesto, la diferencia
estriba en que mientras que los medios pretender que estos últimos no existen, o son acaso una pequeñísima
minoría extremista, consideran que los 1488ers constituyen el conjunto de la alt-right.
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Aquellos que buscan nazis debajo de la cama pueden quedarse tranquilos porque realmente existen. Pero
tampoco son muchos, nadie les tiene ninguna estima, y es completamente improbable que consigan nada
significativo dentro de la alt-right.
Lo poco que queda del supremacismo blanco de vieja escuela y del KKK en EE. UU. constituye un pequeño e
irrelevante contingente sin tirón en la vida pública y sin apoyos –incluso en aquello que los medios llaman la
“extrema-derecha”. (Aunque es cierto que hoy día eso incluye a cualquier votante de los Republicanos.) El
Frankenstein del establishment
No todos los alt-righters estarán de acuerdo con nuestra taxonomía del movimiento. El hacker nacionalista
blanco Andrew Auernheimer, más conocido como weev, responde a nuestras indagaciones con la típica
voluntad de epatar: “los incansables intentos de vosotros, judíos, de mancharnos a nosotros, los nazis
decentes, son vergonzosas.”
Escarbando en las profundidades de la derecha alternativa, pronto resulta evidente que el movimiento es más
fácilmente definible ateniéndonos a lo que se opone, que a lo que defiende. Hay una infinidad de desacuerdos
entre sus miembros sobre de lo que debe construirse, pero una cierta unidad virtual acerca de lo que debe
destruirse.
Durante décadas –desde los sesenta, de hecho–, los medios y el establishment han mantenido un consenso
acerca de lo que es aceptable e inaceptable discutir en una sociedad educada. Las políticas de la identidad,
cuando se trata de mujeres, población LGBT, negros u otros no-blancos, no-heterosexuales o no-varones, han
sido vistas como aceptables –incluso cuando desembocaban en un odio abierto. Cualquier discusión acerca de
la identidad blanca, o de los intereses blancos, es considerada una herética ofensa. Se trata de un hecho
corroborado por Yarvin ya en 2008: “El orgullo étnico es una cosa. La hostilidad es otra. Pero, como los
progresistas repiten a menudo, ambos suelen venir asociados. Me resulta bastante claro que, si un
antropólogo alienígena visitara la Tierra y recogiera todas las expresiones de hostilidad hacia
subpoblaciones humanas en la cultura occidental de hoy, la aplastante mayoría de ellas sería anti-Europea.
El anti-europeísmo es comúnmente enseñado en escuelas y universidades en la actualidad. A su opuesto, en
cambio, no le pasa en absoluto lo mismo. Así pues, aquí está mi desafío a progresistas, multiculturalistas y
demás: si vuestro antirracismo es lo que dice ser, si de verdad no es más que un Voltaire 3.0, entonces: ¿por
qué no parecen molestaros lo más mínimo el etnocentrismo no europeo o la hostilidad antieuropea? ¿No será
que quizá os gustan un poquito?”
El consenso actual ofrece, como mucho, una leve condena a la política identitaria de la izquierda, y tolerancia
cero hacia la política identitaria de la derecha. Incluso nosotros –un gay de origen judío y un medio pakistaní–
nos enfrentamos a grandes problemas por escribir sobre el tema. Aunque no nos identificamos con la alt-right,
hasta escribir un artículo sobre ella supone brincar por entre un campo minado. La presión de la auto-censura
debe de ser apabullante para hombres blancos y heterosexuales –lo cual explica por qué gran parte de la alt-
right opera anónimamente.
Aunque movimientos como la tercera ola del feminismo y Black Live Matter a menudo suscitan críticas de
conservadores y libertarios, la defensa de dichas causas no es una ofensa que acabe con la carrera de nadie.
Más bien al contrario. Es posibles construir carreras exitosas y lucrativas subiéndose a las espaldas de estos
movimientos. Solo echen un vistazo a Al Sharpton, Anita Sarkeesian y Deray Mckesson. En los últimos cinco
años, la identidad política de izquierdas ha experimentado un renacimiento, al tiempo que la crisis de los
hombres blancos en Occidente –especialmente de jóvenes hombres blancos– se ha hecho patente. Mientras el
feminismo entraba en su “cuarta hola”, obsesionado con chorradas como el troleo en internet o las camisetas
sexistas, las tasas de suicidios masculinos alcanzaban niveles críticos.
Mientras los abogados de las minorías en los campus universitarios han montado la de Dios es Cristo con los
disfraces ofensivos de Halloween y han pedido espacios protegidos en los que pudieran ser aislados de los
diferentes puntos de vista, los hombres blancos de clase trabajadora han sido el grupo que más complicado ha
tenido el acceso a la universidad en el Reino Unido. Para los millenials políticamente despiertos, el contraste
entre los verdaderamente marginados y aquellos que simplemente claman su estatus de víctima es
escandaloso.
El establishment tiene gran parte de culpa. Si hubiesen sido serios defendiendo el humanismo, el liberalismo y
el universalismo, se podría haber frenado el surgimiento de una derecha alternativa. Todo lo que tenían que
hacer es defender la humanidad común ante la política identitaria de negros y feministas, defender la libertad
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de expresión ante la barra libre de censura de la izquierda retrógrada, y defender los valores universales ante
el relativismo moral de la izquierda.
En su lugar, miraron hacia otro lado ante el crecimiento de los movimientos tribales e identitarios de
izquierdas, mientras que suprimían sin piedad cualquier traza de ellos en la derecha. Fue esa doble vara de
medir, más que ninguna otra cosa, lo que dio alas a la derecha alternativa, y lo que también produjo, al menos
en parte, el éxito de Donald Trump.
Mientras que la alt-right es demasiado sofisticada para ser confundida con una reacción estúpida y mecánica,
la oposición al consenso existente es el pegamento que la mantiene unida. Algunos disfrutan violando las
normas sociales solo para causar revuelo, mientras que otros adoptan una actitud más intelectual. Todos se
enfrentan, no obstante, a las piedades e hipocresías del consenso actual –de ambos, de derecha e izquierda– de
alguna u otra forma.
En eso, la alt-right tiene mucho en común con el movimiento cultural libertario del que hablamos más arriba.
Y, de hecho, existe mucha gente que se identificaría con ambas etiquetas.
La máscara del racismo
Para la gente joven y despolitizada, el debate en la esfera pública hoy resulta un vodevil. La izquierda
retrógrada insiste machaconamente en que defiende la igualdad y la justicia racial, al tiempo que elogia actos
de violencia racial y fuerza a la gente blanca a sentarse al final del autobús (o más exactamente, al final del
campus). Defiende unas posiciones feministas absurdas sin conexión alguna con la realidad, y ridiculiza y
menosprecia a la gente en función de su color de piel, orientación sexual y género.
Mientras tanto, la alt-right, que va soltando abiertamente chistes sobre el Holocausto, que –aunque de una
manera casi enteramente satírica– muestra su horror ante el mestizaje racial, que denuncia la “degeneración”
de homosexuales… invita a judíos homosexuales y a mestizos, reporteros de Breitbart, a sus saraos más
secretos. ¿Y qué? Si has llegado hasta este punto del artículo, ya sabrás parte de la respuesta. Para la brigada
meme, la cosa va de divertirse. No tienen un problema real con el mestizaje racial, la homosexualidad, o
incluso con las sociedad diversas: simplemente es gracioso observar el caos y la indignación que estalla
cuando esos tabúes seculares son abiertamente ridiculizados. Estos jóvenes revoltosos entienden
instintivamente quiénes son los autoritarios, y cómo burlarse de ellos.
A los intelectuales les mueve una excitación parecida: después de haber sido dados por supuestos durante
siglos, se encargan de desmontar algunos de los dogmas muertos de la Ilustración. Los 1488ers simplemente
odian a todo el mundo, pero, afortunadamente, están por lo general muy solos.
Sin embargo, los miembros realmente interesantes de la alt-right, y los más numerosos, son los conservadores
naturales. Quizá estos sí estén inclinados psicológicamente a inquietarse por las amenazas a la cultura
occidental que supone la inmigración masiva, o por las relaciones no heterosexuales. Pero, al contrario que los
1488ers, la presencia de tales cosas no les lleva a experimentar ataques de rabia. Quieren construir sus
comunidades homogéneas, por supuesto –pero no quieren hacer ningún pogromo por el camino. De hecho,
prefieren las soluciones no violentas.
También son conscientes de que hay millones de personas que no comparten sus inclinaciones. Tal es el caso
de los liberales instintivos, la segunda mitad del mapa psicológico de la política occidental de Haidt, a saber:
la gente que está cómoda con la diversidad, la promiscuidad, la homosexualidad, y todos los demás rasgos del
consenso cultural.
Los conservadores naturales saben que una batalla de suma cero con este grupo terminaría en un callejón sin
salida o en una derrota. Su objetivo es un nuevo consenso en el que los liberales transijan, o al menos
permitan a las partes más conservadoras de sus países rechazar el status quo en lo relativo a raza, inmigración
o género. Otros, especialmente los neorreaccionarios, buscan simplemente la salida: una separación pacífica
de las culturas liberales.
¿Debería la tribu liberal (y no lo neguemos más –se trata, hoy día, del establishment de demócratas y
republicanos) negociar con ellos? El riesgo es que, en caso contrario, los 1488ers empiecen a persuadir a la
gente de que su solución a los problemas de los conservadores naturales es la única viable. El grueso de sus
demandas, después de todo, no son tan atrevidas: quieren sus propias comunidades, pobladas por su propia
gente, y gobernadas por sus propios valores. En una palabra, quieren lo que toda la gente que ha luchado por
la auto-determinación a lo largo de la historia, y lo que los progresistas siempre dicen que deberíamos tener –a
50

no ser que seamos blancos. Esta hipocresía es lo que ha llevado a tantos votantes de Trump –grupos que en
muchos casos no habían votado desde los setenta u ochenta– a salir de debajo de las piedras y plantarse a
favor de sus valores y de su cultura.
El establishment tiene que leer a Haidt y darse cuenta de que ese grupo no va a desaparecer. No habrá ningún
“progreso” que borre las afinidades naturales de los conservadores. No podemos seguir pretendiendo que las
divisiones acerca del libre comercio y las pequeñeces de la reforma de la seguridad social representen
realmente ambos lados del espectro político de América. La alt-right está aquí, y está aquí para quedarse.
[1] La “Stormfront White Nationalist Community” es una organización supremacista blanca que aglutina al
movimiento skin y elementos de ideología neonazi. Para muchos “alt righters”, se trata en realidad de una
organización infiltrada por el establishment, para ejecutar un papel de “oposición controlada”.
[2] La National Review es una revista política bimensual fundada en Nueva York en 1955, que oficia como
portavoz del pensamiento conservador mainstrem (lo que en España conocemos como “centro-derecha”).
Durante los últimos años la NR ha estado fuertemente asociada a Think Tanks “neocon” como American
Enterprise Institute y American Heritage.
[3] 4chan: (japonés: Yotsuba, lit. canal «cuatro hojas») es un tablón de imágenes en inglés lanzado el 1 de
octubre 2003. Originalmente sus foros son usados para publicar imágenes y discutir sobre manga y anime.
Sus usuarios generalmente publican de forma anónima y el sitio ha sido ligado a las subculturas y activismo
en Internet. 8chan (también llamado Infinitechan) es un website americano de imágenes, formado por paneles
compuestos por usuarios y moderados por cada respectivo creador. Algunos de sus sitios han jugado un papel
destacado en la llamada “Gamergate Controversy”. Se trata también del lugar favorito para el activismo “alt
right”. En 2014 el sitio llegó a recibir una media de 35.000 visitantes por día y 400.000 posts por semana
(Fuente: Wikipedia).
[4] Nicholas Wade, que era un respetable divulgador científico del New York Times, publicó en 2014 el libro
“Una herencia incómoda” (A Troublesome Inheritance: Genes, Race and Human History) en el que defiende
que la evolución humana ha sido “reciente, copiosa y regional”, y que los genes podrían haber influenciado
toda una variedad de comportamientos que se reflejan en las diferentes sociedades humanas”. A causa de su
libro, Wade fue sometido a una caza de brujas y condenado por sus ideas “perniciosas” y “racistas”.
[5] En inglés, “cuckservative” es la unión de las palabras “cuckold” (cornudo) y “conservatives”. La palabra
“cuckold” designa la práctica sexual de hombres que se excitan mirando a su esposa o a su pareja mientras
son penetradas por otro hombre. El “cuckservative” sería así el conservador del establishment que asiste al
espectáculo de su esposa –o de su cultura– siendo penetrada por un extraño (que en el porno “cuckold” es casi
siempre un negro).
[6] Cumbayá es una canción que tiene su origen en los Gullah, una tribu africana que estaba siendo
esclavizada en las Islas del Mar, cerca de la costa de Carolina y Georgia del Sur. La traducción viene a ser
algo así como "ven acá". Originalmente fue una canción de soul de gran popularidad entre los progres
guitarreros de los sesenta y setenta, al asociarse a las luchas civiles y a las utopías multiculturales
(tipo Imagine, de John Lennon).
[7] Andrew James Breitbart (1969-2012) fue un publicista conservador norteamericano y judío, comentarista
del Washington Times, periodista de radio y televisión, uno de los creadores de The Huffington Post, y
posteriormente conectado al movimiento conservador Tea Party. En 2007 creó el sitio Breitbart News, con el
objetivo de fundar un sitio «que sería abiertamente pro-libertad y pro-Israel». En 2016 su director ejecutivo,
Stephen Bannon, declaró el sitio como “plataforma para la derecha alternativa”. El New York Times describió
a Breitbart News como una «curiosidad de la franja derecha», con «periodistas guiados ideológicamente», una
fuente de controversia «sobre material que ha sido llamado misógino, xenófobo y racista», y que se ha
convertido en una «potente voz» de la campaña presidencial de Donald Trump. (Fuente: Wikipedia).
(Traducción y notas de El Manifiesto).

EL NACIONALISMO BLANCO DE LA "ALT-RIGHT", O LA


TENTACIÓN IDENTITARIA ESTADOUNIDENSE QUE ELUDE
Égalité et Réconciliation
http://katehon.com/es/article/el-nacionalismo-blanco-de-la-alt-right-o-la-tentacion-identitaria-
estadounidense-que-elude
51

El movimiento del pensamiento Alt-Right (Derecha alternativa) descrito en este artículo no tiene realidad
institucional, o incluso una definición clara. El término, acuñado por Richard B. Spencer, ha tomado una
nueva dimensión a la luz de la elección de Donald Trump. Se podría decir que la "Alt-Right" existe en el
vacío, definida por sus oponentes: la prensa, los grupos de presión y los partidos dominantes. El sistema
político-mediático, que fue rechazado de nuevo el 8 de noviembre de 2016 por una mayoría de los votos
electorales, incluye bajo el término peyorativo "Alt-Right" todo lo que no le conviene: la derecha dura, el
racismo, el fascismo, el nazismo. A imagen de lo que se ha hecho con el FN en casa [Francia].
En su edición del domingo 2 de diciembre, el New York Times se interesa por la nueva nebulosa del "orgullo
blanco" americano. Bajo el nombre de la Alt-Right (Derecha alternativa), ha surgido una tendencia con
ocasión de la muy dura campaña presidencial, una tendencia minoritaria pero lo suficientemente inquietante a
los ojos del muy influyente periódico de las élites de la costa este, como para justificar un largo artículo.
La Alt-right, movimiento político sin estructura política clásica, conocerá la consagración con un discurso
dedicado de Hillary Clinton, a finales de agosto de 2016, en el que acusa a su oponente republicano de
"explotar esta nueva forma de la supremacía blanca". Es verdad que los principios de su fundador, Richard B.
Spencer, son más bien directos:
“No estamos destinados a vivir en la vergüenza, la debilidad y la desgracia. No rezaremos para hacernos
aceptar por algunas de las criaturas más despreciables que el mundo haya presentado jamás”.
Hacer América (blanca) grande otra vez
El NYT conecta este movimiento de derecha "blanco" o pro-blanco al mucho más estructurado y reconocido
de Stephen K. Bannon, el ex-patrón de Breitbart News - Bannon mismo reconoce que su plataforma sirve a
los intereses de la Alt-Right -, convertido en asesor del presidente Trump en materia de política interna. Esto
incluye las minorías, sujeto cuán sensible y cuán explotado al otro lado del Atlántico. Durante la campaña, sin
ser partidarios absolutos, los miembros de la Alt-Right sostuvieron a Donald Trump en todas sus salidas
populistas o supuestamente racistas. Vieron detrás de los discursos del multimillonario que se comprometió a
"hacer América grande de nuevo”, intenciones ocultas que se corresponden con las suyas: el reconocimiento
de la raza blanca, que hizo América, y que sufre hoy de multiculturalismo, una cohabitación forzada debida a
las élites anti-estadounidenses que se transformó en guerra interracial y en un tirar al pueblo de Estados
Unidos hacia abajo. Las comunidades negras e hispanas están en el visor.
Curiosamente, a través del análisis del NYT, adivinamos sin dificultad que el sistema ve con malos ojos esta
emergencia de un orgullo blanco, mientras que - por razones de dominación social – exalta el orgullo de las
minorías negra, feminista y homosexual. Esta no es la menor de las paradojas de la problemática de la Alt-
Right. Una cosa es segura: en este movimiento se mezclan tanto anti-sistemas como identitarios blancos. Las
condiciones político-históricas de los Estados Unidos hacen que la contestación al sistema pase hoy por un
reconocimiento de la comunidad blanca, lo que en última instancia conviene a los asuntos de la oligarquía,
que siempre ha escamoteado la problemática social (la lucha de clases) con la problemática racial. En este
sentido, el movimiento de la Alt-Right no es tan anti-sistema más que eso. Pero prosigamos con el análisis
del NYT...
Podría llamárseles unos super-identitarios, mucho más radicales que los identitarios franceses, que no son tan
explícitos. Donald Trump no ha condenado las salidas de estos fundamentalistas blancos porque no eran parte
de sus militantes oficiales, aunque para ello tuviera que explicar una vez que sus tesis no tenían nada de
"nazi". Los neonazis americanos se han reconocido sin embargo en él, pero no le dieron la victoria:
estadísticamente y electoralmente, pesan poco. Aún así, fueron muy activos durante las grandes batallas
mediáticas de septiembre y octubre de 2016, funcionando como un sólo hombre sobre los adversarios
ideológicos declarados de "su" representante. Lo que entusiasmó - negativamente – a los medios de
comunicación de masas, buscando sobrecargar el peso de la bolsa malpensante del candidato "equivocado".
Por lo tanto, los periodistas pro-sistema han sido atacados en Twitter por norma, sobre todo si eran
reconocidos como judíos. Los activistas de la Alt-Right establecieron a este propósito un conjunto de reglas
tipográficas para denunciar a los periodistas judíos anti-Trump en las redes sociales, por ejemplo, dándoles
tres pares de paréntesis, “!”. Para ellos, no hay duda de que estos periodistas trabajan para el sistema y contra
Trump. A su vez, bajo la férula de Spencer, la Alt-Right defiende un programa muy simple: no perseguir a los
periodistas judíos, sino imponer una moratoria de 50 años sobre toda inmigración a los Estados Unidos.
Según él, "la raza es real, la raza cuenta, y la raza es el fundamento de la identidad". Se puede ver fácilmente
52

un eco del Black Lives Matter, "Las vidas negras importan", coreado por los activistas negros contra las
violencias policiales, sobrentendidas "blancas".
Allí, las amalgamas se fusionan verdaderamente sin límites. Existe el riesgo real de ver al pueblo blanco,
después de medio siglo de tolerancia con respecto a los negros, practicar una política de identidad antinegra.
Algunos observadores acusan ya a Trump de ser un líder blanco para los blancos. Los brazos en alto en las
reuniones de la Alt-right son bastante embarazosos para el nuevo presidente de Estados Unidos. Precisamente,
y el artículo del NYT no repara en ello, Alt-right resuena extrañamente a "Alt-Reich" (Altreich), el Reich
fantaseado que los nazis querían encontrar (mediante las investigaciones arqueológicas de Himmler y sus
servicios) o reconstruir (por las armas). En primer lugar, por los territorios sobre la base de la historia
europea, y, finalmente, por las creencias nórdicas. El Altreich era esa mezcla de alma y suelo. La Alt-Right
norteamericana reivindica su compromiso con su comunidad y con la tierra americana. Un "Blut und Boden"
a la salsa de Estados Unidos.
Veamos ahora cuáles son las personalidades que simbolizan esta nueva tendencia. En la nebulosa "blanca"
encontramos a David Duke, el antiguo líder del KKK, a Jared Taylor al frente de la revista y el sitio web
de American Renaissance, a Kevin McDonald, profesor de psicología retirado cuya "trilogía sobre la
influencia judía es una piedra angular del movimiento", o también a Andrew Anglin, que dirige el sitio web
neonazi The Daily Stormer (en referencia al Stürmer alemán de los años 30). Su credo: el retorno de los
inmigrantes a casa. Sin embargo, el New York Times reconoce que no todos son racistas. Por lo tanto, se
trataría más de "nacionalistas blancos" que de "supremacistas blancos", el supremacismo induce las nociones
de racismo y de superioridad. Entonces, habría que hablar más bien de separatismo.
Según un especialista en los movimientos "blancos", a los que sigue desde hace 17 años, "esta es la primera
vez que se les ve declararse por un candidato". Por su parte, Trump naturalmente rechazó a estos aliados
embarazosos, particularmente los excesos de lenguaje de Spencer, pero sus ataques al establishment han
encontrado un eco favorable en esta franja de población, en otro tiempo relativamente ignorada u ocultada por
los medios de comunicación. Esto es lo que ha producido una ruptura con el aparato clásico republicano, que
también está unido al establishment como el aparato demócrata. En este sentido, Trump llevó a cabo una
campaña anti-sistema, basada sobre poblaciones y movimientos que no era evidente reunir. Su programa, muy
coherente, consiguió esta exitosa fusión para disgusto de la clase política, de los medios y los encuestadores,
que componen este sistema de dominación y contribuyen a su mantenimiento.
Así, Trump, ¿nacionalista blanco o político oportunista que supo sentir las aspiraciones de una América
oculta, culpabilizada durante mucho tiempo por la ideología racista dominante?
Respuesta del bloguero Alt-right de Millennial Woes (Males milenarios):
"Creo que lo único que quiere restaurar es la América que conocía de joven o incluso de niño. Y creo que
él sabe probablemente en algún nivel que la forma de lograr esto es tener más personas blancas aquí y
menos personas de color".
Spencer, piensa que "Trump es el primer paso hacia una política identitaria a favor de la euro-americanos",
una expresión que puede oponerse de manera segura a los afroamericanos. Desde 2014, Bannon trató de
construir un puente entre el ala derecha estadounidense (Alt-Right) y algunos movimientos populistas
europeos. Las gigantes manifestaciones contra el matrimonio gay en Francia e Italia fueron la ocasión de
hacer emerger los mayores movimientos de protesta política contra la socialdemocracia. Bannon es muy
optimista sobre el hecho de que el Frente Nacional francés podría, con el tiempo, reunir este movimiento de
resistencia global. No ahorra elogios sobre Marion Maréchal Le Pen, a quien conoció después de la elección
de Trump.
La Alt-right toca también a los cristianos conservadores (el movimiento Tea Party), más integrados en el
sistema americano, pero tentados por la revuelta, dado el fracaso de sus representantes anteriores. Sin
embargo, los jóvenes Alt-Right no son conservadores, ni siquiera nostálgicos: a menudo ignoran la historia de
su país y casi la totalidad de la política clásica. Para ellos, el multiculturalismo tiene que combatirse, no para
regresar a un pasado étnicamente "puro", sino para no desaparecer en tanto que blancos. Casi podríamos decir
que este movimiento de defensa identitaria es un componente cada vez más identificable del
multiculturalismo global, a imagen de los movimientos identitarios negros y latinos.
Políticamente, el movimiento Alt-Right ciertamente no es masivo, pero su influencia en las ideas, en las
estructuras mentales de una América dividida, acosada por la duda, aumenta gracias a su actividad en Internet.
53

Por ejemplo, y esto no es nada despreciable, el joven pero muy numeroso público de los "gamers" está muy
penetrado por las ideas de la Alt-Right. En Francia también, sin darse cuenta, y fueron censurados por esto
por el muy polémico (para la prensa de masas) foro jeux-videos.com. Un foro no tan apolítico como se cree...
Precisamente, según el New York Times, internet habría liberado nuestros instintos más bajos (no se olvide
que el NYT se ve amenazado por la influencia de la Red). Mientras que otros movimientos tenían sus
discursos y sus militantes, la Alt-Right “trolleaba” a muerte en la red. Hay que decirlo: han acosado a
periodistas (a veces duramente) opuestos a Trump enviándoles mensajes amenazantes, fotos de sus hijos...
Los periodistas judíos fueron especialmente señalados, o aquellos cuyos nombres tenían una consonancia
judía. La "Troll army" del Daily Stormer ha desplegado una agresividad jamás vista en este campo. Antes el
flujo de ataques ad hominem, en noviembre de 2016, muchas cuentas de Twitter de autores Alt-Right fueron
cerradas, incluso la de Spencer.
En conclusión, la Alt-Right es minoritaria demográficamente, pero son los precursores, de acuerdo con el
politólogo Carol Swain, de una toma de conciencia que toca a toda la comunidad blanca, que en realidad no
existía como tal hasta entonces, y que siente, al igual que una minoría, que su identidad está "under attack".
El New York Times equipara el aumento del orgullo blanco a una amenaza para la democracia, mientras que
este periódico pro-sistema, que encarna él mismo al sistema ya que es su portavoz mundial, siempre ha
promovido la sociedad multicultural, que se ha convertido en una realidad. Incluso se puede hablar de una
sociedad multiracista. Toca a los blancos organizarse en minoría activa según el modelo de los negros o de los
latinos, lo que no llevará a América a ninguna parte, el modelo de apartheid de Sudáfrica no funcionó por
mucho tiempo. El modelo racista de Israel no tiene tampoco mucho futuro.
Sin embargo, hay un apartheid político y un apartheid de hecho: este último está basado en duras realidades
sociales. Este es el que une en la miseria a la mayoría de los negros, de los latinos y de los blancos pobres,
cuya organización política - se le llama izquierda contestataria – no debe ver la luz en absoluto en los Estados
Unidos, ya que la cuestión social vendría a asentarse sobre la cuestión racial. Que, de hecho, conviene al
sistema. Porque mientras los explotados estén desunidos, los explotadores estarán tranquilos. Los "pequeños
blancos" justamente anti-sistema del movimiento Alt-right, en lugar de entrar en un conflicto interétnico
triangular, deberían ver más bien en su situación una solidaridad de hecho con los negros y los latinos, delante
de los cuales no es necesario añadir el prefijo “pequeños”. Donde se adivina toda la ingeniería de la
racialización o de la etnización de la protesta...
egaliteetreconciliation.fr/

LA INTELIGENCIA NORTEAMERICANA RECONOCE EN SU INFORME EL FIN


DE LA UNIPOLARIDAD
Miguel Ángel Barrios
http://katehon.com/es/article/la-inteligencia-norteamericana-reconoce-en-su-informe-el-fin-de-
la-unipolaridad
Los últimos años estuvieron impregnados del debate sobre qué características tomaba la política mundial a
partir de la posguerra fría. La mayoría de los grandes analistas del mundo académico politíco angloamericano
no dejaba dudas de que nos desplazábamos hacia la conformación de un mundo unipolar dominado por los
EEUU. Las evidencias de la invasión a Afganistán y a Irak, fundamentadas durante el gobierno de George W
Bush (h) por un documento bajo el nombre Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, no dejaban margen
para debatir. Esto agravado también por la crisis políticas del sistema político occidental y la
anglosajonización de las Relaciones Internacionales, que repiten los discursos "científicos" de los gurús, ya
sea por dar ejemplos Kaplan, Kagan, Nye,Fukuyama,etc.
En el ano 2008 sacamos entre varios expertos un Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica –
Barrios, Miguel Angel [Director], Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, Biblos, BsAs.
2008 -, donde con mucha soledad advertíamos que nos dirigíamos hacia un mundo multipolar a contramano
de los gurús, y además, mientras existía una gran expectativa mundial por el nuevo Presidente de los EEUU,
decíamos que nada señalaba un cambio de la política exterior con respecto a Bush (h).
54

Hoy, a menos de 10 días de dejar la presidencia Obama, el Premio Nobel de la Paz bombardeó 7 países en
menos de 6 años - de paso, aprovechamos para decir que ser Nobel de la Paz no implica ninguna garantía.
Alfred Nobel fue el inventor de la dinamita. El Presidente Wilson aplicó la diplomacia del dólar en el Caribe,
T.Roosvelt la política del garrote y Kissinger el llamado "plan cóndor" y fueron Premios Nobel. O sea, que lo
de Obama es una confirmación una vez más, que hay mirar de reojo cuando un presidente norteamericano es
Premio Nobel -.
A pesar que empezó con promesas de retirar a su país de conflictos internacionales tras el mandato de Bush
(h), Obama deja el cargo habiendo mantenido a la nación norteamericana en conflicto durante más tiempo que
cualquier otro presidente de los Estados Unidos.
Expandió las guerras aéreas y el uso de las fuerzas especiales en todo el mundo. El numero de países que
cuentan con fuerzas especiales norteamericanas desplegadas ha crecido desde los 60 en 2009, hasta los 138 en
2016 (el 70 %de los países del mundo), según los datos del Mando de Operaciones Especiales de EEUU.
Para analizar el legado del Presidente Obama, el Consejo de Relaciones Exteriores de los EEUU (CFR, por
sus siglas en ingles), que se especializa en política exterior y asuntos internacionales del país, presentó datos
sobre los ataques aéreos lanzados sobre países extranjeros. Sólo en el 2016, el gobierno de Obama arrojó al
menos 2.6171 bombas.
Mientras la mayoría de los bombardeos se produjeron en Siria e Irak, las bombas estadounidenses alcanzaron
Afganistán, Libia,Yemen, Somalia y Pakistán, siete de los países musulmanes mas grandes.
Durante los ocho años de mandato de Obama, su gobierno no sólo ordenó numerosos ataques aéreos, sino que
también alcanzó una cifra récord de venta de armas desde la segunda guerra mundial, llegando a los 265.471
millones de dolares (https://intereconomia.com/economia/mundo/obama-premio-nobel-la-paz-lanzo-26-171-
bombas-2016-20170110-1736/)
Todo lo explicitado nos lleva a comprender un hecho importantísimo que ha ocurrido el pasado 9 de enero de
2017, bastante desapercibido y que nos parece central. El Consejo Nacional de Inteligencia de los EEUU, en
su Informe de Inteligencia para el nuevo presidente de los EEUU, Trump, reconoce en forma implícita el
fracaso de la diplomacia de guerra de Obama, y nuestro lejano Diccionario (seguramente tomado como
"ensayo político ideólogico" por parte de la mayoría del arco "cientifico neutral" argentino ), se halla en total
sintonía con el Informe del 9 de enero.
Si hubiera juicio por mala praxis en las ciencias sociales, muchos de los monstruos sagrados tambalearían.
Esto no significa una ironía vulgar, sino una profunda reflexión que debemos realizarnos todos desde las
ciencias sociales y el mundo universitario sobre el devenir y acontecer del sistema mundo.
Durante casi dos décadas, Global Trends Report del Consejo Nacional de Inteligencia
(https://www.dni.gov/index.php/about/organization/national-intelligence-council-global-trends), ha estado
dando forma a conversaciones estratégicas dentro y fuera del gobierno de los EEUU. Desde que el Primer
Informe Tendencias Mundiales fue lanzado en 1997, un nuevo informe se publica cada cuatro años después
de las elecciones en EEUU.
Tendencias Globales constituye un importante y estratégico informe de la evaluación de los servicios de
inteligencia de las fuerzas - y elecciones - que configuran el mundo durante las proximas dos décadas.
La ultima edición del Consejo Nacional de Inteligencia del Informe "Tendencias Globales: paradojas del
progreso", fue presentada el 9 de enero de 2017, explorando tendencias y escenarios en los próximos 20 años.
Fundamental para su comprensión y pertinencia han sido las reuniones en todo el mundo con una amplia
gama de interlocutores, incluyendo funcionarios de gobiernos, empresarios, académicos, representantes de la
sociedad civil y otros, en los talleres de intercambio. Allí se examinan las prospectivas de la economía, la
demografía, la ecología, la energía, la salud, la gobernabilidad, la identidad y la geopolítica, y entender sus
consecuencias para la paz y la seguridad del mundo.
El NIC cristaliza las ideas extraídas de estas reuniones así como una amplia investigación, en el Informe
Tendencias Mundiales publicado cada cuatro años entre el día de la elección presidencial de EEUU y el día de
la investidura.
En líneas generales el Informe del 9 de enero alerta sobre un futuro "cercano oscuro y difícil" debido al
aumento de hostilidades entre naciones en niveles no vistos desde la Guerra Fría, a medida que se desacelera
55

el crecimiento global, se erosiona el "orden" posterior a la segunda guerra mundial, y a la potenciación de los
nacionalismos en los marcos de la globalización.
La incertidumbre sobre EEUU, junto a un "Occidente que mira hacia adentro", y el debilitamiento de los
derechos humanos internacionales y los estándares de prevención de conflictos, “animarán a Rusia y China a
poner a prueba la influencia norteamericana", dice el Informe.
Y agrega, "...estos retos estarán bajo el umbral de la guerra caliente, pero generarán riesgos profundos de
errores de cálculo".
Rusia y China aparecen ya como actores a disputarle influencia, reconociendo pérdida de hegemonía, así
como conflictos regionales, terrorismo y aumento de la desigualdad.
El organismo ha publicado el 9 de enero -repetimos-, el Informe de 226 paginas y alerta "que el nuevo
panorama mundial está poniendo fin a la época de dominación estadounidense que siguió a la guerra fría", y
que por lo tanto, los próximos cinco años "pondrán a prueba la resiliencia de los EEUU".
Por otro lado, el NIC prevé un crecimiento del populismo en el terreno político a nivel mundial, lo que
"representará una amenaza para el liberalismo". Aquí agregamos que no distinguen en el informe a partidos
xenofóbicos que aparecen en Europa de nacionalismos regionales de preservación de la soberania, como
ocurre en Irán o puede tomar nuevamente fuerza en América del Sur.
Más que nunca debemos buscar desde la Patria Grande un poder ético político estratégico y la tensión que ya
convive con nosotros es Patria Grande en serio o la nada. Aquí reside nuestro por-venir al decir de Manuel
Ugarte.
Miguel Ángel Barrios (Argentina), es Doctor en Educación y Doctor en Ciencia Política. Autor de más de
quince obras de política latinoamericana de reconocida referencia bibliográfica.

Preocupación mundial ante el cambio de época © Foto: Pixabay


https://mundo.sputniknews.com/firmas/201701111066150871-mundo-politica-situacion-eeuu/
FIRMAS 19:22 11.01.2017(actualizada a las 19:24 11.01.2017) URL corto Vicky Peláez 1973160
Todos los procesos mundiales son cíclicos y la historia de la humanidad siempre estará en
constante movimiento, tal es así que la multipolaridad del siglo XX, después de la desintegración
de la Unión Soviética, cedió lugar al mundo unipolar bajo el dominio norteamericano caracterizado
por el caos, la violencia y el desorden. "No es ni siquiera el principio del fin. Es quizá el fin del
principio". (Winston S. Churchill, 1874-1965) © REUTERS/ CARLOS BARRIA Comienza la transición
hacia la Era Trump Sin embargo, después de dos décadas de la nueva 'Pax americana' y su orden
global neoliberal, estos empezaron a colapsar y se inició una crisis global por el poder
caracterizada por el descontento, la decepción y el desengaño, canalizados en EEUU con la
elección de Donald Trump como presidente. A tal extremo llegó la crisis global neoliberal que
hasta los dos acérrimos veteranos partidarios y promotores del mundo unilateral Zbigniew
Brzezinski y Henry Kissinger tuvieron que reconocer que para salir de la crisis actual era necesario
crear una conexión trilateral entre EEUU, China y Rusia. En el reciente Foro Oslo del Premio Nobel
de la Paz, 'EEUU y la Paz Mundial después de la Elección Presidencial en EEUU', Brzezinski tuvo que
reconocer que a pesar de los muchos esfuerzos de Washington y sus aliados de Bruselas no se
pudo dislocar a Rusia, ni influir en el cambio de la política del Gobierno de Putin. Tampoco
pudieron impedir la formación de la alianza entre Rusia, China e Irán. A esto se agrega también el
fracaso del golpe de Estado en Turquía, detrás del cual estaban Norteamérica y la OTAN. Lea
también: Los ocho años de Obama que llevaron al mundo de la fascinación al desencanto ©
REUTERS/ JORGE DAN LOPEZ Mundo en llamas: diez puntos calientes en 2017 Entonces, de
acuerdo a la conclusión de Brzezinski, en la era nuclear "la precaución y la colaboración deben
prevalecer entre Estados Unidos, China y Rusia, si se desea evitar un conflicto fundamental". En
otras palabras, el acierto de Zbigniew Brzezinski significa la necesidad del retorno al mundo
56

multipolar bajo la dirección del G-3 (EEUU, China y Rusia). Henry Kissinger, a la vez, se convirtió en
un asesor 'ad hoc' de Donald Trump para mejorar las relaciones de Norteamérica con Rusia
haciendo reconocer el espacio geopolítico de Moscú en el mundo actual pero siempre tratando de
alejar a Rusia de China y de Irán. Ya no le quedaba otra alternativa a Washington y hasta uno de
los más influyentes voceros del neoliberalismo, The Washington Post, tuvo que reconocer que
"Putin ganó el año 2016". Lo interesante de la actual situación geopolítica, que tanto Brzezinski
como Kissinger ya no están tomando en cuenta, es que la Unión Europea se convirtió por la
voluntad de los burócratas de Bruselas en un simple satélite norteamericano. Según la publicación
alemana Spiegel Online, "el 15 de diciembre de 2016, Angela Merkel y sus colegas europeos
decidieron transferir parte de su soberanía militar a EEUU". A tal extremo llegó la situación con la
Unión Europea, que la publicación cita a Henry Kissinger, que alguna vez se preguntó: "¿A quién
tengo que llamar si quiero hablar con Europa?". La respuesta es evidente, a partir del próximo 20
de enero habrá que llamar a Washington para consultar sobre esto a Donald Trump. Los varios
emisarios de Berlín enviados a Washington ya informaron a Angela Merkel que a la Unión Europea
(UE) le esperan años difíciles para las relaciones transatlánticas. © REUTERS/ KEVIN LAMARQUE
Balance macabro: ¿Cuántos países bombardeó EEUU en 2016? Los estudiosos de todos los países
del mundo tratan de encontrar las causas del fracaso del actual orden global neoliberal. El editor
asociado de Financial Times, Wolfgang Münchau, en su artículo 'The elite's Marie Antoinette
moment' (27-11-16) afirmó que el "orden liberal global está colapsando porque la clase dominante
global dejó de percibir el sentimiento del pueblo hacia el mundo". Según Münchau, "la
insurrección popular" tanto en EEUU como en la UE "está creciendo porque la gente tiene miedo a
la reducción de protección de los consumidores y el aumento del poder de las transnacionales". En
la percepción de este analista, la globalización neoliberal empezó a adquirir el carácter caótico y
violento debido a la distribución extremadamente desigual de los ingresos impulsada por la elite
mundial y por su política de "flujos incontrolables de capital y personas". Más: Embajador ruso: la
UE no logrará involucrar a Rusia en una alianza contra EEUU Münchau considera que "la acción
más correcta sería dejar de insultar a los votantes, solucionar los problemas del sector financiero
que está fuera de control, de los flujos de capital y personas y la distribución desigual de ingresos".
Sin embargo, el 1% de los ricos y poderosos que controlan el mundo occidental jamás aceptará
estas soluciones a la actual crisis neoliberal. Dale Carnegie, en su libro 'Cómo ganar amigos e influir
sobre las personas' (1936) anotó que "solamente el 15% de los más ricos y poderosos lo lograron a
través de su conocimiento científico o técnico, mientras que el 85% restante obtuvieron su riqueza
debido a la manipulación psicológica de la gente o usando lo que se llama 'la Ingeniería
Psicológica'". © REUTERS/ JONATHAN ERNST El último discurso de Obama como presidente de
EEUU Refiriéndose a EEUU, el país está en manos, según los científicos políticos norteamericanos
Martin Gilens (Princeton University) y Benhamin Page (Northwest University), de la plutocracia
corporativa y financiera que excluyó a los ciudadanos ordinarios de la participación en las
decisiones del Gobierno, especialmente en los últimos 20 años, lo que produjo descontento
popular. En realidad, Donald Trump y su equipo han utilizado precisamente los postulados de la
Ingeniería Psicológica para lograr el voto de la clase obrera blanca y los sectores empobrecidos por
la política de globalizadores acentuada especialmente desde la Presidencia de Bill Clinton en 1993.
Durante los ocho años de Gobierno de Barack Obama, que se inició en 2009, la "economía real",
definida por el filósofo francés de origen argelino Pierre Rabhi como "un sistema orientado a
destinar recursos para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población", dejó de existir
debido a la monetización de la economía orientada exclusivamente al proceso en el que "el dinero
produce dinero". La política exterior norteamericana desde el trágico 9/11 también había sido
concebida por el sector industrial militar y el financiero como una forma de ganar dinero
apoderándose de los abundantes recursos energéticos de Oriente Próximo. No se lo pierda: ¿El
57

manual del pesimista?: cómo será el 2017 según Bloomberg Sin embargo, la guerra no solamente
produce ganancias sino también estragos físicos y financieros al país envuelto en una aventura
militar en calidad de agresor. La recuperación económica de la que hablan los medios globalizados
de comunicación sigue siendo un deseo y no una realidad. De acuerdo al expresidente del Council
of Economic Advisers bajo Obama, Alan Krueger, "el 94% del aumento de puestos de trabajo —
unos 10 millones— en la década pasada fue en calidad de 'trabajo alternativo'", es decir, empleo a
tiempo parcial, contratistas o trabajo independiente que en la mayoría de los casos no aporta
ningún beneficio. © FOTO: UNSPLASH / LUDOVIC GAUTHIER Los europeos, ¿cansados de la
dictadura de Bruselas y Washington? La política exterior norteamericana del Premio Nobel de la
Paz, Barack Obama no lo hizo convertirse al presidente de la paz sino en promotor del caos. Como
lo definió el político norteamericano Ron Paul, el líder norteamericano Obama ordenó "lanzar
bombas sobre siete países y se convirtió en el primer presidente en la historia de EEUU bajo cuya
dirección Norteamérica ha estado en guerra cada día durante los ocho años de su Administración".
También durante su Presidencia se programó que EEUU no estaría presente, por primera vez
desde 1945, en tres negociaciones fundamentales de paz: primero, el Acuerdo de Minsk sobre
Ucrania de Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Francia y Alemania; segundo, la próxima cumbre sobre Siria
en la que participarán Rusia, Turquía e Irán; y finalmente la reunión sobre el futuro de Afganistán
con la asistencia de Rusia, China y Pakistán. Precisamente, el caos propagado por la
Administración de Obama en Oriente Próximo y la Unión Europea, sumado con la crisis económica,
para la que Washington y Bruselas hasta ahora no encontraron una solución y se enfrascaron en
todo tipo de acusaciones contra Rusia para distraer la opinión pública mundial, han creado las
condiciones para el vacío del poder geopolítico. China y Rusia lo ocuparon inmediatamente, tal y
como lo reconocieron Brzezinski y Kissinger, creando así las condiciones para el retorno al mundo
de una nueva composición pluripolar mundial cuyo liderazgo sería compartido por EEUU, China y
Rusia en el orden de países definido por Brzezinski. Lea más: Trump ofrece su primera rueda de
prensa tras ganar las elecciones No le queda otra alternativa a Donald Trump que seguir el camino
del mundo multipolar, por lo menos mientras esté tratando de recuperar la economía
norteamericana. Por mucho que hable el próximo presidente contra la globalización, este proceso
seguirá su ritmo y Norteamérica tratará por supuesto de sacarle el máximo provecho, eso nadie lo
duda.

Más: https://mundo.sputniknews.com/firmas/201701111066150871-mundo-politica-situacion-
eeuu/

Entrevista a Elif Shafak./ Un país convertido en prisión de intelectuales


ES UNA RECONOCIDA ESCRITORA TURCA, AUTORA DE "TRES PASIONES".

Elif Shafak. Desde Estambul, subraya que las personas críticas son etiquetadas de traidores.
http://www.revistaenie.clarin.com/revista-n/ideas/pais-convertido-prision-
intelectuales_0_rkFG7tpBg.html

Literatura
“Estoy profundamente conmocionada, triste. La otra noche no dormí nada. Gente inocente que
festejaba la llegada del año nuevo fue atacada, masacrada de manera despiadada en el club
nocturno Reina. Un acto de horrible crueldad, a sangre fría. 2016 fue un año tremendo para
Turquía.” El Reina de Estambul, como el Bataclan de París: la similitud se vuelve inmediata. Elif
Shafak, la escritora más vendida en Turquía, autora de la reciente novela Tres pasiones (editada en
58

español por Lumen), es mujer de una gran sutileza mental, y sabe mezclar la política y la cultura, la
sociedad y la economía. Pero esta vez el tono de su voz tiene una crispación mayor.

Aunque Elif Shafak nació en Estrasburgo, Francia, es una escritora de origen turco. Ha publicado
catorce libros, la mayoría novelas, escritas tanto en turco como en inglés. Sus obras se basan en
diversas culturas y tradiciones literarias, y allí confluyen temáticas de historia, filosofía, sufismo,
así como temas donde se relacionan mujer y sociedad, las minorías y también los inmigrantes. En
el año 2010 recibió la distinción francesa Orden de las Artes y las Letras. Se graduó en Relaciones
Internacionales en Medio Oriente en la Universidad Técnica de Ankara y obtuvo una maestría en
Ciencia en Género y Estudios de la Mujer. Se doctoró en filosofía en la misma universidad. En
español se pueden leer sus novelas La bastarda de Estambul y El arquitecto del universo.

–¿Por qué no pasa semana en la que Turquía no sea atacada por el terrorismo?

–Desde un punto de vista geopolítico Turquía se ha convertido en un nuevo frente para el Estado
Islámico. La guerra en Siria incide directamente, en especial desde que estamos involucrados en
conflictos regionales. Compartimos con Siria más de 800 kilómetros de frontera, un límite por lo
demás inseguro. Durante demasiado tiempo se les ha permitido acceso a muchos grupos sirios.
Después empezaron a atacar a los ciudadanos turcos, a reclutarlos. En el pasado mi patria era la
puerta, el puente cultural entre Oriente Medio y Europa. Hoy no lo es más. Somos una sociedad
deprimida, estremecida, traumatizada.

–El presidente Tayyip Erdogan habla del “caos que alguien está creando para destruir Turquía”.
¿No piensa usted que la extrema polarización de las posiciones, la exclusión de las fuerzas
democráticas consideradas en un plano de igualdad con los terroristas, y los continuos cambios de
alianzas en el exterior (con Rusia, Israel, el frente chiíta, Europa, Estados Unidos) finalmente han
llevado a percibir Turquía como un lugar inestable donde crear caos?

–En Turquía las élites del poder hablan siempre de “enemigos externos” y de “lobbies
internacionales”. Afirman que Turquía es tan grande que los enemigos externos están celosos y
quieren destruirnos. Es paranoia, desconfianza hacia Occidente.

–¿También esta vez?

–Esta vez tenemos que dejar de mirar a los “culpables occidentales” y mejor focalizarnos en
nuestra “democracia interna”. Hace mucho que el país se ha polarizado. El gobierno conducido por
el partido conservador se despertó tarde para comprender que un día los grupos fundamentalistas
islámicos del otro lado de la frontera podían atacarnos. No entendió lo suficientemente pronto
este peligro.

–Sin embargo hasta hace poco tiempo Turquía era un país en pleno desarrollo, incluso económico.
¿Qué es lo que hace falta?

–Cuando yo era chica, en Ankara, y durante toda mi juventud en Estambul, Turquía era un país
distinto. Festejar el año nuevo era algo normal. La gente hacía compras, traía nueces y frutas, se
miraba por televisión a los cantantes y a las bailarinas de la danza del vientre, a medianoche nos
abrazábamos contentos. Eso ocurría. Ahora ya no.
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–¿Qué ocurre, en cambio?

–Que grupos islámicos distribuyen volantes que dicen “Los musulmanes no festejan Navidad”. Y el
ministro de Asuntos exteriores declara “ilegal” celebrar el año nuevo. ¡Todo muy equivocado! La
gente festeja lo que quiere. Pero se aumenta la presión cultural y política sobre los laicos, sobre el
estilo de vida moderno.

–El otro día se liberó de la cárcel a la escritora Asli Erdogan después de 4 meses de prisión. Y
también a la lingüista Necmiye Alpay. Pero encarcelaron al periodista de investigación Ahmet Sik.
Para quienes utilizan la palabra escrita trabajar aquí es cada vez más difícil, e incluso ustedes los
escritores se han escapado casi todos al extranjero ...

–Me puse muy contenta cuando liberaron a Asli Erdogan y a Necmiye Alpay. Una alegría opacada,
porque el mismo día arrestaron a Ahmet Sik. Y es un periodista valiente, abierto, un veterano que
busca la verdad y entonces quieren silenciarlo. ¿Me cree si le digo que 143 periodistas empezaron
2017 tras las rejas? Turquía es hoy la mayor prisión de periodistas. Aquí las palabras no son libres.
Todo cronista, autor o intelectual lo sabe. Y escribir o hablar se hace cada vez más difícil. Hay una
presión enorme sobre los intelectuales que tienen posturas críticas. Es un momento en el cual los
críticos pueden ser fácilmente etiquetados como “traidores”. El resultado es que muchos
escritores y sobre todo los periodistas se sienten intimidados.

–¿Qué serviría?

–Adoptar una democracia pluralista y plena. El Partido Democrático de los Pueblos, pro-kurdo, y
los periodistas e intelectuales turcos kurdos encarcelados deben ser todos liberados, de
inmediato. El gobierno debe usar su policía para buscar a los terroristas (ambos, sean del ISIS o del
Partido de los Trabajadores de Kurdistán), en vez de arrestar a periodistas, novelistas, editores,
dibujantes.

–No será fácil.

–Hoy Turquía es más débil porque la democracia retrocedió. Como nación estamos crudamente
divididos entre los que quieren a Erdogan y los que lo odian. No hay más una cultura de la
coexistencia. Ni valores compartidos.

–¿Con el atentado contra la discoteque Reina de Estambul los terroristas no han querido atacar a
un símbolo del laicismo?

–Han elegido un ataque simbólico. Atacado un estilo de vida laico, occidental, cosmopolita. Un
lugar donde se encuentran musulmanes y cristianos, hombres y mujeres, festejan, beben juntos.
No ha sido una coincidencia. Los fanáticos apuntan a eso: el odio, el miedo, la separación.

©La Repubblica Traducción: Román García Azcárate

La globalización y los trabajadores del mundo


Prabhat Patnaik
El viejo topo
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221621
60

La globalización fue anunciada como algo beneficioso para todos, como un vigoroso paso adelante hacia una
mejora económica universal. Era claramente falso, y no fueron solo los economistas de izquierdas, sino
también muchos economistas de la línea “dominante” como Paul Samuelson los que lo dijeron desde el
primer momento.

El motivo que aducían era muy sencillo: si el régimen económico mundial permitía la libre importación en
Estados Unidos de mercancías procedentes de China o de la India, ello afectaría negativamente a los salarios
reales de los trabajadores norteamericanos, porque los trabajadores norteamericanos, con unos salarios
mucho más altos, tendrían que competir, en detrimento suyo, con los salarios más bajos de los trabajadores
chinos o indios. Por consiguiente, el hecho de que la globalización perjudicaría necesariamente a los
trabajadores de Estados Unidos y de otros países avanzados, les parecía obvio a ellos, y de hecho a todos,
de lo que se seguía que no era posible que beneficiase a todos los segmentos de la clase trabajadora
mundial. Ahora bien, de acuerdo con esta argumentación, se consideraba que la globalización beneficiaría a
los trabajadores de países como China o la India, es decir, de aquellos países del tercer mundo con los
salarios bajos.

Formulando este argumento de otro modo, ya que la libre circulación de mercancías y de capitales por todo
el mundo intensifica la competencia entre los trabajadores de los diferentes países, se produciría una
tendencia hacia una disminución de las diferencias salariales entre estos países, y si bien esto representaría
un cierto incremento en los salarios reales de los trabajadores del tercer mundo, también representaría una
reducción en los salarios reales de los trabajadores metropolitanos.

Este mismo argumento puede formularse de un modo más preciso, de acuerdo con las categorías de la
economía marxiana, del siguiente modo: la globalización, al transferir determinadas actividades económicas
desde los países avanzados a los países del tercer mundo (debido a los salarios más bajos de estos
últimos) agotaría las reservas de mano de obra en estos últimos al tiempo que produciría un aumento de las
reservas de mano de obra en los primeros. Esto, si no cambian otras circunstancias, provocará una subida
de los salarios en los últimos y un descenso de los mismos en los primeros. La globalización, por ejemplo,
mientras que no beneficia a todos los trabajadores, reduce las diferencias relativas entre los trabajadores de
los países avanzados y los trabajadores del mundo subdesarrollado. Pero, según este argumento, no es
posible que empeoren las condiciones de los trabajadores en las dos partes del mundo.

EL EMPEORAMIENTO DE LAS CONDICIONES

Esto es, sin embargo, lo que ha sucedido. La globalización, por supuesto, ha empeorado las condiciones de
los trabajadores en los países metropolitanos, un hecho recientemente puesto de relieve por el economista
Joseph Stiglitz. Casi un 90 por ciento de norteamericanos, lo que significa la casi totalidad de la población
trabajadora en aquel país, tiene actualmente unos ingresos reales apenas superiores a los que tenían hace
treinta años. Actualmente, el salario mínimo de los trabajadores norteamericanos está en términos reales
muy poco por encima de donde estaba hace 60 años. Dado que ha habido ciertas mejoras en estas
magnitudes durante la primera parte de los años transcurridos, lo que esto significa es que se ha producido
un deterioro en el período más reciente, que coincide con el apogeo de la globalización. Un dato estadístico
aún más revelador es el relacionado con el fuerte descenso en la esperanza de vida entre los varones
norteamericanos en los últimos tiempos, un descenso que recuerda la fuerte caída en la esperanza de vida
que se produjo en Rusia después del colapso de la Unión Soviética. Un descenso en la esperanza de vida
cuando no hay ninguna epidemia obvia a la vista es un asunto muy grave, y que este descenso se dé en el
país capitalista más avanzado del mundo es una prueba fehaciente del ataque a los medios de vida de la
clase trabajadora que ha traído consigo la globalización.

Una historia muy similar es la que puede contarse de otros países capitalistas avanzados. Estados Unidos es
considerado normalmente como una de las economías más exitosas, el lugar donde se produjeron
los booms de los años noventa del siglo XX y de la primera década del siglo actual, que originaron
respectivamente las burbujas de las empresas punto.com y la del mercado inmobiliario, y también la
economía que está experimentando aparentemente una recuperación después del colapso de la burbuja
inmobiliaria. Dicho esto, el hecho de que la población trabajadora de este país esté pasando tantas
dificultades es muy significativo. En los últimos años, en el Reino Unido se ha producido una fuerte caída de
los índices salariales reales de los trabajadores No tiene nada de extraño, pues, que el descontento con la
globalización esté cada vez más extendido entre los trabajadores de las economías metropolitanas, y dado
que la izquierda no ha tenido hasta ahora un conocimiento adecuado de ello, el descontento está siendo
explotado por la derecha. Fenómenos como el voto en el Brexit y la emergencia de Donald Trump se
explican desde este punto de vista.
61

Lo que resulta inexplicable en el marco del debate que estamos teniendo hasta aquí, sin embargo, es el
hecho de que la situación de los trabajadores ha empeorado incluso en una gran franja de los países del
tercer mundo con los salarios bajos, entre los cuales la India es un buen ejemplo. Las pruebas más
concluyentes en este sentido las proporcionan los datos sobre el consumo de alimentos básicos. Partiendo de
los estudios realizados por el NSS en los períodos 1993-1994 y 2009-2010 , que corresponden en líneas
generales al período de políticas neoliberales asociadas con la globalización, los porcentajes de la población
rural total con una ingesta calórica de menos de 2200 calorías por persona y día (el “parámetro” que define
la pobreza rural) de estos dos períodos anuales fue de un 58,6 y un 76 por ciento respectivamente. Los
porcentajes de población urbana por debajo de las 2100 calorías por persona y día (el “parámetro” para
definir la pobreza urbana) en estas dos fechas fueron de un 57 y un 73 por ciento respectivamente.

Tan sorprendente fue este incremento, especialmente durante un período en el que se suponía que la India
estaba experimentando un crecimiento sin precedentes de su PIB, que el gobierno encargó un nuevo estudio
al NSS para el período 2011-2012, durante el cual había habido una cosecha extraordinaria, con la idea de
que las cifras de la ingesta calórica en el período 2009-2010, un año con una cosecha pobre, habían sido
excepcionalmente bajas debido precisamente a esta escasez en la cosecha. Una vez completado el estudio,
las cifras que arrojaba, aunque sin duda eran mejores que las del período 2009-2010, todavía mostraban un
notable incremento en los porcentajes de población que estaban por debajo de este umbral de ingesta
calórica durante el período de la globalización: en el caso de la población rural, el porcentaje era del 68 por
ciento (comparado con el 58,5 por ciento de 1993-1994) y en el de la población urbana era de un 65 por
ciento (comparado con el 57 por ciento de 1993-1994). Tanto la ingesta de calorías como la de proteínas per
cápita en la población había sufrido un descenso durante el período estudiado.

Este incremento del déficit alimenticio se trató de explicar de diferentes formas, incluida la sugerencia de
que tal vez era un indicio de que la gente estaba aprendiendo a diversificar su consumo, reduciendo el de
comida en beneficio de otras cosas como la educación y la salud. Pero esta explicación era a todas luces
falaz: en cualquier parte del mundo, a medida que los ingresos reales aumentan, la gente consume una
mayor cantidad de cereales tanto directa como indirectamente (en forma de alimentos procesados y de
productos animales en cuya elaboración entran los cereales como forraje). Así pues, el descubrimiento de
que en la India se había producido un descenso real en el consumo de cereales en todos sus usos, y en
consecuencia un descenso en la ingesta de calorías y proteínas durante el período de la globalización,
indicaba claramente que los ingresos per cápita reales de los trabajadores, después de calcular la incidencia
de la inflación, especialmente la subida de precios que acompaña a la privatización de servicios esenciales
como la educación y la salud, estaban por término medio disminuyendo en vez de aumentar. Dicho de otro
modo, un fenómeno similar al que se producía en los países capitalistas avanzados estaba teniendo también
lugar en la India y en otros países del tercer mundo, lo que contradice el argumento presentado más arriba,
hasta el punto de que son muy pocos ya los que creen que este sea un argumento correcto. ¿Cómo podemos
explicar esta contradicción?

LA PRESIÓN SOBRE LA PEQUEÑA PRODUCCIÓN

El argumento presentado más arriba suponía básicamente que la esencia de la globalización consiste en la
transferencia de actividades económicas desde los países avanzados a las economías del tercer mundo, y
que esta transferencia reduciría drásticamente las reservas de mano de obra del tercer mundo y provocaría
una subida de salarios. Lo que no se decía es que la globalización también tiene otros efectos, incluido sobre
todo una restricción de la pequeña producción por parte del sector capitalista. El resultado es que varios
pequeños productores dejan sus ocupaciones tradicionales para emigrar a las ciudades en busca de empleo,
lo que incrementa el ejército total de mano de obra a disposición del capitalismo. Esta migración, junto con
el incremento natural de la población activa, no puede ser totalmente absorbida por el ejército laboral activo
debido a que las políticas neoliberales asociadas a la globalización también llevan a la eliminación de todas
las restricciones relativas al ritmo del cambio estructural y tecnológico, lo que aumenta el ritmo de
crecimiento de la productividad del trabajo a expensas del crecimiento del empleo.

Se produce de este modo un círculo vicioso. En la medida en que aumenta la reserva de mano de obra
respecto a la población activa, esto lleva a un estancamiento o incluso a una disminución en la media de
salarios reales (y ciertamente a una disminución de los ingresos reales de los trabajadores, que es igual al
índice salarial diario multiplicado por el número de días de empleo). El estancamiento o la disminución del
salario real en una situación de mayor productividad laboral tienen como consecuencia un incremento en la
tasa de excedentes en la producción. Dado que el superávit, incluso si suponemos que se realiza
completamente (es decir, que no hay problemas de insuficiencia de demanda agregada) se gasta
normalmente en artículos de consumo que generan menos empleo a nivel nacional que en artículos que se
compran con los ingresos salariales, esta transferencia de los salarios a los excedentes tiene también el
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efecto de producir una contracción en el empleo y en consecuencia contribuye todavía más al incremento del
tamaño relativo en las reservas de mano de obra, a una nueva transferencia de salarios a excedentes, y así
sucesivamente.

Este círculo vicioso, que se intensifica todavía más cuando se produce una crisis (debido a que las reservas
de mano de obra respecto a la población activa crecen todavía más) implica que el efecto de la globalización
de agudizar la pobreza absoluta afecta también a los trabajadores de los países del tercer mundo y no se
limita solo a los trabajadores metropolitanos, como pretenden los economistas liberales como Samuelson.

Afirmar esto no equivale a sugerir que todos los segmentos de la población activa se ven igual de
adversamente afectados por la globalización. Obviamente, el segmento que disfruta de mayores
oportunidades de empleo debido a la transferencia de actividades experimenta un incremento en su nivel de
vida, y en la India este segmento consiste habitualmente en trabajadores cualificados del sector servicios,
como los relacionados con las tecnologías de la información. Este incremento en el nivel de vida de un sector
tiene a su vez efectos multiplicadores en el nivel de empleo de otros sectores, y así sucesivamente. Así, un
segmento normalmente clasificado como de clase media y cuyo tamaño absoluto es bastante grande (pese a
ser pequeño respecto al conjunto de la población activa), se vuelve partidario incondicional de la
globalización. Dado que este segmento suele estar bien articulado y tiene un peso desproporcionadamente
grande en los medios de comunicación y de creación de opinión pública, resulta un instrumento útil en
manos de la oligarquía empresarial y financiera integrada en el proceso de la globalización para propagar sus
efectos beneficiosos.

La mejora en las condiciones de un segmento de la clase media de la población activa, y su consiguiente


apoyo a la globalización, se utiliza para crear la falsa impresión de que la globalización ha sido positiva para
el pueblo indio en su conjunto. Un uso similar es el que hacen segmentos de la clase media en otros lugares
del mundo que se han beneficiado entre otras cosas de la enorme “financiarización” que ha acompañado a la
globalización. Todo esto ha generado un ruido que nos impide reconocer que la globalización ha tenido
realmente como consecuencia un empeoramiento general de las condiciones de los trabajadores, tanto en
los países avanzados como en los países en vías de desarrollo.

Artículo publicado originalmente en Peoples Democracy

Traducción de Josep Sarret para El Viejo Topo

6 claves sobre Trump y el futuro, según Noam Chomsky

Rodrigo Riquelme
El Economista (México)
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221629

Chomsky encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas de la


historia, como Adolfo Hitler.

El fin de la República de Weimar, en 1933, es el escenario que se asemeja más a la situación que está
viviendo Estados Unidos con el arribo de Donald Trump al poder, de acuerdo con Noam Chomsky, profesor
emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más contestatarias frente a las
políticas neoliberales de diversas administraciones estadounidenses.

En una entrevista con Truthdig, en el 2010, Chomsky hizo una predicción que parece estarse cumpliendo:
“Si llega alguien carismático y honesto, este país está en problemas, sobre todo debido a la frustración, la
desilusión, el enojo justificado y la ausencia de una respuesta coherente (...) Se nos dirá que los hombres
blancos son una minoría perseguida. Nos dirán que tenemos que defender el honor de la nación. La fuerza
militar será exaltada. La gente será golpeada. Esto podría convertirse en una fuerza abrumadora”.

Chomsky se interesó desde muy pequeño por dos cosas: el lenguaje y la política. Sus estudios lingüísticos lo
llevaron a convertirse en el fundador de toda una rama de esta ciencia, la gramática generativa, la cual
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cimbró los cimientos de la lingüística tradicional. Pero desde hace varias décadas, su intenso activismo
político y social han hecho que sea uno de los intelectuales más contestatarios del siglo XX. En una
conversación con Sam Fragoso, de la revista Pacific Standard, Chomsky detalló su opinión sobre lo que
espera que ocurra con el ascenso al poder de un hombre cuya demagogia compara con la política de Adolfo
Hitler.

1. Es un estafador

A la pregunta de Fragoso sobre si un personaje con una personalidad vacía y con una política confusa, como
Chomsky ha definido a Trump en repetidas ocasiones, puede llegar a los votantes, el profesor en lingüística
del Instituto Tecnológico de Massachusetts respondió que el presidente electo de Estados Unidos es “como
un estafador. Fue capaz de decir cosas a un sector de la población que, de alguna manera, articuló sus
propias preocupaciones y sentimientos, y lo hizo con bastante eficacia”.

Chomsky encuentra una contradicción crucial en el carácter de Trump al comparar la retórica de éste cuando
le habla a la clase trabajadora con los nombramientos de su gabinete. Cuando habla con la clase trabajadora
“él es anti-establishment, él va a enfrentar a Wall Street (…) Él dice que va a traer de vuelta trabajos (...)
¿Cómo va a hacer eso? Al elegir a un secretario de Trabajo (Andrew F. Puzder) que es sumamente anti-
laboral”.

2. Para Trump, todo es culpa de los demás

Muchas de las personas que votaron por Donald Trump también votaron por Barack Obama en el 2008 y en
el 2012. El periodista de Pacific Standard le preguntó a Chomsky el estado al que tendría que llegar Estados
Unidos para que las personas se den cuenta de que Trump no está actuando con las mejores intenciones.
Para el activista y escritor, el eslogan de Trump “Make America Great Again” le dio a los votantes la misma
sensación que ofreció el discurso de Obama durante sus campañas electorales, una sensación de esperanza
y cambio, la cual fue disminuyendo conforme avanzaba su administración.

Pero cuando las personas se den cuenta de que el gobierno de Trump tampoco puede ofrecer esa esperanza
y ese cambio, hay varias alternativas que, de acuerdo con Chomsky, no son nada alentadoras. Una de estas
alternativas es “una usual acción de las figuras y de las estructuras autoritarias cuando no pueden cumplir
sus promesas, buscar un chivo expiatorio: ‘Vamos a culpar a las personas más vulnerables y que están
sufriendo. Hagamos que sea culpa suya’”, explica Chomsky. El investigador recuerda que Trump ya ha
comenzado con esta práctica, ya que ha culpado a los inmigrantes por los problemas que enfrenta la Unión
Americana.

3. La educación está bajo ataque

En palabras de Chomsky, el sistema educativo estadounidense, del que ha formado parte desde hace más de
65 años, no motiva la curiosidad de los estudiantes. Por el contrario, las escuelas y universidades han
convertido a este sistema en una estructura que fomenta el control del aprendizaje y la falta de curiosidad
entre sus miembros, fortaleciendo un sentimiento de pasividad en ellos. Además, de acuerdo con el
lingüista, con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos el sistema educativo estadounidense se
encuentra bajo ataque, sobre todo si se considera que el presidente electo ha elegido a una persona que
está en contra de la educación pública, la empresaria Betsy DeVos, como su próxima secretaria de
Educación.

4. Hay sólo fragmentos de verdad en el panorama

Las palabras de Trump han conducido a Estados Unidos y a buena parte del mundo a vivir en una era post-
factual, es decir, que los hechos y la realidad han dejado de tener importancia; son las palabras y su
interpretación la moneda de cambio de una era en la que la opinión vertida en redes sociales es más
relevante que los hechos reales. Para Trump, “si yo digo que es falso, entonces es falso”.

Chomsky compara esta actitud con la propaganda nazi que llegó 10 años después de que Alemania alcanzara
la cumbre de la civilización occidental. “El pico de la civilización occidental, en muchos sentidos, fue
Alemania en los años 20 en las artes, las ciencias e incluso como un modelo para la democracia. En 10 años,
había descendido a las profundidades de la barbarie en una sociedad post-factual”. Para Chomsky, al igual
que durante el régimen nazi, flotan en el aire fragmentos de una verdad que confunden más que esclarecen.
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5. Estamos en una situación histórica específica

Chomsky encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas de la historia, como Adolfo
Hitler. La diferencia que existe entre la Alemania nazi de Hitler y Estados Unidos con Trump, es que en este
caso existen formas efectivas de evitar los peligros que implica que un personaje como él llegue a la Oficina
Oval y de aprovechar las oportunidades que se presenten para construir la base de un mejor futuro. El
activista pone como ejemplo el plan de infraestructura que Trump ha anunciado que llevará a cabo durante
su mandato. Según Chomsky, el plan de infraestructura de Trump implica que las empresas les quitarán
dinero a los contribuyentes para construir la infraestructura que ellos creen es la necesaria. Sin embargo,
para Chomsky esto no es más que un acto de corrupción.

“Una alternativa sería un programa de infraestructura que desarrolle cosas que realmente necesitamos,
como un tren de alta velocidad, por ejemplo, o sistemas de escuelas públicas con salarios docentes dignos y
con respeto por los maestros (...) Esto requeriría la inversión del gobierno, lo que significa el compromiso
popular de utilizar los fondos para el beneficio del público en general”, refiere.

6. Debemos defender los derechos fundamentales

Las últimas preguntas de Fragoso a Chomsky tienen un matiz más personal, más cercano. La voz del escritor
y activista social es una de las más escuchadas y reconocidas en el ámbito de las prácticas políticas
estadounidenses. Pero para el investigador, perder su voz, es decir, ser censurado, no es un problema
relevante. “Ha habido tiempos mucho peores, y hay muchas oportunidades y mucha protección para la
libertad de expresión y asociación, si defendemos estos derechos enérgicamente, lo mismo que las
oportunidades que tenemos”.

De acuerdo con Chomsky, sus opiniones no son complejas y en realidad no importa quién las diga, sino que
sean dichas, para que sean escuchadas. Uno de los intelectuales más importantes del último siglo concluyó
la entrevista apelando a la responsabilidad que tienen todos los estadounidenses para cumplir objetivos
comunes. “ Todos tenemos cosas que podemos hacer. Tenemos oportunidades, debemos perseguirlas en la
mayor medida posible”.

Fuente: http://eleconomista.com.mx/internacional/2017/01/13/6-claves-sobre-trump-futuro-segun-noam-
chomsky

El mundo dentro de 5 años, según los servicios de inteligencia de Estados


Unidos

https://geopoliticahoy.com/2017/01/13/el-mundo-dentro-de-5-anos-segun-los-servicios-de-inteligencia-de-estados-unidos/

Cada 4 años, el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) estadounidense hace un ejercicio de predicción sobre cómo el
mundo evolucionará durante el lustro siguiente. La última edición de este informe [1] coincide con las conclusiones
de GeopolíticaHOY, que apuntan a la probable caída del poder global estadounidense y al advenimiento de un mundo, esta
vez sí, post-Guerra Fría, cuyo comportamiento será definitivamente convulso. [2] Las claves:

• El mundo verá el declive no sólo del poder global de EEUU, sino de sus pilares fundacionales; las alianzas
militares entre EEUU, Europa y Asia (como la OTAN o la ya difunta alianza con Filipinas) [3], el dominio de las
democracias liberales como forma de gobierno preferente y las instituciones internacionales que administran la
legislación internacional en Derechos Humanos. Al difuminarse este marco político y legal, el comportamiento
de las naciones-estado dejará de estar regido por los parámetros a los que el mundo se había acostumbrado
desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

• Aunque el informe no menciona al presidente electo Trump directamente, tampoco ignora que el modo en que el
mundo evolucionará será directamente influenciado por sus políticas. Trump ha mostrado en repetidas
ocasiones su desdén o incluso rechazo a elementos clave del orden internacional imperante; acuerdos de libre
comercio (critica el NAFTA y rechaza abiertamente el TPP), el papel de la OTAN o el auto-impuesto y
últimamente muy criticado papel de valedor de la democracia en el extranjero. Sin embargo, y acorde con
su tendencia a las grandes contradicciones, ahora parece dar muestras de menor beligerancia hacia el actual
orden internacional, según expresó recientemente su polémico asesor de seguridad nacional Michael Flynn [4].
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No en vano, un día antes de las pasadas elecciones en EEUU el experto en política exterior de la Brookings
Institution, Thomas Wright, avisó de su importancia histórica [5], sólo comparable a las elecciones en la
Alemania de 1932 que terminaron por aupar a Hitler al poder. No tanto porque pudiera haber similitudes entre
Trump y Hitler en sus ideologías o formas, sino por la magnitud del cambio en la manera que funciona el
mundo que podría traer una victoria del primero.

• El paso atrás de EEUU en la escena global abriría las puertas a un mundo multipolar, un sistema de poder
fragmentado que declinará en luchas de poder regional. Potencias como Rusia, China o Irán aumentarán su
influencia en sus respectivas periferias, algo que ya se puede observar desde hace un tiempo, con la anexión
de Crimea por parte de Rusia, su beligerante actitud en el Este de Europa y el Báltico y su nueva alianza
euroasiática con Turquía. China se ha decidido a tomar las riendas del comercio internacional en el continente
asiático, impulsando una apertura casi más propia del neoliberalismo, mientras que Irán se
encuentra envuelto en varias luchas de poder en Oriente Medio, apoyando activamente al régimen de Assad
en Siria y a los Houthis en Yemen [6].

• El NIC advierte que el terrorismo global seguirá proliferando, alimentado por la expansión de nacionalismos, los
desequilibrios creados por masivos movimientos migratorios y diferentes conflictos regionales de perfil
relativamente bajo. El mundo no verá muchos conflictos a la “vieja usanza”, con dos o más países enfrentados
formalmente, sino una nueva concepción de guerra; la zona gris. En esta zona gris se producen agresiones
que pueden considerarse por debajo de los standards comunes de una guerra, mezclando contextos de paz y
combate. Por ejemplo, mientras que EEUU no ha declarado oficialmente la guerra a países como Siria o Iraq,
ha lanzado más de 24.000 bombas sobre ambos sólo en 2016 [7].

• La institución de la nación-estado recuperará una relevancia perdida tras décadas de globalización. La


insostenible lucha entre la figura del estado unilateral y la multilateralidad de los desafíos globales parece estar
siendo ganada por el primero. Esto se traducirá en menos consenso internacional sobre asuntos que competen
a todos, como el cambio climático, el comercio, la migración, las crisis de refugiados, el desarrollo internacional
o las grandes crisis financieras. Un mundo en el que los países mirarán cada vez más sólo por sus intereses,
aupados por el neo-nacionalismo populista.

Referencias:

[1] Treverton, G (2017), ‘Paradox of progress’ (Paradoja de progreso), Oficina del Consejo Nacional de Inteligencia, visto el
13 de Enero de 2017, https://www.dni.gov/index.php/global-trends/letter-nic-chairman

[2] Friedman, U (2017), ‘What the world might look like in 5 years, according to US intelligence’ (Cómo el mundo podría ser
en 5 años, de acuerdo a la inteligencia de EEUU), Defense One, visto el 12 de Enero de
2017, http://www.defenseone.com/ideas/2017/01/what-world-might-look-5-years-according-us-
intelligence/134511/?oref=DefenseOneFB

[3] Paddock, RC (2016), ‘Rodrigo Duterte, pushing split with U.S., counters Philippines’ deep ties’ (Al presionando por una
separación de los Estados Unidos, Rodrigo Duterte choca con profundos lazos), The New York Times, visto el 13 de Enero
de 2017, https://www.nytimes.com/2016/10/27/world/asia/philippines-duterte-united-states-alliance.html?_r=0

[4] US Institute of Peace (2017), ‘Passing the baton 2017: America’s role in the new world’ (Pasando la batuta 2017: el rol de
America en el nuevo mundo), US Institute of Peace, visto el 13 de Enero de 2017, http://www.usip.org/events/passing-the-
baton-2017-americas-role-in-the-world?utm_source=Homepage&utm_medium=Slideshow&utm_campaign=SlideshowClicks

[5] Friedman, U (2016), ‘How Donald Trump could change the world’ (Cómo Donald Trump podría cambiar el mundo), The
Atlantic, visto el 12 de Enero de 2017, https://www.theatlantic.com/international/archive/2016/11/trump-election-foreign-
policy/505934/

[6] Reuters (2016), ‘Top Iranian general: Iran might seek naval bases in Yemen or Syria ‘ (General de alto mando iraní: Irán
podría abogar por bases navales en Yemen o Siria), Business Insider, visto el 13 de Enero de
2017, http://www.businessinsider.com/iran-seek-naval-bases-yemen-syria-2016-11?IR=T

[7] Zenko, M (2017), ‘How many bombs did the United States drop in 2016?’ (Cuántas bombas lanzó Estados Unidos en
2016?), Council on Foreign Relations, visto el 12 de Enero de 2017, http://blogs.cfr.org/zenko/2017/01/05/bombs-dropped-
in-2016/

Victor Lasaenero 13, 2017


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Seria advertencia de la administración Obama a Trump sobre Naciones


Unidas
https://www.pagina12.com.ar/14069-seria-advertencia-de-la-administracion-obama-a-trump-sobre-n

La embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, advirtió que cortar el financiamiento de Estados
Unidos a las Naciones Unidas sería "extremadamente perjudicial" para los intereses de su país.

Una semana antes de que Donald Trump asuma la presidencia, en su última conferencia de prensa como
embajadora, Power sostuvo que "países como Rusia y China" se beneficiarían de la endeble posición de
Washington en las Naciones Unidas si se recortaran los fondos estadounidenses al organismo internacional.

"Lideramos el mundo en parte liderando en la ONU", dijo Power, que se retira la próxima semana después de
cuatro años como embajadora del presidente demócrata Barack Obama.

"Si nos atamos las manos detrás de nuestra espalda o despojamos a esta organización" de nuestro apoyo en sus
esfuerzos de mediaciones de paz o en el trabajo humanitario, "sería extremadamente perjudicial para los intereses
de Estados Unidos", dijo.

Power habló después de que se presentara ante el Senado estadounidense un proyecto de ley que recortaría el
financiamiento estadounidense a la ONU hasta que sea derogada la resolución del Consejo de Seguridad que exigió
el fin de los asentamientos israelíes en los territorios ocupados y que Washington no vetó.

"Estados Unidos necesita a la ONU", enfatizó Power. Estados Unidos es, por lejos, el mayor contribuyente
financiero de las Naciones Unidas, pues aporta el 22 por ciento del presupuesto operativo y financia el 28 por ciento
de las misiones de mantenimiento de la paz, que actualmente cuestan 8000 millones de dólares anuales.

El magnate republicano Donald Trump, que será investido como presidente el próximo viernes, calificó a la ONU
como "un club para que la gente se reúna y se divierta" y ha expresado su intención de restarle apoyo económico

“Ambas partes deben prepararse para una guerra”


https://www.pagina12.com.ar/14172-trumpetas-de-guerra
Si el equipo diplomático de Trump insiste con sus provocaciones, “ambas partes deberán pensar en prepararse para
un enfrentamiento militar”, publicó ayer el diario Global Times, ligado al Partido Comunista de China, en su
columna editorial.

A una semana de la asunción de Donald Trump, China lanzó ayer un dura advertencia para que Estados Unidos se
abstenga de intervenir en el Mar de China, a la vez que le hizo a saber a sus vecinos que no dudará en usar su
arsenal atómico para defender sus reclamos territoriales, aunque también urgió a Corea del Norte a abandonar su
programa nuclear y retomar el diálogo. Si el equipo diplomático de Trump insiste con sus provocaciones, “ambas
partes deberán pensar en prepararse para un enfrentamiento militar”, publicó ayer el diario Global Times, ligado al
Partido Comunista de China, en su columna editorial.

La publicación forma parte de una ofensiva diplomática en respuesta a declaraciones de campaña del presidente
electo y sus principales colaboradores, más recientemente del futuro canciller Rex Tillerson el martes pasado,
advirtiendo que EE.UU. no tolerará acciones unilaterales en el Mar de China, que colocan a China como el
principal adversario de Estados Unidos a nivel global. “China no permitirá a nadie que embrolle el Mar de China
Meridional y siembre el caos en Asia”, dijo ayer el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en la rueda de
prensa que ofrece cada año durante la sesión anual del Legislativo chino para repasar la relaciones exteriores del
régimen comunista.

Por su parte el diario Global Times señaló: “Como Trump todavía tiene que jurar su cargo, China ha mostrado
contención cada vez que los miembros de su equipo han expresado puntos de vista radicales, pero EE.UU. no
debería pensar que Beijing tiene miedo a sus amenazas”.
67

El artículo responde principalmente a las alusiones que el secretario de Estado designado por Trump, Rex Tillerson,
hizo durante su comparecencia ante el Senado el pasado miércoles, donde dio a entender que Washington no
permitiría a China acceder a las islas del Mar de China Meridional que reclaman países vecinos.

“A menos que Washington planee lanzar una guerra a gran escala en el Mar de China Meridional, cualquier otro
método para evitar el acceso chino a esas islas será una estupidez”, aseguró Global Times, conocido por sus puntos
de vista belicistas y nacionalistas. El diario incluso lanza la hipótesis de un conflicto atómico, al señalar que
“Tillerson haría bien en ponerse al día en estrategias nucleares si quiere que una potencia nuclear (en referencia a
China) se retire de sus propios territorios”. El artículo también se refiere al reciente acercamiento de China con dos
de sus vecinos. “Justo en el momento en que Filipinas y Vietnam intentan entibiar sus relaciones con China, las
palabras de Tillerson no podrían ser más irritantes”, opina Global Times, que a lo largo del año pasado ya publicó
numerosos artículos críticos de Trump.

En su comparecencia de la semana pasada Tillerson había comparado las acciones de China en las islas disputadas
con la anexión rusa de Crimea, y aseguró que el nuevo Gobierno de Trump, que asume la presidencia el 20 de
enero, enviará a Beijing una clara señal de que debe detener su ampliación de islotes artificiales en la zona que
controla.

Otro diario oficial, China Daily, también se mostró condescendiente con el futuro jefe de la diplomacia
estadounidense, señalando que “es mejor no tomar en serio las declaraciones (de Tillerson) porque son una mezcla
de inocencia, cortedad de miras, prejuicios y fantasías políticas no realistas”. Si se pusieran en práctica, las ideas del
futuro secretario de Estado “iniciarían un rumbo hacia una devastadora confrontación entre China y Estados
Unidos”, añade este periódico.

Ayer Wang dedicó gran parte de su conferencia de prensa a la situación en el Mar de China Meridional, que
Washington acusa a Beijing de estar militarizando y donde EE.UU. protege a rivales regionales de China en esas
aguas, como Filipinas y Vietnam. El canciller enfatizó que China “fue el primero en descubrir, bautizar, desarrollar
y administrar las islas del Mar de China Meridional”, y negó que Beijing esté militarizando la zona. Beijing,
insistió, “no construye únicamente instalaciones de defensa, lo más importante es que estamos construyendo
instalaciones civiles”, y remarcó que la “etiqueta” de la militarización “se adecua más a otros”, en alusión a Estados
Unidos.

Según Beijing, la mayoría de los buques y aviones militares que navegan por las zonas en disputa en esa región son
de EE.UU., que se escuda en la libertad de navegación para ello. “La libertad de navegación no supone una licencia
para hacer todo lo que uno quiera”, subrayó Wang, quien no negó ni confirmó que China haya desplegado misiles
antiaéreos en una de las islas en disputa o que haya construido islas artificiales con pistas de aviación, según las
imágenes de satélite difundidas en Estados Unidos.

Pese a admitir la “creciente fricción” entre Beijing y Washington por las disputas marítimas, el ministro chino
tendió la mano y afirmó que cree que los dos países podrán alcanzar acuerdos “después de que EE.UU. se calme”.

Wang también criticó la “testarudez” de Filipinas, que ha llevado su disputa con China sobre la soberanía de las
islas Spratly (Mar de China Meridional) a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, proceso que consideró
“resultado de instigaciones” y de “maniobras políticas”.

Tampoco rebajó el tono para referirse a las relaciones entre China y su histórico rival, Japón, agravadas desde hace
casi cuatro años por una disputa sobre la soberanía de unas islas del Mar de China Oriental, y urgió a Tokio a que
considere “si nos ve como un amigo o enemigo y haga la elección correcta”.

Además de la advertencia a EE.UU. por las disputas en el Pacífico, el ministro chino llamó a la calma en la
península coreana, y pidió “encarecidamente a todas las partes que actúen razonablemente y eviten agravar las
tensiones” tras la aprobación de la nueva resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra
Pyongyang. Beijing ha reiterado su oposición a los planes de EE.UU. de desplegar el “escudo antimisiles” Thaad en
Corea del Sur, y también ha mostrado su preocupación por las importantes maniobras militares que Washington y
Seúl empezaron ayer y que continuarán hasta abril. Sobre posibles desastres si el conflicto coreano pierde control,
Wang reiteró el compromiso de Beijing con la desnuclearización de su aliado norcoreano y le instó a volverse a
68

sumar a las negociaciones a seis (China, las dos Coreas, EE.UU., Rusia y Japón), paralizadas por Pyongyang desde
2008.

Al margen de las tensiones regionales, el ministro se mostró positivo sobre las relaciones entre China y Europa o
acerca del creciente rol de mediador de Beijing en algunos conflictos de Oriente Medio y su pujante presencia en
África, donde construye su primera instalación militar, que China define como un “centro logístico” en Yibuti.

EN 2016 ARGENTINA REALIZÓ EMISIONES EN MONEDA EXTRANJERA POR


52.600 MILLONES DE DÓLARES
Una mochila de plomo que seguirá creciendo
https://www.pagina12.com.ar/14168-en-2016-argentina-emitio-deuda-por-52-600-millones-de-
dolare
Como 4931 millones fueron Letras del Tesoro que vencieron a lo largo de ese año, el stock restante asciende hasta
47.700, de los cuales 34.642 millones fueron emitidos por el Estado Nacional. El resto correspondió a emisiones de
provincias y grandes empresas.

El flamante ministro de Finanzas, Luis Caputo, es uno de los padres del endeudamiento.
(Imagen: Rafael Yohai)
Por Tomás Lukin

En 2016 se realizaron emisiones en moneda extranjera por un total de 52.600 millones de dólares. Como 4931
millones fueron Letras del Tesoro que vencieron a lo largo de ese año, el stock restante asciende hasta 47.700
millones, de los cuales siete de cada diez fueron emitidos por el Estado Nacional. Las colocaciones a cargo del
equipo de banqueros del Palacio de Hacienda llegaron hasta los 34.642 millones. La reinserción del país en los
mercados internacionales aceitó también operaciones de provincias por 7042 millones y emisiones de las grandes
empresas que acumularon 5879 millones. Un informe del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán
Abdala indica que la deuda de mercado argentina muestra un crecimiento de 32 por ciento. El ministro de
Finanzas, Luis Caputo, asegura que el incremento en los niveles de endeudamiento no presenta riesgos para
sustentabilidad del sector externo. El funcionario buscará el próximo jueves concretar la primera colocación del año
en el mercado internacional por hasta 5000 millones. La operación será complementada esa misma jornada con una
emisión en moneda local equivalente a 2000 millones de dólares y la integración de un préstamo de corto plazo con
seis bancos extranjeros por 6000 millones de dólares, lo que totalizará 13 mil millones.

El quiebre con la lógica del desendeudamiento que le permitió al gobierno anterior ampliar el espacio para impulsar
políticas de expansión de la demanda interna y el regreso a los mercados financieros con el nivel de endeudamiento
anual más importante de las últimas dos décadas para un país en desarrollo fue complementado con un profundo
proceso de desregulación de los movimientos de capitales (“quite de trabas”, en el lenguaje oficial). El ministro
Caputo aseguró el jueves que la reinserción plena del país en la lógica del sistema financiero internacional no solo
no incrementa la vulnerabilidad sino que permitirá desarrollar el mercado de capitales local y mejorará las
condiciones de financiamiento para las pequeñas y medianas empresas. “La deuda con el sector privado y
organismos internacionales es la más baja de la región, está lejísimos de cualquier número preocupante”, asegura el
funcionario que exprimió al máximo los escasos niveles de endeudamiento externo heredados.

El recetario que propone Caputo tiene como consecuencia natural una expansión en la oferta de crédito para las
pymes. “Vamos a poner mayor foco en el mercado local que internacional. Queremos empujar el desarrollo del
mercado local de capitales”, aseguró el funcionario ascendido a ministro tras la salida del gobierno de Alfonso Prat-
Gay. “Aunque existen discusiones sobre si tendríamos que pagar un punto más o un punto menos, las tasas que
paga la Argentina, las provincias y las grandes empresas son las más bajas en mucho tiempo pero las pymes no
tienen acceso a esas condiciones. Hace un año estábamos en default. El debate sobre los puntos de la tasa nos
importa muchísimo pero más nos interesa que haya financiamiento”, consideró Caputo durante un encuentro con
periodistas al minimizar que, a pesar de las abultadas colocaciones y concesiones a los inversores financieros
internacionales, las tasas de interés que paga el país sean más elevadas.

“Más allá del éxito del sinceramiento, lo más importante es que hay un montón de plata regularizada que estaba
afuera escondida no declarada y nuestra expectativa es que paulatinamente la gente va a traer estos fondos para
69

financiar al gobierno, sector privado o pymes”, consideró Caputo que también celebró que la inclusión de bonos en
pesos del país en un índice de referencia del JP Morgan ampliará la demanda de títulos locales. Incluso si el proceso
de liberalización y endeudamiento no resulta en un escenario de mayor inestabilidad macroeconómica, el recorrido
prometido por el funcionario como consecuencia del ingreso de fondos del blanqueo y la llegada de inversores
financieros extranjeros desconoce el rol que juega el consumo interno para impulsar la demanda de crédito entre los
empresarios argentinos. Pero, además desconoce los escasos niveles de bancarización de las pymes locales y la
renuencia del sistema financiero para financiar proyectos productivos a mediano plazo y tasas accesibles. Los
bancos prefieren financiar los más créditos personales y operaciones de comercio exterior. Recién cuando el Banco
Central o la Superintendencia de Seguros establecieron exigencias para que las entidades financieras destinen una
porción del crédito a la economía real fue que el financiamiento destinado a esas actividades comenzó a
incrementarse. Esas medidas no resultaron en un boom inversor pero ampliaron las herramientas disponibles en un
mercado reducido y sesgado.

Ecuador debe mirar al Sur


Por Atilio A. Borón
https://www.pagina12.com.ar/14133-ecuador-debe-mirar-al-sur

El próximo domingo 19 de febrero se celebrarán en Ecuador elecciones presidenciales. Será una nueva y decisiva
prueba de fuego para los procesos progresistas y de izquierda que se abrieron en América latina desde finales del
siglo pasado. En el último año aquellos sufrieron varias derrotas a partir del aciago momento en que poco más de la
mitad del electorado argentino decidió que era necesario cambiar –sin preguntarse en qué dirección y bajo cual
liderazgo– y darle una oportunidad a una alianza de derecha que, en la campaña electoral, había jurado que
mantendría “todo lo bueno” hecho por el kirchnerismo y corregir lo que estaba mal. Lo ocurrido después desnudó el
carácter absolutamente demagógico de esas promesas porque una vez en la Casa Rosada el gobierno de Mauricio
Macri puso en marcha un programa encaminado a desandar el camino transitado los doce años anteriores. La bien
conocida “restauración conservadora”, que hoy abruma y oprime al pueblo argentino.

La derrota del kirchnerismo, en Noviembre del 2015, fue el preludio de un perverso “efecto dominó” cuyos
principales hitos fueron el revés sufrido por el gobierno bolivariano de Venezuela en las elecciones de la Asamblea
Nacional de Diciembre del 2015; el que experimentara el presidente Evo Morales en el referendo de Febrero del
2016 y el inesperado –y lamentable– resultado del convocado por el presidente Juan Manuel Santos por la paz en
Colombia, en octubre del año pasado. Esta sucesión de tropiezos adquiere una dimensión desoladora cuando a ellos
se le suma el “golpe institucional”, o “golpe blando”, propinado al gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, apelando
a diversos dispositivos de carácter pseudo-legal y francamente inconstitucionales los cuales, sin embargo, no
impidieron la destitución de la presidenta brasileña sumiendo a ese país en una crisis política y moral que potencia
la ya de por sí gravísima crisis económica.

En este marco, la inminente elección ecuatoriana adquiere una importancia trascendental. Muchos latinoamericanos
confiamos en que una victoria de la candidatura de Alianza País, presidida por Lenin Moreno (foto), podría marcar
el principio de la contraofensiva reaccionaria orquestada desde Washington y cuyo objetivo es volver a la situación
en que América Latina y el Caribe se encontraban al anochecer del 31 de Diciembre de 1958, en vísperas del triunfo
de la Revolución Cubana. Ese es el objetivo estratégico –expresado con uso y abuso de eufemismos para ocultar tan
inconfesables designios– en diversos documentos oficiales del gobierno de Estados Unidos cuando, con melifluo
lenguaje, hablan de “restablecer la paz y la seguridad” en el Hemisferio Americano. Es por eso que la continuidad
del gobierno de Alianza País tiene una proyección continental que excede el ámbito estrictamente ecuatoriano. Una
nueva derrota de las fuerzas progresistas y de izquierda en Ecuador ratificaría el agotamiento del impulso
ascendente de las luchas populares, aislaría a los gobiernos de Evo Morales y Nicolás Maduro, y robustecería las
esperanzas de quienes, desde la derecha y con el concurso de alguna izquierda que hace tiempo perdió la brújula,
profetizan con el apoyo de los medios de comunicación del imperio el “fin del ciclo progresista” y nos impulsan a
dar un salto al vacío, optando por un “cambio” aparentemente inocente pero que nos colocaría, una vez más, bajo la
férula de las feroces oligarquías de la región.

Esta apuesta por la continuidad del gobierno de Alianza País no significa ignorar las asignaturas aún pendientes, o
los errores y problemas suscitados en la gestión gubernamental a lo largo de estos años –tema sobre el cual el
heterogéneo arco opositor machaca sin cesar–. Pero aún reconociendo esto es preciso preguntarse, con total
honestidad, ¿cuál gobierno en este mundo está exento de críticas? Maquiavelo decía socarronamente en El Príncipe
que ni siquiera los principados eclesiásticos, que contaban con la protección directa de Dios, estaban a salvo de los
70

males de la política. ¿Cómo podría un principado común y corriente, terrenal, estar exento de ellos? Por eso es
preciso valorizar los trascendentales cambios que tuvieron lugar en los últimos años en Ecuador. Los que hace
muchas décadas visitamos ese país comprobamos que cambió mucho, y para bien, y que sería imperdonable que
esas transformaciones no fuesen reaseguradas y fortalecidas, arrojándolas por la borda en búsqueda de un “cambio”
que todos sabemos hacia donde se dirige: reconstruir la vieja trama social de desigualdad, inequidad y opresión que
caracterizó a ese país durante siglos. Y quienes tengan dudas, miren al Sur. Miren lo que está ocurriendo en la
Argentina o en Brasil y verán, en esos tenebrosos espejos, lo que podría esperarle al Ecuador en caso de que la
derecha vuelva al gobierno. El Ecuador de hoy poco o nada tiene que ver con el que conociéramos en el pasado. Su
gobierno es un ejemplo de que aún un país con una economía pequeña, altamente vulnerable, carente de moneda
propia (y por lo tanto sin poder echar mano de un instrumento fundamental de manejo macroeconómico: la política
monetaria) y rodeado de vecinos que se sometieron sin chistar a la hegemonía norteamericana y firmaron gravosos
tratados de liberalización comercial que perjudicaron la competencia de las exportaciones ecuatorianas y con un
gobierno acosado sistemáticamente por el imperio a través de un enjambre de organizaciones sociales, falsas ONG,
fuerzas políticas y medios de comunicación que atacaron sin respiro al presidente Rafael Correa; aún bajo esas
condiciones, decíamos, el gobierno de Alianza País demostró que fue posible construir una sociedad mejor –
reduciendo significativamente la pobreza, garantizando el acceso a salud, educación y movilidad a sectores
secularmente privados de ello, desarrollando una impresionante infraestructura de transporte y comunicaciones y
ejerciendo una política exterior latinoamericanista e independiente– y que, por lo mismo, no se debe escatimar
esfuerzo alguno para garantizar la continuación y profundización de este vital proceso. La creencia de que, sobre la
base del señalamiento de los yerros e insuficiencias que tiene todo proceso político real, un cambio político va a ser
para mejor en el Ecuador; que la oposición actuará patrióticamente, sin ánimo revanchista y sin intenciones de
revertir algunos de los más grandes logros del gobierno del presidente Rafael Correa, y que, como lo prometió
Mauricio Macri en la Argentina, se consolidaría “lo que estaba bien” y se “corregiría lo que se había hecho mal”;
una tal creencia, en síntesis, es una muestra de una virginal inocencia, en el mejor de los casos. Por eso exhorto a
mis amigos y amigas ecuatorianas, varios de los cuáles me hicieron conocer su disgusto con el gobierno actual, que
miren lo que nos está pasando en el Sur. Detrás de un lenguaje edulcorado esa derecha ecuatoriana y sus mandantes
del imperio tienen el perverso propósito de regresar el reloj de la historia al pasado, encubriendo tan siniestros
designios con una hueca palabrería progresista y republicana que engañó a muchos en Argentina y Brasil y que
ahora, viendo al monstruo en acción destruyendo metódicamente los logros de la última década, están arrepentidos
por haber caído en la trampa de que “todo es igual. Que Dilma era lo mismo que Aécio. Que Scioli era lo mismo
que Macri”. Y no era así, no fue así, y ahora se están pagando las consecuencias de tan funesto error. Espero que en
ese entrañable país que se llama Ecuador no se reitere lo ocurrido en el Sur. Los candidatos pueden, admitámoslo
como una hipótesis, parecer lo mismo, pero no lo son porque personifican procesos históricos y fuerzas sociales
muy diferentes, y sería un yerro fatal ignorar tal cosa. Por eso, por el Ecuador y su futuro; por América Latina y su
futuro es imprescindible asegurar la victoria de Alianza País el próximo 19 de Febrero. Sería, tengo esa esperanza,
el inicio de una contraofensiva popular destinada a erigir un dique a la “restauración conservadora” del imperio.

El mundo dentro de 5 años, según los servicios de inteligencia de Estados


Unidos
Cada 4 años, el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) estadounidense hace un ejercicio de
predicción sobre cómo el mundo evolucionará durante el lustro siguiente. La última edición de
este informe [1] coincide con las conclusiones de GeopolíticaHOY, que apuntan a la probable caída
del poder global estadounidense y al advenimiento de un mundo, esta vez sí, post-Guerra Fría,
cuyo comportamiento será definitivamente convulso. [2] Las claves:
El mundo verá el declive no sólo del poder global de EEUU, sino de sus pilares fundacionales; las
alianzas militares entre EEUU, Europa y Asia (como la OTAN o la ya difunta alianza con Filipinas)
[3], el dominio de las democracias liberales como forma de gobierno preferente y las instituciones
internacionales que administran la legislación internacional en Derechos Humanos. Al difuminarse
este marco político y legal, el comportamiento de las naciones-estado dejará de estar regido por
los parámetros a los que el mundo se había acostumbrado desde el final de la Segunda Guerra
Mundial.
Aunque el informe no menciona al presidente electo Trump directamente, tampoco ignora que el
modo en que el mundo evolucionará será directamente influenciado por sus políticas. Trump ha
mostrado en repetidas ocasiones su desdén o incluso rechazo a elementos clave del orden
71

internacional imperante; acuerdos de libre comercio (critica el NAFTA y rechaza abiertamente


el TPP), el papel de la OTAN o el auto-impuesto y últimamente muy criticado papel de valedor de
la democracia en el extranjero. Sin embargo, y acorde con su tendencia a las grandes
contradicciones, ahora parece dar muestras de menor beligerancia hacia el actual orden
internacional, según expresó recientemente su polémico asesor de seguridad nacional Michael
Flynn [4]. No en vano, un día antes de las pasadas elecciones en EEUU el experto en política
exterior de la Brookings Institution, Thomas Wright, avisó de su importancia histórica [5], sólo
comparable a las elecciones en la Alemania de 1932 que terminaron por aupar a Hitler al poder.
No tanto porque pudiera haber similitudes entre Trump y Hitler en sus ideologías o formas, sino
por la magnitud del cambio en la manera que funciona el mundo que podría traer una victoria del
primero.
El paso atrás de EEUU en la escena global abriría las puertas a un mundo multipolar, un sistema de
poder fragmentado que declinará en luchas de poder regional. Potencias como Rusia, China o Irán
aumentarán su influencia en sus respectivas periferias, algo que ya se puede observar desde hace
un tiempo, con la anexión de Crimea por parte de Rusia, su beligerante actitud en el Este de
Europa y el Báltico y su nueva alianza euroasiática con Turquía. China se ha decidido a tomar las
riendas del comercio internacional en el continente asiático, impulsando una apertura casi más
propia del neoliberalismo, mientras que Irán se encuentra envuelto en varias luchas de poder en
Oriente Medio, apoyando activamente al régimen de Assad en Siria y a los Houthis en Yemen [6].
El NIC advierte que el terrorismo global seguirá proliferando, alimentado por la expansión de
nacionalismos, los desequilibrios creados por masivos movimientos migratorios y diferentes
conflictos regionales de perfil relativamente bajo. El mundo no verá muchos conflictos a la “vieja
usanza”, con dos o más países enfrentados formalmente, sino una nueva concepción de guerra; la
zona gris. En esta zona gris se producen agresiones que pueden considerarse por debajo de los
standards comunes de una guerra, mezclando contextos de paz y combate. Por ejemplo, mientras
que EEUU no ha declarado oficialmente la guerra a países como Siria o Iraq, ha lanzado más de
24.000 bombas sobre ambos sólo en 2016 [7].
La institución de la nación-estado recuperará una relevancia perdida tras décadas de globalización.
La insostenible lucha entre la figura del estado unilateral y la multilateralidad de los desafíos
globales parece estar siendo ganada por el primero. Esto se traducirá en menos consenso
internacional sobre asuntos que competen a todos, como el cambio climático, el comercio, la
migración, las crisis de refugiados, el desarrollo internacional o las grandes crisis financieras. Un
mundo en el que los países mirarán cada vez más sólo por sus intereses, aupados por el neo-
nacionalismo populista.
Referencias:
[1] Treverton, G (2017), ‘Paradox of progress’ (Paradoja de progreso), Oficina del Consejo Nacional
de Inteligencia, visto el 13 de Enero de 2017, https://www.dni.gov/index.php/global-trends/letter-
nic-chairman
[2] Friedman, U (2017), ‘What the world might look like in 5 years, according to US intelligence’
(Cómo el mundo podría ser en 5 años, de acuerdo a la inteligencia de EEUU), Defense One, visto el
12 de Enero de 2017, http://www.defenseone.com/ideas/2017/01/what-world-might-look-5-
years-according-us-intelligence/134511/?oref=DefenseOneFB
[3] Paddock, RC (2016), ‘Rodrigo Duterte, pushing split with U.S., counters Philippines’ deep ties’
(Al presionando por una separación de los Estados Unidos, Rodrigo Duterte choca con profundos
lazos), The New York Times, visto el 13 de Enero de
2017, https://www.nytimes.com/2016/10/27/world/asia/philippines-duterte-united-states-
alliance.html?_r=0
72

[4] US Institute of Peace (2017), ‘Passing the baton 2017: America’s role in the new world’
(Pasando la batuta 2017: el rol de America en el nuevo mundo), US Institute of Peace, visto el 13
de Enero de 2017, http://www.usip.org/events/passing-the-baton-2017-americas-role-in-the-
world?utm_source=Homepage&utm_medium=Slideshow&utm_campaign=SlideshowClicks
[5] Friedman, U (2016), ‘How Donald Trump could change the world’ (Cómo Donald Trump podría
cambiar el mundo), The Atlantic, visto el 12 de Enero de
2017, https://www.theatlantic.com/international/archive/2016/11/trump-election-foreign-
policy/505934/
[6] Reuters (2016), ‘Top Iranian general: Iran might seek naval bases in Yemen or Syria ‘ (General
de alto mando iraní: Irán podría abogar por bases navales en Yemen o Siria), Business Insider, visto
el 13 de Enero de 2017, http://www.businessinsider.com/iran-seek-naval-bases-yemen-syria-
2016-11?IR=T
[7] Zenko, M (2017), ‘How many bombs did the United States drop in 2016?’ (Cuántas bombas
lanzó Estados Unidos en 2016?), Council on Foreign Relations, visto el 12 de Enero de
2017, http://blogs.cfr.org/zenko/2017/01/05/bombs-dropped-in-2016/

Emancipación y Cultura: disputar la realidad


Es necesario desentrañar los mecanismos de dominación de la subjetividad
Emiliano Galende
https://www.topia.com.ar/articulos/emancipacion-y-cultura-disputar-realidad

“No podemos eludir la impresión de que el hombre suele aplicar cánones falsos a sus apreciaciones, pues mientras

anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y las riquezas, menosprecia, en cambio, los valores

genuinos que la vida le ofrece.” Con este párrafo comienza Freud su ensayo sobre la cultura. Freud no es optimista,

las elecciones de los hombres son complejas, no siempre lo guía un interés, un deseo, una necesidad y le resulta

fácil actuar en contra de todo esto, es decir, en contra de sí mismo. El sentimiento yoico de nuestra mismidad está

sujeto a determinaciones que nos llegan de la vida en común, es decir, de los otros del mundo social y los límites

del yo con el mundo exterior, los otros de trato y sociedad, no son inmutables, ya que las identificaciones y las

imitaciones, son moneda corriente. Lo que llamamos “realidad”, que Freud señala como un principio, no es

producto de una percepción natural, objetiva, es siempre resultado de una interpretación, no existe una percepción

que desde lo sensible no busque de inmediato su representación para la conciencia. Así la realidad es

inexorablemente el terreno de una disputa entre los individuos que componen una sociedad para imponer su

interpretación y de este modo construirla. Esta construcción es siempre el camino de una dominación, del ejercicio

de un poder de uno o unos sobre otros. Por cierto, esta lucha incluye el engaño y la mentira como estrategias de

dominación, pero ya Napoleón, el emperador, señalaba su conocida frase “se puede engañar toda la vida a una

persona, se puede engañar un día a todo el mundo, pero no se puede engañar a todo el mundo toda la vida”, ya que

esta estrategia encuentra sus límites y estos límites son los que impulsan las luchas de los sometidos por establecer

la verdad, no una verdad objetiva y universal, sino la verdad de la dominación. Las luchas por la emancipación

constituyen una lucha por establecer esta verdad, ya que siempre se trata de una lucha contra un poder opresor. La
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autonomía, la independencia, como la libertad, sea de un grupo social, de un país colonizado, de una mujer o de un

esclavo, como lo hemos visto a lo largo del siglo pasado, es siempre la emancipación de un poder opresivo.

¿De qué manera, bajo que principios, la lucha por la emancipación produce y es a la vez producto, de una nueva

subjetividad? Vale recordar a Gramsci en su teoría de la hegemonía: se lucha por la interpretación y construcción

del “sentido común” y por la afirmación de la identidad. Siempre se trata de la promesa de algo mejor para la

libertad y el desarrollo personal, de un grupo social o de un pueblo. Esto es fundar aquellas interpretaciones que

estén en línea con las necesidades de la emancipación, estas interpretaciones no tienen ganada de antemano su

verdad, por eso hablamos de lucha, de la cual depende la construcción de un sujeto de la emancipación, es decir,

una subjetividad ligada a una historia de dominación, de una sociedad particular y de una cultura. Estas

subjetividades no son sustancias preexistentes, se construyen por las luchas mismas, son éstas las que crean nuevas

identidades para el sujeto y para la sociedad. Un ejemplo claro son las luchas del feminismo, que al proponerse el

enfrentamiento al poder patriarcal de los hombres, construyen una nueva subjetividad en gran parte de las mujeres,

a la vez que los hombres y la sociedad en su conjunto deben reconocer esta nueva identidad de la mujer, libre y

autónoma, defendiendo la igualdad y al reconocerlo están a su vez modificando su propia identidad masculina.

Estos cambios atraviesan la vida singular de los sujetos, de cada uno, a la vez que crean una cultura global para el

conjunto social. No me voy a detener en esta lucha por una nueva verdad sobre la igualdad y la identidad, con sus

heridos y muertes, por todos conocidas. Es necesario remarcar, y la lucha del feminismo es un ejemplo mayor, que

no se logra una emancipación verdadera de individuos y sociedades, si no se crea una cultura emancipatoria, es

decir, una nueva subjetividad y nuevas identidades. Pero, nuestra pregunta como psicoanalistas es ¿de qué manera,

bajo qué condiciones, se hace posible manipular la subjetividad hacia la dominación o la emancipación, es decir,

qué relación existe entre subjetividad y poder?

Desde la tópica freudiana

En general los psicoanalistas aceptamos que las pasiones instintivas (o las pulsiones si prefieren) son más poderosas

que los intereses racionales para orientar la conducta humana. Sin embargo, la conciencia, o el Yo de la segunda

tópica, se empeña como puede, para dirigir la vida, incluida la posición en la política, exigente tarea ya que gran

parte de los juicios, los valores que guían la construcción de significados, las normas a que debe ajustarse el

comportamiento, no le son conscientes ni puede evitar su incidencia en los modos de pensar y actuar. La cultura en

sí no forma parte del inconsciente tópico, ni del ello, pero sin duda, los significados, sentidos y valores de la

cultura, presentes en lo preconsciente del yo y el superyó, pueden ser objeto de represión y pasar al inconsciente,

para retornar desde lo reprimido bajo los síntomas. Esto fue expresado por Freud, señalando en la segunda tópica

que, partes del yo y el superyó pueden ser preconscientes o inconscientes. Me parece más riguroso al hablar de

subjetividad y cultura (y de algún modo, de la política) dirigir nuestra mirada al preconsciente. Si bien en la primera
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tópica es considerado como una instancia más de lo psíquico, en los últimos trabajos se designa con preconsciente

aquellas representaciones que, no estando presentes en la consciencia actual, es decir, que descriptivamente son

inconscientes, son a la vez accesibles a la conciencia, la cual puede hacer uso de ellas (por ejemplo: recuerdos,

algunos conocimientos racionales, significados, valoraciones, sentidos religiosos, representaciones de antiguos

saberes, etc.). Está claro que, a diferencia de los contenidos del inconsciente regulados por el proceso primario, lo

preconsciente es regulado por el proceso secundario, por lo tanto, no da lugar a la formación de transacciones o

síntomas. Se trata de representaciones presentes en el yo o en el superyó (especialmente reglas morales y

valoraciones éticas) que desbordan a la conciencia, pero no sometidas a represión ni censura. Lo preconsciente

juega un papel importante en la construcción de lo imaginario y la fantasía, estando siempre ligado a

representaciones de palabra. Los imperativos morales del superyó están bajo esta forma y tienen su fuerza y

expresión en la conducta del yo, sin ser no obstante conscientes, es decir, están presentes en la actividad del

psiquismo sin constituir un objeto de la conciencia. Hacer consciente las reglas morales requiere de un esfuerzo de

la consciencia y esto no asegura que pueda falsearlo y sustraerlo a lo racional del yo. Lo preconsciente es el lugar

dominante de la cultura en cada sujeto, como lo son las religiones, los mitos, que operan en la vida psíquica sin que

se manifiesten de manera consciente. Esta condición preconsciente es la puerta de ingreso para la creación del

sentido común, las creencias, los sentidos religiosos, con los que se intenta dirigir la conciencia y el

comportamiento de los individuos. Este aspecto de la vida y el funcionamiento de lo mental son conocidos por

quienes se proponen actuar sobre el comportamiento de los individuos, como los creativos de la publicidad, algunos

periodistas junto a los medios de comunicación, los predicadores de la religión y una parte de los líderes políticos.

Kant fue el primero en llamarlos “directores de conciencia” (incluía a médicos, curas o rabinos y, especialmente,

abogados). Se trata que el sujeto ingrese representaciones que habrán de influir sobre sus comportamientos

prácticos logrando sortear las capacidades racionales reflexivas de la conciencia. Lo preconsciente escapa a la

función reflexiva y crítica del yo, por lo mismo no se orienta por la verdad, abre sus puertas a la manipulación que

puede hacer el otro sobre las creencias, los significados y la valoración con las cuales el individuo intenta orientar

su vida.

La otra puerta de ingreso a la orientación y manipuleo de la subjetividad podemos entenderla a partir de la

postulación por C. Jung (Metamorfosis y símbolos de la libido) del concepto de Imago. Se trata de la construcción

de formas imaginarias de relación con el otro, en principio, referidas a las imagos parentales (madre, padre, abuelo,

etc.), pero generalizables a toda relación social significativa. El niño construye formas imaginarias de relación con

el ambiente familiar que tendrán importancia en sus relaciones futuras con el ambiente familiar y también como

disposición presente en nuevas relaciones en su vida social adulta, ya que se trata del efecto que produce en el

sujeto toda relación interpersonal significativa. Cercano a lo que se ha denominado “complejo psíquico”, la imago
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designa la presencia imaginaria del otro de la relación. ¿Por qué puerta de ingreso a la manipulación de la

subjetividad y el comportamiento? Porque no se trata solamente de la imagen internalizada del otro y construida en

sus rasgos por la percepción y la imaginación del mismo sujeto. Esa imagen está construida por el discurso y los

relatos que rodean la experiencia de la relación, son muchas las voces que contribuyen a la caracterización de la

imago: “el abuelo es un santo”, “papá es serio”, “la tía es mala”, “la policía es peligrosa”, etc., cuando se es niño.

Ya adultos, seguimos expuestos a esta construcción de imagos y prejuicios, muchas más voces (especialmente la de

la TV en la actualidad) intervienen para que el sujeto construya una representación imaginaria (del político, del

famoso, del actor, del periodista, etc.) del otro, más o menos deformada. En esto se basa gran parte de la política de

los medios masivos de comunicación, en la actualidad con el mayor poder de acción, dado los recursos técnicos y

su llegada a todos los hogares. Tratan de construir una suerte de cliché estático, fijo, a partir del cual se construye la

imago, es decir, la representación imaginaria del otro (o más precisamente de la imagen del otro, ya que no ocurre

la percepción del otro, sino de su imagen construida). La habilidad, supuestamente periodística, es seleccionar los

rasgos deseados para construir esa imago: tal político es corrupto, tal otro autoritario, aquel es débil e influenciable,

etc. Lo no consciente de este proceso es que a partir de esto, el sujeto construye, sin conciencia de ello, una relación

imaginaria (con el político, el famoso o el periodista, etc.), una creencia en las cualidades de ese otro, sólo conocido

por la construcción que los medios han realizado. La clave de esta estrategia consiste en sintonizar con lo emocional

del televidente, llamar a la desconfianza, el miedo, el odio, la sospecha, es ligar las representaciones al afecto

buscado en el receptor. Este proceso es diferente al de la identificación o la mimetización, dominante en la

publicidad y de efectos menos duraderos dado que la relación no es social, sino con un producto. El intento habitual

de la publicidad engañosa hace, por esta razón y con el propósito de ampliar el impacto y su permanencia en el

tiempo, que el producto se asocie con alguna persona singular, famosa o común, para lograr algún grado de

identificación. Esta estrategia política no puede, ni debe, exhibir programas o proyectos, sólo se dirige a la

construcción preconsciente de estas imagos.


La política y la cultura

Si, como afirmó Freud, es la experiencia de ser en el mundo la que lleva a que el “principio del placer” ceda una

parte de su fuerza al “principio de realidad”; el aislamiento del sujeto, de cada sujeto, especialmente de las capas

medias de la población, fenómeno que la cultura actual impulsa a través de un individualismo omnipotente; si la

ilusión de juventud eterna, como dominio quirúrgico del cuerpo biológico considerado obra estética; si la

dominación de la naturaleza consiste en destruir el medio ambiente en que se desarrolla la vida; esto no puede

transcurrir sin alterar el principio de realidad y es justamente en este principio que se basa la capacidad del hombre

de actuar sobre su realidad para acercarla a la satisfacción de anhelos, deseos y necesidades de su vida. Esta política

cultural de mercado no se dirige a un mayor dominio de la vida por el individuo, se dirige a que transfiera distintas

esferas de su vida al poder de distintos expertos. Además de dañar la naturaleza, incluido nuestros cuerpos, se
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agrega ahora el actuar sobre nuestra sensibilidad, las emociones y sentimientos que responden a las condiciones de

nuestra existencia, mediante los psicotrópicos. Todo malestar o sufrimiento psíquico no es más que una sensación,

solo existe en tanto lo sentimos y únicamente lo sentimos en virtud de determinadas disposiciones y reacciones a las

condiciones de la existencia. Anular por medios químicos el miedo, la angustia, la tristeza, la ansiedad, la inquietud

que impide el sueño, es privar al individuo de las coordenadas de los sentimientos que, para bien o para mal, lo

ligan a su experiencia de la vida.

Entre las pulsiones de auto conservación, dirigidas a la preservación del yo y las que se dirigen a la satisfacción a

través del objeto (pulsiones sexuales y amorosas), el mercado encontró fácilmente que, si de convocar el deseo

humano se trata, hay que atender el objeto y las formas de su consumo. El deseo volcado a la compra y disfrute de

objetos, especialmente las novedosas tecnologías, pasó a ser un objetivo central de la economía capitalista. Aun el

sexo y el amor pueden ingresar al mercado convertidos en un objeto más de intercambio económico. Si se potencian

estas pulsiones, inevitablemente se desatienden las dirigidas a la preservación del yo. Esto es, que el consumo de

objetos, aun el sexo como objeto, dirigido al placer inmediato, es decir, adquirir el objeto deseado se acerca a la

satisfacción sexual, pero a la vez aleja al sujeto de la experiencia de preservación del yo. El lector podrá

seguramente visualizar este dilema entre la ambición del consumo y la vivencia de aislamiento o soledad. Hace

tiempo las estadísticas muestran que las personas solas consumen mucho más que aquellas que viven en familia,

pareja o comunidades pequeñas; después de la era de los divorcios, el turismo -local e internacional- se disparó,

dirigido mayormente a personas separadas por divorcio, viudez, jubilados o jóvenes aun solteros. El muy mentado

individualismo actual no se entiende por el narcisismo, sino por el desenfreno del consumo. El sujeto actual no es

más narcisista, sino más consumidor y es la cultura del consumo, aun de sexo, la que lo hace individualista. Por eso

resulta evidente que se ha devaluado el amor como promesa y compromiso y se está reemplazando por el sexo, que

reducido a cosa, objeto de placer, deviene función de una rutina fisiológica más, o simplemente porno. Aquello que

Bataille observó, no ajeno al psicoanálisis, según lo cual la satisfacción erótica está en proporción a la transgresión,

se ha trastocado, la ausencia de transgresión, ya que el sexo se ha liberado de la cultura del compromiso y la regla

moral, disminuye la fuerza del erotismo llevándolo hacia el camino de la masturbación, aun cuando esté presente el

cuerpo del otro o la otra. Por cierto también a violaciones y crímenes aberrantes. A esto Bataille lo llamó erotismo

del cuerpo, opuesto al del corazón, aquel del compromiso amoroso.

Freud no vinculó en su teoría sobre la cultura, la lucha entre Eros y Tánatos, con la política de mercado, aún

incipiente en su tiempo. Pero sí observó las implicancias del dominio de la pulsión de muerte en la cultura: como

función de desligamiento, esta pulsión lleva a la disgregación de lo social, el repliegue sobre sí mismo, con su

componente de autoagresión. Según Freud este dominio es el mayor riesgo de la cultura. El deseo de la vida en
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común, dominio de Eros, sigue siendo un horizonte deseado, pero su opuesto es la propuesta de cosificación de la

vida que impulsa los valores y necesidades del mercado. La vida social que propone el capitalismo está más cerca

de Tánatos, la desagregación de relaciones, que de Eros, es decir, de una erótica social del encuentro.

Al igual de lo que señalamos sobre la emancipación, no es posible pensar un sujeto del consumo, sujeto que arma

como puede su identidad en base a este rasgo, sin el correlato de una cultura del consumo. Esto consiste (¡y vaya si

la publicidad no lo sostiene como su logro mayor!) en abrir un lugar cultural a la ambición como valor personal

para la integración y la identidad social. Así surgió el prestigio del “emprendedor”, del empresario de sí mismo,

capaz de prescindir o saltar sobre el otro para afirmar el objeto de su ambición personal. Claro que esto está siendo

posible para pocos, especialmente los habitantes de las grandes ciudades, seguramente la ambición de los pobres no

les permite guiar su vida por este objetivo de consumir. No se trata de ninguna conspiración para anular el deseo, el

amor, la solidaridad, la familia, el compromiso en el amor, pero sí se trata de una política diseñada para el logro de

un objetivo: el consumo es uno de los pilares de la acumulación del capital (no creo que sea el sostén de una

economía sensible a lo social) y para este objetivo son necesarios al menos dos rasgos culturales: el entretenimiento

y el consumo de psicotrópicos. En pocos años hemos asistido a una política exitosa del entretenimiento: la mayor

parte de los programas de la televisión, mejor aún si se desarrollan con publico participante; teléfonos móviles con

juegos, fotografías, internet, en cualquier momento, frente a cualquier minuto libre, se puede entretener jugando,

chateando, enviando mensajes o viendo videos. Dispositivos todos que tienen la capacidad de atraer la atención

desviándola de otros intereses. El entretenimiento tiene carácter de industria y, a la vez, de cumplir una gran tarea

de construcción de esta cultura de consumo, reditúa importantes ganancias a las empresas. El consumo actual de

psicotrópicos, hábito cultural antiguo vinculado a las fiestas y a los ritos, se ha convertido en otro indicador de esta

política y cultura del consumo. Las drogas prohibidas generan un mercado importante, la prohibición ayuda a

mantener los precios, las recetadas se expanden de manera tal que no queda adulto que no haga algún uso de

ansiolíticos, tranquilizantes, inductores del sueño, relajantes o potenciadores del sexo, estimulantes para el sexo sin

amor, para soportar la fiesta sin sueño y sin pensamientos molestos. Ya no se trata de los “quitapenas” que señalara

Freud, ahora el entretenimiento y el consumo de psicotrópicos y otras drogas se han convertido en pilares del

proceso de acumulación del capital. Y, como sabemos, sin cuidar y potenciar este proceso se acabaría el capitalismo

mismo. Este sujeto vive volcado sobre sí mismo, la función del otro en la vida se atenúa, la mismidad se ha

convertido para muchos en el agobio de la soledad.

La saturación de lo preconsciente

Al menos desde Maquiavelo el gobierno del príncipe se basaba en el dominio del pensamiento de los súbditos,

construcción del sometimiento de la plebe a su poder. Con la modernidad, especialmente luego de la Revolución
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Francesa, la política, pensada ya por los griegos como intrínseca a la vida en común, se centró en los intercambios

entre los sujetos de una sociedad que deben definir, interpretando y construyendo la realidad, los significados y los

valores que definen las reglas (leyes) necesarias que organizan y regulan la vida en común. La política era hasta no

hace mucho producida por los mismos sujetos en la definición de los conflictos y luchas por el poder en esa

construcción de la realidad. La conquista del preconsciente de los sujetos, las creencias, los valores morales, los

significados que orientan su comportamiento, requerían de discursos y proyectos sociales convincentes. En el líder,

el don de la palabra se acompañaba habitualmente del poder de convicción ya que estaba ligada a la visión y

propuesta de una vida social que intentaba representar y, al menos luego de la experiencia de la democracia, la

identificación jugaba un papel, pues estaba mediada y condicionada por la promesa explicitada y el compromiso del

líder con la misma.

La política actual se comporta de una manera diferente, algunos lo entienden como un menoscabo o desaparición de

la política tradicional, la del discurso y la palabra plena, pero obviamente lo político no puede desaparecer mientras

haya hombres y mujeres conviviendo. Se trata de otra manera de lo político. Tampoco creo que la política se

plantee como función de un líder autónomo capaz de convencer e instalar por sí mismo una perspectiva de la

realidad. El tema político se comienza hoy en los grandes medios, con ayuda importante de la publicidad, son éstos

quienes producen la subjetividad afín a la cultura que se quiere instalar: como señalé antes, buscan las emociones

básicas de los individuos, unen a éstas las representaciones que construirán la imago con la cual el receptor

construye la imagen del político o famoso, este imaginario, preconsciente, es el que debe captar el líder político y

representarlo (o utilizarlo para los intereses a los que responde). Por eso hablan de “estar cerca de la gente”, “lo que

la gente quiere” y otras banalidades que deben evitar todo pronunciamiento sobre qué forma de vida social buscan o

proponen, como lo fue en la política tradicional. No se trata de que la sociedad se equivoca al votar a estos líderes,

ocurre que estos representan lo que previamente los medios han construido como subjetividad, estas imagos

preconscientes son las que dirigen sus opciones políticas y, por lo tanto, sus votos (por cierto no para todos, están

los que utilizan sus capacidades críticas y la reflexión que les permiten un camino autónomo).

Creo que la lucha política hoy debe dirigirse a esta estrategia, oculta, sutil y engañosa, por la cual los medios y la

publicidad construyen una cultura centrada en los intereses del mercado porque, obviamente, el mercado, “los

mercados” (que parecen ser sujetos ya que se alude siempre a su confianza o desconfianza, a expectativas, etc.)

existen en base a que existan sujetos sujetados a esa cultura. La cultura popular ya no se construye en el barrio, el

comité, el sindicato, la villa o la cancha de futbol, se construye dominantemente en los estudios de televisión y los

creativos de la publicidad, el programa de entretenimiento, el espectáculo y los psicotrópicos son, como dije antes,

sus estrategias principales. En todos los espacios sociales (la cancha, la estación de tren o colectivo, los shoppings,
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aeropuertos, paseos de compra, etc.) veremos a hombres y mujeres, especialmente jóvenes, entretenidos con los

juegos o el chat de sus teléfonos móviles o consumiendo algún psicotrópico, no saben que están incorporando

aquellos significados y valores que construirán su subjetividad de consumidores. Esta política no es de masas, actúa

de uno a uno, pero a la vez masifica a los sujetos en una subjetividad y una identidad común.

Otra expresión del nuevo lugar de la política es aquel que llamamos “del espectáculo”, aludiendo a su construcción

en los medios. Vale destacar un ejemplo que fue el que abrió el camino a este éxito político del espectáculo, al que

muchos otros siguieron con éxito, también en nuestro país. Se trata del millonario Berlusconi en Italia: su carrera

política con estación final en la presidencia, comenzó cuando concentró parte de su fortuna en adquirir la televisión,

se hizo dueño de la programación que llegaba a todos los hogares de Italia, no hacía falta hacer campaña pueblo por

pueblo, la masa estaba constituida por individuos aislados en sus hogares mirando el televisor; luego logró ser

presidente elegido del club Milán, quizás el más importante de Italia. Millonario, dueño de la televisión, el futbol lo

convertía en popular, ya que lo hizo conocido para todos en esta nueva identidad; la próxima estación fue ganar la

presidencia (o primer Ministro). Este esforzado camino fue matizado, como sabemos, con fiestas abundantes y sexo

pago con jóvenes prostituidas, la justicia se encargó luego de que no tuviera demasiados costos. Esta estrategia fue

exitosa, Pepe Grillo, un cómico muy conocido, formó su partido y se puso a la par de los partidos tradicionales de

Italia. No fue muy diferente Ronald Reagan en EE.UU. y en varios países donde cómicos, actores famosos,

cantantes, deportistas exitosos fueron convertidos de golpe en líderes políticos. En la década de los años noventa

esta moda fue traída a la Argentina y por cierto logró éxito. No debemos equivocarnos: representaban a la

subjetividad que los medios habían previamente creado. La parodia entró de este modo en la política, los programas

de entretenimiento y la actividad de los políticos comenzaron a confundirse. Digo parodia porque ambos banalizan

lo real de la vida, se dirigen hábilmente a la sensibilidad de lo cotidiano del individuo medio, “vivir mejor” sin decir

en qué consiste, tener éxito personal, alivianar la densidad de las rutinas de la vida. De allí que en este último

tiempo, el actor de la televisión hace de periodista político y el político se muestra como un actor de televisión.

Esta visión de la política actual es crítica y escéptica, pero no pesimista, sin duda sorprende porque no habíamos

reconocido la potencia de estas estrategias de construcción de subjetividad para dominar la interpretación de la

realidad. Personalmente, hasta no hace mucho, inocentemente creía que la televisión, los videos, lo que circula por

Internet, además de superficiales parecían irrelevantes, hasta que se hizo evidente que estaban logrando trasladar la

política desde la calle, la plaza y el debate entre partidos, a la televisión y que esta estrategia pretende ser la política

actual, convertida en entretenimiento para lograr desactivar (no totalmente, ni en todos) la capacidad de los sujetos

de actuar y luchar activamente sobre su realidad, que ese ha sido desde sus comienzos el sentido de la política.

¿Quién y cómo se construye hoy la realidad? Creo que la política actual se juega en la cultura, es decir, en la
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construcción de subjetividades útiles a los intereses en juego; potenciar una cultura popular, la de la calle, la

manifestación, la plaza, la entrada de la fábrica (no casualmente lugares de lo público), es el escenario de esta

disputa. Se trata de que sean los individuos mismos quienes vuelvan a apropiarse de los medios de construcción de

subjetividad, disputándole a los poderes su dominio de la producción cultural. Esta es hoy la lucha por una cultura

de emancipación. Los poderes de dominación seguramente son los mismos de siempre, pero cuentan con estrategias

y medios nuevos, sofisticados y potentes.

Poder y subjetividad: las formas actuales de control


Editorial de Revista Topía
Enrique Carpintero
https://www.topia.com.ar/articulos/poder-y-subjetividad-formas-actuales-control

En este número nuestra revista cumple 25 años. De allí que quiero recorrer algunas ideas que fueron apareciendo

como notas editoriales durante estos años referidas a los procesos de subjetivación en la actualidad de nuestra

cultura.

En el editorial del primer número señalaba: “El hecho de iniciar una publicación que dé cuenta de la teoría y la

práctica del psicoanálisis juntamente con el análisis de los problemas que presenta la actualidad de nuestra cultura,

es porque pensamos que no es posible entender las crisis individuales, familiares o institucionales por fuera de una

cultura que también esta en crisis.” Esto implica una toma de posición en relación a entender que la subjetividad se

construye en la intersubjetividad en el interior de una cultura. Dicho de otra manera, la singularidad da cuenta de

simbolizaciones que son histórico-sociales. Lo singular lo entendemos desde un plural: cuando nacemos somos

singulares en potencia ya que necesitamos de un Primer otro para que nos encontremos con otros otros.

Esta perspectiva va a contramano de algunos espacios intelectuales académicos y no académicos donde predominan

las teorías “post”: lo postestructuralista, lo postmarxista, lo postcapitalista, la postpolítica. Allí todo se transforma

en un análisis de discurso donde no hay sujeto. Solo desorden lingüístico y predominio de lo imaginario donde la

sociedad y el sujeto son entendidos solamente como pura representación. Desde allí la subjetividad tiene una

relación de extraterritorialidad con las contingentes formaciones histórico-sociales. Como lo interpretan aquellos

que abrevan en las diferentes corrientes del psicoanálisis estructuralista.

UNO / La corposubjetividad

El concepto de corposubjetividad me permite apropiarme de la ontología spinoziana y del modelo pulsional

freudiano para entender la subjetividad desde una conceptualización que plantea una ruptura con la idea de algo
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interior opuesto a un mundo de pura exterioridad. Es decir, reducir la subjetividad como sinónimo de aparato

psíquico.

Lo singular lo entendemos desde un plural: cuando nacemos somos


singulares en potencia ya que necesitamos de un Primer otro para que nos
encontremos con otros otros

La corposubjetividad alude a un sujeto que constituye su subjetividad desde diferentes cuerpos. El cuerpo orgánico;

el cuerpo erógeno; el cuerpo pulsional; el cuerpo social y político; el cuerpo imaginario; el cuerpo simbólico.

Cuerpos que a lo largo de la vida componen espacios cuyos anudamientos dan cuenta de los procesos de

subjetivación. En este sentido, definimos el cuerpo como el espacio que constituye la subjetividad del sujeto. Por

ello, el cuerpo como metáfora de la subjetividad se dejará aprehender al transformar el espacio real en una

extensión del espacio psíquico. Desde aquí hablamos de corposubjetividad donde se establece el anudamiento de

tres espacios (psíquico, orgánico y cultural) que tienen leyes específicas al constituirse en aparatos productores de

subjetividad: el aparato psíquico, con las leyes del proceso primario y secundario; el aparato orgánico, con las leyes

de la físico-química y la anátomo-fisiología; el aparato cultural, con las leyes económicas, políticas y sociales.

De esta manera entendemos que toda producción de subjetividad es corporal en el interior de una determinada

organización histórico-social. Es decir, toda subjetividad da cuenta de la singularidad de un sujeto en el interior de

un sistema de relaciones de producción.

DOS / La cultura crea un espacio-soporte intrasubjetivo y transubjetivo

La cultura consistió en un proceso al servicio del Eros que a lo largo de la historia fue uniendo a la humanidad toda.

A este desarrollo se opone como malestar -como plantea Freud-, la pulsión de muerte que actúa en cada sujeto. Es

por ello que la cultura permite crear un espacio-soporte intrasubjetivo y transubjetivo donde se desarrollan los

intercambios libidinales. Este espacio ofrece la posibilidad de que los sujetos se encuentran en comunidades de

intereses, en las cuales establecen lazos afectivos, imaginarios y simbólicos que permiten dar cuenta de los

conflictos que se producen. Es así como este espacio se convierte en soporte de los efectos de la pulsión de muerte.

Toda producción de subjetividad es corporal en el interior de una


determinada organización
histórico-social
82

En este sentido sostengo que el poder es consecuencia de este malestar en la cultura: las clases hegemónicas

que ejercen el poder encuentran su fuente en la fuerza de la pulsión de muerte que, como violencia

destructiva y autodestructiva permite dominar al colectivo social. Esta queda en el tejido social produciendo

efectos que impiden generar una esperanza ya que llevan al sujeto a la vivencia del desamparo.

TRES / El poder de la cultura hegemónica

Las características de la cultura dependen en cada etapa histórica de los sectores sociales hegemónicos que

establecen una organización económica, política y social cuyo objetivo es reproducir las condiciones de

dominación. De esta manera ejerce una “dominación simbólica” para reproducir el orden social hegemónico en el

reconocimiento y desconocimiento de la arbitrariedad que lo funda.

Esta “dominación simbólica” se basa en una cultura donde la crisis del tejido social y ecológico produce un

imaginario social donde el futuro es vivido como una catástrofe, el pasado no existe y solo queda la perpetua

inestabilidad del presente. Desde allí el desvalimiento estructural que nos constituye como humanos se encuentra

con el imaginario de una cultura que lleva al sujeto a la incertidumbre, la angustia y el miedo; ya que lo único que

puede ofrecer es la ilusión de la utopía de la felicidad privada. La felicidad se puede comprar en cómodas cuotas

mensuales. El consumo es la medida de nuestro bien-estar. Por ello la subjetivación se realiza por lo que uno tiene y

no por lo que es o lo que hace. Es decir, intenta producir un sujeto-mercancía pasivo a los dictados del “mercado” a

partir de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. De esta manera el poder de la cultura

hegemónica se inscribe en nuestra subjetividad de manera invertida. Es decir, la fuerza del poder no

potencia nuestro ser, por lo contrario, nos lleva a la impotencia al transformarnos en mercancías. Como

escribe Marx: “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo

de las cosas.”

El problema de la alteridad es uno de los grandes temas de la actualidad.


Rechazar al otro implica no asumir que el otro es la base de todas nuestras
esperanzas

En este sentido, la corposubjetividad da cuenta de la cultura y de la singularidad del sujeto. Por ello la cultura

hegemónica actual produce los procesos de subjetivación y a su vez constituye la singularidad a partir de una

subjetividad in-corporada donde el exceso de realidad produce monstruos que refieren a una subjetividad

construida en la ruptura del lazo social. Es aquí donde el sujeto en la vivencia del desvalimiento queda encerrado en

sí mismo ya que no puede encontrar un procesamiento simbólico acumulando mercancías. Mucho menos tomando
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al otro como mercancía. Por el contrario, la cultura al ofrecer el consumo como modelo de subjetivación lleva a

formas de la singularidad donde la identificación se sostiene en las pasiones tristes.

CUATRO / El consumismo como modelo de subjetivación

Aclaremos. Si el consumo es necesario para satisfacer nuestras necesidades, el consumismo es un deseo

irrefrenable de consumir que al quedar siempre insatisfecho activa permanentemente el circuito. El

consumismo nos atrapa en mecanismos compulsivos. Los agentes del mercado saben muy bien que la producción

de consumidores implica la producción de nuevas angustias y temores como estudian los expertos en

neuromarketing. Por ello en la actualidad el motor del consumismo no es el goce en la búsqueda de un deseo

imposible, sino la ilusión de encontrar un objeto-mercancía que obture nuestro desvalimiento originario, ya

que se repite compulsivamente en la búsqueda de poder resolver esa carencia y que la actualidad de la

cultura la pone en evidencia.

El capitalismo mundializado necesita para su reproducción de una sociedad que se sostenga en el consumismo

donde se cosifica al sujeto y se fetichizan las mercancías que adquieren características mágicas. Esto lleva a la

hegemonía de los valores simbólicos de una cultura donde aparece que la plenitud del consumidor significa la

plenitud de la vida. Compro, luego existo; caso contrario me transformo en un excluido social.

De esta manera, los importantes desarrollos técnicos no están al servicio del conjunto social, ya que su

objetivo es que el sistema se autoperpetúe. Dicho más claramente, no es la técnica lo que genera este circuito,

sino la necesidad de seguir sosteniendo el sistema capitalista. Esta racionalidad de la sociedad consumista se

construye sobre la base de una subjetivación en la que se ofrecen mercancías cuyo “valor de cambio” generan la

ilusión de una certidumbre tranquilizadora ante las mociones desligantes y destructivas de la pulsión de muerte. El

mercado de consumo promete una supuesta seguridad; caso contrario están aquellos que tienen trabajos

precarizados y los excluidos del sistema que muestran un futuro posible. Su costo es el sometimiento de un poder

que se sostiene en la ruptura del lazo social. De un poder que necesita de un sujeto solo y aislado.

CINCO / El otro es la base de nuestra esperanzas

En la sociedad del capitalismo tardío lo que importa es el rendimiento: el “tú debes” ha sido reemplazado por el “tú

puedes”; “We can” nos dice la publicidad de una ropa deportiva. No hay límites en aras de conseguir el objetivo

que nos venden y, gustosamente compramos. De esta manera el capitalismo elimina la alteridad al someter todo al

consumo. Por ello creemos que el problema de la alteridad es uno de los grandes temas de la actualidad. Rechazar

al otro implica no asumir que el otro es la base de todas nuestras esperanzas. El otro genera Eros y es precisamente
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el Eros el que permite una razón apasionada. Una razón que da cuenta de uno mismo y de los otros en el colectivo

social. Ahora bien, rechazar al otro no remite simplemente al narcisismo donde el sujeto queda atrapado en el juego

del yo-yo; sino -deberíamos decir fundamentalmente- el que lo lleva al narcisismo primario en la búsqueda de una

totalidad perdida. Allí, al no existir el otro humano, desaparece como sujeto de sus necesidades y deseos.

El consumismo como centro de la subjetivación y de la identificación de la


singularidad conlleva interiorizar el sometimiento

De esta manera el consumismo como centro de la subjetivación y de la identificación de la singularidad

conlleva interiorizar el sometimiento. El sujeto se ha transformado en su propio explotador en la búsqueda

de un éxito que siempre resulta inalcanzable. El disciplinamiento social sostenido en los sectores sociales

hegemónicos lo obliga a competir con el otro: yo o el otro. Cualquier medio es validado socialmente. Pero en esta

búsqueda de la ilusión de la felicidad privada, el sujeto se transforma en verdugo y víctima de sí mismo lanzado a

un horizonte cuyas consecuencias son el fracaso. De allí los síntomas característicos de esta época que encontramos

en nuestros consultorios en los que aparecen los aspectos más angustiantes y dolorosos, lo más sufriente del sujeto

producto de significaciones que no se pueden poner en palabras; es decir, los síntomas del desvalimiento y el

desamparo: adicciones, depresión, suicidios, anorexia, bulimia, etc.

El sujeto se ha transformado en su propio explotador en la búsqueda de un


éxito que siempre resulta inalcanzable

SEIS / El poder nos domina desde nuestra corposubjetividad

Los sectores de la clase social dominante crean sus instrumentos de poder, de civilización y de cultura, así como los

medios para realizarlo. En este sentido el poder no se agota en los aparatos del Estado, los grupos económicos, los

partidos políticos y las instituciones sociales sino se encuentra en como se relacionan los sujetos en la sociedad. Es

aquí donde la visibilidad del poder se hace invisible. Es decir, “El capitalismo es una relación social”. Y para que

esta funcione el poder ejerce su dominación generando formas de control social cuyas características dependen de

cada etapa histórica. En la actualidad el imperio del capital financiero necesita para su reproducción mundializada

de estados nacionales que se subordinen y de un sujeto solo y aislado de su clase social. Esta lógica política, social,

económica y cultural genera una contradicción y lucha entre el capital y el trabajo que no tiene precedentes en la

historia. Su resultado ha sido que la lucha de clases no sólo no se ha extinguido, sino que adquiere una complejidad

donde los dominados también son controlados desde su subjetividad. Es así como la forma en que el poder nos
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domina no está solamente afuera sino dentro de nosotros mismos, organizando en nuestra subjetividad su aparato de

dominación.

¿De que manera lo logra? Separando la subjetividad de nuestra experiencia individual, familiar y social. Su

resultado es lograr en una gran parte de la población indiferencia y tolerancia a la sociedad capitalista en sus

diferentes versiones. Esto lleva a que el sujeto se encierra en el individualismo donde el otro es visto como

competidor y la facultad de pensar es reemplazada por los valores de la cultura dominante.

Para sostener esta situación los envoltorios ilusorios del capitalismo mundializado proponen que nada puede ser

cambiado. Lo posible es reformar algo para que todo siga igual. Todos debemos comportarnos “reflexivamente”

ante las consecuencias de un sistema social y político con un obrar destructivo. No se pretende alcanzar una nueva

forma de sociedad más allá del mercado y del Estado. En el fondo su objetivo es simplemente intentar componer la

supresión de las obligaciones sociales por medio de limosnas privadas o estatales y una moral desprovista de un

sentido crítico.

En este sentido, frente a la propuesta de fragmentación subjetiva, las luchas sociales tienen que ver con la

posibilidad de tomar conciencia de las experiencias e intereses comunes. De allí la importancia de las luchas para

producir comunidad.

Palabras que matan


Literatura, Ideología y el Inconsciente Político. Todo arte es político, aunque no lo quiera o no lo
sepa

Eduardo Grüner

https://www.topia.com.ar/articulos/palabras-que-matan

En alguna parte Lukács afirma que es preferible un Balzac reaccionario a mil Zolas progresistas. En efecto:

el realismo crítico del monárquico Balzac odia tanto a la burguesía triunfante que la pinta implacablemente, con

todos los matices siniestros de su mezquindad y sus miserias; el naturalismo del socialista Zola, en

cambio, describe -en lugar de narrar, para citar una dicotomía teorizada por el propio Lukács- una situación dada,

“reificada”, que pareciera carecer de historia.1 Podríamos decir entonces que en Balzac opera, mucho mejor que en

Zola, lo que Fredric Jameson ha llamado el inconsciente político de la literatura (o de la cultura en general).2 Pero

esto requiere algunas consideraciones preliminares.

Durante mucho tiempo, algo que genéricamente podríamos llamar “sociologismo”, y que incluyó ciertas versiones

de un mal entendido marxismo (que por cierto no es el de Marx, ni el de los llamados “marxistas occidentales”
86

como Lukács, Benjamin, Adorno, Sartre o Althusser, pero tampoco lo era el de Trotski o Gramsci) ese

sociologismo, digamos, intentó analizar la literatura rebajándola a una serie de expresiones -“superestructurales”, se

decía en la época- que ilustraban, o evitaban hacerlo, cosas como la lucha de clases, la explotación de los

trabajadores, el imperialismo o lo que correspondiera. Estas posturas francamente estúpidas y mediocres, que a

veces llegaron a institucionalizarse como doctrina de Estado -por ejemplo en el “realismo socialista” del

estalinismo- pasaban alegremente por alto la autonomía de la lengua, el valor intrínseco y poético de las palabras,

demostrando una completa ignorancia y falta de respeto por esa maravilla que es el lenguaje, la “casa del Hombre”,

como diría Heidegger.

La literatura es una práctica social y política porque su “transgresión”,


los efectos de su momento autónomo, contribuyen a alterar, a veces
radicalmente, la relación simbólica de los sujetos con la realidad.

Ahora bien, en los años 60 hubo una importante y en principio muy saludable reacción contra esas tonterías, una

reacción que en muchos sentidos y en términos generales sigue teniendo vigencia hasta hoy y que podemos

identificar con la vertiente de los llamados “estructuralismos” y luego “post-estructuralismos”. Y entonces el

péndulo osciló al extremo opuesto. Ahora todo era el significante y nada más que el significante. Fue el reinado

del texto y de la écriture. La obra literaria solo podía explicarse por su lógica interna, por el entramado de las

palabras, por su “sonido” poético-musical y demás. Fuera del texto no había nada, como dijo alguna vez Derrida.

Los héroes literarios ya no eran los grandes realistas del siglo XIX (Stendhal, Balzac, Tolstoi, Conrad, Melville, o

siquiera Dostoievski, o ya entrando en el siglo XX, Thomas Mann, Proust o Hemingway): ahora los héroes eran los

Joyce y los Beckett. Los que “vuelven loca a la lengua”, como decía Lacan. Era considerada una completa

ingenuidad pensar algún tipo de relación con la historia, la sociedad o la política. Estamos simplificando, se

entiende. Muchos de estos nuevos teóricos -es el caso de los formalistas rusos, o de Roland Barthes, o Julia

Kristeva o Pierre Macherey- eran marxistas o al menos simpatizantes “compañeros de ruta”. Pero privilegiaban al

extremo la famosa “autonomía” del significante.

Como dijimos, esto fue una sana reacción contra los reduccionismos sociologistas, y ni hablar de los variados

“psicologismos” anteriores, que creían que una novela o una poesía podían explicarse por la biografía del autor o la

subjetividad de los personajes. El problema es que, paradójicamente, cuando todo eso se llevó al extremo, en el

camino, junto con la política, se nos perdió… la literatura. Es decir: se nos perdió (no la ingenuidad, que era una

ilusión, sino) el placer de la lectura enfrascada en sí misma, de dejarnos llevar por una historia. Y por qué no, el

interés de -con todo el debido respeto por la autonomía y la especificidad de la palabra, de la lengua- buscar la

relación con las “series” histórica, social, política. Porque esa relación existe, créasenos. Como decíamos recién, de
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la conciencia de la autonomía del lenguaje ya no podemos retroceder. Pero esa autonomía es relativa, en el sentido

estrictamente etimológico de la palabra relativa, que no quiere decir “poquita” o “débil”, sino en relación a. Es algo

perfectamente lógico: solamente se puede ser “autónomo” respecto de una relación. Si no hay relación, no hay

necesidad de ninguna autonomía. Auto-Nomos quiere decir darse a sí mismo las propias reglas, sin esperar a que

nos las dicten desde afuera. Ahora bien: esas reglas son válidas en el propio terreno, en el propio registro (un país,

por ejemplo, es autónomo cuando se da sus propias leyes, que solo son válidas en su propio territorio). En el caso

de la literatura, ese territorio es el del lenguaje, o más estrictamente el de la lengua. Pero por otro lado, la literatura

no está sola en un mundo donde también están las otras “series” que nombrábamos. Aún antes que eso, la literatura

es una práctica del (y contra) el lenguaje, decíamos. Y el lenguaje, no hace falta abundar demasiado en el asunto, es

un producto de la sociedad, de la cultura, de la historia. El lenguaje es político, en el sentido amplio, “griego”, del

término: es una elaboración de la polis.

Más aún: la literatura -que en tanto práctica transgresiva de la lengua tiene toda su especificidad en su propio

territorio- es ella misma una práctica también histórica, social y política. No es que tenga, como se dice a veces con

una expresión lamentable, una “función” social o política. No, la literatura no tiene “funciones”: en términos de la

cultura -que es inevitablemente la expresión simbólica del poder de una época, que es hegemonía, diría Gramsci- la

literatura es dis-funcional, en el sentido de que su (relativa) “autonomía” está en una suerte de conflicto, explícito o

implícito pero permanente y constitutivo, con las leyes de la lengua y la cultura. De la literatura se puede decir lo

que ha dicho Adorno de la obra de arte en general: es el producto antisocial de la sociedad. En los textos literarios

valiosos hay siempre un momento de autonomía que no puede ser reducido a ninguna “función” social (o política,

ideológica, etcétera); es ese “plus”, ese exceso irreductible a ninguna “dependencia” de lo extraliterario lo que

constituye su conflicto “objetivo” con la propia sociedad y cultura que lo ha producido. Toda literatura (todo arte)

es, en este sentido, “política”, aunque no lo quiera o no lo sepa.


El lenguaje es político, en el sentido amplio, “griego”, del término: es una
elaboración de la polis

Las obras literarias son escritas por individuos, claro está; pero esos individuos viven en una sociedad y una época

determinada, pertenecen (o se referencian en) una clase social o un grupo cultural, hablan una lengua determinada,

tienen una estética, una concepción del mundo, una ideología, una posición política, lo que sea. Es decir, viven

dentro de condicionamientos sociales -generalmente no-conscientes- que los rodean como el aire que respiran.

Pertenecen por así decir a una atmósfera social, cultural, política, que no tiene por qué ser mecánicamente

determinante (en literatura, casi nunca lo es), pero de la cual no pueden sustraerse por un acto de voluntad. El

mundo está allí, y se les cuela aunque no quieran. Hay una famosa frase que escribe Flaubert en una carta a una
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amiga. Citamos aproximadamente, de memoria: “Quisiera encerrarme en mi torre de marfil para olvidarme de toda

la mierda exterior. El problema es que la mierda sigue llamando a mi puerta”.

Pero además, y quizá principalmente, la literatura es una práctica social y política porque -al menos la que

realmente importa- su “transgresión”, los efectos de su momento autónomo, contribuyen a alterar, a veces

radicalmente, la relación simbólica de los sujetos con la realidad. Esto es lo que -entre muchas otras cosas- quiere

decir Pierre Macherey con su compleja noción de productividad textual: hay un trabajo de los textos

que produce una “realidad” simbólica más allá de la conciencia del autor o de los lectores.3 Los grandes libros

pueden literalmente hacernos ver la realidad como no la habíamos visto antes. Y puede hacerlo precisamente

porque hay ese “inconsciente” del texto.

Tampoco estamos diciendo de ninguna manera -por favor, no se malentienda- el dislate de que la literatura por sí

misma puede hacer revoluciones, o transformar la realidad social y política en términos materiales. Los problemas

de la sociedad los va a arreglar la propia sociedad, o no se arreglarán. La literatura por sí misma no puede hacer

nada, más allá de poner a pensar críticamente a unos cuantos sujetos: eso por cierto no es poca cosa, pero la

transformación radical del mundo no se va a llevar a cabo por la sumatoria de las “conciencias” individuales. Como

dijo una vez Sartre, ni el mejor de los poemas ha podido impedir nunca que los pobres mueran de hambre o sean

explotados, que un niño muera de hambre en Ruanda.4 La literatura, o el arte en general, son impotentes para hacer

eso. Lo que sí puede hacer, para decirlo vulgarmente, es meter el dedo en la llaga, escarbar en la herida. Esa es la

noción sartreana de “literatura comprometida”, que de ninguna manera implica un realismo ingenuo. Eso la

literatura lo hace con palabras, y sin necesariamente saberlo: vale decir, para repetirnos, atentando, con sus

interpretaciones, contra los sentidos comunes del lenguaje, y entonces -ahora podemos citar a Faulkner- “poniendo

en el mundo algo que no estaba”. Podríamos decir que ésta es su condición utópica, en el mejor sentido de ese

término: la literatura, aún la más “realista” (calificativo complicado, por cierto), crea mundos alternativos, y por ese

solo hecho muestra que el mundo que tenemos no es el único posible. Que podría ser de otra manera y que, por lo

tanto, es transformable, aunque la literatura no pueda hacerlo solita. He ahí el peligro que implica para el poder,

más allá del tema del cual hable (que no tiene por qué ser él mismo “político” en ningún sentido inmediato) o de la

ideología del autor, etcétera.


“Quisiera encerrarme en mi torre de marfil para olvidarme de toda la
mierda exterior. El problema es que la mierda sigue llamando a mi puerta”

Todo esto plantea un problema difícil. No se trata de hacer un promedio, ni de encontrar una “tercera posición”,

entre los extremos igualmente falsos de la literatura “pura” y la literatura como simple “reflejo” de lo social y lo

político. Se trata de pensar la relación entre la literatura y lo político de otra manera, con otra lógica. Que en buena
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medida, como veremos, puede ser la lógica de lo que Fredric Jameson, ya lo citamos, ha denominado

el inconsciente político de la literatura.

Jameson (como otros marxistas “complejos”), sin recusar del todo la canónica dicotomía “base económica /

superestructura ideológica” del marxismo ortodoxo, pretende dinamizarla y hacerla más dialéctica, sorteando el

primero de los reduccionismos que señalábamos al empezar -el de postular la obra literaria como un “reflejo” o una

expresión directa de la sociedad y la política-, pero sin por ello caer en la ilusión de una, digamos,

completa ajenidad de la literatura respecto de lo político. De allí la idea de un inconsciente político, en el mismo

sentido del Inconsciente freudiano, que produce ciertos síntomas causados por procesos “subterráneos”, no

inmediatamente visibles, y que solo pueden ser interpretados a través de esos síntomas deformantes. Un texto

literario puede entonces ser tomado como uno, o un conjunto, de tales síntomas: no habla explícita y directamente

de lo político, pero lo “sintomatiza”, lo muestra “entre líneas”, de maneras desplazadas o condensadas, como

explica Freud a propósito de lo que él llama el trabajo del sueño. Interpretando, al modo en que lo haría el

psicoanálisis, esos desplazamientos, condensaciones y deformaciones, se puede reconstruir la operatoria de lo

político que está entretejido en el texto de superficie, sin por ello perder la especificidad y autonomía del mismo. Al

contrario: son justamente las operaciones estilísticas del texto -sus modos singulares de desplazar, condensar,

etcétera- las que permiten esa reconstrucción.


90

(Haroldo Meyer)

Una fuente importante para la teoría del inconsciente político es por supuesto Althusser. Tampoco él piensa el

funcionamiento de la ideología (es decir, de lo político en las producciones discursivas de la cultura) como una

cuestión de contenidos temáticos explícitos, sino como una lógica de funcionamiento. La ideología no hay que ir a

buscarla en otra parte más que en sus efectos (los “síntomas” freudianos, digamos). La ideología no es

un corpus predeterminado de temas -también puede ser eso, claro, pero eso no es lo importante- que flotan en

algún topos uranos platónico y “bajan” a la tierra; es una lógica operatoria que produce efectos siempre

particulares, y al igual que en Jameson, es solamente a partir de esos efectos que se pueden inducir los motivos

ideológicos. Hay, sin duda, una “estructura” (ideológica, en este caso), pero ella solo es reconocible en cada uno de
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sus productos singulares y, eventualmente, en la relación que se puede establecer entre ellos. Una cosa importante

de entender aquí es que para Jameson -inspirándose tanto en Freud como en Althusser, y más allá, en el famoso

análisis sobre el fetichismo de la mercancía en el capítulo I de El Capital de Marx, que es algo así como una

“matriz modélica” para una crítica de la ideología-, para Jameson, decíamos, lo significativo de la operación

ideológica no es solo lo que deja ver, sino lo que impide ver en el texto.
La literatura, aún la más “realista”, crea mundos alternativos, y por ese
solo hecho muestra que el mundo que tenemos no es el único posible.

Cuando decimos que la ideología impide ver algo, no estamos exactamente diciendo que lo oculta. Lo que estamos

diciendo es que -más “arteramente”, por así decir- la ideología finge que el texto no está mostrando lo que sí está

mostrando. Es como en La Carta Robada de Edgar Allan Poe: los policías no pueden encontrar la carta

comprometedora robada a la reina, y que saben que está “escondida” en el despacho del ministro. ¿Y por qué no la

pueden encontrar? Justamente porque está en su lugar, en el guardacartas que está perfectamente a la vista sobre el

escritorio, mientras que ellos -como haríamos cualquiera de nosotros- la buscan en los escondites más insólitos. Es

decir: lo que hace la ideología es distraernos con lo ultra-complicado para impedirnos ver lo obvio, lo que siempre

estuvo ante nuestros ojos. En este sentido, funciona un poco como el famoso chiste de Freud a propósito del

hombre que va a la estación de tren a despedir a un amigo, y a último momento, con cara de sospecha, le dice: “Tú

me dices que vas a Leipzig para que yo crea que vas a Stuttgart… cuando en verdad vas a Leipzig”. O como esa

definición (creemos recordar que el ejemplo es de Nietzsche) sobre lo que es un buen boxeador: es alguien que

amaga golpear a la cabeza de su contrincante y lo golpea en el estómago. Eso es un buen boxeador. Pero, ¿qué es

un gran boxeador? Es alguien que amaga el golpe a la cabeza, para que el contrincante (que es un buen boxeador)

se proteja el estómago, y entonces… golpea a la cabeza.

¿Se entiende la lógica? La ideología, decíamos, finge (hace fintas, como los boxeadores) que no dice algo que en

verdad sí está diciendo. No “miente” directamente, sino que distrae con una serie de vueltas para que uno no preste

atención a lo importante: esto “sale de la vista”, pero no porque esté oculto bajo tierra, sino porque uno está

mirando para otra parte (en cierto modo se asemeja a la “banda de Moebius” que cita Lacan como metáfora del

Inconsciente). Por ejemplo: en un texto literario, uno se “distrae” con la historia, los personajes y las situaciones -

que por supuesto son importantes, y forman parte de la “estructura” del texto- y no ve las operaciones

del inconsciente político que producen ciertos efectos que esos contenidos “deforman”. A estos “trucos” de la

ideología Jameson los denomina estrategias de contención: efectivamente, ellas sirven como si dijéramos

para detener la mirada que podría descubrir el “inconsciente político” funcionando entre las líneas

que están escritas, sólo que las estrategias de contención nos impide realmente leerlas.
92

Se trata de pensar la relación entre la literatura y lo político de otra


manera, con otra lógica

Todo esto es lo que se termina perdiendo en las lecturas de-constructivas del postestructuralismo. Por un lado, esas

lecturas cumplen un rol útil al desconfiar de la explicitud del texto y desmontar por ejemplo las operaciones

retóricas -que también, cómo no, pueden ser ideológicas- que producen un cierto efecto de contenido aparentemente

“sustancial”, cuando en realidad no son más que eso, “formas” retóricas o estilísticas. El problema es cuando esa

de-construcción se lleva hasta el infinito, y produce una tan completa diseminación (para decirlo con Derrida5) del

texto, que pasa por alto ciertos “núcleos duros” que hacen al inconsciente político del texto. Así, muchas veces los

análisis deconstructivos pueden caer en, sin quererlo, constituirse ellos mismos en estrategias de contención de ese

inconsciente político. Para decirlo en términos sartreanos, el deconstructivismo des-totaliza el texto, y allí se queda.

Pero, como dice Sartre, con esa des-totalización habría que operar una nueva re-totalización, que a su vez puede ser

des-totalizada, y así sucesivamente.6 En cada una de esas vueltas de la espiral dialéctica (el círculo

hermenéutico del que hablan otros autores, como Gadamer) la interpretación se “afina”, revelando cada vez más en

profundidad el funcionamiento del inconsciente político.

El “inconsciente político”, pues, designa propiamente lo que ha sido reprimido -¿nos atreveremos a

decir forcluido?- en el pensamiento “post”, o sea el sustrato social y colectivo profundamente conflictivo de toda

cultura (para no ir más lejos, y ya que hablamos de “represión”, el sustrato de la cultura como “crimen cometido en

común”, según Freud7). En otras palabras -las de Marx, claro-: el proceso histórico material que constituye el

escenario de la lucha de clases. El trabajo crítico que le interesa a Jameson es el de la identificación, en los “textos”

de la cultura, de las marcas del inconsciente político. Ese trabajo es completamente inútil, se vuelve

inevitablemente trivial, si no es capaz de sortear dos formas simétricas de reduccionismo: por un lado, el de la

especificidad y la autonomía del proceso de producción cultural, que hace que el “texto” producido deba ser leído,

en principio, en sus propios términos, y por otro, el reduccionismo inverso que consiste en el vaciamiento

“formalista” de la densidad histórica y política de los textos, un vaciamiento del cual hay que hacer responsable, sin

duda, al textualismo “post” y su recusación de toda lectura crítica de inspiración marxista, pero tambien a ciertas

formas del propio marxismo, cuyos abusos reduccionistas en el primer sentido han terminado por desacreditarlo

como estrategia crítica.


El “inconsciente político” designa propiamente lo que ha sido reprimido -
¿nos atreveremos a decir forcluido?- en el pensamiento “post”, o sea el
sustrato social y colectivo profundamente conflictivo de toda cultura
93

Sin embargo, Jameson insiste en que el impulso originario del marxismo puede y debe ser restituido como lo que él

llama el “código maestro” de lectura alegórica y de “reescritura” de la historia cultural. Por lectura alegórica,

Jameson entiende el concepto estrictamente benjaminiano de alegoría: una lectura que opera detectando

los restos (las “ruinas”, diría Benjamin) fragmentarios y dispersos del inconsciente político, no para reconstruir

“arqueológicamente” el “edificio” original, sino para construir uno nuevo. Es un modo de interpretación crítica y

sintomática cuya finalidad no es la develación de un sentido pretendidamente originario, sino la producción de un

sentido nuevo, incluso la producción de silencios o vacíos en el texto, que el texto ni siquiera “sabía” que existían.8

Y la producción de sentido es, a su vez y en sí misma, política, en tanto siempre replantea, en su propio terreno, la

relación de los sujetos con los discursos de la polis. Y esto hace, entonces, que Jameson establezca una prioridad

de la interpretación política de los textos y discursos culturales. “Prioridad”, puesto que la perspectiva política -en

este sentido amplio, pero estricto- no es entonces un suplemento de la lectura: es el horizonte absoluto de dicha

lectura. Pero claro está que, para que esto pueda ser entendido en una vertiente no reduccionista -

incluso antirreduccionista- había que pasar por los “momentos” anteriores, incluyendo las “sintomatologías” del

inconsciente político. Por eso “Balzac” antes que “Zola”.

Notas

1. Lukács, Georg: “Narrar y describir”, en Problemas del Realismo, Mexico, FCE, 1977.

2. Fredric Jameson: Documentos de cultura, documentos de barbarie, Madrid, Visor, 1989.

3. Macherey, Pierre: Pour une Théorie de la Production Littéraire, Paris, Maspero, 1966.

4. Sartre, Jean Paul: ¿Qué es la Literatura?, Buenos Aires, Losada, 1967.

5. Derrida, Jacques: La Diseminación, Madrid, Fundamentos, 2007.

6. Cfr. Sartre, Jean Paul: Crítica de la Razón Dialéctica, Buenos Aires, Losada, 1964.

7. Freud, Sigmund: “Tótem y Tabú”, en Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1974.

8. Es notable, a este respecto, que tanto Marx como Freud, cuando hablan de ‘‘interpretación”, utilizan un término

alemán, Deltsung, cuya raíz etimológica remite a la acción de “apuntar con el dedo”: es decir, de señalar que allí

hay otro sentido que el evidente, pero sin decir cuál es, puesto que se trata, en efecto, de construirlo.

De los síntomas del “pensamiento crítico”


Eduardo Grüner
https://www.topia.com.ar/articulos/síntomas-del-“pensamiento-crítico”

Este artículo que envió su autor fue publicado originalmente en la revista digital Tecl@ Eñe dirigida por Conrado

Yasenza

Hace ya unas tres décadas que en la filosofía política europea (y no solamente) se verifica lo que los psicoanalistas

llamarían un “retorno de lo reprimido”. Me refiero a la moda (no lo digo peyorativamente: las modas suelen ser

interesantes síntomas sociales) de la denominada teología política.


94

Posiblemente –si bien un tan complejo tema merecería un estudio largo y profundo- esa “moda” no casualmente

haya reemergido –puesto que sus orígenes se sitúan en las primeras décadas del siglo XX- en los tiempos de la

cacareada “crisis del marxismo” luego de la caída del Muro de Berlín, y de la transformación del “fundamentalismo

islámico” en una fuerza político-militar global, así como del peso creciente de otro fundamentalismo, el protestante,

sobre las decisiones políticas imperiales de Washington. Como sea, la teología política que volvió a ponerse de

moda a partir de los 80s arrastraba desde sus orígenes una inevitable impronta “de derechas”, puesto que su “pope”

(o cabría decir más bien “papa”) intelectual era el gran jurista y filósofo político alemán Carl Schmitt, manifiesto

simpatizante del régimen nacional-socialista en los años 30 (lo cual no impidió que tuviera serios problemas con el

mismo régimen, al igual que le ocurrió a otro gran filósofo simpatizante, Martin Heidegger: ambos combinaron

“desigualmente” su perversión ideológica con un espíritu de radicalidad crítica sumamente molesto para la

mediocridad cultural del régimen). Lo notable es que el interés renovado por la teología política a través del

redescubrimiento de Schmitt en los 80 impactó especialmente sobre un pensamiento genéricamente de “izquierdas”:

autores contemporáneos como Alain Badiou, Slavoj Zizek, Ernesto Laclau, Giorgio Agamben, Massimo Cacciari,

Jakob Taubes, etcétera (en la Argentina el introductor de una “lectura de izquierda” de Schmitt fue José “Pancho”

Aricó, aunque hoy la autoridad en la materia sea Jorge Dotti, con una impronta más “centrista”, por así decir), algo

similar, nuevamente, a lo que había sucedido con el “para-nazi” Heidegger (piénsese en quiénes fueron los

discípulos más connotados –a veces muy críticos, sí, pero discípulos al fin- de Heidegger: Marcuse, Sartre,

Merleau-Ponty, Lacan, Foucault, Lévinas, Derrida, y otra vez Badiou y Cacciari, para no mencionar que la huella

heideggeriana es fácilmente localizable en Althusser y, a través de la “cuestión de la técnica”, en la mismísima

Escuela de Frankfurt). Hay que tratar de entender todo esto, como se dice, “dialécticamente”. Si por un lado uno

podría sospechar que para algunos (no todos) de estos autores la teología política fue una “huída hacia adelante”

que a su manera asumía como propia la “crisis del marxismo”, por el otro cabe señalar que no “huyeron” hacia las

blanduras babosas del “postmodernismo”, el “pensamiento débil” o paparruchas similares que proliferaron en la

época. Si hubo “huída” –es un tema discutible, y seguramente distinto para cada uno de ellos- lo fue, en todo caso,

hacia un paradigma “duro” y plenamente político como el teológico-político de Schmitt, que mantenía la oposición

amigo / enemigo y la soberanía “decisionista”, allí donde los aires de la época –en el mejor de los casos: hubo cosas

mucho peores- hablaban de sujetos disueltos y conflictos “rizomáticos”, para no hablar de las sandeces (aunque en

sí mismas también sintomáticas) del “fin de la Historia”. Es cierto, también, que la apelación a Schmitt suponía un

forzamiento necesario conducente a la abstracción: recortando esas categorías –como evidentemente la izquierda

tenía que hacerlo- de su contexto histórico-concreto (la adhesión de su autor al nazismo) se producía un

vaciamiento que las dejaba en una suerte de ambigua nebulosa de sentido. Finalmente, si se trata de hacerse cargo

de la moda-síntoma del retorno de la teología política, se podía (y se puede) también buscar por el lado de cierto

“marxismo occidental” que exploró en profundidad las posibles relaciones entre el materialismo histórico y la
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teología política: allí están Ernst Bloch, Walter Benjamin, la extraña y fascinante Simone Weil o el último Max

Horkheimer –y algo de eso se puede sospechar incluso en el primer Lukács, como se desprende del estupendo

artículo que en estas mismas páginas publicó Horacio González-, por sólo nombrar los más obvios. Personalmente,

me atrevería a agregar a un “grande entre los grandes”, Pier Paolo Pasolini, ese singular, incomparable, comunista

católico (desde ya, y por lo tanto, un “hereje” para ambas iglesias) que se obsesionó con Pablo de Tarso, San Pablo,

y escribió un maravilloso guión cinematográfico sobre él, que nunca llegó a filmar; obsesión precursora, por otra

parte, de las más recientes obsesiones paulinas de Badiou, Zizek, Taubes, Agamben o Esposito, como otra vía –

“comunista”, en un sentido amplio pero estricto- de entrarle a la teología política. Y entre nosotros el llorado (por

mí, al menos, y a “moco tendido”, como se dice) León Rozitchner. No estoy seguro de que a él, mi amigo y

maestro, le gustaría mucho que lo asociara a ese sintagma, teología política. Lo hago sólo para hablar rápido,

sabiendo que él lo entendería. Y para indicar, justamente, que él fue el único pensador argentino que se hizo cargo

de ese retorno sin asociarse a las “modas-síntomas” del momento, salvo para propinarle –a mi juicio justamente-

sus truenos jupiterianos al bueno, demasiado bueno, de Lévinas. A veces tuvimos diferencias a ese respecto:

ocasionalmente me pareció que cierta obsesión anti-cristiana (que iba de la mano con su obsesión anti-lacaniana:

para él Lacan era un católico con todas las letras) podía ser a su vez un síntoma de la problematicidad de su relación

con el judaísmo. Pero eso no viene ahora al caso. Por supuesto, cada vez que discutíamos el tema, la discusión la

“ganaba” él –que no se proponía ganar, sino que al otro le quedara clara su posición-.

Como sea, hacía ya mucho que León venía agarrando ese rábano por las hojas para arrancarlo de raíz (que eso es lo

que significa ser un pensador radical, como hubiera dicho Carlitos Marx): no para deshacerse de él –del rábano,

digo- sino al contrario, para darle toda su dimensión, la que en su opinión (y en la mía, gracias a él) el pensamiento

de izquierda después de Marx –con las excepciones apuntadas, que contra las apariencias incluían, para León, al

propio Marx, especialmente el “joven”- no había sabido procesar, y así perdiéndose un apasionante debate

“existencial” para el cual la izquierda en general –no digamos ya la argentina, al menos en su vertiente partidaria-

no se armó suficientemente: el debate sobre una vaga, oscura, confusa, incluso culpable, necesidad

de trascendencia. Entendámonos: no se trata de lo que habitualmente se llama la fe (mala o buena, para decirlo

sartreanamente), o la creencia en alguna vida ulterior, o mucho menos de las instituciones eclesiásticas de cualquier

monoteísmo organizado; se trata, más bien, de una necesidad de proyección de la inmediatez hacia algo que –sin

“mediaciones” dialécticas, sino en el registro de ese universal-singular del que hablaba Kierkegaard- pudiera

llamarse, aunque hoy suene algo torpe, la búsqueda de un absoluto (Aprovecho oportunísticamente la ocasión para

insertar algo que en rigor textual debería ser un pie de página, pero que quisiera mantener en el cuerpo de mi propio

texto, para lo cual recurro al truquito del paréntesis: en un asimismo excelente artículo también publicado aquí, mi

buena amiga María Pia López me imputa –es una manera de decir- una suerte de obcecación con la totalidad. Me

temo que se equivoca gravemente. Y ella debería saberlo, puesto que me consta, y se lo agradezco de corazón, que
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me ha leído bien; conoce, por lo tanto, mi pasión por, digamos, un Adorno –para quien “el Todo es lo no-

verdadero”- o por un Sartre –quien no usaba esa palabreja, sino la de totalización -, para no mencionar a un Freud –

para quien toda ilusión sin porvenir de una “totalidad” era una forma de renegar la castración, o algo así-. Es cierto

que a veces he apelado a ese significante como actitud defensiva ante los embates “posmo-rizomáticos” que –y

conste que no lo complico en esto a Deleuze- habitualmente apuntan a recusar al marxismo, precisa y

paradójicamente como un todo; pero confundir ese coyuntural “esencialismo estratégico” –para decirlo con la

Gayatri Spivak- con toda una filosofía, es un poquitín apresurado. Quizá la palabra absoluto, asimismo usada contra

el cursorio “relativismo” á la page -del cual diré para indignada sorpresa de alguien que en cierto modo participa en

ciertas zonas del kirchnerismo político-cultural, pero no tengo tiempo de demostrarlo acá-, la palabra absoluto,

digo, quizá pueda aligerar malentendidos al convocar otras imágenes, menos cerradas: un horizonte apocalíptico

más o menos “benjaminiano”, por ejemplo, de interrupción instantánea de la “prehistoria” de la humanidad de la

que hablaba Marx, pero en tanto horizonte apuntando hacia el cual se pueden juzgar las inmediateces políticas,

cada una de ellas defendibles o no por sí mismas, pero evaluables trascendentalmente y en su conjunto según el

espectro inscripción / desinscripción en ese horizonte, no sé si me explico, cierro paréntesis).

Bien, como de costumbre me fui por las ramas, vuelvo a la raíz, es decir a León. Su manera de abordar el síntoma

teológico-político, es lo menos que se puede decir, no se pareció a nada que yo conozca. Lo cual no quiere decir

que haya salido de la nada –menos todavía de algún “todo”-, sino que su árbol se reprodujo desde otras raíces, de

las que tiró a su manera incomparable, abrumadora. El horizonte del absoluto -si es que era eso: yo creo que sí- lo

buscó saliéndose de la “falsa totalidad” encerrada en el corralito de la oposición inmanencia / trascendencia. O,

para simplificar por falta de espacio-tiempo: para él (y para insistir con el universal-singular) no había posible

“trascendencia” que no tuviera los pies bien hundidos en el barro de la inmanencia del “cuerpo sensible”, con su ya

canónico eje “Mater - materia - materialismo histórico (porque, vamos a establecerlo de una vez por todas: León,

entre otras cosas, fue marxista, pace los medios de la así dicha “Corpo” que en estos días se solazaron en calificarlo

de “kirchnerista”, con qué beneficio simbólico para ellos se me escapa; sólo que fue un marxista difícilmente

asimilable, o siquiera comprensible, para los izquierdistas que nunca se preguntaron qué había querido decir Marx

realmente con eso del “opio de los pueblos”, o con eso de la “alienación respecto de la tierra”. León sí: por eso fue

el más marxista de nuestros “marxistas”). Fue, como se ha señalado, en una rara intersección entre el “joven” Marx

–pero también en grandes momentos del Marx “maduro” de los Grundrisse -, Merleau-Ponty, por supuesto Freud,

más lateralmente Spinoza –pero también, se ha señalado menos, el Hegel de la Fenomenología del Espíritu ,

especialmente la Sección IV sobre la dialéctica Amo / Esclavo, que junto a Marx le aportaba la reflexión

“trascendental-inmanente” sobre el poder y la dominación- que fue a buscar aquella corporalidad sensible cuya

ausencia recusaba con a veces desbordada virulencia en Heidegger, en Althusser, en Lacan (no así, ya que citamos

“estructuralismos” variados, en Lévi-Strauss, a quien apreciaba –lo hemos discutido muchísimo- por su escritura,
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por su costado discretamente anticolonialista, y sobre todo, aunque parezca extraño, por su voluntad tardía de una

“disolución en la naturaleza” que probablemente asociaba con su propia preocupación por la materia). Y también –

un hallazgo discutible, pero enormemente original- en la peligrosa e inquietante “falsa corporalidad” de Nietzsche

(un síntoma en el que León nunca se enganchó fue el “neo-nietzscheísmo”, llamémosle “post-foucaultiano”: una

vez me dijo, muy seriamente, con tono de hablar de algo un poco siniestro, que Nietzsche era alguien para

examinar, pero agarrándolo con pinzas, manteniéndolo a la distancia y arrojándolo lo más lejos posible a la primera

señal de alarma).

Fue también esa pasión absoluta que partía de la inmediatez concreta lo que hizo que un hombre doctorado en la

Sorbona en la inmediata posguerra, que pudo compartir mesas de café con Sartre, Merleau-Ponty, Goldmann o

Leiris, fuera tal vez uno de los marxistas más nacionales que tuvimos, munido de una densidad filosófica,

“ontológico-histórica” que no era dable esperar –ni había por qué hacerlo- en el Colorado Ramos, en Hernández

Arregui o en Puiggrós, todos parcialmente apreciables por distintas razones. No vale citar antecedentes como el del

“primer” Astrada: en él su marxismo vino en cierto modo a montarse sobre su “nacionalismo” heideggeriano, sin

que esas capas superpuestas se modificaran sustancialmente. Para León –que, como queda dicho, era

furibundamente anti–heideggeriano- el marxismo, la lucha de clases, la corporalidad sensible, la “tierra expropiada”

de la nación, todo eso era el mismo edificio en construcción al cual se entraba por diferentes y provisorias aberturas,

el mismo work-in-progress infinito, la misma ecuación dilemática imposible que él no esperaba resolver, pero a la

que abrazó con la pasión arrojada e irrenunciable con la que sabía –se atrevía a- hacerlo. Porque nadó en ese

pantano sin querer soltar su mochila filosófica personal (esa constelación Marx / Freud / Merleau, etc.), es obvio

que no podía “ser” peronista –obvio para él, quiero decir, como lo sería para mí: habrá quienes sí puedan

arreglárselas con eso-. Pero no conozco otro intelectual no-peronista tan “anti-gorila”, ni que haya pensado el

peronismo con la complejidad sensible de Entre la Sangre y el Tiempo (apenas salió ese libro en su spivacoviana

edición originaria lo encontré a David Viñas en La Paz, literalmente sumergido en el primer tomo; levantó la vista,

y entre los bigotes dijo: “Una obra considerable”, lo cual como sabemos era el máximo ditirambo viñesco). ¿Se dirá

que haberle dedicado al tema su texto más voluminoso –el siguiente en volumen, hay que señalarlo y asociarlo a

todo lo anterior, es el libro sobre San Agustín- no deja de ser también un “síntoma”? Es posible. Pero ¿qué

peronismo “realmente existente” puede realmente soportar esa lectura hecha desde Marx-Freud-Clausewitz que no

se priva de retorcer para todos los costados la dimensión “manos sucias” del propio Perón, y al mismo tiempo tratar

de comprender -o sea, inteligir, interpretar y abarcar con todo el cuerpo- el centro mismo, desde 1945, de esa

ontología político-existencial argentina? Por supuesto, la pulsión por mirar de otra manera, de una manera otra, ese

fenómeno nacional le venía de Contorno (no digo que la heredó de allí, porque justamente él contribuyó a

fundarla), y es paralela, lo acabo de insinuar, a la pulsión –mucho menos “contornista”, salvo tal vez por el ejemplo

muy distinto de Ramón Alcalde- de también mirar de una manera otra la cuestión de lo teológico-político.
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Alguna vez habría que pensar en qué infinitud -en que “trascendencia inmanente”- se juntan esas paralelas

rozitchnerianas. No sé si yo voy a ser capaz de hacerlo. En todo caso puedo arriesgar, aquí, un compromiso público

de intentarlo. O, por lo menos, de explicar por qué no pude. Mientras tanto, no puedo evitar evocar lo que ya nunca

escucharé: las carcajadas estentóreas con las que hubiera atronado, con auténtica alegría, el café de Belgrano en el

que solíamos juntarnos los sábados a la mañana para discurrir sobre estas cosas, las carcajadas “trascendentes” con

las que hubiera ironizado, digo, en la última campaña electoral, la degradación farsesca del “síntoma” teológico-

político en la apelación a milagros para algún candidato, o la invocación divina para la fotografía de algún otro. O

las ironías que seguramente no me habría ahorrado sobre mis actuales “compañerismos de ruta críticos”. De eso me

salvé. Para todo lo demás, su ausencia es una condena.

Los intelectuales, la cultura y el poder


Horacio González, Eduardo Grüner, Maristella Svampa
https://www.topia.com.ar/articulos/intelectuales-cultura-y-poder

La función de los intelectuales tiene una historia de ideas y conceptos marcados por los acontecimientos sociales y

políticos de cada época. Pierre Bordieu sostiene que para cambiar el mundo, es necesario cambiar las maneras de

hacer el mundo, es decir la visión del mundo y las operaciones prácticas por las cuales los sujetos son producidos

y reproducidos. Este poder simbólico es un poder de hacer con palabras que generan pasiones. Evidentemente esto

no implica un pensamiento común y homogéneo. Por lo contrario la multiplicidad de ideas hacen a un debate

siempre necesario en situaciones de crisis sociales. Debate que pone en juego prácticas sociales y políticas que

atraviesan todos los campos de la sociedad. De allí que convocamos a tres reconocidos intelectuales de nuestro

país que se referencian en distintos espacios políticos: Horacio González (Carta Abierta), Maristella Svampa

(Plataforma) y Eduardo Grüner (Asamblea de intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda).

1º) -La noción de intelectual tiene una larga historia que va desde el affaire Dreyfus y continua con las ideas

de Antonio Gramsci sobre la “hegemonía cultural”, el compromiso sartriano, los trabajos sobre los

intelectuales y el poder de Bourdieu hasta los debates sobre la función de los intelectuales entre Antonio

Tabucci y Umberto Eco para citar algunos ejemplos. En este sentido, ¿Cuál es la función del intelectual en la

actualidad?

2º) -¿Cuáles son los efectos de la crisis del capitalismo mundializado en la cultura y en los intelectuales?

3º) -¿Cuál es el grado de autonomía de la cultura en relación a las distintas fracciones del poder? En este

sentido, ¿Cómo se entiende la idea de “batalla cultural”?


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4º) -Es evidente que se ha producido en nuestro país un hecho nuevo: el agrupamiento de los intelectuales

para tomar posiciones sobre diferentes circunstancias políticas, económicas y sociales (Carta abierta, La

Asamblea de intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda, Plataforma, el grupo Aurora) ¿Cómo

entiende este hecho? ¿Cuál es su importancia? ¿Qué influencia tienen los intelectuales en el devenir de la

sociedad?

Horacio González

Sociólogo, ensayista, Profesor de varias Universidades Nacionales y Director de la Biblioteca Nacional. Algunos de

sus libros son: La ética picaresca (1992), El filósofo cesante (1995), Arlt: política y locura (1996), La crisálida.

Metamorfosis y dialéctica (2001), Paul Groussac: La lengua emigrada (2007), Kirchnerismo, una controversia

cultural (2011) y Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas (2012(link is external))

1º) La noción de intelectual es al mismo tiempo odiosa y atractiva. Preferiría que fuera una noción sin sujeto, es

decir, que “nadie” fuera intelectual. Y que tan solo hubiera problemas de tipo intelectual. Pero en ese caso ¿cuáles

serían esos problemas y quienes los definiría? Los intelectuales, por cierto. Pero de esta manera, los intelectuales

serían todas las personas que ante cualquier núcleo de problemas, se dispusieran a reflexionar colectiva o

individualmente sobre ellos. A esta momentánea idea de intelectual, un intelectual situacionista, digamos, le

agregaría que sería necesario advertir o seleccionar el lenguaje con el que se habla de tales núcleos problemáticos.

A mi juicio, una dilucidación intelectual puede tener varios rangos de lenguaje, que recorran desde el plano más

expresivo y vitalista hasta el más conceptual. No puede faltar, sin embargo, la cualidad argumental y el sentimiento

de que se está pensando un tema “por primera vez”. Esas son a mi juicio las características, sino de una vida

intelectual -tal cosa, creo, no existe- sino de una actitud intelectual frente a los enigmas de la vida y la ética de las

relaciones. En todo lo demás, estoy de acuerdo en intervenir en los asuntos públicos con un sentido de justicia, e

incluso de escribir sobre la misma condición intelectual, como lo hizo Gramsci. El “caso Dreyfus” es uno de los

tantos episodios que escinden la opinión pública nacional. Este tipo de escisiones establecen la fisura intelectual por

excelencia. Todos deben pronunciarse, todas las relaciones sociales entran en tensión y un único dilema ético

bifurca de un tajo el cuerpo nacional. Terreno ideal para la manifestación del intelectual aislado, que apela a su

conciencia genérica sobre lo tolerable o intolerable en una sociedad y explicita lo que sería una muestra selecta de

su espíritu vulnerado. No hay intelectual sin una exhibición pudorosa de un espíritu vulnerado. El caso de Grasmci

es diferente al de Emile Zola, pues si éste, con su intervención a favor de Dreyfuss fue un hombre singular al

servicio de la conciencia colectiva, Gramsci siempre tuvo el proyecto del “hombre colectivo” aunque su drama de

encarcelado es estrictamente individual. Sus escritos son los de un encarcelado, la escritura surge de sus

condiciones de encierro. Son dos formas biográficas de las herencias intelectuales del siglo XX.
100

2º) Siempre la vida intelectual fue afectada por el mercado -que consiste también en formas de escritura y de

investigación- y siempre hubo un sueño de desconexión de místicos y anacoretas. Respeto tanto a un Marx como a

un Henry Thoreau. La idea de situarse en el centro del mundo para analizar, prever y trabajar sobre las crisis de la

dominación imperante, o de situarse en un deliberado anacronismo estético para hacer de la conciencia íntima la

sede de ese mismo trabajo contra el impulso de dominio, me parecen igualmente respetables. Los intelectuales son

el efecto de esas crisis, pero si le diéramos mucha importancia a la noción de intelectual, también pueden ser su

causa.

3º) El descubrimiento general del terreno de la subjetividad fue reforzado por la novela romántica del siglo XIX y

no sería difícil seguir el rastro de la noción de consumo cultural como el hilo histórico de formación de las clases

medias y los ideales de vida burgueses. La consideración de que para cada opinión o cada creencia hay una “visión

del mundo”, pertenece a la filosofía idealista alemana y al trabajo crítico de Grasmci, que lo puso en términos de un

realismo crítico llamándolo “sentido común”. Esa es la encrucijada de su pensamiento: ¿la vida intelectual es parte

de ese sentido común o tiene una instancia diferencial? Si fuera este último caso, como parece apuntar la filosofía

de Gramsci, el intelectual es un segmento relativamente apartado de los conocimientos simples, lo que hace

dificultoso decir que “todos son intelectuales”, aunque esa tesis genérica es lo que intenta desarrollar, a la manera

de lo que mucho tiempo después aparecerá como el problema del “intelecto general” -viejo tema de Marx, por otra

parte-, en el que toda la sociedad es poseedora de prácticas de conocimiento. En Gramsci el “intelectual aislado” de

cuyo populista-dostoyeskiano todavía tiene sentido, mientras que no parece ser así en las reelaboraciones de Toni

Negri a partir de algunas líneas dispersas del pensamiento del marxismo originario.

4º) No hay una corporación de intelectuales en ningún lado. Si hay diferendos sociales necesariamente deben

construir distintos horizontes de expresión intelectual. No obstante, entiendo la vida intelectual como la creación de

un estilo. Por lo que puede haber opiniones conservadores de gran estilo así como opiniones de izquierda de estilos

bajos, divulgativos y empíricos. Lo ideal sería mantener estilos altos -es decir, de la gran herencia intelectual que

pasa por Sartre y su contradictor Bourdieu (ya que en la cuestión anterior fue mencionado), para manifestar

nociones de “izquierda”, antes que sostener fórmulas de izquierda con estilos aparentemente difusionistas, lo que

por sí puede albergar una idea de lo popular tan alejada de las herencias de aquel signo como de lo popular

entendido también como tesoro de saberes y no como desesperante vulgata a la que hay que adecuarse. En términos

generales soy partidario de la antigua idea de Lukacs, aceptada y rechazada alternativamente por éste, en relación a

que la vida intelectual parece ser el raro sostenimiento de una ética de izquierda con la capacidad de encarar

cualquier linaje plural del pensamiento humano.


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Maristella Svampa

Licenciada en Filosofía, Doctora en Sociología, Investigadora independiente del Conicet y Profesora titular de la

Universidad de la Plata. Algunos de sus libros son: La sociedad excluyente. La Argentina bajo el signo del

neoliberalismo (2005), El dilema argentino: Civilización o Barbarie, (1994, reeditado en 2006), Cambio de época,

Movimientos sociales y poder político (2008), Certezas, Incertezas y Desmesuras de un pensamiento político.

Conversaciones con Floreal Ferrara (2010) y 15 mitos y realidades de la minería transnacional en

Argentina (2011)

1º) El concepto de intelectual, su función y el rol del pensamiento crítico articulan una serie de debates de gran

contenido histórico y político, tanto en Europa como en América Latina. Podría decirse que hay un cierto consenso

en la extensa bibliografía sobre intelectuales: por un lado, para hablar de intelectuales debe haber una vocación por

la intervención pública. Esto implica romper con los límites endogámicos que impone el saber experto; vincularse

con otros actores sociales y mundos de vida, en función de la defensa de ciertos valores éticos, políticos e

ideológicos. Por otro lado, esta intervención pública implica una determinada relación -de compromiso o de

distancia- con lo político y el poder. Así, la presencia de estas dos dimensiones es lo que permite distinguir un

académico, un artista o un profesor universitario de un intelectual como actor público. Finalmente, para algunos el

carácter gregario o el recurso a la acción colectiva es una dimensión originaria a la hora de hablar del intelectual,

aunque desde mi perspectiva, ésta no sea una condición ineludible. Aún hoy podemos encontrar modalidades

vinculadas a la figura del intelectual político como “francotirador” (el caso de E. Said, por ejemplo).

Así, y más allá de los aportes esclarecedores realizados por Gramsci o por Foucault; el primero para generalizar un

concepto, estableciendo nuevas tipologías vinculadas a la función del intelectual; el segundo para tomar distancia

de la definiciones más genéricas y enfatizar la idea de “intelectual específico”; los elementos enunciados más

arriba continúan siendo dimensiones fundamentales del “devenir intelectual” en la sociedad contemporánea.

A estas consideraciones generales, agregaría que, tradicionalmente, en América Latina las fronteras entre

intelectuales y política han sido porosas, ya que tempranamente los intelectuales se convirtieron en actores de la

vida pública, en función de la defensa de ciertos valores éticos y políticos. La difícil tarea de consolidación de un

campo intelectual autónomo, que comienza a operarse a mediados del siglo XX aparece ligada a este vaivén de los

intelectuales latinoamericanos entre ambas esferas, y al involucramiento constante de los intelectuales en la vida

política y social de su país.


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¿Cuál es la particularidad que debe tener el desarrollo de un “pensamiento crítico”?

Existe una importante tradición de pensamiento crítico en América Latina. Este extrae no sólo sus tópicos, sino su

talante teórico y su potencia de los conflictos sociales y políticos de su tiempo, del análisis de la dinámica propia de

acumulación del capitalismo en la periferia y sus diferentes fases; de las formas que asumen las desigualdades

sociales, raciales, territoriales y de género en nuestras sociedades; de los procesos de movilización de los sectores

subalternos, sus demandas de cambio social y sus gramáticas políticas. Ideas como las de Desarrollo y Modernidad,

Dependencia y Revolución, Democracia y Derechos Humanos, Posneoliberalismo y Post-desarrollo, entre otros

tópicos, son conceptos y categorías del pensamiento crítico latinoamericano, que atraviesan y estructuran diferentes

períodos de nuestra historia.

En la actualidad, dichos saberes y disciplinas críticas no se nutren solamente de una tradición cosmopolita -que

fagocita e invoca las más variadas escuelas y corrientes críticas de la modernidad occidental-, sino también de otras

tradiciones, anteriormente invisibilizadas o denegadas en términos epistemológicos, sobre todo en lo que se refiere

a los saberes vernáculos y las cosmovisiones de pueblos originarios. En esta línea, en América Latina existe una

incipiente “ecología de saberes”, como diría Boaventura de Sousa Santos, que en mi opinión incluye también la

recuperación de ciertos temas y debates que han recorrido la historia de las ciencias sociales y humanas en América

Latina, las cuales -como es sabido- se han caracterizado por un déficit de acumulación, que ha conspirado contra la

posibilidad de un real reconocimiento dentro y fuera del continente.

Por otro lado, una de las exigencias que atraviesa el pensamiento crítico es la de pensar las luchas y conflictos de su

tiempo, no solamente desde la elaboración de “conceptos críticos” (del neoliberalismo; del desarrollismo, entre

otros) sino también a través de “categorías-horizontes”, esto es, desde un pensamiento propositivo, innovador,

instituyente, que apunte a generar alternativas emancipatorias.

Por último, aunque uno estaría tentado de afirmar el carácter irreductible de la crítica intelectual frente al poder,

más allá de los valores o sujetos sociales que se invoquen como fundamento (el Partido, el Sujeto social o el Estado

revolucionario), no siempre es así. Fueron los debates en torno a las revoluciones realmente existentes los que

pusieron en jaque la autonomía del pensamiento crítico: por ejemplo, la revolución cubana todavía continúa siendo

una suerte de punto ciego una parte importante de la izquierda latinoamericana. En esta misma línea, en la

actualidad no son pocos los intelectuales que aparecen vinculados a los procesos políticos liderados por los

gobiernos progresistas del continente y que alimentan nuevas obturaciones y puntos ciegos de la crítica, frente al

peligro “del retorno de la derecha”.


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Desde mi perspectiva, estos debates y reposicionamientos han traído consigo una nueva fractura en el campo del

pensamiento crítico latinoamericano. Así, a diferencia de los `90, cuando el continente aparecía reformateado de

manera unidireccional por el modelo neoliberal, el nuevo siglo viene signado menos por los discursos únicos que

por un conjunto de tensiones y contradicciones de difícil procesamiento. El pasaje del Consenso de Washington al

Consenso de los Commodities instala nuevas problemáticas y paradojas que tienden a reconfigurar el horizonte del

pensamiento crítico, enfrentándonos a desgarramientos teóricos y políticos, que van cristalizándose en un haz de

posiciones ideológicas, al parecer cada vez más antagónicas.

2º) Sin duda, lo que ha sucedido en las últimas décadas (crisis del marxismo, derrumbe de los socialismos reales,

ingreso a la globalización neoliberal), ha trastocado los contornos políticos y epistemológicos de la tarea del

intelectual. Por un lado, la demanda de profesionalidad y la especialización del saber repercutieron sobre las figuras

realmente existentes del intelectual y terminaron por otorgarle centralidad a la figura del intelectual experto. Atrás

parece haber quedado la figura del intelectual legislador (independientemente del signo ideológico) y su

pretensión de universalidad (en muchos casos, ligada al Partido Revolucionario). Como bien señala Z. Bauman, éste

ha sido paulatinamente reemplazado por figuras más modestas, por ejemplo, la del intelectual intérprete, que se

define más como un traductor y comunicador de saberes, sin pretensión legislativa alguna. A esto agregaría que las

últimas décadas han visto surgir también a la figura posmoderna del intelectual ironista, aquel que a partir de la

crisis de los lenguajes emancipatorios y de los paradigmas totalizantes, plantea la distancia irónica y provocativa

respecto de la realidad, situándose como tal entre el escepticismo político y el rechazo a cualquier posibilidad de

acción colectiva para la transformación de dicha realidad.

Así, creo yo, hoy existen una pluralidad (o fragmentación) de figuras posibles del intelectual, definidas de manera

más acotadas, tanto desde una perspectiva epistemológica como política.

3º) Antes dije que el pensamiento crítico se nutre de la nueva gramática de las luchas sociales, de esos otros

lenguajes de valoración que se construyen a distancia del poder -acerca de la sociedad, la democracia, las luchas

sociales, la expansión de los derechos-. No hay que olvidar que, desde fines de 2001, en Argentina, la academia

vuelve a ser interpelada políticamente, esta vez por los movimientos sociales populares y contestatarios. Producto

de esta interpelación es el surgimiento de nuevas figuras del intelectual, entre ellas, la del intelectual

anfibio. Dicha figura está vinculada a la repolitización de academia, a la emergencia de una nueva generación de

intelectuales ligada a la militancia social, y por ende a las tensiones que se generan entre “pensamiento militante” y

“discurso del experto”. Entiendo por “intelectual anfibio” aquel que se define por su pertenencia a varios mundos,

que es capaz de habitar y recorrer esos varios mundos y disciplinas, de desarrollar, por ende, una mayor

comprensión y reflexividad tanto sobre las diferentes realidades sociales como sobre sí mismo. Asimismo, esta
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conceptualización sostiene, a la manera de Bourdieu, que “un pensamiento verdaderamente crítico debe comenzar

con una crítica de los fundamentos económicos y sociales del propio pensamiento crítico”. La auto-interpelación,

esto es, la indagación sobre las propias condiciones de producción del pensamiento, es otro de los elementos que

atraviesa las nuevas figuras del intelectual crítico, vinculadas a organizaciones y movimientos sociales.

En este marco, el sentido que adoptaba la “batalla cultural” estaba vinculado a la necesidad dar cuenta de luchas

invisibilizadas por el poder político, económico y mediático; de contribuir a la desestigmatización de esas voces

bajas, de tratar de establecer puentes y vínculos entre realidades diferentes, interpelando el sentido común

hegemónico, para colocar otros temas y conceptos en el debate público. En términos políticos, nos confrontaba

también a otros dilemas e interrogantes, que constantemente retornan, como por ejemplo, el de pensar la relación

con la cultura política peronista, su legado y las vías de su actualización.

A partir de 2008, asistimos a la actualización de una lógica cultural de carácter binario, lo cual contribuyó a

rediseñar y reducir los escenarios o los diferentes frentes de conflicto, a una oposición central. Este contexto de

polarización cambió el sentido mismo de la llamada “batalla cultural”. Como en otras épocas de la historia

argentina, los esquemas dicotómicos, que comenzaron siendo principios reductores de la complejidad en un

momento de conflicto, terminaron por funcionar como una estructura general de inteligibilidad de la realidad

política. Al mismo tiempo, este marco de fuerte polarización torna mucho más compleja la tarea del intelectual

crítico, de cara a los poderes enfrentados, produciendo simplificaciones, nuevos silenciamientos e

invisibilizaciones.

Creo que la conciencia de esa notoria dificultad (la de hacer audible una voz fundada en la doble disidencia, en la

crítica a las diferentes formas de poder -político, económico, mediático-), es la que ha generado la necesidad de

pensar en la creación de nuevos nucleamientos de intelectuales.

4º) Los intelectuales argentinos somos bastante gregarios y la capacidad de nuclearnos en colectivos no es algo

novedoso. Desde el período democrático inaugurado en 1983, ha habido distintos nucleamientos y numerosos

proyectos culturales colectivos, tal como lo analiza el reciente libro de Héctor Pavón sobre los intelectuales

argentinos. El caso más emblemático es el del Club Socialista, que arranca en 1984 y cierra sus puertas en 2008.

Este fue uno de los lugares por excelencia en el cual los intelectuales argentinos de la generación del exilio

procesaron colectivamente la ruptura con los ideales revolucionarios, e incorporaron una visión pluralista (y cada

vez más formalista) de la democracia. Fue también un lugar con proyección política.

En un contexto de polarización más reciente, nacieron otros colectivos de intelectuales. En su momento, Carta

Abierta tuvo una gran capacidad de interpelación, al redefinir el conflicto que se estaba viviendo en 2008 como
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“destituyente”; o hablar de un “golpismo sin sujeto”, aún si luego tendió a seguir la agenda del gobierno, con

críticas más bien tímidas. Asimismo, con el paso de los años, Carta Abierta ilustra también la consolidación de una

nueva figura del intelectual político; ya no la del “consejero del príncipe” -que fue la figura que se difundió bajo el

alfonsinismo, con el Grupo Esmeralda-, sino la del “intelectual funcionario”, asociado a la política como gestión.

Y en el marco de dicha polarización, tratando de escapar a ella, nació también Plataforma, en enero de 2012, como

un espacio colectivo que nuclea a intelectuales y trabajadores de la cultura provenientes de diversos ámbitos,

preocupados por los derechos humanos, de ayer y de hoy, así como de las diferentes formas de desigualdad que

atraviesan la sociedad argentina actual. Surgió de la necesidad de crear una voz independiente de los diferentes

poderes (políticos, económicos, mediáticos), tratando de no caer en el peligroso juego de los reduccionismos y las

polarizaciones descalificadoras que tienden a encapsular el debate en una disputa entre posiciones pro-k y anti-k. En

este sentido, antes que plantear un “debate entre intelectuales” como cierta lógica mediática pretendió instalar,

Plataforma 2012 propone debatir abierta y públicamente los grandes temas nacionales -algunos de los cuales no

figuran en la agenda política-.La repercusión positiva que tuvo la creación de Plataforma 2012, reforzó en nosotros

la idea de avanzar en este tipo de apuesta colectiva. Así, no sé cuanta puede ser su influencia real en la sociedad,

probablemente casi nula, pero son numerosas las personas que desde distintos puntos del país, desde diferentes

ámbitos de la cultura, del pensamiento, de la militancia social y ambiental, de pueblos originarios, nos hicieron

llegar su saludo entusiasta y apoyo activo, subrayando a través de ello la existencia de un pensamiento popular y

crítico, por fuera y más allá de la hegemonía cultural del oficialismo.

Eduardo Grüner

Sociólogo, ensayista, Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras y de Ciencias Sociales de la cual fue Vicedecano.

Algunos de sus libros son: El ensayo, un género culpable (1995), Las formas de la espada (1997), El sitio de la

mirada (2000), El fin de las pequeñas historias (2002), La cosa política (2004) y En La oscuridad y las

luces (2010)

1º) Intus-legere , “el que sabe leer”, es el origen etimológico de la palabra “intelectual”. Obviamente, esto no se

refiere al que sencillamente puede leer -en el sentido de que no es analfabeto- sino al que sabe hacerlo: el que

lee más allá de lo que “salta a la vista”. Aclaremos: “leer” es aquí una metáfora (aunque no una cualquiera, ya que

testimonia un privilegio del lógos en la cultura occidental a partir al menos de los presocráticos); intelectual puede

ser también, por ejemplo, el que sabe escuchar más allá de lo que se oye, o sabe mirar más allá de lo que se ve.

Sin embargo, es verdad que suele identificarse al intelectual con una praxis de intervención en la esfera del

lenguaje, de las palabras. Posiblemente esto tenga que ver, en efecto, con la generalización del concepto a partir

del J’Accuse de Émile Zola interviniendo en el affaire Dreyfus, como indica la pregunta. Y esto es interesante,
106

porque entonces la inflexión “moderna” del término implica no solamente una relación con la palabra, sino con la

palabra política y para más incluso “panfletaria” (la recusatoria de Zola es efectivamente un panfleto, como lo

es, digamos, el Manifiesto Comunista de Marx y Engels: un buen intelectual también es el que le devuelve su

dignidad a ese género degradado). No hay nada recusable en que un intelectual escriba panfletos. Pero, por

supuesto, esa no puede ser su única ni principal “función”. Nunca me ha conformado esta palabra, como tampoco

me gusta hablar del “rol” del intelectual. Para mí, un intelectual es estrictamente dis-funcional e in-enrolable. Esto

no significa, desde ya, que no pueda afiliarse o apoyar a un partido, movimiento o agrupación política, incluso a un

gobierno (aunque yo, personalmente, tengo una fobia neurótica grave hacia todo lo que huela a poder): pero no lo

hace principalmente en tanto intelectual, sino como sujeto o simple ciudadano -más allá de mi enorme respeto por

Gramsci, la noción de “intelectual orgánico” me resulta muy discutible-. En tanto intelectual, su lugar (o mejor,

su no-lugar) es insanablemente solitario: es el famoso tábano socrático que hace preguntas para las que casi nunca

tiene respuestas, o que dice siempre lo que los otros no quisieran oír. Se ve entonces la tensión “esquizofrénica” en

la que tiene que vivir: como ciudadano, militante o simpatizante de un colectivo político, tiene que tener

respuestas; en tanto intelectual, no tiene más que interrogantes. El “modelo” literario por excelencia es aquí, claro,

Hamlet, a condición de que se advierta que Hamlet no es el sujeto de la duda o la indecisión -como se suele

pensar- sino el que pregunta por las razones del Ser y de la Nada (ya que la pregunta cita a Sartre). Y tampoco es,

aquella soledad, incompatible con el trabajo colectivo: en general, todo intelectual que se precie hace, por ejemplo,

revistas. Es decir: se da una política también para el campo intelectual. Pero en última instancia, cuando escribe,

está solo con su alma dividida. Y allí sí que no puede ser indeciso: cada palabra es una decisión de la que ya no se

puede volver atrás. Es lógico, pues, que a los partidos y movimientos políticos les cueste tolerar ese

“individualismo colectivo” (valga el oximoron) del intelectual. Es así, qué le vamos a hacer.

2º) La actitud intelectual ante la cultura es que esta está siempre en crisis: es un permanente malestar,

parafraseando a Freud. Este es el costado del “pesimismo de la inteligencia”: ontológicamente, por así decir, no hay

que tener excesivas esperanzas en una humanidad más feliz. Histórica y políticamente, sin embargo, uno hace una

“apuesta pascaliana” a ese futuro -es el costado “optimismo de la voluntad”-. ¿Por qué? No es sólo (aunque sea

mucho) para que la gente viva mejor: para desear eso no hace falta ser un intelectual. Es porque algo como el

“comunismo” (sin que podamos hoy definir qué va a ser eso, simplemente pensando en esa recuperación de lo

común de la que habla Badiou) permitiría revelar cuáles son los verdaderos conflictos de la humanidad,

su verdadero “malestar”, cuando se despejen las urgencias del hambre, la explotación, la alienación económica.

Allí va a emerger un desocultamiento de alguna Verdad -si se me disculpa la jerga heideggeriana- que sería

interesante ver. Ese es mi único “principio esperanza”, para decirlo con Ernst Bloch. Entonces, la crisis del

capitalismo ofrece la oportunidad de redoblar esa apuesta. De pensar una y otra vez, lo más radicalmente que nos

salga, el porvenir de aquélla “ilusión”, anticipando la posibilidad de que la cultura, tal como la conocemos,
107

desaparezca. Anticipando, incluso, la posibilidad de que el futuro sea la barbarie. Es, quizá, un

pensamiento trágico, o de una dialéctica negativa, a lo Adorno. Pero no debería ser melancólico: al contrario, es

un investimiento “libidinal”, si se quiere, que apunta al mayor realismo posible: si la libertad es conciencia de la

necesidad, como proponía Hegel, una crisis como la actual debería ofrecernos la libertad de

decir: necesariamente esto no va más.

3º) La “cultura” es el poder. Es -como se vuelve a decir ahora, en general con demasiada simpleza- la hegemonía.

O, althusserianamente, el cemento, la argamasa que busca mantener unidas las fracciones de las clases dominantes,

e idealmente “pegar” con esa mezcla a las dominadas. El intelectual, como el artista, debiera estar en última

instancia contra la cultura. Pero para eso -porque la cultura no tiene “lado de afuera”- tiene que estar dentro de

ella, en sus intersticios, fabricándole pliegues, discontinuidades, tajos incurables. Desde ese singular sin-lugar su

programa de máxima es ser totalmente ajeno al poder. En la práctica cotidiana, por supuesto, tiene que estar todo el

tiempo negociando con el poder, incluyendo esos (no tan) “micro-poderes” que son las “materialidades

conducentes” de la cultura: los medios, las editoriales, la universidad, y así. Allí, como Penélope, tiene un doble

trabajo: procura destejer simultáneamente lo que él mismo teje, conservando el “horizonte” de su programa máximo

a la vista. La relación con el poder propiamente estatal lo complica todavía más: desde Platón, pasando por

Maquiavelo o Rousseau, hasta, digamos, Heidegger, Malraux o Semprún, y ni hablemos de la Argentina de ayer y

hoy, la tentación de hacerse escuchar por el poder de turno, de influir sobre él, ha sido una insistencia irresistible.

Siempre termina en fracaso, desde ya, porque el poder tiene razones que la razón intelectual no entiende: ella está

empeñada, como decíamos, en interrogar allí donde el poder necesita respuestas. No obstante, el intelectual -

sujeto, como cualquier sujeto, a una suerte de automatismo repetitivo- persiste más allá del eterno retorno de su

desencanto (porque si se “encanta” en serio, abandona su no-lugar intelectual, y estamos en otra cosa). Si el poder

no lo convoca, se queja; si lo convoca, se debate en la duda de cómo mantener su “distancia crítica”. Nunca la tiene

fácil, y me saco el sombrero ante los que a pesar de saber eso no dejan de intentarlo. Personalmente, soy demasiado

débil como para estrellarme una y otra vez contra la misma pared. Prefiero la posición cómoda de quedarme en esa

distancia, en lo posible mezclado con los que sufren el poder. Trato, eso sí, de no engañarme: también con ellos

hay una inevitable distancia, es una fatalidad sociológica. Pero al menos, mimetizándose ficcionalmente con esa

perspectiva, uno puede apreciar mejor que las “batallas culturales” que realmente importan no son las que se

libran entre las fracciones del poder, sino contra todas ellas -de distinta manera en distintos momentos, lo admito-

y contra los propios límites de lo que se llama “cultura”. Lo demás, me parece, son tironeos mediante los cuales

buscamos alguna forma de transacción entre aquel “horizonte de máxima” y nuestras demandas cotidianas. Hay

que hacerlo, y lo hacemos. Pero llamarlas batallas, me parece un exceso: la guerra es una cosa seria, de la cual se

puede escapar pero en la que no se entra impunemente.


108

4º) Me permito tomar con cierto grado de ironía el vapuleado tema del “retorno de los intelectuales”, para preguntar

un poco provocativamente: perdón, ¿a dónde nos habíamos ido? Yo escribí cualquier cantidad de cosas en los 90;

hice varias revistas, publiqué libros y ensayos, participé de infinitos debates públicos. Y no soy ninguna excepción,

sino apenas uno más: todos los que conozco, y son muchos, hicieron lo mismo o más. Y eso se hizo, por definición,

en los espacios públicos que supimos mal o bien conquistar. Ahora, si con “retorno de los intelectuales” se quiere

decir que nuevamente, después de mucho tiempo, se conformaron agrupamientos explícitamente pensados para

intervenir colectivamente en el debate político-cultural, de acuerdo, es algo para celebrar. Pero, otra vez, no es

estrictamente un “retorno”, sino una continuidad bajo otras formas. Menos “solitarias”, si se quiere. En cierto

sentido, es algo que se hizo siempre, y sobre todo, más “politizadamente”, desde 1955: ¿Hay que

recordar Contorno, El Escarabajo de Oro, Literal, Envido, Los Libros, Punto de Vista, Sitio, La Bizca, La

Ciudad Futura, El Cielo por Asalto, El Rodaballo, o las hoy aún vigentes El Ojo Mocho, Confines, Conjetural,

esta misma Topía a quien estoy respondiendo (y ello sin mencionar las múltiples revistas teóricas vinculadas a

partidos o grupos políticos)? ¿Cuándo dejaron los intelectuales de agruparse para intervenir políticamente, ya fuera

en la política “grande” o en la de su propio campo? Es cierto que los acontecimientos del 2001 (más que los de

2008, aunque fue a raíz de estos que se hizo más visible) forzosamente provocaron algún reacomodamiento. Sin

perder la parte que habíamos ganado (la autonomía del significante, el peso de lo simbólico-cultural, etcétera) el

pensamiento se nos materializó mucho más. En el plano nacional, fue toda una revancha (bien amarga en otros

aspectos) para los que nos sentíamos más cerca de la trinchera de Viñas o León Rozitchner que de la pista de

patinaje de algún fabricante de zoquetes. En este sentido preciso, el 2001/2002 fue importante por haber liberado

enormes energías en el campo de cosas como el arte callejero, las intervenciones urbanas, los grupos de teatro,

música y cine “al paso” y demás (lo menciono para no circunscribirnos al sempiterno modelo del intelectual

“letrado”). Por otra parte, los formatos actuales, sin duda más “masivos”, tienen sus riesgos -aunque por cierto no

sean simétricos-: de un lado, el riesgo de perder la famosa distancia crítica -perder “pesimismo de la inteligencia”,

para volver a esa expresión-, subordinándola a las (inevitables, parece) necesidades instrumentales o estratégicas de

la realpolitik. Del otro, mantener tanta distancia crítica, tanto rechazo a cualquier compromiso con la política de

“manos sucias” de la que hablaba Sartre, hasta que esa “pureza” abstracta se vuelva políticamente inoperante, o

incluso un obstáculo. Y finalmente, el riesgo más grande: hoy los medios -todos los medios, cada uno a su manera

y con sus propias improntas ideológicas- juegan un papel que no tenían en los tiempos de, digamos, Contorno. Es

constante el peligro de quedar atrapado por un “liderazgo” mediático que necesariamente aplana la reflexión crítica

con sus tiempos, sus inmediateces, sus urgencias, sus inevitables simplificaciones groseras. No se trata de sus

contenidos ni de sus intenciones: ellos funcionan así, no son ni buenos ni malos, son incorregibles, como decía

Borges (aunque no lo decía de los medios, claro). Como se verá, en la dicotomía de Umberto Eco soy un

decidido apocalíptico. En todo caso, es cierto que esta presencia mediática puede darles alguna influencia sobre
109

capas sociales no intelectuales, pero al precio de, otra vez, diluir su lugar propiamente intelectual. Si es en pos de

una buena causa política, por ejemplo, bienvenido sea. Pero hasta ahí.

Ser-en-el mundo carnal, Ser-en-la red virtual


Desafíos para una antropología de las subjetividades-corporalidades contemporáneas
Silvia Citro, Rodolfo Puglisi
https://www.topia.com.ar/articulos/ser-mundo-carnal-ser-red-virtual

Si, como ya tempranamente describieron los fenomenólogos, el ser inevitablemente existe, se encarna, en-el-

mundo, vale decir entonces, que los cambios en ese campo intersubjetivo e indeterminado que aglutinamos

imperfectamente bajo el concepto “mundo”, necesariamente implican cambios en nuestros modos encarnados:

experiencias sensorio-motrices, emociones y representaciones corporales. La mutabilidad del “mundo”, con sus

consecuentes resonancias subjetivas-corporales, ha sido constatada por los estudios antropológicos, tanto desde los

orígenes mismos de nuestra especie como a lo largo y a lo ancho de la diversidad de culturas que han florecido en

nuestro planeta. Así, la antropología nos permite aventurarnos a las miles de formas posibles en que los seres

humanos hemos sido capaces de ser-en-esa diversidad de mundos, o para decirlo en términos de las teorías

contemporáneas de la performatividad, en los múltiples modos en que podemos subjetivarmos, hacernos en las

reiteradas prácticas que nos vinculan con otros seres, naturalezas, objetos y tecnologías.

¿Pero qué sucede cuando esos modos otros de subjetivación no se ubican ya en exóticas y lejanas culturas, sino que

irrumpen al interior de nuestra propia sociedad urbana occidental y parecen mutar y replicarse de modos cada vez

más vertiginosos? En estos casos: ¿Somos capaces de practicar un saludable relativismo cultural que nos permita

aprehender y comprender esos nuevos modos sin proyectarles automáticamente nuestros viejos marcos de

pensamiento y valoración?
Los jóvenes, al iniciar una relación afectiva utilizando los medios de
escritura virtuales, pueden entablar conversaciones íntimas que antes, una
pareja, podía tardar años en realizar “cara a cara”.

Nos centraremos aquí en algunos fenómenos que consideramos constituyen un desafío para repensar los modos en

que se construyen las subjetividades-corporalidades contemporáneas: en el uso de las nuevas “Tecnologías de la

Información y la Comunicación” (las denominadas “TICS”), y en especial de internet y las transformaciones que

generan en los modos de sociabilidad y lazos afectivos. Fundamentalmente, nos interesa problematizar ciertas

interpretaciones intelectuales que califican como inauténticas a las formas de sociabilidad, subjetivación y los

regímenes corporales que estas tecnologías promueven. Así, nos preguntaremos si en estas visiones, no estaría

operando una presunción tácita o subyacente acerca de cómo las relaciones humanas “deberían ser”, la cual muchas

veces conduce a deslegitimar a priori estas nuevas modalidades de ser-en-el-mundo.


110

Tecnologías virtuales y redes de sociabilidad

En primer lugar, debemos recordar que las posiciones encontradas que hoy generan las tecnologías virtuales no

constituyen un fenómeno del todo nuevo. A lo largo de la historia, al menos en el contexto de la modernidad

occidental, los grandes cambios tecnológicos en las maneras de comunicarnos han sido objeto de entusiasmo y

actitudes celebratorias, pero también de desconfianza y sospecha: desde la invención de la imprenta, el telégrafo, el

teléfono, el cine, la radio, la TV, las computadoras hasta nuestra actual Internet, ultra-rápida y omnipresente, y que

especialmente a partir de esos “teléfonos inteligentes”, nos permite estar “siempre conectados”.

Todos los días, millones de personas de casi todas las edades trabajan, consumen, se divierten, se comunican con

sus familias y amigos o emprenden nuevos vínculos empleando internet en diversos dispositivos. Si bien

inicialmente el consumo de estas tecnologías se vincularon a las clases medias y altas urbanas, la dinámica de

emergencia de nuevos modelos y abaratamiento de los viejos, así como el impacto de programas públicos

orientados a “reducir la brecha digital” -como sucede en nuestro país con Conectar Igualdad- han extendido cada

vez más el uso de las nuevas TICS, incluso a sectores populares y poblaciones rurales. Asimismo, Internet ha

puesto en jaque la propiedad privada de muchos bienes culturales tradicionales: cada vez más libros, pinturas,

películas, fotos, músicas, danzas, juegos y variadas educaciones, vía tutoriales, están disponibles online.
Es un saludable ejercicio epistemológico, sospechar de aquellas reflexiones
que proyectan nuestras propias viejas categorías a aquellos nuevos
fenómenos de los otros

Algunos pensadores actuales tienden a concebir el tipo de vínculos virtuales que crean estas tecnologías como la

máxima expresión de la enajenación del ser humano por parte del capitalismo, en tanto este sistema supone y

necesita de lazos sociales extremadamente lábiles para poder reproducirse. Por nuestra parte, reconocemos la

importancia de estas condiciones de posibilidad, simbólicas y materiales, del capitalismo actual, y su pregnancia en

las intersubjetividades contemporáneas. No obstante, lo que a nuestro juicio debería ser objeto de mayor

problematización, es la condición necesariamente ficticia o de enmascaramiento “ideológico” (para usar el término

en su acepción marxista más clásica) que se adscribe a las relaciones humanas que hoy se juegan a través de canales

como internet. Una argumentación de este tipo puede encontrarse, por ejemplo, en los muy difundidos desarrollos

en torno a la modernidad “líquida”, del sociólogo polaco Zigmunt Bauman. Con un pasado marxista “duro” y una

experiencia de vida igualmente dura (judío exiliado en Rusia durante el nazismo), elaboró el concepto de “liquidez”

a principios de los años 90’. Mas si como decíamos en la introducción, los cuerpos son-en-el-mundo ¿podemos

hacer abstracción de que Bauman celebrará este año su cumpleaños número 90 y que fue socializado en otros

regímenes subjetivos-corporales? Cuando él reflexiona sobre las relaciones humanas de la actualidad y

especialmente cuando lo hace a través de la ironía cómplice, categorizándolas como “volátiles e inestables”, es
111

evidente que por detrás opera un patrón sobre cómo estas relaciones eran en el pasado. Nos preguntamos entonces,

si este tipo de argumentación no permanece presa de una lectura normativa, que toma como modelo ese pasado que

entronaba los vínculos “más” duraderos y estables, dificultando así pensar bajo nuevas formas estas nuevas

modalidades de sociabilidad.

El caso de las relaciones amorosas es particularmente interesante para ilustrar este debate. Bauman dedica todo un

libro, titulado Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, a analizar bajo la lógica de la liquidez

los vínculos amorosos. Es especialmente a través de su escritura sarcástica, entre líneas, donde nos preguntamos: si

lo actual no sería genuino ¿desde qué idea de amor “verdadero” está escribiendo? ¿No anida allí una concepción

“romántica” del amor, fruto de una época socio-histórica particular? Cuando él critica la fugacidad de los vínculos

amorosos en la actualidad, ¿no se trasluce, en última instancia, una concepción monogámica y de carácter eterno de

cómo deberían ser estas relaciones? En este punto, pensamos en el fenómeno actual del “pluriamor” y nos

preguntamos: ¿es sólo una frágil y efímera reunión de individuos que siguen ciegamente a su deseo sin considerar

al otro o esto implica, por el contrario, vínculos más transparentes y honestos entre los individuos, “más”, al menos,

que aquellos matrimonios de “toda la vida”, pero signados una y otra vez por la represión o el adulterio? No

obstante estos cuestionamientos, reconocemos también que así como los valores de estabilidad-durabilidad-

unicidad en los vínculos, eran parte de esa macro articulación de capitalismo (moderno) y patriarcado, la

inestabilidad-fugacidad-multiplicidad contemporánea se articula con las nuevas modalidades del capitalismo

(posmoderno) e incluso con sus reconocimientos de las diversidades sexuales: en efecto, los mercados actuales, en

constante renovación y mutación, necesitan de trabajadores-consumidores flexibles, abiertos, plurales…

Veamos un ejemplo del modo en que han operado las tecnologías de la comunicación en aquellos viejos y nuevos

vínculos afectivos, y como éstos han sido ponderados. Comparemos las antiguas “cartas de amor” de “puño y

letra”, que inspiraron tanto romanticismo en la literatura erudita y luego en el más popular cine de Hollywood, con

los actuales intercambios epistolares de “pantallas-teclados” de los adolescentes (vía Facebook, Whatsapp, o hasta

hace unos años, de los hoy ya caducos e-mails y mensajes de texto), que inspiran tanta desconfianza en algunos

intelectuales maduros. Nos preguntamos si en estas diferentes valoraciones no operan también ciertos procesos de

distinción social, como los llamaría Bourdieu, en torno a la tecnología de la escritura. Antes, cuando la escritura era

un bien de pocos, un capital simbólico más escaso, era valorado en tanto medio de distinción y, consecuentemente,

la “carta de amor” inspiraba valoradas producciones culturales. Ahora, que la escritura deviene un recurso masivo y

cotidiano, utilizado en los chats y ampliamente compartido por adolescentes, jóvenes y algunos adultos, pareciera

que el bien pierde su valor de distinción y se diseminan lecturas críticas sobre la fragilidad y liquidez de los

vínculos que produce o incluso se denuncia su “empobrecimiento”, cuando muchas veces se trata de cambios en la

redacción como los que han sufrido todas las lenguas a lo largo de la historia.
112

La descorporización del intercambio virtual habilita, por ejemplo, una


exacerbación de la violencia discursiva

Otra cuestión clave respecto del uso de estas tecnologías, es la descorporización que involucran, ya que no hay un

otro “cara a cara” al que dirijo mis palabras-gestos-miradas, sino tan sólo sus palabras escritas y a lo sumo sus fotos

o avatares, que elige “colgar” en la nube… La antropóloga argentina Rita Segato, en el interesante diálogo con el

psicoanálisis que efectuó en su libro Las estructuras elementales de la violencia, en uno de sus capítulos reflexiona

sobre los foros de discusión en internet. Plantea que en estos casos, la descorporización del intercambio virtual

habilita, por ejemplo, una exacerbación de la violencia discursiva, en tanto el cuerpo material del otro no está

presente cómo límite a mi discurso, convirtiéndose tan solo en una “proyección fantasmática”; por ello también,

sospecha que en estos casos la alteridad es ilusoria y el diálogo inauténtico, pues se trataría de un discurso circular,

autodirigido, un monólogo narcisista de egos. No obstante, también podemos agregar que en otros contextos menos

impersonales, como en los chats de “amigos” (ya sean éstos virtuales o con encuentros presenciales esporádicos),

esa misma descorporización puede habilitar una más fluida comunicabilidad, por ejemplo, de la intimidad y las

sexualidades, al reconfigurar aquel complejo y duradero vínculo (históricamente construido), entre cuerpos-

vergüenzas-palabras. Tal como señala Silvia Elizalde (en el capítulo de un libro colectivo de próxima aparición,

titulado Tendencias! Claves sobre la cultura argentina hoy), los jóvenes, al iniciar una relación afectiva utilizando

estos medios de escritura virtuales, pueden entablar conversaciones íntimas que antes, una pareja, podía tardar años

en realizar “cara a cara”.

¿“Estar en varios lugares es no estar verdaderamente en ninguno”?

Consideramos que estos fenómenos actuales, que aquí apenas hemos esbozado en unas pocas líneas, implican

nuevas prácticas de subjetivación que desestabilizan nuestras teorías modernas sobre las subjetividades-

corporalidades. Así, aquellas afirmaciones muchas veces citadas, que al referirse al uso de las TICS y de Internet,

señalan que “estar en varios lugares es no estar verdaderamente en ninguno”, tal vez deberían tornarse hoy en

preguntas que nos lleven a cuestionar nuestras concepciones tradicionales, así como a indagar y construir nuevas

herramientas conceptuales.

Si a mediados del siglo XX, Merleau-Ponty reformuló la noción husserliana de ser-en-el mundo, planteando lo

inescindible de la relación cuerpo-mundo, en tanto compartimos una misma carne, hoy nos vemos interpelados a

dar cuenta del modo en que la redes virtuales son también parte de ese mundo. Podríamos decir que la red virtual se

ha convertido entonces en un horizonte más de entre los infinitos posibles del mundo de vida cotidiano, un nuevo
113

horizonte en el que la gente está viviendo, trabajando, enamorándose… Así, la aparición de este nuevo horizonte,

una vez más, nos prueba que el ser humano no es un “plan acabado”, sino más bien un “proyecto indeterminado”,

en constante transformación… Teniendo en cuenta estos procesos, consideramos que las caracterizaciones que ya

en los 70’ efectuaba Deleuze, concibiendo al sujeto como rizomático, desterritorializado, con la posibilidad de

construir múltiples y nómades puntos o pliegues de subjetivación, también podrían aportarnos algunos indicios para

comprender estos fenómenos actuales.

En conclusión, retomando las enseñanzas de la etnografía, planteamos que es un saludable ejercicio epistemológico,

sospechar de aquellas reflexiones que proyectan nuestras propias viejas categorías a aquellos nuevos fenómenos de

los otros, aunque esas otredades hoy emerjan en nuestra misma cotidianidad y rápidamente se conviertan en

hegemónicas… Este escrito es entonces una doble invitación: a desestabilizar o poner en riesgo nuestra noción

de una subjetividad individual, más o menos estabilizada y encarnada en un cuerpo presente, y concebida como

resultado de estructuras (psicológicas, socio-culturales) previas; y a atrevernos a pensarnos como múltiples redes

intersubjetivas, más o menos móviles y mutantes, encarnadas en cuerpos presentes y virtuales, que son el resultado

de prácticas que citan y reiteran las normas hegemónicas que nos preexisten, pero que en esa misma repetición,

también habilitan subversiones (al decir de Judith Butler), líneas de fuga y desterritorializaciones (al decir de

Deleuze).

Foto: Salvador Batalla

Ambos autores integran el Equipo de Antropología del Cuerpo y la Performance de la

UBA. www.antropologiadelcuerpo.com

Entrevista a Gabriel Oyhantçabal, docente de la Universidad de la


República de Uruguay
"EL PROBLEMA CENTRAL NO ES TANTO COMO DIVIDIR EL EXCEDENTE EN PARTES IGUALES SINO COMO CONDUCIR EL
PROCESO ECONÓMICO DE FORMA CONSCIENTE Y ORGANIZADA"

Hemisferio Izquierdo
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221558

¿Puede sobrevivir el capitalismo? No, no creo que pueda (…) ¿Puede funcionar el socialismo? Por supuesto
que puede”

Joseph A. Schumpeter (1942), citado en Guerrero (1996)

Hemisferio Izquierdo: En la izquierda frecuentemente hablamos de “horizonte socialista”, “pos-


capitalismo”, “sociedad alternativa”, entre otras formulaciones un poco vagas, para referirnos a
un nuevo tipo de sociedad superadora del capitalismo. ¿Cuál es esa sociedad? ¿Qué trazos
centrales debería tener?
114

Gabriel Oyhantçabal: Pretender dar una respuesta totalmente acabada sería por lo menos soberbio, cuando
no irresponsable. Claro que hay rasgos centrales que pueden y deben ser afirmados como principales ejes
orientadores, pero las particularidades de la sociedad superadora del capital devendrán de su propio
desarrollo. Para empezar, y al menos como hipótesis, creo que sigue sirviendo la distinción que hiciera Marx
en su “Crítica al Programa de Gotha” entre socialismo y comunismo. Esto porque es imposible pensar
cualquier desarrollo histórico sin transición, sin movimiento contradictorio. Es más, quizás ayude más pensar
en clave de “transición permanente”, que en un supuesto estadio que pondría punto final a todas las
contradicciones. En esta perspectiva, pienso al socialismo como una etapa de transición prolongada que
debe superar al capitalismo por una sociedad donde la producción y la reproducción de la vida sea
organizada colectivamente (podría agregar democráticamente, aunque habría que dar significado a un
término tan manoseado), y al comunismo como el horizonte de la sociedad sin clases y sin Estado.

Centrando mi respuesta exclusivamente en la transición socialista, destaco al menos dos aspectos


fundamentales que deberían organizar esta sociedad: (1) la superación del capital como organizador social,
y (2) la construcción de una democracia popular o de los trabajadores. El primer aspecto tiene que ver con la
necesidad de superar una relación social histórica y transitoria que organiza la producción con el único fin de
incrementar las ganancias. Esta forma de organización de la sociedad perpetúa un orden económico que
condena a millones de seres humanos a privaciones que no tienen que ver con el escaso desarrollo de las
fuerzas productivas (con la escasez material), sino con el “envoltorio” de relaciones sociales que imponen la
apropiación privada de la riqueza socialmente producida.

Desde esta interpretación es posible, y necesario, interpelar a dos tesis políticas comunes en la izquierda
contemporánea. La primera es la tesis del “socialismo de mercado”, que postula que es posible democratizar
la riqueza y la toma de decisiones (el poder) “sin tocar” las relaciones económicas fundamentales. La
segunda es la tesis “pre-figuracionista” que sostiene que es posible superar al capitalismo reconfigurando las
relaciones de producción desde los “intersticios” que va dejando la sociedad capitalista, retornando a una
supuesta sociedad mercantil sin trabajo asalariado, pero que renuncia a la posibilidad de la producción
socialmente planificada.

El segundo elemento tiene que ver con la necesidad de construir una democracia de los trabajadores, con
todas las ambigüedades que pueda implicar esta idea. Cuál será su forma concreta no lo sé, pero por lo
pronto no parece viable pretender superar el capitalismo sin la acción conjunta y colectiva de aquellos que
viven de vender su capacidad de trabajo. Esta estrategia deberá combinar momentos de centralización del
poder que resuelvan aspectos medulares relacionados con la geopolítica y con el abasto material de la
sociedad, con momentos de democratización de las decisiones y de control social que eviten las tendencias
burocratizantes que marcaron a fuego las experiencias del “socialismo del siglo XX”.

Hemisferio Izquierdo: Otro aspecto común en las izquierdas es que parecería que entre el hoy y el
socialismo no hay nada. Cuesta establecer mediaciones, y, sobre todo, cuesta la elaboración
programática más allá de la mera administración de lo existente o el simple panfleto maximalista
y los enunciados generales. ¿Qué ejes programáticos habría que poner sobre la mesa para
acelerar procesos, buscar saltos de calidad, recuperar iniciativa política?

GO: Para empezar comparto plenamente la preocupación. La “legitimidad del capitalismo” no sólo es
responsabilidad de “conversos y pragmáticos”, sino también de otra izquierda que sin “renunciar a los
principios” se muestra impotente a la hora participar dialécticamente en el curso de la historia. En esto
recupero una reflexión de José Pedro Barrán que le escuché cuando la UdelaR le otorgó el Doctor Honoris
Causa en 2007, que decía que el desafío para cambiar la sociedad era ser lo suficientemente distintos a esta
para no reproducirla, y al mismo tiempo lo suficientemente parecidos para dialogar con ella. Con esto quiero
decir que no nos sirve un programa que sólo se preocupe por ocupar el Estado, ni un programa tan pero tan
“extremo” que sólo sirve como bálsamo de conciencias.

En concreto, destacaría tres ejes programáticos que deberían organizar la acción política: (1) disputar el
excedente socialmente producido; (2) modificar la matriz productiva; y (3) modificar la matriz de relaciones
de producción. Dado lo breve de la entrevista, enfatizaré más en los “grandes ejes” que en las políticas
concretas.

Con respecto al primero, habría que partir de la constatación de que el límite de cualquier democracia
capitalista es la socialización del excedente apropiado privadamente, por lo que el problema central no es
tanto como dividir el excedente en partes iguales sino como conducir el proceso económico de forma
consciente y organizada. Esta perspectiva articula tres desafíos: incubar formas no capitalistas de economía
como “gérmenes” de socialismo potencial; estimular procesos formativos que evidencien las contradicciones
115

y límites de la sociedad capitalista; y por último, y no por ello menos importante, ampliar el acceso al
bienestar social de cada época.

Por su parte, el cambio de la matriz productiva contiene dos objetivos principales. En primer lugar,
evidenciar la vulnerabilidad de Uruguay como espacio económico que no produce, y difícilmente pueda
producir, la gran mayoría de las mercancías. Esto implica asumir la imposibilidad de una “vía propia al
socialismo”, y con esta la necesidad de construir una estrategia internacionalista. En segundo lugar,
evidenciar a la burguesía como “parte del problema”, en tanto clase desinteresada en alterar qué se produce
y para quién.

Finalmente, la modificación de las relaciones sociales de producción expresa “el fin último” de la estrategia
socialista, y está relacionada directamente con lo que decía en la primer pregunta. Identifico tres niveles
articulados para este eje programático. Primero, modificar las relaciones de propiedad avanzando en formas
de propiedad que combinen la propiedad estatal clásica, experiencias de cogestión Estado-trabajadores y
empresas controladas directamente por los trabajadores. Segundo, alterar las relaciones de trabajo teniendo
como faro la cogestión Estado-trabajadores permitiendo que los trabajadores se apropien de la organización
del proceso de producción, al tiempo que la propiedad estatal garantiza la socialización del excedente
evitando procesos de acumulación privada. Y tercero, modificar las relaciones de intercambio de forma de
reducir progresivamente los espacios mercantiles, teniendo en cuenta obviamente los riesgos de
desabastecimiento, ampliando los espacios que no se rigen por la lógica de la ganancia y dando paso a la
planificación colectiva de la economía.

* Gabriel Oyhantçabal es docente de la Universidad de la República e integrante del comité


editorial de Hemisferio Izquierdo.

Fuente: http://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2016/09/07/El-problema-central-no-es-tanto-como-
dividir-el-excedente-en-partes-iguales-sino-como-conducir-el-proceso-econ%C3%B3mico-de-forma-
consciente-y-organizada

Jimmy Morales, el cómico que se convirtió en presidente de Guatemala y


se quedó sin guion
http://www.nytimes.com/es/2017/01/13/jimmy-morales-el-comico-que-se-convirtio-en-
presidente-de-guatemala-y-se-quedo-sin-guion/

Por MARÍA TERESA HERNÁNDEZ 13 de enero de 2017


Jimmy Morales arriba a las oficinas de la Suprema Corte Electoral de Guatemala el 25 de octubre de
2015, día en que ganó las elecciones presidenciales del país. CreditOliver De Ros/Associated Press

Al escenario del Teatro Nacional de Guatemala suelen subir músicos y actores, pero el 14
de enero de 2016 había casi doscientos políticos de pie, con el cuerpo hacia el público y la
mano derecha sobre el corazón.

El único actor profesional sobre el escenario era también el nuevo presidente de


Guatemala. Jimmy Morales subía y bajaba la voz. Modulaba. Levantaba los brazos.
Hablaba de honor, sacrificio y esperanza como el narrador de un filme dramático: “Por
nuestra patria, que vuelve a nacer, me comprometo a dar lo mejor de mí”.

Aplausos.

Minutos después cerró el telón. Morales, su esposa, el vicepresidente y los 158 diputados
del congreso desaparecieron tras las cortinas rojas. Lo que inició como una ceremonia
oficial parecía un acto de magia: al teatro entró un cómico y salió un presidente.

Señor presidente

“Durante 22 años les he hecho reír. Si gano las elecciones, prometo que no les voy a hacer
llorar”, dijo Jimmy Morales durante su campaña. El comediante y productor de televisión
116

que Guatemala eligió como presidente está punto de cumplir su primer año en el poder
pero no parece que su actuación como mandatario haya hecho mucha gracia a los
ciudadanos.

En septiembre del año pasado, Morales asistió a la presentación que su ministro de


Finanzas realizó del presupuesto 2017 y se quedó dormido a media sesión. El mismo mes,
su hijo y su hermano fueron señalados por su presunta participación en un caso de
corrupción. Según el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2015/2016 de Guatemala,
la mayor parte de los hogares no cuenta con seguro médico o seguridad social. Más del 70
por ciento de la población, dice el informe, carece de ingresos para cubrir la canasta
básica familiar.

“La ausencia de un plan de gobierno, de un equipo de trabajo confiable y su inexperiencia


política siguen siendo las principales características del gobierno de Morales”, dijo esta
semana Mario Itzep, dirigente del Observatorio Indígena de Guatemala, una nación que
tiene más de 40 por ciento de población indígena.

En el país que cumple 20 años de haber firmado la paz y uno de haber elegido a un
candidato antisistema para asumir la presidencia aún queda mucho por hacer. La gente
ya no muere o desaparece a media calle por expresar ideas contra el gobierno en medio
de una guerra civil, pero la violencia en Guatemala cobra un promedio de 28,3
homicidios por cada 100.000 habitantes.

‘Ni corrupto ni ladrón’

Mientras duró su campaña, Jimmy Morales repitió ese eslogan una y otra vez. En la
memoria de la Guatemala que lo escuchaba había décadas de gobiernos militares que
para reprimir la insurgencia crearon un país inseguro y violento. Solo durante la Guerra
Civil (1960-1996) desaparecieron 45.000 y murieron 200.000 ciudadanos.

Antes de Morales también hubo un militar: en septiembre de 2015, a tres años de haber
asumido el poder, el general retirado Otto Pérez Molina renunció a la presidencia para
enfrentar acusaciones por delitos de cohecho, asociación ilícita y defraudación aduanera.

Los guatemaltecos estaban hastiados y enojados; salían a las calles a protestar. “¡Todos
los políticos son corruptos!”, se leía en pancartas de manifestantes en la capital del país.

Guatemala gritaba y Jimmy Morales escuchó.

El comediante aseguraba en sus mítines que podían señalarlo por su inexperiencia


política, pero nunca por robar. Su actuación frente al público surtió efecto y en menos de
un año la gente le creyó: el Frente de Convergencia Nacional (FCN) anunció su
candidatura en mayo, ganó las elecciones en octubre y en enero aceptó la banda
presidencial.

Después de las elecciones, la prensa local e internacional se preguntaba cómo hizo Jimmy
Morales para ganar. Al igual que Donald Trump, era el candidato que nadie se tomaba en
serio y al final resultó vencedor.

También como Trump, Morales era un novato en la política pero no en la persuasión.


Durante 18 años, un programa de comedia llamado Moralejas le abrió las puertas de un
público que necesitaba menos drama y más humor. Él no sedujo a los guatemaltecos con
promesas en un mitin; primero los hizo reír.
117

Nuevos escenarios, nuevos actores

En su libro Homo Videns, el politólogo Giovanni Sartori escribió que el poder de la


imagen está al servicio de las dictaduras, de las elecciones libres y que puede condicionar
fuertemente el proceso electoral. Casi dos décadas después, el potencial de la televisión
como trampolín político dejó de ser latente y se volvió real: la herencia que ha dejado el
desencanto hacia los políticos tradicionales es un nuevo actor —un nuevo candidato— al
que podrían bastarle un escenario y un micrófono para seducir a la sociedad.

No todos nuestros presidentes cuentan chistes ni son estrellas televisivas, pero tampoco
todos tienen experiencia política o militar. Algunos cambiaron la oratoria por una cuenta
de Twitter y el título en Derecho o en Ciencias Políticas por una empresa rentable.

En Argentina, Paraguay y Panamá gobiernan empresarios. Haití votó en noviembre por


un hombre de negocios. En Ecuador y Chile habrá elecciones en 2017 y entre los favoritos
hay un banquero —Guillermo Lasso— y un multimillonario —Sebastián Piñera— que
figura en páginas de Forbes.

La búsqueda de un candidato ajeno al sistema surge tras décadas de desprecio y crítica a


la política, dice Christopher Sabatini, catedrático de Relaciones Internacionales de la
Universidad de Columbia. “La hemos denigrado y ensuciado tanto en el debate popular
que se ha creado la idea de que los políticos, por naturaleza, son corruptos y deben ser
remplazados”.

Hoy, entre algunos votantes, la inexperiencia de un candidato se percibe como algo


positivo. Que lleguen poco preparados a los debates, que sus discursos carezcan de
argumentos y que propongan políticas poco viables es parte de su encanto. Ahora, explica
Sabatini, parece fácil pensar que cualquiera que no sea político podría gobernar.

Un guion seductor

A mediados de 2015, Jimmy Morales empezó a recorrer Guatemala y a recordar su vida


pasada en apariciones públicas. En cada mitin alternaba al candidato con el cómico y al
cómico con el joven humilde y trabajador que hizo camino al andar.

Tenía tres años cuando su padre murió. Su madre quedó endeudada con dos hijos y él
creció en un pueblo sin asfalto ni drenaje. Luego empezó a trabajar: vendió plátanos y
ropa usada; vendió zapatos y gaseosas; vendió y vendió. Luego puso una productora y él
triunfó solo.

Entre sus personajes ninguno fue tan provechoso como el que hizo de sí mismo. El guion
de la historia de su vida sedujo al público con una lógica simple: un hombre del pueblo
que ya sufrió lo que todos sufrimos sabe cómo alcanzar el éxito. Un hombre con dinero no
tendría por qué robar.

Un empresario exitoso genera expectativas como presidente, dice el politólogo Matías


Bianchi, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Arizona, porque se cree que
“sabe cómo funciona el sistema así que él nos va a hacer salir adelante. Sin embargo, me
parece que eso es por una debilidad de los partidos políticos: como no logran tener sus
propios candidatos, tienen outsiders”.

La campaña presidencial de Morales no se pagó con la venta de plátanos, zapatos ni


shows de televisión. A él lo apoya la derecha radical guatemalteca, que se agrupa en la
Asociación de Veteranos Militares (Avemilgua). Esta nació en 1995 y en 2008 fundó un
partido —el FCN— para colarse al Congreso. Sin embargo, antes de Morales no hubo
candidato del FCN que lograra diputaciones o alcaldías.
118

Transformar a Morales en la cara del partido fue como maquillar la historia: antes de él,
los militares de Guatemala inspiraban desconfianza y rechazo; eran un recordatorio de
dictadura, violencia y corrupción.

Al centro, Jimmy Morales, el actual mandatario de Guatemala, escoltado por los expresidentes
Álvaro Arzu (izquierda) y Vinicio Cerezo (derecha) durante una ceremonia en conmemoración de
los 20 años de la firma de los acuerdos de paz que pusieron fin a la Guerra Civil del
país. CreditEsteban Biba/European Pressphoto Agency

Un año después

El fracaso de la política le abre la puerta al populismo, pero con promesas de campaña no


se desmantelan redes de funcionarios corruptos, se reduce la desigualdad o se mejoran
los servicios de salud.

A Morales ya no lo salpica la comedia sino la desconfianza y los escándalos políticos. En


sus entrevistas a la prensa nunca aclara con precisión cuál es su relación con el Ejército y
la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) asegura que las
estructuras criminales que están incrustadas en el poder aún están lejos de ser
erradicadas.

Para Itzep, del Observatorio Indígena de Guatemala que esta semana desaprobó el primer
año de gestión presidencial, el presidente no ha sido capaz de impulsar el desarrollo,
ampliar la cobertura educativa y solucionar problemas de racismo y discriminación.

“Los guerreros del populismo son prácticamente inútiles”, escribió Francis Fukuyama
en Foreign Affairs tras la victoria de Trump. “Pueden endurecer el crecimiento,
exacerbar los males y empeorar la situación en lugar de mejorarla”.

Los problemas reales necesitan soluciones reales. Para el infortunio de un presidente


mediático, los conflictos políticos, económicos y sociales no se apagan con el interruptor
de un televisor.

La dictadura empresarial: desde el control de la alimentación hasta


nuestros deseos
http://www.elciudadano.cl/2017/01/13/351238/la-dictadura-empresarial-desde-el-control-de-la-
alimentacion-hasta-nuestros-deseos/
El poder absoluto del sector privado guía la vida económica y dicta los rumbos que ha de seguir la política. Basta
recordar cómo la Sofofa denunció al gobierno públicamente a través de los diarios por "no respetar el Estado de
derecho" en la Araucanía, una acusación que no es otra cosa que la toma de partido por las forestales y
terratenientes y la persecución del pueblo mapuche. El mes pasado, el empresariado hizo lo mismo, pero contra la
campaña de etiquetado de los alimentos procesados que tienen en jaque la salud de la población.
119

Una nueva muestra del control empresarial


sobre nuestras vidas ha circulado en estos días. De manera tal vez más opaca que las colusiones, sus consecuencias
a largo plazo se suman y se acumulan en el pozo séptico de los detritus del orden dictatorial del mercado. Durante
los últimos días de un año poco brillante, marcado en la escena comercial por eventos como el cartel de los pollos,
los desperdicios salmoneros sobre Chiloé, diversas estafas piramidales y colusiones en el mercado de los pañales,
un spot de televisión concertado cual campaña comunicacional por la asociación de empresas que conforman
Alimentos y Bebidas de Chile (AB Chile) fue el timbre, la cinta adhesiva, que selló el inicuo comportamiento
corporativo 2016.

AB Chile está conformada por un grupo de empresas globales y locales controladoras de sus respectivos mercados,
tales, y sólo como salpicadas citas, Coca-Cola, Agrosuper, Iansa, PF, CCU, Evercrisp, Ideal, Watts o Nestlé. En
suma, un sector que factura más de US$ 30.000 millones anuales a través de la venta de productos de primera
necesidad, como el pan, las pastas, los pollos o las bebidas. Esta fuerte incidencia en la vida de los consumidores,
que les genera ingentes utilidades, se hace a costa de la salud de las personas.

Esta escena ha estado presente de manera creciente durante las últimas décadas, la que se ha ido configurando del
mismo modo que el resto de los mercados. La alimentación, tal como en el retail o las finanzas, se ha desarrollado
bajo el mismo esquema de libre mercado desregulado, proceso que ha conducido a una fuerte concentración de las
ventas en unas pocas empresas todopoderosas. Con el control casi absoluto de sus respectivos sectores, estas
corporaciones imponen, a través de una gigantesca inversión publicitaria, un tipo de producto, que es finalmente un
régimen masivo de alimentación.

El modelo de mercado desregulado ha configurado un panorama con empresas gigantescas y controladoras frente a
unos consumidores y otros actores, como los mismos trabajadores, cada vez más debilitados. Se trata de un poder
extenso, que tiene como finalidad primordial no ofrecer un buen servicio o producto, sino obtener utilidades.
Porque éstas son bienvenidas tanto en el comercio, la extracción de recursos naturales, la salud, la educación o la
120

alimentación. Valga aquí sólo recordar las múltiples colusiones, los carteles para subir precios, la contaminación de
territorios y mares, todos efectos de similares estrategias comerciales.

Valga aquí también como parte del negocio la salud de los consumidores. Un proceso de acumulación de capital
que está apoyado sobre la acumulación de problemas en la salud de una población alienada por la publicidad y
enferma por el consumo. Desde el control de los hábitos de alimentación por las grandes corporaciones, la salud de
la población se ha deteriorado con aumentos dramáticos de la obesidad infantil, hipertensión arterial y diabetes,
entre otros males. La ganancia empresarial se obtiene a través de la entrega al consumidor de productos adictivos,
con altos índices de sodio , azúcar y calorías, además de todo tipo de dañinos conservantes y colorantes.

La ley de etiquetado de alimentos, vigente desde hace unos meses a pesar de largos años de tramitación, presiones y
lobby de estas empresas, ha sido un primer logro de la sociedad civil pese a los escurridizos y poco confiables
representantes políticos, que sorprendentemente votaron un proyecto a favor de la ciudadanía. Una ley de
etiquetado que no prohíbe, sino que alerta al consumidor sobre los riesgos que implica ingerir este tipo de alimentos
procesados.

Hace algunas semanas estas empresas, concertadas en AB Chile, oscuro gremio que preside un ex funcionario de
Sebastián Piñera, el ex ministro UDI y actual lobbista Rodrigo Alvarez, lanzaron el spot de marras para boicotear la
ley de etiquetados. Una campaña a la que invitaron a rostros de la televisión, seguramente tras una persuasión
millonaria, para confundir a una población escasamente educada en su opción por la salud. En esa maniobra los
canales de televisión, parte del mismo negocio a través de la publicidad, han sido cómplices al emitir una campaña
que atenta contra la ciudadanía. Esos mismos canales, que hace apenas un mes gimoteaban con la teletón, no tienen
ningún pudor en boicotear una campaña contra la salud ciudadana.

La condescendencia de la TV privada y falsamente pública e independiente, como lo es TVN, al aceptar sin ningún
cuestionamiento un boicot a una campaña de salud los confirma, una vez más, en piezas de la misma maquinaria.
Un aparato comercial y también ideológico, en el cual la lógica del mercado y de los negocios está por encima de
cualquier otro posible interés.

Este evidente sesgo quedó doblemente al descubierto cuando estos mismos canales rechazaron una campaña de El
Ciudadano para celebrar la edición 200 de su formato impreso en la cual se llamaba a la recuperación de los
recursos naturales, hoy todos entregados al gran capital, comenzando por los marinos a manos de un puñado de
empresas depredadoras. Tras una primera aprobación de este spot por parte de los departamentos comerciales, fue
rechazado por quienes toman las decisiones editoriales. Una muestra más de la gran trenza de poderes ocultos que
controla nuestras vidas.
121

MEDIDAS JURÍDICAS Y ECONÓMICAS PARA ACABAR CON LOS PARAÍSOS


FISCALES: EL CASO ESPECIAL DE GIBRALTAR (1ª PARTE)
Guillermo Rocafort
http://katehon.com/es/article/medidas-juridicas-y-economicas-para-acabar-con-los-paraisos-
fiscales-el-caso-especial-de
Indice:
1. Introducción: crisis capitalistas y el papel de los Fondos de Inversión y los Paraísos Fiscales
2. Los Hedge Funds y los Fondos Buitres: nuevas herramientas de la depredación económica del
Ultracapitalismo
3. El Paraíso Fiscal de Gibraltar
4. Propuesta de medidas jurídicas y económicas para acabar con el Paraíso Fiscal de Gibraltar
5. Conclusiones
6. Intervenciones en prensa española sobre la cuestión de Gibraltar y de los Paraísos Fiscales
1. Introducción: crisis capitalistas y el papel de los Fondos de Inversión y los Paraísos Fiscales
Los Fondos de Inversión o Instituciones de Inversión Colectiva fueron en una parte sustancial los
responsables de la primera gran crisis que sufrió el capitalismo en su versión moderna, la del año 1929,
provocando el estallido de la burbuja especulativa de Wall Street al acelerar el crecimiento de las cotizaciones
en su pugna por ganar adeptos [1], y esa crisis del año 29 es con la que comparan la actual que padecemos,
tanto por su profundidad como por la falta de futuro que se divisa a la misma.
La crisis bursátil de Nueva York en octubre de 1929 marcó adicionalmente una nueva fase en la evolución
histórica de los mencionados fondos de inversión e instituciones de inversión colectiva. El resultado fue muy
negativo en términos generales salvo para las naciones anglosajonas. Además, desanimó los intentos por
fomentar su desarrollo en otros países, valga el ejemplo de Francia y Alemania.
En cambio es a partir de este momento cuando surgen los Paraísos Fiscales de la mano de Inglaterra por
medio de convertir parte de sus colonias en las llamadas nuevas “Islas del Tesoro” [2] y donde aparecen
además dos de los pequeños Países que se han destacado en la Europa continental en estos menesteres del
“dumping fiscal” [3] con respecto al resto del Mundo, que son:
• Luxemburgo, donde una Ley de 1929 que mejoraba el tratamiento fiscal de los holding hizo proliferar
esta entidades, copiando a los investment trust británicos.

• Suiza, donde Société Internationale de Placements (1930) fue la precursora de la fuerte expansión
posterior de las sociedades y fondos de inversión, que en gran medida se debió a que este país, dada su
larga tradición financiera, se convirtió en un importante refugio para los capitales procedentes del
resto del mundo [4] tras la crisis del año 29.
Se trataba por lo tanto de países o territorios de pequeña extensión o aislados geográficamente, con gran
estabilidad política y que han hecho de su reducida fiscalidad uno de los motores de su desarrollo económico
por la vía de importar capitales foráneos que enriquecen al conjunto de la población y sus instituciones,
perjudicando a aquellos países y territorios que han sido creadores o generadores de esos capitales surgidos
por el esfuerzo de sus trabajadores, empresas y familias.
Desde la crisis del año 1929 se han sucedido una serie de crisis capitalistas que se han ido sucediendo con
mayor o menor importancia, y que han desembocado en la actual, donde los Paraísos Fiscales tienen un papel
decisivo por ser elementos distorsionadores de la Economía productiva y por descapitalizar las naciones
medianas y pequeñas, empobreciéndolas y alimentando en ella los movimientos especulativos.
Entre las naciones más afectadas por la descapitalización que generan están las de carácter hispanoamericano
pues sus élites están acostumbradas a tener insolidariamente sus riquezas fuera de sus Naciones y refugiadas,
a su entender, en dichos Paraísos Fiscales. Ejemplo de lo anterior son Argentina y Venezuela e incluso la
propia España que está sufriendo actualmente un proceso de fuga de capitales que va en paralelo a su
empobrecimiento, desempleo masivo de su clase trabajadora (en torno al 20% de la población activa) e
incremento de presión fiscal generada por la crisis actual y que se ceba sobre las clases medias productivas,
cada vez más paupérrimas.
Detrás de esta descapitalización vía Paraísos Fiscales está siempre Inglaterra y sus Colonias que son
auténticos “Agujeros Negros” del Capitalismo. Pero la presión de los “Tax Heavens” (“Paraísos Fiscales”) y
122

sus movimientos especulativos que ejercen los británicos han tenido también muchas otras caras a lo largo de
la Historia.
El proceso de emancipación de las naciones americanas vinculadas a España fue financiada a través de
empréstitos sindicados (por ejemplo, del Barckays) que se gestionaron a través de la City londinese, o Bolsa
principal de Inglaterra, en unas condiciones usureras y draconianas. Estas naciones nacieron con este pecado
original y no han conseguido superarlo del todo pues muchas de sus fuentes de riqueza siguen en manos
anglosajonas, prendadas desde entonces [5].
2. Los Hedge Funds y los Fondos Buitres: nuevas herramientas de la depredación económica
del Ultracapitalismo
Valga como ejemplo adicional y en demérito de la propia España el que uno de los presuntos objetivos a
priori de la última Presidencia española de la Unión Europea era potenciar la supervisión financiera sobre los
Fondos de Riesgo, también llamados “Hedge Funds” [6], que son los Fondos de Inversión que mejor se
mueven por los Paraísos Fiscales. Sin embargo, en el momento de la verdad, la Vicepresidente económica
Doña Elena Salgado del momento, perteneciente al Partido Socialista Obrero Español, retiró de la agenda de
los Ministros de Economía de los 27, la discusión sobre el control de los mencionados “Hedge Funds”.
El motivo de semejante retirada, según consta en prensa nacional española [7] fue la llamada del ex Primer
Ministro británico Gordón Brown a su ex homólogo español Rodríguez Zapatero. La razón de fondo de
semejante inacción es que en el Reino Unido se concentran aproximadamente el 80% de los “Hedge Funds”,
lo que explica la oposición británica (la única que existía en la Unión Europea) a la Directiva Europea que
tenía a iniciativa de Alemania por objetivo la regulación de los mencionados fondos.
Es difícil justificar la sensibilidad española a la situación británica, que según palabras de la Ministra Sra.
Salgado, se encontraría en la búsqueda de “un mayor consenso en este sentido”. Por su parte, el Comisario de
Mercado Interior de la Unión Europea, Michel Barnier, manifestó su decepción por la falta de regulación de
los “Hedge Funds” y por la oportunidad perdida.
Efectivamente, nos encontramos ante una ocasión desperdiciada, lo que nos invita a pensar que detrás de las
palabras del ex-Presidente español Zapatero contra los “especuladores culpables de la crisis del sistema
financiero internacional” no había una verdadera voluntad de poner remedio a la situación descontrolada en
que se mueven los “Hedge Funds” y sus ámbitos naturales de actuación, los Paraísos Fiscales, que movilizan
un total de dos billones de euros, aproximadamente la mitad de todos los movimientos de capital en el ámbito
europeo.
El mercado de los “Hedge Funds” sigue siendo desde el principio un mercado especialmente canalizado
por las dos grandes potencias económicas anglosajonas, EE.UU. y Reino Unido, gracias a sus
legislaciones facilitadoras. Especialmente relevante es el peso de los Hedge Funds domiciliados en
EE.UU., más del 70% del total de los fondos mundiales gestionados por esta vía lo están en la potencia
americana.
Por otro lado están aflorando en el Mundo Anglosajón los llamados “Fondos Buitre” que se dedican
sistemáticamente a comprar a precio de saldo, activos tóxicos en países en situación de grave crisis
económica.
Por ejemplo, compran carteras de créditos hipotecarios a un precio en torno a un 10% de su valor contable o
en libros. Es la necesidad de liquidez de los operadores económicos en los países en crisis el origen de su
fuerza y poder.
Es incomprensible esta complacencia española ante las autoridades británicas teniendo como tiene España a
sus puertas el problema de Gibraltar y siendo esta Colonia como es uno de los canales más utilizados para la
evasión fiscal. [8]
3. El Paraíso Fiscal de Gibraltar
Este Paraíso Fiscal de Gibraltar no es de los más antiguos; de hecho se crea a raíz de la apertura de la verja
por parte de las autoridades españolas a primeros de la década de los ochenta y sin contrapartidas, una vez
instaurada la Democracia en España y ratificado su ingreso en la OTAN y en la Unión Europea.
Es por tanto un Paraíso Fiscal que nació con la complacencia de las nuevas autoridades españoles, algunas de
las cuales se sospecha se benefician de ello [9].
123

La presencia al Sur de España [10] en Gibraltar de un Paraíso Fiscal en manos inglesas supone un cáncer
económico para la comarca de alrededor. Los datos son elocuentes: Cádiz es la provincia con mayor paro de
España y Europa, más de un 40%, por culpa del “dumping” fiscal y monetario que causa el Paraíso Fiscal.
Gibraltar tiene 30.000 habitantes y más de 80.000 sociedades mercantiles domiciliadas en su seno. Viven
ajenos a la crisis, con crecimientos anuales superiores al 5% del P.I.B., pleno empleo y superávit
presupuestario, cifras típicas de un país emergente. Son datos que contrastan con la crisis económica española
que es la Economía que depreda y destruye poco a poco.
Las fuentes de su riqueza son el sector financiero (30%), el comercio de contenedores (25%), el turismo
(30%) e Internet (15%).
Sin los capitales que en Gibraltar se refugian y con una presión fiscal confiscatoria como la que se padece en
España, los trabajadores españoles están condenados a una vida de miseria y de desesperación, tanto dentro
como fuera de sus fronteras. Esto es una constante de los territorios que circundan a los Paraísos Fiscales.
Por mucho que lo nieguen, las consecuencias devastadoras de la depredación que causa la Colonia británica a
España y los españoles son evidentes.
Muchos españoles van a Gibraltar a trabajar y se les considera ciudadanos de segunda. Se les paga
mucho peor y por el contrario, la élite gibraltareña tiene sus residencias oficiales en Sotogrande, dentro
de España. Todo lo que queda del Imperio Británico son paraísos fiscales, como las Malvinas, las Islas
Vírgenes, la Isla de Man... El Imperio Británico ha desaparecido en términos de amplias extensiones y
poblaciones, pero desde un punto de vista capitalista es más esplendoroso que antes.
Inglaterra nunca ha querido poner orden ni control en los paraísos fiscales que dependen de ella porque eso le
da el poder económico sobre ingentes masas financieras que apuestan a hundir empresas, bancos y naciones y
que son, en gran parte, responsables de la crisis económica que estamos padeciendo. Es necesario reconocer
cuanto antes que España y otras Naciones Europeas como Grecia, Portugal, Irlanda e Italia no son más que un
puñado de acciones y títulos de la deuda pública en manos de las grandes masas financieras.
Ese es el descontrol que existe en el capitalismo internacional y que nos ha llevado a esta crisis. Hay que
apostar por la economía real que crea empleo. Los paraísos fiscales no generan empleo y, al final, hunden a
las naciones y las empobrece. España tendría que apostar por una economía real con sus naciones hermanas
de Iberoamérica y por un mercado de 500 millones de personas, pues hoy son en gran parte vasallos de los
anglosajones
Usurpando Gibraltar tras el Tratado de Utrecht (1713), Inglaterra no sólo rompió la cohesión del comercio del
Imperio Español sino que marcó el comienzo de la legalización de la piratería económica, que en el siglo XX
se ha transformado en sus paraísos fiscales. Desde que se abrió la verja, el problema de Gibraltar no ha dejado
de agravarse para España. La cuestión militar de la ocupación, ya no es lo esencial; ahora prima la cuestión
económica, el Paraíso Fiscal de Gibraltar, que cumple a la perfección las tres condiciones para ser
considerado como tal: impuestos cero o nominales, falta de transparencia y protección de información
financiera personal.
El Tratado de Utrecht marca el final del poder de España como un Imperio. A partir de entonces España es
actor secundario e inexistente. En paralelo, Inglaterra consigue un equilibrio continental que era lo que
buscaba para lograr su expansión marítima por todos los continentes. Se trata de ver ese Nuevo Orden
Mundial que surge sobre la base de un expolio del Imperio Español y que aún pervive bajo el prisma de su
depredación económica.
Gibraltar no deja de ser un símbolo de decadencia para España, al ser la última colonia de Europa, pero
también puede serlo de fortalecimiento para la Economía Mundial si España consigue recuperar ese
territorio como China recuperó Hong Kong.
En distintas épocas donde España ha estado cohesionada y con las ideas claras en relación a Gibraltar es en
las que más se ha avanzado. Por lo tanto, hay que hacer de Gibraltar una cuestión de Estado porque como dice
el insigne periodista español José María Carrascal [11] , “mientras siga estando Gibraltar en manos británicas
España no puede ser una nación moderna ni de primer orden”.
Cuando España entró en la OTAN y en la Unión Europea la dijeron que se iba a arreglar el asunto de
Gibraltar y no se ha hecho. Se ha pleiteado en el Tribunal de Estrasburgo, pero siempre tarde y aunque nos
acaban dando la razón, luego viene la legislación gibraltareña y lo cambia todo. España debería tener una
124

posición de firmeza absoluta en todas las instituciones internacionales y con mayor motivo ahora que tras el
“BREXIT” el Reino Unido empieza a abandonar a la Unión Europea.
Ya se hizo en su momento en la ONU y España consiguió varias resoluciones [12] a favor de la
descolonización de Gibraltar que no han sido obedecida por Gran Bretraña, pero hay que insistir de forma
inteligente y diplomática, a nivel jurídico y económico, porque es una cuestión en la que España tendría
bastantes aliados en todo el mundo, empezando por aquellos que también sufren la rapiña anglosajona.
La renta per capita anual del gibraltareño ronda actualmente los 41.000 euros mientras que la del
británico es de 28.500 y la del español de 24.000 y bajando. Cuando la verja se cerró tras el
incumplimiento inglés a las resoluciones de la ONU, y por lo tanto se cortó el tránsito terrestre con la
Colonia, la renta per capital del gibraltareño llegó a estar por debajo de la española.
El actual impuesto de sociedades gibraltareño ronda el 10% y además sólo se aplica a las rentas generadas en
su territorio, estando las de fuera exentas. Este agravio está deslocalizando muchos negocios de España.
Gibraltar crece porque el capitalismo delincuencial (fondos provenientes de la droga, prostitución, tráfico de
armas [13], entre otros orígenes ilícitos) que la sustenta tiene confianza plena de que sus privilegios fiscales se
perpetuarán bajo la protección de Inglaterra.
Hay que insistir en que la mayoría de los Paraísos Fiscales pertenecen a Inglaterra. Nicolas Shaxson, en su
libro “Las islas del tesoro: paraísos fiscales y hombres que robaron al Mundo” afirma que “los catorce
territorios de Ultramar, el siguiente anillo de la tela de araña, son los últimos puestos fronterizos que han
sobrevivido del Imperio Británico formal. Con apenas un cuarto de millón de habitantes, entre ellos se
incluyen algunas de las jurisdicciones más secretas del Mundo: Islas Caimán, Bermudas, Las Islas Vírgenes,
Gibraltar, Las Malvinas,....”.
...
[1] J.K. Galbraith (1991: 88-99), C. Lee, A. Shleifer y R. Thaler (1990 y 1991) y J.B. De Long y A. Chleifer
(1991).
[2] Así denomina Nicolas Shaxson a los Paraísos Fiscales. Recomiendo la lectura del artículo de Paul
Krugman, Premio Nobel de Economía 2008 sobre este autor
en http://www.elespectador.com/opinion/trauma-isla-del-tesoro-columna-412190 y cómo la crisis actual
puede afectar a Paraísos fiscales no anglosajones, como es el caso de Chipre.
[3] Término anglosajón que describe la competencia desleal en términos fiscales.
[4] Para conocer la historia de los fondos de inversión en Suiza resulta de obligada consulta el trabajo de L.M.
Servien, (1962).
[5] En este sentido destaco la Obra “El Nacimiento de Hispanoamérica” del autor Jaime E. Rodríguez, de la
Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador).
[6] Los “Hedge Funds” son fondos de inversión no regulados, altamente especulativos y que apuestan por la
ruina de empresas, bancos y naciones enteras.
[7] Diario “El País” de 17 de marzo de 2010. Página 21. Diario “El Mundo” de misma fecha. Página 38.
[8] http://economia.elpais.com/economia/2013/04/12/actualidad/1365796048_593707.html
[9] http://www.elplural.com/2014/03/11/la-alcaldesa-de-marbella-compro-su-lujoso-chalet-adquiriendo-
una-empresa-de-una-sociedad-gibraltarena/
[10] España sufre al Norte otro paraíso fiscal llamado Andorra. Se trata de un Principado de origen feudal
cuyo poder representativo recae sobre dos Príncipes Gobernadores, el Presidente de la República Francesa y
el Obispo de la Seo de Urgell. Tradicionalmente ha dependido más de España en términos administrativos. De
hecho en 1932 España tuvo que enviar una sección de policías a poner orden en una serie de motines. Desde
que es paraíso fiscal refugio de capitales de origen español ha ganado en autonomía y poder. De hecho a los
ciudadanos españoles que allí trabajan se les considera ciudadanos de segunda categoría, llegando incluso al
caso del maltrato. Es lo que tiene el poder del dinero cuando no tiene ningún control.
[11] Autor del exitoso libro “La Batalla de Gibraltar. Cómo se ganó y cómo se perdió”. Editorial Actas.
España 2014.
[12] Resoluciones 1514, 2070, 2231 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
[13] http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2013/08/22/015.html Un Tribunal
neoyorquino lo corroboró, sentenciando a un individuo que pretendía vender misiles antiaéreos a través de
una sociedad gibraltareña.
125

¿De qué sirve tener tanta riqueza? es una patología o un juego


Ocho hombres poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la
humanidad

http://elpais.com/elpais/2017/01/13/planeta_futuro/1484311487_191821.html

La súper concentración de capitales se ha agudizado en 2016, según


el informe de Oxfam 'Una economía para el 99%'
TIZIANA TROTTA

El crecimiento económico solo está beneficiando a los que más tienen. La súper concentración de
riqueza se ha agudizado en el último año, amenazando la estabilidad y el crecimiento mundial. Ocho
personas concentran en sus manos el equivalente a la riqueza de otros 3.600 millones, la mitad más
pobre de la población mundial, según ha denunciado Oxfam en el informe Una economía para el 99%,
publicado este lunes.

La organización achaca la responsabilidad de esta situación, que califica de "extrema, insostenible e


injusta", al modelo económico actual, "al servicio del 1% más rico de la población". Entre 1988 y 2011,
los ingresos del 10% más pobre de la población mundial crecieron en apenas tres dólares, mientras que
los del 10% más rico subieron 182 veces más. Se calcula que hoy siete de cada 10 personas viven en un
país en el que la desigualdad de renta ha aumentado en los últimos 30 años.

El panorama es igual de desolador en todas las regiones del planeta. En Vietnam, por ejemplo, el hombre
más rico del país gana en un día más que la persona más pobre en 10 años. En Estados Unidos, según un
estudio del economista Thomas Piketty, los ingresos del 50% más pobre de la población se han
congelado en los últimos 30 años, mientras que los del 1% más rico han aumentado un 300%. La suma
de los salarios anuales de 10.000 trabajadores de las fábricas textiles de Bangladesh equivale al sueldo
del director general de cualquier empresa incluida en el índice bursátil FTSE 100, según cálculos de
Ergon Associates. España tampoco es una excepción: pese a un crecimiento de su PIB desde 2014, la
desigualdad se cronifica e intensifica. Este incremento, el segundo mayor de la Unión Europea y 20
veces superior al promedio europeo, se debe a una concentración de la riqueza en menos manos, a la vez
que se produce un deterioro de la situación de las personas más vulnerables.

En Vietnam el hombre más rico del país gana en un día más que la persona
más pobre en 10 años

En particular, Oxfam apunta a las grandes empresas, acusadas de estar “al servicio de los más ricos” y de
guiarse por un único objetivo: maximizar la rentabilidad de accionistas e inversores. En 2015, las diez
126

mayores compañías del mundo obtuvieron una facturación superior al total de los ingresos públicos de
180 países. Sin embargo, este crecimiento no se distribuyó entre todas las capas de la sociedad.

El salario del trabajador o del productor medio apenas ha aumentado en los últimos años o incluso se ha
reducido. En la India, por ejemplo, el director general de la principal empresa tecnológica del país gana
416 veces más que un trabajador medio del grupo. Para ahorrar en costes empresariales, algunas
compañías incluso recurren al trabajo forzado o en condiciones de esclavitud. Las mujeres y las niñas
son explotadas en las condiciones más precarias y representan la categoría peor remunerada.

Entre las estrategias para tributar lo menos posible, el informe denuncia el uso de paraísos fiscales, una
práctica que causa pérdidas anuales de al menos 100.000 millones de dólares para los países en
desarrollo. Una vez más, los más pobres pagan el precio más elevado. En Kenia, por ejemplo, las
exenciones fiscales generan pérdidas anuales de 1.100 millones de dólares, una cifra que duplica la
inversión en salud en un país caracterizado por una elevada probabilidad de que las madres mueran
durante el parto.

En 2015, las diez mayores compañías del mundo obtuvieron una facturación
superior al total de los ingresos públicos de 180 países

Oxfam denuncia que las empresas utilizan su poder para garantizar que tanto la legislación como la
elaboración de políticas nacionales e internacionales se diseñen a su medida, para proteger sus intereses
y mejorar su rentabilidad, como demuestran, por ejemplo, los privilegios fiscales logrados por las
petroleras en Nigeria. Este tipo de "capitalismo clientelar y cortoplacista", además, coloca en una
situación de desventaja a las pequeñas y medianas empresas, incapaces de hacer frente a las grandes
corporaciones.

Oxfam analiza también las riquezas de 1.810 milmillonarios incluidos en la lista Forbes 2016, un 89%
de los cuales son hombres. En el conjunto, poseen 6,5 billones de dólares, la misma riqueza que el 70%
de la población más pobre de la humanidad. Una tercera parte de este patrimonio tiene su origen en la
riqueza heredada, mientras que el 43% está vinculado a relaciones clientelares. Esta riqueza crece en un
promedio del 11% anual desde 2009, una tasa muy por encima a la de un ahorrador medio. "Los súper
ricos no son solo receptores pasivos de la creciente concentración de riqueza, sino que contribuyen
activamente a perpetuarla", subraya el informe, por ejemplo a través de sus inversiones. Los más
poderosos de la sociedad controlan la mayoría de las acciones, lo que les convierte en los principales
beneficiados del modelo empresarial actual, generando un efecto multiplicador de riqueza para los ya
súper ricos.
127

En 2015, la desigualdad se disparó en América Latina y el Caribe: siete millones de personas cayeron en
la pobreza y cinco millones pasaron a la indigencia.

Las mujeres y las niñas trabajan en las condiciones más precarias y


representan la categoría peor remunerada

De seguir la concentración de la riqueza a este ritmo, en 25 años se tendría el primer "billonario" del
mundo, que para acabar con su fortuna necesitaría gastar un millón de dólares al día durante 2.738 años.

El estudio de Oxfam estima en 14.000 millones de dólares al año las pérdidas para África derivadas del
uso de paraísos fiscales por parte de los milmillonarios. La organización calcula que esta cantidad sería
suficiente para garantizar la atención sanitaria y salvar la vida de cuatro millones de niños y niñas al año
o para permitir la escolarización a lo largo del continente.

El uso de paraísos fiscales causa pérdidas anuales de al menos 100.000 millones


de dólares para los países en desarrollo

Este modelo económico, sostiene el informe, se basa en una serie de falsas premisas, entre las que se
encuentra la idea de que la riqueza individual extrema no es perjudicial, sino síntoma de éxito, o que el
crecimiento del PIB debe ser el principal objetivo de la elaboración de las políticas. Las premisas
equivocadas incluyen creer que los recursos del planeta son ilimitados o que el modelo económico actual
es neutral desde el punto de vista del género. La organización advierte de que, si no se controlan estas
premisas, será imposible revertir la situación y aboga por la construcción de una "economía más
humana", que beneficie al conjunto de la población. Este nuevo sistema tendría que basarse en la
cooperación entre los Gobiernos, privilegiar el uso de las energías renovables, acabar con la
concentración extrema de la riqueza y respaldar tanto a hombres como a mujeres.

El informe se presenta en la vigilia de la inauguración del Foro Económico Mundial, que abrirá sus
puertas mañana en la ciudad suiza de Davos y que la semana pasada ya había alertado de que la
desigualdad económica, la polarización social y los crecientes peligros medioambientales serán los
riesgos principales del mundo en los próximos diez años.

El Foro ha destacado en varias ocasiones la grave amenaza que supone el incremento de la desigualdad
económica para la estabilidad social, pero, pese a que los líderes mundiales se comprometieran a
intervenir, la brecha entre los más ricos y los más pobres no ha parado de crecer. Distintos estudios de
Oxfam demuestran que en los últimos 25 años el 1% más rico ha obtenido más ingresos que el 50% más
pobre de la población en su conjunto.
128

"Si el crecimiento económico entre 1990 y 2010 hubiese beneficiado a los más vulnerables, en la
actualidad habría 700 millones de personas menos, en su mayoría mujeres, en situación de pobreza",
recalca el informe. Si no se revierte esta tendencia, informa Oxfam, las sociedades podrían pagarlo con
un incremento de la delincuencia y la inseguridad, al mismo tiempo que la lucha contra la pobreza
podría verse socavada.

La librera de Erfurt
En la ciudad medieval donde estudió Lutero y donde nacieron Eckhart, Pachelbel y Max Weber
había trece librerías en los tiempos de la RDA
VÍCTOR SOMBRA
http://ctxt.es/es/20170111/Culturas/10524/Libreria-Erfurt-RDA-RFA-libros-capitalismo.htm
A Edith y Cornelia
Mi amiga Edith fue librera en Erfurt entre 1976 y 1986. Erfurt es hoy una
ciudad relativamente poco conocida. En realidad, la actividad económica es
modesta y la población ha disminuido significativamente en el último cuarto
de siglo [1]. Por otro lado, la mayoría de los turistas que visitan el este de
Alemania raramente van más allá de Berlín o, si acaso, de Leipzig o Dresde. Y
eso que hay mucho que ver en Erfurt, que conserva un centro histórico
medieval, poco dañado por la guerra, en el que, junto a la catedral y otros
edificios emblemáticos, se encuentra la sinagoga en activo más antigua de
Europa, nutrida de fieles por la inmigración de judíos rusos tras la caída del
Muro. La Universidad fue fundada en 1392. En ella estudió Lutero, que fue
monje en Erfurt antes de emprender su protesta en Wittenberg. Nacieron en
Erfurt el Maestro Eckhart, Pachelbel y Max Weber, y en ella se reunió
Napoleón con el zar Alejandro I para tratar en vano de apuntalar su precaria
alianza. Son las de Erfurt, por tanto, piedras cargadas de Historia, lo que es sin
duda un tópico y algo que a su manera particular le sucede a todas las piedras
con sus distintas historias. En este caso, las de los desempleados, que durante
la Gran Depresión alcanzaron en Erfurt un tercio de la población activa. Las de
la populosa comunidad judía, deportada en masa a Auschwitz, Birkenau y
Mauthausen, cuyos crematorios habían sido fabricados por la empresa local
Topf und Söhne, líder mundial de la época en hornos industriales. Por no
hablar de los soldados americanos de la 80ª División, procedentes sobre todo
de los montes Apalaches, que liberaron Erfurt el 12 de abril de 1945, y de los
129

soviéticos que tomaron el relevo en julio de ese año, al pasar la ciudad a la


zona de ocupación soviética [2].
Y unos años más tarde está también Edith, los pasos que un día cualquiera de
1976 la llevan a detenerse a tomar café frente al lugar de su trabajo. A través
del cristal de la cafetería puede ver el escaparate de Musikfreund: partituras,
colecciones de discos y, entre éstos y los estantes con casetes, una mesa de
libros en la que se distinguen apenas unas pocas novedades. Mientras apura su
segundo cigarrillo, la cajetilla arrugada sobre la mesa, Edith piensa en la
propuesta que le hizo el día anterior el encargado. “la sientes o no la sientes”,
le había dicho, y ella le preguntó a qué se refería. “¡A la música, Edith, a la
música!”, y agitó los brazos como si allí mismo una orquesta fuera a
responderle, violín a violín. Pero el encargado ya sabía la respuesta. “No la
sientes, Edith”. Y añadió: “Pero eres una gran lectora. Te gustan los libros y
no debes dejarlos”.
Lo que proponía el encargado era que Edith dejara atrás su trabajo en un
establecimiento donde los libros estaban sólo al servicio de la música y
preparara los exámenes de formación profesional, que le permitirán acceder a
librerías de mayor envergadura. Y al apurar el segundo cigarrillo, Edith le dio
la razón. La colilla parece señalarlo, la energía con que queda plegada contra
el metal del cenicero, justo antes de levantarse y cruzar la calle, como si Edith
anduviera ya a sus clases en Leipzig, apenas dos meses de teoría que darán
paso a unas prácticas de más de un año en una gran librería de Erfurt, la
Kayser, en la que se quedará después trabajando.
LA KAYSER OFRECE UNA AMPLIACIÓN DE SU EXPERIENCIA, EL ENCUENTRO CON
UNOS LECTORES, LOS UNIVERSITARIOS, MÁS JÓVENES E INQUIETOS
La Kayser combinaba un catálogo literario con los fondos, mayoritarios, que
servían a los estudiantes de las dos facultades, Medicina y Pedagogía, que
desde los años cincuenta habían restablecido la enseñanza superior en Erfurt,
abandonada tras el cierre de la Universidad en 1816. Kayser se sitúa en una de
las casonas más cargadas de historia, en la que vivió el autor de un atentado
contra Napoleón; pero Edith no mira las piedras con nostalgia. Lo que Kayser
le ofrece es una ampliación de su experiencia, el encuentro con unos lectores,
los universitarios, más jóvenes e inquietos. Aunque a veces demasiado
130

abstractos y encerrados en sus estudios, sus propios libros, sus particulares


conversaciones, Edith detecta en los estudiantes una actitud de rebeldía y
desenfado que le sorprende, así como un interés, que ella empieza a compartir,
por lo que sucede más allá de su pequeño y cerrado país.
Las oportunidades que se les ofrece a los jóvenes para viajar por el mundo
socialista son muchas, de Kamchatka a La Habana, pero los estudiantes tienen
la mirada puesta al otro lado del Muro, en la otra Alemania y, a través de ésta,
en Occidente. Es como si la geografía de la Alemania occidental dibujara el
contorno del miembro amputado, el lugar de los familiares y amigos que han
quedado separados, las ciudades, tiendas y productos que formaron parte de la
propia cultura, y también los libros, los que faltan en las librerías de la RDA
pero ocupan las manos de quienes quedaron del otro lado. Día tras día entre
libros, no es difícil imaginar el Muro como un inmenso estante cuyos
volúmenes quedan del otro lado, y es inevitable entonces intentar conseguirlos,
hacérselos traer de contrabando [3]. Y hasta que lleguen, pasar los días
imaginando sus personajes, tono y argumento, e imaginando sobre todo el
entorno en que su lectura sería posible, las calles y cafés de Dortmund, Múnich
o Hannover, los bancos de sus plazas. Y aunque la movilidad laboral dentro de
la RDA es grande, tanto desde el punto de vista geográfico como profesional, a
Edith le gusta Erfurt y no espera gran cosa del resto de las ciudades del país.
Le queda entonces seguir formándose en los libros para quedarse entre ellos.
Cambiar de librería es su manera de cambiar de libros y lectores, recorrer otros
entornos que los albergan, visitar otras formas de vida. Tres años después
Edith cambia de nuevo de librería.
Bild und Kunst es su nueva enseña, un espacio dedicado a los libros y
reproducciones artísticas, así como a los libretos, guiones y ensayos sobre cine
y artes escénicas. Cuenta también con mapas, que precisan de una atención
especial para clasificarlos, desplegarlos y exhibirlos. Esta combinación le pone
en contacto con un público distinto: viajeros y aficionados al senderismo, pero
sobre todo artistas, actores, regidores, técnicos de iluminación y vestuario,
directores de cine. De nuevo el viraje, la rebeldía. Edith es muy amiga de sus
amigos, pero también le gusta pasar largos ratos a solas y, en silencio, entre los
libros, no deja de aguzar la imaginación. Ésta la lleva cada día más lejos,
131

comparando su situación con distintas hipótesis de sí en lugares desconocidos.


Años después se dirá que no se daba cuenta de lo que tenía a su espalda,
sosteniendo y permitiéndole proyectar su mirada, pero en los años 70 sólo
miraba afuera, daba la espalda a las voluntariosas y anodinas Leipzig, Dresde
o Jena para subir los ojos en el carrusel de color y desenfado que giraba en
París, Múnich o Londres. No se trataba de política, ni de religión. Tampoco de
música, cine o sicodelia. Menos aún de drogas. Sí tenía en cambio que ver con
esos jóvenes que desembocaban frente al escaparate de Bild und Kunst en
Erfurt: su aspecto desenfadado y sencillo, sus equipajes someros, los ojos bien
abiertos para tomar la medida de lo que encontraban por vez primera. Nada
más verlos los pies de Edith se movían. No sabía de dónde venían y daba por
hecho que carecían por completo de dirección, que era sólo el camino el que
marcaba sus pasos y decidía qué fronteras cruzarían. Entre ellos está una joven
menuda de pelo corto y lentes redondos que, además de la mochila, lleva a su
espalda un cazamariposas. Que la mira persistente a través del cristal de la
librería. Que la vuelve a mirar al día siguiente y la espera en el café sonriendo
cuando sale a fumar su cigarrillo.
“Nunca me habría ido definitivamente”, se dice hoy, “si no me hubieran
impedido viajar como quería”.
No es la primera vez que Edith traba amistad con quienes llegan del otro lado
del Muro, unos atraídos por el socialismo, otros buscando el envés de la
Alemania que conocen. Cornelia comparte ambos objetivos y también
comparte con Edith los libros. Como Edith, ella cuida de las palabras, pero en
vez de conservarlas en su sitio, en sus estantes y páginas encuadernadas,
facilita con sus traducciones que pasen de un idioma a otro, de un libro a otro
libro. La conversación y la amistad con su nueva amiga van dando paso al
deseo, y Edith va confirmando, ahora de modo íntimo, que también éste se
sitúa “extramuros”. Cornelia la visita a menudo, emprende una y otra vez los
lentos procesos burocráticos que le llevan a los brazos de Edith, y la
imposibilidad de ésta para corresponderla, visitándola en Occidente,
incrementa su claustrofobia, la resolución de franquear el Muro cuando la
ocasión se presente.
132

Wernigerode, RDA, años ochenta. / Cornelia Kerkhoff

Cornelia además le lleva libros, novedades que tardan en llegar a la RDA pero
también otros cuya distribución está prohibida. En esa época no había
problemas para llevar a la RDA una edición inglesa o traducida al alemán de
Hemingway, pero en cambio Orwell se quedaba en la aduana. Otros autores
eran más discutibles, y Cornelia recuerda una larga discusión sobre Octavio
Paz con una aduanera muy leída. La cosa no pintaba bien para Cornelia, que
daba ya el libro por perdido, cuando echó mano de un último recurso: los
poemas de Paz servirían para ilustrar ante sus amigos de la RDA las variadas
formas que puede adoptar la decadente estética capitalista. La aduanera cerró
el libro y se lo entregó sin decir una palabra, como si ese argumento le hubiera
convencido por completo. Sin embargo Cornelia captó en la funcionaria,
mientras ella guardaba el volumen y murmuraba su agradecimiento, una
sonrisa fugazmente reprimida.
LOS ESTUDIANTES TIENEN LA MIRADA PUESTA AL OTRO LADO DEL MURO, EN
LA OTRA ALEMANIA Y, A TRAVÉS DE ÉSTA, EN OCCIDENTE
A Cornelia le gusta buscar mariposas cerca de Erfurt. Le gustan los bosques y
pastizales cercanos y ha encontrado una colonia especialmente numerosa
de Melitaea Athalia, una especie en franco declive que fue catalogada por vez
133

primera por Von Rottemburg en el siglo xviii. Muestra a menudo su hallazgo a


otros aficionados occidentales, pero también de Erfurt y otras ciudades
cercanas. Rodeada de colegas de la RDA, con su cazamariposas al hombro, se
siente como una lepidopteróloga comunista. Frente a quienes oponen la
hormiga y otros insectos a la mariposa y ven a ésta vagabundeando de planta
en planta por su cuenta, deteniéndose en función de su aparente capricho,
como un epígono de la individualidad, Cornelia se fija en el comportamiento
colectivo de los lepidópteros. Piensa que son sus migraciones, el modo en que
entre todos seleccionan y ocupan un territorio, cómo se relacionan discreta y
eficazmente entre sí, lo que les permite luego desplegar las alas sin rumbo
aparente. Cornelia las compara también con las palabras. Sueltas no dicen
nada; hay que verlas volar en bandada.
A menudo Cornelia se escandaliza por las duras críticas de Edith contra la
RDA. “La RFA está llena de nazis reciclados”, le contesta. Y también: “Al
menos tú eres ciudadana de un Estado que decreta tanto la igualdad de sexos
como la abolición de las clases”. Pero Edith alzaba los hombros. Miraba lejos,
fuera, separando la mirada de la conversación. Negándose a tener que pensar
siempre en lo que sería mejor para todos.
A la vuelta de un viaje a Polonia en 1981, Edith decide, inspirada por la lucha
del sindicato Solidaridad, abandonar el de los trabajadores de la RDA. Dos
colegas de la librería la emulan. Las autoridades les presionan para que
reconsideren su decisión. Un cargo local del Partido les cita para hablarles del
daño que causa su actitud en los demás trabajadores, la necesidad de tomar en
cuenta los diferentes contextos de cada país, y sus colegas acaban cediendo,
dejando a Edith sola en su protesta. No hay castigo ni una amenaza concreta,
pero el ambiente de trabajo se deteriora. A Edith ya no le apetece callar lo que
piensa y, de mutuo acuerdo con los responsables de la librería, decide cambiar
de nuevo de trabajo. Esta vez el viraje es más radical porque abandona el
sistema público de librerías para incorporarse a Peterknecht, una librería
privada especializada en temas religiosos que se ha mantenido en manos de la
misma familia católica desde antes de la guerra. Algunos de sus nuevos
colegas son creyentes, otros agnósticos. Varios de ellos han optado de un
modo u otro por mostrar, si no clara disconformidad con el régimen, sí al
134

menos una actitud renuente. En la sala grande, que da a la calle, se despliega la


literatura general, mientras que la interior, más pequeña y discreta, alberga los
libros religiosos. Entre estanterías cargadas de ediciones de la Biblia y
catecismos varios, Edith puede hablar de lo que quiera, pasar de Paz a Orwell,
y vuelta, y cruzar todas las fronteras. O simplemente cerrar los ojos y pensar
en Cornelia, interrumpida de tarde en tarde por un cliente que pregunta en voz
baja por un libro de Hans Küng o la nueva edición de las actas comentadas del
Concilio Vaticano II.
Esos últimos años en la RDA Edith los vive ausente, pensando en Cornelia y
en el lugar imaginario que le rodea, pintando su casa y las calles que ella
transita a partir de conversaciones y cartas, esbozos deshechos y levantados
una y otra vez hasta que en 1986, tras un arduo proceso burocrático, consigue
fijarlos definitivamente con la mirada y el paso, estableciéndose con su amor
en Ginebra.
Creo que es importante no escamotear a los hipotéticos lectores de este relato
lo que pensaba y decía Edith, dónde miraba. Cómo y por qué suspiraba, pero
igualmente importante es saber lo que hacía. Cómo se ocupaban sus manos, ya
que los viajes interiores de Edith coexistían con su actividad laboral; juntos
producían efectos concretos en un contexto real, el mercado del libro de la
RDA. Un mercado nutrido por una poderosa industria editorial y por una de
las literaturas más ricas y variadas de la época [4], sostenido por unos índices de
lectura extraordinarios, precios bajísimos y unas sólidas subvenciones que
alcanzaban a todos los agentes implicados en la difusión cultural.
Fijémonos en un día cualquiera de 1980 en el que Edith abre un paquete de
novedades recién llegado a Bild und Kunst. Los libros llegaban siempre en
cantidades limitadas: diez, quince, veinte ejemplares. Inmediatamente Edith
guardaba cuatro o cinco y ponía el resto a la venta. Los colocaba en el
escaparate, el mostrador o las estanterías, y lo hacía según sus preferencias,
aunque a veces debía discutirlas con su jefa. Los que había reservado eran para
sus amigos, para clientes de toda la vida o bien para compromisos diversos.
Podía ser el fontanero que le había conseguido un repuesto de la lavadora
especialmente difícil de encontrar, el empleado del teatro local que le guardaba
dos buenas butacas de platea para cuando llegara Cornelia de visita, o el de la
135

agencia de viajes estatal que le informaba de las plazas libres en su residencia


veraniega favorita. (Edith aborrecía por convencional el destino más frecuente
de Binz y adoraba en cambio Hiddensee, refugio de poetas y pintores, habitado
por la memoria de Hauptmann, de Kollwitz y de Einstein.)
A LA VUELTA DE UN VIAJE A POLONIA EDITH DECIDE, INSPIRADA POR LA LUCHA
DEL SINDICATO SOLIDARIDAD, ABANDONAR EL DE LOS TRABAJADORES DE LA
RDA. DOS COLEGAS DE LA LIBRERÍA LA EMULAN
Todos estos compradores se aseguraban, con sus respectivos favores, la
prioridad en recibir las novedades. No eran los únicos en recibirlas, al
contrario, ya que la adquisición del libro suponía normalmente el inicio de una
cadena de consumo sucesivo. El libro pasaba de unas manos a otras, a veces
siguiendo secuencias fijas, otras dibujando itinerarios del gusto, la
conversación y el entendimiento social. Algunas de estas cadenas de lectores
tenían varias decenas de eslabones y tardaban años en cerrarse. Cornelia
rememora a veces esas cadenas de préstamo apoyándose en su vieja afición.
La circulación lenta pero continua de las palabras impresas les impedía quedar
completamente fijadas, como mariposas en manos del lepidopterólogo. Les
hacía seguir aleteando, página a página, de lector en lector, evitando caer del
todo en el marco de una propiedad estática, particular y exclusiva.
Veinticinco años después, al socaire de la pertinaz crisis económica, surgen en
Europa todo tipo de iniciativas populares dirigidas a compartir e intercambiar
productos, servicios y espacios. Cooperativas y asociaciones, lugares de
trueque, así como plataformas en línea con distintas funciones, por no hablar
de mercadillos y tiendas de segunda mano. Estas experiencias son demasiado
diversas para ser tratadas de forma uniforme. A menudo canalizan una energía
colaborativa, otras buscan monetizar mejor recursos ociosos y otras persiguen
al tiempo ambos objetivos.
Algunas de estas experiencias guardan semejanzas con prácticas, tanto
institucionales como espontáneas, desarrolladas en los países socialistas. La
motivación económica que las impulsa parece, en cambio, inversa. Se trata
ahora de responder a una crisis de la demanda. El deterioro de la renta familiar
impide a los ciudadanos adquirir los productos que siguen abarrotando los
estantes. En los regímenes socialistas se daba a menudo una crisis de la oferta:
136

colas, escasez (incluyendo a veces el racionamiento para garantizar a todos


una cantidad mínima) y la alternancia de los productos (una semana zanahorias
y la siguiente judías verdes, reimpresión de Goethe un año y de Schiller el
siguiente). Se ha esgrimido a menudo que esta debilidad de la oferta, frente a
la exultante plenitud de los estantes de los supermercados capitalistas, está en
el origen del rápido derrumbe de los regímenes socialistas [5].
Tras diez años de crisis, la opulencia de los templos del consumo occidentales
se percibe de un modo diferente. Cuestiones poco analizadas en el pasado,
cuando el objetivo era imponer a toda costa un modelo único de producción y
consumo, comienzan a recibir una atención creciente: el derroche y la falta de
diversidad que subyace a la pretendida variedad, los estándares industriales
que facilitan la obsolescencia programada, la desigualdad de los carritos que
circulan ante las mismas filas de productos, el impacto ecológico de los
eternamente pletóricos estantes. Estos y otros factores se alían para conjeturar
que los patrones de consumo pueden estar comenzando a cambiar. Aunque se
recuperasen los niveles de renta de antes de la crisis, muchos ciudadanos
harían un uso diferente de establecimientos que no cesan un instante de
rellenar las estanterías de los mismos productos, las infinitas variedades del
mismo jamón, el mismo pantalón, o la misma novela. Muchos optarían hoy
por ahondar en las experiencias recientemente adquiridas para apreciar la
huella del paso del tiempo en los objetos, la satisfacción que la utilidad ajena
genera al poner algo en común, el incremento de valor de lo bien usado [6], la
infinita complementariedad de gustos y necesidades.
Los mostradores semivacíos del socialismo se cargan, a la luz cambiante de la
experiencia histórica, de otros significados. Desde el pasado les piden a sus
colegas de nuestros ultra-mega-meta-mercados que abandonen la obsesión por
aparecer eternamente rebosantes de sí mismos, que depongan su univoca
fijación por lo superfluo, que liberan espacio para otros recursos, desde las
guarderías a la sanidad, la investigación o la educación públicas. Poner en
común gastos y recursos, planificarlos en distintas formas para evitar la
duplicidad y el derroche, no es ya una quimera ni un signo de ineficiencia.
Cuando Edith visita Erfurt, casi treinta años después de su partida, acompaña a
Cornelia a pasear por el campo. La colonia de Melitaea Athalia ha cambiado de
137

paraje, pero sigue cerca. Al regresar a la ciudad no deja de preguntarse dónde


están los libros. Y es que en Erfurt había, en noviembre de 1989, al caer el
Muro, diez librerías estatales y tres privadas. Hoy quedan dos librerías en
Erfurt. Una, bien grande, seguro que la conocen porque está presente en cada
ciudad alemana: se trata de Hugendubel, cuyo aspecto y contenidos no difieren
del resto de la misma cadena. Luego está Peterknecht, que se halla en el
mismo lugar de siempre, regentada por la misma familia católica de cuando
Edith trabajaba en ella.

[1] La población máxima de la ciudad (220.000 personas) se alcanzó en 1988.


Descendió tras la caída del Muro hasta 200.000 en el año 2000 y repuntó
trabajosamente hasta 206.000 en 2011 (Wikipedia). El descenso de población
es generalizado en el antiguo territorio de la RDA que, desde la caída del
Muro, se ha reducido en más de dos millones. El éxodo no ha cesado con la
reunificación ni en los años posteriores, como muestra el hecho que, de los dos
millones de habitantes que han abandonado el territorio, 800.000 lo hayan
hecho en la primera década del siglo XXI.
[2] Es curioso observar cómo el imaginario de los estadios finales de la lucha
contra el nazismo se alimenta de la aparición en escena de las fuerzas más
primigenias e incontroladas de la URSS y Estados Unidos. De un lado los
paletos (hillbillys) de los Apalaches, montañeses procedentes sobre todo de
Virginia del Oeste, Virginia, Carolina del Norte y Georgia que, integrados en
la 80ª División, llegaron bajo las órdenes del general Patton hasta Austria y
Checoslovaquia. De otro, las “hordas asiáticas” que, enarbolando la hoz y el
martillo, cercan en Berlín a una burguesía que se descubre de nuevo ilustrada,
ajena a los horrores cometidos por el régimen al que hasta hace unos días
seguían sosteniendo. Es como si, para asestar el golpe final, cada una de las
potencias aliadas extranjera las fuerzas más brutales e implacables de los
confines más atrasados de sus vastos territorios. Una de las más recientes
expresiones de este cliché es el Aldo Raine de la película Malditos bastardos de
Tarantino, un montañés de Tennessee –apodado “el Apache” por su habilidad
138

para arrancar la cabellera de sus enemigos– enviado tras las líneas alemanas
para aterrorizar al ejército nazi. Atemorizan igualmente las fotografías de
jóvenes soldados soviéticos de origen tártaro, uzbeko o siberiano. Bajo
banderas rojas y estrellas de cinco puntas, a menudo sobre tanques en marcha
a toda velocidad, su mirada, chispeante y decidida, está fija en la línea de un
frente que se tambalea. Para la burguesía germana que ve su mundo
derrumbarse, esos ojos podrían estar acechando una presa en la tundra. Sólo
que se adentran en una casa en ruinas, tratando de hacerse iguales al terror que
los espera escondido detrás de un armario.
[3] El recurso más socorrido era el de los jubilados, que tenían derecho a
cruzar a la RFA sin trabas. De forma general se aceptaba que éstos actuaban
con sentido común y por tanto sus maletas, repletas a menudo de encargos, no
se solían abrir en la aduana. Entender que los jubilados gozaban por naturaleza
de sentido común podía ser tan socorrido para los aduaneros como para los
lectores.
[4] Ibon Zubiaur ha publicado una excelente antología de la literatura de la
RDA: Al otro lado del Muro. La RDA en sus escritores, Madrid, Errata Naturae,
2014.
[5] Los periódicos occidentales de la época señalaban que una de las
respuestas que daban los albaneses que escapaban del hundimiento del
régimen socialista, a finales de los 80, cuando las autoridades aduaneras
italianas les preguntaban adónde querían ir, era “Dallas”, bajo el influjo de una
serie televisiva americana que ponía, si bien de forma intangible, el lujo al
alcance de todos. Quizá sea más acertado pensar que lo que tenían de verdad
en la cabeza, y lo que alcanzarían los más afortunados de ellos, era poder
precipitarse a los mostradores de Walmart o Carrefour.
[6] Antonio Tabucchi recuerda la librería l’Ulysse de la Île Saint-Louis, a
propósito de la preparación de un viaje a Samarcanda: “…especializada en
libros de viajes, casi todos usados y a menudo subrayados y anotados por las
personas que habían hecho esos viajes dejando en las guías sus apuntes, por lo
demás utilísimos, del tipo: “fonda recomendable”, o bien “evitar esta carretera,
peligrosa”, o bien “en este mercado se venden alfombras finas a precios
asequibles”, o bien “atención, en este restaurante estafan en la cuenta”" (Se está
139

haciendo cada vez más tarde, traducción de Carlos Gumpert, Barcelona,


Anagrama, 2002, p.157). La crisis ha hecho redescubrir algunas de estas
experiencias y la tecnología permite potenciarlas en distintos sentidos:
compartiendo y publicando comentarios y contenidos de todo tipo, enlazando
a otros recursos, facilitando su indexación, etc.

Víctor Sombra (Salamanca, 1969) es novelista. Resume su poética


enunciando: «Si sufres de insomnio lees y escribes mucho, los remordimientos
y los secretos pueden alimentar la vocación literaria». En 2012 Caballo de
Troya publicó su primera novela: Aquiescencia, y en 2014, ambas ambientadas
en Ginebra, ciudad en la que reside desde hace más de quince años. Literatura
Random House publicará en junio de este año su siguiente novela, La quimera
del hombre tanque. Acerca de «La librera de Erfurt» adviertes: «Con “La carta
de Lavrentiev”, publicado en tres entregas en el magazine digital Principia, y
con «Calcomanía de ángeles y corazón de centauros», aparecido en El Estado
Mental, este texto prolonga una serie que busca trazar conexiones entre el
entorno más inmediato y un pasado reciente que nos obstinamos enconsiderar
completamente zanjado. Se trata en ellos de cuestionar una “autopsia” de los
hechos tan apresurada como comúnmente aceptada y constatar que, al
repetirla, no logramos verificar sus resultados. De repente, los miembros que
desenterramos en distintos parajes delpresente ya no componen el cadáver
previsto, ni siquiera la certeza de un deceso». @VctorSombra
AUTOR

• Víctor Sombra

El ‘Marx virtual’ de Deleuze // Alejandra Lidman


http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2017/01/el-marx-virtual-de-deleuze-alejandra.html
Gilles Deleuze anunció que su último libro, incompleto al momento de su
muerte, se iba a llamar “La grandeza de Marx”, lo cual nos deja no sólo un
campo abierto de preguntas sino también de conexiones. Ya dijo Èric Alliez
(1997) que toda la filosofía de Deleuze puede incluirse bajo el título
“Capitalismo y esquizofrenia”, asumiendo que el verdadero nombre que
subyace a dicho título es el de Marx. Nicholas Thoburn (2003) dedica un libro
140

entero a analizar la relación Marx-Deleuze, o como él lo llama siguiendo a


Alliez, el ‘Marx virtual’ de Deleuze. Aquí, intento traducir y comentar sin
ánimos academicistas, las principales líneas argumentales presentes en la
Introducción de Deleuze, Marx y la política.

El propio Deleuze decía de sí mismo y de Guattari que ambos seguían siendo,


de diversos modos, marxistas. Porque una filosofía política requiere un
obligado análisis del desarrollo del capitalismo como sistema inmanente. Con
Marx se puede entender este desarrollo como recomposición axiomática que, a
diferencia de otras formaciones sociales, no tiene por premisa la identidad sino
la continua producción por la producción en sí, que intensifica y reconfigura
constantemente las relaciones sociales de producción. La funcionalidad del
Capital con los movimientos de desterritorialización y líneas de fuga, nos
recuerda las palabras de Marx cuando decía que, atravesado por el Capital,
“todo lo sólido se desvanece en el aire”. Y sin embargo, hay un vínculo
posible entre Marx y Deleuze que ha sido escasamente tomado en cuenta: la
política. Y si queremos maximizar la potencial resonancia productiva entre
ambos pensadores, la cuestión política debe ser puesta en el centro.

Tenemos la sensación de que los fundamentos de la preocupación marxiana


por el estudio del capitalismo emergen enfrentando un tiempo de impasse
político. Como si pasada ya la alegría desterritorializante del 68 debiéramos
enfrentar más profundamente el creciente isomorfismo de procesos de
complejidad y diferencia con los de la productividad del Capital. Sin embargo,
nada más improductivo que -como las peores formas de izquierda proclaman-
asumir en el proyecto de Deleuze y Guattari una suerte de optimismo alegre y
persistente que, o bien se vería derrotado por tiempos de estabilización, o bien
requeriría de una suerte de huida de la política hacia una retórica poetizante de
deseo incontrolado.

Thoburn postula que en nuestro tiempo se vuelve imprescindible leer una


política en Deleuze a través de Marx, no sólo por la centralidad del
capitalismo en sí sino porque sigue siendo Marx quien supo pensar mejor la
imposibilidad de una salida simple o dada respecto de la máquina infernal
capitalista, entendiendo a la vez que dicha salida sólo puede y debe ser
pensada sobre posibilidades y relaciones siempre interiores al propio
capitalismo. Esta es precisamente la condición que Marx llama comunismo.
141

Para Marx, el comunismo es el potencial inmanente que persigue, emerge,


dentro y a través del capitalismo. Es entonces una perspectiva para interpretar
lo real y desarrollar la política. No se trata de una perspectiva que intenta
construir una sociedad comunista ni, en términos de Nietzsche, una negación
reactiva de la vida actual en pos de un mañana más prometedor. Comunismo
es un proceso de compromiso con los flujos y coacciones del capitalismo
torciendo su fuerza hacia su propia superación. Comunismo no es un estado de
cosas a establecer, según Marx y Engels, sino el movimiento real que arruina
lo actual. Es esta la pregunta importante e interesante a formular respecto de la
resonancia Deleuze-Marx: acerca de una política inmanente a las relaciones
del capitalismo.

Presentar la política en Deleuze y Guattari pareciera, en un primer nivel, tarea


simple, en tanto la política se postula como el centro de la producción de la
vida misma. Como todos sus conceptos, también el de ‘política’ se construye
muy cerca del materialismo de Spinoza y Nietzsche, por fuera del par sujeto-
objeto, rehusándose a presentar al mundo como conjunto cosas epistemológica
y ontológicamente ya hechas. Que existen cosas es una obviedad, pero no es
evidente su constitución variable y singular en tanto relaciones de fuerza.

Si el mundo es, en principio, un flujo de materia sin forma ni constantes,


entonces las ‘cosas’ son un producto temporario de la canalización de esos
flujos en lo que Deleuze y Guattari llamaronagenciamientos. Es exactamente
lo que Nietzsche llama interpretación: el proceso por el cual la materia es
separada y ensamblada por una serie particular de fuerzas que no respeta
ninguna dicotomía entre material e ideal. Cualquier interpretación de cosas o
hechos no es algo que les llega una vez ocurridos o existentes, sino un
elemento más de la composición, una de las fuerzas inmanentes. Las cosas y
las acciones son ya interpretaciones. Interpretar es entonces, desde el inicio,
cambiar la vida. El mundo guarda en su inestabilidad ontológica, un núcleo de
diferencia, virtualidad a ser actualizada por diversas interpretaciones.

Esta virtualidad no se opone a lo real sino que es más bien la realidad de la


materia creativa para configuraciones no actualizadas. Vida es caos, una
efectividad no efectuada, que llama a una creación activa de vida. Si la
interpretación es entonces entendida como producción de ser, de vida, la
política será inmanente a esa vida, precedente al ser. La política, la
142

interpretación, es a la vez un proceso de comprensión de qué es lo que hace a


una cosa o hecho subsistente, qué es lo que hace que un agenciamiento
funcione, y a la vez, una afirmación de nuevos sentidos, nuevas vidas, nuevas
posibilidades (sin confundir por ello, afirmación con intención de cambio).

La vida no tiene, en Deleuze y Guattari, ninguna identidad ni forma primaria;


es proceso infinito de variación. Política allí es el arte de componer, un arte
que afirma la propia variación. La generalización de la política en el plano de
la vida tiene su costado potente y, a la vez, el problema de cómo entender
entonces la especificidad de la política. Si la política es inmanente a la
creación de la vida, entonces es todo, está en todo y, como diría Badiou
(1998), le haría falta a Deleuze un registro de pensamiento específicamente
político. En ¿Qué es la filosofía? Deleuze y Guattari (1991) parecerían
reafirmar esta supuesta crítica al proveernos de tres registros de pensamiento -
Filosofía, Ciencia, Arte- entre los cuales no se encuentra ciertamente la
política ¿Implica esto como plantea Badiou una caída del pensamiento
deleuziano en una suerte de crítica vacía de politicidad?

Thoburn sugiere que habría una falta de comprensión de Badiou respecto de la


complejidad y profundidad del argumento deleuziano: en oposición a una
dicotomía entre crítica y creación, la filosofía de Deleuze desarrolla una
política de la invención a la altura de lo que una crítica al capitalismo requiere.
Porque de hecho, un pensamiento político tal, no podría tratarse nunca de una
‘solución’ ni de un campo que ya es hijo de la división moderna entre la esfera
pública y privada; tampoco define un modo de creación general aplicable
universalmente. Se trata de un proyecto que se comunica subterráneamente
(en una geofilosofía, sin tiempo ni espacio sino de pensamiento puro) con
aquél del comunismo marxiano: el llamado a una “nueva tierra” (AE), un
encuentro justamente, no con lo especificado, sino con la totalidad de lo
social. Social y político no pueden distanciarse. Porque si lo político es ya
delineable y mapeable, entonces ya lo hemos traicionado. No se trata de una
receta para leer lo real sino de una composición a desarrollar. La política es un
proceso de invención de vida en relaciones específicamente capitalistas.

Esta doble cara de la política se vuelve especialmente evidente en el concepto


de lo “minoritario” en Deleuze y Guattari. Una mención explícita (MM) a la
conexión de dicho concepto con el de “proletariado” en Marx nos llama a
143

entender el vínculo como la figura de superación del capital. Lo minoritario-


molecular, en oposición a lo mayoritario-molar, no son entidades sino
procesos y tratamientos de la vida. Claramente no se trata de un concepto
cuantitativo ya que es obvio que el hombre-blanco-europeo-heterosexual no es
la mayoría de la población. Es un concepto, es decir, nombra una cualidad,
una intensidad, un modo de doblar lo real, una interpretación, una política (sea
estatal, individual, familiar…). Lo mayoritario del modelo es aparecer dos
veces: una vez como constante y otra vez como extracto del cual la constante
se extrae para medir la variabilidad. Así, a diferencia de las minorías, lo
minoritario no se define por su deficiencia respecto de lo mayoritario sino por
su poder diferenciante (sin un Mismo del cual diferenciar). En una
multiplicidad tal, no existe esencia y accidente sino que todo cambio de un
elemento altera la naturaleza del múltiple.

Políticas de lo minoritario
Podríamos pensar que lo molar es siempre primero en tanto nos encontramos
siempre en algún tipo de estratificación, de configuración molar de la
identidad –una configuración donde las relaciones se determinan entre
identidades que existen en relación a una norma abstracta-, y es exactamente
contra esta configuración que la política emerge. Sin embargo, esta norma
abstracta de la forma molar es precisamente eso: abstracta. La norma molar
existe a lo largo del plano de vida para juzgar y determinar las configuraciones
presentes en ese plano vital, y allí, encarna necesariamente en ‘nadie’ –es una
abstracción que induce al mundo a conformar modelos pero que no puede en
sí tomar una forma concreta. Lo minoritario, por otro lado, se haya en
momentos concretos de fuga, desviación del modelo. En tanto el modelo no es
nunca completamente cumplido, efectuado, lo minoritario somos exactamente
‘todos’:

Al estar lo mayoritario analíticamente incluido en la norma abstracta, nunca


es alguien, es siempre Nadie –Ulyses-, mientras que lo minoritario es el
devenir de todo el mundo, el potencial que todos tenemos de devenir respecto
del modelo (MM, 108)

Lo menor entonces es el proceso de desviación, de desterritorialización de la


vida –un proceso de llamamiento de la virtualidad del mundo- contra la norma
144

molar. En este sentido, es tan activo como in-formado. O mejor dicho, es


activo en tanto y en cuanto escapa de lo ya formado. Dadas estas dos
tendencias en el plano de la vida, Deleuze y Guattari identifican tres formas
básicas: lo mayoritario como sistema constante y homogéneo; minorías como
subsistemas; lo minoritario como potencia, devenir creado y creativo. Lo
minoritario no es como se dijo antes, las minorías, pero puede ser visto en sus
movimientos, en sus variaciones. Es un devenir del cual nadie es dueño. Y sin
embargo, lo minoritario no se encuentra por fuera de la identidad; está siempre
implicado en toda configuración molar. A la vez, es claro que Deleuze y
Guattari no están produciendo un nuevo dualismo: identidad y diferencia están
enredados en un continuo con diversos coeficientes de desterritorialización y
formas descodificadas (lo molar sólo es identitario en tanto efecto óptico, un
efecto estratificante producido en la superficie de fuerzas subterráneas siempre
diferenciantes).

Lo mayoritario y minoritario como tendencias de la configuración de la vida,


tienen su correlato en la esfera humana de la política. La democracia moderna
es el ejemplo clásico. La democracia es un tipo de gobierno que propone una
equivalencia general de los individuos en tanto que ciudadanos, formantes de
la masa denominada ‘pueblo’. Pero una política de lo minoritario, justamente,
tiene por condición aquello que Deleuze supo reclamar: “el pueblo siempre
falta”. La política propiamente dicha no es terreno de representación de un
pueblo (y por eso mismo no circula esencialmente en torno a la ‘verdad’ y la
‘justicia’) sino de su creación. Las condiciones para esta creación no son,
como supondríamos convencionalmente, recursos materiales y subjetivos,
subjetividades autónomas legalmente sancionadas, historias reconocidas,
consistencias culturales… estas son todas formas molares. No. La creatividad
de las políticas de lo minoritario le pertenecen a todos aquellos que carecen de
esos recursos, a todos aquellos que los experimentan en forma de opresión o
inadecuación.

Sin esfera autónoma delimitada, lo minoritario es el lugar de origen de la


fertilidad de las fuerzas sociales que, atravesadas por la representación, se
estrechan en identidades, en minorías. La política no se trata de una toma de
conciencia, ni reforzamiento de identidades; la política sólo puede emerger de
las complejidades de esos movimientos minoritarios, como proceso de
innovación, de experimentación, complicación de la vida compuesta por
actuales y virtuales, formas de comunidad, técnicas, prácticas y sabidurías.
145

Y sin embargo, ¿se puede decir que esta visión se acerca al comunismo?
Efectivamente, el comunismo tomado en su actualización solidificada en torno
al atractor molar del modelo soviético, “el obrero nacional, cualificado, macho
y de más de treinta y cinco años” (Moulier-Boutang, citado en MM, 107-8), ha
tenido un efecto controlador y perverso sobre la radicalidad de la política.
Pero si calcamos el comunismo a la experiencia consumada hemos entendido
mal a Deleuze. La historia nos provee de dos caras, y la actual es sólo la más
obvia. Ignora las variabilidades, hacer prevalecer un sentido común
conformado a posteriori, que termina aceptando que el comunismo es un
enemigo de la diferencia. Pero el comunismo marxiano es un movimiento
inmanente a la vida tal como está configurada en las relaciones sociales
capitalistas. Su ‘sujeto’ –el proletariado- no es una identidad clamando
presencia: el proletariado siempre falta. El proletariado es un modo de
compromiso con toda relación que busca superar y abolir sus propias
actualidades. El comunismo entonces no es una continuidad ni con un partido
ni con una tradición. No hay dueño ni nombre propio. Porque se trata de un
modo de compromiso, un conjunto abierto de parámetros y técnicas políticas,
un espacio de problematización que opera como un motor virtual siempre
dentro, a través, y en contra de toda manifestación política específica.

Si Deleuze no se define como comunista, sí lo hace en tanto pensador ‘de


izquierda’, no sin antes recomponer lo que se entiende por pensamiento de
izquierda. Ser de izquierda es percibir un horizonte en el que la posición
subjetiva-sujetada propia no es el centro. Empezar desde afuera y no llegar
nunca a un centro, quedarse siempre pensando en el medio. Es en esta
percepción del mundo como interrelación de agenciamientos con especial
énfasis en los devenires minoritarios, que la resonancia del pensamiento de
Deleuze con el comunismo de Marx se hace más evidente.

PS: Contra el Post-Marxismo.


Al menos en la literatura Anglo-Americana, el cruce entre el post-
estructuralismo, el marxismo y una política de la diferencia, estuvo dominado
por el post-Marxismo y post-Gramscianismo, en relación intrínseca con el
‘eurocomunismo’ del PCI (Partido Comunista Italiano). A pesar del sentido
crítico que lo “post” connota, estos movimientos implican una huida respecto
de la problemática marxiana. Ciertamente, suponen un movimiento desde la
146

política de la producción hacia la política de la democracia y la sociedad civil.


Deleuze puede ser un aliado en ese sentido, para retomar la pregunta por la
producción. Quizás sea esta la pregunta central que lo une a Marx. Deleuze no
se suma a una división banal entre estructura y superestructura sino que sigue
a Marx en su inmersión dentro del sentido profundo de la producción como
producción de la vida misma, un plano que es el plano de todos los procesos,
flujos y cortes en las políticas, economías, pensamientos, deseo. Con Jacques
Donzelot (1977) podemos pensar que la filosofía de Deleuze es un “hyper-
Marxismo”: menos un post que una intensificación de Marx. Más adelante en
el libro, Thoburn se aliará con el operaismo y autonomía italianos para
iluminar aquel Marx virtual de Deleuze.

El pueblo falta: política, orden y creación.


El pueblo siempre falta. Pero ¿no nos condena esto a una suerte de frustración
constante? Lo que falta, ¿es siempre eso que se debe buscar? ¿No hay también
obediencias vitales, momentos potentes que no faltan, que ya están aquí?
Ritmar la vida produce órdenes, ¿podemos pensar órdenes parcialmente
positivos? Decir que el pueblo falta no quiere decir que no hay pueblo ahora.
Hay un pueblo como conjunto de actuales, que es el pueblo ya existente. El
pueblo que falta es el del conjunto de los posibles.
Y eso que falta no puede nunca definirse como unidad de lo dado. El pueblo
que a Deleuze le interesa no es el molar. Lo vital, no importa cuanto orden
requiera, nunca se define por eso que lo estructura. No podemos definir la vida
como organización de moléculas. Porque si lo hacemos, nos posicionamos en
la imagen de la conservación. Una política de lo minoritario es el intento por
una reducción de los estratos al mínimo. Toda dimensión adaptativa (órganos,
instituciones, hábitos)….no puede ser lo que se afirma. Lo molar es función
menor de una creación. Habría entonces que diferenciar dos tipos de órdenes.
Porque una cosa es que ese orden preexista y otra es que una consistencia haga
emerger un orden. Nada existe sin que sus relaciones se vuelvan consistentes y
den lugar a un orden. Pero eso no es lo mismo que pensar que la consistencia
se da “de acuerdo” a un orden.
Pensar una organización vital
Spinoza (TRE) plantea que el hombre se mueve en torno a fines: honor,
riqueza y lujuria. Pero son tres fines que nunca se pueden tener
completamente. Las personas toman como fin algo inestable, y así, viven en la
147

tristeza. Spinoza busca un bien mayor con la filosofía y descubre que el fin
máximo es entendernos como grados de potencia en la naturaleza. Hay que
vivir de acuerdo a ese grado de potencia y así se conquista la felicidad más
firme. Placer, prestigio y riqueza no son malos, sino que no son un fin.
Entonces, llamémosle a estos tres fines “orden”, modos de organizarnos. Va
de suyo que toda época tiene eso pero no es allí donde hay que buscar el
máximo valor.
Nietzsche (VP) nos viene a decir que cuando dos fuerzas se cruzan, sólo
aquella fuerza que logra llegar hacia el final de sus posibilidades se descubre a
sí misma en relación a la otra fuerza como una fuerza activa. La otra, la fuerza
débil, se descubre como reactiva. La actividad de la fuerza es lo que surge
retroactivamente a un encuentro cuando vemos que en relación con la fuerza
que nos encontramos, fuimos capaces de ir hasta el final. Reactivo es el
descubrimiento retroactivo que tiene una fuerza respecto de que no está
pudiendo llevar las cosas donde quiere sino que está siendo llevada. Lo
reactivo no pone lo suyo en el mundo sino que reacciona ante una actividad
ajena. Lo activo no considera nada más que a sí mismo. Las fuerzas reactivas
son lo que llamamos ahora “orden”. Las fuerzas activas es lo que Deleuze y
Guattari están llamando “creación”.
Lo que Deleuze y Guattari explican es que todo individuo está compuesto así:
como una relación entre activo y reactivo. Buscamos que lo reactivo o
adaptativo esté subordinado, que no mande. La sombra del nihilismo es la
amenaza de que la fuerza reactiva desorganice, separe, destruya la potencia de
la fuerza activa: con culpa, enfermedad, neurosis, tristeza. Nuestras
subjetividades están dominadas por lo reactivo. No ponemos en el centro la
potencia sino la adaptación. Deleuze no quiere negar lo reactivo ni el orden,
pero nos llama a buscar otro fin. Hay un mínimo de estratos, pero si eso nos
domina o define… la vida cae. Somos una multiplicidad que no se cierra sobre
sí misma, está en movimiento. Es decir, en la medida en que la adaptación a lo
que ya existe no es la norma, nuestra relación con la realidad está abierta. El
orden es un medio para la desterritorialización. La vida es el conjunto de
posibilidades que quedan excluidas de una vida en particular. Crear es abrirse
a la vida en tanto virtuales. Se llama potencia a nuestra capacidad de
entendernos a nosotros y a la vida como ‘capacidad de trazar’ y no como ‘el
dibujo que ya hicimos’. No quedar atados a los afectos y las figuras que se nos
atribuyen y atribuimos a la imagen de nosotros mismos. Bajo el capitalismo,
Thoburn llama a esa capacidad de trazar, comunismo.
148

Bibliografía

Alliez, È (1997), ‘Questionnaire on Deleuze’, Theorie, Culture and Society, 14 (2): 81-7.

Badiou 1999), “Penser le surgissement de l’événement: Entretien aven Alain Badiou”, Cahiers du
Cinéma, Cinéma 68, Numéro hors-série: 10-19.

Deleuze, G.,

(AE), (1972) L`Anti-Œdipe - Capitalisme et Schizophrénie (con Félix Guattari), Paris, Minuit

(MM), (1980) Mille Plateaux – Capitalisme et Schizophrénie (con Félix Guattari), Paris, Minuit.

(QF), (1991) Qu`est-ce que la philosophie? (con Félix Guattari), Paris, Minuit.

Donzelot, J., (1977) “An Antisociology”, trans. M. Seem, Semiotex(e): Anti-Oedipus 2 (3): 27-44.

Spinoza, B., (TRE), Tratado de la reforma del entendimiento, Colihue, 2008, Buenos Aires.

Thoburn, N. (2003), Deleuze, Marx and Politics, Routlege, London, UK.

Nietzsche, F., (VP), La voluntad de poder, Aguilar, 1951, Buenos Aires.

(Re)producir la vida común: Entrevista a Raquel Gutiérrez Aguilar


Por Silvia L. Gil
http://anarquiacoronada.blogspot.mx/2017/01/reproducir-la-vida-comun-
entrevista.html

¿Cuáles son los problemas centrales en los procesos de autonomía social? ¿Por qué
organizar y sostener la vida van juntos? ¿Cómo coproducir un «nosotros» no identitario?
¿Qué son las tramas comunitarias?¿Es posible transformar las instituciones desde la
racionalidad del Estado? ¿Qué vínculos existen entre los gobiernos progresistas y la
lógica masculina? Son algunas de las importantes cuestiones que Raquel despliega en
esta conversación con la precisión y sensibilidad tan enormes que la caracterizan.
149

Raquel Gutiérrez Aguilar militó en el EGTK (Ejército Guerrillero Tupac Katari) junto a
otros como Felipe Quispe, líder actual del Movimiento Indígena Pachacutik-MIP y Álvaro
García Linera, vicepresidente de Bolivia. En abril de 1992, fue detenida por participar en
la guerrilla. Salió de la cárcel en 1997 y volvió a la actividad política, involucrándose,
más adelante, en la Guerra del Agua. Regresó a México en 2001. Toda su vida ha estado
ligada a experiencias de autonomía en Latinoamérica, como ella misma dice, puro tejer,
tejer y tejer. De formación matemática y filósofa, Raquel es profesora en la Benemérita
Universidad de Puebla, donde coordina el Seminario de Investigación Permanente
«Entramados comunitarios y formas de lo político», junto a Mina Lorena Navarro y
Lucía Linsalata. En los libros, Desandar el Laberinto. Introspección en la feminidad
contemporánea (1999) y ¡A desordenar! Por una historia abierta de la lucha
social (2006), reflexiona sobre el poder, sus años en la cárcel, los procesos colectivos, la
construcción y rebelión en lo femenino… Raquel es pura inspiración para pensar nuestro
tiempo. Además de ofrecer un mapa que nos orienta a pensar de otro modo (¿subversión
feminista del pensar?), insiste en una clave que aplicar a todos los ámbitos de la vida:
desordenar, deformar, nunca, nunca conformar.

La entrevista es intencionalmente larga, aún a riesgo de que no resista los tiempos de la


inmediatez. Sin embargo, la palabra de Raquel merece un tiempo más sosegado, de
tránsito y flujo, como la creación y sostén de los procesos colectivos.

Sostener los deseos colectivos, coproducir un nosotros inclusivo

-¿Cuáles son las preguntas que te han acompañado a lo largo de tu camino y


que, de algún modo, te siguen sirviendo para pensar la transformación
social?

La pregunta que siempre me ha acompañado puede resumirse del siguiente modo: cómo se
garantizan las condiciones para la sostenibilidad de la vida. Siempre he tratado de pensar
cómo hacer para sostener la vida, tanto en términos individuales como luego en términos
colectivos. Es una pregunta que tiene un carácter inefable porque se trata de un problema
que no estaba en las luchas; aunque las acompaña a lo largo del siglo XX, no era
claramente expresado ni visible.

Durante muchos años milité en una organización política guerrillera que jamás aceptó
150

financiamiento de nadie. Los compañeros usaban la consigna «quien paga manda». Aquí la
idea es clara: no hay autonomía política sin autonomía material. Lo cierto es que pude ver
cosas muy sórdidas de lo que ocurre y cómo se puede mermar la autonomía desde la
cooperación internacional –como en la injerencia de países que apoyaban la revolución en
El Salvador en los 80´s–.

Entonces, a partir de esta cuestión, trénzale lo que quieras: cómo encontramos la


capacidad para impulsar un deseo colectivo que se arma en continuas deliberaciones. Pero
no se trata solo de fantasear, también hay que lograr plasmarlo. En el momento más
potente de la lucha armada, en la última ola de quiebre de los esfuerzos emancipadores en
América Latina, lo que vi en Bolivia, en Argentina y lo que más o menos percibí en
Ecuador, está relacionado con este problema de sostenibilidad, no en términos de
sustentabilidad, de cómo el capital da vueltas, sino de organización del conjunto de
procesos materiales y emocionales que abren la posibilidad de disfrute y creación de lo que
más o menos entendemos por vida vivible o vida digna.

No hay que olvidar que ambas dimensiones van juntas: se trata de procesos materiales y
emocionales de producción de vínculo; un tipo de vínculo que es el que genera capacidad.
A la cuestión del equilibrio emocional le doy mucha importancia porque me ha tocado ser
mediadora de conflictos en contextos muy difíciles. Hacer ver la importancia no tanto de la
tolerancia, sino de la disposición a producir un vínculo fuerte. En este sentido, hay que
saber distinguir cuándo de plano romper, echarse un pleito (como dicen: «más vale un
buen pleito que mil amarillosos») y cuando lo que conviene es convertirte en blanco para
neutralizar los amarillosos y volver a jugar. Eso es un proceso emocional que tiene que ver
con «la dimensión sensible de lo político»: estar al tanto de la dimensión sensible, de lo
que estamos sintiendo y que vamos, por tanto, sabiendo.

-¿Qué herramientas dirías son útiles para desarrollar esta dimensión


sensible de lo político de la que hablas?

Ahí no sé, es pura intuición, pero yo he ensayado un par de cosas que podrían servir.

Es muy interesante si la primera vez que percibes agresividad en una intervención la cortas
de tajo. Yo le llamo a eso, en corto, «desplegar la capacidad de castración». Cuando viene
de compañeros varones y empieza a pasar que se descalifica al otro para imponer tu punto,
151

ahí lo importante es cortar inmediatamente: o se habla de otro modo o una se va a retirar.


Eso es algo que he experimentado muchas veces. Luisa Muraro lo llama ejercicio de
autoridad, que tiene que ver con establecer que todos caben, que todos tienen que caber.
Hay una especie de autoridad simbólica que puede movilizarse. No es una autoridad
prescriptiva, autoritaria o jerárquica del tipo «porque yo mando», sino una autoridad que
te reconocen los otros. Y sin ese reconocimiento no se produce.

Diría también que hay que discutir con palabras dulces: hay que cuidar no ofender. Y yo lo
que noto, en mi modo particular de sensibilidad latinoamericana, es una gran sorpresa por
la rudeza de España, donde no sabes si te están regañando, se están peleando o qué. Es
muy difícil. Se trata, por tanto, de hacer todos los esfuerzos para que se discuta con
palabras dulces, porque eso es también poner en el centro el cuidado en contextos donde
predominan formas más rígidas y jerárquicas.

-En Latinoamérica, hay otro cultivo de la palabra, de la poesía, hay otras


formas diferentes del decir que no pasan solo por lo racional, por lo
discursivo, y eso está presente también en la política.

Sí, quizá eso tiene que ver con la posibilidad de producir «nosotros». Y producir nosotros
es coproducir un artefacto de inclusión; es coproducir el artefacto que nos incluye, no que
nos identifica racionalmente, sino que nos incluye.

En los procesos políticos se percibe si hay posibilidad de coproducir el artefacto de


inclusión que nos toca, que nos hace estar juntos en objetivos concretos y particulares. Y
luego en otros y otros. Por eso, el asunto de la identificación me asusta mucho. Y, por eso,
pensando en mi propia experiencia, entiendo que a los grupos potentes, los grupos así
ferozmente vigorosos y enérgicos, como muy vitales, les cuesta mucho trabajo ponerse
nombre. Porque ponerte una identidad te fija, te inmuta.

-¿Puedes explicar más esta idea de producir «nosotros» no desde la


identificación racional sino desde la inclusión? ¿Tiene que ver con que la
identificación rígida necesita construir una sustancia externa que de
antemano se opondría a otras?

Sí, te lo fija y te lo cierra. Y entonces se mete en el dispositivo aristotélico por excelencia del
principio del tercero excluido. Alguien amaziza o amachina, como decimos aquí, se apropia
de la prerrogativa de excluir. Y entonces empieza una pelea para que se amplíe la
152

posibilidad de excluir y se descuidan totalmente las formas y los términos a los que va
jugando esa inclusión amorfa, más vital, donde sí cabemos, sin tanto desgarramiento
porque entramos y salimos, donde no es sí o no, sino que existe una gama de grises.

Crítica al conocimiento objetivo: alguien te parió, luego existes.

-En algunos textos insistes en la idea de un materialismo diferente, que no se


opondría al idealismo clásico, porque la materia se produce siempre
subjetivamente. Desde ahí, cuestionas que exista algo así como un
conocimiento objetivo. Pero, en ocasiones, cuando se plantea la crítica al
conocimiento objetivo, parecería que caemos irremediablemente en un
relativismo desde el que no es posible conocer de «verdad». Sin embargo,
argumentas que lo que está en juego es otra forma de conocer, que no es
menos válida o menos verdadera, sino otra manera que desmonta las
dicotomías convencionales entre objeto y sujeto, materia e idea… ¿Cuáles
son las consecuencias de esa crítica?

A mí me gusta mucho la crítica que se ha hecho desde el pensamiento feminista al


pensamiento occidental. ¿Nos vamos a creer lo de los padres, que no tenían madre en el
sentido literal, que aparecen como si hubiesen nacido de gajo y luego viene el
cartesianismo a decirnos aquello de «pienso, luego existo»? No es así, hay alguien que te
parió y luego existes.

Esto tiene que ver con que una experimenta una ruptura, una separación entre la
capacidad de sentir y la capacidad de razonar, y de los vínculos existentes entre las dos
cosas, aún cuando tú inicialmente no la vives como tal. Cuantos más años tienes más sabes
que lo que sientes se vuelve conocimiento y lo que conoces produce sentido y, por tanto,
modifica y altera tu sensibilidad, de modo que se amplía o achica tu forma de percibir.
Entonces, partamos de ahí, de esos vínculos.

A la disyunción objetivo/subjetivo, material/ideal, le contrapongo dos miradas. Por un


lado, todo conocimiento siempre es intencional, es decir, supone toda una discusión contra
la neutralidad del conocimiento objetivo, siempre hay un fin implicado. Cuando estás
estudiando cómo se desarman las moléculas de hidrógeno para hacer una bomba atómica,
tienes una intención concreta. Éste es el ejemplo más horroroso. Pero también cuando
estás tratando de medir la pobreza trabajas para construir políticas públicas que contienen
la pobreza codificada y recortada de una manera. No se puede negar la intención. En este
sentido, tengo quizá la ventaja de haber sido de primera carrera matemática; entonces sé
que la producción del número también tiene una intención. Parecería que cuando lo
153

cuantifico entonces se vuelve neutro, pero no es verdad. Hay toda una discusión filosófica
ahí.

Y la otra mirada que opongo tiene que ver con que a lo largo de mi vida he notado la fluidez
entre lo que sabes y razonas y lo que razonas y sientes, y que, desde ese cruce, se alumbra
lo que piensas. El resultado de eso es un conocimiento operativo, no un conocimiento
teórico. Es el conocimiento de la lucha y es el conocimiento de la vida, es un sentido
práctico. De nuevo, las matemáticas: no es lo mismo saber la ley conmutativa de adición de
números reales a saber sumar. Tú puedes saber muy bien sumar y no conocer la ley de la
adición, son dos cosas diferentes. La segunda es una capacidad solucionadora de
problemas: encuentras un problema y lo solucionas, encuentras otro y lo solucionas y así.

-¿Y qué consecuencias tiene esto para la política? ¿Nos da otras


herramientas para movernos: no es lo mismo partir de un argumento
teórico acabado que cierre el sentido de nuestra lucha que lanzarse a un
proceso de percepción abierto e ir armando herramientas teóricas desde
ahí?

Operativamente, hay dos pares fundantes de la racionalidad muy básicos, el principio de


tercero excluido y la contradicción particular/universal que, desde distintas vetas, muchas
voces han estado discutiendo. La verdad es que no he entrado a ese debate en términos
formales más que algunas veces. Pero hay que tenerlo muy a la vista en el momento de
vivir, pelear y orientarse: exhibir al universal como vacío y desde los particulares plantear
una ambición de generalización, siempre renovable, en la medida en que es producible
porque efectivamente se va produciendo, coproduciendo y, con ello, ampliando y nunca
jugando a las leyes de la lógica.

Sobre las tramas comunitarias

-En Desandar el Laberinto, comentas que hay «una peculiar constitución de


los sujetos en la modernidad» que tiene que ver con el proceso por el que la
vida se va convirtiendo cada vez más y más en una mercancía. ¿Qué relación
existe entre ese sujeto moderno, que se hace a sí mismo, que se considera
libre en tanto desprendido de ataduras y el proceso de mercantilización de la
vida que estamos viviendo hoy en sus dinámicas más perversas?
154

La primera cosa contra la que peleamos todo el tiempo [se refiere en el Seminario
Entramado Comunitarios] es contra el individualismo metodológico, que aparece en la
academia dominante, principalmente en la anglosajona. Si vamos a tomarnos esta crítica
en serio, ¿cómo lo hacemos? Pues una manera es recuperando el equilibrio interno de la
trama comunitaria que habitamos en cada momento de la vida. Entonces, se produce un
recorte distinto del que existe entre el sujeto que investiga y el objeto de estudio que opera
en el trabajo académico.

Insistimos mucho en que «trama comunitaria» no es un concepto, sino un término del


lenguaje que designa distintas cosas. Si designa distintas cosas, entonces, ¿para qué sirve?
Para señalar lo que comparten en su diferencia. ¿Y qué comparten? Una capacidad de estar
produciendo vínculos y de autorregularlos en condiciones diferentes y, con frecuencia, de
gran adversidad. Entonces, puedes encontrar diversas formas de las tramas de lo común,
de hecho hay muchas formas, no hay una única o pura. Hay formas en las cuáles no se
parte de una condición de igualdad, puede haber una serie de procesos de jerarquización,
una serie de despotismos; pero, al mismo tiempo, se encuentran un conjunto de elementos
que refuerzan una vocación de estarse produciendo a sí mismos, como ocurre en el
mercado mexicano del tianguis, o lo puedes encontrar también en una colonia popular o en
un grupo de colegas o en una comunidad indígena, a eso estás aludiendo, y entonces hay
que partir de ahí y las preguntas que salen, las preguntas teóricas, si las recorres a partir de
la dinámica de producción de la trama son muy distintas. Se trata de entender su
funcionamiento interno y compararlas con otras experiencias. Vas aprendiendo y
coleccionando rasgos a los cuales atribuyes pertenencia y sentido, que son muy claritos en
las luchas de este ciclo.

Ahí encontramos, por ejemplo, un cierto principio de horizontalización, que sería como un
deseo, una mirada que se persigue, que se opera y que entonces se pelea contra dinámicas
autoritarias; aunque no se imponen límites rígidos de manera inmediata. Quienes
producen la trama no se espantan si, en algún momento, alguien condensa mayor
capacidad, lo que hacen es amarrar los lazos que van a impedir que esa dinámica devenga
en verticalidad. Por eso a mí me gusta más hablar de vocaciones horizontalizadoras porque
finalmente es un asunto de articular diferencias, no de presuponer igualdades. En una
asamblea de estudiantes y profesores, no es lo mismo cuando habla la alumna más tímida
que cuando habla una profesora: las palabras, las expresiones, los recursos son distintos.
Se trata justo de erosionar que alguien monopolice la producción de la decisión; de
reconocer que esas diferencias y esos diversos aportes están en juego. En este sentido, una
trama comunitaria sana es aquella que tiene capacidad de horizontalizar potencialmente.
155

También está la discusión sobre instituir y organizar: ¿Cómo vivimos, cómo nos
organizamos? Si lo piensas en términos de tramas pues hay tramas que son heredadas,
pero que se reactualizan, y hay que preguntarse en qué dirección son reactualizadas. Y
también hay tramas novedosas, pero que no salen de la nada. Desde el comienzo, siempre
existe una acción de reproducción, como la ley de conservación de la energía: en toda
producción hay reproducción de algo que estaba previamente ahí. ¿Cómo se reactualiza lo
heredado? ¿Y cómo se produce esta reactualización para que haya novedad? Se trata de ver
cómo van pasando esas experiencias y qué vamos aprendiendo.

El modo en el que lo expresamos es el siguiente: tenemos que pensar el curso completo de


la conservación y de la transformación, poniendo en el centro el conjunto de procesos
materiales y simbólicos de reproducción. Porque hay un hacer generalizado, impuesto, que
se empeña en establecer una separación, que todo el tiempo está dificultando esta manera
de mirar y percibir lo común.

-En relación a esto, sostienes que hay dos lógicas, la que rige los procesos de
acumulación capitalista y la que rige las tramas comunitarias, que está
siendo subsumida. Este esquema nos ayuda a organizar el pensamiento y las
luchas, tiene mucha potencia, pero, ¿no corre el riesgo de idealizar las
tramas comunitarias como aquello anterior a los procesos de acumulación
capitalista? ¿Qué relación mantienen esas dos lógicas: es solo de
sometimiento, de jerarquización o hay algún tipo de afectación mutua en
otro sentido? ¿Cómo se combinan?

Eso es justo lo que estamos estudiando. Por eso, hacemos rastreo histórico, en especial el
rastreo histórico genealógico y sentimos mucha afinidad con el historiador Peter
Linebaugh. En su trabajo, trata de dar cuenta de que el mundo no estaba privatizado
cuando empezó la historia, siempre había poderosos que intentaban delimitar el territorio,
pero sobre todo intentaban establecer quién tenía la prerrogativa de decidir sobre su uso.
Cuando el capitalismo se despliega como ofensiva brutal, una de las cosas que hace es
concentrar los derechos, establecer quién puede hacer uso del espacio y quién no. En
alguna época, lo público fue un lugar para usar; había mucho espacio público que ha ido
disminuyendo. Y esto nos da claves muy brillantes hacia otras cosas. Son fundamentales
los historiadores sociales que hablan de cómo la gente siempre está peleando porque no le
quiten, porque no haya despojo.

Entonces: esta mirada histórico genealógica no apunta hacia la idea de que antes hubiera
una cosa fantástica. No estamos hablando de un lugar idílico, sino de fijarnos cómo el
156

capitalismo en su avance degrada, inhibe, modifica y se injerta con los viejos despotismos y
los refuncionaliza para su propio fin. Porque contra lo que hay que pelear es contra la idea
de que el capitalismo democratiza en el curso de su desarrollo, esta idea es totalmente
falsa. Entonces, hay una clave histórica que tenemos que mirar.

Institucionalización y procesos colectivos: de-formar, re-formar, no con-


formar(se).

-Sobre la institucionalización, argumentas, desde tu experiencia en


Latinoamérica y, en concreto, en Bolivia, que la transformación no puede
darse desde la misma racionalidad del Estado, como un contrapoder que
operaría desde la misma lógica. Y que tampoco puede darse sin cuestionar el
mismo orden civilizatorio. Pensando en España, ¿puede imaginarse un
proceso donde en un primer momento no hay un cuestionamiento profundo
de esos principios civilizatorios, pero que sí se va produciendo en su
despliegue?

El asunto central es que la crítica a esos principios puede darse siempre, todo el tiempo, no
hay un único momento. Y que quienes quieran incorporarse al desafío de «vamos a
transformar en serio» requieren organizar la vida de otra manera, su propia vida
inmediata, su capacidad de producir vínculos. Se trata de disolver aquello que marca las
cosas como dadas y separadas y las contiene rígidamente. Se trata de preocuparse porque
estemos haciendo aquello que nos gusta de un modo adecuado para que quienes están
quepan; entonces, cuando eso es así, la vida inmediata recupera su carácter político, se
vuelve una fuerza que erosiona y desafía sistemáticamente la lógica del capital, y que desde
ahí puedes vislumbrar su disolución y eso se amplía.

-¿Y eso no nos constriñe a que formemos parte de esos procesos solamente
quienes ya estamos convencidos de antemano?

En tanto quienes hacemos esto no anteponemos cierta identificación en forma de auto-


adscripción, podemos mantener abierta una dinámica que genera un flujo o espacio de
inclusión, como algo que se va ampliando y reforzando. En realidad, esto lo hacemos
cotidianamente para sostener la vida, pero lo que es muy difícil, lo que no sabemos es
cómo llevarlo al mundo público. Es como la actividad del viejo topo: puro recrear lazo,
puro generar ayuda mutua, puro teje, teje y teje en condiciones, además, muy adversas,
157

siempre incómodas, negociando todo con el capitalismo, con el salario, con la condición
material que enfrenta cada una de las partes de la trama. Y este es un gran problema
porque entonces parece que no tenemos eficacia política en el sentido de efecto público
mediático, y considero que habría que explorar la posibilidad de tenerlo. Estas actividades
del tejer siempre están bajo amenaza y en ocasiones hay posibilidad de que desaparezcan.
Y eso es doloroso, aunque conviene, incluso para autoregenerarse ser capaces de pensar en
esta otra clave: estamos ante un ejercicio de cambio interno muy fuerte, de cambio de
paradigma, pero en todo.

- En ¡A desordenar!, enuncias una distinción que ilumina esta tensión entre


creación y poder: el poder hacer y el poder imposición. ¿Puedes explicar
esto?

Yo experimenté esto cuando estaba en la cárcel: allí pensaba sobre el poder hacer y el
poder imposición, pues en la cárcel lo que sucede es que todo es muy transparente: estás
encerrada, te dicen a qué hora te levantas, a qué hora te acuestas, cuándo te bañas. El
poder imposición es muy claro, pero el poder hacer también; y la manera en la que se van
contraponiendo se muestra de manera evidente. La pregunta que me hacía allí era: ¿cómo
expandir el poder hacer? No existe un hacer ideal: una vez que lo expandes el mundo te
conforma y también tienes que lidiar con una conformación previa. Entonces, la cuestión
de fondo es no conformarse, sino deformar y entonces intentar reformar, y así vamos.
Ahora bien, éste es un proceso exigente y constante, que se desarrolla de muy a poquito,
que no inhibe el hecho de conocer y anhelar momentos tumultuosos y enérgicos de
intervención pública colectiva para modificar las cosas en grande; que son también
destellos de la posibilidad de deformar lo que hay, confrontar lo que hay para establecer
otros términos, en particular, términos morales que fijan la distinción entre lo admisible y
lo inadmisible.

En México, por ejemplo, tenemos la tarea colectiva de establecer un renovado término


moral que establezca que no vale que nos maten. Eso es lo que percibo que ahora se está
expresando: la fuerza que sale y expresa «no vale que nos maten». Y tenemos que
perseverar en establecer ese grito: ¡No vale que nos maten! Entonces, lo que se enuncia
desde abajo choca con la materia configurada absolutamente rígida y tiene que irse
adecuando y hacer una serie de traducciones y, por tanto, se producen una serie de
capturas semánticas: lo que se expresa desde abajo se captura y es devuelto al espacio
público, pero ahora diciendo apenas una cosita, señalando alguna concesión. Es algo que
siempre experimentamos en la movilización cuando ésta llega a su límite. Por eso es tan
158

confusa y se funda en una expropiación: parte de lo que nosotros mismos decimos, pero se
inscribe en otra clave y se recorta de otra manera.

Cuando la perseverancia en el grito y, por tanto, en la deformación de lo que existe se


mantiene, surgen también una serie de problemas en términos legales, es decir, cuáles son
aquellas leyes que tienen que reformarse. Las leyes van a fijar durante un periodo aquello
que sea posible colectivamente y aquello que no sea posible colectivamente. Entonces sí
importa dar una serie de peleas legales. Por ejemplo, no vale que en España saquen a la
gente de sus casas. Eso no vale. Pero luego, en el día a día, el poder hacer es algo que está
siempre y que gira en torno al problema del cómo: cómo hacemos esto, cómo hacemos lo
otro.

-Desde esta mirada de preservar un hacer autónomo que sea amplio,


contagie a muchos, permita tejer entre diferentes, ¿cómo ves la apuesta por
«asaltar las instituciones» que tiene lugar en España desde hace casi tres
años?

Estoy de acuerdo en que hay que procurar gobiernos más favorables a la gente y menos
violentos o represivos. Pero no es «asaltar las instituciones», sino que se trata de preguntar
qué hay que hacer en las instituciones porque hay que seguir haciendo todo lo que ya
hacíamos, pero, ¿ahí dentro qué es lo que vamos a hacer? Y hay que pensarlo en la misma
clave que he dado de no conformarse. El problema es que con mucha frecuencia entramos
en las instituciones y nos conformamos y dejamos de deformar. No, lo interesante es
perseverar: acá venimos a subvertir, al infierno venimos a subvertir. Esa es la consigna, no
hay que olvidarla. Y ser capaz de explicar a los otros el sentido de esta clave.

-En relación a Bolivia, caso que conoces muy de cerca –y que desarrollas en
tu libro Los ritmos del Pachakuti. Levantamiento y movilización en Bolivia
(2000-2005)–, ¿qué crees que ocurrió?¿Podría decirse en esta clave que en
un momento dado hubo conformación?

¡Claro que se conformaron! Me acuerdo de Evo Morales comentando, en marzo de 2006,


cuando acababa de entrar, en su oficina de presidente de la república: «Es que estamos
presos, aquí estamos presos». Pero se hicieron con ese espíritu, se empezaron a adueñar de
la prisión. En vez de decir: «Sí, estamos presos, cómo seguimos entonces experimentando,
cómo intentamos darle la vuelta», con un sentido de cautela, por supuesto, de cautela
porque estás a otra escala, estás a una escala descomunal. En vez de eso se conformaron y
159

se instalaron en fijar los siempre reducidos límites de lo posible. No se trata de ignorar la


maquinaria enorme que está ahí y de la que formas parte, sino de desordenarla siempre,
no conformarse a ella.

- ¿Qué crees que produjo esa conformación?

Yo lo que vi fue a la pandilla de machos alfa mutar de una manera enloquecida y empezar a
perder de vista lo importante… lo que primero perdieron de vista, ¿sabes qué fue? Que
entre la palabra y que ocurran las cosas que se imaginan siempre media un proceso de
creación. Eso es lo primero que perdieron de vista. Y empezaron a confundirse, empezaron
a creer «que su palabra es la ley», como dice la canción mexicana. O sea, que por el hecho
de enunciar algo, ese algo sucede. Eso es el cristianismo, el principio del verbo, el
fundamento de la religión patriarcal, el sumun absoluto del pensamiento masculino que
niega todo lo que venimos diciendo en relación a las tramas comunitarias. Por eso me
interesa tanto la figura de Ada, la veo en otro lugar diferente.

Preguntarse siempre en colectivo: ¿Qué mundo queremos y cómo lo vamos


haciendo?

- Más allá de la institucionalización, en Europa existe una política muy


marcada por el asunto de los derechos individuales: Tener tal derecho,
acceder a tal cosa, etc. ¿Cómo se lee desde aquí esto y hasta qué punto puede
armarse un proceso de transformación profundo desde esa lógica?

Diría: política del deseo. Hay que preguntarse siempre: ¿Qué queremos? ¿Qué quiero yo? Y
si eso que quiero ahorita lo tengo que inscribir como derecho a tal, bueno, lo importante es
que sabes el camino. ¿Qué mundo queremos producir y cómo lo vamos haciendo? Hay
cosas que están muy bien en Europa, hay aperturas, hay derechos individuales buenos y
sanos, pero eso es fértil siempre y cuando se esté proyectando no como una cosa egoísta –
tener lo mío aunque todo siga igual–, sino como algo deseable para muchos y que opera de
una manera distinta. Podemos entenderlo en términos de ampliaciones, como, por
ejemplo, el reconocimiento legal de con quién una persona decide compartir su vida, que
garantiza una serie de prerrogativas sobre lo que se tiene y sobre lo que una puede ofrecer
a otra en términos de protección; entonces, más allá de su carácter de derecho sexual, creo
160

que hay que verlo como un derecho en general. Hay que verlos entonces como posibles
ampliaciones.

Violencia y distribución diferencial del dolor

- Por último, quería preguntarte sobre la violencia que tan sobrecogidas nos
tiene en México. Cuando sucedieron los atentados de París, muchas personas
protestaron por la enorme desigualdad en el trato de la muerte y el dolor.
Como si unas vidas valiesen más que otras, como si unas fuesen
universalizables –por su blanquitud, por su condición económica– y otras
fuesen absolutamente invisibles. ¿Cómo pensar esto? ¿Se pueden comunicar
los diferentes dolores en contextos tan desiguales? ¿Es necesario hacerlo
cuando la violencia se está globalizando de un modo tan terrible? ¿O la
distancia hace que sea imposible armar una preocupación común?

Aquí creo que más bien hay un esfuerzo de seguir pensando porque es un ejercicio
construir puentes en esas distancias. Hay que asumir esas distancias, no negarlas.
Efectivamente, con Europa es realmente complicado disminuirlas, pero también sucede
aquí en México, donde tenemos un desafío importante en ese sentido que se plasma en dos
imágenes, la de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y la de las asesinadas en
Ciudad Juárez. Yo creo que las mujeres de Juárez, las madres de Juárez, han sido muy
acertadas porque se han acercado a otros espacios, como las movilizaciones de Ayotzinapa,
sin dejar de decir: estar sin dejar de decir es otra forma de ampliar. Aquí es fundamental
no soslayar, no aceptar la segmentación, pero tampoco permitir que se oculte la diferencia.
La intuición es que hay que tensar, aunque aún no sabemos cómo.

[fuente: https://www.diagonalperiodico.net]

Estados Unidos debe elegir la diplomacia antes que la guerra


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221673
Phyllis Bennis

The Nation

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Nota del director: Durante gran parte de las dos últimas décadas y sin lugar a dudas desde la invasión de
Iraq en 2003 la política exterior progresista se ha definido por aquello contra lo que está, fundamentalmente
un neoconservadurismo agresivo que nos ha llevado a múltiples guerras en Oriente Próximo y ha sacrificado
objetivos internos en aras de una cruzada global por el dominio estadounidense. Pero está mucho menos
161

claro qué significa una política exterior progresista y cómo debería ser en la práctica. Es especialmente
importante tratar de definirlo ahora, tras la elección de Donald Trump.

Sería sensato que las personas progresistas reconocieran dos tendencias a este respecto. La primera define
una política exterior progresista como un simple rechazo de todo lo que Trump dice o hace. Por supuesto,
Trump ya ha nombrado a varios peligrosos extremistas para desempeñar cargos de política exterior y en el
mejor de los casos el propio Trump es imprevisible, aparentemente incapaz de centrarse de forma continua
en los difíciles problemas de política exterior. Pero algunas de sus declaraciones (sus peticiones de trabajar
con Rusia, acabar con las destructivas guerras de Estados Unidos y crear unos acuerdos comerciales más
equitativos) no distan mucho de lo que nosotros mismos hemos defendido. Tenemos que defender nuestra
propia versión progresista de estas posturas en vez de simplemente rechazarlas rotundamente.

La segunda tendencia que debemos evitar es caer en la nostalgia de la era Obama. Sin lugar a dudas
debemos defender los notables logros de su gobierno de entablar la normalización de relaciones con Cuba y
contribuir a lograr un acuerdo nuclear con Irán. También podemos elogiar la intención de algunos discursos
magníficamente elaborados y destinados a reparar la imagen de Estados Unidos en el mundo. Pero también
debemos recordar los defectos de la política exterior de Obama: el haber perpetuado la “guerra global contra
el terrorismo” (aunque no con el nombre que tenía en la Era Bush), incluidas unas guerras de drones no
declaradas que se han extendido desde el Maghreb al sur de Asia y una innecesaria aunque peligrosa nueva
Guerra Fría con Rusia. Y aunque esta revista apoyó a Hillary Clinton frente a Trump en las elecciones, nos
opusimos activamente a muchas de las llamadas políticas de “intervencionismo liberal” que Clinton defendía.

A pesar de la promesa democrática del movimiento inspirado por el senador Bernie Sanders, este no nos
dejó unas propuestas de política exterior que guiaran nuestro pensamiento en el futuro. Este es el debate
inconcluso que retomamos en este foro. Hemos pedido a seis importantes intelectuales progresistas que nos
expresen sus ideas acerca de lo que deberían ser los principios e ideas que definan una política exterior
progresista más allá de las elecciones presidenciales de 2016 (véase “Artículos relacionados” para el resto de
los artículos). Este es el inicio de un debate que debe emprender nuestra nación, pero no es en absoluto el
final.

****

Las elecciones de 2016 y sus aterradoras consecuencias han llevado a millones de estadounidenses a un
torbellino de racismo, xenofobia, histeria antiinmigrante e islamofobia, que refleja y al mismo tiempo
prepara el terreno para una política exterior aún más militarizada, guiada por el beneficio privado,
antimusulmana y antiinmigrante. Todavía no sabemos si la política exterior de Donald Trump reflejará su
anterior coqueteo con el aislacionismo o se acercará al intervencionismo militar furibundo del que son
partidarios muchos de los generales que ha nombrado. Sin embargo, incluso sin saberlo, debemos identificar
cómo debería ser una política exterior no imperialista y verdaderamente internacionalista, una política
exterior en la que el derecho internacional, los derechos humanos y la solidaridad global sustituyan a la
“guerra global contra el terrorismo”. Esta política empieza por recortar los presupuestos militares y acabar
con las guerras, ocupaciones e injusticias climáticas que están generando las muchas crisis de refugiados
que existen en el mundo.

Una nueva política exterior estadounidense debe ser amplia en su visión y en su alcance, y debe reconocer
que la guerra no puede derrotar al terrorismo. A pesar de algunas buenas intenciones y de algunos discursos
potentes, y a pesar de dar un nombre nuevo a la “guerra global contra el terrorismo”, el presidente Obama
fue incapaz de romper con ella; de hecho, acabó ampliando considerablemente su alcance con el uso de las
Fuerzas Especiales de Estados Unidos y aumentado las campañas de bombardeos en Siria, Libia, Yemen y
otros lugares, además de Iraq y Afganistán. El resultado de un incremento aún mayor de esta política por
parte del gobierno Trump no será sino el incremento del fracaso.

Una política exterior progresista significa dejar de favorecer tanto económica como políticamente a los
especuladores militares. Significa privilegiar la política sobre la guerra al tiempo que se rechaza el
aislacionismo y se reconocen las obligaciones vinculadas a ser la nación más poderosa y rica de la historia.

Estados Unidos tienen la deuda global de ayudar a los pueblos y países del mundo. Es una deuda que se
debe saldar rebajando drásticamente nuestro presupuesto militar de miles de millones de dólares. Estos
miles de millones de dólares (todavía supone unos 54 céntimos de cada dólar de impuestos en el
presupuesto federal) se deben destinar a prioridades internas urgentes (empleo, educación, protección del
medioambiente, sanidad y más cosas), al tiempo que se dedica buena parte a la ayuda no militar a pueblos
y naciones de todo el mundo. Esto es particularmente importante para aquellos pueblos cuyos tejidos
sociales y cuyas economías han devastado las guerras y las sanciones estadounidenses. Entre otras cosas,
162

nuestra nueva política exterior debería aumentar enormemente el apoyo humanitario a las personas
refugiadas y a las desplazadas por las guerras y las crisis climáticas.

Cambiando este gasto militar podemos prever una política exterior que privilegie la diplomacia sobre la
guerra. Debería empezar por proteger los éxitos diplomáticos del presidente Obama: el acuerdo nuclear con
Irán, la normalización de las relaciones con Cuba y el acuerdo sobre el clima de París. Son elementos
fundamentales del legado de Obama, pero están amenazados por Trump y un Congreso controlado por los
republicanos.

Campañas similares de perfil alto y con una fuerte inversión en favor de la diplomacia en vez de la guerra y
el militarismo se deberían emprender respecto a Siria y en general Oriente Próximo, y reflejar las a menudo
citadas palabras de Obama (aunque a menudo ignoradas) reconociendo que “no existe una solución militar”.
Se debería empezar por retirar las fuerzas militares estadounidenses y detener los ataques aéreos, se
debería seguir con un compromiso serio con otras potencias regionales y globales (en primer lugar, Rusia)
para acabar la guerra en Siria. Estados Unidos y Rusia tienen que apoyar un alto el fuego permanente y
presionar a sus respectivos aliados (Arabia Saudí, Turquía, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y la
oposición siria armada por una parte, y los gobiernos sirio e iraní, y Hezbolá por otra) para que acuerden un
embargo total de armas a ambos bandos. Impedir que nuestros aliados regionales envíen armas
estadounidenses a Siria (y detener la guerra saudí contra Yemen) fortalecería la capacidad de Washington
para persuadir a Rusia de que lleve también a cabo esta desescalada.

En Israel/Palestina una nueva política exterior basada en la justicia significaría reconocer que ha sido un
fracaso estrepitoso el organizado por Estados Unidos “proceso de paz”, que se basa en una solución de dos
Estados y se arrastra desde hace casi un cuarto de siglo. La fuerza cada vez mayor del movimiento a favor
de los derechos de los palestinos en Estados Unidos (y, a consecuencia de ello, el cambio en el discurso
popular estadounidense acerca de esta cuestión fundamental) ofrece una oportunidad sin precedentes para
que los líderes políticos reformulen la política estadounidense de manera que coincida con la opinión pública.
Los políticos podrían dejar en manos de la Asamblea General de la ONU el control de la diplomacia en esta
cuestión y poner fin al apoyo que Washington presta al apartheid y la ocupación israelíes, y respaldar, en
cambio, una política basada en el derecho internacional, los derechos humanos e igualdad, sin privilegiar a
las personas judías o discriminar a las no judías.

Hasta el momento la política exterior de Trump es extremadamente opaca, pero nuestra propia política
exterior progresista sigue siendo clara: es una política basada en la justicia, el internacionalismo y los
derecho humanos. Ningunas elecciones pueden cambiarla.

Corrección: en la lista de aliados de Estados Unidos y Rusia en la guerra civil siria un error del director de
esta revista omitió uno de los aliados de Moscú, el gobierno sirio. El texto se ha actualizado. Pedimos
disculpas a la autora.

Phyllis Bennis es directora del Proyecto Nuevo Internacionalismo del Institute for Policy Studies e
investigadora asociada del TNI y del Institute for Policy Studies de Washington DC. Phyllis está especializada
en política exterior estadounidense, especialmente respecto a Oriente Próximo y las Naciones Unidas,
organización donde trabajó como corresponsal de prensa durante diez años. Actualmente colabora también
como asesora especializada de varios cargos de alto nivel de la ONU sobre cuestiones relacionadas con
Oriente Medio y la democratización de la ONU. Es columnista habitual en varios medios y autora de muchos
artículos y libros, sobre todo centrados en Palestina, Iraq, la ONU y la política exterior de los Estados Unidos.
Entre sus últimos libros, cabe destacar: Understanding the U.S.-Iran Crisis: A Primer (Interlink, 2008),
Ending the Iraq War: A Primer (Interlink, 2008), Understanding the Palestinian-Israeli Conflict: A Primer
(Interlink, 2007), Challenging Empire: How People, Governments and the UN Defy U.S. Power (Interlink,
2005). Véase la traducción al castellano de su obra Desafiando al
Imperio,https://www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/Desafiando_al_Imperio-PRINT.pdf

Fuente: https://www.thenation.com/article/america-must-choose-diplomacy-over-war/

Entrevista al economista Vasili Koltashov


“La situación económica en Rusia es establemente mala”
163

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221683
Ángel Ferrero

La Marea

“La calidad de vida ha empeorado de manera sensible” en Rusia en los últimos años, afirma
en la entrevista

El economista Vasili Koltashov (Novosibirsk, 1979) conoce de primera mano cómo es la situación real de la
economía en Rusia. Koltashov es el director del Centro de Investigación Económica del Instituto de la
Globalización y los Movimientos Sociales (IGSO) de Moscú y también forma parte del Laboratorio de Política
Económica Internacional de la Universidad Plejánov de Economía. “La calidad de vida ha empeorado de
manera sensible en Rusia”, advierte.

En los medios occidentales leemos con frecuencia artículos que hablan de una crisis económica
inminente en Rusia, pero ésta parece no llegar. El gobierno ruso, por su parte, tiende a destacar
los aspectos positivos. ¿Cuál es el estado actual real de la economía rusa?

La situación es establemente mala. El año 2016 fue relativamente estable: los salarios no cayeron, pero
tampoco subieron y, para la gente que buscaba trabajo, fue difícil encontrar uno. En 2015 el salario medio
en rublos se redujo de manera considerable: en algunas regiones hemos visto una caída hasta los 27.000 y
20.000 rublos al mes (415-300 euros), en otras hasta los 25.000 (384 euros), 15.000 (230 euros) e incluso
los 13.000 rublos (200 euros) al mes. La calidad de vida ha empeorado de manera sensible. En 2014 y
2015, es decir, en dos años consecutivos, el rublo se ha depreciado.

¿Qué impacto han tenido las sanciones económicas de la Unión Europea y EEUU?

Prácticamente ninguna, en mi opinión. Llueve sobre mojado. Es la segunda onda de la crisis lo que
realmente afecta a la economía rusa. No hay sanciones contra Brasil, por ejemplo, y sin embargo su
situación es similar a la de Rusia.

¿Está funcionando el programa de sustitución de importaciones del gobierno ruso?

Muy poco. Incluso en la agricultura, donde hay muchas posibilidades de éxito, sus resultados distan de ser
positivos. Se dice que ha aumentado la cosecha de trigo y verduras, pero nadie sabe dónde están porque no
hay almacenes adecuados para almacenar la cantidad de alimentos que se declara haber producido. En
agricultura se han registrado algunos éxitos en el programa de sustitución de alimentos. En el sector
industrial encontramos algunos ejemplos de sustitución de bienes de consumo, pero es un efecto que sólo se
debe a la depreciación del rublo. La economía rusa sigue siendo débil como para sustituir todos los bienes
que importa.

Otro de los lugares comunes sobre la economía de Rusia es su dependencia de los hidrocarburos.
¿Hasta qué punto es cierto?

La dependencia es enorme. No sólo del petróleo y el gas, sino de la exportación de metales, fertilizantes
químicos y otras materias primas. La dependencia sería menor si el mercado interno estuviese más
desarrollado, pero la política anticrisis consiste en reducir el poder adquisitivo de los consumidores y recortar
los programas sociales. Es una copia de las medidas económicas de la Unión Europea.

Pero en la Unión Europea estas medidas de austeridad no están funcionando…

¿Cómo que no funcionan? Claro que funcionan: son muy efectivas a la hora de llevar a la bancarrota a la
gente [ríe]. El rublo ha sufrido como consecuencia de esta dependencia del precio del petróleo, se ha
debilitado directamente tras la caída de los precios de la energía y hay un temor crónico a que una crisis del
petróleo arrastre su valor con ella. La elite tiene la ilusión mística de que si los precios del petróleo
aumentan de nuevo todos los problemas se resolverán automáticamente. Pero eso, por supuesto, no es así.
La crisis económica en Rusia tiene causas tanto internas como externas. Las causas externas son los
cambios en los precios de las materias primas y en la demanda. En la economía doméstica es, sobre todo, el
164

sobreendeudamiento de la población por las hipotecas y préstamos para el consumo. Estos créditos sirven
para enmascarar los bajos salarios de la población, que han sido reducidos por las empresas. El gobierno y
las empresas se han adaptado a las condiciones de crisis a través de la reduccción de los salarios. También
los de los funcionarios: por ejemplo, los salarios de oficiales en las regiones eran de 35-40.000 rublos (615
euros aprox.) y ahora pueden llegar a cobrar 15.000 (230 euros). Esto crea una fuerte base para la crisis
interna, ya que no hay programas para crear puestos de trabajo de calidad ni estimular los salarios.

En su último discurso a la nación, el presidente Putin pidió un presupuesto más estable y una
economía cada vez más autónoma de la exportación de petróleo y gas. ¿Es posible a corto y
medio plazo?

Es posible, pero no está ocurriendo. Si persisten en su política neoliberal, no será posible. El presidente no
ha hablado de crear un complejo industrial como el que existía durante la Unión Soviética, ha hablado del
procesamiento de las materias primas. No se tratará de vender las materias primas, sino de procesarlas
primero en Rusia y ya se están construyendo factorías con ese propósito. Esto tiene que ver con el gas, el
petróleo y los minerales. Hay grandes planes para construir estas factorías en Siberia. Pero esto no cambia
en principio el motor de la economía, por lo que es insuficiente.

El complejo militar-industrial es conocido por ser otro de los pilares del país. ¿Cuál es el estado
de este sector?

Su importancia es enorme. Su capacidad de exportación ha crecido considerablemente. Rusia ha conseguido


adquirir la reputación de ser un país proveedor que no te invadirá si le compras y que te ofrecerá apoyo
diplomático cuando sea necesario. Quienes compraron armas a EEUU, por ejemplo, no recibieron garantías
de que algún día podrían ser invadidos. Sucedió, por ejemplo, en Libia: este país importó armas de Reino
Unido. Una vez cumplieron con el último contrato, fueron invadidos. En cualquier caso, este sector necesita
de un mayor orden: hay demasiada burocracia, una modernización limitada. El dinero del presupuesto para
Defensa no sólo se destina de manera ineficiente, sino que también es robado.

China es uno de los países con los que Rusia mantiene una relación económica preferente. ¿Cómo
cree que podría evolucionar esta relación?

Rusia se está convirtiendo en un proveedor de materias primas para China, y esta exportación se
incrementará. La compleja situación económica en China no está siendo considerada en serio y creen que el
crecimiento de la economía china permitirá mantener el ritmo de las exportaciones rusas.

Tanto en China como en Rusia hay mucha especulación con la posibilidad de desacoplarse del
sistema dólar.

Pienso que la cuestión es más complicada que eso. El euro se ha depreciado en los últimos años, la libra
esterlina también, ahora la pregunta es ¿qué divisa se depreciará antes, el dólar o el yuan? Ésa es la
verdadera pregunta. Los debates sobre alejarse del sistema dólar son, por ahora, mera especulación. China
busca apoyar la estabilidad del yuan porque si su moneda cae, la crisis en China se manifestará de manera
más clara y se extenderá a Rusia, golpeando a su economía. Pero si el dólar baja, el yuan caerá con él. Por
ahora el dólar se mantiene, mientras el yuan se deprecia gradualmente. De momento no hay signos de un
alejamiento del dólar. Los chinos, en cualquier caso, buscan convertir el yuan en un sistema análogo al
dólar. Veamos si ello ocurre. Yo, personalmente, no lo creo.

¿Cómo valora la Unión Económica Eurosiática?

Está testimoniando una crisis profunda. Como diría un médico: el paciente está más muerto que vivo. El
motivo es que Rusia ingresó en la OMC sin crear un mercado protegido en Euroasia. Esto hizo que Ucrania se
decantase hacia la Unión Europea y facilitó la victoria de las fuerzas de Maidán.

¿Cuál es la situación económica de Ucrania?

Se ha deteriorado de manera considerable. A nivel doméstico, sólo el sector agrícola es relativamente


estable. Podemos hablar de un proceso de desurbanización, no hay suficiente mano de obra en las ciudades.
La industria ucraniana es ineficiente, su maquinaria es anticuada y, de hecho, la industria se está muriendo.
En algunas partes con lentitud, en otras más rápidamente. El Acuerdo de Asociación con la Unión Europea es
una completa catástrofe. Con todo, la crisis habría afectado a Ucrania de cualquier modo.
165

¿Se busca convertir a Ucrania en un proveedor de materias primas para la Unión Europea?

Sí, eso es lo que ocurre en este momento. La mayoría de la mano de obra, en cualquier caso, trata de
emigrar a Rusia. Europa les ha cerrado las puertas.

¿Pero no estarían las empresas europeas interesadas en la mano de obra cualificada ucraniana,
como ocurrió antes con la integración de otros países de Europa oriental?

Ya no es así. Incluso si ése era el plan en 2014, en este momento no tienen puestos de trabajo para
ofrecer. El objetivo es que las corporaciones europeas controlen las riquezas de Ucrania. Puesto que Rusia
desea debatir y negociar la retirada de las sanciones, esto crea las condiciones ideales para que la Unión
Europea haga rehén a Ucrania en cualquier negociación. El objetivo de la oligarquía ucraniana era el Acuerdo
de Asociación con la UE y, después, acceder como miembro de pleno derecho sin ceder su poder. Ahora
mismo no tienen muchas oportunidades.

¿Ve tendencias aislacionistas o proteccionistas a nivel global?

Es probable que veamos en los próximos años una mayor desintegración de los bloques económicos
neoliberales y la creación de grandes mercados continentales. El llamado “nacionalismo económico” sólo
puede realizarse en grandes naciones con grandes mercados. Los grandes mercados requieren normativas y
aranceles, que funcionan como protección contra los competidores. También de una diferente estrategia
interna, consistente en un incremento de la demanda interna. La victoria de Trump en EEUU demuestra que
una política así sólo será posible si hay una dura lucha política interna.

También se habla de guerras comerciales, especulación de divisas e inclusos nuevas burbujas.

Hay una batalla en curso entre las bolsas china y estadounidense. En Europa hay una burbuja financiera. El
crédito barato, como la tasa del 0% del BCE, infla estas burbujas. También hay una burbuja industrial en
China, creada después de que el país atrajese al capital especulador internacional con la emisión de bonos.
Rusia tiene un sistema parecido. La caída de mercados de materias primas es inminente, al igual que la
depreciación del dinero, en particular del euro. El debate sobre una nueva política económica ganará
actualidad. La victoria de Donald Trump demuestra que ese debate es posible. Todos los demás están
buscando soluciones externas a sus problemas e ignoran sus cuestiones internas, las causas de la crisis. La
política de la UE es una expansión de su capital hacia el Este; la política de Rusia es mantener altos los
precios de las materias primas y un alto nivel de exportación de las mismas a China; la política de China es
encontrar inversiones extranjeras para mantener su burbuja industrial. Estas estrategias no ofrecen ninguna
salida a la crisis. Ignoran a los consumidores, a la gente. Lo único que ofrecen son nuevos créditos, y eso no
es ninguna solución.

Fuente: http://www.lamarea.com/2017/01/15/la-situacion-economica-en-rusia-es-establemente-mala/

“No puedes reformar el espacio urbano sin controlar los valores del
suelo”. Entrevista
Mike Davis
http://www.sinpermiso.info/textos/no-puedes-reformar-el-espacio-urbano-sin-controlar-los-
valores-del-suelo-entrevista

Sigue siendo figura central de una disciplina en la intersección entre la


geografía, la sociología y la arquitectura conocida como La Escuela de
Urbanismo de Los Ángeles, pero se jubila ahora del Departamento de
Escritura Creativa de la Universidad de California (Riverside). A comienzos
del pasado verano, invitó a la profesora de arquitectura y directora del
Laboratorio de la Ciudad de la Universidad de California (Los Ángeles), Dana
Cuff, y a la decana del Colegio de Diseño Medioambiental de la Universidad
de California (Berkeley), Jennifer Wolch, a su casa de San Diego para hablar
166

y entrevistarle sobre su carrera, sus escritos y sus tempranos y continuados


esfuerzos para entender Los Ángeles.

Dana Cuff: Nos dijiste que te preguntan demasiado por tu libro Ciudad de
Cuarzo, así que vamos a empezar de otra manera. Como uno de los grandes
contadores de historias urbanas de California que eres, ¿qué crees que nos falta
en nuestra comprensión de Los Ángeles?

Mike Davis: La lógica económica de los bienes raíces y de la urbanización del


suelo. Esta ha sido siempre la clave capital para entender las políticas espaciales
y raciales en la California meridional. Como explicó por lo magnífico el más
influyente pensador radical del siglo XIX –y no me estoy refiriendo a Marx, sino al
californiano de San Francisco Henry George—, no puedes reformar el espacio
urbano sin controlar los valores del suelo. La zonificación y la planificación urbana
–los instrumentos progresistas para crear la llamada Ciudad Hermosa [de la
Escuela urbanística de Chicago de finales del XIX]— han sido totalmente
secuestradas para servir al mercado o han experimentado la muerte de los mil
cortes, es decir, por acumulación de desviaciones. Yo fue brevemente comisario
de desarrollo urbano en Pasadena, a mediados de los 90, y tuve ocasión de
observar la facilidad con que se dejaban de lado inveterados criterios de diseño y
planes comunitarios por la presión de los financiadores de campañas electorales y
de los grandes promotores inmobiliarios.

Si no intervienes en la operación de los mercados inmobiliarios, terminas


normalmente generando el resultado opuesto al que pretendías. Con el tiempo,
por ejemplo, las mejoras en el espacio urbano público disparan al alza los valores
de la vivienda y tienden a convertirse en subsidios al ocio de los ricos. En los
mercados inmobiliarios dinámicos y en emplazamientos céntricos, las
organizaciones sin ánimo de lucro no pueden permitirse comprar suelo para
construir vivienda de bajo coste. Artistas novatos e hípsters se convierten sin
saberlo en la tropa de choque de la gentrificación y en poco tiempo ya no pueden
permitirse seguir viviendo en los barrios y distritos comerciales a los que
revigorizaron. Las viviendas accesibles se alejan inexorablemente de los puestos
de trabajo, y la crisis del centro urbano termina en plazas como la de San
Bernardino.

Si aceptas que la estabilización de los valores del suelo es condición necesaria de


la planificación democrática a largo plazo, hay dos grandes soluciones no
revolucionarias. La solución de [Henry] George fue la más expedita: ejecuta a los
monopolistas y a los especuladores del suelo con un impuesto único del 100%
sobre los incrementos de los valores del suelo no mejorado. La otra alternativa no
es tan radical, pero ha sido empleada con éxito en otros países capitalistas
167

avanzados: municipaliza las partes estratégicas del inventario de suelos para


vivienda accesible, parques y cinturones verdes moldeadores.

El uso de la expropiación para la reurbanización –hay que recordarlo— fue


originariamente concebido para transformar barrios de vivienda privada pobre en
vivienda de titularidad pública. Al final de la II Guerra Mundial, cuando los
progresistas eran mayoría en el gobierno de la ciudad, Los Ángeles adoptó planes
verdaderamente visionarios tanto para la vivienda pública como para crecimiento
suburbano racional. Lo que pasó luego es harto conocido: una contrarrevolución
municipal concebida por [el periódico] Los Angeles Times. Resultado: los
gobiernos locales siguieron usando la expropiación, pero las más veces para
transferir suelo de los pequeños propietarios a las grandes empresas y a los
bancos.

Saltemos a los 80. Apareció una nueva oportunidad. La reurbanización del centro
urbano devoraba centenares de millones de impuestos desviados, pero su futuro
era sombrío. Unos años antes, Reyner Benham había proclamado la muerte o, al
menos, la irrelevancia del centro urbano. Si la administración de Bradley hubiera
tenido voluntad política, podría haber municipalizado el corredor de Spring-Main
Street a precios de mercado tirados. Tal vez cerca de 1 millón de metros
cuadrados habrían quedado disponibles para apartamentos familiares, pequeños
negocios para inmigrantes, mercados públicos, etc., con alquilares accesibles
permanentemente controlados.

Una vez le pregunté sobre esto a Kurt Meyer, un arquitecto de empresa que había
sido presidente de la Agencia de Reurbanización Comunitaria. Vivía sobre el
Beachwood Canyon, debajo del cartel de Hollywood. Solíamos reunirnos a la hora
del desayuno, porque él disfrutaba contando historias de poder y propiedad en Los
Ángeles, lo que le convertía en un fuente única para mi investigación de la época.
Me contó que las elites del centro urbano estaban horrorizadas con la inesperada
revitalización del corredor de Broadway que habían traído consigo los comercios
mexicanos, y que la última cosa que querían era un centro urbano populista.

También ofreció respuesta a una cuestión que hacía tiempo me intrigaba. “Kurt,
¿por qué esa prioridad absoluta y a costa de todo para tener a la clase media
viviendo en el centro urbano” “Mike, sabes algo sobre espacios arrendados en
edificios de gran altura?” “Realmente, no”. “Bueno, la parte más difícil de alquilar
es la planta baja: para sacar el máximo valor, necesitas una población residente.
No puedes limitarte a tener trabajadores de oficina que vayan a desayunar o
almorzar; necesitas la noche, un tráfico de 24 horas”. No sé si esa es realmente
una explicación adecuada, pero desde luego me convenció de que los
planificadores y los activistas necesitamos una comprensión mucho más profunda
del juego.

Ello es que, finalmente, la clase media ha venido al centro urbano, pero sólo para
convertirlo en un suburbio. Los hipsters creen que viven en el núcleo de la vida
urbana, pero se trata solo de un falso urbanismo, de un gran emplazamiento de
168

compras residencial. El centro urbano no es el corazón de la ciudad, es una vaina


de estilo de vida lujoso para las mismas gentes que dicen que Silverlake es el
“Eastside” o que Venecia sigue siendo bohemia.

Cuff: ¿Por qué los llamas suburbios?

Davis: Porque el regreso al centro expresa el deseo de espacio urbano y de


multitudes sin permitir la variedad democrática del igual acceso. Es oro para
necios, y la gentrificación ha tomado el relevo de la renovación urbana a la hora de
desplazar a los pobres. Piensa en el estudio pionero que realizó Anastasia
Loukaitou-Sideris sobre la privatización del espacio en la cumbre del cerro de
Bunker Hill. Claro que el patrón de tu museo o el residente en condominio se
siente en casa, pero si eres un patinador salvadoreña, caramba, pues te irás
probablemente a Juvenil Hall.

Cuff: ¿Podrías incorporar la arquitectura a tus reflexiones sobre los bienes raíces?
¿No diste un curso hace años sobre eso en el Instituto de Arquitectura de la
California Meridional?

Davis: Cuando me contrató por primera vez el Instituto en 1988 le confesé a su


entonces director, Michael Rotondi, que no tenía la menor idea de arquitectura. Me
contestó: “No te preocupes, eso corre de nuestra cuenta. Tu tarea es enseñar
sobre Los Ángeles. Muéstrales a los estudiantes la ciudad”. Fue una maravillosa
tarea y, durante una década, participé en una buena cantidad de estudios notables
trabajando con gentes de la talla de Michael Sorkin, Joe Day, Anthony Fontenot y
otros arquitectos radicales.

Mi propio proyecto de vanidad, por así decirlo, consistía en demostrar la


factibilidad de un estudio comunitario de diseño que se enfrentara a los problemas
de viejos barrios y suburbios. Con el apoyo de un activista destacado de la
comunidad centro-americana, Roberto Lovato –ahora, un conocido periodista—,
nos centramos en distrito de Westlake, lindante con el oeste del centro urbano.

Yo conocía la zona bastante bien, porque a finales de los 60 había vivido allí
mientras me ocupaba de la gestión de la librería del Partido Comunista en la Calle
Siete, curiosamente cerca de la vieja oficina del FBI en Wilshire. Eso fue justo
después de los deshaucios de Bunker Hill y de que el grueso de sus residentes
hubieran sido realojados en conventillos al lado de Parque MacArthur. Caminando
hacia la librería, me encontré muchas veces con los cuerpos de esos pobres viejos
169

tirados en la acera: ¡quién sabe qué sueños los habrían traído a Los Ángeles hacia
1910 o 1920!

Nos centramos finalmente en estudiar Witmer Street, entre la calle 3 y Wilshire,


porque tenía un abanico casi completo de tipos de edificios multifamiliares: una
casa unifamiliar de 1890, un patio de bungalows de los años 20, un edificio de
apartamentos de los años 60 y hasta un edificio masónico de apartamentos que se
usaba como escenografía para Hill Street Blues.

Los estudiantes se dividieron en dos grupos entrenándose por su cuenta como


inspectores de edificios y de incendios, y exploramos el vecindario molécula a
molécula durante dos semestres. Un grupo estudiaba cuestiones de seguridad
antiincendios y otros riesgos, como tejados desprotegidos convertidos en lugar de
juego para los niños. Observamos las necesidades de algunos obreros, costureras
y mecánicos de automóviles; estudiamos problemas de recolección de basuras;
observamos asuntos relacionados con las rivalidades entre bandas y con los
mayores alcoholizados. Con el apoyo de Lovato, entramos en los apartamentos –
normalmente, moradas para entre tres y cinco personas— y analizamos cómo
organizaban las familias sus minúsculos espacios. Investigamos quiénes eran los
propietarios de los edificios, calculamos la rentabilidad de su alquiler, incluso
visitamos y fotografiamos los hogares de los amos de esos tugurios del centro
urbano, que vivían en Beverly Hills y en la playa de Newport.

La única forma de vivienda que era generalmente popular, en donde los


arrendatarios habían estado allí desde hacía mucho tiempo –todos los demás iban
y venían— era el complejo de apartamentos del patio de bungalows, con sus
pequeños jardines y una fuente. Lo más detestado no eran las escaleras de
incendio de la vieja propiedad de los años 20, sino el edificio de apartamentos con
aparcamiento subterráneo construido en los 50 o 60 en lotes unifamiliares. Esos
edificios estaban diseñados para experimentar un rápido deterioro en pocas
décadas y representan un verdadero problema en toda la California meridional.
Los otros tipos multiunidad eran duraderos, pero resulta difícil de imaginar una
alternativa al estuco arruinado que no sea el derribo, lo que, en efecto, han hecho
las promotoras inmobiliarias, pero sólo para reemplazar ese tipo de edificios por
“supercubos” de cuatro o cinco plantas que no son sino versiones ampliadas de
los mismos problemas.

Nuestro objetivo era reunir todos nuestros descubrimientos en una suerte de


Catálogo Completo subido a un portal web y luego invitar a todo el mundo a
escribir y aportar ideas sobre asuntos genéricos de los barrios obreros como
desperdicios, juego, trabajo, graffiti, bandas, espacio social, aparcamiento, etc. No
nos proponíamos crear un plan maestro en miniatura, sino levantar un arsenal de
soluciones prácticas de diseño fundadas en un análisis cuidadoso, realista que
pudiera ayudar a los residentes a encuadrar sus reivindicaciones a los señores del
suelo y a la ciudad. Imaginábamos colaboraciones de arquitectos, artistas y
artesanos que actuaran como constructores de herramientas al servicio del
activismo y el autodiseño comunitario. Todavía creo en la idea, mi contrato con el
170

Instituto de Arquitectura terminó cuando se fue Michael Rotondi, nuestro gozoso


bromista, nuestra luz rectora.

Cuff: La idea de construir herramientas en vez de hacer un plan maestro es útil.


Un grupo de estudiantes de urbanismo y humanidades de la UCLA se centró en
Boyle Heights, que, como Westlake, está experimentando una presión
urbanizadora. Los instrumentos solicitados por la comunidad eran bastante
directos, una suerte de manual sobre cómo convertir en parques espacios
abandonados. Fue un interesante diálogo sobre las respectivas actuaciones el que
se desarrolló entre las humanidades, la arquitectura y los estudiantes. ¿Se puede
no suministrar lo pedido y seguir siendo un aliado socialmente responsable de los
grupos comunitarios? La discusión fue interesante porque los estudiantes entraron
en acción, desde estudiantes de arquitectura, siempre dispuestos a hacer algo aun
no disponiendo de mucha información, hasta los estudiantes de humanidades,
renuentes a actuar si creen que no saben lo suficiente o no tienen derecho a
intervenir.

Davis: Ese tipo de consciencia puede venirles bien algunos arquitectos veteranos
de Los Ángeles, que contemplan la ciudad como una zona de tiro libre para
cualquier ocurrencia vanidosa que les venga a la cabeza, cualquiera que sea el
contexto urbano o su historia. En Ciudad de cuarzo critiqué a Frank Ghery por sus
diseños furtivos y por su excesiva preocupación por la seguridad. Fue realmente
como pisarle un callo, porque él viene de una tradición socialdemócrata y no le
gustó nada mi descripción de su obra a calzón quitado como “la arquitectura de
Harry el sucio”.

Un día, unos años después, me llamó para ir a verle. “Vale, tío importante, mira
esto”, Y me mostró la última entrega del diseño de su Disney Concert Hall, que
tenía un parque ajardinado alrededor de su perímetro no-euclidiano. “Me criticaste
por hacer diseños antidemocráticos, pero ¿esto qué es?”. Y efectivamente, había
una astuta integración del elitista Concert Hall con espacio de juego para niños de
la zona y de descanso para gentes sin techo. Invitaba antes que excluía a los
residentes del barrio pobre Latino, como la Witmer Street que rodea al centro
urbano. Eso no tenía prácticamente precedentes, y tuvo que librar una larga
batalla con el condado, empeñado en aislar Disney y ponerle límites. En esta
ocasión al menos, una celebridad arquitectónica luchó del lado bueno.

Jennifer Wolch: Desde luego. Sin embargo, es una cuestión importante


particularmente para los estudiante de humanidades: el asunto de la subjetividad
les hace reticentes a hacer propuestas.
171

Davis: Pero ellos tienen competencias. La narrativa es una parte importante a la


hora de crear comunidades. Las historias de la gente son claves, especialmente
las de sus rutinas. A mí me parece que hay importantes competencias y
calificaciones en las ciencias sociales, pero las humanidades son particularmente
importantes por las historias. También creo que un coreógrafo sería un gran
analista del espacio y un suerte de imaginador de usos del espacio.

Un día tuve una larga conversación con Richard Louv sobre Last Child in the
Woods [El último niño en los bosques], uno de los libros más profundos de nuestro
tiempo, una meditación sobre lo que significa para los niños perder contacto con la
naturaleza, con el juego y la aventura nómada libres y no organizados. Una
generación de madres obligadas a ser chóferes a tiempo completo, llevando a los
niños de una distracción comercial a otra, de un evento lúdico sobreorganizado a
otro. Yo crecí en el este del Condado de San Diego, en la frontera misma con las
tierras del interior, y una vez hechos los deberes (una cosa seria en aquella
época), podías montarte en la bici y lanzarte a la acción como Huck Finn. Había
una colonia nudista en Harbison Canyon, a unas doce millas, y nosotros cogíamos
nuestras bicis y pedaleábamos cuesta arriba horas y horas en la esperanza de
lograr ver algo a hurtadillas a través de las verjas. Como todos mis amigos, tuve
una escopeta del 22 al cumplir los doce años. Hacíamos cosas malas a los
animales, lo confieso, pero éramos espíritus libres, odiábamos la escuela, nos
importaban un higo las calificaciones, nos librábamos de nuestros padres gracias
a pequeños empleos a tiempo parcial y trabajos de jardinería y nos deleitábamos
con todas y cada una de nuestras fechorías locas y aventureras. Desde que
regresé a San Diego en 2002, me reúno anualmente con los cinco o seis chicos a
los que conozco desde el segundo grado en 1953. A pesar de las grandes
diferencias de convicciones políticas y religiosas, seguimos siendo la misma
banda de los viejos tiempos.

Y las bandas eran lo que te mantenía seguro y la razón de que las madres no se
preocuparan de nuestras citas lúdicas ni los acosadores de niños. Recuerdo que
incluso en el jardín de infancia –vivíamos entonces en el área de City Heights de
San Diego— teníamos una banda que iba junta a la escuela y jugaba cada tarde.
Un grupo de nenes y nenas, siete u ocho, que vagaba sin rumbo y mendigaba
unos centavitos para comprar chicles en el quisco de la esquina. Hoy, la idea de
bandas de niños o adolescentes sin vigilancia suena como un problema de ley y
orden. Pero así es como las comunidades funcionaban entonces y podrían seguir
funcionando ahora. Aparte de Louv, recomiendo calurosamente el libro del
anarquista inglés Colin Ward The Child in the City [El niño en la ciudad]. Un
propósito capital de la arquitectura, sostiene él, debería ser diseñar ambientes
aptos para las aventuras y los descubrimientos fortuitos, no programados.

Wolch: Mike vamos ahora a una cuestión completamente diferente. Uno de los
libros tuyos más nos gustan es Late Victorian Holocausts [Holocaustos victorianos
tardíos]. No versa sobre ciudades, sino sobre Occidente. Cómo te decidiste a
172

vincular la historia del cambio climático con las hambrunas y la ecología política?
Es como si hubieras tomado una desviación…

Davis: Luego de los disturbios de 1992, la editorial Knopf me avanzó mucho


dinero para escribir un libro sobre el apocalipsis urbano. A través de mis
actividades políticas había llegado a conocer a las madres de muchos actores
clave en esos acontecimientos, incluida Theresa Allison, cuyo hijo, Dewayne
Holmes, fue uno de los primeros en promover la Tregua de Watts de la banda.
También conocí a la mamá de Demian Williams, que era el villano en jefe, el
chaval que golpeó casi hasta la muerte al camionero en la esquina de Florence y
Normandie. A través de sus ojos llegué a adquirir una perspectiva muy distinta de
la relación entre causa y efecto, así como de lo que fue correcto y lo que fue
incorrecto en el curso del estallido. Pero al final del día no podía hallar la menor
justificación real al tipo de periodismo que sostiene sus tesis con pretensión de
autoridad a través de citas y retratos selectivos de gentes que por lo general no
pueden controlar la versión final. En los años 30, este tipo de documentación
social o narrativa existencial de segunda mano –las fotografías de Dorothea Lange
o el Dejadnos Ahora Alabar a los Hombres Famosos, de James Agee, por
ejemplo— podía presentarse como una parte integral de una cruzada, el New Deal
o la [central sindical] CIO, que luchaban para mejorar las vidas de las víctimas
populares, y que eran a menudo sus sujetos desconocidos. Pero ahora, en
nuestra era posliberal, ese trabajo corre el peligro de resultar simplemente
sensacionalista y explotadoramente ventajista. Francamente, por mucho que
deseara escribir el libro, no podía hallar licencia moral alguna para saquear
historias populares y miserias personales a mayor gloria mía en tanto que voz
losangelense del apocalipsis. De modo que devolví el dinero avanzado y moví mi
base de operaciones a la biblioteca de ciencias de la Tierra del Cal Tech [Instituto
Tecnológico de California] y me sumergí en la investigación de la historia y el
desastre medioambiental que generó mi libro Ecología del miedo.

Descubrí también otro asunto en el que no había ninguna ambigüedad ética, un


proyecto en el que iban perfectamente de la mano mi conciencia y mi celo
investigador. Tom Hayden me contactó en 1995 o 1996 y me pidió colaborar en un
volumen que él estaba compilando para 150 aniversario del holocausto irlandés. Al
principio puse reparos. Había jóvenes y brillantes historiadores irlandeses que
estaban reinterpretando la Hambruna, y yo no tenía la menor experiencia en esa
área. Pero insistió: “Bueno, tal vez haya alguna otra cosa coetánea sobre la que
podrías escribir”. Entonces descubrí las hambrunas en China y en la India durante
las décadas de 1870 y 1890, que mataron a cerca de 20 millones de personas
pero que no habían recibido la menor mención en la historiografía convencional de
la Era Victoriana. El resultado fue Holocaustos victorianos tardío, una especie de
“Libro Negro” del capitalismo que versa sobre los millones de muertes
innecesarias que ocurrieron cuando las potencias europeas –sobre todo,
Inglaterra— forzaron el ingreso a toda marcha en el mercado mundial de las
173

grandes economías campesinas de subsistencia de India y China. Con resultados


desastrosos.

Wolch: Tenemos un última cuestión sobre tus novelas para jóvenes adultos.
Cuando damos en clase tu Ciudad de cuarzo u otra de tus descorazonadores
piezas sobre Los Ángeles, uno siempre está tentado a pensar que al salir de clase
los alumnos se tirarán de un peñasco. Pero tus novelas para adultos jóvenes
parecen abiertas a algún tipo de futuro alternativo esperanzador.

Davis: ¡Eh! No deberíais sentiros descorazonadas por mis libros sobre Los
Ángeles. Son precisamente polémicas apasionadas sobre la necesidad de una
izquierda urbana. Y mi tercer libro sobre Los Ángeles, Urbanismo mágico, irradia
literalmente optimismo sobre el renacimiento de los movimientos de base en
nuestros barrios de inmigrantes. Pero, para volver a las dos novelas de “ciencia
aventura” para adolescentes: las escribí para la espléndida editorial de Viggo
Mortensen, Perceval Press. Son, sobre todo, manifestaciones de nostalgia por mi
hijo mayor, luego de que su madre se lo llevara de vuelta a su Irlanda natal. Los
héroes son tres niños reales: mi hijo, su hermanastro y la hija de nuestros mejores
amigos cuando yo impartía docencia en Stony Brook en Long Island. El nombre de
la niña es Julia Monk, y ahora es una bióloga especializada en vida salvaje que
está haciendo su tesis doctoral sobre pumas andinos en Yale. Estoy muy orgulloso
de haberla convertido en la guerrera-científica heroína de las novelas, porque mi
intuición sobre su carácter se ha hecho plena realidad. Una joven muy notable.

Escribir estos cuentos fue pura diversión. La inspiración original fue un viaje que
hicimos con mi hijo al este de Groenlandia cuan él tenía siete años. Eso se
convirtió en El país de los mamuts perdidos. Historias como esta se escriben
solas, especialmente porque se trata de niños reales y tu estás proyectando sus
caracteres morales en situaciones de aventura y peligro fantásticos (aunque
algunas de las partes más estrafalarias de los libros son verdaderas y están
basadas en mi obsesión de toda la vida por las islas misteriosas). En cierto modo,
fue como si los cuatro hubiéramos realmente hecho una expedición a Groenlandia
y a la extraña y embrujada isla de Socotra.

Pero dejemos a los chicos continuar la aventura. Yo me he convertido en un


jubilado muy casero, centrado ahora en aprender todo lo que pueda sobre la
naturaleza y la geología de la California meridional. La única organización a la que
pertenezco (de grupos no subversivos, se entiende) es la Unión Geofísica
Americana. Mi mujer disfruta de una buena novela en la cama. Yo leo extraños
volúmenes sobre petrología ígnea y paleoclimatología. Tengo incluso en algún
lado un texto à la Stephen King [sobre la calle en la que vivo] llamado Ecología de
la calle 33, porque no hay nada natural en este barrio, desde los arundos hasta los
caracoles sicilianos, que si llegaran a invadir el Valle Central podrían dañar las
174

cosechas y provocar unos cuantos miles de millones de dólares de pérdidas. No


existen cuervos aquí, ni tampoco las siniestras arañas viuda negra que ahora
viven en el mobiliario de mi patio. Para mí este es un gran material de novela
negra: el barrio tomado por aliens sin que sus habitantes se enteren.

Mike Davis

profesor del Departamento de Pensamiento Creativo en la Universidad de California,


Riverside, es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO. Traducidos
recientemente al castellano: su libro sobre la amenaza de la gripe aviar (El monstruo
llama a nuestra puerta, trad. María Julia Bertomeu, Ediciones El Viejo Topo,
Barcelona, 2006), su libro sobre las Ciudades muertas (trad. Dina Khorasane, Marta
Malo de Molina, Tatiana de la O y Mónica Cifuentes Zaro, Editorial Traficantes de
sueños, Madrid, 2007) y su libro Los holocaustos de la era victoriana tardía (trad.
Aitana Guia i Conca e Ivano Stocco, Ed. Universitat de València, Valencia, 2007). Sus
libros más recientes son: In Praise of Barbarians: Essays against Empire (Haymarket
Books, 2008) y Buda's Wagon: A Brief History of the Car Bomb (Verso, 2007;
traducción castellana de Jordi Mundó en la editorial El Viejo Topo, Barcelona, 2009).
Fuente:

https://boomcalifornia.com/2016/12/29/a-boom-interview-in-conversation-with-jennifer-wolch-and-
dana-cuff/

Traducción:

Mínima Estrella

Temática:

Entrevista al periodista Decio Machado


“El capitalismo ha alcanzado sus límites respecto a su capacidad de
adaptación”

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221663
Ángela Pastor

Aldhea
175

Aprovechando de la presencia del periodista y analista político Decio Machado en Bogotá, uno de los
fundadores del periódico Diagonal y coautor junto a Raúl Zibechi del libro “Cambiar el mundo desde arriba.
Los límites del progresismo”, la revista estudiantil Oveja Negra realizó la siguiente entrevista.

-Donald Trump en la Casa Blanca. ¿Cómo nos explicamos esto?

-Primero algunos clásicos griegos, luego Hegel y finalmente Bertalanffi en su teoría general de sistemas ya
indicaron aquello de que todo tiene que ver con todo. Explicar el fenómeno Trump pasa por entender la crisis
del neoliberalismo en EEUU; la crisis de representatividad política existente tanto en el Partido Demócrata
como en el Republicano; las expectativas de cambio que ya con la elección de Obama se explicitaban por
gran parte del electorado estadounidense y que han sido sistemáticamente ignoradas; la crisis de un sistema
diseñado única y exclusivamente para beneficiar al 1%; las lógicas derivadas de la salida dada a la crisis del
2008 y las tensiones que genera el nuevo orden internacional existente tras la emergencia de determinadas
economías en el marco de la globalización. Hablando estrictamente de lo que pasa en los Estados Unidos,
cabe destacar que el estancamiento de la capacidad adquisitiva de sus trabajadores es un hecho que se
prolonga desde el año 1973 y que la deuda pública de este país se ha duplicado hasta llegar a la cuota de
300% de PIB. En paralelo la proporción sobre el PIB del sector del capital especulativo, ya sea este
financiero, de seguros o inmobiliario, es hoy mayor que la del sector industrial. Así las cosas, la clase
trabajadora estadounidense se muestra cansada de un sistema que desde hace décadas ya no les beneficia.
A pesar de lo que a nosotros desde fuera de los Estados Unidos nos pueda parecer Trump, los últimos
avances en aplicación de técnicas neurocientíficas permiten entender que los votantes no utilizan la razón,
sino la emoción y los sentimientos a la hora de determinar sus opciones electorales. En el marco de este
deterioro económico y sumado el hecho de que la política tradicional se ha ido convirtiendo en una
payasada, un tipo como Donald Trump ha venido a demostrar que los parámetros tradicionales de la política
electoral estadounidense ya no están esculpidos en piedra.

-¿Según tú las presidenciales de Estados Unidos fueron un circo?

-La composición, aún en marcha de lo que será la administración Trump marca el camino de lo que va a ser
la nueva agenda económica estadounidense: bajada de impuestos a la clase media, desmontar la ley Dodd-
Frank que buscaba articular cierta regulación sobre los grandes emporios financieros tras la crisis subprime y
una nueva etapa proteccionismo que conllevará algunas guerras comerciales con otros países y bloques
regionales. Dentro del patio de comedias en que se ha convertido la política gringa podemos ver en la
actualidad como Goldman Sachs, uno de los bancos más importante del planeta, ha pasado de ser el más
odioso aliado de Hillary Clinton a convertirse en una de las canteras de lo que será el nuevo gobierno de
Trump. En resumen, mientras durante la campaña electoral Trump acusaba a la candidata del Partido
Demócrata de favorecer a las grandes empresas y a las mafias de Wall Street en detrimento de las medianas
y pequeñas compañías, a la hora de la verdad vemos como la nueva administración no significará más que
una vuelta al liberalismo económico clásico, nada nuevo en Estados Unidos, aunque eso sí, ahora con cierto
énfasis en el nacionalismo comercial.

-¿No generará un caos económico mundial una nueva era de aislacionismo comercial
estadounidense?

-La teoría del caos tiene un carácter multidisciplinar y genera conductas complejas e impredecibles pero que
derivan en ecuaciones o algoritmos bien definidos matemáticamente. Estados Unidos ha aplicado políticas
proteccionistas desde los orígenes de su historia y para el subconsciente colectivo de sus ciudadanos, fueron
los altos aranceles establecidos durante el siglo XIX los que permitieron su revolución industrial y eje motriz
que les convirtió en potencia mundial. En este sentido el discurso de Donald Trump ha sido de corte clásico y
eso de hacer a “América grande otra vez” se resumen en un imaginario de protección de industrias
consideradas estratégicas, desarrollo de industrias emergentes, fomento de la reindustrialización y vuelta de
las empresas en el exterior con el consiguiente crecimiento del empleo nacional. En definitiva y siguiendo las
simplistas tesis trumpianas, bastaría con repetir esa política para conseguir los mismos efectos en el actual
momento de globalización económica.

El caos al que haces referencia no creo que vaya a derivar de las políticas de Trump, sino que más bien
serán el fruto del desequilibrio económico actualmente existente en el sistema mundo. Desde la crisis del
2008 estamos asistiendo a un aumento imparable de la deuda global, hablamos de un monto aproximado a
176

200 billones de dólares, tres veces el tamaño de la economía global. Sin embargo, la capacidad de
endeudamiento en las economías capitalistas están vinculadas a sus niveles de competitividad y crecimiento,
ambos indicadores en cuestión en la economía global en su momento actual.

¿-Y China?

-Pues China más de lo mismo. Su economía representa el 17% de la economía global y su deuda total china,
la pública más la privada, alcanza ya cuotas del 270% de su PIB. El endeudamiento privado chino, sostenido
en muchos casos por más de seis mil bancos subterráneos cuyos préstamos ocultos no forman parte de los
balances de préstamos del sistema financiero convencional, se eleva a unos dos billones de dólares, es decir,
cinco veces más que el volumen de préstamos de alto riesgo que tenía Estados Unidos al comienzo de la
crisis subprime.

-¿Cambiarán las tendencias en la geopolítica estratégica mundial tras la elección de Trump?

-Eso ya es un hecho ¿no te parece una novedad que un presidente estadounidense haya sido elegido con el
apoyo indirecto de Rusia o de WikiLeaks?

-Cambiando de tema y yendo a cuestiones más cercanas. ¿El deterioro de los gobiernos
progresistas en América Latina, el estancamiento electoral de Podemos en España o el giro del
gobierno de Tsipras en Grecia vienen a significar una nueva crisis de la izquierda?

-Según Eric Hobsbawm, la caída del muro de Berlín es el fin de un ciclo histórico que comenzó en el siglo
XVIII y que él definió como un ciclo de revoluciones. A partir de entonces se intentó imponer una lógica
ideológica que devenía en que el desarrollo armonioso del capitalismo y la continuidad de ese concepto
difuso definido como desarrollo, intentándose justificar que el capitalismo era de provecho para el interés
general y que dicha interpretación se sustenta en base a la abundancia y la felicidad basada en el
consumismo.

Con excepción del neozapatismo y otras experiencias de carácter muy local, las izquierdas del siglo XXI no
han cuestionado los pilares básicos del sistema económico existente, sino más bien intentaron dulcificarlo.
Conviene entender de que estamos hablando cuando hablamos de sistema, un sistema es una agrupación de
elementos en interacción dinámica organizados en función de un objetivo. Teniendo en cuenta que en el
sistema capitalista se basa sobre la cultura del dinero y sus objetivos son la acumulación de plusvalía, lo que
equivale a decir en el mundo actual que su valor fundamental es la codicia, cualquier tesis basada en la
racionalidad de dicho sistema es una falacia. El capitalismo actual es depredador y no tiene posibilidad de
expresar rostros amables. Como indica Immanuel Wallerstein, el capitalismo es un sistema que como todos
los sistemas tiene una vida no eterna, pasando por tres fases: creación, desarrollo y declive. Viendo la
situación actual del sistema mundo es fácil dilucidar que estamos en su fase final, la cual dentro de una
agonía prolongada demuestra que ha alcanzado los límites de su capacidad de adaptación. Esto es una
novedad y a diferencia de anteriores crisis cíclicas del capitalismo, en la actualidad que la salida de la última
crisis tiene un ritmo de crecimiento muy inferior al existente antes del 2008, mientras se mantiene un
incremento permanente de la desigualdad social y una tendencia generalizada al desempleo elevado.

Sin embargo, los planteamientos estandarizados en oposición al capitalismo son entendidos hoy por parte de
la población como regresivos. Reivindicar el Estado control o el nacionalismo económico en el ámbito de la
globalización aparecen ante las sociedades como una incoherencia y vienen a demostrar nuestras carencias
a la hora de esbozar modelos alternativos al sistema capitalista. Considero que al igual que las revoluciones
científicas se caracterizan por un cambio de paradigma, entendiendo por tal, el conjunto de verdades
aceptadas por la comunidad científica, se hace necesario hoy que las izquierdas revisen gran parte de sus
teorías. Necesitamos transformar nuestro concepto actual de la tecnología, la propiedad y el trabajo. Estas
revoluciones suponen el derrocamiento de conceptos e ideas obsoletas, pero lamentablemente y volviendo a
Hobsbawm, no estamos viviendo una era de revoluciones más allá de algunos eslóganes diseñados desde los
aparatos de propaganda de algunos gobiernos autodefinidos como progresistas en América Latina.

-Tu que has asesorado en otros momentos gobiernos de izquierda has sido muy crítico con las
políticas económicas que podríamos definir de corte neokeynesiano aplicadas por los gobierno
progresistas latinoamericanos. ¿No consideras un avance la irrupción de estos gobiernos
177

progresistas en América Latina?

-Dado que formulas la pregunta así empezaré por indicarte que tengo escaso interés en las formulaciones
socioeconómicas keynesianas. Keynes fue ese señor que en una Escuela de Verano liberal realizada en
Cambridge en 1925 dijo aquello de que “puedo estar influido por lo que estimo que es justicia y buen
sentido, pero la lucha de clases me encontrará del lado de la burguesía educada”. Como comprenderás tal
aserto tiene poco que ver con mis convicciones ideológicas. Respecto a América Latina su influencia fue
importante sobre un grupo de pensadores estructuralistas que plantearon a partir de mediados del siglo
pasado que no podía existir industrialización y por ende políticas de sustitución de importaciones, sin la
conformación de un Estado moderno fuerte con capacidad de intervención en la economía. De igual manera
consideraban que tampoco se podía redistribuir la renta ni planificar las inversiones extranjeras necesarias
en esa etapa inicial de industrialización sin ese Estado moderno.

Sin embargo, los llamados gobiernos progresistas de la actualidad lo que han hecho ha sido reprimarizar sus
economías. Los países progresistas con constituciones posneoliberales que reconocen el vanguardista
concepto de los derechos de la naturaleza, caso de Bolivia y Ecuador, son los países que más se han
reprimarizado en el subcontinente y un país como Brasil, el que más industrializado estaba de la región, ha
perdido hasta un 20% de cuota industrial durante su período progresista. En el caso de Venezuela la
situación es para llorar, tras 17 años de gobierno bolivariano el indicador de dependencia económica
respecto al crudo es del 96%. En definitiva, fueron más industrializadores los llamados gobiernos populistas
de antaño que los de ahora en América Latina. La tesis demuestra que el discurso soberanista emprendido
durante estos años en la región tiene más de electoralista que de real, pues somos más dependientes ahora
de las necesidades del capitalismo global que antes. Rememorando a Jung, podríamos decir que se primó el
pensamiento fantaseo, ese que se aparta de la realidad liberando tendencias subjetivas y que es
improductivo, sobre otro tipo de pensamiento más laborioso, que requiere un esfuerzo muchas veces
agotador pero que adapta la realidad y procura obrar sobre ella.

Si uno analiza los datos relativos al uso del excedente por parte de los gobiernos progresistas
latinoamericanos durante el boom de los commodities lo que veremos es que se priorizó el gasto en
detrimento del uso productivo o la acumulación de capital productivo en forma de inversión. No hay avances
significativos en relación al volumen de excedente de los que se gozó durante esta década respecto al tan
cacareado cambio de matriz productiva en la región ni tampoco respecto a cambio de la matriz de
acumulación heredada del neoliberalismo. Lo que hubo fue un reinstitucionalización del Estado, la aplicación
de medidas compensatorias como eje de las nuevas gobernabilidades, el modelo extractivo de producción y
exportación de commodities como base de la economía y la realización de grandes megaproyectos de
infraestructura. Es sobre este esquema sobre el que se articuló el eje de la legitimidad de estos gobiernos.
Cuando concluye en período de bonanza y por lo tanto mengua el excedente, los indicadores sociales
logrados en estos países comienzan a deteriorarse de forma acelerada, la deuda externa vuelve a crecer y
sus gobiernos entran en una crisis de legitimidad social. No se tocó en lo más mínimo los pilares de un
modelo que ha sostenido durante siglos la desigualdad social.

La consecuencia de todo esto es clara: América Latina pudo ser un laboratorio de nuevas experiencias
enfocadas a la construcción de alternativas a un sistema ya insostenible para el que hasta el marxismo
muestra notables carencias. El propio Marx obvió en su ley del valor, por razones entendibles para su época,
el costo ambiental de la producción capitalista y el concepto de desarrollo. Concepto este en el que también
creyeron los regímenes del socialismo real de antaño y los llamados socialismos del siglo XXI de ahora. Sin
embargo hoy, fruto del fracaso a la hora de desarrollar alternativas en ambos conceptos por parte de estos
gobiernos, el interés político global de la región ha perdido muchos enteros por parte de quienes buscamos
alternativas a un mundo cada vez en mayor decadencia.

-¿Faltó inteligenssia estratégica en los gobiernos progresistas?

-Decía Piaget que la inteligencia sólo se organiza por su funcionamiento y en lo que tiene que ver con el
funcionar, la inteligencia estratégica y planificadora latinoamericana ha funcionado poco más allá de sus
rimbombantes discursos. Fruto de ello en la actualidad vivimos el estancamiento del proceso de integración
regional y un nuevo reordenamiento geopolítico en la región que supone un re-empoderamiento de los
sectores más reaccionarios en el subcontinente. En todo caso lo que faltó y sigue faltando en los países que
aún se abanderan bajo el paraguas del progresismo es voluntad para transformar, coherencia política con los
178

procesos que hicieron factibles el acumulado para que estos partidos políticos llegaran al poder y valentía
para enfrentar a los grupos de poder nacionales y extranjeros. En el fondo esto es normal, pues si
analizamos la historia encontraremos muy pocas experiencias de transformación del Estado desde el propio
Estado. Los Estados, más allá de quienes los gobiernen, han seguido siendo herramientas de dominación y
control social al servicio de élites determinadas y nuevas castas burocráticas que gozan de privilegios de los
que no gozan sus gobernados.

-¿Que hacemos entonces con el Estado?

-Ufff, vaya preguntita… Fíjate si el debate sobre el Estado es viejo y aún sin solucionar que cuando Kropotkin
deseaba demostrar lo que él consideraba corrupción moral de la revolución francesa, explicaba cómo
Robespierre, Danton, los jacobinos y hebertistas pasaron de ser revolucionarios a hombres de Estado. En
todo caso y volviendo al mundo de hoy, la imagen actual de los Estados es el fruto de un concepto de
conceptualización por parte de los ciudadanos receptores que metabolizan un conjunto de inputs
comunicacionales transmitidos desde esa institucionalidad, pero que como en todo proceso de
conceptualización y formación de imagen, los receptores contribuyen decisivamente en lo que al resultado
final de refiere. En ese barullo de frase que te acabo de soltar hay una crisis, pues podemos observar como
los procesos políticos más interesantes que hemos vivido en los últimos años en el planeta han estado muy
alejados de conducciones partidistas y se han manifestado en confrontación con el Estado. Estoy hablando
de las primaveras árabes; del movimiento de indignados en el Estado español; de los Occupy de Wall Street,
Londres o Hong Kong; del Nuit debout parisino; o de la referencia latinoamericana más próxima a estos
procesos, las movilizaciones de junio del 2013 en Brasil. En el trasfondo de todas estas experiencias está un
cuestionamiento a la política institucional y a las lógicas de democracia representativa sobre la que se
sustenta el actual concepto de Estado.

Lo que sí esta claro es que cualquier proceso de transformación social en este planeta debe pasar por la
transformación del Estado. Hay que reinventar el modelo de Estado y verás que el marxismo original
desarrolló como tesis una idea olvidada por las izquierdas respecto a necesidad de autodestrucción de la
burocracia estatal en el socialismo. En la Comuna de París se instituyó un cuerpo de funcionarios electos que
podían ser destituidos en cualquier momento por petición de sus electores y donde ninguno de ellos podía
ganar más que un obrero corriente. Era una lógica cuyo objetivo se basaba en eliminar cualquier posibilidad
de construcción de castas políticas y/o gubernamentales, a la par que un cuestionamiento a la jerarquía que
se determina en cualquier Estado. Bueno de todo aquellos debates del pasado al día de hoy sólo queda en
las izquierdas institucionalizadas el debate sobre como llegar al Estado, lo cual produce una gran tristeza
intelectual, pues es entender que el Estado se transforma tan solo sustituyendo a unos altos funcionarios por
otros de talante más progresista y con disciplina partidista. Más allá de la imagen-ficción propiciada por los
intelectuales latinoamericanos al servicio de los regímenes progresistas y destinadas a esconder las verdades
reales, transformar el Estado sigue siendo un debate pendiente en las izquierdas contemporáneas. Nada
surge por generación espontánea, de hecho Pasteur refutó la teoría de la generación espontánea hace casi
dos siglos atrás, par a transformar el Estado hace falta una hoja de ruta que conscientemente las izquierdas
mayoritarias ignoran.

Fuente original: https://www.aldhea.org/decio-machado-el-capitalismo-ha-alcanzado-sus-limites-respecto-a-


su-capacidad-de-adaptacion/

El final del neoliberalismo “progresista”


Nancy Fraser

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221666

La elección de Donald Trump es una más de una serie de insubordinaciones políticas espectaculares que, en
conjunto, apuntan a un colapso de la hegemonía neoliberal. Entre esas insubordinaciones, podemos
mencionar, entre otras, el voto del Brexit en el Reino Unido, el rechazo de las reformas de Renzi en Italia, la
campaña de Bernie Sanders para la nominación Demócrata en los EEUU y el apoyo creciente cosechado por
el Frente Nacional en Francia. Aun cuando difieren en ideología y objetivos, esos motines electorales
comparten un blanco común: rechazan la globalización gran-empresarial, el neoliberalismo y
al establishment político que los ha promovido. En todos los casos, los votantes dicen “¡No!” a la letal
179

combinación de austeridad, libre comercio, deuda predatoria y trabajo precario y mal pagado que resulta
característica del actual capitalismo financiarizado. Sus votos son una respuesta a la crisis estructural de
esta forma de capitalismo, crisis que saltó por primera vez a la vista de todos con la casi fusión del orden
financiero global en 2008.

Sin embargo, hasta hace poco, la repuesta más común a esta crisis era la protesta social: espectacular y
vívida, desde luego, pero de carácter harto efímero. Los sistemas políticos, en cambio, parecían
relativamente inmunes, todavía controlados por funcionarios de partido y elites del establishment, al menos
en los estados capitalistas poderosos como los EEUU, el Reino Unido y Alemania. Pero ahora las ondas
electorales de choque reverberan por todo el planeta, incluidas las ciudadelas de las finanzas globales.
Quienes votaron por Trump, como quienes votaron por el Brexit o contra las reformas italianas, se han
levantado contra sus amos políticos. Burlándose de las direcciones de los partido, han repudiado el sistema
que ha erosionado sus condiciones de vida en los últimos treinta años. Los sorprendente no es que lo hayan
hecho, sino que hayan tardado tanto.

No obstante, la victoria de Trump no es solamente una revuelta contra las finanzas globales. Lo que sus
votantes rechazaron no fue el neoliberalismo sin más, sino el neoliberalismo progresista. Esto puede sonar
como un oxímoron, pero se trata de un alineamiento, aunque perverso, muy real: es la clave para entender
los resultados electorales en los EEUU y acaso también para comprender la evolución de los acontecimientos
en otras partes. En la forma que ha cobrado en los EEUU, el neoliberalismo progresista es una alianza de las
corrientes principales de los nuevos movimientos sociales (feminismo, antirracismo, multiculturalismo y
derechos de los LGBTQ), por un lado, y, por el otro, sectores de negocios de gama alta “simbólica” y
sectores de servicios (Wall Street, Silicon Valley y Hollywood). En esta alianza, las fuerzas progresistas se
han unido efectivamente con las fuerzas del capitalismo cognitivo, especialmente la financiarización. Aunque
maldita sea la gracia, lo cierto es que las primeras prestan su carisma a este último. Ideales como la
diversidad y el “empoderamiento”, que, en principio podrían servir a diferentes propósitos, ahora dan lustre
a políticas que han resultado devastadoras para la industria manufacturera y para las vidas de lo que otrora
era la clase media.

El neoliberalismo progresista se desarrolló en los EEUU durante estas tres últimas décadas y fue ratificado
por el triunfo electoral de Bill Clinton en 1992. Clinton fue el principal ingeniero y portaestandarte de los
“Nuevos Demócratas”, el equivalente estadounidense del “Nuevo Laborismo” de Tony Blair. En vez de la
coalición del New Deal entre obreros industriales sindicalizados, afroamericanos y clases medias urbanas,
Clinton forjó una nueva alianza de empresarios, suburbanitas, nuevos movimientos sociales y juventud:
todos proclamando orgullosos su bona fides moderna y progresista, amante de la diversidad, el
multiculturalismo y los derechos de las mujeres. Aun cuando la administración Clinton hizo suyas esas ideas
progresistas, cortejó a Wall Street. Pasando el mando de la economía a Goldman Sachs, desreguló el
sistema bancario y negoció tratados de libre comercio que aceleraron la desindustrialización. Lo que se
perdió por el camino fue el Cinturón del Óxido, otrora bastión de la democracia social del New Deal y ahora
la región que ha entregado el Colegio Electoral a Donald Trump. Esa región, junto con nuevos centros
industriales en el Sur, recibió un duro revés cuando la financiarización más desatada campó a sus anchas en
el curso de las pasadas dos décadas. Continuadas por sus sucesores, incluido Barak Obama, las políticas de
Clinton degradaron las condiciones de vida de todo el pueblo trabajador, pero especialmente de los
empleados en la producción industrial. Para decirlo sumariamente: Clinton tiene una pesada responsabilidad
en el debilitamiento de las uniones sindicales, en el declive de los salarios reales, en el aumento de la
precariedad laboral y en el auge de las familias con dos ingresos que vino a substituir al difunto salario
familiar.

Como sugiere esto último, al asalto a la seguridad social le dio lustre un barniz de carisma emancipatorio
prestado por los nuevos movimientos sociales. Durante todos los años en los que los se abría un cráter tras
otro en su industria manufacturera, el país estaba animado y entretenido por una faramalla de “diversidad”,
“empoderamiento” y “no-discriminación”. Identificando “progreso” con meritocracia en vez de igualdad, con
esos términos se equiparaba la “emancipación” con el ascenso de una pequeña elite de mujeres “talentosas”,
minorías y gays en la jerarquía empresarial del quien-gana-se-queda-con-todo, en vez de con la abolición de
esta última. Esa comprensión liberal-individualista del “progreso” vino gradualmente a reemplazar a la
comprensión anticapitalista –más abarcadora, antijerárquica, igualitaria y sensible a la clase social— de la
emancipación que había florecido en los años 60 y 70. Cuando la Nueva Izquierda menguó, su crítica
estructural de la sociedad capitalista se marchitó, y el esquema mental liberal-individualista tradicional del
país se reafirmó a sí mismo al tiempo que se contraían las aspiraciones de los “progresistas” y de los
sedicentes izquierdistas. Pero lo que selló el acuerdo fue la coincidencia de esta evolución con el auge del
neoliberalismo. Un partido inclinado a liberalizar la economía capitalista encontró su compañero perfecto en
un feminismo empresarial centrado en la “voluntad de dirigir” del leaning in o en “romper el techo de
cristal”.
180

El resultado fue un “neoliberalismo progresista”, amalgama de truncados ideales de emancipación y formas


letales de financiarización. Fue esa amalgama la que desecharon in toto los votantes de Trump. Prominentes
entre los dejados atrás en este bravo mundo cosmopolita eran los obreros industriales, desde luego, pero
también ejecutivos, pequeños empresarios y todos quienes dependían de la industria en el Cinturón Oxidado
y en el Sur, así como las poblaciones rurales devastadas por el desempleo y la droga. Para esas poblaciones,
al daño de la desindustrialización se añadió el insulto del moralismo progresista, que se acostumbró a
considerarlos culturalmente atrasados. Rechazando la globalización, los votantes de Trump repudiaban
también el liberalismo cosmopolita identificado con ella. Algunos –no, desde luego, todos, ni mucho menos—
quedaron a un paso muy corto de culpar del empeoramiento de sus condiciones de vida a la corrección
política, a las gentes de color, a los inmigrantes y los musulmanes. A sus ojos, las feministas y Wall Street
eran aves de un mismo plumaje, perfectamente unidas en la persona de Hillary Clinton.

Lo que hizo posible esa combinación fue la ausencia de cualquier izquierda genuina. A pesar de arrebatos
periódicos como Occupy Wall Street, que se rebeló efímero, no ha habido una presencia sostenida de la
izquierda en los EEUU desde hace varias décadas. Ni se ha dado aquí una narrativa abarcadora de izquierda
que pudiera vincular los legítimos agravios de los votantes de Trump con una crítica efectiva de la
financiarización, por un lado, y con la visión antirracista, antisexista y antijerárquica de la emancipación, por
el otro. Igualmente devastador resultó que se dejaran languidecer los potenciales vínculos entre el mundo
del trabajo y los nuevos movimientos sociales. Divorciados el uno del otro, estos indispensables polos de
cualquier izquierda viable se alejaron indefinidamente hasta llegar a parecer antitéticos.

Al menos hasta la notable campaña de Bernie Sanders en las primarias, que bregó por unirlos luego del
relativo pinchazo de la consigna “Las Vidas Negras Cuentan”. Haciendo estallar el sentido común neoliberal
reinante, la revuelta de Sanders fue, en el lado Demócrata, el paralelo de Trump. Así como Trump logró dar
el vuelco al establishment Republicano, Sanders estuvo a un pelo de derrotar a la sucesora ungida por
Obama, cuyos apparatchiks controlaban todos y cada uno de los resortes del poder en el Partido Demócrata.
Entre ambos, Sanders y Trump, galvanizaron una enorme mayoría del voto norteamericano. Pero sólo el
populismo reaccionario de Trump sobrevivió. Mientras que él consiguió deshacerse fácilmente de sus rivales
Republicanos, incluidos los predilectos de los grandes donantes de campaña y de los jefes del Partido, la
insurrección de Sanders fue frenada eficazmente por un Partido Demócrata mucho menos democrático. En el
momento de la elección general, la alternativa de izquierda ya había sido suprimida. La opción que quedaba
era un tómalo o déjalo entre el populismo reaccionario y el neoliberalismo progresista: elijan el color que
quieran, mientras sea negro. Cuando la sedicente izquierda cerró filas con Hillary, la suerte estaba echada.

Sin embargo, y de ahora en más, este es un dilema que la izquierda debería rechazar. En vez de aceptar los
términos en que las clases políticas nos presentan el dilema que opone emancipación a protección social, lo
que deberíamos hacer es trabajar para redefinir esos términos partiendo del vasto y creciente fondo de
revulsión social contra el presente orden. En vez de ponernos del lado de la financiarización-cum-
emancipación contra la protección social, lo que deberíamos hacer es construir una nueva alianza de
emancipación y protección social contra la finaciarización. En ese proyecto, que construiría sobre terreno
preparado por Sanders, emancipación no significa diversificar la jerarquía empresarial, sino abolirla. Y
prosperidad no significa incrementar el valor de las acciones o el beneficios empresarial, sino la base de
partida de una buena vida para todos. Esa combinación sigue siendo la única respuesta de principios y
ganadora en la presente coyuntura.

En lo que a mí hace, no derramé ninguna lágrima por la derrota del neoliberalismo progresista. Es verdad:
hay mucho que temer de una administración Trump racista, antiinmigrante y antiecológica. Pero no
deberíamos lamentar ni la implosión de la hegemonía neoliberal ni la demolición del clintonismo y su tenaza
de hierro sobre el Partido Demócrata. La victoria de Trump significa una derrota de la alianza entre
emancipación y financiarización. Pero esta presidencia no ofrece solución ninguna a la presente crisis, no
trae consigo la promesa de un nuevo régimen ni de una hegemonía segura. A lo que nos enfrentamos más
bien es a un interregno, a una situación abierta e inestable en la que los corazones y las mentes están en
juego. En esta situación, no sólo hay peligros, también oportunidades: la posibilidad de construir una nueva
Nueva Izquierda.

Mucho dependerá en parte de que los progresistas que apoyaron la campaña de Hillary sean capaces de
hacer un serio examen de conciencia. Necesitarán librarse del mito, confortable pero falso, de que perdieron
contra una “panda deplorable” (racistas, misóginos, islamófobos y homófobos) auxiliados por Vladimir Putin
y el FBI. Necesitarán reconocer su propia parte de culpa al sacrificar la protección social, el bienestar
material y la dignidad de la clase obrera a una falsa interpretación de la emancipación entendida en términos
de meritocracia, diversidad y empoderamiento. Necesitarán pensar a fondo en cómo podemos transformar la
economía política del capitalismo financiarizado reviviendo el lema de campaña de Sanders –“socialismo
democrático”— e imaginando qué podría ese lema significar en el siglo XXI. Necesitarán, sobre todo, llegar a
la masa de votantes de Trump que no son racistas ni próximos a la ultraderecha, sino víctimas de un
181

“sistema fraudulento” que pueden y deben ser reclutadas para el proyecto antineoliberal de una izquierda
rejuvenecida.

Eso no quiere decir olvidarse de preocupaciones acuciantes sobre el racismo y el sexismo. Pero significa
molestarse en mostrar de qué modo esas inveteradas opresiones históricas hallan nuevas expresiones y
nuevos fundamentos en el capitalismo financiarizado de nuestros días. Rechazando la idea falsa, de suma
cero, que dominó la campaña electoral, deberíamos vincular los daños sufridos por las mujeres y las gentes
de color con los experimentados por los muchos que votaron a Trump. Por esa senda, una izquierda
revitalizada podría sentar los fundamentos de una nueva y potente coalición comprometida a luchar por
todos.

Nancy Fraser es una profesora de filosofía y política en la New School for Social Research de
Nueva York. Su último libro: Fortunes of Feminism: From State-Managed Capitalism to Neoliberal
Crisis (Londres, Verso, 2013).

Fuente original: https://www.dissentmagazine.org/online_articles/progressive-neoliberalism-reactionary-


populism-nancy-fraser

Traducción: María Julia Bertomeu

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/el-final-del-neoliberalismo-progresista

Mexicanos, una reserva inagotable de mano de obra


http://elordenmundial.com/2017/01/12/la-odisea-americana/

La odisea americana
12 enero, 2017 Pablo Moral
http://elordenmundial.com/2017/01/12/la-odisea-americana/

Don Bartletti / Los Angeles Times

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Aunque no sea estrictamente un fenómeno reciente, la inmigración de origen hispanoamericano en Estados Unidos ha
eclosionado en las últimas décadas y ha cambiado por completo la realidad política, sociocultural y económica del país. Las
causas de esta inmigración han sido una combinación de factores político-económicos en los que mucho ha tenido que ver la
historia de injerencia estadounidense en el continente americano.

Puedes estar dando un paseo por Nueva York, Los Ángeles, Chicago o Miami. En las calles, en los comercios o en el metro se
oye hablar en español y los anuncios publicitarios en esta lengua están por todas partes. En cualquier esquina tienes la
oportunidad de degustar deliciosas pupusas, empanadas o tacos y, si sintonizas la radio, podrás deleitarte a ritmo de salsa o
bachata. Este es desde hace años el día a día en muchas ciudades estadounidenses.

Sin embargo, lo que hoy es un hecho cotidiano era absolutamente inaudito hace apenas unas décadas. El vendaval cultural
hispano llegó para quedarse y mutar una sociedad acostumbrada a concebir la realidad en blanco y negro. Ante semejante
transformación, cabe preguntarse: ¿cómo se ha producido este cambio? ¿Cuáles han sido sus orígenes? ¿Qué motivos han tenido
millones de ciudadanos de todo el continente para decidir emigrar al norte?
182

Los pioneros
Mexicanos, una reserva inagotable de mano de obra

Lo primero que cabría considerar respecto a la inmigración mexicana en Estados Unidos es que fue la frontera la que cruzó
primero a los mexicanos y no al revés. La derrota de México ante el ejército estadounidense en la guerra entre 1846 y 1848
resultó en el traspaso de la mitad del territorio mexicano a su vecino del norte; en consecuencia, los mexicanos que continuaron
habitando estos territorios se convirtieron en los primeros estadounidenses de origen mexicano —chicanos—. A partir de
entonces, la búsqueda de oportunidades laborales produjo que la inmigración mexicana creciera a un ritmo sostenido hasta la
Gran Depresión, con la que se exacerbó el rechazo a los inmigrantes y cientos de miles de mexicanos se vieron forzados a volver
a su país. Sin embargo, por entonces se había hecho evidente la dependencia estadounidense de la mano de obra mexicana en los
tiempos de bonanza económica, de modo que, cuando el país comenzó a aumentar la producción con motivo de la Segunda
Guerra Mundial, tuvo que recurrir a su vecino del sur. A raíz de ello, a partir de 1942 se inició el programa Bracero, que
permitió la llegada legal de miles de trabajadores temporales cada año para emplearlos en trabajos manuales, principalmente en la
agricultura y en los estados del suroeste, aunque con el tiempo también fueron llegando al próspero Medio Oeste. Extendido
hasta 1964, este programa hizo cruzar la frontera a alrededor de cinco millones de mexicanos, un gran número de los cuales
acabaron instalándose en el país, en muchos casos trayendo consigo a sus familiares y allegados.

Lo
que un día fue México hoy tiene todavía mucho de mexicano. Fuente: The Economist

Los setenta y ochenta fueron años de restructuración económica a uno y otro lado de la frontera. En México, la pujante
industrialización del norte —basada en las famosas maquiladoras— no sirvió para hacer frente al problema crónico del
desempleo ante el aumento exponencial de la población, mientras que el incipiente crecimiento económico no iba a durar mucho
por las devaluaciones del peso mexicano y la crisis de la deuda de 1982. Por su parte, inmerso en la batalla económica y
tecnológica de la Guerra Fría, Estados Unidos comenzó a necesitar más mano de obra barata poco cualificada en todos los
sectores económicos. El resultado fue el inicio de una de las mayores y más prolongadas migraciones de la Historia de la
humanidad: entre 1965 y 2015 se estima que más de dieciséis millones de mexicanos emigraron al norte. A la agudización de
esta tendencia migratoria unidireccional también contribuyó la irreversible transnacionalización del mercado laboral y, cómo no,
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o, en inglés, NAFTA), firmado en 1994, que puso la rúbrica a la
interdependencia perpetua entre las necesidades económicas de ambos países.
183

Evolución (en millones) de la población inmigrante mexicana en EE.


UU. Fuente: Pew Research Center

Con el TLCAN, los campesinos de las regiones más rurales de México quedaron desplazados, viéndose forzados a emigrar
hacia una colapsada industria maquiladora o un poco más al norte, hacia Estados Unidos, donde cruzar la frontera se iba a
convertir más que nunca en una cuestión de vida o muerte merced a la estricta reforma migratoria del presidente Clinton en
1996.

Las leyes antiinmigración, la crisis económica y el ascenso sin precedentes de las deportaciones hicieron que el flujo migratorio
perdiera ritmo desde 2005, de manera que en 2014 comenzó a decrecer por primera vez el número de inmigrantes mexicanos en
Estados Unidos. De hecho, se espera que México, el país que más inmigrantes ha aportado a Estados Unidos en su historia —por
delante de Alemania—, se vea desbancado por China en los próximos años.
184

Origen de la principal comunidad inmigrante por estado.

Puertorriqueños, los compatriotas extranjeros

Puerto Rico pasó a manos de Estados Unidos en 1898, si bien a los puertorriqueños solo se les concedió la ciudadanía
estadounidense en 1917 con el fin de reclutarlos para la Primera Guerra Mundial. A pesar de que ha transcurrido un siglo, los
puertorriqueños siguen siendo considerados extranjeros en el país al que pertenecen. La primera gran migración de
puertorriqueños a Estados Unidos se produjo tras la Segunda Guerra Mundial y tuvo como destino el barrio neoyorquino de East
Harlem, que desde entonces pasó a ser conocido como El Barrio.
185

Distribución de la población puertorriqueña en Estados Unidos (2010). Fuente: El Orden Mundial

Evolución de la población puertorriqueña en EE. UU.


Fuente: Pew Research Center

Para mediados de los sesenta se estima que ya había un millón de puertorriqueños en Estados Unidos, que comenzaron a
dispersarse geográficamente hacia trabajos rurales en Pensilvania o Connecticut y hacia el cinturón del óxido, con Chicago y
Ohio como principales destinos. Sin embargo, esta generación pasó inadvertida. Los puertorriqueños que no trabajaban en el
campo ocupaban el escalafón más bajo del sector servicios en la ciudad, como la lavandería en hoteles u hospitales, sirvientes en
186

casas o ayudantes de cocina en restaurantes. Solo con la irrupción de la segunda generación, nacida en suelo estadounidense, se
iba a tomar más conciencia de la presencia de estos inmigrantes. Fue precisamente esta segunda generación la que comenzó a
ocupar puestos más altos en el mercado laboral estadounidense, pero también la que vio cómo se incrementaba la competencia
por la llegada de otras comunidades de inmigrantes hispanos.

Con el tiempo se ha confirmado la tendencia a huir de la crónica precariedad laboral de la isla —en la que mucho tiene que ver
la injerencia estadounidense— en busca de oportunidades económicas en el subcontinente norteamericano. Así se ha
evidenciado en el siglo XXI, en el que la población puertorriqueña en Estados Unidos ha sobrepasado a la de la propia isla, con
Florida como principal estado receptor. No obstante, la situación de estos sigue distando de ser ideal; como dato revelador, los
puertorriqueños son la segunda comunidad de origen hispano más pobre en EE. UU.

Refugiados de la Guerra Fría


Cubanos, inmigrantes de otra clase

La primera oleada de inmigración cubana en Estados Unidos fue protagonizada por empresarios de la industria tabacalera que
emigraron debido a las guerras de independencia cubanas, a finales del siglo XIX. Se estima que unos 100.000
habitantes partieron a ciudades de Florida, como Tampa y Key West, y Nueva Orleans, donde establecieron prósperas
plantaciones. Estos inmigrantes conservarían su alto estatus económico y mantendrían conexiones permanentes con la isla, un
Estado títere de Estados Unidos. Sin embargo, con la llegada de Fidel Castro al poder en 1959, las cosas iban a cambiar. Tras
el estrepitoso fracaso de la intervención en Bahía de Cochinos (1961), Estados Unidos decidió en 1966 otorgar asilo político a los
cubanos contrarios al Gobierno comunista de Castro, lo que facilitó que en los sesenta se iniciara la segunda oleada de
inmigrantes hacia las costas de Florida —unos 215.000 en los primeros cuatro años—, compuesta por cubanos de clase media-
alta.

Distribución de la población cubana en Estados Unidos (2010). Fuente: El Orden Mundial

Dos décadas después, la economía cubana se iba a resentir gravemente del declive económico de su mayor aliado, la URSS; esto
condujo a una tercera ola de inmigración, la de los marielitos, en 1980. Con el beneplácito de Fidel Castro, unos 125.000
cubanos zarparon en pequeñas embarcaciones hacia Florida. A diferencia de los anteriores, este grupo de inmigrantes lo
componían mayoritariamente trabajadores de clase baja no cualificados, de piel más oscura y, en algunos casos, delincuentes y
enfermos mentales. La emigración nunca se detuvo por completo, si bien fue la caída de la URSS lo que hizo que la economía
cubana acabara de desplomarse y, en consecuencia, se produjera la crisis de los balseros en 1994. Sin embargo, el fin de la
Guerra Fría y, por consiguiente, de la amenaza soviética motivó que el presidente Clinton adoptara una posición más reacia ante
los nuevos inmigrantes e instaurara la política de los pies mojados y los pies secos, es decir, a los detenidos en alta mar se les
devolvía a Cuba y a aquellos que lograban llegar a tierra se les dejaba entrar en el país. Cabe señalar un último repunte de la
inmigración cubana a raíz del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. La mayoría logra entrar al país por
la frontera de México, adonde llegan después de viajar en avión a algún país latinoamericano para posteriormente seguir una de
las rutas migratorias dentro del continente.
187

Centroamericanos y dominicanos, exiliados del patio trasero

Un gran número de inmigrantes provenientes tanto de países centroamericanos como de la República Dominicana comparten
historias paralelas con un mismo destino y un denominador común: las intervenciones del ejército, las empresas y los servicios de
inteligencia estadounidenses en aras de establecer un Gobierno próximo a Washington y lejos de la influencia soviética. Estas
intromisiones sembraron o potenciaron el germen de oscuros periodos de dictaduras, represión, inseguridad, guerras, caos
político y precariedad económica. El resultado: cientos de miles de migrantes forzados a buscar refugio en el norte, de los cuales
solo un porcentaje irrisorio —a excepción de los nicaragüenses— lograría obtener el asilo político. Acabada la Guerra Fría y
amainada la convulsión, la situación político-económica en estos países sigue lejos de ser alentadora. La pobreza y la inseguridad
han continuado provocando que salvadoreños, hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses y dominicanos sigan emigrando al
norte, donde a menudo los esperan familiares, amigos u otros contactos y donde desean poder encontrar algún trabajo que, por
muy mal pagado que sea, les permita enviar unas remesas que en sus respectivos países constituyen el auténtico sostén de la
economía familiar. Sus perfiles laborales, en general, suele adecuarse al del trabajador poco cualificado: en el sector la agrícola,
la industria manufacturera y de un perfil bajo en el sector servicios.
188

Evolución de la población inmigrante de origen centroamericano. Fuente: Migration Policy Institute

En República Dominicana, Guatemala y El Salvador, Estados Unidos impuso y apoyó política y militarmente a regímenes
militares que combatían a guerrillas de corte comunista. Como resultado, desde mediados de los sesenta, 400.000 dominicanos
huyeron en apenas dos décadas, la inmensa mayoría con Nueva York como destino. En el caso de Guatemala, su larga guerra
civil (1960-1996) se saldó con al menos 250.000 emigrantes a Estados Unidos, principalmente a California —sobre todo Los
Ángeles—, Chicago, Florida y la costa noreste.

En El Salvador, cabe mencionar que una modesta primera ola de inmigrantes se originó en 1969 tras la llamada Guerra del
Fútbol contra una Honduras que, colapsada de campesinos salvadoreños en sus plantaciones bananeras estadounidenses, acabó
deportando a la mayoría de estos, de los cuales solo algunos regresaron a El Salvador y el resto se fue a México o a California,
con San Francisco y Los Ángeles como destinos principales. En El Salvador el conflicto socioeconómico interno hacía presagiar
lo que finalmente ocurrió en 1980, una cruenta guerra civil que convirtió al ejército salvadoreño en el mayor receptor de ayuda
militar estadounidense de toda Latinoamérica. Se estima que alrededor de 300.000 salvadoreños llegaron a Estados Unidos en los
nueve años que duró la guerra y formaron numerosas comunidades en Nueva York, California, Maryland y el norte de Virginia.

Para ampliar: “EE. UU. en Latinoamérica“, Fernando Arancón en El Orden Mundial, 2013

El caso de Nicaragua es similar, si bien en este país el bando apoyado por Estados Unidos no era el del Gobierno, en manos de
los sandinistas. La llegada de estos al poder en 1979 causó una primera ola de emigrantes afines al anterior régimen somocista, y
derrocarlos se convirtió en una prioridad para la Administración Reagan, que armó y financió a las milicias paramilitares
conocidas como las contras. Junto a ello, en un intento por minar y aislar al país, Estados Unidos adoptó una política migratoria
mucho más benévola con los exiliados nicaragüenses concediendo asilo político a uno de cada cuatro. Florida y California fueron
sus principales asentamientos, si bien la población inmigrante no alcanzó los niveles de los países vecinos en términos
cuantitativos.
189

Honduras, Costa Rica y Panamá también tuvieron que lidiar con la determinante injerencia económica de las compañías
estadounidenses y la correspondiente influencia política en su suelo. En el origen de la inmigración proveniente de estos países
han influido las estrechas conexiones económicas con Estados Unidos, como en el caso del canal de Panamá y de las compañías
hortofrutícolas en Honduras. La mayoría de sus inmigrantes se desplazaron por motivos económicos, algo que los diferencia en
cierta medida del perfil migratorio del resto de naciones centroamericanas, con la excepción de los miles de hondureños que
también escaparon de la agitación en su país.

El caso de Sudamérica

La inmigración proveniente de los países sudamericanos es, en general, menos numerosa, más reciente y heterogénea en términos
sociales y más dispersa geográficamente. Los sudamericanos son, en conjunto, inmigrantes con mejor educación y con una
posición socioeconómica más acomodada, dada la gran presencia de ciudadanos de clase media urbana. El número de migrantes
comenzó a acrecentarse en los sesenta y setenta, décadas en las que Estados Unidos demandaba trabajadores muy especializados,
de modo que se produjo un flujo importante de médicos, científicos o ingenieros, entre otros, desde países como Colombia,
Argentina, Ecuador o Venezuela, en cuyos volátiles mercados laborales no había tanto margen para crecer profesionalmente.
Contribuyó a este creciente flujo de personas la situación política e inseguridad en buena parte de los países sudamericanos, con
periodos de conflicto como La Violencia y los años posteriores en Colombia o las dictaduras de Pinochet o Videla en Argentina,
que forzaron a miles de ciudadanos al exilio.

A partir de los ochenta, la inmigración se diversificaría en términos socioeconómicos. La crisis económica, común a todo el
continente, haría que miles de trabajadores de las clases más bajas quedaran sin empleo y acabaran buscando una salida
emigrando al norte, con el consiguiente desarrollo y consolidación de las redes transnacionales de tráfico de personas,
especialmente en Colombia, Perú y Ecuador. También influyó en el incremento de inmigrantes la implementación de la política
de reunificación familiar en 1976 y el irreversible proceso de liberalización e interconexión económica, que favoreció que
multitud de comerciantes, turistas y estudiantes que accedían con una visa temporal se acabaran quedando de manera irregular en
el país, un fenómeno experimentado por inmigrantes en todo el mundo.
190

En las décadas posteriores, la inestabilidad económica, la convulsión política, la agitación social y, en algunos casos, como en
Colombia, los violentos conflictos internos —como el narcoterrorismo a principios de los noventa o la guerra entre Gobierno y
guerrillas— hicieron que el número de sudamericanos en Estados Unidos experimentara un aumento sin precedentes. A
diferencia de los anteriores, los inmigrantes sudamericanos no han sido tan propensos a crear comunidades tan numerosas, si bien
hoy en día se puede encontrar una gran presencia de colombianos, ecuatorianos o peruanos en Nueva York, Miami y Los
Ángeles.
191

Evolución de la población inmigrante sudamericana. Fuente: Migration Policy Institute

Una minoría no tan minoritaria

La llegada constante de inmigrantes hispanos, su establecimiento permanente en Estados Unidos y la alta tasa de natalidad que
los ha caracterizado han sido los factores fundamentales para que hoy en día haya alrededor de unos 55 millones de personas de
origen hispanoamericano residiendo en Estados Unidos; constituyen el 17% de la población total estadounidense, lo que los
convierte en la mayor minoría étnica del país, por delante de los afroamericanos. Esta cifra se espera que siga creciendo en los
próximos lustros, aunque a un menor ritmo, toda vez que el número de los hispanos nacidos fuera de Estados Unidos se encuentra
en declive. No obstante, el 23% de las personas de origen hispano se encuentran en situación de pobreza, una cifra solo
superada por los afroamericanos. Además, los hispanos son la minoría que cuenta con un menor número de graduados
universitarios entre los mayores de 25 años y muchos de ellos siguen sufriendo situaciones de marginalidad y trabajando en
condiciones deplorables, lo cual hace tomar conciencia de que el futuro plantea multitud de desafíos.
192

Hoy en día pocos se atreverán a cuestionar que la influencia cultural, social, política y económica de esta minoría la hacen clave
en todas las esferas de la realidad estadounidense. Sin embargo, a pesar de que la conciencia de comunidad panétnica entre los
hispanos está cada vez más extendida e institucionalizada, sería un error considerar a este grupo una entidad homogénea y
unificada dentro del país. En términos identitarios, raciales, políticos y socioeconómicos, los ciudadanos de origen hispano
constituyen un heterogéneo conglomerado, con intereses que no siempre encuentran la armonía. Y en ello, como hemos visto,
tienen mucho que ver los diferentes orígenes y causas que motivaron sus respectivas diásporas.

El desorden mundial del siglo XXI


2017 Xesco Reverter Tribuna 2
http://elordenmundial.com/2017/01/13/desorden-mundial-del-siglo-xxi-2/
La tentación de San Antonio, Salvador Dalí. (1946)

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Empiezo mal el artículo, cuestionando el nombre de esta admirable web que me deja un espacio para expresarme. Pero bien se
podría llamar El Desorden Mundial del siglo XXI, porque, más que un siglo de orden y reglas de juego claras, parece que vamos
hacia un desorden sin reglas o con reglas nuevas aún por definir. En este artículo voy a dar algunas claves para entender los cinco
paradigmas que están cambiando en el mundo y cómo están enterrando los esquemas que teníamos desde la posguerra fría.
Bienvenidos a una nueva era.

1. La era de los pos derechos humanos


Fuente: Foreign Affairs Latinoamérica

Los valores enmarcados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y las Convenciones de Ginebra quizás no sean ya
tan universales. Ideales como el derecho a la vida, a no ser torturado o a pedir asilo están en cuestión, ya sea por activa o por
193

pasiva. Cuando los países europeos eluden sus obligaciones y cierran el paso a refugiados, cuando Trump insinúa que la tortura
es efectiva, cuando el régimen sirio es acusado de masacrar y gasear impunemente a civiles y no solo no rinde cuentas, sino que
se le rehabilita, cuando en Filipinas hay un presidente con más del 60% de popularidad que se jacta de haber asesinado
personalmente a presuntos criminales o cuando algunos países africanos se retiran de la Corte Penal Internacional de La Haya,
cuando pasa todo esto, es que los fundamentos de aquellos valores universales tiemblan, se acepta ahora lo que antes era
intolerable y entramos en una nueva era pos derechos humanos.

2. La era de la pos política tradicional


Fuente: ABC News

Mucho se ha escrito de la crisis de los partidos tradicionales en Occidente y no voy abundar mucho más. Solo una intuición: la
sangría de votos, el desgaste, la desorientación de las fuerzas políticas que han gobernado Occidente los últimos 70 años parece
que no han tocado fondo todavía. El viento y la Historia juegan a favor de las nuevas fuerzas populistas y las familias
conservadoras y socialdemócratas están a la defensiva y van a remolque. Salir al campo de juego con esta actitud, con poca
confianza y desorientados, no es la mejor táctica para ganar partidos. Delante tienen un rival sin tantos recursos, pero muy hábil y
motivado.

3. La era de la posverdad
Fuente: Snopes.com

Este sea quizás el cambio de paradigma más significativo, que engloba al resto y que mejor define el vértigo del momento actual.
La mentira y la intoxicación son tan viejas como la misma política, pero lo que ha cambiado es el alcance, cómo se distribuye y
expande. Los medios tradicionales han perdido el monopolio del relato de la realidad y el ciudadano, si no tiene un mínimo de
espíritu crítico, se va tragando sin cuestionar todo lo que le llega vía Facebook hasta vivir en una burbuja. Un ciudadano así es el
objetivo perfecto para una campaña política sin escrúpulos, un plato muy goloso. Y en la Europa del 2017 veremos elecciones
con mucha posverdad. El problema es que polarizar una sociedad ayuda a ganar unas elecciones, pero después hace el país
ingobernable.

4. La era del pos liberalismo democrático y económico


Fuente: El Confidencial

Adiós al consenso liberal. Pensábamos que la democracia parlamentaria era inevitable y que el mundo estaba condenado a ella,
que se iría expandiendo y profundizando por todo el planeta. Resulta que no, que no es inevitable, y fácilmente en el siglo XXI se
puede mancillar o revertir. Ahí están los casos, todos distintos, de Hungría, Polonia, Turquía o Egipto. A medida que los
populistas ganen cuotas de poder, la tentación de subvertir el orden democrático será mayor y la consecuencia inevitable son
líderes autoritarios, hombres fuertes llamados a salvar la patria. Tenemos ya una larga lista este 2017.

Al mismo tiempo, el capitalismo liberal como doctrina económica que guio el mundo las últimas décadas está en cuestión. Parece
contra natura, porque el planeta cada vez está más interconectado y es más interdependiente, pero viene una época más
proteccionista y los tratados de libre comercio en marcha van a estar unos años archivados en cajones. La globalización no se
parará, pero quizás frenará su impulso.

5. La era posinstitucional
Fuente: La Vanguardia

Finalmente, el mundo que viene verá temblar o reducir la trascendencia de las instituciones que trabajaban por una cierta
gobernabilidad global. Hay un claro impulso en muchos países por un replegamiento interior, un “no querer mirar fuera”, un
resurgir nacionalista, etnocéntrico y patriótico que es incompatible con ceder soberanía y con la esencia de la Unión Europea, la
OTAN, la Corte Penal Internacional, la Organización Mundial del Comercio y la mismísima ONU. No sabemos todavía cómo se
verán afectados, pero la inercia del momento claramente juega en contra de estos organismos.

Estamos dentro de un periodo de transición hacia una nueva era, y las transiciones, por sí mismas, suelen ser imprevisibles y de
final incierto. Las señales que nos da el momento actual son más de un nuevo desorden sin normas claras que de un nuevo orden.
También es verdad que el sistema mundial es como un transatlántico: su rumbo no se puede cambiar de la noche a la mañana ni
se pueden dar giros bruscos. Pero el mar de fondo es de un cambio de reglas. Si vamos en dirección a la tormenta perfecta o solo
hacia unos chubascos es lo que nos queda por descubrir. Pero tranquilos, que mientras nos lo vaya contando El Orden Mundial en
el Siglo XXI estaremos bien informados.
194

El Orden Mundial en el Siglo XXI no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores de la Tribuna. Para cualquier
asunto relacionado con esta sección se puede escribir a tribuna@elordenmundial.com

La distribución de tierras en Latinoamérica es la peor en el mundo


Lo primero es la desigualdad

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221710

Darío Aranda

Página/12

El dato surge de una investigación de la ong Oxfam. En Argentina, el 1 por ciento concentra el 36
por ciento de la tierra.

El 1 por ciento de las estancias más grandes de América Latina acapara la mitad de la tierra agrícola y el 80
por ciento de las fincas cuentan con solo el 13 por ciento del territorio. “América latina es la región del
mundo más desigual en la distribución de la tierra”, asegura una reciente investigación de la ONG
internacional Oxfam. En Argentina, el 1 por ciento de las estancias más grandes concentra el 36 por ciento
de la tierra. La injusta distribución tiene directa relación con el avance minero, petrolero, agronegocio y
forestal. “El extractivismo ha dado lugar a una crisis de derechos humanos en la región, amenaza derechos y
libertades fundamentales”, alerta Oxfam.

“Desterrados: tierra, poder y desigualdad en América Latina”, es el nombre de la investigación que, en base
a datos oficiales, analiza la situación de todos los países de la región. Colombia es el país más desigual en el
reparto de la tierra. El 0,4 por ciento de las explotaciones agropecuarias domina el 68 por ciento de la tierra
del país.

Sigue Perú, donde el 77 por ciento de la tierra está en manos del 1 por ciento de estancias. Le siguen Chile
(74 por ciento) y Paraguay (71). En Bolivia el 1 por ciento de las chacras maneja el 66 por ciento de la
tierra, y en México el 56 por ciento. En Brasil, el 44 por ciento del territorio agrícola es para el 1 por ciento
de las fincas. En Argentina, el 36 por ciento está en manos de esa mínima porción de estancieros y pooles de
siembra.

“La extrema desigualdad en el acceso y control de la tierra es una de las causas de los niveles intolerables
de pobreza. Sin políticas que aborden este reto (la tierra) no será posible reducir la desigualdad económica y
social”, afirma la investigación de Oxfam e interpela la concentración de tierra en pocas manos: “Es un orden
social arraigado y más cercano al feudalismo que a una democracia moderna”.

La investigación, de cien páginas y con extensa bibliografía de referencia, vincula claramente la extrema
desigualdad al modelo de explotación de recursos naturales. “El extractivismo se ha hecho con el territorio”,
resume la investigación y advierte que tanto gobiernos de izquierda como derecha han optado por favorecer
la explotación petrolera, minera, forestal y el agronegocio. “La explotación minera y petrolera se aceleró a
partir del 2000. La nueva oleada fue atraída por reformas estructurales que desprotegían los territorios
comunales y relajaban los controles medioambientales”, explica. Entre los numerosos ejemplos, cita la
situación de Colombia, que en 2002 contaba con un millón de hectáreas en concesión minera y en 2015 ya
era de 5,7 millones de hectáreas (el cinco por ciento del territorio nacional).

Precisa que la soja, la palma de aceite y la caña de azúcar tuvieron una “expansión sin precedentes en las
últimas dos décadas”. En el apartado “geopolítica de la soja”, destaca que los gobiernos “han impuesto un
modelo de organización territorial a la medida de las necesidades de transnacionales”. En base a datos de
2014, precisa los datos del monocultivo: el 68 por ciento del territorio cultivado de Paraguay tiene soja, le
siguen Argentina (49), Uruguay (45), Brasil (37) y Bolivia (30 por ciento). “Los cincos países conforman lo
que se conoce como ‘repúblicas unidas de la soja’, producen más de la mitad de la soja del mundo”, detalla
Oxfam.

Las pequeñas explotaciones agropecuarias son mayoría, pero tiene muy poca tierra. En Colombia, el 84 por
ciento de las fincas ocupa solo el cuatro por ciento de la superficie agrícola. Paraguay es otra mala
referencia: el 91 por ciento de las chacras cuenta con sólo el seis por ciento de la tierra. En Argentina, el 83
por ciento de las explotaciones agropecuarias tiene sólo el 13 por ciento del territorio.
195

“La tierra se encuentra cada vez más concentrada en menos manos y sometida a un modelo de extracción y
explotación de los recursos naturales que, si bien ha ayudado a crecer a las economías de la región, también
ha acentuado la desigualdad. Los beneficios de este modelo extractivista se concentran en manos de unas
élites”, resume la investigación. El informe llama a una “urgente y necesaria nueva distribución de la tierra
en América latina”.

Entre los sectores más perjudicados se encuentran campesinos y pueblos originarios. “La impunidad con la
que se asesina a los activistas indígenas debe terminar. Es urgente que los gobiernos en todo el mundo
actúen de forma inmediata para protegerlos”, destaca el informe

La injusta distribución de la tierra se profundiza con el uso de violencia. “Con la expansión de las actividades
extractivas se han multiplicado los conflictos territoriales y se han disparado de forma alarmante los índices
de violencia contra quienes defienden el agua, los bosques y los derechos de las mujeres y las comunidades
indígenas, afrodescendientes y campesinas. Estos grupos son marginados, perseguidos, agredidos y
criminalizados por defender su derecho a la tierra”, denuncia Oxfam.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/14484-lo-primero-es-la-desigualdad

Brasil presenta la mayor cifra de muertes en conflictos agrarios


Por Rute Pina
http://kaosenlared.net/brasil-presenta-la-mayor-cifra-de-muertes-en-conflictos-agrarios/
Entre enero y noviembre de 2016 se registraron 54 homicidios provocados por disputas de tierras en
Brasil, superando los 50 muertos en el 2015, según el levantamiento realizado por la Comisión
Pastoral de la Tierra (CPT). Con este índice el año 2016 es el más violento desde el 2003, cuando
fueron registradas 71 muertes en el campo.

El estado más violento, Rondônia, situado en el Norte de Brasil, sumó 17 homicidios. Maranhão, estado del Nordeste,
quedó en el segundo lugar del ranking, con 12 muertes, seguido de Pará, también del Norte, con seis.

Rúben Siqueira, de la coordinación nacional de la CPT, indicó que desde hace cuatro años ya se verifica el incremento
de homicidios, y que estos se concentran en la región Amazónica, “la niña de los ojos del mercado mundial”.

Según Siqueira, el proceso de financiarización de las tierras, o sea, la valorización de las tierras como activo
económico, y la creación del programa Tierra Legal, creado por el gobierno federal para regularizar tierras en la
Amazonía, son determinantes para entender la intensificación de los conflictos. “Hay una corrida por obtener esas
tierras como futuras inversiones o como una posibilidad de conseguir su legalización a precios muy bajos”, dijo.

Para la defensora Ilemara Sesquin Lopes, del Núcleo de Conflictos Agrarios de la Defensoría Pública del Estado de
Rondônia, el crecimiento de la violencia en el campo en el estado (que continua en entre los más violentos) está
relacionado a los retrocesos de las políticas públicas del gobierno federal, ya que la mayoría de los conflictos está en
áreas de la Unión y que le compete al Instituto de Colonización y Reforma Agraria (Incra).

Según la defensora, el Estado intervino de forma más incisiva en la región después de los grandes conflictos en el
2003, a través de la creación de la Defensoría Agraria, que fue extinta el 25 de noviembre.

“Hubo muchos cambios en el directorio del Incra. Algunos programas que estaban evolucionando, de repente,
retrocedieron. Desde hace algún tiempo que ya no hay tanta participación del gobierno federal en las cuestiones
agrarias del Estado. Es natural que, con eso, la situación vuelva a ser lo que era en el pasado”, analizó.
196

Siqueira observa con preocupación la “desinstitucionalización del país”. Según afirmó, la disolución de secretarías
ligadas a la reforma agraria y a la agricultura familiar en la Casa Civil y la extinción de la Defensoría Agraria, el día 25
de noviembre, sólo agravan el cuadro de violencia.

Falta de protección
Entre los homicidios contabilizados por la CPT en Rondônia, está el asesinato del matrimonio Edilene Mateus Porto,
de 32 años, e Isaque Dias Ferrira, de 34, en septiembre de este año. La muerte de los líderes de la Liga Campesina
fueron anunciadas unos años antes de lo ocurrido, cuando ella registró una denuncia informando a la Policía Militar
que había hombres armados rodeando el Campamento 10 de Mayo, donde vivían.

Ilemara Sesquin Lopes reiteró la falta de programas específicos para la protección de víctimas y testigos de violencia y
defensores de derechos humanos en el Estado. “La mayoría de las muertes son anunciadas. Las personas son
amenazadas por grandes propietarios rurales y otras personas que tienen intereses en la situación, sólo que
poquísimas cosas son hechas en este ámbito”, dijo.

A finales de agosto, el gobierno del estado creó, a través de la Ley n°3889, el Programa de Protección a las Víctimas y
Testigos Amenazados del Estado de Rondônia (Provitas-RO), que busca dar protección a las personas que están
siendo coaccionadas o expuestas a graves amenazas, lo que están colaborando con investigaciones o procesos
criminales.

Brasil de Fato cuestionó, por correo electrónico, al Consejo del Estado de Defensa de los Derechos Humanos sobre la
cantidad de personas que ya integran el Provita-RO, pero hasta el cierre de esta nota no se obtuvo respuestas.

Siqueira afirmó que medidas paliativas son pensadas cuando las muertes son notificadas fuera del estado, inclusive
internacionalmente. “Ninguna medida es estructural, en sentido de atacar las causas de la situación. Lo que tiene que
ser realizada es una reforma agraria verdadera y sacar a los ilegítimos pretendientes”, dijo.

Impunidad
La impunidad complementa el “caldo de cultivo” del aumento de los conflictos. “Casos que no van a juicio señalizan
que la tierra no tiene ley, ni dueño”, declaró Siqueira.

Otro levantamiento realizado por la CPT, del año 2015, apunta que, en los últimos 30 años, apenas el 10% de los casos
que fueron a la Justicia fueron juzgados. De los 1.270 casos de homicidio registrados en este periodo, apenas 108
tuvieron una conclusión en el Poder Judicial y solamente 28 autores intelectuales y 86 ejecutores fueron condenados
por los crímenes cometidos.

Sesquin afirma que la situación es resultado de una policía sometida al poder político de los latifundistas de la región.
Además, “no hay estructura para enfrentarlos”. “El contingente es pequeño. Las comisarías no tienen estructura para
investigar, y los crímenes, tan graves, se miden con la misma vara que los otros”, evaluó la defensora.

La Defensoría cumple el papel de intermediación de ocupantes de tierras y los supuestos dueños de las áreas, y está al
frente de las negociaciones con los gobiernos locales y federales. Sin embargo, Sesquin alega que la atención de los
órganos es “bien limitada”. En Rondônia, son apenas dos defensores públicos agrarios, lo que es poco para el tamaño
del estado, según ella.
197

“Conseguimos atender poquísima gente. Pero actuamos intentando hacer la mediación de los conflictos,
generalmente para evitar que haya intervenciones de la policía de forma agresiva en las reintegraciones de pose”,
afirmó.

Repercusión
En una nota, movimientos populares y entidades repudian las graves violaciones de derechos humanos en conflictos
por la tierra ocurridos en el estado. “En el último período, la criminalización y el exterminio se tornaran regla,
colocando al estado [Rondônia] como el primero del país en asesinatos a líderes de movimientos sociales campesinos
de lucha por el derecho a la tierra”, dice un trecho del texto.

En el año 2015, de los 50 asesinatos ocurridos en conflictos agrarios, 47 fueron en la Amazonia; Rondônia es el estado
con más casos: fueron 20 personas asesinadas entre indígenas, quilombolas, ocupantes, sin-tierra, ambientalistas,
trabajadores rurales, y líderes.

La región contó con 30 de los 59 intentos de asesinato, 93 de las 144 amenazas de muerte, 66 de los 80 campesinos
presos y 20.000.853 de los 21.374.544 hectáreas en conflicto.

Entre los principales conflictos están aquellos vividos por las comunidades afectadas por diques e hidroeléctricas; la
tensión con los terratenientes, oriunda del problema de la propiedad de las tierras públicas; conflictos provenientes
de la inexistencia de implementación de las Reservas; y los que afectan pueblos indígenas y quilombolas, que sufren
con el desguace del Incra.

El Comité Brasileño de Defensores de Derechos Humanos (CBDDH) encaminó para la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), el día 24 de octubre, un pedido de acción urgente para que el gobierno de Brasil y, específicamente, el
gobierno del estado de Rondônia, tome medidas inmediatas para el cese de la violencia en curso y que impida que
nuevas violaciones sucedan.

Traducción: María Julia Giménez

México: Durante el gobierno de Javier Duarte se


aplicaron quimioterapias falsas
Por Kaos. México
Las escalofriantes cifras que aporta la Secretaría de Salud federal señalan que en promedio una de
cada diez muertes por cáncer en el país ocurre en Veracruz.
198

Diversos portales de noticias han informado que el actual gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, dio a
conocer que durante el periodo de su antecesor, Javier Duarte, se suministraron medicamentos falsos a niños
enfermos de cáncer. El motivo que dio Yunes Linares fue la falta de presupuesto y el desvío de recursos. Es
importante señalar que Duarte actualmente se encuentra en calidad de prófugo de la justicia.

::::::::::::::::::

Con Duarte se aplicaron “quimioterapias falsas” a niños con cáncer: Yunes


Noé Zavaleta/ Proceso

http://kaosenlared.net/mexico-durante-el-gobierno-de-javier-duarte-se-aplicaron-quimioterapias-
falsas/
XALAPA, Ver. (apro).- El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares afirmó que durante el gobierno de su antecesor
Javier Duarte, la Secretaría de Salud aplicaba “quimioterapias falsas” a niños enfermos de cáncer.

Esa medida se adoptó por insuficiencia presupuestal y por desvío de recursos, afirmó el expriista en rueda de prensa.

“Tenemos ya resultados de un laboratorio que señaló que el medicamento que se administraba a niños, una
quimioterapia que se administraba a niños, no era realmente un medicamento, sino que era un compuesto inerte, era
agua prácticamente destilada”, precisó.

Yunes Linares calificó la acción como un pecado brutal y un “atentado” contra la vida de los menores y los enfermos
de cáncer, y señaló que una vez que concluyan los análisis de esas quimioterapias se presentarán las querellas penales
correspondientes.
Una solicitud de información (0001200244315) obtenida en la plataforma Infomex arrojó que en el lapso
comprendido entre 2013 y 2014 y el primer trimestre del 2015, el centro estatal de Cancerología “Doctor Miguel
Dorantes Mesa”, con sede en esta capital, registró 32 decesos de menores de edad, de acuerdo con los “cubos de
defunciones” del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia de la Secretaria de Salud federal.

En el caso de las mujeres, las cifras son más alarmantes, pues de cáncer cervicouterino y de mama fallecieron mil 719
en Veracruz en el periodo señalado, según la dependencia.

Otra solicitud de información (0001200244315) destaca que en el primer trimestre de 2015, 109 mujeres mayores de
25 años perdieron la vida por un tumor maligno cervicouterino, mientras que 107 fallecieron por cáncer de mama.

Otro oficio, el SIDSS/DGIS/001602/2015, detalla que en la numeralia de otros tipos de cáncer (colon y recto, vejiga,
linfomas, leucemia, páncreas y otros), 45 personas (masculinas y femeninas) perdieron la vida en la entidad en los
tres primeros meses de 2015.

Las escalofriantes cifras que aporta la Secretaría de Salud federal señalan que en promedio una de cada diez muertes
por cáncer en el país ocurre en Veracruz.

El cáncer de boca, estómago, colon, hígado, páncreas, tráquea, pulmón, leucemia, ovarios, vejiga y linfomas ha
ocasionado 324 decesos en Veracruz entre 2013, 2014 y el periodo de enero a marzo de 2015.
199

En 2013, por ejemplo, 78 personas murieron de leucemia en la entidad y 65 un año después. En lo que va de 2017,
nadie ha fallecido de ese tipo de cáncer. En contraste, en 2014, nueve personas murieron de linfomas, y en lo que va
de este año han perdido la vida 26, una cifra atípica.

El hospital de Cancerología “Miguel Dorantes Mesa” no tiene liquidez presupuestal, situación que se ve reflejada en
las constantes cancelaciones de quimioterapias y la falta de reactivos para detectar la enfermedad, según familiares de
personas que acuden constantemente a dicho nosocomio.

ACTOS

PRIMER CONVERSATORIO: CLARIFICACIÓN PRELIMINAR DE


CONCEPTOS
https://forocontralaguerra.org/2017/01/17/primer-conversatorio-clarificacion-preliminar-de-
conceptos/

¿CÚAL ES EL PAPEL DE LAS EXPORTACIONES EN LAS ECONOMÍAS


DOMÉSTICAS DE AMÉRICA LATINA?
Hugo Gómez Cárdenas

http://www.unitedexplanations.org/2017/01/17/cual-es-el-papel-de-las-exportaciones-en-las-
economias-domesticas-de-america-
latina/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+unitedexplanati
ons+%28United+Explanations%29

Cuando se habla de crecimiento económico es inevitable hablar de dos tópicos:


inversiones y exportaciones. Las inversiones en capital (elemento necesario para la
producción de bienes de consumo) y bienes de capital (maquinaria, inmuebles,
instalaciones e infraestructura). En este artículo vamos a tratar únicamente el tema de las
exportaciones.

El concepto exportaciones hace referencia al envío de un producto o servicio a un país


extranjero con fines comerciales, todo ello dentro de un marco legal en el país de origen
que regula lo que se exporta, la cantidad de lo que se exporta, cumplimiento de normas
200

sanitarias, origen lícito de lo que se exporta, pago de derechos aduaneros y otros, de la


misma forma que se debe cumplir con las normas del país receptor
de dichas exportaciones.

Un país puede ser grande en cuanto a su extensión territorial, pero ello no lo convierte en
un país exportador, por más que en su basta geografía cuente con recursos ingentes, es
decir materia prima que pueda ser exportable, un claro ejemplo son los países africanos,
que tienen extensos territorios y una naturaleza en varios de ellos muy rica pero con
índices de exportación ínfimos. En el otro extremo puede tratarse de un pequeño país
con escasos recursos naturales pero un gran potencial exportador, como por ejemplo
Suiza.

¿Qué es lo que hace entonces la diferencia si no es el tamaño, ni la


cantidad de recursos naturales?
Por un tiempo se pensó que era el tamaño y cantidad de industrias, así América Latina
recibió de la Comisión Económica para América Latina, más conocida como CEPAL, la
receta industrializadora en los años sesenta, donde se recomendaba a los países de
América del Norte (México), Central y el Caribe, y del Sur reformas para desobstruir la
industrialización.

La industrialización fue en parte positiva pero no bastó para alcanzar el desarrollo


económico que se esperaba. Recordemos que por entonces los gobiernos eran
mayoritariamente militares, o dictaduras de partido único (México, Cuba), salvo
excepciones como Uruguay y Chile.

En la mayoría de casos se encontraba que la infraestructura era insuficiente (carreteras,


redes eléctricas y de agua y desagüe) , o concentradas en determinados centros urbanos,
casi siempre en las capitales del estado o del país, lo cual sumaba nuevos problemas
como la migración de miles hacía estos lugares, abandonando en muchos casos
actividades tan importantes como la agrícola.

Tipo de Exportaciones. Definiciones

Tenemos por un lado exportaciones de productos tradicionales para el caso de América


Latina (materias primas: productos agrícolas como el café, el azúcar, marinos, minerales y
petróleo) son de las que los países dependen para sostener su balanza comercial
y exportaciones de tipo no Tradicionales (manufacturas o bienes de consumo final, así
como servicios) de estos productos o servicios el Estado no depende de sus ganancias.

Con estas sencilla y restringida clasificación y viendo el componente principal en cada uno
de estos tipos de exportación podremos ver, que si el principal componente de la balanza
comercial es por ejemplo la exportación de petróleo (Caso Venezuela) u oro (caso Perú),
la subida o caída de su precio internacional afectará a la economía de la Nación que
dependa de estos productos.

Mientras que es muy positivo que sea mayor el volumen de exportaciones no


tradicionales, para así no depender tanto de las otras, y para que la cartera del país se
encuentre más diversificada, y el empleo este distribuido en una serie de actividades y no
201

en una mayoritariamente. Igualmente los precios internacionales podrán afectar este tipo
de exportaciones y por ende repercutir en el empleo y otros factores de la economía local.

Podríamos entonces inferir que un producto como el café, que constituye para Colombia
parte importante de su economía tiene carácter tradicional, podría convertirse en no
tradicional si digamos como ejemplo la exportación de artesanías se vuelva más
importante en la generación de divisas. Con lo cual decimos que los conceptos señalados
involucran productos o servicios que pueden crecer o decrecer y de ser sustituidos por
otros perderán el carácter de tradicional y/o no tradicional.

Queremos destacar que las definiciones varían; Milton Von Hesse sobre los productos
agrícolas tradicionales son aquellos que entre las dos grandes crisis económicas del siglo
XX integraron – en distintos subperíodos – la lista de los productos que representaban
más de las tres cuartas partes de las exportaciones latinoamericanas . El autor citado cita
el informe publicado por la Unidad de Desarrollo Agrícola de la CEPAL, en 1993 (CEPAL,
1993), en el cual leemos:

“el concepto de exportación tradicional ha estado asociado en Latinoamérica a aquellos


productos que concentraban un alto porcentaje de los ingresos de divisas por
exportaciones de los países”. En el mismo estudio se considera que un producto de
“exportación tradicional, si es que a lo largo del presente siglo (XX) y, hasta antes de la
crisis de la deuda externa, integró la lista de los productos que concentraron la mayor
parte del valor de las exportaciones agrícolas regionales.”

Un criterio simple y uniforme es el de la Clasificación Uniforme para el Comercio


Internacional (CUCI), son así productos de exportación tradicional:

• El cacao – Madera

• Tabaco (sin procesar) – Petróleo

• Especias – Cuero

• Carne y animales vivos – Plata

• Camarón y otros productos del mar – Zinc

• Café, algodón y azúcar

Todos los demás de productos no incluidos en la lista anterior corresponden a los


productos no tradicionales, que a su vez se subdividen en intensivas en capital humano e
intensivas en tecnología. Recomendamos sobre el tema en particular la lectura del
documento: Exportaciones no tradicionales latinoamericanas. Un enfoque no
tradicional

¿Cómo alcanzar el desarrollo económico y social?


Algunos estudiosos del tema del desarrollo plantean que para alcanzarlo se requieren de
algunas condiciones. Para el profesor de economía Pipitone hay tres que son
indispensables:
202

1. Una agricultura moderna y eficiente

2. Un Estado que haya alcanzado niveles elevados de consolidación política interna y


eficiencia administrativa.

3. La que denomina masa de energía social y el factor tiempo

El primer factor, es tal vez el más relevante, al encontrarse que la industrialización ha


pasado necesariamente por una transformación estructural del sector agrícola como así lo
afirma Fernando Fajnzyllber en “La Industrialización trunca de América Latina: Una
Nueva Imagen” esta transformación se debe dar de acuerdo a una jerarquización para
que se pueda dar lo que denomina: “la articulación productiva” , donde es el sector
industrial el que cumple un papel decisivo al ser “portadora y difusora del progreso
técnico”. Visión compartida por la CEPAL:

“La industrialización constituye el eje de la transformación productiva, principalmente por


ser portadora de la incorporación y difusión del progreso técnico…” Transformación
Productiva con Equidad, Santiago de Chile, 1990

El segundo factor que necesario para el desarrollo lo constituye para Pipitone , las
características que debe tener el Estado, esto es para Fajnzyllber y la CEPAL: “la
concertación estratégica público-privada”, donde es indispensable que el Estado llegue a
acuerdos con los principales actores políticos y sociales sobre la visión que tienen sobre
el desarrollo y el papel de la industria y productividad con equidad.

La tercera condición se refiere a la “masa de energía social” y el factor tiempo. Para que
un país o grupo de países alcance el desarrollo requiere que en el transcurso de períodos
más o menos prolongados se vaya acumulando una masa de energía social suficiente
para lograr las transformaciones necesarias para llegue al ansiado estadio de desarrollo.

Pipitone en “La salida del atraso: un estudio histórico comparativo” publicado por el Fondo
de Cultura Económica en 1994 (México) , nos dice que esa masa de energía se puede
refigurar como

“una secuencia dinámica en tres dimensiones: la innovación técnica – científica, la


ampliación del mercado y la creatividad empresarial, que para cerrar el círculo
retroalimentan la innovación técnico-científica.”

Si bien es cierto el neoliberalismo habla de que exista un Estado reducido, no basta ello,
sino que se debe contar un mejor Estado. En palabras de Osvaldo Sunkel,

“la intervención del Estado debe ser analizada con un criterio más pragmático, que
reconozca la vital presencia de un Estado eficiente en suplir las deficiencias del mercado
y en eliminar las tendencias excluyentes en la distribución de los beneficios del
crecimiento y que rescate su verdadero papel orientador del desarrollo…” El desarrollo
desde dentro, México, 1991

Aquí debemos explicar que en el neoliberalismo se prefiere a los mercados imperfectos


por mejores asignadores de recursos que a los Estados imperfectos. Para estos el Estado
debe cumplir la función de ser regulador, orientador y facilitador, no debe ser un Estado
intevencionista.
203

El neoliberalismo y su política deja a tras el estructuralismo y neoestructuralismo sobre la


cuestión agraria mediante la intervención del Estado, sin embargo algunos neoliberales si
consideran necesaria dicha intervención cuando hay que romper el estado de
inamovilidad en el sector que impide su desarrollo, luego de lo cual el Estado debe dejar
actuar al mercado.

El liberalismo económico considera que el atraso y lento progreso económico de los


países en vías de desarrollo se debe a la excesiva intervención de los gobiernos lo cual
eleva los costos de transacción para los ciudadanos y por ende no se alcanzan los
beneficios en términos de producción y distribución.

Para el profesor Absalón Machado C. quien ha compilado el texto de Carlos Felipe


Jaramillo, Juan José Perletti y Jorge Ramirez “Modelos de desarrollo, sector agopecuario
y desarrollo rural: hacia un nuevo paradigma”, la visón del neoliberalismo sobre los temas
agrarios es de

“una óptica productivista (la competitividad) de los mercados y de la distribución de la


acción del Estado, y no en una óptica estructural e institucional. Su discusión por tanto no
se centra en la estructura agraria sino en el desarrollo de los mercados de factores,
incluida la tierra, y en los incentivos para dinamizarlos en lugar de redistribuirlos; así como
la eficiencia económica como parámetro para medir el uso de los recursos. Si la
concentración de la propiedad rural se articula con la productividad el Estado no debe
intervenir y la desigualdad que de allí surja no debe ser una preocupación del Estado.”
Desarrollo Rural y Apertura Económica, Seminario Internacional, Fondo DRI, IICA.
Bógota, 1992

Hasta aquí hemos realizado una aproximación a lo que se planteaba o sigue


considerando válido para alcanzar el desarrollo, desde la teorías estructuralistas que
fueron una receta de la CEPAL hasta los aportes de la teoría neoliberal, esta última es la
receta que se sigue actualmente y promovida por el Fondo Monetario Internacional (FMI)
y otros organismos multilaterales.

Si algo se puede decir es que un país es más que recetas, es su población, sus
circunstancias históricas que le dan determinadas particularidades, por lo que los planes y
programas deben ser implementados adaptando los mismos a cada realidad concreta
teniendo como objetivo el bienestar de las personas para quienes cualquier política debe
ser su objetivo siempre. Menos Estado sí, pero mejor Estado, eficiente, eficaz, promotor,
facilitador, orientador y de último regulador allí donde sea necesario.

El Instituto Apoyo en un trabajo publicado en 1992 llamado “La Reforma de los


Contenidos Económicos de la Constitucion de 1979”, señala que la ciencia económica ha
identificado varios casos en que se requiere de la intervención del Estado. Su intervención
es para mejorar la asignación de los recursos y por ende alcanzar mayores niveles de
desarrollo y bienestar. La intervención aludida busca estos objetivos:

• Otorgar las reglas básicas que permiten que el juego de las fuerzas de mercado
produzcan los beneficios que encierra la libre competencia;

• Generar las condiciones que permitan la provisión de bienes públicos y la solución


a problemas de externalidades (daños a terceros);
204

• Garantizar un manejo monetario y una política macroeconómica que permita un


crecimiento estable de la economía.

• Atender necesidades básicas de la población más necesitada y facilitar su acceso


a servicios esenciales y oportunidades de superación;

• Cobrar impuestos de manera equitativa y sin producir alteraciones en la economía.

Son funciones a las que el Estado no puede renunciar y así reducir los costos de
transacción por participar en el mercado. Ya que hemos mencionado los costos de
transacción, debemos hablar de quien acuño esta palabra, Ronald Coase quien parte del
concepto “costos de transacción”, lo que significa que para llegar a una transacción sin
importar cuál sea esta, existe un costo (gasto económico que representa la fabricación de
un producto o la prestación de un servicio).

Si estos costos son demasiado elevados se hace inviable llegar a un acuerdo o solución
contractual. El mercado castiga estas ineficiencias, estos costos altos de transacción, ya
sea proscribiéndolos o mediante soluciones donde los costos son bajos y por tanto
aceptados. La informalidad vista así es una solución a los altos costos de la formalidad
impuestos por el Estado. Es pues el Estado quien debe evitarlos y promover su reducción
con un marco normativo e institucional que permita su reducción.

Exportaciones y Desarrollo. Problemas que enfrentan


La crisis de los ochenta del siglo pasado detuvo el crecimiento de las exportaciones y con
ello el de las economías de América Latina y el Caribe, no por algo se le llamó a dicha
década la “década pérdida”.

Para revertir esta situación los países debieron efectuar reformas radicales, algunos lo
hicieron antes (Caso Chile) otros la demoraron como el caso de Perú que lo hizo recién
en los noventa, y otros todavía no se arriesgan (Caso Bolivia). La premisa fue incrementar
el comercio externo aprovechando el proceso de globalización que permitía permite la
adopción de tecnologías y la libre circulación del conocimiento a través del internet.

Sin embargo estos cambios no fueron tan positivos ya que en muchos casos significó que
el libre ingreso de las importaciones provocara el quiebre de la industria nacional, por no
estar preparada para competir ni en precio ni en calidad.

Hacía 1980 la región exportaba el 10% de su Producto Bruto Interno, una década
después esa proporción se había más que duplicado pasando al 23%. Gráfico 1 que
aparece líneas abajo ha sido elaborado por la CEPAL, sobre la base de cifras oficiales:
205

AMÉRICA LATINA: COMERCIO EN PORCENTAJE DEL PIB


(En valores constantes de 1990) [Via: CEPAL]

Crecimiento del PIB en América Latina y contribución del


componente de la demanda
(crecimiento anual, porcentaje). [Fuente: OCDE/CAF/CEPAL con base en una compilación de fuentes oficiales de la Comisión Económica de
las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL)]
Este segundo gráfico muestra el promedio de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, República Dominicana,
Uruguay y Venezuela. Aquí apreciamos que existe menos inversión con lo cual se
produce la desaceleración en el crecimiento económico, que impacta en el consumo, pero
en lo que hemos venido desarrollando: las exportaciones .

Las economías en América Latina y el Caribe son dependientes del precio que obtienen
por las materias primas que exportan, estas representan el 60% de productos en
promedio, mientras que el año 2000 era tan solo del 40%, se explica por el mayor precio
que alcanzaron hasta antes de última crisis del 2008. Aplicaron la recta de la CEPAL de
206

los años sesenta de ir desde un proceso de industrialización a uno de sustitución de


productos fabricados localmente por bienes importados, con lo cual se perdió no solo en
mano de obra, sino en experticia y en renovación tecnológica. A cambio se inició un boom
de empresas de servicios, desde el comercio hasta las conocidas call center, donde no se
requiere de mucha calificación.

Las Pymes dominan el mercado en lugar de grandes empresas, pero surgen entonces los
problemas por los costos laborales y acceso al crédito que no pueden cumplir y con ello
se mantienen al margen de la formalidad, con lo cual hay otro gran problema tributario por
la evasión de estas empresas y por ende los servicios públicos que el Estado proveería
para atenuar la seguridad social o pago de remuneraciones en época de para no se
pueden satisfacer.

Igualmente se tiene el problema de la logística, deficiente infraestructura, lo cual atentan


contra la integración regional. En América Latina el 57% de los productos que se exportan
son perecederos o que exigen un alto grado de desempeño logístico, CEPAL precisa que
se requiere tres veces más que la media de los países de la OCDE. Costos elevados en
el transporte solo posibilitan que el 27 % de todas las operaciones comerciales tengan
lugar en la región, mientras que en Europa es del 63% y en Asia el 52%, esto es que
conquistar e integrar la geografía es un reto pendiente.

Igualmente acuciante es la falta de capital humano, así en la región no pueden


establecerse industrias como la automotriz y de maquinarias, en la cantidad suficiente
para satisfacer la demanda y reducir el precio de estos bienes. Las reformas educativas
son impostergables.

Los especialistas señalan que un crecimiento económico acelerado muchas veces no se


mantiene además de factores externos como la caída de los precios internacionales de
las exportaciones a un factor que denominan “ la trampa del ingreso medio”.

La trampa del Ingreso Medio


Esto significa una marcada desaceleración del crecimiento en muchos países cuando se
acercan a niveles medios de la renta per cápita. Se produce un estancamiento debido a
que existe una relación entre el ingreso medio con la dificultad para ajustar la economía a
las fuentes de crecimiento que adquieren mayor importancia una vez alcanzados los
niveles medios de renta .

En buena cuenta para superar este escollo, y que el crecimiento pase a una nueva etapa
caracterizada por la presencia de industrias manufactureras y de servicios intensivas
en capital y competencias, es necesario un grupo amplio de mano de obra cualificada,
tasas de inversión favorables, un sistema desarrollado de innovación nacional y un
entorno macroeconómico e institucional favorable a la actividad empresarial para con todo
esto lograr una diversificación productiva.

El descenso en las exportaciones conlleva menores divisas, esto presiona entonces el


tipo de cambio, menor empleo, menores ingresos fiscales por ende menos dinero para
que el Estado invierta en obras públicas, en una palabra es una cadena que se ve
afectada.
207

Diversificar, promover, incentivar las exportaciones y una continua búsqueda de mercados


es la tarea permanente que tanto el Estado como el sector privado deben realizar. Se
requiere a todo ello sumar conocimiento e incorporación y desarrollo de la tecnología.

Esperemos el 2017 la situación mejore para toda América Latina y el Caribe.

La vida después de la Casa Blanca: qué hacen los presidentes de EE.UU.


cuando dejan el poder
http://www.lanacion.com.ar/1976278-la-vida-despues-de-la-casa-blanca-que-hacen-los-
presidentes-de-eeuu-cuando-dejan-el-poder

Los jefes de Estado reciben una pensión vitalicia superior a los 200.000 dólares anuales, además
de los ingresos por los discursos pagos y sus libros de memorias
Julieta Nassau

De izq. a der.: George H.W. Bush, Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter.
Foto: AP

242

"No hay nada más patético en la vida que un ex presidente", dijo, poco antes de
dejar la Casa Blanca, el ex mandatario estadounidense John Quincy Adams
(1825-1829). Será por eso que, lejos de abandonar el poder, se quedó en
Washington y fue legislador en el Capitolio por 17 años, hasta el día de su
muerte.

A partir de entonces las cosas cambiaron para los ex presidentes de Estados


Unidos. Hoy, ser ex mandatario estadounidense no es patético, es lucrativo. Y
mucho.

Desde hace varias décadas, los presidentes salientes reciben una importante
pensión vitalicia, entre otros beneficios, y amasan su propia fortuna con libros y
208

discursos requeridos justamente por su pasado como líderes del país más
poderoso del mundo. Además, dejan en vida un legado en forma de fundaciones,
bibliotecas o museos, por medio de las cuales buscan desde ayudar a cambiar el
mundo hasta exhibir los cuadros que pintaron durante su vida post-presidencial.

El futuro de Obama
El próximo viernes al mediodía, cuando delegue el poder en su sucesor, Donald
Trump ,Barack Obama no hará sus valijas para dejar la capital estadounidense,
como hicieron todos los presidentes desde hace casi un siglo. El presidente
demócrata ya alquiló la casa donde se mudará con su familia, a unas cuadras de la
Casa Blanca, hasta que se gradúe su hija menor, Sasha, de 15 años.
Esta situación abre el interrogante sobre el futuro de Obama, que deja la casa de
gobierno con apenas 55 años, y su injerencia en la política estadounidense
durante la era Trump.

"Los ex presidentes tienden a evitar hacer declaraciones públicas por un período


de tiempo después de dejar el cargo, para permitir que el nuevo jefe de Estado
tenga la oportunidad de gobernar. Con el tiempo, los ex presidentes a veces
tratan de ser influyentes, en particular en la política partidaria, aunque
generalmente detrás de escena", dice a LA NACION Anthony Clark, autor del
libro The Last Campaign: How Presidents Rewrite History, Run for Posterity and
Enshrine their Legacy.

Barack Obama deja la Casa Blanca. Foto: Archivo

"Creo que los presidentes más activos siguen siendo políticamente activos
precisamente porque tienen algo en juego, es decir, tienen que luchar para
preservar su legado. Obama está en esta posición ahora", señaló por su parte el
especialista en historia presidencial de la Universidad de Kentucky Cody J.
Foster, y mencionó a Herbert Hoover, Jimmy Carter y Bill Clinton como los
líderes más activos en la post-presidencia.
209

Por lo pronto, el propio Obama dijo el año pasado que lo primero que planea
hacer, el próximo sábado, será dormir. Luego, unas vacaciones familiares. ¿Y
después? El presidente demócrata llegó a bromear con que necesitará crearse
una cuenta en la red social LinkedIn para buscar trabajo. Y la semana pasada
recibió una curiosa oferta laboral por parte de Spotify. Pero, fuera de eso, poco se
sabe del futuro del primer presidente negro de Estados Unidos.
En su reciente conferencia de fin de año, dijo que se ve como "consejero" del
Partido Demócrata y agregó: "Mi prioridad para cuando deje la presidencia es
formar a la próxima generación de líderes (...) y quiero usar mi centro
presidencial como un mecanismo para desarrollar a la próxima generación de
talento". Es que Obama se sumará a la lista de 13 ex presidentes que fundan una
biblioteca con su nombre para realzar las bondades de su presidencia. En su
caso, estará en Chicago, la ciudad donde maduró políticamente, junto con la
Fundación Obama, que promete ser la próxima cuna de dirigentes demócratas
del país.

"Mi prioridad para cuando deje la presidencia es formar a la próxima generación de líderes y
quiero usar mi centro presidencial para eso"""

Barack Obama

Compartilo

Aunque Obama todavía no tenga trabajo asegurado y deje de percibir su salario


anual de 400.000 dólares como presidente de Estados Unidos, el dinero no es
un problema para él. Ni para ningún mandatario que deja la Casa Blanca, al
menos en los últimos 60 años.

En 1958, el Congreso estadounidense sancionó la Ley del Ex Presidente (Former


Presidents Act), después de que el ex mandatario Harry Truman reclamara que no
tenía dinero para contestar las miles de cartas que le llegaban. El Capitolio
consideró entonces necesaria una ley para "mantener la dignidad" de los ex
presidentes y, a través de esa norma, garantiza a los ex jefes de Estado una
pensión vitalicia similar al sueldo de un ministro. En 2016, fue de 205.700
dólares por año.
Además de la pensión, Obama tiene otros ingresos asegurados. De 2005 a 2015,
obtuvo más de 15 millones de dólares por las ventas de sus tres libros: Dreams
from My Father (Sueños de mi padre), The Audacity of Hope (La audacia de la
esperanza) y el infantil Of Thee I Sing (A ti te canto), según sus declaraciones de
impuestos. Además, antes de ganar las elecciones de 2008, había firmado un
210

contrato con una editorial para escribir un libro de no ficción, que quedó en
stand-by durante sus dos mandatos, al que se sumó otro jugoso contrato para
escribir sus memorias.

Qué les corresponde


A través de distintas disposiciones, los presidentes de Estados Unidos obtienen
desde una pensión hasta cobertura médica después de dejar el poder.

Pensión: en función de lo dispuesto por la Ley del Ex Presidente (FPA, por sus
siglas en inglés), un ex mandatario debe recibir un sueldo similar al de un
ministro nacional, cifra que se prevé en el presupuesto anual. En 2016, la
pensión fue de 205.700 dólares en el año. Obama vetó el año pasado una ley
para limitar la pensión de los ex presidentes en US$ 200.000 porque consideró
que los ex presidentes actuales iban a despedir personal por esa nueva
condición. Si el ex mandatario fallece, su viuda recibe una pensión anual de
hasta 20.000 dólares. La viuda de Ronald Reagan, Nancy, renunció a ese
beneficio.

Oficina: el FPA establece también que el ex presidente debe recibir dinero para
instalar una oficina en cualquier lugar dentro de los Estados Unidos, equiparla
apropiadamente y mantenerla de por vida. Si bien no hay límites de tamaño o
ubicación, aclara que debería estar bajo "los estándares de la oficina de un
ministro". Para los primeros dos años y medio después de dejar el poder, recibe
hasta US$ 150.000 por año para sueldos para el personal y, después, hasta
96.000.

Viajes: por una enmienda de 1968 al FPA, el ex presidente puede contar con
hasta un millón de dólares por año para viajes relacionados con su condición de
ex presidente y de representante del gobierno de Estados Unidos para él y hasta
dos personas de su equipo.

Servicio Secreto: en 2013, Obama restableció la protección del Servicio


Secreto de por vida para el presidente y su pareja (hasta que se case con otra
persona), y para los hijos del mandatario hasta los 16 años.

Cobertura de salud: aunque no hay ninguna ley específica, el ex presidente,


como todo ex empleado con más de cinco años en el gobierno, califica para los
beneficios de salud de empleados federales. Aquellos mandatarios que sólo
211

estuvieron un mandato y no cumplieron otro rol dentro del Ejecutivo no pueden


acceder a esta cobertura.

Funeral: ante la muerte de un ex presidente, se organiza un funeral de Estado


con honores militares y todas las banderas en edificios federales deben quedar a
media asta por 30 días.

Gastos para la transición: bajo la regulación de la Ley de Transición


Presidencial, a partir de los 30 días antes del pase de mando comienza a regir un
presupuesto paralelo para la transición.

Bush, el más beneficiado

George Bush pinta retratos. Foto: Archivo / Facebook

Para el presupuesto 2017, el Congreso aprobó una suma de 3.865.000 de dólares


para los ex presidentes, US$ 588.000 más que el año pasado, dado que se suma
Barack Obama al equipo de ex mandatarios. Además, se destinarán US$ 9,5
millones para la transición.

Según el informe del Servicio de Investigación del Congreso "Former Presidents:


Pensions, Office Allowances, and Other Federal Benefits" ("Los ex presidentes:
pensiones, asignaciones de oficina, y otros beneficios federales"), el ex
mandatario que más dinero recibió por parte del Estado fue George W. Bush . Le
fueron destinados US$ 1.098.000, que incluye la oficina más cara: US$
434.000, de 765 metros cuadrados, en Dallas. Jimmy Carter fue quien menos
dinero exigió: US$ 430.000, con una oficina que insume US$ 112.000 y sin
gastos en viajes.
El ex presidente que más dinero recibió en total fue Bill Clinton , quien desde
2001 dispuso de US$ 17.132.000 (con cifras actualizadas), mientras que Carter,
en 35 años de "post-presidencia" contó con US$ 9.287.000.
212

Qué hacen los ex presidentes


Entre los cuatro ex presidentes vivos -a los que se sumará Obama en tres días-
los libros y los discursos son las fuentes de ingresos primarias además de la
pensión vitalicia.

"Algo cambió drásticamente para los ex presidentes cuando Ulysses S. Grant, en


su lecho de muerte, escribió sus memorias para salvar a su familia de la ruina
financiera. Esto comenzó una tradición donde cada presidente escribe sus
memorias una vez que salen de la oficina. Esto por lo general les trae millones de
dólares. Otros confían más en los discursos pagos: es fácil, generan ingresos, los
mantiene activos, y les da una salida política. El hecho es que ser presidente es
un trabajo agotador, y la mayoría elige un camino relajado de discursos,
escritura de libros y asesoramiento para cuando dejan el poder", expresa el
académico Cody J. Foster a LA NACION.

Jimmy Carter (1977-1981) es un claro ejemplo de una post-presidencia exitosa. Y


no sólo desde lo económico. El ex mandatario demócrata pasó de tener una
presidencia de un sólo mandato a ganar un premio Nobel de la Paz en 2002, por
el trabajo del Carter Center, que creó un año después de dejar la presidencia, en
Atlanta. La ONG tiene como objetivo promover los derechos humanos y la
democracia, y le sirvió de plataforma para ser asesor de casi todos los gobiernos
hasta la fecha en conflictos internacionales. Carter también trabajó para Habitat
for Humanity, que promueve la construcción de vivienda para los más
necesitados. Pero, sin dudas, su principal fuente de ingresos fueron los cerca de
30 libros publicados hasta el momento. "No tenía dinero cuando se fue de la
Casa Blanca. Pero si puedes escribir, o puedes escribir con alguien, puedes
escribir un libro y hacer una gran cantidad de dinero. Eso es lo que hizo Jimmy
Carter", dijo el historiador presidencial James Thurber a CNN.

George H.W. Bush (1989-1993) escribió diez libros dedicados a su vida, el más
conocido "Todo lo mejor: mi vida en cartas y otros escritos", y creó la Biblioteca
Presidencial y Museo George Bush en Texas. Pero su principal legado fue la
carrera política de sus hijos: George W. Bush fue presidente de Estados Unidos
entre 2001 y 2009 y Jeb Bush fue gobernador de Florida e intentó sin éxito ser
candidato republicano el año pasado. George H.W. Bush, de 92 años, será el
único ex presidente que no asistirá a la asunción de Donald Trump, por su
estado de salud.
213

Bill Clinton (1993-2001) es uno de los ex presidentes que mejor lucró con su
paso por la Casa Blanca. "Nunca tuve dinero hasta que me fui de la Casa Blanca.
Pero he hecho las cosas bastante bien desde entonces", dijo en 2010. Según un
informe de la cadena CNN, Bill y Hillary Clinton dieron 729 discursos pagos en
total desde que él dejó la Casa Blanca hasta 2015 y recaudaron más de 153
millones de dólares. Una práctica que, no obstante, le dio dolores de cabeza a la
ex candidata demócrata durante la campaña presidencial del año pasado. Bill
Clinton también supo sumergirse en el mundo editorial. Le pagaron 15 millones
de dólares como anticipo por sus memorias Mi vida. Más tarde publicó otros dos
libros: uno sobre filantropía y otro sobre economía.
Pero, además de lo económico, el ex presidente demócrata se ocupó de dejar su
apellido relacionado con las causas positivas. Por eso creó la Fundación Clinton
y la Clinton Global Initiative, en favor de los derechos de las mujeres, la lucha
contra el SIDA y la concientización sobre el cambio climático. Además, alzó su
biblioteca presidencial, la William J. Clinton Presidential Center, en Arkansas.

George W. Bush es el presidente reciente más alejado de la política. "No extraño


la presidencia. De hecho, encontré la libertad al dejar Washington", dijo en un
acto en Houston en 2011. Aunque no por eso dejó de sacarle provecho a su
experiencia en la Casa Blanca. Según The Center for Public Integrity, en los dos
primeros años fuera del poder, obtuvo por lo menos 15 millones de dólares por
discursos pagos. Además, recibió otros 7 millones de dólares por las primeras 1,5
millones de copias vendidas de sus memorias, Decisions Points. Fuera de eso,
maneja su biblioteca, museo e instituto en la Southern Methodist University, de
Dallas, donde, entre otras cosas, supo exhibir los retratos que él mismo pintó de los
líderes mundiales que conoció durante sus ocho años en el poder.

Cuánto cobran de pensión vitalicia los ex presidentes de América latina

A partir del viernes, Obama recibirá un sueldo anual de 205.700 dólares por haber
ocupado la Casa Blanca; cómo es el régimen en los países de la región
Julieta Nassau,
Romina Colman
EE.UU. 17.133 Dls mensuales
Chile. 13.871
Argentina: 11.875
Colombia: 9.564
Mexico. 9.513
Peru. 4.658
Bolivia. 2.630
214

Brasil. Sin Dieta


Uruguay, lo derogó en 1996
http://www.lanacion.com.ar/1976547-cuanto-cobran-de-pension-vitalicia-los-ex-presidentes-de-
america-latina

Al dejar las casas de gobierno, los presidentes no sólo se llevan cajas llenas de
papeles, valijas cargadas de ropa, y la nostalgia de quien deja de ocupar el cargo
más alto de un país. En la mayoría de los países de la región, también se llevan
una pensión vitalicia en reconocimiento por sus años frente al gobierno. Como
en el caso de Estados Unidos, donde, a partir del viernes, el presidente Barack
Obama pasará de cobrar 400.000 dólares anuales como mandatario a 205.700
como ex jefe de Estado, ese beneficio se replica en distintos países de la región.
En Estados Unidos, los ex mandatarios reciben un salario equivalente al de un
secretario nacional, similar al rango de ministro. Además, reciben una oficina
equipada y sueldos para sus empleados; viáticos para viajes relacionados con su
rol de ex presidente; cobertura médica y protección del servicio secreto de por
vida. Por este paquete, que varía según los gastos de cada ex presidente, quien
más dinero recibió por parte de Estado en 2016 fue George W. Bush : US$
1.098.000.
Prorrateado en 12 meses, el sueldo mensual de un ex presidente de Estados
Unidos es de 17.133 dólares. En la región, el ex presidente con mayor pensión -
teniendo en cuenta solo la dieta- es Chile, donde los ex mandatarios reciben US$
13.871 por mes, además de otros beneficios que alcanzan prácticamente el
mismo número. La Argentina ocupa el tercer lugar. La ex presidenta Cristina
Kirchner cobraba hasta 2016 una pensión mensual de $ 188.538 (US$ 11.875).
Por otro lado, en Uruguay y Brasil no existe una pensión especial para los ex
presidentes.

Argentina

Cristina Kirchner, ex presidenta de Argentina. Foto: Archivo

Los ex presidentes argentinos cobran una asignación mensual vitalicia


equivalente al sueldo de un ministro de la Corte Suprema, tal como indica la ley
24.018.
Según se informó el año pasado, la asignación de la ex presidenta Cristina
Kirchner era de $ 188.538 por mes. Sin embargo, también cobraba la pensión que
215

le correspondía por su marido, Néstor Kirchner, quien también ocupó el mayor


cargo ejecutivo en el país: $ 143.539.
Finalmente, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, a través de una
resolución, canceló el pago de la pensión de Néstor Kirhcner a su mujer dado que
"la ley 24.018 prescribe que toda asignación especial resulta incompatible con el
goce de toda pensión o jubilación estatal, asimismo de presentarse tal situación
otorga el derecho a optar por una u otra", según decía el escrito.
El artículo 4 de la ley 24.018. contempla el cobro de la pensión para las viudas e
hijos de los ex presidentes, aunque a su vez el 5 prohíbe a quien cobra la
asignación vitalicia para ex presidentes acumularla con la percepción de una
pensión. Por eso, Cristina Kirchner cobra hoy un sueldo de $ 188.538 (US$
11.875), el único activo que quedó fuera del alcance de los sucesivos embargos
sobre sus bienes por las causas judiciales que pesan en su contra.

Los ex presidentes también cuentan con protección de fuerzas de seguridad. El


año pasado también surgió una polémica porque la ex presidenta contaba con una
custodia de casi 80 agentes de la Policía Federal, mientras que otros ex
mandatarios, como Carlos Menem, Eduardo Duhalde o Fernando de la Rúa, son
protegidos por no más de 30 efectivos.

Bolivia

Evo Morales, presidente de Bolivia. Foto: Archivo

En Bolivia, el 15 de mayo de 2003, el presidente Evo Morales promulgó la ley


376 que establece una pensión vitalicia para los ex presidentes y vicepresidentes
de una "suma equivalente a diez 10 salarios mínimos nacionales mensualmente".
En la actualidad esa pensión es, entonces, de 18.050 pesos bolivianos, el
equivalente a 2631 dólares, la asignación vitalicia más baja para un ex presidente
en la región.

Brasil

Lula Da Silva, ex presidente de Brasil. Foto: Archivo


216

En Brasil, los ex presidentes no reciben una jubilación especial por el cargo


ejercido. Este beneficio, que fue creado en 1969, durante el régimen militar, se
revocó con la Constitución de 1988, que está vigente. Sin embargo, sus viudas/os
sí tienen derecho a una pensión vitalicia por el valor del salario estatal más alto,
que es el de los jueces del Supremo Tribunal Federal (actualmente, de unos US$
12.200).

Pese a la falta de beneficios previsionales por ocupar el Poder Ejecutivo, por una
ley sancionada por el presidente José Sarney en 1986, alterada en 2002 durante la
gestión de Fernando Henrique Cardoso y reglamentada en 2008 durante la
administración de Luiz Inácio Lula da Silva, todos los ex mandatarios tienen
derecho, de por vida, a ocho empleados pagados por el Estado: cuatro agentes de
seguridad, dos choferes con autos oficiales (combustible libre incluido), y dos
asesores personales. Gozan de estos privilegios tanto los ex presidentes que
acabaron sus mandatos como los dos que sufrieron procesos de impeachment:
Fernando Collor de Mello y Dilma Rousseff.

Chile

Sebastián Piñera, ex presidente de Chile. Foto: Archivo

La Constitución de Chile establece en su artículo 30 que los ex presidentes deben


recibir una dieta equivalente al sueldo de los senadores, actualmente de
9.121.806 pesos chilenos (US$ 13.871). Además, los ex mandatarios también
tienen cubiertos los gastos de traslado o para sus oficinas, también conforme a
los montos base establecidos para los legisladores de la Cámara alta.

Los gastos de traslados -que incluyen peajes, combustible, gastos fijos del
vehículo- es un monto fijo de 1.682.812 pesos chilenos (US$ 2565) y los ex
mandatarios no están obligados a rendir. En cambio, el dinero destinado a los
gastos de oficina -como servicios y material de librería- sí debe ser rendido todos
los meses. En octubre de 2016, el último mes registrado en el sitio del
Senado chileno, estos gastos fueron de entre 6.470.353 y 7.788.164 pesos
chilenos (9863 y 11.871 dólares), para Sebastián Piñera y Ricardo Lagos,
respectivamente.
En Chile, además, los ex presidentes que cumplen alguna función en el Estado
no pueden recibir la pensión vitalicia.
217

Colombia

Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia. Foto: Archivo

La ley 48 de 1962 sobre la pensión vitalicia para los ex presidentes fue


desbancada en 1999 por un fallo de la Corte Suprema que fija que los ex
mandatarios deben cobrar el equivalente al 100% del sueldo de un senador y no
el 75%, como decía la norma anterior. Durante 2016, ese salario fue de 27.929
pesos colombianos (9564 dólares). Además, está estipulado que los ex
mandatarios reciban protección de los servicios seguridad de por vida.
Por otro lado, en Colombia una persona no puede cobrar dos ingresos de origen
del Estado, por lo que si un ex presidente es elegido para un cargo público, debe
prescindir de alguno de los dos ingresos.

México

Felipe Calderón, ex presidente de México. Foto: Archivo

En México, la pensión de los ex presidentes es equivalente al sueldo de un


secretario de Estado, que el año pasado fue de 205.122 mexicanos (US$ 9513),
con destino a Felipe Calderón, Vicente Fox y Luis Echeverría Álvarez. Por su
parte, los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de
León renunciaron a recibir la compensación, según señaló el Gobierno en
respuesta a un pedido de acceso de información pública.
También en México el Estado se hace cargo económicamente de los empleados
que trabajan para el ex presidente y del servicio de seguridad que se encarga de
su protección.

Perú

Ollanta Humala, ex presidente de Perú. Foto: Archivo

Según informaron miembros del Congreso el año pasado, cuando Ollanta


Humala dejó el poder, la pensión para el ex mandatario es de 15.600 soles (US$
4658).
218

Además, los ex presidentes cuentan con un vehículo con chofer y hasta 5000
soles (US$ 1495) por mes para el combustible, un seguro de salud y protección
policial.

Uruguay

José Mujica, ex presidente de Uruguay. Foto: Archivo

Desde 1996, los ex presidentes uruguayos no cobran una pensión especial sino
que se jubilan bajo el mismo régimen que cualquier persona.

En la última reforma jubilatoria, de 1995, durante el segundo gobierno de Julio


María Sanguinetti, se derogó una ley de la época de la dictadura que establecía
que los presidentes se jubilaban con el 85% del salario de presidente. Sin
embargo, desde que entró en vigencia la reforma, en 1996, todos los ex
presidentes -al igual que cualquier funcionario- se jubilan bajo las mismas
condiciones que todos los trabajadores: con 60 años de edad y al menos 30 de
trabajo, y recibirán la cifra que surja del cálculo por pasividad de reparto, más lo
que haya resultado de la capitalización de sus ahorros en una administradora de
fondos de ahorro previsional.

Con la colaboración de Nelson Fernández (corresponsal en Uruguay)


y Alberto Armendáriz (corresponsal en Brasil)

El modelo de “Gran Hermano” en las


aulas (1)
Las cámaras de videovigilancia, según parece, tratan de introducirse en los centros educativos. Y
con ello, aparece la amenaza de que el modelo de "Gran Hermano" empiece a imponerse

http://www.aikaeducacion.com/tendencias/modelo-gran-hermano-las-aulas-1/
Anna Montero@dues_enes

¿En qué consiste este modelo? Habría que recordar que Gran Hermano –Big Brother– fue, antes que
programa televisivo, un personaje de 1984, la memorable novela de George Orwell. Un jefe absolutista que
ejercía una supervigilancia sobre todos y que aparecía en las pantallas para dar instrucciones a sus súbditos.
Un personaje, pues, que estaba en sintonía con las dictaduras totalitarias que imperaban en Europa en la época
en que Orwell escribió su libro.
219

El personaje era, pues, el modelo simbólico y la expresión del poder político absoluto. Y funcionaba como
un elemento más de una distopía crítica contra el totalitarismo.

El Gran hermano televisivo

Luego, cuando ya se han superado las dictaduras y en tiempos democráticos aunque de hegemonía televisiva
–finales del siglo XX– surge de nuevo Gran hermano, pero esta vez con formato de entretenimiento, como
un reality show. Y, paradójicamente, no consiste ya en un elemento crítico, sino como un elemento
perfectamente funcional con el modelo social dominante.

En ese contexto, se presentó en su día –en torno al año 2000– como una experiencia antropológica, una suerte
de novedosa investigación social. Y en su promoción prometía desvelar una parte secreta del alma humana.
Bastaba, simplemente, con encerrar en una casa –transparente a los ojos de las audiencias televisivas– a unas
cuantas personas y observarles sistemáticamente.

El modelo “Gran Hermano” es el que, a través de estrategias diversas, parece que empieza a implantarse en
algunas aulas y en los centros educativos

Pero al cabo de los años y tras numerosas ediciones del programa en diversas modalidades, ya sabemos
que Gran Hermano no logró nunca –ni siquiera lo pretendió– desvelar ningún secreto del alma humana. Sí
sabemos, en cambio, que ha colaborado en uno de los procesos claves emprendidos por la industria cultural de
la denominada post-modernidad: la promoción del proceso de constante individualización que parece exigir el
capitalismo avanzado en el que vivimos.

Y para ello aprovechaba todo el potencial que le brindaban las nuevas tecnologías de telecomunicación.
El Gran Hermano televisivo introducía y consolidaba en la escena social dos nuevos poderes centrados en la
televisión y que estaban arraigando con fuerza: a) El de la misma televisión, que empezaba a
poder manipular a su antojo a quienes se ponían delante de la cámara mediante formatos como el del reality
show; y b) El de los espectadores, que empezaban a experimentar la sensación morbosa de poder ejercer una
suerte de supervigilancia sobre algunos de sus congéneres.

Manipulación, supervigilancia y narcisismo

Tanto en la distopía de Orwell como en la más funcional televisión de principios del siglo XXI, el mecanismo
simbólico del modelo es similar. Y, en todo caso, en el del programa de televisión confluyen elementos de la
novela y elementos propios del sistema televisivo: la demostración de la supervigilancia como un mecanismo
de poder; la evidencia del ejercicio del poder a distancia y casi total a través de las telecomunicaciones; y la
capacidad del sistema televisivo de desvelar la intimidad de las personas.

Este es el modelo Gran hermano.

Pues bien, en la actualidad, ese modelo es el que, a través de estrategias diversas, parece que empieza a
implantarse en algunas aulas y en los centros educativos. Si de hecho no es aún una realidad de alcance, sí
empieza a ser una tendencia emergente.

Veamos, a continuación, tres casos en los que se adivina, aunque con distintas variables, cómo este modelo
pugna por introducirse sibilinamente en el mundo educativo.

En nombre del orden y la seguridad

Primer caso, un instituto de educación secundaria español de la Seu d’Urgell, provincia de Lleida, España.
220

Las cámaras de videovigilancia se instalaron de un día para otro en algunas de las aulas del centro. Según
profesores y directivos, con el objeto de supervisar a los alumnos, porque, entre clase y clase, estos
organizaban demasiado ruido.

Sin embargo, los alumnos afectados y algunos padres protestaron y lanzaron una campaña –en la Red y en el
municipio– contra lo que ellos mismos denominaron una manipulación de estilo de Gran hermano. La
campaña tuvo éxito, se expandió y llegó a los medios de comunicación. Por eso, tal vez, tanto la dirección del
centro, como las autoridades educativas, abortaron casi de inmediato la iniciativa.

Pero el intento no debe caer en el olvido. Porque ¿qué hubiera sucedido sin la contestación que se organizó?,
o ¿Qué puede suceder en otros centros en los que no se de contestación?

En todo caso, el modelo Gran hermano emerge en esta circunstancia como desarrollo de un proyecto de
extensión de la vigilancia y, en nombre del orden y la seguridad, para prevenir conductas disfuncionales. Nos
recuerda, por tanto, más al modelo de 1984 que al del reality show. Se trata de una primera estrategia que
podríamos llamar estrategia de la seguridad.

Mecanismo de investigación para la innovación

Segundo caso, EEUU. Una iniciativa de la Fundación Melinda and Bill Gates que ha durado varios años y
llega a su conclusión durante estos días.

Se trataba, según los organizadores, de identificar las mejores prácticas educativas en las aulas para promover
buenos ejemplos y aprendizaje horizontal entre el profesorado. ¿Cómo? Otra vez la vigilancia mediante
cámaras: cámaras de vídeo que grababan sin restricción ninguna las clases, para poder, así, observar a los
profesores, sus métodos y sus actividades.

Según Bill Gates, con esas cámaras en las aulas, los profesores no sólo tendrían la oportunidad de disponer
de feedback de sus acciones y, así, auto-evaluar sus propias clases y mejorarlas, sino que tendrían acceso a
observar y aprender de los mejores profesores del país.

¿Qué sucedería en la práctica si este sistema de las cámaras permanece y funciona como un sistema? ¿No
estaríamos ante la instalación de un mecanismo permanente de supervigilancia?

Atendiendo a los datos de la Fundación Melinda y Bill Gates, solo con invertir 5.000 millones de dólares en
instalar cámaras en todas la aulas de EEUU, la educación en el país mejoraría automáticamente.

La propuesta desde un punto de vista metodológico aparenta ser correcta. Se observa y se registra una práctica
en el aula; se cataloga y se categoriza; se evalúa y se establece, si corresponde, como modelo; y se difunde. O
sea, auto-observación y emulación, al mismo tiempo.

Pero ¿qué sucedería en la práctica si este sistema de las cámaras permanece y funciona como un sistema? ¿No
estaríamos ante la instalación de un mecanismo permanente de supervigilancia? Y ¿a dónde nos llevaría este
sistema?

Pues nada más y nada menos, a que los estudiantes y los profesores podrían ser –de hecho, serían–
cotidianamente vistos o “espiados” por miles de colegas mientras desarrollan su actividad normal en clase. A
que las aulas perderían intimidad y singularidad. A que una parte del profesorado y de los estudiantes podría
caer en la tentación de actuar, no para su público inmediato, sino para la cámara. A que, de este modo, las
conductas de casi todos se espectacularizarían. A que se llegaran a establecer listas de éxitos entre
profesores. Y a que su reputación –la de los profesores; pero tal vez quizá también la de los estudiantes– se
221

convertiría en una especie de activo bursátil con valores constantemente cambiantes, que dependerían del
éxito que alcanzaran ante un público masivo.

¿Estamos o no cerca del modelo Gran Hermano?

Efectivamente, podemos apreciar en esta propuesta de los Gates algunos de los rasgos más característicos del
citado modelo: supervigilancia, público masivo, control a distancia y la posibilidad de emergencia de una
especie de narcisismo colectivo… Sin descartar el riesgo, previsible, de que un poder –cualquiera que sea
este: autoridades, sindicatos, directivos, o, simplemente, la “multitud”– pueda utilizar las grabaciones de las
clases para manipular a los profesores y estudiantes.

En este caso, como hemos visto, la instalación de las cámaras se hace en nombre de la promoción de la
investigación para mejorar la eficiencia del sistema educativo. Es la estrategia que podemos llamar de la
innovación.

Para promocionar las instituciones

Tercer caso. El de una nueva cadena de televisión y el de un centro educativo de Fuenlabrada –un pueblo de
la provincia de Madrid, España–.

Cadena y centro se han lanzado a la dudosa aventura de introducir cincuenta y cinco cámaras robotizadas en
las aulas de un grupo de alumnos de 4.º de la ESO. Objetivo: producir un programa, El Instituto,
semejante Gran hermano, pero aplicado a la educación: un montaje seriado de trece capítulos que muestra lo
que sucede durante la jornada escolar en el centro.

Otra vez encontramos aquí los rasgos esenciales del modelo de Gran hermano, la supervigilancia, el
exhibicionismo, la pérdida de intimidad, el riesgo de estar promoviendo el narcisismo entre los estudiantes y
profesores…

La introducción de las cámaras en los centros educativos actúa como promotora de la implantación del
modelo “Gran hermano” en la educación

¿La justificación en este caso? Confesadamente, la de mejorar la calidad educativa; implícitamente, la de


lograr promocionar la cadena y el centro educativo a la vez. La motivación relevante, pues, la de la
simple notoriedad: el afán de protagonismo en la competencia comercial.

Lo que opera, pues, en este caso es la que podríamos denominar estrategia del márquetin.

Puede admitirse, por tanto, que en los tres casos descritos, aunque con objetivos y modalidades diversas, la
introducción de las cámaras de videovigilancia en los centros educativos actúa como promotora de la
implantación del modelo Gran hermano en la educación.

Pero ¿qué significado tiene la introducción del modelo Gran hermano en la educación? ¿Qué consecuencias
directas y colaterales puede comportar?

José Manuel Pérez Tornero


222

El modelo “Gran Hermano” en las aulas


(2)
La influencia del formato televisivo, en el que los participantes se exponen a las cámaras en un
ejercicio de exaltación del individualismo, amenaza con instalarse en otros ámbitos como el
educativo

http://www.aikaeducacion.com/tendencias/modelo-gran-hermano-las-aulas-2/
José Manuel Pérez Tornerojmpereztornero

Este artículo es la continuación de ‘El Modelo “Gran Hermano” en las aulas (1)‘

¿Qué significado tiene la introducción del modelo Gran Hermano en la educación? ¿Qué consecuencias
directas y colaterales puede comportar?

Consideremos, en primer lugar, solo Gran Hermano como programa de televisión. ¿Cuál ha sido su efecto
social?

Un mecanismo de ingeniería social

El modelo Gran Hermano, lejos de ser un experimento de psicología social, ha sido el instrumento y el
escaparate, a la vez, de una decisiva reingeniería social post-moderna que tenía y tiene por objeto imponer
colectivamente el individualismo. Es lo que se ha denominado el proceso de individualización (Beck, entre
otros). Supo mostrar, ante millones de espectadores, cómo unos cuantos jóvenes –encerrados con la
televisión– eran capaces de convertirse, a la vista de todos, en seres individualistas, apresados en una vida
privada (publicitada) perfectamente simulada y tele-dirigida. Y supo mostrar también cómo, mediante el
reclamo de la “gloria” televisiva, estos jóvenes se dejaban seducir y conducir hacia el narcisismo más
obsesivo –24 horas sobre 24–.

Gran Hermano se ha empleado a fondo en esta reingeniería. Al introducir el mecanismo de


la supervigilancia en la vida de las personas, ha roto el tabú de acceso a la vida íntima de sus protagonistas, y
de la gente en general. Les ha hecho, a la vez, dependientes. Sus vidas dependen de los juicios y decisiones
de los productores de la televisión y de la audiencia. Y ha hecho un espectáculo de esta apropiación del
control de la vida de otros.

Surgieron así jóvenes-modelo, capaces de renunciar a su autonomía personal y a su intimidad en aras del éxito
televisivo. Y se consolidó, así, un modelo de personalidad que, promocionado por la televisión, habría de
servir de referencia a muchos otros jóvenes. Se empezaba a instalar, así, todo un nuevo sistema de referencias
y de pautas para la organización de la vida pública y privada de principios del siglo XXI.

El modelo “Gran Hermano” nos mostró cómo el ser humano del siglo XXI puede acceder a perder su propia
personalidad sin siquiera un atisbo de resistencia

Pero, además, el modelo Gran Hermano ha funcionado, por otra parte, como la exaltación no solo del “yo”
individual, sino de ese enorme panóptico de vigilancia (Bentham) que la modernidad ha potenciado en forma
de discurso (Foucault) y que la post-modernidad ha consagrado en forma de rito (Elihu Katz).

Gran Hermano ha puesto, pues, su grano de arena particular en la promoción de una nueva servidumbre
voluntaria (de la Boétie) orquestada como reverencia al nuevo tótem colectivo: la pantalla (Lipovetski). Nos
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mostró cómo el ser humano del siglo XXI puede acceder, incluso muy complacientemente, a perder su propia
personalidad sin siquiera un atisbo de resistencia (Riesman). Y nos indicó cómo los ciudadanos del siglo XXI
pueden someterse, de este modo, a la dictadura de las audiencias de televisión y a una vigilancia extrema y
constante.

La pérdida de la intimidad en público

Pero, además, ha convertido el individualismo controlado de sus personajes en objeto de contemplación por
parte de los telespectadores, y les ha acostumbrado a considerar banal y normal el individualismo.

Christopher Lasch hubiera considerado este proceso como un ejemplo evidente de la exaltación del
individualismo que él denominaba narcisista. En el caso de Gran Hermano, un narcisismo vacío y vigilado.

Por supuesto, la potenciación del individualismo cada vez más narcisista es algo que el capitalismo masivo
venía desarrollando sistemáticamente desde los años sesenta. Pero la novedad que se produce desde los
albores del siglo XXI es que el fenómeno adquiere una escala y una penetración persuasiva desconocidas
hasta entonces.

Una amenaza de fondo

Pero si este fenómeno se ha dado en el marco amplio de la sociedad mediática, ¿qué significa que pueda
empezar a invadir ahora las aulas? ¿Por qué empieza a invadirlas justamente ahora en la segunda década del
siglo XX?

El significado está claro. El capitalismo tras la crisis financiera necesita conquistar para la actividad
comercial nuevos ámbitos que hasta ahora habían quedando relativamente al margen de su acción. Y
la educación es uno de ellos. El proceso de desregulación y de des-estatalización que vive la educación en
buen parte del mundo favorece esta estrategia. Lo mismo que la potencia el hecho de que la adquisición de
educación se esté convirtiendo ya en un bien preciado y de alto valor económico.

Estamos avanzando a marchas forzadas en un proceso de absorción y comercialización de la escuela y la


educación que debería alertarnos

Significa, en paralelo, que el proceso de promoción del individualismo narcisista necesita llegar, en los
umbrales del siglo XXI, cada vez más a los jóvenes, para hacerlos consumidores conspicuos. El fenómeno
empezó en los 60-70, cuando el segmento juvenil se convirtió en un objeto de deseo de la industria mediático-
cultural del momento. Pero a principios del XX la exigencia es mayor y requiere esfuerzos más intensos.
Trata, por tanto, de acceder a los niños y jóvenes, cuanto antes mejor, y en todos los contextos de su vida.
La educación escolar es uno de ellos.

Por supuesto, hay más. Hay también un sistema tecnológico –basado cada vez más en la movilidad y en una
“nube” compartida– tiene que expandirse a costa de lo que sea.

En este contexto se derriban las antiguas dicotomías que podrían actuar como límites o barreras del
movimiento de individualización o subjetivación consumista. Se confunden vida privada y pública, vida
personal y colectiva, el territorio de la familia con el de la educación y este con el de los medios. Todo
es transversal y no hay diferencias. No es solo que las antiguas convicciones morales o ideológicas que
distinguían estas esferas se han debilitado. Es que la tecnología y los movimientos de información, y las
plataformas sociales y los medios actúan sistemáticamente para disolverlas.
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Todo lo cual viene a significar que estamos avanzando a marchas forzadas en un proceso de absorción y
comercialización de la escuela y la educación que debería alertarnos.

¿Qué podemos hacer?

La introducción de las cámaras en las aulas es un movimiento de fondo, que no puede ser considerado ni
banal ni esporádico. Ha llegado para quedarse. Tampoco los es la tendencia a imponer el modelo Gran
Hermano. Pero implantación no es aún irreversible. Puede, de hecho, ser contestada e impedirse.

No se trata de expulsar la tecnología de las aulas, sino de que su incorporación a las mismas sea el fruto de
un proceso racional y democrático

Para ello necesitamos un debate social profundo sobre los riesgos del proceso y movimientos activos que
defiendan la autonomía de los estudiantes y los profesores. Necesitamos también una comunidad educativa
crítica y activa que pueda analizar sistemáticamente las opciones que se le presentan y adoptar estrategias
alternativas.

No se trata de expulsar la tecnología de las aulas, ni mucho menos. Sino de que su incorporación a las mismas
sea el fruto de un proceso racional y democrático. Hemos de estar siempre seguros de que el sistema
tecnológico educativo debe realizarse a escala humana, debe plegarse a los auténticos valores y objetivos de la
educación –y nunca adueñarse de ella–.

José Manuel Pérez Tornero

ideología y corrupción
http://www.revistacrisis.com.ar/notas/ideologia-y-corrupcion
Beatriz Sarlo es una interlocutora de lujo, por su método incisivo y sofisticado.
En esta conversación cataloga la corrupción kirchnerista como una variante
menor de la plutocracia rusa, se muestra escéptica sobre un eventual mani
pulite, le saca la ficha al patrimonialismo macrista, hace autocrítica, patea la
mesa cuando cuestionamos al socialismo santafesino, y persevera en el
republicano sueño de una democracia donde no ganen siempre los
multimillonarios.
POR: HERNÁN VANOLI - MARIO SANTUCHO - MARIANO CANAL

Cuando el gobierno de Cambiemos estaba recién despuntando, a comienzos de 2016, un


asado reunió a varios integrantes de crisis para debatir con Beatriz Sarlo sobre el presente
que nos tocaba en suerte. Ese día la escritora propuso un reto singular: “la revista tiene que
hablar sobre la corrupción del kirchnerismo”. La sugerencia de Sarlo tuvo algo de
anticlímax. Un reflejo elemental nos indicaba que si en la agenda de los medios televisivos
y los grandes diarios esta cuestión ocupaba el trending topic absoluto, hasta convertirse en
el principal argumento de impugnación de lo realizado durante el largo ciclo de gobiernos
populistas en América Latina, era preciso ir mas allá y sospechar de la ola moralizadora.
Sin embargo, en cierto momento el desafío se tornó impostergable. La eficacia demoledora
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de la maquinaria oficialista para avanzar con sus estrategias de desmonte y reorganización


nacional, se debió en gran medida al declive de quienes estaban llamados a ejercer el rol de
principal oposición. Entre las causas del desmembramiento y la pérdida de autoridad
padecidas por el otrora omnipotente movimiento kirchnerista, hay que apuntar la relación
entre negocios y democracia, dinero y política, el vil metal y la retórica progresista.

Varios meses después de aquella primera charla le propusimos a Sarlo una nueva cena
para encarar juntos el entuerto. Hay que señalar que es una intelectual de las que ya no
quedan: maneja los hilos del debate sin renunciar a una escucha interesada, lo que
equivale a decir que le interesa la conversación y no el monólogo; es a la vez híper rigurosa
cuando se trata de descular un problema, y lo suficientemente canchera como para ampliar
el universo de preocupaciones o admitir multiplicidad de perspectivas; conserva algunos
rasgos de cierto leninismo incisivo que encara la polémica sin concesiones, al tiempo que
hace gala de una rara fe en el sistema político derivada de su conversión al dogma
republicano. A pesar de la admiración que nos merece ese crisol de aptitudes, o
precisamente por ello, el intercambio no fue soplar y hacer botella. Promediando la
tertulia, hubo un instante en el que el tono de la discusión escaló y la velada casi se
interrumpe. Como debe ser, cuando se piensa con pasión y riesgo.

Por un lado, José López y su famosos bolsos en el convento. Por el otro, los Panamá
Papers. ¿Podríamos hablar de dos tipos de relación con el dinero muy distintas?

—Había otra forma que teníamos a la vista, mucho más tradicional: me refiero a las
propiedades de las que todos ellos son dueños. Digo, antes de llegar a Panamá Papers, al
dinero que está en lugares virtuales o reales, todos sabíamos que ellos invertían en
ladrillos, Cristina y Néstor para empezar: veíamos los ladrillos. Es decir, que había una
forma de aparición de las coimas de la corrupción que tenía una materialidad
absolutamente tradicional. De alguna manera me parece que Báez, Néstor y Cristina tenían
algo de antiguo, en el sentido de asegurar propiedades en un lugar que era, como decía
Cristina, su lugar en el mundo, y de eso no cabe ninguna duda: lo poseía todo, era su lugar
en el mundo. O sea que la aparición de los billetes y los bolsos, porque primero vimos
contar billetes físicos, y no me escandaliza ver gente contando billetes en un cuartucho de
cuatro por cuatro, fue una imagen que casi todo el mundo relacionó con el cine (hay
quienes mencionan a Tarantino) pero que le quita entidad a lo otro. Finalmente eran nueve
millones de toda esa inmensidad que se cosechó en estos años. Hay algo que [Hernán]
Brienza expresó del modo más torpe: así hacen la política los que no son ricos de origen; y
también dijo que esto es una manera de democratizar. Había ahí una verdad según la cual
para hacer política se necesita ser multimillonario; esa era la verdad de ellos. Es decir, no
solamente que para hacer política hay que tener dinero, sino además con el plus de que se
precisa ser multimillonario. En Estados Unidos, en general, esto es un hecho. Pero Bernie
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Sanders te demuestra que con aportes de 27 dólares se puede hacer una campaña, más
cuatro canciones de Simon & Garfunkel que las escuchás y son una melancolía, y sin
embargo se convirtieron en un himno juvenil de transformación. Te demuestra que en el
país donde más plata tienen los que hacen política, donde al Senado lo llaman el “Club de
los Millonarios”, ese tipo hizo política de otro modo.

En tu libro La audacia y el cálculo cuestionaste muchos de los rasgos de la construcción


política del kirchnerismo pero la cuestión de la corrupción no aparecía como algo
central.

—Me hago perfectamente cargo de esa autocrítica. La gente que viene de la izquierda, en
general, no sabe lidiar con este tema, tal vez sí los socialistas tradicionales, los del partido
socialista; pero a los que venimos de la izquierda revolucionaria (o como quieras llamarlo)
nunca nos pareció que era un problema, dado que el verdadero problema era la burguesía,
o el capitalismo, o el liberalismo. Siempre fue un tema ajeno a nosotros. No tenemos
preparación teórica, ni tuvimos tensión moral para ponerlo en el centro. Así como yo en el
libro lo paso de costado, me acuerdo que [Martín] Caparrós hablaba del honestismo. A los
que vienen de la izquierda o del peronismo revolucionario eso no les competía, porque la
cuestión era el imperialismo, la burguesía, es decir la corrupción en un sentido sistémico.
Por eso si se pudiera reescribir ese libro, cosa que no haría nunca, nunca toco un libro que
he escrito, abordaría ese asunto de otra forma porque ya era claro en ese tiempo. El libro
está escrito en las vísperas de la muerte de Néstor, o sea que ya se sabía.

Con el menemismo la corrupción aparecía como un elemento estructural que cimentaba


la gobernabilidad. ¿Cómo pensás eso en relación con el kirchnerismo?

—Yo no sé si la corrupción era estructural para generar gobernabilidad, pero sí creo que
era estructural para el esquema que había inventado Néstor de que marido y mujer se
sucedieran en la presidencia en un loop infinito que solo truncó la muerte. Creo que el
movimiento de Derechos Humanos y los cambios en la Corte Suprema sí fueron
estructurales para generar una nueva legitimidad. La corrupción no. Porque en otros
lugares se ha demostrado que no es indispensable. Y considero que no se puede dividir la
corrupción para hacer política de la corrupción personal. Además, los protagonistas de la
corrupción no eran recién llegados al mundo kirchnerista. Kirchner estaba con Lázaro,
estaba con Zannini y estaba con Rudy Ulloa, desde la época de intendente de Río Gallegos,
y de ahí en más. No fueron unos recién llegados que vinieron a corromper el espíritu puro,
no, eso ya estaba y los periodistas de Río Gallegos ya te lo contaban. Por tanto, yo
personalmente me niego a separar la corrupción en términos personales de la corrupción
para hacer política. Por otra parte, creo que Menem tenía un estilo de reparto de poder
federal mucho más amplio. Al mismo tiempo que transformó la Argentina en el peor
sentido (el país en el cual hoy vivimos es la herencia del menemismo), Menem repartía
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más poder al interior del Partido Justicialista. No concentraba de la manera en que


concentraban Néstor y Cristina. Menem repartía más decisiones, aunque quizá se
reservaba las fundamentales. Kirchner no. Me parece que eran dos estilos peronistas muy
distintos. Menem quería algo bastante más superficial, ser un tipo rico y pasarla bien para
siempre. Mientras que los Kirchner se querían convertir ellos en sus propios empresarios,
y hacer de eso un modus operandi de la política.

¿No te parece que hay una relación entre corrupción y modelo económico? Es decir, un
tipo de corrupción más propia de un modelo neoliberal y otro característico del
populismo.

—¿Sabés a que lo veo muy parecido? A cómo hizo Putin su plata y la de sus amigos en
Rusia. Putin tenía la plata de la KGB, que debía ser cuantiosa, están las cifras en una
investigación. Ese dinero estaba en el exterior, naturalmente, porque era plata de la KGB.
La primera gran compra de sus amigos fue Gazprom. Quiero ser millonario, quiero que mis
amigos sean millonarios, y además quiero ser presidente de Rusia. El modelo es bastante
similar. Claro que la falta de desarrollo de la Argentina hace que vos no puedas tener
Gazprom, no sos el mayor proveedor de gas y petróleo de toda Europa. Pero la
transferencia es esa: grandes partidas de dinero del Estado que son transferidas a sectores
privados, y en primer lugar al sector privado del propio Néstor Kirchner. Cuando vos ves la
fortuna que se le atribuye a De Vido, ves que se convirtió en un capitalista.

O sea, vos no percibís tanto una acumulación para la política, sino que en lo esencial es
una apropiación para sí mismo.

—Las dos cosas: voy a hacer política, siendo un multimillonario.

pesimismo de la razón

Sarlo es escéptica con un eventual manipulite en ciernes, que venga a poner en cuestión los
nexos profundos entre el dinero y la política. Por el pedigrí del elenco gobernante entrante,
y por la calaña de quienes deberían llevar a cabo la empresa jurídica de purificación. “El
kirchnerismo fue un sistema de militancia rentada, pero no fue quien la inventó”, dice y
recuerda al shuberoffismo que dominó la UBA, un terreno que conoce bien, desde casi el
inicio del retorno democrático. Por otra parte, subraya algunos desacuerdos con el tono
predominante en los medios que tiñe con su manto de sospecha todo uso de los fondos
públicos, en especial cuando se trata de avalar recortes en el gasto estatal: “me refiero a los
pequeños burgueses que viven de la política, nunca hablé y nunca escribí una línea contra
la ayuda social”.

Hay un sector de la justicia que opera de forma autónoma, es decir según sus propios
intereses, pero que registra el cambio de hegemonía y un poco sobreactúa.
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—Ese sector de la justicia va a jugar según lo que le permita el gobierno. Para mantenerse
como jueces tienen hoy que investigar, así como cuando Cristina era presidente para
mantenerse como jueces no tenían que investigar. No hay un Sergio Moro o un Di Pietro.
La corrupción es algo que tenés que combatir de manera permanente. Vos hacés un mani
pulite que se lleva al Partido Demócrata Cristiano, que se lleva al Partido Socialista, y cuyas
consecuencias de destrucción del sistema de partidos terminan pagando hasta los
comunistas que no habían participado, y unos años después el capitalismo italiano te
produce su cara más lumpen, te produce a Berlusconi. Así que la lección que podemos
sacar nosotros es que no se liquida de un golpe, la corrupción existe como una
potencialidad de lo político.

Visto desde hoy parece raro que el tema corrupción no haya estado presente en la
campaña deCambiemos como una cuestión central.

—Es que ideológicamente no puede ser nunca la bandera de Macri. Digo, hasta Macri tiene
ideología. Un hijo de la burguesía argentina, presidente de Boca que dejó a Angelici como
sucesor, la idea de que va a pasar a la historia por un manipulite no está en su horizonte de
posibilidades. ¿Por qué uno siente que Macri está tan por debajo de las tareas
presidenciales? Porque no tiene, y he sido muy criticada por decir esto, un horizonte
propio de posibilidades políticas. Esto que decíamos sobre Kirchner, sobre cómo se
propuso conseguir legitimidad a partir de capturar al movimiento de Derechos Humanos;
bueno, Macri no tiene ninguno de esos gestos que caracterizan un proyecto grande.

Hay quienes dicen que el macrismo necesita generar un escenario de crisis de la


legitimidad anterior para poder desarrollar su proyecto, y que utiliza las denuncias de
corrupción en ese sentido.

—La estrategia de la herencia es prácticamente la única estrategia que han tenido. Pero en
esa estrategia entran los temas de la economía, la inflación, la deuda. Ellos tienen el
problema de que la corrupción no había sido un tema central en la campaña. Stolbizer,
claro que para un votante más minoritario, sí hizo campaña con ese tema. Pero lo que
preocupa es la inflación, porque ya sabemos que hay un treinta por ciento de la gente a la
que la situación no se le va a mejorar nunca, pero si no logran mejorar la situación de las
capas medias no sé si esos votantes van a decir “bueno, pero están luchando contra la
corrupción”. No lo sé. Esta sería mi hipótesis: al gobierno actual le pesa su origen de clase,
saben que si no pagaron ellos la coima la pagó el papá, y sino el primo. Se conocen todos.
Méndez [Héctor, ex presidente de la UIA] dijo “nosotros sabíamos lo de las coimas”. Pero
nadie levantó la mano. Saben bien que forman parte de una clase extremadamente
insatisfactoria desde el punto de vista moral. No sé cómo es Macri personalmente, pero su
clase, su sector sino se usa más decir clase, sus...
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¿Compañeros de colegio?

—Sus compañeros de colegio son extremadamente insatisfactorios. Macri desde muy joven
trabajó con su padre, es decir que agarró algún año de la dictadura militar, muy poco;
después trató con el menemismo. ¿Por qué van a denunciar la corrupción? Esos más bien
son reflejos de político profesional. Sé que esto cae muy mal entre quienes son macristas
pero es así, tienen límites ideológicos que son sus familias, no en el sentido de sus apellidos
sino en el sentido social.

El gobierno pretende agilizar y flexibilizar los procedimientos de contrataciones públicas.

—Eso va a suceder inevitablemente porque tiene que ver con el carácter patrimonialista de
la burguesía argentina. Y está gobernando esa burguesía. El orden de las medidas que va
tomando Macri está en función de ese sector social: quita de retenciones al campo, a la
minería, a la industria. Y lo representa crudamente, no en el sentido en que uno podría
decir que la CDU (Unión Demócrata Cristiana) alemana representa a la burguesía
alemana. En nuestro caso lo representa sin mediaciones, porque además el PRO casi no es
un partido, es un conjunto de hombres salidos de ese nido, sin ninguna experiencia
política, es decir sin ninguna destreza en el mundo de las mediaciones. La política implica
que tus intereses deben ser presentados de manera más mediada por la sociedad. Macri no
puede presentar a sus propios intereses como intereses generales por el orden que le da a
sus prioridades. Eso es muy claro.

¿Y eso no es corrupción, cuando se disipa la autonomía de la política y lo público pasa a


ser un instrumento de ciertos sectores privados, casi sin mediaciones?

—Yo no lo llamaría corrupción en el mismo sentido que los robos de Lázaro Báez, José
López, etc. Es el modus operandi del capitalismo en el cual la política tiene una autonomía
muy baja. No me cabe la menor duda de que la política norteamericana representa los
grandes intereses del capitalismo norteamericano; pero depende de las sociedades cuáles
son las mediaciones que las clases burguesas ponen entre sus intereses y la política. Tenés
países completamente jugados a la defensa del capitalismo pero que saben que hay una
cierta esfera de autonomía de la política. Y hay otros países en los que esas mediaciones no
existen. Macri parece creer que casi no hay mediaciones, que para la burguesía están los
grandes contratos y para el resto del mundo está la “felicidad”. Es un pensamiento mágico
burgués: yo gano y el resto de las personas son felices.

optimismo de la ilusión

Cuando decidimos proponerle esta entrevista a Beatriz (avanzada la noche el trato se hizo
más descontracturado), imaginamos tres temáticas que nos interesaba abordar de manera
escalonada: la corruptela kirchnerista, sin piedad pero sin ceder al impresionismo
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mediático; el fenómeno de la corrupción en su dimensión regional y global, en un intento


por ampliar la perspectiva; y el esfuerzo por ir mas allá del discurso moral que resuelve el
dilema distinguiendo la paja del trigo, los funcionarios malos y los políticos honestos. Las
dos primeras cuestiones fueron resueltas de taquito y con categoría por Sarlo. La última
motivó una controversia de alto voltaje y sin resolución fácil. “El interlocutor de esta
discusión es Pagni, no yo”, dijo en el momento más álgido.

El disparador del diferendo fueron los gobiernos socialistas de Santa Fe, una
administración que ha sido penetrada por flujos dinerarios cuyos orígenes se pierden en
las nebulosas de la opacidad financiera, procedentes de la evasión sojera, la especulación
inmobiliaria y la plusvalía narco. ¿Se puede pensar una regulación efectiva por parte del
Estado y el sistema político respecto de este poder económico que perfora la noción misma
de soberanía? La reacción fue entonada: “Soy una ciudadana que habla de lo que sabe.
Todavía creo en la autonomía de la política para enfrentar estos problemas. Si tengo que
creer que toda la política la financia el narco, me voy al convento de las monjitas de López”.

A esta altura las preguntas salían a borbotones: ¿Cuánto de sistémico hay en los fenómenos
que etiquetamos como “corrupción”? ¿Qué grado de complicidad e interrelación existe
entre las caras visibles de la república posmoderna y los poderes semi-ocultos de la elite
económica?

“Vuelvo a un punto en el que no quiero conceder”, insiste Sarlo. “Hay una tradición en la
izquierda que considera que todas las clases dominantes son corruptas, por la extracción
de la plusvalía, por la apropiación de la tierra, o por lo que fuere. Y eso ha hecho que la
izquierda no pueda tener un discurso racional y razonado sobre la corrupción. Ese es un
déficit. Otra cosa es la mala conciencia y la mala fe de los que fueron kirchneristas, que no
quieren hablar de esto porque no quieren llorar sobre la tumba de su hermano. Pero así
como yo empiezo por decir ‘la izquierda no supo’, creo que ellos tienen que comenzar a
decir ‘yo no supe’. ¿O es que sí sabían? ¿O leían la misma prensa pero decían ‘esto lo
escribe Magnetto’?”.

Lo que el kirchnerismo dice es que por debajo del discurso de la corrupción hay una
confrontación política que queda solapada.

—Conozco ese debate desde la época de la Unión Soviética, y la Unión Soviética fue algo
bastante más grande que esta banda. ¡Lo que tardaron algunos partidos occidentales,
menos el italiano, en criticar a la Unión Soviética! Hay que empezar con aquello de lo que
uno fue responsable. Porque la política tiene una ética. Empecé por la deuda que tiene la
izquierda porque siempre me pongo en la parrilla. Entonces, el kirchnerismo tiene que
hacer esa revisión o sino tiene que salir de la política. Estoy hablando de todos los que
apoyaron al kirchnerismo de buena fe, la juventud, los intelectuales. Del mismo modo que
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los marxistas impugnamos a Stalin y los que fuimos maoístas, con el corazón roto,
reconocimos lo que hizo Mao, y nos hicimos cargo de nuestro apoyo a López Rega y a
Isabel. La autocrítica no le cabe solo a los otros salvo que uno esté habitado por la mala
conciencia, es decir que piense dos cosas al mismo tiempo.

Y sin embargo, ¿no te parece que el núcleo de la cuestión permanece latente? Porque,
¿hasta qué punto las conductas éticas, por más inspiradas y legítimas que sean, pueden
revertir ese paisaje?

—Raúl Alfonsín podría haber tenido una respuesta. Porque cuando Alfonsín comienza su
campaña prometiendo el juicio a las juntas militares, los partidos políticos no estaban
sensibilizados sobre la cuestión de los derechos humanos. Los medios más o menos, no
tanto. Es el político el que tiene la iniciativa de buscar dónde están las zonas en la esfera
pública y en la voluntad colectiva que puede interpelar. Y una elección que al principio
parecía ganada por el peronismo, simplemente porque se aferró a esa bandera que no
tomaba ningún partido político la pudo ganar Alfonsín. Y la ganó con el rezo de la
Constitución y la promesa del juicio a las juntas. Es decir, ¿quién puede salir de este brete,
quién puede convertir este tema en una cuestión política? Lo puede hacer un político con la
suficiente sensibilidad para politizar un dilema que los medios te presentan como si fuera
una película de Tarantino. Tiene que ser un político que tome el tema en un sentido
profundo, es decir que lo conviertan en un asunto crucial para la Argentina. Como todavía
pienso que es la política la que tiene la capacidad de acción, no veo otra solución posible.
Para eso es fundamental salir del análisis de los medios. Salir de los bolsos, de Vicky
Xipolitakis. Imágenes que funcionan como coartadas para no decir lo que hay que decir.
Cuando uno piensa en la corrupción tiene que pensar en el hueso desnudo. Después si se
parece a una película de Hugo del Carril o de Godard, es otra cosa. Lo que los medios
hacen es espectacularizar algo para que se pierda lo fundamental. Y lo fundamental es que
hay varios presidentes de la nación que inventaron un mecanismo corrupto.

MÉXICO EN PELIGRO POR EL SISTEMA GLOBALIZADOR


Diego Pappalardo
http://katehon.com/es/article/mexico-en-peligro-por-el-sistema-globalizador
En los últimos días se suceden en México manifestaciones públicas de trabajadores, estudiantes y
desempleados en claro rechazo a las medidas macro y microeconómicas que viene impulsando la
gerencia/presidencia de Enrique Peña Nieto, tras el Pacto por México de diciembre de 2012. Pacto por
México que es sostén del formato de la globalización, la cual –conviene recordar- se vino implementando en
dicho país antes de la figura Peña Nieto gerente/presidente.
Políticos profesionales, empresarios locales vinculados al Poder Global del Dinero y sindicalistas observantes
del citado Pacto están siendo cuestionados por gran parte de la población que sufre cotidianamente los efectos
dañinos promovidos por la gerencia/presidencia de Peña Nieto.
La degeneración moral y la abdicación de la clase dirigencial política respecto del Bien Común Patrio
conjuntamente con la aplicación de la ideología de la globalización generan el pago riguroso de servicio de la
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deuda, la profundización de la inflación, la depreciación salarial, el desempleo, subempleo, y el decrecimiento


de la competitividad y rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas; declinación del rol estadual en lo
asistencial social. Indicadores que se evidencian en simultaneidad con el latrocinio, la corrupción sindical, la
cartelización crecientemente dominante del narcotráfico y el secuestro sistemático de personas. Todos ellos
se suponen mutuamente y conforman el fenómeno México vasallo de la Oligarquía Internacional realmente
existente.
El reconocido experto internacional Alfredo Jalife-Rahme enseña que México llegó a ser la séptima
potencia industrial en las décadas 60-70 y que ello iba en contra de la planeación imperialista del
complejo financiero-militar-industrial geolocalizado en los Estados Unidos, encontrándose allí una de
las razones del por qué México presenta el actual panorama.
El 1º de enero de 1994, con la participación de México se inicia la implementación del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte –NAFTA, por sus siglas en inglés-. En ese mismo año ingresa a la OCDE y
se fortalece el proceso globalizador en dicho país.
Al ceder soberanía política, la estadualidad mexicana subordina la economía y lo cultural a los criterios y
estándares de los globalizadores.
Se reformuló lo productivo/laboral, lo aduanero, lo energético y lo financiero. Configurando una
concentración monopólica en la fusión de redes del Poder Global del Dinero y la facción alta del
empresariado mexicano.
Las corporaciones transnacionales se fueron apropiándose del suelo, los productores agrícolas y cárnicos
mexicanos fueron gradualmente desplazados en cuanto a presencia, importancia y dirección.
Por ejemplo, los productores de maíz quedaron en situación de inferioridad general respecto de sus
competidores estadounidenses porque éstos fueron subvencionados más y mejor por el gobierno federal de
Washington. En efecto, éste subsidiaba diez más a sus productores maiceros que lo que hacía la partidocracia
y la tecnocracia federal mexicana.
El aperturismo permitió también la instalación fábricas de capital globalista con mano de obra barata y
protección cómplice del gobierno federal, deteriorando la producción fabril nacional y el poder adquisitivo de
los trabajadores.
“Las empresas locales se han visto afectas debido a la competencia que surge a raíz de la IED, y esto se debe
a que gran porcentaje del flujo de inversión proveniente del extranjero se concentra en las grandes empresas
internacionales instaladas en el país, que se dedican principalmente a la exportación de bienes, esto conlleva
a que el capital insertado no cause el impacto esperado en la económica nacional.”1
Según informe de la Red Latinoamericana de Investigaciones sobre Compañías Multinacionales y el Centro
de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas) el 19, 4% de los trabajadores en México se desempeñan
en Comercio y Reparación, el 16, 9% en Industria extractiva, de la electricidad y manufactureras. El 13,4% lo
hacen en Agricultura, ganadería, aprovechamiento forestal, caza y pesca, mientras que en Educación, salud y
servicios sociales lo hace el 8, 1%, entre otras ocupaciones.2
El salario mínimo por día actualmente es de 3, 33 dólares.
El precedentemente mencionado Alfredo Jalife-Rahme afirma que “De México se llevan el petróleo. Se
llevan pues todo lo que queda, pues ya no queda nada, ¿no? Nada más queda el aire. Incluso mañana
también nos lo van a cobrar. ¿No? Ya realmente no nos queda nada. El agua. La próxima etapa es el
agua. Viene muy fuerte la privatización del agua.”3
Por lógica, el esquema globalizador impulsó también la apertura de los mercados a los flujos financieros
internacionales, eliminando controles al tipo de cambio y generando una mayor apoyatura a la internalización
de los bancos privados extranjeros. Y, desde luego, se incrementó exponencialmente el endeudamiento
externo del país.
En 1970, la deuda externa total ajustada mexicana era de siete mil millones de dólares (19.97% del PBI). En
1994 la misma registraba ciento treinta y ocho mil millones de dólares (41.29% del PBI), mientras que en
2012 fue un poco más de trescientos cuarenta y cinco mil millones de dólares (28.73% del PBI) y para el año
2016 la deuda externa total ajustada llegó a cuatrocientos diecinueve mil millones de dólares (41.54% del
PBI), con pagos de intereses y refinanciamientos de por medio.
233

Y, como el formato Peña Nieto se financia con más endeudamiento, se proyecta una mayor deuda para el
presente año 2017 (la cual superaría el 45 % del PBI).
Endeudamiento profundo y acelerado que frena directamente el crecimiento económico4 y que, por
disposición financiera respecto al alza en tasas de interés, coadyuva en el incremento inflacionario.
Ideología, recetario y ultimidades globalistas y globalizantes que fueron esclavizando, robando,
confiscando y saqueando a la población y al suelo mexicanos hasta llegar al coyuntural “gasolinazo”.
Enfatizamos que no estamos de acuerdo con actos vandálicos ni con la instrumentación de distractores
infamantes, pero las protestas surgidas a partir del aumento de la gasolina son legítimas y disociadoras de la
globalización y del oprobio sistémico operante en México.
Ante la demanda esencial y netamente revolucionaria antiglobalizadora (objetivamente lo es, a pesar de
algunos elementos humanos distorsivos allí presentes) tras el “gasolinazo”, la gerencia/presidencia de Peña
Nieto, el empresariado globalista -exceptuada Coparmex- y los polos sindicales como la Confederación de
Trabajadores de México y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos firmaron un nuevo
acuerdo coyuntural, el cual, entre otros puntos, establece el compromiso empresarial de no seguir
incrementando “injustificadamente” los precios de alimentos, bienes y servicios, y la renovación de la
promesa sindical de ser cómplice de los salarios bajos.
Por su parte, Peña Nieto sostuvo que antes de tomar sus últimas medidas redujo el gasto federal en ocho mil
ochocientos millones de dólares y las reservas internacionales continuarán por la línea crediticia del FMI.
Respecto del escenario emergente, consultamos para el presente artículo, a nuestro amigo mexicano el
profesor y periodista Jorge Santa Cruz.
Santa Cruz, mexicano de alma y corazón, nos informa lo siguiente: “es la globalización, que se vale de la
dictadura de los partidos: los de izquierda, PRD, Morena, Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano,
avanzan en la agenda de la ideología de género y se hacen de prestigio criticando al modelo neoliberal.
La derecha (PAN) se opone tibiamente a la ideología de género, pero impulsa la económica. Hace
rabietas por los aumentos a los combustibles, pero trabajó para desmantelar a PEMEX en los gobiernos
de Vicente Fox (2000-2006) y de Felipe Calderón (2006-2012). De hecho, los panistas, en especial con
Calderón, aumentaban las gasolinas mes con mes (estrategia gradualista).
Fox y Calderón tuvieron excedentes petroleros por 500 mmdp y nadie supo dónde quedaron. En
cualquier lugar, menos en modernizar refinerías, construir nuevas, etc.
El PRI está atado al neoliberalismo.”
Por ello, Manuel López Obrador –de MORENA y respaldado por la Masonería- juega de opositor, tratando
de disuadir el impacto y el crecimiento de los manifestantes.
Cada vez con mayor fuerza se pide, en suelo mexicano, la renuncia del gerente/presidente Peña Nieto
faltando 23 meses para la conclusión constitucional de su mandato iniciado en el año 2012.
El panorama general de Peña Nieto se ve complicado también por las medidas que tomará la proyectada
Administración Trump.
En ese orden, Peña Nieto en jugada política para evitar complicaciones y/o rupturas con la decidió nombrar
como secretario de relaciones exteriores a Luis Videgaray, anteriormente expulso de la gerencia/presidencia
Peña Nieto por haber facilitado el viaje de Trump a México dos meses antes de las elecciones
estadounidenses realizadas en noviembre de 2016.
En relación a lo económico, Trump seguirá presionando para que empresas originariamente estadounidenses y
cuyas fábricas están geolocalizadas en territorialidad mexicana, trasladen sus emporios manufactureros a los
Estados Unidos. De todas maneras, somos de la opinión que el regreso de fábricas a los Estados Unidos no se
producirá en la magnitud esperada, al menos durante el bienio 2017/18
De todo ello no se sigue que en lo inmediato e inexorablemente Peña Nieto sea eyectado de la
gerencia/presidencia.
Pero, en el asunto que nos ocupa, no todo está conclusivo ya que lo situacional mexicano dependerá de las
próximas acciones que tomarán los tres actores intervinientes: la facción del Pueblo antiglobalizador,
234

demandante de dignidad y mejoras económicas y socioculturales; la estructura del poder doméstico y la


superestructura del Imperialismo Internacional del Dinero.
Pero lo que sí es concluyente y excluyente es el hecho que señala que la globalización y sus cómplices
locales son enemigos reales de la nación mexicana.
Notas:
1. http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2012/idsc.html

2. http://www.periodismolibre.com.mx/products/asistimos-a-la-muerte-de-pemex-y-el-suicidio-de-mexico-
jalife-rahme/

3. http://www.redlat.net/site/es/blog/estudios-apuntan-deficit-de-trabajo-decente-en-siete-paises-
latinoamericanos/

4. http://www.elfinanciero.com.mx/mercados/dinero/deuda-externa-de-mexico-frena-su-crecimiento.html

ALIANZAS Y ALIADOS
http://katehon.com/es/article/alianzas-y-aliadosGEOPOLÍTICA

Salvador Fontenla Ballesta

España desde el 1700


La Guerra de Sucesión (1700 – 1713) supuso el final de la política internacional propia e independiente de
España. La firma del Tratado de Utrech trajo el advenimiento de la dinastía de los borbones (Felipe V), y con
ella la corona española quedó ligada y supeditada a la francesa (Luis XIV) con los Pactos de Familia.
España se metió en una serie de conflictos a causa los citados pactos, y siempre pagó los platos rotos, porque
delegó las negociaciones internacionales en el Rey de Francia, que ejerció de cabeza de familia. Las cesiones
que tuvieron que hacer los reyes franceses, como consecuencia de los diferentes conflictos en los que
intervinieron ambos reinos, de forma astuta y taimada siempre fueron a costa de su aliada y subalterna
España. La intromisión de Napoleón en la política interna española, no fue más que una continuidad de esa
tradición borbónica. Solamente el olvidado rey Fernando VI (1746 - 1759) impulsó una política de
neutralidad y paz exterior.
La Guerra de la Independencia contra Napoleón una verdadera catástrofe, porque España quedó arruinada
política y económicamente, gracias al paso de los depredadores ejércitos galos y británicos. La consecuencia
más inmediata fue la pérdida de los virreinatos de América, que no colonias, que desde entonces no han
vuelto a gozar de la unidad política, seguridad y florecimiento económico, sino en un círculo vicioso de
guerras interterritoriales, división política (divide y vencerás), empobrecimiento económico y cultural, y
235

enormes pérdidas territorial a manos de la expansión imperialista yanqui, y de otros carroñeros oportunistas
como Gran Bretaña, Francia y Holanda.
Durante el resto del siglo XIX, seguimos yendo de la mano de Francia y, para sus exclusivos intereses,
participamos como comparsas de los franceses en las campañas de Italia (1849 – 1850), Conchinchina
(1858 – 1862) y Méjico (1862), de las que no sacamos ningún beneficio y sí muy elevados gastos. La
inercia de esta política llegó hasta principios del siglo XX, cuando la nación gala tuvo que ceder
territorios a Alemania, para que ésta le dejara las manos libres en Marruecos, a cambio de cederle
tierras para colonizar, en el Centro de África, pero Francia compensó parcialmente ésta pérdida de
territorios aumentándolos en su Protectorado marroquí, a costa de España.
Esta tendencia se rompió cuando España se mantuvo neutral en las dos guerras mundiales que asolaron
Europa, y de cuya política internacional autónoma solo recibió beneficios. Independientemente de algunas
peregrinas teorías de historia ficción.
El mundo multipolar y la OTAN
El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo un mundo bipolar, que enfrentó a comunistas y anticomunistas. El
terror europeo al comunismo impulsó la creación de la OTAN, por la que de hecho Europa se convirtió en un
protectorado de Usa, en el que delegó su defensa, pilar esencial de toda soberanía. España después de derrotar
al comunismo en la Guerra Civil (1936 – 1939) y quedar fuera del Telón de Acero, se alineó con las naciones
anticomunistas, pero manteniendo un grado elevado de autonomía en la política internacional, como lo
demostró en diversas ocasiones.
El ingreso tardío de España en la OTAN, de forma precipitada y sin contraprestaciones, fue anulando de
forma progresiva la política internacional de España, y puso los intereses internacionales españoles en manos
espurias, como ocurrió en los siglos XVIII y XIX. Así es inconcebible que seamos aliados de Gran Bretaña,
que tiene usurpada la colonia del Peñón de Gibraltar, que incumple de forma reiterada el Tratado de Utrech, y
niega su devolución, a pesar de las reiteradas resoluciones de la ONU. Y no conformes con tener esa base
extranjera, en un lugar tan estratégico y sensible, como es el Estrecho de Gibraltar, sino que de forma gratuita
hemos cedido la base de Rota a Usa ¿a perpetuidad? ¿La nueva Guantánamo? Sin embargo, Ceuta y Melilla
han quedado, incompresiblemente, fuera del paraguas otánico.
Algunos estrategas opinan que fuera de la OTAN hace mucho frío, pero deben olvidar que la historia de
España es muy larga, y ha vivido circunstancias mejores y peores sin necesidad de estar subordinada a
ninguna institución supranacional. La OTAN sí que ha servido para que proporcionar una falsa
sensación de seguridad, bajo su paraguas, y con este pretexto relajar intencionadamente la conciencia de
defensa nacional y desarmar la industria de defensa y a las fuerzas armadas. Muchas naciones viven
fuera de la OTAN y no se han helado, y España existe mucho antes que esta alianza y esperamos que la
sobreviva.
La política de defensa nacional
Es significativo que la política de defensa nacional no haya tenido debate, ni confrontación política, ni en el
parlamento ni fuera de él. Los partidos que han gobernado España han seguido la misma política de
anulación, cada vez más descarada, de sus ejércitos. Es un tópico que hay que potenciar la política de defensa
y cultura de defensa nacional, pero no las hay sencillamente porque el poder político tiene la firme voluntad
de que no la haya, lo demás son buenas palabras y ninguna acción positiva.
Los conceptos de Patria y de Nación, se han estirado y diluido intencionadamente con las cesiones de
soberanía “por toneladas” a los nacionalismos centrífugos y organismos supranacionales, que obedecen a
intereses foráneos. Para ello había que destruir el patriotismo de los españoles, cuyo primer pilar es la defensa
militar, que su principal exponente son los ejércitos, y se ha hecho de forma progresiva y metódica.
El que fuera ministro de Defensa, Narciso Serra, ha explicitado por escrito las razones y finalidades de las
reformas militares de las Fuerzas Armadas españolas. El control total de los ejércitos ante el temor de una
presunta amenaza desde los ejércitos, los cuales garantizan las esencias naciones, para transformarlos en un
dócil instrumento gubernamental. Esta intención, aparentemente inocente y bienintencionada, es
sencillamente anticonstitucional porque la Constitución (art. 8) encomienda explícitamente la misión de
“garantizar” la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento
236

constitucional, bajo el mando supremo del S.M el Rey (art. 62.h) que, a la vista de estos conceptos y de su
posterior actuación, la clase política no debe considerar garantía suficiente la figura del Rey, que ha quedado
como una mera imagen decorativa. Luego lo que ha declarado un alto cargo militar que las “Fuerzas Armadas
no son garantía de nada”, y solo son una “herramienta que tiene el gobierno”, no puede referirse, salvo lapsus,
al mandato constitucional, por lo que quizás quiso decir que no pueden garantizar nada, ¿ni su propia
seguridad?, por falta de recursos para tener las capacidades mínimas.
Suponemos que seguirá siendo válida la sentencia del insigne tratadista militar Villamartín (1833 – 1872):
“¡Desgraciado país aquel que hace odiosa la carrera de las Armas, aquel que alquila los ejércitos en los días
de peligro. Aquel que los degrada nutriendo sus filas de hombres sin virtudes ni patriotismo. Aquel que con su
menosprecio mata el honor militar y ahoga las nobles ambiciones!”. Porque es seguro que nadie nos
defenderá sino lo hacemos nosotros, y nadie nos ayudará sino lo hacemos nosotros primero.
El asunto no tendría la mayor importancia si no fuera que con esta excusa se ha triturado al Ejército, y que la
deriva independentistas de los nacionalismos han puesto en inminente peligro las misiones de las fuerzas
armadas consagradas en el artículo 8º de la Constitución. La anulación de los ejércitos se ha conseguido y ha
tenido los efectos siguientes:
• La desamortización del patrimonio de Defensa, que ha dejado en mantillas a la desamortización de
Mendizábal, seguido de una reducción draconiana de presupuestos, hasta conseguir unos ejércitos
irrelevantes. Cuando se están gastando ingentes cantidades de dinero para desarticular España, en un
sistema de feudos territoriales insolidarios, de carácter medieval, inviables económicamente y que
multiplican los focos de corrupción. ¿Dónde estarán los Juicios de Residencia?

• La intromisión política en todos los asuntos militares, con el ninguneo sistemático de los mismos, ante la
sociedad (la muerte civil). La pérdida total de la tradicional autonomía militar, hasta en los asuntos más
nimios y consustanciales, como la disciplina, la formación, el culto a sus héroes y caídos, etc.

• El empeño de convertir en funcionarios a los militares, cuando ningún funcionario lleva implícita en su
profesión dar la vida por España, pero que ya están floreciendo sus efectos perversos con oficiales que se
limitan con hacer lo preciso de su deber, incluso en campaña ¿Dónde estará el espíritu de la General?

• La supresión de facto del deber de los españoles de defender a España, con la “suspensión” ad aeternum,
del servicio militar obligatorio y del correspondiente compromiso mediante la jura o la promesa de la
Bandera.

• La destrucción de la industria de defensa nacional.


España, la OTAN y Marruecos
Recordemos que durante la ocupación de Marruecos de la Isla de Perejil (2002) la respuesta de la OTAN, si la
hubo, fue muy tibia y el resultado (a pesar de la propaganda gubernamental) fue negativa para España porque
cedió, al firmar un acuerdo con el país magrebí por el que se comprometía a no pisar ni enarbolar la Bandera
de España en un territorio de su soberanía, reconocido internacionalmente.
Otros estudiosos geopolíticos opinan que España no tiene amenazas bélicas, sin valorar las pertinaces y
contumaces reclamaciones territoriales de Marruecos sobre territorios españoles, asentados en el Estrecho,
islas Canarias e incluso en la Península Ibérica, para lo que se debe recordar la fotografía del que fuera
presidente del Gobierno, Zapatero, sonriente ante una fotografía del Gran Magreb, que alcanzaba hasta
Toledo. Marruecos ha demostrado varias veces que su hostilidad hacia España va más allá de la retórica,
como en Ifni (1957), Sahara (1975), y actualmente con unos tipos de agresiones más blandas, pero no menos
eficaces, como la presión migratoria, supuestamente controlada, y la permisividad en el cultivo, tratamiento y
comercialización de la grifa en su territorio, y además su potencia militar es manifiestamente creciente y la
española manifiestamente decreciente. Por otro lado, hacen bien en no considerar el Peñón de Gibraltar una
amenaza, porque simplemente es una agresión ya consumada y sostenida, y como diría el castizo “con amigos
como estos no necesito enemigos”.
La amenaza del Califato Mundial para recuperar el Ándalus, la España Musulmana, es decir,
prácticamente hasta los Pirineos, no creo que nadie sensato se la pueda tomar a broma, o que sea muy
237

lejana, porque está muy cerca de nuestras fronteras, amenaza directamente nuestros intereses, y ya
hemos sufrido en nuestras carnes los efectos de sus “quintas columnas”.
Sin embargo los documentos operativos militares han descartado, dentro del máximo buenismo edulcorado, el
vocablo y concepto de enemigo, sustituido por el de contrario y adversario. Como si de una partida de “pádel”
se tratara. Las respuestas a estas amenazas solo tenemos los muy hipotéticos paraguas de la OTAN y de la
UE, porque el Ejército español no tiene capacidades de combate y actúan como fuerzas auxiliares. Su
principal cometido es mantenerse en actitud defensiva en bases lejanas y patrullar, de forma conservadora,
territorios extraños, bajo apoyos de fuego y de combate foráneos.
La neutralidad que se preconiza no supone aislacionismo, sino todo lo contrario es saber buscar un equilibrio
de alianzas y de aliados, que eviten la dependencia absoluta de un poder y proporcionen beneficios mutuos.
Tratar de sustituir la confrontación entre las naciones por la concordia. El ciudadano debe ser muy consciente
que el simple hecho de que al abrir un grifo le salga, al instante agua caliente, es necesario tener acceso a una
energía barata, y que es vital garantizar las fuentes de energía y su transporte para sostener el estado de
bienestar.
Las relaciones ruso-españolas
Rusia y España, a lo largo de la historia, han sido naciones amigas y aliadas, porque el paréntesis entre 1939 y
la caída del Muro de Berlín en 1989, es solo una anécdota desde la perspectiva histórica. Contando, por
supuesto para los amantes de la historia, las declaraciones de guerra entre ambos reinos, causada por la
alianza entre España y Francia en el año 1791, pero que no tuvo ningún efecto práctico, ni se rompieron las
hostilidades. Ejemplo de lo anterior fue las guerras contra Napoleón, que las dos naciones, cada una desde un
extremo del continente, tanto contribuyeron a la salvación de Europa. Ambas naciones no tienen intereses
contrapuestos, ni puntos de fricción, lo que favorecen sus relaciones amistosas y de colaboración, y que
recuerde España y Rusia nunca han estado en guerra en la práctica, ni nos ha usurpado ningún territorio, cosa
que no se puede decir igual de nuestros vecinos o actuales aliados. Es incomprensible que nuestras relaciones
con Rusia estén mediatizadas por las políticas internacionales de Usa y de la UE, como si hubiéramos
regresado a los Pactos de Familia y al mundo bipolar, cuando es evidente que, y cada vez más, estamos en
uno multipolar. Es esperpéntico afirmar con contundencia que “no reconoceré nunca la anexión de Crimea
por parte de Rusia” (la paja en ojo ajeno) y, al mismo tiempo, eludir cualquier alusión a la soberanía española
sobre el Peñón, en las negociaciones con las autoridades británicas y aliadas (la viga en ojo propio).
Esta política internacional de España que se elabora en alejados despachos, con intereses espurios y poco
claros, perjudica seriamente a nuestros intereses económicos y geopolíticos, como son las restricciones al
comercio bilateral, o la imposición de que los buques de la flota rusa no atraquen en Ceuta y Melilla, y
mientras tanto los submarinos nucleares de la usurpadora Gran Bretaña, incluso los peligrosamente averiados,
lo hacen libremente en el Peñón, que recordemos es además un paraíso fiscal parasitario del Campo de
Gibraltar y un centro de interceptación de las comunicaciones, incluidas las nuestras.
Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra.
(Almirante Méndez Núñez).

PREVISIONES 2017: LA UE
EUROPA http://katehon.com/es/article/previsiones-2017-la-ue

Andrew Korybko
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2016 ha terminado, y es el momento de revisar los acontecimientos más significativos que ocurrieron en cada
región y pronosticar cómo pueden influir en el próximo año. La investigación está dividida en 11 secciones
separadas que abarcarán el mundo entero, prestando atención individual específicamente a la UE, Medio
Oriente, Asia Central, Asia Meridional, ASEAN, Asia Nordeste, China, Rusia, África, América Latina y
Estados Unidos.
Cada parte comenzará con un breve resumen que prepara el terreno para analizar las tres principales
tendencias en la región examinada, cuyo objetivo es proporcionar una visión general de los acontecimientos
más importantes que se han producido y que se prevé que se desarrollarán progresivamente durante los
próximos 12 meses. Por último, la última parte se basará en la investigación en forma concisa de las tres
tendencias más importantes que se pueden observar en todo el mundo.
Por razones que se explican por sí solas relacionadas con las limitaciones de tiempo y espacio, el trabajo, por
supuesto, será incapaz de tocar todos y cada uno de los acontecimientos de importancia que tuvieron lugar
durante el año pasado. Por lo tanto, el lector debe entender amablemente que la siguiente revisión y el
pronóstico es una lista confeccionada o como resultado del juicio intuitivo del autor y de acuerdo con el
marco geopolítico interpretativo que expuso en sus trabajos para Katehon y otros medios de comunicación.
Resumen
Las divisiones internas del continente entre europrecavidos y totalitaristas están firmemente arraigadas y en el
próximo año sólo se acentuarán, lo que podría conducir a una división geopolítica de la UE entre Oriente y
Occidente y/o Norte y Sur. La unidad del bloque se pondrá a prueba mientras confronta las crisis emergentes
en toda su periferia, desde la guerra del Donbass hasta el revisionismo balcánico y las interrelacionadas
invasiones de inmigrantes-terroristas del norte de África.
Revolución Europrecavida
El término "europrecavido" es para el autor la etiqueta más aceptable para lo que los medios de masas han
difamado como "euroescépticos", y este movimiento ideológico ha tenido un gran éxito en los últimos dos
años. El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, fue el primer verdadero político de este campo en llegar al
poder, aunque poco después fue seguido por el "Cardenal gris" de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, después de
que su partido PiS barriera en el Parlamento del país el año pasado, y por la reelección del primer ministro
eslovaco, Robert Fico, a principios de 2016. El Brexit sorprendió al mundo entero cuando fue votado durante
el verano, y luego el establishment político de Italia fue sacudido por el fracaso del referéndum de
centralización del ex primer ministro Matteo Renzi. Aunque el Partido de la Libertad fue derrotado
estrechamente durante la repetida segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Austria, todavía tiene
mucha influencia en el país y, evidentemente, tiene un atractivo popular de masas.
Mirando hacia el 2017, Francia se enfrentará a su momento decisivo cuando Marine Le Pen se enfrente a
Francois Fillon, ya que la incendiaria política podría convertirse en el próximo líder del país. Incluso si no lo
hace, entonces la victoria de su oponente todavía significaría la reorientación de Francia a la derecha, ya que
es extremadamente improbable que el aspirante socialista gane. Tomados en conjunto, todos los
acontecimientos políticos internos en la UE son indicativos de una revuelta europrecavida a nivel continental,
impulsada en gran medida por la fabricada crisis migratoria y el relacionado objetivo "secular wahabí" de la
Guerra de quinta generación de agresión civilizacional. El miembro en discordia es Alemania, que es
el último bastión de los sistemas de gobierno y económicos del Nuevo Orden Mundial "neoliberal". El
principal objetivo de los europrecavidos es reemplazar el gobierno de la Alemania líder en la UE por otro más
pragmático y razonable desde el punto de vista civilizatorio, que facilite la reorganización interna continental,
y tal vez incluso geopolítica.
Diferencias que atraviesan el continente
El auge de los europrecavidos presagia una posible inminente reorganización de la UE, aunque es incierto
cómo podría traducirse exactamente esto en la práctica si alguna vez se realiza. El autor pronostica algunos de
los escenarios más probables en su pieza para The Duran acerca de la "Post-Brexit EU: Between Regional
Breakdown And Full-Blown Dictatorship", que también traza algunos de los cambios geopolíticos a lo que
esto podría dar lugar. La idea principal es que el bloque se enfrenta cada vez más a la inevitable opción de
reprimir todas las "libertades" existentes y convertirse en una dictadura completa para sostener su
totalitarismo "unitario", o que debe pasar por devolver el poder a las capitales nacionales de sus estados
miembros y abriendo potencialmente la caja de Pandora de la regionalización. Estados Unidos se beneficia
239

estratégicamente en ambos casos, por lo que es un punto discutible hablar de cuál de los dos escenarios
preferiría Washington, pero sin embargo, si el segundo entra en vigor (que es lo que Trump podría favorecer
debido a sus propias inclinaciones ideológicas), entonces podría conducir a una división intercontinental
interesante entre Oriente y Occidente y Norte y Sur.
Para explicarlo, lo que el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld llamó una vez de forma inolvidable
como "Nueva Europa", es en general mucho más europrecavida que sus contrapartes occidentales de la
"Vieja Europa", por lo que hay una perspectiva muy real de que podrían ser los antiguos países comunistas de
Polonia, Hungría, Eslovaquia, y posiblemente incluso unos cuantos otros, los que encabecen la reforma
integral del bloque. Si por cualquier motivo Francia no se suma a este proceso, tanto como si su futuro
presidente de derecha termina siendo un fraude tan anti-establishment como demostró serlo la izquierda
griega de Syriza, entonces la división Este-Oeste entre la "Nueva" y la "Vieja" Europa se acentuaría mucho.
De la misma manera, si Francia cambia efectivamente hacia la derecha anti-establishment y avanza
decisivamente con las reformas europrecavidas en la UE, esto podría ponerla en conflicto con la Alemania
neoliberal, con los dos líderes europeos dividiendo rápidamente el continente en esferas de influencia
ideológica entre ellos mismos. En este escenario, Francia se uniría con Europa del Este y del Sur, mientras
que Alemania seguiría siendo dominante en las partes central y norte (escandinava) de la UE.
Peligros periféricos
Las dificultades internas de la UE ocurren de forma siniestra en un momento de mayor peligro periférico en
las franjas este, sureste y meridional del bloque. Para comenzar con la primera, se trata de la guerra de Kiev
respaldada por Estados Unidos en el Donbass, que siempre tiene el potencial de volver a encenderse en un
intenso conflicto. Las consecuencias de esta eventualidad podrían ser que la guerra de continuación se juegue
"para siempre", lo que significa que ambas partes luchen para destruir totalmente al otro de una vez por todas.
No se sabe si esto sucedería o si se trataría de un conflicto geográficamente limitado como las dos rondas de
violencia precedentes, pero en el caso de que la espiral salga rápidamente fuera de control, la UE se
arrepentirá inmediatamente de dar a los ucranianos acceso sin visado al bloque, porque sus miembros del este
podrían rápidamente ser abrumados con los refugiados y los infiltrados nazis de extrema derecha si la marea
de la guerra se vuelve contra Kiev. Esto podría conducir a acciones unilaterales por parte de los
gobiernos europrecavidos de Polonia, Eslovaquia y Hungría para cerrar sus fronteras con Ucrania, al igual
que esta última hizo frente a Serbia como resultado de la primera crisis migratoria, intensificando así la
brecha Este-Oeste intra-organizacional con los totalitarios neoliberales en Bruselas y Berlín.
La siguiente crisis pronosticada es en realidad una sucesión de lo dicho que podría, por consiguiente, estallar
en una reacción en cadena en todos los Balcanes. El autor estudió a fondo estos escenarios en
su investigación sobre la Guerra híbrida en Oriental Review, pero los mismos se reducen a proyectos
revisionistas geopolíticos apoyados por los estadounidenses dirigidos a la República Srpska, Serbia, y la
República de Macedonia, clasificadas de otra manera como los Balcanes Centrales. Croacia, miembro de la
OTAN, ha experimentado un renacimiento de la ideología ustacha de la era nazi en los últimos años, lo que
amenaza peligrosamente con alterar la paz entre ella y Serbia, por no mencionar el disfuncional arreglo en el
compartido estado contiguo de Bosnia. El último gobierno "central" del país en Sarajevo está trabajando
estrechamente con EE.UU. y Croacia para iniciar el proceso inconstitucional de desmantelar la autonomía de
la República Srpska, y la afluencia de combatientes del Daesh que regresan al país podría ser el disparador
impredecible para provocar una nueva guerra civil en el país, aunque una que una vez más resultaría en el
intervencionismo de la OTAN (estadounidense-croata). De forma relacionada, la República de Macedonia
está bajo la intimidante amenaza del renacimiento del zombi geopolítico de la "Gran Albania", que también
podría consumir partes de Montenegro y Serbia. Curiosamente, estos dos escenarios relacionados entre sí han
sido presionados por el influyente lobby del Consejo de Relaciones Exteriores.
Por último, la última posible crisis periférica preparada para retrasar la estabilidad de la UE es el peligro de
que el norte de África vuelva a convertirse en exportador de terrorismo a gran escala y de inmigración ilegal.
La región ya se encuentra en una posición crítica y tensa debido a las consecuencias desastrosas de la guerra
de la OTAN sobre Libia, que ha visto al próspero país convertirse en un infierno literal dominado por
terroristas y por las milicias de tráfico humano. El centralmente posicionado estado norteafricano es ya un
exportador de sufrimiento humano a la UE, ya sea de la variedad de terrorista y/o de inmigrante ilegal
(popularmente disfrazados en los medios de masas como si fueran en su mayoría "refugiados"), pero su papel
y el de sus vecinos podría aumentar exponencialmente en el caso de que la violencia de Libia se derramara a
través de su frontera. Por ejemplo, Egipto es víctima ocasionalmente del terrorismo de la Hermandad
240

Musulmana, mientras que Argelia - a pesar de ser un estado impresionantemente seguro dado su inestable
vecindario y el legado de una guerra civil salafista de una década en los años 1990 -, podría explotar si su
"estado profundo" (las burocracias permanentes militar, de inteligencia y diplomática) no sigue el modelo de
Asia central de transición política ordenada después de la eventual muerte del enfermo presidente Buteflika.
Una segunda guerra civil salafista en la región costera densamente poblada del norte de Argelia podría
conducir automáticamente a una salida a gran escala e incontrolable de millones de terroristas-inmigrantes (no
necesariamente uno y lo mismo, aunque sí de vez en cuando) hacia Europa Occidental, dando por lo tanto un
golpe de muerte casi instantáneo a la UE.

Carlos Velandia: “La lucha armada en Colombia es una estrategia agotada”


NOTA DE ROBINSON SALAZAR. SE AGOTO DESDE EL MOMENTO EN QUE OBAMA INAUGURO LA GUERRA CON
DRONES, OBJETIVOS ESPECÍFICOS, ENEMIGO AUSENTE, CONTROL REMOTO Y BLANCO SEGURO.

http://www.publico.es/internacional/carlos-velandia-lucha-armada-colombia.html

El ex comandante del Ejército Nacional de Liberación (ELN) analiza la situación actual del conflicto
mientras Gobierno y delegados del grupo armado resuelven los pormenores para retomar las
conversaciones de paz en Ecuador

BOGOTÁ.- Diez meses han transcurrido desde que negociadores del Gobierno colombiano y del Ejército Nacional
de Liberación (ELN), anunciaran el inicio de la fase pública de las conversaciones para acabar con la
guerra desde Caracas. Desde entonces, el proceso se ha encallado y, tras un intento fallido de iniciar las
conversaciones en Ecuador a finales de octubre, no ha avanzado ni un solo paso. La piedra que se ha interpuesto en
el camino de la negociación con el ELN ha sido el secuestro. Guerrilla y Gobierno se han echado un largo pulso
cuyo último protagonista ha sido Odín Sánchez, un ex senador secuestrado por el grupo armado cuya liberación fue
incluida a última hora como exigencia indiscutible por parte del Gobierno para instalar la mesa pública de
negociación.

Ambas partes han vuelto a reunirse desde comienzos de año y el acuerdo para la liberación de Odín Sánchez y la
instalación de la mesa parece finalmente cercano. Hablamos con Carlos Velandia, ex comandante del ELN y
nombrado por el Gobierno como gestor de paz en el actual proceso, sobre su experiencia como guerrillero,
los altibajos del proceso de paz y el futuro político del ELN y una Colombia sin guerrillas.

¿Cómo fue su decisión de entrar en la guerrilla y su experiencia en el monte?


Yo entré al ELN en los años 70. Vivíamos en aquella época tiempos de revolución en este país. Era algo casi
natural, todos queríamos ir a la guerrilla. Primero fui combatiente urbano. Hacía la lucha revolucionaria, el
trabajo político clandestino y la lucha armada dentro de la ciudad. Golpes de mano, incautar armas, un taquillazo en
un banco para adquirir finanzas, asalto a una fábrica de ropas o una farmacia para tener medicinas y mandarlas para
el monte, para adquirir logística, todo este tipo de cosas. También había enfrentamientos para adquirir armas,
emboscadas urbanas… Allí aprendimos, pero luego el espacio urbano se agota porque se quema uno más
fácilmente, era muy reconocible mi actividad anormal.
241

Cuando llegué al monte, era estudiante de medicina y con unos pocos semestres ya me convertí en el médico
de la guerrilla. No se necesitaba haber terminado la carrera ni tener un título para ser reconocido como el médico
de la guerrilla. Lo era porque no había más, algo así como en el país de los ciegos el tuerto es el rey. Luego ya me
ascendieron y me asignaron responsabilidades y llegué a ser miembro de la dirección nacional del ELN. A finales
de los 80 experimentamos un crecimiento importante de la mano del auge que tuvo en Colombia la
explotación petrolera. Se pudieron adquirir una gran cantidad de finanzas a fuerza de sabotear y secuestrar a los
gerentes de las empresas multinacionales y cobrar altas sumas por los rescates.

¿Cómo se justifica éticamente un secuestro de alguien no combatiente?


Éticamente no tiene justificación, simplemente la razón pragmática de decir que la guerra revolucionaria la
debe pagar el enemigo de clase, no solo el Estado. En este caso, las multinacionales que saquean los recursos de
la nación, una forma de confrontarlas era secuestrando a sus dirigentes, a sus ejecutivos y cobrando un rescate por
su libertad.

Pero éticamente no tiene ningún soporte ni humanitariamente tampoco. Pero en el discurso político encaja muy
bien, aunque hoy por hoy esto está totalmente agotado y no hay manera de soportarlo. Esta ha sido una de las cosas
que ha venido generando una gran dificultad a la hora de iniciar las negociaciones actuales.

¿Cómo fue su decisión de abandonar la lucha armada?


En 1994 fui detenido y estuve 10 años preso. Desde prisión, mantuve el contacto permanente con la organización y
me asignaron la responsabilidad de representar al ELN en diálogos de paz. Pero al salir abandono la lucha
armada y tomo la decisión de no disparar. Lo que me hace cambiar de idea es la constatación de que por la vía
armada ya no tomamos el poder y reconocer que el país y el ELN, las guerrillas, estamos entrampados en una
guerra de la que no sabemos cómo salir. Que no es incrementando la guerra como vamos a salir, sino buscando
camino a la solución política.

¿Cuáles son las grandes diferencias ideológicas y organizativas de las FARC y el ELN?
Ambas organizaciones nacen en 1964. Acababa de triunfar la revolución cubana y es el faro que alumbra al mundo
entero. Es posible hacer revoluciones en las mismas narices del imperialismo, a 90 millas del continente. Esto es
clamoroso. Pero, mientras que las FARC surgen como el alzamiento de un movimiento campesino que se
alza en armas para defenderse del Estado, el ELN se alza en armas para derrotar al Estado y arrebatarle el
poder.

El uno nace para defenderse del poder y el otro para hacerse con el poder. Los unos son campesinos y los otros
son estudiantes, algunos sindicalistas, algunos intelectuales. Estos son los surgimientos. Pero después, en el
desarrollo, las líneas se cruzan. Las FARC terminan definiendo que van a por el poder y el ELN ya no quiere el
poder, ya lucha por democracia. El objetivo del ELN ya no es la toma del poder.
242

¿Por qué ese cambio de táctica?


Porque se ve que nuestros objetivos ya no es posible alcanzarlos. Se da un proceso de adaptación de medios y de
fines. Obviamente el ELN sigue en la lucha por el socialismo, pero el socialismo ya no tan a la vuelta de la
esquina y donde la toma del poder ya no es el objetivo estratégico. Para las FARC sí. Para el ELN es mucho más
importante construir poder más que tomarlo. Estas son diferencias bastante marcadas.

El ELN está apostando por la participación activa de la sociedad en el proceso de paz, ¿cómo
puede llevarse esto a cabo?
Esta es la parte más difícil, sobre todo porque hoy por hoy no lo sabe nadie. Ni el Gobierno, ni el ELN ni la
sociedad. Pero hay una cosa que hay que entender. Hay tres tipos de diálogos, uno el diálogo que es útil para
acabar la guerra, otro el diálogo que es útil para construir la paz y el tercero es el diálogo que es útil para
que la sociedad transforme el país. Los tres ocurren en momentos distintos.

Hay que entender que el diálogo o la negociación para buscar la paz no hace parte de la paz, hace parte de la
guerra. Estamos en la guerra y la guerra termina en el momento en el que se pacta el armisticio. Que a
partir de ahí se abra un espacio de construcción de paz es otra cosa. Entonces, será la sociedad, ya no nosotros, la
que empiece a construir la paz y la justicia social en los territorios.

¿Anuncian las resistencias a la liberación de Odín Sánchez un mayor riesgo de disidencias en


el ELN al final de este proceso de paz que en el de las FARC?
Yo no lo descarto. Las disidencias son una circunstancia que se dan en todos los procesos de paz de conflicto
armados internos del mundo, ese tipo de disensiones, ese tipo de salidas, de fugas, de rupturas y aquí en Colombia
se ha dado con todas las organizaciones. Ahora, este proceso con las FARC ha tenido unos niveles de solidez
insólitos. Realmente la deserción y la ausencia en el momento de cumplir los pactos de paz son muy
reducidos. Este proceso ha sido muy excepcional. La unidad ha sido muy completa, yo creo que con el ELN
pueden darse más disensiones.

¿Qué es lo que podría hacer que sectores del ELN se quedaran fuera del proceso?
Creo que pueden ser una conjugación de varias circunstancias, pero en el caso de El Chocó (departamento de la
costa Pacífica donde se encuentra retenido Odín Sánchez), es que la guerra se ha convertido en un negocio. En un
buen negocio. El Chocó tiene una importancia en la guerra por ser un corredor, pero lo tiene absolutamente para los
narcotraficantes, los que ejercen la trata de personas e incluso para la minería ilegal.

Entonces allí para poder sobrevivir o subsistir cada una de estas partes han hecho una especia de acuerdo de modus
vivendi, es decir, “no nos peleemos nosotros, ustedes sigan en su negocio y yo en el mío, yo estoy aquí por
otras razones”. A mí me cuesta un poco de trabajo reconocer qué es lo ‘eleno’ en el Chocó, lo que si veo es que
por allí fluye mucho dinero y muchos recursos.
243

Desde Ecuador ambas partes anuncian que la fase pública de negociaciones podría emprezar
pronto ¿Cuáles son los grandes riesgos para este proceso?

Yo creo que las partes tienen que entender que a la mayor brevedad tienen que iniciar una actividad de
desescalamiento. No tiene sentido hoy que se estén dando estos hechos de guerra. Se entiende en el sentido de que
no hay acuerdo y se hace en medio de la confrontación, pero la sociedad hoy por hoy no lo admite por una razón.

El estado de no guerra se ha instalado en el país y, sobre todo en las zonas más impactadas por el conflicto, se siente
como un gran alivio. Aquí a los jóvenes y las personas que viven en las grandes ciudades ni les va ni les viene,
porque están muy lejos del conflicto, pero las gentes que viven allí, que fueron machacadas por los bombardeos, las
razias del paramilitarismo, las ofensivas y el desplazamiento, piensan que hay que mantenerlo.

¿Hasta qué punto están afectado la última oleada de asesinatos de líderes sociales en las
reticencias de algunas facciones del ELN a dejar las armas?
Esto hace las cosas mucho más complejas. La arremetida tiene por un lado ese propósito de frenar el avance de la
paz. Hay fuerzas que se resisten a que se modifique el statu quo de la guerra. En esas condiciones de
guerra prosperan la corrupción, las bandas criminales, el paramilitarismo, el narcotráfico y políticos
regionales coludidos con esas formas criminales que tienen mucho poder. Con la paz pierden, ven la paz como una
amenaza.

De allí provienen una gran parte de esta hostilidad y esta acción contra la paz afectando la parte más vulnerable, los
que no están armados, que son los líderes sociales territoriales. Pero igual, esta situación no puede detener las
posibilidades de la paz. Tenemos que salir de una guerra, que se ha convertido en un pretexto para
muchas cosas. Aquí tenemos la presencia de los gringos porque tenemos un conflicto, aquí es necesario mano dura
porque hay un conflicto armado, aquí se restringe la democracia por lo mismo.

El ELN tuvo en sus inicios una vocación más ofensiva, pensando en la toma del poder, una
posición más guevarista por así decirlo. Visto en perspectiva, ¿esa estrategia ha sido un
fracaso por parte del movimiento social que la tomó en los años 60?
Yo creo que no. Obviamente la guerra en Colombia se agotó, y se agotó para los revolucionarios que creímos
que mediante la lucha armada podíamos acceder al poder. Se demostró aquí en Colombia, a día de hoy, que
por esa vía no llegamos a la toma del poder, pero no significa que no debamos insistir en llegar al poder.

La lucha armada no es el camino, por eso yo insisto mucho en que los revolucionarios no nos hicimos
revolucionarios para hacer guerras, nos hicimos revolucionarios para hacer grandes transformaciones a las
sociedades y si no nos funciona a través de un método (porque la guerra es un camino, un método), tenemos que
buscar otros caminos distintos. Esa es la obligación de un revolucionario y de un revolucionario marxista.
244

¿Cuál es esa otra vía ahora?


La vía es la de crear condiciones para hacer lucha política sin armas, y para eso se necesitan garantías. El ELN
tiene una lectura distinta a las FARC. Mientras que ellos quieren conformar un movimiento quizás tipo partido,
el ELN se fundirá, se escurrirá, se chorreará dentro del movimiento político y social ya existente en el país. Al ELN
no le interesa llegar al congreso.

Fundamentalmente, la guerra la dejamos a cambio de garantías para la lucha política sin armas, eso es lo
fundamental. Date cuenta de que los acuerdos de las FARC con el Gobierno no transforman la sociedad, no
transforman el país, no transforman la economía, pero sí crean unas condiciones mucho más positivas para la lucha
política sin armas, eso es en lo fundamental, la paz posible, no la paz que se desea.

Política y poder en la construcción del Estado y la democracia


Arturo D. Villanueva Imaña
http://www.bolpress.com/2017/01/17/politica-y-poder-en-la-construccion-del-estado-y-la-
democracia/
Desde que se ha establecido que la democracia constituye la forma de gobierno más perfecta y
avanzada que los pueblos han encontrado para regir sus sociedades, cada vez más se ha ido acentuando
el énfasis por conquistar el gobierno y el poder, y cada vez menos en construir su fin último que
consiste en establecer un gobierno del pueblo, donde prime su decisión soberana y no la voluntad del
gobernante de turno y de las (nuevas o viejas) élites a las que representa.
Es decir, se ha hecho cada vez más corriente y generalizada la concepción por la cual se entiende a la política
como el instrumento para luchar, conquistar y conservar el poder, apropiándose del Estado. Se produce un
secuestro de la política, lo público, la economía y las decisiones en manos del grupo (generalmente
minoritario) y los sectores dominantes que logran hacerse del poder; y se pierde aquella perspectiva orientada
a forjar y devolver a la ciudadanía y sus organizaciones sociales, la capacidad de decisión y
autodeterminación. En otras palabras, aquel poder que originalmente reside en el soberano y es conferido
circunstancial y temporalmente para administrar la cosa pública, es secuestrado y usurpado para favorecer e
imponer intereses sectarios.
Tan cierto es este afán por conseguir el poder, que no solo prevalece en las tendencias conservadoras y
derechistas que pugnan por conservar y reproducir el poder para mantener y expandir sus privilegios; sino que
también ha sido adoptada en algunas corrientes llamadas progresistas y de izquierda. Sucede que en vez de
priorizar procesos orientados a promover las capacidades de autodeterminación, decisión y autogestión desde
las bases; han preferido embarcarse en la conquista del poder (entendida como el fin último de la política). En
el caso de Bolivia, por ejemplo, se pretende sustituir inclusive a las clases y sectores sociales que deberían
dirigir y orientar el proceso, por la figura individual de una persona, en la que se pretende concentrar todos los
atributos y valores de las luchas y conquistas que le corresponden al pueblo. A tal punto llega el extravío, que
a tiempo de considerarlo como un caudillo insustituible al que se le otorgan y en el que se depositan todas las
facultades de decisión; finalmente se vacía toda posibilidad de generar y respetar procesos de decisión
popular, secuestrando y usurpando esta facultad en manos de un individuo. A su turno y precisamente por esa
imprescindibilidad otorgada, también se cierra y anula toda posibilidad de continuidad y sostenibilidad de un
proceso, que no sea dependiente de esa figura personal y el culto que se le dispensa.
Parece como si los acontecimientos y los hechos históricos no hubiesen sido suficientes para comprender que
en la generalidad de los casos (muy en contrario de lo que se esperaba), los procesos de cambio y
transformación iniciados y perfilados en las luchas y revueltas populares, terminaron casi invariablemente
traicionados desde el poder y una vez que se conquistó el gobierno. Es decir, que los cambios y
transformaciones se hacen y conquistan en las bases y las luchas; y no así en y desde el poder y el gobierno,
como se pensaba.
El origen para que se produzca ese desencanto popular y el creciente rechazo social que provocan los
gobiernos que abandonan sus compromisos, es precisamente al constatarse el distanciamiento creciente que se
245

produce entre el Estado y la sociedad, cuando el gobierno hace cada vez menos lo que reclama la sociedad
como sus prioridades, e impone proyectos e iniciativas que no responden ni resuelven los problemas álgidos
de su pueblo. Es decir, abandona y traiciona los postulados y mandatos establecidos, para hacer prevalecer las
prioridades e intereses de las nuevas castas dominantes.
En los casos de gobiernos que se reclaman como populares y aunque persista un discurso que reafirme
supuestas convicciones de izquierda; lo que desenmascara su impostura e hipocresía, es la prevalencia de
medidas, políticas y acciones de gestión gubernamental que (muy en contrario del discurso), favorecen
intereses sectarios, corporativos, antinacionales y entreguistas. Es decir, se hace prevalecer y se produce un
sometimiento a intereses generalmente transnacionales, capitalistas y de carácter colonial que se encuentran
en la antípoda del interés nacional. En el caso de Latinoamérica, a poco más de 10 años de gestiones de
gobiernos progresistas y de izquierda (como se han autodenominado), los ejemplos no son excepciones y
tienen un legado muy elocuente. Si no, puede verse lo que sucede en Ecuador, Nicaragua, Bolivia, etc.
LA REALIDAD BOLIVIANA.
Ahora bien, cuando la sociedad boliviana (a pesar de haberse producido ya un referéndum nacional que ha
dirimido y constitucionalizado irrevocablemente su decisión), vuelve a ser interpelada por la terca e insistente
pretensión de abrir la Constitución para permitir una eventual y nueva reelección presidencial (rechazada
mayoritariamente); entonces surge inmediatamente con fuerza la pregunta de por qué ese afán desmesurado y
testarudo por mantenerse y conservar el poder “cueste lo que cueste”. Por qué se insiste tanto en prorrogarse
en el poder, cuando la tarea fundamental consistía en transformar el viejo Estado de privilegios y jerarquías,
para construir uno nuevo en donde prevalezca la decisión, la participación y la gestión pública ejercida desde
las bases (y no en un aparato burocrático corporativamente distribuido y cada vez más grande e inepto)?.
Es decir, surgen serias interrogantes e inquietudes en torno al concepto y la práctica política, como el enfoque
del poder y la democracia que los gobernantes tienen y pretenden imponer.
Se levanta una incógnita en torno a si la forma de gobierno, el tipo de Estado y las características de nuestra
democracia, responden a la visión y los principios establecidos en la Constitución; pero sobre todo respecto
del compromiso de transformar aquel modelo (clientelar, cupular, de la democracia pactada) contra el que se
había luchado.
La respuesta, lamentablemente, al contrastarla con la obcecada decisión del partido de gobierno y las
organizaciones sociales oficialistas que pretenden arrogarse la voz de todo el pueblo, solo confirma la pertinaz
intención de conservar y reproducir el poder “a como dé lugar”. Es decir, sabiendo que ello solo garantiza la
concentración del poder en pocas manos y la preservación de determinados intereses y privilegios de las
nuevas élites dominantes, que terminan usurpando la capacidad de decisión, participación y
autodeterminación al pueblo.
Colateralmente, a la par de esas interrogantes y cuando se hacen patentes regímenes secantes en los que se
produce una concentración del poder asfixiante; también se sabe que la mejor forma de equilibrar y controlar
ese poder, solo es posible cuando la sociedad civil está organizada y tiene capacidad de movilización, porque
así existen mejores condiciones para impedir excesos autoritarios, y/o defender derechos y demandas que toda
sociedad tiene.
Este equilibrio y control en la correlación de fuerzas entre el Estado y la sociedad es aún más promisoria y
tendencialmente más avanzada, cuando la sociedad civil al margen de estar bien organizada, cuenta con
organizaciones, pueblos y sectores sociales esclarecidos (digamos política y socialmente conscientes), que
tienen la virtud orientar y dirigir las luchas populares, ya no solamente como contrapeso al poder del Estado,
sino señalando el camino de las transformaciones que requiere la sociedad para perfeccionarse y cumplir sus
históricos objetivos de igualdad, libertad, soberanía, etc.
Durante muchas décadas, esa fue una característica de la sociedad boliviana. Alrededor de la Central Obrera
Boliviana (COB), la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y la Confederación
Sindical Unica de Campesinos (CSUTCB), el pueblo logró estructurar un formidable contrapeso frente al
Estado, y especialmente respecto de gobiernos y regímenes antidemocráticos y dictatoriales. Tal fue su
fortaleza, que en determinadas coyunturas sociales y políticas se planteó el co-gobierno y la dualidad de
poderes (como en el caso, por ejemplo, de la Asamblea Popular al inicio de la década de los años 70).
246

Sin embargo, quebrado, desarticulado y dispersado (política y materialmente) semejante referente


organizativo y popular el año 1986 (cuando se produce la Marcha por la Vida protagonizada por el
proletariado nacional alrededor de la COB y la FSTMB); tuvieron que pasar muchas décadas antes de poder
rearticular una fuerza social de esa magnitud, para luchar y deponer aquel modelo neoliberal y su gobierno de
turno, que habían dado un golpe tan duro a la conciencia nacional y sus organizaciones matrices.
El Pacto de Unidad fue forjándose muy lenta y dificultosamente en el transcurso del largo periodo neoliberal,
la desideologización de los movimientos y organizaciones sociales, y la atomización y “relocalización” a la
clase obrera nacional, que se habían impuesto desde mediados de los años 80.
Al margen de la Coordinadora del Agua y la Vida en Cochabamba (que constituye otra invalorable
experiencia organizativa que tuvo un papel determinante para perfilar y establecer nuevas formas de decisión
y autodeterminación popular que contribuyeron en la lucha contra el neoliberalismo y la expulsión de
intereses corporativos transnacionales del país); el proceso de cambio y transformación en Bolivia (que estalló
con la llamada Guerra del Agua a inicios del año 2000 y la revuelta popular de Octubre Negro del 2003),
estuvo también precedido por la conformación del Pacto de Unidad.
Esta organización se forjó en las tierras bajas del Oriente, sobre la base de las 5 organizaciones indígenas y
campesinas matrices de todo el país. Al margen de haber logrado insertar en la agenda nacional, históricas
reivindicaciones emergentes de la explotación, exclusión y discriminación étnica y cultural que sufrieron
durante siglos, así como de reclamar el reconocimiento de su identidad colectiva, el derecho a la tierra y el
territorio y su autodeterminación; otra de las virtudes esenciales del Pacto de Unidad, fue la de amalgamar y
constituirse en el referente nacional que impulsó las principales luchas del pueblo (sobre la base de varias y
sacrificadas Marchas Nacionales que emprendieron), hasta el punto de lograr la derrota y expulsión de los
gobiernos neoliberales y el establecimiento de la Asamblea Constituyente (que fue una demanda nacional
originada en este movimiento).
No fue casual que alrededor de este Pacto de Unidad se constituyera posteriormente el denominado
Instrumento Político para la Soberanía del Pueblo (IPSP), como una novedosa y esperanzadora fórmula que se
perfilaba como el mecanismo para preservar y devolver a las organizaciones sociales y sus bases, la capacidad
de decidir y constituirse en los protagonistas del proceso.
Aquella promisoria fórmula encontrada para abanderar y dirigir el proceso, pronto se desvirtuó al tomarse la
decisión de conformar el Consejo Nacional para el Cambio (CONALCAM) y los consejos departamentales
(CODECAM), que pasaron a formar parte de la gestión de gobierno nacional y departamentales, y a cuya
organización se integraron nuevos y diversos sectores sociales (como gremialistas, transportistas, jubilados,
juntas de vecinos, etc), incluida la COB.
Con el argumento de conducir el proceso de cambio, las organizaciones sociales no solo perdieron la
independencia sindical y política (tan indispensables para controlar y constituirse en contrapeso frente al
Estado que se conformaba); sino que pasaron a formar parte, a corresponsabilizarse de la gestión de gobierno,
pero sobre todo a beneficiarse de las ventajas y beneficios del poder, sobre la base del cuoteo corporativo, la
repartija de canonjías y el manejo clientelar del aparato del Estado.
Cuando tuvieron la más grande oportunidad para constituir un Estado diferente y alternativo al modo
conservador, vertical y jerárquico que había caracterizado a los gobiernos y las democracias derechistas y
republicano-liberales; el llamado proceso de cambio decidió adoptar y reproducir esas antiguas y
conservadoras formas de gobernar.
De esa forma no solo reprodujo el perpetuo afán de las clases dominantes tradicionales de conquistar el poder
solo para conservar, imponer y satisfacer sus intereses sectarios, sino que transfirió este impulso de conquista,
dominación y conservación del poder en los sectores y organizaciones sociales; las mismas que al entrar en la
lógica del “ahora es cuando”, terminaron sucumbiendo a la angurria de poder, el control del Estado y la
dominación, como un fin en sí mismo.
Al concebirse y ejercerse la política como la forma de conquistar y conservar el poder a toda costa, también se
hace imposible generar procesos de transformación y cambio que le devuelvan a la ciudadanía, sus
organizaciones y pueblos, la capacidad de decidir y autodeterminarse, de tal modo que se facilite y construya
el verdadero sentido de la democracia: el gobierno del pueblo. A cambio y a la inversa de ello, se torna
conservador y hasta reaccionario, porque esa forma de hacer política corresponde a los antiguos y
247

tradicionales partidos, organizaciones y sectores que buscan el poder para imponer sus intereses (quitándole a
la democracia su sentido esencial y fundamental).
Y como la historia se encarga de demostrar este extremo, también es posible afirmar que no se trata de un
fenómeno exclusivo de partidos, tendencias y organizaciones conservadoras y de derecha que buscan el poder
para perpetuar la vigencia de su dominación; sino que también expresa el sentimiento y la visión de
organizaciones y tendencias autodefinidas como de izquierda, que también ansían conseguir “el maravilloso
instrumento del poder” para sustituir y encumbrar nuevas élites de dominación (sindical, corporativa, cultural
y/o clasista), en cuya lógica de gobierno persiste y se reproduce la verticalidad, el mando de unos pocos y las
jerarquizaciones excluyentes.
Frente a un escenario como éste, evidentemente la sociedad y la ciudadanía quedan desprotegidas y
vulnerables ante la “majestad del poder”. Sin embargo, históricamente y muy especialmente en Bolivia,
también ha quedado claro que solo se trata de episodios pasajeros, antes de que vuelvan a surgir nuevas
iniciativas y movimientos orientados a resolver y restituir, al menos, el equilibrio perdido.
En Bolivia, donde buena parte de las organizaciones sociales y sus dirigentes han sido cooptados por el poder
en forma clientelar y prebendal, y donde ya no existen condiciones para contrarrestar, controlar y equilibrar la
nueva relación de dominio y hegemonía que ejerce el poder del Estado sobre la sociedad; la ciudadanía que
no forma parte del oficialismo, ha quedado completamente desguarnecida. A pesar de ello ha ideado y está
generando nuevas oportunidades para organizase, y ha puesto en marcha un nuevo tipo de colectivos,
agrupaciones, movimientos sociales, e iniciativas comunitarias o asociativas (de carácter barrial, rural o de
redes sociales), donde prevalecen y se ejercen novedosas como tradicionales formas de deliberación, decisión,
participación y gestión social en diferentes campos.
Caracterizados por un natural y comprensible rechazo (dados los antecedentes organizativos sucedidos en el
país), a estructurarse jerárquica y verticalmente, y menos a comprometerse o estar dispuestos a reafirmar
lealtades que no correspondan a objetivos concretos de lucha, trabajo o acción en la que se encuentren (en
claro rechazo a las traiciones, los partidos políticos tradicionales y la forma de hacer política que ha
caracterizado la historia nacional); en realidad muestran un nuevo horizonte y una diferente voluntad para
establecer la relación entre la sociedad y el Estado.
Si las luchas y conquistas populares por construir una sociedad diferente, con un gobierno verdaderamente del
pueblo, han sido envilecidas y degeneradas por el poder; entonces no es casual que tiendan a desarrollarse
nuevas y alternativas formas sociales de decisión, participación y gestión, que paulatinamente vayan
liberándonos de la dependencia de contar con un gobierno para que administre la cosa pública. El gobierno
debe darse cuenta que no ha surgido para usurpar el poder que le corresponde al soberano, sino para servir,
atender, facilitar y garantizar todas las condiciones, derechos y servicios que permitan al pueblo vivir con
dignidad, igualdad y respeto, en armonía con la naturaleza.
La pretensión de prorrogarse y reproducir el poder “cueste lo que cueste”, no solo es un despropósito político
que sucumbe a tentaciones autoritarias para adueñarse de la voluntad soberana que le corresponde al pueblo,
sino que desconoce en la práctica la decisión del mismo soberano expresado claramente en un referéndum
nacional específicamente dispuesto para dirimir esta situación. Además, pone en entredicho aquel principio de
“gobernar obedeciendo” que había sido adoptado precisamente por el gobierno del Estado Plurinacional.
Un precedente de este tipo no muestra una voluntad de servicio y mucho menos la intención de construir y
devolver al pueblo la capacidad de decidir y construir procesos de gestión popular y pública; sino que busca
utilizar su respaldo, para concentrar y beneficiarse de las ventajas que otorga el poder, el mando, la
verticalidad y las jerarquías inherentes a una forma de gobierno no precisamente popular y de izquierda.

“The Argentinian Southern Land Company Ltd”.


Fue creada para administrar los campos de varios lores ingleses, terratenientes en el país, que habían recibido esas
tierras como parte de pago del Estado Argentino a la Corona Británica, por haber financiado, 10 años antes, la
campaña militar conocida como “Conquista del Desierto”, mediante la cual se le arrebató la Patagonia a los Pueblo-
Nación Mapuche, Aonikenk y otros, para incorporarlas al territorio de la República Argentina.
http://www.elciudadano.cl/2017/01/17/352248/luciano-benetton-el-mayor-latifundista-de-argentina-que-arremete-
contra-el-pueblo-mapuche/
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Luciano Benetton, el mayor latifundista de Argentina que arremete contra


el pueblo mapuche

El mayor propietario privado superficiario de la República Argentina es el Grupo Benetton, a través de la Compañía
de Tierras Sud Argentino S.A. (CTSA). Posee 844.200 hectáreas de tierra en las provincias de Buenos Aires,
Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Es una superficie mayor a la de cualquier parque nacional existente en
el país trasandino.

En estas tierras hay aproximadamente 280.000 ovejas, que producen 1.300.000 kilos de lana por año, 16.000 vacas,
8.500 hectáreas plantadas con soja, 24.600 hectáreas de pino ponderosa, 4.600 hectáreas de pino murrayana y
oregon, 1.100 hectáreas de forraje con riego por aspersión.

Además, el Grupo Benetton es dueño de una corporación megaminera denominada Minsud, con sede central en
Toronto, Canadá; la cual posee 80.000 hectáreas de concesiones mineras en las provincias de San Juan, Río Negro,
Chubut y Santa Cruz. Algunos proyectos megamineros metalíferos de Minsud presentan alto grado de avance.

El más importante de ellos el el Proyecto Chita Valey, en San Juan, ya está en condiciones de ser explotado y
cuenta con todas las autorizacioes del gobierno de esa provinca para empezar a explotar. Además posee 3 proyectos
más en avance intermedio (la mina Carlos, en Chubut y las minas San Antonio y La Rosita, en Santa Cruz).

BREVE HISTORIA (fuente: patagoniaargentina.8m.com, con agregado de datos propios):

La “Compañía de Tierras del Sud Argentino S. A.”, fue originalmente inglesa y se conformó el 1 de mayo de 1889,
fundada en Londres, bajo el nombre “The Argentinian Southern Land Company Ltd”. Fue creada para administrar
los campos de varios lores ingleses, terratenientes en el país, que habían recibido esas tierras como parte de pago
del Estado Argentino a la Corona Británica, por haber financiado, 10 años antes, la campaña militar conocida como
“Conquista del Desierto”, mediante la cual se le arrebató la Patagonia a los Pueblo-Nación Mapuche, Aonikenk y
otros, para incorporarlas al territorio de la República Argentina.

El 3 de Julio de 1975, la “Great Western”, (empresa off-shore radicada en el paraíso fiscal de Luxemburgo, que por
ese entonces, estaba en manos de la burguesía terrateniente argentina, conformada por los “Menendez Hume,
Ochoa & Paz Repetto”), compra el paquete accionario de la “The Argentinian Southern Land Company Ltd”. La
“Great Western”, era además accionaria en otra compañía inglesa: “The Patagonian Sheep Farming Company Ltd.”,
la dueña de las ovejas que pastaban en esos campos.

El 26 Mayo de 1982, en una reunión de accionistas, se decidió cambiar el nombre por “Compañía de Tierras del
Sud Argentino S. A.” (era la época de la Guerra de Malvinas, y el nuevo nombre “sonaba mas criollo”). En ese
entonces, la empresa se radicó en Argentina.
249

El 21 de Agosto de 1991, el paquete accionario de “Compañía de Tierras del Sud Argentino S. A.” (incluidas todas
las tierras y las ovejas) pasa a manos de “Edizione Holding International N.V.”, pantalla financiera del Grupo
Benetton, por unos 50 millones de dólares. El intermediario en esa operación es el agente inmobiliario local Nicolás
Van Dittmar. Los directivos de la CTSA eran: Carlo Benetton (Presidente), D.E. Perazzo (VP), F. Acoroni
(Director) y Ana M. Halassy (Directora.)

El 14 de Agosto de 1996, una reunión de accionistas de CTSA, modifica el propósito de la Compañía (agricultura,
ganadería, industrial, comercial, financiero, inmobiliario), para agregar un prometedor propósito: la minería.
Posteriormente se crea Minsud, incorporando participación accionaria minoritaria y gerenciamiento por parte de
ejecutivos canadienses de otras grandes empresas del rubro a nivel internacional.

Desde que fue adquirida por el Grupo Benetton hasta la actualidad (25 años), CTSA ha duplicado su capital, casi
exclusivamente con las ganancias generadas por la venta de lana, sin embargo esta empresa representa menos del
4% del conglomerado Benetton en todo el mundo.

En la rama forestal, CTSA ha suscripto un convenio con el INTA y la Universidad del Comahue, para “mejora de la
calidad genética” de sus cultivos. Si bien no está explicitado, el objetivo final de estos estudios conjuntos es
experimentar y desarrollar variedades de pinos transgénicos.

En el rubro forestal, Benetton lleva invertidos 7 millones de dólares, de los cuales 2,6 millones son subsidios
otorgados por el Estado.

EL GRUPO BENETTON

Tiene sede en la ciudad de Triveso, Italia, de donde es oriunda la familia, compuesta por los hermanos Luciano,
Gilberto, Carlos y Giuliana. Fue fundado en 1965 y actualmente posee un capital cercano a los 4 mil millones de
dólares.
Además de las ya mencionadas corporaciones que operan en Argentina, a nivel internacional, el Grupo Benetton
posee las siguentes marcas textiles: United Colors of Benetton, Playlife y Sisley, las cuales presentan diferentes
líneas de indumentaria, perfumes y merchandising Si bien la mayor parte de su producción textil proviene de
Argentina, también posee intereses en Nueva Zelanda y Australia. En este último país realiza la mayoría de sus
operaciones comerciales en sociedad con la Australian Agriculturan Company, otra empresa que era de la Corona
Británica y actualmente pertenece al Grupo Tavistock (Joe Lewis).

El Grupo Benneton, además, ha regenteado marcas deportivas: una escudería de Fórmula 1 y equipos de basquet,
rugby y voley en las primeras ligas italianas.
250

Como pantalla de “Responsabilidad Social Empresaria” y para desgravar impuestos en diversos países, el Grupo
Benetton posee, entre otras, las siguentes fundaciones en diferentes lugares del mundo: Fondation Sisley-
D’Ordation (Francia), Unhate Fundation (EEUU), Fundazione Studi Ricerche (Italia), Fundación Museo Leleque
(Argentina), etc.
Conviene mencionar también que los Benetton son de los coleccionistas privados de arte más grande del mundo que
hay. También poseen un instituto de estudios en comunicación y publicidad, denominado “Fábrica” cuya sede
central es un complejo arquitectónico ubicado en la ciudad de Treviso, Italia.

A este mosntruo se enfrentó la Comunidad Mapuche Santa Rosa de Leleque y le ganó. A este monstruo se están
enfrentando las Pu Lof en Resistencia del Departamento Cushamen y también le está ganando; a pesar de que su
lonko weichafe, Facundo Jones Huala está detenido en calidad de preso político.

Fuente: Argentinatoday.org

El juego geopolítico del gas natural


Nydia Egremy
http://www.buzos.com.mx/revhtml/r697/internacional.html

La ocupación de territorios ricos en recursos, simulada con la apertura de nuevos


mercados globales y alianzas regionales contra el terrorismo, revela el gran juego
geopolítico que las potencias y las corporaciones están realizando para
apoderarse de los energéticos, en particular del gas natural (GN), que se perfila
como el gran actor del siglo XXI. Hoy los grandes consumidores de energía
construyen alianzas para obtener más ventajas de sus proveedores (menor
conflictividad política, mejor precio y mayor accesibilidad). A su vez, algunos
productores se unen para mantener el control del recurso y beneficiar a sus
poblaciones con los dividendos. En esa recomposición del mapa energético,
habrá que observar el rol de México, cuarta reserva mundial de gas de lutita.

Aunque los precios internacionales del crudo y el gas rozan el punto del no
retorno hacia el costo de producción, en el mundo hay ambiciosos proyectos de
exploración. Corporaciones y Estados saben que el gas seguirá siendo un
energético de consumo global y que en el futuro su precio podría elevarse en
tanto se acerque el “pico de producción” del crudo. A la vez, la búsqueda por
controlar ese hidrocarburo y su tránsito hacia los consumidores permea las crisis
político-sociales de Medio Oriente, el Ártico, el Cáucaso, la Patagonia, el Golfo
de México y el sureste asiático.
251

La oferta y demanda de combustibles es muy sensible a los altibajos en las


relaciones internacionales. La abierta confrontación o las veladas crisis en
determinada región del planeta, influyen en la dinámica interna y externa de
productores y consumidores de energía, que por lo común, se traduce en alza o
caída de precios; sin embargo, el desplome del precio del crudo en el segundo
semestre de 2014 no se explica sólo por razones políticas sino también por la
sobreoferta y el uso de nuevas tecnologías.

En principio, Estados Unidos intensificó su producción de crudo y gas shale (por


fractura hidráulica) para reducir sus importaciones y colocar su producción en el
mercado. Así compitió con Arabia Saudita y la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP), que tuvieron que bajar sus precios y mantener
su producción. A ello se sumó la desaceleración de China, que se alejó de los
sectores que usan más energía y redujo su compra de crudo al centrar su patrón
de crecimiento en el sector de los servicios. Aun así, China consume el 23 por
ciento del gas mundial y en el futuro seguirá siendo el gran cliente de las gaseras,
según el análisis estadístico de British Petroleum 2015.

Entre tanto, la creciente atención global a los problemas medioambientales ha


impulsado el cambio del patrón energético basado en el petróleo hacia las
energías “limpias” o “renovables”.Esto supone la puesta en marcha de gran
número de políticas regulatorias en todo el mundo, particularmente en China y
Estados Unidos para abandonar los combustibles fósiles salvo una excepción: el
gas natural.
Gigantes productores

–El coloso: Rusia es líder en la geopolítica del GN, el que posee las mayores
reservas globales y produce 22.3 por ciento mundial, con una factura anual
estimada en 2014 de 400 mil millones de dólares. Sus enormes reservas e
infraestructura lo han convertido en el mayor exportador mundial, pues abastece
la cuarta parte del gas que usan los europeos y otro tanto para los asiáticos. Al
colosal poder de gestión energética y política de Moscú se oponen Estados
Unidos y la Europa Comunitaria.

–Irán el temible: A los productores árabes les inquieta que Irán, que posee la
segunda reserva mundial de gas, se reintegre al mercado mundial una vez que se
levanten las sanciones que le impuso Occidente. En julio de 2015, las alertas se
encendieron cuando se anunció que ese país exportará GN a Irak; sólo resta
determinar la forma de pago, porque se mantienen las sanciones financieras sobre
Teherán. Se estima que el acuerdo reportará ingresos a Irán por 3.7 mil millones
de dólares por transferir al día cuatro millones de metros cúbicos de gas.
252

Hablar del potencial gasero iraní remite al yacimiento South Pars-North Dome
del Golfo Pérsico, el más grande del mundo, que comparte con Qatar, y que tiene
una extensión de nueve mil 700 kilómetros cuadrados. Ese potencial incomoda a
Washington, que busca sabotearlo, según revela Mark Dubowitz, director de la
ultraconservadora Fundación para la Defensa de las Democracias, en el texto Gas
Natural, otra forma para sancionar a Irán.

Ahí se afirma que el país persa depende de las importaciones de gasolina, pues
carece de refinerías e insumos, servicios que le suministra un puñado de países
occidentales. Para frenar a Irán es vital mantener su desabasto de gasolina y a la
parel Congreso estadunidense incluirá en las sanciones un apartado específico
contra las firmas occidentales que apoyen la industria de gas natural iraní,
propone Dubowitz.

–Estados Unidos, el gran viraje: En el último lustro, la superpotencia mundial


pasó de importar a exportar hidrocarburos. Su estrategia busca extraer cantidades
masivas de gas shale y construir grandes ductos que transporten este esquisto al
Atlántico para llevarlo al mercado europeo. Así dejaría de depender de la energía
que obtenía de México, Venezuela y Medio Oriente, de donde importa 45 por
ciento. Según la Agencia Internacional de Energía, hacia 2030, Estados Unidos
será exportador neto de petróleo.
Guerra de ductos

La Unión Europea (UE) es el mayor dependiente energético y eroga la mayor


factura, pues importa 400 mil millones de euros en energéticos (casi 53 por
ciento de sus necesidades energéticas y 30 por ciento de ese total proviene de
Rusia). Para frenar esa dependencia, en mayo de 2015, la UE lanzó su plan de
Seguridad Estratégica que establecía la necesidad de diversificar los suministros
energéticos y mantener una sola voz ante sus proveedores externos, según citaba
María del Mar Hidalgo García.

Para reducir su dependencia de la energía rusa, en febrero de 2015 la Comisión


Europea (CE) propuso crear la Unión Energética y animó ala UE a usar “todos
sus instrumentos” de política exterior para lograr mejores precios al asociarse con
países productores y de tránsito como Argelia, Turquía, Azerbaiyán,
Turkmenistán y otros proveedores potenciales.
En 2014, la UE tramó el megaproyecto del gasoducto Caspio-Italia o Corredor
del Gas del Sur, una red de ductos de cuatro mil kilómetros que cruzaría Turquía
de este a oeste, concluiría en 2020 y estimularía la economía de Azerbaiyán y
Kazajastán, en detrimento de Rusia y China, explica David Val Palao. En su
253

proceso, el plan suscitó la oposición de los italianos del norte y reveló el doble
discurso de la UE ante Azerbaiyán.

Rusia e Irán lo objetaron porque, según el Acuerdo de 1921, el Caspio es un lago


interior, pero para Kazajastán y Azerbaiyán –hoy aliados de la UE– es un mar y
se rige por la ley internacional marítima. A Europa le importan los 26 pozos de
Azerbaiyán que le suministrarían hasta 16 mil millones de metros cúbicos de gas
al año, con lo quesería el principal proveedor de su proyecto. Al mismo tiempo,
para la UE la autoritaria dinastía familiar de los Aliyev hizo de esa exrepública
soviética un país cleptocrático que resulta benéfico a sus intereses. Azerbaiyán
presidió en mayo el Consejo de Europa.
Gas en Levante

La dimisión del ministro de Economía hebreo, Arye Dery, pavimentó el camino


del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que un consorcio
estadounidense explote el yacimiento de gas natural del Leviatán, encontrado en
mayo de 2014 en un área del Mediterráneo que forma parte del territorio original
palestino. La crisis en el Gobierno israelí se desató en 2014, cuando la Comisión
Antimonopolio israelí, consideró que el consorcio estadounidense-israelí que
produce gas natural en esa región es un monopolio.

Dery se opuso a ello y renunció; en agosto de 2015, Netanyahu anunció que


había alcanzado un acuerdo marco con la firma que explotará las reservas
gasíferas en el mar hasta 2020. Tras la dimisión del ministro de Economía,
Netanyahu anunció que el gas natural será el primer motor de crecimiento del
Estado hebreo pues “traerá millones de dólares”, desarrollará otras industrias,
creará empleo y mejorará el suministro del energético en todo el territorio.

Del otro lado de la frontera, en Egipto, el Gobierno concluyó en junio un acuerdo


con la empresa noruega PGS para iniciar la prospección de gas natural en sus
aguas territoriales del Mediterráneo oriental. En el pasado, la producción de gas
fue puntal de la economía egipcia pero luego declinó; en el año fiscal 2014-2015,
el Ejecutivo redujo los subsidios a los combustibles y programó otro recorte para
el siguiente ejercicio que se frenó por los efectos inflacionarios que tendría esa
medida.

Ahora, la estrategia del actual Gobierno es repuntar la producción gasera. Según


la estatal Egypt Gas, casi 80 por ciento de las reservas de gas egipcio están en el
centro y el oriente de sus aguas territoriales. Tras el golpe militar de 2013 contra
el presidente Mohamed Mursi, los opositores al Gobierno del presidente Abdel
254

Fattah El-Sisihan atacado ductos de crudo y gas que alimentan las industrias de la
Península del Sinaí y los ductos que llevan crudo a Jordania.
La rendición

La reforma energética de México, prevista para que el país creciera


adicionalmente hasta el tres por ciento en 2015, para generar medio millón de
empleos extras a cuatro años de su aprobación y 2.5 millones más en la década
siguiente, no consideró la caída de 40 por ciento en el precio de los hidrocarburos
entre 2014 y 2015. Menos aún contempló que el 7 de diciembre se desplomara el
crudo mexicano a 29.91 dólares.

No obstante, la reforma favorece a corporaciones energéticas como la petrolera


Shell, que anunció inversiones en la industria del gas shale mexicano; también a
la firma Trans Canadá, que en noviembre ganó el contrato de 500 millones de
dólares de Petróleos Mexicanos (Pémex) para construir el gasoducto Tuxpan-
Tula; según se anunció, esa vía ayudará a aumentar la demanda de gas natural
mientras México evoluciona hacia combustibles más limpios.

También se benefician de la reforma la propietaria de gasoductos Kinder Morgan


y la inversionista energética Trail Stone Group, que en noviembre anunciaran su
interés por vender gas natural en el mercado Monterrey. Para ello crearán una
comercializadora que combinará el suministro y transporte de gas de América del
Norte hacia el mercado de aquella ciudad. El avance implacable del interés
trasnacional en el sector gasero, que desde la creación de Pémex fue muy
prometedor para el país, constata el abandono de una visión geopolítica a futuro.

El imperialismo contemporáneo
Samir Amin
http://www.elviejotopo.com/articulo/el-imperialismo-contemporaneo/

Nuestros días están caracterizados por la frivolidad y liviandad de los análisis políticos, con
frecuencia hechos de tópicos y frases superficiales que parecen –según sus adalides– no
necesitar justificación. Este no es el caso de Samir Amin, que lleva décadas anticipándose a los
acontecimientos, revelando la verdadera naturaleza y el desarrollo del capitalismo
contemporáneo, ahora en fase de monopolio generalizado.

Lecciones del siglo XX

Lenin, Bujarin, Stalin y Trotski en Rusia, así como Mao, Zhou Enlai y Den Xiaoping en
China, modelaron la historia de las dos grandes revoluciones del siglo XX.1 Como
dirigentes de partidos comunistas revolucionarios y después de Estados revolucionarios, se
vieron desafiados por los problemas que afrontan las revoluciones que triunfan en países
del capitalismo “periférico” y obligados a “revisar” (uso deliberadamente este término, que
255

muchos consideran sacrílego) las tesis heredadas del marxismo histórico de la Segunda
Internacional. Lenin y Bujarin fueron mucho más lejos que Hobson y Hilferding en sus
análisis del capitalismo monopolista y el imperialismo, y llegaron a una importante
conclusión política: la guerra imperialista de 1914-1918 (fueron unos de los pocos, si no los
únicos, que la previeron) hacía necesaria y posible una revolución encabezada por el
proletariado.

Con la ventaja que me otorga el tiempo transcurrido, indicaré aquí las limitaciones de sus
análisis. Lenin y Bujarin consideraban que el imperialismo era una nueva etapa (“la
superior”) del capitalismo, asociada con el desarrollo de los monopolios. No estoy de
acuerdo con esta tesis, y sostengo que el capitalismo histórico siempre ha sido imperialista,
en el sentido de que desde sus orígenes (en el siglo XVI) ha conducido a la polarización
entre centros y periferias, y que dicha polarización no ha hecho sino aumentar durante su
posterior desarrollo globalizado. El sistema premonopolista decimonónico no era menos
imperialista. Gran Bretaña mantenía su hegemonía precisamente debido a su dominio
colonial de la India. Lenin y Bujarin pensaban que la revolución, comenzada en Rusia (“el
eslabón más débil”), continuaría en los centros (particularmente en Alemania). Esa
esperanza tenía su base en una subestimación de los efectos de la polarización imperialista,
que destruyó las perspectivas revolucionarias en los centros.

No obstante, Lenin, y sobre todo Bujarin, aprendieron rápidamente la necesaria lección


histórica. La revolución, hecha en nombre del socialismo (y el comunismo) era, de hecho,
otra cosa: se trataba sobre todo una revolución campesina. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo
puede vincularse el campesinado a la construcción del socialismo? ¿Haciéndole
concesiones al mercado y respetando la propiedad campesina recién adquirida y, por tanto,
progresando lentamente hacia el socialismo? La Nueva Política Económica (NEP)
implementó esa estrategia.

Sí, pero… Lenin, Bujarin y Stalin también comprendían que las potencias imperialistas
nunca aceptarían la Revolución, ni siquiera la NEP. Después de las guerras de intervención,
la guerra fría se convirtió en un hecho permanente desde 1920 hasta 1990.2 Aunque la
Rusia soviética estaba lejos de ser capaz de construir el socialismo, sí pudo liberarse de la
camisa de fuerza que el imperialismo siempre trata de imponerles a todas las periferias del
sistema mundial que domina. En efecto, la Rusia soviética se desconectó. ¿Qué hacer ahora
entonces? ¿Tratar de lograr la coexistencia pacífica, haciendo concesiones de ser necesario,
y no interviniendo demasiado activamente en el escenario internacional? Pero, a la vez, era
necesario armarse para enfrentar los nuevos e inevitables ataques. Y eso implicaba una
rápida industrialización que, a su vez, entraba en conflicto con los intereses del
campesinado y, en consecuencia, amenazaba con romper la alianza obrero-campesina, que
era el cimiento del Estado revolucionario.

Resulta posible entonces entender los vaivenes de Lenin, Bujarin y Stalin. En términos
teóricos se produjeron giros de ciento ochenta grados, de un extremo a otro. En ocasiones
prevaleció una actitud determinista, inspirada por el enfoque etapista heredado del
marxismo previo (primero la revolución democrático-burguesa, después la socialista); en
otras, un enfoque voluntarista (la acción política permitiría saltar etapas). Finalmente, entre
1930 y 1933, Stalin optó por la industrialización rápida y el armamento (y esta opción no
256

fue totalmente ajena al auge del fascismo). El precio de esa alternativa fue la
colectivización. Aquí, de nuevo, no debemos hacer juicios demasiado rápidos: todos los
socialistas de ese período (y aún más los capitalistas) compartían los análisis de Kautsky
sobre este tema, y estaban persuadidos de que el futuro le pertenecía a la agricultura a gran
escala.3 La ruptura de la alianza obrero-campesina implicada por esa opción es lo que
subyace al abandono de la democracia revolucionaria y el giro a la autocracia.

En mi opinión, Trotski no lo habría hecho mucho mejor. Su actitud con respecto a la


sublevación de los marinos de Kronstadt y sus vaivenes posteriores demuestran que no se
diferenciaba de otros dirigentes bolcheviques que formaban parte del gobierno. Pero
después de 1927, en el exilio, y ya sin la responsabilidad de dirigir el Estado soviético,
podía deleitarse repitiendo incesantemente los sagrados principios del socialismo. Se
parecía a muchos marxistas académicos que se dan el lujo de afirmar su apego a los
principios sin tener que preocuparse acerca de su efectividad en la transformación de la
realidad.4

Los comunistas chinos aparecieron posteriormente en el escenario revolucionario. Mao


pudo aprender de los vaivenes bolcheviques. China afrontaba los mismos problemas que la
Rusia soviética: la revolución en un país atrasado, la necesidad de incluir al campesinado
en la transformación revolucionaria y la hostilidad de las potencias imperialistas. Pero Mao
fue capaz de ver con más claridad que Lenin, Bujarin y Stalin. Sí, la revolución china era
antiimperialista y campesina (antifeudal). Pero no era democrático-burguesa; era
democrático-popular. La diferencia es importante: este último tipo de revolución exige
mantener la alianza obrero-campesina durante un largo período. China, por tanto, pudo
evitar el fatal error de la colectivización forzada e inventar una nueva vía: convertir toda la
tierra agrícola en propiedad del Estado, proporcionarle al campesinado un derecho
igualitario al uso de esa tierra y renovar la agricultura familiar.5

A ambas revoluciones les resultó difícil alcanzar la estabilidad, porque se vieron obligadas
a reconciliar el apoyo a una visión socialista con concesiones al capitalismo. ¿Cuál de esas
dos tendencias prevalecería? Esas revoluciones solo alcanzaron la estabilidad después de su
“Termidor”, para emplear el término de Trotski. Pero, ¿cuándo se produjo el Termidor en
Rusia? ¿Fue en 1930, como afirmara Trotski? ¿O fue en los veinte con la NEP? ¿O fue en
la edad de hielo del período de Brezhnev? Y en China, ¿optó Mao por el Termidor a partir
de 1950? ¿O hay que esperar a Deng Xiaoping para hablar del Termidor en 1980?

No es casual que se hayan usado como referencia las lecciones de la Revolución francesa.
Las tres grandes revoluciones de los tiempos modernos (la francesa, la rusa y la china) son
grandes precisamente porque miraban más allá de las exigencias inmediatas del momento.
Con el auge de la Montaña en la Convención Nacional francesa, encabezada por
Robespierre, la Revolución francesa se consolidó como popular y burguesa a la vez y,
como la rusa y la china –que se afanaron por avanzar hacia el comunismo aun si no estaba
en la agenda debido a la necesidad de evitar la derrota– mantuvo abierta la posibilidad de ir
mucho más lejos posteriormente. El Termidor no es la Restauración. Esta última no ocurrió
en Francia con Napoleón, sino solo a partir de 1815. Aun así, hay que recordar que la
Restauración no pudo eliminar por completo la gigantesca transformación social generada
por la Revolución. En Rusia, la restauración tuvo lugar incluso más tarde en su historia
257

revolucionaria, con Gorbachov y Yeltsin. Hay que señalar que esa restauración sigue siendo
frágil, como demuestran los retos que aún confronta Putin. En China no hubo (¡o no ha
habido todavía!) una restauración.6

Una nueva etapa del capital monopolista

El mundo contemporáneo afronta los mismos retos que tuvieron ante sí las revoluciones del
siglo XX. La continua profundización del contraste centro/periferia, característica de la
expansión del capitalismo globalizado, conduce aún a la misma e importante consecuencia
política: la transformación del mundo comienza con revoluciones antiimperialistas,
nacionales, populares –y potencialmente anticapitalistas– que son las únicas que aparecen
en el orden del día en el futuro previsible. Pero esa transformación solo podrá ir más allá de
los primeros pasos y avanzar por la senda del socialismo posteriormente si los pueblos de
los centros, a su vez, comienzan a luchar por el comunismo, entendido como una etapa
superior de la civilización humana universal. La crisis sistémica del capitalismo en los
centros brinda la posibilidad de que esa eventualidad se transforme en realidad.

Mientras tanto, los pueblos y los Estados del Sur enfrentan un doble desafío: 1) el
desarrollo de carácter lumpen al que el capitalismo contemporáneo obliga a todas las
periferias del sistema no tiene nada que ofrecer a tres cuartas partes de la humanidad; en
particular, conduce a la rápida destrucción de las sociedades campesinas de Asia y África y,
en consecuencia, la respuesta que se le dé a la cuestión campesina determinará, en buena
medida, la naturaleza de los cambios futuros;7 2) la geoestrategia agresiva de las potencias
imperialistas, opuesta a todo intento de los pueblos y Estados de la periferia por salir
del impasse, obliga a esos pueblos a derrotar el control militar del mundo que ejercen los
Estados Unidos y sus aliados subalternos, esto es, la Unión Europea y Japón.

La primera crisis sistémica prolongada del capitalismo comenzó en la década de 1870. La


versión del desarrollo histórico del capitalismo en la larga duración que he propuesto
apunta a una sucesión de tres épocas: diez siglos de incubación desde el año 1000 en China
hasta las revoluciones del siglo XVIII en Inglaterra y Francia, un siglo corto de
florecimiento triunfal (el siglo XIX), un ocaso probablemente largo que incluye una
primera crisis prolongada (1875-1945) y una segunda (iniciada en 1975 y aún en curso). En
cada una de esas dos largas crisis, el capital ha respondido al desafío con la misma fórmula
compuesta por tres elementos: concentración del control del capital, profundización de la
globalización desigual, financiarización del manejo del sistema.8 Dos pensadores
importantes (Hobson y Hilferding) se dieron cuenta inmediatamente de la enorme
importancia que tenía la transformación del capitalismo en capitalismo monopolista. Pero
fueron Lenin y Bujarin quienes llegaron a una conclusión política a partir de esa
transformación, que daba inicio al ocaso del capitalismo y, por tanto, ponía la revolución
socialista en el orden del día.9

Por tanto, la formación primigenia del capitalismo monopolista se remonta a fines del siglo
XIX, pero en los Estados Unidos solo se estableció realmente como sistema a partir de la
década de 1920, y a continuación conquistó a la Europa Occidental y el Japón de los
“treinta años gloriosos” que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. El concepto de
excedente, acuñado por Baran y Sweezy en la década de 1950-1960, permite comprender lo
258

esencial de la transformación del capitalismo. Convencido en el momento de su publicación


por esa obra que enriquecía la crítica marxista al capitalismo, me di a la tarea, ya en la
década de 1970, de reformularla, que exigía, en mi opinión, analizar como una fase
cualitativamente nueva del sistema la transformación del “primer” capitalismo monopolista
(1920-1970) en capitalismo monopolista generalizado.

En las formas previas de competencia entre las empresas que producían el mismo valor de
uso –entonces numerosas e independientes unas de otras– eran los propietarios capitalistas
de dichas firmas quienes tomaban las decisiones, sobre la base de un precio de mercado
reconocido que se imponía como un dato externo. Baran y Sweezy señalaron que los
nuevos monopolios actúan de modo diferente: fijan los precios a la vez que la naturaleza y
el volumen de su producción. Por tanto, ello implica el fin de la “competencia libre y
justa”, que permanece, a contrapelo de la realidad, en el centro mismo de la retórica
convencional de los economistas. La abolición de la competencia –la radical
transformación del significado de ese término, de su funcionamiento y sus resultados–
desancla el sistema de precios de su base, el sistema de valores, y de ese modo esconde a la
vista de todos el marco referencial que solía definir la racionalidad del capitalismo. Aunque
los valores de uso solían constituir en buena medida realidades autónomas, en el
capitalismo monopolista se convierten en objeto de reales artificios producidos
sistemáticamente mediante estrategias de venta agresivas y particularizadas (anuncios,
marcas, etc.). En el capitalismo monopolista ya no resulta posible una reproducción
coherente del sistema productivo mediante el mero ajuste mutuo de los dos sectores
analizados en el segundo tomo de El capital: por tanto, es necesario tomar en cuenta un
Sector III concebido por Baran y Sweezy. Este permite una absorción mayor del excedente
promovida por el Estado, más allá del Sector I (la inversión privada) y de la porción del
Sector II (el consumo privado) dedicada al consumo capitalista. El ejemplo clásico de
desembolso del Sector III es el gasto militar. No obstante, el concepto de Sector III puede
ampliarse para incluir el vasto conjunto de gastos socialmente no reproducibles promovidos
por el capitalismo monopolista generalizado.10

La excrecencia del Sector III, a su vez, favorece que desaparezca la distinción hecha por
Marx entre trabajo productivo (de plusvalor) y trabajo no productivo. Todas las formas de
trabajo asalariado pueden convertirse –y de hecho lo hacen– en fuentes de posibles
ganancias. Un peluquero le vende sus servicios a un cliente que le paga con parte de sus
ingresos. Pero si ese peluquero se convierte en empleado de un salón de belleza, el negocio
debe rendirle una ganancia a su dueño. Si un país sitúa a diez millones de asalariados
trabajando en los sectores I, II y III, lo que proporciona el equivalente a doce millones de
años de trabajo abstracto, y si los salarios percibidos por esos trabajadores les permiten
comprar bienes y servicios que requieren solo seis millones de años de trabajo abstracto, la
tasa de explotación de todos ellos, sean productivos o no productivos, es la misma: un
100%. Pero los seis millones de años de trabajo abstracto que no reciben los trabajadores no
se pueden invertir todos en la compra de bienes de producción destinados a ampliar los
sectores I y II; una parte de ellos se dedicarán a la ampliación del Sector III.

Capitalismo monopolista generalizado (a partir de 1975)


259

El paso del capitalismo monopolista inicial a su forma


actual (capitalismo monopolista generalizado) se realizó en breve tiempo (entre 1975 y
2000) como respuesta a la segunda crisis prolongada del ocaso del capitalismo. En un plazo
de quince años, la centralización del poder monopolista y su capacidad para controlar todo
el sistema productivo alcanzó cimas incomparables con lo que hasta entonces había sido el
caso.

Mi primera formulación del capitalismo monopolista generalizado data de 1978, cuando


expuse una interpretación de las respuestas del capital al desafío que le planteaba su
prolongada crisis sistémica, que se inició en 1971-1975. En esa interpretación subrayaba las
tres direcciones esperables de esa respuesta, que en esos momentos apenas comenzaba a
implementarse: una centralización más fuerte del control sobre la economía por parte de los
monopolios, una profundización de la globalización (y la externalización de la industria
manufacturera hacia las periferias) y una financiarización. La obra conjunta que André
Gunder Frank y yo publicamos en 1978 no atrajo mucha atención, probablemente porque
nuestras tesis se adelantaban a su momento. Pero hoy en día esas tres características son
palmariamente evidentes para todos.11

Había que darle un nombre a esta nueva fase del capitalismo monopolista. El adjetivo
“generalizado” especifica lo nuevo: a partir de ese momento, los monopolios se ubican en
una posición que les permite reducir todas (o casi todas) las actividades económicas al
estatus de la subcontratación. El caso de la agricultura familiar en los centros capitalistas es
el mejor ejemplo. Esos agricultores son controlados upstream por los monopolios que les
proporcionan insumos y financiamiento, y downstream por las cadenas de venta, hasta el
punto de que las estructuras de precios que se les imponen eliminan por completo los
ingresos procedentes de su trabajo. Los agricultores subsisten solo gracias a los subsidios
públicos que sufragan los contribuyentes. Por tanto, esa extracción está en el origen de las
ganancias de los monopolios. Como se ha señalado también en el caso de las quiebras
bancarias, el nuevo principio de la gestión económica se resume en una frase: privatización
de las ganancias de los monopolios, socialización de sus pérdidas. Seguir hablando de
“competencia libre y justa” y de la “verdad de los precios revelada por los mercados”
constituye una farsa.

El poder económico fragmentado, y por eso mismo concreto, de las familias propietarias de
la burguesía, cede su lugar a un poder centralizado que ejercen los directivos de los
monopolios y su cohorte de servidores asalariados. Porque el capitalismo monopolista
generalizado no supone la concentración de la propiedad que, por el contrario, está más
dispersa que nunca, sino del poder para administrarla. Es por eso que resulta engañoso
adjudicarle el adjetivo “patrimonial” al capitalismo contemporáneo. Es solo en apariencia
que los “accionistas” gobiernan. Los altos ejecutivos de los monopolios deciden todo en su
260

nombre como monarcas absolutos. Añádase que la globalización cada vez más profunda del
sistema elimina la lógica holística (esto es, simultáneamente económica, política y social)
de los sistemas nacionales, sin reemplazarla por ninguna lógica global. Es el imperio del
caos, título de una de mis obras, publicada en 1991, que ha sido después retomado por
otros: de hecho, la violencia de la política internacional ocupa el lugar de la competencia
económica.12

Financiarización de la acumulación

La nueva financiarización de la vida económica corona esta transformación del poder del
capital. En vez de estrategias puestas en práctica por verdaderos propietarios de capital
fragmentado, ahora existen las de los administradores de títulos de propiedad de capital. Lo
que se conoce vulgarmente como capital ficticio (el valor estimado de los certificados de
propiedad) no es sino la expresión de este desplazamiento, esta desconexión entre los
mundos real y virtual.

Por su propia naturaleza, la acumulación capitalista siempre ha sido sinónimo de desorden


en el sentido que Marx le dio a ese término: un sistema que se mueve de desequilibrio en
desequilibrio (impulsado por las luchas de clase y los conflictos entre las potencias) sin
tender nunca a un equilibrio. Pero ese desorden resultante de la competencia entre capitales
fragmentados se mantenía dentro de límites razonables mediante la gestión del sistema de
crédito llevada a cabo bajo el control del Estado nacional. En el capitalismo financiarizado
y globalizado contemporáneo esas fronteras desaparecen; la violencia del paso de un
desequilibrio a otro se refuerza. El sucesor del desorden es el caos.

La dominación que ejerce el capital de los monopolios generalizados se ejerce a escala


mundial mediante la integración del mercado monetario y financiero, basado ahora sobre el
principio de las tasas de cambio flexibles y la cesión de los controles nacionales sobre el
flujo de capital. No obstante, esa dominación es puesta en jaque, en grados diversos, por las
políticas estatales de los países emergentes. El conflicto entre esas políticas y los objetivos
estratégicos del imperialismo colectivo de la triada se convierte por ello en uno de los ejes
centrales de un posible emplazamiento al capitalismo monopolista generalizado.13

El ocaso de la democracia

En los centros del sistema, el capitalismo monopolista generalizado ha traído consigo la


generalización de la forma salario. Los administradores de más nivel son empleados que no
participan en la formación de plusvalor, del que se han tornado consumidores. En el otro
extremo social, la proletarización generalizada que supone la forma salario se ve
acompañada por la multiplicación de las formas de segmentación de la fuerza de trabajo.
En otras palabras, el “proletariado” (en la forma en que se conocía en el pasado) desaparece
en el momento mismo en que se generaliza la proletarización. En las periferias, los efectos
de la dominación del capital monopolista generalizado no son menos visibles. Por encima
de una estructura social ya diversa compuesta por clases dominantes y clases subordinadas
locales, así como grupos de estatus, se ubica una superclase dominante surgida bajo la
égida de la globalización. Esta superclase está integrada en ocasiones por “tahúres” al
261

servicio del capital exterior, en otras por la clase política (o clase-Estado-partido)


gobernante, o una mezcla de ambas.

Lejos de ser sinónimos, “mercado” y “democracia” son, por el contrario, antónimos. En los
centros, un nuevo consenso/cultura política (quizás solo aparente, pero aun así activo)
sinónimo de despolitización ha reemplazado a la anterior cultura política basada en la
confrontación entre la izquierda y la derecha que solía otorgarle significación a la
democracia burguesa y a la contradictoria inscripción de las luchas de clase en su seno. En
las periferias, el monopolio del poder detentado por la superclase dominante local supone
igualmente la negación de la democracia. El auge del islamismo político es un ejemplo de
dicha regresión.

La geoestrategia agresiva del imperialismo contemporáneo. El imperialismo colectivo de la


triada; el Estado en el capitalismo contemporáneo

En la década de 1970, Sweezy, Magdoff y yo ya habíamos enunciado esta tesis, formulada


por André Gunder Frank y yo en un trabajo publicado en 1978. Decíamos que el
capitalismo monopolista estaba entrando en una nueva era, caracterizada por el gradual –
aunque rápido– desmantelamiento de los sistemas productivos nacionales. La producción
de un número creciente de bienes de mercado ya no podía llevar la etiqueta “hecho en
Francia” (o en la Unión Soviética o los Estados Unidos), sino que eran “hechos en el
mundo”, dado que su manufactura estaba segmentada y se ubicaba aquí y allá por todo el
planeta.

El reconocimiento de este hecho, que es ahora un lugar común, no implica que exista una
única explicación sobre la causa fundamental de esta transformación. Yo, por mi parte, la
explico con el salto adelante en el grado de centralización del control del capital por parte
de los monopolios, que he descrito como el paso del capitalismo de los monopolios al
capitalismo de los monopolios generalizados. La revolución de la información, entre otros
factores, hace que sea posible la gestión de este sistema de producción disperso por todo el
planeta. Pero para mí, esos medios solo se implementan en respuesta a una nueva necesidad
objetiva creada por el salto adelante en el control centralizado del capital.

El surgimiento de este sistema productivo globalizado elimina las políticas de “desarrollo


nacional” coherentes (diversas y de desigual efectividad), pero no las sustituye por una
nueva coherencia, que sería la del sistema globalizado. Ello se debe a la ausencia de una
burguesía y un Estado globalizados, lo cual examinaré más adelante. En consecuencia, el
sistema productivo generalizado es incoherente por naturaleza.

Otra consecuencia importante de esta transformación cualitativa del capitalismo


contemporáneo es el surgimiento del imperialismo colectivo de la triada, que ocupa el lugar
de los imperialismos nacionales históricos (de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón,
Alemania, Francia y unos pocos más). El imperialismo colectivo encuentra su razón de ser
en la conciencia por parte de las burguesías de los países de la triada acerca de la necesidad
de administrar el mundo de modo conjunto, en especial, las sociedades sometidas, y por
someter de las periferias.
262

Hay quienes extraen dos correlatos de la tesis sobre el surgimiento de un sistema


productivo globalizado: el surgimiento de una burguesía globalizada y el de un Estado
globalizado, los cuales tendrían ambos su base objetiva en este nuevo sistema productivo.
Mi interpretación de los cambios y las crisis contemporáneos me lleva a rechazar estos dos
correlatos.

No existe una burguesía (o clase dominante) globalizada en proceso de formación, ni a


escala mundial ni en los países de la triada imperialista. Creo conveniente subrayar el hecho
de que la centralización del control sobre el capital por parte de los monopolios se da
mucho más en el seno de los Estados-naciones de la triada (los Estados Unidos, cada uno
de los miembros de la Unión Europea y Japón) que en las relaciones entre los socios de la
triada, o incluso entre miembros de la Unión Europea. Las burguesías (o grupos
oligopólicos) compiten en el seno de las naciones (y el Estado nacional administra esa
competencia, al menos parcialmente) y entre naciones. De ahí que los oligopolios alemanes
(y el Estado alemán) asumieran el liderazgo en los asuntos europeos, no para beneficiar a
todos por igual, sino antes que nada a sí mismos. En el nivel de la triada es obviamente la
burguesía estadounidense la que encabeza la alianza, y también en este caso se produce una
distribución desigual de los beneficios. La idea de que la causa objetiva –el surgimiento del
sistema productivo globalizado– conlleve ipso facto el surgimiento de una clase dominante
globalizada se basa sobre la hipótesis subyacente de que el sistema debe ser coherente. En
realidad, resulta posible que no lo sea. De hecho, no es coherente, y, por tanto, este sistema
caótico es inviable.

En las periferias, la globalización del sistema productivo ocurre en conjunción con la


sustitución de los bloques hegemónicos de eras anteriores por un nuevo bloque hegemónico
dominado por las nuevas burguesías compradore, que no son elementos constitutivos de
una burguesía globalizada, sino solo aliadas subalternas de las burguesías de la triada
dominante. Y si no hay una burguesía globalizada en proceso de formación, tampoco se
avizora en el horizonte un Estado globalizado. La causa fundamental es que el actual
sistema globalizado no atenúa, sino que en realidad acentúa el conflicto (ya visible o
potencial) entre las sociedades de la triada y las del resto del mundo. Insisto en que me
refiero a un conflicto entre sociedades y, en consecuencia, potencialmente entre Estados.
La ventaja derivada de la posición dominante de la triada (la renta imperialista) le permite
al bloque hegemónico formado en torno a los monopolios generalizados gozar de una
legitimidad que se expresa, a su vez, en la convergencia de todos los partidos políticos
fundamentales, sean de derecha o de izquierda, y en su compromiso con las políticas
económicas neoliberales y la continua intervención en los asuntos de las periferias. Por otro
lado, las burguesías neocompradore de las periferias no son ni legítimas ni creíbles a ojos
de sus propios pueblos (porque las políticas a las que sirven no permiten “alcanzar a los
desarrollados”, y en la mayoría de los casos conducen al impasse del desarrollo de carácter
lumpen. Por tanto, la inestabilidad de los actuales gobiernos es la regla en este contexto.

De la misma manera en que no existe una burguesía globalizada ni siquiera en el nivel de la


triada o de la Unión Europea, tampoco existe en esos niveles un Estado globalizado. Lo que
existe es una mera alianza entre Estados. Esos Estados, a su vez, aceptan gustosamente la
jerarquía que le permite a la alianza funcionar: el liderazgo general está en manos de
263

Washington, y el liderazgo europeo en manos de Berlín. El Estado nacional sigue en pie al


servicio de la globalización.

En los círculos posmodernos circula la idea de que el capitalismo contemporáneo ya no


necesita al Estado para manejar la economía mundial y que, por tanto, el sistema de los
Estados está en proceso de extinción y en su lugar emerge la sociedad civil. No repetiré los
argumentos que he formulado contra esta tesis ingenua que es propagada, además, por los
gobiernos dominantes y los santones de los medios de comunicación a su servicio. No hay
capitalismo sin Estado. La globalización capitalista no sería posible sin las intervenciones
de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y su manejo del dólar. Es obvio que las
fuerzas armadas y el dinero son instrumentos del Estado, no del mercado.

Pero como no existe un Estado mundial, los Estados Unidos intentan cumplir esa función.
Las sociedades de la triada lo consideran legítimo; otras sociedades no. Pero, ¿qué importa?
La autoproclamada “comunidad internacional”, esto es, el G7 más Arabia Saudita, que sin
duda debe haberse convertido en una república democrática, no reconoce la legitimidad de
la opinión del 85% de la población mundial.

Por tanto, existe una asimetría entre las funciones del Estado en los centros imperialistas
dominantes y en las periferias sometidas o por someter. El Estado en las
periferias compradorizadas es inherentemente inestable y, en consecuencia, un enemigo
potencial, cuando no un enemigo ya real.

Hay enemigos con los que las potencias imperialistas dominantes se han visto obligadas a
coexistir, al menos hasta ahora. Es el caso de China, que ha rechazado (hasta el momento)
la opción neocompradore y lleva adelante un proyecto soberano de desarrollo nacional
integrado y coherente. Rusia se tornó un enemigo en cuanto Putin se negó a alinearse
políticamente con la triada y quiso poner coto a sus ambiciones expansionistas en Ucrania,
aun cuando no pretende (¿no lo pretende todavía?) abandonar la conocida senda del
liberalismo económico. La gran mayoría de los Estados compradore del Sur (o sea, Estados
al servicio de sus burguesías compradore) son aliados, no enemigos, mientras cada uno de
esos Estados compradore parezcan estar a cargo de sus respectivos países. Pero los
dirigentes en Washington, Londres, Berlín y París saben que esos Estados son frágiles. En
cuanto una revuelta popular –con o sin una estrategia alternativa viable– amenaza a uno de
ellos, la triada se arroga el derecho a intervenir. La intervención puede conducir incluso a
considerar la destrucción de esos Estados y de las sociedades implicadas. Esta estrategia
está ahora en curso en Iraq, Siria y otros lugares. La razón de ser de la estrategia
encaminada al control militar del mundo por la triada encabezada por Washington se
enmarca por entero en esta visión “realista”, que se contrapone claramente a la visión
ingenua –á la Negri– de un Estado globalizado en proceso de formación.14

Respuestas de los pueblos y los Estados del Sur

La ofensiva actual del imperialismo colectivo de los Estados Unidos/Unión Europea/Japón


contra todos los pueblos del Sur descansa sobre dos pilares: el pilar económico (el
neoliberalismo globalizado al que se les obliga como la única política económica posible) y
el pilar político (continuas intervenciones, incluidas guerras preventivas contra quienes
264

rechazan las intervenciones imperialistas). La respuesta de algunos países del Sur, como los
miembros del grupo BRICS, en el mejor de los casos descansa sobre un único pilar:
rechazo a la geopolítica del imperialismo, pero aceptación del neoliberalismo económico.
Eso los hace vulnerables, como muestra la actual situación de Rusia.15 Sí, hay que
entender que “el comercio es la guerra”, como escribiera Yash Tandon.16

Todos los países del mundo, con excepción de los de la triada, son enemigos reales o
potenciales, salvo los que se someten por completo a su estrategia económica y política.
Dado ese marco referencial, Rusia es “un enemigo”.17 Sea cual fuere nuestro juicio acerca
de lo que fue la Unión Soviética, la triada la combatió simplemente porque se trataba de un
intento de desarrollo que era independiente del capitalismo/imperialismo dominante. Tras
el derrumbe del sistema soviético, algunos (sobre todo en Rusia) pensaron que “Occidente”
no se enfrentaría a una “Rusia capitalista”, como ocurriera en Alemania y Japón, que
“perdieron la guerra pero ganaron la paz”. Olvidaban que las potencias occidentales
apoyaron la reconstrucción de los países donde floreciera el fascismo precisamente para
enfrentar el reto que suponían las políticas independientes de la Unión Soviética. Ahora que
ese reto ha desaparecido, el objetivo de la triada es lograr el total sometimiento de Rusia, la
destrucción de su capacidad de resistencia. El curso actual de la tragedia ucraniana ilustra la
realidad del objetivo estratégico de la triada. Esta organizó en Kiev lo que en puridad
debería llamarse un “golpe de estado euro/nazi”. La retórica de los medios de comunicación
occidentales, que proclaman que las políticas de la triada tienen como propósito promover
la democracia es sencillamente una mentira. Los países de Europa Oriental no se han
“integrado” en la Unión Europea como socios iguales, sino como “semicolonias” de las
principales potencias capitalistas/imperialistas de Europa Occidental y Central. La relación
entre el oeste y el este del sistema europeo es similar hasta cierto punto a la que rige las
relaciones entre los Estados Unidos y América Latina.

Por tanto, hay que apoyar la política rusa de oponerse al proyecto de colonización de
Ucrania. Pero esta “política internacional” positiva de Rusia está condenada al fracaso si
no cuenta con el apoyo del pueblo ruso. Y ese apoyo no puede lograrse sobre la exclusiva
base del “nacionalismo”. Solo puede alcanzarse si la política económica y social interna
promueve los intereses de la mayoría de los trabajadores. Una política orientada hacia el
pueblo implica, por tanto, alejarse lo más posible de la receta “liberal” y la mascarada
electoral asociada a ella, que afirma brindarle legitimidad a políticas sociales regresivas. En
su lugar, sugeriría implantar un nuevo capitalismo de Estado con una dimensión social (y
digo social, no socialista). Ese sistema despejaría el camino para posibles avances futuros
hacia la socialización de la gestión de la economía, y, por tanto, hacia nuevos avances
auténticos hacia una invención de la democracia que responda a los desafíos de una
economía moderna.

Un poder estatal ruso que se mantenga dentro de los límites estrictos de la receta neoliberal
elimina las posibilidades de éxito de una política exterior independiente y de que Rusia se
convierta en un país verdaderamente emergente que pueda transformarse en un importante
actor internacional. El neoliberalismo solo puede aportarle a Rusia una trágica regresión
económica y social, un “desarrollo de carácter lumpen” y una subordinación creciente al
orden imperialista global. Rusia le proporcionaría a la triada petróleo, gas y otros recursos
naturales; sus industrias se reducirían al estatus de la subcontratación en beneficio de los
265

monopolios financieros occidentales. En tal situación, que no es muy lejana de la que Rusia
ocupa actualmente en el sistema global, los intentos de actuación independiente en la arena
internacional serán extremadamente frágiles, y estarán sujetos a “sanciones” que
fortalecerán el desastroso alineamiento de la oligarquía económica dominante a las
exigencias de los monopolios dominantes de la triada. La actual salida de “capital ruso”
asociada con la crisis de Ucrania ilustra el peligro. El restablecimiento del control estatal
sobre los movimientos de capital es la única respuesta efectiva al mismo.

Salvo China, que lleva a cabo un proyecto nacional de desarrollo industrial moderno
vinculado a la renovación de la agricultura familiar, los países emergentes del Sur (los
BRICS) siguen descansando sobre un único pilar: se oponen a la depredación de la
globalización militarizada, pero siguen presos por la camisa de fuerza del neoliberalismo.18

Notas

1. En este artículo me limito a examinar las experiencias de Rusia y China, aunque sin
intención de ignorar las otras revoluciones socialistas del siglo XX (Corea del Norte,
Vietnam, Cuba).
2. Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Stalin intentó desesperadamente, y sin
éxito, establecer una alianza con las democracias occidentales contra el nazismo. Terminada
la guerra, Washington optó por la Guerra Fría, mientras que Stalin procuró establecer
vínculos amistosos con las potencias occidentales, de nuevo sin éxito. Ver Geoffrey
Roberts, Stalin’s Wars: From World War to Cold War, 1939–1953 (New Haven, CT: Yale
University Press, 2007). Ver el importante prefacio de Annie Lacroix Riz a la edición
francesa: Les guerres de Staline: De la guerre mondiale à la guerre froide (París: Éditions
Delga, 2014).
3. Aludo aquí a las tesis de Kautsky en The Agrarian Question, 2 vols. (Londres: Pluto Press,
1988; primera edición, 1899).
4. Existen gratas excepciones entre los intelectuales marxistas que, sin haber tenido
responsabilidades en la dirección de partidos revolucionarios, y mucho menos de Estados
revolucionarios, han permanecido atentos a los desafíos enfrentados por los socialismos de
Estado (pienso, por ejemplo, en Baran, Sweezy, Hobsbawn y otros).
5. Ver Samir Amin, “China 2013”, Monthly Review64, no. 10 (marzo 2013): 14–33, en
especial para análisis relativos al tratamiento que le dispensó el maoísmo a la cuestión
agraria.
6. Ver Eric J. Hobsbawn, Echoes of the Marseillaise: Two Centuries Look Back on the French
Revolution(Londres: Verso, 1990); ver también las obras de Florence Gauthier. Estos
autores no identifican Termidor con la restauración, como plantea la simplificación
trotskista.
7. Sobre la destrucción en curso del campesinado de Asia y África, ver Samir Amin,
“Contemporary Imperialism and the Agrarian Question”, Agrarian South: Journal of
Political Economy1, no. 1 (abril 2012): 11–26, http://ags.sagepub.com.
8. Analizo aquí solo algunas de las consecuencias de mayor envergadura del paso a los
monopolios generalizados (la financiarización, el ocaso de la democracia). En lo que toca a
las cuestiones ecológicas, me remito a la notable obra de John Bellamy Foster.
9. Nikolai Bujarin, Imperialism and the World Economy (Nueva York: Monthly Review
Press, 1973; escrito en 1915); V. I. Lenin, Imperialism, The Highest Stage of
Capitalism(NuevaYork: International Publishers, 1969; escrito en 1916).
10. Para una mayor profundización sobre el análisis del Sector III y su relación con la teoría de
Baran y Sweezy sobre la absorción del excedente, ver Samir Amin, Three Essays on Marx’s
266

Value Theory(Nueva York: Monthly Review Press, 2013), 67–76; y John Bellamy Foster,
“Marxian Crisis Theory and the State”, en John Bellamy Foster y Henryk Szlajfer, eds., The
Faltering Economy(Nueva York: Monthly Review Press, 1984), 325–49.
11. André Gunder Frank y Samir Amin, “Let’s Not Wait for 1984”, en Frank, Reflections on
the World Economic Crisis(Nueva York: Monthly Review Press, 1981).
12. Samir Amin, Empire of Chaos(Nueva York: Monthly Review Press, 1992).
13. Sobre el enfrentamiento a la globalización financiera, ver Samir Amin, “From Bandung
(1955) to 2015: New and Old Challenges for the Peoples and States of the South”, ponencia
presentada en el Foro Social Mundial, Túnez, marzo de 2015, y “The Chinese Yuan”,
publicado en chino, 2013.
14. “Contra Hardt and Negri”, Monthly Review66, no. 6 (noviembre 2014): 25–36.
15. La opción de la desconexión es inevitable. La extrema centralización del excedente en el
nivel mundial, en forma de renta imperialista para los monopolios de las potencias
imperialistas, les resulta insoportable a todas las sociedades de la periferia. Es necesario
deconstruir ese sistema con vistas a reconstruirlo más tarde con otra forma de globalización
compatible con el comunismo, entendido como una etapa más avanzada de la civilización
universal. En este contexto, he sugerido una comparación con la necesaria destrucción de la
centralización en el Imperio romano, que despejó el camino para la descentralización
feudal.
16. Yash Tandon, Trade is War(Nueva York: OR Books, de próxima aparición).
17. Samir Amin, “Russia in the World System”, capítulo 7 en Global History: A View from the
South (Londres: Pambazuka Press, 2010), “The Return of Fascism in Contemporary
Capitalism”, Monthly Review66, no. 4 (septiembre 2014): 1–12.
18. Sobre las inadecuadas respuestas de la India y Brasil, ver Samir Amin, The Implosion of
Capitalism (Nueva York: Monthly Review Press, 2013), capítulo 2, y “Latin America
Confronts the Challenge of Globalization”, Monthly Review66, no. 7 (diciembre 2014): 1–
6.

EMPIEZA LA ERA TRUMP… IGNACIO RAMONET


11 enero, 2017 OmarTodavia Deja un comentario

IGNACIO RAMONET / LE MONDE DIPLOMATIQUE

Unos días después del acuerdo entre Rusia y Turquía que permitió acabar con la interminable batalla de Alepo, leí en un
célebre semanario francés el siguiente comentario: “La permanente crisis de Oriente Medio está lejos de resolverse. Unos
piensan que la solución pasa obligatoriamente por Rusia, mientras que otros creen que todo depende de Turquía. Aunque
lo que queda claro ahora es que, de nuevo y definitivamente –por lo menos cabe desearlo–, Rusia tiene en sus manos los
argumentos decisivos para poner punto final a esa crisis”. ¿Qué tiene de particular este comentario? Pues que se publicó en
la revista parisina L’Illustration… el 10 de septiembre de 1853.

O sea, hace ciento sesenta y tres años la crisis de Oriente Medio ya era calificada de “permanente”. Y es probable que lo
siga siendo… Aunque un parámetro importante cambia a partir de este 20 de enero: llega un nuevo presidente de Estados
Unidos a la Casa Blanca: Donald Trump. ¿Puede esto modificar las cosas en esta turbulenta región? Sin ninguna duda,
porque, desde finales de los años 1950, Estados Unidos es la potencia exterior que mayor influencia ejerce en esta área y
porque, desde entonces, todos los presidentes estadounidenses, sin excepción, han intervenido en ella. Recordemos que el
caos actual en esta zona es, en gran parte, la consecuencia de las intervenciones militares norteamericanas decididas, a
partir de 1990, por los presidentes George H. Bush, Bill Clinton y George W. Bush, y por el (más reciente) azorado apoyo a
las “primaveras árabes” estimuladas por Barack Obama (y su secretaria de Estado Hillary Clinton).

Aunque globalmente la línea que defendió el candidato republicano durante su campaña electoral fue calificada de
“aislacionista”, Donald Trump ha declarado en repetidas ocasiones que la Organización del Estado Islámico (OEI o ISIS por
sus siglas en inglés) es el “enemigo principal” de su país y que, por consiguiente, su primera preocupación será destruirlo
militarmente. Para alcanzar ese objetivo, Trump está dispuesto a establecer una alianza táctica con Rusia, potencia
militarmente presente en la región desde 2015 como aliada principal del Gobierno de Bachar el Asad. Esta decisión de
Donald Trump, si se confirma, representaría un espectacular cambio de alianzas que desconcierta a los propios aliados
tradicionales de Washington. En particular a Francia, por ejemplo, cuyo Gobierno socialista –por extrañas razones de
267

amistad y negocios con Estados teocráticos ultrarreaccionarios como Arabia Saudí y Qatar– ha hecho del derrocamiento de
Bachar el Asad, y por consiguiente de la hostilidad hacia el presidente ruso Vladímir Putin, el alfa y el omega de su política
exterior (1).

Donald Trump tiene razón: las dos grandes batallas para derrotar definitivamente a los yihadistas del ISIS –la de Mosul en
Irak y la de Raqqa en Siria– aún están por ganar. Y van a ser feroces. Una alianza militar con Rusia es, sin duda, una buena
opción. Pero Moscú tiene aliados importantes en esa guerra. El principal de ellos es Irán, que participa directamente en el
conflicto con hombres y armamento. E indirectamente pertrechando a las milicias de voluntarios libaneses chiíes del
Hezbolá.

El problema para Trump es que también repitió, durante su campaña electoral, que el pacto con Irán y seis potencias
mundiales sobre el programa nuclear iraní, que entró en vigor el 15 de julio de 2015 y al que se habían opuesto duramente
los republicanos en el Congreso, era “un desastre”, “el peor acuerdo que se ha negociado”. Y anunció que otra de sus
prioridades al llegar a la Casa Banca sería desmantelar ese pacto que garantiza la puesta bajo control del programa nuclear
iraní durante más de diez años, a la vez que levanta la mayoría de las sanciones económicas impuestas por la ONU contra
Teherán.

Romper ese pacto con Irán no será sencillo, pues se firmó con el resto de los miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de la ONU (China, Francia, el Reino Unido, Rusia) y Alemania, a los que Washington tendría que enfrentarse.
Pero es que, además, como se ha dicho, el aporte de Irán en la batalla contra el ISIS, tanto en Irak como en Siria, resulta
fundamental. No es el momento de enemistarse de nuevo con Teherán. Moscú, que ve con buenos ojos el acercamiento de
Washington, no aceptará que esto se haga a costa de su alianza estratégica con Teherán.

Uno de los primeros dilemas del presidente Donald Trump consistirá, pues, en resolver esa contradicción. No le resultará
fácil. Entre otras cosas porque su propio equipo de halcones, que acaba de nombrar, parece poco flexible en lo que
respecta a las relaciones con Irán (2).

Por ejemplo, el general Michael Flynn, su asesor de Seguridad Nacional (lo que Henry Kissinger fue para Ronald Reagan),
está obsesionado con Irán. Sus detractores le definen como “islamófobo” porque ha publicado opiniones que muchos
consideran abiertamente racistas. Como cuando escribió en su cuenta de Twitter: “El temor a los musulmanes es
perfectamente racional”. Flynn participó en las campañas para desmantelar las redes insurgentes en Afganistán y en Irak.
Asegura que la militancia islamista es una “amenaza existencial a escala global”. Igual que Trump, sostiene que la
Organización del Estado Islámico es la “mayor amenaza” a la que se enfrenta EE.UU. Cuando fue director de la Agencia de
Inteligencia para la Defensa (AID), de 2012 a 2014, dirigió la investigación sobre el asalto al consulado estadounidense de
Bengasi, en Libia, el 11 de septiembre de 2012, en el que murieron varios “marines” y el embajador norteamericano
Christopher Stevens. En aquella ocasión, Michael Flynn insistió en que el objetivo de su agencia, como el de la CIA, era
“demostrar el papel de Irán en ese asalto” (3). Aunque jamás haya habido evidencia de que Teherán tuviera cualquier
participación en ese ataque. Curiosamente, a pesar de su hostilidad hacia Irán, Michael Flynn está a favor de trabajar de
manera más estrecha con Rusia. Incluso, en 2015, el general viajó a Moscú, donde fue fotografiado sentado al lado de
Vladímir Putin en una cena de gala para el canal estatal de televisión Russia Today (RT), en el que ha aparecido
regularmente como analista. Posteriormente, Flynn admitió que se le pagó por hacer ese viaje y defendió al canal ruso
diciendo que no veía “ninguna diferencia entre RT y el canal estadounidense CNN”.

Otro antiiraní convencido es Mike Pompeo, el nuevo director de la CIA, un ex militar graduado de la Academia de West
Point y miembro del ultraconservador Tea Party. Tras su formación militar fue destinado a un lugar de extrema tensión
durante la Guerra Fría: patrulló el “Telón de Acero” hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. En su carrera como político,
Mike Pompeo formó parte del Comité de Inteligencia del Congreso y se destacó en una investigación que puso contra las
cuerdas a la candidata demócrata Hillary Clinton por su pretendido papel durante el asalto de Bengasi. Ultraconservador,
Pompeo es hostil al cierre de la base de Guantánamo (Cuba) y ha criticado a los líderes musulmanes de Estados Unidos.
Es un partidario decidido de dar marcha atrás con respecto al tratado nuclear firmado con Irán, al que califica de “Estado
promotor del terrorismo”.

Pero quizás el enemigo más rabioso de Irán, en el entorno de Donald Trump, es el general James Mattis, apodado “Perro
Loco”, que estará a cargo del Pentágono (4), o sea, ministro de Defensa. Este general retirado de 66 años demostró su
liderazgo militar al mando de un batallón de asalto durante la primera guerra del Golfo en 1991; luego dirigió una fuerza
especial en el sur de Afganistán en 2001; después comandó la Primera División de la Infantería de Marina que entró en
Bagdad para derrocar a Sadam Hussein en 2003; y, en 2004, lideró la toma de Faluya en Irak, bastión de la insurgencia
suní. Hombre culto y lector de los clásicos griegos, es también apodado el “Monje Guerrero”, alusión a que jamás se casó ni
tuvo hijos. James Mattis ha repetido infinitas veces que Irán es la “principal amenaza” para la estabilidad de Oriente Medio,
por encima de organizaciones terroristas como el ISIS o Al Qaeda: “Considero al ISIS como una excusa para Irán para
continuar causando daño. Irán no es un enemigo del ISIS. Teherán tiene mucho que ganar con la agitación que crea el ISIS
en la región”.

En materia de geopolítica, como se ve, Donald Trump va a tener que salir pronto de esa contradicción. En el teatro de
operaciones de Oriente Próximo, Washington no puede estar –a la vez– a favor de Moscú y contra Teherán. Habrá que
clarificar las cosas. Con la esperanza de que se consiga un acuerdo. De lo contrario, hay que temer la entrada en escena
268

del nuevo amo del Pentágono, James Mattis “Perro Loco”, de quien no debemos olvidar su amenaza más famosa,
pronunciada durante la invasión de Irak: “Vengo en son de paz. No he traído artillería. Pero, con lágrimas en los ojos, les
digo esto: si me fastidian, los mataré a todos”.

NOTAS

(1) Aunque, como se sabe, hay elecciones el próximo mes de mayo en Francia, a las cuales el actual presidente socialista
François Hollande, muy impopular, ha decidido no volverse a presentar. El candidato conservador con mayores
posibilidades de ganar, François Fillon, ha declarado, por su parte, que reorientará la política exterior francesa para
normalizar de nuevo las relaciones con Moscú.

(2) Léase Paul Pillar, “Will the Trump Administration Start a War with Iran?”, The National Interest, 7 de diciembre de 2016.

(3) Léase The New York Times, 3 de diciembre de 2016.

(4) James Mattis necesitará que el Congreso le conceda una excepción para esquivar la ley que exige que pasen siete años
entre salir del Ejército y acceder a la jefatura del Pentágono.

LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA EN LA ENCRUCIJADA GLOBAL


Ariel Noyola Rodríguez

http://katehon.com/es/article/la-integracion-latinoamericana-en-la-encrucijada-global

Las iniciativas de integración regional, esas que fueron impulsadas en su momento por José Martí y, más
recientemente, por el fallecido comandante Hugo Chávez, esas orientadas a satisfacer las necesidades de los
pueblos, se encuentran hoy en un serio predicamento. Las grietas de la integración regional se volvieron más
evidentes en medio de la agudización de la crisis económica global, más todavía luego de que las tendencias
recesivas de la economía mundial profundizaron, desde el año 2011, la caída de los precios de las materias
primas (‘commodities’), golpeando sobre todo a los países sudamericanos.
La etapa de auge de los ‘commodities’ alcanzó su límite y no volverá en el corto plazo. Lo mismo sucede con
la demanda boyante a la que China nos tenía acostumbrados: el gigante asiático ahora está en camino de
transitar hacia un patrón de acumulación sustentado cada vez menos en las inversiones masivas y el comercio
exterior, y cada vez más en el mercado interno. Por lo anterior, las iniciativas de integración regional corren el
riesgo de colapsar en América Latina, si no surge un plan de reformulación.
Es urgente que los Gobiernos nacionales apuesten de una vez por todas por llevar adelante la integración
productiva en nuestra región, hay que construir cadenas de valor horizontales tomando en cuenta la
complementariedad económica entre países. A la vez que debemos proteger los logros obtenidos durante la
primera década del nuevo milenio, hay que repensar también nuestros vínculos internacionales, en especial
con aquellos socios comerciales que registran altas tasas de expansión económica. Enfoquemos nuestras
energías en lograr metas de largo aliento, transformadoras, emancipadoras.
Es urgente que los países latinoamericanos diseñen, en bloque, una estrategia de relanzamiento de sus
relaciones con la región asiática. Durante su más reciente gira por varios países de América Latina, el
presidente de China, Xi Jinping, reiteró su compromiso de apoyar el proceso de industrialización de nuestra
región. Justamente por esos días, las autoridades chinas publicaron una segunda versión del Libro Blanco, un
documento que actualiza las directrices básicas que, desde la perspectiva del Gobierno chino, van a dar
fundamento a las relaciones establecidas con la región latinoamericana a lo largo de los próximos años.
En este nuevo documento Pekín pone de relieve, entre otros elementos, la necesidad de incentivar la
diversificación productiva de América Latina a fin de construir una relación estratégica que genere dividendos
para ambas partes. En paralelo, el Libro Blanco admite la urgencia de apuntalar el desarrollo de seis sectores
clave para la región: energía y recursos naturales, obras de infraestructura, agricultura, manufactura,
innovación científica y técnica, y tecnologías de la información.
Frente a ello, los países latinoamericanos requieren tomar la iniciativa cuanto antes, los beneficios no vendrán
solamente por obra de la buena voluntad de los chinos. En este sentido, consideramos que es fundamental
seguir construyendo nuevos espacios de cooperación con China en el seno de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Según declaraciones del mandatario Xi Jinping en el marco de la
Reunión Ministerial del Foro entre China y CELAC, fijó el objetivo que para el final de la próxima década el
269

comercio entre América Latina y China alcanzará los 500,000 millones de dólares; mientras que los flujos de
inversión de Pekín hacia nuestra región conseguirán superar los 250,000 millones de dólares. A nuestro
entender, debemos insistir en la necesidad de dotar de más recursos el fondo especial creado por China para el
apoyo de pequeñas y medianas empresas productivas; de lo contrario, nuestros países seguirán profundizando
su carácter dependiente en la economía mundial.
No es menos importante que nuestros países permanezcan muy alertas frente a iniciativas de integración que
obedecen más a los dictados de la agenda imperial de Estados Unidos, que a un esfuerzo auténtico por
consolidar la unidad de toda América Latina. En medio de un panorama económico caracterizado por
recesiones agudas, se responsabiliza a los aparatos burocráticos del estancamiento de los procesos de
integración regional tradicionales y, con ello, se busca dar paso a otras iniciativas aparentemente de
vanguardia que se sustentan bajo una lógica eminentemente empresarial. Si bien el intento de poner en
marcha el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) consiguió ser derrotado en 2005 en Mar del
Plata, Argentina, el Gobierno de Estados Unidos se ha venido abriendo paso desde entonces a través de la
firma de tratados de libre comercio bilaterales e impulsando los mega acuerdos.
Bajo esta misma perspectiva, la Alianza del Pacífico, bloque comercial creado en 2011 y conformada por
Chile, Colombia, Perú y México, evidencia este nuevo reposicionamiento de Estados Unidos en nuestra
región. No es casualidad que todos los países de la Alianza del Pacífico tengan firmados acuerdos de libre
comercio con Washington. En realidad, la Alianza no busca profundizar los vínculos entre América Latina y
los países del Pacífico, sino servir de ‘caballo de Troya’ de las corporaciones estadounidenses para luego,
lanzar un mega acuerdo de libre comercio que incluya a toda América Latina. Una vez alcanzado este
objetivo, es previsible que Washington busque pasar de ser un país observador, a convertirse en un miembro
pleno de la Alianza.
De allí se desprende la insistencia tanto de Mauricio Macri, presidente de Argentina, como de Michelle
Bachelet, presidenta de Chile, de establecer puntos de convergencia entre la Alianza del Pacífico con el
Mercado Común del Sur (MERCOSUR, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela;
Bolivia se encuentra en proceso de adhesión). De ahí también la ofensiva encabezada en buena medida por
Michel Temer (actual mandatario de Brasil tras la destitución parlamentaria de la presidenta Dilma Rousseff)
en contra de Venezuela para que abandone cuanto antes el MERCOSUR, a la que por desgracia se han
sumado también los Gobiernos de Paraguay, de Argentina y de Uruguay. De lo que se trata, al final de
cuentas, es de degradar el MERCOSUR de una unión aduanera con perspectiva estratégica, a un simple
acuerdo de libre comercio a disposición de los grandes grupos corporativos.
En conclusión, la integración de los países de América Latina atraviesa por un periodo bastante convulso,
tanto en términos económicos como políticos. Los pequeños logros alcanzados por los Gobiernos progresistas
(creación de la Unión de Naciones Sudamericanos, entre otros) ahora están en la picota. La ofensiva
conservadora actualmente en curso en América del Sur y la debacle de la mayoría de las economías
latinoamericanas, avivó la rivalidad y el conflicto entre países que promueven proyectos de integración con
objetivos diametralmente opuestos. Si los movimientos en resistencia no logran colocar el interés colectivo
por encima de la restauración conservadora promovida por el capital trasnacional, la integración de los
pueblos latinoamericanos jamás se concretará.

Ariel Noyola Rodríguez es economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
corresponsal del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research) en América Latina.

LA VERDAD SOBRE EL EXTRAÑO CESE DE UN GENERAL DURANTE LA


INVESTIDURA DE TRUMP
https://elrobotpescador.com/2017/01/18/la-verdad-sobre-el-extrano-cese-de-un-general-
durante-la-investidura-de-trump/
270

La noticia que exponemos a continuación, es un ejemplo claro del nivel de confusión y desinformación que
rodea en estos momentos todo lo relativo a la política norteamericana y más concretamente al presidente
Trump.
Hace unos días, se hizo pública una noticia extraña y alarmante, relativa al día de investidura de Donald
Trump como presidente de EEUU, que ha generado múltiples especulaciones sobre un posible intento de
asesinato del presidente o incluso, un posible intento de golpe de estado militar.
Por favor, lean el artículo hasta el final para tener una visión completa del asunto.

A continuación reproducimos un artículo publicado originalmente en Zero Hedge, una web pro-Trump, en la
que se nos informa sobre el asunto…
271

En una maniobra altamente inusual, órdenes desde lo más alto del Pentágono han obligado al oficial militar de
más alto rango en Washington, D.C., a cesar de su cargo, exactamente a las 12:01 del día de la investidura de
Donald Trump.

El general Schwartz deberá abandonar el cargo, precisamente en ese momento y no se le ha dado ninguna
razón para ello, lo que ha llevado a muchos medios a preguntarse si se puede llegar a producir un golpe de
estado o si habrá una amenaza para la administración entrante.

“No tiene sentido retirar a un general en medio de un despliegue activo”, ha declarado enfurecido el
presidente del Concejo del Distrito de Columbia, Phil Mendelson (D), después de que se ordenara la retirada
del general de división Errol R. Schwartz, que dirige la Guardia Nacional de Washington DC, que es parte
integral de supervisar la seguridad durante el acto de investidura de Donald Trump. el general deberá
abandonar el mando efectivo, el 20 de enero, a las 12:01 pm, justo cuando Donald Trump esté jurando como
presidente.

General Scwartz
Algo totalmente inusual.

Como informó The Washington Post, la salida del general Errol R. Schwartz se producirá en medio de la
ceremonia presidencial, clasificada como un evento especial de seguridad nacional y mientras miles de sus
tropas son desplegadas para ayudar a proteger la capital de la nación durante una investidura que el propio
general ha pasado meses ayudando a planear.

“El momento es extremadamente inusual”, dijo Schwartz en una entrevista, confirmando un memorando
anunciando su cese, que fue obtenido por The Washington Post.
272

Durante la inauguración, Schwartz estaría al mando, no sólo de los miembros del Cuerpo de la Guardia
Nacional, sino también de otros 5.000 soldados desarmados enviados desde todo el país para ayudarlos.
También supervisaría el apoyo aéreo militar que protegerá la capital de la nación durante el acto de
investidura.

“Mis tropas estarán en la calle”, dijo Schwartz, quien cumplió 65 años en octubre, dijo: “Los veré, pero no
podré volver a darles la bienvenida a la armería”. Dijo que “nunca había planeado abandonar una
misión en medio de una batalla”.
Schwartz, que fue nombrado para dirigir la guardia nacional de DC por el presidente George W. Bush en
2008, mantuvo su cargo a lo largo de los dos mandatos del presidente Obama. Dijo que sus órdenes provenían
del Pentágono, pero que no sabía quién había tomado la decisión.

El presidente del Concejo del Distrito de Columbia, Phil Mendelson (D), criticó la decisión de retirar a
Schwartz, especialmente el Día de la Inauguración.

“No tiene sentido que el general sea retirado en medio de un despliegue activo”, dijo Mendelson. Añadió
que la partida repentina de Schwartz sería una pérdida a largo plazo para el Distrito. “Ha sido muy bueno
trabajando con la comunidad y mi impresión fue que era bueno para la Guardia Nacional”.

A diferencia de los estados, donde el gobernador nombra al comandante de la Guardia Nacional, en el distrito
de Columbia, esa tarea recae en el presidente.

Schwartz dijo que no le habían dicho por qué se le pidió que dimitiera. “Soy un soldado”, dijo, señalando
que estaba siguiendo las órdenes y no se arrepiente. “Mi cargo es determinado por el presidente, por lo
tanto, es el presidente el que tiene el poder para cesarme”.

¿Esto forma parte de la transición “suave” de Obama? ¿O hay algo aún más siniestro aquí? Ya sabemos que
los activistas anti-Trump están planeando “la mayor protesta de la historia de Estados Unidos” el día de la
inauguración.
Radicales de izquierdas planean convertir el 20 de enero, Día de la Investidura de Trump, en el más caótico en
la historia de Estados Unidos. Su objetivo declarado es “interrumpir” las festividades de la Inauguración
tanto como sea posible, y están planeando una amplia gama de “acciones” para lograr esa meta declarada.
Algunos de los grupos más moderados usan términos como “resistencia civil” y “desobediencia civil”, pero
otros hablan abiertamente de “bloqueos”, barricadas, lanzamientos de proyectiles y “parálisis de la ciudad”.
Mi esperanza es que todos sus esfuerzos resulten ser un gran fracaso, pero es importante entender que estos
grupos están bien financiados, altamente organizados y muy motivados. La elección de Donald Trump ha sido
quizás el momento más galvánico para la izquierda radical en la historia americana moderna, y están
trabajando muy duro para convertir el 20 de enero en una declaración política importante.

De hecho, hace poco un grupo de activistas sacó un anuncio a página completa en el New York Times…

“¡Detengan el régimen de Trump / Pence antes de que comience! ¡En nombre de la humanidad nos
negamos a aceptar una América fascista!”

El anuncio lleva a la gente a visitar la web refusefascism.org, y afirma que Trump debe ser detenido, haya
sido elegido o no legítimamente, bajo el siguiente argumento:

“Trump promete infligir represión y sufrimiento a la gente de este país, deportar millones, aumentar la
violencia hasta el uso de armas nucleares en personas de todo el mundo e infligir catástrofes al planeta
mismo. Ha reunido un gabinete de fundamentalistas cristianos fanáticos, guerreros, racistas, negadores
273

de la ciencia. ¡NO! No se debe permitir que su régimen se consolide. Nos negamos a aceptar una
América fascista!”

Es fácil imaginar que en este clima político de profundo enfrentamiento, las cosas pueden descontrolarse.

Por esa razón, resulta aún más extraño el timing del cese del general de la Guardia Nacional.

¿Habrá una transición pacífica? ¿Qué sucede si la ley marcial es declarada debido a los disturbios en la
inauguración, o se produce un intento de asesinato?. No podemos predecir o que puede suceder, o qué tipo de
peligro puede significar para el presidente electo Trump, pero su conflicto abierto con la comunidad de
inteligencia nos llevan a sospechar. ¿Estamos a punto de ver a un nuevo JFK?

Aunque esperemos que nada ocurra, este extraño procedimiento de cese, abre una vulnerabilidad en los
sistemas de seguridad durante el juramento y plantea preguntas difíciles sobre quién es leal a quién, y quién
tiene ejerce el verdadero poder sobre esta nación y sus asuntos.

Tyler Durden-Zerohedge

Bien, esta es la extraña información sobre el cese del general de la Guardia Nacional, tal y como la ofreció
Zerohedge.

Realmente, al leer esta noticia, se hace muy raro que el general sea cesado el día de la inauguración y a una
hora concreta, durante el parlamento de Trump.

Y todo invita a sospechar que puede producirse algún evento extraño durante la investidura. La noticia invita
a intuir complots de todo tipo para acabar con Trump o para provocar un golpe de estado.

¿Pero esta noticia está completa? ¿O nos faltan datos para comprender exactamente lo que está sucediendo?

Lo cierto es que no ha quedado claro del todo, quién ha despedido al general Schwartz.

Cesar del cargo al general de la Guardia nacional de DC, es prerrogativa del presidente electo.

Todos los nombramientos presidenciales, incluyendo al Comandante de la Guardia Nacional del Distrito de
Columbia, se renuevan o expiran a partir del mediodía del día en que se inaugura el nuevo presidente.

Y aquí es precisamente donde hay los desacuerdos sobre quién ha cesado a Schwartz.

Siguiendo con la formalidad en todos los fines de mandato presidencial de EEUU, Schwartz presentó una
carta de renuncia al ganar las elecciones un nuevo presidente. Es una formalidad que se cumple cada 4 años y
que de hecho, el propio general, nombrado en su momento por George W. Bush, había realizado al presidente
Obama, que en ambos mandatos, había confirmado a Schwartz en el cargo, algo por cierto, bastante habitual.

La idea es permitir que el presidente entrante mantenga a los cargos nombrados por el anterior presidente o
acepte su renuncia y designe a sus propios candidatos. Funcionarios militares dijeron al Wahington Post que
274

Donald Trump aceptó la renuncia de Schwartz, pero lo que, de forma efectiva, debe abandonar el cargo el 20
de enero a las 12:01 min.

Sin embargo, el equipo de Trump está diciendo que trataron de convencer a Schwartz de que se quedara
durante 3 días más, hasta ser reemplazado, pero que el Ejército se negó a ello.

El propio general, ha declarado que el equipo de transición de Trump, en última instancia le pidió que
permanezca en su puesto por unos días más, pero que le hicieron dicha petición después de que fuera
publicada la noticia de su cese el mismo día de la inauguración, y tras el revuelo que la noticia había causado.

El informe de su salida había sido publicado el viernes 13 de enero, en el sitio web del Washington Post.

Schwartz dice que rechazó la oferta del equipo de transición de Trump porque, para entonces, ya había
comenzado a empacar sus posesiones en la oficina y ya había notificado su marcha al personal a su cargo. El
general dijo que cree que la oferta vino solamente como resultado de la atención negativa que su cese
repentino provocó en la opinión pública.

Schwartz no es la primera persona nombrada durante la administración de Obama que ha recibido


instrucciones de abandonar su cargo el Día de la Inauguración. El mes pasado, el personal de transición del
presidente electo emitió un mandato a todos los embajadores estadounidenses designados políticamente por
Obama para que abandonen sus puestos en esa fecha, sin excepciones.
Por lo tanto, cuando acabamos de reunir toda la información disponible, la noticia ofrecida por Zerohedge, el
medio pro-Trump, da un giro de 180 grados.

La noticia de Zerohedge nos insinuaba la existencia de algún tipo de terrible complot para derrocar al bueno
de Trump y nos hacía entrever el espectro de un posible asesinato o golpe de estado, convirtiendo al
presidente electo en un nuevo JFK.

Pero como vemos, el cese del general, es obra del propio Trump, siguiendo procedimientos habituales.
275

Esta noticia, debe abrirnos los ojos sobre el nivel de desinformación que rodea a Trump y la intervención
incesante de los medios alternativos de la derecha norteamericana que apoya a Trump, generando un
constante estado de paranoia a su alrededor.

Una paranoia INDISPENSABLE para generar la imagen de un Trump presuntamente amenazado por el
establishment y las élites, tal y como denunciábamos aquí en el Robot Pescador en anteriores artículos.

Estos mismos medios que insinúan golpes de estado del establishment o presuntos intentos de asesinato
contra “el nuevo héroe del pueblo americano”, son los que después callan o hablan con la boca pequeña de
su total entrega a Goldman Sachs, que como veremos en próximos artículos, es mucho peor de lo que
creíamos previamente.
Parece que después de años sufriendo las insultantes mentiras y encubrimientos que rodearon al “premio
nobel de la Paz Barack Obama”, ahora sufriremos una incesante cascada de mentiras alrededor de Trump…

Fuentes:

http://www.zerohedge.com/news/2017-01-13/dc-national-guard-chief-fired-days-trump-inauguration-timing-
extremely-unusual
http://www.snopes.com/2017/01/14/national-guard-commander-inauguration/
http://www.capradio.org/news/npr/story?storyid=509704620
http://www.stripes.com/news/army/commanding-general-of-dc-national-guard-to-be-removed-from-post-on-
inauguration-day-1.448836
https://www.washingtonpost.com/local/trump-transition-team-says-it-asked-dc-national-guard-general-to-
stay/2017/01/14/c0aa76b2-da80-11e6-9a36-1d296534b31e_story.html?utm_term=.d74ef44b7483
http://www.deathandtaxesmag.com/315195/general-in-charge-of-dc-national-guard-is-being-replaced-during-
trumps-inauguration/

La estrategia del desarraigo


Un 11% de la humanidad está ya en guerra pero hacen falta más refugiados
para reventar las costuras del mapa del mundo y minar la cohesión y la
conciencia de las sociedades

PEDRO OLALLA
http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10553/Sykes-Picot-guerras-terrorismo-imperialismo-
refugiados.htm
Un año acaba, otro comienza, y, entre buenos deseos de paz y de concordia,
los desarraigados siguen llegando en botes a las playas de Grecia. El
desarraigo es el signo de nuestro tiempo. Nunca, en la historia de la
humanidad, ha habido tanto tránsito de refugiados y migrantes forzosos como
en la actualidad. Pese al cinismo del FMI y a la complicidad de la propia ONU
–que quieren ver en estos movimientos una prerrogativa natural del ser
humano “en busca de oportunidades económicas y nuevos horizontes” y una
“herramienta primordial para la lucha contra el paro”–, la causa verdadera de
276

este desarraigo ha de buscarse únicamente en la guerra y en las exigencias de


la doctrina de la globalización: esto es, en la ambición de una reducida
oligarquía sin patria y sin alma.
En estos dos últimos años, una de cada 113 personas que viven en el mundo se
ha visto obligada a abandonar su casa. La mayor parte de ellas (66%) no ha
logrado siquiera salir de su país; quienes lo consiguieron permanecen casi
todos en un país vecino; sólo el 1,6%, haciendo frente a los peligros del
camino, a las olas del mar, a las mafias y a la guardia de fronteras, ha
conseguido poner el pie en Europa. De cuantos han llegado hasta aquí
cruzando las aguas del Mediterráneo, el 80% han entrado por Grecia, y, a raíz
del cierre de fronteras y de los onerosos acuerdos con Turquía, más de 60.000
personas siguen hoy atrapadas en tierras helenas. Esta prolongada y peligrosa
situación viene poniendo a prueba, día a día, la solidaridad y la templanza de
un país esquilmado por las maniobras financieras de la Troika, sometido a la
“troika geoestratégica” del control de sus aguas por la OTAN, con su riqueza
nacional empeñada de por vida en el Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE), con el 25% de la población bajo el umbral de la pobreza, con una
controvertida deuda que nunca conseguirá pagar y con un doloroso éxodo de
migrantes jóvenes y cualificados (más de 600.000) que acuden a mendigar
trabajo a los países más beneficiados por la desgracia financiera del suyo.
EN ESTOS DOS ÚLTIMOS AÑOS, UNA DE CADA 113 PERSONAS QUE VIVEN EN EL
MUNDO SE HA VISTO OBLIGADA A ABANDONAR SU CASA
Es evidente que, en esta tragedia de refugiados y migrantes, Grecia está
cargando con un peso muy desproporcionado a sus posibilidades de soportarlo
y, lo que es más grave, en nada acorde con su responsabilidad en el asunto.
Europa, EE.UU. y otras naciones poderosas de Occidente, sin embargo,
reciben en su casa un número de “víctimas” en absoluto acorde con su
responsabilidad histórica y actual en las causas de la existencia de refugiados y
migrantes en el mundo. Por eso, en este tiempo de solemnes memoranda, sería
bueno hacer un breve memorandum –en su sentido etimológico
de recordatorio– de algunos hechos sucedidos en Oriente Medio en el último
siglo, absolutamente necesarios para comprender y enjuiciar el estado actual
de las cosas y las responsabilidades de cada uno en el mismo.
277

Sin ir más lejos, este año que acaba de cerrarse, el 2016, deberíamos haber
“celebrado” el primer centenario del acuerdo secreto de Sykes-Picot (1916), en
virtud del cual, en plena efervescencia de la I Guerra Mundial y en vísperas del
derrumbe del Imperio Otomano, Gran Bretaña y Francia, con el
consentimiento de Rusia, se repartieron el futuro control sobre los territorios
de Oriente Medio. Creo que, si queremos entender, rudimentariamente incluso,
la situación del mundo en que vivimos, hay que tener en cuenta la existencia,
durante la última centuria, de un continuo Sykes-Picot en las regiones
petrolíferas de Oriente Medio y en África del Norte: un proceso que ha
generado guerra y odio, ha provocado millones de muertos y de refugiados, ha
motivado la radicalización del islam y ha reportado pingües beneficios a la
industria petrolera, armamentística y de seguridad.
En aquel acuerdo secreto, pues, Gran Bretaña se adjudicó el control sobre los
actuales territorios de Irak, Jordania e Israel-Palestina, quedando para Francia
Siria y el Líbano. Ambas potencias basaron entonces su estrategia común en el
potencial militar de sus colonias, en la financiación de los Rothschild y el
sionismo (con sus miras puestas en la creación del Estado de Israel), y en el
apoyo de los pueblos árabes, a los que sedujeron con la falsa promesa de la
creación de “una gran nación árabe” (Husain Ibn Ali, Lawrence de Arabia).
Así nació, sentados a una mesa, el mapa artificial de Oriente Medio, y así se
echaron los cimientos del eterno conflicto Israel-Palestina. Poco tiempo
después, los vencedores de la Guerra impusieron la supresión del Califato –tan
invocado hoy día–, institución histórica viva desde los tiempos de los primeros
sucesores del profeta Mahoma (s.VII).
EN EL ACUERDO DE SYKES-PICOT, EN 1916, GRAN BRETAÑA Y FRANCIA, CON EL
CONSENTIMIENTO DE RUSIA, SE REPARTIERON EL FUTURO CONTROL SOBRE LOS
TERRITORIOS DE ORIENTE MEDIO
Llegado el año 1930, Francia reconoce la independencia de Siria y del Líbano;
al año siguiente, Gran Bretaña se la otorga a Irak, aunque conservando para sí
la rica y estratégica región de Kuwait, región que desde entonces lleva
reclamando el gobierno de Bagdad. En 1949, la recién fundada CIA se estrena
organizando un golpe de Estado en Siria, que pone fin al régimen democrático
de Shukri al-Kuwatli y otorga el poder a la junta militar de Husni al-Za'im,
278

favorable a los planes de EE.UU. para la construcción del oleoducto Tapline.


En 1961, Gran Bretaña se aviene finalmente a conceder la independencia a la
región de Kuwait, si bien bajo la forma de un emirato independiente, cosa que
no resuelve, sino que complica, el conflicto con Irak.
Por otro lado, en el marco de la Guerra Fría, el presidente de EE.UU., James
Carter, instado por su consejero polaco Zbigniew Brzezinsky a “crear un
Vietnam para los rusos” en la frontera con Afganistán, firma un decreto
secreto (3 de julio de 1978) que autoriza a destinar financiación a los
guerrilleros musulmanes de la zona. Así, cuando, al año siguiente, las tropas
de la URSS entran en territorio afgano para construir un oleoducto, los
EE.UU. reaccionan con la puesta en marcha de la llamada Operación Ciclón
para el reclutamiento, adiestramiento y armamento de guerrilleros yihadistas
(soldados de la guerra santa) con los que mantener en vilo a los rusos. Son los
llamados mujāhidīn, que alaba la película Rambo III. La Operación Ciclón se
prolonga durante más de doce años (1992). Participan en ella los servicios
secretos de EE.UU., Gran Bretaña, Israel, Pakistán, Arabia Saudí y China. Los
Estados Unidos proporcionan recursos y armamento, y adiestran a las tropas
musulmanas en campos militares de Pakistán. Durante estos años, la CIA
recluta a más de 35.000 “estudiantes” (en árabe, “talibán”) de las escuelas
coránicas (madrasas) de 34 países para que combatan en Afganistán. Uno de
ellos es el entonces joven y acaudalado Osama Bin Laden (22 años), quien,
con los guerrilleros mujāhidīn –y con el apoyo de los servicios secretos
mencionados–, fundará una organización militar llamada La Base y conocida
por su nombre árabe Al Qaeda.
DURANTE ESTOS AÑOS, LA CIA RECLUTA A MÁS DE 35.000 “ESTUDIANTES” (EN
ÁRABE, “TALIBÁN”) DE LAS ESCUELAS CORÁNICAS DE 34 PAÍSES PARA QUE
COMBATAN EN AFGANISTÁN
Al mismo tiempo, entre los años 1980 y 1988, tiene lugar la guerra entre Irak e
Irán. Los EE.UU. apoyan a Sadam Husein contra el ayatolá Jomeini. Mueren
un millón de personas. Durante ocho años, 37 países suministran armas a
ambos bandos, ignorando el embargo decretado por Naciones Unidas. La
guerra termina sin que las fronteras se muevan un palmo.
279

Dos años después, en 1990, Sadam Husein, tras sesenta años de


reivindicaciones, decide penetrar militarmente en Kuwait. Una Alianza
Internacional de 33 países, encabezados por George Bush y con autorización
de la ONU, acude a “liberar” el rico emirato del Golfo Pérsico. La Operación
Tormenta del Desierto dura cinco semanas: en ella pierden la vida 392
soldados aliados y más de 35.000 nacionales iraquíes. A la liberación siguen
trece años de oneroso embargo a Irak (hasta 2003), a resultas del cual pierden
la vida un millón y medio de personas, en su mayoría niños menores de cinco
años.
El 11 de septiembre de 2001, tiene lugar la destrucción de las Torres Gemelas
(muchos testimonios e investigaciones hacen dudoso afirmar que se tratara de
un “acto terrorista” y no de un “casus belli” como otros en la historia
norteamericana). Comienza entonces, de manera oficial, la Guerra Mundial
contra el Terrorismo, declarada por el Gobierno Bush. EE.UU. procede al
bombardeo de Afganistán, supuestamente para neutralizar a Bin Laden,
combatir el tráfico de heroína y liberar a las mujeres afganas de la represión de
los talibanes; pero, en realidad, para el asentamiento de tropas en la zona, el
control del petróleo del Mar Caspio (Oleoducto de Bakú, Halliburton, Dick
Cheney), y el avance del establecimiento del estado policial y de los
mecanismos internacionales de control y seguridad.
En 2003, los Estados Unidos, presididos entonces por George Bush Jr, deciden
invadir Irak en busca de armas de destrucción masiva y en persecución de
Sadam Husein, acusado de colaboración con Al Qaeda y con el terrorismo. En
la invasión participan nuevamente numerosos países de Occidente, decisión
que provoca las mayores manifestaciones de la historia de la humanidad en
contra de la guerra (recordemos a Aznar en la famosa foto de las Azores). La
ocupación de Irak por las tropas estadounidenses se prolonga durante nueve
años (hasta diciembre de 2011), pero las armas de destrucción masiva nunca
aparecen. El propio Alan Greenspan, padre de la filosofía de la globalización y
expresidente de la FED, declaró que el verdadero fin de la guerra y de la
ocupación no había sido otro que el petróleo.
280

LA OCUPACIÓN DE IRAK POR LAS TROPAS ESTADOUNIDENSES SE PROLONGA


DURANTE NUEVE AÑOS (HASTA DICIEMBRE DE 2011), PERO LAS ARMAS DE
DESTRUCCIÓN MASIVA NUNCA APARECEN
Entretanto, en 2003, nace el Estado Islámico de Irak y de Levante, conocido
también como ISIS y DAESH, surgido de las filas de los yihadistas de Al
Qaeda, fruto, a su vez, de los mujāhidīn creados por la CIA y los otros
servicios secretos en 1979. Dicho Estado Islámico tiene por objetivos
primordiales la refundación del Califato (suprimido por Occidente tras la I
Guerra Mundial) y la creación de un Estado confesional salafista en Irak, Siria
y otros territorios de Oriente Medio. Su financiación procede, en gran medida,
del petróleo de las zonas ocupadas (que vende a EE.UU. y a Turquía) y de los
fondos que recibe de la dinastía real saudí (salafista, es decir, promotora del
fundamentalismo islámico), la cual es copropietaria, junto a inversores
norteamericanos, de la compañía petrolera ARAMCO (Arabian-American Oil
Company) y aliada tradicional de Occidente.
Y así llegamos a la Guerra de Siria (saltándonos, por razones geográficas y de
espacio, la farsa de Libia y de Egipto): una guerra que ya dura seis años y que
“nadie comprende”. Todos están contra el Estado Islámico (pero, en 2011, la
OTAN y Turquía reclutaron y adiestraron mercenarios de ISIS para apoyar a la
resistencia al régimen de Assad); Gran Bretaña, Francia y Turquía se declaran
en contra del gobierno de Assad; Rusia en contra de ISIS, pero a favor de
Assad; ésta y EE.UU. vuelven al clima de la Guerra Fría; y las fuerzas del
Estado Islámico, supuesto objetivo de los bombardeos de EE.UU. y la OTAN
en el marco de la Guerra Mundial contra el Terrorismo, siguen recibiendo
financiación oculta por parte de Occidente.
La guerra contra el terrorismo es, en realidad, una guerra de conquista, movida
por intereses económicos y estratégicos. Por eso, los servicios secretos de
Occidente promueven ya, en la sombra, movimientos de combatientes de Al
Qaeda en Mali, Níger, Nigeria, Somalia, República Centroafricana, Yemen,
Libia, Indonesia e, incluso, China (región de Ugur). Hace apenas unos días, el
presidente saliente Obama anunció que las operaciones de EE.UU. contra el
Califato se desplazarán a quince nuevos países, en su mayoría del África
281

Subsahariana. Podemos esperar, sin duda, decenas de millones de nuevos


desplazados.
UN 11% DE LA HUMANIDAD ESTÁ YA EN GUERRA, PERO SE SEGUIRÁ
SEMBRANDO EL CAOS PARA JUSTIFICAR LA POSTERIOR INTERVENCIÓN Y
ALUMBRAR UN NUEVO STATU QUO
Un 11% de la humanidad está ya en guerra, pero se seguirá sembrando el caos
para justificar la posterior intervención y alumbrar un nuevo statu quo. Así lo
requiere la doctrina de la globalización y el interés de las oligarquías
dominantes. Sobran las fronteras tradicionales como garantía de jurisdicción y
de soberanía. Sobran las fronteras y las leyes que controlen los flujos de bienes
y dinero. Pero hacen falta muros y alambradas. Hace falta una nueva Frontex
con más presupuesto, más independiente, más privada y con potestad para
intervenir de inmediato incluso cuando los países miembros de la UE no
otorguen su consentimiento. Y, sobre todo, hacen falta más desarraigados.
Millones de desarraigados. Porque ellos serán utilizados para reventar las
costuras del mapa del mundo, para socavar en todos los países de la tierra las
conquistas laborales y sociales, para minar la cohesión y la conciencia de toda
sociedad, y para neutralizar por completo su fuerza política, convirtiendo a los
trabajadores y a los ciudadanos –allí donde los haya– en una masa ingente de
nómadas apátridas, apolíticos y sin vinculación al territorio ni fuerza colectiva
para reivindicar, mentalizados a vivir en la precariedad, y a merced de la oferta
y la demanda de un mercado desregulado por completo. Atractivo panorama
para unos pocos.
Si realmente queremos poner fin a esta locura, a este continuo Sykes-
Picot entre gente sin patria y sin alma, hay que dejar de prestar oídos a la
“guerra contra el terrorismo” y declarar la guerra a sus causantes, de todos los
“bandos”. Guerra a ellos y paz entre los pueblos. Guerra a la migración y al
desarraigo, y paz con los migrantes y los desarraigados.
AUTOR

• Pedro Olalla

Es autor, entre otros libros, de Grecia en el aire. Herencias y desafíos de la antigua democracia ateniense
vistos desde la Atenas actual (Acantilado, 2015), Historia Menor de Grecia. Una mirada humanista sobre la
agitada historia de los griegos (Acantilado, 2012) y Atlas Mitológico de Grecia (Lynx Edicions, 2002), y de
282

las películas documentales Ninfeo de Mieza: El jardín de Aristóteles y Con Calliyannis. Reside en Grecia
desde 1994 y es Embajador del Helenismo.

Nueva política: esa mezcla de unicornio y armadura


Lo nuevo son varias cosas que transcurren a la vez: cambio, fin de
Régimen y algo aún posible de ser percibido como ruptura, todo ello
mezclado con su posible aplazamiento
GUILLEM MARTÍNEZ

http://ctxt.es/es/20170118/Politica/10585/nueva-política-Podemos-medios-de-comunicacion-
15M.htm

Describir lo nuevo cuesta un huevo. Tal vez porque todo lo nuevo se describe
desde la experiencia vivida. Es decir, desde lo viejo. El primer europeo que
describió un rinoceronte, por ejemplo, describió ese animal a partir de dos
objetos vividos. Un unicornio y una armadura. La descripción resultante tenía
razón. Y, a la vez, no la tenía en absoluto. En CTXT, así, llevamos dos años
describiendo la nueva política, esa mezcla de unicornio y armadura. Igual
conviene retroceder dos pasos y ver cómo nos está saliendo el croquis.
1-- Cuando CTXT vió la luz, existían dos polos de ruptura. El Procés y el post-
15M. ¿Es eso lo nuevo? Se diría que no y no todo. El Procés, hasta la fecha, y
desde que lo acogió un Govern en su seno, en 2012, es, vamos, un objeto
propagandístico gubernamental, constatado más en la prensa --la prensa local
tiende a constatar todo lo que le diga un gobierno, y poco o nada de lo que le
diga la sociedad-- que en la realidad. Lo que indica, snif y ojo al dato, que en
la cultura política española siempre será posible, si no hay cambios culturales,
repetir la Transición en un plis-plas. Es decir, un proceso de reforma
modulado, aplazado, verbalizado y mitificado por un gobierno. El Procés, me
temo, sólo ha aportado una novedad política. Procesos por lo penal emitidos
por el Estado. Un indicio que, quizás, ilustra más, glups, la deriva del Estado
que la del Procés, que tanto se ha esforzado en no desobedecer.
2-- No obstante, el Procés ha aportado un objeto nuevo, a tener en cuenta,
cargado de futuro e inquietante, en tanto es inquietante un proceso político que
no emite políticas en la dirección anunciada. Se trata de la ANC --Assemblea
283

Nacional Catalana--, una asociación que vincula --importante:


sentimentalmente-- una parte de la sociedad con un Govern. Y lo hace con
efectividad. La ANC es un objeto tan exitoso --permite percibir como obra un
Procés sin obra--, que por narices seguirá existiendo, bajo otro nombre o en
otro territorio, tras el pufo de Procés. Es posible que, de alguna manera, se
exporte. En posdemocracia, en posverdad --definición de posverdad, por
cierto: es el uso gubernamental de la propaganda y la mentira de toda la vida,
pero en una época en la que ya no es la primera vez que pasa y nadie se lo
cree; la posverdad es, por tanto, el uso tácito de un engaño consciente y ritual--
, instituciones como la ANC son fatales en el sur de Europa si se quiere
movilizar a la sociedad en torno de un gobierno. Será necesario movilizarla,
me temo, en caso de reforma consti mangui. Si sólo se quiere que voten a ese
gobierno, estas nuevas instituciones populistas son prescindibles. Basta con la
propaganda local.
ES SINGULAR QUE EL GRUPO DIRIGENTE DE PODEMOS, QUE EN OTRAS ZONAS
DEL ESTADO HA AGRUPADO A AMPLIAS CAPAS DEL POST-15M, EN MADRID NO
PARTA DEL 15M, SINO DE DINÁMICAS POLÍTICAS QUE FUERON INSENSIBLES A
ESTE
3-- Lo que se ha llamado nueva política, y cambiamos de tercio, no acaba de
tener un cuerpo definido, por lo que igual no ha accedido a su cuerpo
definitivo. La radicalización de nuevas fases de crisis por venir acabará por
crear nuevas formas de lo nuevo, se supone. Existen, en todo caso, varios
polos de lo nuevo --Els Comuns en Catalunya, En Marea en Galicia, Podemos
en otros topos--. Poco homogéneos. Podemos, a su vez, no es homogéneo en
absoluto. Podemos parece ser el núcleo de lo nuevo. Pero, a su vez, hay
chorrocientos Podemos --algunos, como en Catalunya o Andalucía, muy
matizados--, lastrados, se diría, por la marca Madrileña, que es la más original
de todas. Original significa singular. Así, es singular que el grupo dirigente
que en otras zonas del Estado ha agrupado a amplias capas del post-15M, en
Madrid no parta del 15M, sino de dinámicas políticas que fueron insensibles al
15M, relacionadas con el comunismo clásico y el poscomunismo, otro, me
temo, clásico. Ese poso ideológico y, más aún, esa forma de discutir y de
relacionarse con el partido y el militante, ha supuesto la erosión de una de las
284

posibilidades políticas más prometedoras de los últimos tiempos, a través de


discusiones y teorías antiguas o geográficamente lejanas, y con poco que ver,
diría, con la casilla de salida del fin de Régimen, no prevista por ninguna
ideología.
4-- Parece ser que lo nuevo ha funcionado mejor en instituciones políticas que
en parlamentos. En los parlamentos --entre ellos, el Congreso--, no ha sido
determinante para crear nuevas dinámicas y hacer juerga de las viejas, ya
muertas. En las instituciones que gobierna --ayuntamientos--, es perceptible
una amplitud de posicionamientos pero, a la vez, cierta adaptación al tempo de
la institución. Los cambios a realizar desde la instancia municipal en una crisis
de Régimen conviven, por tanto, con otra función que no se esperaba.
Gobernar. Por lo visto, no es lo mismo una cosa que otra. O no es percibida
como tal por los protagonistas de los nuevos gobiernos.
5-- Sea por eso, o no, lo nuevo ha sufrido cierta moderación en los dos últimos
años. Los puntos consensuados en el 15M y el post--15M --derecho a
autodeterminación, implantación y ampliación de derechos, renta básica,
impago de deuda, reforma de la justicia posfranquista, ampliación de la
democracia y uso de la democracia directa-- parece ser que, en conjunto y
unos más que otros, no son percibidos ya en su urgencia original.
LOS CAMBIOS A REALIZAR DESDE LA INSTANCIA MUNICIPAL EN UNA CRISIS DE
RÉGIMEN CONVIVEN, POR TANTO, CON OTRA FUNCIÓN QUE NO SE ESPERABA.
GOBERNAR
6-- Se diría que lo nuevo ha descubierto, también y en su crudeza, que la
instancia del conflicto no es española. Es europea. Lo único que transcurre en
España es una crisis de Régimen. Sí, es una crisis democrática, social y
económica. Pero los grandes tramos de esa crisis transcurren en Europa, un
artefacto seriamente herido y al que lo nuevo no sabe cómo hincarle el diente.
¿Cómo diablos se le hinca el diente? ¿Se ha de ser Estado? ¿Se han de ganar
las legislativas de varios Estados para ello? ¿Quiénes son los cómplices de lo
nuevo para ello en Europa? ¿La socialdemocracia, allí donde ha quedado algo
de ella?
7-- Una característica de lo nuevo es su dificultad para comunicar. Carece de
medios. Algo importante en una cultura en la que los medios “se poseen”, en
285

la que un partido sabe cuáles son sus medios, y los utiliza. Tan ricamente. Eso
ha provocado catástrofes comunicativas en Madrid --ayuntamiento--, en Cádiz
--ayuntamiento-- y en Podemos madrileño, que han pasado momentos de
singular acoso por parte de medios papel/IBEX. Diría que, hasta ahora, la cosa
ha quedado más mitigada en Barcelona. Los medios, públicos y concertados,
en Barcelona, no pueden realizar dos batallas a la vez. Y ya la están haciendo
por el Procés, por lo que no han podido ocuparse, como les pide el cuerpo, del
Ajuntament. Por otra parte, parece ser que el Ajuntament ha velado por crear
su propia red de información, sostenida en las redes. No creo que sea
suficiente cuando vayan a por ellos. Sorprende, en todo caso, el pago en los
nuevos ayuntamientos, vía publicidad, a los viejos medios, y en las cantidades
publicadas. Puede ser una táctica política para elidir conflictos. Pero esa táctica
ya existía y moduló una cultura asfixiante.
UNA CARACTERÍSTICA DE LO NUEVO ES SU DIFICULTAD PARA COMUNICAR.
CARECE DE MEDIOS. ALGO IMPORTANTE EN UNA CULTURA EN LA QUE LOS
MEDIOS “SE POSEEN”
8-- Lo nuevo, parece ser a su vez, está más matizado en Barcelona. Cabe
preguntarse por qué. No vienen de ningún partido, sino que los partidos han
ido a él. Lo nuevo, en fin, ha ejercido liderazgo frente a los partidos. Aun
gobernando en minoría, poseen un criterio común. Parece ser que verbalizan y
tienen un discurso ante su institucionalización.
9-- No obstante, el acceso al poder municipal ha supuesto cierta lejanía de lo
nuevo respecto de los nuevos medios. Sea como sea, la relación de la nueva
prensa con lo nuevo no sólo no es fluida, sino escasa y de difícil disposición.
Como Podemos Madrid, se diría, parecen más preocupados por mantener
viejos contactos con lo viejo, que por crear nuevas dinámicas. Son perceptibles
en lo nuevo ciertas dinámicas, ya vividas por los partidos de izquierdas en los
70's. Por una parte --más en el ámbito municipal--, el vaciado de movimientos,
para realizar obra institucional. Y, por otra, la desconfianza ante las críticas.
Sería deseable una nueva cultura entre el crítico y el criticado, entre el
controlado y el controlador, entre el poder y la sociedad y la prensa, que
estableciera más matices que el amor y el odio, el sentimiento de éxito y el de
estafa, el de conmigo y el contra mí, el encantamiento y el desencanto. El
286

establecimiento de esa relación será la prueba del algodón de que la revolución


democrática iniciada en 2011 sigue existiendo tras el acceso a --cualquier nivel
de-- poder.
10-- Lo nuevo son varias cosas que transcurren a la vez. Cambio, fin de
Régimen y algo aún posible de ser percibido como ruptura, todo ello mezclado
con su posible aplazamiento, con el nacimiento de nuevos partidos, de nuevos
líderes y de una nueva clase política. No creo que todo ello sea posible
explicarlo a través de los viejos medios. También creo que, si no lo
explicamos, seremos viejos medios. Si se penaliza la explicación, los nuevos
partidos serán, definitivamente, viejos.
AUTOR

• Guillem Martínez

Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo

Donald Trump, la imagen genuina del ‘American Dream’


El nuevo presidente norteamericano es un fenómeno de consumo de la
cultura popular. Tras la derrota de Clinton, sólo Bernie Sanders y Our
Revolution pueden rivalizar con él

MARCOS REGUERA

http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10559/Donald-Trump-claves-victoria-Hillary-Clinton-Bernie-
Sanders.htm
Este artículo forma parte de una serie de tres análisis que desgranarán distintos
aspectos de la América de Trump, las elecciones, y la futura presidencia. El
objetivo es ofrecer herramientas y claves de comprensión para que las lectoras
y lectores puedan interpretar las numerosas noticias que se seguirán
sucediendo sobre el próximo inquilino de la Casa Blanca.
La serie se inició con El derrumbe del sistema americano y la victoria de
Trump, un artículo en el que se intentaba ofrecer una explicación de conjunto
de las causas históricas, culturales y políticas que prepararon el terreno para la
victoria del magnate neoyorquino.
287

En este segundo capítulo, Donald Trump, la imagen genuina del American


Dream, se analizan las claves de la elección presidencial y del vuelco electoral
que llevo a la Casa Blanca al candidato republicano.
“Make America Great Again”: un presidente para recuperar el American Way
& Dream
Una de las cuestiones que más ha llamado la atención fuera de los Estados
Unidos es que Trump haya conseguido vencer la contienda electoral con un
discurso antisistema y anti-establishment cuando él puede ser fácilmente
identificado como uno de sus más genuinos representantes.
Sin lugar a dudas, de entre todos los demagogos que la política norteamericana
ha visto desfilar en la última década (y con el Tea Party han sido legión),
Donald Trump es el amo y señor indiscutible. Sin embargo, haríamos un mal
análisis si pensáramos que estas elecciones son la historia de un gran
embaucador, un flautista de Hamelin que, apelando a las bajas pasiones de un
grupo de electores hooligans, ha conquistado la Casa Blanca. Esta ha sido la
historia que ha recogido la mayor parte de la prensa internacional y de la
prensa liberal americana (la progresista). Por contra, se trata de una visión
elitista que en el fondo piensa en los electores como unos imbéciles, o como si
fueran menores de edad en el mejor de los casos, a los que no se les puede
dejar que tomen decisiones sobre asuntos de Estado porque se dejan engañar
por charlatanes.
HARÍAMOS UN MAL ANÁLISIS SI PENSÁRAMOS QUE ESTAS ELECCIONES SON LA
HISTORIA DE UN GRAN EMBAUCADOR QUE, APELANDO A LAS BAJAS PASIONES
DE UN GRUPO DE 'HOOLIGANS', HA CONQUISTADO LA CASA BLANCA
Pero si por un momento analizamos a Trump por lo que simboliza, y no por
sus salidas de tono discursivas, nos encontraremos con una visión muy
reveladora sobre las razones por las que Trump esquivó en todo momento la
terrorífica etiqueta de ser parte del establishment, aunque lo sea de pleno
derecho por razones objetivas y subjetivas.
Un elemento recurrente durante todo el proceso de primarias republicanas y
durante la campaña presidencial fue que la prensa anunciase la defunción de la
candidatura de Trump a cada revés que éste sufría, con cada declaración
polémica o escándalo que protagonizara el multimillonario. La situación era
288

como vivir en un Domingo de Resurrección permanente, con un ave fénix


resurgiendo constantemente de sus cenizas.
Y esto nos lleva a una de las preguntas más interesantes sobre la candidatura
de Trump, y que sólo se puede responder acudiendo a la cultura política
norteamericana, y no a la sabiduría convencional sobre discursos políticos e
imagen pública que politólogos y periodistas han estado cultivando desde que
la política de élites se convirtiera en política de masas, y esta última a su vez
en espectáculo político.
¿Por qué Donald Trump resultó inmune a sus escándalos y otros políticos,
como Hillary Clinton, se hundían con la más leve insinuación sobre su vida o
la de cualquiera de sus colaboradores?
Donald Trump fue invulnerable porque no es la imagen de un político o
empresario convencional, sino la imagen genuina del éxito bajo el American
Dream.
Comencé esta serie definiendo lo que era el American Way & Dream porque
estas ideas son fundamentales para entender la narrativa vital de los
americanos. Y lo más importante, expliqué cómo a través de las políticas
económicas del último cuarto de siglo desaparecieron las condiciones para que
el American Way & Dream fuera factible, dentro de un relativo grado de
espejismo y mito social.
Por otra parte, el lector recordará que a consecuencia de la globalización se
realizó un reajuste en virtud del cual la población pasó de estratificarse dentro
de una escala económica predominantemente nacional a una nacional
internacionalizada, y que el encaje de los distintos sectores sociales por sus
condiciones laborales y por su actividad productiva había redibujado la
capacidad de la población para llevar a cabo su perspectiva vital, quedando
unos integrados en la nueva realidad económica, y otros dislocados, viendo sus
condiciones vitales deteriorarse a pesar de que en términos macroeconómicos
hubiera crecimiento.
Esta situación globalizada presenta un gran contraste con la vida del periodo
de postguerra en donde surgió el American Way & Dream. Pero esta ha sido
una transformación silenciosa propia de todo cambio que es histórico. Las
condiciones estructurantes que definen la vida de la gente se camuflan entre
289

las modas pasajeras. Los ritmos de vida rutinarios proveen de una sensación de
recurrencia y repetición que desdibuja los grandes cambios que suceden
alrededor, y al final, los individuos y colectivos surgidos en una época
concreta van quedando desactualizados, ajenos a la nueva realidad, y
crecientemente conservadores ante un nuevo mundo cuyas claves no controlan
del todo, pero que en apariencia no resulta tan distinto al antiguo. Entonces
surge el malestar.
Cambia el modo de vida, pero no el discurso, las representaciones y las
expectativas con respecto al antiguo mundo, y de este fenómeno surge una de
las corrientes de la dislocación.
CON REDES DE SOLIDARIDAD SOCIAL DÉBILES Y GARANTÍAS INSTITUCIONALES
PARA UNA VIDA DIGNA CASI INEXISTENTES, QUEDAR EXPULSADO DEL
CIRCUITO LABORAL, O VIVIR BAJO SU AMENAZA, SUPONE UNA CONDENA A LA
EXCLUSIÓN
La otra, que es específica a nuestro momento histórico, surge como resultado
de nuestra sociedad de consumo, donde la expulsión de grandes masas de
población de dicho circuito de consumo supone la muerte social, incluso
física. Un mundo donde las perspectivas vitales se circunscriben a países
concretos, pero en donde las condiciones de trabajo escapan de los límites
fronterizos. E incluso cuando el trabajo queda asegurado dentro de las
fronteras, cualquier perturbación económica global puede transformar las
condiciones económicas y laborales. Con ello podemos tomar conciencia de
que el problema de nuestra situación no era que estuviéramos encadenados al
consumo, como se expuso en muchas críticas de las últimas dos décadas, sino
que estamos encadenados al trabajo, y que tenemos muy poco control sobre
este, sobre sus condiciones, sobre la creación del mismo; nuestra incapacidad
de vivir al margen del trabajo nos vuelve esclavos del proceso laboral y, a
través de él, del sistema económico capitalista en su conjunto.
Dicho de otra manera, como nuestra supervivencia depende del consumo, y
para consumir necesitamos salarios, y para tener salarios, trabajar, pero el
hecho de que existan trabajos y sus condiciones ya no depende tanto del
ámbito nacional, el único sobre el que tenemos algo de control por medio de la
290

política, entonces sentimos que perdemos el control sobre la capacidad de


asegurar nuestras condiciones vitales. Y entonces surge el malestar.
Esto es igual de cierto tanto en países con un Estado del bienestar, como lo es
en los Estados Unidos bajo el American Way & Dream. En Europa, un
maltrecho Estado del bienestar herido por décadas de recortes puede atenuar
algunos de los síntomas de estas dislocaciones. Pero en los Estados Unidos,
donde las redes de solidaridad social son débiles y las garantías institucionales
para una vida digna son casi inexistentes, el hecho de quedar expulsado o vivir
bajo la amenaza de la expulsión del circuito laboral supone una condena
social, a la pobreza y a la exclusión. Por eso la desaparición del American Way
& Dream genera altas dosis de ansiedad que empujan a la población a buscar
soluciones desesperadas por muy inverosímiles que parezcan.
Ante esta situación, durante las primarias y la posterior campaña se
presentaron tres posiciones. La primera, representada por Clinton, negaba que
existiera ningún problema de fondo, y defendía que el país, de la mano del
presidente Obama, a la de la candidata Clinton, se encaminaba en un proceso
de lento progreso hacia mayores cuotas de integración, igualdad y bienestar.
Frente a este discurso continuista y complaciente con el statu quo, se
presentaron dos discursos coincidentes en apariencia pero diametralmente
opuestos en su fondo.
El discurso de Bernie Sanders propuso enmendar la tradición del American
Way mediante un nuevo contrato social para América, basado en la solidaridad
social a través de la construcción de un Estado del bienestar y de la apuesta por
continuar por el camino de la integración de las minorías al proyecto nacional,
pero no a través de políticas de discriminación positiva, sino mitigando la
desigualdad económica con programas sociales atendiendo a la renta (e
incluyendo así a los blancos pobres también) y no por el hecho racial
exclusivo, haciendo que la relación racial en los Estados Unidos transitase de
la culpa y el odio a la solidaridad.
LA CAMPAÑA DE CLINTON NEGABA QUE EXISTIERA NINGÚN PROBLEMA DE
FONDO Y DEFENDÍA QUE EL PAÍS CAMINABA, DE MANO DE LOS DEMÓCRATAS,
HACIA MAYORES CUOTAS DE INTEGRACIÓN, IGUALDAD Y BIENESTAR
291

El relato de Donald Trump, por el contrario, se reclamaba restaurador


del American Way & Dream, y ahí residió la clave de su éxito. No negaba que
hubiera un problema con el modo de vida y el sueño americano, como hacía
Clinton, ni abogaba por reformarlo, como proponía Sanders, sino que
planteaba recuperarlo como había sido en su época dorada en la América de
posguerra. Hacer América grande de nuevo implica un recurso al pasado. La
evocación de una grandeza perdida, de una sociedad industrial y de consumo,
donde no había inseguridad económica ni delictiva porque reinaba el orden. El
eslogan podría haber sido “recuperemos la América de siempre”, y habría
funcionado igual. En el fondo el punto más revolucionario de la campaña de
Trump no residía en sus ataques específicos contra las distintas minorías, por
muy despreciable que resulte dicho recurso para la convivencia social y la
dignidad de los colectivos. La mayor revolución de la campaña de Trump ha
sido la impugnación de los avances modernizadores de los últimos cincuenta
años, y ese hecho es mucho más agresivo con las minorías que cualquier
insulto o bravuconada que Trump pudo usar durante la campaña.
Ambos, Sanders y Trump, competían entre sí por atraer el voto de los
elementos dislocados de la sociedad, y hay que entender que el hecho de la
dislocación no determina el voto hacia una opción rupturista progresista, o
hacia una rupturista reaccionaria, sino que lo encamina tendencialmente hacia
el voto protesta o la abstención por desencanto, pero sin determinar su signo.
Así, el voto de los dislocados se vuelve determinante para ganar las elecciones.
Porque es un voto que atraviesa las distintas clases sociales, pero que se
concentra en la clase trabajadora, una clase que especialmente en los Estados
Unidos puede decantarse tanto a la izquierda como a la derecha. A la izquierda
por su tradición sindicalista y de solidaridad obrera. A la derecha por su
extendido catolicismo y fuerte vinculación a la imagen del American Dream,
una sociedad de orden donde el trabajo es el vehículo al éxito, y como su
mundo es un mundo que gira alrededor del trabajo, esto les condiciona a ser
más permeables al discurso del American Dream. Los jóvenes, el otro gran
sector de este grupo dislocado, encuentran que su conflicto, al igual que la
clase trabajadora, es su relación con el trabajo. Pero en su caso, por su
incapacidad de insertarse en el mercado laboral, o por hacerlo en condiciones
292

muy inferiores a su preparación y extracción social de origen, les enajena del


principal elemento discursivo e identitario del American Way & Dream. Así
como desde la certeza de que su vida no será la historia de una progresión
social por medio del éxito laboral.
HACER AMÉRICA GRANDE DE NUEVO IMPLICA UN RECURSO AL PASADO. LA
EVOCACIÓN DE UNA GRANDEZA PERDIDA, DE UNA SOCIEDAD INDUSTRIAL Y DE
CONSUMO, DONDE NO HABÍA INSEGURIDAD
Por lo tanto, jóvenes y obreros partían desde una predisposición distinta a
acoger a uno u otro candidato, y con muy poca predisposición a identificarse
con el discurso de Clinton. Desarrollaré algo más este punto en la siguiente
sección explicando cómo el Partido Demócrata perdió el voto obrero. Por el
momento es suficiente saber que, de entre los dislocados con la globalización,
los trabajadores blancos eran los más proclives a escuchar el discurso de
Trump, porque es el discurso de una época dorada perdida donde, si bien ellos
no eran la cumbre de la sociedad, al menos vivían bajo la promesa de que con
su trabajo y esfuerzo algún día podrían llegar a serlo.
Este mito de la promesa del American Dream es uno de los elementos más
movilizadores de las energías sociales en los Estados Unidos, y el más
desmovilizador en términos de solidaridad por el cambio político y social.
Y en el momento en el que las promesas del American Dream parecen más
difíciles de cumplirse por la desaparición del American Way, aparece un
personaje que encarna la imagen del triunfo americano con todo su esplendor y
exceso.
Califico a Trump de personaje no porque pretenda descalificarlo, sino por su
condición pública en la cultura americana. Trump no es sólo una persona de
carne y hueso, es un fenómeno de consumo de la cultura popular. Un personaje
televisivo hecho carne que aparece para resolver los problemas del americano
medio que lleva décadas familiarizándose con él a través de la televisión. Y es
que si en Europa el nombre de Trump es relativamente nuevo, o sinónimo
vagamente conocido de millonario, en los Estados Unidos no hay apenas un
americano que no conozca a Trump y sus excentricidades.
Durante treinta y dos años Donald Trump ha protagonizado cameos en un total
de doce películas y catorce series de televisión. Que el formato de aparición
293

sea casi siempre el cameo es un dato relevante, ya que subraya la voluntad de


escenificar al personaje construido alrededor de su figura. Un personaje que no
sólo ha aparecido en piezas de ficción televisiva, sino que ha sido
omnipresente en entrevistas, debates e informativos, sin olvidar su propio
programa de radio, Trumped!. A esto hay que añadir la transformación de su
apellido y efigie en una marca de consumo. Además de las ya conocidas torres
Trump, en el sector inmobiliario, que supone uno de sus principales activos,
podemos encontrar hoteles, campos de golf y complejos residenciales con su
nombre. Pero la cosa no queda ahí, entre la línea de productos Trump podemos
encontrar comestibles, bebidas alcohólicas, perfumes, una universidad y hasta
un juego de mesa con el que emular las aventuras inmobiliarias del
multimillonario.
Pero si hay que destacar dos indiscutibles éxitos de Trump en la industria
cultural estos son, primero, su programa de televisión The Apprentice, que se
mantuvo en el aire diez temporadas, llegando a ser durante su primer año
(2004) el séptimo programa de televisión más seguido con una media de 24
millones de telespectadores. Y en segundo lugar su libro The art of
deal (1987), escrito en colaboración con el periodista Tony Schwartz, un libro
mitad memorias, mitad libro de autoayuda financiera, del que se estima que se
han vendido un millón de copias. A lo que se añade una lista de diecinueve
títulos más escritos por él o en colaboración con otros periodistas, tratando
todos de sus perspectivas financieras y políticas.
Y finalmente, aunque no por ello menos importante, Donald Trump ha sido
junto a sus tres mujeres/exmujeres, centro constante de atención por parte de
los medios del corazón, que llegan a un público que generalmente no está en
contacto con las noticias políticas. Además “ha dirigido” agencias de modelos,
de televisión, eventos deportivos, incluidos espectáculos de lucha libre de los
que se declara fan. Una de sus apariciones estelares fue durante una apuesta
con el milmillonario Vince McMahon en la llamada The billionaires battle, en
donde no sólo enfrentaron a sus paladines de la lucha libre, sino que Trump se
abalanzó sobre el otro milmillonario para partirle la cara en directo, y
finalmente humillarle rapándole el pelo.
294

Imagínense la escena, y luego piensen en Hillary Clinton ofreciendo decenas


de charlas remuneradas a todos los consejos de administración de Wall Street.
Durante décadas Trump se dedicó a aparecer en los medios y situaciones que
conectaban con la cultura popular estadounidense, mientras que Clinton se
movió por los círculos más elitistas de la nación. El propio Trump en una
entrevista realizada a finales de los años ochenta en la CNN reconocía que
tenía mejor reputación entre los taxistas y trabajadores de Nueva York que
entre sus colegas millonarios. En una entrevista realizada por Álvaro Guzmán
para CTXT días antes de las elecciones en Pensilvania una mujer de mediana
edad se refería a Trump como “a blue collar billionaire”, que se podría traducir
como “un milmillonario de clase obrera”, lo que en términos estrictos es un
contrasentido, pero en términos simbólicos apunta a una idea capital para
entender la identificación de muchos americanos con Trump. Trump es un
hombre del pueblo, de su cultura, que además es rico y un hombre de éxito. Es
el cumplimiento del sueño americano. Y esa clave basta para que un hombre
que posee más de tres mil millones y medio de dólares que su rival, Hillary
Clinton, cuyo patrimonio se estima en treinta y un millones, consiga que
muchos votantes identifiquen a Hillary Clinton con el establishment antes que
a él.
Este hecho, además, es una de las razones por las que a Trump no le pasaron
factura las innumerables salidas de tono que protagonizó durante la campaña.
Al igual que Paris Hilton, Trump pertenece a un estilo de
millonario showman y exhibicionista cuyas transgresiones no son motivo de
reprobación real de la población. El americano medio les criticará en público,
pero la admiración que despiertan entre grandes sectores de la población es
mucho mayor. Esto es así porque su riqueza sirve para asegurarles la
impunidad de la reprobación moral. La sociedad americana, en comparación
con las europeas se encuentra imbuida de una salvaje represión moral de corte
comunitario, que censura todo lo que escape a lo convencional. Y en este
contexto, una de las mayores promesas del American Dream es que a través de
la riqueza puedes escapar del juicio social y ganar la impunidad para ser quien
tú realmente quieras. Por este motivo las provocaciones, la ostentación y los
295

excesos de estos millonarios hacen que sean admirados como el cumplimiento


de la promesa más profunda del sueño americano.
Hay otro aspecto de la retórica de Trump que conecta con esta idea. La idea de
que él es un ganador y que eso le cualifica para ser un líder. Existe todo un
discurso sobre la virilidad, la fuerza y el éxito que forma parte del imaginario
del American Way & Dream, que divide el mundo entre “winners” y
“losers”, y donde los ganadores cuentan con la patente de corso para hacer lo
que quieran, porque en el fondo se lo han ganado. Donald Trump siente una
necesidad compulsiva de hablar de sí mismo, y además en términos de
ganador, posiblemente el término autodefinitorio que más utiliza. Y este
recurso egocéntrico no causa rechazo entre buena parte del electorado
americano. Primero porque es lo que se espera de un genuino ganador, y en
segundo lugar porque eso les transmite esperanza. Muchos americanos
conciben sus problemas en términos de “losers”, y el hecho de tener a un
ganador de candidato les genera la ilusión de que con su ayuda podrán dejar de
ser perdedores. Esta mentalidad es el precio más crudo de la cultura
individualista americana.
AL IGUAL QUE PARIS HILTON, TRUMP PERTENECE A UN ESTILO DE
MILLONARIO CUYAS TRANSGRESIONES NO SON MOTIVO DE REPROBACIÓN REAL
DE LA POBLACIÓN
Sobre esta base discursiva del American Dream, y a través de utilizar su
carisma para convertirse en un símbolo, Trump puso los cimientos para su
victoria. El resto lo fue construyendo con una campaña que supo inspirarse en
las dos victorias más genuinas del Partido Republicano. Las dos más anómalas
de la trayectoria de dicho partido.
No es ningún secreto que la campaña de Trump tomó inspiración en las
campañas de Nixon de 1968 y de 1972, en las que arrebató a los demócratas
primero el norte industrial, y luego el sur blanco en lo que se conoció como
la Southern Strategy (iniciada en realidad por Barry Goldwater, el padre de
todos los ultraconservadores americanos). La Southern Strategy vinculó a los
afroamericanos con el crimen, y al Partido Republicano como el partido del
orden y de la mano dura frente a unos demócratas hippies y licenciosos. Trump
realizó su Great Lakes Strategy en los mismos términos, añadiendo a los
296

latinos a la lista de criminales. Nixon conquistó el sur de por vida para el


Partido Republicano. El reto de Trump es hacer lo mismo con los Grandes
Lagos y está por ver su suerte, aunque no cabe duda de que si consigue
transformar su ajustada victoria en esa región en una reconfiguración de la
coalición de votantes republicana, el partido será imbatible durante décadas.
No resulta sencillo visualizar cuánto hay de estructural y cuánto de ira
pasajero en el cambio de voto de la clase trabajadora de los Grandes Lagos.
Ronald Reagan, la segunda fuente de inspiración de Trump, fue pionero en la
estrategia de arrebatar el voto obrero a los demócratas, a niveles más
profundos que lo que inició Nixon. Pero las políticas neoliberales de su década
devolvieron el voto trabajador al Partido Demócrata con Bill Clinton.
Reagan y Trump son figuras fuertemente conectadas en un sentido simbólico y
de liderazgo. Ambos son carismáticos exdemócratas y outsiders en su nuevo
partido con un mensaje revolucionario para América, el de una revolución
conservadora. Trump ha tomado de Reagan hasta el lema de su campaña, pues
el famoso “Make America Great Again” es una copia descarada del lema de
campaña de Reagan del año 1980 (“Let's make America great again”); ironía
de la vida, Bill Clinton también lo utilizó en el año 1992.
El carácter iconoclasta que Trump comparte con Reagan es mucho más
acentuado en el primero. De hecho, Trump ha llegado a pertenecer a tres
partidos a los que ha abandonado y vuelto de manera constante: Demócrata
(desde su juventud hasta 1987, volviendo en 2001-2009), Republicano (1987-
1999, 2009 al presente) y reformista (1999-2000). Merece una mención,
aunque no pueda tratarlo con exhaustividad, el apoyo de Trump al Partido de
la Reforma del millonario populista tejano Ross Perot por dos razones. En
primer lugar, porque hay mucho del estilo, la retórica y el espíritu de la
política de Trump que están inspirados en Ross Perot. En segundo lugar,
porque este no es el primer intento de Trump por alcanzar la presidencia. En
las elecciones del año 2000, en las que George W. Bush se enfrentó a Al Gore,
Trump exploró la posibilidad de concurrir por el Partido de la Reforma,
incluso comenzó unas primarias. Pero al ver que competía con candidatos
cuyo perfil abarcaba desde un casi nazi a un casi comunista, no confió en la
consistencia del partido y se retiró.
297

REAGAN PLANTEO SU REVOLUCIÓN CONSERVADORA CON UN CAPITALISMO


GLOBAL EN PLENO AUGE Y TRUMP LA SUYA CON UN CAPITALISMO GLOBAL
FRACTURADO
Esta experiencia sin embargo es importante porque ya en ese momento Trump
expuso la mayor parte del que sería su programa político para la campaña
presidencial de 2016. En el año 2000 Trump propuso: revisar los acuerdos de
libre comercio con China y el NAFTA; endurecer la política fronteriza,
endurecimiento del control de la financiación de los políticos por los donantes
y lucha contra la corrupción en Washington; reforma de la ley de sanidad del
momento y creación de un programa de lotería específico para financiar la
lucha antiterrorista (antes del 11-S). Esto muestra que Trump es más coherente
de lo que se le suele reconocer en los medios de comunicación, aunque abre la
discusión a dos interesantes preguntas.
1) ¿Por qué Trump con un mismo programa ha podido conquistar el Partido
Republicano y la presidencia, pero década y media antes no atraía a más del
7% del electorado?
2) ¿Cómo hubieran sido unos Estados Unidos gobernados por Trump durante
el 11-S y posteriormente?
La segunda pregunta es sólo un contrafáctico de política ficción interesante
para plantearse pero sin demasiada relevancia. La primera, por el contrario, sí
resulta relevante porque nos pone sobre la pista de que la victoria de Trump no
era inevitable. Sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2000 existía una
derechización de la sociedad lo suficientemente marcada como para que, a
pesar de las trampas, existiera la legitimidad conservadora para que fuera
elegido Bush y nadie intentase impugnar el resultado.
Y es que en aquel momento ambos partidos se encontraban en la cúspide de su
poder, las contradicciones con su sistema de votantes aún no habían estallado,
y la etapa de crecimiento enmascaraba las enormes contradicciones que se
estaban gestando en ese momento álgido de la globalización. Sin crisis
económica, crisis política, y, lo que es más importante, sin el fracaso de la
política institucional para resolver la crisis económica desde una perspectiva
social, un candidato como Donald Trump no tenía nada que hacer.
298

LA DEMONIZACIÓN DE LA CLASE OBRERA ES OTRA FORMA DE REFORZAR SU


EXCLUSIÓN. Y A LA LARGA PROVOCA UNA PÉRDIDA DE IDENTIFICACIÓN ENTRE
ESTA Y LA IZQUIERDA
Eso es lo que distingue a Trump de Reagan como candidatos de una
revolución conservadora. Que Reagan plantea su revolución en el contexto de
un capitalismo global en pleno auge (aunque el país atravesase una crisis
económica local) y Trump la suya con un capitalismo global fracturado y unos
Estados Unidos en el inicio de su decadencia. Pero a pesar de esta diferencia
del momento histórico, sus victorias están cimentadas en que supieron captar
la ansiedad de la población por escuchar un nuevo mensaje económico
contrario al establecido. Y ambos derrotaron a un demócrata moderado
fuertemente deslegitimado.
Esto me lleva a considerar la figura de la exrepublicana Hillary Clinton y la
debacle demócrata que ella, su equipo, y el comité nacional demócrata
perpetraron.
La dejación de funciones de los liberales y del Partido Demócrata
El mundo anglosajón fue pionero en el establecimiento de la izquierda
socioliberal por parte y en contra de la antigua socialdemocracia
(estableciendo con ello la conocida como tercera vía) y ha sido también
pionero en su crítica.
Una de sus líneas de revisión más importante ha sido la representada por
autores que desde la crítica cultural han vuelto a la identidad de clases. Owen
Jones en Reino Unido, o Thomas Frank y Arlie Russell en los Estados Unidos
son buenos ejemplos de esta corriente.
Owen Jones comentó durante una entrevista que la inspiración para su
libro Chavs: la demonización de la clase obrera le surgió tras una cena que
compartió con distintas personas de izquierdas. Durante la cena identificó todo
un discurso de superioridad cultural por parte de dichas personas
comprometidas con los desfavorecidos, que sin embargo se reían y
ridiculizaban sus costumbres, argot, y en general toda su estética y referentes.
Lo que subyacía en el discurso de esta gente progresista era todo un discurso e
imaginario clasistas más propios de la derecha. Esto llevó a Owen Jones a
299

escribir su libro como una llamada general de atención para la sociedad en su


conjunto y la izquierda en particular:
La ridiculización y demonización de la clase obrera y los desfavorecidos es
otra forma de reforzar su exclusión. Y a la larga provoca una pérdida de
identificación entre las clases populares y la izquierda, así como aumenta la
brecha que existe entre los desfavorecidos y los referentes progresistas, sus
partidos, medios de comunicación y símbolos culturales; y todo esto abona el
terreno para que la nueva extrema derecha ocupe el vacío referencial dejado
por los progresistas.
Tres años antes de que Owen Jones saltase a la fama con su popular llamada
de atención, en los Estados Unidos Thomas Frank publicaba su libro ¿Qué
pasa con Kansas?: Cómo los ultraconservadores conquistaron el corazón de
Estados Unidos. Aunque el libro no ha tenido el mismo impacto en Europa
que el éxito despertado por la obra de Jones, se trata sin duda de una obra de
referencia complementaria a la del británico y de rabiosa actualidad. De hecho,
pocos libros explican mejor la llegada a la Casa Blanca de Trump que esta
obra de 2004 escrita tras las elecciones presidenciales en las que John Kerry
perdió contra Bush a pesar de la Guerra de Irak, y que intentó servir de
advertencia a los demócratas y progresistas americanos para que no se
durmieran en la complacencia. Huelga decir al calor de lo ocurrido que pocos
se dieron por aludidos con la premonitoria advertencia.
PARA LOS BLANCOS CONSERVADORES, LA VIDA ES UNA COLA QUE UNO
GUARDA ESPERANDO SU LLEGADA AL ÉXITO, PERO HA EMPEZADO A COLARSE
GENTE MEDIANTE LAS POLÍTICAS DE DISCRIMINACIÓN POSITIVA
Cuando Thomas Frank volvió a su estado natal, Kansas, encontró con sorpresa
que uno de los estados que históricamente había apoyado el populismo de
izquierdas se encontraba a la vanguardia del discurso más reaccionario. Tras
una rigurosa investigación halló que una gran cantidad de trabajadores que en
el pasado se habían identificado con un discurso económico progresista no
encontraban ningún referente para sus problemas en una izquierda que ya sólo
hablaba de los problemas de las minorías raciales, el cambio climático y la
exclusión de las mujeres. Todo ello en estados racialmente homogéneos y en
decadencia económica desde hacía lustros. El hallazgo de la desconexión de la
300

clase trabajadora y el Partido Demócrata, que los liberales estadounidenses han


descubierto a principios de noviembre, fue anunciado hace ya doce años con
todas sus características por Thomas Frank. Durante la campaña de 2016
Thomas Frank ya anunció que Hillary Clinton era la candidata menos
competitiva que los demócratas podían nominar, así como denunció la
transformación del Partido Demócrata en un partido de clase, pero no de clase
trabajadora, sino de clase profesional (liberal). Representante de personas de
clase media alta de las costas, con un discurso y prioridades totalmente
desconectados de los problemas de la gente humilde y trabajadora.
Uno de estos exponentes de la clase profesional liberal, la socióloga y
antropóloga Arlie Russell, se desmarcó de la complacencia generalizada entre
sus pares llegando a la conclusión que desde la ciudad de Berkeley
(California), uno de los grandes exponentes de la América cosmopolita y
moderna, no tenía herramientas para entender lo que estaba pasando en su
país. Arlie Russell no se conformó con constatar el road to desunion, el
divorcio entre las dos Américas del que hablé anteriormente, y durante cinco
años se sumergió en una de las zonas más ultraconservadora del estado de
Louisiana (y en general de los Estados Unidos), para entender los motivos de
la desunión en el contacto con la gente.
Lo que encontró allí sirvió para escribir su libro Strangers in their Own Land:
Anger and Mourning on the American Right (Extranjeros en su propia tierra:
ira y luto en la derecha americana), y este libro, que complementa los dos
anteriores, cuenta una de las grandes paradojas de las políticas demócratas de
los últimos cincuenta años. Louisiana es el estado que más ayudas federales
recibe. Estas representan cerca del 44% de su PIB. Y sin embargo es el estado
que presenta un mayor rechazo hacia el gobierno federal y mayor simpatía
hacia el Tea Party. Y esto llevó a Arlie Russell a preguntarse cómo era posible
que los mayores beneficiarios en términos relativos de la política de
redistribución pública del presupuesto federal pudieran ser al mismo tiempo
tan beligerantes con este.
Tras numerosas reuniones y entrevistas Arlie Russell encontró lo que ella
denominó la “historia profunda” de estos colectivos. Ella definió esta idea
como la historia de la vida tal y como la gente la siente, desprovista de juicios
301

morales y de hechos. Inspirado por esta idea he intentado plantear en esta serie
una visión combinada de la historia profunda de los americanos en general
conectada con las causas históricas, sociológicas y económicas para explicar la
llegada de Trump al poder, por eso mi insistencia en la centralidad
del American Way & Dream.
LA COMPLACENCIA DEMÓCRATA CON RESPECTO A LA FORTALEZA DE SU
COALICIÓN DE VOTANTES RESULTÓ LETAL. OLVIDÓ LA REGLA DE ORO DE QUE
SI NO SE LA CUIDA, SE DESHACE
Pero volviendo al trabajo de Arlie Russell, lo que ella encontró como historia
profunda de los blancos conservadores podría resumirse en la metáfora de la
vida como una cola que uno guarda esperando su llegada al éxito. Pero en esa
línea ha empezado a colarse gente por medio de las políticas de discriminación
positiva para los afroamericanos, emigrantes, mujeres y minorías en general.
Con cada nuevo grupo que se cuela la gente trabajadora y honrada debe dar un
paso atrás alejándose más del éxito. Se trata de una traición a los valores más
fundamentales del American Way & Dream, y por lo tanto una traición al
contrato social. Estos blancos humildes sienten que están siendo subsidiados,
pero que no se les provee de las condiciones para alcanzar por sí mismos las
condiciones de vida que les gustaría tener. Esto les lleva a desarrollar una
animadversión por el Estado, que debería guardar el orden en la cola y hacer
cumplir las reglas de juego, y que no sólo no lo hace sino que cuela a otros al
margen del mérito, para luego compensar al resto con migajas.
No importa lo ajustado a la realidad de este relato de vida. Lo importante es
que condiciona la conciencia de una gran parte de individuos para los que la
frase “Make America great again” significa devolver el orden a la cola, y por
lo tanto restaurar la justicia social. Curiosamente Arlie Russell encontró
también que existía una muy buena predisposición de estos votantes hacia
Bernie Sanders y su mensaje
Su programa de un salario mínimo federal, la reforma del sistema impositivo
para hacerlo progresivo, endurecer la legislación financiera (la famosa reforma
de Wall Street), la creación de trabajos por medio de una política expansiva de
inversión pública en infraestructuras recuperando la tradición del New Deal, la
revisión de los tratados de libre comercio; y muchas más cuestiones que, en
302

definitiva, suponen revisar un statu quo que en el mejor de los casos trae a los
trabajadores la sensación de estancamiento vital, y en el peor una sensación de
decadencia y deterioro.
El estado de ánimo y buena predisposición hacia Sanders que encontró Arlie
Russell, y que se confirmaron en las primarias demócratas (con la victoria de
Sanders en estados que generalmente están vedados a los demócratas), son dos
datos que indicaban a los demócratas que su situación no tenía por qué estar
perdida entre los votantes tradicionalmente conservadores, y entre el votante
de clase trabajadora.
El hecho de que los dos candidatos que propusieron un programa de cambio
con respecto a la política económica de la Era Obama ganasen en los mismos
estados (salvo el sur, que inclinó la balanza hacia Clinton) indicaba que existía
una demanda unificada de los votantes desfavorecidos, insatisfecha por
el establishment demócrata. Y estos no quisieron darse por enterados.
Si analizamos en retrospectiva la actitud del equipo de campaña de Clinton
ante el desarrollo de las primarias/campaña presidencial, nos encontraremos
con que se dio una situación muy paradójica que combinaba dos elementos
contrapuestos. Por una parte, existía una fe ciega en las posibilidades de
victoria de la candidata sobre Sanders y sobre Trump que les llevó a
subestimar los movimientos del adversario. Este problema resultó acuciante
durante la recta final de la campaña presidencial cuando Trump abandonó
Florida para conquistar los estados de los Grandes Lagos que cimentarían
el sorpasso en el colegio electoral (que no en voto popular). Esta complacencia
de los demócratas con respecto a la fortaleza de su coalición de votantes
resultó letal, pues supuso olvidar la regla de oro de que si una coalición de
votantes no se cuida, se deshace, lo que supone otorgar la victoria al
contrincante.
EL GRADO DE NEGLIGENCIA DE LOS ASESORES DE CAMPAÑA DE CLINTON
RESULTA BASTANTE SORPRENDENTE, YA QUE SE TRATA DE UNO DE LOS
GRUPOS DE POLÍTICOS CON UNA MAYOR TRAYECTORIA EN WASHINGTON
Junto a esta fe ciega con respecto a las posibilidades de Clinton, con las
filtraciones de Wikileaks se supo que en el equipo de Hillary existía una
sensación de frustración por la falta de empuje de la candidata, y, sobre todo,
303

por la falta de dirección y definición de la campaña. Estas críticas resultan


especialmente chocantes viniendo de la cuenta de e-mail hackeada de John
Podesta, el director de campaña de Clinton. Resulta evidente que si hay un
responsable ante la ejecución y el contenido de la campaña ese es, además de
responsabilidad de la candidata, un fallo del director de campaña, es decir, del
propio Podesta. Pero el carácter errático de la campaña de Clinton no es una
crítica que carezca de sentido. Si se analiza la situación es innegable que
Clinton fue siempre una candidata a la defensiva cuyo discurso cambiaba
amoldándose a los ataques del otro candidato. Y si hay un consenso asentado
entre los especialistas en discurso político es que un candidato a la defensiva
tiene escasas posibilidades de ganar unas elecciones, pues no es capaz de
transmitir un mensaje de fortaleza y competencia que gane la confianza de los
electores. Y esta actitud de falta de iniciativa y de un criterio claro a la hora de
defender un alineamiento político resultó letal para una candidata sobre la que
siempre ha pesado la imagen de político deshonesto.
Ante Bernie Sanders, tuvo que rendir cuentas continuamente por su vínculos
con Wall Street y por su apoyo a Bush en la Guerra de Irak. Hillary pasó de
una defensa sin fisuras de la política de libre comercio de Obama a adoptar
algunas de las medidas de Sanders sin con ello construir un mensaje
económico claro. Ante Trump, Hillary tuvo que defenderse por el escándalo de
su servidor privado de correos cuando era secretaria de Estado, así como dar
explicaciones por los correos del Weinerleaks aireados por el FBI, de
Wikileaks con respecto al DNC y Podesta, sobre su actuación como secretaria
de Estado en Siria y Libia (especialmente por el ataque a la embajada de
Bengasi), y por supuesto las acusaciones de Trump a Clinton de ser una
política vendida al establishment y los poderosos, repitiendo los ataques de
Sanders por las conferencias ante Wall Street, y añadiendo otras más
descaradas que le tenían a él por protagonista, ya que en anteriores elecciones
él financió las campañas de Clinton, denunciando el intercambio de favores
entre él y su adversaria por ello.
El historial político de la candidata fue incapaz de resistir todos estos ataques.
Pero peor que esto es el hecho de que esta dinámica de asalto constante a
Clinton no era nueva por parte de demócratas descontentos y republicanos.
304

Llevaba ocurriendo durante suficiente tiempo como para que el equipo de


campaña estableciera una estrategia y protocolo de respuesta. Pero estaban tan
convencidos de la victoria que ni se molestaron en hacerlo. Y si lo hicieron, no
resultó para nada efectivo.
En general el grado de negligencia mostrado por Podesta y los asesores de
campaña de Clinton resulta bastante sorprendente, teniendo en cuenta que se
trata de uno de los grupos de políticos más profesionalizados y con una mayor
trayectoria en Washington, lo que significa que son expertos en la guerra
sucia, ya que sin serlo no se sobrevive dos décadas en la capital
estadounidense.
Los republicanos presentaron a un candidato carismático y un mensaje
poderoso: “Make America great again”, lo que significa actuar sobre la
economía, algo que venían reclamando los electores desde hacía tiempo.
Frente a esto los demócratas presentaron a una candidata distante y envuelta en
escándalos cuyo único mensaje gravitaba alrededor de su figura: su capacidad
de gestión y liderazgo y el hecho de ser la primera mujer candidata a la Casa
Blanca. En realidad, el mensaje más repetido por su campaña ni siquiera
trataba técnicamente de ella. Trataba de Trump. Los electores debían votar a
Clinton porque era una candidata mejor y más digna que Trump. Debían
votarla a ella para evitar que Trump llegase a la Casa Blanca. Pero ese mensaje
resultó poco convincente cuando como candidata Clinton se mostró
constantemente a la defensiva e incapaz de deshacerse de las sospechas de
corrupción. ¿Si no eres capaz de gobernar una campaña cómo vas a
responsabilizarte de gobernar un país?
SI EL EQUIPO DE CAMPAÑA DE CLINTON HUBIERA ATENDIDO A LOS DATOS DE
LAS REGIONES EN VEZ DE OBSESIONARSE CON FLORIDA, PODRÍA HABER
RETENIDO ALGÚN ESTADO DE LOS GRANDES LAGOS
A esto hay que sumarle un uso poco profesional de las encuestas. La mayor
parte de la prensa (favorable a Hillary Clinton con un porcentaje de adhesión
unificado hacia un candidato presidencial inédito en anteriores convocatorias
electorales) se hizo eco de las numerosas nationwide polls y prestó poca
atención a las statewide polls. Las primeras lo que ofrecen es un indicador de
la diferencia de apoyo de un candidato sobre su contrincante, realizando
305

preguntas a lo largo de todos los Estados Unidos y ofreciendo un cifra


agregada de todas ellas. Sirven para medir el grado de apoyo de un candidato
en el país en su conjunto, y funcionan bajo un supuesto que es falso en el
sistema electoral: que los Estados Unidos forman una única circunscripción.
Las statewide polls, por el contrario, miden la popularidad de cada candidato
estado por estado, que es como se reparten los compromisarios.
La abrumadora mayoría de medios siempre se hace eco de las nationwide
polls y pocas veces presta atención a los statewide polls salvo cuando se trata
del estado al que pertenece la sede del medio de comunicación concreto. Hay
una razón práctica para esto, y es que resulta más cómodo y sensacionalista
dar un solo dato agregado que ofrecer una tabla con cincuenta y un datos
distintos tomados en distintas fechas. Vende más periódicos un titular con una
sola cifra sobre la que se pueden hacer afirmaciones rotundas. Y a pesar de que
las nationwide polls han sido tras la campaña ampliamente criticadas por
mostrar una constante ventaja de Clinton sobre Trump (salvo algunas durante
la recta final), ciertamente no se puede negar que si comparamos los datos de
dichas encuestas con los resultados en voto popular, las nationwide polls no
iban tan desencaminadas. Estas mostraban que Clinton iba a conseguir más
votos que Trump y finalmente así ha sido, el problema es que no se repartieron
geográficamente de manera que los demócratas pudieran aprovechar esa
ventaja en votos.
Entre las statewide polls, muchas ofrecían un alto número de estados indecisos
o con cifras de apoyo a los distintos candidatos muy oscilantes en las semanas
previas a las elecciones. El equipo de Trump dirigido en aquella recta final por
Stephen Bannon replegó a su candidato de Florida donde plantaba un duro
pulso a Clinton tornando la contienda a su favor. Si Podesta y el equipo de
campaña de Clinton hubieran atendido a los datos concretos de las regiones en
vez de obsesionarse con Florida, el estado que robó las elecciones a Al Gore,
podrían haber compensado los movimientos de Trump y retener algún estado
de los Grandes Lagos. Se movilizó al matrimonio Obama para contrarrestar a
Trump en esa zona, pero una vez más era un movimiento de defensa y
reacción ante la toma de iniciativa del candidato republicano.
Los resultados electorales y la implosión demócrata
306

La obtención de resultados electorales oficiales en las elecciones


presidenciales de los Estados Unidos es una tarea ingrata, ya que el recuento
de las papeletas compete a los estados que son los que ofrecen los datos
provisionales, cada uno los suyos. El organismo federal responsable de dar los
datos oficiales definitivos de la elección, la Federal Election Commission,
tarda casi un año en hacerlos públicos (estiman que estarán para mediados de
2017), y no ofrecen datos provisionales, ni agregados, ni desagregados. La
Associated Press se dedica a recolectar los datos provisionales de los estados,
pero no ofrece una base de datos abierta al público, sino que se lo comunica a
los periódicos que actualizan sus páginas web sin ofrecer datos tan básicos
como porcentaje de participación, número de votos totales, o los votos
obtenidos por los partidos minoritarios. Por lo tanto, los datos que se ofrecen a
continuación no son datos oficiales de la Federal Election Commission y
podrían ser matizados por el informe que publique ésta en unos meses.
A día 1 de diciembre, y con un recuento abierto en el estado de Wisconsin, y
otros dos recuentos proyectados en Michigan y Pensilvania, los datos
provisionales según el New York Times ofrecen una cantidad de votos de
64.817.808 con una tendencia al alza para Hillary Clinton (48%), lo que se
traduce en 232 compromisarios. Con respecto a los 62.510.659 para Trump
(46,3%), quien gana 306 compromisarios. Estos datos cambiarán cuando se
terminen los recuentos. La distancia de votos es de 2.076.687 votos a favor de
Clinton y podría incrementarse. Pero comparados con las anteriores
elecciones, los republicanos han ganado 1.577.155 votos, mientras que los
demócratas han perdido 1.097.987 votos, quizás algo menos. Los republicanos
han ganado casi el mismo número de votos que han perdido los demócratas,
por lo tanto los demócratas ganan en voto popular, mientras que los
republicanos ganan en voto electoral.
LOS ESTADOUNIDENSES NO ELIGEN A SU PRESIDENTE, SINO QUE ELIGEN UN
CUERPO DE ELECTORES QUE SE COMPROMETEN A TRANSMITIR EL SENTIDO DEL
VOTO DE LOS CIUDADANOS
Hay que realizar una aclaración a este respecto. Los Estados Unidos son una
república presidencial desde sus inicios constitucionales. A pesar de lo que se
suele decir, la idea original de los padres fundadores no era fundar una
307

democracia, sino una república mixta, donde existirían elementos monárquicos


(el presidente), elementos aristocráticos (el Congreso, el Senado y el Colegio
Electoral para la elección del presidente) y elementos democráticos (los Town
meetings a nivel municipal allá donde los hubiera, y el derecho de elegir
representantes como derecho reconocido para aquellos ciudadanos que la ley
estableciera, que nunca fueron todos). El derecho al voto fue establecido a
nivel de cada estado, pero no a nivel federal (y mayoritariamente sigue siendo
así), por lo que cada ciudadano vota de acuerdo a las leyes de su estado sin que
exista un criterio unificado. La única excepción a esto fue el requerimiento
establecido en la 14ª enmienda, aprobada en 1868 (81 años tras la aprobación
de la Constitución), en el contexto de la reconstrucción tras la guerra civil. En
ella se estableció, entre otras cosas, el derecho a la ciudadanía estadounidense
a nivel federal y el derecho al voto para los varones de veintiún años en
adelante, siendo esta la mínima cobertura común legal de derecho al voto.
Pero lo que hay que entender es que al contrario de la creencia general los
estadounidenses no eligen a su presidente, sino que eligen un cuerpo de
electores que quedan comprometidos a transmitir el sentido del voto de los
ciudadanos. Por eso en los Estados Unidos se les denomina cuerpo electoral y
en España compromisarios. El compromiso es de respetar el sentido del voto,
aunque se han dado casos en que algún compromisario ha votado en sentido
distinto al que se comprometió con sus votantes, lo que ha llevado a algunos
estados a desarrollar leyes punitivas para evitar esta situación. Al presidente de
los Estados Unidos técnicamente no lo eligen los 231.556.622 americanos con
derecho al voto, sino 538 electores, porque el sistema de elección no está
pensado constitucionalmente para ser democrático, sino aristocrático. Sólo por
la acción de dos siglos de presiones populares para el establecimiento de la
democracia se ha conseguido extender el sistema mixto al sistema electoral,
donde el elemento democrático es hoy en día predominante, aunque en
ocasiones genere disfuncionalidades que desvelan el origen elitista del sistema
que no ha desaparecido. Como el resultado actual, en el que Trump con menos
votos se hará con la presidencia. No es la primera vez que ocurre. Ya ocurrió
en 1824, 1876, 1888 y en el año 2000 (y ahora por quinta vez). De hecho, el
origen del Partido Demócrata se encuentra en el primero de estos desajustes,
308

tras las elecciones de 1824. Queda claro que este problema ni es nuevo ni es
ajeno a la legalidad constitucional, aunque puede ser un elemento
deslegitimador de la actual arquitectura democrática.
Esto en cuanto al funcionamiento del sistema en su conjunto. En lo que se
refiere a estas elecciones, los partidos minoritarios han subido de manera
espectacular con respecto a la anterior convocatoria, pero de manera desigual.
El Partido Libertario es el que acusa la mayor subida con un total de cuatro
millones de votos, con respecto al millón de votos que obtuvo en las pasadas
elecciones, y el Partido Verde obtuvo un millón de votos, un incremento de
algo más de medio millón de votos con respecto al 2012. El Partido Libertario
en estas elecciones proporcionó un refugio natural para el electorado
republicano más institucional que se resistía a votar a un candidato
económicamente proteccionista y racista. Los verdes, por el contrario,
capitalizaron parte del voto juvenil que Bernie Sanders había reunido
alrededor de su plataforma Our Revolution.
EL PARTIDO LIBERTARIO ALCANZO 4 MILLONES DE VOTOS, FRENTE AL MILLÓN
DE VOTOS QUE OBTUVO EN 2012, Y EL PARTIDO VERDE OBTUVO 1 MILLÓN DE
VOTOS, UN INCREMENTO DE ALGO MÁS DE MEDIO MILLÓN
Pero si se atiende a estos datos, lo lógico es que una mayor pérdida de votantes
demócratas hubiera reforzado al partido minoritario a su izquierda. Mientras
que la presentación de un candidato con un perfil más derechista por parte del
Partido Republicano hubiera ido en detrimento del partido minoritario, en
líneas generales más a la derecha que los republicanos. Sin embargo, lo que ha
ocurrido es que ha habido una fuga masiva de votos republicanos moderados
al Partido Libertario (por presentar un perfil más tradicional con el de la
derecha republicana estadounidense) como se muestra por los índices de apoyo
a este partido que, quitando Texas, ha subido en estados costeros y del norte
sin una fuerte tradición libertariana. Mientras que el voto de izquierdas se ha
fragmentado entre la abstención, el voto a Clinton y el voto a los verdes. Pero
este factor no es decisivo, pues en los estados más liberales es donde se ha
dado un mayor incremento de los verdes y en dichos estados Clinton no sólo
no ha perdido votos sino que en algunos, como en California, ha ganado más
votos que Obama en 2012.
309

Una combinación de abstención en estados del medio oeste y los Grandes


Lagos, con un fuerte trasvase de votos a los republicanos es lo que explica por
qué la caída de los demócratas en votos es tan acusada sin que eso se traduzca
en una subida espectacular de los verdes (que apenas han recibido votos allí),
así como por qué la subida espectacular de los libertarios no ha hecho mella en
el Partido Republicano. Estos últimos han compensado la huida de sus
moderados con voto obrero demócrata.
Esto confirma la hipótesis del colapso del sexto sistema de partidos. La
diferencia entre republicanos y demócratas es que los primeros vivieron su
colapso antes de que comenzasen las elecciones, mientras que los segundos lo
vivieron durante las mismas.
El colapso demócrata es el de una élite liberal de las costas por su propia
incompetencia e insensibilidad ante los problemas de los trabajadores blancos
pobres. Este problema es mucho más profundo de lo que parece, y se
demuestra cuando se comparan los resultados de las primarias con los de las
elecciones presidenciales.
Bernie Sanders se mostró durante las primarias mucho más fuerte en aquellos
estados cuya pérdida ha sido clave para la derrota demócrata, y sus índices de
movilización de voto en los estados en los que perdió contra Clinton en las
primarias fueron superiores a los de Trump (por ejemplo, Sanders atrajo
menos votos que Clinton en el estado de Nueva York, pero más que Trump),
por lo que si hubiera competido en dichos estados habría superado con mucha
probabilidad a Trump a pesar de no haber sido tan apoyado como Clinton.
Mientras que en aquellos estados donde Clinton no era competitiva él hubiera
tenido más posibilidades de mantener o conquistar dicho estado para los
demócratas, como demuestran los resultados de las primarias.
Aun así, la situación de Sanders con respecto a la coalición de votantes
demócratas dista de ser perfecta, ya que, como se evidenció durante las
primarias, fue incapaz de atraer hacia su candidatura a las minorías raciales,
con excepción de los indios nativos americanos, que le apoyaron en masa. Este
indicador apunta a un problema estructural del Partido Demócrata que
evidencia su colapso. La coalición de votantes demócratas de los últimos
cincuenta años se ha deshecho debido a que ningún candidato es capaz de
310

elaborar un mensaje que aúne al conjunto de desfavorecidos: a los blancos


pobres con las minorías raciales excluidas.
De esta manera, si el colapso del Partido Republicano se debió a un
agotamiento de su cúpula y a la incapacidad de generar un recambio desde la
institución del partido, el colapso demócrata se ha producido por su base; más
concretamente por la incapacidad de la cúpula demócrata de conectar con toda
la base y mantenerla unida. Esto explica por qué la crisis republicana fue más
temprana y por qué la crisis demócrata es más profunda.
Tras los resultados electorales el 8 de noviembre la cúpula demócrata terminó
de desmoronarse, apuntando la tendencia posterior a la convención demócrata
de Filadelfia. Debbie Wasserman y otros dos miembros del comité nacional
demócrata dimitieron después de que Wikileaks filtrase que el partido había
estado ayudando ilegalmente a Hillary Clinton durante las primarias. Donna
Brazile, la actual presidenta interina del comité, encara una dura batalla para
su confirmación en el cargo contra Keith Ellison, el candidato de Bernie
Sanders.
Al igual que ocurriera en el colapso republicano, el Partido Demócrata ha visto
desaparecer a la élite que ha llevado las riendas del partido desde hace
décadas: las grandes dinastías de la Costa Este. En agosto del 2009 murió Ted
Kennedy, quien desde el Senado controlaba lo que quedaba del poder de la
poderosa familia en el Partido Demócrata. La adhesión de Ted Kennedy a
Obama fue de gran importancia en su victoria frente a Hillary Clinton, y la
última demostración de fuerza de la familia Kennedy.
Hillary y Bill Clinton, junto a colaboradores suyos como John Podesta o
Debbie Wasserman, quedaron como el último gran poder en el Partido
Demócrata una vez los Kennedy se extinguieron. Seguros de la victoria de
Hillary Clinton, lo apostaron todo a estas elecciones y al perder lo perdieron
todo.
Como en el caso republicano, ya sólo quedan líderes institucionales
moderados y débiles cuyo traspaso de poder está comprometido. Tal y como
ocurriera entre el Partido Republicano y el Tea Party, un potente movimiento
más radical y externo al partido que impugna al presidente electo amenaza con
tomar las riendas. Al contrario de lo que ocurrió con el Tea Party, los políticos
311

y militantes de Our Revolution cuentan con un liderazgo fuerte y unificado


alrededor de la figura de Bernie Sanders, y un mensaje sólido y cohesionado
que fue generado alrededor de su candidatura en las primarias.
Por tanto, las posibilidades de que Sanders, Ellison, y el movimiento Our
Revolution desplacen a la cúpula moderada restante es mucho mayor que en el
caso republicano hace una década. Esta situación se ve acentuada si además
consideramos que los demócratas moderados se han limitado a aceptar el
proceso de transición del gabinete presidencial de Trump, mientras que la
oposición efectiva a sus declaraciones y nombramientos la capitalizan Sanders
y Our Revolution, cobrando la iniciativa con respecto a la línea oficial del
partido.
Donald J. Trump derrotó a las dos grandes dinastías políticas, a la republicana
de los Bush en las primarias de su partido y a la demócrata de los Clinton en
las elecciones presidenciales. Con ello ha conseguido terminar de labrarse su
figura de azote del establishment, y sólo Bernie Sanders y Our Revolution
puede rivalizar con él a la hora de marcar la dirección en que evolucionará el
sistema de partidos. ¿Recobrará Sanders a los electores perdidos, o iniciará
Trump un nuevo sistema de partidos? De cómo se muevan ambos dependerá la
formación de un nuevo capítulo en la historia política estadounidense.
--------------
Nota: esta serie finalizará el viernes 20 de enero, día de la toma de posesión
del presidente electo, con una nueva entrega sobre las claves de la futura
presidencia Trump, en donde se analizarán las posibles líneas de política
exterior y reforma interna de Trump, así como el perfil de su gabinete
presidencial y la manera en que puede ser un modelo para la nueva extrema
derecha.
Marcos Reguera. Investigador en la Universidad del País Vasco.
El derrumbe del sistema americano y la victoria de Trump
Obama fue en 2008 el triunfo moral y simbólico de la América progresista. El nuevo presidente de
EEUU es el Obama de la otra América, la América conservadora. Pero los dos grandes partidos,
Demócrata y Republicano, han implosionado

http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10492/Estados-Unidos-Trump-Obama-democracia.htm
MARCOS REGUERA
312

En tan solo seis días, el próximo 20 de enero, Donald J. Trump pasará de ser
presidente electo a ser presidente de los Estados Unidos. Sin bien está por ver
aún cuáles serán las implicaciones reales de su toma de posesión, en un plano
simbólico su victoria electoral ha sacudido el mundo abriendo numerosos
interrogantes sobre lo que su presidencia puede suponer para la primera
potencia global y el resto de países.
Este artículo forma parte de una serie de tres análisis que desgranarán distintos
aspectos de la América de Trump, las elecciones, y la futura presidencia. El
objetivo es ofrecer herramientas y claves de comprensión para que las lectoras
y lectores puedan interpretar las numerosas noticias que se seguirán
sucediendo sobre el próximo inquilino de la Casa Blanca.
En este primer capítulo, El derrumbe del sistema americano y la victoria de
Trump, se intenta ofrecer una explicación de conjunto de las causas históricas,
culturales y políticas que prepararon el terreno para la victoria del magnate
neoyorquino.
El precio de la globalización para el American Way & Dream:
Las expresiones “American Dream” y "American Way of Life" juegan en la
cultura norteamericana el papel de ideas de consenso sobre el significado de la
vida en sociedad. Son el equivalente americano a la idea europea del Estado
del bienestar: las condiciones sociales que permiten que un individuo y su
colectividad puedan llevar una vida plena desde el nacimiento hasta la tumba.
En Europa ese marco de bienestar queda a cargo del Estado, que debe regular
y atenuar las injusticias para garantizar una vida digna. En los Estados Unidos,
por el contrario, se entiende que son la ausencia del Estado y las oportunidades
del mercado lo que provee el bienestar para quien lo persigue. Este consenso
genera dos ideas relacionadas:
El American Dream se refiere a la promesa de éxito social y una vida de
riqueza para aquel que tenga la voluntad de perseguir su propio
engrandecimiento y reúna los suficientes méritos individuales. El American
Way of Life son las condiciones concretas que dan cuerpo al American Dream.
La sociedad de consumo, la democracia, la libertad económica y de expresión,
la cultura popular, los valores morales, etc. No importa que pensemos que
313

estas ideas sean mitos. Lo importante es que rigen la mentalidad de la gente


generando realidad social, aunque no siempre sea la realidad que imaginan y
desean los actores que viven bajo el American Dream y el American Way.
El American Way & Dream (como me referiré a ambos a partir de ahora) es,
por lo tanto, a grandes rasgos, el contrato social de los estadounidenses.
Desde hace cincuenta años asistimos al desvanecimiento del modelo clásico
del American Way & Dream, de una América blanca que progresa en una
sociedad de consumo, con la promesa del éxito para el que se esfuerza y una
vida en barrios residenciales.
La estampa nunca fue del todo real, aunque sí se corresponde con un momento
de crecimiento sostenido y redistribución de la riqueza tras la Segunda Guerra
Mundial, en lo que se llamó el consenso de Postguerra entre capital y trabajo.
Estos años de crecimiento sostenido desde 1945 hasta 1973 marcaron a fuego
en la mentalidad americana una imagen dorada de los Estados Unidos que no
sólo se proclamaba como una realidad del momento, sino como una promesa
para las generaciones venideras.
DESDE HACE CINCUENTA AÑOS ASISTIMOS AL DESVANECIMIENTO
DEL MODELO CLÁSICO DEL ‘AMERICAN WAY & DREAM’, DE UNA
AMÉRICA BLANCA QUE PROGRESA EN UNA SOCIEDAD DE CONSUMO
Aun así, no todos formaban parte de ese relato de recompensa al éxito
económico y valores tradicionales en barrios residenciales. Los afroamericanos
sufrían la segregación, los latinos vivían una marginalidad crónica y las
mujeres y minorías sexuales vivían subordinadas y ninguneadas bajo las
figuras patriarcales del marido y hombre blanco heteronormativo. El American
Way & Dream no sólo era homogéneo, sino que además era terriblemente
excluyente.
Desde los años sesenta del siglo XX las minorías raciales y sexuales, las
mujeres y muchos progresistas se han aliado en la lucha por los derechos
civiles, que ha recuperado la tradición de la lucha contra la esclavitud para
construir unos Estados Unidos más inclusivos. Sus reivindicaciones no tienen
por objetivo acabar con el American Way & Dream, sino conseguir que se
cumpla para toda la población su hipotético punto de partida: la igualdad de
oportunidades, es decir, igualdad de acceso a la competición económica.
314

Con la firma del acta de derechos civiles del presidente Johnson en 1964 se
terminaba de cimentar una lucha legal de largo recorrido, y se codificaba el
esfuerzo de las protestas por los derechos civiles, saltando estos de las calles a
la política institucional en el Partido Demócrata. Éste se convirtió desde ese
momento en el partido de los derechos civiles y las minorías. En esa época
muchos jóvenes entrarán en el partido atraídos por su mensaje moderno y por
los vientos de cambio, incluso muchos republicanos, como Hillary Clinton a
finales de los años sesenta.
Pero el American Way & Dream no sólo se vería alterado por la paulatina (e
incompleta) inclusión de los excluidos, sino que además se vería contestado
por otro fenómeno distinto pero paralelo (temporalmente hablando) y es el fin
de los Estados Unidos como la "Fábrica del Mundo".
NIXON FUE EL PRIMERO EN SENTENCIAR EL MODELO ECONÓMICO DE
POSTGUERRA SALIDO DE LA CONFERENCIA DE BRETTON WOODS.
CON SUS POLÍTICAS ECONÓMICAS INICIARÍA LA ERA NEOLIBERAL
Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos habían sido
el principal productor global de bienes manufactureros orientados al mercado
mundial, lo que creó veinte años de bonanza que permitieron cimentar
el American Way & Dream como una sociedad industrial y de consumo con
posibilidades económicas casi ilimitadas. Pero esto comenzó a cambiar con la
recuperación económica de las zonas europeas devastadas por la guerra (el
despegue alemán y la configuración de la Comunidad Económica Europea),
así como por la industrialización de sociedades agrarias del tercer mundo, en
especial las economías asiáticas, que comenzando por Japón, seguido por los
Tigres Asiáticos y con la incorporación final de China han configurado un
nuevo bloque mundial que ha desplazado el centro económico del océano
Atlántico al Pacífico. Dichas sociedades pasaron de ser mercados
estadounidenses a competidores económicos de manera simultánea. Si a esto le
sumamos que la reforma monetaria de Nixon y la situación de estanflación del
momento dispararon la crisis del petróleo de 1973 y la descompensación entre
oferta de bienes producidos, muy superior a la capacidad de consumo interno
norteamericano, tenemos que a principio de los años setenta se generaron las
condiciones para que los Estados Unidos no pudieran sostener el ritmo de
315

crecimiento económico necesario para mantener el American Way & Dream, y


de esta manera surgió la necesidad de reformar la economía para sostener el
modo de vida americano.
Nixon fue el primero en sentenciar el modelo económico de postguerra salido
de la conferencia de Bretton Woods. Con sus políticas económicas iniciaría la
Era Neoliberal a través de su reforma monetaria, con la abolición definitiva del
patrón oro y su sustitución por el dólar como patrón de referencia para la
convertibilidad global, y la apertura de los Estados Unidos a la economía china
con su visita a Pekín, preparó la economía norteamericana para una
globalización que ya estaba desde hace tiempo en marcha por la propia lógica
capitalista.
A corto plazo fue un gran éxito porque recobró para los Estados Unidos el
liderazgo económico. A largo plazo liquidó el factor nacional de la economía
americana acentuando su dependencia del exterior.
LA BRECHA SALARIAL DE LOS AÑOS OCHENTA LLEVÓ A GEORGE H.
W. BUSH A PREPARAR EL PRIMER GRAN TRATADO DE LIBRE
COMERCIO PARA COMPENSAR PARTE DE LA CAÍDA DEL CONSUMO
INTERNO, EL NAFTA
Ronald Reagan profundizó el enfoque inaugurado por Nixon con su
“Reaganomics” desviando recursos públicos desde el gasto en servicios
sociales a los contratos de defensa, iniciando los programas de desregulación
económica, así como implementando una bajada selectiva de impuestos que,
en teoría, liberaría ingresos para el consumo.
A corto plazo consiguió un crecimiento macroeconómico palpable gracias al
desvío de fondos públicos desde el Estado a ciertos sectores privados, así
como por la desaparición de regulación laboral, económica y medioambiental
que facilitó una mayor flexibilidad y dinamismo para los negocios. A largo
plazo el precio que pagó la sociedad norteamericana fue el empobrecimiento
de grandes sectores de su población, profundizar en su impacto
medioambiental que agravaba el calentamiento global y el inicio de la
decadencia de los grandes sectores industriales tradicionales por la
desprotección laboral y la imposibilidad de competir con altos salarios en un
mercado mundial con economías sin regulación laboral.
316

La brecha salarial de los años ochenta llevó al presidente George H. W. Bush a


preparar el primer gran tratado de libre comercio para compensar parte de la
caída del consumo interno. El NAFTA, que amplió el mercado para los
productos americanos, abrió a su vez las fronteras a los productos canadienses
y mexicanos e inició todo un proceso de deslocalización industrial a México.
Bill Clinton terminó de aplicar el NAFTA y aprobó la Gramm-Leach-Bliley-
Act en 1999 que desregularizó el sector bancario, apuntalando la dinámica de
financiarización de la economía. El proceso de globalización llegó a su
cúspide durante su mandato y el de su sucesor, George W. Bush, bajo cuya
presidencia un sector bancario con una regulación menor y distintos objetivos
provocó una política crediticia desbocada y especulativa que hinchó la burbuja
inmobiliaria. Dicha burbuja explotaría al final de su mandato con la caída de
Lehman Brothers y el inicio de la gran crisis global.
Obama, por su parte, ha intentado controlar parte de los efectos más
perniciosos de la desregulación financiera mediante una política de rescate y
subsidios a la zona industrial clásica de los Grandes Lagos. También ha
favorecido a través de Ben Bernanke un enfoque monetario algo más
heterodoxo del favorecido por Alan Greenspan en la reserva federal en las
décadas precedentes. Pero estos tímidos cambios no rompieron con la
dinámica expuesta anteriormente, y prueba de ello ha sido su apuesta por los
tratados de libre comercio del TTP en el pacífico o el TTIP (aún inconcluso)
con la Unión Europea.
LA ZONA DE LOS GRANDES LAGOS, LA AMÉRICA DE LAS GRANDES
FACTORÍAS AUTOMOVILÍSTICAS, HA PASADO DE SER EL CENTRO
ECONÓMICO ESTADOUNIDENSE A UNA ZONA EMPOBRECIDA Y EN
DECADENCIA
Vemos pues que las últimas décadas han supuesto una dinámica constante de
auge globalizador de un capitalismo desregularizado, con los Estados Unidos
consiguiendo con cada reforma económica mantenerse a la cabeza de las
economías mundiales, pero al precio de horadar las bases económicas
nacionales que habían hecho posible el American Way & Dream. Esto, por
supuesto, no es responsabilidad ni resultado exclusivo de la política
317

norteamericana. Es una dinámica capitalista mundial, pero a la que los


distintos presidentes norteamericanos han contribuido de manera decisiva.
Los resultados de esta dinámica son múltiples, pero para la victoria de Trump
hay uno que se alza con gran importancia. La zona industrial tradicional de los
Estados Unidos, la zona de los Grandes Lagos, la América del motor y de las
grandes factorías automovilísticas, ha pasado de ser el centro económico
estadounidense a una zona empobrecida y en decadencia.
El mercado ya no podía ofrecer una salida para la población de esa región ya
que su estructura productiva no encajaba en la nueva economía globalizada.
Las ayudas estatales y los servicios públicos desaparecieron por culpa de los
recortes, pero no del todo. Como resultado de las políticas de discriminación
positiva las minorías raciales tuvieron aún acceso a unos recursos que la clase
trabajadora y parte de la clase media blanca empobrecida dejaron de percibir.
El impulso de la lucha por los derechos de las mujeres consiguió que estas
accedieran al mundo laboral, doblando el número de competidores en el
mercado de trabajo. A lo que hay que añadir una mayor presencia de
inmigrantes en zonas que generalmente habían sido blancas, así como el cierre
de fábricas y negocios por la deslocalización industrial.
Si ni el Estado ni el mercado ofrecen los medios de reproducción vital,
aparecen nuevos competidores para los pocos puestos de trabajo existentes, y
los valores sociales y culturales de la época de bonanza se ven cuestionados
por las élites culturales de zonas aún económicamente boyantes, el camino a la
desunión queda pavimentado.
AQUELLOS CUYOS PUESTOS DE TRABAJO PUEDEN SER
DESLOCALIZADOS SE ENCUENTRAN DISLOCADOS. SU REALIDAD ES
GLOBALIZADA, PERO NO SACAN GANANCIA DE ELLO A PESAR DE
ESTAR EN UN ESPACIO CÉNTRICO
La idea fundamental de toda esta explicación es que la globalización no sólo
genera ganadores y perdedores en el tablero global, entre el centro y la
periferia. Sino que dentro del centro, en los países desarrollados
supuestamente ganadores, se genera un desdoblamiento entre una parte de la
sociedad integrada en y otra dislocada ante la globalización.
318

Esta idea es muy importante para mi argumento, pues explica por qué dentro
de zonas que debieran ser netamente ganadoras la globalización se comporta
como un arma de doble filo, enriqueciendo y generando oportunidades para un
segmento de la población y destruyendo las condiciones de vida para muchos
otros. Ninguno de estos segmentos sociales está excluido de la globalización,
todos forman parte de ella y sus vidas se insertan en la misma a través del
trabajo, de su ausencia, y en todos los casos a través del consumo. Esta
desigualdad en el disfrute o sufrimiento del proceso globalizador no se debe
exclusivamente a que se resida en zonas ganadoras (centro) o perdedoras
(periferia) dentro de un país, sino por el lugar que se ocupa o se ha dejado de
ocupar en la estructura económica y productiva global.
Aquellos cuyos trabajos pueden insertarse con facilidad en el mercado global,
o sus derechos laborales se mantienen con la protección de la época
precedente, se encuentran integrados y su conflicto con la globalización es
menor. Aquellos cuyos puestos de trabajo pueden ser deslocalizados, o
aquellos trabajadores que acceden en una situación de vulnerabilidad al
mercado laboral se encuentran dislocados, porque su realidad es globalizada,
pero no sacan ganancia de ello a pesar de estar en un espacio céntrico, y por lo
tanto, teóricamente ganador.
Y es entre los dislocados entre los que el mensaje populista ha triunfado, pero
para entender las consecuencias de esto antes tenemos que pensar otros
problemas.
“Road to disunion”
“Road to disunion” es una expresión acuñada por los historiadores para
referirse a la situación que los Estados Unidos vivieron en la década anterior a
la Guerra Civil Americana. Lo que subyace a esta frase es la idea de que hubo
un momento en la historia de los Estados Unidos donde el país se fracturó en
dos mitades, con sociedades y proyectos políticos distintos, irreconciliables y
antagónicos, cuya incapacidad de llegar a un acuerdo acabó sumiendo al país
en una guerra civil.
Por supuesto, este no es el escenario que se nos plantea en la actualidad, a
pesar de las alarmas por la victoria de Trump. Aunque el fenómeno del “road
to disunion” sí que se encuentra en marcha.
319

Al día siguiente de que Trump ganara las elecciones presidenciales numerosos


estadounidenses de las costas y de las grandes ciudades acudieron a
manifestarse en contra del presidente electo. Esta situación no era nueva. En el
año 2009, tras la toma de posesión de Obama, hubo grandes manifestaciones
en su contra, en contra de su nueva ley fiscal y un rumor sobre su lugar de
nacimiento para intentar desacreditar su legitimidad como presidente. Era el
nacimiento del Tea Party. Estas protestas (y las sucedidas tras la elección de
Trump), que podrían entenderse como un atentado contra el procedimiento
democrático, forman parte de una larga tradición norteamericana de
desobediencia civil, que, respetando los cauces institucionales, los impugnan.
EL SENTIMIENTO DE DIVORCIO CON EL SISTEMA ES MUY PROFUNDO.
PERO NO SÓLO CONTRA ÉL, SINO CONTRA LA PARTE DE AMÉRICA
QUE SE HA ERIGIDO EN CONTRINCANTE, Y QUE A OJOS DE CADA UNA
DE LAS DOS AMÉRICAS “HA SECUESTRADO” EL AMERICAN ‘DREAM’
En toda campaña presidencial hay siempre muestras de odio y decepción hacia
el rival y su victoria, pero siempre se acata el resultado de las urnas, incluso
cuando se demuestra que hubo fraude, como ocurrió en el año 2000. ¿Por qué
en las últimas elecciones se han dado estos procesos de impugnación y
desobediencia civil a ambos lados del espectro político? Porque el sentimiento
de divorcio con el sistema es muy profundo. Pero no sólo contra él, sino contra
la parte de América que se ha erigido en contrincante, y que a ojos de cada una
de las dos Américas “ha secuestrado” el American Dream; ya sea porque
excluye de él a los oprimidos, o porque aniquila sus valores tradicionales.
En realidad se trata de un proceso que viene gestándose desde muy atrás,
desde los años sesenta, cuando las luchas por los derechos civiles y contra la
guerra de Vietnam consiguieron visibilizar las tremendas injusticias que se
escondían en la sociedad norteamericana y el dudoso papel que esta jugaba en
el mundo.
En el punto siguiente explicaré qué es un sistema de partidos, por el momento
sólo diré que la alianza electoral que sostenía al Partido Demócrata como el
partido dominante en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial,
y tras esta, se resquebrajó cuando los demócratas aceptaron las demandas del
movimiento por los derechos civiles y perdieron el Sur de los Estados Unidos;
320

una región que dominaban desde los tiempos de la guerra civil en el siglo XIX.
Así como iniciaría la progresiva pérdida de influencia entre los trabajadores de
clase obrera blanca, que en Estados Unidos suelen ser católicos y
conservadores en temas sociales.
LA ALIANZA ELECTORAL QUE SOSTENÍA AL PARTIDO DEMÓCRATA
SE RESQUEBRAJÓ CUANDO LOS DEMÓCRATAS ACEPTARON LAS
DEMANDAS DEL MOVIMIENTO POR LOS DERECHOS CIVILES Y
PERDIERON EL SUR DE LOS ESTADOS UNIDOS
De esta manera se iría dibujando a través de las décadas siguientes un
antagonismo de una América moderna, inclusiva, progresista, abierta al mundo
y radicada en las costas, cuyo proyecto político es construir una sociedad
moderna frente a una América tradicional, homogénea, religiosa y obsesionada
con “los valores americanos” y el orden, cuya mayor fuerza radicaría en el Sur
y el medio Oeste.
Así surgió la división contemporánea del reparto de voto que se conocería
como sexto sistema de partidos. Pero esta divisoria era algo más que dos zonas
distintas de votantes que constituirían la base para los dos grandes partidos.
Con el tiempo cristalizó como dos Américas divididas sobre qué valores deben
definir a los Estados Unidos. Dos Américas que no pueden verse, ni dialogar
entre sí.
La victoria de Obama en el año 2008 fue la victoria moral y simbólica de una
de esas dos Américas. El símbolo de que la lucha por los derechos civiles
había conseguido romper el último techo de cristal con la conquista de la Casa
Blanca por parte de un afroamericano. Donald Trump, por otra parte, es el
Obama de la otra América, de la América conservadora que desea restaurar la
paz social que ellos creen perdida por el relativismo y la mano blanda de los
liberales de las costas. La América conservadora nunca llegó a aceptar a
Obama como el legítimo presidente, y la América liberal-progresista no
aceptará tampoco nunca a Trump. Y esto es así porque tanto Obama como
Trump representan dos rupturas fundamentales con la tradición política
norteamericana. Obama representa la ruptura racial con el hecho de que la
presidencia recaiga sobre un varón de raza blanca, mientras que Trump
representa la ruptura con la tradición republicano-liberal de respeto a las
321

minorías y la prohibición de que la democracia devenga en tiranía de la


mayoría.
Ahora bien, la elección de Trump supone algo más que la victoria de la
América conservadora. Si observamos estas elecciones con distancia y dejando
al individuo de lado, nos encontraremos que lo que ha operado ha sido la
implosión de la América moderna y su proyecto de modernización, así como el
colapso del sexto sistema de partidos.
El colapso del sexto sistema de partidos:
En la política norteamericana se llama sistema de partidos al conjunto de
elementos recurrentes que, elección tras elección, se repiten haciendo que la
contienda electoral se desenvuelva bajo unas reglas de juego específicas: qué
partidos compiten y cuál es su programa. Quiénes son sus electores, sus
preferencias y preocupaciones.
Resulta evidente que, aunque el Partido Demócrata y el Republicano compitan
desde las elecciones de 1856, hoy en día no se tratan en esencia de los mismos
partidos que había entonces. El Partido Republicano que llevó a Lincoln al
poder no fue el mismo, con la misma ideología y votantes, que el que aupó a
Reagan. De la misma manera que el Partido Demócrata que se erigió en
defensor de la esclavitud en la antesala de la guerra civil no tiene la misma
ideología y votantes que aquel que alzó al primer presidente afroamericano. A
lo largo de siglo y medio el Partido Demócrata y el Republicano se han
enfrentado defendiendo distintas visiones de la política y apoyados por un
electorado distinto. Y cada vez que se ha dado un cambio sustancial en la
relación del partido con sus votantes (porque recibió grupos nuevos, o perdió
algún grupo de votantes tradicional), así como cada vez que el partido
realizaba un cambio en el programa político profundo, decimos que el sistema
de partidos ha cambiado, y que su coalición de votantes se ha transformado,
porque el partido, aunque se llame igual, ya no representa lo mismo ni a los
mismos votantes.
EL COLAPSO DEL PARTIDO REPUBLICANO, COMO CON MUCHA
PERSPICACIA SUPO VER WILLIAM SALETAN EN SLATE MAGAZINE, SE
ASEMEJA A UN ESTADO FALLIDO, Y TRUMP ES SU SEÑOR DE LA
GUERRA
322

He hablado también sobre la coalición de votantes. Como el lector imaginará,


en cada elección ambos partidos tienen que movilizar con un solo mensaje a
perfiles de votantes muy diversos. De distinta raza, género, clase social,
ideología, rural o urbano, distinta religión, y así un largo etc. Todo eso en un
país donde las identidades grupales pesan mucho en la decisión del voto. Pero
los distintos grupos no votan al azar, sino que los partidos tienen la habilidad
de generar un mensaje que unifica a varios grupos que se vean identificados
simultáneamente con el mismo partido. A esto es a lo que se llama coalición
de votantes. A un grupo heterogéneo de colectivos que son exitosamente
articulados por un partido a través de una idea de sociedad compartida, aunque
las reclamaciones concretas y las identidades difieran entre sí.
Esta misma idea es la que está detrás de la teoría moderna del populismo,
cuando intelectuales como Ernesto Laclau o políticos como Íñigo Errejón
hablan de “significante vacío”, una idea articuladora de demandas plurales de
distintos colectivos que los unifica a pesar de sus diferencias en un mismo
proyecto. En el fondo los populistas solamente han teorizado, a veces sin
saberlo, sobre una realidad práctica de la política estadounidense. Esto además
explica por qué la política norteamericana presenta simultáneamente un
elevado grado de institucionalismo y de populismo.
Las coaliciones de votantes se rigen por una regla. El partido que consiga
construir la coalición más variada, grande, ecléctica y fiel vencerá cuantas
elecciones se le presenten. Así ocurrió durante el quinto sistema de partidos,
cuando Franklin D. Roosevelt construyó la coalición del New Deal, que
agrupaba a la mayoría de los trabajadores, hombres blancos conservadores del
Sur y votantes católicos. Con esa coalición de votantes los demócratas
gobernaron durante casi treinta años los Estados Unidos sin perder apenas
ninguna elección presidencial contra los republicanos (con la excepción de
Eisenhower), a la par que construyeron el consenso de postguerra y
el American Way of Life sobre el que se asentaría el American Dream.
Ya hemos comentado antes que esa coalición se rompió cuando los demócratas
perdieron el Sur por aceptar los derechos civiles y que el Partido Demócrata
pasó de ser un partido de clase trabajadora blanca y católica a ser un partido
que apuesta por unos Estados Unidos modernos e inclusivos. En la anterior
323

sección presenté cuál ha sido la línea de fractura que ha dividido a demócratas


y republicanos en el sexto sistema de partidos, en el que nos encontramos
hasta estas elecciones.
Aquí hablo de su colapso, aunque no necesariamente de su desaparición o su
sustitución por un séptimo sistema de partidos, aunque creo que existe una
posibilidad de que esto pase, y, de ocurrir, sería el legado más duradero e
influyente que Donald Trump podría crear.
La razón del colapso del sistema de partidos es que los dos grandes partidos
han implosionado. Así como por encontrarnos ante una posible restructuración
de las coaliciones de votantes demócrata y republicana. Analicemos primero el
deterioro del Partido Republicano.
Puede resultar paradójico que hable de colapso del Partido Republicano
cuando éste ha conseguido amasar un poder institucional en estas últimas
elecciones con el que no contaba desde el año 1928. Pero el hecho de que un
partido conserve un nombre no implica que siga siendo el mismo si el resto de
condiciones ha cambiado.
LOS NEOCONSERVADORES, A PESAR DE QUE HAN QUEDADO EN
NUESTRA MEMORIA COMO LA QUINTAESENCIA DEL POLÍTICO
REPUBLICANO, HAN SIDO UNA RAREZA EN LA HISTORIA DEL
PARTIDO POR SU MILITARISMO Y EXCESIVO INTERÉS EN ASUNTOS
INTERNACIONALES
Desde la dimisión de Nixon en 1974 y la retirada de Kissinger el Partido
Republicano ha estado dominado por el mismo grupo de personas
ininterrumpidamente hasta el final de la segunda Administración Bush en el
año 2008. Me refiero a los neoconservadores o republicanos neocon. De entre
los políticos neoconservadores las figuras más conocidas eran Dick Cheney,
Donald Rumsfeld, George H. W. Bush, John Bolton y Paul Wolfowitz, por
citar sólo a los más relevantes. Reagan tuvo algo de neoconservador, aunque
era más neoliberal y coqueteó con el paleoconservadurismo. Y aunque tanto
Gerald Ford como George W. Bush no eran neoconservadores,
los neocon fueron los detentadores reales y efectivos del poder durante sus
mandatos, por lo que sus presidencias sí lo fueron (esto es especialmente cierto
en el caso de George W. Bush).
324

Los neoconservadores, a pesar de que han quedado en nuestra memoria como


la quintaesencia del político republicano, han sido una rareza en la historia del
partido por un motivo: su militarismo y excesivo interés en asuntos
internacionales. Los viejos republicanos tendían a abrazar más la otra línea
tradicional de la política exterior, el aislacionismo, pues les permitía
concentrarse en la vigilancia de los valores tradicionales y el orden en el
interior del país, pilares fundamentales de su credo político, mientras que los
demócratas suelen ser internacionalistas más destacados, obsesionados por
cortar el mundo bajo su particular visión idealizada de América. El hecho de
que muchos neoconservadores fueran demócratas, o incluso trotskistas, antes
de convertirse en republicanos explica por qué generacionalmente aunaron
ambas tendencias.
Pero en lo concerniente a la crisis del Partido Republicano, es importante
recordar que, cuando a partir de 2004 las cosas comenzaron a torcerse en Irak,
la popularidad de la segunda Administración Bush cayó en picado provocando
una oleada de dimisiones. John Ashcroft y John Bolton en 2005, Donald
Rumsfeld en 2006, Paul Wolfowitz en 2007. Y aquellas figuras fuertes que no
dimitieron durante el segundo mandato, como Karl Rove, Dick Cheney o
Condoleezza Rice, abandonaron la política tras la presidencia. Tan sólo quedó
George H. W. Bush, como neoconservador fuerte en el partido, y ya era
demasiado mayor para poder controlarlo y evitar el hundimiento.
El escenario que se dibujó tras la desaparición de los neoconservadores fue el
de un partido con liderazgos frágiles y encontrados. Por un lado surgió una
sucesión de líderes institucionales débiles, con un perfil moderado y
fuertemente ligados al establishment de Washington DC. Los candidatos a la
presidencia John McCain y Mitt Romney, o el expresidente de la Cámara de
Representantes John Boehner fueron los principales candidatos del aparato
republicano para cerrar la crisis en la que entró el partido durante la Era
Obama. Junto a estos candidatos, y muy frecuentemente frente a ellos,
apareció una tropa de demagogos de extrema derecha aupados por el Tea Party
que contestaron continuamente a los sucesivos débiles líderes
del establishment, forzando a los moderados a tener que acompañarse de los
325

elementos cercanos al Tea Party para no perder a su voto más radical y


movilizado.
A pesar de su popularidad entre la derecha más movilizada estos políticos anti-
establishment no consiguieron imponerse a los débiles líderes moderados,
principalmente por tres motivos:
El primero fue que eran candidatos de minorías, y no de coaliciones de
votantes. A estas alturas queda clara la importancia de saber conectar el
discurso con grupos heterogéneos y masivos para triunfar en la política
americana. Los políticos del Tea Party eran perfectamente capaces de
convocar masivas manifestaciones, pero en el área institucional nunca
consiguieron imponerse al aparato republicano porque sus seguidores
ultramovilizados no eran suficientes para contrarrestar al resto de grupos que
miraban con suspicacia a estos líderes populistas.
TRUMP ES AHORA PRESIDENTE DE LA PRIMERA POTENCIA MUNDIAL
EN DECADENCIA, ¿EXPORTARÁ CON SU VICTORIA TAMBIÉN UNA
NUEVA REVOLUCIÓN CONSERVADORA?
Por otra parte, el propio Tea Party estuvo siempre dividido entre dos almas
complementarias a la hora de organizar la protesta y movilizar a las bases
republicanas, pero con preocupaciones y programas políticos que si bien no
eran incompatibles, no tenían demasiada relación entre sí más allá del enemigo
común.
Anterior al Tea Party pero de gran importancia en su conformación como
fenómeno de masas, la derecha cristiana evangélica de numerosas iglesias se
presenta unificada a través de un mensaje ultraconservador sobre la supuesta
pérdida de los valores cristianos por parte de América, y su mayor foco de
protesta residió en las llamadas luchas culturales: la restricción del aborto, la
prohibición del matrimonio homosexual, la defensa de la familia tradicional, y
toda reivindicación que preservase el núcleo de lo que ellos identificaban
como "valores americanos". Sus principales líderes fueron Sarah Palin,
Michele Bachmann, Newt Gingrich, Rick Santorum, Ben Carson y Ted Cruz.
Fundamental en la conformación del Tea Party, el ala libertariana de
inspiración anarcocapitalista despliega la reivindicación de un Estado mínimo
en todos los aspectos de la vida (el minarquismo). Su bestia negra era la
326

política fiscal de Obama y su núcleo de valores giraba alrededor de una


defensa a ultranza del individuo y sus derechos: derecho a las armas, defensa
extrema de la libre empresa y el libre mercado, defensa de los servicios
privados de educación y salud, y en general toda reivindicación que apoyase
una independencia del individuo con respecto al Estado. El santo apóstol de
este grupo era el veterano congresista Ron Paul, en cuya campaña por la
nominación republicana a la presidencia tuvo origen el Tea Party en el año
2008, aunque los libertarianos también encontraron otros paladines para su
causa como Paul Ryan, Rand Paul o las ultraconservadoras Sarah Palin y
Michele Bachmann, que aunque no son libertarianas estrictas sí han asumido
buena parte de su credo antiestatista.
De hecho, la única figura que ha podido aunar ambas familias, además del
presentador radiofónico Rush Limbaugh, fue Sarah Palin. Quizás la única
política del Tea Party con capacidad presidenciable. Sin embargo, una mezcla
de fuerte rechazo de la élite republicana tradicional, junto a su incuestionable
enriquecimiento personal por su actividad mediática tras haber sido candidata
a vicepresidenta por McCain en las presidenciales de 2008 la disuadieron de
continuar su carrera política, prefiriendo adoptar el papel de "suma pontífice"
de los radicales en las hondas.
Esta división interna del Tea Party fue otra de las razones que le impidieron
cobrar fuerza para llevar a cabo su asalto a un Partido Republicano debilitado.
Y aunque las dos familias encontraron en su lucha contra la reforma sanitaria
de Obama, el Obamacare, una causa común, no consiguieron rentabilizar su
alianza lo suficiente como para generar un líder competitivo, y esto se debe en
parte a la otra debilidad de los políticos del Tea Party, que fue lo que yo llamo
"la paradoja de los cruzados morales".
Sin importar a qué ala del Tea Party perteneciera, todo político republicano
radical compartía un elemento discursivo común: su rechazo a lo que ellos
identificaban como una élite política de Washington, corrupta y
despilfarradora, los políticos de Washington, el establishment de ambos
partidos. En contraste ellos se presentaban como políticos redentores cuyo
principal mandato era limpiar la capital de corrupción y hacer que la voz y el
cabreo de sus electores se oyera fuerte. Dichos políticos, si conseguían
327

convencer a los electores de su circunscripción con este discurso, llegaban a


una ciudad donde efectivamente es común el intercambio de favores entre
políticos, así como entre los políticos y los representantes de los lobbies. Pues
sin el apoyo de los compañeros y la financiación de los lobbies ningún político
puede hacerse oír en el Congreso o en los medios de comunicación. De igual
manera les es imposible sacar adelante la legislación necesaria para contentar a
sus electores. Por lo que al final siempre acababa ocurriendo la paradoja de
que si los representantes de protesta se mantenían puros en su rechazo a las
reglas de juego, caían en la irrelevancia, pues en un sistema donde la
corrupción es estructural ni se les escuchaba, ni podían presentar resultados
concretos y palpables a sus electores. Pero si se "ensuciaban" pactando con
otros políticos más poderosos o con los lobbies, entonces eran tachados de
traidores por sus electores y veían retirada su confianza en la renovación del
mandato. De esta manera, el discurso de cruzada moral y política encerró a los
políticos del Tea Party en una paradoja irresoluble que fue acabando con la
carrera política de muchos de ellos.
Y de esta manera se acabó consumando el colapso del Partido Republicano.
Desaparecida la generación neoconservadora que lo había gobernado por tres
décadas, con unos líderes moderados débiles y desacreditados, y unos
candidatos radicales divididos, incapaces de generar coaliciones de votantes y
de lidiar con sus contradicciones, el partido navegó durante una década a la
deriva, descartado como partido de gobierno y transformado en partido de
protesta. Ganador de todas las elecciones legislativas y perdedor de todas las
presidenciales, fue incapaz de traducir su resistencia en el poder legislativo en
poder político real.
Esta situación allanó el camino a que un liderazgo fuerte y ajeno al partido
pudiera conquistar la organización superando las resistencias y lógicas
inmunitarias del poder orgánico. Esta es también una de las razones que
explican por qué Trump fue capaz de conquistar el Partido Republicano
mientras que Bernie Sanders acabó siendo derrotado por la maquinaria
institucional del Partido Demócrata, a pesar de tratarse de un líder de masas
mucho más capacitado que Hillary Clinton. El Partido Demócrata, aunque iba
a sufrir una crisis de legitimidad y posterior colapso de igual naturaleza que el
328

Partido Republicano, aún conservaba en funcionamiento a su élite partidista, y,


con ello, los mecanismos inmunitarios para poder manipular el procedimiento
democrático a favor de su candidata. Pero el colapso del Partido Demócrata
requiere de un análisis pormenorizado que realizaré cuando analice la figura de
Clinton y las razones de su derrota.
El colapso del Partido Republicano, como con mucha perspicacia supo ver
William Saletan en Slate Magazine, se asemeja a un Estado fallido, y Trump
es su señor de la guerra. Los Estados fallidos son aquellos en donde la
autoridad central y legítima es incapaz de asegurar la integridad y bienestar de
sus ciudadanos, así como el cumplimiento de la ley y de las prerrogativas
gubernamentales. Un Estado que no puede comportarse como tal, y que por
tanto ve aparecer en su seno una multitud de poderes menores oportunistas que
arrebatan trozos de poder al Estado, gobernándolos como sus reinos de taifas.
Lo habitual en estas situaciones es que el Estado desaparezca dando lugar a
nuevas realidades políticas (como ocurrió en los Balcanes), que el poder
central acabe por retomar el control con el tiempo (caso de Colombia), o que
uno de los sujetos oportunistas acabe avasallando a los demás y tome el poder
central para sí (como hizo Putin en Rusia). Este es el caso también de Trump
con el Partido Republicano (quizás por eso él y Putin se entienden tan bien) y
lo habitual cuando un señor de la guerra toma un Estado es que repueble el
gobierno con sus vasallos leales y adeptos.
Richard B. Spencer, el brillante y peligroso líder intelectual de la facción
Radix de la Alt Right, la nueva extrema derecha americana, comparó a Trump
con la figura de Napoleón. Napoleón tomó oportunistamente el poder cuando
los elementos en conflicto de la Revolución Francesa se destruyeron entre sí,
corporeizando en su figura una visión autoritaria de la revolución. Trump se
alza de las cenizas del Partido Republicano para corporeizar una visión más
autoritaria del American Way & Dream cuando este parece herido de muerte.
Napoleón con sus conquistas exportó el modelo de la Revolución Francesa por
toda Europa. Donald J. Trump es ahora presidente de la primera potencia
mundial en decadencia, ¿exportará con su victoria también una nueva
revolución conservadora?
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329

Marcos Reguera. Investigador en la Universidad del País Vasco.

La despolitización de lo político: la frivolidad del supuesto


futuro sin trabajo
Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
http://blogs.publico.es/dominiopublico/19046/la-despolitizacion-de-lo-politico-la-frivolidad-
del-supuesto-futuro-sin-trabajo/
Existe hoy un debate en EEUU que tiene gran relevancia también para España. Tiene que
ver con las causas del elevado deterioro del mercado de trabajo estadounidense y, muy en
particular, del descenso en la capacidad adquisitiva de la población, consecuencia de la
disminución de los salarios y de la pérdida de ocupación.
Para entender la importancia e intensidad de este debate, hay que ser consciente de que el
establishment político-mediático estadounidense está en estado de shock, pues no se
esperaban la derrota de la candidata demócrata, la Sra. Hillary Clinton, y, todavía menos,
la victoria del candidato republicano, el Sr. Donald Trump, al cual siempre consideraron
como un candidato con escasas posibilidades de éxito debido a estar fuera de los cánones
de lo que un candidato deber ser y/o debe parecer. Su comportamiento teatral, sin
embargo, atrajo gran atención mediática, garantizándole una gran exposición, que
hábilmente utilizó para desacreditar al establishment político federal y a la mayoría de los
grandes medios de comunicación, tarea relativamente fácil de realizar, pues tales
establishments políticos y mediáticos eran ya altamente impopulares entre la mayoría de
las clases populares. Una situación semejante ocurre en España, donde la mayoría de la
población no cree que las instituciones llamadas representativas les representen, y la
mayoría de la población considera a los grandes medios no creíbles en su presentación de
la realidad política del país (he documentado en artículos anteriores la evidencia que apoya
tal observación).
En realidad, solo dos candidatos transmitieron el hartazgo y rechazo de las clases populares
hacia los mencionados establishments. Uno fue el candidato del Partido Demócrata, el
socialista Bernie Sanders, y el otro el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, de
la ultraderecha estadounidense. Era obvio que, de los dos, el más temido por la estructura
de poder económico y financiero del país, y por lo tanto también por el establishment
político-mediático del país, era Bernie Sanders, pues era él el que tenía un análisis más
certero de las raíces del problema que afectaba a las clases populares (el maridaje entre el
poder financiero y económico, por un lado, y las instituciones representativas, por el otro,
vehiculado por un sistema electoral profundamente antidemocrático, que requería, para
cambiarlo, una revolución política). La gran mayoría de las encuestas mostraban que el
candidato Bernie Sanders podría haber ganado las elecciones si su adversario hubiera sido
Donald Trump. Pero, repito, el enemigo número uno para el establishment político-
mediático estadounidense era Sanders, y fue tal establishment el que se movilizó para
destruirlo. Trump, sin embargo, aun cuando no contó con la simpatía de los medios, no fue
considerado como una amenaza. Los medios lo ridiculizaron. Era, después de todo, un
hombre del establishment financiero, gran defensor del sistema capitalista estadounidense,
vulnerable al ridículo debido a su comportamiento teatral (y muy efectivo). Los medios
nunca consideraron que pudiera ganar, y su atención hacia él derivaba del aspecto
novedoso, escandaloso e irreverente. Pero casi nunca lo tomaron en serio, hasta el final,
cuando se vio que podría ganar.
330

¿Cómo está ahora respondiendo el establishment político-mediático


estadounidense al resultado de las elecciones?
El establishment político-mediático nunca aceptó que hubiera razones para que grandes
sectores de la población le rechazaran, pues la economía –según tal establishment- estaba
yendo muy bien. El economista, Premio Nobel y articulista del New York Times, Paul
Krugman era y continúa siendo uno de los mayores proponentes de esta postura. Esta
lectura se basaba, sin embargo, en la elección equivocada de los indicadores escogidos
para definir la eficiencia y eficacia de la economía, tales como la tasa de crecimiento
económico o la tasa de paro del país. Indicadores más sensibles del bienestar económico,
como la renta de las familias, mostraban y continúan mostrando el notable descenso de
dichas rentas familiares y el crecimiento muy notable del endeudamiento de las familias. En
España el establishment político-mediático también asume un mejoramiento de la
economía, mostrando como indicadores de tal mejoramiento el crecimiento económico y el
descenso del desempleo, sin tener en cuenta el enorme deterioro del mercado de trabajo.
La evidencia del deterioro del mercado de trabajo, sin embargo, era tan manifiesta en
EEUU que el argumentario cambió, apareciendo razonamientos que intentaban despolitizar
la explicación del deterioro del mercado de trabajo y negando que tal deterioro se debiera a
las políticas públicas neoliberales realizadas desde los años ochenta tanto por gobiernos
republicanos (Reagan, Bush padre y Bush hijo) como por gobiernos demócratas (Clinton y
Obama), que sistemáticamente han favorecido a las rentas de los propietarios y gestores
de las grandes corporaciones estadounidenses transnacionales (lo que en EEUU se llama la
clase corporativa) a costa del mundo del trabajo. Los responsables de la aplicación de tales
políticas niegan (con la ayuda de los medios y de gran parte de los think tanks próximos al
mundo del capital financiero) que fueran éstas las causas, atribuyendo tal deterioro (que,
por fin, han admitido que existía) a los cambios tecnológicos como la robótica, que ha
eliminado millones de puestos de trabajo, responsable del descenso de las rentas del
trabajo. Como ejemplo, ponen el descenso del número de trabajadores en el sector
manufacturero. La introducción de la robótica en los sectores industriales se presenta como
la causa del deterioro del mercado de trabajo, con un descenso del número de puestos de
trabajo, una disminución de los salarios y de los beneficios sociales, y un bajón de la
calidad de vida, presentándose este deterioro como los “costes del progreso industrial”.
La falacia de tal argumento
Esta explicación ha adquirido una enorme visibilidad mediática y es parte del mensaje de
que veremos un “futuro sin trabajo”, resultado de la revolución tecnológica, incluida la
robótica. Respondiendo a esta avalancha ideológica, Dean Baker, codirector del famoso y
prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington, EEUU, ha ido
publicando a lo largo del año pasado una serie de trabajos que contienen una crítica
devastadora de los argumentos que atribuyen el deterioro del mercado de trabajo
predominantemente a los cambios tecnológicos. Señala lo que otros autores también han
señalado previa y repetidamente. Si los cambios tecnológicos fueran responsables de tal
descenso de la ocupación, tal descenso tendría que haber ido acompañado de un aumento
de la productividad. Si en una empresa hay dos trabajadores y, resultado de la introducción
de una nueva tecnología, solo hace falta un trabajador en lugar de dos para producir el
mismo trabajo, ello quiere decir que la productividad de cada trabajador ha aumentado (en
realidad, doblado), haciendo innecesario a uno de ellos. El cambio tecnológico, pues, si
hubiera sido la causa del descenso del número de puestos de trabajo tenía que haberse
traducido en un aumento de la productividad.
Pues bien, el número de trabajadores de la manufactura en EEUU ha ido disminuyendo y,
sin embargo, la productividad, como promedio, no ha variado. Dean Baker muestra como la
331

tasa de crecimiento de la productividad ha variado muy poco en la mayoría del periodo


entre 1973 y la primera década del siglo XXI. No puede, por lo tanto, atribuirse el descenso
de la población que trabaja en la manufactura a cambios en la productividad (y, por lo
tanto, a cambios tecnológicos). Dean Baker señala, por ejemplo, que una de las causas
más claras del descenso de puestos de trabajo es el cambio del cuadro exportaciones-
importaciones en el sector manufacturero. Cuando las exportaciones en tal sector bajaban
y las importaciones subían, sí que se ve que baja el empleo en la manufactura. Y ahí es
donde aparecen las causas políticas, pues estas variaciones de comercio exterior están
causadas, en gran parte, por los Tratados de Libre Comercio, que sistemáticamente han
favorecido a las grandes empresas transnacionales a costa de la clase trabajadora. En
realidad, gran parte de las importaciones son de productos de empresas manufactureras
estadounidenses o de otras nacionalidades que producen para el mercado de EEUU, pero
que se han desplazado a otros países (China o México) en busca de salarios más bajos y
condiciones de trabajo peores que las existentes en EEUU. Y de ahí se explica la animosidad
de los barrios obreros de los Estados donde la manufactura se concentraba, como Míchigan,
Pensilvania, Ohio y Wisconsin, que habían votado demócrata siempre (incluido al candidato
Obama en el 2008) pero que este año votaron al candidato Trump, puesto que este (y,
todavía más, Sanders) había denunciado los Tratados de Libre Comercio. Vayan a ver
dichos barrios y verán los resultados de estos Tratados, como el NAFTA (el tratado entre
EEUU, Canadá y México).
Pero el impacto de los Tratados de Libre Comercio es mucho mayor que el producido por el
desplazamiento de las fábricas y sus puestos de trabajo previamente localizados en el
territorio de EEUU a otro país. En tal desplazamiento se pierden puestos de trabajo
estadounidenses, pero el mayor impacto de este traslado no es solo el traslado en sí, sino
el miedo y temor que se esparce entre todos los trabajadores del sector manufacturero,
pues la amenaza, por parte del empresario, de irse a otros países y cerrar el lugar de
trabajo es una amenaza constante, amenaza que es cada vez más real como consecuencia
del enorme debilitamiento de los sindicatos, consecuencia, de nuevo, de leyes y normas
antisindicales, aprobadas por los gobiernos tanto republicanos como demócratas y tanto a
nivel federal como a nivel estatal (que quiere decir de los Estados autonómicos).
La introducción de la variable tecnológica es una variable política
Este intento de despolitizar lo que es profundamente político aparece también en la
promoción (por parte de los establishments político-mediáticos) del argumento de que la
revolución tecnológica nos está llevando a un futuro sin trabajo, olvidando que lo
importante no es la revolución tecnológica en sí, sino el tipo, orientación y modo de
aplicación de dicha revolución. El mundo del futuro, como el mundo del presente, será lo
que las relaciones de poder (sobre todo de clase social) determinen. Hoy, como resultado
del enorme dominio del mundo del capital en la configuración de la forma y utilización de
los cambios tecnológicos, el mundo del trabajo está siendo debilitado enormemente,
utilizando dicho capital la revolución tecnológica para debilitar más y más a este mundo.
Si las relaciones de poder cambiaran, con el mundo del trabajo en control del desarrollo
tecnológico (tanto en su contenido como en su puesta en marcha) tal desarrollo podría
orientarse en otras direcciones favorables a la mayoría de las clases populares, facilitando
la eliminación del trabajo indeseado, la reducción del tiempo de trabajo (el crecimiento de
la productividad ocurrido en los últimos 50 años permitiría una reducción muy notable del
30% de su tiempo) y su mejor distribución, así como la notable expansión de puestos de
trabajo en las áreas sociales (como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda,
cuidado de la infancia y ancianidad, entre otros) y energéticas, estableciendo nuevas
formas de energía y cambios en el sistema productivo. Las necesidades en estos sectores
son enormes, necesidades que hoy están muy desatendidas, realidad que es especialmente
332

acentuada en países donde tal mundo del trabajo es débil, como en el sur de Europa,
incluyendo España.
Si en España el porcentaje de la población adulta que trabaja en tales servicios públicos del
Estado del Bienestar (uno de los más bajos de la UE-15) fuera semejante al de Suecia, este
país tendría unos 3,5 millones más de puestos de trabajo, reduciéndose significativamente
el desempleo. El hecho de que en Suecia sea un adulto de cada cinco y en España sea uno
de cada diez tiene, única y exclusivamente, la explicación de que en Suecia el mundo del
trabajo es mucho más fuerte y tiene mayor influencia sobre el Estado que no en el sur de
Europa. Suecia tiene mayor desarrollo tecnológico que no España, y en cambio produce
mucho más empleo. Como ocurre en prácticamente todos los supuestos problemas
económicos, las variables políticas (y no las tecnológicas o económicas) son las
determinantes. El futuro dependerá de quién ejerce mayor poder sobre las instituciones
políticas, financieras, económicas y mediáticas. Si continúa siendo el mundo del capital, el
bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la población) continuará
descendiendo, alcanzando límites que nos retrotraería a etapas anteriores. Los años de vida
de un trabajador estadounidense han ido disminuyendo, y enfermedades que se creía que
habían desaparecido en el mundo capitalista desarrollado han reaparecido de nuevo. Son
decisiones políticas, no desarrollos tecnológicos, las que están creando está situación. Qué
tecnología crear y para qué usos emplearla viene definido por el grupo o clase social que la
controla. Así de claro.

Entrevista a Silvio Schachter, arquitecto e investigador urbano


"El capital internacional se ha lanzado a la apropiación de la riqueza del
subsuelo y el espacio urbano"

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221836
Mario Hernandez

Rebelión

M.H.: Hubo una convocatoria en el día de ayer para repudiar la represión al Lof Cushamen en la
provincia de Chubut, en la Casa de esa provincia, aquí en Buenos Aires. Se acercó una delegación
de pueblos originarios, junto con militantes de los Derechos Humanos, Norita Cortiñas, María del
Carmen Verdú de Correpi, la Legisladora por la Ciudad de Buenos Aires Laura Marrone que fue
recibida por autoridades de la provincia, pero después de esa situación se produce una nueva
represión y esta vez con heridos de bala. Esto fue pasada las 20:00, Gendarmería y Policía de
Chubut reprimieron nuevamente en el Lof de resistencia mapuche Cushamen y desde la
comunidad denunciaron que empezaron a disparar a quemarropa dejando heridos de bala. Por el
momento se confirma que Fausto Emilio Jones Huala fue herido de gravedad en el cuello por una
bala de plomo y le rompieron el maxilar. Otra persona también recibió disparos. No los recibieron
en el hospital de Esquel y por eso Jones Huala fue llevado al hospital de Lago Puelo y otros
heridos al Hospital de Maitén. Hoy (12/1) se convocó una nueva movilización a las 10:00 a la
Casa de Chubut para repudiar lo ocurrido y otra movilización en Bariloche a la misma hora, frente
al Centro Cívico.
333

La situación de las tierras en el Sur de nuestro país es grave. Esto está totalmente conectado con
Benetton el empresario italiano, pero tenemos la situación de El Bolsón vinculada con Joe Lewis,
donde se dio una imponente movilización el sábado pasado (7/1), a lo que ningún medio, excepto
los alternativos, dio espacio, habiendo convocado a la mitad de la población de El Bolsón.

S.S.: Hoy justamente tuve la posibilidad de conversar con amigos de Bariloche que están en movimientos de
Derechos Humanos y que me hicieron una crónica breve de la concentración en el Centro Cívico en
solidaridad con las víctimas de la represión en Chubut. Se han acercado varios compañeros de Chubut en
busca de esa solidaridad. Es realmente dramático el nivel de impunidad, de silencio generalizado de los
medios, la opinión pública que pesa y no ha tomado posición alguna. Hechos en los cuales está involucrado
directamente el gobernador de Chubut, Das Neves.

Esta batalla con este nivel de crueldad y agresividad se conjuga en diferentes espacios, hace días atrás el
Presidente anunció el acuerdo con las mega petroleras internacionales en Vaca Muerta, que es la continuidad
del acuerdo firmado con Galuccio en 2013 con la Chevron, pero ésta es una escalada mayor porque involucra
directamente el arrase con muchas de las conquistas de los trabajadores del petróleo, con la complicidad de
Guillermo Pereyra. Es bochornoso ver el abrazo de este burócrata de más de 30 años al frente del sindicato
con Macri y las petroleras. Ese eufemismo de negociación es falso, hay una sola parte en esto. Son todos
empresarios.

La disputa por la riqueza del subsuelo y por el espacio urbano tienen que ver con una etapa de capitalización
por desposesión, pero en realidad básicamente se dirige a aquellos bienes no renovables, irreproducibles y
que en estos tiempos, donde la liquidez del capital financiero ha dejado de ser tan rentable, lanza al capital
internacional a la apropiación de estos bienes raíces. Y no van a tener límites, porque la política de los
gobiernos, digo “los” porque hay una continuidad en esto, no solo en nuestro país porque también se aprecia
en toda la cuenca andina, expresa esta idea de poner todo lo que sea público al servicio de los intereses
privados. Algunos meses atrás se aprobó en el Senado la Ley de coparticipación público-privado que en
realidad es lo público al servicio de lo privado. Es muy grave porque le da legitimidad a una serie de actos
que son inconstitucionales, entre otras cosas.

Yo creo que esto requiere una reflexión de las organizaciones sociales y políticas de izquierda, populares,
anticapitalistas para no ver esto como hechos aislados. Requiere responder en cada lugar, sin dudas, pero
también pensar una estrategia que confronte con esta etapa de enorme voracidad que no va a tener límites,
porque no tanto en los sectores rurales, pero en el caso de la ciudad estas políticas tienen un gran consenso
en gran parte de la sociedad, se vinculan con el progreso, con la puesta en valor, con el reciclaje, con la
industria turística y cultural, con los distritos.

Esto supone que lo público es un gasto innecesario, un costo que no tiene sentido porque lo privado se
puede hacer cargo y de esa manera se van arrebatando partes importantes de nuestra Ciudad para
transformarla y elitizarla. Utilizando un término anglosajón “gentrificación” que mucha gente niega que se
esté dando en los países latinoamericanos, mientras está claro que hay un proceso de transferencia
residencial y de zonas de centralidad hacia los sectores de mayores recursos y los pobres son centrifugados
a las zonas periféricas con costos sociales, políticos y culturales que no son mirados ni meditados.

Buenos Aires se ha transformado en eso, es una ciudad cara, para pocos. Transformaciones que se han dado
junto con los cambios en la forma de producción del capital, muchos de los centros industriales que había en
las zonas centrales han desaparecidos junto a los barrios obreros que había alrededor. Si hacés un análisis
de lo que fuera Bagley que se transformó en viviendas de lujo, Canale en oficinas, Nobleza Picardo en el
Museo de Arte Contemporáneo, el Abasto en un Shopping, Grafa desapareció y ahora es Easy y Wallmart.
Todo eso que de alguna manera era el corazón obrero de la ciudad se ha ido perdiendo, se ha transformado
en otros usos.

La ciudad se ha tercerizado. Tenés un millón de autos que ingresan por día a la ciudad y dos millones de
personas que ingresan a la CABA a trabajar y a producir. Creo que es un tema que requiere de miradas más
profundas, a mediano plazo, para entender los fenómenos de manera integral y recuperar para gran parte
de la población el apego con su ciudad porque se han producido hechos transformadores muy importantes
sin que la sociedad los conozca.

Por ejemplo, el proyecto de la Ciudad Deportiva que se viene posponiendo hace tiempo. Siempre estos
proyectos se meten cuando la gente está con la cabeza en las fiestas, con la urgencia del cierre del año
legislativo que exige meter 7/8 proyectos en una hora, etc. Y como muchos de estos proyectos requieren un
doble paso, una primera evaluación, pasar por audiencia pública y volver, el primer paso se hace muy
expeditivo. Este año no pasó, así como no pasó el proyecto del Distrito Joven en Costanera Norte, que
334

también es un proyecto impresionante que sigue la línea de la privatización, en este caso de toda la ribera
del río desde Costanera hasta la Provincia de Buenos Aires.

Lo preocupante es que estas cosas dejan marcas que son difíciles de revertir porque no es simple
desestructurar estos procesos después. Yo siempre digo que mientras tenés una plaza la podés defender,
pero si te construyen cinco torres de viviendas volver a tener la plaza es muy complejo porque la ciudad
metaboliza eso. Entonces, debatir sobre las formas en que el capital de esta época está produciendo el
espacio urbano me parece que es un tema determinante, sobre todo para aquéllos que tienen proyectos
políticos y sociales en la ciudad. Todos lo tendríamos que hacer, porque somos un país en el que el 75% de
la población es urbana, somos el segundo país más urbano de América después de Uruguay, quiere decir
que hablar de problemas políticos es hablar de ciudades.

Mucha intelectualidad ha dejado el lugar de la militancia para allanarse en el espacio cómodo de


la academia

M.H.: Silvio hacía referencia al proyecto de Vaca Muerta en relación a las modificaciones al
Convenio colectivo petrolero, pero este es un proyecto que también va a afectar a las poblaciones
que viven en la zona. Por otro lado, en cuanto al tema de El Bolsón, ayer me decía un acampante
que es una lucha que lleva 12 años, es importante porque pareciera que todo empieza hoy y no es
así.

Escribiste dos textos últimamente, uno sobre Fidel Castro y el otro sobre John Berger. ¿Qué te
motivó a escribir sobre estos dos personajes?

S.S.: Es difícil de describir brevemente porque tiene que ver con lo que significaron a nivel emocional,
ambos de modos diferentes y en distintas etapas de mi vida y, al mismo tiempo, un elemento más racional
que tiene que ver con un proceso de vaciamiento a partir de la pérdida de referentes intelectuales y
militantes; Berger lo era y ni hablar de Fidel.

Estos últimos años se nos llevaron a los más queribles, los más comprometidos y sabios y nos cuesta mucho
encontrar relevos, porque mucha de la intelectualidad ha dejado el lugar de la militancia para allanarse en el
espacio cómodo de la academia. Inclusive para pensar los temas más transformadores. Y estos hombres y
mujeres, son esa referencia para mí, han sido coherentes en su modo de hacer y de pensar.

Son dos personas totalmente diferentes en algunos aspectos, pero mi juventud revolucionaria y mi momento
más utópico estuvo estrechamente relacionado con la Revolución Cubana por muchas razones, hasta
familiares, tengo una tía médica que inmediatamente fue a Santiago de Cuba a colaborar. Y porque impactó
de manera trascendente a toda una generación y yo soy parte de ella. Después tuve la suerte de estar en
Cuba en 1978 en el Festival mundial de la juventud y los estudiantes, estar cerca de Fidel en ese momento,
y realmente fue un privilegio. Da mucho para reflexionar Cuba, porque duele en muchos aspectos.

El caso de John Berger fue una aproximación intelectual, por mi profesión tengo una inclinación hacia las
artes plásticas y él es un creador, cambió el modo de ver las artes plásticas, de hecho su libro se llama
“Modos de ver” que es el más conocido de esa época cuando era crítico de arte y pintor, hoy ese libro es
lectura obligatoria en los colegios secundarios de Inglaterra. Un hombre muy comprometido con la causa
palestina, con el zapatismo, con todos los procesos de lucha a través de una voz inteligente, serena,
profunda. Un gran escritor, un narrador de historias. El seguimiento de la lectura de sus obras significó para
mí una manera no solamente de mirar el arte sino también de mirar la vida con otros ojos, esa capacidad de
encontrar lo diferente en lo que uno habitualmente no ve. Siento su ausencia, están sus obras, pero uno
siempre esperaba algo nuevo de John Berger. Como descubrí que mucha gente no lo conocía, me motivó a
escribir algo que acerque a más gente a su obra.

En la gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires se perdieron 170 hectáreas de espacio público

M.H.: John Berger murió el pasado lunes 2 de enero, pintor, crítico de arte, autor de libros sobre
arte, literatura y política, famoso por lo que acaba de mencionar Silvio, el ensayo “Modos de ver”,
escrito que fue una gran referencia para la historia del arte.

La Legislatura aprobó a mediados de diciembre una Ley que permite la licitación de 17.000
metros cuadrados, el último terreno disponible para construir torres en Puerto Madero a cambio
de que el dinero se utilice para la construcción del Paseo del Bajo. ¿De qué se trata este
proyecto?
335

S.S.: Dos comentarios sobre este punto, no es un paseo, la base de esto es un viaducto que une la Autopista
Illia con la Autopista Buenos Aires-La Plata, se presenta como la continuidad de lo que sería una especie de
cinturón circulatorio que permitiría vincular el norte con el sur atravesando la ciudad sin conflictos con el
transporte.

Otro punto que priorizan es el acceso más o menos rápido al puerto. Ese es el nudo del proyecto y va
acompañado de parquización. La idea es hacer un recorrido soterrado para permitir continuidades visuales y
de comunicación entre el río y la ciudad. Ese es el proyecto que venden.

Es costosísimo, de 650 millones de dólares, el argumento de que se vende tierra para pagarlo, siempre es un
cambio de figuritas aunque todas las figuritas las tiene el mismo dueño. Es otro argumento más para seguir
privatizando.

En la gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires se perdieron 170 hectáreas de espacio público, uno
podría decir que el Estado tiene el poder de tomar tierra para utilidad pública, pero si uno se pregunta cuál
es la cantidad de tierra privada que tomó en los últimos 30 años para transformarla en espacio de utilidad
pública, la respuesta es ninguna. Toda la gestión del PRO ha sido al revés transformar tierra pública para
beneficio privado.

Más allá de las cuestiones técnicas, si se tiene que hacer por sistema de peaje, porque no es justo que
nosotros le paguemos a las transportadoras que hacen su negocio en el puerto, porque el argumento es que
de esa manera llegarían media hora antes al puerto. Para que lleguen media hora antes a hacer su negocio
toda la Ciudad tiene que pagar. Hay que ver si esa es la prioridad que tiene la Ciudad de Buenos Aires o si
ese dinero se podría invertir en mejorar o cambiar el puerto de lugar, que sería más interesante. Eso de
vincular la Ciudad con el río es quitarle un problema a la elite de Puerto Madero. La gente no se puede
vincular con el río porque en el medio está Puerto Madero. Entonces, ¿de qué río hablamos? ¿El que está en
Costanera Sur poluído? ¿El río obstruido y lleno de basura? No se habla nunca de descontaminarlo y
transformarlo nuevamente en un espacio de recreación popular. Es mucho lo que se podría hablar sobre eso.
Pero ha sido otro tema que ha pasado de largo y ayer (11/1) se anunciaron el comienzo de los trabajos.

Un tema no menor es que esto se divide en tres tramos, se va a hacer en más de dos años, la licitación para
el tramo más grande la ganó el primo de Macri, Calcaterra, que además tiene la principal licitación pública
del país que es el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento en asociación con una empresa que nació en
Salvador de Bahía, Odebrecht, considerada públicamente culposa de sobornos, negociados, etc.

M.H.: Qué misterioso que Odebrecht le haya pagado un soborno a Arribas, a quien después
nombran Jefe de la ex SIDE, porque se dedicaba a la compra y venta de jugadores, ¿qué tiene que
ver Arribas con la construcción?

S.S.: Esto se empalma con el proyecto de la Ciudad Deportiva y Santa María de los Buenos Aires, o de “los
malos aires” y lo que es el proyecto Distrito Joven Costanera. Estos no lograron pasar, yo creo que es
porque el impacto que eso generaría ha atemorizado a quienes tendrían que poner la firma para que
funcione.

Lo de la Ciudad Deportiva es una historia larga y oscura, empezó en 1965 con el gobierno radical de ese
momento, con el presidente de Boca que vendió espejitos de colores, defraudó a miles de personas que
compraron lo que en ese momento se llamaban bonos patrimoniales que le daban el derecho a tener una
platea en el estadio que se iba a inaugurar en 1970, miles de socios de Boca soñaban con estar viendo a sus
jugadores en un estadio para 140.000 espectadores al lado del río. Un fraude descomunal por el cual la
institución no solo no pagó nada sino que además fue premiada y ninguno de los damnificados recuperó un
peso. Después vino el gobierno de la dictadura con Cacciatore que volvió a extender el plazo del proyecto,
después Menem y Grosso le permitieron ampliar la superficie, lo que originalmente eran 40 hectáreas se
transformaron en 70, lo vendieron a una empresa casi fantasma que después se lo vendió en un negocio
tampoco claro a Irsa. Es un espacio que originalmente era del río, de la costa nuestra, que fue rellenada con
consecuencias ambientales que nunca nadie mensuró ni meditó, para hacer un proyecto de elite que sería la
continuidad de Puerto Madero hacia el sur, que a la ciudad no le sirve porque no lo necesita, con un impacto
ambiental feroz que surgió de una cosa especulativa y negociados que han violado la Constitución Nacional,
porque muchos de esas decisiones y decretos que se firmaron permitiendo que esto se alargara no pasaron
por el Parlamento. Se han cambiado normas de construcción y planificación violando las leyes. Y el proyecto
es a lo Dubai, 16 torres, comercios, oficinas, todavía más elitizado que Puerto Madero porque allí para ver
gran parte de la belleza de esa zona hay que subirse a los pisos altos, acá tendrían directamente la salida al
río, estamos hablando de kilómetros de costa que serían privatizados. Ni hablar del impacto ambiental que
esto generaría.
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Fundamentalmente hay una manera de pensar la Ciudad en las oficinas de las grandes empresas
inmobiliarias y de ahí va algún lobista a sentarse con alguien del gobierno para discutir cómo aprueban una
ley para que el proyecto se pueda hacer. Lo mismo pasa con el distrito de la Juventud Costanera Norte que
implica toda la costa que va desde Costa Salguero hasta la Provincia de Buenos Aires, 10 kilómetros de costa
del río.

El proyecto prevé renovar las concesiones que están todas vencidas e ilegales, particularmente las dos más
importantes, Costa Salguero y Punta Carrasco, ambas en manos de amigos del gobierno y del poder que han
pagado cánones irrisorios ocupando tierra pública, que han aumentado las superficies que también genera
un impacto ambiental que nunca se midió y que diversos gobiernos anteriores permitieron. Ahí hizo fiestas el
PRO y se casó Macri.

El proyecto está tan bien vendido con todas las herramientas de la mercadotecnia que muestra las
bicisendas, paseítos y arbolitos y una imagen idílica del río que no existe, para que los jóvenes de la Ciudad
puedan disfrutar. El centro del proyecto es la renovación, porque al cambiarle el uso al distrito que hoy es
parque y no se puede construir, que es lo que se está discutiendo en la Legislatura para convertirlo en
distrito 4, que es un distrito sin límites, se pueda destinar a proyectos que una comisión puede designar
válidos. Una vez que cambiaste el uso podés hacer lo que quieras, a diferencia de distritos de la Ciudad que
están limitados en la altura, la distancia de la vereda, la cantidad de terreno que podés ocupar.

Junto con este tema de proyectar y prolongar concesiones que ya serían legales porque al cambiar el uso del
distrito se consolidarían, el nudo es trasladar 100 boliches nocturnos de la Ciudad a esa zona, ese es el
verdadero núcleo del proyecto. Lo de la bicisenda y el paseíto son formas menores, porque va a haber
amarras privadas, bares flotantes, un negocio importante en el usufructo privado de la belleza escénica del
río en una ciudad que necesita de ese aire pero, sobre todo, está el tema de sacar los boliches de la Ciudad y
llevarlos ahí. Imaginate lo que pasó en Costa Salguero en la fiesta Time Warp donde 5 jóvenes murieron por
la pastilla Superman, donde no hubo control alguno, siendo tierra liberada para el narcotráfico. Si no
pudieron controlar o no quisieron un solo boliche, cómo van a controlar 100. Entonces, cuando hablan de
juventud ¿en qué tipo de juventud están pensando? La del boliche, la de la noche, la de cierto poder
adquisitivo que puede disfrutar de eso. Esa es la imagen que el macrismo y el poder tienen de la juventud y
sería realmente, además de violentar el espacio público, un hecho explosivo para la Ciudad, incontrolable.

Yo creo que esto es lo que ha hecho a algunos legisladores pensar de qué se trata y querer estudiarlo un
poco más. Además en este negocio de venderte el proyecto te dicen que el 65% va a ser espacio público,
quiere decir que te van a sacar el otro 35%. Esto no lo conoce casi nadie.

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