TRASTORNO REACTIVO DE LA VINCULACIÓN DE LA INFANCIA O NIÑEZ

Menor de 8 años, cursando segundo grado de primaria, originario de la ciudad de

Tijuana, B.C. A la edad de 4 años es resguardado en un albergue temporal a
disposición de la Procuraduría para la Defensa del Menor y la Familia debido a
omisión de cuidados por parte de su padre biológico. El menor es retirado de su
padre, ya que en una ocasión el padre estaba asaltando una tienda de servicio y
fue arrestado, Kevin le acompañaba esperándole afuera del establecimiento, el
menor fue testigo del evento y puesto a disposición de las autoridades. En su corta
edad ingresa al Albergue Temporal Zona Costa DIF, de la ciudad de Tijuana, Baja
California, donde dura dos años aproximadamente, para después ser ingresado a
la casa hogar Hogares Calasanz de Tijuana (HOCATI), A.C., a la edad de 6 años.

Refiere algunos recuerdos vagos; su madre lo deja con su padre y no vuelve

a verla, recuerda que su padre era violento y golpeaba a su madre, él presenciaba
dichas situaciones y ante ello gritaba a su padre que la soltara, se escondía o salía
huyendo de su casa para refugiarse en la ¨vecindad de Doña Mary¨, a quien
menciona constantemente.

El menor empieza a no seguir las indicaciones por parte de su maestra titular,

no querer trabajar en el salón de clases, así como a molestar a sus compañeros de
clase, incurriendo en burlas y sabotear actividades. A su vez incurre en salirse del
salón sin permiso, evitando el contacto con su maestra de grupo, quien se ha
caracterizado por aplicar una relación distante, una metodología excesivamente
exigente y recordándole al menor que es un alumno que no trabaja y que no hace
nada en el salón de clases. En casa hogar el menor se aísla, evitando participar en
actividades grupales, así como realizar tareas de casa y escolares.

La escuela solicitó a la casa hogar que alguna de las cuidadoras asistiera con
el menor para cuidarlo y evitar que se saliera del salón, pero el menor intensificó
sus conductas y empezó a presentar la conducta de introducirse objetos a la boca
como tijeras, grapas, basura, etc.; dicha conducta fue determinada por la escuela
como una situación de riesgo, solicitando a la casa hogar una evaluación
psicológica. Debido a las conductas disruptivas que presentaba el menor se
determinó por parte de la escuela que no asistiera a clases, no en motivo de
suspensión, sino en bien del menor, así como de los demás alumnos; asignándole
trabajos y tareas en casa para no afectar su aprovechamiento escolar.

Dentro de la casa hogar presenta poca tolerancia a la frustración, su juego

se caracteriza por dirigir a los demás, manifiesta enojo mediante los gritos y aventar
cosas; prefiere jugar de manera solitaria. No muestra relación de apego con algún
compañero o cuidador. En el área escolar muestra un atraso en su lectura y escritura
como consecuencia a no trabajar en clase y negarse a realizar tareas escolares.

En el menor se observan dos eventos activadores de su conducta de enojo

(gritos, golpes, huida): 1). - ante los comentarios devaluadores: ¨ ¿para qué vienes
a la escuela si no trabajas¨?, ¨siempre es lo mismo contigo no haces caso¨ y con
alto tono de voz por parte de su maestra titular; 2). - ante las acusaciones de otros
menores de la casa hogar y 3). - ante la indicación de involucrarse en actividades
grupales.