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ESPAÑOLA]
T
odo comienza un buen día del año 1700. Carlos II
El Hechizado acaba de morir sin dejar
descendencia lo que despierta la codicia de los
principales gobernantes europeos ávidos de
riqueza. Tanto Luis XIV de Francia como el
emperador Leopoldo I estaban casados con infantas
españolas con lo que reclamaban su derecho al
trono. Aun así, los dos candidatos principales
eran elemperador Ilustración 2 Carlos II Leopoldo I y el Elector de
Baviera, José Fernando. Pero el destino quiso la fatalidad y
el candidato menos peligroso y el elegido por Carlos II, murió prematuramente el año 1699. Por
ello surgió otro candidato, el archiduque Carlos, hijo de Leopoldo I y Francia firmó un acuerdo
por el cual Carlos era reconocido como heredero a cambio de unos
jugosos territorios en Italia para Francia. A casi todas las potencias
europeas les parecía bien este acuerdo, a casi todas menos a
Austria que quería toda la herencia para el Archiduque. Al final,
Carlos II, un mes antes de morir, nombró como heredero al nieto
menor de Luis XIV, Felipe, duque de Anjou. Así pues, el 12 de
noviembre de 1700, Luis XIV hizo pública la aceptación del
testamento por el cual, a cambio del trono español, Felipe de Anjou
Ilustración 3 Felipe V renunciaba a su herencia del trono francés. Finalmente todos los
regentes europeos, salvo Leopoldo I, aceptaron a Felipe como nuevo Rey
de España.
Sin embargo, Luis XIV cometió un error, atacar el norte de Italia dando comienzo a las
primeras hostilidades en el año 1701. También se debió a otras causas como puedenLa
oposición austriaca al testamento de Carlos II. La política desacertada del Rey Sol al declarar,
en diciembre de 1700, que el nuevo monarca español, su nieto, no podía renunciar a sus
derechos sobre la corona francesa, lo que abría la posibilidad de reunión de ambos tronos en
un solo soberano, rompiéndose así la Teoría del Equilibrio Europeo. La apertura a Francia del
comercio con las Indias, que provocó el recelo de Inglaterra y Holanda. La toma por parte de
Francia de las plazas de la “Barrera Belga”, lo que suponía un peligro para Holanda. El
emperador Leopoldo I supo aprovecharse de esta situación y creo la Gran Alianza de la Haya
en la que se integraron Austria, Inglaterra y la mayor parte de los príncipes del Sacro Imperio
Romano Germánico. A esta coalición se unieron, en 1703, Portugal y Saboya. Cada uno de los
aliados pretendía una parte de Imperio español: si alcanzaban la victoria, Inglaterra recibiría
Menorca, Gibraltar, Ceuta y la tercera parte de las Indias españolas; Holanda, parte de Flandes
y otro tercio de las Indias; El Milanesado sería para el Imperio; Galicia y Extremadura para
Portugal; y el resto de la monarquía española quedaría para el archiduque Carlos, segundo hijo
del emperador alemán. Frente a esta oposición, Felipe V contaba con el apoyo de Francia,
España y dos príncipes alemanes. Sin embargo, algunos súbditos de la Corona de Aragón se
revelaran en 1705. Los hechos de armas fueron, en general, desfavorables para las tropas
borbónicas a lo largo del conflicto en los campos de Europa (exceptuando la Península). Las
hostilidades comenzaron ya en 1701 en el norte de Italia, entre austriacos y franco-españoles,
resultando heridos el propio Felipe V en Luzzara (14-15 de agosto de 1702). En el frente de
batalla de Flandes y el Rin, Marlborough se apoderó de Lieja y, junto a Eugenio de Saboya,
venció a los franceses en Höchtädt (13 de agosto de 1704). Una reacción hispano-francesa
permitió la toma del Ducado de Saboya. Poco antes, el 4 de agosto de 1704, la escuadra
inglesa había ocupado Gibraltar en nombre del pretendiente.
En 1706, tras las decisivas batallas de Ramillies y Turín, España dejaba de dominar
Flandes y el Milanesado. En 1707, la escuadra anglo-holandesa se apoderaba de Orán,
Cerdeña y Menorca. En 1709, Luis XIV inició gestiones para conseguir la paz, pero fracasaron
ante las duras condiciones de los aliados, que le exigían luchar contra su propio nieto. Aquel
mismo año, los partidarios del archiduque consiguieron que éste fuese reconocido como rey de
España por el Papa Clemente XI, lo que provocó la ruptura de relaciones entre Felipe V y el
Vaticano.
Guerra Civil
En 1706 la causa se presentaba mal para Felipe V, llegando al extremo de tener que
abandonar Madrid ante el ataque del pretendiente. En abril de 1707, las fuerzas franco-
españolas derrotaron al ejército aliado en Almansa, propiciando así la caída de gran parte de
los reinos valenciano y aragonés. Durante 1708, las tropas felipistas completaron su dominio
sobre Valencia al tiempo que avanzaron hacia Cataluña.
MAPA
SENTIDO DE LA “DIADA”