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UNIVERSIDAD VIRTUAL HISPÁNICA DE MÉXICO

GEOGRAFÍA HISTÓRICA

ACT. 2 “LAS CONGREGACIONES DE INDIOS”

PRISCILA TORRES CONRADO

Junto con la importancia económica que representaba la recién adquisición de los


territorios de la Nueva España, existían objetivos a concretar, uno de los cuales era la
evangelización de los indígenas, mediante la erradicación y eliminación de los cultos
anteriores, así que la llegada de misioneros perseguía precisamente ese fin. No obstante, la
extensión dificultaba la comunicación, especialmente con algunas comunidades alejadas.
Además, debido a la renuncia de los nativos, era mucho más complicado controlar las
prácticas y rituales que iban en contra de la religión católica, así como el cobro de tributos,
por lo que surgió la necesidad de implementar una medida que permitiera la organización
de la población en lugares donde fuera más sencillo llevar un conteo de los habitantes, a la
vez que facilitaba en gran medida la tarea de los misioneros. Es así como comenzó la
planeación y diseño de las primeras congregaciones de indios, la mayoría de las cuales se
erigieron en lugares donde existía ya una mayor concentración de individuos, a la vez que
se construían templos y monasterios.

Por supuesto que esta novedad cumpliría puntualmente con los requerimientos de los
españoles, aunque representaría así mismo un foco perfecto para la propagación de
enfernedades, especialmente aquellas desconocidas en la Nueva España, como la viruela, y
que ocasionarían una alta mortandad entre los indígenas, sin mencionar el hecho de que
lograr juntar a toda la población como era su intención, realmente era un reto muy grande,
que no lograrían en poco tiempo. Además, la selección de lugares adecuados para los
asentamientos, requería de una buena planeación, para evitar futuros problemas. En
realidad pudiera parecer tentador, sin embargo no era así para los nativos, que estaban
acostumbrados a sus tierras y a su tranquilidad. Su vida giraba en torno a la producción de
sus alimentos, en sus pequeñas parcelas. Las congregaciones de indios realmente no eran
tan llamativas, porque los mismos indios debían construir sus casas y posteriormente
ayudar a construir otros edificios, como iglesias, hospitales o cárceles (Gerhard). Aunque es
verdad que en estas planeaciones urbanas se les otorgaba un pequeño pedazo de tierra para
que cultivaran, la verdad es que no podía aspirar a recibir el más apto o en mejores
condiciones, porque en el sistema social de la Nueva España, existía una clara organización
social, en la que los miembros que gozaban de una posición más alta, tenían mejores
beneficios.

En el ámbito geográfico, la creación de congregaciones permitió el estudio cuidadoso de la


disposición de los lugares en los que se pretendían establecer, desde la calidad del terreno
para la agricultura, la accesibilidad y distancia, así como una investigación del número de
habitantes que vivían cerca de ahí, para saber si era factible proceder a construir los
asentamientos. En el caso de que no fuera así, había que mover el lugar a otro que fuera
más adecuado para sus requerimientos. Es importante mencionar que una práctica nueva
que fue traída desde España, fue la ganadería, y que los terrenos llanos eran más
favorecedores, ya que de esta manera, el ganado podía pastar más fácilmente, a diferencia
de las necesidades de los mesoamericanos, quienes se guiaban por la presencia de fuentes
de agua, y proveedoras de alimento. En cuanto al trazado de la ciudad, como se puede
observar en todo el país, existe una composición común en los lugares céntricos, sin
importar si son parte de un pequeño pueblo o de una gran ciudad, en el que se distingue una
plaza o zócalo, de forma cuadrada alrededor del cual hay una iglesia y un edificio destinado
al ógrano gubernamental. La disposición de las casas aledañas también es de forma
cuadrada, con calles intermedias para poder mantener una organización como la que se
encuentra en España.

Debido a que no fue posible mover a la población entera a las congregaciones, en el caso de
lugares muy alejados, se tuvo que requerir a la construcción de pequeñas capillas, y a
asignaciones de visita de algún religioso. Hoy en día todavía se conservan algunas
comunidades que no cuentan con una gran iglesia o catedral, y que pertenecen a algún
municipio, como lo es Huajolotitlán para Huajuapan de León. Eran conocidas como
estancias, y algunas de ellas, fueron posteriormente movidas hacia la cabecera más cercana,
en el caso de que comenzaran a crecer lo suficiente, y ya no se dieran abasto para las
necesidades de la población que habitaba ahí.

Hay un factor que me parece pertinente analizar, y creo que tiene relevancia con este tema,
es el hecho de que se gestó la planeación de las congregaciones de indios de acuerdo al
análisis del terreno y de la población, así como de las diferencias en lenguaje, costumbres y
cosmovisión, con lo cual los españoles fueron capaces de delimitar los territorios, y aunque
la administración de los estados y poblaciones actual no es precisamente la misma que en
esa época, sí es un antecedente claro. Por otro lado, es evidente que las cabeceras que
posteriormente dieron lugar a las ciudades, presentaron una mayor densidad de población, a
diferencia de las estancias, así que fue más complicado otorgarle a todas las familias
terrenos donde cultivar, a diferencia de lo que sucedía en los lugares más alejados, así que
probablemente este sea el motivo del porqué existen más áreas verdes en los pueblos hoy
en día (claro, ésto se relaciona con el crecimiento demográfico en los sitios urbanos a través
del paso del tiempo), y también una cuestión que no había relacionado hasta ahora, que es
la conservación de las costumbres y tradiciones, así como la alimentación y la lengua
indígena. Es verdad que hoy en día no se puede asegurar que exista una persona con una
ascendencia totalmente indígena, a la vez que es totalmente cierto que las costumbres que
hoy conozcamos como el máatan k’ol o waajil kool (Moo Góngora, 2015) tengan una
mezcla de ideologías mayas e hispánicas; aun así, en la mayoría de las ciudades queda muy
poco de la cultura, incluso desde ya varias generaciones, lo cual podría ser un indicio de
que la temprana convivencia con los españoles en aquellas congregaciones de indios,
tuviera un impacto mayor y que a la larga, se fueran acostumbrando al modo de vida,
idioma, vestimenta y cultura española, en contraste con lo que sucede en los pueblos. Lo
que sí es que el único aspecto que se mantiene de forma prácticamente homogénea, es el
ámbito religioso, lo que se puede corroborar con la existencia de capillas, iglesias,
catedrales, monasterios y toda clase de edificios religiosos en todo el territorio mexicano.

Conclusión

Me parece interesante conocer sobre las Congregaciones, porque de esta forma, es posible
comprender las razones que tenìan los españoles para elegir determinados lugares. Además,
permite analizar las diferencias que existían en la organización de las viviendas
mesoamericanas y las españolas. También, pienso que es importante incluso para la
actualidad, porque a pesar de que ya ha pasado suficiente tiempo, todavía se observa el
trazado de las calles y la disposición de los edificios. Algunas ciudades también conservan
nombres antiguos; por ejemplo, en Yucatán casi todos los nombres de los pueblos son en
maya, lo que me lleva a varias ideas:

1. Debido a que el terreno en la península es plano, es muy probable que las


congregaciones de indios se hayan mantenido en sus lugares originales.

2. (Maldonado Cárdenas) Los “sacbeob”o caminos blancos que se pueden observar


hoy en día (en Motul, por ejemplo), ya conectaban ciertos asentamientos desde antes de la
llegada de los españoles, y el hecho de que existan calles y carreteras a sus costados, quiere
decir que sirvieron como referencia para la construcción.

3. En lugares así, la afectación al terreno fue menor, y las modificaciones también,


siendo así que algunas plazas actuales se encuentran en el mismo sitio en el que los
antiguos mesoamericanos ya tenían una construcción parecida.

Bibliografía
Gerhard, P. (s.f.). Congregaciones de indios en la Nueva España antes de 1570. 347-395.

Maldonado Cárdenas, R. (s.f.). Los caminos prehispánicos de Yucatán. Arqueología Mexicana, 43-
47.

Moo Góngora, M. Á. (10 de Marzo de 2015). Ofrendas por la cosecha. Diario de Yucatán.

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