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En Chupas desapareció el bando almagrista, que venía en picada, puesto que no había hallado nada
interesante en Chile y se había enfrascado en un duelo a muerte con los Pizarro. Poco antes, en la
batalla de las Salinas, Hernando Pizarro había derrotado a Diego de Almagro el Viejo y lo había
ajusticiado. Como venganza, los almagristas asesinaron a Francisco Pizarro en junio de 1541;
proclamaron como gobernador a Almagro el Mozo y desataron una feroz represión contra los partidarios
del Marqués, quienes se habían hecho increíblemente ricos en breve tiempo.
Almagro el Mozo era mestizo, hijo de amerindia panameña y heredero legal de su padre, el socio de la
Conquista. Tenía apenas 20 años y al comienzo fue una figura menor dirigida por los viejos capitanes de
su padre. Pero, en el curso del año que le tocó actuar, culminó destacando y combatiendo con ardor y
eficiencia en Chupas, no obstante su derrota. Luego, huyó para intentar llegar al campamento de Manco
Inca, pero fue atrapado en el Cusco y condenado por traición. Fue el primer mestizo que gobernó el Perú
y habrían de pasar 300 años para encontrar otro caso.
Por su parte, Vaca de Castro era un juez enviado por el Rey a Sudamérica, dotado de amplios poderes
para enfrentar las guerras civiles entre españoles. Su bando fue creciendo y se le sumaron numerosos
conquistadores; la bandera del Rey era poderosa y la lealtad a España era superior a los odios entre las
facciones.
Ambos ejércitos se encontraron en Chupas, que es una pampa alta y verde, situada cerca de Huamanga.
Vaca de Castro tenía 700 hombres y su principal fuerza era una caballería numerosa y de calidad. Pero
Almagro el Mozo había reunido hasta 600 combatientes y disponía de artillería y arcabuceros. El jefe
artillero era el célebre Pedro de Candia, quien había participado en la captura de Atahualpa. Pero ocurrió
que, comenzada la batalla, los tiros iban muy elevados, sin hacer daño a las tropas leales al Rey, que
continuaban su marcha. Almagro se enfureció; personalmente asesinó a Candia y dirigió la artillería que
hizo mella entre sus enemigos.