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CAPITULO XVII

EFICACIA DE LA LEY EN EL ESPACIO

A. GENERALIDADES

383. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


Del hecho que todo Estado soberano e independiente, de acuerdo con los
principios básicos del Derecho Internacional Público, ejerza, dentro de su te-
rritorio, en forma absoluta y exclusiva, la potestad legislativa (facultad de dic-
tarse sus propias leyes) y jurisdiccional (facultad de poder hacerlas cumplir),
deriva lógicamente que cada Estado sólo puede dictar leyes y hacerlas cum-
plir dentro de las fronteras de su propio territorio; ninguno puede pretender
que sus normas jurídicas sean respetadas más allá de los confines territoria-
les. Si este doble principio fuera reconocido y aplicado con todo rigor no se
producirían conflictos entre las legislaciones de los diversos Estados; cada uno
aplicaría sólo su propia legislación sin considerar la nacionalidad de las per-
sonas, el país en que se encuentran las cosas o en que se celebran los actos
o contratos. Pero se comprende que una aplicación estricta del concepto de
soberanía sería obstáculo a las relaciones internacionales, que son parte muy
importante de la existencia misma de los Estados por la interdependencia en
que viven, y entrabaría el comercio jurídico. Estos factores determinan el res-
peto de las leyes extranjeras y su aplicación, en muchos casos, dentro del
territorio nacional.
Puede suceder que dos o más legislaciones pretendan, simultáneamente,
regir una misma situación jurídica. En este caso, ¿a cuál se le dará preferencia?
De esta materia se ocupa el Derecho Internacional Privado.
Diversas causas hacen que una situación o relación jurídica pretenda ser
regida por dos o más legislaciones: la nacionalidad de los individuos, el cam-
bio de domicilio, la circunstancia de encontrarse un bien en otro país distinto
de aquel en que reside el dueño, el hecho de celebrarse un contrato en un
país para que produzca efectos en otro, etc.
El conflicto de legislaciones puede ser simple y múltiple: es de la primera
especie cuando se encuentran dos legislaciones al tratar de regir ambas un mismo
caso jurídico, y es de la segunda, cuando las legislaciones concurrentes son
más de dos, como, por ejemplo, si un ciudadano francés y otros inglés cele-
bran un contrato en Croacia sobre bienes situados en Italia y se origina un

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270 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

pleito en Chile, mientras uno de los contratantes tiene su domicilio en Argenti-


na y el otro en Bolivia.
Varias teorías se han preocupado de determinar, atendiendo a diversos fac-
tores y puntos de vista, la legislación de qué país debe aplicarse cuando con-
curren dos o más a regir una misma situación jurídica. Las que han ejercido
mayor influencia son:
1) la teoría de los estatutos;
2) la teoría de la comunidad de derecho entre los diversos Estados, y
3) la teoría de la escuela italiana o de la nacionalidad.
Resumiendo, podemos decir:
a) Los factores que producen la colisión de las leyes en el espacio son la
diversidad legislativa y jurisdiccional entre los Estados y la existencia de rela-
ciones sociales (y, por consecuencia, jurídicas) entre los individuos pertene-
cientes a Estados diversos, y
b) Estos conflictos deben ser resueltos para determinar la legislación apli-
cable, cosa de la cual se ocupan diversas teorías que atienden a determinados
puntos de vista.

384. DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS CONFLICTOS DE LEGISLACIONES


Los conflictos de legislación, tan frecuentes ahora por la gran facilidad de co-
municaciones y el enorme desarrollo de las relaciones comerciales entre los
diversos Estados, “provenían antes principalmente de la diversidad de costum-
bres y derechos entre las diversas secciones y pueblos de un mismo país”.
“La antigua Francia, por ejemplo, se regía en parte por el Derecho Romano
y en parte por las costumbres, y la diversidad de éstas era tanta que la legisla-
ción variaba de una provincia a otra y aun dentro de una misma provincia”.
“En Alemania, las relaciones entre los Estados del Antiguo Imperio estaban
expuestas a frecuentes conflictos de esta clase y aun dentro de cada Estado la
confusión legislativa era tan extraordinaria que un derecho particular regía ya
una provincia, ya una subdivisión de provincia, ya una comuna, ya una ciudad
o sólo una parte del territorio de una ciudad”.1 “Así, por ejemplo, dice Savigny,2
hasta el 1º de enero de 1840 hubo en Breslau cinco leyes particulares diferentes
sobre el derecho de sucesión, el derecho de bienes entre cónyuges, etc., que
constituían otras tantas jurisdicciones locales. A menudo el derecho variaba de
una casa a otra; algunas veces una propiedad situada en los confines de dos
jurisdicciones estaba regida en parte por una ley y en parte por otra”.
La mayoría de los Estados de Italia, como Génova, Venecia y Florencia,
tenían su derecho local, llamado “status”, por oposición al Derecho Romano,
al cual se reservaba el nombre de “lex”. Este se aplicaba en todo el país, y
aquél, en ciertos casos, en las ciudades en que se había promulgado.
También en España hubo diversidad de legislación, con sus fueros espe-
ciales.

1 CLARO S OLAR, obra citada, tomo I, p. 93.


2 SAVIGNY, obra citada, tomo VIII, p. 23, nota c.
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385. LA TERRITORIALIDAD Y EXTRATERRITORIALIDAD DE LAS LEYES


Todos los problemas que originan el conflicto de leyes en el espacio y los di-
ferentes sistemas de Derecho Internacional Privado giran alrededor de dos prin-
cipios antitéticos: el territorial y el personal o extraterritorial. Según el principio
territorial, las leyes se dictan para el territorio y tienen su límite dentro del mis-
mo. Según el principio personal, por el contrario, las leyes se dictan para las
personas, y acompañan a éstas fuera del territorio.
Si el primero de los principios se aplicara estrictamente, el Estado podría
exigir el reconocimiento exclusivo de su derecho sobre el territorio que le per-
tenece; pero no podría pretender que sus normas fueran reconocidas más allá
de las fronteras.
Si se aplicara en absoluto el principio personal, el Estado sólo podría legis-
lar para sus súbditos y no podría hacer valer ninguna autoridad sobre los ex-
tranjeros que residieran en su territorio.
Ambos sistemas han tenido importancia histórica. En la época de las inva-
siones bárbaras se aplicó el principio de la personalidad de la ley, conforme al
cual cada individuo estaba exclusivamente sometido a la ley de su origen en
cualquier parte que estuviera: el godo, a la ley goda; el franco, a la ley franca;
el romano, a la ley romana, etc. En la época feudal se practicó, en cambio, el
sistema de territorialidad de la ley, traducido en aquel famoso axioma: “leges
non valent extra territorium estatuentis”.3

386. DIVERSAS TEORÍAS Y PUNTOS QUE DISCUTEN


Pero la solución extrema de ambos principios presentaba dificultades e incon-
venientes muy graves. Por eso cuando las relaciones sociales y comerciales en-
tre los pueblos se hicieron más continuas y regulares, se comprendió que la
ley no podía ser absolutamente personal ni absolutamente territorial, y que ha-
bía que buscar fórmulas de armonía y conciliación entre esos dos opuestos
principios. Esta ha sido la constante aspiración de los sistemas de Derecho In-
ternacional Privado. En ellos se da por supuesto que algunas leyes son territo-
riales y otras tienen eficacia extraterritorial; pero lo que se discute es:
1º La preponderancia que ha de tener el principio personal o el territorial;
2º La fórmula que ha de determinar qué leyes son territoriales y cuáles per-
sonales, y
3º El fundamento o justificación del hecho de la autoridad extraterritorial
del derecho interior.
Entre las teorías que han intentado dar solución a estos problemas so-
bresalen, por su importancia, la de los estatutos, la de comunidad del dere-
cho y la de la personalidad o nacionalidad del derecho.4 Nosotros limitaremos
nuestro estudio a la primera, por estar fundada en ella, en parte, nuestra
legislación.

3 CASTÁN, Derecho Civil, Madrid, 1922, p. 38.


4 Ibídem, pp. 38 y 39.
272 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

387. T EORÍA DE LOS ESTATUTOS


Nació la teoría de los estatutos a principios del siglo XIII con los comentarios
de algunos glosadores, como Dino y Jacobo de Arena; se desenvolvió en el
siglo XIV merced a las glosas de diversos maestros y principalmente de Barto-
lo de Sassoferrato (1314-1357). Este hizo de las reglas aisladas una teoría de
conjunto que, a través de diversas vicisitudes, perdura hasta hoy.
La teoría de los estatutos clasificó las leyes en personales, es decir, relativas
a las personas, y reales, o sea, relativas a los bienes. Las primeras tienen apli-
cación extraterritorial, pues siguen a la persona dondequiera que vaya, “como
la sombra al cuerpo”, según el decir de los estatutarios. Las leyes reales sólo se
aplican en el territorio en el cual están situados los bienes, es decir, tienen
carácter local y territorial.
Más tarde, se agregó una tercera categoría de leyes. D’Argentré (1519-1590)
añadió a la clasificación las leyes mixtas, que se refieren a las relaciones con-
cernientes a un mismo tiempo a los bienes y a las personas y particularmente
a la forma de los actos y “para los cuales la aplicabilidad fuera del territorio se
admitía o no según los casos y criterios sutiles de distinción deducidos del fin
que la ley perseguía”.
Ahora, precisando más las tres categorías de leyes, podemos decir que, “se-
gún la doctrina comúnmente admitida, son leyes personales aquellas cuyas dis-
posiciones afectan directa y exclusivamente al estado de la persona, es decir,
la universalidad de su condición, de su capacidad o incapacidad para proceder
a los actos de la vida civil y que si tienen relación con las cosas es sólo acce-
soriamente y por una consecuencia del estado y calidad del hombre, objeto
principal del legislador. Así, son personales: la ley que determina si el indivi-
duo es nacional o extranjero, la que fija la mayor edad, las condiciones para el
matrimonio y la legitimidad, la que somete a la mujer a la potestad del marido,
al hijo de familia a la patria potestad, la que establece la capacidad de obligar-
se o de testar, etc.
Son leyes reales las que se refieren directamente a las cosas, para determi-
nar su naturaleza y el modo de poseerlas o adquirirlas, transmitirlas y transfe-
rirlas, sin tener relación con el estado o capacidad general de la persona si no
es de un modo incidental y accesorio. A esta clase pertenecen las leyes que
dividen los bienes en cosas corporales e incorporales, muebles e inmuebles;
las que determinan el derecho de suceder abintestato o por testamento, las que
fijan la cuota de libre disposición, etc.
De las leyes relativas a los actos hablaremos más adelante.
El fundamento de la aplicación extraterritorial de las leyes personales, de
acuerdo con la teoría de los estatutos, radica en el hecho de que tales leyes se
dictan en consideración al medio ambiente, el clima, los hábitos, las costum-
bres que imperan en el país en que el individuo nace y se desarrolla; siendo
así, estas leyes se ajustarán más a la condición del individuo, por lo cual es
justo que esté sometido a ellas donde quiera que se encuentre.
La aplicación territorial de la ley real tendría por fundamento el principio
de la soberanía territorial, el dominio eminente del Estado sobre los bienes que
se hallan dentro de sus fronteras.
TEORIA DE LA LEY 273

La doctrina de los estatutos provoca una serie de dificultades; y así, hay


casos en que resulta casi imposible distinguir si una ley es personal o real,
porque se refiere tanto a la persona como a los bienes.
En verdad, la resolución de los conflictos de las leyes en el espacio es una
de las cuestiones más difíciles del Derecho, hasta tal punto que ha habido au-
tores que han dicho que esta materia es “un laberinto sin hilo” y algo en que
el tratadista “no sabe a qué altar dirigir sus ruegos para hablar justo y claro al
respecto”. También se decía que este asunto constituye “un alambique de los
cerebros”.

388. EFECTOS TERRITORIALES Y EXTRATERRITORIALES DE LA LEY


Para el debido estudio de la aplicación de la ley con relación al territorio, es
preciso considerar los efectos de la ley dentro del territorio para el cual ha
sido dictada, o sea, la territorialidad de la ley, y los efectos de la ley fuera de
dicho territorio, o sea, la extraterritorialidad de la ley.

B. TERRITORIALIDAD DE LA LEY

389. CONSAGRACIÓN DEL PRINCIPIO TERRITORIAL EN NUESTRO DERECHO


La ley, dice nuestro Código, es obligatoria para todos los habitantes de la Re-
pública, incluso los extranjeros (artículo 14).

390. CAUSAS EN VIRTUD DE LAS CUALES SE ACEPTÓ EL PRINCIPIO TERRITORIAL


Cuando se redactó nuestro Código Civil se hallaba en su apogeo la doctrina
del estatuto personal. A pesar de esto, don Andrés Bello se mostró francamen-
te partidario de la doctrina de la territorialidad absoluta, porque siendo Chile
un país en formación y escasamente poblado, al mismo tiempo que estimular
la inmigración, le convenía la uniformidad de población y legislación.
Conforme a este criterio, no podía la ley chilena acoger la doctrina del es-
tatuto personal y por razones de nacionalismo no aceptó en forma alguna la
vigencia de estas leyes extranjeras en su territorio.

391. SIGNIFICADO DEL ARTÍCULO 14


a) Según la doctrina tradicional, el artículo 14 significa que todos los indivi-
duos que habitan en el territorio nacional, sean chilenos o extranjeros, quedan
sometidos a la ley chilena desde el punto de vista de sus personas, bienes y
actos.
Un individuo que adquiere bienes en Chile, debe sujetarse a las leyes chile-
nas en lo relativo a la adquisición y ejercicio de su derecho de propiedad; un
extranjero que contrae matrimonio en Chile, queda sometido a la ley chilena en
cuanto a los efectos y disolución del matrimonio; el extranjero que se radica en
Chile queda sujeto a las leyes chilenas en lo relativo a la capacidad, etc.
274 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

b) Según otra doctrina, el significado del artículo 14 es más estrecho; la


norma tendría por objeto sólo establecer que el estatuto personal (estado y ca-
pacidad) de los habitantes del territorio de la República se rige por la ley chile-
na. Y esto se vería confirmado por la existencia de una disposición particular
relativa al estatuto de las cosas (estatuto real) y, además, por la posibilidad de
deducir una regla semejante para el estatuto de los actos.5

392. DIVERSAS APLICACIONES DEL PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD


El principio de la territorialidad absoluta está consagrado en varias disposicio-
nes de nuestra legislación positiva y, en algunas, el legislador lo ha llevado a
extremos verdaderamente inauditos.
1) Así, por ejemplo, en lo que se refiere al matrimonio y a su disolución,
el Código Civil en los artículos 120 y 121, dispone que “el matrimonio disuelto
en territorio extranjero en conformidad a las leyes del mismo país, pero que
no hubiera podido disolverse según las leyes chilenas, no habilita a ninguno
de los dos cónyuges para casarse en Chile mientras viviere el otro cónyuge”, y
que “el matrimonio que según las leyes del país en que se contrajo pudiera
disolverse en él, no podrá, sin embargo, disolverse en Chile, sino en conformi-
dad a las leyes chilenas”.
El artículo 120, sobre todo, constituye una iniquidad, porque coloca al ex-
tranjero en la disyuntiva de ir a casarse a otro país, o de fundar una familia
ilegítima. Por otra parte, resalta más la injusticia si se considera que si ese ex-
tranjero hubiera vuelto a casarse en su país, se le reconocería en Chile su ma-
trimonio.
2) El artículo 997 es una corroboración del artículo 14. Establece que “los
extranjeros son llamados a las sucesiones abintestato abiertas en Chile de la
misma manera y según las mismas reglas que los chilenos”.
3) El Código Penal, en su artículo 5º, considera el mismo principio del ar-
tículo 14. “La ley penal chilena, dice, es obligatoria para todos los habitantes
de la República, incluso los extranjeros. Los delitos cometidos dentro del mar
territorial o adyacente quedan sometidos a las prescripciones de este Código”.

393. VENTAJAS DE LA DOCTRINA CHILENA DEL ARTÍCULO 14


La doctrina chilena es mucho más práctica, conveniente y justa que la doctrina
del principio personal.
En primer lugar, no lesiona en forma alguna la soberanía del Estado.
En seguida, la teoría del principio personal pugnaría con la disposición del
artículo 6º del Código Civil (que dice que la ley no obliga sino una vez pro-
mulgada en conformidad a la Constitución Política del Estado y publicada de
acuerdo con los preceptos que establece el Código Civil), pues las leyes ex-

5 Esta doctrina es sostenida por don MARIANO POLA MARTIN en su Memoria de Licencia-

do, El artículo 14 del Código Civil, Santiago, 1955, Editorial Universitaria (edición mimeográ-
fica de 164 páginas, tamaño oficio). Véanse las páginas 57 y 58.
TEORIA DE LA LEY 275

tranjeras obligarían sin haber sido promulgadas por el Presidente de la Repú-


blica ni publicadas en el Diario Oficial.
En tercer lugar, desde el punto de vista de la conveniencia práctica, es me-
jor nuestro sistema: evita tener que conocer las leyes de los demás países y
con ello se ahorran fraudes y errores.
Cuando en Chile se va a celebrar un acto, basta conocer la ley chilena. Lo
contrario se presta a fraudes, porque se puede simular una nacionalidad que
no se tiene.
Finalmente, la teoría del principio personal tiene la inconveniencia de crear
una diversidad de situaciones en los individuos, sometiendo a unos a una le-
gislación y a otros a una diferente.
Todos estos inconvenientes se evitan con la doctrina de la territorialidad
absoluta de la ley aceptada por nuestro Código.

394. EXCEPCIONES DEL ARTÍCULO 14


El principio del artículo 14 no tiene más excepciones que las que admite el
Derecho Internacional y que son relativas a los soberanos extranjeros, agentes
diplomáticos y buques de guerra.
Los soberanos de un Estado quedan sometidos a sus leyes dondequiera
que se encuentren; los agentes diplomáticos acreditados ante un país están so-
metidos a las leyes del Estado a quien representan, y los buques de guerra,
aun los surtos en aguas territoriales chilenas, están sometidos a las leyes del
Estado a que pertenecen.
Tanto los buques de guerra como las moradas de los diplomáticos se con-
sideran como parte integrante del territorio del Estado a que pertenecen o que
representan. Por eso, en materia de nacionalidad, se consideran nacidos en el
territorio del Estado los que nacen en los buques de guerra o en la morada de
un agente diplomático acreditado ante un país extranjero.

395. LA LEY CHILENA NO RIGE EN EL TERRITORIO DE OTRO ESTADO. EXCEPCIÓN


En el artículo 14 se establece que la ley chilena es obligatoria para todos los
habitantes de la República, incluso para los extranjeros, de lo cual, a la inver-
sa, se deduce lógicamente que la ley chilena no rige en el territorio de otro
Estado. Por excepción, ciertas leyes siguen al chileno fuera del territorio; pero,
como veremos, no lesionan la soberanía de otro Estado, ni constituyen una
inconsecuencia con respecto a la disposición del artículo 14.

396. EQUIPARACIÓN DEL CHILENO Y EL EXTRANJERO


En compensación a las obligaciones que el artículo 14 impone a los extranjeros
al someterlos a las leyes chilenas, se les otorga en el artículo 57 una franquicia,
al decir que “la ley no reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero en
cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla este Código”.
En términos muy generales se definen los derechos civiles como aquellos de-
rechos que la ley concede o reconoce para la realización de un interés privado
276 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

del sujeto. Se contraponen a los derechos públicos que, como los políticos, se
otorgan para la realización de un interés público.
Si exigente fue el legislador en el artículo 14 al someter al extranjero a las
disposiciones de la ley chilena, en lo relativo a su estado y capacidad, fue ex-
cesivamente liberal en el artículo 57, al equiparar su situación con la de los
nacionales. El fin que persiguió el legislador fue atraer con tal franquicia a los
extranjeros para incrementar la población de la República.

397. EXCEPCIONES A LA REGLA DE IGUALDAD CIVIL


ENTRE EL CHILENO Y EL EXTRANJERO

Podemos decir que casi no hay diferencia de ninguna especie entre el chileno
y el extranjero, pues las que se han establecido son pocas, y se fundan más en
el domicilio que en la nacionalidad.
Veamos algunas de cierta importancia.
1) Se prohíbe ser testigo de un testamento al extranjero no domiciliado
(art. 1012). Y esto tiene su razón, porque, llegado el caso, sería difícil obtener
la comparecencia de ese extranjero.
2) En la sucesión abintestato de un chileno o de un extranjero que se abre
fuera de nuestro país, sólo los chilenos que tienen interés en esa sucesión pue-
den invocar los derechos que les corresponderían según la ley patria y solicitar
que se les adjudique en los bienes del difunto existentes en Chile todo lo que
les cabe en la sucesión de éste; los extranjeros, domiciliados o no en nuestro
territorio, sólo pueden hacer valer los derechos que les otorga la ley del país
en que se abre la sucesión y no tienen preferencia sobre los bienes del cau-
sante situados en Chile. Así se desprende del artículo 998 del Código Civil.
3) La Ley de Pesca señala los antecedentes que deben presentar en su
solicitud las personas interesadas en obtener una autorización de pesca, y
declara que en el caso de ser el solicitante una persona natural, deberá ser
chileno o extranjero que cuente con autorización de permanencia definitiva
en el país. Si el solicitante es una persona jurídica, deberá estar constituida
legalmente en Chile. En caso de haber en ella participación de capital ex-
tranjero, ha de acreditar cuando corresponda, el hecho de haber sido autori-
zada previamente la inversión, de acuerdo con las disposiciones legales
vigentes. (Texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley General de
Pesca y Acuicultura, fijado por el decreto Nº 430, de 1991, del Ministerio de
Economía, Fomento y Reconstrucción, publicado en el Diario Oficial de 21
de enero de 1992, arts. 16 y 17).
4) Por razones de interés y seguridad nacional hay tierras, bienes raíces,
cuyo dominio, posesión y derechos reales sobre ellos se reserva a los chilenos,
particularmente tratándose de tierras situadas en zonas fronterizas o a cierta
distancia de la costa. Sin embargo, por excepción, la ley autoriza en casos taxa-
tivos que extranjeros domiciliados pueden acceder a esos bienes. Al respecto
la normativa se encuentra en el Decreto Ley Nº 1939, de 1977, que establece
normas sobre adquisición, administración y disposición de bienes del Estado
(arts. 6º y 7º), publicado en el Diario Oficial de 10 de noviembre de 1977. En
esta materia hay normas especiales sobre bienes raíces situados en determina-
TEORIA DE LA LEY 277

das áreas de la Comuna de Arica, que favorecen a las personas naturales y


jurídicas de países limítrofes; se encuentran establecidas en la Ley Nº 19.420,
de 23 de octubre de 1995, sobre Incentivos para el desarrollo económico de
las provincias de Arica y Parinacota (arts. 19 a 23).

C. EXTRATERRITORIALIDAD DE LA LEY

398. LA EXTRATERRITORIALIDAD DE LA LEY ES EXCEPCIONAL


Los casos en que la ley produce efectos fuera del territorio del Estado que la
dicta, son excepcionales, porque, según ya se ha dicho, la regla general es que
no produzca efectos sino dentro de esos límites. Sin embargo, a pesar de esta
regla general, hay casos en que la ley chilena produce efectos fuera del territo-
rio, como luego se verá.
Para estudiar la extraterritorialidad de la ley chilena, es decir, para determi-
nar los efectos de esta ley fuera del territorio de la República, tenemos que
aceptar la distinción entre leyes personales, reales y leyes relativas a los actos.

1. Leyes personales

399. PRINCIPIO FUNDAMENTAL ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 15 DEL CÓDIGO CIVIL


La extraterritorialidad de la ley chilena, por lo que respecta a las leyes perso-
nales, está determinada por el artículo 15 del Código Civil, que señala las re-
glas fundamentales a este respecto, en los términos siguientes:
“A las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles, perma-
necerán sujetos los chilenos, no obstante su residencia y domicilio en país ex-
tranjero, en lo relativo al estado de las personas y a su capacidad para ejecutar
ciertos actos que hayan de tener efecto en Chile, y en las obligaciones y dere-
chos que nacen de las relaciones de familia; pero sólo respecto de sus cónyuges
o parientes chilenos”.
Este principio está repetido en el artículo 15 de la Ley de Matrimonio Civil,
que dice:
“El matrimonio celebrado en país extranjero, en conformidad a las leyes
del mismo país, producirá en Chile los mismos efectos que si se hubiere cele-
brado en territorio chileno. Sin embargo, si un chileno o chilena contrajera ma-
trimonio en país extranjero, contraviniendo a los artículos 4º, 5º, 6º y 7º de la
presente ley, la contravención producirá en Chile los mismos efectos que si se
hubiere cometido en Chile”.

400. EL ARTÍCULO 15 NO ES UNA INCONSECUENCIA CON RESPECTO AL ARTÍCULO 14


El artículo 15 del Código Civil, al establecer que la ley chilena rige fuera del
territorio, parece constituir a primera vista una inconsecuencia con respecto al
artículo 14 del mismo Código, porque mientras éste declara que en Chile sólo
rige la ley chilena y que no se acepta la ley personal del extranjero, en aquél
278 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

se dispone que la ley personal del chileno rige más allá de las fronteras de la
República.
Examinando la cuestión a fondo, se ve que no hay tal inconsecuencia. En
primer lugar, porque la ley chilena sólo rige en el extranjero para los actos que
han de tener efecto en Chile; y en seguida, no se exige ni se pide amparo para
la ley chilena a las autoridades extranjeras.
Se dispone únicamente que el chileno ha de respetar la ley chilena en el
extranjero, para aquellos actos que han de tener efecto en Chile; de manera que
en caso alguno la ley chilena va a ser aplicada por tribunales extranjeros.

401. FUNDAMENTO DEL ARTÍCULO 15


El fundamento del artículo 15 del Código Civil es muy claro: el legislador no
quiere que mediante un subterfugio se burlen las leyes chilenas relativas al es-
tado y capacidad de las personas, y a las relaciones de familia, leyes todas és-
tas que son de orden público; de lo contrario, se burlaría la ley con sólo traspasar
las fronteras del país.
El legislador no quiere facilitar la violación de la ley en una materia tan
íntimamente ligada a la constitución misma de la sociedad.
Al mismo tiempo, tiende a favorecer a la familia chilena, porque la familia
es el núcleo de toda organización social.

402. APLICACIÓN RESTRICTIVA DEL ARTÍCULO 15


El artículo 15 es una excepción al derecho común, porque la regla general es
que la ley rige solamente en el territorio del Estado que la dicta, y no produce
efectos fuera del mismo. Como se trata de una norma de excepción, es de de-
recho estricto y, como tal, debe aplicarse restrictivamente. Precisemos, pues,
su verdadera extensión.
En primer lugar, sólo se refiere a los chilenos; por tanto, si un chileno se
nacionaliza en país extranjero, no estará sujeto a esta disposición, como no lo
está cualquier extranjero.
En seguida, el artículo 15 sólo hace obligatorias para el chileno que está
fuera el territorio de la República las leyes chilenas relativas al estado de las
personas y su capacidad para ejecutar actos que hayan de tener efectos en
Chile, y las relativas a las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones
de familia. Las demás leyes chilenas, aunque sean personales, no obligan al
chileno que se halla en el extranjero.
En tercer lugar, el artículo 15 se refiere a los actos que hayan de tener efectos
en Chile, y los cónyuges y parientes chilenos, sin que la ley se preocupe de los
parientes extranjeros.

403. ANÁLISIS DEL Nº 1º DEL ARTÍCULO 15


La disposición que estudiamos dice que están sujetos a las leyes patrias los
chilenos domiciliados o residentes en país extranjero, en lo relativo al estado
de la persona y a la capacidad para ejecutar ciertos actos que hayan de tener
TEORIA DE LA LEY 279

efecto en Chile. Un acto produce efectos en Chile cuando los derechos y obli-
gaciones que engendra se hacen valer a cumplir en Chile.
Si un chileno ejecuta en el extranjero un acto que haya de crear derechos
u obligaciones en Chile, deberá ajustarse a las leyes chilenas en lo que se rela-
ciona con el estado civil y la capacidad para ejecutar este acto.
De aquí se desprende que si un extranjero ejecuta ese acto, no estará suje-
to a las leyes chilenas, aunque ese acto vaya a producir efectos en Chile. Y en
esta último hipótesis no hay que entrar a averiguar si es capaz según la ley
chilena, sino si lo es según la ley de su país.
A la inversa, el acto ejecutado por un chileno en el extranjero está sujeto a
la ley chilena, en cuanto al estado y a la capacidad, si ese acto va a producir
efectos en Chile; si los produce queda sujeto a las leyes chilenas; en caso con-
trario, se rige por las leyes del país en que el acto se realiza. Si un francés
contrae matrimonio en Francia, deberá ajustarse únicamente a la ley francesa;
podrá divorciarse y contraer nuevo matrimonio y su segundo matrimonio será
válido en Chile. Pero si es un chileno el que contrae matrimonio en Francia, se
divorcia y vuelve a contraer matrimonio, no sería válido su segundo enlace,
porque según las leyes chilenas el matrimonio es indisoluble. El artículo 4º de
la Ley de Matrimonio Civil dice que no pueden contraer matrimonio los que se
hallan unidos por vínculo matrimonial no disuelto, y el artículo 15 de la misma
ley expresa que el matrimonio de un chileno o una chilena en país extranjero
en contravención al artículo 4º, produce los mismos efectos que si la contra-
vención se hubiera cometido en Chile, y el efecto que esa contravención pro-
duce en Chile es la nulidad.

404. ANÁLISIS DEL Nº 2º DEL ARTÍCULO 15


El Nº 2º del artículo 15 tiene por objeto proteger a la familia chilena.
Los chilenos domiciliados o residentes en el extranjero quedan sometidos
a la ley chilena en lo que respecta a las relaciones de familia; derechos que
sólo pueden reclamar los parientes y cónyuges chilenos. De tal manera que el
cónyuge extranjero o los parientes extranjeros no pueden acogerse a esta dis-
posición.
Intimamente ligada con este precepto está la disposición del artículo 998
del Código Civil, que dice:
“En la sucesión abintestato de un extranjero que fallezca dentro o fuera del
territorio de la República, tendrán los chilenos a título de herencia, de porción
conyugal o de alimentos, los mismos derechos que según las leyes chilenas les
corresponderían sobre la sucesión intestada de un chileno. Los chilenos intere-
sados podrán pedir que se les adjudique en los bienes del extranjero existen-
tes en Chile todo lo que les corresponda en la sucesión del extranjero. Esto
mismo se aplicará en caso necesario a la sucesión de un chileno que deja bie-
nes en país extranjero”.
La regla general respecto de sucesiones, como veremos luego, es que la
sucesión se regla por las leyes del último domicilio del causante; pero como
las leyes chilenas protegen siempre a los parientes chilenos, han establecido
que si en una sucesión abierta en el extranjero tiene el causante bienes en
280 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

Chile, en éstos deberá adjudicarse el total de lo que corresponda a los herede-


ros chilenos, los cuales tendrán los mismos derechos que las leyes chilenas les
acuerdan en las sucesiones abiertas en Chile.
Así, si un inglés muere en Inglaterra, en donde existe la libertad absoluta
de testar, y este inglés tiene dos hijos, uno inglés y otro chileno, y al morir
resulta que en su testamento instituye heredero a su hijo inglés, el otro, el chi-
leno, si el padre común ha dejado bienes en Chile, tiene derecho a pedir que
se le adjudique en los bienes existentes en Chile, todo lo que según las leyes
chilenas debe percibir a título de herencia.

2. Leyes reales

405. CONCEPTO
Leyes reales son las que se refieren directamente a los bienes, y sólo de un
modo accidental o accesorio a las personas.
En materia de leyes reales, nuestro Código ha seguido por completo la teoría
de los estatutos. Hemos visto que, tratándose de leyes personales se ha aparta-
do de la doctrina, no admitiendo el estatuto personal de los extranjeros resi-
dentes en Chile; pero sí, hasta cierto punto, el estatuto personal del chileno en
el extranjero.

406. LOS BIENES SITUADOS EN CHILE SE RIGEN POR LA LEY CHILENA


El artículo 16, referente a los bienes, acepta de lleno, en su inciso 2º, el efecto
territorial del estatuto real. Dice el citado precepto.
“Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas, aunque sus
dueños sean extranjeros y no residan en Chile”.
No toma en consideración para determinar cuál es la ley aplicable a un
bien situado en Chile, la nacionalidad del propietario, sino que exclusivamente
el lugar de la ubicación del bien.
El artículo 16 habla de bienes, y son bienes, todas las cosas susceptibles
de apropiación, sean corporales o incorporales, muebles o inmuebles.
A todos los bienes situados en la República de Chile se les aplica la ley
chilena, cualquiera que sea la nacionalidad de su propietario: en lo referente a
su clasificación en muebles o inmuebles, a los modos de adquirir, conservar,
transmitir y transferir su dominio o adquirir y perder su posesión.
Nuestro Código Civil, al establecer esta regla, rechaza la antigua y tradi-
cional doctrina que distingue entre bienes muebles e inmuebles, aplicando
a aquéllos la ley nacional o del domicilio del propietario, según la máxima
mobilia personam sequntur (los muebles siguen a la persona del propieta-
rio), y a los inmuebles la ley del país en que están ubicados, sitos, de acuerdo
con la fórmula lex rei sitae (la cosa se rige por la ley del lugar en que está
sita).
Con esta teoría pueden suscitarse conflictos gravísimos, sobre todo cuando
un bien mueble pertenece a varias personas de distintas nacionalidades, con-
flictos que se evitan con la doctrina adoptada por nuestro Código.
TEORIA DE LA LEY 281

A contrario sensu, se desprende del artículo 16 del Código Civil que los
bienes situados en el extranjero no están sujetos a las leyes chilenas, aunque
sus dueños sean chilenos y residan en el territorio nacional.

407. EXCEPCIONES AL PRINCIPIO SEGÚN EL CUAL


LA LEY CHILENA RIGE LOS BIENES SITUADOS EN CHILE
El principio del inciso 1º del artículo 16 tiene dos excepciones: la primera es la
establecida en el artículo 955 y la segunda hállase en el inciso 2º del mismo
artículo 16.
1) Dice el artículo 955: “La sucesión en los bienes de una persona se abre
al momento de su muerte en su último domicilio, salvo los casos expresamen-
te exceptuados. La sucesión se regla por la ley del domicilio en que se abre,
salvas las excepciones legales”.
Constituye este artículo una excepción a la regla general, porque según el
inciso 1º del artículo 16, la manera de adquirir los bienes situados en Chile se
rige por las leyes chilenas, y según el artículo 955, la sucesión, que es un modo
de adquirir, se regla por la ley del último domicilio del causante; de manera
que si éste fallece en el extranjero, se reglará por la ley del país en que murió,
aun cuando todos sus bienes estén situados en Chile. Si, por ejemplo, un in-
glés fallece en Inglaterra y deja bienes en Chile, su sucesión se rige por la ley
inglesa, de acuerdo con el artículo 955, disposición excepcional y, por ende,
de aplicación preferente a la del artículo 16, que contiene la regla general.
Pero el artículo 955, excepción del artículo 16, después de establecer que
la sucesión en los bienes de una persona se abre al momento de su muerte en
su último domicilio, agrega: “salvo los casos expresamente exceptuados”. Esto
significa que la excepción del artículo 16, el 955, tiene contraexcepciones, como
la del artículo 998, que, en síntesis, vuelve a la regla general respecto al cón-
yuge y parientes chilenos, pues dice que todos ellos tienen en la sucesión del
extranjero fallecido dentro o fuera de la República, los derechos que según las
leyes chilenas les corresponderían sobre la sucesión intestada de un chileno; y
los chilenos interesados pueden pedir que se les adjudique en los bienes exis-
tentes en Chile de la persona extranjera fallecida, todo lo que les corresponda
en la sucesión de ésta. Aclaremos con el ejemplo de más arriba este juego de
excepciones y contraexcepciones. Si el inglés fallecido en Inglaterra deja bie-
nes en Chile, según la regla general del artículo 16 la sucesión de sus bienes
debería regirse por la ley chilena; pero en virtud de la excepción del artícu-
lo 995, procede aplicar las leyes inglesas; sin embargo, si hay chilenos con de-
recho a herencia, porción conyugal o alimentos, sus derechos se reglan por las
leyes chilenas y podrán pedir se les adjudique el total de lo que les correspon-
de en los bienes existentes en Chile.
2) La regla de que los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes
chilenas, aunque sus dueños sean extranjeros y no residan en Chile, tiene una
segunda excepción. Según ésta, la regla se entiende sin perjuicio de las estipu-
laciones contenidas en los contratos otorgados válidamente en país extraño
(art. 16, inc. 2º). Esto significa que no obstante que los bienes situados en Chi-
le están sujetos a la ley chilena, las estipulaciones contractuales que a ellos se
282 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

refieren, otorgadas válidamente en el extranjero, tienen pleno valor y efecto en


Chile. Tal excepción tiene una contraexcepción, pues el mismo artículo 16 de-
clara, en su inciso 3º: “pero los efectos de los contratos otorgados en país ex-
traño para cumplirse en Chile, se arreglarán a la ley chilena”. De esta disposición
se hablará más adelante.
Por ahora, basta subrayar que las dos excepciones al inciso 1º del artícu-
lo 16 son el precepto del inciso 2º del mismo artículo 16 y el precepto del ar-
tículo 955.

3. Leyes relativas a los actos o contratos

408. GENERALIDADES
En esta materia reciben aplicación conjuntamente los principios expuestos, tanto
los de la leyes personales como los de las leyes reales. Por tal razón al conjun-
to de las leyes relativas a los actos y contratos se le llama estatuto mixto.
Para determinar la ley por la que se rige un acto ejecutado en país extran-
jero, es menester distinguir entre los requisitos internos o de fondo y los requi-
sitos externos o de forma.
Son requisitos internos o de fondo los que se relacionan con la capacidad
del sujeto, el consentimiento, el objeto y la causa del acto o contrato. Y son
requisitos externos o de forma los que se relacionan con la manera de hacer
constar fehacientemente su existencia; constituyen la manifestación exterior del
acto; tocan, como decía Ihering, a su “visibilidad”.
Así, en la compraventa de bienes raíces son requisitos internos o de fondo
el consentimiento de las partes, la capacidad de las mismas, la causa y el obje-
to; son requisitos externos o de forma, la escritura pública.
En el matrimonio, son requisitos de fondo la capacidad y el consentimien-
to de las partes y la diferencia de sexos entre los contrayentes, y son requisitos
de forma, la presencia del oficial del Registro Civil y la de dos testigos.
Si el acto se ejecuta en Chile, no hay cuestión que resolver, ni hay
necesidad de hacer distinción alguna, como no hay que hacerla respecto
de la nacionalidad de los otorgantes, según el artículo 14, porque todos
los habitantes de la República, chilenos y extranjeros, están sujetos a las
leyes chilenas, en cuanto a sus personas, a sus bienes y a los actos que
ejecuten.
La dificultad sólo nace cuando se trata de actos realizados en el extranjero
y que han de tener efectos en Chile.

409. LEY QUE RIGE LA FORMA DE LOS ACTOS


Los actos se rigen por la ley del lugar en que se otorgan o celebran, cualquiera
que sea la legislación del país en que hayan de producir sus efectos, principio
que está formulado en el aforismo latino “locus regit actum”.
Es éste un principio universal de Derecho que se basa en la conveniencia
general y que tiende a facilitar la realización de los actos jurídicos. Si así no
TEORIA DE LA LEY 283

fuera, habría actos que no podrían realizarse en el extranjero. Si el chileno es-


tuviera obligado a la ley chilena no obstante su residencia en un país extranje-
ro, en lo relativo a la forma de los actos, no podría contraer matrimonio en
aquellos países en que no hubiera oficial del Registro Civil, y no podría cele-
brar contratos por escritura pública donde no hubiera notarios.
Por lo demás, es lógico respetar las formas establecidas en el país extranje-
ro, porque ellas están en armonía con su conciencia jurídica. Boullenois, juris-
ta francés del siglo XVIII, decía que el acto jurídico es un niño ciudadano del
país donde ha nacido, y que debe ser vestido a la manera de su país.

410. EL PRINCIPIO “LOCUS REGIT ACTUM” EN LA LEGISLACIÓN CHILENA


El aforismo “locus regit actum” está consagrado entre nosotros en el artículo 17
del Código Civil: “La forma de los instrumentos públicos –dice esta disposi-
ción–, se determina por la ley del país en que hayan sido otorgados. Su auten-
ticidad se probará según las reglas establecidas en el Código de Enjuiciamiento”.
“La forma se refiere a las solemnidades externas y la autenticidad al hecho
de haber sido realmente otorgados y autorizados por las personas y de la ma-
nera que en los tales instrumentos se exprese”.
A primera vista, pudiera creerse que el Código Civil adopta el principio
“locus regit actum” respecto de los instrumentos públicos, pero no con respec-
to a los demás actos jurídicos, conclusión que parece desprenderse de los tér-
minos restrictivos en que está redactado el artículo17; mas, si se hace un estudio
de las disposiciones del Código Civil, esta conclusión no resiste el menor exa-
men, porque del inciso 2º del artículo 16, que reconoce valor en Chile a los
actos o contratos válidamente otorgados en país extranjero, se desprende que
ha aceptado el principio “locus regit actum” en toda su amplitud.
Lo mismo se desprende del artículo 119 del Código Civil, hoy reemplazado
por el artículo 15 de la Ley sobre Matrimonio Civil, que dice:
“El matrimonio celebrado en país extranjero, en conformidad a las leyes
del mismo país, producirá en Chile los mismos efectos que si se hubiere cele-
brado en territorio chileno”.
“Sin embargo, si un chileno o chilena contrajere matrimonio en país ex-
tranjero contraviniendo a lo dispuesto en los artículos 4º, 5º, 6º y 7º de la pre-
sente ley, la contravención producirá en Chile los mismos efectos que si se
hubiere cometido en Chile”.
El artículo 1027 del Código Civil es otra prueba de que los actos se rigen por
las leyes del país de su otorgamiento en cuanto a su forma. Este artículo dice:
“Valdrá en Chile el testamento escrito, otorgado en país extranjero, si por
lo tocante a las solemnidades se hiciere constar su conformidad a las leyes del
país en que se otorgó, y si además se probare la autenticidad del instrumento
respectivo en la forma ordinaria”.
Estas tres disposiciones, inciso 1º del artículo 17 y artículos 119 (hoy 15 de
la Ley de Matrimonio Civil) y 1027, demuestran que nuestro legislador siguió
el principio “locus regit actum” en toda su amplitud.
Cualesquiera sean las formas a que se someten los actos jurídicos en el país
de su otorgamiento, serán válidos en Chile si se han observado esas formas.
284 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

Así, el matrimonio celebrado en Francia ante el alcalde, el celebrado en


Italia bajo el rito católico (que es una de las formas de matrimonio reconoci-
das en Italia), el matrimonio consuetudinario etíope, son válidos en Chile.
Lo mismo cabe decir de los testamentos, de los contratos y demás actos
jurídicos públicos o privados.
Digamos que el referido matrimonio consuetudinario etíope queda perfec-
to cuando un hombre y una mujer llevan a cabo ritos que, a los ojos de la
comunidad a la cual uno de ellos o ambos pertenecen, son constitutivos de
una unión permanente entre este hombre y esta mujer (C. Civil Etíope de 1960,
art. 580). Esta forma de matrimonio, como la civil y religiosa, se prueba por
actas del estado civil o, en ciertos casos admitidos por la ley, mediante actos
notorios o de posesión de estado (C. Civil Etíope de 1960, art. 47).

411. REQUISITOS NECESARIOS PARA QUE VALGA EN CHILE UN INSTRUMENTO


PÚBLICO

El artículo 17 se refiere especialmente a los instrumentos públicos. Se llama ins-


trumento a todo documento escrito en el cual se consigna un hecho, e instru-
mento público o auténtico es el autorizado con las solemnidades legales por el
funcionario competente; cuando ha sido otorgado ante un notario e incorpora-
do en un registro público o protocolo, se llama escritura pública (artículo 1699).
La forma de los instrumentos públicos se rige por la ley del país en que
hayan sido otorgados. (La forma, dice el inciso 2º del artículo 17, se refiere a
las solemnidades externas.)
De todo esto resulta que para que un instrumento público valga en Chile,
es menester:
1º Que haya sido otorgado con las formalidades prescritas por la ley del
país del otorgamiento, y
2º Que se pruebe su autenticidad conforme a las normas establecidas en el
Código de Procedimiento Civil, que es el Código a que se refiere el artícu-
lo 17, en su inciso 2º, que dice: “La autenticidad del instrumento público se
probará según las leyes establecidas en el Código de Enjuiciamiento”.
Es preciso, pues, que se hayan observado las solemnidades según las leyes
del país de su otorgamiento, y comprobada esta circunstancia, debe probarse
la autenticidad, esto es, el hecho de haber sido realmente otorgado y autoriza-
do el instrumento de la manera y por las personas que el instrumento expresa.

412. FORMA EN QUE SE PRUEBA LA AUTENTICIDAD DE LOS INSTRUMENTOS PÚBLICOS


La autenticidad se prueba en la forma que establece el artículo 345 del Código
de Procedimiento Civil.
No corresponde aquí estudiar en detalle las reglas de este artículo. Se re-
fiere a la legalización de instrumentos públicos otorgados fuera de Chile, me-
diante la cual se prueba su autenticidad. En resumen, el trámite se reduce a
dejar constancia fehaciente que el funcionario que autorizó el instrumento es
realmente el que correspondía. Así, una escritura otorgada en Francia ante un
notario, debe el Ministro de Justicia de Francia certificar la firma del notario; el
TEORIA DE LA LEY 285

Ministro de Relaciones, la firma del Ministro de Justicia; el representante Diplo-


mático de Chile en Francia, la firma del Ministro de Relaciones y, finalmente,
el Ministro de Relaciones chileno debe certificar la firma del funcionario diplo-
mático.
El conjunto de estas formalidades es lo que se llama legalización del do-
cumento.
Hay en el Ministerio de Relaciones Exteriores una oficina especial de “Le-
galizaciones”.

413. ¿SE APLICA LA REGLA “LOCUS REGIT ACTUM” A LOS INSTRUMENTOS PRIVADOS?
La mayor parte de los instrumentos privados se otorgan sin sujetarse a solem-
nidad alguna, y en este caso no cabe la aplicación del adagio que estudiamos.
Pero hay ciertos actos que pueden extenderse en instrumentos privados so-
lemnes. Tal es el caso del testamento “ológrafo”, que es el escrito, fechado y
firmado de puño y letra del testador. Este es un instrumento privado, porque
no hay en él injerencia de funcionario público alguno; pero es solemne, por-
que las legislaciones en que dicho testamento existe (en Chile no está contem-
plado), imponen esas tres solemnidades: escritura del propio testador, fecha y
firma.
Ahora bien, el principio general con respecto a los instrumentos públicos,
¿puede hacerse extensivo a los instrumentos privados, que el legislador no con-
sideró? El profesor Somarriva opina que sí. Se basa para hacer tal afirmación
en el antecedente legal del artículo 17, que lo fue el artículo 10 del Código de
Luisiana, según consta de las anotaciones que el señor Bello hizo al Proyecto
de 1853. Y dicho precepto se refiere tanto al instrumento público como al pri-
vado. A este último el legislador chileno no lo mencionó, porque estaba de
más, ya que si la exigencia se hacía con respecto a los instrumentos públicos,
con mayor razón cabía la regla “locus regit actum” en cuanto a los instrumen-
tos privados.
Nuestra Corte Suprema ha declarado que el principio “locus regit actum”
es de carácter general, se refiere a todo acto o contrato y a todo instrumento,
sea público o privado y, entre ellos, incluso a la letra de cambio.6
También ha resuelto que vale en Chile un testamento ológrafo otorgado en
Francia, con las solemnidades que exigen sus leyes, aunque se refiera a bienes
situados en Chile.7

414. LA MÁXIMA “LOCUS REGIT ACTUM” ES FACULTATIVA


En la legislación chilena la máxima “locus regit actum” no es obligatoria, sino
un principio facultativo. Los nacionales pueden en el extranjero sujetarse a las

6 Sentencia de 21 de diciembre de 1927, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo XXV,

segunda parte, sección primera, p. 544.


Véase la Memoria de Licenciado de don LUIS ABURTO, Locus regit actum, Santiago, 1934.
7 Sentencia de 14 de enero de 1927, R., t. XXV, sección primera, p. 106.
286 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

leyes chilenas para realizar actos que hayan de surtir efecto en Chile, acudien-
do a los funcionarios diplomáticos o consulares que estén autorizados para des-
empeñar en estos casos funciones de ministros de fe.
Los chilenos residentes en el extranjero sabrán qué les conviene más, si
ajustarse a las leyes chilenas o a las extranjeras.
Sólo deben obligatoriamente sujetarse a estas últimas para celebrar matri-
monio, porque los cónsules chilenos que tienen atribuciones para actuar como
ministros de fe pública, expresamente están privados de la facultad de interve-
nir como oficial civil en la celebración de ese acto solemne (Reglamento Con-
sular, aprobado por Decreto Nº 172 del Ministerio de Relaciones, publicado en
el Diario Oficial de 29 de julio de 1977, art. 54, Nº 1, inciso 1º).8

415. EXCEPCIÓN A LA REGLA “LOCUS REGIT ACTUM”


El principio expuesto relativo a la forma de los actos que se rigen por la ley
del país en que han sido otorgados tiene una excepción en el artículo 1027,
que sólo reconoce validez a los testamentos otorgados en país extranjero cuan-
do fueren escritos; no se reconoce validez en Chile a un testamento verbal
otorgado en otro país, cualquiera que sea el valor que las leyes de ese país
le atribuyan.
Es una excepción al principio “locus regit actum”, porque sin las disposi-
ciones de este artículo habrían tenido eficacia en Chile todos los testamentos
otorgados válidamente en país extranjero, ya fueren verbales o escritos.
Algunos, como don José Clemente Fabres (Derecho Internacional Privado,
Santiago, 1908, página 214), sostienen que también el artículo 18 del Código
Civil (que en el siguiente párrafo trataremos), es excepción al principio del ar-
tículo 17. Asimismo lo sería el artículo 2411, aplicación del artículo 18, y que
dice: “Los contratos hipotecarios celebrados en país extranjero darán hipoteca
sobre bienes situados en Chile con tal que se inscriban en el competente Re-
gistro”.

416. CASOS EN QUE LAS ESCRITURAS PRIVADAS NO VALEN COMO PRUEBA EN CHILE
“En los casos en que las leyes chilenas exigen instrumentos públicos para prue-
bas que han de rendirse y producir efecto en Chile, no valen las escrituras pri-
vadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país que hubieren sido
otorgadas” (artículo 18 del Código Civil).
Esta disposición guarda absoluta conformidad con el artículo 1701: “La fal-
ta de instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos y
contratos en que la ley requiere esa solemnidad; y se mirarán como no ejecu-
tados o celebrados, aun cuando en ellos se prometa reducirlos a instrumento
público dentro de cierto plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula no ten-
drá efecto alguno”.

8
Véase: JULIO BARRENECHEA D., Manual de Derecho y Práctica Consulares, Santiago, 1984,
213 pp.
TEORIA DE LA LEY 287

Para bien entender las normas precitadas debe señalarse que hay ciertos
actos jurídicos que son solemnes. Todo acto jurídico necesita para su existen-
cia la voluntad de las partes; esta voluntad puede manifestarse sin solemnidad
alguna, y entonces se dice que el acto es consensual; puede manifestarse por
la materialización de ciertos hechos, como el de la entrega de la cosa sobre
que recae (acto real) o por la realización de formalidades preestablecidas por
la ley en consideración al acto mismo (actos solemnes).
Tratándose de actos solemnes, la ley considera que no hay manifestación
de la voluntad si no se realizan las formalidades.
Así, el contrato de compraventa de bienes raíces es solemne, porque debe
otorgarse por escritura pública; lo mismo la hipoteca. Estos actos no existen
jurídicamente mientras no se ha realizado la solemnidad, y siendo así, es evi-
dente que no podrá probarse su existencia por medio alguno que no sea la
escritura pública. El acto no existe y no puede probarse la existencia de lo que
no existe en concepto de la ley.
De ahí que diga el artículo 1701 que la falta de instrumento público en los
casos en que la ley lo exige no puede suplirse por ningún otro medio de prueba,
principio que se traduce en este otro: “los actos solemnes no pueden ser pro-
bados sino por las respectivas solemnidades, porque si la solemnidad no se ha
cumplido, no hay acto, y no puede probarse lo que no existe”.
Consecuente con este principio, que es de sentido común, el artículo 18
establece que cuando la ley exige instrumento público para pruebas que han
de rendirse y producir efecto en Chile, no valdrán los instrumentos privados
otorgados en país extranjero, cualquiera que sea el valor que éstos tengan en
el país de su otorgamiento.
El precepto del artículo 18 se aplica a los nacionales y extranjeros, porque
se refiere a actos que van a producir efectos en Chile, y en Chile sólo rige la
ley chilena. Todo extranjero que fuera del territorio de la República ejecuta un
acto que haya de tener efecto en Chile, y que según las leyes chilenas debe
otorgarse por escritura pública, no valdrá en Chile si no llena ese requisito,
aun cuando las leyes del país en que el acto se otorga no exijan escritura pú-
blica.
Esto puede parecer contradictorio con el artículo 17; pero en realidad no
hay tal contradicción, como tampoco una excepción; no es sino una aplicación
a un caso particular de lo dispuesto en el artículo 16, inciso final, que dice que
los efectos de un contrato otorgado en país extraño para cumplirse en Chile,
se arreglarán a las leyes chilenas.
El artículo 18 no dicta reglas sobre la eficacia o ineficacia de los actos eje-
cutados en el país extranjero, ni fija reglas sobre la forma a que éstos deben
sujetarse; únicamente reglamenta los efectos en Chile de un acto celebrado en
un país extranjero, cuando ese acto o contrato debe cumplirse en Chile, y la
prueba es uno de los efectos del acto.
Un ejemplo aclarará estas ideas. Si en un país los bienes raíces pueden
venderse por escritura privada, ésta no podrá operar en Chile tratándose de un
inmueble situado en nuestro país, porque la ley chilena exige escritura públi-
ca, y no podría solicitarse la inscripción con la escritura privada.
288 TRATADO DE DERECHO CIVIL. PARTES PRELIMINAR Y GENERAL

417. LEY QUE RIGE LOS REQUISITOS INTERNOS DEL ACTO Y SUS EFECTOS
Los requisitos de fondo se refieren a la capacidad, consentimiento, objeto y
causa.
Por regla general, los requisitos internos, lo mismo que los externos, se
rigen por la ley del país en que el acto se celebra. Pero como estos requisitos
miran ya al estado y capacidad de las personas, ya a los bienes, hay que tener
presente la distinción que hemos hecho entre leyes personales y reales, y al
mismo tiempo es menester considerar si el acto va a producir o no efectos en
Chile.
Si no los va a producir, no hay cuestión: la legislación chilena no tiene por
qué inmiscuirse en el caso, y es indiferente que el acto otorgado en el extran-
jero lo sea por un chileno o por un extranjero.
Pero si el acto va a producir efectos en Chile, debemos distinguir, en cuan-
to a estado y capacidad, entre el chileno y el extranjero: el primero debe suje-
tarse a nuestra ley; y el segundo, a la del país en que el acto se otorgó.

418. LEY QUE RIGE LOS EFECTOS DE LOS CONTRATOS OTORGADOS


EN EL EXTRANJERO PARA CUMPLIRSE EN CHILE

Los efectos de los contratos otorgados en país extraño, dice el inciso 3º del
artículo 16, para cumplirse en Chile, se arreglarán a las leyes chilenas.
¿Qué son efectos de los contratos? Para responder, previo es recordar que
en todo contrato, según el artículo 1444, se distinguen las cosas que son de su
esencia, las que son de su naturaleza, y las puramente accidentales.
Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no produ-
ce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente. En el contrato de com-
praventa, por ejemplo, es esencial el precio en dinero: si no hay precio, no
hay contrato, y si el precio no es dinero y la cosa objeto del contrato se paga
con otra cosa, el contrato pasa a ser permuta.
Son de la naturaleza de un contrato, las cosas que no siendo esenciales en
él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial, como el
saneamiento por evicción o la lesión enorme en la venta de bienes raíces.
Son cosas accidentales a un contrato aquellas que ni esencial ni natural-
mente le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales.
Al decir el Código que los efectos de los contratos otorgados en país ex-
tranjero para cumplirse en Chile, se arreglarán a las leyes chilenas, no se refie-
re, evidentemente, a las cosas que son de la esencia de un contrato, porque
no son consecuencias de éste, sino el contrato mismo, sus elementos constitu-
tivos; la norma se refiere a los derechos y obligaciones que produce, y estos
derechos y obligaciones pueden ser cosas de la naturaleza del contrato o co-
sas accidentales del mismo. Luego, que los efectos de los contratos otorgados
en país extraño para cumplirse en Chile, se arreglarán a la ley chilena, quiere
decir que los derechos y obligaciones que de ellos emanan, sea por la natura-
leza de esos contratos, sea por virtud de las cláusulas especiales que les agre-
garon las partes, serán los mismos que establece la legislación chilena o los
que ella permite estipular a los contratantes.
TEORIA DE LA LEY 289

Bibliografía especial
LUIS ABURTO, Locus regit actum, Memoria de Licenciado, Santiago, 1934.
BERNARDO GESCHE M., “El artículo 14 del Código Civil como norma de D. Inter-
nacional Privado”, publicado en la Revista de Derecho y Ciencias Sociales
de la Universidad de Concepción, Nº 101, año 1957, pp. 442 y siguientes.
DIEGO GUZMÁN L., Tratado de Derecho Internacional Privado, Santiago, 1997.
EDUARDO HAMILTON, Y OTROS, Solución de conflictos de leyes y jurisdicción en
Chile (Derecho Internacional Privado), Santiago, 1966.
MARIANO PAOLA MARTIN, El artículo 14 del Código Civil, Memoria de Licencia-
do, Santiago, 1955, Editorial Universitaria. Es una edición a mimeógrafo de
164 páginas tamaño oficio.
FRANCISCO ROGEL CRUZ, Aplicación de leyes civiles extranjeras en Chile. Memo-
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