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- Genevieve Behrend
1
TU
PODER
INVISIBLE
Genevieve Behrend
PREFACIO
Estas páginas fueron escritas con el propósito y la esperanza de que sus sugerencias
puedan proporcionarte la llave que te abra el camino para hacer realidad tus deseos, y
para explicarte que el miedo debería ser desterrado del todo de tus esfuerzos por
obtener la posesión de las cosas que deseas. Esto presupone, por supuesto, que tu
deseo de posesión se basa en tu aspiración a una mayor libertad. Sientes, por
ejemplo, que la posesión de más dinero, tierras o amigos te hará más feliz, y tu deseo
de poseer esas cosas surge de la convicción de que poseerlas te dará libertad y
felicidad.
En tu esfuerzo por poseer, descubrirás que lo que más necesitas es «ser» siempre (no
intermitentemente) tu mejor yo -ese yo que entiende que los errores de tus seres
queridos son simplemente equivocaciones-. Tu sensación de que tener más
posesiones, del tipo que sean, te dará satisfacción y felicidad, es errónea. Ninguna
persona, lugar o cosa puede darte la felicidad. Pueden darte un motivo para la
felicidad y una sensación de satisfacción, pero la alegría de vivir proviene de tu
interior. Por lo tanto, aquí se te recomienda que hagas el esfuerzo de obtener aquellas
cosas que crees que te darán alegría, y no otra cosa, siempre y cuando, como dijimos
antes, tus deseos estén de acuerdo con la alegría de vivir.
En este volumen, también se quiere sugerir las posibilidades que le aguardan a
quien realiza un esfuerzo persistente por comprender la ley de visualización y hace
una aplicación práctica de esos conocimientos en el plano en que él o ella se
encuentra. La palabra «esfuerzo», tal como se emplea aquí, no pretende transmitir la
idea de tensión. Todos los estudios y meditaciones deben realizarse sin tensión o
estrés.
He procurado mostrar que, si uno empieza desde el principio de la acción creativa o
la imagen mental, está garantizado que a continuación llegarán ciertos resultados
correspondientes. «Aunque las leyes del universo no pueden ser modificadas, se
puede hacer que trabajen en condiciones específicas, produciendo unos resultados
para el avance individual que no pueden ser obtenidos bajo el funcionamiento
espontáneo de la ley proporcionado por la naturaleza.»
Por muy lejos de tus experiencias pasadas que te puedan llevar las sugerencias
que te he dado sobre las posibilidades que te aguardan al visualizar, en ningún caso
rompen la continuidad de la ley de causa y efecto.
Si, a través de las sugerencias dadas aquí, alguien llega a darse cuenta de que su
mente es el centro a través del cual, y en el cual, opera «todo el poder que hay», el
cual simplemente está esperando que se le indique la única manera en que puede
realizar una acción específica (y esto significa reacción en una forma concreta o física),
El orden de la visualización
Capítulo 2
El poder que está dentro de ti, que te permite formar una imagen mental, es el punto
de partida de todo lo que existe. En su estado original, es la sustancia indiferenciada e
informe de la vida. Tu imagen mental forma el molde (por así decirlo) en el que esta
sustancia informe tomará forma. Visualizar o ver mentalmente las cosas y las
condiciones tal como quieres que sean es el poder condensador, especializador, que
está en ti y que podría ilustrarse como la lente de un proyector. El proyector es uno de
los mejores símbolos de esta facultad de imaginar. Ilustra el funcionamiento del
espíritu creador en el plano de la iniciativa y la selección (o en su forma concentrada
especializadora) de una forma sumamente clara.
Esta diapositiva de una imagen ilustra tu propia imagen mental —invisible en
el proyector de tu mente hasta que enciendes la luz de tu voluntad—. Es decir,
enciendes tu deseo con la fe absoluta de que el espíritu creador de la vida, en ti, está
haciendo el trabajo. Mediante el fluir continuo de la luz de la voluntad en el espíritu, la
imagen deseada es proyectada en la pantalla del mundo físico: una reproducción
exacta de la diapositiva que está en tu mente.
Visualizar sin una voluntad suficientemente estable para inhibir todos los
pensamientos y sentimientos contrarios a tu imagen sería tan inútil como utilizar un
proyector que no tiene una luz. Por otro lado, si tu voluntad está lo suficientemente
desarrollada como para mantener tu imagen en el pensamiento y el sentimiento, sin
ningún « ¿y si...?», sino simplemente dándose cuenta de que tu pensamiento es el
gran poder atractriz, entonces tu imagen mental se proyectará en la pantalla de tu
mundo físico con la misma seguridad que cualquier diapositiva colocada en el mejor
proyector que se haya fabricado jamás. Prueba proyectar una imagen en un proyector
que tenga una luz que se mueve continuamente de un lado al otro, y tendrás el efecto
de una voluntad vacilante. Es tan necesario que te mantengas siempre detrás de tu
imagen con una voluntad fuerte y estable, como lo es tener una luz fuerte y estable en
un proyector. La alegre seguridad con la que creas tu imagen es el imán sumamente
poderoso de la fe, y nada puede destruirlo. Estás más feliz que nunca porque ahora
sabes dónde está tu fuente de suministro, y confías en su respuesta segura a tus
indicaciones. Lo importante que debe recordarse es que lo que todo ser humano
desea es la felicidad, y el estudio de la visualización te permite obtener más de la vida
de lo que has tenido jamás. Cada vez se presentan más posibilidades para ti.
Un hombre de negocios me dijo en una ocasión que desde que practicaba la
Algunas personas sienten que no es del todo correcto visualizar cosas. «Es algo
demasiado material», dicen. Pero la forma material es necesaria para el
autoreconocimiento del espíritu desde el punto de vista individual. Y éste es el medio
por el cual se lleva a cabo el proceso creativo. Por lo tanto, la materia, lejos de ser una
ilusión y algo que no debería existir (como enseñan algunos maestros metafísicos), es
el canal necesario para la autodiferenciación del espíritu. Pero no tengo intención de
llevarte a un razonamiento científico largo y cansino para eliminar el misterio de la
visualización y ponerla sobre una base lógica. Naturalmente, cada persona hará esto a
su manera. Mi único deseo es indicarte el camino más fácil que conozco, que es el
sendero por el que Troward me guía. Estoy segura de que llegarás a la conclusión,
como lo he hecho yo, de que el único misterio en la conexión con la visualización es el
misterio de la vida que toma forma, gobernada por unas leyes inalterables y fácilmente
comprensibles.
Capítulo 4
Este poder es el que te permite transferir tus pensamientos de una forma a otra. El
poder de cambiar de idea es el poder individualizado que toma la iniciativa, dando
dirección a la sustancia fluida que está contenida en cada pensamiento. Darle a esa
sustancia plástica altamente sensible cualquier forma que desees mediante la
visualización es lo más sencillo del mundo. Cualquiera puede hacerlo con una
pequeña dosis de esfuerzo.
Cuando realmente estás convencido de que tu mente es un centro a través del cual
toma forma involuntariamente la sustancia plástica de todo lo que existe en tu mundo,
la única razón por la que tu imagen no siempre se materializa es porque has
introducido algo que es antagónico al principio fundamental. Con mucha frecuencia,
este elemento destructivo es causado por la frecuencia con que cambias tus
imágenes. Después de muchos de esos cambios, decides que, después de todo, lo
que quieres es tu deseo original. Al llegar a esta conclusión, empiezas a preguntarte
Cientos de personas se han dado cuenta de que «visualizar es parecido a tener una
lámpara de Aladino para todo aquel que cuenta con una voluntad poderosa». El
general Foch dice que se sentía tan indignado durante la guerra franco-prusiana en
1870, que se visualizó conduciendo a un ejército francés a la victoria contra los
alemanes. Dijo que había creado esta imagen, se había fumado una pipa y había
esperado. Este es un resultado del acto visualizar que todos conocemos.
El invierno pasado, una famosa actriz escribió un largo artículo en uno de los
principales periódicos dominicales en el que describía cómo se deshizo de un exceso
de grasa corporal y de peso visualizando constantemente su figura tal como quería
que fuera.
Mientras estaba dando unas conferencias en Nueva York, recibí una interesante
carta de la esposa de un médico. Empezaba diciendo que esperaba que yo nunca
dejara de dar conferencias sobre la visualización, con las que hacía posible que la
humanidad se diera cuenta del maravilloso hecho de que poseía en su interior el
método para su liberación. Refiriéndose a su propia experiencia, me decía que había
nacido en el lado este de Nueva York, en el barrio más pobre. Desde su más
temprana infancia había albergado el sueño de casarse algún día con un médico. Este
sueño se había convertido gradualmente en una imagen mental fija. El primer empleo
que consiguió fue como niñera en la familia de un médico
Tras dejar a esa familia, entró a trabajar con la familia de otro médico. La esposa
de su jefe murió y, con el tiempo, el médico acabó casándose con ella: el resultado de
un anhelo imaginado durante mucho tiempo. Después de eso, tanto ella como su
marido concibieron la idea de tener una granja agrícola en el sur de Estados Unidos.
Formaron la imagen mental de la idea y pusieron su fe en que acabara cumpliéndose.
La carta que me enviaba venía de su granja en el sur. La esposa del médico la había
escrito estando ahí. Su segunda imagen mental había visto la luz de la materialización.
Cada día me llegan muchas cartas de características similares. El siguiente es
un caso que apareció en el diario New York Herald en mayo de 1921:
«Atlantic City, 5 de mayo. Era una mujer anciana y hoy, cuando fue llevada ante el
juez Clarence Goldenberg en el tribunal de policía, estaba tan débil y cansada que a
duras penas podía tenerse en pie. El juez preguntó al guarda del tribunal de qué se la
acusaba. "De robar una botella de leche, su señoría", replicó el oficial. "Lo cogió de la
entrada de una casita en el centro de la cuidad al amanecer, esta mañana." "¿Por qué
hizo eso?", le preguntó a la anciana el juez Goldenberg. "Tenía hambre", dijo ella. "No
tenía ni un centavo y no tenía forma de conseguir nada para comer, excepto
Capítulo 6
Quizás desees sentir que has vivido con alguna finalidad. Quieres estar satisfecho y
feliz y sientes que con una buena salud y un negocio exitoso podrías disfrutar de ese
estado de ánimo. Cuando finalmente has decidido, de una vez por todas, qué es lo que
quieres, entonces empiezas a imaginarte sano, y que tu negocio es un éxito tan grande
como puedes llegar a concebir naturalmente.
El mejor momento para crear y definir tu imagen es justo antes de desayunar y antes
de retirarte a dormir por la noche. Puesto que es necesario que te concedas una gran
cantidad de tiempo, podría ser necesario que te levantases más temprano que de
costumbre. Entra en una habitación en la que nadie te moleste, medita durante unos
minutos sobre el funcionamiento práctico de la ley de la visualización y pregúntate:
«¿Cómo llegaron a existir las cosas que me rodean?», « ¿En qué me puede ayudar entrar
en contacto más rápidamente con el suministro invisible?».
Alguien pensó que la comodidad se expresaría y se experimentaría mejor si la
persona estuviera sentada en una silla, y no en el suelo. En el comienzo de la
meditación, la silla representaba el deseo de estar cómodo. Con ello llegó la imagen
de una especie de silla. Este mismo principio se aplica al sombrero y a la ropa que
vistes. Entra detenidamente en esta idea del principio que está detrás de la cosa.
Establécela como una experiencia personal; conviértela en una realidad para tu
conciencia.
Si eres concienzudo al hacerlo, te encontrarás en la profunda conciencia que está
debajo de la superficie de tu propio poder de pensamiento. Entonces, abre una
ventana, respira profundamente unas diez veces y, durante ese tiempo, dibuja un
gran círculo imaginario de luz a tu alrededor. Mientras inspiras (manteniéndote en el
centro de este círculo de luz) visualiza grandes rayos de luz provenientes del círculo
penetrando en tu cuerpo en todos los puntos, centralizándose en tu plexo solar.
Contén la respiración unos momentos en esta luz central tu cuerpo (el plexo solar)
y luego espira lentamente. Mientras haces esto mentalmente, debes ver rayos
Capítulo 7
Capítulo 8
A menudo me han preguntado por los motivos por los que empecé a e s t u d i a r l a
ciencia mental y acerca de los resultados de mi búsqueda, no sólo en cuanto al
conocimiento de los principios, sino t ambién a la aplicación de dichos conocimientos
en el desarrollo de mi propia vida y experiencia.
Estas preguntas son justificables porque alguien que intenta realizar el papel de
mensajero y enseñar las verdades psicológicas sólo puede ser efectivo y convincente
si él, o ella, las ha probado en el laboratorio de la experiencia mental. Esto se aplica
especialmente a mi caso, pues fui la única alumna de Thomas Troward, el más grande
maestro de la ciencia mental de la actualidad, cuyas enseñanzas se basan en la
relación entre la mente individual y la mente creativa universal, que es la dadora de
vida, y la forma en que esa relación puede ser invocada para asegurar la expansión y
una expresión más plena de la vida individual.
Lo que me impulsó inicialmente a estudiar la ciencia mental fue una abrumadora
sensación de soledad. A toda vida llegan experiencias de aislamiento espiritual, como
las que en aquella época predominaban en mi vida. A pesar del hecho de que cada
día me encontraba con amigos, rodeada de regocijo y alegría, tenía la persistente
sensación de que estaba sola en el mundo. Había enviudado tres años atrás y había
estado viajando de país en país, buscando la serenidad de ánimo.
Las circunstancias y el entorno de mi vida eran tales que mis amigos me
consideraban una joven inusualmente afortunada. Aunque reconocían que había
sufrido una gran pérdida cuando mi marido murió, sabían que me había dejado en una
buena situación económica, libre para ir a cualquier lugar cuando quisiera y con
muchos amigos. Sin embargo, si mis amigos hubieran podido penetrar en mis
emociones más íntimas, habrían encontrado un profundo sentimiento de vacío y
aislamiento. Ese sentimiento estimuló en mí un espíritu inquieto que me impulsó cada
Después de haber encontrado este libro, que era un tesoro, me fui al campo
durante unos días y, mientras estaba ahí, estudié el volumen lo más minuciosamente
que pude. Me pareció extremadamente difícil y decidí comprar otro libro de Troward,
con la esperanza de que su estudio no requeriría tanto esfuerzo. Al preguntar, me
dijeron que el volumen siguiente, Las conferencias de Dore, era mucho más sencillo y
era el mejor de los dos libros. Tardé semanas y meses en tener siquiera una vaga idea
del significado del primer capítulo de Dore, que se titulaba «Entrar en el espíritu de
ello». Con esto quiero decir que tardé meses en entrar en el espíritu de lo que estaba
leyendo.
Pero, entre tanto, un párrafo de la página 26 llamó mi atención porque me pareció
En cuanto tuve la idea de estudiar con Troward, Ie pedí a un amigo mío que le
escribiera de mi parte, porque sentía que quizás él podría expresar mejor mi deseo,
o hacerlo en términos más persuasivos de los que yo podría emplear. Ninguna de las
cartas escritas por mi amigo recibió ni una sola respuesta. Eso fue tan desalentador
que podría haber renunciado del todo a la idea de convertirme en alumna de Troward,
pero me Io impedía la experiencia que había tenido aquel día en la calle, cuando todo
mi mundo se iluminó, y recordé la promesa: «Todas las cosas que deseéis, creed que
ya las habéis recibido, y las recibiréis».
Teniendo presente esta experiencia, organicé mi viaje a Inglaterra, a pesar del
hecho de que, aparentemente, mis cartas habían sido ignoradas. Sin embargo,
volvimos a escribir y finalmente recibimos una respuesta muy formal, pero sumamente
positiva. Troward no aceptaba alumnos; no tenía tiempo para dedicar a un alumno. A
pesar de esta decisión definitiva, me negué a desanimarme, gracias al recuerdo del
día en el que vinieron a mí la luz y el pensamiento de «yo soy toda la sustancia que
existe». Al parecer, podía volver a vivir esa experiencia a voluntad, y con ella llegaba
siempre una oleada de valor y energía renovada. Viajamos a Londres y desde ahí
telegrafiamos a Troward, pidiéndole una entrevista. El telegrama fue respondido
inmediatamente y en él fijaba la fecha en la que podría recibirnos.
En aquella época, Troward estaba viviendo en Ruan Manor, un pequeño lugar
perdido en el sur de Inglaterra, a unos treinta y dos kilómetros de la estación de
ferrocarril. No pudimos encontrarlo en el mapa y, con grandes dificultades, la Cook's
Touring Agency de Londres localizó el lugar para nosotros. Había muy pocas dudas
en mi mente sobre lo que Troward me diría durante la entrevista. Siempre había
Mi amiga se puso de pie. Yo no sabía qué otra cosa hacer, porque sentía que
todavía no estaba preparada pura marcharme. La intuición parecía decirme que podía
sacar a lg ún provecho de ahí. No podía d e f i n i r e x a c t a m e n t e q u é e r a , de modo
que, para disgusto de mi amiga, me quedé callada durante unos momentos cuando,
de repente, uno de los enormes gatos persas del profesor saltó a mi regazo. «¡Bájate,
Jack!», gritó el profesor. Parecía preguntarse, «¿Qué significa esto?». Entonces, con
un interés mayor del que había mostrado en mí hasta el momento, dijo con una
31 Stanwick Road,
W. Kensinton, Inglaterra
8 de noviembre de 1912
A mi modo de ver, esta copia de la carta de Troward es lo más magnífico que puedo
darte.
En todas tus palabras está el germen del poder que se expande y se proyecta en la
dirección que tu palabra indica, y finalmente se desarrolla convirtiéndose en una
expresión física. Por ejemplo, si deseas establecer la alegría en tu conciencia,
simplemente repite la palabra «alegría» de forma secreta, persistente y enfáticamente.
El germen de la alegría se empezará a expandir y a proyectar hasta que todo tu ser
estará lleno de alegría. Esto no es una mera quimera, sino una verdad. Una vez que
experimentas este poder, «demostrarás a diario que estos hechos no han sido
fabricados para encajar en una teoría, sino que la teoría ha sido creada mediante una
cuidadosa observación de la realidad». Todo el mundo sabe que la alegría proviene
del interior. Otra persona puede causarte alegría, pero nadie puede estar alegre por ti.
La alegría es un estado de conciencia, y la conciencia, dice Troward, es «mental».
Las facultades mentales siempre funcionan por algo que las estimula, y ese
estímulo puede venir del exterior, a través de los sentidos externos, o del interior,
mediante la conciencia de algo no perceptible en el plano físico. El reconocimiento de
esta fuente interior de estímulo te permite traer a tu conciencia cualquier estado que
«desees». Una vez que algo te parece normal, es tuyo con toda seguridad, por la ley
del crecimiento y la atracción, del mismo modo que es tuyo conocer la suma una vez
que tienes el uso consciente de los números.
Este método de repetir la palabra hace que la palabra en todo su significado
ilimitado sea tuya, porque las palabras son la personificación de los pensamientos, y el
pensamiento es creador: no es ni bueno ni malo, simplemente es creador. Éste es el
motivo por el cual la fe construye y el miedo destruye. «Sólo con creer, todas las cosas
son posibles para ti.» Es la fe la que te da el dominio sobre todas las circunstancias o
condiciones adversas. Es tu palabra de fe la que la que te libera, no la fe en una cosa
o un acto específicos, sino la simple fe en tu mejor yo en todos los sentidos. Es este
poder creador siempre presente dentro del corazón de la palabra el que hace que tu
salud, tu serenidad de ánimo y tu situación económica sean una reproducción de tus
pensamientos más habituales. Intenta creer y comprender esto, y descubrirás que eres
el maestro, o la maestra, de toda circunstancias o condición adversa, un príncipe de
poder.
Cómo incrementar tu fe
Pero tú preguntas: «¿Cómo puedo hablar de la palabra fe cuando tengo poca o ninguna
fe?». Todo ser vivo tiene fe en algo o en alguien. Es la cualidad de la energía
creativa en el pensamiento positivo de fe lo que le confiere vitalidad, no la forma que
adopta. Incluso el miedo intenso está vivo por la fe. Tienes miedo a la viruela porque
crees que es posible que la contraigas. Temes la pobreza y la soledad porque crees
que son posibles para ti
Es tu tendencia de pensamiento habitual que reaparece en tu mente, tu cuerpo y
tus asuntos, no el pensamiento ocasional en alguna dirección o deseo específicos. Es la
fe que comprende que cada creación ha nacido en el vientre de las palabras y el
pensamiento la que te da el dominio sobre todas las cosas, incluido tu yo inferior, y
este sentimiento de fe aumenta y se intensifica cuando observamos lo que hace.
Esta observación es la observación de tu estado de conciencia cuando lo hiciste, no
cuando tuviste la esperanza de hacerlo, pero temiste que fuera demasiado bueno para
ser verdad. ¿Cómo te sentiste en esa ocasión en la que simplemente tuviste que
entrar en un mejor estado de ánimo y lo hiciste, o quisiste tener una determinada cosa
y la conseguiste? Vuelve a vivir esas experiencias una y otra vez (mentalmente) hasta
que realmente sientas que estás en contacto con el yo que conoce y sabe, y lo mejor
de lo mejor es tuyo.
La recompensa de la fe creciente
Puesto que has expandido tu fe en la fe y las leyes del universo que no conocen el
fracaso, tu fe en lo mejor de ti (el principio de vida ti) te ha llevado a darte cuenta
conscientemente de que no eres una víctima del universo, sino parte de él. En
consecuencia, dentro de ti está aquello que es capaz de establecer un contacto
consciente con el principio universal de la ley y el poder, y te permite presionar a todas
las leyes particulares de la naturaleza, ya sean visibles o invisibles, para que sirvan a tu
exigencia o deseo particulares y, por lo tanto descubres que eres un maestro, no un
esclavo, en cualquier situación.
Troward nos dice que este dominio debe «conseguirse mediante el conocimiento, y
el único conocimiento que proporcionará este fin en toda su inmensidad
inconmensurable es el conocimiento del elemento personal en el espíritu universal» v
su reciprocidad en nuestra propia personalidad. En otras palabras, las palabras que
piensas, la personalidad que sientes que eres, son todas reproducciones en miniatura,
o Dios especializado, o «espíritu universal». Todas tus palabras-pensamientos fueron
palabras-formas de Dios antes de ser tuyas.
Las palabras que utilizas son los instrumentos, los canales por los cuales la energía
creativa toma forma. Naturalmente, este poder creador sensible sólo puede
reproducirse de acuerdo con el instrumento por el que pasa. Todas las decepciones y
los fracasos son el resultado de intentar pensar una cosa y producir otra. Eso es tan
imposible como lo sería utilizar un ventilador eléctrico con la finalidad de iluminar, o
hacer que el agua fluya en línea recta por una tubería doblada.
El agua debe tomar la forma de la tubería por la que fluye. De una forma incluso más
fiel, esta sustancia sensible, invisible y fluida debe reproducir externamente la forma
del pensamiento-palabra por el que pasa. Ésta es la ley de su naturaleza; por lo tanto,
se sigue lógicamente que «como un hombre piensa, así es él». De ahí que cuando tu
pensamiento o forma-palabra está en correspondencia con el movimiento eterno
constructivo, que avanza, de la ley universal, entonces tu mente es el espejo en el que
el poder y la inteligencia infinitos del universo se ven reproducidos, y tu vida individual
se convierte en una vida de armonía.
Capítulo 14
Se debería tener continuamente presente que hay una inteligencia y un poder en toda la
naturaleza y en todo el espacio que es siempre creativa e infinitamente sensible, y que
responde. La capacidad de respuesta de su naturaleza es doble: es creativa y sensible
a la sugestión. Una vez que el entendimiento humano ha comprendido este dato tan
importante, se da cuenta de la simplicidad de la ley de la vida.
Lo único necesario es que te des cuenta de que tu mente es un centro de operación
divina y, en consecuencia, tiene en su interior aquello que acepta sugestiones. Espera
que la vida responda a tu llamada y encontrarás sugerencias que tienden a que la
realización de tu deseo llegue a ti, no sólo proveniente de otras personas, sino también
de las flores, el césped, los árboles y las rocas, y que te permitirán realizar tu más ansiado
deseo si actúas en consecuencia con confianza en este plano físico. «La fe sin
palabras está muerta», pero la fe con obras te libera completamente.
Capítulo 15
Se dice de Tyson, el gran millonario australiano, que la sugestión «haz que la tierra
desértica de Australia florezca como una rosa» le llegó de una modesta y pequeña
violeta australiana mientras trabajaba como jardinero por unos tres chelines al día. El
solía encontrar estas pequeñas violetas amigables que crecían en ciertas partes de los
bosques, y algo en la flor le tocó en la mente de Tyson, y él se sentaba en el borde de
su litera por las noches y se preguntaba cómo se podría dar a las flores, y a la vida
vegetal la oportunidad de expresarse en las tierras desérticas de Australia.
Sin duda, Tyson era consciente de que tardaría mucho en ahorrar el dinero
necesario para poner diques de riego en las tierras desérticas, pero en sus
pensamientos y sentimientos estaba seguro de que se podía conseguir, y si podía
hacerse, él podía hacerlo. Si había un poder en su interior que fuera capaz de
capturar la idea, entonces debía de haber un poder de respuesta en la idea misma
que podía convertirse en una manifestación física práctica. Con determinación, Tyson
dejó de lado todas las preguntas acerca de las maneras y los medios específicos que
serían empleados para llevar su deseo a la manifestación física, y simplemente
mantuvo sus pensamientos centrados en la idea de construir cercas y ver flores y
césped ahí donde no existían.
Dado que la capacidad de respuesta del poder creador reproductor no está
limitada a ningún estado local de la mente, la meditación habitual y la imagen mental
de Tyson dejaban libres a sus ideas para que éstas vagaran en una infinitud y
atrajeran otras ideas de una naturaleza semejante. Por lo tanto, no fue necesario que
él esperara para ver sus ideas y sus deseos realizados, hasta haber ahorrado de sus
tres chelines diarios el dinero suficiente para regar las tierras, porque sus ideas
encontraron otras ideas en el mundo financiero que armonizaban en simpatía con
Como nos dice Troward, este último punto es sumamente importante, ya que
implica que la acción del poder creador siempre presente no está limitada en absoluto
por lo precedente. Obra de acuerdo con la esencia del espíritu del principio. Dicho de
otro modo, este poder universal toma su dirección creadora de las palabras que tú le
das. Cuando el ser humano toma conciencia de esta gran verdad, se convierte en lo
más importante de toda su consideración sobre de qué carácter está investido este
poder reproductor sensible. Es la ley inalterable de este principio de vida creador que
Oración científica
El principio que subyace a la oración científica
Al rezar para cambiar una condición, física, mental o económica para ti o para otra
persona, ten presente que la necesidad fundamental para que la oración sea
respondida es comprender la siguiente afirmación científica:
«Pedid creyendo que ya habéis recibido y recibiréis».
Esto no es tan difícil como parece en la superficie, una vez que te das cuenta de que
todo tiene su origen en la mente y de que ya posees aquello que buscas en el exterior.
Elegir la oración
Capítulo 17
Recuerda que el más grande científico mental que el mundo ha conocido jamás
(Jesucristo, el Hombre) dijo que todas las son posibles para ti.
Además dijo que «Las cosas que yo hago tu las puedes hacer». ¿Dijo la verdad?
Jesús no afirmó ser más divino que tú. El declaró que toda la raza humana era hija
de Dios. Por nacimiento, el no era una «excepción» a esta regla. El poder que poseía
fue desarrollado mediante Su esfuerzo personal. Él dijo que tú podías hacer lo mismo,
sólo con creer en ti. Una gran idea carece de valor si no está acompañada de una
acción física. Dios da la idea; el ser humano la desarrolla en el plano físico.
Lo único que realmente vale la pena es la satisfacción. El dominio de uno mismo,
por sí solo, puede producirlo. El alma y el cuerpo son uno. La alegría de la mente es la
alegría del alma, y la alegría del alma significa la alegría del cuerpo.
Si deseas tener salud, observa tus pensamientos, no sólo sobre tu ser físico, sino
también tus pensamientos sobre todas las cosas y todas las personas. Con tu
voluntad, haz que estén de acuerdo con tu deseo y actúa externamente de acuerdo
con tus pensamientos. Pronto te darás cuenta de que se te ha dado todo el poder
sobre tus pensamientos y tus circunstancias. Tú crees en Dios. Cree en ti mismo como
el instrumento físico a través del cual Dios actúa. El dominio absoluto es tuyo cuando
tienes el suficiente dominio de ti mismo para conquistar las tendencias negativas de
los pensamientos y los actos.
Pregúntate a diario: «¿Cuál es la finalidad del poder que me trajo aquí?», «¿Cómo
puedo trabajar con propósito por la vida y la libertad en mí?».
Habiendo decidido estas cuestiones, dedícate a realizarlas a cada hora. Eres una
ley para ti mismo.
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