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Curso: Didáctica Integral

Estrategias didácticas globalizadoras en el Nivel Transición

Unidad 2: El juego
En esta unidad abordaremos los siguientes temas:

1. Relevancia del juego


2. Juicio moral y afectividad en el juego
3. Los juguetes
4. A qué juegan y cómo juegan los niños y las niñas

1. Relevancia del juego


1.1 Definiciones

El juego es una actividad presente en la vida cotidiana de los seres humanos y muchos animales,
llega a formar parte de la cultura de las sociedades, y es posible plantear que debiera ser una
actividad presente en la práctica profesional de todo educador o educadora de niños y niñas.

Juego es un término que se utiliza para nominar muchos fenómenos: desde algunas acciones de
los bebés sobre los objetos hasta los deportes.

Huizinga (1938) lo define como:

“Una acción o actividad voluntaria, realizada dentro de ciertos límites fijados en el tiempo y
en el espacio, que siguen una regla libremente aceptada, pero completamente imperiosa,
provista de un fin en sí misma, acompañada de un sentimiento de tensión y de alegría, y de
una conciencia de ser algo diferente de lo que se es en la vida corriente”.

En la Web es posible encontrar una enorme cantidad de definiciones que dan cuenta de la
polisemia del término; para efecto de este trabajo y en el sentido que se le asigna al concepto en
el ámbito de la educación infantil, algunas de estas definiciones pueden ser:

 Un juego es una actividad recreativa que involucra a uno o más jugadores (Wikipedia).

 Actividad natural de los niños, caracterizada por la espontaneidad, y que facilita el


crecimiento y desarrollo (Childtrauma.org).
 Acción de jugar. Entretenimiento sometido a ciertas reglas en el cual se gana o se pierde
(definicion.org).

Una posible definición de juego es que es una actividad necesaria para los seres humanos
teniendo suma importancia en la esfera social, puesto que permite ensayar ciertas conductas
sociales; siendo, a su vez, una herramienta útil para adquirir y desarrollar capacidades
intelectuales, motoras y afectivas. Todo ello se debe realizar de forma gustosa y placentera, sin
sentir obligación de ningún tipo y con el tiempo y el espacio necesarios.

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1.2 Características

Desde estas y otras ideas expuestas en documentos diversos, es posible identificar ciertas
características esenciales del juego identificadas por Roger Caillois (1958) y Huizinga (1971), entre
otros autores:

 La libertad. La dirección del juego es efectuada por los mismos participantes que
determinan libremente las reglas a seguir.
 Las reglas que se deben seguir son también parte de un juego; éstas son acordadas.
 La realidad ficticia, generada en un “hacer como si”, que se compone de datos reales y
ficticios.
 La incerteza de su desarrollo. Nadie ha previsto cómo se concluirá ni las características
que tendrá este final.
 Su inutilidad. No busca producir nada, sólo busca el placer en el proceso. No hay interés
de llegar a un producto final.
 El placer, la diversión, es tal vez el elemento más claramente característicos de un juego
eminentemente lúdico.

Todas estas características desaparecen cuando el juego es impuesto en sus reglas o se le exige
un resultado. En otras palabras, el juego pierde su carácter lúdico.

1.3 Carácter lúdico

Muchos de estos autores consideran que el juego ocurre en una realidad aislada, separada del
resto del mundo y a la vez protegida por límites muy precisos en el espacio y en el tiempo. El o
los jugadores que pasan a llevar estos acuerdos de espacio y tiempo, son sancionados por reglas
previamente acordadas.

El juego, con su carga ficticia, transforma la realidad para el placer de los participantes que se
comprometen y si el juego mantiene su aspecto lúdico, placentero, se logra un estado de
armonía en los jugadores, una suerte de equilibrio interno. En su obra "Más allá del Principio del
Placer", Freud sostuvo que el juego le sirve al niño o niña para repetir las experiencias que lo
impresionaron, logrando así una forma de la "necesaria" descarga energética, que le permita
regresar al estado de equilibrio psíquico (homeostasis).

La intensidad con que se involucran los participantes en los juegos, la fascinación que evidencian,
parece ser una característica esencial de todos ellos. Esa misma intensidad es la que se suscita en
el acto de abrirse sensiblemente a las experiencias que nos ofrece la vida, vale decir, a la
experiencia estética.

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1.4 Coincidencia entre lo estético, lo lúdico y el aprendizaje

El juego que es siempre libre y alegre, creativo y gratuito, por cuanto no busca un fin utilitario,
mantiene su carácter lúdico. Y en esto, también se parece al placer que producen las experiencias
estéticas, apreciativas o creativas.

En este sentido, lo estético, lo lúdico y el aprendizaje, tienen una suerte de coincidencia. Podemos
entonces decir que:

 Lo estético es aquella característica de las experiencias humanas que permite percibir en


ellas una cualidad vital, inexplicable en palabras cotidianas,
 El arte emerge, por tanto, como un lenguaje que permite a las personas expresar su
percepción estética de la realidad.
 Lo estético se caracteriza por su intensidad e integralidad y placer que provoca en este
encuentro persona-elemento estético.
 Lo lúdico se caracteriza por su intensidad, integralidad y placer en la vivencia del
elemento lúdico.
 El verdadero juego tiene siempre la presencia de una actitud lúdica, y permite
aproximarse a la vivencia del elemento estético de la experiencia: el verdadero juego
permite alcanzar una percepción estética.
 El aprendizaje es la apropiación que las personas realizamos de una experiencia. Para
que se produzca es necesario que exista una experiencia integral y estética, puesto que
es este elemento estético el que asigna sentido a lo vivido y permite su verdadera
apropiación y transferencia.
 La actividad expresiva - artística (que posee siempre un carácter lúdico) y la actividad
lúdica (que permite con facilidad la percepción de elementos estéticos) son actividades
que conducen al verdadero aprendizaje.
 Resulta difícil imaginar una experiencia de aprendizaje que no sea lúdica y estética, por
cuanto debe ser integral e intensa, debe tener sentido en la vida de las personas.

Desde muy temprana edad niños y niñas muestran capacidades de vivenciar con intensidad e
integralidad aquellas experiencias que les resultan de interés. Así, un bebé de pocas semanas
atiende con intensidad el canto de una persona, gorjea en devolución y si el canto continúa
evidencia gran placer; estos elementos podrían considerarse las bases de una futura experiencia
intensa e integral, lúdica y estética.

En conclusión, es posible decir que la actividad lúdica, así como la estética que es su hermana
cercana, permitirían ambas la generación de aprendizajes por cuanto:

 Las personas se involucran intensa e integralmente.


 Se ejercita la solución de problemas (creatividad).
 Se expresan libremente emociones y pensamientos.
 Involucran un aspecto social, interactivo o comunicativo.
 Se hacen gratuitamente por el sólo placer que provoca el hacerlo.

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 Ambos permiten recrear y transformar la realidad.


 Es la actividad más frecuente en niños y niñas, ya que todo lo transforman en un juego-
lavarse los dientes, ayudar en las tareas domésticas- el que viven con intensidad y
profundidad.

Para profundizar en este tema revise la Lectura Complementaria: “El juego en el


Nivel Inicial. Fundamentos y reflexiones en torno a su enseñanza”, disponible en
el apartado “¿Cuál es el nuevo aprendizaje?” de la Unidad 2 en el aula virtual.

2. Juicio moral y afectividad en el juego


2.1 La afectividad

El ejercicio del juicio moral es un proceso cognitivo que nos permite reflexionar sobre nuestros
valores y ordenarlos en una jerarquía lógica (Hersh, Paolitto, 1980, pp. 47). La jerarquización de los
valores (entendidos como realidades objetiva-subjetivas) involucra sin duda un proceso afectivo.

La afectividad "es una condición natural de nuestro propio funcionamiento, necesaria para nuestra
aceptación como personas, con las limitaciones y capacidades que tenemos; nos permite
valorarnos, confiar en nosotros mismos, nos permite desarrollar nuestra sensibilidad, nuestra
capacidad de querernos y escucharnos; tomar conciencia de la afectividad nos permite
relacionarnos y conectarnos con el mundo (Noé, 1988)".

Para el desarrollo de la afectividad es imprescindible el contacto con otros. Es así como la familia o
quien cuida al niño en sus primeros años es determinante para el logro de la confianza básica. En este
proceso, el juego es fundamental, puesto que es la actividad básica del niño o niña y la que le permite
desarrollarse integralmente. La autoestima, que emerge de esta confianza básica, emerge, por tanto
de una socialización adecuada, de una adecuada conducción de los juegos infantiles desde el
nacimiento mismo.

2.2 Crecimiento moral

Según Fritz Perl (1973), un individuo integrado en lo personal y lo social, es un individuo feliz,
creativo y armónico. Para este mismo autor, esta integración conlleva un crecimiento moral, puesto
que le permite jerarquizar en forma natural los valores: "En el ideal de una sociedad democrática...
el límite entre el individuo y el grupo está claramente delineado y es claramente sentido (...). Del
mismo modo que el cuerpo responde primero a sus necesidades dominantes, también la sociedad
responderá primero a sus necesidades dominantes (...). Pero al igual que el cuerpo -como-un-todo,
lucha por preservar a cualquiera de sus miembros que se ve amenazado, así también en una
comunidad bien regulada o auto-regulada, la amenaza a un individuo moverá a la comunidad entera".

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El crecimiento moral, esta capacidad progresiva de jerarquizar valores, parece así estrechamente
relacionado con el desarrollo socio-afectivo, esto es, con la capacidad progresiva de integrarse
adecuadamente en la sociedad y el mundo, y de generar una identidad propia, que se ama y ama la
vida y sus manifestaciones a su alrededor.

2.3 Consideraciones para desarrollo estético y lúdico

La educación ética y moral de nuestros educandos, implica la formación en la responsabilidad


social, como individuo y como docente. Esta educación tiene funciones orientadoras, valorativas y
normativas.

La educación político-ideológica, se dirige principalmente al desarrollo de capacidades, habilidades


y hábitos que garanticen la comprensión de los procesos históricos y sociales y las relaciones de
poder, así como también que estos saberes se traduzcan en una participación activa en la
consecución de la paz y la convivencia pacífica.

La educación estética y lúdica, educa al ser humano para sentir, percibir lo bello, para proceder al
disfrute o a la creación artística. Este proceso requiere de las potencialidades y capacidades
individuales, para recibir el mensaje artístico en cualquiera de sus formas: plástica, literaria, de
danza, musical, o integrada. De igual manera, en este ámbito se incluyen actividades que
incrementen la disposición para la recreación y el disfrute del tiempo libre, las actividades que
conllevan a la persona a recrear experiencias integrales propias o de otros, por el placer que
genera esta recreación ficticia, libre y equilibrante. Y es también posible percibir que estas
actividades estético – lúdicas, permiten al ser humano apertura sensible, que lo lleva a valorar
aquello que lo encanta, a amarlo y protegerlo.

El compromiso ético emerge entonces de un adecuado desarrollo estético y lúdico. John Keats
sostenía que la verdad y la belleza eran valores que iban juntos; de la misma forma, Kant sostenía
que la belleza sublime del mundo y nuestra posibilidad de percibirla, era la base de nuestro
conocimiento y bondad.

John Dewey, Maturana, escritores y filósofos, nos han llevado a ver la coincidencia de los valores
de la Belleza, la Verdad y la Bondad. Y, particularmente autores como Dewey y Maturana nos
hacen suponer que lo humano se encuentra precisamente en esta posibilidad de amar, de
fusionar lo bueno, lo bello y lo verdadero.

3. Los juguetes
3.1 Los juguetes como transmisores de valores

Como hemos visto, el juego es instintivo, voluntario y espontáneo; es natural y exploratorio.


(Huizinga, Maturana). El juego es imitación, en primer lugar, comunicación y expresión,
combinación del pensamiento y acción. Es un medio de aprender a vivir, no es un mero

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pasatiempo y por lo tanto los juguetes deben estar al servicio de los niños y las niñas y no al
revés.

Comprar al niño o la niña un juguete, en vez de otro, es inculcarle un modo de vida, además de
contribuir o no a su desarrollo físico, emocional o social según el juguete escogido. El juguete,
como la educación, no es neutral (Demo, 1998). Un escaparate de juguetes es la copia del mundo
de los adultos: los mayores se matan, se preparan para la guerra, se maquillan, gastan en lujos
inútiles, convierten a las mujeres en muñecas pintadas. La investigación desarrollada (Aparici,
1993) determina que el juguete es, entre otras cosas, un transmisor de valores que va formando
la sensibilidad y los hábitos del niño predisponiéndole hacia sus conductas de adulto. Regalar
una metralleta a un niño es prepararle para que en el futuro no ponga reparos al uso de una
auténtica, salvo que su uso sea mediado cognitiva y afectivamente.

El juguete sirve para perpetuar un determinado modelo social, por lo cual si queremos cambiar
algunos elementos de nuestra sociedad hemos de incidir también sobre sus juguetes. A través
del juguete, los niños y las niñas van interiorizando y haciendo suyos los comportamientos sociales
y valores que los juguetes resaltan. Los juguetes bélicos y sexistas no son neutrales ni
simplemente un entretenimiento más. En ellos está la base de lo que podemos llamar intento de
perpetuación de un cierto sistema social, de un modelo de sociedad competitiva, violenta,
represora, patriarcal, consumista. Matar y morir pueden formar parte del juego, y en ello subyace
un desprecio por la vida humana.

3.2 El juguete ideal

Es preocupante la indiferencia de la sociedad con respecto a la importancia del juego, y la


creciente explotación comercial de la infancia a través de los medios de comunicación y
producción. Lo que importa es vender más para ganar más, que estos juguetes sean educativos o
no, queda fuera de los planteamientos del mercado capitalista, que busca sus intereses y no los de
los niños y las niñas. La alternativa que algunos proponen son juguetes que ayuden al desarrollo
integral de niños y niñas, que reúnan una serie de características (Arribas, Júdez & Miranda,
2005):

 Activos: Los niños y las niñas deben poder manejarlos, moverlos, desarmarlos si es
preciso, cambiarlo de forma. Se trata de conseguir que en el juego los protagonistas sean
los(as) niños(as) y no los juguetes.
 Fáciles en su manejo, no muy complicados, ni tan frágiles que tengan que estar
guardados.
 Educativos: Que potencien la capacidad creativa e intelectual y desarrollen la
cooperación y relación con otros(as) niños(as).

 Creativos: Que hagan pensar a los niños y las niñas, que les permitan utilizar su
imaginación y fantasía.

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Nuestro deber es educar a los niños y a las niñas en un espacio seguro, enseñándoles las
“normas” en que creemos. Si ello supone restringir los juguetes, las series bélicas, etc. lo hacemos
y explicamos por qué. No necesitamos hacer un drama sobre los juguetes bélicos que pueda
convertirlos en un fruto prohibido (Donnelly, 1987).

3.3 Guía para elegir un juguete

Investigaciones en España, llevan a estas estudiosas (Arribas, Júdez & Miranda, 2005) a plantearse
la siguiente guía de preguntas para comprar o regalar un juguete a un niño o niña:

 ¿Es un juguete adecuado a la edad del niño(a)?


 ¿Le interesa lo suficiente como para jugar con él una y otra vez? ¿Por varios minutos o
incluso una hora?
 ¿Está bien construido? ¿Durará mucho tiempo? ¿Funciona sin pilas?
 ¿Estimulará la imaginación del niño(a) al jugar con él?
 ¿Se sentirá satisfecho(a) al usar este juguete?
 ¿Puede el juguete crecer con el niño(a)?
 ¿El niño o la niña puede usar el juguete de formas diferentes? ¿Puede tener múltiples
usos?
 ¿Ayudará al niño o a la niña a jugar con otros niños y niñas de forma cooperativa y a
buscar soluciones donde todos ganen en caso de conflicto?
 ¿Fomentará la confianza del niño o la niña en las otras personas, respetando sus
diferencias étnicas, culturales y a valorar la naturaleza?
 Y tal vez la más importante de las preguntas: ¿Ayudará al niño o a la niña a no reproducir
estereotipos sexistas o bélicos?

3.4 Los juguetes y la violencia

Cada vez más evidencia muestra que la teoría de la catarsis no es efectiva para reducir la violencia;
dar juguetes bélicos no les elimina la violencia a los niños o las niñas; frecuentemente la crea o la
aumenta (Noro, 2007). No hay que confundir violencia con vitalidad. Necesitamos darles canales
para expresar su vitalidad de formas útiles.

Desarrollando el pensamiento crítico y emancipatorio, los niños y las niñas deberían saber que la
primera preocupación de los fabricantes de juguetes es el beneficio económico, no hacer buenos
juguetes.

El mismo autor establece con claridad la necesidad de incorporar actitudes saludables, que luego
se transforman en hábitos y unidos a otros buenos hábitos se conforman en valores por la
mediación que se hace para tomar conciencia de ellos.

Los estudios conducidos han llevado a educadores e investigadores argentinos a la generación de


un interesante proyecto de ley que pretende (febrero 2007) prohibir la fabricación, distribución o

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venta de los juguetes considerados bélicos y especialmente aquellos que sean réplicas de las
armas de fuego.

Queda clara con lo antes expuesto la enorme relevancia que tiene el juego y los juguetes en el
proceso educativo de niños y las niñas, considerando la enorme potencia formativa que este
elemento tiene y la enorme posibilidad de generar en los niños y las niñas un desarrollo
verdaderamente integral.

4. A qué juegan y cómo juegan los niños y las niñas


4.1 Criterios para la clasificación de los juegos

Así como existe esta polisemia referida al término, existe también una enorme cantidad de
criterios que permiten clasificar los juegos (Fuente: sepiensa.org.mx):

Según el lugar
donde se juega Juegos de interior, al aire libre, de patio de recreo.

Según el número Juego individual, entre dos personas, para más de dos personas y
de personas que colectivos.
juegan

Según el tipo de Juegos de inteligencia, de azar, de ejercicio, simbólicos, con reglas,


actividad de construcción, de competencia, mesa y tablero, para reuniones y
fiestas, de ingenio y habilidad, dramáticos, de simulación y disfraces,
juegos cantados y coros infantiles.

4.2 Clasificación del juego de Wolf

De la misma manera que no se puede hablar de conductas infantiles en general, sino de las que
corresponden a cada etapa del desarrollo, tampoco pueden englobarse todos los juegos del niño
en una sola categoría. Por el contrario, hay tal diversidad de ellos que se hace difícil su clasificación.

Un intento de clasificación de las distintas variedades de actividades lúdicas podría ser el


propuesto por Wolff, quien partiendo del criterio de Buytendijk en el sentido de que siempre se
juega con algo, distinguió:

Los primeros juegos como aquellos que se valen de objetos reales. Es el juego propio del bebé,
que juega con sonajeros, muñecos diversos u objetos que le parecen interesantes.

Surgen luego los llamados "juegos hedonísticos", basados tan sólo en la obtención de placer
sensorial o motriz, como el balancearse o jugar con la propia saliva.

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Surgen luego los llamados juegos "de desorden” los que han sido definidos por Chateau (1973):
"Empujar lo más posible, gritar lo más que se pueda, arreglárselas para caer y arrastrar a todo un
grupo en la caída, con grandes carcajadas, son juegos de arrebato. Agreguémosle los juegos
solitarios como (...) girar sobre sí mismo lo más rápidamente posible hasta la caída final".

Aparecen entonces los juegos "de construcción", en los que se manifiesta la necesidad de orden y
exploración del medio exterior.

Casi en forma paralela aparecen los juegos "de regla arbitraria", y los "de imitación", hasta
finalizar ambos en los "juegos socio dramáticos". Es importante recordar que es en este tipo de
juegos que emerge, desde el segundo año de vida, el juego simbólico.

Progresivamente los juegos van organizándose de acuerdo a ciertas reglas, que en un principio son
extremadamente simples. Ante todo aparecen los recién mencionados "de imitación" (jugar al
papá y a la mamá, a ser determinados animales, personajes, y hasta objetos). Tales actividades
imitativas se desarrollan hasta culminar en los juegos "grupales" y los "socio dramáticos
colectivos".

La forma más compleja de actividad lúdica es la que se rige por reglas estables. Esta aparición,
con el afianzamiento de las reglas, implica un nivel superior en el proceso de socialización. Surgen
en plena etapa escolar y culminan con los llamados juegos sociales, o de grupo organizado y en
los "tradicionales".

4.3 Clasificación del juego de Huizinga

El juego, según Huizinga, puede ser analizado desde perspectivas diferentes:

 Biológica, donde es definido como ejercitación espontánea.


 Psicológica, siendo en este caso una preparación para futuras interacciones
 Expresiva, se considera pariente del arte dramático.

Por otra parte, el mencionado autor clasifica el juego del siguiente modo:

a. Juego sociodramático: En el que jugamos a imaginar algo que no somos o que no existe: somos
piratas; “esta piedra es un autito”. Es el tipo de juego propio de la primera infancia.

b. Juego de competencia: En el que nos ceñimos a normas claras y previamente establecidas: el


luche, el naipe, el fútbol. Este tipo de juego es más característico de la segunda infancia, de la
adolescencia y de la adultez.

c. Juego libre: En el que nuestra imaginación se echa a volar con el único objetivo de
provocarnos placer: descubriendo diferentes formas en las nubes, los sonidos que se producen al
golpear diferentes objetos, los distintos colores y formas que se producen al doblar y luego

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desplegar un papel manchado de colores. Es el tipo de juego que puede darse a través de la vida
de quienes mantienen su capacidad de asombro y entusiasmo como es el caso de los artistas.

4.4 El desarrollo del juego en el niño y la niña y el rol del adulto


Lars-Erik Berg reconoce las siguientes características en el juego:

 Es absorbente.
 Es organizador de una experiencia heterogénea, especialmente el juego de roles que
recuerda experiencias de la vida real de todos los días. Es decir, el juego de roles es
necesariamente una repetición de la "vida real", pero no sólo una repetición.
 Es una transformación de la realidad de conformidad con los deseos y caprichos del niño.
 La acción de jugar es también, por necesidad lógica, una variación de la realidad; ninguna
repetición puede ser una copia exacta del original. Esto trae consigo la importante
consecuencia de que el juego hace que el niño o la niña se den cuenta de la posibilidad de
actos y actitudes alternativos en relación al mismo objeto.

4.5 Etapas del juego infantil

Lars-Erik Berg describe las siguientes etapas del juego infantil:

a. Etapa amorfa

El autor determina amorfa a esta primera etapa, puesto que en los primeros años no existiría un
ego o una experiencia del ego. En esta etapa el niño o niña comienzan a crear y formar una
identidad al asumir las formas más simples de juego. Son los primeros intentos de generar una
forma o "gestalt" del mundo social, integrándose en forma primaria como un participante con la
capacidad de influir en lo que allí ocurre.

b. Etapa creadora

En la etapa anterior niños y niñas han aprendido un conocimiento social fundamental sobre el
mundo humano, al mismo tiempo que se han divertido. El autor plantea que es posible hacer una
distinción entre lo que la etapa amorfa, que tiene lugar en una edad muy temprana, y la etapa
polimorfa, que tiene lugar normalmente al final de los primeros seis meses de vida, cuando ya ha
empezado la imitación sistemática. Por ejemplo, en la obra clásica de Piaget se expone que la
repetición vocal y la imitación son habituales a esta edad y ello indica, evidentemente, que el niño
y la niña pueden experimentar así como dar forma y ordenar importantes aspectos del mundo.
Uno de los aspectos importantes de la imitación, por ejemplo, es que el niño empieza a crear un
orden desde un punto de vista subjetivo al tiempo que cumple con las "normas" que se le
indican desde el exterior (la otra persona).

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c. Etapa del juego espontáneo

Con la maduración, una nueva etapa claramente diferenciada del desarrollo de la identidad
comienza a emerger; niños y niñas descubren que no basta con ser un jugador o participante
indiferenciado, sino que es posible e incluso adecuado ser un tipo especial de participante.
Comienza así la identificación de sí mismo como niño o niña, como pequeño o grande. Y poco a
poco el afinamiento de la identidad se perfecciona con gran rapidez. Esta etapa culmina
aproximadamente entre los cuatro y los seis años de edad, cuando el niño destina una cantidad
considerable de energía emocional a identificarse como caballero, princesa, soldado o pirata, bruja
o hada. El juego de asumir roles puede desarrollar no sólo una capacidad dramática sino
también una empatía muy fuerte.

d. La Etapa del juego organizado

El aprendizaje que lleva a la maduración que permite un juego social con normas claras, empieza
mucho antes de la entrada a la escuela básica: ser capaz de asumir un rol (identidad) e imaginar
al mismo tiempo los roles de los demás jugadores, adaptándose a ellos, esto es, que se actúa
como si fuera dos o más personas al mismo tiempo. Así, los roles de los demás forman parte de la
experiencia del individuo, el cual también pone en práctica estos roles.

4.6 El juego en la adultez

Es interesante destacar que los adultos también juegan; si consideramos el juego como una acción
en la que imaginariamente re creamos una cierta parte o aspectos de la realidad, veremos que los
juegos de competencia simulan batallas, poniendo en funcionamiento diversas habilidades
(motoras, cognitivas, lingüísticas, etc.) y que ellos son muy atractivos para muchos adultos. Los
juegos socio-dramáticos e imaginativos parecen no ser interesantes para los adultos, sin embargo,
jugar con acertijos que me permitirán conocer a otros, son juegos que también resultan
interesantes a los adultos y que pueden ser aprovechados en diversas dinámicas grupales.

Para analizar las formas en que el adulto ha de incorporarse en el juego de niños y niñas es
importante considerar las características que mantienen en este su carácter lúdico y su
posibilidad de promover sensibilidad estética y compromiso ético. En consecuencia, y
considerando el rol de un educador tal como lo han descrito Katz (2007) y lo planteado en las
BCEP, en el proceso didáctico lúdico (que es un imperativo en nuestro nivel educativo),
independiente de si el juego de niños y niñas es libre o dirigido, deberá siempre mantenerse una
actitud atenta para proceder a la mediación que enriquezca el juego y favorezca aprendizajes
significativos e integrales.

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Para profundizar en los temas de esta unidad, revise los siguientes recursos:

Lectura Obligatoria:

 Principios del juego desde los precursores de la Educación Parvularia.

Lecturas Complementarias:

 El juego en los niños: enfoque teórico.


 Los juegos cooperativos y su relación con el desarrollo de habilidades
sociales en la educación inicial.
 Rescatando la historia de la educación parvularia en Chillán.

Los documentos se encuentran disponibles en el apartado “¿Cuál es el nuevo


aprendizaje?” de la Unidad 2 en el aula virtual.

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