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se gunda mitad del siglo XV I I -"la etap a central de los tresc ientos
años de la d o m i nac ión esp añola en México" , asevera Elizondo
( 5 )- fue testigo del fl or ec i m iento de hu m anist as que, no ob st ant e
el a i s lami en to ci entífico de la Nueva España c on relación a los
países europ eos, log r ar on un desarrollo i nt e l e ctu al nada d e sp rec i a
ble. El caso de S i güe nz a y Gó ng ora ( 1 6 4 5 - 1 700) es peculiar. Reco
noci do catedrático de la Real y P ont ifi ci a Universidad de M éxico ,
poeta, astrónomo, matemático, geóg rafo , historiador; ho mbr e -en
fi n- " contradi ctorio" , a quien Jor ge Alb er to M anri que calificó de
"p o l émi co fe ro z y aun tocado de p í c ar o " , 2 Carlos de Sigüenza y
Q u e y o , Señora, nací
en la América abundante;
soy c ompatr iota del oro,
paisana de los metal es . . .
y en Sigüenza -"más arrai gado " , dice Elizondo (7)- este senti
miento se mani fe star ía en la fábrica del arco triunfal c on que recibió
a los condes de Paredes, y que se diferenció del de la reli giosa,
pri nc ip alm en t e , porque los personaj es de que se sirvió el erudito je
suita remitían directamente a las "virt ude s " de los gobernantes del
México prehispánico (de Acamapichtli a Cuauhtémoc), en tant o que
Sor Juana echaba mano de la mitología clásica para edificar ese " si
mulacr o político" -" o cé an o de colores"-, c omenta do en el Neptu
n o alegórico, descripción emblemática y figuración l it e ra r i a corre s
TIa ya timohuica,
totlazo Zuapilli,
maca ammo . Tonantzin,
titechmoicahuíliz.
¿Ma nel in ilhuícac
huel timomaquítiz,
amo nozo quenman
timotlanamíctiz?
"Barroca por naturaleza" (36), Sor Juana no sólo haría una mez
cla con su h ábito y la, aunque imaginaria, apasionada relación entre
los amantes (reflejada en sus poemas eróticos), sino también una
fusión -extremo del barroco sorj uaniano- entre 10 hi spánico (el
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Pero Sor Juana fue mucho más que la oculta voz de la mexicani
dad. El mismo Beuchot -más cerca del comentario formal (aunque
somero) e incursionando en el análisis de los valores éticos maneja
dos por la monj a en L os empeños de una casa-, ofreci ó unas líneas
a propósito de los "adornos" que acompañaron a la trama d e la co
3 El pasaj e fue narrado por don Joaquín García Icazbalceta en su Bib lio
grafía mexicana del siglo XVI: «Hecho esto con toda pompa y autoridad
posible, y después que todos se hubieron sentado, se comenzó la vigilia
mayor en esta manera: el maestro de capilla haciendo coros de música para
el invitatorio, que en el uno se dijo "Circumdederunt me", y el otro el
Psalmo "Exultemus", todo en canto de órgano, compuesto por Cristóbal de
Morales: comenzó se la vigilia con tanta , devoción y suavidad d e voces, que
levantaba los espíritus» . Véase Stevenson, Robert. La m úsica en las cate
drales españolas del Siglo de Oro .
CASTÁLIDA 70 1
De la música un Cuaderno
pedís, y es cosa precisa
que me haga a mí disonancia
que me pidáis armon ías.
quebrándome la cabeza
sobre cómo son los sismas,
si son cabales las comas,
en que el tono se divida?
[. . . ] 4
BIBLIOGRAFÍA CITADA